Bloque 1 Fisiología 3 1 Carga externa en baloncesto. Variables e indicadores 5 J. Calleja (1), J. Lekue (1), X. Leibar (1), N. Terrados (2) (1) Centro de Perfeccionamiento Técnico. Departamento de Cultura. Dirección de Deportes del Gobierno Vasco. Federación Española de Baloncesto. (2) Unidad Regional de Medicina Deportiva del Principado de Asturias. Fundación Deportiva Avilés. Departamento de Biología Funcional de la Universidad de Oviedo. 1. INTRODUCCIÓN 2.1. BASE En este capítulo, a través del análisis de las demandas físicas que exige el baloncesto, se pretende exponer y recopilar la información escrita en lo referente a los indicadores externos de los que se dispone para analizar los requerimientos físicos del juego en función de los puestos. Los contenidos se encuentran estructurados en los siguientes puntos: Habitualmente son los jugadores cuya principal misión en el terreno es la dirección del equipo. Sus características se definen en los estudios que analizan las diferentes posiciones del juego (Colli y Faina 1987, Hernández Moreno et al., 1988, Cañizares y Sampedro, 1993). Normalmente son los deportistas de menor estatura dentro del equipo. En una investigación desarrollada por Lentini et al. (1986), se estimó que los bases podrían situarse en una situación intermedia ectomórfica, pero también con perfil mesomórfico. Jelilic et al. (2002) observaron que los bases presentaban medidas más bajas en un elevado número de variables cineantropométricas, concluyendo que su distribución era mesomórfica en un grupo de jugadores junior de elite europea. En los trabajos presentados por Soriano y Galiano (1998) se determinó que el porcentaje graso subcutáneo era de un 10% para los bases. Colli y Faina (1987) realizaron un trabajo con deportistas de primer nivel de la liga italiana de baloncesto; concluyeron que el jugador que juega en la posición nº 1 o de base recorre aproximadamente 3.500 metros (m) en cada partido jugado. Esa cantidad se compone de 1.175 m recorridos a ritmo lento (1-3 m/s), 1.125 m a ritmo medio (3-5 m/s) y 1.200 m a ritmo rápido (> 5 m/s). Sin embargo, en otro estudio realizado por H. Moreno et al. (1988), los metros recorridos en cada partido oscilaban en torno a los 6.104. Si hiciéramos una comparación diferenciando partidos de nivel nacional e internacional, el base recorre una distancia de 3.775 m, de los cuales un 43% se realiza en todas las acciones defensivas. Riera (1986) obtuvo datos parecidos en su estudio, en el cual evaluó la distancia recorrida por el base en un total de 5.913 m, con predomino del ritmo medio. • Análisis de los jugadores. • Tiempo de acción/pausa. • Número de acciones durante el transcurso de los partidos. • Duración de los desplazamientos. • Velocidad de acciones y desplazamientos. • Distancia recorrida. • Tipo e intensidad de desplazamientos. 2. ANÁLISIS DE LOS JUGADORES En la literatura se definen cinco posiciones claramente diferenciadas en función de la posición ocupada en la pista de juego, tanto en defensa como en situación de ataque. • • • • • Base. Escolta. Alero. Ala-pivote. Poste (pivote). Cada jugador, en función del puesto ocupado, desarrollará unas funciones específicas dentro del terreno. De la misma forma, cada jugador de baloncesto presentará unas características propias (Lorenzo, 2000). Carga externa en baloncesto. Variables e indicadores 7 2 Carga interna en baloncesto. Variables analíticas 23 J. Calleja (1), J. Lekue (2), X. Leibar (2), y N. Terrados (3). (1) Departamento de Alto Rendimiento. Instituto Vasco de Educación Física. (2) Centro de Perfeccionamiento Técnico. Dirección de Deportes. Gobierno Vasco. (3) Unidad Regional de Medicina Deportiva del Principado de Asturias. Fundación Deportiva Avilés. Departamento de Biología funcional de la Universidad de Oviedo. 1. INTRODUCCIÓN La evaluación del estrés interno que genera la carga de trabajo en deportistas ha sido un tema estudiado durante los últimos años por autores de reconocido prestigio (Urhausen, 1992; Viru, 1995). A pesar de ello, existe una gran dificultad para determinar con precisión los parámetros más importantes para controlar el entrenamiento, de una manera simple y eficaz. La necesidad de optimizar el entrenamiento a partir del control de las cargas en un deporte de conjunto como es el baloncesto necesita estudios científicos para establecer criterios más precisos. Este breve capítulo de revisión detalla algunas de las variables de interés para conocer el impacto que genera la competición en jugadores de baloncesto y que algunos expertos han intentado desarrollar (Rotemberg et al. 1988, Cuzzolin et al. 1992, Hoffman et al. 1999a). Estas variables son: hormonas, enzimas musculares, metabolitos, iones y aminoácidos. En un estudio realizado por Cuzzolin et al. (1992), los autores concluyeron que durante la competición un porcentaje muy elevado de los jugadores presentan valores elevados de aldosterona. Los mismos autores proponen que el incremento de esta hormona produce diversos cambios a nivel cardiovascular. Cortisol (ng/ml) 1° 2° 3° 4° 5° 6° 7° 8° 9° 10° Días del ciclo de entrenamiento 2. HORMONAS Las respuestas hormonales son esenciales para la regulación de la homeostasis y la activación de los mecanismos generales de adaptación (Viru, 1995). Durante la actividad física, las hormonas tienen una función importante para movilizar los depósitos energéticos, proteicos y el control hemostático (Viru, 1995). Las fluctuaciones de estos parámetros durante el ejercicio han sido objeto de estudio por parte de muchos investigadores (Hoffman et al. (1999b), Viru, 1995) que desarrollan sus experimentos en el ámbito del deporte. Sin embargo, muy pocos trabajos evalúan la respuesta hormonal al ejercicio en baloncesto y más concretamente durante el transcurso de la competición. Figura 2.1. Fluctuaciones del cortisol en un grupo de jugadores júnior de baloncesto del SIGLO XXI-FEB y CPT-G Vasco (Lekue, Calleja, Leibar, Terrados, datos no publicados). Hoffman et al. (1999b) no encontraron cambios significativos en las concentraciones de testosterona, hormona luteneizante, hormonas tiroideas, triyodotironina y tiroxina libre, finalizado un período de 4 semanas de entrenamiento intensivo con jugadores senior de baloncesto de la selección absoluta israelí. Sin embargo, en el mismo estudio el cortisol (CR) sí experimentó modificaciones entre la primera semana de entrenamiento (T1) (260±91 mmol/l) y la cuarta (T4) (457±99 mmol/l). Carga interna en baloncesto. Variables analíticas 25 3 La frecuencia cardíaca como indicador de intensidad en baloncesto 35 I. Refoyo (1), J. Sampedro (2), J. Calleja (3), N. Terrados (4) (1) Facultad de Ciencias de la Actividad Física y del Deporte. UPM Madrid. (2) Facultad de Ciencias de la Actividad Física y del Deporte. UPM Madrid. (3) Facultad de Ciencias de la Actividad Física y del Deporte. Universidad del País Vasco. (4) Unidad Regional de Medicina Deportiva del Principado de Asturias. Fundación Deportiva Avilés. Departamento de Biología Funcional de la Universidad de Oviedo. 1. INTRODUCCIÓN Una de las mayores preocupaciones de los técnicos responsables de los programas de entrenamiento en baloncesto es conocer de forma precisa la naturaleza del esfuerzo, con el objeto de optimizar el entrenamiento de sus jugadores. Estimamos que la componente de las capacidades condicionales es un apartado importante en el proceso de planificación deportiva, pero entendemos que no es definitivo para asegurar el máximo rendimiento. Igualmente, la mejora de estas variables no debe expresarse de forma aislada, ya que asumimos que el jugador pertenece a un conjunto multifactorial sistémico. No obstante, la frecuencia cardíaca (FC) puede ser un indicador útil para aproximarse a la intensidad del ejercicio, valorando la limitación de ésta en la estimación real. Los primeros análisis para controlar la carga y el impacto que producía la competición en baloncesto los realizó Ramsey et al. en el año 1970, con jugadores de collegue. Las valoraciones iniciales que se obtuvieron durante la competición se correspondían con FC de 170 pulsaciones/min de media. Posteriormente, otros investigadores (McArdle et al., 1971), encontraron FC muy parecidas en diferentes poblaciones de jugadores. En el año 1985, dos autores italianos, Colli y Faina, desarrollaron un estudio más profundo con deportistas profesionales de la primera división de la liga italiana. Los valores medios de FC oscilaban entre 160 y 180 pulsaciones/min. Además, observaron que no existían diferencias significativas entre los distintos puestos ocupados en la pista. Sin embargo, como veremos más adelante, estudios posteriores sí que demuestran diferencias, por otro lado esperables. McInnes et al. (1995) estiman que la FC es un método más preciso que los realizados con anterioridad (estimación de velocidad, saltos realizados, etc.) como indicador de la intensidad de ejercicio en baloncesto. Igualmente, utilizando este indicador se puede llegar a estimar una relación directa entre la FC y el consumo máximo de oxígeno (nVO2 máx) entre intensidades del 60% al 90% del nVO2 máx, lo que, según Gilman (1996), puede llegar a determinar que ciertos rangos de la FC son marcadores de la intensidad en entrenamiento y competición. Pero aunque es posible llegar a establecer una relación entre FC y nVO2 máx. a intensidades submáximas, en actividades intermitentes de alta y media intensidad no está suficientemente demostrada esta relación con datos científicos. Como indica MacLaren (1990), aunque se llegue a establecer una relación entre el nVO2 máx, y la FC en laboratorio, dicha relación no tiene por qué mantenerse en los mismos parámetros cuando los esfuerzos realizados en entrenamiento y competición son considerablemente diferentes a los analizados en ergómetros no específicos (tapiz rodante, cicloergómetro). Algunos de los trabajos más importantes con deportistas en baloncesto utilizaron a mujeres como sujetos de estudio en categoría universitaria (Beam y Berill, 1994;Higgs et al., 1982; McArdle et al., 1971). Todos ellos obtuvieron conclusiones muy parecidas; la media de la FC durante los períodos de actividad de un partido de féminas se encuentra entre 169 y 182 pulsaciones/min. Buteau et al. en 1987 investigaron la respuesta cardíaca en competición con jugadores cadetes franceses, en la que observaron que la FC media de los jóvenes deportistas oscilaba en torno a 170,3 pulsaciones/min. En dicho estudio no diferenciaron las modificaciones de la FC en ambos tiempos de juego. La frecuencia cardíaca como indicador de intensidad en baloncesto 37 4 Metabolismo energético del baloncesto de competición 49 N. Terrados (1), J. Calleja (2), E. Salinas (3) (1) Unidad Regional de Medicina Deportiva del Principado de Asturias. Fundación Deportiva municipal de Avilés. Departamento de Biología funcional de la Universidad de Oviedo. (2) Facultad de Ciencias de la Actividad Física y el Deporte. Universidad del País Vasco. (3) Club de Baloncesto Unicaja de Málaga. 1. INTRODUCCIÓN A pesar del gran número de practicantes y su difusión mundial, el baloncesto ha sido muy poco estudiado desde el punto de vista fisiológico. Realizando una revisión bibliográfica de los estudios publicados se observa que de los parámetros que se utilizan para analizar física y fisiológicamente la competición en baloncesto, unos valoran la carga física o carga externa (número de metros recorridos, tiempos de participación y pausa, tipos de acciones y número de estas acciones) y otros intentan analizar la carga fisiológica o carga interna (frecuencia cardíaca [FC] y concentración de lactato [LA]). Pero hay que destacar que todos los estudios revisados han sido realizados sin la actual modificación de las reglas de juego. La bibliografía analizada sobre deportes de cooperación-oposición con carácter intermitente es numerosa, sobre todo para el fútbol (Bangsbo, 1992). Los métodos utilizados se basan en el análisis de las acciones y tiempos de juego y en la determinación de los requerimientos energéticos a través de las mediciones de la FC y de la LA. La determinación de los requerimientos específicos del baloncesto para valorar la carga fisiológica a través de la FC y la LA en sangre periférica han sido estudiados por numerosos autores (Ramsey et al., 1970; McArdle, 1971; Colli y Faina, 1987; Dal Monte, 1987; Buteau, 1987; Grosgeorge, 1988; Layus, 1990; Zaragoza, 1996; Janeira et al., 1998; Rodríguez-Alonso, 1997; Refoyo, 2001; Rodríguez-Alonso et al., 2003). La mayoría de estos estudios considera el baloncesto como un deporte cuya contribución metabólica proviene tanto de la vía aeróbica como de la anaeróbica aláctica y láctica. Por lo tanto, existe un solapamiento continuo durante las diferentes fases del juego. Fox (1984) considera que en un 90% la aportación es anaeróbica y en un 10% solamente la aportación es aeróbica, por lo que el sistema aeróbico es el que participa fundamentalmente en la provisión de energía para poder mantener la duración total del partido. La mayor implicación de la vía anaeróbica se relaciona con la lógica interna del baloncesto, ya que se realizan acciones de salto, salidas y paradas con balón y sin balón, tiros, defensas...., todas ellas a gran intensidad y de forma intermitente durante los 40 minutos de juego. Por ello, autores como Zaragoza (1996), Colli y Faina (1987) consideran el sistema anaeróbico aláctico como determinante para la provisión de energía en ese tipo de acciones y consideran que el sistema anaeróbico láctico no es un factor limitante para el rendimiento del jugador de baloncesto. Algunos de los trabajos señalados anteriormente no discriminan entre puestos específicos y la valoración fisiológica de la carga en cuanto a la FC y la LA registrada en la mayoría de los casos en partidos amistosos y en jugadores de categorías inferiores. Como consecuencia de esta revisión bibliográfica, se podría pensar que al cambiar los períodos del tiempo de juego a 4 cuartos de 10 min con posesiones de balón más cortas, el ritmo de juego sería más intenso en cada cuarto, de ahí que se empezara a dudar de las interpretaciones de los autores en cuanto a que el sistema anaeróbico láctico no tuviese una contribución importante al aporte energético en determinados jugadores y puestos específicos, pudiendo ser un factor limitante. 2. PARÁMETROS FISIOLÓGICOS Analizando el tipo de acciones desarrolladas, desde un punto de vista energético, el baloncesto según Fox y Mathews (1976) es un 15% aeróbico. Los mismos autores en 1984 vuelven a re- Metabolismo energético del baloncesto de competición 51 5 Valoración de la capacidad aeróbica en baloncesto 63 J. Calleja (1), J. del Campo (2), A. Lorenzo (3), N. Terrados (4) (1) Federación Española de Baloncesto. Siglo XXI. Centro de perfeccionamiento técnico. Dirección de deportes del Gobierno Vasco. (2) Real Madrid Club. Sección de Baloncesto. Universidad Autónoma de Madrid. (3) Estudiantes club de baloncesto. Facultad de Ciencias de la Actividad Física y el Deporte. Universidad Politécnica de Madrid. (4) Unidad Regional de Medicina del deporte. Fundación Deportiva Avilés. Departamento de Biología funcional. Universidad de Oviedo. 