AUTO Nº 25-05

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AUDIENCIA PROVINCIAL DE ALICANTE
SECCION OCTAVA.
TRIBUNAL DE MARCA COMUNITARIA
ROLLO DE SALA Nº 133 (C-2) 05
PROCEDIMIENTO Juicio Ordinario 114/04
JUZGADO de lo Mercantil nº 1 Alicante, Juzgado de Marca Comunitaria
AUTO Nº 25/05
Ilmos.
Presidente: D. Enrique García-Chamón Cervera
Magistrado: D. Luis Antonio Soler Pascual
Magistrado: D. Francisco José Soriano Guzmán
En la ciudad de Alicante, a veintitrés de marzo del año dos mil cinco
La Sección octava de la Audiencia Provincial de Alicante, actuando
como Tribunal de Marca Comunitaria, integrado por los Iltmos. Sres.
expresados al margen, ha visto en Rollo de Apelación nº 133/C-2/2005,
cuestión de inadmisión de demanda por indebida acumulación de acciones.
ANTECEDENTES DE HECHO
ÚNICO.- En el presente rollo de Sala número 133/C-2/2005, sobre recurso de
apelación dimanante del Juicio Ordinario número 114/2004 del Juzgado de lo
Mercantil nº 1 de Alicante, actuando como Juzgado de Marca Comunitaria, se
dictó auto en fecha 13 de enero de 2005, presentando en plazo legal el
Procurador Dª. Alicia Carratalá Baeza, en la representación con que actúa en el
proceso de la parte apelante, las sociedades actoras Societé Bic S.A y Bic
Iberia S.A., escrito de apelación. Cumplidos los trámites legales imperativos,
los autos fueron elevados a la Audiencia Provincial de Alicante, repartiéndose a
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la Sección 8ª, en su calidad de Tribunal de Marca Comunitaria, donde se formó
el Rollo de Apelación ya indicado.
VISTO, y siendo Ponente el Iltmo. Sr. D. Luis Antonio Soler Pascual.
FUNDAMENTOS DE DERECHO
PRIMERO.- Por la Procuradora Dª. Alicia Carratalá Baeza, en la representación
que ostenta de las sociedades Société Bic S.A. y Bic Iberia S.A., se ha
formulado demanda ante el Juzgado de lo Mercantil nº 1 de los de Alicante, en
su calidad de Juzgado de Marca Comunitaria, ejercitando acumulativamente
una acción de violación de marca comunitaria (y nacional) y otra de
competencia desleal. El Juzgado de Marca Comunitaria instó a las actoras a
que, al amparo de lo dispuesto en el artículo 73-4 LEC, subsanaran la indebida
acumulación de acciones en el entendimiento de que el Juzgado carecía de
competencia
objetiva,
como
órgano
de
primera
instancia
de
Marca
Comunitaria, para conocer de la acción de competencial desleal, dictando auto,
una vez cumplimentados los trámites procesales oportunos, en el que sustenta
la inadecuación de la acumulación argumentando en primer lugar que el
Juzgado de Marca Comunitario conoce, única y exclusivamente, de las
acciones a que se refiere el artículo 92 del Reglamento (CE) 40/1994, de Marca
Comunitaria y, en segundo lugar, que concurre además el obstáculo procesal,
desde la perspectiva del derecho interno español, de la carencia de
competencia objetiva –art 97- 3 RMC en relación al artículo 73-1-1º LEC- del
Juzgado de Marca Comunitaria para el conocimiento de esas acciones distintas
a las contempladas en el ya referido artículo 92 RMC, que es fundamento
sustentado en resolución dictada por el Tribunal que ahora conoce de esta
apelación, pero que en el fondo resulta reiterativo respecto del primero de los
expresados ya que si se defiende la competencia excluyente y en exclusiva de
los Tribunales de Marca Comunitaria para el conocimiento de las concretas
acciones previstas en el artículo 92 RMC, resultaría obvio que cualquier otra
acción de distinta naturaleza –y se arguye el artículo 14 RMC por su referencia
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a la competencia desleal-, quedaría fuera de la competencia objetiva de dicho
Tribunal.
