Número de registro: 17642 Novena Época Instancia: Tribunales

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AMPARO EN REVISIÓN 62/2003.
Número de registro: 17642
Novena Época
Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
Tomo: Tomo XVIII, Julio de 2003
Página: 805
AMPARO EN REVISIÓN 62/2003.
CONSIDERANDO:
CUARTO. Resultan parcialmente fundados los agravios que se dejaron transcritos en el
considerando que precede, atento lo que enseguida se expondrá.
El recurrente aduce, sustancialmente, que en la sentencia que recurre se interpretó en forma
incorrecta lo dispuesto por el artículo 114, fracción III, párrafo segundo, de la Ley de
Amparo, cuando señala que los actos reclamados no constituyen la última resolución dictada
en la sección de ejecución del juicio natural, perdiendo de vista que en éste ya se llevó a cabo
la adjudicación del bien embargado en favor del banco actor y se otorgó la escritura del
mismo en rebeldía de los demandados; que por ello es evidente que si la última resolución ya
se dictó, el amparo que promueve es procedente, al considerar que los actos reclamados son
autónomos.
Lo antes sintetizado, como ya se anticipó, es fundado.
En efecto, el secretario del Juzgado Primero de Distrito en el Estado de Veracruz, autorizado
en términos del artículo 161 de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación, al emitir
la sentencia que se revisa, consideró decretar el sobreseimiento en el juicio, por advertir que,
en la especie, se actualizaba la causa de improcedencia que deviene de relacionar la fracción
XVIII del artículo 73 de la Ley de Amparo, con el diverso numeral 114, fracción III, párrafo
segundo, ibídem, bajo el razonamiento de que en el momento procesal en que se pronunció el
acto reclamado, aún no existía la última resolución dictada en el procedimiento de ejecución
de la sentencia emitida en el juicio ejecutivo mercantil instaurado en contra del ahora
recurrente, es decir, todavía no se había dictado la resolución "que aprueba o reconoce el
cumplimiento total de lo sentenciado o declara la imposibilidad material o jurídica para darle
cumplimiento" y, además, por cuanto al procedimiento de ejecución y los actos subsecuentes,
consideró que el sobreseimiento también surte efectos "puesto que tal como se observa de las
constancias del sumario, aún no ha sido emitida en los autos del procedimiento de origen,
resolución que tenga por cumplida o no la sentencia definitiva de la que emana el acto
reclamado, lo cual significaría la última resolución que sería impugnable a través del amparo;
por ende, al no ser así, incuestionablemente por los citados actos, también procede sobreseer
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en los términos indicados".
Ahora bien, como con acierto lo pone de relieve el aquí inconforme, y atendiendo a que los
actos reclamados emanan de un juicio ejecutivo mercantil, la apreciación del inferior resulta
contraria a derecho, habida cuenta de que la pretendida "última resolución" pronunciada en el
periodo de ejecución de sentencia, o sea, el fincamiento del remate, ha sido emitida con
anterioridad al momento en que se pronunció la resolución de veintiocho de junio de dos mil
dos, en que se ordenó llevar a cabo la diligencia de lanzamiento reclamada y su ejecución,
por lo que la causal de improcedencia analizada no cobra aplicación y, por lo mismo, el juicio
intentado, con la salvedad que más adelante se expondrá, resulta adecuado.
En efecto, de las constancias que en copia certificada corren agregadas en el juicio de
amparo, mismas que tienen valor probatorio pleno de conformidad con lo que establecen los
artículos 129 y 202 del Código Federal de Procedimientos Civiles, de aplicación supletoria a
la Ley de Amparo, se advierte que el veintitrés de enero de mil novecientos noventa y tres se
pronunció sentencia dentro de los autos del juicio ejecutivo mercantil ... promovido por ... en
su carácter de apoderado legal de Banco Nacional de México, Sociedad Anónima, en contra
de ... que declaró procedente la acción intentada y, por consecuencia, condenó a los
demandados al pago de las prestaciones reclamadas, así como que, para el caso de no hacerlo,
se realizara el trance y remate de los bienes embargados y con su producto el pago al actor
(fojas ciento uno y ciento dos); sentencia que, según narró el quejoso en su demanda de
amparo, impugnó en apelación y con posterioridad mediante el juicio de amparo directo,
mismo que le fue negado; que a petición de la actora se abrió la sección de ejecución del
juicio. También se conoce que el veinticinco de enero de mil novecientos noventa y cuatro,
tuvo lugar la audiencia de remate correspondiente, en la que se dejó pendiente la adjudicación
de los bienes embargados y el fincamiento del remate, hasta en tanto se resolviera lo relativo
a la planilla de liquidación exhibida por la parte actora, y que por acuerdo de dieciséis de
febrero de mil novecientos noventa y cuatro, se declaró fincado el remate a favor de ésta.
Finalmente, de las constancias de referencia, se aprecia que por auto de veintiocho de junio
de dos mil dos, a petición del apoderado legal de la actora y adjudicataria, y ante la renuencia
de los demandados de desocupar y entregar en su favor el inmueble rematado y adjudicado,
ordenó girar oficio al jefe de la División de la Policía Estatal de esta ciudad, para que el día
ocho de agosto de ese mismo año, en punto de las quince horas, proporcionara los elementos
policiacos necesarios a efecto del resguardo y cumplimiento de la diligencia de lanzamiento,
misma que tuvo lugar en la fecha y hora que para ello se indicó; siendo éstos, entre otros, los
actos reclamados en el juicio de amparo indirecto.