1. INTRODUCCIÓN Los primeros pasos en la valoración de la capacidad aeróbica en el ser humano se desarrollaron a principios del siglo pasado por científicos del reconocido centro de investigación internacional August Krog. El concepto de “deuda de oxígeno”, definido por Krogh y Linhard (1990), y la definición de “máximo consumo de oxígeno”, estudiado por Hill en 1923, fueron los primeros pasos del análisis de la valoración funcional durante el ejercicio en este régimen energético. Los primeros trabajos que valoraban el potencial aeróbico en sujetos entrenados datan del año 1938 por Robinson. Con el paso del tiempo, la metodología de investigación ha mejorado sustancialmente, y el estudio de la capacidad aeróbica en deportistas y su posterior aplicación al entrenamiento (Åstrand y Rodahl, 1986; Lamb, 1978; Platonov, 1991; Billat, 1994) es un tema ampliamente abordado en la literatura científica. Sin embargo, en deportes de conjunto, a pesar de que algunos autores (Bangsbo et al., 1998; Reilly et al., 1990; Terrados et al., 1995), han aportado datos sobre variables relacionadas con el potencial aeróbico del deportista, parece evidente la necesidad de realizar más estudios que nos permitan vislumbrar con mas precisión este tipo de cuestiones, dado que este modelo intermitente de actividad deportiva y más concretamente el baloncesto presentan algunas dificultades en su análisis: • El baloncesto es un deporte de equipo poco conocido fisiológicamente. • El rendimiento final del juego depende di- • • • • • rectamente de un elevado número de variables con diferente orientación. Existen una serie de aspectos prioritarios en la resolución de la competición de carácter técnico-táctico. Hay una gran flexibilidad en la planificación antes los innumerables factores que la modifican (lesiones, viajes, resultados). Suele haber falta de continuidad en el entrenamiento. Se carece de tiempo real en el desarrollo de los contenidos. Hay diferencias significativas en las acciones realizadas en los diferentes puestos. Por ello, existe la necesidad de un control más riguroso del proceso de entrenamiento en momentos concretos del año, durante la temporada y a lo largo de su trayectoria deportiva. 2. VALORACIÓN DE LA CAPACIDAD AERÓBICA Muchas son las valoraciones que con el empleo de un instrumental adecuado pueden servir para analizar distintos parámetros fisiológicos relacionados con la resistencia y como consecuencia con la capacidad aeróbica. Especialmente en los últimos años han surgido diferentes propuestas de test específicos para los deportes de equipo intermitentes, como puede ser el Yo-Yo Test (consiste en la repetición de 2 x 20 m, incrementando la velocidad progresivamente y descansando entre cada repetición 10 s), el test de intensidad progresivo en campo, Valoración de la capacidad aeróbica en baloncesto 65 6 Valoración de la capacidad anaeróbica en baloncesto 77 P. J. Benito Peinado (1), F. J. Calderón Montero (1) (1) Facultad de Ciencias de la Actividad Física y del Deporte. Universidad Politécnica de Madrid. 1. INTRODUCCIÓN AL ESTUDIO DE LA CAPACIDAD ANAERÓBICA El estudio de la capacidad anaeróbica es el estudio de la intensidad, ya que la capacidad anaeróbica es la posibilidad de mantener esfuerzos de alta intensidad el mayor tiempo posible (García Manso et al., 1996). Esta capacidad tiene varios componentes determinantes, los condicionantes psicológicos, la capacidad de la musculatura de soportar la intensidad y la habilidad o posibilidad de esas mismas células para amortiguar o eliminar los productos resultantes de una actividad tan “contaminante”. Para poder entender el comportamiento de estas variables respuesta, en primer lugar tendremos que definir los conceptos de capacidad anaeróbica láctica y aláctica. Esta nomenclatura hace referencia a la clasificación metabólica de los ejercicios (Meléndez, 1995), que considera que en función de la finalidad de la carga la intensidad permitirá la expresión de una u otra vía energética. Cuando el tiempo de exposición supere los 8 s y el objetivo sea producir la mayor cantidad de trabajo en ese tiempo, estaremos hablando de capacidad anaeróbica aláctica, porque la producción de lactato será más reducida que si la duración es de entre 8 y 40 s de máxima intensidad, en cuyo caso estaremos hablando de capacidad anaeróbica láctica (Meléndez, 1995; García Manso et al., 1996; Navarro, 1998). Estas capacidades tienen mucho que decir en la actividad competitiva en el baloncesto (Hoffman et al., 1995; Hoffman et al., 1999; Woolstenhulme et al., 2004). La posición de juego y el nivel de la competición son las variables que determinan la intensidad de trabajo en este deporte (Rodríguez-Alonso et al., 2003). Se sabe que existe una relación estrecha entre determinadas variables biológicas y la intensidad. Las figuras 6.1 y 6.2 muestran la relación lineal entre la frecuencia cardíaca (FC) y la intensidad, expresada en consumo de oxígeno (nVO) en 2 tipos de esfuerzo diferentes (intensidad constante sucesiva e incremental). Aplicando esta relación podríamos saber cuál es la intensidad a la que se desarrolla un partido de baloncesto. Si la intensidad del ejercicio se expresa en velocidad de movimiento, tenemos otra forma de expresar la intensidad. Por tanto, la intensidad se puede valorar por la FC, la velocidad de carrera y el nVO. A continuación se desarrolla el análisis de la intensidad en el baloncesto, siguiendo el orden señalado: 1º, FC; 2º, velocidad de carrera, y 3º, nVO. Es decir, de lo sencillo a lo más complejo, de manera que el preparador físico puede asimilar de manera progresiva estos contenidos. De forma genérica, el estudio de estas capacidades en laboratorio es muy habitual, aunque los entrenadores no pueden, con mucha frecuencia, obtener estos datos (costes, falta de tiempo, etc., suelen ser las razones) y mucho menos aplicarlos de manera inmediata al entrenamiento. No obstante, cuando pueden los utilizan de control en diferentes temporadas o con el objetivo de conocer el nivel a alcanzar después de períodos de inactividad o de lesiones. Frecuencia cardíaca Reposo EJERCICIOS Recuperación Tiempo en minutos Figura 6.1. Relación de la FC y la intensidad sucesiva (I, II, III) con relación al tiempo de prueba. Valoración de la capacidad anaeróbica en baloncesto 79 7 Recuperación de la fatiga en baloncesto de alto nivel (PAUTAS METODOLÓGICAS DE ACTUACIÓN PRE, PERI Y POSCOMPETICIÓN) 91 J. Calleja (1), J. Lekue (1), X. Leibar (1), N. Terrados (2) (1) Centro de Perfeccionamiento Técnico. Departamento de Cultura. Dirección de Deportes del Gobierno Vasco. Federación Española de Baloncesto. (2) Unidad Regional de Medicina Deportiva del Principado de Asturias. Fundación Deportiva Municipal de Avilés. Departamento de Biología funcional de la Universidad de Oviedo. 1. INTRODUCCIÓN Los partidos oficiales de baloncesto comprenden 4 tiempos de 10 min, con una pausa de 15 min entre el segundo cuarto y el tercero, y 1 min entre el primero y el segundo y el tercero y el cuarto (Manual de reglas de baloncesto FIBA, 2005), durante el transcurso de las cuales se suceden acciones en las cuales el 52% de los tiempos de juego oscilan entre 11-40 s, y un 42% de los tiempos de pausa comprendidos entre los 11 y 40 s, en los cuales las acciones son preferentemente cambios, faltas personales, tiempos muertos, balones que salen del campo, etc. (Colli y Faina, 1987; H. Moreno, 1996). Las pausas con duración superior a 4 s se corresponden generalmente con tiros libres y tiempos muertos, siendo las duraciones de tiempo de juego superiores a 1 min muy poco frecuentes. El tiempo de juego tiene consecuencias sobre el tiempo de pausa; si el primero aumenta, el segundo también. La única diferencia que se observa en los estudios publicados radica en el porcentaje sobre el tiempo total. Colli y Faina (1987) observaron en sus investigaciones que el 52% de los tiempos de participación oscilaban entre 11 y 40 s. Sin embargo, H. Moreno (1996) determinó que el 72,1% del tiempo total de juego se desarrollaba entre 0 y 40 s. Además, el sistema de competición presenta diferentes formatos, bien sea en liga regular, durante una temporada deportiva completa, Copas del Rey (2-3 días con partidos en días seguidos) o sistema play-off, en juego, siempre con la posibilidad de campeonatos internacionales en los que en 21 días se juegan de 6 a 12 partidos. Según el tipo de acciones ejecutadas en el juego, el baloncesto es una actividad en la que el requerimiento de velocidad, de acciones de velocidad, velocidad de esprín y resistencia a la velocidad es evidente (Verma et al., 1978). En deportes de conjunto se define como la capacidad necesaria para que la acción se realice a la máxima intensidad (esprines, salidas, arrancadas, paradas), siendo la duración de las acciones muy corta sin la que la fatiga sea un aspecto determinante (Martín Acero, 1998). En consecuencia, algunos técnicos interpretan nuestro deporte como una actividad en la cual el origen de la fatiga es de carácter neuromuscular periférico (Bompa, 1995) a pesar de que todavía no se han publicado estudios científicos para determinar con precisión este fenómeno. Además, estudios recientes, que se mencionan en otros capítulos de este libro, muestran una gran actividad de la glucólisis en el baloncesto de alto nivel, lo que implicaría un gran uso (y un posible vaciamiento) del glucógeno muscular y hepático. 2. OBJETIVOS DE LOS MÉTODOS DE RECUPERACIÓN Basándose en el origen de la fatiga, los objetivos generales de la aplicación de la metodología de recuperación en el contexto de la competición y/o entrenamiento son los siguientes (Viru, 1995): • Normalización de las funciones orgánicas y del equilibrio homeóstatico general. • Restablecimiento de los substratos energéticos y sobrecompensación de los mismos. • Reconstrucción de elementos celulares y sistemas enzimáticos. Junto con los objetivos anteriormente expuestos, deben entenderse asimismo las múltiples circunstancias que los jugadores presentan de forma individual (lesiones, tiempo de participación, viajes, etc.), las posibilidades materiales Recuperación de la fatiga en baloncesto de alto nivel 93 8 Aspectos fisiológicos aplicados a la preparación física en el baloncesto femenino. Una propuesta de trabajo 105 J.F. Aramendi (1)(2), J. C. Samaniego (1)(3), O. Díaz (1)(4) (1) Osasunkirol, Salud y Deporte. (2) Hondarribia-Irún Club de Baloncesto. Liga femenina. (3) Hondarribia-Irún Club de Baloncesto. Liga femenina. (4) Hondarribia-Irún Club de Baloncesto. Liga femenina. 1. INTRODUCCIÓN Desde que en la década de los cincuenta se celebraran las primeras competiciones internacionales, el baloncesto femenino ha aumentado su popularidad de forma notable. Fruto de ello, se ha producido un gran incremento, no sólo en la cantidad, sino en la calidad de las jugadoras. Este hecho ha quedado demostrado no sólo por el nivel de juego exhibido por nuestros equipos en las competiciones de clubes, sino también por los resultados obtenidos por la Selección Nacional. Como consecuencia se ha producido un aumento en la exigencia tanto física, como psíquica, técnica y táctica de estas jugadoras. Desde el punto de vista físico, ya en 1979, Cataniciu describió el baloncesto como un deporte complejo, con una solicitación metabólica aeróbica y anaeróbica altas, y con exigencias que requieren agilidad, destreza y explosividad. Desde entonces, el conocimiento fisiológico del baloncesto femenino ha mejorado de forma notable, en gran parte gracias a los trabajos publicados por el grupo dirigido por Nicolás Terrados. El objeto de este capítulo es sintetizar los conocimientos existentes en la bibliografía sobre la fisiología del esfuerzo en el baloncesto femenino, y presentar una forma de aplicarlos al trabajo práctico con un equipo de la máxima categoría del baloncesto femenino español. 2. PECULIARIDADES FISIOLÓGICAS DE LA MUJER Las diferencias anatómicas y antropométricas entre sexos son conocidas, y aunque son menores durante la infancia, se hacen más evidentes a partir de la pubertad. Las mujeres son más bajas, pesan menos, tienen menor masa muscular (MM) y mayor porcentaje de grasa que los hombres. Las jugadoras de baloncesto no son una excepción, lo que unido al hecho de que en este deporte las características biométricas son determinantes hace que el rendimiento en valores absolutos no sea comparable entre ambos géneros. Desde el punto de vista cardiorrespiratorio, para una misma intensidad de esfuerzo las mujeres entrenadas tienen un volumen minuto cardíaco semejante a los hombres ya que compensan su menor volumen sistólico con frecuencias cardíacas (FC) mayores, por lo que a intensidades submáximas las mujeres tienen FC más altas que los hombres. En las pruebas respiratorias, las diferencias entre sexos se deben principalmente al tamaño corporal, siendo semejantes las adaptaciones cardiorrespiratorias que se producen con el entrenamiento de resistencia. No se han encontrado diferencias entre géneros, ni en la distribución de tipos de fibras musculares, ni en la concentración de ATP o fosfocreatina de las mismas, ni tampoco en los mecanismos de control motor. Las mujeres tienen en general un consumo máximo de oxígeno (nVO2 máx) del 15% al 30% menor que los hombres, sobre todo si se expresa relativo al peso corporal, por varias razones: su mayor masa grasa; su menor concentración de hemoglobina, y su menor capacidad de incrementar la diferencia arteriovenosa de oxígeno. Sin embargo, no se han encontrado diferencias entre géneros en el umbral anaeróbico, en el equivalente de lactato, en las curvas de lactato o en los incrementos que se producen en el nVO2 máx con el entrenamiento de resistencia, y cuando existen estas diferencias, pueden ser explicadas por los diferentes tipos de entrenamiento. Las mujeres tienen menor potencia y capacidad anaeróbica que los hombres, tanto en valo- Aspectos fisiológicos aplicados a la preparación física en el baloncesto femenino 107 9 La percepción de esfuerzo: concepto, características y aplicación al control del entrenamiento en baloncesto 121 J. del Campo (1), J. Álvarez (2), A. Lorenzo (3) (1) Real Madrid FC Club. Sección de Baloncesto. Universidad Autónoma de Madrid. (2) Club Adecco Estudiantes. (3) Club Adecco Estudiantes. Facultad de Ciencias de la actividad física y el deporte. INEF. Universidad Politécnica de Madrid. 