FUNDAMENTOS TEÓRICOS DE LA HERMENÉUTICA

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FUNDAMENTOS TEÓRICOS DE LA HERMENÉUTICA FENOMENOLÓGICA
PARA EL ANÁLISIS DEL TEXTO LITERARlO
GUSTAVO VELÁSQUEZ CASTELBLANCO
UNIVERSIDAD DISTRITAL FRANCISCO JOSÉ DE CALDAS
FACULTAD DE EDUCACIÓN
MAESTRIA EN COMUNICACIÓN EDUCACIÓN LÍNEA LITERATURA
Bogotá, D.C. 2016
ii
FUNDAMENTOS TEÓRICOS DE LA HERMENÉUTICA FENOMENOLÓGICA
PARA EL ANÁLISIS DEL TEXTO LITERARlO
Tesis de grado para optar por el título de
Magister en Comunicación Educación línea literatura
GUSTAVO VELÁSQUEZ
CÓDIGO 20131191041
Director de tesis
CARLOS GUEVARA AMORTEGUI
UNIVERSIDAD DISTRITAL FRANCISCO JOSÉ DECALDAS
MAESTRIA EN COMUNICACIÓN EDUCACIÓN LÍNEA LITERATURA
FACULTAD DE EDUCACIÓN
Bogotá, D.C. 2016
iii
NOTA DE ACEPTACIÓN
__________________________________________
__________________________________________
__________________________________________
Director de tesis
__________________________________________
CARLOS GUEVARA AMORTEGUI
__________________________________________
Evaluador 1:
__________________________________________
Evaluador 2:
Bogotá, D.C., Marzo de 2016
iv
Acuerdo 19 del Consejo Superior Universitario:
Artículo177: La Universidad Distrital “Francisco José de Caldas no se hará
responsable por las ideas propuestas en esta tesis”.
v
TABLA DE CONTENIDO
RESUMEN
1
INTRODUCCIÓN
5
Planteamiento Del Problema
7
Justificación
9
Objetivos
12
Objetivo General
12
Objetivos Específicos
12
Tras Las Huellas, Hallazgos. Estado Del Arte
13
Marco Teórico
16
Metodología
20
Del Método Del Trabajo De Investigación
20
Desde La Pedagogía Y De La Relación Docente Estudiante
21
CAPÍTULO I
1. De
Las
Correlaciones
Teóricas
Entre
Hermenéutica
Y
24
Fenomenología
2. Sobre La Categoría Del Lenguaje En La Interpretación
38
3. Conclusión Anticipada Entre Fenomenología Y Hermenéutica
40
CAPÍTULO II
1. Desde La Hermenéutica Fenomenológica, Hacia Una Didáctica
42
Posible
2. Consideraciones Acerca Del Concepto De Didáctica
42
3. Comprensión, Explicación E Interpretación. Un Solo propósito
43
4. Aspectos De La Didáctica De La Fenomenología Hermenéutica
48
4.1 Ir A Las Cosas Mismas
49
4.2 El Distanciamiento. Un Paréntesis
50
4.3 La Historia Efectual
51
4.4 El Tematizar
52
vi
5. Esferas de navegación en la interpretación de un texto literario
53
6. Conclusión
57
7. Proyección para una buena interpretación
58
BIBLIOGRAFÍA
1
RESUMEN
En estas breves notas se ofrece una síntesis de los fundamentos que a partir
de las ciencias eidéticas y hermenéuticas se han seleccionado en esta
investigación, con el fin de brindar una plataforma conceptual que plantee
categorías de análisis a quien desee incursionar con esta alternativa en la
interpretación del texto literario; todo ello, frente a las dificultades que se detectan
en la comprensión de la lectura y en la composición de textos de los estudiantes de
educación básica y media del bachillerato. De las teorías enunciadas, la
fenomenología, considerada la ciencia de las ciencias, tiene como objetivo principal
la investigación directa desde la propia perspectiva, es decir, asumir la primera
persona para la descripción de los fenómenos que el sujeto experimenta desde su
conciencia histórica, ya que según la teoría de la verdad, expuesta por Gadamer,
ésta funda el procedimiento que permite expresar la universalización de la
capacidad interpretativa desde la personal y específica historicidad, categoría que
contribuye a caracterizar sólidamente el fenómeno o el texto en cuestión,
descartando las teorías sobre sus explicaciones causales o su realidad objetiva; en
tanto, la hermenéutica preciada como el arte de la interpretación representa la
actividad vital del ser humano determinada por la necesidad de comprender el
mundo, se entiende que el sujeto no solo busca la comprensión sino también el
entendimiento, más aun cuando existen varios sentidos y respuestas posibles en lo
que se trata de comprender.
Es así que se expone, como resultado de la convergencia de estas
disciplinas, una selección de sus postulados teóricos, advirtiendo que ellos, más
que un orden riguroso, constituyen una guía a manera de sugerencia en el proceso
de la comprensión del mundo o los mundos de la vida presentes en el texto, pues
no se trata de fijar las normas del proceso interpretativo, sino sacar a la luz las
estructuras trascendentales del comprender, es decir, clarificar los modos de ser del
fenómeno interpretativo.
2
Una condición inicial exige “ir a las cosas mismas¨” que implica no aceptar
llanamente lo que han dicho los sabios, sino asumir la primera persona, es decir
recuperar definitivamente el valor de la subjetividad, como fuente del sentido del
mundo; pero con la condición de El distanciamiento (epojé), concepto del que debe
tener conciencia todo lector, que intente interpretar el mundo propio de una obra
literaria, en otras palabras despojarse, a través de la revisión, reducción y la
corregibilidad, de las condiciones que imponen la lógica formal propias de la razón
instrumental que pretende explicar el mundo desde perspectivas unidireccionales y
verticales; tales procedimientos, conducen necesariamente a tematizar, o mejor
desplegar y describir el eidos o la esencia del fenómeno, cuando se requiere la
búsqueda del sentido.
Así, se destacan
los diferentes aportes que generan los estudiosos y
filósofos desde el origen y desarrollo hasta la fenomenología contemporánea;
contribución que ofrece el profesor filósofo Vargas Guillen en una exhaustiva y
didáctica presentación: tesis como “que la comprensión no es uno de los modos del
comportamiento del sujeto sino el modo de ser del propio estar ahí”, expresada por
Heidegger y reafirmada por Gadamer, porque según éste, la comprensión del texto
escrito, igual que lo hablado, suscita preguntas que exigen respuestas y sólo el
diálogo puede garantizar el mutuo entendimiento, tal como acontece en la
apropiación del conocimiento. Por su parte Ricoeur intenta, a través de sus
reflexiones, legitimar la hermenéutica frente a otras disciplinas; para él interpretar
es extraer el ser-en-el-mundo que se halla en el texto; de esta manera se propone
estudiar el problema de la «apropiación del texto» y en tanto, la revelación de la
historicidad intrínseca de la función narrativa.
A la postre, dados estos principios, entre otros, es nuestra obligación asumir
el rol como formadores y orientar al estudiante, a partir del diálogo y de la pregunta
motivadora, a apropiarse de sus experiencias y de expresarlas; forjar en aquel la
tarea que tiene todo sujeto de comprometerse, de tener conciencia crítica con el
conocimiento de la realidad y del mundo de la vida, sin desconocer que cada
interpretación, no es suficiente y está constantemente alimentada y corregida por
otros sujetos.
3
Palabras claves: Hermenéutica, fenomenología, ir a las cosas mismas,
historicidad, tematizar, distanciamiento, mundo de la vida, Dasein.
SUMMARY
These brief notes provide a synthesis of the fundamentals that based on eidetic and
hermeneutics sciences have been selected in this research, in order to offer a
conceptual support that lays out analysis ranks to whom wishes to make an incursion
with this alternative on literary text interpretation; all that in the presence of difficulties
detected on high school students in relation with reading comprehension and text
working. Of formulated theories, phenomenology, considered the science of
sciences, has as a main purpose the direct research from itself point of view, it is to
assume the first person to describe the phenomenon experienced by the subject as
of his historical conscience, since that according to Truth and Method theory
presented by Gadamer, which determine the method allowing to express the
universalization of the interpretative ability from the personal and specific historicity,
a category that contributes to typify solidly the phenomenon or the text in matter,
ruling out the theories about its causal explanations or unbiased reality while
hermeneutics, valued as the interpretation exemplifies the vital activity of human
being determined by the necessity of understanding the world; it is understood that
subject not only is looking for comprehension but rather understanding, moreover
when there are several feasible meanings and answers concerning to what is
intended to know.
Is this way that is exposed, as a result of the convergence of these disciplines, a
theoretical postulates choice, advising that further being a strict order, make up a
guide as a suggestion on world’s comprehension understanding, or the life’s world
present in the text, since it is not about to set the regulations of the interpretative
process but instead of that, bringing to light the significant structures of
understanding, that is to say, to clarify the modes of being of the interpretative
phenomenon.
An initial condition demands “going to things by themselves”, which involves not
simply accept what wise persons have said, in its place, to assume the first person,
4
and more properly, recovering in a definitive way the value of bias as a sort of the
world’s sense; taking into account The distancing (epojé), a notion that every reader
attempting to interpret the own’s literary work world must be awareness of, in other
words, depriving of conditions imposed by conventional logic inherent to
instrumental reasoning that expects to explain the world beginning in unidirectional
and vertical perspectives by means of review, reduction and corrigibility; those
procedures lead necessarily to thematize (propose), in other words, to display and
describe eidos or the phenomenon’s essence, when searching of sense is being
required.
In this form, there are outlined the different contributions that scholars and
philosophers
generate
from
origin
and
development
to
contemporary
phenomenology; contribution that philosophy professor Vargas Guillen offers in an
exhaustive and didactic presentation: a thesis like “that understanding is not one of
the ways of subject’s behavior but the way of being there by himself”, expressed by
Heidegger and asserted by Gadamer, because according to him, the understanding
of the written text, as the spoken, raises questions that demand answers, and just
the dialog is able to guarantee the mutual understanding, as takes place in the
knowledge appropriation. On the other hand, Ricoeur tries by means of his
reflections to legitimate hermeneutics before other disciplines, for him, to interpret is
to extract the being-in-world that is present in the text; like this he proposes himself
to study the problem of «text appropriation», and thereafter, the revelation of
narrative function essential historicity.
In the end, and given this principles, among others, it is our duty to assume the role
as formers and to direct students based on dialog and the motivating question, to
take unlawfully of their experiences and express them; to forge in them the task that
everyone has of promise, of having a critical awareness regarding to reality
knowledge and life’s world, not being unknown that each interpretation is not enough
and is constantly nourished and corrected by others.
Key words: Hermeneutics, phenomenology, going to things by themselves,
historicity, thematize, distancing, life’s world, Dasein.
5
INTRODUCCIÓN
Son diversas y de gran valor las propuestas de análisis de las que se puede
hacer acopio de aspectos que ayudan al docente o al lector que pretende interpretar
una obra literaria; sin embargo, pocas veces se queda satisfecho de los resultados
en la aplicación de estos estudios, pues, con frecuencia representan un punto de
vista parcial de la totalidad significativa que se puede encontrar en un texto
narrativo.
En esta investigación me propongo presentar a manera de síntesis los
Fundamentos de la Hermenéutica Fenomenológica para el Análisis de Textos
literarios; se intenta mostrar una alternativa que despliegue las relaciones de los
ámbitos, de las categorías y los problemas socioculturales que permean el mundo
o los mundos que se mueven al interior de un texto narrativo, más que dar cuenta
de aspectos formales y estructurales desde teorías que giran en torno a la poética
y a la estilística, es decir el texto como una estructura lingüística fija y el significado
(el concepto), constructo humano, como un producto artificial y muy variable o
ambivalente; de ahí que la intención de ésta reside en adecuar las categorías de la
ciencia fenomenológica y del arte de la interpretación, la Hermenéutica, para
comprender el fenómeno estético literario.
Pero antes de aludir a las correlaciones pertinentes y las posibles
disgregaciones que en sus principios comportan las teorías enunciadas, es
importante anticipar, para beneficio de la claridad de la investigación, que el sentido
y la intención aquí expuestos no se orientarán hacia la reflexión filosófica de la
fenomenología
y de la hermenéutica,
sino más bien a hacer acopio de los
mencionados fundamentos teóricos en beneficio de la interpretación de textos
literarios; también es cierto que este propósito no representa una novedad, pues ya
existen
propuestas en este sentido, pero se intenta ofrecer nuestra propia
perspectiva, esto es, allegar y promover estrategias para la comprensión e
interpretación de textos literarios, con base en estos fundamentos, vale decir, tomar
los postulados que puedan devenir en aspectos metodológicos, que nos aproximen
6
a la interpretación del texto literario, sin que se pretenda dar una salida definitiva o
una solución al problema en cuestión; en consecuencia es necesario destacar las
condiciones que imponen estas teorías, con el fin de hacer más entendible en la
relación profesor estudiante los conceptos claves de ellas.
7
Planteamiento Del Problema
La insuperada deficiencia que se detecta en la actualidad en los procesos de
la lectura y de la escritura de los estudiantes, particularmente en los colegios
oficiales, tiene que ver con la carencia de herramientas conceptuales apropiadas en
la comprensión y en la composición de textos narrativos y argumentativos; dicha
carencia se manifiesta en las diferentes productos escriturales que presentan los
estudiantes y viene generada, entre otras causas, por la inexperiencia propia del
docente, que exige trabajos que pocas veces tienen como base un modelo de
referencia creado por él mismo, o que si se realiza adolece de la calidad del análisis
y de la narrativa requerida en el discurso, particularmente en el texto escrito. El
resultado es que las composiciones de los estudiantes, cuando se logran encauzar
en esta práctica, presentan incorrecciones en aspectos como la coherencia, la
cohesión y el orden estructural del texto escrito, además de que no hay un asomo
de producción auténtica, debido principalmente a que no se hace una apropiada
interpretación del texto, salvo en algunos casos.
Los modelos de análisis hasta ahora utilizados, para la comprensión de
textos narrativos, solo pueden “explicar”
algunos de los elementos de la
organización estructural del relato, del género y de los recursos estilísticos que se
practican en la producción del cuento, la novela o el texto objeto de estudio. Son
pocos los análisis que se comprometen con una aproximación a la visión o el
sentido de la vida que se desprende de una historia, desde la manera como los
personajes conciben su propio mundo y como lo idealizan. Es así que la
comprensión apenas inicia el proceso y el resultado es un estudiante insatisfecho
por los logros que el esquema propuesto por el docente le aporta. Además porque
el objetivo generalmente va acompañado de la carga que impone el cumplimiento
del seguir un programa académico o realizar la actividad de lectura.
