Guía Cultural 2016

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Guía Cultura Metepec
Guía Cultura Metepec
Carta
editorial
Como Pueblo Mágico, Metepec posee una enorme variedad de tradiciones, costumbres y expresiones artísticas
y culturales que nos llenan de orgullo a cada uno de los
habitantes del municipio. El sorprendente crecimiento de
Metepec a lo largo de los años no ha logrado opacar su
invaluable patrimonio material e inmaterial. Día con día, los
metepequenses nos esforzamos para que este se mantenga con vida y crezca, transmitiendo a las nuevas generaciones el cariño y respeto por nuestra cultura.
Inspirados por su gente, Guía Cultura Metepec en su segundo número ofrece un vistazo a las historias y personajes que
han marcado el desarrollo cultural de nuestro Pueblo Mágico. A lo largo de esta edición, el lector podrá conocer sobre
las actividades culturales que se han llevado a cabo durante
los últimos meses, además de tener un acercamiento con
obras literarias de creadores mexicanos.
Los invitamos a hacer un recorrido por la escena cultural
metepequense a través de nuestra propuesta literaria, Guía
Cultura Metepec.
Rodrigo Benjamín Flores Santín
Director de Cultura
Cultura
Metepec
David López Cárdenas
Presidente Municipal Constitucional
Teresa Salgado Varona
Síndica Municipal
Artículo
4
Ricardo Cortés Márquez
Tercer Regidor
Ana Luz Negrete Velázquez
Cuarta Regidora
Ernesto Nemer Monroy
Quinto Regidor
6
9
Paloma E. Cuevas R.
Juan Carlos Nonato
raíces de vida que
trascienden las fronteras
13
Pável Granados
Dostoyevski
17
Fernando Óscar Martín
Portafolio
Poesía
Aurora María Zimbrón Ovando
Sexta Regidora
Miguel Alonso Terrón Villicaña
Séptimo Regidor
Rosendo Galeana Soberanis
Octavo Regidor
María Elisa Quijada Badillo
Novena Regidora
Arturo Tonatiuh Romero Malagón
Décimo Regidor
21
Aureliano Carvajal
Frutos de aire colorido
23
Mariposa de alas ateridas
24
Juan José Hamilton Chan
Por si me quiebro
Narrativa
Gildardo Quiroz Salcedo
Décimo Primer Regidor
Pablo Cajero Vázquez
Décimo Segundo Regidor
Rosario Gómez Colín
Décima Tercera Regidora
Alejandro Abad Lara Terrón
Secretario del Ayuntamiento
Rodrigo Benjamín Flores Santín
Director de Cultura
Legales
Es una publicación bimestral del Municipio de Metepec. Los textos
firmados son responsabilidad de su autor. Los editores no comparten necesariamente el punto de vista de los autores. Período
de exhibición Julio-Agosto 2016. Domicilio: 16 de septiembre s/n,
Colonia San Miguel del Hueso, Metepec, Estado de México, Teléfono: 2.35.20.06. Correo: [email protected],
Edición: María Chávez García Robles. Diseño Editorial: K. Pozos.
ISSN: en proceso
El Principio
Paloma E. Cuevas R.
David Camorlinga
Sueños que se
Materializan
Omar Jair Garduño Montalvo
Primer Regidor
Genoveva Flores Rodríguez
Segunda Regidora
Cristian Reynoso
25
Antonio Carrillo Cerda
Soñarán los gorriones
26
Raúl A. Mejía Jiménez
Esta Nuestra Tierra
28
Alberto Chimal
Entretanto
30
Enrique González
Cuevas
Clarisa
Contenido
Guía
EL PRINCIPIO
Por Cristian Reynoso
Cronista Municipal
E
l municipio de Metepec, al formar parte del Valle de Toluca,
tuvo un pasado prehispánico, en
donde convergieron las civilizaciones teotihuacana, otomí, matlatzinca y
mexica. Debido a esta pluralidad cultural
actualmente, en dicha región se conserva
un sinnúmero de tradiciones heredadas de
aquellos tiempos en los que las ofrendas a
los dioses, los rituales agrícolas y la lucha
por la posesión de la tierra formaban parte
de la cotidianidad de sus habitantes.
Para conocer la historia de esta provincia es
necesario considerar las investigaciones realizadas por importantes historiadores y arqueólogos, como Xavier Noguez, Carmen Carbajal,
Yoko Sugiura y Luis Alfonso González Miranda,
quienes, interesados en comprender el desarrollo de los primeros asentamientos metepequenses, han realizado importantes investigaciones en diversas zonas de la municipalidad
que han dado luz al período más antiguo y así
completar el proceso evolutivo de la zona.
En la cosmovisión mesoamericana el paisaje
representó la comunicación entre lo terrenal y
lo divino; era una muestra de la dualidad que
integraba cada ser vivo que se encontraba en
la naturaleza. Algunos de sus elementos más
importantes fueron las montañas y cerros a
los que se les consideraba sitios que representan el aspecto femenino, la fertilidad, la lluvia y
el vientre materno. En la cabecera municipal
destacó la figura del Cerro de los Magueyes
donde se registraron numerosas pruebas de
este antiguo culto asociado con la práctica de
la agricultura y el inframundo debido a la cercanía que existió con la zona lacustre del Río
Lerma y la abundancia de los cultivos.
Para el período Clásico se encontraron restos
de una casa-habitación, a cinco kilómetros de
la cabecera municipal con elementos de influencia teotihuacana. Asimismo se hallaron
restos de cerámica y un piso con estuco de
color blanco. Gracias a estos hallazgos, que
permitieron examinar algunos aspectos de la
vida cotidiana, la arqueóloga Carbajal dedujo que existía relación con actividades de
cocción de alimentos, producción de cerámica e incluso pudo haberse tratado de un espacio utilizado como depósito de desechos o
reutilización de materiales.
En el Metepec del Posclásico convivieron
matlatzincas y mexicas quienes convirtieron
al Cerro de los Magueyes en una necrópolis
con más de un centenar de enterramientos,
algunos de ellos contenían restos de animales,
jarras, malacates, cuentas, objetos de obsidiana,
aros, pinzas, cascabeles, anillos de cobre y navajas. También se realizó una excavación en
los terrenos que alguna vez pertenecieron a la
huerta del Ex Convento de San Juan Bautista
donde se obtuvieron resultados similares.
Algunos ejemplos de esta cerámica están relacionados con los que se producían en la cuenca de México, cuando aún existía el lago de
Texcoco, como resultado de la conquista del
Valle del Matlatzinco, por parte de los mexicas que conquistaron el Valle de Toluca. Los
colores que más predominaron en esta última
etapa fueron rojos, café, negros y blancos.
