N° 95

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1
Acuerdo N°
5
95
En la ciudad de Rosario, a los
días del mes de
Abril
de dos mil once,
se reunieron en acuerdo los señores miembros de la
Sala
Primera
de
la
Cámara
de
Apelación
Civil
y
Comercial de Rosario, doctores María Mercedes Serra,
Ricardo A. Silvestri y Ariel C. Ariza, para dictar
sentencia en los autos “SALVADORI, Emilio José contra
MORICHETTI, Miguel Luis sobre División de condominio
Rendición de cuentas” (Expte. N° 156/2010) venidos del
Juzgado de Primera Instancia de Distrito en lo Civil y
Comercial
de
la
14ª
Nominación
de
Rosario,
para
resolver los recursos de apelación y conjunta nulidad
interpuestos por la demandada a foja 205 contra el
fallo número 492 del 15 de marzo de 2010.
Realizado
el
estudio
de
la
causa,
se
resolvió
plantear las siguientes cuestiones:
Primera: ¿Es nula la sentencia impugnada?
Segunda: En su caso, ¿es ella justa?
Tercera: ¿Qué resolución corresponde dictar?
Sobre la primera cuestión la señora vocal doctora
Serra, dijo:
El recurso de nulidad interpuesto conjuntamente
con el de apelación a foja 205, no ha sido mantenido
en esta sede. A todo evento, las críticas del memorial
refieren a vicios in iundicando y no in procendedo,
2
que
pueden
ser
respondidas
en
el
tratamiento
del
recurso de apelación. Por ello y no advirtiendo vicios
en el procedimiento que justifiquen un pronunciamiento
de oficio, corresponde desestimarlo.
Voto por la negativa.
Sobre la primera cuestión el señor vocal doctor
Silvestri, a quien le correspondió votar en segundo
lugar dijo: Que coincide con los fundamentos expuestos
por la señora vocal doctora Serra, y vota en el mismo
sentido.
Concedida la palabra al señor vocal doctor Ariza,
a quien le correspondió votar en tercer término, y a
esta cuestión dijo: Que habiendo tomado conocimiento
de los autos y advertir la existencia de dos votos
totalmente
caso
de
concordantes,
lo
dispuesto
invoca
por
el
la
aplicabilidad
art.26,
ley
al
10.160,
absteniéndose de emitir opinión.
Sobre la segunda cuestión la señora vocal doctora
Serra, dijo:
1.
Antecedentes.
La
parte
actora
Emilio
José
Salvadori
promovió
demanda de rendición de cuentas y división de cosa
común contra Miguel Luis Morichetti a fin de que se
rindan cuentas respecto de la explotación comercial de
la
máquina
retroexcavadora
que
individualizó
y
la
3
división
del
condominio
sobre
aquella,
mediante
la
venta de la cosa común (fs.9/11).
Relató
que
en
fecha
21.12.1998
ambas
partes
adquirieron en condominio, en el cincuenta por ciento
cada
una
el
bien
en
cuestión,
suscribiendo
el
respectivo boleto de compraventa con el vendedor José
Humberto
Paci;
que
fue
explotado
comercialmente
por el demandado sin que hubiera rendido cuentas al
demandante ni entregado los resultados provenientes de
la
explotación
(desde
la
fecha
de
la
compra),
no
obstante las intimaciones extrajudiciales cursadas en
tal sentido; que ello determinó la promoción de la
demanda a fin de que rinda cuentas de todo lo actuado
con
la
máquina,
comprendiendo
los
montos
desde
su
compra y hasta la fecha de la rendición; conjuntamente
planteó la división de la cosa común.
En el responde (fs.80/96), el demandado se opuso
al progreso de la demanda negando la existencia del
condominio por haber abonado la totalidad del precio
sin que el actor efectuara el reintegro del cincuenta
por ciento a su cargo; que a partir de los tres meses
de
la
compra
otorgado
parte
al
—plazo
demandante
indivisa—
exclusivo
del
que
se
bien
infructuosamente
para
comportó
cuya
que
como
división
le
dueño
le
habría
abone
único
pretendía;
su
y
que
4
existió
la
intervención
del
título
a
su
favor
de
condómino (conforme surgía del boleto de compraventa
de foja 3) a dueño exclusivo del bien adquirido; opuso
como defensa al progreso de la división de condominio
la prescripción adquisitiva de la parte indivisa de la
cosa mueble en cuestión que nominativamente surgía del
contrato como propiedad del actor, por haber realizado
el demandado actos posesorios sobre la misma, de buena
fe y haberse comportado como dueño a partir del plazo
anteriormente mencionado.