Mientras se mantienen dichas experiencias escolares que están sujetas a
una serie de estrategias didácticas coercitivas, que amedrentan la posibilidad del
sujeto creador de ejercer su libertad de pensamiento, que restringen la posibilidad
de sentir y de disentir, lo que se observa son trabajos que escasamente imitan los
8
ya deficientes modelos empleados por el profesor y que frecuentemente obedecen
a los programas instituidos por las directivas, que los docentes y aún algunos
estudiantes consienten, a fuerza del hábito del ejercicio tradicional, caracterizado
por lo instruccional e impositivo.
Es por ello que en la búsqueda de alternativas surgen preguntas como:
¿Existen maneras, si no innovadoras, por lo menos favorables que permitan a los
estudiantes la comprensión y la interpretación de textos narrativos? ¿Pueden estas
teorías ofrecernos principios que permitan entender la lectura de textos literarios,
sus mundos posibles y cómo se
nos dan a los lectores? ¿Estas posibles
alternativas, pueden ampliar el campo de acción en lo que tiene que ver con la
capacidad
creativa
del
estudiante?
Específicamente
¿La
hermenéutica
fenomenológica y sus alcances metodológicos pueden constituirse en una
posibilidad didáctica en la comprensión y producción de textos literarios? A estos
y a otros interrogantes se tratará de dar respuesta en el proyecto propuesto.
9
Justificación
Un interrogante que todo docente, particularmente de la formación de
literatura en el bachillerato, se ha planteado, cuando aplica los métodos
tradicionales de interpretación en la tarea de análisis de textos, ya sea con modelos
que se inscriben en los presupuestos teóricos desde el estructuralismo o del
formalismo, es ¿en qué medida, cuando se hace una “disección” (desglose de los
diferentes elementos del texto narrativo), se está desarrollando la capacidad de
comprensión, de reflexión y,en últimas, de construcción de conocimiento del
estudiante? Y de otra parte ¿hasta qué punto se hace una verdadera interpretación
del alma del texto, del descubrimiento de sus mundos posibles? La respuesta, estoy
seguro, siempre será desconsoladora.
En lo que corresponde al propósito del trabajo, debo expresar que aunque
no se examinan en profundidad los postulados aquí propuestos desde la
fenomenología y la hermenéutica, pues no poseo una formación específicamente
filosófica, igual que un dominio en toda su extensión, de los principios más
concretos que caracterizan esta corriente del pensamiento, orientaré mi
investigación a partir de los presupuestos teóricos formulados por expertos y
estudiosos
de las propuestas que determinan esta alternativa de análisis;
elementos conceptuales que tomaré como referencia y que me permitirán de alguna
manera ir en una dirección acertada en la demostración de los objetivos que me
propongo. En este sentido es probable que atienda los principios más generales de
la fenomenología y de la hermenéutica, pero al mismo tiempo los aspectos más
pertinentes para el propósito de la investigación que me ocupa.
En efecto, el objetivo central consiste en allegar y promover estrategias para
la comprensión e interpretación de textos literarios, con base en estos fundamentos,
y más allá, sugerir algunas de las posibilidades didácticas que surgen después de
una revisión de la diada hermenéutica-fenomenología. De ahí que el propósito de
ésta reside más bien en tomar las categorías de la ciencia fenomenológica y del
arte de la interpretación, la Hermenéutica, para comprender el fenómeno estético
10
literario; se trata entonces de proponer desde sus principios, materiales inteligibles
que favorezcan los procesos pedagógicos en el aula, vale decir, tomar los
postulados que puedan devenir en aspectos metodológicos, que nos aproximen a
la interpretación del texto literario para generar desde ellos estrategias didácticas,
o mejor propiciar procesos que vayan desde la conversación y el diálogo a través
de la pregunta abierta, hasta la interpretación y comprensión del texto, en la
relación profesor estudiante, toda vez que la intención es propiciar elementos
claves, tanto a docentes como estudiantes.
Al respecto surgen algunos interrogantes, de los que se obtendrán
respuestas en la medida de la puesta en práctica de esta perspectiva de análisis.
Reparemos, preguntas como: ¿Cuáles son los beneficios que se derivarán de ella?
¿Podemos pensar en que, producto de la revisión histórica, el lector conozca con
más detalle y con más certeza los avatares que se ocultan, consciente o
inconscientemente, tras los acontecimientos que son pretexto de la narración
ficcional de la obra, y que en consecuencia, experimente la satisfacción que genera
el valorar la propia perspectiva de la lectura de una obra literaria? Estas son algunas
de las cuestiones, entre otras, que exigen respuestas para llevar a buen término
esta propuesta.
De ahí, que en la consecución de unas apropiadas respuestas, es posible
que en el discurso aquí expuesto incurra en la utilización de terminología que hayan
utilizado los autores que me sirven de referencia, pero trataré de orientar, de la
forma más despejada, la terminología acorde con los fines de este ejercicio. Es así
que en el análisis literario desde la perspectiva hermenéutica-fenomenológica,
implica en principio “ir a las cosas mismas”, ir al mundo o los mundos en que se
mueven los personajes de un texto narrativo; en otras palabras ir a la obra misma.
Diremos entonces inicialmente, para responder a la primera pregunta, que provoca
en el lector el deleite de poder dar por cuenta propia, con autosuficiencia, sin
conformarse con lo que proponen las “autoridades” del análisis literario, la razón del
sentido de la obra; además de que involucra la relación entre interpretación y la
consecuente descripción, una operación que despliega los elementos intrínsecos
11
más relevantes de la obra, pues parte desde la intuición, otorgando así
fundamentación a la subjetividad.
Por todo lo anterior, aunque hay trabajos que proponen el análisis de textos
literarios en esta dirección, no encuentro ningún argumento que invalide la
realización de esta investigación, toda vez que es una propuesta que, de una parte,
contribuye y apunta a ofrecer y sobre todo valorar una perspectiva, si se quiere más
aproximada, a lo que corresponde al mundo de la vida y de los mundos posibles
presentes en la obra, y de otra porque por su carácter de autenticidad, permite
desplegar y relacionar el mundo de la obra con el sentido del mundo que le otorga
el lector desde su propia perspectiva, aun a pesar del presupuesto de que en este
tipo de análisis, ya todo está dicho.
12
Objetivos
En términos globales, tanto los objetivos generales como específicos se han
trazado
de manera coherente respecto a las preguntas generadoras que se
incluyen en el planteamiento del problema, las respuestas apuntan a resolver
aspectos relacionados especialmente con las estrategias pedagógicas y sugerencia
didácticas posibles que surgen de la propuesta que aquí se despliega; procesos que
tienen que ver con la capacidad de interpretación de textos, en los contextos
disciplinares significativos enunciados. Los objetivos se articulan de manera
pertinente con la problemática, el enfoque cualitativo de la propuesta y los
elementos teóricos que la sustentan.
Objetivo general
•
Elaborar una síntesis de los fundamentos de la hermenéutica
fenomenológica para el análisis del texto literario.
Objetivos específicos
•
Reflexionar acerca de las correlaciones teóricas que surgen entre
hermenéutica y fenomenología en su aplicación al estudio del texto literario.
•
Proponer categorías de análisis de textos narrativos en el proceso didáctico
a partir de las posibilidades de las ciencias eidéticas y hermenéuticas.
13
Tras Las Huellas, Hallazgos. Estado Del Arte
En este apartado, en lo que concierne a trabajos de investigación o guías de
análisis de textos, trabajos de grado o tesis específicos en el análisis e interpretación
de textos narrativos desde la perspectiva fenomenológica-hermenéutica son pocos
los encontrados; sin embargo en las fuentes del material hasta ahora revisado, se
observa que existen algunas propuestas, de las cuales he seleccionado algunos
estudios y ensayos que me permiten ampliar el marco de mi propia perspectiva en
el análisis de textos literarios, lo cual reviste especial atención en este trabajo, para
el logro del propósito propuesto pues indirectamente involucran aspectos que
fortalecen esta iniciativa; a continuación reseño algunos de ellos:
Sobre investigaciones en la teoría de la hermenéutica, de la fenomenología
y en particular estudios de la hermenéutica en América Latina; en el ensayo, el autor
Romo Feito Fernando en La hermenéutica la aventura de comprender exterioriza
con un lenguaje sencillo, claramente dirigido a neófitos en el tema, su propósito
inicial sobre la recuperación de lo que hasta ahora “pertenecía” a la alta academia,
en contraste con lo que en realidad significa, entender el mundo en que vivimos.
Con una intención didáctica el autor realiza un recorrido por el pensamiento de
autores que van desde Platón a Heidegger, comparando y contrastando las
posiciones de estos filósofos, próximos con Schleiermacher y Gadamer, entre
otros, para delimitar el objeto de estudio, pero finalmente apuntando a la idea, su
tesis central, de que no son más que diferentes modalidades de un solo principio y
fin, interpretar y comprender los textos; con el énfasis desde una perspectiva
histórica y en un reiterado cuestionamiento muestra las diferentes vertientes:
bíblica, jurídica y literaria, hasta llegar a las apreciaciones de la nueva hermenéutica,
es decir la hermenéutica como método de las “ciencias del espíritu” y con las
miradas de Freud, Marx y Nietzsche que coinciden en la actitud de sospecha frente
a los discursos hegemónicos.
14
De seguida el escritor y literato español, desde una perspectiva filosófica y
específicamente ontológica, se pregunta por el ser; lo que conduce al problema de
la verdad, y a la relación entre el sujeto y el mundo real, verdad que a pesar de lo
cuestionado se insiste en mostrar desde un punto de vista objetivo, científico,
matemático y resistente a lo cuestionable; luego dedica en forma más particular,
una disertación sobre diferencias en el tratamiento lingüístico y hermenéutico del
lenguaje, así como las relaciones texto-contexto y oralidad y escritura; al final
culmina con las reflexiones propias de la validez de las interpretaciones y el
problema del intérprete en el sentido de que él crea su propio discurso que es
igualmente viable interpretar.
De otra parte, a manera de epítome he considerado presentar las
apreciaciones que se esbozan en Hermenéutica literaria. Prolegómenos hacia la
propuesta exegética como método de interpretación de textos literarios cuyo
volumen presenta las conclusiones del trabajo investigativo de diferentes autores
sobre el arte de la interpretación y de la hermenéutica, en particular del coordinador
Alberto Ortiz, como producto de los estudios realizados en encuentros académicos,
con estudiantes y maestros de la universidad de Guadalajara y de la universidad
Autónoma de Zacatecas. Con la consideración inicial de que la interpretación de
textos literarios nace en el ámbito de los estudios literarios y que por lo tanto debe
regresar a ellos después de consolidar los valiosos aportes que han surgido de
estos encuentros, de igual forma se pretende la inaplazable construcción de una
hermenéutica literaria moderna, que como método flexible pueda dar cuenta de la
esencia tradicional del arte y al mismo tiempo involucre las fortalezas de otras
formas de análisis contemporáneos. Merece especial atención en las mencionadas
conclusiones, el hecho de validar los aportes de diferentes áreas que como la
semiótica y la propia hermenéutica moderna, inducen a la interdisciplinariedad, en
la interpretación de textos literarios que hablen más de la búsqueda de verdades en
el propio hombre y se desprendan del simple registro de información de eventos y
elementos del texto literario; en este sentido se observa en algunos ensayos el
hecho de que en los mundos literarios siempre perdura el entrecruzamiento de
subjetividades que modifican y enriquecen continuamente “el mundo de la vida”.
15
Así mismo, con la premisa de que consiente e inconscientemente, no solo
alteramos el universo literario con nuestra lectura y con el análisis, sino que
frecuentemente estamos ejercitando la hermenéutica y en tanto lo que hacemos es
reactualizarla a partir de los continuos reajustes, para que no corra el riesgo de
dogmatizarse, se concluye que por profunda y rigurosa que sea la interpretación y
comprensión de la realidad literaria, el conocimiento sigue siendo parcial desde el
momento en que queda “definido”, esta afirmación conduce a la obligatoriedad de
revisar continuamente el evento y el saber de ese evento, pues ellos tienen su
propia dinámica, su propio devenir, por tanto el conocimiento de los fenómenos no
se posee, se reconoce y recomprende en un continuum; además, que la búsqueda
de “la verdad” en el acontecer literario siempre estará manifiesta y abierta a la
interpretación, desde el comienzo de su realización y en su desarrollo, por el
vehículo transportador, el lenguaje; se entiende de otra parte que de éste se
desprenden formas más complejas y elaboradas: la metáfora, el mito, el símbolo, y
las múltiples modalidades figurativas del lenguaje, las cuales conducen y
determinan los “indicios” que constituyen el problema que el lector debe indagar,
cuando ellos llaman su atención.
Posteriormente, otro acuerdo destacable de estos encuentros y trascendental
por su implicación con el ser, deviene de la afirmación de que no somos los mismos
después de que comprendemos un desvío o un acierto, o cuando surge la duda en
el camino de la interpretación, de ahí que, al entender la literatura como parte de la
historia de la identidad y del quehacer del hombre, entramos en ese juego inevitable
de la transformación de dicha identidad.
16
Marco Teórico
El marco referencial teórico para este estudio se origina esencialmente en los
aportes que ofrecen los estudios de los filósofos más destacados en el campo de
la fenomenología y de la hermenéutica; por eso, de acuerdo con la temática y la
configuración de este trabajo, se exige abordar, para un buen comienzo, la
exploración de las teorías relacionadas con la tradición de la fenomenología, con el
origen de la hermenéutica y las posibles divergencias y correlaciones que se han
fraguado a partir de los estudios sobre estas disciplinas y de sus resultantes en el
transcurso de la historia reciente; pero principalmente para que sirva de plataforma
conceptual en la consecución de los fines de ésta investigación, por ello aludo
previamente a la caracterización de la hermenéutica desde su realización temprana,
quizás “inmadura”, para referenciar luego las concepciones asignadas en la historia
ilustrada, hasta allegar los conceptos y postulados de los estudios más elaborados
en la historia más reciente, la nueva hermenéutica, la cual no trata al sujeto como
individuo, desde su sicología únicamente, sino desde las intersubjetividades que
encarnan este proceso en la búsqueda de la verdad.
Una consideración inicial nos lleva al origen tanto de la fenomenología como de
la hermenéutica y de su convergencia; es a partir de lo incuestionable del método
de las ciencias del espíritu, que a pesar de la influencia de la ciencia moderna, por
su origen fundamentalmente humanista, se deslinda de los géneros de investigación
empírica-positivista y su alcance que va más allá de ésta y por tanto comprende la
misma esencia del arte.