Con la construcción del Teatro Quimera se han
localizado nuevos objetos de gran importancia
histórica que han aportado mayores datos sobre la utilización del cerro como zona habitacional y cementerio. Destaca el descubrimiento de
los restos de un mamut que pudo haber sido
Guía Cultura Metepec
ofrendado por los naturales de esta zona, así
como miles de cajetes, cuentas de diversos tipos de piedra y tepalcates que se encuentran
en resguardo del Instituto Nacional de Antropología e Historia y en espera de ser estudiados.
Este breve recuento por las primeras investigaciones de la época prehispánica nos muestra que, desde sus inicios, la comunidad de
Metepec elaboró su propia cerámica, algunas
con influencia de otras latitudes y ajustándose
a los cambios políticos y religiosos de los tiempos. Sin duda, la labor alfarera en la tierra del
Árbol de la Vida es una práctica milenaria que
se adaptó a los parámetros impuestos por los
conquistadores, los españoles.
Raúl Cisneros
David Camorlinga
SUEÑOS QUE SE MATERIALIZAN
Por Paloma E. Cuevas Ramos
Entrevistar a David Camorlinga, previo a su
exposición “Soliloquio Lúdico” en el Museo
del Barro en Metepec, fue toda una odisea,
pues en pleno montaje y mientras iba saliendo pieza tras pieza, el artista, al tiempo
que desembalaba sus esculturas, compartió
anécdotas de cada una de ellas con Guía
Cultura Metepec. Este es el resultado.
Paloma Cuevas (PC): ¿Cuál fue tu primer
contacto con las formas?
Camorlinga: Desde siempre me gustaron las
formas y los colores, antes de construir, recuerdo haber dibujado mucho a los siete años, más
o menos. Dibujaba líneas, y los colores siempre
me llamaron la atención. Después, todo se relacionaba a la construcción: crear y hacer cosas
con los bloques.
PC: ¿Recuerdas la primera escultura que
realizaste?, ¿qué te motivó a realizarla?
Camorlinga: Sí, claro. Mi abuela se quejaba
siempre de que nadie asistía al panteón y de
que se olvidaban de los muertos, a mí no me
gusta ir, pero quería que siempre que ella estuviera ahí me sintiera presente, así que le hice
un par de manos que están unidas en oración.
Lo más fascinante es que el día que la llevé
para que las viera, una persona estaba rezando frente a ellas y eso me encantó; me
demostró que mi pieza era capaz de transmitir. El que alguien se dirigiera a las manos
que creé para mi abuela y me dijera: “es que al
verlas tuve la necesidad de rezar, hace mucho
que no lo hago”, me hizo sentir muy feliz.
Guía Cultura Metepec
PC: ¿Podría decirse que ahí descubriste tu
vocación?, ¿qué edad tenías?
Camorlinga: Estudiaba la preparatoria, era un
adolescente. Debo haber tenido como quince
o dieciséis años.
PC: ¿Cómo es el proceso de creación de
una pieza de Camorlinga?
Camorlinga: Yo no hago nada si no lo siento. Los sentimientos en nosotros, los artistas,
influyen mucho; para poder hacer lo que sea,
primero tengo que sentirlo, tengo que vivirlo. Parte de mí busca que, si miras una de mis
piezas, te provoque algo, no sólo que digas ¡ah,
qué bonita! sino que te genere algo.
PC: Veo que varias de tus obras están basadas en la literatura. “El Elefante” como obvia
reminiscencia al “Principito”, “Dédalo”, en el
mito de Ícaro, y “Caronte” en la “Divina Comedia”. ¿Qué escritores admiras y te provocan?
Camorlinga: En efecto, leo mucho y todo el
tiempo, me encanta Pérez Reverte y disfruto
mucho a José Saramago, la forma tan libre y
fluida en que escribe, y cómo de donde menos
esperas saca una historia y te atrapa.
PC: Has logrado muchas cosas como artista.
Exposiciones en los mejores lugares, crear
una pieza para el Festival Internacional Cervantino, que tu arte sea reconocido, ¿qué te
hace falta?
Camorlinga: Todos los días despierto de cero,
me falta todo, duermo muy tarde como buen
artista, dibujo todo el tiempo, pero aún no estoy satisfecho. Expuse en Zacatecas, en el Ex
Templo de San Agustín; poco a poco fueron
surgiendo los comentarios al estilo “David, ahí
sólo exponen los mejores”, “Hay otros recintos
para exponer en Zacatecas”, “¿Qué sientes de
haber logrado llegar hasta ahí?”. Fueron las palabras de Gustavo Salinas Íñiguez, las que me
concientizaron de mi responsabilidad como
artista, cuando dijo algo así como “Pongan
atención a lo que este joven artista está haciendo, dará mucho de qué hablar.”
PC: ¿Quién compra tus obras?
Camorlinga: Me he dado el gusto de escoger
a mis clientes, aunque hay muchos que también ya me escogen. Una vez hice una pieza
llamada “Live for dance” y gracias a ella me
han llamado de otras partes del mundo para
que les haga alguna escultura. Esa pieza estuvo basada en el trabajo de Maya Plisetskaya, gran artista reconocida por su baile como
el “Cisne Negro”; se entregaba de tal manera
que era impresionante, parecía que realmente
moría. Yo no sabía cómo la iba a realizar, iba
manejando y me lo cuestionaba. Todo el tiempo veía un vídeo de esa mujer. Cuando hice la
pieza, la mandé por mail para que la vieran y
la aprobaran. En el momento en que presenté
la pieza, estaba en un cuarto lleno de pinturas
de ballet, con mi pieza de treinta centímetros
de alto. Fue especial porque en una habitación
con treinta cuadros, mi pieza era la única.
PC: ¿Alguna vez te has quedado con una
pieza a medias?
Camorlinga: Sí, hay muchas. Tengo más de
300 piezas que he diseñado y concluido. Debo
tener otras trescientas sin concluir.
PC: Me dijiste que cuando piensas una pieza, haces un dibujo y lo conviertes en la obra
que habías pensado. ¿Alguna vez el dibujo ha
cobrado vida propia y ha terminado siendo
totalmente diferente a lo que habías pensado?
Camorlinga: No, casi siempre mis dibujos acaban siendo las piezas. Tal vez “El Nacimiento”,
porque la expresión de las piezas fue cambiando en el proceso; conforme uno va creciendo como artista van cambiando mucho las
cosas, hay veces que no tienes tanto tiempo de
crear libremente.
PC: ¿Cómo escoges lo que presentas?
Camorlinga: En este caso, en Metepec, quise
hacer el “Árbol de la Vida” y para él creé “Cedro” y “Olivo”, me tomó un mes y una semana,
porque me costó mucho trabajo tomar la decisión de hacerlo. Me decía: “yo no hago eso.”