El núcleo del debate se encuentra como es de ver, tal y como ya tuvimos
oportunidad de decir en la resolución que dictamos en su día, en la
configuración de la estructura orgánica del Tribunal de Marca Comunitaria en
relación a los órganos Judiciales nacionales, y más concretamente respecto de
aquél con el que el Tribunal convive porque, si concluyéramos que existe algún
tipo de conexidad entre ambos órganos, la contienda se ceñiría sólo al examen
de la concurrencia de los aspectos procesales que autorizan, en su caso, la
acumulación subjetiva de acciones.
SEGUNDO.- En el auto que dictamos al resolver el Rollo de Apelación 109/C1/04, de fecha 21 de diciembre de 2004, donde también se nos planteaba un
supuesto de acumulación de las acciones de la misma naturaleza de la que
ahora nos ocupa, sosteníamos que la competencia objetiva del Juzgado de lo
Mercantil en funciones de Marca Comunitaria era radicalmente ajena a la que
correspondía al mismo órgano como Juzgado de lo Mercantil y señalábamos
que no debía “confundirse el Juzgado de lo Mercantil cuya competencia
objetiva se delimita en el artículo 86-ter LOPJ y su competencia territorial es, en
principio, provincial (artículo 86-bis-1 LOPJ), con el Juzgado de Marca
Comunitaria, cuya competencia objetiva y territorial son completamente
distintas.”.
Sin embargo, y después de esa primera decisión, el Tribunal, atendidas las
condiciones impuestas por el Tribunal Constitucional en Sentencias 91/90 y
242/92 para obviar menoscabo del principio de igualdad y de interdicción de la
arbitrariedad
en
la
aplicación
judicial
del
derecho
con
ocasión
de
modificaciones de criterio jurisprudencial, ha querido abrir un periodo de
reflexión técnica y de análisis jurídico de la cuestión en atención la
trascendencia que sin duda tiene tanto para las partes como en orden a la
delimitación del alcance competencial de este Organo, examinándose y
ponderándose otros diversos elementos, de naturaleza tanto sustantiva como
procesal para alcanzar, en el marco de un cambio razonado de la línea
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jurisprudencial interpretativa que habíamos mantenido, la solución más
adecuada al fin mismo de la protección de la marca comunitaria como principio
teleológico que sustenta el marco de la especialización propia de este Órgano
Judicial.
Es por ello que hemos querido replantearnos si el Tribunal (y Juzgado) de
Marca Comunitaria versus Tribunal (y Juzgado) Mercantil, están configurados
en nuestro Derecho Orgánico como Unidades Jurisdiccionales incomunicadas y
aisladas entre sí. Y hemos llegado a la conclusión que, aun siendo cierto, tal y
como sosteníamos en nuestra anterior decisión, que las competencias de uno y
otro órgano están delimitadas por normas competenciales distintas, no por ello
existe absoluta y plena incomunicación entre ambas funciones, y que en
realidad sí existen vasos comunicantes a través de un sustrato común, de
modo que cuando menos se podría hablar de permeabilidad relativa entre la
jurisdicción por Marca Comunitaria y la Jurisdicción Mercantil, principio del que
su principal manifestación lo constituye el hecho de que para la Ley Orgánica
del Poder Judicial se trate de funciones distintas de un mismo órgano. Y es
que, en la Ley Orgánica del Poder Judicial se configura el conocimiento de
todos aquellos litigios que se promuevan al amparo de lo previsto (art 86 bis-4
LOPJ) en el Reglamento de Marca Comunitaria, como una competencia más
del Juzgado de lo Mercantil de Alicante (en el mismo sentido, para este
Tribunal en el artículo 82-4 LOPJ), dicción de donde se deduce que la
naturaleza mercantil del órgano en que se ubica dicha competencia constituye
un antecedente inseparable al ejercicio de la función que el Legislador le
atribuye a estos órganos conforme al artículo 91 RMC.