1. INTRODUCCIÓN El baloncesto se encuentra dentro de los deportes que Manno (1994) denomina de situación, porque la secuencia que en él se realiza está guiada por las características ambientales, las cuales se modifican de acuerdo con la naturaleza propia del deporte. Esto lleva a considerarlo como un deporte de regulación externa, con un carácter eminentemente perceptivo-decisional. Atendiendo a la clasificación de Parlebas (1981) basada en lo que él denomina la “lógica interna de los deportes”, el baloncesto se incluye dentro de los deportes de colaboración/oposición, en los que la participación sobre el móvil es simultánea y se produce en un espacio común. Nuestra actividad profesional dentro de este campo nos ha permitido comprobar cómo jugadores sometidos a importantes cargas de entrenamiento no disponen, en muchos casos, del control necesario de las mismas, ni del seguimiento y valoración de la adaptación y asimilación que éstas provocan en su organismo. En muchas ocasiones, el alto coste económico de los métodos tradicionalmente empleados para la valoración del esfuerzo (frecuencia cardíaca [FC], análisis de la concentración de láctato [LA], consumo de oxígeno [nVO 2 máx], etc.) ha sido la causa de que el control de las cargas sólo se lleve a efecto en clubes con importantes presupuestos económicos y en momentos puntuales de la temporada. A esto hay que añadir las dificultades técnicas para el empleo de las mismas en un deporte de contacto. Todo esto hace que a la hora de programar el trabajo se pierda un referente importante, el estado en que se encuentra el jugador día a día, antes de afrontar un nuevo entrenamiento. Por tanto, el seguimiento y control de la asimilación de las cargas debe considerarse un contenido imprescindible en cualquier programación deportiva si se quiere que el jugador vea aumenta- do su rendimiento, sin el riesgo de padecer estados de sobreentrenamiento. Ante la necesidad de llevar a cabo un control de la intensidad de las cargas aplicadas, en este trabajo se plantea la utilización de la percepción de esfuerzo, utilizando para ello la escala de RPE (del original “Rating of Perceived Exertion”) o escala de Borg. 2. EL CONTROL DE LA INTENSIDAD DEL ENTRENAMIENTO El control del entrenamiento tiene como objetivo proporcionar constante información acerca del sistema que se controla. El control nos permite racionalizar el proceso de trabajo, lo que significa que la información que recibimos a través de él nos puede permitir aplicar un mejor entrenamiento y obtener un resultado superior con el menor esfuerzo. 2.1. MEDIOS PARA EL CONTROL DEL ENTRENAMIENTO: LA PERCEPCIÓN DE ESFUERZO Para Hopkins (1991), los medios principales para el control del entrenamiento son: • • • • • Los diarios de entrenamiento. Los cuestionarios. La observación directa. La monitorización fisiológica. Los diarios de entrenamiento. Además de estos medios, por su fiabilidad y correlación con parámetros fisiológicos, la percepción de esfuerzo es hoy en día uno de los más utilizados; por ello hemos dedicado este capítu- La percepción de esfuerzo: concepto, características y aplicación al control del entrenamiento en baloncesto 123 10 El perverso efecto de la edad en baloncesto 135 P. Carbajo (1), J. Calleja (2), A. Lorenzo (3) (1,3) Facultad De Ciencias de la Actividad física y el deporte. INEF. Universidad Politécnica de Madrid. (2) Facultad De Ciencias de la Actividad física y el deporte. Universidad del País Vasco. 1. INTRODUCCIÓN Para parejas que están buscando tener un hijo cerca del final de año, el deseo convencional ha sido el de pensar: «Espero que llegue antes del 31 de diciembre, es más fácil burocráticamente». En Canadá, el sistema de organización de las ligas menores de hockey (el deporte rey por excelencia del país) ha cambiado todos estos deseos. Ahora, el objeto de todas las futuras madres es el de «esperar hasta el primero de enero, que si no, el/la niño/niña no tendrá ninguna oportunidad para llegar a la NHL» (liga profesional de hockey canadiense). Son bien conocidas las diferencias entre las habilidades de los niños nacidos en los primeros me- ses del año y la de los que lo hacen a finales de ese período. En realidad, la documentación que ya existe acerca de este condicionante es notablemente numerosa. Cuando se habla de el efecto relativo de la edad, nos estamos refiriendo a que, en la realidad, en cualquier grupo dado y establecido por edades, las condiciones (físicas, madurativas, sociales y afectivas) no son idénticas para todos los integrantes de dichos grupos, salvo que se hicieran por días, algo totalmente fuera de lo habitual, y que a toda diferencia de edad corresponde diferente grado de evolución o rendimiento. Por tanto, aunque hablemos de grupos homogéneos o administrativos de edad, siempre habrá dentro de ellos diferencias, relacionadas precisamente con las particularidades individuales. EO: Edad ósea EC: Edad cronológica Figura 10.1. Distribución de los grupos por edad biológica en el Proyecto Siglo XXI-P. Vasco (Lekue, 2001). El perverso efecto de la edad en baloncesto 137 11 Nuevas perspectivas en baloncesto y fisiología 147 J. Calleja (1), J. Lekue (2), X. Leibar (2), N. Terrados (3) (1) Departamento de Educación Física y Deportiva. Facultad de Ciencias de la Actividad Física y el Deporte. Universidad del País Vasco. (2) Centro de Perfeccionamiento Técnico. Departamento de Cultura. Dirección de Deportes del Gobierno Vasco. (3) Fundación Deportiva Municipal de Avilés. Unidad Regional de Medicina del Deporte del Principado de Asturias. Departamento de Biología Funcional de la Universidad de Oviedo. 1. INTRODUCCIÓN Durante los cuatro últimos años (2004-2007) se han publicado varias investigaciones en el ámbito de la fisiología aplicada al baloncesto (Kostopoulos et al., 2004; Schroder et al., 2004., Dubnov y Cosntantini, 2004; Wilmont y Campillo, 2004; Gocentas y Andlizus, 2004; Woolstenhulme et al., 2004; Calleja et al., 2005; Woolstenhulme et al., 2006; Edgan et al., 2006; Ostojic et al., 2006; Ben Abdelkrim et al., 2007; Dougherty et al., 2006; Schulpis et al., 2006; Tsakiris et al., 2006; Tessitore, 2006; Calleja et al., 2007). Dichos estudios han certificado y justificado algunos de los temas más actuales en el campo de las ciencias aplicadas al ejercicio (impacto muscular, nVO 2 máx, adaptaciones cardíacas, creatina, demandas en la competición, procesos de recuperación, adaptaciones enzimáticas, concentración de lactato, suplementación con determinadas sustancias, adaptaciones en grupos de edad avanzada, etc.), que determinan el perfil y definen la dirección por donde se dirige el baloncesto de alta competición, lo cual nos permite aproximarnos al problema del análisis del juego desde una perspectiva científica. Aun así, el baloncesto es un deporte en proceso de estudio desde el punto de vista fisiológico. Por tanto, el objeto de este capítulo es realizar una revisión de los trabajos publicados, así como analizar las conclusiones más relevantes obtenidas en los mismos, comparándolos con los datos conocidos hasta la fecha, para posteriormente desarrollar un planteamiento práctico y transmitir información útil al técnico, en este caso el preparador físico o el médico del equipo. Para ello, se ha analizado la documentación publicada, utilizando como criterio la base internacional MEDLINE, las revistas de alto impacto científico y las publicaciones en congresos de alto nivel. 2. COMPORTAMIENTO FISIOLÓGICO DE LA CPK En un estudio presentado por Kostopoulos et al. (2004), se analizó el comportamiento fisiológico de la CPK entre otras variables en un grupo de 48 sujetos voluntarios que no jugaban regularmente a baloncesto. Finalizado un ejercicio que simulaba una situación de competición, los valores de CPK se incrementaron de forma significativa (p <0,05) inmediatamente después del ejercicio y durante los siguientes 4 días finalizado el mismo. Conclusión y análisis. En deportistas no entrenados, el impacto muscular del ejercicio evaluado mediante la CPK fue significativo y no recuperó sus valores básales hasta 4 días finalizado el ejercicio practicado. Otros estudios (Calleja y Terrados, 2004, datos no publicados), también han demostrado que después de un partido de baloncesto la CPK se altera de forma significativa entre los valores antes e inmediatamente después de la competición (p <0,01) en jugadores de elite júnior. De la misma forma, Pilis et al. (1988) observaron un ligero aumento significativo de las concentraciones plasmáticas de CPK en los primeros minutos de recuperación de un ejercicio de 15 s a la máxima intensidad. Aplicación práctica. En aquellos entrenamientos de alta intensidad orientados al desarrollo de tolerancia láctica, así como manifestaciones rápidas de fuerza y en partidos se recomienda la aplicación de un protocolo de recuperación que permita acelerar los procesos de recuperación y regeneración muscular (Lekue et al., 2000). Nuevas perspectivas en baloncesto y fisiología 149 Bloque 2 Entrenamiento 161 1 Entrenamiento de la fuerza en baloncesto 163 J. Tous (1) (1) INEF Barcelona. Department of Physiology and Pharmacology. Muscle and Exercise Physiology Section, Karolinska Institute (Stockholm, Sweden). 1. INTRODUCCIÓN La fuerza muscular puede considerarse la única cualidad física básica sobre la que se fundamentan o expresan otras tradicionalmente consideradas como básicas (resistencia, velocidad, amplitud de movimiento, coordinación o agilidad). De esta manera, un entrenamiento adecuado de la fuerza puede aumentar el nivel de rendimiento de un baloncestista mejorando su velocidad de desplazamiento lineal o no lineal, su capacidad de salto, su alcance en los pases a un compañero o en los lanzamientos a canasta, etc... De hecho, se ha llegado a establecer una correlación positiva entre el rendimiento en las acciones anteriormente citadas (sobre todo en la capacidad de salto) y el tiempo que permanecía en pista cada jugador en la 1ª división universitaria norteamericana (seguimiento de 4 años del equipo de la Universidad de Connecticut, donde 5 jugadores llegaron a la NBA y otros cinco fueron profesionales en Europa) (Hoffman et al., 1996). Por otro lado, un jugador de baloncesto sin una adecuada fuerza muscular tiene un mayor riesgo de sufrir o no recuperarse de las lesiones que con tanta frecuencia acontecen en los entrenamientos o partidos. Si estas lesiones tardan en recuperarse o no se consigue readaptar al jugador a su nivel de rendimiento inicial, el impacto que se provoca en la dinámica de un equipo profesional puede llegar a ser dramático, fundamentalmente cuando el/los afectados son piezas claves del grupo. Para que los procesos de prevención, rehabilitación y readaptación evolucionen de una manera adecuada, parece ser necesario el diseño de una planificación y un control del entrenamiento neuromuscular que realicen los jugadores siempre desde un punto de vista lo más científico (objetivo) posible. De hecho, son varios los estudios que han demostrado la eficacia de un entrenamiento neuromuscular en la prevención de lesiones o en factores relacionados con ésta en el baloncesto (Hewett et al., 1999; Wilkerson et al., 2004; Myer et al., 2005) y cada vez son más los equipos que incorporan programas de prevención, fundamentalmente en EEUU. A pesar de estos hechos, hasta hace muy pocos años en nuestro país el entrenamiento con pesas era considerado por los entrenadores como perjudicial para la flexibilidad, la rapidez y la técnica de lanzamiento a canasta. Sin embargo, no existen evidencias científicas que apoyen esta afirmación. Así, Shoenfelt (1991) realizó un estudio en el que observó que la realización de un entrenamiento con pesas no era más perjudicial o beneficiosa para la precisión en el tiro libre que un entrenamiento de tipo aeróbico. El baloncesto norteamericano parece ser que cambió sus tradiciones bastante antes. En 1988, el 98% de los equipos pertenecientes al top 100 universitario aseguraban realizar entrenamiento de fuerza durante la pretemporada y el 75% seguía realizándolo durante la temporada. Además, el 81% de los equipos disponía de los servicios de un especialista en fuerza (Groves et al., 1989). Desafortunadamente, en nuestro país no creemos que ni siquiera hoy en día se puedan encontrar resultados similares. Aunque es cierto que cada vez son más los equipos que realizan sistemáticamente un entrenamiento de fuerza, desafortunadamente la dinámica habitual consiste en levantar pesas en la sala de musculación con escaso control de la carga de entrenamiento y dudosa correspondencia dinámica con las acciones que realiza el jugador en la cancha. Incluso en el referente que constituye la NBA como modelo de baloncesto-fuerza, no parece que la forma de trabajar sea muy diferente a la mencionada (Simenz et al., 2005). Así, el objetivo de este capítulo es presentar una estructuración del trabajo de fuerza, a partir de las acciones más comunes que realiza un baloncestista, que evoluciona por niveles de especificidad. Por otro lado, se defiende la necesidad de controlar la carga de entrenamiento de la manera más objetiva posible de cara a conocer si se está trabajando según se había programado. Entrenamiento de la fuerza en baloncesto 165 2 Velocidad-rapidez en baloncesto 175 E. Rodríguez (1) (1) Bruesa Guipuzkoa Basket. 1. INTRODUCCIÓN Una de las particularidades del baloncesto, quizás la que la hace diferente respecto a otros deportes, es que los ánimos de los espectadores se acentúan en defensa. La terna robo de balón, contraataque, pase y mate podría ser la jugada más jaleada y la cual recoge de manera general, los ingredientes de este apartado que vamos a tratar. Dentro de estas tres acciones se describen muchos detalles, todos ellos relacionados con la velocidad. La prueba “reina” de la velocidad (100 m de atletismo), en la que se proclama al hombre más rápido, por el contrario, se diferencian dos o tres fases, de manera cíclica y en una única dirección y sentido. Son, por tanto, muchos y diferentes los matices de esta capacidad, de tal forma que en la literatura se recogen hasta 37 términos asociados con los diferentes conceptos de la misma. El baloncesto es uno de los deportes en los cuales se plasman todos estos términos y no sólo de manera aislada sino que, en periodos breves de tiempo se ven reflejadas las relaciones entre ellos. Desde una perspectiva condicional podríamos situar a la velocidad como una cualidad derivada y “determinada”. Por un lado la fuerza, la acción muscular, los tipos de tensión y las manifestaciones; por otro las capacidades coordinativas, en el sentido de organizar las acciones motoras hacia un objetivo concreto y en último término la posibilidad de realizar estos esfuerzos de manera repetida o, lo que podría ser igual, la resistencia a la velocidad como objetivo del entrenamiento a nivel general, sin entrar en discusiones si es la resistencia a la fuerza rápida (Bosco, 2000) una condición anterior al desarrollo de esta capacidad. Los cambios producidos en la reglamentación del baloncesto en los últimos 20 años han inducido a, entre otros, la búsqueda de mayor intensidad y número de acciones. En definitiva, de rapidez en el juego (tanto en defensa como en ataque). Es, por tanto, que el baloncesto, es un deporte en el cual se ven reflejadas todas las formas y características de la velocidad y por ello resulta fundamental el entrenamiento de todos los aspectos citados. Junto a ello, la orientación y organización de las tareas técnico – tácticas conseguirán un mayor aprovechamiento del potencial de acción relativo a la velocidad de los jugadores. Es posible que a quien lea estas líneas le resulte familiar ese jugador que en los tests de 20 m podía realizar el mejor tiempo respecto al resto del equipo y que luego, en la cancha, era superado en defensa hasta por el más lento de los pívots; o el caso inverso, el jugador con menos aceleración que habías tenido en años pero que, con el balón en la mano, era capaz de superar a cualquier defensor. Evidentemente, reducir todas las manifestaciones de la velocidad del baloncesto a una sola de ellas o reducir la potencialidad a un espacio fuera de la cancha de juego (aunque en la mayoría ocasiones no hemos podido realizar todos los tests que quisiéramos) es dejar a un lado, nos atreveríamos a decir, la esencia y riqueza de este juego, el propio baloncesto. 