Y luego, al llegar a una oficina, me encontré
con un Árbol de la Vida con unos ángeles que
medía como 1.80 y dije: “está bien Dios, lo voy
a hacer”.
Me inspiré en el barroco, pensando que si iba
a hacer algo tenía que ser así. Compré como
cuatro o cinco libros gigantes, y en eso me
tardé como una semana. Hice mis dibujos,
cómo debía verse, cómo debía sostenerse,
hacerlo en plastilina nos tomó dos semanas,
fundirlo otras dos semanas, realmente tuve
semana y media después de todo ese proceso para terminarlo.
PC: ¿Alguna vez te ha dado miedo hacer alguna pieza?
Camorlinga: Miedo no. Me emociona hacer
mis piezas, creo que a lo mejor, si habláramos
de miedo, me da miedo hacer cosas que no
tengan que ver con luz, tal vez hablar de furia
o de coraje. Tengo piezas o cosas que he dibujado que tal vez no tienen esa luz que quiero
proyectar, pero creo que no es aún el momento de mostrarlas.
PC: Y cuando se acaba el día, ya montaste la
exposición, ya se inauguró y es hora de ir a
descansar. ¿En qué piensas antes de cerrar
los ojos?
Camorlinga: En mi caso, nunca descanso.
Siempre estoy pensando en una pieza nueva, o algo así. Si estoy agotado, toco mi cama
y duermo plácidamente 4 o 5 horas. Termino una exposición, disfruto el momento en
el que estoy, analizo cómo fue, cómo habría
sido mejor.
PC: ¿Qué sigue para ti, después de esta exposición?
Camorlinga: Una exposición en la UNAM,
en mi facultad, con la intención de motivar a
los jóvenes,demostrarles a las nuevas generaciones que si haces algo que amas con todo
tu ser y tu mejor esfuerzo, debe llegar a ser
algo.
Guía Cultura Metepec
Juan Carlos Nonato
raíces que trascienden fronteras.
Por Paloma E. Cuevas R.
H
aber estado en el local 40 del
Centro de Exposición y Venta
Artesanal de Metepec y entrevistar al maestro Juan Carlos Nonato es un privilegio. El maestro Nonato es heredero de una tradición artesanal de
más de tres generaciones que han encontrado en el barro una forma honesta de sustento, además de poner en alto el nombre de
Metepec, del Estado de México y de nuestro
país alrededor del mundo, con un trabajo de
excelente calidad, que nos representa y demuestra que lo hecho en México, bien hecho
está.
La razón de esta entrevista fue la compra de
dos Árboles de la Vida monumentales por
parte de empresarios japoneses para exponer el arte mexicano en galerías del país
nipón.
Aquí lo que el Mtro. Nonato compartió con
Guía Cultura Metepec.
Paloma Cuevas (PC): ¿Cómo se siente que
su obra sea valorada en el extranjero, de llegar hasta Japón?
Nonato: Me siento contento y satisfecho por
haber cumplido bien, representando dignamente a los artesanos de Metepec y de nuestro México.
PC: ¿Cuánto tiempo lleva dedicándose a convertir en arte lo que sale de sus manos?
Nonato: Desde los 5 o 6 años que uno inicia
jugando con el barro, ahora tengo 40 años.
PC: Me dice que desde que inició jugando con
el barro. ¿Cómo es que uno empieza a jugar
con el barro?
Nonato: Su servidor inició de pequeño imitando a mis padres, cuando ellos hacían Árboles
de la Vida o pintaban. De manera ocasional
comencé jugando con el barro, luego haciendo una pieza jugando, después aprendemos
a hornear. Así convertimos nuestra amada arcilla en lo que a la gente le gusta: Árboles de
la Vida.
PC: Sus padres se dedican al mismo oficio,
¿cuántas generaciones de la familia Nonato
se han dedicado a la labor artesanal?
Nonato: Hasta ahora tres: mis abuelos, mis
padres, mis hermanos y yo. Después vendrán
mis hijos, que son 4.
PC: ¿De qué manera les transmite usted el
amor por el barro ahora que el reconocimiento es no sólo nacional, sino internacional?,
¿también los invita a jugar con el barro?
Nonato: Los dejamos jugar, pero con más
conciencia y responsabilidad. Les infundimos
el amor por la labor, de otro modo las cosas
no funcionan. Para las piezas que se fueron a
Japón los hicimos participes, ellos estuvieron
a cargo de algunas piezas, de pintar, o decorar.
PC: Vivimos en una cultura un poco machista. Usted tiene tres hijas y un hijo, ¿qué tan
valioso considera que las mujeres artesanas
también sobresalgan?
Nonato: El ojo de la mujer es muy importante, el toque femenino es siempre más delicado y detallado, creo que es un trabajo de
equipo. Siempre les digo a mis hijas que ellas
tienen el mismo derecho a sobresalir que los
hombres, en cualquier ámbito. Les inculco
que el límite son sus sueños.
PC: ¿Cómo se dio el acercamiento con los
empresarios japoneses, quién lo promovió o
presumió, cómo llegaron a usted?
Nonato: Los empresarios conocieron mi trabajo a través del “Jardín Lineal de Metepec”,
les gustó nuestro trabajo y nos contactaron.
Querían exponer una pieza única que gritara
México por todos lados, simplemente con el
hecho de verlo.
Ellos tienen un dicho: “¿Puedes o no puedes?”
Son muy estrictos y rigurosos en tiempo
Hemos logrado coincidir.
PC: Cuando era un niño jugando con el barro
¿se imaginó que llegaría hasta allá?
Nonato: Lo soñaba, lo deseaba, lo que más
quería en la vida era imitar a mis padres,
ser como ellos, porque para mí ellos son lo
mejor. Es mi manera de darles un tributo, un
homenaje para ellos y todos los artesanos de
Metepec.
PC: ¿Por qué se escogió el tema marino?
Nonato: No querían algo religioso, ya que su
cultura es muy distinta a la nuestra, y ellos
deseaban algo que representara a México,
pero también a Japón. Nuestro Árbol de la
Vida tradicional con la escena bíblica del génesis, para ellos el dador de vida es el mar, y
creen en los seres marinos mitológicos.
Hicimos la propuesta, generamos cuatro o
cinco bosquejos que les presentamos escogieron el que les agradó y de ahí surge la
creatividad para llevarlo a la realidad.
PC: ¿Qué tan difícil ha sido, en un mundo
globalizado en que todo lo internacional está
de moda, mantenerse fiel a las raíces y estar
orgulloso de ser mexicano?
Nonato: Yo, orgulloso de ser mexicano, siempre he estado. Es muy bonito gritar ¡Viva
México! en otro lugar y en otro idioma y quitar
el estereotipo de que los mexicanos no sabemos cumplir con fechas. Se siente muy bonito
saber que sí se puede. Hay un mundo entero
por descubrir. Hay que levantarse y planear
los días no para hoy, sino para el futuro, estar
preparados para vivir el futuro iniciando hoy.