2.
El fallo de primera instancia.
Mediante sentencia número 492 del 15.03.2010 se
rechazó la defensa de prescripción y se estableció la
procedencia de la demanda, declarando la obligación de
rendir cuentas al actor bajo apercibimiento de tener
por exactas las que presente el demandante y se ordenó
la división del condominio de la máquina en cuestión,
con costas al vencido (fs.195/203).
Para
así
decidirlo,
tuvo
en
cuenta
que
del
boleto de compraventa agregado al expediente (fs.3) y
reconocido por ambas partes, surgía la compra de la
referida máquina por ambas partes en fecha 21.12.1998
y que el precio fue abonado con un cheque y dos mil
quinientos dólares.
Expuso que la postura procesal de la demandada
5
(que negó la existencia del condominio y argumentó que
habiéndole otorgado al actor el plazo de tres meses
para que le reintegre el cincuenta por ciento de lo
abonado por esa parte al adquirir el bien y ante la
falta de pago se operó la intervención de su título,
convirtiéndose en el dueño del cien por ciento de la
cosa,
atento
la
prescripción
adquisitiva
operada
opuesta como defensa) importaba la introducción de un
hecho extintivo o modificativo de la pretensión que
determinaba
la
inversión
correspondiéndole
al
de
deudor
la
carga
probatoria,
acreditar
el
hecho
extintivo de su obligación.
En
relación
originario
a
invocada
la
por
intervención
el
demandado
del
a
su
título
favor
mediante la prescripción, que lo habría convertido en
único dueño de la máquina, la magistrada destacó que
si bien era factible que la extinción del condominio
se produjera cuando uno de los condóminos se convierte
en propietario exclusivo de la cosa común por haberla
poseído para sí durante el tiempo y en las condiciones
prescriptas por la ley (arts.4015 y 4016 Cód. Civil),
era preciso acreditar en el caso el momento en que se
produjo la intervención del título por parte de quien
decía poseerla en su totalidad; que no bastaba con
sostener haber comenzado a poseer en su totalidad la
6
cosa por la falta de pago del actor del 50% del precio
abonado por la demandada (extremo desconocido por el
demandante al absolver posiciones, fs.133, pos. 2ª)
sin demostrar de manera clara e inequívoca a partir de
qué momento comenzó a poseer para sí.
Consideró
que
no
surgían
pruebas
ciertas
que
acreditaran que el demandado hubiera manifestado su
voluntad
de
condómino
y
poseer
que
(testimoniales
el
bien
incluso
de
con
las
exclusión
constancias
fs.118/126,
expte.
de
de
sobre
su
autos
medidas
preparatorias, correspondencia epistolar habida entre
las
partes
cuya
autenticidad
surgía
del
oficio
de
fs.137) contradecían la pretensión.
Por
otra
parte,
desestimó
la
prescripción
adquisitiva por intervención del título invocada por
el demandado conforme a las normas aplicables (arts.
2353, 2369, 2373, 2445, 2447, 2458, 2673, 4015, Cód.
Civil)
destacando
por
ni
sí
por
de
la
posesión,
la
presunción
la
el
imposibilidad
transcurso
debiendo
establecida
el
del
de
cambiar
tiempo la causa
interesado desvirtuar
legalmente
(art.2353
Cód.
Civil); que la explotación y uso exclusivo dado por el
demandado a la referida máquina y aun la consideración
pública
de
dueño
en
de
la
comunidad
aquél
de
reconocida
Pérez de la condición
por
varios testigos
7
—en contradicción con otros— no resultaba suficiente
para
tener
por
cumplido
el
presupuesto
del
cabal
conocimiento del restante poseedor (el actor) de la
modificación introducida al vínculo que hasta entonces
jurídicamente los unía a la cosa común; reiteró que
resultaba
preciso
acreditar
el
momento
en
que
se
produjo la intervención del título por parte de quien
decía
poseerla
en
su
totalidad,
circunstancia
que
juzgó no aconteció.