2. ANTECEDENTES Es escasa la literatura que recoge de manera específica el trabajo de la velocidad en baloncesto. Por un lado, vemos la existencia de bibliografía referente a la velocidad como capacidad condicional general y relacionada con el deporte del baloncesto, dentro de publicaciones que engloban otros contenidos. Por otro, bibliografía de carácter eminentemente práctico, tanto por parte de entrenadores de atletismo en las carreras de velocidad, como de entrenadores o preparadores físicos de baloncesto que intentan buscar soluVelocidad-rapidez en baloncesto 177 3 El entrenamiento de la flexibilidad en baloncesto 191 J. del Campo (1), I. Refoyo (2) (1) Real Madrid. Sección de Baloncesto. Facultad de Ciencia de la Actividad Física y el Deporte. INEF. Universidad Politécnica de Madrid. (2) Real Madrid. Sección de Baloncesto. Universidad Autónoma de Madrid. 1. INTRODUCCIÓN La flexibilidad es una de las capacidades físicas que menos atención recibe en el proceso de entrenamiento de los jugadores, tanto de elite como de formación, aunque paradójicamente todos los especialistas coincidan en afirmar la gran importancia que tiene esta capacidad en el período de formación y posterior especialización del deportista. Quizá la causa sea la escasa relación directa que desde el punto de vista del observador poco experto pueda tener la flexibilidad en el rendimiento del jugador. Esto hace que se tienda a primar en el proceso de entrenamiento el desarrollo de otras capacidades que se consideran que tienen un efecto más directo o inmediato sobre el rendimiento a corto plazo, en detrimento de ésta. Muy al contrario, pensamos que el desarrollo de la flexibilidad en equipos de jugadores adultos y especialmente en equipos de formación es de vital importancia si se pretende ejecutar movimientos eficaces y seguros, que mejoren la destreza específica del gesto técnico y su aplicación al juego. Además, su papel es fundamental cuando se trata de ejecutar un movimiento simple de forma rápida (desplazamiento) o encadenar diferentes patrones motores en forma de gestos técnicos específicos en el menor tiempo posible, puesto que a través del desarrollo de la flexibilidad se mejora la regulación del tono muscular y la coordinación inter e intramuscular. El trabajo de flexibilidad consigue una mayor eficacia en la regulación sanguínea y en las funciones vegetativas. Produce una mejora de la capacidad aeróbica, acompañada de una reducción de la presión arterial de reposo, y a nivel nervioso un aumento de la sincronización, una menor inhibición y una mejor actividad tónica (Plaza et al., 1997). A estos aspectos comentados, habría que añadir el efecto preventivo que se deriva de su ejecución sistemática y correcta, y su papel destaca- do en la puesta en acción del jugador y su posterior recuperación después del esfuerzo. De ahí que cuando se habla de flexibilidad no únicamente se hace referencia a una capacidad de rendimiento, sino también a una capacidad relacionada con la salud del deportista, por lo que es importante que desde las primeras edades se lleve a cabo un aprendizaje correcto de los ejercicios de estiramiento, así como de las técnicas básicas para su desarrollo. La labor de la persona encargada del trabajo de esta capacidad en etapas de formación debe encaminarse a concienciar a los jugadores de la importancia que esta capacidad tiene y va a tener a lo largo de su vida deportiva, fomentando el hábito y el trabajo autónomo, a partir del principio de la individualización y siempre en función de las características y necesidades del jugador y de las exigencias del deporte. 2. DEFINICIÓN Y CARACTERÍSTICAS “La flexibilidad se define indistintamente como movilización, libertad de movimientos o, técnicamente, como la amplitud de movimientos (ADM) obtenible en una articulación o conjunto de articulaciones.” (Alter, 1990). Esta idea de amplitud de movimiento que caracteriza el concepto de flexibilidad ha sido apuntada por numerosos autores (Calderón y Legido, 2002; Hahn, 1988; Sáez, 2005; Weineck, 1988, 2005). Con la intención de incorporar a la idea de amplitud máxima de movimiento expresada en las definiciones anteriores la necesidad de llevar a cabo una medición pasiva de la misma, con la idea de minimizar la influencia de otras variables como la fuerza muscular, la coordinación motora y la motivación individual en la valoración de la amplitud del movimiento, Araújo (2005) define la flexibilidad, como paso previo al estudio de la valoración de esta capacidad, como El entrenamiento de la flexibililidad en baloncesto 193 4 Entrenamiento, planificación y evaluación de la resistencia en baloncesto 217 J. del Campo (1), A. Lorenzo (2) (1) Real Madrid. Sección de Baloncesto. Universidad Autónoma de Madrid. (2) Estudiantes Club de Baloncesto. Facultad de Ciencias de la Actividad Física y del Deporte. INEF Madrid. Universidad Politécnica de Madrid. 1. INTRODUCCIÓN Cuando nos introducimos en el estudio y análisis de los deportes de equipo, y más concretamente del baloncesto, muchos son los factores a tener en cuenta: motrices, condicionales, informacionales, antropométricos, además de los derivados de las características del grupo y entorno (Álvaro, 1996). Esto hace que el entrenamiento, definido por Verjoshanski (1990) como: “un proceso pedagógico complejo, con aspectos muy variados que tienen una forma específica que lo convierten en una acción sistemática, compleja y global, sobre la personalidad y capacidad condicional, el control de la técnica y la forma de comportamiento en la competición (táctica)”, se traduzca en un proceso complejo en el que es necesario contemplar los aspectos sociales y biológicos en su diseño y puesta en práctica. El proceso de entrenamiento debe entenderse como un sistema determinístico de carácter dinámico (García, 1999). Este sistema muestra un comportamiento caótico, en el que los resultados del proceso se manifiestan de forma no siempre periódica (un mismo estímulo no siempre provoca las mismas alteraciones funcionales en un mismo deportista, y mucho menos en diferentes deportistas). Lo que requiere en ocasiones individualizar el entrenamiento en función de las características y el estado del jugador, y para ello se deberá evaluar continuamente la asimilación de las cargas de entrenamiento aplicadas. En los últimos años se ha tratado de controlar lo máximo posible ese carácter caótico y dinámico del sistema para tener un conocimiento más profundo de la realidad que tratamos de moldear. Esta circunstancia ha sido, quizá, más evidente en el ámbito de los deportes colectivos, ya que el punto de partida de su conocimiento se encontraba en unos niveles claramente inferiores con respecto a los individuales. Como consecuencia de esta dinámica, en la actualidad tenemos un conocimiento más preciso de nuestra realidad deportiva que nos permite orientar mejor el proceso del entrenamiento. De todos los estudios realizados hasta la actualidad, y teniendo en cuenta el objeto del presente capítulo, “el entrenamiento de la resistencia en baloncesto”, tratamos de exponer aquellos aspectos y conclusiones más relevantes que el lector debe tener presentes y que, en cierta medida, justifican nuestra propuesta: • El volumen de carrera ha aumentado a medida que los ataques son cada vez más rápidos (aumenta el número de posesiones); las defensas individuales a media pista, y frecuentemente a toda la pista, son omnipresentes y los jugadores interiores son cada vez más polivalentes (Castro, 2002). • Prácticamente todos los estudios coinciden en señalar que el mayor porcentaje del tiempo de juego se sitúa en períodos de entre 11 y 40 s, siendo muy escasos los intervalos de juegos que se prolonguen hasta 120 s (Colli y Faina, 1987a). • Del mismo modo, los estudios pertinentes también confirman que los intervalos de pausa que se producen durante el partido también oscilan la mayoría entre 11 y 40 s, debiéndose preferentemente a balones tocados por la defensa que salen fuera del campo, tiempos muertos, faltas personales y técnicas y cambios de jugadores (Colli y Faina, 1987a). Así tenemos que alrededor de un tercio de todas las acciones del partido se realizan con una “acción de juego”, otro tercio está ocupado por 2 ó 3 acciones antes de una pausa, cerca de una cuarta parte presentan 4-5-6 acciones, y menos de una décima parte, más de 6 acciones consecutivas antes de la interrupción. Entrenamiento, planificación y evaluación de la resistencia en baloncesto 219 5 Puesta a punto en baloncesto de elite 229 J. Calleja (1), A. Lorenzo (2), P. García (3), A. Vaquera (4), I. Jukíc (5) (1) Federación Española de Baloncesto. (2) Facultad de Ciencias de la Actividad Física y del Deporte. INEF Madrid. Estudiantes Club de Baloncesto. (3) Forum de Valladolid Club de Baloncesto. (4) Facultad de Ciencias de la Actividad Física y del Deporte. INEF León. Club de Baloncesto León. (5) Facultad de Kinesiología. Universidad de Zagreb. Selección nacional croata absoluta. 1. INTRODUCCIÓN En el baloncesto de elite, la resolución del final del juego cada vez presenta una menor diferencia de puntos. Mínimas mejoras en cualquier aspecto del rendimiento nos pueden hacer ganar la competición deportiva. Por ello, los técnicos buscan obtener una puesta a punto previa a la competición que permita llegar en las mejores condiciones al partido elegido. Podríamos definir la puesta a punto, tapering o afinamiento como, el período previo a la competición deportiva principal en el cual se reduce significativamente el nivel de carga de trabajo con el fin de incrementar el rendimiento del deportista (Costill et al., 1985; Van Handel et al., 1988; Yamamoto et al., 1988). Está demostrado científicamente que períodos de reducción de carga previos a la competición deportiva tienen como respuesta adaptaciones fisiológicas positivas sobre la capacidad de rendimiento (Gorostiaga, 2000). Por tanto, los técnicos deportivos debieran considerar en su trabajo diario la mejora de las técnicas de puesta a punto, con el fin de optimizar el rendimiento previo a la competición. A pesar de ello, no hay estudios que demuestren la diferencia existente entre los beneficios que produce la puesta a punto y los efectos negativos que desencadena el proceso de desentrenamiento (Neufer, 1989), siendo el límite entre ambos extremos difícil de establecer y diferenciar. La mayoría de los trabajos realizados para observar los efectos del proceso de tapering realizados por Mujika et al. (1995) y Neary et al. (1992), han utilizado como población de estudio a de- portistas de alto nivel en deportes cíclicos (natación, atletismo, ciclismo, triatlón). Por el contrario, existe escasa literatura científica en deportes de equipo sobre modelos de puesta a punto, posiblemente debido a la infinitud de variables a controlar de las que depende el rendimiento deportivo. Además, falta un método con rigor científico que permita realizar un modelo de cuantificación de carga, aunque en este campo ya se estén realizando algunas aproximaciones (Refoyo, 2001). En baloncesto sólo hemos encontrado un artículo que realice una propuesta sobre una puesta a punto en un microciclo de 6 días (Zaragoza, 1991). Sin embargo, entre los autores que más han desarrollado este aspecto del entrenamiento y la fisiología del ejercicio están Costill (1985), Neary et al. (1992), Mujika (1995) y Yamamoto et al. (1988). Como en otros muchos aspectos del entrenamiento, algunos parámetros aplicables a los deportes de equipo se basan en estudios realizados previamente en disciplinas en las que el rendimiento depende del límite de adaptación. Por tanto, el objeto de esta revisión es hacer una aproximación inicial de los posibles modelos de puesta a punto en la preparación de un partido de baloncesto de alta competición, a partir de los trabajos publicados en otras disciplinas deportivas, teniendo en cuenta las variables que determinan el rendimiento deportivo en esta especialidad y la dificultades que conlleva realizar este tipo de aproximaciones, entendiendo que en este sentido nos encontramos en fases preliminares y todavía no disponemos de modelos precisos de cuantificación de cargas. Puesta a punto en baloncesto de elite 231 6 Desentrenamiento en baloncesto. Experiencias reales sobre bases teóricas 239 I. Rodríguez (1), J. Calleja (2), N. Terrados (3) (1) Etosa Alicante Club de Baloncesto. Internacional Absoluto. (2) Facultad de Ciencias de la Actividad Física y el Deporte. Universidad del País Vasco. (3) Unidad Regional de Medicina Deportiva del Principado de Asturias. Fundación Deportiva Municipal de Avilés. Departamento de Biología Funcional de la Universidad de Oviedo. 1. INTRODUCCIÓN. ASPECTOS BÁSICOS DEL DESENTRENAMIENTO Las adaptaciones que se producen en el organismo como consecuencia de la aplicación de actividad física regular están ampliamente estudiadas en la literatura especializada (Zatsiorski, 1982; Platonov, 1994). Muchos son los fenómenos fisiológicos (Orlander et al., 1977; Coyle et al., 1985), y estructurales (Neufer et al., 1987) que se manifiestan cuando el cuerpo humano se somete a diferentes cargas de trabajo independientemente de la orientación, duración, frecuencia y densidad de las mismas. Sin embargo, las involuciones descritas cuando hay cese total o parcial de la actividad fisicodeportiva necesita más investigaciones para poder analizar con precisión los fenómenos que se desencadenan, especialmente en deportistas altamente entrenados de diferentes modalidades deportivas. A pesar de ello, tal y como demostró Neufer (1989), cuando se interrumpe totalmente el proceso de entrenamiento tanto en sujetos que son sedentarios habituales como en deportistas de alto nivel, a lo largo de las semanas se pierde significativamente la capacidad de rendimiento y las adaptaciones fisiológicas. Algunas de las variables fisiológicas que varían, por efecto del desentrenamiento son el nVO2máx (Saltin et al., 1968), la actividad de las enzimas oxidativas (Klausen et al., 1981; Henriksson y Reitman, 1977), el volumen plasmático, la densidad capilar en el músculo (Blomqvist y Saltin, 1983). De la misma forma, ese concepto de reversibilidad queda manifiesto en función de otros muchos aspectos cuando un programa de entrenamiento se para o se reduce significativamente, produciéndose un reajuste corporal en la demanda fisiológica general (Ibañez y Gorostiaga, 2000). Esta reversibilidad se ve afectada por muchos factores, entre ellos están: • • • • • • • La temporización del cese de la práctica. El nivel del sujeto. La orientación del entrenamiento. El potencial genético. La intensidad del ejercicio practicado. Años de entrenamiento. Nivel de competición en el que ha desarrollado la actividad. • Volumen de entrenamiento. • Hábitos de vida. En consecuencia, muchos técnicos y entrenadores son especialmente meticulosos en la programación del trabajo que deben realizar sus deportistas durante los ciclos de entrenamiento en los que no haya competición (días de descanso activo y/o inactivo, microciclos de descarga, período estival, etc.), dado que el concepto de desentrenamiento afecta directamente todos los niveles de estructuras de la planificación. El objeto de este capítulo es combinar las experiencias vividas en jugadores de baloncesto de elite con los estudios que se han publicado sobre este tema y que puedan extrapolarse al baloncesto. 