Esa connatural naturaleza mercantil del órgano en el que se asienta la
competencia que se le atribuye por el legislador en la LOPJ, proyecta sobre el
Tribunal de Marca Comunitaria un indudable efecto llamada respecto de las
acciones que se articulan, más allá del estricto marco del artículo 92 RMC, en
defensa de la marca comunitaria, competencia por atracción que encuentra su
sustrato jurídico en el artículo 102 del RMC y por remisión respecto de las
concretas acciones de competencia desleal, en el artículo 14 del mismo cuerpo
legal.
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En efecto, el artículo 102 RMC establece la competencia para el conocimiento
de las acciones diversas a las del artículo 92 RMC en favor de los Tribunales
de los Estados miembros que serían competentes, territorial y objetivamente, si
se tratara de acciones relativas a una marca nacional, de donde se colige que
si las normas de derecho interno autorizan la acumulación de acciones en
materia marcaria siempre que medie competencia objetiva respecto de cada
una de las diversas acciones acumuladas, nada impide que se apliquen dichos
criterios legales para sustentar esas otras acciones también ante el órgano con
la atribución de jurisdicción en Marca Comunitaria cuando, por su naturaleza,
tiene competencia objetiva para el conocimiento de esos otros títulos para
pedir, argumento que se abunda con lo dispuesto en el párrafo 2º del referido
artículo 102 a cuyo tenor, cuando no hubiera tribunal con competencia para
conocer de las acciones distintas de las del artículo 92 relativas a una marca
comunitaria, los Órganos a los que se atribuye la competencia para resolver
sobre estas otras acciones son a los Tribunales del Estado miembro en el que
tenga su sede la Oficina que, en el caso de la organización judicial española,
no pueden ser otros que los Tribunales de Marca Comunitaria de Alicante.
Así resulta de la lectura del artículo 86 ter-2 a) LOPJ, norma que atribuye a los
Juzgados de lo Mercantil el conocimiento, entre otras, de las acciones relativas
a la competencia desleal, con relación a la dicción del artículo 86 bis-4 LOPJ,
que confiere a los Juzgados de lo Mercantil de Alicante la competencia
exclusiva para conocer de todos los litigios que se promuevan al amparo de lo
previsto en el Reglamento 40/94 sobre marca comunitaria, normas de donde se
infiere la particularidad que presenta el Tribunal de Marcas español en atención
a su específica naturaleza mercantil y a la atribución en exclusiva de las
cuestiones relativas a la marca comunitaria.
TERCERO.- Pero no sólo se trata de razones orgánicas sino también de otra
naturaleza, más abstracta y fundamentadas en los principios que justifican el
instituto de la acumulación procesal de las acciones, máximas que revierten
con carácter informador sobre la conveniencia de la acumulación atendida la
particularidad del supuesto de que se trata en atención a la peculiariedad del
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órgano Judicial, y que nos lleva a sustantivizar el fundamento de ese instituto
procesal a modo de criterio decisor.
En efecto, definida la competencia objetiva de la jurisdicción de marca
comunitaria como jurisdicción destinada a la protección de la marca
comunitaria, en todos aquellos litigios que se promuevan al amparo del RMC
dice el art. 86 bis-4 LOPJ, tal conocimiento debe entenderse extendido al
conocimiento de las acciones que circundan, fuera de la especialidad marcaria,
al signo protegido ya que, sin perjuicio de la concurrencia de los requisitos
legales que en cada supuesto deban concurrir para su conocimiento en un solo
proceso, los principios de economía y unidad de sentencia a que se ha venido
refiriendo el Tribunal Supremo (S de 1 de junio de 1996) para sustentar el
criterio de flexibilización que preside el tratamiento jurisprudencial de la
acumulación subjetiva de las acciones (vid. SSTS 12 junio 1985, 14 octubre
1993, 8 noviembre 1995, 7 de febrero de 1997, 21 de noviembre de 1998, 5 de
octubre de 1999 y 3 de octubre de 2000), han de informar también la
competencia
estos
órganos
en
función
del
núcleo
de
sus
propias
competencias.
