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Senado de la Nación
Secretaría Parlamentaria
Dirección General de Publicaciones.
(S-1537/10)
PROYECTO DE COMUNICACION
El Senado de la Nación
Solicita al Poder Ejecutivo Nacional que informe a través de los
organismos que corresponda sobre las siguientes cuestiones
relacionadas con la utilización de armas electrónicas en nuestro país:
1.
Si ha tomado conocimiento de que la Policía de Córdoba
adquirió armas electrónicas (con dispositivos de energía conducida),
conocidas comercialmente como Taser X26, para ser utilizadas por el
Equipo de Tácticas Especiales Recomendable (ETER).
2.
Desde cuándo, a través de qué norma y con qué criterios el
Registro Nacional de Armas ha autorizado el uso de estas armas en el
país y, específicamente, en la provincia de Córdoba. Cuántas de ellas
han sido destinadas a fuerzas de seguridad.
3.
Si ha tomado conocimiento del informe del Comité contra la
Tortura de Naciones Unidas -órgano de monitoreo, control y aplicación
de la Convención contra la Tortura y otros Tratos o Penas Crueles,
Inhumanos o Degradantes de las Naciones Unidas- que afirmó, en
noviembre de 2007, que el uso de las armas Taser X26 “provoca un
dolor intenso, constituye una forma de tortura, y en algunos casos
también puede causar la muerte”. 1
Norma Morandini.FUNDAMENTOS
Señor Presidente:
Las fuerzas de seguridad en las democracias modernas tienen una
doble función: la de garantizar el respeto de los derechos y libertades
de los ciudadanos y defender el orden público y la legalidad vigente.
Los gobiernos deben ser eficaces en torno a la prevención y represión
del delito, pero siempre dentro de un marco jurídico respetuoso de los
derechos humanos.
El Relator Especial del Consejo Económico y Social de la Comisión de
Derechos Humanos de Naciones Unidas, Theo van Boven, observó en
1
, Informe 39º período de sesiones, A/ 63/44, 5 a 23 de noviembre de 2007, pág. 44.
el informe de 2004 que “las denuncias de tortura que ha recibido de
todas las regiones del mundo se refieren al uso de instrumentos tales
como mecanismos de inmovilización (grilletes, cadenas, grilletes de
barras, esposas para tobillos y para pulgares o planchas de
inmovilización), armas de electrochoque (picanas, armas y escudos
paralizantes, cinturones de electrochoque y pistolas neutralizantes),
dispositivos de impacto cinético (varas de bambú recubiertas de chapa
de hierro (lathis), porras y látigos de cuero (sjamboks)) y sustancias
químicas coercitivas (gases lacrimógenos y gas pimienta). Aunque en
algunos casos se ha utilizado equipo de índole inherentemente cruel,
inhumana o degradante, con el cual se infringe per se la prohibición de
la tortura, en la gran mayoría de los casos se ha hecho un uso
indebido de esos instrumentos, (legítimos en las circunstancias
apropiadas), para infligir torturas u otras formas de malos tratos” 2 .
Es en este marco en el cual debería inscribirse el debate público sobre
la utilización de armas policiales: tipo de armas, condiciones,
limitaciones y otras medidas de control y regulación. Debate que en el
caso de la Provincia de Córdoba todavía está pendiente.
Las primeras armas eléctricas comenzaron a utilizarse alrededor de
los años 70; las pistolas tipo Taser son las más conocidas y suele
utilizarse esta marca comercial para denominar, de manera genérica, a
cualquier arma con capacidad de producir descargas eléctricas de alto
voltaje. Su uso está ampliamente extendido en los Estados Unidos y
en Europa. En América Latina se usan en Brasil y nuestro país, donde,
hasta la actualidad, sólo son destinadas a los cuerpos de elite 3 : Policía
Federal (Geof) y los de la Provincia de Buenos Aires (Halcón),
Mendoza (GES), Santa Fe (TOE) y Córdoba (ETER).
En los últimos años, el debate sobre las armas eléctricas se reactivó
con la resolución 20 JYSGC/10, por la que se aprobó la compra
directa de las pistolas Taser X 26 para la Policía Metropolitana. Esta
decisión movilizó a diferentes organismos de derechos humanos, que
se pronunciaron en contra de su uso por constituir un elemento de
tortura. El 22 de febrero de 2010 el Observatorio de Derechos
Humanos de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires presentó un
recurso de amparo con el objeto de impedir la utilización de las armas
denominadas no letales Taser X26 por parte de las fuerzas de
seguridad, específicamente, de la Policía Metropolitana y el 2 de
2 .Consejo Económico y Social E/CN.4/2005/62; 15 de diciembre de 2004. COMISIÓN DE DERECHOS HUMANOS, 61º
período de sesiones, Tema 11 a) del programa provisional .LOS DERECHOS CIVILES Y POLÍTICOS, EN PARTICULAR
LAS CUESTIONES RELACIONADAS CON LA TORTURA Y LA DETENCIÓN.
