LEY Nº 20120 - Leychile.cl

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Historia de la Ley
Nº 20.120
Sobre investigación científica en el ser humano, su
genoma, y prohíbe la clonación humana.
22 de septiembre, 2006
Téngase presente
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ordenados conforme su ocurrencia en cada uno de los trámites del proceso de
formación de la ley, en ambas Cámaras.
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proporcionan información relevante para efectos de la Historia de Ley, como
por ejemplo la cuenta en Sala o la presentación de urgencias.
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INDICE
1. Primer Trámite Constitucional: Senado
1.1.
1.2.
1.3.
1.4.
1.5.
1.6.
1.7.
1.4.
1.8.
Moción Parlamentaria
Informe Comisión de Salud
Discusión en Sala
Discusión en Sala
Boletín de Indicaciones
Boletín de Indicaciones
Segundo Informe Comisión Salud
Discusión en Sala
Oficio Cámara de Origen a Cámara Revisora
4
4
9
71
106
135
141
146
180
205
2. Segundo Trámite Constitucional: Senado
210
2.1.
2.2.
2.3.
2.4.
2.5.
2.6.
2.7.
Primer Informe Comisión de Salud
Discusión en Sala
Discusión en Sala
Discusión en Sala
Segundo Informe Comisión Salud
Discusión en Sala
Oficio de Cámara Revisora a Cámara de Origen
210
277
283
300
317
341
366
3. Tercer Trámite Constitucional: Senado
3.1. Informe Comisión de Salud
3.2. Discusión en Sala
3.3. Discusión en Sala
3.4. Oficio de Cámara de Origen a Cámara Revisora
375
375
397
415
434
4. Trámite Comisión Mixta: Senado y Cámara de Diputados
4.1. Oficio Integrantes Comisión Mixta
4.2. Informe de Comisión Mixta
436
436
437
5. Trámite Comisión Mixta: Senado
460
5.1. Discusión en Sala
5.2. Oficio Cámara de Origen a Cámara Revisora
460
464
6. Trámite Comisión Mixta: Senado
465
6.1. Discusión en Sala
6.2. Oficio de Cámara Revisora a Cámara de Origen
465
473
7. Trámite Veto Presidencial: Senado y Cámara de Diputados 474
7.1. Oficio de Cámara de Origen al Ejecutivo
474
7.2. Oficio del Ejecutivo a Cámara de Origen
479
7.3. Informe Comisión de Salud
481
7.4. Textos Comparados
503
7.5. Discusión en Sala
511
7.6. Discusión en Sala
548
7.7. Oficio de Cámara de Origen al Ejecutivo
575
8. Publicación de Ley en Diario Oficial
576
8.1. Ley Nº 20.120
576
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MOCIÓN PARLAMENTARIA
1. Primer Trámite Constitucional: Senado
1.1. Moción Parlamentaria
Moción de los diputados, señores Nicolás Díaz Sánchez, Juan Hamilton
Depassier, Sergio Páez Verdugo, Mariano Ruiz-Esquide y Andrés Zaldívar
Larraín. Fecha 12 de marzo, 1997. Cuenta en Sesión 32, Legislatura 334.
Senado.
Boletín Nº 1993-11.
Moción de los HH. Senadores
señores Ruiz-Esquide, Díaz,
Hamilton, Páez y Zaldívar,
don Andrés, con la que inician
un proyecto de ley sobre la
investigación científica en el
ser humano, su genoma, y
prohibe la clonación humana.
Honorable Senado:
Los últimos avances logrados en la
clonación de mamíferos superiores han conmovido al mundo tanto por la
espectacularidad de lo obtenido en la manipulación genética, como por
sus eventuales aplicaciones en el ser humano.
Sin embargo estos logros científicos no
son los únicos que abren predicciones alarmantes en el campo ético y por
ello es necesario enmarcarlas en el amplio campo de la investigación
científica en los seres humanos, ámbito en el cual no existe un marco de
conductas que concilie el derecho a la investigación y la libertad que una
sociedad moderna debe garantizar y las regulaciones bioéticas que dan
cuenta del consenso mayoritario existente hoy en el mundo en este
aspecto.
Estos
avances
serán,
con
toda
seguridad, enormes en el campo del genoma humano, es decir en el
mapa cromosómico con sus 600.000.000 de posibilidades de cruzamiento,
cuyas repercusiones en el campo de las mutaciones genéticas o
producción de enfermedades son inimaginables.
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MOCIÓN PARLAMENTARIA
Frente a esta realidad se ha generado
una nueva disciplina, la Bioética que busca resguardar el derecho a la
identidad y privacidad del hombre frente al progreso por él mismo
logrado.
Es en este marco donde los Parlamentos
europeos y americanos y los organismos internacionales y Universidades
han implementado normas y resoluciones que garanticen la autonomía y
conocimientos de cada persona sobre los actos que sobre ellas se ejercen
y la seguridad que la investigación científica será esencialmente benéfica
para el hombre.
En el ánimo de dar un marco legislativo
en nuestro país a estos principios éticos en la investigación en seres
humanos y legislar sobre dos temas emergentes como son el genoma
humano y la clonación, venimos en presentar la siguiente moción
parlamentaria:
MOCION PARLAMENTARIA
Fija normas sobre la Investigación
Científica en seres humanos, legisla sobre el Genoma Humano y
prohibe la Clonación Humana.
Artículo 1.- La presente ley protege la dignidad e identidad de todo ser
humano y garantiza a toda persona, sin discriminación, el respeto de su
integridad y demás derechos y libertades fundamentales con respecto a
las aplicaciones de la biología y la medicina.
Artículo 2.- Los derechos del ser humano prevalecerán sobre el exclusivo
interés de la sociedad y de la ciencia. La investigación científica debe ser
preocupación especial del Estado y la Sociedad Chilena procurándose los
medios que la garanticen.
Artículo 3.- Toda investigación científica en seres humanos deberá
contar con el consentimiento informado del presunto sujeto o, en caso de
que la persona carezca de capacidad para dar su consentimiento
informado, el consentimiento por poder de un representante debidamente
autorizado.
Artículo 4.- El investigador tiene el deber de:
1) transmitir al presunto sujeto toda la información que
necesite para dar un consentimiento debidamente informado;
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MOCIÓN PARLAMENTARIA
2) ofrecer al presunto sujeto amplías oportunidades de hacer
preguntas e instarlo a que las haga;
3) excluir toda posibilidad de engaño injustificado, influencia
indebida o intimidación;
4) pedir el consentimiento del sujeto únicamente cuando éste
tenga pleno conocimiento de los hechos pertinentes y de las
consecuencias de la participación, y haya tenido suficientes
oportunidades para decidir si participará en la investigación;
5) como regla general, lograr que el presunto sujeto firme
algún documento que acredite su consentimiento informado
y
6) renovar el consentimiento informado de cada sujeto si las
condiciones o los procedimientos de la investigación sufren
modificaciones importantes.
Articulo 5.- Al emprender investigaciones con sujetos de comunidades
consideradas vulnerables, el investigador debe cerciorarse de que:
1) personas de esas comunidades no participen regularmente
en investigaciones que puedan realizarse razonablemente
bien en comunidades no vulnerables;
2) la investigación responda a las necesidades y prioridades de
la comunidad en que se lleve a cabo;
3) se haga todo lo posible por resguardar el imperativo ético de
que el consentimiento de cada sujeto sea informado, y
4) el proyecto de investigación haya sido examinado y
aprobado por una comisión de evaluación ética que cuente
entre sus integrantes o consultores con personas que
conozcan cabalmente las costumbres y tradiciones de la
comunidad.
Artículo 6.-No podrá llevarse a cabo intervención alguna en una persona
en materia de salud sin su consentimiento informado y libre.
Dicha persona deberá ser informada
antes de manera adecuada sobre el objetivo y naturaleza de la
intervención así como de sus consecuencias y riesgos. Podrá revocar el
consentimiento en todo momento y con plena libertad.
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MOCIÓN PARLAMENTARIA
Artículo 7.- No se puede investigar con personas si no se cumplen todas
las condiciones siguientes:
1 ) no existe un método alternativo a la investigación con seres
humanos de eficacia comparable,
2) los riesgos a que se expone la persona no deben ser
desproporcionados en relación a los beneficios que se
esperan de la investigación,
3) aprobación del proyecto de investigación, después de
examen independiente, realizado por una instancia
competente para determinar la elevancia científica, que debe
incluir la importancia del objetivo de la investigación y la
aceptabilidad ética,
4) la persona que se presta a la intervención ha de ser
informada de sus derechos y garantías previstas en la ley
para su protección.
5) el consentimiento contemplado en el artículo 5 sea dado
expresa y específicamente, y quede consignado por escrito.
El consentimiento se puede retirar libremente en todo
momento.
Artículo 8 .- Se prohibe toda forma de discriminación de personas por su
patrimonio genético.
Artículo 9.- Los análisis predictivos de enfermedades genéticas que
permiten identificar a una persona como portadora de un gen responsable
de una enfermedad o bien detectar la predisposición o susceptibilidad
genética a una enfermedad, sólo podrá hacerse por motivos de salud o de
investigación científica relacionada con motivos de salud y contando con
un asesoramiento genético apropiado.
Artículo 10.- No podrá realizarse intervención alguna en el genoma
humano si no es con fines preventivos, terapéuticos o diagnósticos y a
condición de que no tenga por objetiva introducir ninguna modificación en
el genoma de la descendencia.
Artículo 11.- La utilización de técnicas de procreación médicamente
asistida no se puede admitir para escoger el sexo del niño por nacer.
Artículo 12.- Queda prohibida la clonación en seres humanos,
entendiéndose por tal la incrementación de una o más células partiendo
de un individuo único y sin que estén las características de la
reproducción sexuada.
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MOCIÓN PARLAMENTARIA
Artículo 13.- La contravención de esta norma será sancionada con la
suspensión de la profesión titular en su grados mininos a medios y
presidio menor en su grado máximo.
Artículo 14.- Créase una Comisión Asesora del Presidente de la
República denominada "Comisión Nacional de Bioética "con el objeto de
estudiar y proponer al Presidente de la República las normas y criterios
necesarios para hacer conciliable la libertad de investigación y las normas
que la Biotica exige para resguardar los derechos de las personas.
La Comisión estará integrada por las
siguientes personas:
1) Un académico especializado en bioética designado por los Decanos de
las Facu1tades de Medicina de las Universidad reconocidas por el
Estado.
2) Un académico especializado en bioética designado por los Decanos de
las Facultades de Derecho de las Universidades reconocidas por el
Estado.
3) Un académico especializado en ética, designado por las Facultades de
Filosofía de las Universidades reconocidas por el Estado.
4) El Presidente de la Comisión de Ética del Colegio Médico más
representativo de Chile o la persona que él designe.
5) Un teólogo designado por el conjunto de las Iglesias de Chile.
6) Un representante de las Sociedades o Corporaciones Científicas
relacionadas directamente con la Bioética.
7) Un representante del Programa Regional de Bioética de la Organización
Panamericana de la Salud mientras este programa tenga su oficina en
Chile.
MARIANO RUIZ-ESQUIDE JARA
NICOLAS DIAZ SANCHEZ
JUAN HAMILTON DEPASSIER
SERGIO PAEZ VERDUGO
ANDRES ZALDIVAR LARRAIN
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PRIMER INFORME COMISIÓN SALUD
1.2. Primer Informe Comisión de Salud.
Senado. Fecha 11 de julio, 2000. Cuenta en Sesión 10, Legislatura 342.
INFORME DE LA COMISION DE SALUD
recaído en el proyecto de ley, en primer
trámite constitucional, sobre la investigación
científica en el ser humano, su genoma, y que
prohibe la clonación humana.
BOLETIN Nº 1993-11.
HONORABLE SENADO:
Vuestra Comisión de Salud tiene el honor de informaros el
proyecto de ley individualizado en el rubro, originado en moción de los HH.
Senadores señores Ruiz-Esquide, Díaz, Hamilton, Páez y Zaldívar, don Andrés.