(…) las ciencias del espíritu históricas, tal como surgen del romanticismo alemán
y se impregnan del espíritu de la ciencia moderna, administran una herencia
humanista que las señala frente a todos los demás géneros de investigación
moderna y las acerca a experiencias extracientíficas de índole muy diversa, en
particular a la del arte. (Gadamer, 2012, p.10)
Se destaca como referencia inicial los aportes de Hans George Gadamer en su
obra principal Verdad y Método, donde, a través de la disertación con filósofos como
Dilthey, Husserl y Heidegger, desde una actitud crítica, se cuestiona sobre las
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variantes del entender. Su programa de una hermenéutica filosófica, que es más de
carácter filosófico antes que metodológico, destaca entre otros aspectos los
siguientes: No trata de fijar las normas del proceso interpretativo, sino sacar a la luz
las estructuras trascendentales del comprender, es decir, clarificar los modos de ser
del fenómeno interpretativo. Como Kant con la ciencia, Gadamer se propone
suscitar el debate filosófico respecto a las condiciones de posibilidad de la
comprensión, y especialmente responder a cómo es posible el comprender.
De este modo intenta demostrar que la hermenéutica se refiere a algo que
concierne a la existencia en su totalidad, ya que la comprensión es el modo de ser
de la existencia misma como tal, y no una de tantas posibles actitudes del sujeto. Y
finalmente como ya se enunció, la experiencia del comprender que es irreductible
al método del pensamiento científico moderno, que busca un saber exacto y
objetivo, fruto de la investigación de un objeto por un sujeto neutral, es decir ajeno
a cualquier implicación existencial. Así, el título de su obra, muestra una relación de
tensión entre sus dos términos: el método científico es insuficiente para explicar el
comprender propio de las ciencias del espíritu.
Ahora bien, frente a las pretensiones de universalidad de la ciencia, Gadamer
cree poder demostrar zonas de verdad fuera del área científica y fundamentales
para el hombre, indudablemente estas zonas de verdad coinciden con las
estructuras del comprender; es así que desde su perspectiva, la teoría de la verdad
constituye el procedimiento que permite expresar la universalización de la
capacidad interpretativa desde la personal y específica historicidad, categoría que
a ciencia cierta contribuye a caracterizar sólidamente el fenómeno o el texto en
cuestión; en este sentido son de gran valor sus apreciaciones en Estética y
hermenéutica en donde plasma su pensamiento según el cual el arte es no sólo
comprensión del mundo sino, más aún, acontecer de la verdad.
Pero especialmente pertinentes son las apreciaciones en el capítulo II del
volumen I “Fundamentos para una teoría de la experiencia Hermenéutica” en donde
deja una clara posición sobre la historicidad de la comprensión como un principio
hermenéutico, recupera lo fundamental del problema hermenéutico y realiza un
análisis de la conciencia de la historia efectual. También del tomo II en el capítulo
18
III “Complementos”, se destaca su dedicada reflexión, que en diferentes ensayos,
elabora acerca de la importancia de La continuidad de la historia y el instante de la
existencia; de la misma manera las relaciones Hombre-lenguaje, semánticahermenéutica y lenguaje-comprensión, particularmente importantes para este
trabajo.
De otra fuente, en el marco referencial teórico de este proyecto, acogemos
los principios de la hermenéutica fenomenológica sobre la que profundiza Paul
Ricoeur especialmente en el análisis
en que sus ensayos de hermenéutica
recuperan con rigurosa disertación, las reflexiones para legitimar la hermenéutica
frente a otras disciplinas, especialmente como propuesta que abre las vías de la
historicidad intrínseca de la función narrativa. Por ello, he tomado como material de
apoyo Los dos primeros capítulos de Del texto a la acción Ensayos de Hermenéutica
II, que de sí, teje en forma clara y notable el origen y desarrollo de la fenomenología
y de la hermenéutica, veamos: En el capítulo I “Para una fenomenología de la
hermenéutica”, el autor, en constante diálogo con otros autores, organiza y
entrecruza con acierto los presupuestos teóricos, de lo que podríamos llamar el
origen y desarrollo de los planteamientos sobre estas teorías, que van desde
autores como Husserl, Schleiermacher, Dilthey, Heidegger, hasta Hans George
Gadamer.
Inicialmente explora de acuerdo con el principio de “ir a las cosas mismas”
de Husserl, si se quiere llegar a la verdad en sentido estricto, luego se enfoca en el
sicologismo en el que enfatiza Scleiermacher, de igual manera inscribe el círculo
hermenéutico que reelabora y propone Heidegger; posteriormente acentúa el
trabajo de la hermenéutica filosófica de Gadamer que destaca la historicidad como
actitud indispensable en la comprensión, igual que la propia perspectiva, condición
ineludible en dicho proceso.
Finalmente, en el capítulo II “De la hermenéutica de los textos a la
Hermenéutica de la acción”, expone y argumenta las propias apreciaciones de
Ricoeur en cuanto a la historicidad intrínseca y su estudio sobre las relaciones entre
explicación y comprensión de textos con “pretensiones de verdad” y la
independencia de la comprensión con respecto a las ciencias naturales. En otras
19
palabras nos deja dicho que en toda obra artística y particularmente literaria está
expresada, si no en forma abierta, implícitamente, los acontecimientos que son el
basamento del fenómeno ficcional; también precisa que aún las obras de carácter
técnico o científico son susceptibles, no solo de la explicación, sino de la
comprensión, pues allá debe llegar todo proceso de interpretación.
Otro material de gran calidad, que merece especial atención y que todo
hermeneuta debe operar, por su orden, la sencillez del lenguaje y los recursos en la
presentación de los fundamentos de estas dos disciplinas es: Fenomenología,
formación y Mundo de la vida. “Problemas teóricos y metodológicos de la
fenomenología” del escritor, filósofo y docente Germán Vargas Guillén. Allí recoge
en forma precisa el concepto y el significado de los postulados de los principales
exponentes de estas corrientes, aspectos como: Ir a las cosas mismas.
Desconexión de la actitud natural (epojé). Correlación. Tematizar. Las variaciones.
Descripción del eidos o de la esencia. Principio de la corregibilidad, entre otros, son
expuestos con gran precisión y constituyen el bagaje suficiente para emplearlo en
el ejercicio de la interpretación.
No menos importante es el trabajo realizado por Pedro Juan Aristizabal
Hoyos, en su libro Subjetividad Historia y Cultura: Estudios Fenomenológicos. Cap.
V “Juego y pedagogía: ¿Qué es lo enseñable?”, el sentido del juego y la relación
con el arte. La tensión entre pedagogía y juego. Fenomenología sobre el mundo de
la vida latinoamericano.
Debo indicar que aunque las referencias mencionadas que tienen que ver
con la Hermenéutica, son esenciales en la investigación que me ocupa, no se
puede en este proyecto agotar toda la información sobre la investigación de algunos
de los principales estudiosos y por ende de la extensión que nos ofrece estas
complejas teorías. Esto significa que sólo acogeré las premisas quizás más
generales pero
que son de gran sustento al
propósito planteado, desde: La
literatura, la pedagogía en su relación texto, escritor, lector; la comunicación, la
propia epistemología, y aún, la misma didáctica que apenas se enuncia en este
trabajo.
20
Metodología
Del Método Del Trabajo De Investigación
La investigación involucra un método del tipo cualitativo y descriptivoexploratorio; a la vez, considerará un método interpretativo y de conceptualización;
es decir, se basa en un esquema de interpretación desarrollado de acuerdo con las
preguntas planteadas, el cual, con el rigor de dicha metodología y las respuestas
de ellas en el desarrollo del trabajo, nos llevará a un análisis detallado de los
problemas en cuestión y del propio texto narrativo. Inicialmente se ha determinado
a través de las lecturas exploratorias, las fuentes que pueden resultar
trascendentes en el marco teórico de la investigación y que de igual manera nos
orientará en los aspectos metodológicos, pero particularmente, como se ha
enunciado, centrándose en las temáticas más pertinentes que favorecen la
investigación. Es de resaltar que en el ejercicio de la lectura exploratoria se intentan
aplicar los propios conceptos que de estas teorías se derivan; esto con la intención
de caracterizar la propia perspectiva en la investigación; en la misma dirección
también se indaga sobre los principios acerca de la didáctica y lo que puede ser
factible y pertinente para nuestro propósito.
El modelo es derivado de los estudios investigativos de carácter cualitativo.
De la forma cómo está enunciado, se contemplan dimensiones filosóficas, de
alguna manera fines educativos, así como los diferentes ámbitos que inciden y
orientan la práctica escolar: Aspectos relacionados a ¿cómo el estudiante se
apropia de los saberes, del mundo sensible?, en la búsqueda de sus posibilidades
de éxito y de las infaltables dificultades u obstáculos con los cuales se encuentra
en el mundo escolar, laboral y en el mundo de la vida.
21
Desde La Pedagogía y De La Relación Docente Estudiante
El docente debe tener plena conciencia de que antes que ser el “orientador”
que lo sabe y explica todo, debe empaparse del mundo experimentado por el
estudiante en la calle y en la familia; debe inmiscuirse con el rol propio, del entorno
de todos y cada uno de los estudiantes; esto se logrará en alguna medida cuando
el profesor gana un acercamiento afectivo, de confianza; estimulando en ellos la
formación y la valoración de sus propios modos de expresarse y de interpretar el
mundo; de igual forma motivar el respeto mutuo a partir del respeto del docente
hacia ellos, mostrar efectivamente prácticas y formas de relacionarse, percibir y
construir conocimiento con ellos desde el principio y tratar de entender el mundo
del adolescente antes que hacerse comprender. Establecer el diálogo constante en
las clases, inducido por la pregunta motivadora que conduzca al estudiante a
apropiarse de sus experiencias y a expresarlas. El estudiante debe entender que la
interpretación del mundo de la vida desde el sujeto, del lector frente al texto y el
receptor frente al “maestro”, siempre estará afectada erróneamente por sus propios
prejuicios (opiniones preconcebidas) entre tanto no haya revisado la historia y los
diferentes intereses que se fraguan dentro de ella, esto exige que debe de
apropiarse de sus propios métodos para evitar el error.
La investigación constituye una guía para los docentes que tomen esta ruta
en el ejercicio de la interpretación de textos literarios, pero se espera, por la
sencillez del lenguaje utilizado, que cualquier lector pueda acometer esta operación
que lo transporta conscientemente al mundo de la vida o mundos posibles que se
agitan al interior de cualquier texto literario, particularmente narrativo, llámese:
novela, cuento, relato, crónica, mito, leyenda. Se trata de que el hermeneuta pueda
atestiguar una verdad que está más allá de lo que él conoce, de lo que su
experiencia le permite percibir, o mejor que pueda discernir y desplegar su propia
y verdadera realidad desde su conciencia histórica.
De acuerdo con lo expuesto, y desde una aproximación pedagógicadidáctica, cito inicialmente los trabajos de Henry Giroux, sobre todo en lo que tiene
que ver con la teoría de “Los estudios culturales”, que rescatan entre otros factores
22
el reconocimiento
de los estudiantes como portadores de diversas memorias
sociales, con derecho a hablar y apersonarse
del aprendizaje y su propia
determinación en la búsqueda del conocimiento, también afirma que en las
relaciones entre estudiantes y maestro, éste es quien tiene el papel de facilitar y
guiar el proceso de adquisición de nuevos conocimientos, más aun cuando el
quehacer del docente enfrenta, las condiciones estructurales de la sociedad que
imperan y logran permear por todos los medios, los procesos educativos, agravado
este fenómeno por la actitud de bastantes educadores que continúan reafirmando
las prácticas institucionales; liberamos, frente a ello, el meritorio papel de los
educadores que emprenden, desafían y subvierten las prácticas educativas que
riñen con los procesos democráticos y las esperanzas y oportunidades con que los
profesores proveemos a los estudiantes.
Otro aspecto que destaca es el constituyente espacial, en donde el autor
asume el concepto de contexto como el entorno donde las personas viven, “espacio
geográfico donde los sujetos realizan sus acciones, donde contemplan las redes de
significados e interactúan con los tejidos de voces que corresponden a –espacios
culturales que incluyen elementos históricos, religiosos, sicológicos, ideológicos”
(Giroux, 2005, p. 57 ) sobre lo cual, en una revisión ligera podemos anotar algunas
de las prácticas más comunes presentes en las aulas de nuestras instituciones, en
las que los estudiantes expresan localmente esta multipluralidad de experiencias
culturales: las llamadas tribus urbanas, las hoy populares barras bravas y los
círculos sociales llamados parches, que prevalecen en nuestro entorno educativo,
el tristemente célebre matoneo y todas las formas de socialización fragmentaria,
que no son más que manifestaciones de la diversidad cultural, de género, de raza,
cultural e ideológica, que reconocen y aceptan los sujetos que comparten esos
espacios físicos.
Es conveniente y oportuno dejar despejado el camino para dar cabida a otra
de las modalidades pedagógicas apropiadas para esta perspectiva literaria; me
refiero en principio al encuentro de algunos postulados de la pedagogía crítica con
la hermenéutica fenomenológica, en aspectos que resultan relevantes y por demás
pertinentes en la aplicación de la iniciativa aquí expuesta; ya que la pedagogía
23
crítica reconoce en la teoría crítica una nueva forma de leer la realidad y propone
entonces que a partir de la pregunta abierta, la reflexión consciente y responsable,
el diálogo y el enfoque crítico, el sujeto puede entender y en tanto responder en
beneficio de su propia formación y por ende en la trasformación del entorno en que
se mueve; más aún, si nos atenemos a los elementos que entre otros requiere la
pedagogía crítica: la participación, la comunicación, la significación,
la
humanización, la transformación y la contextualización, encontramos que hay una
apropiada convergencia con los principios que surgen en la fenomenología
hermenéutica.
De esta manera y con igual importancia se procura, dar el requerido valor a
las características de las actividades didácticas y a cada uno de los procesos de
interpretación que se involucren en esta metodología; las “operaciones mentales”,
aunque parezca que “provienen” de otras escuelas pedagógicas, son procesos que
indefectiblemente están conectados con los principios de interpretación que exige
la hermenéutica fenomenológica. En este sentido toda estrategia que posibilite la
aproximación a la obra y facilite el despliegue del mundo o los mundos posibles
presentes en ella se constituye en un recurso que debemos acoger para nuestro
propósito; estos procesos contribuyen en dejar definida la naturaleza del texto
literario como extensión de la vida y como objeto de estudio, pero también y ante
todo, como la expresión sensible de seres humanos que en el arte, comparten sus
subjetividades y dejan abiertos sus mundos a la interpretación de los posibles
lectores.