Diario La Voz del Interior del lunes 5/10/09: “Afirman que las pistolas "Taser" son armas
mortales”.
3
marzo del mismo año la Justicia ordenó su suspensión hasta tanto
exista sentencia definitiva.
Amnistía Internacional ha expresado su preocupación por la utilización
de estas armas en estos términos: “Las pistolas tipo Taser son
instrumentos paralizantes con capacidad de infligir dolor y
susceptibles, por sus características inherentes, de ser fácilmente
utilizadas de forma abusiva. Este tipo de armas arrastra un inquietante
historial allí donde su uso se ha extendido, como es el caso de
Estados Unidos o Canadá. Por ello, Amnistía Internacional ha venido
reclamando la suspensión de su empleo a la espera de una
investigación a cargo de expertos independientes de intereses
comerciales y políticos relacionados con la promoción de este material.
La organización considera que dicha investigación debe evaluar de
manera rigurosa los efectos médicos y demás consecuencias de tales
dispositivos en términos de las normas internacionales de derechos
humanos que regulan, entre otras cuestiones, el uso de la fuerza por
parte de los encargados de hacer cumplir la ley”. 4
Existen normas internacionalmente acordadas destinadas a controlar
el empleo de la fuerza por parte de la policía y otros funcionarios
encargados de hacer cumplir la ley. La Organización de las Naciones
Unidas ha desarrollado normas detalladas y específicas sobre las que
tales funcionarios deben basar su conducta. Entre ellas se destacan el
“Código de Conducta de las Naciones Unidas para Funcionarios
Encargados de Hacer Cumplir la Ley”, los “Principios de las Naciones
Unidas relativos a una Eficaz Prevención e Investigación de las
Ejecuciones Extralegales, Arbitrarias o Sumarias” y los “Principios
Básicos de las Naciones Unidas sobre el Empleo de la Fuerza y de
Armas de Fuego por los Funcionarios Encargados de Hacer Cumplir la
Ley”.
El “Código de Conducta de las Naciones Unidas para Funcionarios
Encargados de Hacer Cumplir la Ley”5 en su artículo 2° expresa que:
“En el desempeño de sus tareas, los funcionarios encargados de
hacer cumplir la ley respetarán y protegerán la dignidad humana y
mantendrán y defenderán los derechos humanos de todas las
persona. – Comentario: Los derechos humanos de que se trata están
determinados y protegidos por el derecho nacional y el internacional.
Entre los instrumentos internacionales pertinentes están la Declaración
Universal de los Derechos Humanos, el Pacto Internacional de los
Derechos Civiles y Políticos, la Declaración Sobre la Protección de
Todas las Personas contra la Tortura y Otros Tratos o Penas Crueles,
4
Informe Amnistía Internacional “Voltios sin control”. Uso de pistolas tipo Taser y otras defensas
eléctricas por las fuerzas de seguridad en España.
5 Resolución Aprobada por Asamblea General de Naciones Unidas, 17 de diciembre de 1979. (No. 34/169) Inhumanos o Degradantes, la Declaración de las Naciones Unidas
sobre la eliminación de todas las formas de discriminación racial, la
Convención Internacional sobre la Eliminación de Todas las Formas
de Discriminación Racial, la Convención Internacional sobre la
Represión y el castigo del Crimen de Apartheid, la Convención para la
Prevención y Sanción del Delito de Genocidio, las Reglas Mínimas
para el Tratamiento de los Reclusos y la Convención de Viena sobre
las relaciones consulares.”
El mismo Código establece en su artículo 5° lo siguiente: “Ningún
funcionario encargado de hacer cumplir la ley podrá infligir, instigar o
tolerar ningún acto de tortura u otros tratos o penas crueles,
inhumanos o degradantes, ni invocar la orden de un superior o
circunstancias especiales, como estado de guerra o amenaza de
guerra, amenaza a la seguridad nacional, inestabilidad política interna
o cualquier otra emergencia pública como justificación de la tortura u
otros tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes”.