PC: Nonato a nivel municipal, y estatal ya dice
mucho, ahora a nivel mundial tendrá eco, es
una responsabilidad grande, a través de ese
apellido sus hijos serán conocidos, y nuestro
estado y nuestro país. Y ahora, ¿Qué sigue
para usted?
Nonato: La responsabilidad es tan grande
como el orgullo que todos en la familia sentimos, para nosotros lo más difícil fue entrar
en el gusto de la gente, ahora procuraremos
mantenernos, sin dejar de hacer lo que hacemos todos los días, trabajando mucho.
Ahora nuestro Árbol de la Vida se vende
solo, pero en la época de mis padres hubo
que picar piedra y tocar muchas puertas.
Guía Cultura Metepec
PC: ¿Todavía no se la cree?
Nonato: Sí nos la creemos, pero no se puede
parar ni un solo día. Con humildad y con los
pies en la tierra. La grandeza se mide a través
de la manera en que se conducen las personas, y creo que la humildad del hombre es lo
que nos engrandece.
PC: ¿El trabajo artesanal da para vivir?
Nonato: Trabajando duro da para vivir de
una forma decorosa, tal vez no con lujos
pero mi trabajo me ha llevado a conocer el
mundo y a disfrutar de él.
PC: Si hoy le dieran la oportunidad de regresar el tiempo y de escoger nuevamente lo
que haría ¿volvería a escoger lo mismo?
Nonato: Volvería a escogerlo una y mil veces.
A mí no me obligaron a ser artesano; soy artesano de corazón, lo vivo y lo siento.
PC: ¿Qué les dice a las nuevas generaciones,
a los que vienen detrás y que tal vez querrán
imitarlo?
Nonato: Les digo lo mismo que les digo a
mis hijos todos los días, lo que hagan háganlo
bien, esa será la semilla de su éxito o de su
derrota. Sigan sus sueños, crean en sí mismos,
recuerden siempre ser agradecidos, amen lo
que hagan y de esa manera disfrutarán todos
los días.
Guía Cultura Metepec
Dostoyevski
Por Pável Granados
“¿Has terminado de leer este periodo de
la obra de Dostoyevski, el primer tomo de
sus obras completas?, ¿y pasarás la página de la vida así como así?, ¿sin dedicarle aunque sea unas palabras a la sencillez
perdida?” ¿Agregar mi nada a los mares
de comentaristas?, me respondí. Está
bien, lo haré porque antes no sabía las
cosas que sólo en estas páginas se aprenden. Por ejemplo, que la bondad es sólo
una de las formas de la ignorancia. Que
amar consiste en dejarse destruir por el
objeto de la pasión. Antes tenía una idea
más bien reducida del ser humano. Es fácil, por eso, saber quién no ha recibido la
dura lección de estas novelas. Ni siquiera
el sufrimiento ni las experiencias amargas
de la vida dan estas lecciones. Porque un
espíritu mediocre no crece con el dolor ni
con la experiencia. ¡Por el contrario!, la experiencia tiene como fin enseñar que todo
es igual, que todo, hasta el dolor y la felicidad, se repite sin sentido. Más bien, el ser
humano, ante la desgracia, prefiere contenerse, aferrarse a los límites conocidos
de su espíritu. Cuánta seguridad hay en la
idea de que el bien y el mal están separados por un firme muro, pero al concebir un
espíritu más amplio, al arriesgarse a ir más
allá, se ve que esas fronteras son más bien
pequeñas y engañosas, puntos de referencia que se pierden totalmente al pisar lo
desconocido. Una vez que se derrumban
esos muros más bien molestos e inútiles
para conocer el corazón del hombre, queda al descubierto una forma de ser que se
desborda. Los personajes de Dostoyevski se
arriesgan a conocer el extremo de la existencia. La gente normal se espanta y los llaman
locos. Pero, ¿no es acaso una forma de defender el pequeño terreno de la seguridad
y la ignorancia ante la vida? Sólo en estas
novelas son posibles las escenas en donde
el odio, la ironía y el amor forman un solo
sentimiento indistinguible. Esos momentos
en donde ignoramos si el personaje siente
amor o una obsesión de matar. En un sólo
individuo cabe todo el registro de emociones del ser humano. Es algo que olvidamos
generalmente, porque a lo largo de la vida no
estamos dispuestos a alejarnos de una idea
conocida que tenemos de nosotros mismos.
No estamos dispuestos a desconocernos,
ni aunque esa sea la forma más segura del
autoconocimiento. Pensemos, por ejemplo,
en la pregunta que se hacen con frecuencia
los personajes de Humillados y ofendidos:
¿la felicidad consiste en lograrla para uno
mismo o para el ser al que amamos? Porque
es muy probable que para hacer feliz al ser
que amamos, tengamos que renunciar a él.
Con toda seguridad, tenemos que entregarlo a otra persona. Entonces, mejor retrasar
ese momento. Mientras tanto, preferimos
sufrir sabiendo que tarde o temprano que
sacrificarnos por la felicidad del otro, que en el
fondo es la nuestra. Por eso, de manera
contraria a la novela de folletín, no esperamos lo que va a pasar, sino que queremos
saber cuánto tiempo más esperarán estos
personajes antes de quebrarse interiormente. Prefieren compartir el sufrimiento
mientras tanto, mientras la felicidad se decide a llegar o a marcharse definitivamente.
Así, hasta que el sufrimiento destroce al
personaje más débil. De todas las escenas
de estas novelas, me ha quedado revoloteando una, la final de Humillados y ofendidos. Se ve ahí que el dolor no ha consistido en pasar por todos los sufrimientos, sino
en darse cuenta, al final, que el amor y la
felicidad eran posibles. Los enamorados
condenados a separarse para siempre se
miran y se dicen sin hablarse: “Hubiéramos
podido vivir siempre felices juntos”. Ignoro
el efecto de estas palabras en ruso, pero
en español son devastadoras. Cuando veo
otras ediciones de esta novela, inmediatamente reviso cómo están traducidas, y veo
que ninguna versión tiene la fuerza que le
dio Rafael Cansinos Assens, el encargado
de esta edición. Es decir, el autor argentino
que no sólo tradujo todo Dostoyevski del
ruso, sino Las mil y una noches del árabe y
todo Balzac del francés. Decía que todo el
espectro del ser humano está presente en
estas páginas. Así que no sólo está la tragedia sino la farsa –aunque debo decir que
muchas veces se muestran indisolubles. Y
uno de los momentos más divertidos y fascinantes del autor se encuentra en la novela La mujer ajena y el hombre debajo de
la cama. ¡Pocas páginas tan divertidas! Un
hombre cegado por los celos vuelve a casa,
convencido de que encontrará a su esposa
en brazos de su amante, pero la furia hace
que se equivoque de departamento, en
donde sólo encuentra a su vecina, espantada. En ese momento, entra su esposo. Y él
tiene que esconderse debajo de la cama, en
donde se encuentra también escondido el
amante de la vecina. Sin embargo, aquí se
tuerce el rostro del traductor. Esta novela le
parece inmoral, y nos advierte: sólo porque
son obras completas está aquí incluida. Pero
reconviene al autor: se lo pasamos por esta
vez, pero a condición de que vuelva pronto
a sus temas atormentados. Lo que significa
que los autores deben de cumplir con sus
deberes ante la crítica literaria.