24
CAPÍTULO I
1. De Las Correlaciones Teóricas Entre Hermenéutica Y Fenomenología
Al hablar de los “fundamentos teóricos de la hermenéutica fenomenológica
para el análisis de textos literarios”, antes que pensar en sus posibilidades
didácticas y por ende del carácter metodológico. En lo que atañe a la construcción
de un método, al contrario de lo que nos ha heredado la cultura occidental, desde
la modernidad y producto de la razón: buscar siempre respuestas finales y
definitivas, es preciso aclarar, desde la perspectiva propuesta a desarrollar, que éste
no es un método concluyente ni axiomático para la comprensión de textos
narrativos; de acuerdo con lo mencionado, Zirión, (citado por Vargas, 2012, p. 11)
afirma que “(…) el famoso método fenomenológico no existe. No existe un método
único, cabal bien definido, que haya sido formulado por Husserl o por el movimiento
fenomenológico en torno suyo, y al cual quepa darle con sentido el apelativo de
fenomenológico (…)”, acudo solamente, a los principios de la fenomenología que
nos puedan permitir un aproximación a la comprensión del “mundo de la vida” o a
los mundos posibles que perviven y persisten en la obra literaria, particularmente
en los textos narrativos; rescato las posibilidades de estas corrientes del
pensamiento en tanto, a partir de sus fundamentos teóricos, nos permitan la
interpretación de los diferentes textos narrativos, tomando siempre en consideración
el carácter de Reducción, de revisión, de corregibilidad y de permanente
construcción; en otras palabras lo que es obligación del verdadero hermenéuta de
textos literarios, constatar cada expresión y proposición, distanciarse y ligar lo que
considera necesario, para lograr arribar a su interpretación, no a la verdadera en el
sentido absoluto del término, pero sí a la correcta en tanto todas las interpretaciones
y comprensiones se acercan más o menos a la verdad del texto.
Es pertinente, antes de reseñar las correlaciones entre las teorías
enunciadas y las posibles disgregaciones que éstas comportan en sus principios,
instaurar en este escrito la acción y el rol que involucra las experiencias del sujeto-
25
lector en dicho proceso; características y acciones que puestas en juego, es decir
concertadas con el texto literario, nos permitan desplegar y en alguna medida
“separar” sin desvincular, los elementos de cada una de las partes que lo
constituyen, así como las correlaciones de éstas con el todo; en otras palabras se
trata de fenomenologizar, la operación que permite a cualquier sujeto, dar sentido,
encontrar el significado del mundo de la obra, o mejor dicho que el lector “vuelva a
recorrer o efectuar la operación para desplegar” (Vargas, 2012, p.19) o descubrir
las categorías, los elementos y sus correlaciones que hacen parte del texto para
acercarse al sentido de la obra en estudio.
En consecuencia, la temática y la configuración de esta trabajo, exigen la
exploración de las teorías relacionadas con la tradición de la fenomenología, con el
origen de la hermenéutica, desde donde surgen las posibles divergencias y
correlaciones que se han fraguado a partir de los estudios de estas disciplinas en el
transcurso de la historia reciente, desde la perspectiva del desarrollo y de las
resultantes de su estudio; pero principalmente para que sirva de plataforma
conceptual en la consecución de los fines de ésta investigación. Es por ello que
previamente aludo a la caracterización de la hermenéutica desde su realización
temprana, quizás “inmadura”, para referenciar luego las concepciones asignadas
en la historia ilustrada, hasta allegar los conceptos y postulados de los estudios más
elaborados en la historia más reciente.
Las siguientes son quizás las etapas más destacadas: una primera
manifestación que vale la pena considerar, floreció con Giordano Bruno quien
analizaba los textos clásicos para tratar de recuperar el sentido original de ellos,
pero más que eso, su labor como un patrón laico cuya vida ha inspirado a hombres
y mujeres que están verdaderamente abiertos a generar una nueva forma de ver el
mundo y de relacionarse con él desde su propia perspectiva: “en cada hombre, en
cada individuo, se contempla un mundo, un universo” Bruno (s.f. citado en
Harrison,2004, p.87) aforismo que nos deja como saldo desde ese entonces, la
posibilidad de la validez de la interpretación sobre el mundo y el universo que hay
en cada humano, por humilde e “inculto” que éste sea; también se destaca, la
defensa de su teoría de la infinitud del espacio, del universo y de la animación de
26
éste, postura que se resume en la idea de que el universo es un todo interconectado
y definido vivo, incluyendo los seres inanimados.
Posteriormente, desde el punto de vista de la fenomenología de la religión,
localizamos a Martin Lutero, democratizando los textos sagrados y sugiriendo la
propia interpretación, es decir la que nace de cada individuo; esta visión, más bien
provocación, es claramente una revolución, pues es desde la propia religión un
desafío a los postulados de la religión católica, es una herejía en su época,
considerar que las escrituras son inteligibles para todos los creyentes y que cada
uno, libremente, puede examinarlas. Lutero busca transformar a cada creyente, aún
con lo inculto e ignorante que pueda ser, en su propio sacerdote; invita al
conocimiento de la verdad, por el amor a esta “y en el afán de sacarla a la luz”.
Lutero (s.f. citado en Escobar, 2011, p. 247) Lo que nos deja esta primera revisión,
es que éstas y otras hermenéuticas específicas estaban dedicadas a interpretar los
textos legales, sagrados y literarios en general.
Sin embargo, es el teólogo alemán Friedrich Daniel Ernst Schleiermacher
(1768-1834), quien impone un giro decisivo en su juicio de la teoría, ya que propuso
la sistematización de la hermenéutica general como arte del comprender mismo,
que sirviera de base a las teorías y metodologías para la interpretación de textos.
Sin pretender elaborar un canon de reglas, este filósofo Schleiermacher trata de
enmarcar el tema de la comprensión, en el ámbito de la expresión, del pensar y del
sentir de un autor, pero además rescata la dimensión objetiva y considera que se
debe tener en cuenta los elementos de la construcción del contexto del autor, es
decir trasladarse al lugar del autor, quitándole el sentido exclusivo de subjetividad a
la interpretación. Con Schleiermacher, nace según Dilthey, la perspectiva de una
teoría general de la ciencia y del arte de la interpretación.
Es así que desde ella, la conjugación de la filología, la historia y la filosofía,
se constituye la iniciación de un saber que tenía por objeto al hombre y sus
producciones espirituales; el arte y por tanto la comprensión del sentido y la
intención de un texto dado, son el objeto de estudio de la hermenéutica.
La comprensión correcta de un discurso o un escrito es el resultado de un arte,
y exige consiguientemente una ‘teoría del arte’ (Kunstlehre) o técnica, que
27
nosotros expresamos con el nombre de hermenéutica. Una tal teoría del arte se
da solamente en la medida en que las prescripciones forman un sistema
fundamentado en principios claros derivados de la naturaleza del pensamiento y
del lenguaje (Schleiermacher, 1961, p. 132).
Para Scheleiermacher, la tarea de la hermenéutica era “(…) entender el
discurso tan bien como el autor, y después mejor que él” Scheleiermacher (1961
citado en Ricoeur, 2010, p. 75); según él, intentó presentar una teoría coherente
sobre el proceso de interpretación de los textos, por esto se lo considera como el
padre de la hermenéutica moderna, porque desarrolla ciertas opiniones acerca de
que el conocimiento humano se encuentra mediado por la comprensión previa del
sujeto; entender, para este autor, no implica solamente leer el texto, sino que
involucra el conocimiento del contexto histórico del texto, así como de la psicología
del
autor.
La
problemática
fundamental
de
Schleiermacher
se
centró
constantemente en la relación de dos formas de interpretación, la gramatical y la
técnica, en las cuales, la primera se apoya en las características de un discurso que
son comunes a una cultura y la interpretación sicológica (técnica) que se centra en
la singularidad, e “incluso en la genialidad del mensaje que genera quien escribe”.
(Ricoeur, 2010, p.75).
Ya a finales del siglo XIX también conocemos los aportes de Guillermo
Dilthey quien inspirado en el trabajo de Scheleiermacher, sitúa el ámbito de la
hermenéutica en los textos escritos y es quien en filosofía señala especialmente el
término hermenéutica en el "Origen de la hermenéutica" (1900); siempre puso
mucho énfasis en que el intérprete puede emplear su capacidad de comprensión y
penetración en combinación con el contexto cultural e histórico del texto abordado
para así obtener el sentido original del texto; Dilthey igual que su antecesor define
la filología, la explicación de textos, como la etapa científica de la comprensión, por
ello, a diferencia de otros autores, sitúa a la inteligibilidad de lo histórico como la
reflexión filosófica no para explicar al estilo de las ciencias empíricas, el mundo
natural, sino como un método propio del conocimiento de lo histórico, la
comprensión desde la sicología, o la capacidad de conocer al otro porque se puede
conocer así mismo; de ahí la convergencia, “el pacto” entre hermenéutica e historia,
28
en contra del historicismo que entroniza el sistema y desprecia el cambio, así como
realza la sincronía y excluye la diacronía.
También reclama para las ciencias del espíritu la misma objetividad y
universalidad que para las ciencias naturales y por tanto señala la necesidad de la
validez universal de la interpretación, su argumento se centró en torno a la idea de
que las ciencias naturales explican los fenómenos en términos de causa y efecto;
por el contrario, en las ciencias humanas el mecanismo fundamental para
comprender los fenómenos no es el principio de causa y efecto sino el empleo de la
comprensión y penetración humana, “busca en la sicología el rasgo distintivo de la
comprensión” (Ricoeur, 2010, p.78); este postulado que Dilthey coloca en términos
de competencia, quizás de rivalidad entre las ciencias del espíritu y las ciencias
naturales, es el aporte que va más allá de la comprensión definida ampliamente por
su antecesor, la capacidad de colocarse en el mundo del otro, reafirmando la idea
de que es el hombre el centro de las ciencias humanas, como ser social, pero
esencialmente en su singularidad; al igual que su antecesor, conserva el aspecto
sicológico de “la comprensión, definida como la capacidad de colocarse en el lugar
del otro y el paso de ésta a la interpretación en el sentido preciso de la comprensión
de las expresiones de la vida fijadas por la escritura” (Dilthey citado por Ricoeur,
2010, p. 79). Una postura sicologista como dio en llamarse y es la que Ricoeur
cuestionará más adelante: no puede reducirse el fin hermenéutico al mero
conocimiento del siquismo del otro y así dar cuenta del texto, ya que desde este
punto de vista.
(…) implica que la hermenéutica es una variedad de la teoría del conocimiento
y (…) habrá que renunciar a vincular la suerte de la hermenéutica con la noción
puramente sicológica de transferencia hacia una vida psíquica ajena y
desplegar el texto, ya no hacia su autor, sino hacia un sentido inmanente y
hacia el tipo de mundo que él abre y descubre (Ricoeur. 2010, p. 83).
Posteriormente encontramos a Martín Heidegger quien plantea en sí el
problema de la hermenéutica filosófica, a saber: como una determinación
ontológica del hombre, cuando nos explica que: “Ser es siempre el ser de un ente.
El todo del ente, según sus diferentes sectores, puede convertirse en ámbito del
29
descubrimiento y la delimitación de determinadas regiones esenciales” (Ricoeur,
1997, p.106); pensamiento que refleja que desde la metafísica y las filosofías
anteriores, la pregunta siempre ha sido por el ente en sí mismo, no por el sentido
del ser; más bien por el ser en cuanto es, por el hecho de estar ahí, el DASEIN,
para indicar el modo de existir propio del ser humano. El sentido literal de la
palabra Da-sein es 'ser-ahí', que más bien sería el estar haciendo algo ahí como
expresa el uso del gerundio en latín. Según Ricoeur, en Dilthey el problema de la
comprensión estaba ligado a comprender al otro, la necesidad de comprender la
historia a través del siquismo del autor, en Sein und Zeit el problema de la
comprensión está desligado del problema de esa comunicación; allí la pregunta que
trasciende es sobre el sentido del ser “(…) y que se refiere a la manera en que un
ser se encuentra con el ser, antes mismo de que se le oponga como un objeto que
enfrenta a un sujeto.” (Ricoeur. 2010, p. 84).
Pero finalmente es Gadamer, considerado el padre de la hermenéutica
filosófica, quien se propuso desarrollar una nueva teoría de la experiencia
hermenéutica en toda su extensión, recogiendo los hallazgos de Schleiermacher y
revisando los tratados de pensadores, como Wilhelm Dilthey y del mismo Martin
Heidegger. De una parte fue crítico con los enfoques modernos que buscan
modelar el método de las ciencias humanas con base en el método científico, y de
otra con el método tradicional de las humanidades cuyo enfoque se hace explícito
en la obra de Dilthey, quien afirmó que para lograr una interpretación correcta de
un texto era necesario desentrañar la intención original que manejaba el autor
cuando lo escribió. Gadamer en toda su reflexión se propone fundamentar y
justificar una perspectiva filosófica general que alcance a ser caracterizada como
hermenéutica y que pueda dar “razón”, no solamente de la intención del autor, sino
de todos los fenómenos de la vida humana; nutre la idea de que la interpretación
debe evitar la arbitrariedad y las limitaciones surgidas de los hábitos mentales,
centrando su mirada en las cosas mismas, en los textos. Asegura que siempre que
nos acercamos a un texto, lo hacemos a partir de un proyecto, con alguna idea
previa de lo que allí se dice; a medida que profundizamos la lectura, este proyecto
va variando y se va reformulando según la lectura nos vaya confirmando o alterando
30
nuestra comprensión inicial, ya que ésta es substancial e ineludiblemente de
carácter intersubjetivo; además como este proceso puede prolongarse al infinito,
nunca podemos afirmar que hemos dado la interpretación última y definitiva, es
decir que como todo saber tiene carácter provisional y se va construyendo, está en
constante transformación. (Gadamer, 2010, p.106).
En lo que corresponde a la hermenéutica filosófica, consecuentemente
asumimos ésta, como el arte del entendimiento, particularmente en la filosofía de
Gadamer, es decir como la teoría de la verdad y el método que expresa la
universalización del fenómeno interpretativo desde la concreta y personal
historicidad o más bien, la reflexión sobre la temporalidad de los acontecimientos,
propia y exclusiva de los seres humanos, pues:
El ser de la existencia humana es un ser histórico. Pero esto significa que no
está ahí dado como la existencia de los objetos de la ciencia natural, sino de
modo más precario y cambiante. La historicidad, es decir, la temporalidad,
significa ser en un sentido más originario que el estar ahí dado y que la ciencia
natural trata de conocer.” (Gadamer. 2010, II, p.39).
En ese sentido la interpretación de la historia, es relativa y transitoria y está
en constante renovación; sin ir más allá, la historicidad no se queda en la respuesta
de lo que pasó realmente, sino en cómo podemos acceder a ese conocimiento; en
la interpretación y comprensión de textos escritos, la podemos entender como la
capacidad que activada nos permite incursionar en el o los mundos que están
manifiestos en la creación literaria, también es método particular y especial de
interpretación, porque es teoría y praxis a la vez, vital para el ser humano que como
ser interpreta con libertad, pues su razón de ser es comprender el mundo, actividad
que realiza desde la escucha de una palabra o de la observación de una imagen y
que la tradición nos transmite a través de un texto.