Por su lado, el Comité contra la Tortura de Naciones Unidas en su
informe N°39, del período de sesiones en noviembre de 2007, se
refirió expresamente a la utilización de estas armas: “el uso de las
armas Taser X26, provoca un dolor intenso, constituye una forma de
tortura, y en algunos casos también puede causar la muerte, como se
como se ha puesto de manifiesto en casos recientes”.6 Este mismo
Comité, el 20 de noviembre de 2009, al realizar el examen de los
informes presentados por los Estados Partes en virtud del artículo 19°
de la Convención, en sus Observaciones finales del Comité contra la
Tortura, estableció que: “El Estado Partes debe considerar la
posibilidad de abandonar el uso de armas eléctricas “Taser” por parte
de las policías locales, pues sus efectos en el estado físico y mental
de las personas contra las que se utilizarían podrían conculcar los
artículos 2 y 16 de la Convención”. 7
Los Estados Partes están obligados a eliminar todos los obstáculos
legales y de otra índole que impidan la erradicación de la tortura y los
malos tratos, y a adoptar medidas eficaces para impedir efectivamente
esas conductas y su reiteración. También tienen la obligación de
mantener en examen y mejorar constantemente su legislación
nacional y actuación en lo que respecta a la Convención, de
conformidad con las observaciones finales y los dictámenes del
Comité a propósito de las comunicaciones individuales.
6
7
Comité contra la Tortura, Informe 39º período de sesiones, A/ 63/44, 5 a 23 de noviembre de 2007 , pág. 44. CAT/C/ESP/CO/5 19 de noviembre de 2009.
Si las medidas adoptadas por el Estado Parte no cumplen el propósito
de erradicar los actos de tortura, la Convención exige que se
reexaminen o que se adopten nuevas medidas más eficaces. Por otra
parte, el concepto y las recomendaciones del Comité respecto de las
medidas eficaces están en continua evolución, como lo están,
desgraciadamente, los métodos de tortura y malos tratos.
Cabe recordar que el 10 de diciembre de 1984 la Asamblea General
de las Naciones Unidas adoptó la “Convención contra la Tortura y
otros tratos y penas crueles, inhumanos o degradantes”, el único
instrumento jurídicamente vinculante en el plano universal consagrado
exclusivamente a la erradicación de la tortura. Esta Convención obliga
a los Estados a tomar medidas legales, administrativas y judiciales
para prevenir la tortura. Se refiere explícitamente a obligaciones
conexas tales como la revisión de los métodos interrogatorios, la
existencia de investigaciones rápidas e imparciales, la prohibición de
reconocer valor probatorio alguno en un proceso a testimonios
obtenidos mediante la tortura, la existencia de vías de derecho para
obtener reparación y compensación etc.
La Convención establece la creación de un Comité contra la Tortura,
como órgano encargado de supervisar el cumplimiento de los Estados
Partes de las obligaciones contraídas en dicha Convención.
En el año 1986 nuestro país ratificó la “Convención Contra la
Tortura”, que entró en vigor el 26 junio de 1987. El 8 de septiembre de
2004 se aprobó la ley 25.932, que aprueba el “Protocolo Facultativo de
la Convención contra la Tortura y otros Tratos o Penas Crueles,
Inhumanos o Degradantes”, adoptado por la Asamblea General de las
Naciones Unidas el 18 de diciembre de 2002. La Convención contra la
Tortura ha sido con la reforma constitucional de 1994 fue incorporada
a la Constitución Nacional (art.75 inc.22).
Nada mide mejor y con mayor precisión el desarrollo democrático de
una sociedad que el respeto a los derechos humanos. Un país como la
Argentina, que estrenó la odiosa y vergonzosa figura del presodesaparecido y cuyo Estado utilizó el mismo terror que decía combatir
tiene, ante la comunidad de Naciones y ante ella misma, la obligación
de incorporar una cultura de respeto a la dignidad de las personas
como prueba de que trascendió y saldó su oscuro pasado. Le cabe a
las fuerzas de seguridad, en cumplimiento de la ley, la protección al
derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de las personas. Es
obligación de las autoridades de la democracia diseñar políticas
públicas que promuevan y garanticen esos derechos para que el “por
algo será" con el que parte de la sociedad justificó las desapariciones
durante el terrorismo de Estado no sustituya esa indiferencia o
complicidad por el "esa gente no merece vivir", que se escucha en
algunos sectores cuando se debaten estos temas. En los temores por
la inseguridad urbana deben erradicarse los fantasmas de los terrores
de ayer. Y eso es posible si las fuerzas de seguridad son formadas en
los derechos humanos. La autoridad no debe confundirse con
represión. El mantenimiento del orden democrático no debe estar
reñido con el cumplimiento de los derechos humanos. Es en su
resguardo que solicitamos información al Poder Ejecutivo en relación a
las armas electrónicas, cuya utilización implica una grave violación a
esos derechos esenciales que el Estado debe garantizar.
Norma Morandini.-
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