Destacó que no se había acreditado que hubiera
mediado incumplimiento del pago del precio por parte
del demandante ni que no hubiera explotado la máquina
en conjunto con el demandado con posterioridad a los
tres
meses
acreditó
por
que
el
ciento
tenía
ánimo
indiviso
para
de
pagar
dueño
de
su
el
saldo;
sobre
condómino
el
y
tampoco
cincuenta
que
hubiera
transcurrido el plazo de ley desde que intervirtió el
título según lo invocado.
En suma, juzgó que correspondía el rechazo de la
prescripción
adquisitiva
por
la
intervención
del
título invocada y si, en cambio, tener por acreditado
el condominio alegado por la demandante.
Respecto
cuentas,
valoró
de
el
la
pretensión
reconocimiento
de
rendición
efectuado
por
de
el
demandado en el responde en relación a la utilización
8
de la máquina, circunstancias que también surgían de
varias
testimoniales
rendidas;
concluyó
que
de
la
ponderación de la prueba producida infería la efectiva
realización de actos de administración o gestión por
parte
del
demandado
sobre
la
máquina
en
cuestión,
circunstancia que justificaba la obligación de rendir
cuentas por la explotación del bien desde la fecha de
la
compra
y
hasta
la
fecha
en
que
la
misma
se
efectuara.
La decisión fue apelada por el demandado (fs.205).
Radicados los autos en la alzada, expresó agravios a
fojas
215/227,
233/240.
242/244),
los
que
Consentido
el
la
causa
se
fueron
respondidos
llamamiento
encuentra
en
de
a
fojas
autos
estado
(fs.
de
ser
resuelta.
En relación a los antecedentes de la causa que no
han
sido
circunstanciados,
conviene
remitir
a
la
reseña contenida en el fallo pues es correcta y no ha
sido cuestionada por los litigantes.
3.
3.1.
El recurso de apelación.
En
primer
pronunciamiento
por
lugar,
no
el
haber
apelante
valorado
critica
las
el
pruebas
producidas conforme a las reglas de la sana crítica en
relación a la prescripción adquisitiva.
Sostiene que, contrariamente a lo resuelto, quedó
9
acreditado que esa parte poseyó la referida máquina
para si y como único propietario y que el actor no
acreditó fehacientemente, que hubiera reintegrado el
cincuenta por ciento del precio de compra del bien;
que
la
carga
de
probar
el
pago
del
cincuenta
por
ciento recaía sobre el demandante y la decisión, en
ese aspecto, incurre en rigorismo formal.
3.2. Considera que el fallo incurre en error al
sostener
que
el
demandado
no
demostró
desde
qué
momento comenzó a poseer como dueño exclusivo, toda
vez que prescinde de las constancias de autos y valora
de manera equivocada las testimoniales rendidas; que
resultan objetables los testimonios ponderados en el
pronunciamiento de Rappeta, Bassi, Palmieri y Fior por
tratarse de declaraciones que contradicen la posición
del actor, ser adversas a la realidad de los hechos;
que
contrariamente
declaración
de
a
lo
Cenachi
sostenido
no
en
acredita
el
fallo,
la
contradicción
alguna en la pretensión o defensa del demandado, sino
que confirma su defensa.
3.3.
Insiste
en
que
la
decisión
se
aparta
y
contradice las constancias de autos al considerar que
el
demandado
no
acreditó
la
posesión
para
sí
como
único dueño (el apelante menciona en este sentido las
declaraciones de los testigos Bazan, fs.123, Bonapace,
10
fs.124,
Terzaghi,
fs.125,
Cereseto,
fs.133
vta.,
Giampoli, fs.133 vta., las posiciones del actor, n° 3,
fs.134); en suma, se agravia de lo expuesto en el
fallo en relación a la falta de prueba de los extremos
invocados para configurar la prescripción adquisitiva.
Aduce que, contrariamente a lo sostenido en el
pronunciamiento, recaía sobre la actora la prueba del
reintegro al demandado del cincuenta por ciento del
precio de compra de la máquina, ya que es él quien se
encuentra
en
mejores
condiciones
de
probar
ese
hecho material, acompañando el recibo correspondiente
suscripto por el recurrente —como modo de probar tal
reintegro
del
actor
al
demandado—
y
el
dictamen
pericial contable que si bien fue ofrecido y producido
por el demandado, el informe no fue presentado por el
experto.
3.4.