Por ello, cuando en un proceso competencia del Tribunal de Marca Comunitaria
aparecen varios actores contra un demandado, un solo demandante contra
varios demandados, o varios actores contra varios demandados, dándose una
acumulación subjetiva de acciones, si además de los requisitos generales de la
acumulación establecidos en el art. 72 de la LECiv, se da el requisito específico
-innecesario en la acumulación objetiva de acciones varias por un solo actor
contra un solo demandado-, de la conexidad objetiva entre las diferentes
acciones ejercitadas, y al se refiere el mismo art. 72 de la LECiv cuando dice
que entre esas acciones exista un nexo por razón del objeto o del título o causa
de pedir, lo que se define en la propia norma cuando se trata de acciones que
se fundan en los mismos hechos y que puede reducirse a la exigencia de un
nexo interno recíproco entre las acciones, o lo que es lo mismo, a la comunidad
de la relación jurídica que las albergue, la conclusión no puede ser otra que la
de entender que ese órgano ubicado indisolublemente en otro específicamente
creado para la defensa genérica de la propiedad industrial (incluida la
competencia desleal) y específica de la marca comunitaria, y por tanto con
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competencia objetiva para estas acciones, puede y debe asumir el ejercicio
acumulativo de ambas cuando se dan los requisitos particulares para su
admisión.
Y tales exigencias concurren en el presente caso porque, pretendiendo los
actores la protección de la marca comunitaria y nacional que refieren, invocan
en su escrito de demanda la protección que les brinda las leyes reguladoras de
los derechos sobre marcas y de prohibición de la competencia desleal a
sabiendas que si bien es cierto que la protección plena del derecho sobre la
marca se produce desde la invocación de su particular legislación, es lo cierto
que también la legislación de Competencia Desleal, que no tiene como fin la
protección del titular del signo, ni pretende resolver conflictos entre
competidores sino ser, como señala la Sentencia AP Barcelona Secc 15º de 17
de junio de 1999, un instrumento de ordenación de conductas en el mercado,
pero que como deriva del artículo 14-2 RMC, sirve al mismo objeto al implicar
la utilización de los signos una actuación en el mercado con fines
concurrenciales –art 2 LCD- un riesgo de confusión sobre el origen empresarial
de los servicios o productos, además de una disfunción de la marca, de donde
hay que concluir que también la legislación sobre competencia desleal se
aplica a los signos siempre y a la postre que la protección del signo no pueda
obtenerse a través de su específica regulación.
En definitiva, la causa de pedir es la marca o signo registrado y las acciones
ejercitadas, las dimanantes de la legislación marcaria y las derivadas de la
competencia desleal. Concurre por tanto el requisito del artículo 72 (identidad
del título o causa de pedir) en relación al del artículo 73-1-1º LEC (órgano
competente), razones que nos llevan a modificar el criterio interpretativo que
sustentábamos en nuestra anterior decisión sobre esta misma cuestión y a
estimar el recurso formulado en los términos propuestos por el apelante, sin
expresa declaración –art 398 LEC- sobre las costas procesales de esta alzada.
Vistos los preceptos legales citados y demás de general y pertinente
aplicación
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LA SALA ACUERDA
Declarar la competencia objetiva del Juzgado de lo Mercantil nº 1 de Alicante,
ejerciendo competencias como Juzgado de Marca Comunitaria, para el
conocimiento de las acciones acumuladas procedentes de la legislación
marcaria y de competencia desleal en demanda principiadora de este
procedimiento, estimando en consecuencia el recurso de apelación formulado
por el Procurador Dª. Alicia Carratalá Baeza, en la representación que ostenta
de las mercantiles Societé Bic S.A. y Bic Iberia S.A., contra el auto del referido
Juzgado de fecha 13 de enero de 2005, mandando se proceda a la admisión
de la demanda.
Así lo acuerdan y firman los Ilmos. Sres. Magistrados arriba expresados, que
integran la Sección Octava de la Audiencia Provincial, doy fe.
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