Si la hermenéutica es al mismo tiempo método y disciplina que se ocupa de
la interpretación, comprensión y aplicación del sentido de un texto; la necesidad de
ésta se justifica, dadas las complejidades del lenguaje que frecuentemente
conducen a conclusiones diferentes e incluso contrapuestas en lo que respecta al
sentido de un texto, pero que finalmente residen en él y nos permiten reconocer
31
como principio supremo el dejar abierto el diálogo; como la hermenéutica intenta
descifrar el significado detrás de la palabra en los contextos en que se halla
inmersa, el hermeneuta debe bucear en tales contextos hasta encontrar la
interpretación acertada.
Por otra parte, como tampoco se trata de pormenorizar los principios de la
hermenéutica, pues ésta se orienta por unos cánones que terminan por
instrumentalizarse, lo cual apuntaría más a la explicación, categoría que ha
correspondido hasta ahora a las ciencias naturales, más que a la comprensión del
objeto estético literario; nos acogemos entonces a la hermenéutica, para la
interpretación de textos, desde la perspectiva que ella nos brinda a partir de la
subjetividad que es parte esencial de la fenomenología, en tanto está en relación
directa con el objeto de estudio, ventaja que hace de la literatura, como objeto, la
representación simbólica de “el mundo de la vida”.
De igual forma se impone, con la misma intención enunciada, definir cada
término y cada expresión para cumplir así con el propósito que se persigue, es por
esto que desde el mismo título se harán las precisiones pertinentes; inicialmente
diremos que se ha afirmado que la pregunta por el método en la fenomenología
tiene varias direcciones: Una de ellas es determinar la fenomenología como ciencia
estricta o rigurosa, pero también ciencia falible (Nenon,2011), otra es estipular, y
aquí enfatizo en ello, que esta ciencia como método, tiene principios pero no
procedimientos, sobre la base de que ir a las cosas
mismas “indica que la
fenomenología es esencialmente método” (Vargas, 2012, p. 14), luego en este
sentido, en cuanto posee principios es que es método y acentúa, refiriéndose a
Husserl, que en las propias exposiciones de este autor se encuentran formas
sistemáticas cuando se trata de Ir a las cosas mismas, desplegando de esta manera
una especie de recreación del método; pero método que no es único, ni
unidireccional, tampoco excluyente, ni acabado, pues desde sus principios se
entiende que éste está en constante formación por su carácter dialéctico. Entonces
la fenomenología se constituye, por decirlo así, en el permanente e ininterrumpido,
pero al mismo tiempo variante y cada vez más amplio devenir, enriquecido por la
32
experiencia
humana,
por
el
intercambio
de
las
subjetividades
y
las
intersubjetividades.
Por todo lo anterior rescato prioritariamente los principios
de la
fenomenología y de la hermenéutica que nos puedan permitir un acercamiento a
la comprensión del “mundo de la vida” o a los mundos posibles que perviven y
persisten
en la creación literaria y específicamente, en los textos narrativos.
Destaco las posibilidades de estas corrientes del pensamiento en tanto, a partir de
sus fundamentos teóricos, nos permitan interpretar los diferentes textos narrativos,
tomando siempre en consideración el carácter de Reducción, de revisión, de
corregibilidad y de permanente construcción, que caracterizan los procesos de
comprensión propios de la hermenéutica fenomenológica.
De acuerdo con ello y como la interpretación nos trasfiere a la búsqueda de
sentido presente en la obra motivo de estudio, debo referirme inicialmente al
problema de la Reducción, lo cual implica rescatar la función cardinal que adquiere
la subjetividad cuando se trata de buscar el sentido de lo dado, pues no es el mundo
objetivo el que le da sentido a la vida, es la conciencia la que nos lleva a conocer
el mundo y la vida.
“Por eso también se puede decir que la operación esencial o fundamental de
la fenomenología, el punto de partida de ella, es reducción fenomenológica”.
Entonces:
Reducción lo que indica es la operación esencial de reconducción (reducere) de
lo objetivo a lo subjetivo. Pero esta operación trae consigo la suspensión o
desconexión o epojé de la actitud natural: actitud en la cual, sin más, se da por
establecido, objetivo y estable el sentido, como si no dependiera de un quién
que tiene que volver a poner en movimiento su despliegue. (Vargas, 2012, p.15)
En este orden de ideas y continuando con las necesarias aclaraciones sobre
estas aparentes ambigüedades se reitera que, no se pretende determinar los
vínculos más profundos que los estudiosos, sobre el tema, nos han aportado. Sólo
se relacionan las apreciaciones, que pueden ser de beneficio para los fines del
trabajo de investigación propuestos desde el comienzo, pero que en últimas nos
determinan quizás la correlación fundamental entre fenomenología y hermenéutica.
33
(…) ésta fenomenología hermenéutica; se limita a mostrar su posibilidad,
estableciendo, por una parte, que más allá de la crítica del idealismo
husserliano la fenomenología sigue siendo el presupuesto insuperable de la
hermenéutica; y por otra, que la fenomenología no puede ejecutar su programa
de constitución sin constituirse en interpretación de la vida del ego. (Ricoeur,
2010, p. 54)
Pues es claro que para poder acceder a cualquier tipo de conocimiento, es
imprescindible interpretar y para alcanzar este proceso acudimos frecuentemente
a lo que constituye uno de los principios de la fenomenología, esto es, intervenir
cada
problema, no solamente filosófico, apelando a la experiencia intuitiva y
evidente, que es aquella en la que las cosas se muestran de la manera más
originaria o más patente, pero más que eso, y es aquí donde la eidética adquiere
trascendental importancia en la interpretación, la capacidad de recordar cosas
oídas y/o vistas con un nivel de detalle muy preciso, es decir el conocimiento
intuitivo de la esencia. La diferencia en la posibilidad de conocimiento que
constituye la apariencia (el fenómeno) y la cosa en sí, el noúmeno es una discusión
en la que se puede añadir que la distinción entre el conocimiento de la cosa en sí y
el conocimiento de nuestra percepción de la cosa es el tema fundamental de la
corriente de la fenomenología, a partir de Husserl , es decir el concepto de eidética,
el eidos como la evidencia trascendental, o mejor la descripción de la esencia que
puede darse a través de la reducción fenomenológica, cuando se requiere la
búsqueda de sentido, y ya que:
La fenomenología es --desde sus comienzos-- un retorno a la subjetividad como
fuente de la constitución del sentido. Que éste recaiga sobre lo lógico, sobre lo
fáctico, lo cultural, lo subjetivo mismo es, sin más, campo de referencia, pero
no altera el hecho de que es la subjetividad la que en todos los casos despliega
el sentido de lo dado. (Vargas Guillen, 2012, p. 15).
Es en ésta operación fundamental, que nos encontramos constantemente
con una condición paralela a cada supuesto; en este caso se trata de la
desconexión de la actitud natural, sin la cual se incurriría desde el comienzo en un
error, por tanto para no caer en éste, como Gadamer lo ha afirmado, es ineludible
34
tomar la propia perspectiva. Esto no es más que, antes de emprender cualquier
esbozo de interpretación, adjudicarse la primera persona, solo de esta forma se
garantiza la constitución de sentido; se trata entonces de protegerse de la
dogmatización que a toda costa busca entronizarse, es pues necesario permanecer
con la coraza antihegemónica para envestir el poder.
Y conexo con esta apreciación
ir “a las cosas mismas” resulta ser la
operación que considero aséptica, pues solo de esta forma podemos emprender
una “verdadera” interpretación, auténtica, desprendida de la verdad impuesta por
las instituciones; interpretación que
reconoce en la experiencia subjetiva, la
inauguración de todo conocimiento y que ratifica que sólo a partir de la experiencia
del sujeto es que se encuentra el sentido a lo objetivo. (Vargas, 2012, p. 15).
Ya que en la hermenéutica el objetivo es, “(…) rastrear la experiencia de la
“verdad” (…) allí donde se encuentre, e indagar su legitimación” (Gadamer, 2012,
p. 24); es de esta manera que confirmamos la que quizás sea la principal
correlación entre estas dos corrientes, ya se dijo que sólo a partir de la
fenomenología es que el mundo objetivo adquiere sentido. Por todo lo anterior,
desconocer que “el mundo de la vida” está generado por la conciencia, es prescindir
de la idea de que el mundo objetivo tiene su primer basamento en el mundo
subjetivo y que, para el conocimiento de aquel, éste está determinado desde el
inicio del tiempo del hombre por el tejido intuitivo del pensamiento; sólo desde esta
perspectiva es que podemos afirmar que percibimos las cosas y los objetos en el
mundo tal como aparecen; sólo con la conciencia plena, no afectada por
preconcepciones ajenas, el sujeto puede enfrentar, inicialmente y de una manera
genuina, el mundo. Este es el procedimiento factible, el camino de la fenomenología
que persigue esta propuesta didáctica.
Consecutivamente en este espacio resulta oportuno presentar la diferencia
conceptual entre el “mundo” y el “mundo de la vida”.
Mientras aquel está compuesto de las plantas, los bosques nativos, las piedras,
los ríos, los planetas, las galaxias, esto es, la pura facticidad (Mundo-Uno); el
segundo indica: ámbito de experiencia del sujeto, lugar de las operaciones vitales
del sujeto y la comunidad (Lebenswelt) (…) Mundo de la vida, pues, es mundo
35
del sentido experimentado por mí y por los otros, por nosotros. (Vargas, 2012, p.
51)
Así como la hermenéutica no pretende «descubrir» significados, algo que
está allí pero que hay que encontrar, sino conjeturar significaciones, extraer
interpretaciones, estimarlas, así como compararlas con otras, desde esta
perspectiva se reivindica antes que nada la sospecha de lo dado, de lo predefinido,
de lo anticipado como seguro en términos de conceptualización; en este orden
pareciera necesario “temer” a los significados predeterminados, no para
desconocerlos, sino para revisar las definiciones, así como es necesario compartir
la interpretaciones a las que se llega, lo que seguramente provocará una mejor
comprensión, en tanto más profunda; es cierto que existe la posibilidad de
equivocarse, pero sólo se trata de cotejar las distintas interpretaciones para llegar
a la más adecuada y allí continúa la tarea.
Pues tampoco la fenomenología pretende ser una explicación ni única, ni
acabada de la realidad, menos aún en el componente del universo literario, al
contrario cada interpretación se enriquece y fortalece con otras y trascienden en un
devenir constante que va ampliando el círculo de la comprensión.
Por otra parte según Heidegger en la descripción del círculo hermenéutico,
que expresa más que la aplicación de la comprensión, la forma de la interpretación
comprensiva, afirma:
El círculo no debe ser degradado a círculo vicioso, ni siquiera a uno permisible,
en él yace una posibilidad positiva del conocimiento más originario, que por
supuesto solo se comprende realmente cuando la interpretación ha comprendido
que su tarea, primera, última y constante consiste en no dejarse imponer nunca
por ocurrencias propias ni por conceptos populares la posición, ni la previsión ni
la anticipación, sino en asegurar la elaboración del tema científico desde la cosa
misma. (Citado por Gadamer, 2010, p. 332).
De esta manera despeja el real sentido de la comprensión con la consigna
de distinguir entre los juicios verdaderos y los juicios falsos y eso solo es posible a
través de la conciencia histórica; es decir a través de la confrontación del prejuicio
con la tradición; esto es lo que justifica «El círculo hermenéutico», que se muestra
36
como una necesidad que va del todo a la parte y viceversa; se pueden conocer las
partes porque se conoce el todo y se conoce al todo porque se conocen sus partes,
sin embargo, es importante considerar que estos segmentos en los que se divide la
información, por llamarla de esta manera, sólo adquieren significado como
constituyentes de un todo, pero en resumen la hermenéutica lo que busca es
encontrar los aspectos que le son comunes al fenómeno en cuestión, es decir
encontrar una especie de acuerdo. El círculo hermenéutico es a grandes rasgos, en
la esfera de la tradición del conocimiento, la constitución del proceso interpretativo
que inicia desde el momento en que se determina el objeto de estudio, cuando se
va a “las cosas mismas” que en nuestro caso es el texto, y que involucra todas las
operaciones sin las cuales no llegaríamos a la correcta comprensión de un texto
determinado, operaciones que estamos exponiendo y argumentando en el
desarrollo del presente trabajo.
Por consiguiente una interpretación de cualquier tipo de texto no puede
concebirse como algo dado, definitivo y menos aún estático, aunque provenga de
una autoridad especializada, pues ésta es tan solo una posibilidad que requiere y
se complementará con y de otros puntos de vista; es así que la comprensión se
enriquece, es cada vez más completa, sin que lo sea definitivamente, pues cambia
constantemente con el desarrollo interpretativo del asunto. Se desprende entonces,
aunque parezca obvio, que en los procesos de comprensión de lectura que induce
el docente debe ser una constante, llamar la atención, de una parte, en el hecho de
que la significación depende, más allá de las palabras, de las ideas y que éstas
hacen parte de una esfera más amplia, del mundo del texto; del mismo modo que
cada interpretación de cada estudiante entrará a configurar los elementos que nos
conducen a una interpretación de una obra, como mundos que se complementan,
pero que estos y los que ofrece el profesor, así como los ya “determinados” por la
crítica especializada, no serán más que otra apreciación; nunca una interpretación
concluyente e irreversible, dado que siempre habrá nuevos lectores que contribuyan
en este proceso.
Ahora bien, si convenimos que la hermenéutica es la ciencia de la
interpretación, más aún, la capacidad y la actividad vital del ser humano, pues su
37
razón de ser está determinada por la necesidad de comprender el mundo y si la
hermenéutica contemporánea recupera la experiencia del hombre en el mundo de
la vida en toda la tradición, entonces como instancia legítima de la comprensión,
ésta es parte esencial de la filosofía del siglo XX, ya que da razón del mundo de la
vida (lebenswelt); ahora, si concertamos que la fenomenología es la ciencia de las
ciencias, y que ésta se constituye como tal por un presupuesto hermenéutico, así
con la afirmación, “Por presupuesto hermenéutico entiendo esencialmente la
necesidad que tiene la fenomenología de concebir su método como una
“Auslegung”, una exégesis, una explicitación o una interpretación” (Ricoeur, 2010,
p. 60); Se entiende que no hay ni puede existir un fenómeno de las ciencias
naturales como de las ciencias eidéticas que no sea del interés del sujeto por
conocer los rasgos más característicos de su esencia, de ahí que la hermenéutica
se constituye en una herramienta indispensable de análisis, que no sólo busca la
comprensión sino también el entendimiento, más aun cuando existen varios
sentidos y respuestas posibles en lo que se trata de comprender.
