universidad central del ecuador facultad de artes carrera de artes

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UNIVERSIDAD CENTRAL DEL ECUADOR
FACULTAD DE ARTES
CARRERA DE ARTES PLÁSTICAS
EL CUERPO COMO ELEMENTO DISCURSIVO DE AUTOAFIRMACIÓN EN LA OBRA DE ARTE DEL AUTOR
TRABAJO TEÓRICO DE TITULACIÓN PREVIO A LA
OBTENCIÓN DE LA LICENCIATURA EN ARTES PLÁSTICAS
CAROLINA JAHAIRA BONE LEMOS
TUTOR: MARÍA ELENA CRUZ ARTIEDA
QUITO, MAYO 2016
Agradecimiento
A Ligia, Rocío, Maribel y Gary.
ii
AUTORIZACIÓN DE LA AUTORIA INTELECTUAL
Yo, Carolina Bone Lemos, en calidad de autor del trabajo teórico de titulación realizado sobre “El
cuerpo como elemento discursivo de auto-afirmación en la obra de arte del autor” por la presente
autorizo a la UNIVERSIDAD CENTRAL DEL ECUADOR, hacer uso de todos los contenidos que
me pertenecen o de parte de los que contienen esta obra, con fines estrictamente académicos o de
investigación.
Los derechos que como autor me corresponden, con excepción de la presente autorización, seguirán
vigentes a mi favor, de conformidad con lo establecido en los artículos 5, 6, 8; 19 y demás pertinentes
de la Ley de Propiedad Intelectual y su Reglamento.
Quito, 16 de mayo de 2016
…………………….
FIRMA
C.I 0803153766
Telf: 0998111748
Email: [email protected]
iii
APROBACION DEL TUTOR
En mi carácter de Tutor del trabajo teórico de titulación, presentada por Carolina Jahaira Bone Lemos
para optar el Título de Licenciada en Artes Plásticas cuyo título es EL CUERPO COMO
ELEMENTO DISCURSIVO DE AUTO-AFIRMACIÓN EN LA OBRA DE ARTE DEL AUTOR
Considero que dicho Trabajo teórico de titulación reúne los requisitos y méritos suficientes para ser
sometida a la presentación pública y evaluación por parte del jurado examinador que se designe.
La línea de investigación en la que se enmarca este trabajo es: Las artes en la historia, su época actual
y su proyección futura.
En la ciudad de Quito 16 de mayo de 2016
iv
INDICE DE CONTENIDOS
AGRADECIMIENTO
ii
AUTORIZACIÓN DE LA AUTORIA INTELECTUAL
iii
APROBACIÓN DEL TUTOR
iv
INDICE DE CONTENIDOS
v
INDICE DE FIGURAS
vi
INDICE DE ANEXOS
vii
RESUMEN
viii
ABSTRACT
ix
INTRODUCCIÓN
1
CAPÍTULO I: EL PROBLEMA
3
1.1. FORMULACIÓN DEL PROBLEMA
3
1.2. ANTECEDENTES
4
1.3. OBJETIVOS
6
1.4. JUSTIFICACIÓN
6
CAPÍTULO II: SOBRE EL CUERPO Y EL DISCURSO
8
2.1. EL YO Y EL CUERPO COMO TECNOLOGÍA
8
2.2. EL CUERPO COMO CAMPO DE BATALLA SIMBÓLICA
13
CAPÍTULO III: EL CUERPO CONTEMPORÁNEO Y LA SOCIEDAD
20
3.1. EL CUERPO Y LA PARTE MALDITA
20
3.2. CUERPOS AUSENTES: CONFRONTACIONES CORPORALES Y LA IDENTIDAD COMO
PRESENCIA Y AUSENCIA
24
3.3. CUERPOS PARA EL CONSUMO
28
CAPÍTULO IV: EL CUERPO INTERVENIDO POR LA OBRA DE ARTE
32
4.1. CUERPOS QUIRÚRGICOS
32
4.2. EL CUERPO COMO CONSTRUCCIÓN ARTÍSTICA
35
4.2.1. ARTE Y CUERPO
35
CAPÍTULO V: CONCLUSIÓN Y RECOMENDACIONES
41
5.1. CONCLUSIÓN
41
5.2. RECOMENDACIONES
41
BIBLIOGRAFÍA
43
ANEXOS
44
v
INDICE DE FIGURAS
1. EGO
12
2. YO COMO TAL
16
3. TRISTEZA
19
4. AUTORRETRATO
23
5. CUERPO Y ALMA
27
6. NI ME MIRES CON PACIENCIA
30
7. HALO
31
8. ESPERA
31
9. ESPECIE
34
10. AUTORRETRATO Y ESPECTRO
40
vi
INDICE DE ANEXOS
1. ORLAN “THE REINCARNATION OF SAINT ORLAN” EN 'SELF - HYBRIDIZATIONS'
2. ANA MENDIETA “RAPE SCENE”
3. BAS JAN ADER “IM TOO SAD TO TELL YOU”
4. ANDY WARHOL “SELF – PORTRAIT IN DRAG”
vii
44
44
45
45
UNIVERSIDAD CENTRAL DEL ECUADOR
FACULTAD DE ARTES
CARRERA DE ARTES PLÁSTICAS
El cuerpo como elemento discursivo de auto-afirmación en la obra de
arte del autor
Autor: Carolina Bone Lemos
Tutor: María Elena Cruz Artieda
Fecha: 16 de mayo de 2016
RESUMEN
Este trabajo toma como principio la relación entre cuerpo y arte, haciendo una reflexión sobre los
ámbitos en los que se desenvuelve el uno en relación al otro. A partir de una revisión de los usos del
cuerpo en la historia del arte y los modelos estético sobre los cuales se asienta la cultura material del
consumo, se generan distintas aproximaciones a las posibilidades expresivas del cuerpo, entendido
como un elemento del lenguaje, capaz de generar discursos y narrativas, las cuales se encuentran
presentes en la vida cotidiana, y son capaces de construir significados que proponen nuevas lecturas
sobre la realidad.
PALABRAS CLAVE
<CUERPO Y ARTE> <SEDUCCION> <IDENTIDAD> <CONSUMO> <POSMODERNIDAD>
<PERFORMANCE>
viii
The human body as a form of discourse of self-affirmation in the work of
the author.
ABSTRACT
The following work takes as its principle the relationship between body and art by reflecting on the
areas in which they operate in relation to each other. From a review of the uses of the body in art
history and aesthetic models on which the materialistic culture of consumption is settled, different
approaches to the expressive possibilities of the body are established. Therefore, it is understood as
an element of language that is able to generate discourses and narratives which are present in
everyday life; allowing to construct a meaning that proposes new interpretations of reality.
KEYWORDS
<ART AND BODY> <SEDUCTION> <IDENTITY> <CONSUMER> <POSMODERNISM>
<PERFORMACE>
ix
Introducción
Una reflexión sobre mi propio cuerpo
Siento a travez de mi cuerpo, de su abstraccion como sentidos y formas; por eso mi cuerpo
se ha convertido en la materia con la que transformo mis ideas a través de la imagen. Mi
imagen es lo primero que tengo a la mano, por eso trabajo con ella, trabajar sobre mi misma
me ha enseñado a conocerme mejor y a conocer cuáles son los estados del cuerpo, bajo la
presión de los demás cuerpos, cómo actúo frente a ellos y ellos frente a mí.
He tenido una insistente búsqueda y he trabajado puertas adentro con mi propio cuerpo.
Utilizo la autorrepresentacion para indagar en las posibilidades discursivas que proyecta mi
imagen, reflejando sus estados y transformaciones. Mi cuerpo es la primera cosa que he
sentido y la última que he visto, generando reflejos, construyendo inseguridades y creando
amor; sobre todo es a través de mi propio cuerpo que descubro el mundo y formo parte de el,
reflejandome en el, y el en mi. Para esto es necesario que mi cuerpo esté más que involucrado
en los diferentes escenarios con el resto de cuerpos que me rodean, pues es ahí donde se
encuentra la posibilidad del cuerpo y su funcionalidad en el arte.
Mi obra plástica es abordada desde mi propio cuerpo como forma discursiva, a través de el
represento lo que soy y transformo mi entorno. Lo uso como medio de expresión y lo
transformo en herramienta para proyectar mis pensamientos y generar sensaciones.