De los antecedentes precisados se arriba a la conclusión de que al momento en que se
pronunció la resolución de veintiocho de junio de dos mil dos que se reclama, ya se había
pronunciado la "última resolución" en el procedimiento de remate del juicio ejecutivo
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mercantil ... por consiguiente, es contrario a derecho pretender condicionar la procedencia del
juicio de amparo del que emana el presente recurso a una "última resolución", cuando ésta ya
se ha dado, con independencia de que se continúe actuando en dicho procedimiento, pues
esto en los procedimientos de remate ya no tiene el alcance atribuido por el a quo, por
hallarnos frente a proveídos autónomos al procedimiento que precede al remate.
Sin que pueda aceptarse que el auto que ordena la diligencia de lanzamiento y la ejecución
del mismo, tengan como finalidad el cumplimiento exacto de la sentencia dictada en el juicio
ejecutivo mercantil de que se trata, habida cuenta que dicho fallo condenó, según se puso de
manifiesto, al pago de las prestaciones reclamadas, así como que, para el caso de no hacerlo,
se realizara el trance y remate de los bienes embargados y con su producto pago al actor, y
toda vez que el bien embargado se adjudicó en favor de éste, es obvio que se cumplió con la
finalidad del fallo condenatorio, puesto que la venta judicial ya se perfeccionó en favor de la
actora vía adjudicación, puesto que al fincarse el remate se agotó el procedimiento de
ejecución de la sentencia aludida que era lograr el cobro del adeudo establecido en ésta. Y el
acuerdo que ordena la diligencia de lanzamiento con el auxilio de la fuerza pública y su
ejecución, se tratan de actos independientes al procedimiento de ejecución de la sentencia
condenatoria, ya que en ninguna parte de ésta aparece que haya ordenado el referido
lanzamiento; de ahí que, se itera, se trate de actuaciones autónomas en la medida de que su
finalidad difiere, esencialmente, del procedimiento para llevar a cabo el remate.
Sirve de apoyo a lo anterior la jurisprudencia 2a./J. 29/96, pronunciada por la Segunda Sala
de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, que se localiza en el Semanario Judicial de la
Federación y su Gaceta, Novena Época, Tomo III, junio de mil novecientos noventa y seis,
página doscientos veintiséis, que es del siguiente tenor: "AMPARO CONTRA UNA LEY
CON MOTIVO DE UNA RESOLUCIÓN DICTADA DENTRO DE UN
PROCEDIMIENTO DE EJECUCIÓN DE SENTENCIA, O EN EL DE REMATE. SÓLO
PROCEDE CUANDO SE RECLAMA LA RESOLUCIÓN DEFINITIVA RESPECTIVA. El
artículo 114, fracción III, párrafos segundo y tercero, de la Ley de Amparo, establece que
cuando se trata de actos de ejecución de sentencia, el juicio de amparo indirecto sólo podrá
promoverse contra la última resolución dictada en el procedimiento respectivo, pudiendo
reclamarse en la misma demanda las demás violaciones cometidas durante ese
procedimiento, que hubieren dejado sin defensa al quejoso, y que tratándose de remates, sólo
podrá promoverse contra la resolución definitiva en que se aprueben o desaprueben. Esta
regla específica de procedencia del juicio de amparo indirecto rige incluso cuando la
resolución dictada dentro del procedimiento de ejecución de sentencia, que no es la
definitiva, constituye el primer acto de aplicación de una ley en perjuicio del quejoso y se
reclame también ésta, pues esos actos procesales tienen como base la existencia de una
sentencia que tiene el carácter de cosa juzgada, cuya ejecución no debe obstaculizarse, de
modo que, mientras no se emita la resolución definitiva correspondiente, los actos realizados
dentro de ese procedimiento, así como el problema de inconstitucionalidad del precepto legal
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aplicado, no podrán impugnarse a través del juicio de amparo indirecto, sino hasta que se
pronuncie la última resolución dictada en el procedimiento de ejecución, y si se trata del
remate, contra la resolución que lo apruebe o desapruebe.".
Criterio el anterior que ha sido adoptado por el Tribunal Pleno de la Suprema Corte de
Justicia de la Nación, en la tesis P. LVI/97, localizable en el Semanario Judicial de la
Federación y su Gaceta, Novena Época, Tomo V, abril de mil novecientos noventa y siete,
página quince, que es del título siguiente: "AMPARO CONTRA LEYES. EL JUICIO
PROMOVIDO CONTRA UNA LEY APLICADA DENTRO DE UN PROCEDIMIENTO
DE EJECUCIÓN DE SENTENCIA, O EN EL DE REMATE, SÓLO PROCEDE CUANDO
SE RECLAMA LA RESOLUCIÓN DEFINITIVA RESPECTIVA.".