Fiodor M. Dostoyevski. Obras completas, Tomo I (1844-1865), traducción
directa del ruso por Rafael Cansinos Assens, 5ª ed. Madrid, Aguilar, 1953.
Guía Cultura Metepec
Museo
del
Barro
S
ituado en el Barrio de Santiaguito, este recinto fue creado con el
objetivo de exhibir las piezas ganadoras del Concurso Nacional
de Alfarería de Metepec. Cuenta con tres
niveles con fines específicos. En la planta
baja, podemos encontrar la sala de exposiciones temporales, en donde colecciones escultóricas, fotográficas, pictóricas, arte objeto
y otras expresiones plásticas cambian periódicamente. Tal dinámica hace que el Museo
del Barro sea un espacio que se reinventa
constantemente y le permite al público tener
un acercamiento diferente en cada visita.
Por Daniel Corona
Entre los atractivos que ofrece este espacio
está la cazuela de barro más grande del mundo, elaborada por artesanos de Metepec, la
cual obtuvo el Record Guiness en el año 2014.
También, se encuentra el árbol de la vida de
tres caras que describe los tres aspectos más
representativos del municipio y del país.
En el primer piso, se encuentra la colección
permanente, conformada por las piezas ganadoras del Concurso Nacional de Alfarería
de Metepec.
El museo cuenta con una muestra arqueológica conformada por hallazgos de manifestaciones artesanales teotihuacanas, matlazincas
y mexicas, todos realizados en el Cerro de los
Magueyes. Entre las piezas que se pueden
encontrar en esta colección hay carretas en
honor a las festividades de la agricultura, figuras religiosas, cazuelas, vajillas, jarrones y jarritos pulqueros.
Los emblemáticos árboles de la vida creados
con distintas técnicas y medidas son parte de
la colección. Destacan también piezas provenientes de los estados de Jalisco, Veracruz,
Puebla, Michoacán y Guerrero.
Como parte de sus actividades de fomento
artístico, ofrece talleres de artes plásticas y
modelado en barro. Además de ser anfitrión
de diversas exposiciones, el museo es sede
de una de las Escuelas de Iniciación Artística
Asociadas del Instituto Nacional de Bellas Artes.
Guía Cultura Metepec
Fernando
Oscar Martín
Artista visual especializado fotoperiodismo y antropología visual que ha realizado más
de cincuenta exposiciones individuales y colectivas en México y otros países. Obtuvo,
entre otros, el Primer Lugar en el Concurso Nacional de Fotografía Antropológica e
Histórica de la ENAH, Visiones actuales de la Independencia y la Revolución, durante
el año del Bicentenario y Centenario de las mismas. Obtuvo el Primer Lugar en el
Concurso Latinoamericano FOCO OAXACA, en el Concurso Nacional de la Alianza
Francesa, el Segundo Lugar en el Premio Festival Internacional de Documentales Santiago Álvarez, de Santiago de Cuba. Fue finalista de la Beca EFTI Roberto Villagraz de
Madrid, España, obtuvo Mención Honorífica en el Certamen PCI (Patrimonio Cultural
Inmaterial) de Latinoamérica, en Perú, y el Tercer Lugar Concurso Internacional Sony
(WPO). Obtuvo la beca FOCAEM 2012 para Jóvenes Creadores, y la misma Beca para
Creadores en 2013 y 2014. Recibió la Presea Metepec 2015 en Periodismo y/o Información.
Guía Cultura Metepec
Guía Cultura Metepec
FRUTOS DE
AIRE COLORIDO
Por Aureliano Carvajal
Fue domingo el día en que te llevé al parque
(aquella mañana)
cuando ese parque se hizo globo ante tus ojos.
Frente al vendedor, Miausaurio dijo
que esos globos eran peces
(o pájaros globificados)
queriendo desatar sus colas.
Con el hilo de su globo bien ceñido
(una o dos tres veces)
se revolvió Miausaurio sobre sí misma
buscándose
(a tu gusto)
su novena pata
o quinta cola.
Cuando ese parque se hizo globo ante tus ojos preguntaste:
Si por esta nuestra boca
(aaaaaaaaaaah)
también aire soplamos
(aaaaaaaaaaah)
qué listón he de cortar
(uuuuuuuuuh)
para ser globo liberado.
(uuuuuuuuuuuuuuuuuuh)
Interesada por descubrir el curso elevativo
Miausaurio cuestionó a
cosas
y más cosas
sin saber qué las detenía
Y en el parque todos somos globos
(despajarificados)
y yo termino por buscar el hilo que en secreto me ha evitado las alturas.
Por pura ciencia Miausaurio liberó su globo
por error el vendedor sus peces:
y aquello era el vitral, que al partirse,
revienta con sus coros
el caleidoscopio del sonido.
Contradicha lluvia,
(uuuuuuuuuh)
escalera de peces,
(uuuuuuuh)
frutos de aire colorido y
(allá va)
(aaaaaaaaah)
Miausaurio huyéndose del parque
(y tú detrás.)
(aaaaaaaaaaaaaaaaaaaah)
Cuando en ese parque fuimos globos por tus ojos:
sorprendidas volaron contigo
cosas y más cosas.
Aquello era un espumoso viaje,
todos los colores se vieron desde el cielo y Miausaurio.
(¿y Miausaurio?)
¿A dónde fuiste Miausaurio?
¿Te habrán llevado los globos?
¿Acaso ya volando
rodeada de cosas que son pájaros que son cosas?
¿Seguirás dormida?
Guía Cultura Metepec
MARIPOSA
DE
ALAS ATERIDAS
Por Óscar Wong
Para Elizabeth Sofía
A Lizbeth e Irazú
Mi padre tiene la mirada ocre del becerro,
duerme con la frágil majestuosidad de los ancianos.
Dulce y tibio todavía mi hermana lo acaricia,
petirrojo que despunta en el cascarón de la muerte.
Mi padre es el hijo varón que nunca tuvo mi hermana.
El agobio mancilla el vientre de mi madre.