Hay momentos en que mi cuerpo se desinhibe y me expulsa dejándome fuera en un mundo
cruel y maldito, quedándose libre y desprotegido, dejando que lo aborden con crueles
1
pensamientos y actos desenfrenados. Mi cuerpo, mi propio cuerpo, solo, jugando a ser único
y diferente, raro y seductor.
El primer capítulo del presente texto está destinado a la justificación y planteamiento del
problema, en el se identifican mis preocupaciones e intereses en relación al cuerpo y el arte.
En el segundo y tercer capítulo se hace referencia al pensamiento de varios autores que
reflexionan sobre el cuerpo dentro de la estructura social, desde la filosofía y el arte. A partir
de estas definiciones del cuerpo podemos dar cuenta de ciertos elementos de nuestra cultura
que forman parte de su representación y de la forma en que asumimos el cuerpo dentro de la
sociedad.
En el desarrollo del cuarto y último capítulo elaboro una revisión de artistas que trabajan
con el cuerpo, y cuya obra a generado una influencia en mi proceso artístico, vinculando la
obra de arte ligada al cuerpo con otras formas del pensamiento contemporáneo occidental que
reflexionan sobre el cuerpo y el comportamiento social de este. En este trabajo se abordan
mis propias nociones del cuerpo, desde mi experiencia subjetiva, desde mis condicionantes
sociales y de género. A la vez intentaré conectar mis propias definiciones del cuerpo y el arte
con la obra de artístas y movimientos artísticos que han marcado hitos importantes en la
historia del arte. He tomado como referentes al cuerpo, su transformación estética y la forma
en que este, a través del arte, se vuelve una herramienta discursiva que da cuenta del mundo
en el que vivimos.
2
CAPÍTULO I
EL PROBLEMA
1.1. Formulación del problema
El cuerpo como elemento discursivo de auto-afirmación en la obra de arte del autor.
1.1.1. Descripción del problema.
El individuo es un ser performático por naturaleza. El cuerpo se concibe según la cultura y
su ideología; sin embargo, las percepciones que tenemos el uno del otro y de nosotros está
marcada por la historia de las imágenes, en un contexto de carácter cada vez más global.
Vivimos en una sociedad marcada por el consumo y la inmediatez, tanto del cuerpo como de
sus contenidos, convirtiendo la relación entre el cuerpo y el mensaje en un elemento más de
la cultura trivial del consumo y el deshecho.
En los anuncios publicitarios relacionados con el cuerpo y la historia de la publicidad en
sí, donde se promueve un ideal de belleza que actualmente condiciona a la sociedad,
podemos observar el uso que se ha hecho y se hace del cuerpo desde los diferentes preceptos
ideológicos, religiosos y políticos, donde la concepción de identidad se convierte en un juego
de modas temporales que deslegitiman las relaciones afirmativas de la identidad y el cuerpo.
La representación del cuerpo siempre va a estar condicionada por estos conceptos
culturales, de igual forma como en el arte existen los condicionamientos sobre el cuerpo o su
3
representación, o específicamente, sobre el lugar de enunciación; sin embargo, la capacidad
liberadora de éste le permite proyectarse desde una multiplicidad de conceptos, formatos,
ideas, estéticas; convirtiéndolo en un espacio de experimentación para el propio cuerpo, a
través del cual cabe la pregunta de si ¿es el arte un espacio para rebatir los condicionamientos
sociales implantados culturalmente sobre los imaginarios sociales del cuerpo? o mas bien ¿es
el arte un aspecto más de los sistemas de consumo, por lo cual sería un aspecto más de la
materialidad banal del mundo? Y en este caso ¿puede el arte desprenderse de esos
condicionamientos y ofrecernos una visión clara, no estandarizada, subjetiva y transparente
de la realidad?
1.2. Antecedentes
Según Baudrillard, (como se citó en Juncosa 1998). “Estamos condenados a nuestra propia
imagen, condenados a cultivar nuestro cuerpo, nuestro look, identidad y deseo, debido a la
desaparición del otro” (p.71). El cuerpo es el inicio de una nueva búsqueda de identidad y
aparece como un ámbito secreto cuya llave de acceso está solo en posesión del individuo y al
que la persona puede volver para buscar una definición liberada de las trabas impuestas por
las reglas y expectativa de la sociedad. El cuerpo no es una simple entidad, si no que se
experimenta de modo pragmático para solucionar situaciones y sucesos externos. Es del
cuerpo que se parte para poder comprender estos sucesos que nos llevan a cuestionar nuestra
subjetividad y a través de esta, a la materia. Es el cuerpo el que construye los cimientos sobre
los que se sustenta la imagen de la sociedad, por esa razón las representaciones cambian
según la época.
En este trabajo me enfoco en el cuerpo como materia física y espiritual, dejando de lado
las concepciones morales sobre el cuerpo, pero tomando en cuenta las diversas posibilidades
4
de manifestación que tiene el cuerpo desde la experimentación personal. En los años 90´ se
comenzó a reflexionar sobre éste y se convirtió en sujeto de estudio y experimentación en
diferentes campos como la pintura, el cine, la fotografías, el performances. etc. “El cuerpo se
ha convertido en un campo de batalla de constante experimentación, transmutación, y
redefinición” (Juncosa, 1998, p.69).
En el arte se han trabajado diferentes temas, conceptos y formas sobre el cuerpo, según la
experiencia y contacto del artista con el espacio, y su universo social y subjetivo. Dentro de
los tantos aspectos abarcados a través cuerpo en el arte del siglo XX se encuentran una
diversidd de usos y estrategias desde el discurso y la representación: la reivindicación social
como en el feminismo, generando cuerpos discursivos de identidad, género, tecnología,
reflexión y otros tantos temas y fijaciones que son posibles gracias a la multiplicidad del
cuerpo.
Es importante aclarar que tanto en la historia del arte como en la historia universal, el
cuerpo femenino ha jugado un papel importante, al ser el objeto de deseo de la construcción
machista de la historia, y por ser considerado un elemento sin voz o ausente de relato propio,
relegado a la representación del otro ser masculino. Por esta razón, este texto se
complementará con la revisión de la obra de un conjunto de mujeres artistas, cuya obra es
relevante para ejemplificar varios conceptos.
5
1.3. Objetivos
1.3.1.General.
Relizar un análisis sobre la relación del cuerpo, el arte y la sociedad, desde la subjetividad
de mi trabajo artístico.
1.3.2. Específicos.
o Describir los procesos artísticos en relación al cuerpo, como metáfora o lienzo
para crear reflexiones sobre la vida y la sociedad.
o Plantear la reflexión sobre los aspectos materiales e ideológicos del cuerpo y su
representación en la vida contemporánea.
o Realizar un ejercicio a partir de mi propia obra sobre el cuerpo y el espacio a
partir de mi experiencia como sujeto en la sociedad.
1.4. Justificación
El cuerpo ha sido el principal tema que he trabajado desde mi experiencia como estudiante
de arte, haciendo reflexiones sobre distintos temas dentro de lo moral, lo físico, lo material y
desde la parte filosofica en temas relacionados al cuerpo, estos de diferentes autores. Es el
punto principal de búsqueda en cuanto a mi concepción del arte y como se relaciona este con
mi propio cuerpo a medida que pasa el tiempo y soy parte de un todo.
6
En mis trabajos anteriores como estudiante, busqué exponer al cuerpo en relación con una
espiritualidad perdida, al ser como materia, egoísta y egocéntrica desde mi experiencia con la
vida terrenal y anímica. Ahora lo que busco es reivindicar esa espiritualidad interpelando
algunos discursos inmersos en nuestra sociedad, y que he podido encontrar en muchos
aspectos de esta; aspectos relacionados con la imagen del cuerpo y su relación tanto con
nosotros mismos desde la sujetividad, pero también como parte de un todo más grande y
organizado dentro de los sistemas de pensamiento y producción de la sociedad.