A las sesiones en que se consideró este proyecto
asistieron, además de los miembros de la Comisión, los representantes del
Ministerio de Salud, señor Rodrigo Salinas, Jefe de la división Salud de las
Personas, los doctores Luis Martínez y Alfredo Avendaño, la asesora de dicho
Ministerio, doctora Charlotte Bouësseau y la asesora legal del mismo, doña
Danae Frings; el Presidente del Colegio Médico de Chile A.G., doctor Ricardo
Vacarezza; el profesor de la Facultad de Filosofía y Humanidades de la
Universidad de Chile, doctor Miguel Kottow; el representante del Centro de
Bioética de la Facultad de Medicina de la Pontificia Universidad Católica de
Chile, doctor Alejandro Serani; los representantes del Departamento de
Biología Celular y Genética de la Universidad de Chile, doctores Jorge Allende y
Carlos Valenzuela; el representante de la Universidad de Concepción, profesor
señor Faruk Alay; en representación de la O.P.S., el Director del Programa
Regional de Bioética para América Latina y el Caribe, doctor Julio Montt, y el
consultor de dicha entidad, señor Roberto Mancini; el doctor Ricardo CruzCoke, profesor de Genética Clínica de la Facultad de Medicina de la Universidad
de Chile; el profesor de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la
misma casa de estudios, don Gonzalo Figueroa, y el doctor Rafael Vicuña,
profesor de la Facultad de Ciencias Biológicas de la Pontifica Universidad
Católica de Chile. Asimismo, la Sociedad de Biología Celular de Chile, presidida
por don Mario Rosemblatt, hizo llegar un análisis preparado por la doctora
Bernardita Méndez, investigadora asociada a esa entidad y Presidenta de la
Fundación Ciencia para la Vida.
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PRIMER INFORME COMISIÓN SALUD
---------La Comisión ofició a la Corte Suprema para recoger su
opinión acerca del artículo 17 de la iniciativa en informe, que otorga a las
Cortes de Apelaciones una nueva atribución, cual es la de revisar algunas
decisiones de las Comisiones de Bioética a que se refiere el proyecto,
disposición que requiere, por ende, el voto conforme de cuatro séptimas partes
de los Senadores en ejercicio para ser aprobada, dado su carácter de ley
orgánica constitucional.
----ANTECEDENTES
Para el estudio de la iniciativa legal en informe, se han
tenido en consideración, especialmente, los siguientes antecedentes:
1.- La moción de los HH. Senadores señores Ruiz-Esquide,
Díaz, Hamilton, Páez y Zaldívar, don Andrés, con que se inició el proyecto de
ley en análisis.
Dicha moción, en primer término, señala que los últimos
avances logrados en la clonación de mamíferos superiores han conmovido al
mundo tanto por la espectacularidad de lo obtenido en la manipulación
genética como por sus eventuales aplicaciones en el ser humano.
Agrega que, sin embargo, estos logros científicos no son
los únicos que abren predicciones alarmantes en el campo ético y por ello es
necesario comprenderlos en el amplio campo de la investigación científica en
los seres humanos, ámbito en el cual no existe un marco de conducta que
concilie el derecho a la investigación, la libertad que una sociedad moderna
debe garantizar y las regulaciones bioéticas que dan cuenta del consenso
mayoritario existente hoy en el mundo en este aspecto.
Estos avances, continúa, serán, con toda seguridad,
enormes en el campo del genoma humano, es decir, en el mapa cromosómico
con sus 600.000.000 de posibilidades de cruzamiento, cuyas repercusiones en
el campo de las mutaciones genéticas o en la aparición de enfermedades son
inimaginables.
Frente a esta realidad se ha generado una nueva
disciplina, la Bioética, que busca resguardar el derecho a la identidad y
privacidad del hombre frente al progreso por él mismo logrado.
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PRIMER INFORME COMISIÓN SALUD
La moción expresa que es en este marco donde los
parlamentos europeos y americanos, los organismos internacionales y las
universidades han implementado normas y resoluciones que garanticen la
autonomía y conocimientos de cada persona sobre los actos que sobre ellas se
ejercen y la seguridad que la investigación científica será esencialmente
benéfica para el hombre.
Finalmente, los autores de la moción manifiestan que en el
ánimo de dar un marco legislativo en nuestro país a estos principios éticos en
la investigación en seres humanos, y con el objeto de legislar sobre dos temas
emergentes como son el genoma humano y la clonación, presentan la iniciativa
legal en comento.
2.- Código de Nüremberg.- Con este nombre se conocen
diez puntos establecidos históricamente como las primeras directrices básicas
en el ámbito de la experimentación científica en seres humanos.
Fueron elaboradas en el marco del juicio de Nüremberg,
que juzgó a los criminales de guerra nazis por los delitos cometidos durante la
Segunda Guerra Mundial, específicamente al conocerse el caso denominado
“Estados Unidos contra Karl Brandt”, a propósito del cual se debatió el difícil
tema de la experimentación médica en seres humanos.
La defensa arguyó la inexistencia de legislación
internacional que distinguiera entre experimentación legal e ilegal en seres
humanos. Este planteamiento preocupó seriamente a los doctores de
nacionalidad norteamericana Andrew Ivy y Leo Alexander, quienes trabajaron
con la fiscalía durante el referido juicio, al punto que el 17 de abril de 1947 el
doctor Alexander entregó un memorandum al Consejo de los Estados Unidos
para Crímenes de Guerra, en el cual se señalaban seis puntos que definían la
investigación legítima.
El veredicto pronunciado el 19 de agosto del mismo año
reiteró la mayor parte de estos seis puntos en una sección del fallo que tituló
“Experimentos médicos permitidos” y que extendía los seis puntos originales a
diez, que en adelante han sido conocidos como el “Código de Nüremberg” y
que han informado por más de cincuenta años numerosos reglamentos de ética
médica.
El citado decálogo señala las siguientes reglas básicas:
1.- El consentimiento voluntario de la persona humana es
absolutamente esencial.
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PRIMER INFORME COMISIÓN SALUD
2.- El experimento debe ser útil para el bien de la
sociedad, irreemplazable por otros métodos o medios de estudio y de tal
naturaleza que excluya el azar y lo innecesario.
3.- El experimento deberá ser diseñado y basado en los
resultados de la experimentación en animales y en el conocimiento de la
historia natural de la enfermedad u otro problema sometido a estudio de forma
tal que los resultados que se esperan justifiquen su ejecución.
4.- El experimento debe ejecutarse de forma de evitar
todo sufrimiento o daño físico o mental innecesario.
5.- Ningún experimento debe ejecutarse cuando existan
razones a priori para creer que sobrevendrá la muerte o un daño grave,
excepto aquellos en los cuales los médicos que los ejecutan también sirven
como sujetos de experimentación.
6.- El grado de riesgo que se asuma nunca deberá exceder
el nivel determinado por la importancia humanitaria del problema a resolver
por el experimento.
7.- Deberán adoptarse los preparativos y proveerse las
condiciones necesarias para proteger al sujeto de experimentación en contra
de cualquier remota posibilidad de daño, incapacidad o muerte.
8.- El experimento deberá ser conducido solamente por
personas científicamente calificadas. Deberá exigirse el más alto grado de
destreza y cuidado a través de todas las etapas del experimento a todos
quienes lo ejecuten o colaboren en él.
9.- Durante el curso del experimento el sujeto humano
deberá tener libertad para terminarlo si ha llegado al estado físico o mental en
el cual su continuación le parece imposible.
10.- Durante el curso del experimento el científico a cargo
deberá estar preparado para terminarlo en cualquier etapa del mismo, si es
que tiene causa para creer, de buena fe y en ejercicio de su habilidad superior
y juicio cuidadoso, que la continuación del experimento podrá producir daño,
incapacidad o muerte del sujeto experimental.
3.- Declaración de Helsinki.- Se trata de recomendaciones
destinadas a guiar a los médicos en la investigación biomédica que involucre a
seres humanos. Fueron adoptadas por la 18ª Asamblea Médica Mundial,
celebrada en Helsinki, Finlandia, en junio de 1964 y posteriormente ratificadas
por la 29ª y 35ª Asambleas Médicas Mundiales, que tuvieron lugar en Tokio y
Venecia, en octubre de 1975 y octubre de 1983, respectivamente.
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PRIMER INFORME COMISIÓN SALUD
I.- Principios Básicos:
1.- La investigación biomédica en seres humanos debe
conformarse a las normas científicas generalmente aceptadas y debe basarse
en experimentación adecuada en laboratorio y en animales y en el
conocimiento profundo de la literatura científica pertinente.
2.- El diseño y realización de cada procedimiento de
investigación en seres humanos debe formularse claramente en un protocolo
experimental el cual deberá ser comunicado a un comité independiente para su
consideración, observaciones y consejos.
3.- La investigación biomédica en seres humanos deberá
ser conducida solamente por personas científicamente calificadas y bajo la
supervisión de un médico clínicamente competente. La responsabilidad por el
sujeto humano debe recaer siempre en una persona médicamente calificada y
nunca en el sujeto de la investigación, aunque él haya dado su consentimiento.
4.- La investigación biomédica en seres humanos no puede
ser llevada a cabo legítimamente sin guardar proporción entre la importancia
del objetivo perseguido y los riesgos inherentes para el sujeto.
5.- Cada proyecto de investigación biomédica en seres
humanos deberá ser precedido por una cuidadosa evaluación de los riesgos
previsibles en comparación con los beneficios posibles para el sujeto u otros
individuos. La preocupación por el interés del sujeto debe prevalecer siempre
sobre los intereses de la ciencia y de la sociedad.
6.- El derecho del sujeto de la investigación a
salvaguardar su integridad debe ser respetado siempre. Cada precaución
posible deberá ser adoptada para resguardar la privacidad del individuo y
minimizar el impacto de la investigación en su personalidad y en su integridad
física y mental.
7.- Los médicos deben abstenerse de realizar proyectos de
investigación en seres humanos si los riesgos envueltos no son pronosticables.
Ellos deberán cesar cualquier experimento si los riesgos son mayores que los
posibles beneficios.
8.- En la publicación de los resultados de su investigación
el médico está obligado a preservar la exactitud de los resultados. Los
informes de experimentación en discordancia con los principios establecidos en
esta Declaración no deberán ser aceptados para su publicación.
9.- En cualquier investigación en seres humanos, cada
sujeto potencial debe ser adecuadamente informado sobre los objetivos,
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PRIMER INFORME COMISIÓN SALUD
métodos, posibles beneficios, riesgos previsibles del estudio e incomodidades
que el experimento le puede causar. El deberá ser informado que tiene la
libertad de abstenerse de participar en el experimento y que es libre para
retirar su consentimiento de participar en cualquier momento. El médico
deberá obtener el consentimiento voluntario y consciente del sujeto,
preferentemente por escrito.
10.- Al obtener el consentimiento informado para el
proyecto de investigación el médico deberá ser particularmente cuidadoso para
observar si el sujeto se encuentra en una relación de dependencia hacia él o
pueda haber consentido bajo coacción. En tal caso el consentimiento informado
del sujeto deberá ser obtenido por un médico completamente ajeno a la
investigación y completamente independiente de la relación médico-individuo.
11.- En el caso de los legalmente incapaces, el
consentimiento informado deberá ser obtenido de su tutor legal, conforme a la
legislación aplicable. En aquellos casos en que la incapacidad física o mental
haga imposible obtener el consentimiento informado, o cuando el sujeto es un
menor, el permiso del pariente responsable reemplaza el del sujeto conforme a
la legislación nacional pertinente.
En todos aquellos casos en que el menor de edad es capaz
de dar su consentimiento, éste deberá ser obtenido además del consentimiento
del representante legal.
12.- El protocolo de investigación deberá contener siempre
una enunciación de las consideraciones éticas involucradas y deberá indicar
que los principios de la presente Declaración se han cumplido.
II.- Investigación médica combinada con atención médica
: (investigación clínica)
1.- En el tratamiento de un paciente el médico deberá ser
libre de usar un nuevo método diagnóstico y medidas terapéuticas, si a su
juicio ofrecen una esperanza de salvar la vida, restablecer la salud o mitigar el
sufrimiento.
2.- Los posibles beneficios, riesgos e incomodidades de un
nuevo método deberán ser contrastados con las ventajas de los mejores
métodos diagnósticos y terapéuticos vigentes.
3.- En cualquier investigación médica se deberá asegurar a
cada paciente -incluyendo los pertenecientes a grupos de control- los mejores
métodos diagnósticos y terapéuticos disponibles.
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PRIMER INFORME COMISIÓN SALUD
4.- La negativa de un paciente a participar en una
investigación nunca debe interferir con la relación médico-paciente.
5.- Si el médico considera esencial no obtener el
consentimiento informado del individuo, las razones específicas que avalen
esta decisión deberán consignarse en el protocolo de la investigación para que
sea transmitido al comité independiente.
6.- El médico puede combinar investigación médica con
atención médica, con el objetivo de adquirir nuevos conocimientos médicos,
extendiendo la investigación médica sólo hasta donde se justifique por un
posible valor diagnóstico o terapéutico para el paciente.
III.- Investigación biomédica no terapéutica que involucra
seres humanos: (investigación biomédica no clínica)
1.- En la aplicación puramente científica de la
investigación médica en seres humanos, es deber del facultativo mantenerse
en su rol de protector de la vida y la salud del individuo sujeto a la
investigación.
2.- Los sujetos deberán ser voluntarios en buena salud o
pacientes cuya enfermedad no se relacione con el diseño del experimento.