Mota de polvo, brizna seca arrumbada en un rincón del sanatorio:
mi madre.
La acuno en mis brazos, pero yo soy la gubia del azoro
tallando un ojo enorme.
Mi hermano simula ser el río donde todos flotamos.
Mi hermana mayor:
la savia del rencor cayendo de la rama tronchada de su viudez
(desde la vacuidad, augusto territorio de Dios,
mi mujer asoma).
Quema el silencio.
Fuera, como mujer histérica, la tormenta grita obscenidades.
A esta hora mis hijos duermen con la profundidad de la niñez.
A lo lejos, en el parque de San Sebastián,
un girasol se resguarda bajo el alero húmedo del helecho.
La añoranza, perversa mariposa de alas ateridas.
Balún Canán, Chiapas, octubre de 1988
Óscar Wong
(Del libro Espejo a la deriva, Edit. Praxis, Méx., 1996)
POR SI ME
QUIEBRO
Por Juan José Hamilton Chan
Busca un leopardo, mi amor,
olfateándote los hombros.
Busca el verso mío, mi amor,
el que más arda
a las orillas del verde jade.
Búscame y búscate,
allá en la lumbre,
quieta ante el fogón de tu pecho
y abrázame al carbón hirviente.
Ánclame a tus entrañas, como a una piedra,
como un venado sin escapatoria;
con la pata rota
y el corazón a travesado
en sangre tibia.
Sujétame, dulce y firmemente
pues soy como un cristal entre tus manos.
Ámame y dispón de mí,
como si fuese una floja madera
y guárdame un pedazo de mí
por si me quiebro.
Andrés Hernández
Guía Cultura Metepec
SOÑARÁN
LOS GORRIONES
Por Antonio Carrillo Cerda
-Amor, despierta.
d
espertar así es como seguir
soñando. Aún no he abierto
los ojos, puedo sentir el peso
de su cuerpo sobre la cama,
siempre se sienta junto a mí antes de despertarme.Dos,tresvecespasasumanoamableentre
mis cabellos desaliñados. Despacio, muy despacio viene a mí la luz, al principio marrón, luego
amarilla. Aún con los párpados caídos, comienzo
a sonreír. Su voz, una palabra, el ritmo programado de sus ser, vuelvo al mundo. Allá, del otro lado
del pensamiento, crujen los pliegues del hombre
y de la mujer; allá estamos todos nosotros, exploramos el abismo insondable del globo ocular.
Luces artificiales, erupciones de azufre y sangre.
El sueño humano, antes eventual, se ha vuelto
permanente; sabe que debe alertarme, esa es su
misión. La pesadilla, antes fortuita, se ha vuelto
constante; para eso está aquí, debe salvarme. Me
toma con dulzura los hombros cuando estoy con
la cara hundida en la almohada, me sacude sin
fuerza para no lastimarme, siento las yemas de
sus dedos caminando por mi espalda, ¿a dónde
van, manos, a dónde? El sentido del tacto es fino
por las mañanas; puedo sentir el calor heterogéneo que irradia su cuerpo, las fibras del cobertor,
el aire tibio en la primera capa de oxígeno que rodea mi cabeza, la frialdad de la habitación; puedo
sentir el marco de la ventana, el vapor frío atrapado en los cristales, puedo sentir la vibración de la
garganta de un gorrión madrugador que le está
cantando a la vida.
¿Acaso soñarán los gorriones? Creo que sí, un
buen sueño. Me resisto a mirar. Puedo escuchar
los engranes de su cuello y el líquido a presión
que dibuja una sonrisa en su rostro, el más hermoso. Hoy es uno de esos días, entra en la cama,
de acuerdo al plan; sus dedos medrosos pero
ágiles buscan calor, acarician mi cuerpo, lo
despiertan y sonrío ampliamente. Calor, humedad, olor a óxido, he despertado. Nos miramos
fijamente; uno, dos, tres… Tarea completa. Está
de pie junto a la ventana, se alimenta del sol.
Tallo el contorno de mis ojos, sujeto mis sienes un
momento, respiro profundo. Creo que durante la
noche he soñado, pero no puedo recordarlo.
Andrés Hernández
Nuestra Tierra
Por Raúl A. Mejía Jiménez
M
uchas cosas han cambiado,
sin embrago, el paso del tiempo no marchita. Aún los magueyes de un cerro, que guarda en silencio el acontecer de un pueblo
siempre sobresaliente y con una identidad,
conjugan la tradición y la modernidad.
Cuando recorremos las calles de los barrios,
las comunidades y las zonas comerciales,
muchos de los jóvenes que nacimos y crecimos en esta tierra de barro nos sentimos
parte de un entorno que se niega a desaparecer, y aunque para muchos el vivir en
Metepec se ha vuelto un status o una moda,
para algunos el haber crecido en estas calles
adoquinadas de historia y tradición es un
sentimiento de orgullo y de compromiso.
Ser metepequense y ser joven implica diversos compromisos, no sólo es saber lo
que etimológicamente significa el nombre
de nuestro municipio, ni acudir a las celebraciones sincréticas y místicas de San Isidro o
Semana Santa, o bien, disfrutar de Festival
Quimera, sino es entender el porqué de lo
anterior.
Hoy más que nunca la juventud debe de
amar y comprender la razón de ser de este
municipio, que desde las épocas prehispánica y colonial escribiría su propia historia, incluso por capítulos; la historia de la
tradición artesanal, la de la cultura y el arte,
la de la religión y la de la solidaridad, la de su
gente sencilla y amable.
A raíz del nombramiento como Pueblo Mágico, muchos jóvenes y niños escudriñaron,
en las historias de sus abuelos, en los libros
o en los amigos, la importancia de este suceso, fue ahí donde descubrirían que una sola
palabra, cuyo significado es “en el cerro de
los magueyes”, implicase tanto y entonces
la magia surgió. Modernas construcciones
adornadas con artesanías, fachadas pintadas con los colores del árbol de la vida,
templos e iglesias guardando un pasado
de fe y devoción, ricas nieves o espirituosas bebidas, bares y restaurantes donde los
amigos conversan alegremente, parques
donde se puede caminar, talleres artesanales que crean y dan vida a diversas formas,
festivales que, además de ser culturales, recuerdan las veces que Metepec fue sede de
poder estatal o bien, de los rituales en torno
al Mictlán.
La identidad metepequense debe de ir
más allá de las fachadas pintadas o de las
artesanías, incluso de los festivales y eventos culturales. La identidad de un pueblo se
crea con el quehacer cotidiano, en la forma
de ser de nosotros que, siempre amables y
atentos, abrimos nuestros brazos para recibir al turista, al nuevo vecino, al amigo, y
es que los abrimos de la misma forma en
la que el maguey germinado en tierra de
barro también abre sus brazos al cielo. Es
deber de la juventud mantener viva la identidad que nos representa, incluso a nivel internacional, y eso se logra con acciones, no
sólo con palabras, que impulsen y guíen la
construcción de un mejor lugar.