El cuerpo ha sido un elemento constante en la representación de la historia, considero que
es un elemento de referencialidad de la identidad de la sociedad, pues es a través de este que
el ser occidental a construido su desarrollo material e intelectual, desde la modernidad y sus
concepciones de pensamiento basadas en el hombre como centro, herederos de la historia y la
ciencia; y como búsqueda de ideales contemporáneos inmersos en el consumo, la
comunicación y la materialidad de las relaciones sociales. En la actualidad la realidad es muy
distinta. “El cuerpo ya no es tan sólo el sitio donde alojar la mente, sino que pensamos con
nuestro cuerpo, y es a través de éste como afirmamos nuestra presencia en el mundo y ante
los demás (cuerpos)” (Diestro, 2006, p.2).
7
CAPÍTULO II
EL CUERPO Y EL DISCURSO
2.1.
El cuerpo y la tecnología
En toda cultura la interrogante sobre el sí mismo puede entenderse como algo esencial, ya
que preguntarse por uno mismo ya sea en relación a otros sujetos o en relación con la
naturaleza, forma parte de las culturas tal y como las concebimos, y muy especialmente
dentro de la cultura occidental, desde donde se concibe y surge el concepto de arte como lo
entendemos en la actualidad. Para entender esta relación del sí mismo con el arte hay que
remontarse hacia los principios de la modernidad, como uno de los puntos clave desde donde
se concibe de forma más significativa esta relación y a partir del cual se han generado
distintas formas de abordar el cuerpo como discurso.
En el libro Corporalidad: la problemática del cuerpo en el pensamiento actual Rovaletti
(1998) ejemplifica esta problemática en la se encuentra inmerso el cuerpo:
El discurso sobre el cuerpo y el discurso del cuerpo no es nunca neutro. Por un lado
nos habla del aspecto prometeico y dinámico, de su poder demiúrgico y de su deseo
de placer; de ser principio de acción y creación, fuente de arquetipo de belleza,
catalizador y espejo de relaciones sociales. Y por otro, traduce ese aspecto trágico y
doloroso de su temporalidad y su precariedad: es el cuerpo como fuente primera del
sufrimiento. Ambas perspectivas componen una visión dramática del cuerpo. La
sociedad capitalista, ha sabido explotar bien esta circunstancia, transformando la
corporalidad en un nuevo cuerpo de consumo, y así entre todos los dominios de la
8
vida social el cuerpo se ha convertido cada vez más en objeto y centro de nuestras
preocupaciones tecnológicas e ideológicas. Sin embargo, subyacente a estas
representaciones hay una experiencia ia originaria de la corporalidad, y será preciso
aprehenderla a través de innumerables reflexiones, representaciones y mascaras que
forman nuestro lenguaje. (p. 377)
Es el hombre de la edad moderna el que comienza a incorporar la entropía a través de la
razón como sostén para justificar el mundo y a través de este a sí mismo. Por eso el recorrido
de la historia del arte parece ser un recorrido por una galería de representaciones que tienen
en su mayoría una fuerte carga de preocupación por el hombre mismo; ya sea desde el
renacimiento y el principio del hombre como medida de todas las cosas, pasando por la
ilustración y su aporte romántico, ya sea por la preocupación de las vanguardias artísticas por
expandir las fronteras del entendimiento cultural, o el relativismo posmoderno como parte de
una necesidad que pudiera leerse desde lejos como la constante necesidad de entenderse a sí
mismo en la complejidad de su existencia social.
El reflejo constante del hombre sobre las relaciones que crea con el resto del universo es
más evidente en la modernidad, pero también lo es en la antigüedad y en la actualidad.
Michel Foucault (1990) hace un repaso de las tecnologías del yo, donde evidencia la
constante de esta preocupación y de cómo van transmutando históricamente en relación con
los condicionantes sociales y las estructuras ideológicas donde se encuentra inmersa, desde
un ocuparse de sí mismo a un conocerse a sí mismo.
Si bien es cierto que estas preocupaciones podrían concebirse como formas de responder
el condicionante social, también se encuentra asociadas a estructuras de poder. Sin embargo,
9
nos muestra la importancia que tiene el sí mismo en relación con el hombre y con la
sociedad, al ser formas de reconocimiento y representación cuyo fin es ante todo, generar una
forma de conocimiento práctico sobre la vida. Para Foucault (1990) las tecnologías del yo
serían formas de hacer frente al mundo a través del sí mismo como modelo.
En el mundo del arte también se dan estas variantes sobre el sí mismo. Si hacemos un
repaso histórico que tome en cuenta las tendencias y concepciones del arte, nos damos cuenta
que el arte ha pasado por distintos períodos que nos muestran la necesidad de concebir el arte
como una manifestación tanto material como intelectual, de conocimiento sobre lo real a
partir de la subjetividad.
La relación del arte con el sí mismo está acompañada también por una necesidad de
universalización, si en las tecnologías del yo la preocupación es netamente individual, así sea
una manifestación de individualidad reflejada ante el mundo; en el arte esta relación se
vuelve más compleja al incorporar con mucha mayor fuerza a la sociedad como receptora de
esta individualidad, dado que el arte es un elemento social, que no podría existir sin un
receptor, por eso el arte es también un medio de comunicación de ideas.
En el arte el sí mismo es una concepción que trata de imponerse disimuladamente, más
aún cuando los parámetros del arte tienen que ver con la representación. En el arte, y en
especial en el arte moderno, las manifestaciones artísticas podrían entenderse muchas veces
como imposiciones de puntos de vista, representados a través de distintos medios con los
cuales se pretende interpelar al público en una condición de ventaja. Esto se debe también a
que la representación artística ha sido concebida como una forma de expresión que maneja
determinados códigos estéticos y lingüísticos que promueven su potencialidad como forma
10
encarnada del yo hacia el exterior, haciendo del ejercicio del arte la mayor parte del tiempo,
un ejercicio de intimidad y subjetividad.
Si en la modernidad la autoría y la afiliación ideológica de carácter estético marcaron las
formas de representar, convirtiendo los estilos y los ismos en promotores de individualidad,
la representación artística en sí ha promovido la fijación sobre el hombre como objeto
justificativo conceptual de todo lo representado. Es en las vanguardias y en el arte
contemporáneo donde podemos observar que existe un retomar de la representación del sí
mismo como signo que potencializa la práctica artística y los formatos, incorporando por
ejemplo el propio cuerpo como herramienta de representación del mundo, como objeto y
sujeto, incorporando también las propias preocupaciones como herramienta para representar
el mundo.
En el mundo del arte, donde las relaciones artista-obra-sociedad están mediadas por
distintos niveles estéticos, y donde los contenidos tienden a volverse universales, cabe
preguntarse por el sentido del arte en relación con el sí mismo, o mejor dicho, comenzar a
entender el arte como una práctica cultural que puede asemejarse a una tecnología del yo en
relación con la sociedad que promueve un conocimiento práctico sobre el mundo.
Para entrar en el análisis del arte como una forma de conocimiento de sí mismo es
necesario interpelar nuevamente a la historia para darnos cuenta que el hombre como ente
universal, ha promovido distintas formas de ver el mundo desde este enfoque que,
prácticamente, ha convertido la historia de la representación en una historia de sí mismo.
11
Lo que tienen en común una obra de Miguel Ángel y una de Andy Warhol es que ambas
corresponden a una forma de ver el mundo en particular, ambas visiones están inmersas en un
condicionante de época, que sin embargo logra articular la propia voluntad por sobre el
mundo a través de un ejercicio inconsciente del sí mismo como portador de una realidad.
Ambos trabajan sobre el hombre, sobre el cuerpo y sobre su condición de individuo social.
En el arte contemporáneo o posmoderno la relación del sí mismo como motor de la
representación tiene sus complejidades. El principio de interpretación abierta, donde cada
individuo interpreta de acuerdo a su propia experiencia por ejemplo, refleja al sí mismo como
un concepto híbrido, no solo propositivo y constructor de realidades, sino también como
destructor de ciertas medidas o concepciones dadas por la historia, de sus ideales y sus
representaciones.