Endilga
a
la
sentencia
incurrir
en
contradicción al sostener, por una parte, que no había
existido prueba sobre la condición de dueño exclusivo
de la máquina durante el tiempo de ley para adquirir
por
la
prescripción
demanda
junto
y,
con
por
las
otra, que lo sostenido en
testimoniales
producidas
acreditaban tal extremo y resultaban suficientes para
justificar la obligación de rendir cuentas; considera
que el fallo incurre en una valoración arbitraria de
11
la
prueba
actor,
producida,
la
tanto
testimonial
y
de
la
la
confesional
informativa;
del
ya
que
afirma la existencia de una contradicción entre los
testimonios pero sin precisarla.
Reitera que el fallo valora y aplica la regla de
distribución
de
la
carga
probatoria
con
exceso
de
rigor formal; que el demandante debió dar razones o
motivos respecto del lugar y fecha de reembolso del
cincuenta por ciento del precio de la máquina.
4.
Sobre la procedencia del recurso de apelación.
4.1. Atento a lo expuesto por la actora recurrida
en
el
memorial
cuestión
preliminar
pretendiera
dominio
que
la
debe
la
que
en
esta
aclararse
declaración
exclusivo
correspondido
presentó
del
invoca
el
articulación
sede,
que
como
si
se
reconocimiento
del
demandado,
de
la
hubiera
prescripción
adquisitiva por vía de acción o de reconvención. Sin
embargo, nada obsta a que se la interponga simplemente
como defensa a fin de lograr el reconocimiento en la
sentencia de que se cumplen los recaudos que hacen
procedente
la
usucapión,
con
la
sola
finalidad
de
lograr la desestimación de la pretensión actora y sin
que el demandado pueda hacer valer ese reconocimiento
más allá de lo que resulte ser materia de juzgamiento,
atendiendo
a
los
alcances
inter
partes
de
la
cosa
12
juzgada.
A todo evento, cualquier objeción sobre el modo de
postular la defensa resulta tardía por haber mediado
consentimiento de quien pudo oponerse.
4.2.
aclarar
Hecha
que
la
salvedad,
—contrariamente
también
a
lo
corresponde
afirmado
por
la
apelada a fs.235— la ley (art.4.016 bis Cód. Civ.)
admite
la
mediando
perjuicio
posibilidad
buena
de
fe
lo
y
de
prescribir
posesión
dispuesto
en
por
el
cosas
tres
art.477
muebles
años
(sin
del
Cód.
Com.), cuando se trata de cosas robadas o perdidas.
Este último requisito no se cumple en el caso, lo que
resulta
decisivo
para
enervar
el
planteo
de
la
apelante, pues si media buena fe y no se trata de una
cosa robada o perdida, la posesión se rige por el
artículo 2.412 del Código Civil.
Sin
perjuicio
hipótesis
se
de
ello,
admitiera
aun
que
cuando
la
por
norma
vía
de
puede
analógicamente regir el supuesto que se plantea en el
recurso, tampoco se cumple con el recaudo de la buena
fe en la posesión.
En efecto, el demandado accedió al dominio de la
cosa como condómino y conforme a la regla que contiene
el artículo 2.353 del Código Civil, la causa de la
posesión
es
en
principio
inmutable
(“Nadie
puede
13
cambiar por sí mismo ni por el transcurso del tiempo
la causa de la posesión. El que comenzó a poseer por
sí y como propietario de la cosa, continúa poseyendo
como tal, mientras no pruebe que ha comenzado a poseer
por otro. El que ha comenzado a poseer por otro, se
presume que continúa poseyendo por el mismo título,
mientras no se pruebe lo contrario”).
La demandada alega que la buena fe en la posesión
de la totalidad de la cosa se asienta en la falta de
pago del cincuenta por ciento del precio de compra de
la cosa por parte del actor, que lo habría situado en
la creencia de que poseía el todo como dueño. En la
apelación —como se ha relacionado antes— se agravia
prioritariamente por el rechazo de ese argumento en la
sentencia impugnada y porque se puso en cabeza de la
demandada
la
prueba
de
ese
extremo
que
ella
había
invocado en su defensa.
La objeción resulta improcedente.