2. EL CONCEPTO DE DESENTRENAMIENTO EN EL BALONCESTO No hemos encontrado artículos científicos en los que se analice el desentrenamiento como fenómeno fisiológico en nuestro deporte, a excepción de un trabajo de Ciuti et al. (1996), realizado con jugadores de medio nivel y partir del cual todavía no podemos extraer conclusiones prácticas que Desentrenamiento en baloncesto. Experiencias reales sobre bases teóricas 241 7 Fases sensibles y críticas en baloncesto. Mito frente a evidencia científica 249 J. Calleja (1), I. Jukic (2), J. Lekue (3), X. Leibar (3), N. Terrados (4) (1) Facultad de Ciencias de la Actividad Física y el Deporte. Universidad del País Vasco. (2) Selección Nacional Croata Absoluta de Baloncesto. Faculty of Kinesiology. Zagreb. Croacia (3) Centro de Perfeccionamiento Técnico. Departamento de Cultura. Dirección de Deportes del Gobierno Vasco. (4) Fundación Deportiva Municipal de Avilés. Unidad Regional de Medicina del Deporte. Departamento de Biología Funcional de la Universidad de Oviedo. 1. INTRODUCCIÓN Una de las mayores preocupaciones de los entrenadores es definir el planteamiento genérico de entrenamiento con deportistas púberes y prepúberes durante la fase de crecimiento (Bompa, 1983; Weineck, 1992; Martín Acero, 1988; Navarro, 1998). Es necesario especificar contenidos y objetivos de trabajo, con el fin de optimizar los sistemas que permitan crear una adecuada reserva funcional (Navarro, 1998) y además, evitar “quemar” etapas y con ello el cese repentino de la práctica deportiva, con todas las connotaciones que conlleva. 2. DEFINICIÓN Y APROXIMACIÓN CIENTÍFICA Las teorías relacionadas con el rendimiento deportivo en categorías de formación derivadas de la embriología han sido tratadas por Winter (1986) y Martin (1981) y posteriormente ampliadas por el primero. Las fases sensibles son períodos delimitados en el tiempo en los cuales el organismo reacciona ante determinados estímulos de forma intensa (Winter, 1986) favorables a la entrenabilidad de una capacidad motora. Ampliamente definidas en función de aspectos de mayor concreción, como la diferencia entre la edad biológica/cronológica del sujeto, así como el proceso de especialización del deportista en el cual se muestra una especial sensibilidad hacia determinados estímulos externos, de acuerdo con los períodos de ontogénesis individual (Martin, 1981; Hann, 1988). Sin embargo, el mismo Winter se muestra escéptico ante el hecho de demostrar científicamente este planteamiento, puesto que hasta la fecha no se han publicado estudios longitudinales que demuestren con evidencia científica la existencia de estas fases, posiblemente ante la dificultad que plantea este modelo de investigación cuasi experimental. En cualquier caso, el mismo autor profundiza más en el concepto, y dentro de la fase sensible define otro aspecto, que es el período crítico. Aunque la propia experiencia de algunos autores, como Baur (1991), les ha hecho llegar a conclusiones en las cuales observaron que en dichos periodos de la vida se adquirían muy rápidamente modelos específicos de comportamiento, vinculados al ambiente, en los cuales se plasma una sensibilidad del organismo hacia determinadas experiencias. A pesar de ello, esta hipótesis no es contemplada, no considerando la relación entre dichas fases en el proceso madurativo y además atribuyendo este hecho a un papel social (Baur, 1991). En cualquier caso, en los últimos años se ha intentado esbozar líneas de orientación pedagógica y metodológica, sobre un conocimiento más profundo del desarrollo biológico del sujeto, por lo que el estudio de las denominadas fases sensibles se debe considerar como un intento de contribución a una mejora de la eficacia de entrenamiento en edades de formación. Por tanto, el objeto del capítulo será definir por medio de una aproximación más real y crítica un estudio de las subcomponentes de las cualidades determinantes en baloncesto, donde la maduración biológica interviene en el proceso evolutivo (Malina y Bouchard, 1991) de un jugador de baloncesto desde la iniciación deportiva hasta el alto rendimiento. Fases sensibles y críticas en baloncesto. Mito frente a evidencia científica 251 8 Calentamiento y vuelta a la calma en baloncesto 261 J. Calleja (1), A. Vaquera (2), J. Lekue (3), X. Leibar (4), N. Terrados (5) (1) Facultad de Ciencias de la Actividad Física y del Deporte. Universidad del País Vasco. (2) Facultad de Ciencias de la Actividad Física y del Deporte. INEF León. Club Baloncesto León. (3) Centro de Perfeccionamiento Técnico. Departamento de Cultura. Dirección de Deportes del Gobierno Vasco. (4) Centro de Perfeccionamiento Técnico. Departamento de Cultura. Dirección de Deportes del Gobierno Vasco. (5) Fundación Deportiva Municipal de Avilés. Unidad Regional de Medicina del deporte. Departamento de Biología Funcional de la Universidad de Oviedo. FUNDAMENTOS DEL CALENTAMIENTO 1. INTRODUCCIÓN Los procesos de calentamiento dentro de la estructura de las sesiones dirigidas al entrenamiento y/o competición en función de la orientación de la carga (Jensen et al., 1978; Terrados, 1998; Siff y Verkhoshansky, 2000) se refieren a la existencia de una fase previa a el entrenamiento y/o competición, que tiene por objeto la adaptación de los sistemas orgánicos a las demandas que la actividad requiere en los esfuerzos a realizar posteriormente (Jensen et al., 1978; Terrados, 1998). de un entrenamiento y/o competición deportiva (Röthing, 1983). En opinión de Grosser (1972), el calentamiento es el conjunto de ejercicios que permiten obtener un estado óptimo de preparación psicofísica y motriz, además de prevenir el riesgo de lesión (Grosser, 1972; Zieschang, 1978; Thomas, 2000), acotando la definición en relación con aspectos ligados con el ejercicio físico. Según Alvarez del Villar (1987), se podría expresar como las actividades que sirven para preparar el organismo previamente a la aplicación de cargas más exigentes con el propósito de poner en marcha sus sistemas funcionales y predisponer así para lograr rendimientos más elevados. Aymerich (1992-1993) diferencia ese conjunto de actividades en unos ejercicios de carácter general y otros específicos en una fase posterior, que se realizan antes de comenzar un entrenamiento, ejercicio intenso o competición. 2. DEFINICIÓN DE CALENTAMIENTO Diferentes concepciones se han utilizando para definir el calentamiento en diversos contextos, aunque todas ellas presentan denominadores comunes. Orellana en (1995) lo presenta como el aumento de la temperatura de un cuerpo mediante la aplicación de calor o como consecuencia de un trabajo mecánico. Según Freiwald (1996), adaptándolo a un entorno cercano a la actividad físico-deportiva, lo interpreta como el período de tiempo inmediatamente anterior a una competición o a la 1ª parte de un entrenamiento, siendo un conjunto de medidas activas y pasivas que se realizan con el fin de crear la condición psicofísica óptima antes 3. OBJETIVOS DEL CALENTAMIENTO Y EFECTOS QUE PRODUCE Todas las concepciones anteriormente expuestas podrían sintetizarse como aquel conjunto de tareas o ejercicios realizados previos a la competición deportiva con el fin de adaptar el organismo del deportista a la demanda competitiva posterior, minimizando el posible riesgo de lesión durante la misma, además de crear psicológicamente la predisposición al ejercicio. Por tanto, a partir de las conclusiones anteriormente expuestas, podemos definir los objetivos del mis- Calentamiento y vuelta a la calma en baloncesto 263 9 Detección, desarrollo y selección del talento en baloncesto 273 A. Lorenzo (1), J. Calleja (2) (1) Estudiantes Club de Baloncesto. Facultad de Ciencias de la Actividad Física y del Deporte. INEF. Universidad Politécnica de Madrid. (2) Facultad de Ciencias de la Actividad Física y del Deporte. Universidad del País Vasco. 1. INTRODUCCIÓN Cada vez que vemos a jugadores habilidosos realizando gestos que nos parecen imposibles con una facilidad sorprendente, capaces de desplazarse a gran velocidad, controlando el balón, driblando al oponente y observando al compañero mejor colocado para darle la asistencia, es difícil no preguntarse cómo estos deportistas pueden haber llegado tan lejos. El precio por alcanzar la excelencia del rendimiento implica varios factores. En las últimas décadas, los investigadores han estado claramente divididos en dos posiciones extremas. Algunos expertos propugnan que dicho rendimiento viene condicionado fundamentalmente por la herencia genética del deportista, mientras que otros científicos argumentan que se debe a la influencia del entorno que rodea al sujeto. Los primeros son partidarios del determinismo genético, según el cual, la personalidad del individuo, sus fortalezas y debilidades, e incluso su potencial de rendimiento viene condicionado por el genotipo. De esta manera, los factores genéticos determinan aspectos como: a) las características de personalidad asociadas con la capacidad competitiva de la persona o el control emocional; b) las variables antropométricas del jugador; c) las habilidades motoras, como la velocidad, la potencia, la agilidad, y d) la salud y ausencia de trastornos crónicos que imposibiliten la práctica deportiva. Según Bouchard, Malina y Pérusse (1997), “existe una fuerte relación entre el genotipo y la adaptación al entrenamiento”. Los segundos consideran a la persona como una pizarra en blanco a la que cualquier cosa que le ocurre después de su nacimiento es consecuencia de su experiencia y aprendizaje. Bajo esta perspectiva, se han identificado varios componentes que contribuyen a la evolución de los jugadores expertos como pueden ser: a) el hecho de haber desarrollado durante muchos años un entrenamiento correctamente planificado y es- Figura 9.1. Jugador excelente perteneciente al Siglo XXI y CPT-G Vasco realizando una acción. Fotografía de Juan Flor. tructurado (Ericsson, Krampe y Tesch-Römer, 1993) o de haberlo realizado en unas condiciones adecuadas; b) la posibilidad de contar con entrenadores expertos y especializados según el momento del desarrollo del deportista (Bloom, 1985); c) el apoyo ofrecido por los padres y familiares (Bloom, 1985); d) la capacidad de disfrutar y divertirse realizando la actividad deportiva (Bloom, 1985; Csikszentmihalyi, Rathunde y Whalen, 1993); e) la edad (Krampe y Ericsson, Detección, desarrollo y selección del talento en baloncesto 275 10 Análisis del perfil de un técnico en preparación física dentro de una estructura de alto rendimiento en baloncesto 287 J. Calleja (1), A. Lorenzo (2), A. Vaquera (3) (1) Siglo XXI País Vasco. Federación Española de Baloncesto. (2) Club Estudiantes de Baloncesto. Facultad de Ciencias de la Actividad Física y el Deporte. Universidad Politécnica de Madrid. INEF. (3) Club de Baloncesto León. Facultad de Ciencias de la Actividad Física y del Deporte de León. INEF. 1. INTRODUCCIÓN Durante la última década, se ha desarrollado una dinámica de trabajo en deportes de conjunto llevada a cabo por un selectivo grupo de especialistas expertos en diferentes áreas de conocimiento, ante la escasa individualización que se puede observar en este tipo de especialidades deportivas (Muñoz y Olcina, 2001). La figura del entrenador destaca sobre ellas, siendo la persona referente capaz de coordinar todos los recursos humanos que le permitan optimizar y obtener el mayor rendimiento del equipo humano que tendrá a su servicio (Sánchez Bañuelos, 2000). Médicos, fisioterapeutas, delegados y preparadores físicos son profesionales que actualmente trabajan en los equipos técnicos multidisciplinarios en los deportes de conjunto. La mayoría de ellos atienden una formación especialista en un área concreta, y deben estar coordinados tal y como podemos observar en la figura 10.2. Otros muchos (biomecánicos, fisiólogos, nutricionistas, psicólogos) se irán incorporando progresivamente, como se puede observar en otras disciplinas que manejan presupuestos mayores. La figura del preparador físico resurge en estos equipos realizando una labor de hombre-puente que permita establecer nexos de unión entre los asistentes biosanitarios (médico, ATS, fisioterapeutas, trainers y masajistas) y los técnicos especialistas en el deporte (entrenador, entrenador ayudante y scouter). En los últimos tiempos, el preparador físico ha adquirido un estatus acorde a su formación académica, respaldado por una licenciatura académica (INEF) y en muchos de los casos por una especialización cada vez más en boga, como es el Máster de ARD, que se imparte en el Figura 10.1. Equipo técnico del Siglo XXI de la Federación Española y del CPT-G Vasco. Fotografìa de Juan Flor. Análisis del perfil de un técnico en preparación física dentro de una estructura de alto rendimiento en baloncesto 289 11 La planificación y el control del entrenamiento técnico-táctico en baloncesto 299 S. J. Ibáñez Godoy (1) (1) Facultad de Ciencias del Deporte. Universidad de Extremadura. 