Figura No. 1 “Ego”
Fuente: obra de la autora, xilografía 2009
12
2.2. El cuerpo como campo de batalla simbólica
2.2.1. El yo y el género.
La aparición de las teorías de género a principios de los años setenta como elemento
discursivo dentro de la política y el arte, facilitó a las mujeres separarse del discurso de que la
verdad de la persona estribaba en su anatomía, en su sexo biológico (Aliaga, 2004). Es así
como distintas teorías de género como la teoría queer plantearon las interrogantes sobre las
que se afianzaron una variedad de postulados que asumían el cuerpo desde una perspectiva
social; es decir que el género asumido como una construcción social y no biológica,
directamente relacionado con valores, roles y actitudes, propició el surgimiento discursivo del
cuerpo desde una perspectiva política de la representación.
La influencia que estas teorías y el ambiente de emancipación del cuerpo fueron
importantes para que las representaciones del cuerpo o sobre el cuerpo se convirtieran en una
herramienta indispensable para pensar críticamente las nociones sociales del cuerpo en la
sociedad, contribuyendo también a la revisión crítica de las imágenes que tomaron a la mujer
y su corporeidad como símbolo de las prácticas de consumo incluso en el contexto del arte.
La sexualidad toma un papel relevante en la sociedad y en las luchas del cuerpo desde lo
sexuado, la perspectiva sexual se torna política cuando es asumida desde la identidad sexual:
La sexualidad corpórea no es un accidente sino, precisamente, una forma peculiar de
intencionalidad, un eros o lívido que anima, a un mundo original, que da valor o
significación a los estímulos externos y que diseña para cada sujeto el uso que hará de
13
su cuerpo objetivo. La sexualidad es un signo, y un signo privilegiado que me permite
estar abierta a una dialéctica con el otro. (Rovaletti, 1998, p.191)
Con una perspectiva política, el feminismo se instaura en el arte del siglo xx, y es a partir
de ahí donde se comienza a generar un discurso personal del cuerpo que toma varias líneas de
acción, pero que sin duda se refiere al cuerpo femenino como arma transgresora; todo esto
apoyado en la proliferación de grupos de concienciación política que partían del análisis de la
propia experiencia personal de las mujeres para hallar una vía de análisis político que
permitiera formular propuestas de carácter crítico (Aliaga: 2004).
Artistas como Faith Wilding, Valie Export, Ana Mendieta, Martha Rosler, Cindy
Sherman, Nan Goldin entre otras, en el boom feminista norteamericano forman parte de una
generación que critica las nociones de roles sociales a través de performances, utilizando la
imagen de sus cuerpos como matrices a través de los cuales construir discursos que
proponían una forma potente de reivindicar las nociones de género, violencia, naturaleza, etc.
desde lo femenino. Esto es evidente en el estudio de Peggy Phelman editado por Hellena
Reckitt (2005):
CRISIS DE IDENTIDAD. Hacia finales de los años ochenta, varias feministas habían
logrado hacerse un nombre en el panorama artístico internacional. Las obras de contenido
teórico se debatían en revistas como Artforum u October. Una nueva generación de artistas
feministas afroamericanas y británicas negras investigaron la intersección de las
identidades raciales y sexuales y los legados del colonialismo, y revelaron la posición
dominante de las mujeres blancas en el movimiento feminista. Las artistas del
performance cuestionaron las distinciones entre el arte, la cultura popular y las vivencias,
14
y exploraron los tabúes corporales. Ellas ocuparon una posición especialmente vulnerable
en las “guerras culturales” de EEUU a finales de los ochenta. (p. 134)
Pero no solo el feminismo forma parte de esta nueva conciencia corporal a través de la
cual el cuerpo se convierte en una herramienta. Las identidades de género se convirtieron
también en una posibilidad de abordaje a través de la estética, la teoría queer y el activismo
de género son parte de una amplia gama de espacios de identidad donde lo económico, lo
étnico y lo racial constituyen un campo de manifestación a través del cuerpo. En este sentido
lo corporal como un elemento de individualización e identificación se posiciona en el arte a
través de distintas manifestaciones ya sea a través de la imagen o la performatividad.
Entre las prácticas artísticas que se manifiestan con una íntima relación entre el cuerpo, el
yo, la política y la estética, se encuentran movimientos transgresores de los cánones de
representación del cuerpo. El Accionismo Vienés fue uno de los movimientos centrales en la
década del noventa que puso a prueba las posibilidades y vulnerabilidad del cuerpo como
herramienta discursiva. La violencia, la autoflagelación, la organicidad y el límite son usados
como principios de comunicación para referirse a las condiciones míticas del hombre, su
naturaleza y organicidad social.
Todas estas prácticas que en cierta medida asumen una conciencia del cuerpo son
discursos generados desde una conciencia universal del yo, asumido como un elemento social
con capacidad de transformación de la realidad. Es por eso que el cuerpo discursivo desde el
15
yo, desde la identidad, ha construido una trama de posibilidades a través de las cuales poder
construir verdades, necesidades, razones y discursos.
Los ejemplos de la historia del arte y sus manifestaciones artísticas, las épocas discursivas,
los conflictos sociales, la experimentación estética, todo a sido abordado desde la
corporalidad del ser, con la intención de darle un significado o encontrar una razón, un lugar
donde depositar el cuerpo, o replantearse el signo sobre el cual se asienta la razón del ser
humano. En el arte, como en la vida misma, el cuerpo asume el lugar del control, pues es
sobre éste donde se impone la razón y los imaginarios sociales, culturales o científicos, los
imaginarios del deseo. Es a través del cuerpo que se impone el control (Foucault, 1990), y es
a través de este donde se encuentra la posibilidad de liberación, de ahí la importancia y la
inmensa capacidad política del cuerpo como resistencia.
Figura No. 2 “Yo como tal”
Fuente: obra de la autora, acrílico sobre madera 2009
16
2.2.2. La identidad como resistencia.
La identidad se torna un aspecto imprescindible del yo como esencia, que prácticamente
ha desaparecido de la sociedad de consumo y del espectáculo. Hablar de identidad nos lleva o
a identificar determinados patrones de comportamiento y de imagen desde la moda; o a
relacionarla con determinados aspectos esencialistas de las culturas. En este aspecto, en la
actualidad podemos hablar de la existencia de diversidad de identidades, incluso dentro de
espacios reducidos de la sociedad.
Todos los seres humanos nos identificamos dentro de una identidad, ya sea por elección o
por naturaleza cultural, es lo que nos hace pertenecer a un grupo, a un espacio, a
determinados patrones, formas de comportamiento y esencias; somos parte de algo colectivo,
compartimos algo en común con otros seres iguales. La identidad es también una forma de
supervivencia, resistimos a través de ella, y a través de ella desafiamos la realidad. El cuerpo
y la subjetividad también son parte importante de la identidad, por medio del cuerpo hacemos
visibles y comunicamos varios aspectos de nuestra identidad, potenciamos a partir del cuerpo
nuestra esencia y construimos significados.
En la construcción de un discurso desde el arte, o para la generación de alguna propuesta
estética siempre esta presente la identidad y a través de esta, el cuerpo como presencia. Es
indispensable ser conscientes de nuestro cuerpo al momento de enfrentarnos a la obra de arte
y a los formatos de representación. Es indispensable también, tomarse el tiempo para pensar
y actuar de forma coherente con nuestro cuerpo, construir un referente basado en el yo
colectivo, que nos proyecte hacia la búsqueda de la presencia del cuerpo
17
Mi condicion de genero, mi identidad afrodescendiente, y el espacio social donde me
desenvuelvo construyen mi identidad. Soy consiente de que todos estos componentes me
modelan y construyen un discurso sobre mi, porque cada uno de estos aspectos contienen
signos que me identifican también. Comparto, incorporo, refuerzo y desecho determinados
aspectos de mi identidad para construir mi propio discurso, mi propia forma de vida y mis
formas de resistencia frente al mundo que me rodea.
En la actualidad las luchas de género y el cuerpo como un soporte de lucha y
reivindicación han sido puestos a prueba. A partir del performance, del activismo y las
experiencia de arte colectivo que se han sucedido desde las vanguardias, podemos observar la
efectividad de otras prácticas dentro del arte, que podemos llamar de resistencia, constituyen
campos de reflexión y acción sobre aspectos de la sociedad, movimientos reivindicativos de
toda clase asumen desde las prácticas artísticas y sociales la tarea por la reivindicación de la
identidad.