Como se resolvió acertadamente en la instancia de
grado, el boleto de compraventa cuya copia obra a foja
3 y que ha sido reconocido por ambas partes, indica
que
la
máquina
fue
adquirida
por
Morichetti
y
Salvadori conjuntamente y que fue abonado el precio
íntegramente en el momento de la firma. Pero ni en ese
documento ni en ninguno otro anterior, concomitante o
14
posterior que haya sido presentado en este juicio, se
efectúa salvedad o reserva alguna acerca del
pago de
la
de
totalidad
del
precio
por
parte
de
uno
los
compradores. Tampoco existe constancia de que se haya
subordinado la plena adquisición del dominio por parte
de alguno de los adquirentes al pago de una parte del
precio o a alguna otra condición. Ello es así, no
obstante que la actora haya reconocido que el cheque
que se entregó como parte de pago correspondía a una
cuenta de la que era titular uno de los condóminos,
porque esa circunstancia —más allá de las cargas que
pudieran hacerse valer en materia de prueba en función
de
los
hechos
tratadas
con
invocados
acierto
en
por
la
cada
parte
sentencia
y
que
recurrida—
son
no
permite presumir por sí sola que el otro comprador
debía acreditar haber pagado el cincuenta por ciento a
su cargo, de lo contrario se contradice el enunciado
principal del documento que indica que Morichetti y
Salvadori adquirieron por igual.
A
mayor
abundamiento
y
aun
cuando
por
vía
de
hipótesis se admitiese que fue el demandado el que
pagó
íntegramente
defensa
que
el
esgrime
precio
sería
de
compra,
admisible.
tampoco
Esta
la
última
afirmación deriva directamente de la ley de fondo, ya
que
el
supuesto
de
subrogación
que
establece
el
15
artículo 768 inciso 2° del Código Civil (“Del que paga
una deuda a la que estaba obligado con otros o por
otros”) refiere solamente a los casos de obligaciones
solidarias o indivisibles, pues los obligados en forma
simplemente
mancomunada
cuando
el
objeto
debido
es
divisible —como ocurrió en el caso— no se encuentran
abarcados
obligado
por
ese
precepto,
sólo
por
su
cuota
ya
que
parte
cada
y
el
uno
que
está
pagase
íntegra la deuda, no podrá considerarse subrogado en
los derechos del acreedor por expresa disposición del
artículo 693 de ese cuerpo normativo (“… El deudor que
pagase
íntegra
la
deuda
no
será
subrogado
en
los
derechos del acreedor contra los otros deudores”); por
lo
cual
el
pago
en
exceso,
de
haber
existido,
no
liberaba al pagador de demandarlo y probarlo invocando
haber actuado como mandatario, gestor de negocios o
por enriquecimiento sin causa (cfr. AMEAL, Oscar J.,
en Código Civil y leyes complementarias, Belluscio,
A.,
director,
Zannoni,
E.,
coordinador,
T.3,
Ed.
Astrea, 1988, pág.296, n° 3 y sgtes.; pág.580, ap.
1°).
Por tanto, también desde esta perspectiva resulta
acertado
lo
afirmado
en
la
instancia
de
grado,
en
cuanto a que incumbía al demandado acreditar que había
pagado
íntegramente
el
precio
de
compra
de
la
16
maquinaria, sin que el actor hubiera hecho efectiva la
parte proporcional del precio que había tomado a su
cargo; y no habiéndolo hecho, carece de sustento la
afirmación de que por esa circunstancia el demandado
obró de buena fe en la creencia de ser el dueño total
de la cosa.
que
4.3.
Referido
la
apelante
testimoniales
sido
a
la
intervención
considera
rendidas
incorrectamente
las
demostrada
que
evaluadas
del
—según
en
la
título,
con
expresa—
sentencia,
las
han
la
discusión resulta inconducente.
Ello, ya que la reclamada intervención opera como
una excepción al mentado principio de inmutabilidad
consagrado
en
el
citado
artículo
2.353
del
Código
Civil, modificando la causa de la posesión; es decir,
que quien como el actor se inició en la posesión como
condómino,
por
la
exteriorización
de
determinados
actos, comienza a poseer como dueño total de la cosa.
Pero esa modificación de la causa no transforma el
modo de poseer, por lo cual, si el cambio fue vicioso,
violento o de mala fe, continuará siéndolo (aunque se
admita que ha mutado la causa).