1. INTRODUCCIÓN Son múltiples los factores sociales que influyen en un jugador para que alcance el máximo nivel competitivo (Rees y Hardy, 2000). En los deportes colectivos, como el baloncesto, los jugadores no pueden alcanzar la excelencia deportiva individualmente. El contexto deportivo en el que se forman los jugadores es fundamental para conseguir este objetivo (club, equipo, entrenador, compañeros, etc.). Sáenz-López, Ibáñez, Giménez, Sierra y Sánchez (2.004) analizaron las claves para llegar a ser un jugador español experto en baloncesto. Realizaron un estudio en el que recogen la opinión de entrenadores prestigiosos, jugadores de alto nivel, expertos en baloncesto y coordinadores de cantera de clubes de ACB. Los factores destacados por la muestra de su estudio, para llegar a ser un jugador experto en baloncesto, por orden de importancia son: el contexto, la psicología individual, factores tácticos, las cualidades físicas, la técnica, la antropometría y factores psicosociales. Los resultados de su trabajo ponen de manifiesto la importancia de los factores contextuales (familia, club, entorno, etc.) en la evolución del jugador con talento hacia el jugador experto. La aplicación de estos resultados al entrenamiento deportivo nos desvela la importancia de conocer con precisión dónde se entrena, cómo se entrena y seleccionar adecuadamente qué se entrena. El proceso de planificación y control del entrenamiento es básico para conocer objetivamente cómo se realiza el entrenamiento en deportes colectivos. Los expertos en entrenamiento con jóvenes están de acuerdo en afirmar que para que la formación de los jugadores sea efectiva, ésta debe ser a largo plazo (Añó, 1997), con independencia de que haya éxitos o fracasos deportivos en los períodos intermedios. Este axioma tiene aún más fuerza en un deporte colectivo como el baloncesto, en el que el componente antropométrico del jugador es un condicionante para alcanzar el máximo nivel competitivo. Por ello, para conducir eficazmente la formación de jóvenes deportistas, es imprescindible que el entrenamiento esté planificado, organizado y estructurado. Si conocemos cómo entrenamos, podremos analizar nuestra intervención, estableciendo las estrategias que nos permitan mejorar estos procesos formativos. Registrar y archivar las actividades que los entrenadores realizan diariamente es el paso para analizar los procesos de entrenamiento y generalizar una teoría del entrenamiento en deportes colectivos. En los deportes de equipo no existe una amplia tradición en realizar procesos de planificación sistemática del entrenamiento técnico-táctico. Los esfuerzos de los entrenadores se dirigen hacia el diseño de las sesiones de entrenamiento, la creación de tareas de entrenamiento y la preparación técnico-táctica de los partidos. La planificación que se realiza es a muy corto plazo. Se planifica la sesión de entrenamiento y, en el mejor de los casos, la planificación que se realiza es de una semana/microciclo. A nuestro entender, la competición es un elemento que condiciona los procesos de planificación del entrenador en deportes colectivos. En los períodos de formación, la competición es un elemento formativo más, en el que los jugadores aplican los conocimientos adquiridos durante la semana, enfrentándose con otros jugadores que no conocen. No podemos olvidarnos que el objetivo final del entrenamiento en períodos de formación no es “ganar el partido del fin de semana”. El objetivo del entrenamiento es “formar adecuadamente a los jugadores para que desarrollen sus máximas potencialidades”. La competición es un elemento más de esta formación y no debe condicionar la planificación del entrenamiento. Esta realidad se ve acrecentada cuanto menor es el nivel formativo de los entrenadores, o se plantean La planificación y el control del entrenamiento técnico-táctico en baloncesto 301 Bloque 3 Medicina 315 1 Nutrición, hidratación y ayudas ergogénicas en baloncesto 317 X. Leibar (1), J. Lekue (2), J. Calleja (3), y N. Terrados (4) (1) Centro de Perfeccionamiento Técnico. Departamento de Cultura. Dirección de Deportes. Gobierno Vasco. Comité Olímpico Español. (2) Centro de Perfeccionamiento Técnico. Departamento de Cultura. Dirección de Deportes. Gobierno Vasco. (3) Facultad de Ciencias de la Actividad Física y del Deporte. Universidad del País Vasco. (4) Fundación Deportiva Municipal de Avilés. Unidad Regional de Medicina del Deporte. Departamento de Biología Funcional de la Universidad de Oviedo. 1. INTRODUCCIÓN. ASPECTOS BÁSICOS DE LA NUTRICIÓN EN DEPORTES DE CONJUNTO Las características de la actividad de competición en baloncesto suman diversos aspectos que dificultan el cálculo real de las necesidades nutricionales del jugador. No existen muchos estudios en los que se analice de forma específica el gasto energético de los jugadores y muchos menos los realizados con deportistas de alto rendimiento, ya que, como deporte acíclico y abierto a muchas variables de juego, la sistematización del mismo resulta muy compleja. La intensidad de la actividad en baloncesto es muy variable y tiene grandes diferencias entre jugadores y niveles de competición. La tendencia en el juego va hacia una mayor intensidad, con un juego más rápido y con un mayor componente de fuerza, es decir, con un incremento de la utilización de la vía anaeróbica. La actual normativa de 2 tiempos separados con un tiempo de descanso, divididos a su vez en 2 tiempos, ha obtenido un juego más intenso y con mayor tiempo real de actividad. El objetivo de un juego más rápido e intenso tuvo con el recorte del tiempo de posesión un paso previo en esta dirección hace unos años. Aun en equipos con plantillas muy amplias y equilibradas existe una duración real importante dado que el juego es más dinámico y los tiempos sin actividad se han minimizado. Los puestos de los jugadores, con todas las variables de estrategias y entrenadores, tienen tiempos de actividad diferenciados, y también la estrategia del equipo oponente puede modificar el tiempo activo de los jugadores. Diferencias sustanciales en el tamaño corporal de entre 214±5,2 cm, pívot, y 188±10,3 cm bases, en estatura y 109±13,8 kg, pívots y 83,6±6,3 kg, bases, del baloncesto profesional americano (Parr et al., 1978) nos inducen a pensar que los requerimientos energéticos de los jugadores son individuales. Los porcentajes (%) de grasa igualmente son diferentes según los puestos, así como la masa muscular. Habitualmente los cálculos medios energéticos se establecen respecto a varones de 70 kg, cuando en el ámbito del baloncesto el peso de los jugadores suele ser sustancialmente superior Son notables valores de consumo de oxígeno (nVO2), especialmente si se tiene en cuenta que son valores absolutos divididos por elevados pesos musculares, 57,2±13,0 ml de O2/kg, en deportistas de la selección franceses absoluta de baloncesto (Jousselin et al., 1984). Una elevada desviación de los valores nos indica un grupo de jugadores heterogéneos que requieren análisis más precisos por puestos. En un trabajo de Calleja et al. (datos sin publicar), datos indirectos de la course navette (CN) correspondían a valores de consumo de 56,9±17 ml/kg/min. Datos relativamente recientes de las concentraciones de lactato sanguíneo (LA) son indicativos de la elevada carga de trabajo en régimen anaeróbico del baloncesto moderno. La LA está elevada en todos los puestos tanto en el nivel nacional como el internacional (Rodríguez Alonso et al., 1997) (tabla 1.1). Otro de los aspectos físicos importantes, ligado a la vía anaeróbica, es la potencia de salto vertical de los diferentes jugadores, que se clarifica cuando se analizan por puestos (pívot, 55,9±8,1 cm; escoltas 6l,6±8,5 cm, y bases, 61,6±8,3 cm, en el equipo brasileño) (Soares et al., 1986). Nutrición, hidratación y ayudas ergogénicas en baloncesto 319 2 Salud y rendimiento en árbitros de baloncesto 353 R. Ureña (1), P. Rocío (1), A. Monterrey (1) (1) Federación Española de Baloncesto. 1. INTRODUCCIÓN Los árbitros de baloncesto constituyen una pieza fundamental en el desarrollo de la competición y han sido, hasta hace poco, un estamento olvidado desde el punto de vista biomédico, como lo demuestran los escasos estudios científicos tanto en el ámbito nacional como en el internacional. El objetivo de este capítulo es presentar el trabajo que se viene desarrollando en el área médica de la Federación Española de Baloncesto (FEB), y los datos recopilados de la bibliografía consultada, con el fin de que dicha información sirva de reflexión y punto de partida para iniciar una línea de trabajo que permita avanzar en los conocimientos científico-médicos específicos de este colectivo. 2. OBJETIVOS DEL ÁREA MÉDICA DE LA FEB El área médica de la FEB debe tener con los árbitros los mismos objetivos generales que con el resto de deportistas, teniendo en cuenta sus características específicas y diferenciadoras. Los objetivos generales son: • Velar por su estado de salud. • Conseguir que alcancen un rendimiento óptimo a corto y largo plazo. Entre sus objetivos específicos destacar: • Prevención. • Reconocimiento médico y seguimiento de la salud. • Educación sanitaria y asesoramiento en temas relacionados con la salud. • Asesoramiento en la planificación de su trabajo para alcanzar una óptima condición física. • Conseguir un mayor conocimiento de las características morfofuncionales demandadas por las competiciones. • Adquirir más conocimientos sobre las patologías y lesiones específicas de los árbitros como medio de prevención. • Asesoramiento en relación con temas asistenciales (diagnóstico, tratamiento y rehabilitación). 3. METODOLOGÍA Para alcanzar algunos de los objetivos señalados, la metodología seguida en la FEB en el apartado de prevención, que es el más desarrollado hasta el momento, es la siguiente: Reconocimiento médico y seguimiento de la salud A todos los árbitros se les exige, antes del inicio de la temporada, un reconocimiento médico que consta, como mínimo, de: • Una encuesta médico-deportiva y hábitos. • Una historia clínica que debe recoger: los antecedentes familiares y personales, una exploración convencional con aparatos haciendo especial hincapié en el sistema cardiovascular y respiratorio, aparato locomotor, complementados con la realización de un ECG basal, registro de la TA, analítica de sangre y orina, estudio antropométrico y prueba de esfuerzo. Salud y rendimiento en árbitros de baloncesto 355 3 Posibilidades de los aloinjertos en la cirugía reconstructiva de la articulación de la rodilla del baloncestista 361 A. del Corral (1) (1) Servicios Médicos del Real Madrid CF. 1. INTRODUCCIÓN El trasplante de huesos y articulaciones entre individuos de la misma especie (aloinjerto) o de diferente especie (xenoinjerto) es un objetivo buscado desde hace muchos años. Los nuevos tratamientos para el cáncer, las nuevas tecnologías de criopreservación, el desarrollo de los bancos de tejidos y de la cirugía, especialmente de las técnicas artroscópicas, han cambiado los planteamientos y las indicaciones en la utilización de los injertos. Además, los traumatismos, especialmente de la articulación de la rodilla, han abierto un amplio campo de posibilidades al banco de tejidos, pues un llamado banco de huesos no sólo dispone de tejido óseo, cortical o esponjoso, sino que incluye además los injertos osteocondrales y de partes blandas, como son tendones, ligamentos y fascias. Vamos a revisar el efecto de la conservación, la técnicas de almacenaje de los injertos de ligamentos, tendones cartílago y la integración de los elementos necesarios en la cirugía de la rodilla, ligamentos y tendones, el cartílago y los meniscos que han despertado un interés en las nuevas técnicas de reconstrucción articular, dejando ahora los injertos óseos, sobre los cuales hay muchas experiencias recogidas en la literatura. 2. EFECTO DE LA CONSERVACIÓN DE LOS INJERTOS DEL SISTEMA MUSCULOSQUELÉTICO Un banco de huesos debe garantizar la esterilidad e integridad de todo el material, asegurando la disponibilidad de diferentes formas y tamaños en cualquier momento. Las técnicas más empleadas en la conservación de injertos son la congelación y la liofilización, aunque en los últimos años, por el miedo a la transmisión del VIH, también se han acompañado de diferentes métodos de esterilización. 3. CONSERVACIÓN DEL TEJIDO CARTILAGINOSO El mantenimiento de la viabilidad celular representa el principal condicionante para garantizar las propiedades biológicas y mecánicas del cartílago a largo plazo (Blaser, 1994; Hunzinker, 1996). La mayoría de los estudios demuestran que las mejores condiciones se consiguen con los protocolos de ritmo y temperatura controlados y con agentes crioprotectores (Langer, 1978; Karow, 1972). La compleja interacción entre las células del cartílago y la matriz extracelular presenta una viabilidad tras la congelación que va desde 90% en las células aisladas hasta un 3050% en el cartílago (Karow , 1978., Garrett, 1994). Wayne et al. (1990) estudiaron el efecto del almacenamiento de injertos osteocondrales durante 60 días, a 4 °C, viendo que largos períodos de tiempo impiden la viabilidad de las células, precisando de sustancias criopreservadoras para mantener la estructura del cartílago; el dimetilsulfóxido (DMSO) es el agente criopreservador más utilizado. 4. CONSERVACIÓN DE TENDONES Y LIGAMENTOS Los tendones alogénicos se utilizan con éxito en la reconstrucción de los ligamentos articu- Posibilidades de los aloinjertos en la cirugía reconstructiva de la articulación de la rodilla del baloncestista 363 4 Diagnóstico de la patología por sobrecarga en baloncesto 371 D. Galiano Orea (1,2) (1) Federación Española de Baloncesto. (2) Universidad Pablo Olavide de Sevilla. 1. INTRODUCCIÓN Parece evidente que en la catalogación de lesiones por sobresolicitación en el baloncesto influyen algunas variables escasamente controladas, al menos desde nuestra perspectiva. El estudio patomecánico, la taxonomía y la relación con la metodología del entrenamiento habitual son algunas de ellas. No obstante parece existir un acuerdo en la topografía anatómica mas fre- cuente de las lesiones propias del baloncesto, que a nuestro juicio debe modificarse cuando hablamos de patología por sobrecarga. Tomando como base los datos del baloncesto profesional español (AEMB) en comparación con datos americanos (NBA), debemos aclarar que las diferencias en la articulación de la rodilla, en detrimento del tobillo, la atribuimos a la patología por sobrecarga de la zona, no reflejada como tal en el estudio ACB. Tabla 4.1. Cuadro comparativo de lesiones. TOPOGRAFÍA Tobillo/pie AEMB (%) N = 217 29,8 Raquis 15,2 Patología muscular Rodilla 14,9 14,2 Mano Cabeza Hombro Cadera/pelvis 7,8 7,09 3,55 3,19 Pierna Codo Patología ósea por estrés Antebrazo Muñeca 2,13 0,71 0,71 0,35 0,35 NBA (%) N = 3.718 14,5 21,9 7,4 8,9 0,7 1,9 0,9 TOPOGRAFÍA Tobillo Pie Columna lumbar Columna dorsal Columna cervical Cóccix 9,4 18,3 8,9 4,3 8,6 3,7 3,1 7,3 2,9 6,9 2,5 Rodilla Rótula Mano y muñeca Cabeza Hombro Cadera Fémur Ingle Pierna Codo y antebrazo 1,9 0,5 0,7 Tórax Abdomen Otras Diagnóstico de la patología por sobrecarga en baloncesto 373 5 Lesiones musculares en baloncesto 387 F. Jiménez Díaz (1, 2) (1) Baloncesto Fuenlabrada. (2) Facultad de Ciencias del Deporte de la Universidad de Castilla la Mancha. 