18
Figura No. 3 “Tristeza”
Fuente: obra de la autora, digital 2014
19
CAPÍTULO III
EL CUERPO CONTEMPORÁNEO Y LA SOCIEDAD
3.1. El cuerpo y la parte maldita
3.1.1. La pantalla.
El cuerpo como límite y como punto de partida para la superación del límite discursivo de
su propia imagen, contempla la posibilidad subjetiva y objetiva de abordar una realidad
intransigente, ya que es la base de todas las referencias cognoscitivas, refiriéndonos
necesariamente a lo social. El filósofo Gianni Vattimo ha sostenido que el
postestructuralismo marca la disolución de la materia como categoría contemporánea. El
cuerpo nos es dado y arrebatado simultáneamente y en esta simultaneidad se prolonga una
decadencia que nos lleva al caos, a quebrantar violentamente nuestra parte racional.
Por la insistente lógica de búsqueda del ser humano para trasgredir y metamorfosear el
cuerpo, se ha dado un sentido diferente e inconsciente y racional a todo lo existente. Con el
paso del tiempo esto va desapareciendo como materia, aunque siga existiendo como esencia.
Jean Baudrillard le da un sentido estético al objeto como primicia y por la forma como se
relaciona con todo lo existente, reformula al cuerpo como signo colocándolo en una posición
dual; ésta es, cuerpo-esencia que cumple con la función de reflejo de una hacia la otra, que
en su negación, afirman su existencia y en su oposición igual son significativas.
20
Ya no existe ni trascendencia ni profundidad ahora es pantalla y red, esto se podría
entenderse como algo muy cruel para nuestro cuerpo, nos proyectamos con los sentimientos
artificiales, dándole cabida a lo que es el “súper yo” como construcción y afirmación de los
valores dictados por la sociedad para obtener una pantalla televisada que nos bombardea y sin
darnos cuenta nos conquista con los anuncios publicitarios e ingenuamente los extrañamos en
nuestro ser hasta llegar al punto de ser parte de ellos en ciertas ocasiones, sin saber que estos
a la larga no nos darán ningún beneficio real. Es la ilusión de la imagen.
El avance tecnológico es el retroceso sensorial del cuerpo, por esta dicha tecnología el
cuerpo aparece como un cuerpo inútil, es decir, sometido a la máquina, viviendo una hiperrealidad, es como invertir los papeles en el mismo cuerpo, lo que teníamos en pantalla como
algo irrealizable ahora lo tenemos y lo vivimos como real y todos los actos manuales del ser
humano solo van a estar en pensamiento no en hechos realizables por miedo al retroceso,
todo esto es un desdoblamiento por la cual se da la desilusión del ser.
También el tiempo nos deja tiempo para ser más inútiles, un cuerpo lento, hemos perdido
nuestros sentidos en calidad de tacto, ya no hay intercambio sino instantes, como en la
comunicación, el internet y la parte virtual ya no nos deja estar en contacto con nosotros,
todo desaparece, desde el entorno hasta el cuerpo, ahora existe una aberración mental que
impide dar cabida a una ilusión creativa, y deja al imaginar como un requisito no
indispensable ya que todo está dado. Hay acceso directo a nuestra privacidad que se
encuentra vulnerable y descorchada por estos programas de tv que presentan escenas del
diario vivir, familiares, juveniles, escenas basadas en la vida real, hasta los actos sexuales
(pornografía) que se supone es lo más íntimo del ser.
21
En cierta medida todos estamos enloquecidos por el entretenimiento que nos tiene fuera de
la realidad, se vive una ficción mediatizada que no nos deja ver cómo funciona el mundo,
éste estado de conciencia que te separa de la realidad y te lleva a esta hiper-realidad que pasa
de ser un espectáculo entretenido a una comunicación obscena. Esa obscenidad fría y
comunicacional, es la promiscuidad por la saturación artificial, un exterminio de los espacio
según Baudrillard (1987) la existencia se vuelve urgente cuando la vida carece de sentido.
Un cuerpo no tiene nada que decir cuando no tiene nada que comunicar, solo está ahí.
Exagerar la presencia de un cuerpo es la reafirmación de su ausencia, cuando un cuerpo está
desnudo se da la rectificación de la existencia ya que nos lleva a cuestionar ¿que hay más allá
de ese cuerpo? es decir, la desnudez nos traslada al lo mas oculto y místico del ser. En el arte,
desde la antigüedad fue estudiado el desnudo, el movimiento, las expresiones corporales; a
pesar de esto el cuerpo siempre estuvo escondido por una impuesta moralidad, ahora como
todo es espectáculo se maquilla esta realidad convirtiéndola en una especie plana ausente de
naturalidad.
Baudrillard nos dice que la máquina crece y nos da todas las soluciones posibles para
purificar nuestros cuerpos, pero cada día el ser humano se va quedando sin anticuerpos y hay
que protegerles, por lo tanto necesitamos de esta purificación artificial, el cuerpo y el espíritu
ya no tiene defensas solo les toca seguir progresando para convertirse en artefactos técnicos
por este sometimiento de la ciencia.
Esto nos lleva también al individualismo, a un egoísmo universal, una auto alienación,
entonces el cuerpo no trasciende, sólo se divide y la reflexión en cada parte es la misma y uno
quiere parecerse a sí mismo (narcicismo). La postura de lo posmoderno es el inconformismo,
22
todos buscan cosas nuevas y no explotan lo que tienen, es por esto la acumulación,
reproducirse y pretender que todo el mundo se parezca a uno mismo por la auto fascinación
que nos lleva a una mutación, acto violento que ni siquiera llega a reconocerse en sí mismo.
El ser humano como protagonista, con miedo, un espectador entretenido que tiene una
mirada fija hacia donde no sucede nada, pero dispuestos a manipular el mundo para ser lo
mejor del mundo… ahora ya estamos muertos. La pantalla, la tecnología, la publicidad, el
maquillaje y todas estas banalidades necesarias para que el cuerpo caiga un el juego de
apariencias, claro, por detrás de la supuesta moralidad ya nombrada, el cuerpo, el ser, el yo o
el sí mismo queda atrapado, proporcionando una decadencia del ser. De nada sirve la muerte,
también hay que saber desaparecer, de nada sirve vivir sino se sabe seducir. Baudrillard,
1987).
Figura No. 4 “Autorretrato”
Fuente: obra de la autora, grafitti 2009
23
3.2. Cuerpos Ausentes: Confrontaciones corporales y la identidad como
presencia y ausencia
En la posmodernidad, con la tecnología, el cuerpo se ha liberado de su naturalidad y de si
mismo dando paso a la ausencia, surgiendo desde la ausencia misma para hacerse presente.
El cuerpo como lugar de experiencias tiene varias superficies que dan espacio a la
redefinición del arte, el cual nos lleva a concientizar sobre este mundo y el peligro que corre
por el bombardeo de imágenes y el afán de perfección. Nos origina una concepción de la
realidad agredida por el cuerpo y viceversa, la cual es intencional ya que lo absurdo universal
está presente y a través este nos encontramos con una ceguera individual.
Es radicalmente distinto hablar del “cuerpo” desde el propio cuerpo (intracuerpo) y desde
el cuerpo ajeno (extracuerpo) que se ve y lee en una exterioridad. En el primer caso, es
una experiencia subjetiva, íntima y propia la que se expresa; en la segunda, es un allá que
se interpreta desde mis experiencias de exterioridad. En su constatación de existencia, mi
cuerpo es puro presente. El cuerpo ajeno en cambio es pasado, por ejemplo, cuando al ver
a alguien supongo que su cansancio se debe a esfuerzos pretéritos; o es anticipación
futura, cuando temo la agreción del iracundo o apetezco la suavidad de una caricia. El
cuerpo propio es sentido, el ajeno es una exterioridad interpretada, el primero es obvio, el
segundo es imaginado. (Rovaletti, 1998, p.137)
La presencia del cuerpo ausente se da cuando uno se encuentra entre tantos cuerpos, el
propio cuerpo se ausenta para observar a la propia subjetividad convirtiéndose en una sombra
y dejando huellas en otras. La ausencia no es lo que se opone a la presencia, es con la
presencia de algo que se concibe lo que no está.