También apoya las consideraciones anteriores, la tesis VII.3o.C.10 K, de este Tribunal
Colegiado, publicada en la página mil trescientos veinticinco, Tomo XVI, octubre de dos mil
dos, Novena Época del Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, de rubro y texto:
"AMPARO INDIRECTO. PROCEDE CONTRA ACTOS DICTADOS CON
POSTERIORIDAD A LA EMISIÓN DE LA ‘ÚLTIMA RESOLUCIÓN’ EN EL
PROCEDIMIENTO DE EJECUCIÓN DE SENTENCIA. El artículo 114, fracción III, de la
Ley de Amparo contiene dos hipótesis derivadas de lo dispuesto en los párrafos segundo y
tercero de dicha fracción; en el primer supuesto, por regla general, el procedimiento de
ejecución de sentencia inicia después de que causa ejecutoria ésta y culmina con la emisión
del auto que reconoce de manera expresa o tácita el cumplimiento total de la sentencia, o
bien, declare la imposibilidad material o jurídica para darle cumplimiento; en el segundo, la
resolución definitiva o última resolución es aquella en la que se apruebe o desapruebe el
remate. Cabe precisar que, incluso, dentro del procedimiento general de ejecución de
sentencias, surgen otros procedimientos derivados del mismo, en que pudiera llegarse
también al remate; en cualquier caso, tratándose de éste, la ‘última resolución’ es en la que se
aprueba y, con base en ello, el bien es adjudicado. De modo que los demás actos que se
dicten con posterioridad a esa resolución a consecuencia de aquél deben considerarse, aunque
tengan el mismo fin, como autónomos y, por tanto, factibles de impugnación en la vía de
amparo indirecto por sus vicios propios; sin que pueda decirse que se trata de actos en
ejecución de sentencia respecto de los cuales deba esperarse el dictado de la ‘última
resolución’ pues ésta ya fue emitida."; así como la diversa VII.3o.C.9 K, también de este
mismo tribunal, consultable en la página mil doscientos uno, Tomo XVI, noviembre de dos
mil dos, Novena Época del aludido Semanario, cuyo contenido es: "ÚLTIMA
RESOLUCIÓN. CASO DE EXCEPCIÓN A LA REGLA GENERAL PREVISTA EN LA
FRACCIÓN III DEL ARTÍCULO 114 DE LA LEY DE AMPARO, CUANDO EL ACTO
RECLAMADO ES DE EJECUCIÓN FORZOSA PORQUE LA LEY RESPECTIVA NO
PREVÉ UN PROCEDIMIENTO INCIDENTAL PARA EL CUMPLIMIENTO DE LA
SENTENCIA. La interpretación sistemática del artículo 114, fracción III, de la Ley de
Amparo, permite establecer que, por regla general, el juicio de garantías en vía indirecta
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procede contra actos que tengan verificativo después de concluido el juicio natural y, en etapa
de ejecución de sentencia, sólo contra la última resolución dictada en el procedimiento
respectivo, en la cual podrán reclamarse, además, los vicios que, en su caso, se hubieren
cometido durante el mismo. Sin embargo, dicha regla sólo debe regir cuando la etapa de
ejecución de sentencia prevé un procedimiento para su cumplimiento, es decir, queda
condicionada a la forma de ejecución establecida en la ley adjetiva correspondiente. Ahora
bien, si la sentencia dictada por el Juez natural, por su propias características, es de ejecución
forzosa (porque su emisión contiene una orden para cumplirse) y las normas procesales
respectivas no prevén ningún procedimiento incidental para ello, es claro que cada acto que
se emite va encaminado a lograr el citado cumplimiento; por tanto, se actualiza un caso de
excepción a la regla general establecida por el artículo 114, fracción III, de la Ley de
Amparo, pues no puede considerarse que se trata de actos intermedios verificados en un
procedimiento incidental de ejecución de sentencia, que evidentemente no existe, ni que vaya
a culminar con una interlocutoria; así, cada acto ejecutado después de concluido el juicio
puede combatirse por vicios propios en amparo indirecto (siempre que no exista en la
legislación local un recurso ordinario que deba agotarse) sin que sea necesario aguardar a que
se dicte una ‘última resolución’ que no tiene por qué dictarse.".
En este orden de ideas, resulta inconcuso que el sobreseimiento emitido por el a quo, en
forma tan genérica, resulta contrario a derecho, razón por la cual este Tribunal Colegiado,
con la salvedad que más adelante se precisará, con apoyo en el artículo 91, fracción III, de la
Ley de Amparo, procede a confirmar el sobreseimiento decretado, sólo por cuanto ve a los
actos dictados en el procedimiento de ejecución de la sentencia habida en el juicio ejecutivo
mercantil tantas veces mencionado, pero por distintas causas de improcedencia de las
invocadas por el a quo, mismas que en el considerando sexto se analizarán.
QUINTO. Previamente a lo que se expondrá, de conformidad con el último párrafo del
artículo 73 de la Ley de Amparo, se abordará la causa de improcedencia que hizo valer el
Juez Cuarto de primera instancia de esta ciudad, al rendir su informe justificado, que corre
agregado a foja ochenta del juicio de amparo, cuyo estudio se omitió por el a quo; lo anterior
de conformidad con la jurisprudencia del Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación,
que con el número doscientos treinta y dos se consulta en la página ciento noventa, Tomo VI,
Materia Común, del Apéndice al Semanario Judicial de la Federación en el año dos mil, de
rubro y texto: "IMPROCEDENCIA. ESTUDIO OFICIOSO EN EL RECURSO DE
REVISIÓN DE MOTIVOS DIVERSOS A LOS ANALIZADOS EN LA SENTENCIA
COMBATIDA. Es cierto que las consideraciones expuestas en la sentencia recurrida, que no
son impugnadas en vía de agravio por el recurrente a quien perjudican, deben tenerse firmes
para seguir rigiendo en lo conducente al fallo, pero esto no opera en cuanto a la procedencia
del juicio de amparo, cuando se advierte la existencia de una causa de improcedencia
diferente a la que el juzgador de primer grado estimó actualizada o desestimó o, incluso, de
un motivo diferente de los apreciados en relación con una misma causa de improcedencia,
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pues en este caso, el tribunal revisor debe emprender su estudio de oficio, ya que sobre el
particular sigue vigente el principio de que siendo la procedencia de la acción constitucional
de orden público, su análisis debe efectuarse sin importar que las partes la aleguen o no, y en
cualquier instancia en que el juicio se encuentre, de conformidad con lo dispuesto en el
último párrafo del artículo 73 de la Ley de Amparo. Este aserto encuentra plena
correspondencia en el artículo 91 de la legislación de la materia, que establece las reglas para
resolver el recurso de revisión, entre las que se encuentran, según su fracción III, la de
estudiar la causa de improcedencia expuesta por el Juez de Distrito y, de estimarla infundada,
confirmar el sobreseimiento si apareciere probado otro motivo legal, lo que patentiza que la
procedencia puede examinarse bajo supuestos diversos que no sólo involucran a las hipótesis
legales apreciadas por el juzgador de primer grado, sino también a los motivos susceptibles
de actualizar esas hipótesis, lo que en realidad implica que, a pesar de que el juzgador haya
tenido por actualizada o desestimado determinada improcedencia, bien puede abordarse su
estudio bajo un matiz distinto que sea generado por diversa causa constitucional, legal o
jurisprudencial, o aun ante la misma causa por diverso motivo, pues no puede perderse de
vista que las causas de improcedencia pueden actualizarse por diversos motivos, por lo que si
el inferior estudió sólo alguna de ellas, es dable e incluso obligatorio que se aborden por el
revisor, pues al respecto, no existe pronunciamiento que pueda tenerse firme.".