Los jóvenes que conocen su entorno y que
participan en su preservación se involucran
en actividades culturales y aquí no importa
si son pequeñas o grandes pues están sem-
Guía Cultura Metepec
brando un motor de cambio social y, si reciben el apoyo adecuado y la motivación
suficiente, cosecharán una sociedad sana.
La identidad cultural de nuestro municipio es
tan grande que muchas veces el sentimiento generado es inexplicable, la más grande
variedad de arte, de expresiones aquí se
puede encontrar.
Los elementos patrimoniales nos ayudan a
diferenciarnos de otros, la gran pléyade de
metepequenses sobresalientes no puede
nombrarse en unas cuantas líneas; su factor
común, además del lugar de origen o adopción, fue el empezar a escribir su historia en
la etapa de juventud, cuando nada parece
imposible, cuando con orgullo, honor y gratitud decían a los cuatro vientos: ¡Soy de Metepec!
Ellos en su tiempo, cuando entendieron lo que
existía y lo que existiría para el futuro metepequense, lo defendieron y ahora nosotros,
que lo disfrutamos, sigamos construyendo
y cuidando de este Metepec, que hoy nos
necesita comprometidos y dispuestos a hacer
de nuestra casa un entorno mejor, en el que
nuestros hijos puedan disfrutar de un ambiente en donde la tradición y la modernidad
son la bandera de la evolución, que no destruye
sino contribuye.
Raúl Cisneros
Raúl Cisneros
ENTRETANTO
Por Alberto Chimal
Entretanto, el Viajero del Tiempo se desplaza a fantásticas velocidades por
la corriente de los siglos. (Esto es verdadero siempre.)
Entretanto, el Viajero del Tiempo pone en reversa su máquina. Avanzan río
abajo los salmones. Alejo Carpentier desescribe hacia adelante.
Entretanto, Gabriel García Márquez dice al Viajero del Tiempo que no exagere en sus historias pues la realidad siempre supera a la ficción.
Entretanto, el editor advierte al Viajero del Tiempo que los textos breves no
interesan a nadie y lo que vende es la novela gorda.
Entretanto, el Viajero del Tiempo se detiene en una noche de Edgar Allan
Poe a preguntarle si el caballero con el que habla es realmente una momia
egipcia.
Entretanto, el Viajero del Tiempo cuenta al Golem de Praga la leyenda de
Franz Kafka y Max Brod, vecinos de la ciudad, guardadores de misterios.
Entretanto, el Viajero del Tiempo lleva a Pancho Villa a ver películas de los
siglos 21 y 22 sobre Pancho Villa. Al salir lo ve satisfecho.
Entretanto, el Viajero del Tiempo conversa con Jane Austen y reconoce que sí,
de siglo en siglo la bondad llega a ser recompensada.
Entretanto, el Viajero del Tiempo oye al paciente que delira en su camisa de
fuerza: está contándole su propia historia, viaje por viaje.
Entretanto, el Viajero del Tiempo escucha cantar al rey David: la canción es
sobre muchas noches y recuerda muchas muertes pequeñas.
Entretanto, el Viajero del Tiempo huye de la explosión, que lo derriba y lo
aturde: de pronto ha olvidado si está en Tunguska, Sodoma o qué.
Entretanto, el Viajero del Tiempo escucha música que no sólo no se ha subido ilegalmente a internet sino que no se ha compuesto. Aún.
Entretanto, el Viajero del Tiempo deja el siglo cuya iglesia más antigua venera
a un Pequeño Pony (la Capilla Sixtina es púrpura brillante).
Entretanto, el Viajero del Tiempo escucha, de lejos, cómo discuten y pelean
los jóvenes escritores de Pompeya. Hablan de pasión, de historia y de fuego.
Guía Cultura Metepec
Entretanto, el Viajero del Tiempo mira un incendio de Roma desde lejos. No
se ve a ningún emperador. Pero se oyen los gritos.
Entretanto, el Viajero del Tiempo visita el Año de la Canica.
—En el siglo XX hablaban de ustedes y luego ya no.
—¿El siglo XX no es uno del pasado remoto?
Entretanto, el Viajero del Tiempo lleva a Robert Smith a conocer a Lovecraft,
quien de inmediato decide usarlo como personaje en un cuento. No dice
cuál.
Entretanto, el Viajero del Tiempo me cuenta de los siglos en que la literatura más popular no es ficción, ni no ficción, sino todo lo contrario.
Entretanto, el Viajero del Tiempo dice a Nikos Kazantzakis:
—Realmente creo que debería llevar al menos una libreta. No sólo habla
mucho. ¡Habla arameo!
Entretanto, en otro lugar de Jerusalén, el Viajero del Tiempo oye que el
hombre le contesta:
—¿Última cena de qué? ¿De quién? ¿No le dieron una dirección?
Entretanto, el Viajero del Tiempo visita el siglo donde cada identidad de
David Bowie preside una iglesia distinta, en guerra con las otras.
Entretanto, el Viajero del Tiempo se relaja: este no puede ser el asesino en
serie del que le hablaron. ¡Si trabaja de payaso en fiestas!
Entretanto, el Viajero del Tiempo señala a la anciana Anaïs Nin, digna y
perfecta, enteramente vestida.
—Sí tiene un aura —comenta Marilyn.
Entretanto, el Viajero del Tiempo ve a Harold Bloom huir a la carrera,
gritando.
—Pensé —se asombra— que si lo invitaba a conocer a Shakespeare le
daría gusto.
Entretanto, el Viajero del Tiempo visita al Gran Cacique en su caverna y
lo oye decir:
—No va a durar eso de la “escritura”. Sigo convencido.
Entretanto, el gato del Viajero del Tiempo se deja ver, pardinegro, en otra
noche –una desesperada– de Edgar Allan Poe.
— Miau — saluda, como si tal cosa, entre la lluvia y el viento.
Entretanto, el Viajero del Tiempo piensa en los otros sitios y tiempos que
ocupa ahora mismo, mañana, siempre. Qué fatiga y qué vértigo.
Clarisa
Por Enrique Á. González Cuevas.
Ivette entró a su casa, fue a la cocina y, al abrir la
puerta del refrigerador, se dijo lo que no había
logrado definir esa misma mañana: Clarisa ama
a Germán. Y aunque eran ciertas, el peso de
estas palabras le pareció demasiado, tan de
telenovela que no podía tratarse del mismo
hombre con el que le resultaba difícil compartir
el baño, no su Germán.