24
El secreto de todo esto es la seducción, como lo afirma Baudrillard es como la atracción
de los polos, y los polos no son opuestos, es el uno quien seduce al otro, la ausencia a la
presencia y es en la seducción que esta el equilibrio del mundo dual y antagonista que
individualiza al cuerpo pero no le da independencia por el exigente discurso sobre este, donde
lo cultural, como una imagen encarnada del intercambio comercial, genera contradicciones y
yuxtaposiciones de identidades, construyendo un mundo de incertidumbres sobre las
relaciones entre individuos.
De la misma forma el cuerpo se enfrenta a un exterior superficial sometido a las leyes de
la naturaleza, y por supuesto en la postmodernidad, a las leyes del ser humano en
construcción de una identidad, no como un hecho en sí, no como algo hereditario, no como
un conjunto de normas que hace creer al cuerpo que pertenece a la misma cultura. No es ese
sentimiento de pertenencia, sino como una huella, como una cosa orgánica y con una cosa me
refiero a un olor, sabor, ruido, melodía, halo, como algo propio y natural, un cuerpo dejando
su esencia a paso dado, sensación de organismo que solo la podemos apreciar mediante la
confrontación del cuerpo con su ausencia. Hasta se podría decir que la identidad es relativa.
Cuerpos visibles, invisibles, expandidos, mutilados, obscenos, aludidos y hasta diseñados
a la carta por ordenador, pero siempre cuerpos, y nada más que cuerpos, ya no es que
tengamos un cuerpo, sino que somos un cuerpo. Y este giro del tenemos al somos es la clave
fundamental para entender el cambio metafísico que se ha producido en nuestra era
Postmoderna, y en nuestra forma de percibirnos a nosotros mismos y a los demás (Diestro,
2006).
25
La presencia del cuerpo ausente como esencia, alude a la pureza, al ser desnudo, etéreo. La
desnudez es un cuerpo despojado, es la ausencia de sí mismo, un cuerpo que no tiene nada
que ocultar, pero es en la desnudez donde esta el misterio, ya que la desnudez es la capa del
yo, por lo que entonces reafirma la confrontación.
La primera señal de este desnudarse es la vergüenza. La vergüenza está ligada a la
desnudez. No toda desnudez causa vergüenza. La ocasionada cuando, como dice Lévinas, en
ella se encuentra la ostentación de nuestro ser, su intimidad última. Vergine proclama que el
artista corporal está obsesionado con la obligación de exhibirse para poder ser, la elección del
cuerpo como un medio de expresión es un intento por hacer frente a algún tipo de represión
que, con el tiempo, vuelve a la superficie de la experiencia con todo el narcicismo que lo
envuelve. Esta drástica visión del cuerpo del artista, que como afirma el autor, había
permanecido reprimido durante largo tiempo bajo el régimen de la edad moderna, supone una
transformación violenta en la autentica concepción de lo que es el arte visual.
“El cuerpo solo puede pertenecer a la comunidad cuando tiene sentido por si mismo”
(Jean-Luc Nancy, 1992, p.123). Este es el inicio del arte posmoderno, donde el proceso de
creación es tan importante como la obra final, este tipo de arte para la época fue importante
por su revolución, tomar como pretexto al cuerpo para dar rienda suelta a lo que es la esencia
del cuerpo, el inicio del conceptualismo.
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Figura No. 5 “Cuerpo y alma”
Fuente: obra de la autora, fotografía digital 2007
Fotografía: Javier Escudero
27
3.3. Cuerpos para el consumo
El cuerpo es un performance narrativo, al movernos, al transitar por los espacios
cotidianos, estamos llevando a cabo una narrativa, repitiendo paradigmas y reforzando los
preceptos sociales, evidenciando lo aprendido y mostrándonos como uno; es la construcción
de la auto referencia para transmitir a través de uno mismo, lo otro, es el yo convertido en
objeto y fetiche. El performance del cuerpo lleva a cabo la identidad de la cultura. El sujeto
resulta cada vez más alienado por la tendencia general a entender la identidad como una
comunicación que tiene lugar a través de accesorios (vestuario, joyas, tatuajes, accesorios,
materialidades), elementos temporales salidos de la construcción mediada de la realidad y el
ser.
Toda la historia actual del cuerpo es la de su demarcación, de la red de marcas y de
signos que lo cuadriculan, lo parcelan, lo niegan en su diferencia y ambivalencia radical
para organizarlo en un material estructural de intercambio signo, y resolver su virtualidad
de juego e intercambio simbólico en una sexualidad tomada como instancia determinnte,
instancia fálica.
En este sentido el cuerpo es, bajo el signo de su “liberación”, considerado dentro de un
proceso cuyo funcionamiento y estrategia son los mismos de la economía política.
Moda, publicidad, nude-look, teatro desnudo, strip-tease, es de una variedad y
monotonía absolutas. Las pulseras collares, anillos, cinturones, joyas, cadenas; en todo
lugar el escenario es el mismo: una marca que toma fuerza de signo y función erotica
perversa, una línea de demarcación que simboliza la castración como articulación
simbólica de la carencia (Baudrillard, 2013).
28
La relación del ser con su parte social está mediada por una imagen icónica de sí mismo
que reproduce un sistema de consumo de identidades basados en la superficialidad de la
apariencia. Es la relación que toma el cuerpo con lo material, que lo hace moverse hoy en día
como un artefacto más que transita los espacios sin dejar huellas duraderas y sólo transitorias,
que se retoman constantemente cada vez en cuando, para generar tendencias de consumo.
Existe un desligamiento entre la performatividad del cuerpo y su esencia, su singularidad.
Los modelos del cuerpo se sobreponen a la particularidad, por lo que es cada vez más
complejo el encuentro distintivo y enigmático de la diferencia, cuando todo está
estandarizado.
La materialidad no puede ser minimizada en este mundo, pero ésta se puede reducir a
términos lingüísticos (conceptos), es un tipo de deconstrucción para la materia. ¿Qué se deja
afuera de la esfera para poder sostener y asegurar las fronteras? La relación entre la materia,
el cuerpo y lo social es un juego de poderes, la idea del cuerpo como material, y del cuerpo
como concepto es la razón por la cual confluimos mientras caminamos y nos desplazamos. El
cuerpo está hecho para ser leído, para ser consumido, devorado, destruido, convertido,
transformado. Es el cuerpo y sólo el cuerpo, en su capacidad lingüística el único elemento de
la naturaleza capaz de generar con tal fuerza de presencia, las transformaciones más
dramáticas y elementales.
Sin embargo, dentro de su capacidad transformadora se encuentra precisamente su fin, el
uso pervertido de la esencia del cuerpo: su deshechabilidad.
29
El cuerpo para el consumo es el cuerpo entendido ya no como fetiche, el cual es su
condición objetual, es el cuerpo como apariencia, como forma inconclusa moldeada
constantemente por el deseo, construcción desprovista de esencia, producto en masa que es a
la vez la apariencia de la esencia. El lenguaje se banaliza, la narrativa se reproduce
controladamente, se sucede reproduciéndose a si misma perpetuamente, logrando anular el
poema del cuerpo.
Figura No. 6 “Ni me mires con paciencia”
Fuente: obra de la autora, ilustración digital 2014
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Figura No. 7 “Halo”
Fuente: obra de la autora, stop motion (fotograma) 2011
Figura No. 8 “Espera”
Fuente: obra de la autora, fotografía digital 2009
31
CAPÍTULO IV
EL CUERPO INTERVENIDO POR LA OBRA DE ARTE
4.1. Cuerpos quirúrgicos
El cuerpo es una especie de cascarón que hay que cuidar para mantenerlo limpio, lo que
llevamos dentro, las deformaciones externas no son únicas, Pero si hay algo que caracteriza
de manera única la época que nos ha tocado vivir es la tecnología, nuevas exigencias del
mundo que nos rodea, adaptación de las adaptaciones, deformaciones y transformaciones
crean nuevos sentidos.
Somos testigos de cómo los cánones de belleza van cambiando nuestra percepción de la
realidad, de la belleza y de los ideales. La transformación del cuerpo se ha vuelto un
paradigma en la sociedad contemporánea, las obsesiones por la belleza, la forma, el
maquillaje; cada vez más rápido nos dirigimos a observar como un solo modelo de ser se
implanta en nuestra sociedad, parecería ser que de esa forma todo es más fácil y vendible, un
elemento más estrictamente de mercado.