El Juez responsable aduce que el juicio de amparo que nos ocupa debe sobreseerse porque, en
su concepto, se actualiza la causa de improcedencia prevista por la fracción XIV del artículo
73 de la ley de la materia, ya que ... promovió incidente de nulidad de actuaciones a partir de
la diligencia de lanzamiento que se señaló como acto reclamado.
Para ilustración, es conveniente transcribir el artículo relativo en apoyo del reclamo de la
autoridad responsable, el cual es del siguiente texto: "Artículo 73. El juicio de amparo es
improcedente: ... XIV. Cuando se esté tramitando ante los tribunales ordinarios algún recurso
o defensa legal propuesta por el quejoso que pueda tener por efecto modificar, revocar o
nulificar el acto reclamado. ...".
No asiste razón al Juez responsable, cuenta habida que, en principio, el medio de defensa
legal aludido no fue propuesto por el aquí quejoso ... como lo prescribe el numeral que nos
ocupa, y luego porque éste señaló como actos reclamados el procedimiento de ejecución de
sentencia en el juicio ejecutivo mercantil supracitado, así como el acuerdo que ordena llevar a
cabo la diligencia de lanzamiento y su ejecución; razón por la cual no puede considerarse
actualizada la causa de improcedencia invocada en la medida que, aun cuando la promovente
del incidente, quien figuró como parte demandada en el juicio natural, obtenga resolución,
ésta no podrá modificar, revocar o nulificar los actos reclamados, toda vez que el lanzamiento
se señaló como consecuencia del auto que lo ordena.
SEXTO. Este Tribunal Colegiado, retomando la salvedad que en el último párrafo del
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considerando cuarto se destacó, considera que por cuanto ve al procedimiento de ejecución
de sentencia del juicio ejecutivo mercantil ... en específico del auto que abre la sección de
ejecución y todo lo actuado en relación con este tópico, se actualiza la causa de
improcedencia prevista por la fracción XIII del artículo 73 de la Ley de Amparo, en relación
con la fracción III del artículo 114, párrafo tercero, ibídem, toda vez que el procedimiento de
ejecución del juicio de que se trata, según se puso de manifiesto, culminó con la resolución
que aprobó el remate y decretó la adjudicación del bien inmueble embargado a favor de la
institución de crédito actora y aquí tercero perjudicada, y contra tal resolución procede el
recurso de apelación, en términos del artículo 1341 del Código de Comercio, en donde
también se pueden impugnar o hacer valer todas las violaciones que en concepto del
inconforme se hayan cometido en el procedimiento de ejecución respectivo, toda vez que
esos autos causan un gravamen que no se puede reparar en la sentencia definitiva,
precisamente porque ésta se dictó previamente y, por tal razón, ya no puede ocuparse de
ellos.
Luego, si el ahora quejoso no interpuso el recurso de apelación mencionado, inobservó el
principio de definitividad que rige en el juicio de garantías, razón por la cual, como ya se
dijo, se actualiza la causa de improcedencia prevista por la fracción XIII del artículo 73 de la
Ley de Amparo, en relación con el diverso numeral 114, fracción III, párrafo tercero, ibídem,
razón por la cual lo procedente es decretar el sobreseimiento en el juicio, se itera, sólo por
cuanto ve a los actos dictados en el procedimiento de ejecución de sentencia que culminó con
el remate y adjudicación en el juicio ejecutivo mercantil ... en términos del diverso numeral
74, fracción III, de la ley de la materia.
Lo aquí puntualizado se apoya en la jurisprudencia de la entonces Tercera Sala de la Suprema
Corte de Justicia de la Nación, que bajo el número cuatrocientos cincuenta y dos, aparece
publicada en la página trescientos uno, Tomo VI, Materia Común, del Apéndice al Semanario
Judicial de la Federación de mil novecientos diecisiete a mil novecientos noventa y cinco,
bajo el rubro y texto: "REMATES. Las violaciones cometidas en el curso de los
procedimientos para llevar a cabo el remate de bienes embargados, no deben juzgarse sino
hasta que el remate se apruebe en definitiva; pues de otra suerte, sería imposible llegar hasta
la venta de los bienes, demorándose indefinidamente la ejecución de las sentencias con
notorio perjuicio de la administración de justicia; el remate mismo, no tiene eficacia jurídica,
sino hasta que se apruebe por resolución que cause estado, pudiéndose en último término,
apelar el auto que apruebe o desapruebe el remate; por todo lo cual, el amparo es
improcedente contra los procedimientos que preceden al remate.".