1. INTRODUCCIÓN Las lesiones producidas en el ámbito del deporte están originadas por métodos de entrenamiento incorrectos, por la existencia de anomalías anatómicas o por la presencia de debilidad en las estructuras osteomusculares. En cualquier caso, estas lesiones aparecen bien porque el jugador no realiza una recuperación adecuada después de una fase de ejercicio intenso o bien porque no realiza la interrupción del ejercicio cuando aparece el dolor. Por otra parte, durante la práctica del ejercicio físico hay una gran incidencia de lesiones musculares, si bien hay pocos estudios clínicos realizados sobre el tratamiento y la curación de las mismas. Aunque el tratamiento conservador consigue resultados funcionales aceptables, las consecuencias de una terapia inadecuada o insuficiente pueden ser muy dramáticas, posiblemente aplazando la vuelta de un atleta a su actividad durante semanas o meses. Por ello, conocer algunos principios básicos de la recuperación muscular, que se van a revisar en este capítulo, supone una ayuda para acelerar el proceso de retorno a la competición. Las lesiones musculares son muy frecuentes en el deporte, con una incidencia que varía entre el 10% y el 55% de todas las lesiones (Garret, 1996; Beiner, 2001). Los mecanismos de producción son variados e incluyen la contusión, el estiramiento o la laceración. Las laceraciones musculares son las lesiones menos frecuentes, mientras que las contusiones y las distensiones ocurren en el 90% de todos los casos de afectación muscular (Jarvinen y Letho, 1993). La contusión del músculo se produce cuando éste es sometido a una fuerza repentina, de tipo compresivo, apareciendo con mayor incidencia en los deportes de contacto, mientras que en aquellos en los que predominan las aceleraciones y los saltos se produce una mayor incidencia de lesiones por mecanis- mo intrínseco (Crisco, 1994, y Garret, 1996). En las distensiones musculares, una fuerza extensible excesiva en el músculo produce una tensión excesiva de las miofibrillas y por consiguiente una rotura cerca de la unión musculotendinosa. Estas lesiones afectan especialmente los músculos superficiales que trabajan a través de 2 articulaciones, como el recto femoral, el semitendinoso y el gastrocnemio (Kalimo et al., 1997; Kujala et al., 1997). Por otra parte, teniendo en cuenta que el baloncesto es un deporte en el que se producen continuas acciones de contacto entre los jugadores de ambos equipos, existe una alta incidencia de lesiones tanto de origen traumático como aquellas originadas por un mecanismo de sobrecarga o hipersolicitación. Los diferentes estudios epidemiológicos resaltan que la incidencia de lesiones musculares en el jugador de baloncesto alcanza valores próximos al 15% (Albanell et al., 1994). A través de estudios realizados en la NBA se ha determinado que la frecuencia de las contusiones musculares supone un 3,2%, mientras que la frecuencia de las lesiones producidas por un mecanismo intrínseco representa un 3,3% para las lesiones en la zona isquiotibial y un 2,8% para las que afectan los músculos aductores. Sin embargo, no está claramente determinada la incidencia de lesiones musculares según el tipo o grado de lesión de las mismas. 2. ETIOPATOGENIA Desde el punto de vista etiopatogénico, hay que señalar aquellas condiciones que favorecen la aparición de estas lesiones: (a) el jugador de baloncesto que presenta un biotipo brevilíneo e hipermusculado es más proclive a esta patología; (b) la incidencia de lesión es mayor en aquellos Lesiones musculares en baloncesto 389 6 Lesiones de dedos en baloncesto 399 R. Serra (1, 2, 3) (1) Ricoh Manresa Club de Baloncesto. (2) Federación Española de Baloncesto. (3) Escuela fisioterapia fundación Universitaria del Bages. 1. INTRODUCCIÓN La practica del baloncesto genera durante los entrenamientos y partidos un elevado número de contactos entre adversarios y compañeros que pueden derivar en múltiples lesiones de origen traumático. Aunque las lesiones más frecuentes se producen en los miembros inferiores, también destacan por su incidencia, dado que el balón es un instrumento lesional, las lesiones de los dedos de la mano, sin olvidar las causadas por la indumentaria deportiva de diseño inadecuado (presencia de bolsillos, pliegues...), por los ganchos metálicos de fijación de la red en los aros de las canastas, anillos y objetos tanto fijos como móviles poco protegidos de bordes cortantes en el perímetro de juego. Los estudios de investigación señalan que en la liga NBA, en la que se juegan de promedio el doble de partidos por temporada que en la Liga Española (80/40), de 3.718 jugadores lesionados (91% de la liga NBA-88/92) un total de 200 (5,4%) presentaban lesiones en los dedos de la mano. Para potenciar la prevención y tratar correctamente todas las lesiones, hemos de conocer la etiología, métodos diagnósticos, clasificación y las posibilidades terapéuticas de las mismas. 2. OBJETIVOS En consecuencia, el objeto del presente capítulo es proporcionar una revisión sobre las lesiones más frecuentes que afectan los dedos de la mano y que se producen durante la práctica deportiva del baloncesto bien sea en entrenamiento o competición, divididas en cinco apartados claramente diferenciados: • • • • • Heridas (simples y complicadas). Esguinces capsuloligamentarios. Fracturas (cerradas y abiertas). Luxaciones (cerradas y abiertas). Epifisiólisis. 3. PALABRAS CLAVE: baloncesto, dedos, traumatismo, lesión 4. LESIONES DE LOS DEDOS EN EL DEPORTE 4.1. Pulgar. Recuerdo anatomofisiológico La articulación trapezometacarpiana, por su forma en silla de montar, permite el movimiento del pulgar en los tres planos del espacio: 1. Movimientos de ante y retropulsión. 2. Movimientos de aducción-abducción. 3. Movimientos de rotación axial gracias a la laxitud capsular (Kapandji, 1977). La articulación metacarpofalángica del pulgar es una condílea y posee dos sentidos de libertad de movimientos (flexoextensión y lateralidad). Destaca la elasticidad de sus ligamentos colaterales que permite realizar un tercer movimiento: rotación axial (Kapandji, 1977). La articulación interfalángica del pulgar, al ser una tróclea, tiene una gran estabilidad lateral, permitiendo sólo un sentido de movimiento: flexoextensión (Kapandji, 1977). Lesiones de dedos en baloncesto 401 7 Lesiones de la rodilla y de pierna en el jugador de baloncesto 413 F. Jiménez (1,2) (1) Baloncesto Fuenlabrada. (2) Facultad de Ciencias del Deporte de la Universidad de Castilla la Mancha. 1. INTRODUCCIÓN Desde el punto de vista fisiológico, el baloncesto es un deporte con unos requerimientos muy elevados, donde se imponen unas demandas altas sobre las capacidades cardiovasculares y metabólicas de los jugadores. En este deporte se producen movimientos de corta duración con frecuentes cambios de intensidad (Colli y Faina, 1987), incluyendo una elevada repetición de gestos, desplazamientos laterales, carreras de aceleración y desaceleración y gran cantidad de saltos. En definitiva, el baloncesto requiere energía aportada por los sistemas aeróbicos y anaeróbicos, fuerza y resistencia muscular, y flexibilidad (Franco, 1998). Como consecuencia de todos estos movimientos, en el baloncesto se producen numerosas acciones de contacto entre los jugadores de los equipos rivales y entre los miembros del mismo equipo, que generan una amplia gama de lesiones tanto de tipo traumático como aquellas originadas por mecanismos de sobrecarga. Los diferentes estudios epidemiológicos resaltan la alta incidencia de lesiones en la extremidad inferior del jugador de baloncesto, alcanzando valores superiores al 40%. Dentro de éstas, la lesión traumática de la rodilla supone el 14,2% de todas las lesiones en este deporte y las producidas sobre la pierna implican sólo un 2,1%. La incidencia de lesiones en la liga española (ACB) supone un total del 46,13 % de las lesiones comunicadas (Manonelles y Tárrega, 1998). En la NBA, sin embargo, las lesiones producidas en las extremidades inferiores suponen un 57,3% del total de las lesiones (Moraes, 2003). En cuanto al tipo de lesión más frecuente que afecta la rodilla, destaca la tendinosis rotuliana y la condropatía femororrotuliana, ambas por afectación del mecanismo extensor en un deporte de salto como el baloncesto. El esguince de rodilla y la lesión del ligamento cruzado anterior son otras afectaciones frecuentes en este deporte. Finalmente, tienen mucha menor incidencia los síndromes compartimentales de la pierna y las roturas meniscales. 2. ARTICULACIÓN DE LA RODILLA: RECUERDO ANATÓMICO Y CLASIFICACIÓN DE LAS LESIONES 2.1. Recuerdo anatómico La rodilla es una articulación compleja de gran volumen, en la que confluyen tres huesos, el fémur, la tibia y la rótula (figura 7.1). Un gran músculo, el cuádriceps, integrado por los fascículos del recto anterior, del vasto externo, del vasto interno y del vasto intermedio, se unen formando el tendón cuadricipital, que interviene en Cóndilo lateral Ligamento lateral externo Menisco externo Bíceps crural Ligamento cruzado posterior Cóndilo medial Ligamento lateral interno Ligamento cruzado anterior Menisco interno Ligamento tibioperoneo Tendón rotuliano (inserción) Sartorio Peroné Tibia Recto interno del muslo Semitendinoso Figura 7.1. La rodilla es una articulación compleja de gran volumen, en la que confluyen el fémur, la tibia y la rótula, además de una serie de tejidos blandos como la cápsula, los ligamentos articulares y los tendones. Lesiones de la rodilla y de pierna en el jugador de baloncesto 415 8 Patología del tobillo y el pie en el jugador de baloncesto 427 C. Rodríguez (1), A. Soriano (2) (1) Ex médico de la Selección Española Absoluta de Baloncesto. Servicio de Traumatología. Hospital Asepeyo-Coslada (Madrid). (2) Servicios Médicos del CB Estudiantes. Jefe de Servicio de Traumatología. Hospital Sur. Móstoles (Madrid). 1. INTRODUCCIÓN La incidencia de lesiones en el tobillo y el pie del jugador de baloncesto se sitúa según las diversas estadísticas consultadas y la nuestra, en alrededor de un 37% (Garrick y Recua, 1988; Rodríguez, 1988). El esguince de los ligamentos del tobillo constituye entre el 7% y el 10% de las urgencias de un hospital general y entre el 20% y el 45% de las lesiones sufridas por un deportista profesional, y el 30% en la casuística revisada dentro del protocolo elaborado por la Asociación Española de Médicos de Baloncesto (Soriano, 1996; Taga y Metal, 1993). Esto es debido a que el baloncesto es un deporte donde los saltos, los cambios de dirección, los arranques y las frenadas bruscas son una constante continua, además de la gran talla y peso de la mayoría de sus practicantes, la mayor proporción de pies con hipotrofia de la musculatura peronea y el reducido espacio bajo la canasta, donde 10 pares de pies luchan por conseguir la mejor posición (figura 8.1). Figura 8.1. Muchos pies y poco espacio. 2. LAS LESIONES CAPSULOLIGAMENTARIAS AGUDAS: ESGUINCES DEL TOBILLO Las lesiones que afectan las estructuras capsuloligamentarias de la articulación del tobillo representan alrededor del 30%. Es difícil encontrar algún baloncestista que no haya sufrido en el transcurso de su vida deportiva una lesión de mayor o menor gravedad afectando los ligamentos del tobillo (Harmer, 2005; Masato et al., 2003; Popovic y Nguillet, 2005). En general, estas lesiones evolucionan hacia la cicatrización sin complicaciones, pero de un 20% a un 40% de las que afectan el complejo lateral pueden terminar con algún grado de inestabilidad residual o inestabilidad crónica, con un progresivo deterioro articular (Garrick, 1977; Labovitz y Schweitzer, 1998; Lynch y Renstrom, 1999). Figura 8.2. Estabilidad ligamentaria medial y lateral. Patología del tobillo y el pie en el jugador de baloncesto 429 9 Valoración cardiológica preventiva en baloncesto 449 L. Serratosa (1) (1) Servicios Médicos del Real Madrid CF. La muerte súbita e inesperada de un deportista joven y aparentemente sano es un acontecimiento que, aun siendo poco frecuente, causa un gran impacto tanto en la comunidad médica como en el resto de la sociedad. El interés que en las últimas dos décadas ha despertado el reconocimiento cardiológico previo a la práctica deportiva ha abierto un importante debate acerca de su capacidad para detectar y prevenir de forma eficaz aquellas patologías que con mayor frecuencia son responsables de muerte súbita cardíaca (MSC) en deportistas. porte de competición puede aumentar en 2,5 veces el riesgo de MSC en deportistas jóvenes portadores de alguna cardiopatía (Corrado et al., 2003). En estos sujetos, el deporte no podría en ningún caso ser considerado como la causa, sino que habría actuado como desencadenante de arritmias ventriculares malignas sobre una cardiopatía subyacente. Por tanto, la realización de un reconocimiento cardiológico preventivo dirigido a intentar detectar aquellas cardiopatías que pueden poner en riesgo la vida de nuestros deportistas parece estar totalmente justificado tanto desde el punto de vista clínico como ético. 1.1. Incidencia de MSC en deportistas 1.2. Causas de MSC en deportistas De acuerdo con las estadísticas de los estudios realizados en EE.UU., la MSC tiene una incidencia de 0,75 varones y 0,13 mujeres por 100.000 participantes al año en deportistas jóvenes menores de 35 años (Van Camp et al., 1995), y de hasta 6 por 100.000 en deportistas varones de edad media (Thompson et al., 1996). En un estudio realizado recientemente en la región italiana del Véneto, la incidencia es ligeramente superior, alcanzando cifras de 2,1 por 100.000 deportistas y año (Corrado et al., 2003). Según Corrado et al. (2003) estas diferencias tendrían relación con distintos sustratos patológicos, factores genéticos y raciales, y mayor edad media de los deportistas italianos. Aunque no disponemos de datos sobre la incidencia de MSC en baloncesto, lo cierto es que a todos nos vienen a la cabeza algunos nombres de jugadores de primer nivel (Reggie Lewis, Hank Gathers, Chris Patton, Jason Collier, etc.) que fallecieron por alguna de las cardiopatías que con mayor frecuencia son causa de MSC en deportistas. De acuerdo con las estimaciones realizadas por algunos autores, el de- Mientras que en los deportistas mayores de 35 años está claro que la causa más frecuente de MSC es la cardiopatía isquémica por arteriosclerosis coronaria, las cardiopatías responsables en los menores de 35 años son en su mayoría de carácter congénito y hereditario: miocardiopatía hipertrófica (MCH), anomalías congénitas de las arterias coronarias, miocarditis, síndrome de Marfan, miocardiopatía arritmogénica del ventrículo derecho (MAVD), enfermedad coronaria prematura y anomalías del sistema de conducción. Si revisamos tres de los principales estudios que han analizado las causas más frecuentes de MSC en deportistas jóvenes (<35 años) encontraremos ciertas diferencias. En los dos realizados en EE.UU. (Van Camp et al., 1995; Maron et al., 1996a), los casos de MCH segura o probable alcanzan alrededor de un 50% del total (tabla 9.1). Sin embargo, de los 49 casos de MSC recogidos por Corrado et al. (1998) en la región del Véneto (Italia) entre 1979 y 1996: tan sólo un 2% fueron debidos a una MCH y hasta un 22,4% a una MAVD (tabla 9.2). 