En efecto podemos sin duda afirmar que no se requiere de un sujeto sabio o
con una gran experiencia académica para determinar que desde el momento en que
el sujeto se detiene a recordar, o a pensar lo vivido, allí comienza otro estadio de
su actividad fenomenológica, pues su experiencia como tal se inicia en el momento
en que intuitivamente, en su edad temprana, intenta comprender el mundo; por eso
de acuerdo con el supuesto según el cual se aclara que:
Ante todo quiero llamar la atención sobre cómo “fenómeno”, “mundo”, “vida”,
“intuición”, “lenguaje”, entre otros títulos, ni son propiedad de la filosofía, ni de
ninguna de las vertientes filosóficas que en la historia son y han sido. Conjeturo,
incluso, que nunca llegarán a ser de ninguna vertiente teórica y tampoco de un
campo particular de experiencias humanas. Así como. Presupongo, igualmente
que el título fenomenología --que designa un tipo de ejercicio filosófico-- aunque
menciona una vertiente particular de la filosofía, no es un dominio exclusivo de
ninguna filosofía en particular; quiero decir: fenomenología es el nombre de una
filosofía particular, pero la práctica fenomenológica no es dominio de los filósofos
de esa vertiente (Vargas Guillen, 2012, p. 28).
38
En el mismo sentido, tampoco son propiedad de la fenomenología, ni de
ninguna otra corriente del pensamiento, las prácticas que en su intento por
comprender el mundo de la vida realiza cualquier sujeto: operaciones como observar,
comparar, contrastar, clasificar, analizar, sintetizar, entre otras, términos de los que
se han apropiado ciertas corrientes; Estas no son más que facultades, producto de
experiencias inherentes a la condición humana, en la búsqueda de conocimiento.
Ahora bien, en el viraje de la perspectiva racionalista hacia lo aquí propuesto;
es decir, en un avance de la mirada de la hermenéutica interpretativa, sobre la que
se centra este trabajo, quiero enfatizar en el requerimiento según el cual todo sujeto
tiene la responsabilidad de estar en la permanente búsqueda de su propia
subjetividad o por lo menos de deshacerse de todo indicio de naturalización, en otras
palabras, debe tener la conciencia plena de que solo su propia subjetividad lo
conducirá por un camino seguro, más no definitivo; esta es la tarea que el docente
debe emprender en el proceso de interpretación con los estudiantes en el aula, en la
búsqueda de la comprensión, no de la explicación.
La lucha de las Investigaciones lógicas es un intento de superar el
sicologismo y, con ello fundar la fenomenología en la que se asegura el polo objetivo
o la objetividad de la lógica; pero, al mismo tiempo, es un intento de establecer al
sujeto como fuente de la constitución de sentido. (Vargas, 2012, p. 15).
2. Sobre La Categoría Del Lenguaje En La Interpretación
En razón a las diversas complejidades del lenguaje presentes en el momento
de la lectura, la hermenéutica adquiere una función relevante, en especial cuando
en el intento por comprender nos encontramos frecuentemente con conclusiones
disímiles y contrapuestas respecto del significado del texto, es por ello que nos
vemos obligados a tener en cuenta, desde el comienzo de una práctica lectora, no
sólo el carácter polisémico de las palabras en las lenguas naturales,
simultáneamente:
39
Lo que me interesa es que la polisemia de las palabras exige como contrapartida
el papel selectivo de los contextos para poder determinar el valor actual que
toman las palabras en un mensaje determinado, dirigido por un hablante preciso,
a un oyente ubicado en una situación particular (Ricoeur, 2010, p. 72)
Afirmación válida desde la hermenéutica, ya que intenta penetrar más allá
del significado, es decir en el sentido que cada palabra trae consigo en cada
contexto, bien sea económico, social, cultural, histórico, religioso o de otro tipo;
entiéndase además, la interpretación de cada leyente como lectura autónoma, sin
descuidar la carga significativa que este le imprime.
Ahora bien, dado que un planteamiento fundamental de la hermenéutica,
opuesto al positivismo, afirma que no existe un lenguaje observacional puro y que
todo lenguaje es interpretación, así como todo conocimiento es interpretación, lo
que nos conduce a tratar con una de las problemáticas que frecuentemente ha sido
defendida por la gramática tradicional y es que solamente las lenguas oficiales o
“las lenguas bien hechas” se pueden sostener como el modelo o el racero a partir
de las cuales se puede hablar de “la medida de las pretensiones de sentido y verdad
de todos los empleos no lógicos del lenguaje”; Se trata de alguna de las
preocupaciones que Ricoeur plantea en Freud una interpretación de la cultura y es
la de preservar la amplitud, la diversidad y la irreductibilidad de los usos del
lenguaje. Como es de suponer, la afirmación anterior puede parecer “lógica”, pero
también sabemos que existen en la actualidad culturas que son frecuentemente
cercenadas de la esfera cultural dominante y por tanto no aceptadas válidas, o
simplemente son desconocidas sus propias cosmovisiones.
Esto justifica que desde el manejo crítico del lenguaje, y en extensión algunas
formas de comunicación estéticas, la hermenéutica centre su interés en los datos
cualitativos, en rechazo a lo cuantitativo, en tanto enfatiza la diferencia importante
entre las ciencias naturales y las ciencias del espíritu; además de que todo texto,
incluidos los no lingüísticos, son susceptibles de leer, es decir están dispuestos para
ser interpretados, así como se interpreta el mundo de la vida.
Finalmente en lo que concierne a la producción de textos, y apuntando en la
dirección que persigue esta investigación, es preciso determinar las categorías de
40
textos narrativos que pueden ser susceptibles de un análisis de este alcance; me
refiero a las posibles composiciones que se presume pueden ser parte del texto
escrito y que hacen parte de los relatos de ficción: desde la epopeya clásicas, hasta
la novela moderna, incluidos el cuento, el mito, la leyenda, la crónica literaria; se
incluyen aquí también otras formas narrativas como el cine, la pintura, que aunque
además emplean sus propias formas de lenguaje; guardan en común todas ellas
una unidad funcional narrativa: la temporalidad. (Ricoeur. Del texto a la acción, p.
16). En efecto no hay hecho, acción o acontecimiento que no ocurra afectado por
el tiempo: la época, la durabilidad, la periodicidad etc. Son “marcas” y aún cargas
que desde la conciencia que determina nuestra experiencia están abocadas en la
existencia.
3. Conclusión Anticipada Entre Fenomenología Y Hermenéutica
El objetivo de la fenomenología es la investigación directa, desde la propia
perspectiva, asumir la primera persona, para la descripción de los fenómenos que
el sujeto experimenta desde su conciencia histórica, descartando las teorías sobre
sus explicaciones causales o su realidad objetiva; por lo tanto trata de comprender
cómo las personas construyen el significado o cómo generan su propia
interpretación del fenómeno o del texto literario.
Como ya se ha enunciado, el propósito, por extensión, gira en torno a
exponer las relaciones teóricas entre el pensar husserliano, el heideggeriano y
gadameriano. Cada uno de estos representantes fundamenta su filosofía desde
perspectivas diferentes y distintas; pero, al mismo tiempo confluyen en afinidades
determinantes. Parten, por ejemplo, de la cosa misma por diversas vías; Husserl
(1985b), por la intuición, Heidegger (2005), por el “ser ahí” [Dasein] y; Gadamer
(2005), por el ser, la verdad y su lingüisticidad. Finalmente, al incorporar las
relaciones entre las proposiciones de estos autores se pretende orientar a quienes
muestren intenciones de recorrer el camino de la fenomenología y la hermenéutica
a lo largo de un proceso de investigación en las ciencias sociales y humanas, y la
41
aplicabilidad de tales principios en la interpretación y comprensión de textos
literarios.
En cualquier caso desde este punto de vista prevalece la gran esfera, El
mundo de la vida, que rescata el mundo subjetivo y funda los conocimientos
generados en el mundo objetivo; lo sustancial del mundo de la vida es que además
de ser previo a todo conocimiento científico, abarca un mundo que las ciencias de
la naturaleza habían dejado en el olvido y que siempre se había realizado
anónimamente, y es el de la subjetividad. Ahora bien, como el mundo de la vida es
esencialmente intuitivo, presenta la cosa tal como aparece, por tanto, la conciencia
no maneja ninguna determinación que provenga de alguna preconcepción del
mundo. Esta es la única manera que el sujeto puede abordar el mundo
desinteresadamente para lograr un conocimiento autentico de él. Este es el único
método viable y sólo lo puede realizar la fenomenología.
42
CAPITULO II
1. Desde La Hermenéutica Fenomenológica, Hacia Una Didáctica Posible
En la presentación que sigue, de lo que consideramos principios o postulados
como condiciones para una apropiada interpretación de un texto narrativo, se
exponen en una secuencia arbitraria o más bien siguiendo el “orden” que algunos
estudiosos ya han implementado, concepciones en las que su presentación
obedece a una disposición metodológica y que lo importante es ver que tales
postulados entran en el juego de la interpretación en una suerte de simultaneidad y
que, potencialmente, cada uno de ellos son momentos en la realización de la
comprensión según la necesidad que requiera la obra en cuestión hasta llegar a la
obtención de la pregunta correcta.
2. Consideraciones Acerca Del Concepto De Didáctica
Sin detenernos a precisar el origen de este saber práctico, ni en el sentido de
los griegos como el “arte de enseñar”, menos aún en la concepción que pretende
designar el proceso de la enseñanza a partir de reglas, pues no es relevante, ese
no es el sentido del término en la aplicación de este trabajo; subrayamos en la
didáctica lo que implica su concepto y función, es decir, ante todo, nos fijaremos en
ella como la actividad que nos “guía” o nos permite, ya no desde fuera como
espectadores, la aproximación a la comprensión y producción de textos narrativos
que es nuestra meta final. Inicialmente se señala que aquella está lejos de la
definición original, según la cual alguien enseña a alguien, equivale decir, lejos de
la “teoría de enseñar correctamente”, o de la “teoría de la enseñanza.” Nos
quedamos con el sentido práctico de ella, desde sus principios, más como un modo
de comprensión que deviene constantemente, y que persigue plasmar en la realidad
áulica las pautas para la comprensión de textos desde la hermenéutica
fenomenológica. En este sentido, nos interesa además de la enseñanza y el
43
aprendizaje, el conocimiento conjunto, intersubjetivo y permanente del objeto de
estudio a partir de la vivencia que se desprende de la lectura de textos narrativos.
Se advierte que las sugerencias aquí proyectadas están desplegadas con la
condición de la constante y correspondiente revisión, corrección y complementación
en la búsqueda de la correcta interpretación.
En consecuencia la argumentación que se maneja es esencialmente
subjetiva, prevalece la argumentación basada en la experiencia de la vida, es decir
fortalecida en lo vivido y vivenciado, no sustentada simplemente en la razón aunque
esta sea válida por lo demostrable, puesto que se trata de comprender el objeto no
de explicarlo; por esta razón el diálogo y la pregunta constituyen el “dispositivo” que
pueden ofrecer mayores garantías en este ejercicio, ya que a partir de la pregunta
abierta, la reflexión consciente y responsable desde el diálogo y el enfoque crítico,
el sujeto puede entender y en tanto responder en beneficio de su propia formación
y por ende en la trasformación del entorno en que interactúa.
En tal sentido la dinámica del desarrollo en la interpretación de textos
literarios desde esta perspectiva, involucra cualidades que se desgajan
necesariamente desde el mundo sensible de los sujetos, aunque en cada uno de
ellos se contemple su propio universo, pues son universos en el que convergen
experiencias vivenciales en común; en otras palabras elementos del talante, de la
manera como los sujetos asumen el mundo y cómo se correlacionan con los
mundos expresados en las obras literarias.
3. Comprensión, Explicación e Interpretación. Un Solo Propósito
Dado que el asunto de esta investigación está en conexión directa con los
conceptos de la explicación, la interpretación y la comprensión, queda abierto el
compromiso
de
puntualizar
las
posibles
convergencias,
correlaciones
y
divergencias que vinculan estos términos y que corresponden a la intención y las
exigencias de esta investigación. Este es un ejercicio que el docente debe estar
aclarando constantemente, frente a los estudiantes, cuando de interpretar una obra
de arte se hable y el texto narrativo lo es. Ahora cuando en este trabajo se afirma
44
de las posibilidades de la fenomenología hermenéutica en la interpretación del texto
narrativo, se debe entender que en el avance de las proposiciones aquí introducidas
hasta el final de este trabajo, éstas no pueden ir más allá, es exactamente eso, no
hay pretensión de concluyente y la tarea entonces continúa en el sentido de
confirmar, rechazar o corregir esas posibilidades y determinar lo que se puede tener
en cuenta; en otras palabras se trata de definir la aplicabilidad desde éstas, de
acuerdo al acontecimiento, o texto narrativo motivo de la interpretación; la
pretensión de didáctica fenomenológica se queda en las posibilidades y es una tarea
que debemos desarrollar e implementar permanentemente los profesores, solo
mediante la práctica hermenéutica.
Respecto de las precisiones de los conceptos enunciados, de una parte,
cuando la interpretación es comprensión, es, podríamos anticipar, un estado en el
que la cualidad de interpretación adquiere el grado de comprensión del fenómeno
suscitado, pero al mismo tiempo, en el que se inicia un proceso en donde la
comprensión abre nuevas dilataciones que exigen ser interpretadas. Otro asunto es
que en esta operación permanente del interpretar y del comprender nos
encontramos de una manera más acertada cuando formulamos las preguntas
igualmente acertadas, ya que solo así alcanzamos el nivel de la comprensión; este
operar constituye el valor de la pregunta en la comprensión y de esta manera
podemos dar posibilidad a la comprensión. Pero es Gadamer en el prólogo a la
segunda edición quién nos deja ver, a partir del análisis de la temporalidad, del estar
ahí “Dasein” de Heidegger, “que la comprensión no es uno de los modos del
comportamiento del sujeto sino el modo de ser del propio estar ahí”. (Gadamer,
2010, p.12). Además, como afirma:
Creo haber mostrado de modo fehaciente que la comprensión de lo hablado
debe concebirse desde la situación dialogal, y esto significa, en definitiva, desde
la dialéctica de pregunta y respuesta que permite el mutuo entendimiento y la
articulación del mundo común (…) La cosa suscita preguntas. Por eso la pregunta
y la respuesta se dan también en el texto y su intérprete. La escritura como tal no
modifica en nada la situación (…) Otro tanto sucede con el libro, que aguarda la
45
respuesta del lector, la apertura de un diálogo. Algo tiene aquí que ver con el
lenguaje (Gadamer, 2010, p.12).