3.- El investigador o el equipo de investigación debe
discontinuar la investigación si a su juicio proseguirla podría ser perjudicial
para el sujeto.
4.- En investigaciones en seres humanos el interés de la
ciencia y la sociedad nunca deberán primar sobre el bienestar del sujeto.
4).- Declaración Universal sobre Genoma Humano y
Derechos Humanos aprobada por la Conferencia General de la UNESCO, de 11
de noviembre de 1997.
El organismo especializado de Naciones Unidas estableció
esta Declaración de 25 artículos, agrupados en siete capítulos.
A. LA DIGNIDAD HUMANA Y EL GENOMA HUMANO
Artículo 1
El genoma humano es la base de la unidad fundamental de todos los miembros
de la familia humana y del reconocimiento de su dignidad intrínseca y su
diversidad. En sentido simbólico, el genoma humano es el patrimonio de la
humanidad.
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PRIMER INFORME COMISIÓN SALUD
Artículo 2
a) Cada individuo tiene derecho al respeto de su dignidad y derechos,
cualesquiera que sean sus características genéticas.
b) Esta dignidad impone que no se reduzca a los individuos a sus
características genéticas y que se respete el carácter único de cada uno y su
diversidad.
Artículo 3
El genoma humano, por naturaleza evolutivo, está sometido a mutaciones.
Entraña posibilidades que se expresan de distintos modos en función del
entorno natural y social de cada persona, que comprende su estado de salud
individual, sus condiciones de vida, su alimentación y su educación.
Artículo 4
El genoma humano en su estado natural no puede dar lugar a beneficios
pecuniarios.
B. DERECHOS DE LAS PERSONAS INTERESADAS
Artículo 5
a) Una investigación, un tratamiento o un diagnóstico en relación con el
genoma de un individuo sólo podrá efectuarse previa evaluación rigurosa de
los riesgos y las ventajas que entrañe y de conformidad con cualquier otra
exigencia de la legislación nacional.
b) En todos los casos, se recabará el consentimiento previo, libre e informado
de la persona interesada. Si ésta no está en condiciones de manifestarlo, el
consentimiento o autorización habrán de obtenerse de conformidad con lo que
estipule la ley, teniendo en cuenta el interés superior del interesado.
c) Se debe respetar el derecho de toda persona a decidir que se le informe o
no de los resultados de un examen genético y de sus consecuencias.
d) En el caso de la investigación, los protocolos deberán someterse, además, a
una evaluación previa, de conformidad con las normas o directrices nacionales
e internacionales aplicables en la materia.
e) Si en conformidad con la ley una persona no estuviese en condiciones de
expresar su consentimiento, sólo se podrá efectuar una investigación sobre su
genoma a condición de que represente un beneficio directo para su salud, y a
reserva de las autorizaciones y medidas de protección estipuladas por la ley.
Una investigación que no represente un beneficio directo previsible para la
salud sólo podrá efectuarse a titulo excepcional, con la mayor prudencia y
procurando no exponer al interesado sino a un riesgo y una coerción mínimos,
y si la investigación está encaminada a redundar en beneficio de la salud de
otras personas pertenecientes al mismo grupo de edad o que se encuentren en
las mismas condiciones genéticas, a reserva de que dicha investigación se
efectúe en las condiciones previstas por la ley y sea compatible con la
protección de los derechos humanos individuales.
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PRIMER INFORME COMISIÓN SALUD
Artículo 6
Nadie podrá ser objeto de discriminaciones fundadas en sus características
genéticas, cuyo objeto o efecto sería atentar contra sus derechos humanos y
libertades fundamentales y el reconocimiento de su dignidad.
Artículo 7
Se deberá proteger en las condiciones estipuladas por la ley la confidencialidad
de los datos genéticos asociados con una persona identificable, conservados o
tratados con fines de investigación o cualquier otra finalidad.
Artículo 8
Toda persona tendrá derecho, de conformidad con el derecho internacional y el
derecho nacional, a una reparación equitativa de un daño del que pueda haber
sido víctima, cuya causa directa y determinante pueda haber sido una
intervención en su genoma.
Artículo 9
Para proteger los derechos humanos y las libertades fundamentales sólo la
legislación podrá limitar los principios de consentimiento y confidencialidad, de
haber razones imperiosas para ello, y a reserva del estricto respeto del
derecho internacional público y del derecho internacional relativo a los
derechos humanos.
C. INVESTIGACIONES SOBRE EL GENOMA HUMANO
Artículo 10
Ninguna investigación relativa al genoma humano ni ninguna de sus
aplicaciones, en particular en las esferas de la biología, la genética y la
medicina, podrá prevalecer sobre el respeto de los derechos humanos, de las
libertades fundamentales y de la dignidad humana de los individuos o, si
procede, de grupos de individuos.
Artículo 11
No deben permitirse las prácticas que sean contrarias a la dignidad humana,
como la clonación con fines de reproducción de seres humanos. Se invita a los
Estados y a las organizaciones internacionales competentes a que cooperen
para identificar estas prácticas y a que adopten en el plano nacional o
internacional las medidas que corresponda, para asegurarse de que se
respetan los principios enunciados en la presente Declaración.
Artículo 12
a) Toda persona debe tener acceso a los progresos de la biología, la genética y
la medicina en materia de genoma humano, respetándose su dignidad y
derechos.
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b) La libertad de investigación, que es necesaria para el progreso del saber,
procede de la libertad de pensamiento. Las aplicaciones de la investigación
sobre el genoma humano, sobre todo en el campo de la biología, la genética y
la medicina, deben orientarse a aliviar el sufrimiento y mejorar la salud del
individuo y de toda la humanidad.
D. CONDICIONES DE EJERCICIO DE LA ACTIVIDAD CIENTIFICA
Artículo 13
Las consecuencias éticas y sociales de las investigaciones sobre el genoma
humano imponen a los investigadores responsabilidades especiales de rigor,
prudencia, probidad intelectual e integridad, tanto en la realización de sus
investigaciones como en la presentación y utilización de los resultados de
éstas. Los responsables de la formulación de políticas científicas públicas y
privadas tienen también responsabilidades especiales al respecto.
Artículo 14
Los Estados tomarán las medidas apropiadas para favorecer las condiciones
intelectuales y materiales propicias para el libre ejercicio de las actividades de
investigación sobre el genoma humano y para tener en cuenta las
consecuencias éticas, legales, sociales y económicas de dicha investigación,
basándose en los principios establecidos en la presente Declaración.
Artículo 15
Los Estados tomarán las medidas apropiadas para fijar el marco del libre
ejercicio de las actividades de investigación sobre el genoma humano
respetando los principios establecidos en la presente Declaración, a fin de
garantizar el respeto de los derechos humanos, las libertades fundamentales y
la dignidad humana y proteger la salud pública. Velarán por que los resultados
de esas investigaciones no puedan utilizarse con fines no pacíficos.
Artículo 16
Los Estados reconocerán el interés de promover, en los distintos niveles
apropiados, la creación de comités de ética independientes, pluridisciplinarios y
pluralistas, encargados de apreciar las cuestiones éticas, jurídicas y sociales
planteadas por las investigaciones sobre el genoma humano y sus aplicaciones.
E. SOLIDARIDAD Y COOPERACION INTERNACIONAL
Artículo 17
Los Estados deberán respetar y promover la práctica de la solidaridad para con
los individuos, familias o poblaciones particularmente expuestos a las
enfermedades o discapacidades de índole genética o afectados por éstas.
Deberían fomentar, entre otras cosas, las investigaciones encaminadas a
identificar, prevenir y tratar las enfermedades genéticas o aquéllas en las que
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interviene la genética, sobre todo las enfermedades raras y las enfermedades
endémicas que afectan a una parte considerable de la población mundial.
Artículo 18
Los Estados deberán hacer todo lo posible, teniendo debidamente en cuenta
los principios establecidos en la presente Declaración, para seguir fomentando
la difusión internacional de los conocimientos científicos sobre el genoma
humano, la diversidad humana y la investigación genética, y a este respecto
favorecerán la cooperación científica y cultural, en particular entre países
industrializados y países en desarrollo.
Artículo 19
a) En el marco de la cooperación internacional con los países en desarrollo. los
Estados deberán esforzarse por fomentar medidas destinadas a:
i) evaluar los riesgos y ventajas de la investigación sobre el genoma humano y
prevenir los abusos;
ii) desarrollar y fortalecer la capacidad de los países en desarrollo para realizar
investigaciones sobre biología y genética humanas, tomando en consideración
sus problemas específicos;
iii) permitir a los países en desarrollo sacar provecho de los resultados de las
investigaciones científicas y tecnológicas a fin de que su utilización en pro del
progreso económico y social pueda redundar en beneficio de todos;
iv) fomentar el libre intercambio de conocimientos e información científicos en
los campos de la biología, la genética y la medicina.
b) Las organizaciones internacionales competentes deberán apoyar y promover
las iniciativas que tomen los Estados con los fines enumerados más arriba.
F. FOMENTO DE LOS PRINCIPIOS DE LA DECLARACION
Artículo 20
Los Estados tomarán las medidas adecuadas para fomentar los principios
establecidos en la Declaración, a través de la educación y otros medios
pertinentes, y en particular, entre otras cosas, la investigación y formación en
campos interdisciplinarios y el fomento de la educación en materia de bioética,
en todos los niveles, particularmente para los responsables de las políticas
científicas.
Artículo 21
Los Estados tomarán las medidas adecuadas para fomentar otras formas de
investigación, formación y difusión de la información que permitan a la
sociedad y a cada uno de sus miembros cobrar mayor conciencia de sus
responsabilidades ante las cuestiones fundamentales relacionadas con la
defensa de la dignidad humana que puedan plantear la investigación en
biología, genética y medicina y las correspondientes aplicaciones. Se deberían
comprometer, además, a favorecer al respecto un debate abierto en el plano
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internacional que garantice la libre expresión de las distintas corrientes de
pensamiento socioculturales, religiosas y filosóficas.
G. APLICACIÓN DE LA DECLARACION
Artículo 22
Los Estados intentarán garantizar el respeto de los principios enunciados en la
presente Declaración y facilitar su aplicación por cuantas medidas resulten
apropiadas.
Artículo 23
Los Estados tomarán las medidas adecuadas para fomentar mediante la
educación, la formación y la información, el respeto de los principios antes
enunciados y favorecer su reconocimiento y su aplicación efectiva. Los Estados
deberán fomentar también los intercambios y las redes entre comités de ética
independientes, según se establezcan, para favorecer su plena colaboración.
Artículo 24
El Comité Internacional de Bioética de la UNESCO contribuirá a difundir los
principios enunciados en la presente Declaración y a profundizar el examen de
las cuestiones planteadas por su aplicación y por la evolución de las
tecnologías en cuestión. Deberá organizar consultas apropiadas con las partes
interesadas, como por ejemplo los grupos vulnerables. Presentará, de
conformidad con los procedimientos reglamentarios de la UNESCO,
recomendaciones a la Conferencia General y prestará asesoramiento en lo
referente al seguimiento de la presente Declaración, en particular por lo que se
refiere a la identificación de prácticas que pueden ir en contra de la dignidad
humana, como las intervenciones en la línea germinal.
Artículo 25
Ninguna disposición de la presente Declaración podrá interpretarse como si
confiriera a un Estado, un grupo o un individuo, un derecho cualquiera a
ejercer una actividad o a realizar un acto que vaya en contra de los derechos
humanos y las libertades fundamentales, y en particular los principios
establecidos en la presente Declaración.
5).- Proyecto Genoma Humano 1.
El Proyecto Genoma Humano nace en 1990, como un
esfuerzo multinacional impulsado inicialmente por el Departamento de Energía
y el Instituto Nacional de la Salud de los Estados Unidos de América. Participan
también en él Alemania, Australia, Brasil, Canadá, China, Corea, Dinamarca,
Francia, Holanda, Inglaterra, Israel, Italia, Japón, México, Rusia y Suecia.
1
Fuentes: http://www.ornl.gov/hgmis/home.html y
Cuaderno Humanitas Nº 15, Facultad de Medicina de la P. U. Católica, noviembre 1999
Diario El Mercurio de Valparaíso, 3 de julio de 2000
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Sus objetivos son identificar los 100.000 genes presentes
en el ADN humano 2; determinar las secuencias de los 3.000 millones de pares
base químicos que constituyen el ADN humano; almacenar esa información en
bases de datos; desarrollar herramientas para analizar esos datos; transferir al
sector privado las tecnologías relacionadas, y dirigir los aspectos éticos,
jurídicos y sociales que emanen del proyecto.
Simultáneamente un esfuerzo privado en la misma
dirección ha sido encabezado por el consorcio americano Celera Genomics, que
agrupa a investigadores de las áreas académica e industrial.