También robustece lo aquí expuesto, la jurisprudencia VI.2o.C. J/190, del Segundo Tribunal
Colegiado en Materia Civil del Sexto Circuito, publicada en la página mil diecinueve, Tomo
XII, agosto de dos mil, Novena Época del Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta,
cuyo contenido es: "ADJUDICACIÓN EN MATERIA MERCANTIL. EN CONTRA DEL
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AUTO QUE LA APRUEBA DEBE AGOTARSE EL RECURSO PROCEDENTE,
PREVIAMENTE AL JUICIO DE AMPARO. El auto que aprueba la adjudicación, esto es,
que declara fincado el remate a favor del acreedor, causa un gravamen que lógicamente no es
susceptible de ser reparado en sentencia definitiva; por tanto, el agraviado, previamente a la
proposición del juicio de garantías, debe agotar el recurso de apelación previsto por el
artículo 1341 del Código de Comercio o el de revocación contemplado en el artículo 1334 de
esa misma legislación, según sea el caso, con el objeto de acatar el principio de
definitividad.", y por su contenido jurídico sustancial, la tesis de la entonces Tercera Sala de
la Suprema Corte de Justicia de la Nación, que según datos contenidos en el IUS 2002, en el
que se contienen las jurisprudencias y tesis aisladas a partir de junio de mil novecientos
diecisiete a abril de dos mil dos, se consulta en la página dos mil ochocientos cincuenta y dos,
Tomo LXV, Quinta Época del Semanario Judicial de la Federación, bajo la voz y texto:
"EJECUCIÓN DE SENTENCIA, RECURSOS EN CASO DE. Es inexacto que el artículo
1341 del Código de Comercio, solamente puede aplicarse a los autos dictados antes de la
sentencia definitiva, pues aunque es cierto que exige para que la apelación proceda, que el
gravamen causado por los autos a que alude, no pueda ser reparado en dicha definitiva, tal
situación existe también respecto de todos los autos propiamente dichos, que se dicten con
posterioridad a la misma, si bien quedan sujetos a la regla de que cuando son dictados para la
ejecución de la sentencia, no admiten más recurso que el de responsabilidad.".
Sobre este mismo tópico, por cuanto que el quejoso señaló como autoridad responsable al
secretario adscrito al Juzgado Cuarto de primera instancia de esta ciudad, este Tribunal
Colegiado considera que también se actualiza la diversa causa de improcedencia, que deviene
de relacionar la fracción XVIII del artículo 73 de la Ley de Amparo, con lo dispuesto por el
diverso numeral 11 de dicho ordenamiento.
Se afirma lo anterior en razón de que, con independencia de que en la demanda de amparo no
se le atribuyó acto alguno a dicha autoridad de manera concreta, el responsable en el
pronunciamiento de los acuerdos dentro del juicio natural, durante la etapa de ejecución de
sentencia, así como aquellos que tienen el carácter de autónomos, es el Juez y no el
secretario, y si bien los acuerdos pronunciados por el juzgador son firmados también por el
referido secretario, su intervención es únicamente con el objeto de dar fe de dichos actos,
como se desprende del contenido de los artículos 38 del Código de Procedimientos Civiles
para el Estado de Veracruz y 72, inciso A), fracción II, de la Ley Orgánica del Poder Judicial
del Estado. Así, al actualizarse la causa de improcedencia que nos ocupa, por cuanto ve al
secretario adscrito al Juzgado Cuarto de primera instancia de esta ciudad, lo procedente es
hacer extensivo el sobreseimiento decretado en este mismo considerando, de conformidad
con lo dispuesto por el artículo 74, fracción III, de la Ley de Amparo. Esta consideración se
orienta en la jurisprudencia VII.2o.C. J/2, del Segundo Tribunal Colegiado en Materia Civil
de este circuito, publicada en la página trescientos ochenta y ocho, Tomo II, septiembre de
mil novecientos noventa y cinco, Novena Época del Semanario Judicial de la Federación y su
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Gaceta, cuyo contenido es el siguiente: "AUTORIDAD RESPONSABLE. EN EL
PRONUNCIAMIENTO DE LOS ACUERDOS EN EL PROCEDIMIENTO, LO ES EL
JUEZ Y NO EL SECRETARIO DEL JUZGADO (LEGISLACIÓN DEL ESTADO DE
VERACRUZ). Si bien los acuerdos pronunciados en un juicio son firmados, además de por el
Juez, por el secretario del juzgado, la intervención de éste es únicamente con el objeto de dar
fe de dichos actos, como se desprende del contenido de los artículos 38 del Código de
Procedimientos Civiles de la entidad, y 34, inciso A), fracción III, de la Ley Orgánica del
Poder Judicial del Estado, de ahí que la responsabilidad en el pronunciamiento de lo acordado
en el procedimiento sea del Juez, por ser quien dicta los acuerdos que constituyen lo actuado
en el procedimiento, por ende, en términos de lo dispuesto por el artículo 11 de la Ley de
Amparo, es a éste a quien, en tales casos, debe considerarse como autoridad responsable y no
al secretario del juzgado, de quien, en tal aspecto, deviene improcedente el juicio de garantías
en términos del artículo 73, fracción XVIII, de la Ley de Amparo, en relación con el 11 de
dicho ordenamiento legal.".
Establecido lo anterior, y al no advertirse la actualización de una diversa causa de
improcedencia, lo procedente es levantar el sobreseimiento respecto de los actos que se
hicieron consistir en el acuerdo de veintiocho de junio de dos mil dos que ordena la práctica
de la diligencia de emplazamiento, así como de su ejecución que tuvo lugar el ocho de agosto
del mismo año; ello en estricto cumplimiento a lo dispuesto por el artículo 91, fracción III, de
la Ley de Amparo, razón por la que se abordará el estudio de los conceptos de violación que
se hicieron valer en relación con tales actos.
Sin que pase por alto este tribunal la circunstancia de que al rendir su informe justificado la
autoridad responsable denominada secretario de Seguridad Pública del Estado, de esta
ciudad, que corre agregado a foja ciento veinte del cuaderno de amparo, haya solicitado que
se decrete el sobreseimiento en el juicio respecto del acto que se le reclama al actualizarse, en
su concepto, la causa de improcedencia, invocando los artículos 73, fracción XVIII y 74,
fracciones III y IV, de la Ley de Amparo, cuenta habida que ello lo hace derivar de que sus
actos se encuentran ajustados a derecho, y esa circunstancia, en todo caso, está involucrada
con la cuestión de fondo que se controvierte, razón por la cual no es dable analizar dicho
argumento en este considerando.