Como conclusión de lo anterior y dado que como se
ha
expresado
el
demandado
no
se
encuentra
en
condiciones de acreditar la buena fe que alega y no se
17
trata de cosas robadas o perdidas, aun cuando conforme
a
lo
que
autores
propone
(DE
un
ROSA,
sector
Carlos
de
la
doctrina
Alberto,
La
de
los
prescripción
adquisitiva de cosas muebles, La Ley, 1989-A, 1003;
FRAGA,
Andrés
automotores,
1015)
se
G.,
en
Jurisprudencia
admita
que
aplicación
extensiva
Civil,
viable
es
Prescripción
en
del
la
adquisitiva
Argentina,
de
1999-IV,
nuestro
ordenamiento,
artículo
4.016
prescripción
de
del
cosas
por
Código
muebles
cuando media mala fe del poseedor ("Al que ha poseído
durante veinte años sin interrupción alguna, no puede
oponérsele ni la falta de título, ni su nulidad, ni la
mala fe en la posesión"), no se cumple en el caso el
recaudo temporal (veinte años)
que exige la norma.
Sin perjuicio de lo que se ha expresado, también
es acertado lo decidido en la instancia de grado en
tanto
de
consideró
comportarse
que
como
la
apariencia
dueño
exclusivo
del
de
demandado
la
cosa,
resultaba insuficiente como medio de probar que había
intervertido el título.
Ello es así, por más que las declaraciones de los
testigos sean interpretadas del modo que propone la
apelante, pues sólo resultarían idóneas para acreditar
que el demandado se comportaba como exclusivo dueño;
es decir, serían demostrativas de meros actos de uso
18
que no son suficientes a los fines de probar que ha
operado el cambio de título, porque de acuerdo a lo
que dispone el artículo 2.684 del Código Civil todo
condómino puede usar la cosa común; de modo que el uso
de
la
cosa
por
uno
de
los
condóminos
como
si
se
tratara del único dueño es una posibilidad inherente
al condominio por disposición legal. En cambio —como
también expresa la resolución anterior— la mutación
alegada requiere actos que exterioricen la exclusión
del condómino en la posesión (que delimita un concepto
ciertamente
más
opuestos
condómino,
al
amplio
que
el
conocidos
de
por
uso)
él
que
y
sean
eficaces
como tales (arg. art.2.458 Cód. Civil).
Por lo expuesto, sobre la segunda cuestión voto
por la afirmativa.
Sobre la segunda cuestión el señor vocal doctor
Silvestri, dijo: Que coincide con lo propuesto por la
señora vocal doctora Serra, y vota por la afirmativa.
Sobre la misma cuestión, el señor vocal doctor
Ariza, dijo: Que se remite a lo expuesto en la primera
cuestión, absteniéndose de emitir opinión
Sobre la tercera cuestión, la señora vocal doctora
Serra, dijo:
Atento al resultado de la votación que antecede
corresponde,
desestimar
el
recurso
de
nulidad
y
19
rechazar el recurso de apelación interpuesto por la
parte demandada, imponiendo a la vencida las costas de
la alzada (art.251 C.P.C.C.).
Los honorarios de los abogados que actuaron en
esta
sede
deben
establecerse
en
el
cincuenta
por
ciento (50%) de los que en definitiva se fijen en la
instancia de grado.
Así voto.
Sobre esta misma cuestión el señor vocal doctor
Silvestri,
dijo:
Que
coincide
con
la
resolución
propuesta por la señora vocal preopinante, y vota en
igual forma.
Concedida la palabra al señor vocal doctor Ariza,
a esta cuestión dijo: Que se remite a lo considerado
en la primera cuestión, y se abstiene de votar.
Por
tanto,
Apelación
1.
Civil
Desestimar
recurso
de
el
la
y
Sala
Primera
Comercial
recurso
apelación
de
de
de
Cámara
por
y
rechazar
la
apelante
vencidas
las
el
demandada
contra la sentencia 492 del 15.03.2010. 2. Imponer
la
de
Rosario, RESUELVE:
nulidad
interpuesto
la
a
costas de esta instancia.
3. Regular los honorarios de los abogados que actuaron
en esta sede, en el cincuenta por ciento (50%) de los
que en definitiva se fijen en la instancia anterior.
Insértese, hágase saber, bajen y déjese nota marginal
20
en el protocolo del juzgado de origen. (Expte. Nro.
156/2010).
mm.
SERRA
SILVESTRI
ARIZA
-art.26 ley 10.160-
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