En sus orígenes se planificó desarrollar el Proyecto en un
lapso de 15 años. A poco andar se redujo el plazo de término al año 2003 y,
hace unos días, se ha anunciado que la primera fase de identificación se ha
completado en más del 90%.
En el núcleo de cada célula del cuerpo humano existen 46
cromosomas, 23 aportados por el espermio y 23 por el óvulo al momento de la
fecundación. En cada cromosoma hay miles de genes, en los que reside una
parte de la información genética contenida en el ácido desoxirribonucleico
(ADN) de cada célula; la función del resto es desconocida.
La molécula de ADN tiene una forma helicoidal doble y
está conformada por moléculas de azúcar unidas a moléculas de fosfato y por
moléculas de base nitrogenada que siempre se asocian siguiendo el mismo
esquema: a una molécula de Adenina (A) siempre se une otra de Timina (T), y
a una de Guanina (G) siempre se junta otra de Citosina (C). Cada segmento de
la molécula de ADN con una secuencia específica de ordenación de las referidas
bases nitrogenadas constituye un gen, que encierra la información necesaria
para cumplir una función determinada.
La mayoría de las estructuras y funciones corporales son el
resultado de un conjunto de genes, de las interacciones entre ellos y de las
características del ambiente en que se da la interacción.
---------DISCUSION GENERAL
Dejamos constancia, en este punto, que la discusión sobre
la idea de legislar se basó en el texto original propuesto en la moción.
2
Otras fuentes mencionan entre 50 mil y 70 mil genes.
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En el seno de vuestra Comisión, el H. Senador señor RuizEsquide, uno de los autores del proyecto, reiteró los fundamentos contenidos
en la moción y agregó que en la iniciativa se destacan cuatro aspectos
esenciales.
Primero, se busca construir un marco regulatorio para la
investigación en seres humanos, materia no legislada en Chile, respecto de la
que, si bien no ha habido hasta ahora mayor polémica, no puede asegurarse
que en el futuro no sea afectada por problemas éticos.
La experiencia indica que se están produciendo conflictos,
especialmente a raíz de que buena parte de la investigación de los últimos
años no sólo se ha realizado por universidades, sino que también por empresas
comerciales que persiguen fines que van más allá de los académicos. Es decir agregó el señor Senador- se han sobrepasado los marcos de la investigación
tradicional.
El segundo aspecto dice relación con el tema del genoma
humano y la investigación genética, respecto de lo cual se ha abierto un gran
debate internacional, especialmente en el Parlamento Latinoamericano, en el
seno del cual uno de los temas básicos es la investigación genética y las
conductas que deben observarse para la preservación del genoma humano.
El tercer aspecto se vincula con el rechazo de la clonación
humana por las implicaciones éticas que encierra.
El cuarto aspecto, concluyó, es la creación de un ente
consultivo de carácter ético, que imponga normas de conducta por su peso
moral.
El doctor Luis Martínez, en representación del Ministerio
de Salud, señaló que, en su concepto, es necesario legislar sobre la materia
con la mayor claridad, toda vez que el proyecto comprende una serie de
aspectos fundamentales.
En cuanto a la investigación científica, por lo que
representa para el desarrollo del ámbito sanitario, expresó que el Ministerio es
respetuoso de la más amplia libertad para los investigadores siempre que se
respeten las normas derivadas de la experiencia histórica al respecto, debiendo
tenerse en especial consideración que la investigación actual va más allá de la
tradicional experimentación e investigación de eficacias terapéuticas y puede
provocar efectos irreversibles sobre el ser humano.
Recalcó que, en este campo, las repercusiones del trabajo
científico son insospechadas, tanto en lo propiamente científico, como en lo
social, político y moral.
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Señaló que desde el ámbito de lo que la investigación
científica representa para la salud, un proyecto de esta naturaleza resulta
necesario, pero sin perder de vista el imprescindible equilibrio entre la libertad
de los investigadores y el respeto de la dignidad de las personas
comprometidas en cada investigación.
Al efecto, recordó la existencia de declaraciones
internacionales -algunas derivadas de las experiencias de la Segunda Guerra
Mundial, tales como el Código de Nüremberg o la Declaración de Helsinki- que
podrían tenerse a la vista para la dictación de leyes como la discutida.
Respecto de la investigación en genoma humano e
investigación genética, expresó que se trata un campo de gran complejidad y
que concita el mayor interés a nivel internacional. Por ejemplo, agregó, el
proyecto de investigación del genoma humano, que pretende obtener hacia el
año 2005 un mapa total de éste, es el más gigantesco que se esté financiando
en el área biológica.
Afirmó que al poder conocerse el referido material -que
define lo que es el Hombre- se vislumbran positivas expectativas en el campo
de la terapéutica y de la medicina predictiva lo cual, sin embargo, no debe
interpretarse como que dichos avances no envuelvan riesgos, los que deben
evaluarse antes de proceder a legislar sobre el tema. La ley, prosiguió,
fundada en un sólido análisis ético y moral, debe adelantarse a los hechos.
El doctor Martínez insistió en que el fortalecimiento ético
de las acciones médicas y de investigación es fundamental, por lo que, a su
juicio, en lo relativo a la investigación del genoma humano debe existir una
tuición bioética clara y precisa para evitar consecuencias negativas.
Lo anterior, aclaró, no busca entrabar la investigación,
sino asegurar que la moral y la bioética alumbren los procedimientos de
investigación genética y en genoma humano a verificarse en nuestro país.
Agregó que existen principios bioéticos que debieran informar una ley como la
propuesta.
En lo relativo a clonación humana, indicó que se está
también ante una compleja cuestión ética y de consecuencias inciertas. El
asunto, más que biológico, es de carácter moral, ya que la investigación que
conduzca a la clonación humana podría significar que más que personas
seamos entes de una serie, afectándose sustancialmente la dignidad del ser
humano.
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Ahora bien, continuó, hay investigadores que afirman que
este procedimiento sólo se haría en beneficio de la humanidad, pero la verdad
-afirmó- es que las posibilidades son muy amplias.
En su concepto, clonar humanos es sólo cuestión de
tiempo; hay legislaciones, como la alemana, que ya rechazan dicha acción.
Por último, se refirió a la Comisión Nacional de Bioética
que el proyecto establece, señalando que es una buena idea como instancia de
reflexión y análisis, cumpliendo, además, roles sociológicos importantes, tales
como legitimar decisiones de la autoridad y abrir temas hacia la comunidad en
general. Indicó, no obstante, que estas comisiones no siempre alcanzan los
objetivos perseguidos, por lo que no hay que esperar que una comisión como
la propuesta solucione todo tipo de problemas.
Luego expuso el doctor Alfredo Avendaño, quien sostuvo
que, a su juicio, éste es el proyecto más delicado que ha conocido la Comisión
de Salud. Cada aspecto de la iniciativa conlleva importantes desafíos por el
profundo significado que tiene para la vida humana. Por ello, coincidió en la
opinión de que legislar es un gran acierto, cuidando, eso sí, el equilibrio entre
libertad de investigar y dignidad de las personas.
En su concepto, en este tema se plantean diversos
problemas, tales como la confidencialidad de la información genética; la
propiedad que de ésta tiene cada individuo; si al hablar de clonación se trata
de clonación de seres humanos o en seres humanos- por ejemplo, clonar una
retina de quien ha perdido una-; la posibilidad de intervenir el genoma para
prevenir la transmisión de enfermedades, entre otras.
Estimó, asimismo, que debe aclararse que la información
genética no puede manipularse por empresas comerciales o por intereses
ajenos al bienestar de las personas y, por otra parte, que en la investigación
científica deben predominar los intereses de la persona por sobre los de la
investigación.
El Presidente del Colegio Médico de Chile A.G., doctor
Ricardo Vacarezza, expresó que el tema de la clonación ha sido analizado
por dicha entidad y, al respecto, su Departamento de Etica emitió un
pronunciamiento -aprobado por la unanimidad del Consejo General del
Colegio- que constituye la opinión oficial de la citada Organización Gremial. En
dicho pronunciamiento, agregó, se hacen también algunos alcances sobre el
tema del genoma humano y sobre la investigación científica en el ser humano
aunque la importancia de estos asuntos amerita una discusión particular.
Ahora bien, continuó, en lo relacionado especialmente con
la investigación genética dicho pronunciamiento contiene una serie de
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consideraciones que no están bien reflejadas en el proyecto de ley que analiza
la Comisión. Por ejemplo, indicó, en lo relativo al consentimiento informado, el
artículo 6º de la moción puede crear confusión, toda vez que es poco preciso
en sus límites.
Señaló que el Colegio Médico llega a la conclusión que la
clonación del ser humano debe ser rechazada por inaceptable desde todo
punto de vista.
Sin embargo, prosiguió, todo esto está inserto en el tema
relativo al genoma humano, respecto de lo cual es oportuno tener presente los
análisis sobre la materia realizados por la UNESCO -que ha elaborado ya cuatro
proyectos- tema que, a su juicio, la iniciativa legal en comento no profundiza
mayormente.
Explicó que el Colegio que representa separa en su análisis
lo que es la clonación del ser humano de lo que es la investigación a su
respecto, ya que no se puede ignorar la realidad y, además, con su estudio
puede obtenerse ventajas para el género humano, por ejemplo, en cuanto a
trasplante de órganos, entre otras. Eventualmente, acotó, podrían clonarse
determinados órganos o bien tejidos, aunque nunca seres humanos.
En consecuencia, subrayó, dentro de sus proposiciones
hay dos cosas en las cuales quiere insistir, a saber, por una parte, que dado lo
complejo que es el tema de la investigación en genética humana debe existir
un organismo nacional -a partir de lo que se propone en la iniciativa legaldedicado al análisis de los temas de bioética para buscar soluciones a
problemas que habrán de producirse, es decir, adelantarse a ellos y, por otra
parte, que cualquiera que sea la legislación sobre genética, debe establecerse
la necesidad de una revisión periódica de ella, como lo hace la normativa
francesa, ya que la materia debatida es de suyo cambiante debido a los
avances científicos.
A su turno, el doctor Miguel Kottow, Profesor Titular de
la Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad de Chile, sostuvo que
el proyecto de ley en comentario abarca muchos temas diferentes y en
extremo delicados y lo hace con distinto nivel de profundidad, así por ejemplo,
el tema del consentimiento informado está analizado más acuciosamente que
otros asuntos que son igualmente importantes.
Sería adecuado, dijo, más que especificar condiciones para
prestar el consentimiento informado o condiciones bajo las cuales una
investigación es legítima en una comunidad, eliminar estas particularidades, y
establecer las condiciones para la creación de los Comités de Etica, dando a
éstos, además, ciertas características tales como la obligatoriedad de su
existencia, el deber de ceñirse a una reglamentación básica, eventualmente
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nacional y uniforme, idoneidad
investigaciones, entre otras.
e
inevitabilidad
para
quienes
realizan
Luego, en vez de especificar en la ley diversas condiciones
bioéticas para hacer investigación, se le debiera entregar a estos Comités la
tuición de dichas actividades.
Un segundo tema que se aborda es la intervención
genética. Se habla de la prohibición de informar sobre los resultados de estas
investigaciones, en términos de no discriminar por patrimonio genético. Agregó
que quizás sería preferible regular por ley el flujo informativo de la genética. Es
decir, la información del examen genético es de propiedad del afectado y quien
lo practicó no puede darlo a conocer a terceros, evitando así dar lugar a
discriminaciones.
Agregó que sería conveniente no limitar estos análisis a
motivos de salud, ya que hay otras situaciones que aconsejan poseer esta
información, por ejemplo, saber si uno es o no portador de cierta enfermedad
con miras a evitar tener hijos.
Por otra parte, al prohibirse ciertas intervenciones
genéticas, incluyendo la clonación, cree que debe puntualizarse que si bien no
se discute la improcedencia de la clonación de seres humanos, sí es discutible
la clonación en seres humanos, es decir la clonación de ciertas parcelas del
organismo humano que pueda dar beneficios terapéuticos al hombre.
Igual cosa sucede con las intervenciones en el genoma
humano de células germinales, ya que en el futuro podrían eliminarse
enfermedades a través de este mecanismo genético, aislando factores
genéticos, modificándolos y así evitando la transmisión de dichas
enfermedades a la descendencia de un individuo, sin otras alteraciones en el
genoma.
Al respecto, también estimó conveniente que la ley
establezca mecanismos regulatorios obligatorios -Comités Eticos- que
determinen en cada caso sobre la aceptabilidad de una solicitud de
intervención genética.
Un tercer tema tratado por la moción que nos ocupa se
refiere a la creación de una Comisión Nacional de Bioética. Al respecto, recordó
que las comisiones permanentes no han sido muy fructíferas, salvo en Francia
donde se compone de medio centenar de miembros y tiene una estructura muy
elaborada. Mejor fortuna han tenido las Comisiones ad hoc; por lo cual estimó
conveniente determinar el mecanismo que se avenga mejor con nuestra
realidad.