SÉPTIMO. En atención a lo expuesto en el penúltimo párrafo del considerando cuarto de esta
ejecutoria, se transcriben los conceptos de violación que se formularon respecto de los actos
reclamados que se hicieron consistir en la orden de lanzamiento y su ejecución aludidos,
mismos que son del siguiente texto: "II. Los actos reclamados consistentes en ... c) El auto de
fecha 28 de junio del año en curso dictado dentro del juicio ejecutivo mercantil número ... del
índice del Juzgado Cuarto de primera instancia del Distrito Judicial de Xalapa-Veracruz,
Ver., (sic) mediante el cual se me priva de mi garantía de audiencia y seguridad jurídica para
poder conocer el mismo, y del que ahora me doy cuenta fue dictado en calidad de secreto sin
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que existiera la debida fundamentación y motivación para ello ... e) Los actos procesales
derivados del acto reclamado en el inciso anterior, especialmente la diligencia de lanzamiento
realizada en mi contra, sin cumplirse con las formalidades de ley, sin que existiera un acuerdo
previo debidamente fundado y motivado para ello ... son violatorios al artículo 14 y 16
constitucional (sic) que dicen: ‘... Nadie podrá ser privado de la vida, de la libertad o de sus
propiedades, posesiones o derechos, sino mediante juicio seguido ante los tribunales
previamente establecidos, en el que se cumplan las formalidades esenciales del
procedimiento y conforme a las leyes expedidas con anterioridad al hecho. ...’. ‘Nadie puede
ser molestado en su persona, familia, domicilio, papeles o posesiones, sino en virtud de
mandamiento escrito de la autoridad competente, que funde y motive la causa legal del
procedimiento. ...’. Las violaciones a tales preceptos constitucionales se observan cuando el
Juez responsable dicta el auto de fecha 28 de junio del año en curso, dentro de los autos del
juicio ejecutivo mercantil ... en el que ordena se publique tal auto como secreto, con lo que se
me impidió conocer debidamente los mismos (sic) para conocer su alcance y poderlo recurrir
en su caso, ya que al no aparecer en lista como por ley debía realizarse, jamás me enteré del
mismo, tan es así que el día 8 de agosto del año 2002 se efectuó en mi contra, en forma
parcial, una diligencia de lanzamiento, y sin tener ningún medio de defensa disponible para
hacerle frente a tal orden judicial, ya que el suscrito conociendo la formalidad de ley
consignada en el artículo 79 del Código Procesal Civil que dice: ‘Artículo 79. Es obligación
de los Jueces, secretarios y demás empleados a quienes la ley encomiende hacer
notificaciones, publicar todos los días, antes de las trece horas, en la puerta de sus oficinas o
en las tablas de avisos, la lista numerada de los negocios acordados o resueltos, designándose
en ella el número de expediente y el de registro de la promoción que se acuerda, nombre y
apellido de los interesados y la naturaleza del procedimiento judicial. La lista de (sic) hará
por triplicado, para que uno de los ejemplares se guarde en el archivo de la oficina para
resolver cualquier duda que se suscite, irá autorizada con el sello y la firma del Juez o
Magistrado en todo caso y no contendrá entrerrenglonados ni repetición de números. El
secretario deberá hacer constar al final de la misma, el número total de acuerdos o
resoluciones que contiene; debiendo además asentar razón en el expediente de haberse fijado.
En esta lista no se inscribirán las resoluciones judiciales que tengan por objeto el depósito de
personas, el requerimiento de pago, los embargos precautorios, el aseguramiento de bienes u
otras diligencias semejantes de carácter reservado a juicio del Juez.’. De la anterior
disposición legal, tenemos que sólo en los casos expresamente señalados es que un auto debe
publicarse como secreto, pero fuera de tales hipótesis no, a menos que el Juez lo considere
así, pero para ello debe dar las razones, motivos o circunstancias por las cuales considera que
es correcto realizar la publicación de un auto como secreto, ello para salvaguardar las
formalidades del procedimiento y fundar y motivar adecuadamente tal acuerdo, paro (sic) no
violentar los derechos de una de las partes en el proceso, como el de imponerse y consultar
los autos del litigio en el que interviene y, en su caso, poder ejercitar recurso alguno contra tal
auto; sin embargo, en el presente caso no se realizó de tal manera, y sin mediar razón,
motivo, causa o circunstancia, el Juez responsable dictó el acuerdo de fecha 28 de junio del
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año 2002, sin fundar o motivar en lo más mínimo, ya que sólo contiene la orden de ser
publicado en lista de acuerdos como secreto, pero no expresó qué motivos tuvo para
ordenarlo de tal manera, con lo que violentó mis garantías individuales en forma notoria y,
por ende, procede que se me conceda el amparo solicitado. Para corroborar lo antes expuesto
me permito transcribir las siguientes tesis: ‘FUNDAMENTACIÓN DE ACTOS DE
AUTORIDAD. Cuando el artículo 16 de nuestra Ley Suprema previene que nadie puede ser
molestado en su persona, sino en virtud de mandamiento escrito de la autoridad competente
que funde y motive la causa legal del procedimiento, está exigiendo a las autoridades, no que
simplemente se apeguen, según su criterio personal íntimo, a una ley, sin que se conozca de
qué ley se trata y los preceptos de ella que sirvan de apoyo al mandamiento relativo de las
propias autoridades, pues esto ni remotamente constituiría garantía para el particular; por lo
contrario, lo que dicho artículo les está exigiendo es que citen la ley y los preceptos de ella en
que se apoyen ya que se trata de que justifiquen legalmente sus proveídos haciendo ver que
no son arbitrarios. Forma de justificación tanto más necesaria, cuanto que, dentro de nuestro
régimen constitucional, las autoridades no tienen más facultades que las que expresamente les
atribuye la ley.’ (cita datos de localización y precedentes). ‘FUNDAMENTACIÓN Y
MOTIVACIÓN. De acuerdo con el artículo 16 de la Constitución Federal, todo acto de
autoridad debe estar adecuada y suficientemente fundado y motivado, entendiéndose por lo
primero que ha de expresarse con precisión el precepto legal aplicable al caso y, por lo
segundo, que también deben señalarse, con precisión, las circunstancias especiales, razones
particulares o causas inmediatas que se hayan tenido en consideración para la emisión del
acto; siendo necesario, además, que exista adecuación entre los motivos aducidos y las
normas aplicables, es decir, que en el caso concreto se configuren las hipótesis normativas.’