Con el avance de la tecnología y las posibilidades que brinda para “mejorar” el cuerpo o
la imagen de este, como ocurre con la fotografía manipulada y los programas de edición, la
publicidad y toda clase de formas de representarse en formatos virtuales y sociales, donde el
anonimato o la falsa presencia son la base. Podemos ver que poco a poco se va perdiendo la
conexión real con la singularidad. Las imágenes se convierten en construcciones artificiales
de la identidad virtual e ideológicamente.
32
Pero la virtualidad es sólo un elemento de esta posibilidad de transformación del cuerpo a
partir de la tecnología, la cirugía sobre el cuerpo es también un elemento de nuestra época, un
patrón para alcanzar la belleza cada vez más fuerte para la proliferación de cuerpos
modificados. Estos patrones de comportamiento son normalizados al punto de generar
tendencias estéticas a través de la moda y construir paradigmas de comportamiento e
identificación. En nuestra sociedad, el cuerpo se ha vuelto una máquina de apariencias que
desborda la naturalidad hacia la materialidad, cada vez más cerca del objeto.
La artista Orlan, que ya mencionamos en otra parte de este texto, es un referente con su
obra en el abordaje de la temática de la transformación estética del cuerpo. Esta artista utiliza
su cuerpo como lienzo sometiéndolo a toda clase de intervenciones quirúrgicas, utilizándolo
como referente del cuerpo humano para referirse a la materialidad, la objetualidad y la
naturaleza icónica del cuerpo en la actualidad. A través de sus autorretratos, su obra auto
referencial nos permite observar la obsesión de nuestra sociedad por la imagen perfecta a
cualquier costo. Si algo importante se rescata de esta obra es el hablar sobre la belleza, y la
violencia detrás del significado.
Es importante tener en cuenta que la obra de artistas como Orlan, que llevan su cuerpo al
extremo, es un reflejo de la misma sociedad a la que hace referencia, como si la condición de
la imagen en la actualidad, el mimetismo de la moda, las relaciones impersonales del cuerpo,
toman por asalto el mismo medio que construye discursos sobre este. El arte estaría también
absorto en una especie de metáfora global del cuerpo, donde parece difícil distinguir entre lo
real, lo verdaderamente real y la apariencia icónica del cuerpo, del ser, en el mundo
contemporáneo.
33
La estética, al igual que el resto de manifestaciones que son producto de los ideales y
experiencias del ser humano, es un conjunto de referencias que no podría sobrevivir sin su
referente: la historia, la política, el presente. El arte y el cuerpo, como elementos
imprescindibles de la cultura, son a su vez la construcción de esta cultura en su auto
referencialidad perpetua. El arte absorbe la realidad para hacerla palpable, pero a su vez se
convierte en el objeto referente, se convierte en esa realidad, en una imagen espectáculo. En
un objeto en circulación.
Figura No. 9“Especie”
Fuente: obra de la autora, acrílico sobre lienzo 2008
34
4.2. El cuerpo como construcción artística
4.2.1. Arte y cuerpo.
En la historia del arte se pueden encontrar momentos históricos en los que la fijación
sobre el cuerpo resulta evidente, en ciertos movimientos artísticos modernos y
contemporáneos podemos evidenciar tendencias a utilizar el cuerpo como lenguaje, y a la vez
encontramos también artistas cuyo trabajo individual, fuera de cualquier corriente
predominante, o sin pertenecer a ninguna comunidad artística, asumen como motor de sus
búsquedas al cuerpo. Amelia Jones (2011) en su estudio sobre el cuerpo del artista habla
sobre la transformación de la pintura en relación al gesto del cuerpo:
CUERPOS GESTUALES. La pintura como acción llevo a explorar los gestos del artista
como parte de la propia obra de arte. Los artistas de la década de 1960 empezaron a
utilizar sus cuerpos como arte en performances, eventos y “acciones”. También se
elevaron a la condición de arte las actividades habituales de la vida cotidiana. Dado que el
cuerpo se presentaba como el material a partir del cual se creaba la obra, el arte en sí tenía
una duración limitada por el gesto, y el fotógrafo tenía la función de documentar esta obra
transitoria. El doble papel del artista como sujeto y objeto creció como una nueva forma
de arte, sobre todo en Europa y EEUU. Mediante eventos y happenings los artistas
empezar a estrechar la distancia que les separaba de los espectadores –la creación y la
recepción del arte- A medida que estos últimos se convertían en una parte indispensable de
la representación. En la década de 1960, los gestos en publico de los artistas solían
transformarse en una forma especial de activismo que añadí una dimensión política a la
obra. (p. 70)
35
En este capítulo me dedicaré a recoger el trabajo de artistas que utilizan el cuerpo como
lenguaje, para trazar un conjunto de diferencias, semejanzas y afinidades entre ellos y mi
propio trabajo. La selección de los artistas tiene que ver con mis propios intereses y
conocimientos para complementar el contenido de este trabajo, pero tiene que ver también
con la radicalidad en el uso del cuerpo como lenguaje plástico transgresor.
Me resulta interesante encontrar en determinados tiempos la agrupación consciente o la
asimilación inconsciente entre personas para desarrollar o intentar construir una estética o
lenguaje determinado. Las razones para esto son diversas y responden a realidades distintas y
complejas, muchas de ellas relacionadas con el contexto local, otras veces herederas de una
tradición o simplemente un resurgir de intereses plásticos o comunicacionales de carácter
global. Estos movimientos o espacio tiempos en la historia han resultado ser determinantes en
muchos sentidos.
Una de las experiencias indispensables en la historia del arte fue un movimiento surgido
en Alemania y luego expandido alrededor de Europa, Asia y Estados Unidos en las décadas
del 60 y 70. A este movimiento, heredero de una tradición artística que comenzó a
cuestionarse la materialidad de la obra y la razón de ser del arte como el Arte Conceptual, el
Dada y sus manifestaciones más concretas como el happening, producto de un sentimiento de
subversión que fue acumulándose en las décadas anteriores con las vanguardias, se lo conoce
como Fluxus, cuyo principal precepto propuesto por su mentalizador Manciunas, bordea las
nociones de juego, experiencia, anti-profesionalismo y colectividad; de ahí que con el pasar
del tiempo las experiencias Fluxus conformaran un conjunto de momentos en los que la
corporalidad y la presencia del público como actor es indispensable.
36
Esta primera instancia, por prestar atención a la acción capaz de ser conseguida por el
cuerpo, me resulta interesante para comenzar a orientar la practica artística como un elemento
catalizador de la energía corporal, más allá de lo conceptual, la reivindicación de la presencia
tanto del artista como del público son elementos indispensables para generar la experiencia
artística en ciertos espacios del arte.
La radicalidad en la corporalidad tendrá su propio espacio que aparentemente será parte de
la misma experiencia de la época. El Accionismo Vienés es un movimiento surgido en Viena
entre las décadas del 60 y 70, el cual representa una de los aportes más radicales de la historia
del arte universal. Cabe mencionar que las condiciones inherentes al contexto social de la
época tienen sus influencias directas sobre el arte.
El arte como vanguardia siempre ha tenido un tinte político, de reafirmación o destrucción
de determinados valores. La potencialidad del arte para crear contextos que desestabilizan la
realidad o ponen a prueba los valores de la sociedad, se debe a que el arte que se acerca más a
la realidad o toma como eje la experiencia pública, se identifica directamente con los
procesos que afectan a todos los seres humanos, involucran la economía, la estética, la moral,
etc.; ponen a prueba nuestra realidad. El cuerpo como catalizador de estas formas de
presencia del arte en la sociedad se convierte en el elemento imprescindible de interpelación
de la verdad y los tabúes.
Este movimiento, que representa una etapa radical de la consciencia artística promueve la
destrucción y provocación a través de sus actos, que la mayor parte del tiempo son públicos o
al aire libre, a manera de rituales, concibiéndose como un acto de sanación, chamánico,
provocador, religioso y redentor. El uso de sangre, de flujos corporales, de herramientas o la
37
flagelación, tiene un corte transgresor de los cánones estéticos del arte tradicional e incluso
de lo visto hasta ese entonces en el ámbito del arte de vanguardia o contestatario.