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En cuanto a los miembros de la Comisión Nacional, señaló
que quizás éste no sea el lugar más apropiado para que participe el Colegio
Médico que es una institución básicamente gremial, ya que tal Comisión
abordaría materias bioéticas estrictamente doctrinarias.
Por último, agregó, el Programa Regional de Bioética de la
O.P.S. tiene su sede en Chile, pero sus directivos pueden provenir de otros
países, lo que a futuro puede hacer difícil su incorporación en una Comisión
Nacional.
Cabe señalar que luego de un extenso debate en torno al
tema de la Comisión Nacional de Bioética, el doctor Kottow expresó que, en su
concepto, ésta debía tener un carácter fundamentador, deliberándose en su
seno ampliamente y desde un punto de vista general acerca de los diversos
temas de su competencia.
Asimismo, estimó importante la creación de comités
locales en las instituciones investigadoras, debiendo la ley regular su
funcionamiento junto con hacerlos obligatorios.
A continuación, el representante del Centro de Bioética de
la Facultad de Medicina de la Pontificia Universidad Católica de Chile, doctor
Alejandro Serani, opinó acerca del proyecto sometido a la consideración de
vuestra Comisión.
Señaló que parece posible ordenar los distintos temas
bioéticos tratados en tres grandes temas, de lo general a lo particular, a saber:
1.- Constitución de una Comisión Nacional de Bioética;
2.- Establecimiento de un marco legal para la investigación
científica biomédica en seres humanos, y
3.- Determinación de normas legales específicas en
relación con procedimientos biomédicos particulares relativos al proceso
generativo humano y que comprometen al sujeto completo, a los gametos
humanos o al llamado material genético o genoma.
Primeramente, señaló que la proposición de constituir una
Comisión Nacional de Bioética, asesora del Presidente de la República, reviste
tal importancia, complejidad y trascendencia social, cultural y política, que se
escapa con mucho del marco conceptual, social y jurídico de los eventos
científicos de público conocimiento que motivan el surgimiento del proyecto.
Hizo presente que no sólo le parece pertinente -por
razones de orden- tratar en un cuerpo jurídico aparte la eventual constitución
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de esta Comisión, sino que, además estima insuficiente la proposición hecha en
el artículo 14 de la moción.
Consideró que antes de pensar en proponer la constitución
de una Comisión Nacional de Bioética resultaría imprescindible llevar a cabo
una evaluación crítica del funcionamiento de comisiones análogas existentes en
otros países. De esta evaluación, agregó, debiera surgir con claridad si acaso
resulta necesaria, deseable y beneficiosa la creación de tal Comisión y bajo qué
circunstancias. Esta evaluación, remarcó, debiera tener una amplia difusión
tanto en lo que se refiere a sus contenidos como a sus conclusiones de tal
manera que la Comisión, en caso de ser creada, tenga una amplia legitimidad
social y cultural.
Estima que la Comisión de Salud se prestigiaría tanto
nacional como internacionalmente si promoviera tal evaluación crítica, a su
juicio perfectamente posible y necesaria.
En segundo lugar, en lo que se refiere al establecimiento
de un marco legal para la investigación científica biomédica en seres humanos,
señaló que sus observaciones guardan semejanza con las ya emitidas sobre la
Comisión Nacional de Bioética, aunque con algunos matices importantes.
Se trata, ciertamente, de un tema de tanta importancia y
complejidad como el anterior por lo que también le parece que ameritaría ser
tratado en un cuerpo legal aparte. Sin embargo, existen diferencias
significativas entre la cuestión anterior y la presente.
En efecto, de todos los temas que aborda la bioética
moderna, la necesidad de contar con normas éticas para la investigación
científica biomédica es quizás el que suscita un mayor consenso, tanto
respecto del imperativo de que estas normas se expliciten, como en lo que
atañe al contenido concreto de ellas. La virtual universalidad de la aceptación
por parte de los distintos gobiernos de las declaraciones de Nüremberg y de
Helsinki así lo testimonia.
Sobre el punto, el doctor Serani, hizo presente que
atendido a que las referidas declaraciones han sido suscritas por el Estado
chileno, resulta necesario determinar con qué valor vinculante cuentan estas
normas en el marco jurídico interno y en qué medida un cuerpo legal podría
reforzarlas o resultar redundante.
En lo relativo a la normativa propuesta, en particular las
disposiciones que se refieren a la investigación científica biomédica, llamó su
atención el énfasis casi exclusivo dado al importante problema del
consentimiento informado, en desmedro de otros aspectos igualmente
importantes, como la calificación profesional y científica de los investigadores,
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la actitud frente a los riesgos, la responsabilidad ante los accidentes, la
determinación de las "instancias competentes" para evaluar los protocolos,
entre otras.
Hizo presente que el proyecto resuelve -en su artículo 3º-,
de modo afirmativo y sin mayores cautelas, el debatido problema acerca de la
posibilidad de realizar investigaciones científicas en personas ética y
jurídicamente incompetentes: menores de edad y algunos enfermos afectados
por padecimientos neurológicos y psiquiátricos, congénitos o adquiridos.
En tercer lugar, agregó, corresponde examinar en mayor
profundidad lo que atañe a la determinación de normas legales específicas que
regulen procedimientos biomédicos particulares que afectan al proceso
generativo humano.
En lo referente a la clonación el proyecto opta por
prohibirla, pareciendo necesario definir apropiadamente el procedimiento, a fin
de diferenciarlo del simple cultivo celular humano el cual, por lo general, no
presenta mayores objeciones éticas.
Señaló que aún aceptando que la clonación humana ocurre
de modo espontáneo aunque excepcional en la naturaleza en el caso de los
gemelos univitelinos, debe afirmarse, desde el punto de vista ético, que la
clonación deliberada de seres humanos constituye, en la mayor parte de los
casos imaginables, un grave atentado a la dignidad de la persona humana. En
efecto, agregó, la clonación humana artificial priva injustamente a un
semejante del modo específico de venir a la existencia, modo que siendo el
usual y propio de la especie y aquel que es deseable en principio para todo ser
humano, se constituye por eso mismo en un derecho exigible por cada
individuo que accede a la vida.
Esta privación del modo usual y natural de nacer no sólo
priva, en su concepto, al nuevo ser humano de un bien exigible por su esencia,
sino que además violenta la naturaleza personal y libre del nuevo individuo al
erigirse los científicos en dueños y señores de lo que atañe a un aspecto tan
crucial de la vida ajena. En esta época de sensibilidad ecológica debería
reconocerse que existe una ecología biológica, psicológica y personal humana
que también demanda ser respetada.
Ahora bien, continuó, es necesario señalar que esto mismo
que ocurre en la clonación humana y que la hace moralmente ilícita, es lo que
ocurre en buen número de las así llamadas técnicas de "reproducción asistida",
muy en particular en aquellas denominadas heterólogas. Sorprende, por lo
tanto, que el casi unánime rechazo a la clonación no vaya seguido de un
rechazo semejante a estas técnicas, cuando la razón moral de fondo es
exactamente la misma. Expresó que hacía notar este punto, ya que, en sana
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lógica, las soluciones jurídicas que se adopten para el caso de las técnicas de
reproducción asistida no pueden ser contradictorias con aquellas que se
adopten para el caso de la clonación.
Preguntándose por qué el rechazo a la manipulación
generativa de la clonación ha suscitado tanta unanimidad y no así el rechazo
de la manipulación generativa propia de la mayor parte de las técnicas de
reproducción asistida, estimó que se revela aquí un modo de razonamiento
moral muy corto de miras y propio de nuestra época. Se restringe lo
moralmente inadecuado a lo que se vislumbra como potencialmente dañino y,
por tanto temible; y como bueno todo aquello que satisface un deseo o
aspiración, sin importar mucho a qué precio. Se reduce así lo malo a lo temible
y lo bueno a lo deseable y todo esto, además, con un telón de fondo de
desinformación y con perspectivas de corto plazo.
Sostuvo que en el caso de la clonación la imaginación de la
opinión pública ha sido excitada de modo sensacionalista y falto de
fundamento científico. Agregó que la mayor parte de los temores suscitados en
la opinión pública en relación con la clonación son fantasiosos y que las
cuestiones verdaderamente de fondo, desde el punto de vista ético, no son
muy distintas que aquellas que se suscitan en el caso de la reproducción
asistida.
El doctor Jorge Allende, del Departamento de Biología
Celular y Genética de la Universidad de Chile, recalcó la importancia de debatir
estos temas y proponer una legislación que los regule. Agregó que como
investigador científico espera que la sociedad en general, y el Parlamento en
particular, se interesen por estas materias que obviamente trascienden los
marcos de la mera investigación científica.
Manifestó su creencia respecto a que la ciencia debe ser
guiada por la ética y reafirmó la importancia de crear conciencia en cuanto a
que la ciencia busca el conocimiento, aspecto que debe ser considerado por el
legislador a fin de no limitar innecesariamente dicha búsqueda.
El estudio de la genética humana, subrayó, es una de las
maneras más eficientes de conocer la naturaleza biológica del Hombre.
Expresó su preocupación porque en Chile no exista en este
momento real apoyo para los científicos en materias tales como el estudio del
genoma y de la genética humana, cuestiones de vital trascendencia. Luego, es
muy importante lo prescrito en el artículo 2º del proyecto, en cuanto a que la
investigación científica debe ser preocupación especial del Estado y de la
sociedad chilena, procurándose los medios necesarios para garantizarla.
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Hizo presente la ausencia de una política de investigación
en salud, lo que resulta preocupante considerando que los países de cierto
desarrollo realizan ingentes esfuerzos para abordar con seriedad y eficiencia
esta materia.
Asimismo, calificó como fundamental el tema de la
información genética y su confidencialidad, cuestión que está abordándose por
diferentes legislaciones en el planeta.
Recordó, al efecto, que la medicina del próximo siglo será
de carácter predictivo, para lo cual deberá conocerse la composición genética
de las personas. Sobre este particular, agregó, se discute quién debe tener
acceso a dicha información e, incluso, algunos señalan que no es conveniente
que sea conocida por los afectados por las consecuencias sicológicas que
conlleva.
Finalmente, manifestó su discrepancia frente a algunas
definiciones que se incorporan ya que, a su juicio, son ambiguas e incluyen
una serie de procedimientos que se están llevando adelante en la actualidad y
que quedarían inconvenientemente comprendidos en la citada norma.
Estimó el doctor Allende que por clonamiento humano
debe entenderse aquella técnica de reproducción basada en la introducción de
genomas de células somáticas a óvulos, para producir embriones humanos o
individuos en forma asexuada.
A su turno, y representando a la misma entidad anterior,
el doctor Carlos Valenzuela señaló, en cuanto a la acepción de las palabras
“ciencia” y “científico” incorporadas en la iniciativa, que las mismas tienen
connotaciones valóricas que oscurecen su uso. La ciencia, agregó, es una
actividad humana, un oficio normado que pretende conocer, explicar,
entender, comprender, intelectual y objetivamente el universo o naturaleza.
Siendo posible afirmar que la ciencia es entender objetivablemente el suceder,
sin que de ello se deduzca la moralidad ni la ética de su aplicación; siendo la
única ética o ideología propia de la ciencia el valor del conocimiento, que se
traduce en que más vale conocer que ignorar, explicar que dejar sin
explicación.
En el caso de los seres vivos, y particularmente del
hombre, la ciencia biológica tiene irreductiblemente un conflicto que surge de
su mismo quehacer; por una parte, respetarlos y, por otra, conocerlos, para lo
cual tiene necesariamente que intervenirlos.
El equilibrio ha sido preocupación de muchos estudios y
convenciones éticas sobre la experimentación en animales y en el ser humano.
Este, afirmó, es el único punto conflictivo entre la ética y la ciencia biológica,
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en el cual puede exigirse prudencia al científico y del cual es responsable ética
y legalmente.
Agregó que no tienen razón las autoridades religiosas y
civiles cuando piden prudencia, cautela y suspensión de investigaciones
científicas en otras circunstancias. Subyace allí una confusión entre el producto
de la ciencia y la aplicación del conocimiento de ese producto. Esta aplicación,
continuó, viene de otra escala valórica o ideológica. Es la que tiene el técnico,
1político, empresario, médico u otro ser humano que quiere hacer uso de ese
producto.
Subrayó que esta distinción es muy importante, porque la
responsabilidad ética o legal del uso del producto científico debe asignarse al
usuario y no a su creador, cuya responsabilidad radica en la forma en que
obtuvo ese producto.