(cita datos de localización). 4. El acto reclamado consistente en la ilegal diligencia de
lanzamiento realizada en mi contra, en forma parcial, en fecha 8 de los corrientes, es
violatorio a mis garantías individuales protegidas por los artículos 14 y 16 constitucionales,
que dicen: ‘... Nadie podrá ser privado de la vida, de la libertad o de sus propiedades,
posesiones o derechos, sino mediante juicio seguido ante los tribunales previamente
establecidos, en el que se cumplan las formalidades esenciales del procedimiento y conforme
a las leyes expedidas con anterioridad al hecho. ...’. ‘Nadie puede ser molestado en su
persona, familia, domicilio, papeles o posesiones, sino en virtud de mandamiento escrito de la
autoridad competente, que funde y motive la causa legal del procedimiento. ...’. En efecto, en
principio tal diligencia viola las formalidades del procedimiento, así como la debida
fundamentación y motivación, ya que no tuve conocimiento de ningún requerimiento que se
me hiciera, para utilizar en mi contra el auxilio de la fuerza pública para una diligencia de
desahucio, toda vez que la lista de acuerdos del juzgado natural nunca salió publicada, en la
lista de estrados ningún acuerdo o auto que así lo ordenara, no obstante que el artículo 79 del
Código de Procedimientos Civiles dispone que todos los acuerdos dictados en actuaciones del
proceso judicial deben ser notificados por lista de acuerdos, designando con toda precisión
número de expediente, las partes, el tipo de juicio, a menos de que se trate de los casos
consistentes en depósito de personas, el requerimiento de pago, los embargos precautorios, el
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aseguramiento de bienes u otras diligencias semejantes de carácter reservado a juicio del
Juez, de lo que se observa la ilegalidad del auto de fecha 28 de junio del año en curso, en el
que se ordenó realizar la diligencia de lanzamiento, y siendo ilegal tal auto es lógico y
jurídico concluir también que la diligencia de lanzamiento de fecha 8 de los corrientes,
también es ilegal por estar viciada de origen, ante ello es procedente que por tan manifiesta
violación a mis garantías de fundamentación y motivación y legalidad del procedimiento, se
me conceda el amparo y protección de la Justicia Federal.".
OCTAVO. Son ineficaces los conceptos de violación.
Por cuanto ve a lo que se esgrime respecto de que la autoridad responsable transgrede lo
establecido por los artículos 14 y 16 constitucionales, debido a que ordenó publicar el
acuerdo de veintiocho de junio de dos mil dos -en donde se señaló fecha y hora para la
práctica de la diligencia de lanzamiento- como secreto, sin que fundara y motivara su
proceder, contrariando lo dispuesto por el diverso numeral 79 del Código de Procedimientos
Civiles para el Estado de Veracruz, resulta infundado.
Esto es así, debido a que el precepto legal últimamente mencionado, en tratándose de
diligencias de carácter reservado, a juicio del Juez, no establece la obligación de inscribirlas o
publicarlas en la lista de acuerdos, y al estar en presencia, el Juez responsable, de una
determinación que ordena llevar a cabo una diligencia de lanzamiento, no tenía obligación de
notificarlas en términos de la primera parte del artículo invocado, cuenta habida que dicha
orden, para su cumplimiento, requiere de sigilo y discreción.
Aunado a lo anterior, no debe perderse de vista que en el Código de Procedimientos Civiles
para el Estado de Veracruz, de aplicación supletoria al Código de Comercio, no existe
disposición alguna que imponga al juzgador la obligación de notificar al quejoso este tipo de
actos, lo anterior es así, en virtud de que tal ordenamiento, en el aspecto que interesa, señala
lo siguiente: "Artículo 371. Cuando en virtud de la sentencia o la determinación del Juez deba
entregarse alguna cosa inmueble, se procederá inmediatamente a poner en posesión de la
misma al actor o a la persona en quien fincó el remate aprobado, practicando a este fin todas
las diligencias conducentes que solicite el interesado. ..." y "Artículo 433. Otorgada la
escritura se darán al comprador los títulos de propiedad, apremiando en su caso al deudor
para que los entregue, y se pondrán los bienes a disposición del mismo comprador, dándose
para ello las órdenes necesarias aun las de desocupación de fincas habitadas por el deudor o
por tercero que no tuvieren contrato, para acreditar el uso en los términos que fija el Código
Civil. ...".
De lo anterior se concluye que el juzgador no está obligado a notificar en forma alguna al
quejoso la orden de lanzamiento y, por tanto, el que se haya notificado como secreto, se
ajusta a lo establecido por el artículo 79 del código adjetivo invocado.