Estos movimientos podemos entenderlos como particularidades en la historia, pero que
sin duda han marcado las bases para posteriores experiencias, movimientos y se han
constituido en referentes de la tradición performática contemporánea, de la plástica y la
acción en el arte. Entre los artistas más representativos para mi en la década anterior,
encuentro a Ana Mendieta como un aporte importante en el contexto americano, por su obra
cargada de su condición de genero y la relación corporal que entabla con la naturaleza,
convirtiendo la tierra como cuerpo y el cuerpo como tierra. La obra de Mendieta toma un
tinte político al estar siempre presente en su obra no solo el género, sino también su
condición étnica, planteando diversas cuestiones sobre la naturaleza y el poder.
Marina Abramovic una artista con mucha coherencia en su trabajo, viene desarrollando
actividades performáticas desde la década del 60. Su obra, bastante ligada a lo ritual sensible,
impacta por detonar esas sensibilidades que tienen que ver con la identidad, el poder, el amor,
la libertad, la espiritualidad y la sanación; utilizando el arte como experiencia traumática y
como una herramienta de curación, generando espacio tiempos rituales que se convierten en
momentos, experiencias de emancipación del cuerpo sobre la consciencia. Fuera del
extremismo de el Accionismo Vienes por ejemplo, la obra de Abramovic impacta por
sutilidad, pues el cuerpo como significado, puede derivar en metáfora de lo social.
Al tomar la obra de Abramovic como referencia, podemos decir que la corporalidad,
entendida como presencia, está siempre ahí, sin embargo, dadas las características de la vida
contemporánea: hiper comunicada, rápida, desechable; no siempre la experimentamos o nos
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percatamos del impacto sensorial sobre el espacio, necesitamos crear experiencias cada vez
más concretas para poder sentir y generar relaciones. Para esto, el arte ha sido y es el medio
que nos permite construir experiencias a partir de lo estético, asumiendo la presencia del
cuerpo en el arte incluso como un acto político de resistencia frente a la normatización del
movimiento, del pensamiento y el cuerpo. Usar la aparente libertad que se desprende de las
prácticas artísticas nos lleva a generar espacio tiempos de resistencia.
Cindy Sherman es una artista que realiza fotografías interviniendo su cuerpo, imitando
diferentes roles exagerados de una mujer, se orienta a cómo ve un hombre a una mujer, y
cómo se ve una mujer a sí misma. En ese juego de roles encontramos la disparidad histórica
con que se concentra la representación del género, pero a la vez podemos evidenciar un
discurso sobre los condicionamientos del cuerpo en la sociedad.
Orlan, es otra artista que interviene su rostro con cirugías estéticas. Ella toma de su cuerpo
una medida subjetiva como si fuera un edificio o una arquitectura institucional, sometiendo
su cuerpo a transformaciones estéticas que re-configuran la esencia de lo dado, para
sumergirse en un mundo lleno de transformaciones ficticias pero a la vez reales por la huella.
Estas cirugías son transmitidas en vivo, como un performance donde el discurso apela a las
influencias tecnológicas y cánones de belleza occidental. Es muy interesante como estas
artistas utilizan su propio cuerpo como lienzo para representar y transgredir su rol femenino
desde su subjetividad.
Stelarc, es un artista que utiliza la tecnología como discurso del cuerpo, en su obra se
puede apreciar al igual que en la obra de Orlan la generación de otros cuerpos, la relación de
la tecnología con esta transformación y la reafirmación de un ideal estético sobre-humano. El
mundo ya ha sido colonizado y nos hemos adaptado lo mejor posible para vivir en él. Pero
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para seguir explorando y colonizando en otros mundos debemos evolucionar nuevamente y
con más conciencia que antes. (Juncosa, 1998).
Figura No. 10 “Autorretrato” y “Espectro”
Fuente: obra de la autora, construcción en metal 2012
40
CAPÍTULO V
CONCLUSIÓN Y RECOMENDACIONES
5.1. Conclusión
La forma en que asumimos el compromiso con el arte es lo que marca nuestra proyección
como esencia. Mi trabajo se relaciona con el cuerpo, tratando de encontrar la conjunción
entre la esencia del cuerpo a través del si mismo, el yo, y la construcción material del cuerpo
a través de su funcionalidad social. Trato de desprenderme de los referentes y a la vez
absorberlos todos por igual, con el objetivo de encontrar espacios de penetración del cuerpo,
creando relaciones conflictivas, creando un efecto.
El cuerpo es una herramienta y su esencia es la forma en que lo hacemos visible, la forma
en que lo utilizamos para sobrevivir simbólicamente. Las proyecciones del cuerpo son
memorias y éstas son lo que construye nuestro universo de referentes. El cuerpo como una
herramienta para el arte es la posibilidad de indagar sobre los distintos procesos en los que se
inscribe la naturaleza de lo humano en el arte. A través del arte proyectamos nuestras ideas
del mundo, por eso, el cuerpo a través del arte es el reflejo de lo humano sobre lo material.
5.2. Recomendaciones
Las posibilidades del cuerpo son infinitas; sin embargo, la relación que asume este con el
espacio social son cada vez más construidas a partir de formas de consumo, lo que
imposibilita la liberación de su verdadera energía. Podemos construir discursos y generar
propuestas estéticas a partir de la conjunción arte-cuerpo, pero siempre será difícil escapar de
los referentes implantados en la sociedad, porque estos se encuentran en todos los aspectos de
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la vida, por eso, la conciencia del cuerpo y de uno mismo como cuerpo y frontera nos
posibilita salir y entrar de forma coherente, de los universos extraños planteados desde el
otro.
El cuerpo es un referente sexual, biológico, metafísico y tecnológico; lo que implica
comprenderlo en todas sus dimensiones y usarlo a través de todas estas. Trabajar la identidad
implica generar conocimiento a través del cuerpo, y a través de este, del mundo en el que
vivimos. De esta forma podemos entender el cuerpo como una herramienta, un arma, o un
sistema de significados a partir del cual comprendemos la realidad.
42
BIBLIOGRAFÍA
Libros
1. Aliaga, Juan Vicente (2004). Arte y cuestiones de género una travesía del siglo xx. San
Sebastián: Nerea.
2. Baudrillard, Jean (1987). El otro por sí mismo. París: Galilée
3. Foucault, Michael (1990). Tecnologías del Yo y otros textos afines. Barcelona: Ibérica.
4. Juncosa, J. (1998). Posmodernidad. Quito: Abya-Yala.
5. Reckitt, Helena (Ed.) (2005). Arte y feminismo. Barcelona: Phaidon.
6. Rovaletti, María Lucrecia (Ed.) (1998). Corporalidad: la problemática del cuerpo en el
pensamiento actual. Lugar editorial: Buenos Aires.
7. Warr, Tracey (Ed.) (2011). El cuerpo del artista. Barcelona: Phaidon.
Internet
8. Diestro, R. (2006). La in-corporación del ser en el arte contemporáneo.
Recuperado de: http://salonkritik.net/06-07/2006/11/la_incorporacion_del_ser_en_el.php
9. Baudrillard , J. (2013). El Cuerpo Como Osario De Signos
Recuperado de: http://www.buenastareas.com/ensayos/Baudrillard-El-Cuerpo-ComoOsario-De/7220133.html
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ANEXOS
1. ARTISTA: ORLAN
TÍTULO: “THE REINCARNATION OF SAINT ORLAN” EN 'SELF HYBRIDIZATIONS'
TÉCNICA: VIDEO PERFORMANCE
AÑO: 1990
2.
ARTISTA: ANA MENDIETA
TÍTULO: “RAPE SCENE”
TÉCNICA: INTERVENCIÓN PERFORMANCE (REGISTRO FOTOGRÁFICO)
AÑO: 1973
44
3. ARTISTA: BAS JAN ADER
TÍTULO: “IM TOO SAD TO TELL YOU”
TÉCNICA: VIDEO PERFORMANCE
AÑO: 1970
4. ARTISTA: ANDY WARHOL
TÍTULO: “SELF – PORTRAIT IN DRAG”
TÉCNICA: FOTOGRAFÍA
AÑO: 1980
45
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