Desafortunadamente, añadió, aún entre algunos filósofos
de la ciencia hay quienes transmiten la idea de que ella ni siquiera es
confiable, que no vale la pena, porque puede conducir a errores, que el oficio
de científico no existe, que no hay método científico, que hay que jubilar a la
razón. La dura realidad, la llegada del hombre a la luna, el genoma humano, la
certeza en la identificación genética de seres vivos, los avances de la medicina
molecular refutan, a su juicio definitivamente, dicha posición. Es obvio, agregó,
que no estaríamos en este dilema ético y legal si no hubiera habido avance
científico o tecnológico.
Afirmó, por otra parte, que la definición de clonación
contenida en la iniciativa en informe es vaga y no permite legislar coherente y
precisamente, ya que la clonación nunca produce individuos idénticos por lo
que una ley basada en este supuesto erróneo será vacía. Debe especificarse,
agregó, qué tipo de clonación es la sujeta a la ley, siendo altamente
aconsejable que la ley se limite a aquella realizada mediante implante de
núcleo de célula adulta en huevo u ovocito activado previamente enucleado y a
su posterior instalación en un útero preparado para la anidación.
Hay diferencias, afirmó, entre ética y legislación. La
primera debe ponerse en toda situación para ser consistente y coherente, así
por ejemplo, se alteraría la regla que prohibe la clonación si la humanidad se
ha reducido a unas pocas familias, por ejemplo, a consecuencia de una guerra,
y no pueden reproducirse sexuadamente.
Manifestó, luego, que hay varios artículos donde se
contrapone el interés de la sociedad al de los individuos. Desde un punto de
vista de una ética científica, agregó, tal contraposición conduce a
contradicciones insuperables en el plano legal y ético.
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Al referirse a la prohibición de alterar el genoma germinal,
explicó que no se toma en cuenta que ya se ha alterado el genoma poblacional
con la medicina y más aún se alterará con la terapia génica de células
somáticas. Por ejemplo, indicó, los portadores de hemofilia no dejaban
descendientes antes de la terapia médica. Con la terapia llegaron a la edad
reproductiva y se casan y han empezado a tener hijos. Todas sus hijas serán
portadoras de la enfermedad y la mitad de sus nietos varones serán enfermos.
Esta, agregó, es la antítesis de la medicina preventiva y,
en general, de la medicina, pues trata a la persona pero se garantiza la
enfermedad a los descendientes. Esto sucede con casi todas las enfermedades
genéticas en las que los portadores no lograban reproducirse.
La única medicina verdaderamente preventiva, afirmó, es
la terapia génica de células germinales junto con la de células somáticas del
portador de una enfermedad genética. Sin embargo, la técnica actual de
terapia génica, que se basa en la inserción de un segmento de ADN en
cualquier parte del genoma del enfermo, es muy peligrosa, pero no lo es la
cirugía nucleotídica que cambia sólo el o los nucleótidos alterados. Cuando
tengamos esta última tecnología, aseguró, la terapia génica de células
germinales será un imperativo ético.
Como esto es válido para todas esas enfermedades se
espera que sin terapia génica de células germinales aquéllas aumenten
indefinidamente en la población hasta que todos los individuos tengan una o
más de ellas. Es evidente, añadió, que este panorama no puede ser el que
deseen los legisladores para un país.
En otro orden de cosas, expresó que la unión híbrida de
gametos humanos con los de animales se ha realizado y se realiza en muchas
universidades de Chile y del mundo. Su prohibición podría destruir muchas
líneas de trabajo. Se preguntó si es exactamente esto lo que se quiere. Los
gametos humanos son células humanas, pero no seres humanos.
¿Se prohibiría, también, toda fusión de células humanas
con células de animales? Esto, afirmó, destruiría aún muchas más líneas de
investigación muy productivas en inmunología, investigación en cáncer y otros
temas.
Por otro lado, señaló que hace falta en los planteamientos
una declaración positiva sobre la propiedad de la información que se obtiene
de una persona. Si se concuerda que el único propietario y, por lo tanto, dueño
de autorizar su uso es la persona de quién procede la información se
ahorrarían muchos artículos de la iniciativa en análisis.
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Hizo presente además su preocupación por la ética general
y el consentimiento informado; por el derecho del ser humano a la forma de
ser engendrado y a su dotación genética.
Se preguntó asimismo respecto a la legitimidad de que
padres infértiles decidan la forma de engendrar a un hijo, así como a que éstos
decidan alguna característica del hijo por nacer; siendo, a su juicio, un
problema más general que aquel que se plantea en la iniciativa en análisis.
Finalmente, en cuanto a la Comisión Nacional de Bioética,
señaló que no puede formar parte del aparato gubernamental, porque el
gobierno es el aparato ideológico del Estado, y que debiera conformarse un
organismo dotado del mayor pluralismo posible a fin de cumplir a cabalidad
con sus objetivos.
Por su parte, el Director del Programa Regional de Bioética
para América Latina y el Caribe de la O.P.S., doctor Julio Montt, manifestó
que se referiría a algunos aspectos generales de lo que significan todos estos
descubrimientos científicos y tecnológicos que dan lugar a nuevos conflictos
éticos en la sociedad.
En primer término celebró, desde el punto de vista de la
bioética, que la clonación de una oveja haya causado tanta expectación y se
haya generado tan interesante debate. Ahora bien, agregó, como todas las
cosas en la ciencia se sabe dónde comienzan pero no dónde terminan y, por
eso, los límites a la ciencia deben ser establecidos por la ética para defender
los derechos del ser humano.
Recordó que hay una serie de conflictos éticos que se
están produciendo en la actualidad por el avance científico, que merecen
mucha atención, por ejemplo, la fertilización asistida y el tema del genoma
humano, entre otros.
Agregó que lo realmente necesario en Latinoamérica, y en
Chile en particular, es una legislación relativa a la investigación en seres
humanos, ya que no existen normas que regulen esta materia. No obstante,
informó que México cuenta con alguna normativa; Brasil tiene una ley bastante
completa al respecto que se revisa periódicamente y Cuba también cuenta con
normas sobre el particular.
Señaló que hay preceptos que se han dictado en el seno
del Consejo de Europa sobre bioética en general, referidos especialmente a la
protección de la dignidad de los seres humanos ante la investigación científica.
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Hizo presente que en Chile no se regula la investigación en
seres humanos, ni siquiera las investigaciones clínicas sobre medicamentos,
siendo imprescindible legislar y regular la materia.
Señaló que en general se rechaza en el mundo el
procedimiento de la clonación de seres humanos y esto es más urgente de
legislar, ya que lo relativo a la reglamentación de la investigación científica en
seres humanos requerirá de un proceso más largo. Agregó que también resulta
necesario abordar el tema de la investigación del genoma humano.
En cuanto a la propuesta de crear una Comisión Nacional
de Bioética, señaló que los hechos demuestran que dejan de funcionar con los
cambios de gobierno, ya que muchas surgen a su amparo. Agregó que, en
general, la experiencia ha sido mala, por lo que debe reflexionarse a su
respecto, teniendo presente que será necesario contar con esta instancia, al
menos, en relación con el tema de la investigación en seres humanos.
Ahora bien, piensa que debiera partirse por crear una
instancia de debate a nivel Parlamentario, en el que esté representada toda la
sociedad.
Acto seguido, don Roberto Mancini, consultor de la
O.P.S., sostuvo que cuando en los hospitales se forman Comités de Etica, éstos
tienen un carácter voluntario. Pero cuando conocen de materias de
investigación debieran ser obligatorios.
Estima que es preferible legislar por ahora sobre el tema
de la clonación, y más adelante hacerlo sobre la investigación en seres
humanos.
A su turno, el representante de la Universidad de
Concepción, profesor señor Faruk Alay entregó algunas observaciones al
proyecto y expresó que es muy importante legislar respecto de estas materias.
Estimó, al mismo tiempo, que este esfuerzo por regular dichos asuntos debe
continuar en el seno de una Comisión de Bioética de carácter nacional.
La legislación propuesta, agregó, apunta en el sentido de
resguardar la dignidad del ser humano y su libertad. Llamó su atención el que
las comunidades vulnerables sean objeto de normas distintas a las propuestas
para el resto de los seres humanos, en circunstancias que debieran ceñirse a
las mismas.
Por último, señaló que si se va a definir clonación debiera
entenderse por tal la implantación de un núcleo de célula somática en una
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célula huevo a la que se le ha extraído previamente el núcleo y sin que estén
las características de la reproducción sexuada.
-----Al reanudar la Comisión el análisis de este proyecto en el
actual período legislativo, recibió en audiencia a otros expertos, quienes
ilustraron los debates mediante los aportes que se colacionan resumidamente
enseguida.
cuatro puntos.
El profesor Gonzalo Figueroa dividió su exposición en
I).- En primer término se refirió a la experimentación e
investigación científica en seres humanos, a la que aluden diversos artículos
del proyecto en informe. Sobre el particular señaló que las ideas centrales son
las siguientes:
1.- La investigación científica en seres humanos es una
actividad lícita que pasa a ser reglamentada. En este punto hizo hincapié en la
conveniencia de consagrar en el proyecto la legitimidad de este tipo de
investigación.
2.- En cuanto actividad licita y deseable –incentivada
como tal por la mayoría de los países desarrollados, mediante políticas de
fomento y desarrollo- señaló que debe constituir preocupación especial del
Estado, como lo señala el proyecto en informe.
3.- La existencia de límites a la investigación científica en
seres humanos.
Abundando en este punto precisó que en primer lugar está
el respeto a los derechos humanos, lo que se recoge en los primeros artículos.
No obstante, agregó que las normas propuestas carecen de fuerza, confunden
género con especie y omiten derechos humanos fundamentales, tales como el
derecho a la vida, a la integridad moral u honra, o incluso el derecho a la
salud, todos los cuales conforman barreras a cualquier investigación sobre
humanos.
Al respecto propuso redactar con mayor énfasis un
artículo, a continuación de aquél que declara lícita la investigación en
humanos, que señale que cualquier investigación científica sobre seres
humanos tiene como límite infranqueable e insoslayable el respeto por todos
los derechos humanos constitucionalmente protegidos.
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A continuación, como segunda limitación, indicó la
exigencia de contar con el consentimiento libre e informado de personas
capaces. Sobre el punto propuso incorporar un mecanismo que permita
asegurarse de la verdadera libertad del consentimiento que se presta, como
por ejemplo una declaración del Director del Hospital o institución en que el
experimento tendrá lugar, en la cual deje constancia de haberse cerciorado
personalmente de que la voluntad se ha expresado en forma efectivamente
libre.
En lo referente al consentimiento informado, precisó que el
alcance de esta información debe comprender tanto al sujeto de la
investigación como a quien la ejecutará. En cuanto a este último, señaló que
es indispensable que conozca y pueda aquilatar los riesgos implícitos en el
experimento, debiendo dejarse constancia de ello en una declaración o acta
extendida por el científico o jefe del equipo investigador. Respecto del sujeto
de la investigación, indicó que éste deberá recibir información clara relacionada
con los riesgos que va a correr, expresada al nivel de su comprensión.
Consecuencialmente y a fin de respetar el consentimiento
libre e informado en los términos señalados, sugirió la conveniencia de
modificar los artículos pertinentes del proyecto utilizando como parámetro útil
el artículo 6º de la ley Nº 19.451, sobre Trasplante de Organos, que salva el
punto relativo a consentimiento informado mediante la suscripción de un acta
ante el Director del Hospital o establecimiento; además de las normas que
sobre la materia contemplan el Código de Nüremberg de 1947 y la Declaración
de Helsinki de 1964.
A continuación, aludió al caso especial de los incapaces:
menores de edad y dementes, respecto de los cuales el proyecto dispone que,
conforme a las reglas generales, el consentimiento libre e informado deberá
ser prestado por un representante debidamente autorizado.
Sobre el particular señaló su discrepancia considerando
que se adopta un criterio distinto al consagrado en la antes citada ley Nº
19.451, la que no admite trasplantes de ninguna especie respecto de
incapaces, y conocido es el aforismo que señala que donde existe la misma
razón debe existir la misma disposición. La política del proyecto en la materia
es más liberal que aquella que el legislador ha mantenido respecto de los
incapaces aún en materias menos sensibles que la integridad personal, tales
como el ámbito patrimonial en el cual, por ejemplo, los padres no pueden
enajenar ni hipotecar en caso alguno los bienes raíces del hijo, sin autorización
de juez con conocimiento de causa; como tampoco donarlos ni darlos en
arrendamiento por largo tiempo, sin cumplir previamente estrictos requisitos.
A modo de solución sugirió que la ley establezca una
autorización especial, prestada a solicitud del representante legal del incapaz,
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por algún Comité o Comisión de Bioética Autónomo, para que puedan llevarse
a cabo investigaciones o experimentos sobre un incapaz.