1. INTRODUCCIÓN Valoración cardiológica preventiva en baloncesto 451 10 Entrenamiento preventivo en baloncesto mediante el acondicionamiento físico 463 I. Jukić (1,2) (1) Federación Croata de Baloncesto. (2) Facultad de Cinesiología. Universidad de Zagreb. Croacia. El perfil motor del jugador de baloncesto ha progresado sustancialmente en las últimas décadas, debido, en gran parte, a los adelantos en conceptos específicos técnicos, tácticos y condicionales ejecutados a un alto nivel de perfección con un significativo incremento de la intensidad del juego ante la exigencia de la demanda deportiva. Particularmente desde un punto de vista de la condición física, con relación a las situaciones ocurridas durante los partidos, en un deporte de contacto como el baloncesto, frecuentemente se padecen acciones de contacto con compañeros y adversarios que aumentan considerablemente el riesgo de sufrir una lesión. Con la idea de mejorar el rendimiento y las propias capacidades, pero simultaneámente protegiendo la salud de los deportistas, el ratio de riesgo de lesión debiera ser reducido. El concepto de prevención en el deporte (figura 10.1), por tanto es un aspecto de crucial importancia en el baloncesto de alto nivel (Clark, 2001; Micheli, 1995; Surburg, 2001) desde que los jugadores de elite entienden que dicho proceso puede prolongar su carrera deportiva, pudiendo conseguirse 1. INTRODUCCIÓN El rendimiento en baloncesto de alto nivel y los resultados deportivos son inimaginables sin una correspondiente excelencia atlética, la cual implica un óptimo desarrollo armónico de las habilidades motrices, capacidades de acondicionamiento, así como del perfil morfológico y psicológico del sujeto. Afortunadamente, todas las características mecionadas anteriormente son transformables, pudiendo mejorar en función de la influencia de los programas de entrenamiento y de los procesos de acondicionamiento físico (Beachle et al., 2000; Fleck, 1997; Hakkinen et al., 1988; Jukić et al., 1999; Kraemer et al., 1988., Kraemer et al., 2000). Como en muchos sistemas de transformación, el entrenamiento de la condición física ha sido definido por medio de numerosas variables, las cuales son susceptibles a cambios que permitan mejorar el status inicial (SI) de un deportista hasta conseguir el deseado status final (SF) de preparación de la condición física. La diferencia entre el (SI) y el (SF) es producto de los efectos que produce el propio entrenamiento. Diagnóstico estado entrenamiento Desarrollo y mantenimiento capacidades condicionales Prevención lesión Acondicionamiento multilateral (básico) Comprensión patrón motor Habilidades motoras específicas (conocimientos) Preparación a largo plazo Acondicionamiento deportivo específico Principios entrenamiento Entrenamiento preventivo mediante acondicionamiento Preparación integral Habilidades motoras no específicas (conocimientos) Entrenamiento Competición Factores suplementarios Figura 10.1. Sistema de prevención de lesiones en deporte de alto nivel (I. Jukic,´ 2007). Entrenamiento preventivo en baloncesto mediante el acondicionamiento físico 465 11 Fisioterapia para el estrés psicofísico y el daño muscular en baloncesto 473 J. Seco Calvo (1, 2) (1) Departamento de Enfermería y Fisioterapia. Escuela de Ciencias de la Salud. Universidad de León. (2) Ex jefe de Servicios Médicos del Tau Baskonia. 1. INTRODUCCIÓN 1.1. Estrés Selye (1976) definió el estrés como «un estado de tensión aguda del organismo, obligado a movilizar sus defensas, para hacer frente a una situación amenazante». Para elaborar estas estrategias de ajuste a las necesidades de la competición deportiva, el atleta dispone de una capacidad de respuesta fisiológica concreta (Laperriere et al., 1994), con unas actitudes psicológicas y con unas respuestas de comportamiento elegidas por él o por su entrenador y/o preparador físico (Marco et al., 1995). En estos conceptos se incluyen las reacciones fisiológicas frente a cualquier forma de estímulo, generándose una respuesta inespecífica que se denomina «síndrome general de adaptación» (SGA), controlado en gran medida por el sistema neuroendocrino, con la estrecha participación del sistema inmune en la recuperación tras el esfuerzo físico (Kelley, 1980). Las hormonas implicadas en la respuesta al estrés (catecolaminas, cortisol, ACTH, etc.) preparan el sistema circulatorio y el aporte de nutrientes a éste para la respuesta inmediata en situaciones, potencial o efectivamente adversas, a las que hay que responder (Galbo, 1983). El organismo responde con una reacción hormonal coordinada a los pocos segundos de exposición al agente estresante, con la activación del sistema nervioso simpático que estimula la liberación de catecolaminas y las terminales nerviosas adrenérgicas. Existe otro sistema de respuesta más lenta, el eje hipotálamo-hipófisis-suprarrenal, que eleva los glucocorticoides tras 20-30 min (Bunt, 1986). A largo plazo, esta respuesta se ve determinada por la capacidad de adaptación y respuesta del sistema inmune (Córdova, 1997). La activación por el estrés del eje hipotálamohipófisis-suprarrenal provoca una serie de reac- ciones hormonales en cadena. El aumento de los niveles cerebrales de dopamina y noradrenalina provoca la liberación de hormona liberadora de corticotropina (CRH). Ésta estimula la liberación de hormona adrenocorticotropa (ACTH) y ß-endorfina por las células corticotropas de la hipófisis anterior. La ACTH induce la producción de cortisol por la corteza suprarrenal y la ß-endorfina modifica las propiedades funcionales de los linfocitos (Reid et al., 2004). 1.2. Daño muscular Por otra parte, los efectos del ejercicio sobre la respuesta inmune frente al daño muscular originado por el ejercicio son mediados por circuitos endocrinos (hormonas de estrés) y por los circuitos paracrino-endocrinos propios del sistema inmune constituidos por las citocinas: interleucinas, interferones, factores estimuladores del crecimiento de colonias y quimiocinas (Córdova y Álvarez de Mon, 1999). Estas moléculas actúan como señales de emergencia del sistema inmune, que integran y coordinan la señalización local y sistémica durante las reacciones inmunes e inflamatorias (Córdova y Álvarez de Mon, 1995). Los sistemas de comunicación interna del organismo, el sistema nervioso, el sistema endocrino y el sistema inmune interaccionan entre sí y modulan el comportamiento fisiológico del organismo frente a la actividad física, y a la respuesta al estrés que lleva implícita. El estudio del efecto del entrenamiento y la competición sobre el sistema neuroendocrino, el grado de daño muscular originado y la eficacia del sistema inmune en estas circunstancias requieren la cuantificación de dos variables operativas en el deporte: el volumen y la intensidad del ejercicio incluidos en las tandas de entrenamiento, y el nivel inicial de forma física de los deportistas (Córdova et al., 2002). Fisioterapia para el estrés psicofísico y el daño muscular en baloncesto 475 12 Papel del trainer en una estructura profesional de baloncesto 485 T. Bové (1) (1) Fútbol Club Barcelona. Sección de Baloncesto. 1.2. AUXILIARES 1. INTRODUCCIÓN El primer paso para decantarse en la actividad profesional es tener muy claro en qué consiste nuestro trabajo dentro de una estructura profesional de un equipo de baloncesto. Para dedicarse al trabajo de trainer del deporte es muy importante tener algunas ideas muy claras y a la vez no tener dudas de lo que somos y representamos. • Delegado o jefe de equipo, que es el encargado de velar por toda la logística de equipo. • Médico. • Enfermero. • Fisioterapeuta. • Masajista. • Utillero o encargado del material del equipo. Algunos de esos aspectos son: • Somos hombres de equipo, significa que quien nos contrata es el entrenador. • Somos hombres de club, nos contrata el club pero con el visto bueno del entrenador. Nuestro jefe es el entrenador ya que él es quien deposita toda su confianza en nuestro trabajo. A su vez, marca el timming del equipo que es al que tenemos que adaptarnos. También el entrenador jefe será el que desarrolle el planning de entrenamientos de la semana y los desplazamientos a realizar, bien sean en España o en el extranjero. Normalmente el staff de un equipo profesional está estructurado en dos escalas muy diferenciadas: 1.1. TÉCNICO • Compuesto por el 1er entrenador o entrenador jefe, 2º entrenador o entrenador ayudante, 3er entrenador o entrenador ayudante y encargado del scout. • Esta incluido en este staff el preparador físico, ya que trabaja en perfecta coordinación con el entrenador. Existen otra serie de profesionales que están vinculados con el equipo de una forma indirecta, no asidua. Son: • • • • Psicólogo. Osteópata. Quiropráctico. Dietista. Uno de los problemas de este país es que no existen licencias deportivas en función del trabajo que realizamos englobando a todos en un mismo patrón. Para muestra pondré un ejemplo personal de 23/24 años dentro del mundo del deporte como fisioterapeuta; mi licencia actual es la de auxiliar, aunque tengo promesas de que esto va a ir por el camino correcto para que cada profesional tenga su licencia. Nuestra relación más directa es con el médico del equipo y con el preparador físico. El médico es quien diagnostica y con él marcamos la pauta de recuperación funcional. Cuando este trabajo esta hecho, el preparador físico comienza su actuación, como la de poner a punto a este deportista para que esté al 100%; esto no quiere decir necesariamente que el deportista tenga una lesión en la extremidad inferior y durante este período de baja el preparador físico trabaje desde el primer día con el lesionado. Papel del trainer en una estructura profesional de baloncesto 487 13 Papel del fisioterapeuta en una estructura profesional de baloncesto 491 S. Toba (1) (1) Federación Española de Baloncesto. Todo esto me sugiere una doble reflexión, que más adelante intentaré desarrollar: 1. INTRODUCCIÓN El diccionario de la Real Academia de la Lengua Española define al fisioterapeuta como la persona “que trata enfermedades o incapacidades físicas mediante el uso de formas de energía natural, mecánica, eléctrica, térmica, etc.”. Pero ¿es suficiente esa definición para describir la función del fisioterapeuta? Creo que no porque: • El fisioterapeuta trata la comprensión del cuerpo como una globalidad: comprensión de la influencia sobre el organismo de la alimentación (Seignalet, 2003), las emociones, las fuerzas mecánicas… • La figura del fisioterapeuta en el deporte va mucho más allá del “simple” tratamiento de las lesiones del deportista. • El rol del fisioterapeuta en un equipo de baloncesto (tema objeto de este trabajo), exige una “excesiva” asunción de funciones debido a que es difícil contar con los profesionales de todas las disciplinas (preparador físico, médico, fisioterapeuta…). Hoy en día, por la escasez de recursos económicos de los equipos de baloncesto (excluimos a los equipos punteros de ACB y a los equipos de la FEB), tanto masculinos como femeninos, en cualquier categoría, ¡y es de elogiar!, resulta complicado reunir a tiempo completo (incluimos viajes) a las figuras del preparador físico, médico y fisioterapeuta, responsables de la salud del deportista. Todo ello hace que la figura del fisioterapeuta, que es habitualmente el factor común por estar a medio camino de ambas, tenga que asumir ciertas funciones del médico y del preparador físico, que muchas veces no está capacitado para realizar ni desde el punto de vista formativo, ni desde el punto de vista legal. • ¿Cuál es el papel de fisioterapeuta? • ¿Qué se le debe exigir a un fisioterapeuta de un equipo deportivo? 2. FUNCIÓN DEL FISIOTERAPEUTA DEPORTIVO Valoración inicial del deportista con el único objetivo de prevenir lesiones Desde siempre la figura del fisioterapeuta está ligada al tratamiento, y se olvida que en el deporte parte del éxito (sobre todo por el seguimiento casi diario al que se debe someter al deportista) radica en adelantarse, en la medida de lo posible, a las lesiones, especialmente a las de origen mecánico o por sobrecarga. En esta valoración inicial se debe incluir: • Historia clínica: operaciones, accidentes, enfermedades, antecedentes familiares, alergias, cicatrices, lesiones sufridas, problemas oculares, respiratorios, digestivos… • Higiene y hábitos: alimentación, ritmo de vida, relaciones sociales y familiares, rutinas pre y postrabajo… • Análisis postural estático y dinámico. • Análisis específico mecánico, desde lo global hasta lo analítico. El deporte facilita y estimula el trabajo multidisciplinario, complicado en otras situaciones laborables, del cual el fisioterapeuta debe aprovecharse para así optimizar la orientación de las pautas de tratamiento y el resultado de las propias técnicas de tratamiento. Se puede y se debe colaborar con figuras como: Papel del fisioterapeuta en una estructura profesional de baloncesto 493 14 Papel del médico en una estructura profesional de baloncesto 499 J. Seco (1, 2) (1) Ex Jefe de Servicios Médicos del Tau BASKONIA. (2) Departamento de Enfermería y Fisioterapia. Escuela de Ciencias de la Salud. Universidad de León. 1. INTRODUCCIÓN Es indudable que la presencia del médico de equipo se ha incrementado notablemente en el baloncesto de alto rendimiento, y en el baloncesto en general; actualmente, en nuestro contexto geográfico y en otros países de nuestro entorno cultural, los clubes cuentan en sus plantillas con un médico de equipo. Hemos de estar agradecidos a D. Antonio Díaz-Miguel, que fue entrenador de la selección española durante 27 años, todo un récord mundial de permanencia al frente de una selección en todos los deportes, y que llevó a la Selección a clasificarse para participar en seis Juegos Olímpicos, y a conseguir la medalla de plata en los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 1984, la segunda más alta clasificación hasta el momento del equipo español tras conseguir la victoria en la reciente final del mundial de Japón 2006. Su acierto en incorporar a la plantilla a profesionales de la medicina, que asistían a los entrenamientos, partidos y desplazamientos. Sirvan estas líneas como sincero homenaje a su persona. Desde entonces hemos ido evolucionando positivamente, incrementando el cuerpo médico de los clubes con otros profesionales de la sanidad como fisioterapeutas, enfermeros, fisiólogos, etc. Incluso hemos visto cómo ilustres jugadores (Corbalán, Soriano, entre otros) escogían, una vez finalizada su vida profesional como tales, la vía de la medicina como continuación a su vinculación con este apasionado deporte. Es por ello por lo que nos proponemos, en este breve capítulo, dar unas pinceladas acerca de lo que el médico de equipo, desde su situación contractual, esto es, desde sus obligaciones como profesional contratado, tiene como responsable facultativo: sus tareas y responsabilidades, sus obligaciones, su campo profesional de actuación. De sobra, es conocido por todos los que nos dedicamos a este juego que, como diría otro ilustre (Laso), “la vida es mucho más que eso”, y me refiero lógicamente a que la tarea que el médico de un club, del equipo, va más allá; como diría el “decano” Manel Comas, “está llena de intangibles”. Y a ellos nos referiremos. Desde nuestra experiencia hemos comprobado que el jugador, el equipo, y todo el entorno del vestuario “da cancha” para que el médico del equipo deje su poso y empape con su callada labor, para que los objetivos del club (entidad deportiva), la labor del entrenador y la relación entre los jugadores, por citar algunos aspectos, sean de satisfacción mutua de todos los estamentos implicados en la temporada. 2. RESPONSABILIDADES Figura 14.1. Equipo Según circular del Comité de Disciplina de la Temporada 2006-2007, en este inicio de temporada y a través de esta circular, el Comité de Disciplina hizo hincapié en una serie de cuestiones que, habiendo tenido mayor o menor incidencia en la pasada campaña, es interesante que sean clarificadas al objeto de que exista un mejor conocimiento de la normativa disciplinaria aplicable y de la interpretación que de la misma efectúa este Comité. En relación con las bajas médicas de jugadores, se indica que: Papel del médico en una estructura profesional de baloncesto 501