Con lo anterior expuesto, se reafirma que no es discutible la propiedad que
es inherente a la naturaleza del hombre, la del conocimiento y de allí la naturaleza
interpretativa, en la búsqueda de la comprensión, que siempre va de la mano con la
formación -no en el sentido positivista- del hombre por el solo hecho de ser, de estar
en el mundo. (Ricoeur, 2010) Indicando como primer escaño la importancia y
relevancia dada a la temática como punto de referencia para el cambio de
paradigma. En segundo lugar está lo complejo de la hermenéutica, según lo cual no
se trata de un paso a paso, sino una integración de actitudes, por ello advierte
nuevamente en referencia a Husserl y Heidegger de la trascendencia de la
hermenéutica como existenciario:
La interpretación pasa a ser, así, un componente de la estructura existencial
humana -un existenciario- de modo que, entra de por sí en las notas definitorias
del ser humano en cuanto habita el mundo, del Dasein. Interpretar no es algo
que el hombre puede hacer o dejar de hacer a voluntad sino algo que lo
constituye en su situación y lo que, por ende, no puede prescindir pues se le
impone sin que caiga bajo su control. Conocer humanamente es interpretar, o
lo que es lo mismo, el conocimiento es estructuralmente interpretación. Así,
cuando un hombre se niega a interpretar, está interpretando. (Moreno, 2011, p.
23)
Estas reflexiones también nos conducen a determinar que en la
interpretación nunca será un buen procedimiento si pretendemos aislar cada
principio de lo fenomenológico, sino que al contrario estos principios actuarán en
constante interacción unos con otros, por eso cuando nos enfrentamos con la
historicidad, estamos diciendo que no es suficiente para el análisis referirnos al
hecho histórico como tal, sino al efecto de esos hechos en la historia.
Por su parte el fenómeno de la comprensión
tradicionalmente ha sido
explicado en el sentido de lo expuesto por quien se supone comprende el mundo,
es decir por el sabio, o el hombre culto, el que ha estudiado, en el sentido positivista,
el que está relacionado con el conocimiento desde el espacio escolástico, desde el
46
juicio que otorga al mundo la órbita académica; dado que la escolástica también es
un método de trabajo intelectual, según el cual todo pensamiento debe someterse
al principio de autoridad, y la enseñanza se limita en principio a la repetición de los
textos antiguos o al establecimiento de los postulados patentados por la fe y por la
razón, prácticas desafortunadamente aún vigentes, aunque se promuevan las
escuelas críticas en la educación. Lo que queda por aclarar, inicialmente en
términos de la comprensión, es hasta qué punto el conocimiento que tienen las
personas que no asisten a un colegio, a una escuela o a la universidad, tendrá la
veracidad o la validez, que puede tener un estudioso de la academia.
Entre tanto, la tarea de establecer la diferencia o las relaciones que se
pueden presentar entre Comprensión e Interpretación resulta aparentemente un
tanto difusa, pues en sentido general, estos conceptos se suelen utilizar
indistintamente. Sin embargo se puede decir en lo que la experiencia nos deja, que
estos procesos en gran medida se complementan cuando se trata de entender o
rescatar las ideas importantes en el fenómeno que se busca conocer, pero esta
especulación intuitiva no es suficiente; parece necesario anticipar la aclaración
sobre la dualidad explicación-comprensión, veamos: En “De la dialéctica
explicación-comprensión”, se cita a Dilthey quien afirma que “(…) se explica, a la
manera del (…) naturalista, o (…) se interpreta, a la manera del historiador” (Vargas,
2012, p.38). Tesis que en comienzo parece útil por lo que aclara, las dos acciones
responden a dos esferas del conocimiento. En efecto, en el campo científico, las
teorías deben ser rigurosamente analizadas y criticadas, sus conceptos deben ser
puestos a prueba, sus procedimientos deben ser revisados sistemáticamente y sus
explicaciones o predicciones deben ser evaluadas objetivamente; pero esta
condición no es sólo válida para las ciencias naturales, también lo es para las
ciencias del espíritu, así como tampoco es válido desdeñar una teoría simplemente
porque no coincide con las creencias, las convicciones predeterminadas o los
conocimientos actuales, esto último sería negarla; para rechazar una teoría, es
preciso agotarla, esto es, demostrar racionalmente sus limitaciones o, si es el caso,
su falsedad o hasta su inutilidad. Sin embargo, yendo más allá, Vargas de acuerdo
con (Ricoeur, 2010, p.132.), aclara la necesidad de “una renovación de los dos
47
conceptos de explicación y de interpretación”, al contrario del presupuesto
excluyente de Dilthey: o bien se explica o bien se interpreta, según sea el ejercicio
del naturalista o del historiador.
En el ensayo II ¿Explicación o comprensión? interpretando a Dilthey sobre la
afirmación de que “La comprensión es ese traslado hacia el interior de un psiquismo
ajeno” (Ricoeur, 2010, p.77), aclara que dicha comprensión puede entenderse en
tales términos, sobre la base de los signos, siempre y cuando estos han sido fijados
por la escritura, considerando que solo así se prestan a la objetivación que reclama
la ciencia, entre tanto, pondera la relación dialéctica entre comprensión y explicación
y concluye:
La comprensión reclama la explicación desde que ya no existe la situación de
diálogo, donde el juego de las preguntas y las respuestas permite verificar la
interpretación en situación a medida que se desarrolla (…) La situación es
totalmente distinta en obras escritas que han roto su vínculo inicial con la
intención del autor, con el auditorio primitivo y con la circunstancia común a los
interlocutores. (Ricoeur, 2010, p.153.)
De cualquier manera, no se puede encasillar con el mismo parámetro, los
argumentos de las ciencias naturales, con las cuestiones de las ciencias del
espíritu, en este momento se entendería desde un punto de vista dialéctico que
éstas dos: la explicación y la comprensión no son más que momentos del proceso
denominado interpretación, sin embargo, así, el planteamiento retorna al punto en
donde éste como proceso, pasa a ser un momento inicial de la comprensión; entre
tanto la explicación, hace parte del dominio que corresponde al análisis estructural
del texto, es decir de la explicación de sus relaciones internas, pero que en últimas
es parte de ese proceso, la interpretación.
Otro asunto es que aunque “el sentido (Sinn) se da en la esfera de la
experiencia subjetiva, esto es, es vivido en primera persona” (Vargas, 2012, p.39)
al ser expuesto para todos, al ser criticado, corregido, complementado, tiende a la
objetividad cuando vale para uno y vale para todos.
En lo que corresponde a la interpretación, ésta es un estadio, es una parte
de la comprensión, en determinado momento, y es de su atinencia esclarecer las
48
particularidades y los signos que se dan en el proceso psíquico de la comprensión:
las manifestaciones fijadas de una manera perdurable a través de los signos en la
escritura. Por su parte, la comprensión, en el proceso del conocimiento, es un
momento que se relaciona continuamente con la interpretación para determinar un
sentido cada vez más completo del fenómeno o del texto que se intenta
comprender. En otras palabras son procesos que se entrelazan permanentemente
en niveles más complejos, pero con la consigna siempre de enriquecer la esencia
del objeto de estudio, la aproximación a los mundos que se encuentran inmersos
en el texto.
En este orden de ideas, la “renovación” a la que se alude tiene consistencia
en el presupuesto de qué en una «hermenéutica de la distancia», lo que hace que
surja una interpretación es el hecho de que haya una distancia entre el emisor y el
receptor. De esta hermenéutica surge una teoría cuyo paradigma es el texto, es
decir, “todo discurso fijado por la escritura” (Ricoeur, 2010, p.153). Al mismo tiempo
este discurso sufre, una vez emitido, un desarraigamiento de la intención del autor
y cobra independencia con respecto a él. El texto ahora se encuentra desligado del
emisor, y es una realidad metamorfoseada en la cual el lector, al tomar la obra, se
introduce. Pero esta misma realidad metamorfoseada propone un «yo», un
«Dasein», que debe ser extraído por el lector en la tarea hermenéutica. Para
Ricoeur interpretar es extraer el ser-en-el-mundo que se halla en el texto. De esta
manera se propone estudiar el problema de la «apropiación del texto», es decir, de
la aplicación del significado del texto a la vida del lector. La reelaboración del texto
por parte del lector es uno de los ejes de la teoría de Paul Ricoeur.
4. Aspectos De La Didáctica De La Fenomenología Hermenéutica
A continuación se presentan en un orden sugerido, las que hemos denominado
“condiciones postulado” y de las cuales ya hemos expresado la suficiente
interpretación; esta exposición está organizada más a manera de ilustración para
tratar de seguir, según las necesidades que exige el fenómeno a interpretar.
Reparemos:
49
4.1 Ir a las cosas mismas
“¡Ir a las cosas mismas!” de alguna manera ya esbozado, implica no aceptar
llanamente lo que han dicho los sabios, sino asumir la primera persona, es decir
recuperar definitivamente el valor de la subjetividad. La correlación que está
emparentada con la estructura intencional de la conciencia, en otras palabras
asumir el hecho de que existe una reciprocidad entre el pensar y lo pensado, el
amar y lo amado, la espera y lo esperado, aspectos sobre los cuales puede
enfatizar o inclinarse cualquier investigación: La noesis o el noema, términos
acuñados y ampliamente explicitados por Husserl.
Si nos enfocamos en este principio, la tarea permanente, primera y última
exige, igualmente desde el comienzo, adoptar un punto de vista crítico, si estamos
de acuerdo en que, para llegar a la verdad en sentido estricto hay que atenerse a
los hechos, a los puros fenómenos.
Ahora en lo que corresponde a la verificación, es ineludible aclarar el origen
de la información desde el principio, la fuente y/o el contexto en que surge el
acontecimiento, para garantizar su estabilidad y que no se resista al análisis;
conjuntamente incrementar y contrastar la información aportada con otros autores
es una manera excelente de ayudar a darle solidez al proyecto o al fenómeno en
cuestión, sin desconocer que para garantizar la calidad, diríamos veracidad de los
juicios, después de deshacerse de los prejuicios, es necesario fundamentarse
en fuentes fiables y verificables, aceptándose como referencias solamente los
trabajos de autores acreditados en la materia en cuestión; no son suficiente las
opiniones personales de los intérpretes, estas deben someterse a la confrontación,
con el mismo fin, es además preferible emplear contenido firmado a aquel sin firmar.
De modo similar no olvidar el devenir constante a que están expuestos los
acontecimientos y la historicidad, que se enmarca sobre el modo de ser del hombre
que está en la historia, que tiene conciencia histórica, no sobre el hecho o el
acontecimiento en sí mismo como una estructura procesual; el acontecer define la
realidad y a través, de la forma como ese devenir se desarrolla y del grado de
conciencia que se alcanza en la historicidad de cada concepto se representa en la
figura del espíritu, esa es la autoconciencia libre. (Gadamer, 2010, p.135).
50
4.2 El Distanciamiento. Un Paréntesis
Conceptos como el distanciamiento (epoje) del que debe tener conciencia
todo lector, que intente interpretar el mundo propio de una obra literaria, en otras
palabras despojarse de las condiciones que imponen la lógica formal propias de la
razón instrumental que pretende explicar el mundo desde perspectivas
unidireccionales y verticales, desconociendo la capacidad de interpretación de los
sujetos que participamos en la configuración del mundo. Esta actitud conduce al
principio que es ampliamente planteado por los fenomenólogos, el principio de la
corregibilidad que implica que lo que se me da a mí como horizonte, desde mi propia
perspectiva, no es definitivo y por tanto es incompleto, ya que otras subjetividades
pueden ver vicisitudes que yo no pueda interiorizar, eso encarna el
fenomenologizar: lo que no sea visto por mí , pueda ser visto por otro y de igual
forma que lo visto por mí sea también visto por otro, como lo presenta (Vargas,
2012, p. 12).
Son irrelevantes de igual manera, categorías como: la tematización o mirar
en determinada dirección, fijar la atención en algo, o sea contraponer la experiencia
subjetiva frente al mundo formal de lo instituido de lo convencional, sin desconocer
desde luego la mirada de la objetividad cultural presente en los mitos, en los ritos,
en las creencias, etc. Otro principio igualmente importante es el zigzag en la
tematización, que indica no sólo vislumbrar, las correlaciones de los principios
expuestos, sino de asumir que éstas establecen por decirlo así un ciclo infinito en
constante construcción sin desconocer las variaciones que imponen las diferentes
perspectivas subjetivas del mundo, sino el devenir que impone las transformaciones
culturales y la descripción del eidos o de la escencia que conlleva necesariamente
al carácter intrínseco de la fenomenología como la “ciencia” de la descripción de
esencias, esto es dar cuenta de por ejemplo las variaciones que se pueden dar de
los objetos, en los cuales su concepto no pierde su esencia como tal, o cuando sus
variaciones están determinadas y son válidas, por tanto, sólo en el campo de la
imaginación.
51
La descripción fenomenológica por su carácter subjetivo, aunque puede
abarcar un gran campo de las características de la obra, siempre estará pendiente
en algunos aspectos, aun cuando en ella confluyen las intersubjetividades, pero
esa incompletud será más probable desde la perspectiva de lo material que desde
la mirada espiritual, que acoge además la intuición.
Otra de las condiciones postulado que implica esta perspectiva tiene que tener
presente la:
4.3 Historia Efectual
Un concepto válido, esencialmente aplicable y que intentamos presentarlo
en un lenguaje lo más sencillo posible; acerca de la historia efectual, diremos en
principio que esta condición es de capital importancia en la hermenéutica, pues se
trata de mostrar “a cielo abierto” (Gadamer, 1996, p. 370) “la situación en que nos
encontramos, frente a la situación que queremos comprender” (Gadamer, 1996, p.
372); la historia efectual, sin más dilación, es tal en tanto supera la mirada histórica
que limita la perspectiva en la reproducción del horizonte histórico desde el pasado
frecuentemente sincrónico, va más allá, al mirar el presente e incluso el futuro; de
esta manera el comprender se justifica bajo la fusión de horizontes a través de las
imágenes, pensamientos, sensaciones, ideologías y concepciones que se
entrelazan y que resultan ser diferentes en cada momento, de allí la importancia de
una mirada de carácter diacrónico en el que el intérprete al poner en juego su
conciencia histórica asume de manera crítica su propia perspectiva y la hace
valedera. Se advierte que en ningún caso, en ningún momento se debe generalizar
pues cada momento histórico tiene sus propios acontecimientos distintivos. De igual
modo la conciencia histórica debe permitirnos dilucidar que la búsqueda de la
verdad no está en el fenómeno histórico en sí, el fenómeno como tal no es toda la
verdad; en otras palabras que la historia efectual está presente en todo ejercicio
de comprensión querámoslo o no, y nuestro trabajo consiste en no desconocerla.
52
4.4 El Tematizar
Así como en las ciencias naturales se debe tener clara la identidad del objeto
de estudio, “En fenomenología más que objeto u objetividad lo que se tiene es un
proceso de tematización que lleva a objetivar la experiencia que el objeto despliega
de o sobre o en el mundo (in der Welt), con el ser (mitsein).” (Vargas, 2012, p. 22).