Concluyó su análisis de la primera parte de su exposición
haciendo presente la ambigüedad que revisten ciertas expresiones incluidas en
el proyecto, tales como “comunidades consideradas vulnerables”, “algún
documento”, “adecuada”, “examen independiente” e “instancia competente”.
II).- En la segunda parte de su intervención el profesor
Figueroa abordó el tema del genoma humano, al que se refieren diversos
artículos del proyecto en informe, señalando como ideas centrales las
siguientes:
1.- La intervención legítima en el genoma humano es sólo
aquella que afecta células somáticas y no células germinales.
2.- El objetivo de la intervención deberá ser preventivo,
terapéutico o de diagnóstico. Tratándose de análisis predictivos de
enfermedades genéticas, señaló que éstos sólo pueden ser motivados por
razones de salud o de investigación científica, conforme lo señala el proyecto
en informe.
3.- Se prohibe toda forma de discriminación de personas
por su patrimonio genético.
4.- Prohibición de escoger el sexo de un niño, mediante las
técnicas de reproducción asistida
Hizo presente que esta materia no se cuenta entre los
principios consagrados en derecho comparado, lo que atribuyó a que la
elección del sexo del ser humano por nacer no sería éticamente reprochable,
en cuanto no constituya un atentado contra la vida, los derechos
fundamentales o la dignidad del ser humano. En atención a las consideraciones
anteriores y a la igual dignidad entre hombres y mujeres, recomendó el
rechazó del artículo.
Finalizó la segunda etapa de su exposición señalando que
al legislar sobre cualquiera intervención en el genoma de un individuo debería
tenerse en consideración lo dispuesto por la Declaración Universal sobre
Genoma Humano y los Derechos Humanos aprobada por la Conferencia
General de la UNESCO el 11 de noviembre de 1997, en la cual se señalan
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condiciones de admisibilidad de intervenciones sobre el genoma, muy similares
a las propias de la investigación y experimentación sobre humanos, a saber:
- El respeto por los derechos humanos constituye el límite
infranqueable, más allá del cual no pueden extenderse la investigación
científica ni la experimentación genética (artículos 6º, 9º, 10, 11, 12, 15, 19 y
25 de la Declaración).
- Cualquier intervención en el genoma humano requiere
del consentimiento previo, libre e informado de la persona interesada, con una
fuerte protección en el caso de personas incapaces (artículo 5º de la
Declaración).
- Los datos genéticos asociados con una persona
identificable son confidenciales (artículo 7º de la Declaración). En este punto
hizo presente que el principio aludido no está recogido por el proyecto
inicialmente sometido a la consideración de la Comisión.
- Todos los daños provocados en una persona con motivo
de alguna intervención en su genoma son indemnizables (artículo 8º de la
Declaración).
III).- En tercer lugar se refirió a la clonación, regulada en
el proyecto.
En primer término hizo presente la necesidad de
perfeccionar la definición de clonación que se propone, sugiriendo recoger las
propuestas formuladas oportunamente por el doctor Carlos Valenzuela y por
don Faruk Alay.
A continuación efectuó una distinción entre la clonación de
seres humanos y en seres humanos. Señaló que la primera, que supone la
clonación de un individuo, es rechazada por la antes citada Declaración de
UNESCO, en su artículo 11, norma que coincide con los artículos pertinentes
del proyecto. Por otra parte, calificó la clonación en seres humanos -que
implica la posibilidad de clonar órganos específicos-, como legítima, ética y
conveniente, pronunciándose en tal sentido porque una persona puede salvar
su vida o su salud al recibir un clon del órgano deteriorado.
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IV).- Finalmente, se refirió a la Creación de una Comisión
Nacional de Bioética, incorporada en el proyecto, manifestando su
complacencia por esta idea.
No obstante, hizo presente que las facultades que se le
confieren debían ampliarse, extendiéndolas al actuar como órgano consejero
de los poderes del Estado, órganos de la administración pública y demás
instituciones relacionadas, en materias éticas. Precisó que los consejos
emanados de la Comisión carecerían de poder vinculante, sustentándose
únicamente en la autoridad de sus miembros. Por último, respecto a su
integración sugirió eliminar al representante del Colegio Médico y el del
Programa Regional de Bioética de la OPS.
El Profesor Ricardo Cruz-Coke expresó que después de
dos años del acontecimiento que significó la clonación de un mamífero, en
febrero de 1997, ya es posible aclarar mejor el estado de situación de nuestros
conocimientos científicos y éticos en esta nueva revolución tecnológica. En
efecto, ya es posible definir más específicamente el significado de la clonación
y permitir una clasificación de los nuevos términos científicos.
Clásicamente se definía el vocablo “clon” (del griego Klon,
retoño o tallo), como una estirpe celular o serie de individuos pluricelulares
nacidos de un solo proveedor de ADN y, por lo tanto, homogéneos en su
estructura genética y genotípica. Por tanto, el clon es un producto de una
reproducción asexuada mediante mitosis, proceso conservador opuesto a la
meiosis, lo que impide la diferenciación, diversidad o evolución biológica de las
especies superiores.
Las técnicas de clonación se practican en forma
experimental en bacterias, protozoos y plantas desde hace décadas. Las
nuevas técnicas de recombinación molecular genética permiten la clonación de
genes humanos y la hibridación con genes de animales, usados para el
diagnóstico y tratamiento de las enfermedades. Pero la clonación reproductiva
en mamíferos lograda abre la puerta para efectuar una clonación reproductiva
en seres humanos.
Ante esta
siguientes reservas y críticas:
revolución
tecnológica
se
levantaron
las
1.- La práctica de la clonación reproductiva convierte al ser humano en un
objeto de fabricación, cuyo cuerpo y componentes pueden ser materia de fácil
comercialización.
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2.- Se pueden producir series de individuos con características genéticas
predeterminadas para cierto tipo de labores, lo que implicaría el empleo
utilitario de seres humanos, permitiendo así la esclavitud, el racismo y la
eugenesia.
3.- La clonación reproductiva reemplaza a la reproducción sexuada en la
especie humana, eliminando la variabilidad y diversidad genéticas originadas
por el mecanismo probabilístico del sexo, que hacen que cada ser humano sea
único en la historia de la especie y son la base de su dignidad.
4.- Las técnicas de clonación reproductiva eliminan intencionalmente las
células embrionarias en los blastocitos usando al ser humano como un objeto
desechable.
5.- La clonación reproductiva propone intencionalmente la repetición de un ser
idéntico suprimiendo la singularidad y la unicidad de cada individuo que da a
cada vida humana un valor intrínseco.
6.- Ninguna motivación puede justificar que se seleccione al ser humano por
nacer en función de objetivos previos, pues elimina la naturaleza misma de la
libertad y dignidad humanas.
Como consecuencia de estas críticas demoledoras, durante
los meses de abril a mayo de 1997, toda la comunidad internacional reaccionó
unánimemente reprobando la posibilidad de efectuar clonación reproductiva en
seres humanos. En Chile fue cuestionada por las Comisiones de Etica del país:
Universidades, colegios médicos, Iglesias, etc. A nivel internacional, la
clonación fue condenada por la UNESCO, la OMS, el Consejo de Europa y las
organizaciones científicas internacionales. El 11 de noviembre de 1997, la
Declaración del Genoma Humano y los Derechos Humanos de UNESCO,
proscribió la clonación con fines de reproducción de seres humanos,
considerada una práctica contraria a la dignidad humana.
Todas
estas condenas unánimes dejaron, sin embargo, la puerta abierta para estudiar
los procedimientos de clonación terapéutica no reproductiva. Es por esto que
en estos dos últimos años se han planteado diversas posibilidades de usar el
método de clonación mediante transferencia nuclear en óvulos enucleados,
para propósitos terapéuticos y de trasplante.
Actualmente se están efectuando experimentos en ratones
y ovejas para usar células troncales embrionarias (Embrionic stem cell)
originadas de un blastocito o de una célula primordial germinal, para
desarrollar células diferenciadas que permitan fabricar substancias
medicamentosas u órganos para trasplante. Las limitaciones técnicas de estos
proyectos son aún muy grandes para ser aplicados en seres humanos. Algunas
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técnicas de transferencia nuclear se están usando en reproducción asistida. Se
discuten las limitaciones éticas.
En el estado actual de nuestros conocimientos científicos
está claro que la clonación reproductora puede ser prohibida por ley, sin duda
alguna. La clonación terapéutica debe ser controlada mediante procedimientos
que están en estudio en Estados Unidos y en Europa.
Considerando estos antecedentes, recomendó prohibir
explícitamente la clonación reproductora de seres humanos.
A continuación, el doctor Rafael Vicuña, inició su análisis
ante vuestra Comisión refiriéndose al enorme avance que para la ciencia ha
significado la ingeniería genética y a sus múltiples aplicaciones en diversos
campos tales como la salud, la agricultura y la industria.
Sobre el particular hizo presente que estas diversas
aplicaciones a menudo han hecho necesario definir nuevos conceptos o
redefinir, frente al nuevo escenario, los ya existentes. Así por ejemplo, agregó,
el desarrollo de técnicas de fertilización in vitro hizo necesario determinar
quienes tendrían la calidad de padres del nuevo ser humano, considerando que
en su gestación han participado varias personas, entre los cuales se pueden
señalar quienes hagan donación de gametos, la pareja interesada y la mujer
en cuyo útero se verifique el desarrollo del embrión.
Asimismo, manifestó su preocupación frente a nuevas
tecnologías tales como la manipulación de embriones humanos, la eventual
clonación o la aplicación de transgenismo en seres humanos, los que, a su
juicio, atentan contra la individualidad y la dignidad de las personas.
En el citado contexto, agregó, se hace necesario
considerar el impacto de las nuevas tecnologías en el ámbito de la bioética y
regular su aplicación, cómo ha venido ocurriendo en el mundo desarrollado.
A continuación, abordó el análisis general del proyecto
sometido a la consideración de vuestra Comisión, señalando que el mismo
versa sobre tres aspectos, a saber: la investigación en seres humanos;
manipulación de células y genes e información genética y, finalmente, la
creación de una Comisión Nacional de Bioética. Estimó inconveniente reunir en
un único proyecto de ley tres temas como los señalados que, aun cuando están
relacionados, son de tan diverso alcance.
En lo relativo a investigación en seres humanos planteó
que su regulación mediante normas de rango legal debería establecer
sanciones penales o administrativas, las que no se contemplan por el proyecto.
Como vía alternativa propuso aplicar las normas bioéticas universalmente
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reconocidas, tales como las consignadas por el Código de Nüremberg o la
Declaración de Helsinki.
Señalando otras posibilidades se refirió a las experiencias
de países desarrollados, precisando que en los Estados Unidos -a fin de contar
con criterios que garanticen la situación del sujeto de investigación- fue creada
la Office for Protection from Research Risks que supervisa la investigación con
humanos financiada con fondos federales y exige a cada institución contar con
una Institutional Review Board, que le informa sobre las investigaciones en
curso con una periodicidad determinada. En cuanto a la investigación realizada
con fondos privados la entidad a cargo de la supervisión es la Food and Drug
Administration. En ambos casos estas agencias estatales deberán supervisar
que la investigación se desarrolle conforme a las normas que sobre tal
respecto haya establecido el Ministerio de Salud.
En cuanto a la creación de una Comisión Nacional de
Bioética, estimó positiva la iniciativa, sin embargo hizo presente que para
conformarla no es necesario dictar una ley. Asimismo, agregó que si se opta
por su creación sería lógico encomendarle la elaboración de la regulación
referida a la investigación con seres humanos, lo que sería un argumento
adicional en sustento de su proposición de tratar los temas abordados por el
proyecto separadamente.
A continuación, efectuó diversos comentarios específicos al
proyecto de ley en informe:
- Consideró conveniente la incorporación de una norma,
propuesta en el ámbito de vuestra Comisión, que impide que alguien pueda
atribuirse la propiedad del genoma. Sin embargo precisó que dicho
impedimento debería extenderse también a parcialidades del mismo, para
evitar situaciones como el requerimiento de patentes de genes a pretexto que
se proponen aplicaciones específicas de éstos, tales como los test genéticos.
- Hizo presente la necesidad de precisar algunos conceptos
tales como “intervención con fines preventivos” o “intervención con fines
diagnósticos”.
- Celebró la prohibición de aplicar el transgenismo en
seres humanos -el que aún debe superar algunas barreras técnicas para
asegurar su aplicación viable-, por estimar como éticamente reprobable la
modificación irreversible del patrimonio genético de una nueva persona.
- En lo relativo a la prohibición de aplicar técnicas de
fecundación asistida para determinar el sexo del niño por nacer, manifestó su
acuerdo con el artículo que la contempla; no obstante, hizo presente que las
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mismas objeciones éticas que fundamentan esta prohibición deberían sustentar
otra análoga respecto de la fecundación in vitro.