Cogió un bote de yogurt y se sentó en la
sala. Todo a su alrededor era tal como debía,
tan perfectamente colocado, con ella en el
sillón y el yogurt en su boca, que resultaba
ridículo pensar que en ese orden tan preciso
y acogedor Germán fuera amado por Clarisa.
Sin embargo, la idea de que pronto sería la
hora de comer le imponía una decisión: o se
levantaba a preparar la comida y continuaba
en el normal acontecer de su vida; o bien, se
soltaba a llorar. Esperó unos momentos y fue
a preparar la comida.
De pequeña, Ivette pasaba las noches imaginando que su madre moría en un accidente al
regresar del trabajo, que su padre no era su
padre, o que ella quedaba atrapada en el
viejo elevador del edificio durante un terremoto. Entonces lloraba por horas, olvidando
que aquello sólo lo imaginaba, hasta que se
quedaba dormida. Esta costumbre no cambió con los años, pues a pesar de que sus
padres aún vivían y ella se había mudado
con Germán a una ciudad en donde no temblaba. Por las noches seguía construyendo
desgracias bajo la inconfesada creencia de
que cuanto imaginaba la ponía a salvo de
que algo malo pasara en realidad.
Sin embargo, cuando abrió los ojos esa misma mañana, Ivette encontró a Clarisa parada
al pie de la cama. Sus miradas no se toparon.
Clarisa observaba amorosa el rostro dormido de Germán sin prestar ninguna atención
a Ivette. La escena duró apenas unos instantes. Clarisa no tardó en salir de la habitación
y unos segundos después se escuchó cómo
cerraba tras de sí la puerta del departamento. Ivette reconoció de inmediato a Clarisa a
pesar de que nunca antes la había visto. Le
bastaban las descripciones que de ella había
escuchado tantas veces en los noticieros. No
obstante, en ese momento se negó a pensar
en el motivo de la visita y se volvió a dormir.
Antes de preparar la comida, Ivette había
tenido que salir a comprar algunas cosas.
En el camino se topó con una vecina que
también iba al mercado y que se la pasó
hablando del miedo que tenía de Clarisa.
Había escuchado esa mañana de tres nuevos matrimonios destruidos porque, quién
sabe cómo o cuándo, Clarisa se enamoraba
de los hombres y se los llevaba. Así de sencillo. Simplemente, un día, ellos y sus cosas
no estaban. Las esposas no volvían a verlos
jamás, aunque existían quienes aseguraban
haberse cruzado con alguno de los desaparecidos, éstos les decían que se habían ido
de forma voluntaria y que se encontraban
muy bien. La voracidad de Clarisa había crecido tanto que incluso se temía que fuera
bisexual, pues comenzaban a desaparecer
algunas mujeres también.
Guía Cultura Metepec
Ivette se separó de su vecina en cuanto pudo
y regresó a su casa.
Llegó la hora de que Germán volviera del trabajo. La comida estaba servida en la mesa
y su calor se extendía por el pequeño departamento. Sin nada más qué hacer, Ivette
comenzó a inquietarse. Se levantó de golpe
y cogió el teléfono. En el trabajo de Germán
le dijeron que éste había salido a la misma
hora de todos los días y una grabación le
anunció que su celular estaba fuera del área
de servicio. Intentó calmarse pensando que
quizá el metro iba muy lento otra vez, pero
que su esposo ya estaba en camino. Esperaría un par de minutos y volvería a intentar.
El olor de la comida ya no le pareció agradable,
pues no podía encontrar en el departamento
el aroma de la loción que Germán había dejado esa misma mañana. Fue a la récamara a
buscar su ropa. No la encontró. Ni siquiera la
ropa sucia que él siempre dejaba en el baño.
Agitada, volvió a la sala y llamó de nuevo. El
número continuaba fuera del área de servicio.
Ivette se soltó a llorar. Su cabeza se encontraba tan saturada con la idea de que había perdido a Germán que tardó varios minutos en
notar la presencia de un joven muy atractivo
que, sentado a la mesa, la estaba observando.
Era la primera vez que se encontraban pero,
en los ojos de él, se veía que la amaba.
Jimena Martínez
Colaboradores
Cristian Reynoso
Raúl Cisneros
Es historiador. Se ha desempeñado como investigador y docente, actualmente es el Cronista Oficial de Metepec.
Productor Audiovisual y Fotógrafo, especializado en Periodismo por la Universidad
Andrés Bello de Santiago de Chile. Ha cubierto el Festival del Centro Histórico de Toluca y
Quimera Metepec para diversos medios de
comunicación.
Paloma Cuevas R.
Filósofa, lingüísta, periodista, investigadora
y escritora.Colabora con quince medios estatales, nacionales e internacionales. Docente
durante 22 años. Promueve y gestiona cultura.
Raúl Alejandro Mejía Jiménez
Es Secretario General del Círculo cultural La
Muerte de Abadon, Secretario de Eventos
Institucionales del Foro Nacional de Oradores y responsable logístico de la Barra de
Abogados del Municipio de Metepec.
Antonio Carrillo
Es licenciado en Letras Latinoamericanas. Ha
publicado una decena de textos literarios. Ha
participado en análisis de textos literarios, estudios sociales, artísticos y en temas de equidad e igualdad de género.
Juan José Hamilton Chan
Alberto Chimal
Es autor de la novela Los esclavos, los libros
de cuento El Viajero del Tiempo, La ciudad
imaginada, entre otros. Es conocido también por su trabajo de creación y difusión de
la narrativa de imaginación fantástica, y se le
considera una figura importante de la escritura por medios digitales en México
Pável Granados
Es ensayista. Fue becario del Centro Mexicano de Escritores. Entre sus libros están: Mi
novia, la tristeza, biografía de Agustín Lara
(con Guadalupe Loaeza) y El ocaso del Porfiriato. Antología histórica de la poesía en
México (1901-1910).
Andrés Enrique Hernández Morales
Es licenciado en humanidades con especialidad en historia y literatura. Ha publicado
en Difracciones y Cartapacio de la Universidad de Quintana Roo, dirigida por el doctor
Javier España Novelo.
Tiene la especialidad en gráfica. Imparte
clases en la Escuela de Iniciación Artística
de Metepec y los talleres de artes plásticas
y serigrafía en las Casas de Cultura. Su trabajo combina el dibujo con los procedimientos
gráficos.
Aureliano Carvajal
Enrique Ángel González Cuevas.
Su trabajo ha sido publicado en diversas revistas nacionales. Antologado en la colección
Doscientos años de poesía mexicana del Gobierno de Tlaxcala. Recientemente obtuvo la
beca Interfaz ISSSTE-Cultura.
(D.F. 1986) Maestro en Filosofía por la
UNAM. Premio Nacional de Cuento Corto “Agustín Monsreal” 2015 por su libro
Metafísica de las costumbres (Fá Editorial
2016).Editorial 2016).
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