Un sentido inicial refiere el tema como la información dada, lo conocido, en
la oración gramatical; la tematización en tanto, como fenómeno, consiste en dar a
un sintagma la posibilidad enfática de ser la información primaria del texto o de la
situación; tematizar es tomar, desde el comienzo mismo, la sustancia del contenido,
que bien puede ser una época histórica o un acontecimiento dentro de la misma.
Debemos apersonarnos de esa realidad y desenmarañar no el hecho en sí, sino
asumirlo como propio (para sí) y descifrar los pormenores de lo dado. Es de
destacar que cada mirada en esta operación, es decir en la revisión de este suceso
de la realidad, es variada, es complementaria y está expuesta a ser complementada
y corregida en el presente y en los tiempos venideros. Nuestra labor como docentes
consiste en invitar a nuestros estudiantes a disponerse a asumir en su propia
experiencia el mundo de la vida. En conclusión en la narración, por ejemplo, en este
universo simbólico, se trata de mundanizar un acontecer histórico.
Un cuadro de un estudio fenomenológico menudo que sintetiza las
“condiciones postulado” podría representarse así:

Distanciamiento (paréntesis)

Subjetividad (Intuición)

Interpretación (Análisis)

Tematización (Descripción)
Y Su caracterización obligatoriamente será explicitada y especificada en
profundidad en la medida que se vayan implementando, cada uno de los aspectos,
en casos específicos de análisis e interpretaciones y cuando la exigencia de cada
interpretación lo amerite.
53
5. Esferas De Navegación En La Interpretación De Un Texto Literario
Cualificada la literatura como la experiencia del hombre que le permite a
través del lenguaje crear mundos -conjuntos infinitos de posibilidades de sentidos
que le proporciona cada individuo- lo que implica, a su vez, no ser abordada desde
lo formal, sino al contrario, descubrir y expresar su riqueza desde los pliegues
ocultos de la propia condición humana e ir más allá del divertimento, o de la mera
entretención como lo ha determinado en gran parte la tradición oficial.
Consideradas las categorías como, pautas que nos ayudan a explicar las
cualidades, las dimensiones y los sentidos del arte, y particularmente, disciplinas
fundamentales que permiten develar las facetas más generales y esenciales de los
fenómenos de la realidad ficcionada en las diferentes creaciones literarias;
condiciones teóricas que conceden descubrir a través de ellas los períodos del
conocimiento en tanto resultado en constante crecimiento del desarrollo histórico
de las prácticas sociales del hombre, de su conducta, de la vida y de los
acontecimientos que generan las relaciones consigo y con la naturaleza. Entendido
que este proceso no es un acto reflejo donde la realidad simplemente se manifiesta
en la conciencia del hombre. Se desprende que en la labor de producción estética,
política, profesional, o de cualquier índole, siempre hay una intención o una actitud
consciente o inconsciente de parte del autor; por tanto, la interpretación de una obra
de arte, requiere revelar y establecer dichas categorías que, como elementos
cardinales, presentes en ésta, son las que le dan sentido a la producción estética,
además de la esencial elaboración de las interpretaciones de las posibles
intenciones del autor en su actividad creadora.
Se asume que las categorías abordadas en el proyecto de investigación
referenciado, ya sean de orden socioeconómico, filosófico religioso, sociológica
sicológica, histórico política y estética, despliegan la intersubjetividad del creador
narrador, dan cuenta de la particularidad de cada escrito, y retratan en sí mismas
una serie de problemas específicos que las determinan, pero que de igual forma
comparten y trascienden entre sí. En consecuencia, resulta difícil e improcedente
establecer una frontera rigurosa; tal delimitación sólo obedece a imperantes
54
metodológicos, que facilitan vislumbrar la autonomía y el tratamiento de dichas
categorías propias en cada obra, pero que permanentemente se cruzan en los
acercamientos que se hagan a la obra en cuestión.
A pesar de ello se hace imprescindible deslindar los principios teóricos que
puedan justificar tales categorías, así como los elementos que permiten entrever
los propios principios, esto es, la perspectiva fenomenológica desde la cual se
puede profundizar en la obra como un acontecimiento generador de sentidos que
configuran al ser en su mundo de la vida.
De hecho, desde esta perspectiva es importante destacar que existe una
gama de problemas que frecuentemente están presentes en la obra de arte y que
son propios de la condición humana, por ser parte del devenir del sujeto en su
interacción perenne en el acontecer histórico social de la humanidad. Problemas
como, la violencia, la desigualdad social en los diferentes ámbitos de las
necesidades básicas y de formación del hombre, el sentido del amor, la ciencia
misma y sus desarrollos técnicos y tecnológicos; y particularmente en el caso de la
cultura latinoamericana: la inseguridad, la corrupción, la exaltación de los valores y
antivalores, todo ello con las variantes propias de cada mundo, y esferas locales,
que en últimas dan sentidos y forjan una conciencia de sí.
En el análisis reflexivo que implica una trabajo como éste, por su talante,
resulta imprescindible dar especial importancia al carácter intrínseco que refleja la
obra en lo que concierne a la conciencia histórica y al papel del lector en el posible
encuentro con el mundo de la novela o de cualquier género narrativo; en este
sentido el componente socioeconómico estará presente manifiesta o latentemente,
y ello se confirma en las problemáticas que transcurren en los acontecimientos
narrados: es el caso de los problemas que generan la desigualdad social y la
pauperización de las condiciones de vida de la sociedad, que se niega a pasar la
página de la historia política corrupta que aun así, sigue eligiendo a los mismos que
se han encargado de desangrar los pueblos y al hombre en particular.
Desde esta perspectiva en una novela o en un cuento pueden vislumbrarse
las variadas formas de desenmascarar a los agentes de poder hegemónico,
poniendo en evidencia que lo acontecido en la obra no se queda como mero relato
55
histórico-cronológico, sino que pasa a la temporalidad del ser. De igual forma el
valor cultural, político-social en la obra de arte, trasciende como una de las pocas
fuentes o como la voz que proclama reivindicación de la conciencia social, aunque
de hecho aquella se haya intentado silenciar en diferentes épocas, con el fin de
destruir la herencia cultural, y generar la pérdida de identidad y solidaridad. Así
mismo aunque en algunas obras aparentemente no esté manifiesta, una categoría
estrechamente relacionada con la anterior, como es la dimensión sociológicosicológica; se detecta que tales problemas, alimentan la miseria, hasta llevar a los
personajes a la propia alienación, cada vez más dilatada y reflejada en diferentes
sectores de la población marginada por estos flagelos; de allí que se encuentren
personajes-tipo resentidos, rebeldes y violentos o en algunos casos ingenuos,
desalojados o aislados del mundo; en contraposición, frente a esta problemática
se observan novelas donde los protagonistas, o los propios personajes comunes,
se presentan como sujetos que preocupados por lo que ello significa para sus
comunidades, procuran y buscan los cambios que, desde cada individuo, justifican
la razón de ser de su existencia.
Otro asunto es, aparentemente, cómo el posmodernismo desde su
perspectiva al reforzar el concepto del solipsismo salvaje y su tesis de “lógralo tú
mismo”, plantea una construcción de identidad sustentada en la autonomía,
desligada de un grupo social, pero qué más lejano a la realidad que esta
percepción, si la interacción con el otro y el mismo entorno es lo que constituye al
individuo al convertirse en el horizonte del pasado que acontece; en ese orden de
ideas, es importante reconocer que parte de la esencia literaria surge de la
evocación de aquellos lugares perdidos, arrasados y desaparecidos por el
“progreso”, la resurrección de instantes del pasado, de vivencias ya idas. El secreto
de este encanto, tanto para el escritor como para su lector, quizá derive que toda
evocación constituye una regresión a los instantes de la fundación del sujeto, ligada
a lugares y situaciones vividas que aportan elementos importantes para la definición
del ser.
Aquellas imágenes de lugares por donde estuvimos un día, objetos que nos
acompañaron, casas habitadas, calles recorridas, en fin, constituyen un pasado sin
56
el cual el sujeto a veces siente que se desvía de su punto de partida. Desposeído
por la demolición modernizadora, el sujeto empieza a sentir que la literatura se
convierte en la única herramienta que le permite mediante maneras sugestivas,
retornar no sólo a las imágenes del pasado, sino proyectar su propia existencia. Por
tanto, la evocación no es, pues, sólo recordar como pasatiempo o simple ejercicio
escritural, ante todo, es fundamento del sujeto, volver sobre los instantes
fundadores; es también recabar alrededor de los acontecimientos y lugares que por
algún motivo en la vida se tornaron cardinales. No solamente el hombre con sus
actos se modifica así mismo, sino al otro, lo que implica asumir una sociedad
solidaria, que no progrese desde individualidades -algo utópico-; sino una sociedad
donde el dolor y la necesidad del otro, sea también el propio, lo que exige que el
sentido de la existencia surja desde la sensibilidad, que permita la constitución
humana; es allí donde la esencia surge de la conciencia espacio-temporal, siendo
el sujeto quien configura al mundo y no al contrario, pues lo que se constituye
históricamente es lo que nos sustenta, el olvido del ser una vez más se recupera a
través de la novela, nos saca de la ingenuidad que enmarca una sociedad como la
colombiana que sufre de amnesia.
Ahora bien, las variadas formas como se ve simbolizada la realidad en la
obra de arte, hasta el punto que en ella de alguna manera nos vemos reflejados
como sujetos históricos, representan una universalización de ese mundo de
intersubjetividades, inclusive desde las soledades, que confluyen generando tristes
identidades decadentes; en términos fenomenológicos, se simboliza la realidad
bajo los parámetros de la violencia y sus diferentes manifestaciones.
Asimismo en nuestra labor pedagógica, estas reflexiones nos remiten a la
necesidad imperiosa de renovar las formas de abordar la literatura desde las
prácticas escolares; nos invitan a una aproximación real de la condición de los
estudiantes, de tal manera que a su vez posibilite en ellos una retrospección sobre
su propia existencia y la misma realidad que les rodea, pasando de ser testigos de
la historia a creadores de la misma, y no quedarse en la socialización de esquemas
formales de escritura que nada aportan a la constitución de individuos
comprometidos con su entorno; es a través de la problematización y no de la
57
naturalización de la realidad, ni de la indiferencia ante los problemas sociales, en
proyectos pedagógicos, donde el conocimiento se reduce a la simple instrucción;
es desde la constante crítica reflexiva, de repensar constantemente el mundo y no
aceptarlo como nos ha sido dado, como podemos interpretar de una forma
imperecedera nuestra visión del mundo de la vida y el de la obra literaria.
6. Conclusiones
La fenomenología hermenéutica se configura como una alternativa de
interpretación que despliega el mundo de la vida o los mundos posibles inmersos y
sedimentados en la obra literaria, en tanto supera las diferentes modelos de análisis
que revelan el contenido del texto literario, más en el aspecto formal o estructural;
de una forma parcial y frecuentemente superficial. En efecto los fundamentos de
estas teorías se constituyen en herramientas conceptuales que dan cuenta de las
experiencias, vivencias y acontecimientos del mundo al interior de la obra y cómo
se nos da a cada uno en el mundo circundante.
La fenomenología hermenéutica representa la visión más completa de
análisis del mundo, del arte y en particular de la literatura, pues permite a través de
la intuición y de la reflexión crítica del sujeto, constituir y dar sentido a los hechos,
a los fenómenos que acontecen; el mundo no existe solamente en sí, sino que
adquiere sentido para quien le asigna unos valores en tiempos y espacios
delimitados.
Desde esta perspectiva, las esferas presentes en el mundo ficcional se
constituyen en categorías que, como pautas, nos ayudan a explicar las cualidades,
las dimensiones y los sentidos del arte; la sociología, la sicología, los valores
político-culturales y la propia estética, manifiestas o latentes son particularmente,
disciplinas fundamentales que permiten develar las facetas más generales y
esenciales de los fenómenos de la realidad ficcionada en las diferentes creaciones
literarias; condiciones teóricas que conceden descubrir a través de ellas los
períodos del conocimiento en tanto resultado en constante crecimiento del
desarrollo histórico de las prácticas sociales del hombre, de su conducta, de la vida
y de los acontecimientos que generan las relaciones consigo y con la naturaleza.
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La reflexión sobre la obra no se queda como mero relato histórico-cronológico, sino
que pasa a la temporalidad del ser. Deviene en un proceso diacrónico, es decir
asume los hechos del pasado, los confronta con el presente y aún con el futuro
cercano.
Las prácticas desde esta perspectiva, motivan al estudiante en la creación y
recreación del texto literario, desarrollando su capacidad de comprensión y
composición de textos escritos; de igual forma que inducen a la elaboración de
guías por parte del profesor, que faciliten y sobre todo le den más sentido a estas
actividades escolares
Y para una “didáctica” de la lectura y de la composición de textos, tanto para
el docente
como el estudiante,
entender que
fenomenológica, ésta encarna de manera
desde
la hermenéutica
indiscutible una especie de
autodeterminación que, con la debida orientación y valoración del profesor de
lengua castellana, le confiere al lector un reconocimiento sobre su tarea en la
búsqueda de la verdad presente en el texto literario.
7. Proyección Para Una Buena Interpretación
Aunque el propósito de este trabajo se centra en el análisis del texto literario,
es preciso anticipar que la interpretación desde esta perspectiva es válida para
cualquier tipo de texto, esto es los textos en imágenes: las pinturas o sus réplicas,
la caricatura, la historieta, y también para los textos técnicos y ciéntificos, sin
desconocer la rigurosidad de las demostraciones y justificaciones que estos exigen;
como también es cierto que al acudir a los textos de contextualización para la
verificación es imprescindible la seriedad e imparcialidad de los textos de
referencia, esto implica además evidenciar la propia perspectiva con otros textos
en relación de similitud u oposición, ya sean precedentes o actualizados, pero
siempre teniendo presente de propia cuenta , la seriedad y el reconocimiento de
dichas fuentes; también es ineludible tener presente que no hay verdad única, pues
ésta siempre es una búsqueda y su finitud es apenas el indicio de una nueva
reinterpretación, expuesta a ser revisada y complementada. De otro orden es
59
igualmente importante auxiliarse de las nuevas tecnologías a través de los textos
multimodales, con la consigna de estar atentos a la revisión de la información.
Asimismo, es de sentido común, no desconocer que en la relación del mundo
de la obra con el mundo del lector, el punto de vista de cada uno siempre será una
perspectiva importante, aún desde la respuesta o la apreciación aparentemente
absurda, pues ésta siempre estará abierta al diálogo.
Finalmente queda el compromiso de cada docente en tratar de orientar
acciones que, desde la práctica interpretativa de textos; producto del trabajo
concertado y en permanente confrontación, debate y complementación,
proporcione aspectos que sirvan de guía, para fortalecer está cada vez más en la
búsqueda de la verdad que está inmersa en cada obra artística, en cada texto
literario.
60
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