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Apoya lo aquí considerado, por su similitud jurídica sustancial, la tesis VII.3o.C.30 C de este
Tribunal Colegiado de Circuito, que aparece publicada en la página mil trescientos noventa y
siete, Tomo XVI, octubre de dos mil dos, Novena Época del Semanario Judicial de la
Federación y su Gaceta, de voz y texto: "LANZAMIENTO. PARA SU REALIZACIÓN NO
HAY NECESIDAD DE NOTIFICAR PERSONALMENTE AL DEMANDADO EL AUTO
QUE LO ORDENA (LEGISLACIÓN DEL ESTADO DE VERACRUZ). La interpretación
sistemática de los artículos 371 y 433 del Código de Procedimientos Civiles para el Estado de
Veracruz, mismos que refieren, en esencia, el primero de ellos, que cuando en cumplimiento
de la sentencia o determinación del Juez deba entregarse alguna cosa inmueble, se procederá
inmediatamente a poner en posesión de la misma al actor o a la persona en quien fincó el
remate aprobado, practicando todas las diligencias conducentes que para el caso solicite el
interesado, y el segundo, que una vez otorgada la escritura y entregados los títulos de
propiedad respectivos, en caso necesario, se apremiará al deudor para que entregue el o los
bienes, y se pondrán a disposición del comprador, emitiendo para ello las órdenes necesarias
para lograr la desocupación de las fincas habitadas por el deudor o su causahabiente, permite
establecer que para ejecutar una orden de lanzamiento se requiere el dictado previo de una
sentencia firme que condene a la desocupación y entrega del bien inmueble materia del
litigio, emitida en un juicio en el que, desde luego, se haya respetado en favor del demandado
la garantía de audiencia previa que otorga la Constitución Federal a todos los gobernados;
asimismo, que antes de pronunciarse el acuerdo que ordena el lanzamiento, se hubiera
requerido la desocupación y entrega de la cosa, inclusive con apercibimiento que, de no
hacerlo, se usaría la fuerza pública para cumplimentar esa orden; así que cuando sabedor de
las consecuencias que conlleva, el demandado no cumplió con lo requerido, si se emite el
auto que ordena llevar a cabo la diligencia relativa, el cual es considerado de aquellos que se
dictan con sigilo y discreción, es evidente que ante tal proceder ya no es necesario que este
acuerdo sea notificado personalmente al demandado, pues además de que no existe precepto
legal alguno que lo ordene así, el lanzamiento deviene en un acto de realización inminente
derivado de no haber cumplido con el requerimiento de entrega previamente realizado.".
Por otra parte, aduce el quejoso que la diligencia de lanzamiento es ilegal porque en la lista
de acuerdos no se notificó el acuerdo en el que se le haya hecho requerimiento con
apercibimiento de utilizar el auxilio de la fuerza pública, a pesar de que el artículo 79 del
Código de Procedimientos Civiles dispone que todos los acuerdos deben ser notificados por
lista.
Sobre el particular, y con independencia de que como parte que es en el juicio ejecutivo
mercantil del que derivan los actos reclamados, debió combatir tal aspecto mediante la vía
correspondiente, atendiendo a la copia certificada del acuerdo de veinticuatro de mayo de dos
mil, glosado a foja ciento doce de autos del cuaderno de amparo, lo que se esgrime es
infundado, habida cuenta que el acuerdo que ordena la diligencia de lanzamiento que nos
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ocupa, es consecuencia del diverso proveído de ocho de mayo del año dos mil dos, en el que
se requirió al quejoso la entrega del inmueble adjudicado a favor de la actora en el juicio
natural, mismo que, contra lo que se aduce, sí fue publicado por lista de acuerdos bajo el
número setenta, a las doce horas con treinta minutos del día de su dictado.
Y si en el caso se notificó al quejoso el requerimiento aludido, se colige entonces que la
diligencia de lanzamiento, por las razones aducidas, no es violatoria de garantías.
En las condiciones apuntadas, al resultar infundados los conceptos de violación analizados, y
no habiendo queja deficiente que suplir en términos de lo que establece el artículo 76 bis,
fracción VI, de la Ley Reglamentaria de los Artículos 103 y 107 Constitucionales, lo que
procede es negar el amparo y protección de la Justicia Federal solicitados.
Por lo expuesto y fundado, y con apoyo además en los artículos 89, 90, 91 y relativos de la
Ley de Amparo, se resuelve:
PRIMERO.-Por las consideraciones vertidas en el considerando cuarto de la presente
ejecutoria, se modifica la sentencia recurrida.
SEGUNDO.-Se sobresee en el juicio de amparo promovido por ... respecto de los actos
reclamados que hizo consistir en todo lo actuado dentro del procedimiento de ejecución de
sentencia en el juicio ejecutivo mercantil ... así como por cuanto ve al secretario adscrito al
Juzgado Cuarto de primera instancia de esta ciudad, en términos del considerando sexto de
esta sentencia.
TERCERO.-Por las consideraciones plasmadas en el considerando octavo de esta ejecutoria,
la Justicia de la Unión no ampara ni protege a ... contra el auto de veintiocho de junio de dos
mil dos, y su ejecución, atribuidos a las autoridades responsables precisadas en el resultando
primero de este propio fallo, con excepción del secretario adscrito al Juzgado Cuarto de
primera instancia de esta ciudad.
Notifíquese; con testimonio de esta resolución, vuelvan los autos al lugar de su procedencia
y, en su oportunidad, archívese el presente asunto.
Así, lo resolvió el Tercer Tribunal Colegiado en Materia Civil del Séptimo Circuito, por
unanimidad de votos de los Magistrados: presidente Adrián Avendaño Constantino, Hugo
Arturo Baizábal Maldonado y Mario Alberto Flores García, fue ponente el segundo de los
Magistrados antes mencionados.
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