- Estimó adecuada la norma que prohibe la clonación en
seres humanos, sin embargo, objetó la definición de clonación que se incluye
en el proyecto por estimarla ininteligible, proponiendo la siguiente:
“Generación de copias de individuos con material genético nuclear idéntico, ya
sea mediante la fragmentación artificial de un embrión o la fusión de células no
germinales con un óvulo carente de núcleo.”.
- Manifestó la conveniencia de señalar que la clonación se
prohibe en todo caso, aún con fines terapéuticos. Lo anterior debido a que se
ha descubierto que se pueden cultivar células embrionarias y diferenciarlas en
distintos tipos de tejidos, lo que permite el implante de los mismos y reducir
los casos de rechazo inmunológico al clonar tejidos del propio paciente que
requiere el injerto.
- En cuanto a que los análisis predictivos de enfermedades
genéticas sólo podrán hacerse por motivos de salud o investigación científica,
hizo presente que cada persona tiene el legítimo derecho de realizarse
exámenes genéticos cuando lo estime conveniente, debiendo cautelarse el
anonimato de la información genética. Asimismo, respecto de la exigencia de
contar con asesoría genética planteó que requerirla en forma previa resulta
paternalista y además implica exigir una pericia que prácticamente no existe
en nuestro país.
Finalizó su exposición señalando que existen diversas
materias relacionadas con el proyecto, sobre las cuales a su juicio resulta
necesario legislar a la mayor brevedad: el diagnóstico preimplantacional, que
se practica extrayendo una célula de un embrión generado in vitro, antes de
transferirlo al útero receptor y con el fin de desecharlo si existe alguna
mutación no deseada; el cultivo in vitro de células embrionales humanas y que
implica la clonación de individuos a fin de obtener embriones como fuente de
tejidos y, por último, la terapia génica.
El representante del Ministerio de Salud, doctor Rodrigo
Salinas, hizo presente que en relación con el proyecto en debate hay que
considerar dos hechos.
El primero de ellos es que este tipo de legislación puede
diferenciarnos de países menos desarrollados que el nuestro, acercándonos al
nivel de los países desarrollados, en los que existe interés por legislar a favor
de las personas. Una muestra de respeto a las personas, explicó, está
constituida por la preocupación respecto de la investigación científica en seres
humanos.
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El origen de esta preocupación se remonta a los hechos
conocidos a la caída del gobierno nacional socialista alemán, específicamente a
la experimentación en seres humanos que fue juzgada en el Tribunal de
Nüremberg. De allí surgió en el mundo entero el impulso por legislar, que en
todos los países desarrollados se ha concretado en una normativa bastante
acabada sobre la materia; lo cual, por un lado, hace urgente actuar y, por otro
lado, lo hace más fácil, ya que existen antecedentes del extenso y profundo
trabajo que allí se ha hecho sobre el tema.
Destacó que el Ejecutivo agradece el espacio de tiempo que
se está dando la Comisión, porque los temas envueltos requieren de una
reflexión seria e ilustrada. Lo mismo se está haciendo en este momento al
interior del Ministerio, para lo cual se ha convocado a una comisión de expertos
en la materia, los que prestarán su asesoría permitiendo efectuar un aporte
completo y documentado.
Puso de relieve que el proyecto en análisis abarca
prácticamente todos los puntos sobre los que se debiera legislar, tales como la
clonación, la investigación en seres humanos, la terapia génica, etc.
Llamó la atención sobre la participación en tratamientos
experimentales, porque allí es preciso hacer una distinción que aunque sutil es
importante, afirmando que se puede diferenciar los tratamientos
experimentales y los tratamientos en un contexto experimental.
Tratamientos experimentales hay muchos y a diario el
Ministerio de Salud recibe peticiones de ayuda para gente que busca solución
en otros países para problemas que son muy serios. Hizo notar que por
razones económicas no se puede auspiciar a todas las personas que quieren
participar de tales tratamientos experimentales, aludiendo específicamente a
muchos que se ofrecen en Cuba. Asimismo, aseveró, hay que tener presente
que cuando se ofrece uno de estos tratamientos existe tanto la posibilidad de
beneficiarse con él cuanto la de soportar un perjuicio ocasionado por el mismo,
razón por la cual el Ministerio, para asegurar la entrega de un tratamiento
éticamente aceptable, debe tener una visión cabal de la relación entre
beneficio y perjuicio que se da en cada caso.
Otra cosa es el tratamiento que se entrega en un contexto
experimental, esto es, el que forma parte de un diseño en el cual
aleatoriamente se distribuye el tratamiento y un placebo, o bien el que se
imparte a un grupo de control, que después permite estructurar el
conocimiento médico respecto de la relación entre beneficio y perjuicio.
Se refirió en seguida a otro tema que a su juicio es muy
importante para la Comisión de Salud, cual es el de la necesidad de crear una
agenda nacional de investigación en salud.
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PRIMER INFORME COMISIÓN SALUD
En la actualidad la investigación en salud en Chile depende
exclusivamente del Ministerio de Educación, a través de CONICYT y de
FONDECYT, de manera que la investigación en salud está orientada hacia lo
que ha sido llamado en el extranjero “investigación por curiosidad”. Explicó
que en Inglaterra se realizó la distinción de dos tipos de investigación en salud,
la investigación por curiosidad y la investigación por necesidad.
La investigación por curiosidad es aquella en la cual el
científico se pregunta qué ocurriría si se hace una u otra cosa, y es
indudablemente una de las formas en que se desarrolla la ciencia.
Existe simultáneamente, expresó, un tipo de investigación
en salud que responde a las necesidades de la población. Ella está dirigida a
solucionar los problemas identificados de la comunidad o las dudas respecto a
los equilibrios entre beneficio y perjuicio en los tratamientos que se entregan.
Enfatizó que en el mundo en general se plantea que debe
existir un equilibrio entre los dos tipos de investigación, y que, si bien no se
puede coartar la investigación por curiosidad debe haber una proposición sobre
cómo hacer investigación por necesidad. El Ministerio de Salud ha encontrado
en CONICYT y en su Presidente don Eric Goles gran receptividad frente al
tema, pero sin duda se requerirá una importante participación del Poder
Legislativo en la materia.
En estos momentos, afirmó, al estar la investigación
encarrilada a través del Ministerio de Educación, resulta privilegiada la
investigación por curiosidad, que está a cargo de entidades académicas. El
Ministerio, por las limitaciones de su mandato legal, no tiene la potestad para
hacer investigación, aunque ella se realiza casi en su totalidad en
dependencias de los Servicios de Salud o en establecimientos del sistema
público; de modo que se requiere, a su juicio, una mirada global que engarce
la investigación en salud con el servicio a la gente.
Finalmente expresó que, si bien estima que no es
necesario por ahora legislar específicamente sobre lo anterior, en la materia
existen intereses legítimos contrapuestos que en algún momento
desembocarán en un conflicto.
----Los expositores entregaron minutas escritas de sus
intervenciones, que quedan depositadas en la Secretaría de la Comisión, a
disposición de los señores Senadores. Concluido el trámite legislativo esos
documentos serán confiados a la Oficina de Informaciones del Senado, para
permitir su consulta.
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PRIMER INFORME COMISIÓN SALUD
---------Vuestra Comisión, tras intercambiar opiniones respecto a
los objetivos generales del proyecto y a los planteamientos previamente
consignados, muchos de los cuales fueron compartidos por quienes
participaron en el debate, acordó dar su aprobación a la idea de legislar, con
los votos de los HH. Senadores señores Bombal, Ruiz-Esquide y Silva Cimma.
Todos los miembros estuvieron contestes en la necesidad
y oportunidad de establecer un marco normativo respecto de los temas
considerados en el proyecto, sin perjuicio de advertir que resta por incorporar
a la iniciativa algunas definiciones básicas y consignar también en ella las
conductas que el legislador sancionará como ilícitos penales. Entiende la
Comisión que estos puntos podrán y deberán acometerse en el trámite del
segundo informe.
----------
DISCUSION PARTICULAR
El proyecto de ley que os proponemos al final consta de 30
artículos, cuyo contenido, y alcance pasamos a describir, así como los acuerdos
adoptados a su respecto. Corresponde señalar a esta altura que el análisis
pormenorizado de los artículos del proyecto se basó en diversas propuestas de
textos e ideas aportadas por los numerosos científicos y académicos invitados
a participar en el estudio de esta iniciativa, así como en una indicación del H.
Senador señor Viera-Gallo que sistematiza las diferentes materia que el
proyecto abarca.
La posibilidad de incorporar al texto definiciones de
conceptos científicos que pertenecen al ámbito de disciplinas de data más bien
reciente, y por tanto sujetas a evolución y perfeccionamiento, levantó por ello
mismo algunas dudas. La mayoría, sin embargo, teniendo presente que en la
legislación comparada es frecuente encontrar un capítulo de definiciones, se
manifestó partidaria de incluirlas, sin perjuicio de esperar el segundo informe
para hacerlo, oportunidad en que podrán recogerse los aportes que brinden los
demás integrantes del Senado y la comunidad científica nacional, una vez
hecha la discusión general en la sala y difundido en la opinión pública el
contenido de la iniciativa.
Capítulo I. Disposiciones generales
Artículo 1º
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Indica las finalidades de la ley en preparación, cuales son
proteger la vida, la integridad física y síquica de las personas, su dignidad y su
identidad genética, frente a la investigación científica que emplee seres
humanos como sujeto de experimentación, y respecto de las aplicaciones y
procedimientos diagnósticos y terapéuticos que se desarrollen como fruto de
tales investigaciones, así como en lo tocante al ejercicio de la medicina.
Se aprobó por unanimidad, con los votos de los HH.
Senadores señores Bombal, Ríos, Viera-Gallo y Zurita.
Artículo 2º
Repite la mayor parte del artículo 1 de la Declaración de la
UNESCO. Dispone que el genoma humano es la base de la unidad fundamental
de todos los miembros de la familia humana y del reconocimiento de su
identidad, dignidad y diversidad.
Se aprobó por unanimidad, con los votos de los HH.
Senadores señores Bombal, Ríos, Viera-Gallo y Zurita.
La Comisión discutió la posibilidad de incluir en relación
con esta norma una regla que especificara, como lo hace la Declaración de la
UNESCO, que el genoma humano es patrimonio común de la humanidad y, por
lo tanto, no es susceptible de dominio ni apropiación. En definitiva así lo hizo,
como explicaremos al tratar el Capítulo V, en el que se desarrollan las
regulaciones pertinentes.
Artículo 3º
Prohibe la eugenesia. Admite la modificación de
características genéticas humanas que incidan en la herencia sólo en los casos
y en la forma previstos por la ley.
De una lectura sistemática del texto que os proponemos
se desprende con claridad que los "casos" a que alude este precepto son
aquellos en que el presente cuerpo legal admite la terapia génica, Capítulo III,
y que la "forma" hace referencia a los procedimientos que el proyecto regula,
especialmente en los Capítulos II, III y VII.
Se aprobó por unanimidad, con los votos de los HH.
Senadores señores Bombal, Ríos, Viera-Gallo y Zurita.
Artículo 4º
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Prohibe toda forma de discriminación basada en el
patrimonio genético de las personas.
Se aprobó por unanimidad, con los votos de los HH.
Senadores señores Bombal, Ríos, Viera-Gallo y Zurita.
Artículo 5º
Exige que para hacer estudios e investigaciones a objeto
de determinar la identidad genética de una persona ésta preste su
consentimiento. También podrá ordenarlo el juez que conozca de un proceso
en que dicha identidad tenga relevancia, como es el caso de establecer un
vínculo de parentesco, un estado civil o la calidad de autor o víctima de un
delito.
La Comisión decidió hacer constar, en el ánimo de no dejar
margen a interpretaciones erradas, que en caso que esos estudios e
investigaciones sean ordenados por el juez, aunque pueda parecer obvio, no se
requiere el consentimiento del sujeto.
Se aprobó por unanimidad, con los votos de los HH.
Senadores señores Bombal, Ríos, Viera-Gallo y Zurita.
Capítulo II. De la investigación científica en seres humanos
Artículo 6º
Este primer artículo del capítulo II consagra el principio
general de que la libertad de investigar científicamente debe ceñirse al
ordenamiento constitucional, que asegura a todas las personas que
eventualmente pueden ser sujetos de esa experimentación el respeto a los
derechos y libertades básicos que la Ley Fundamental les reconoce.
Este sencillo paso es sin embargo un avance considerable,
puesto que actualmente la actividad investigadora no tiene un marco jurídico
explícito.
El constituye una salvaguardia de la integridad de la
especie humana y, al mismo tiempo, de la dignidad, la libertad, la integridad
física, síquica y moral y la inviolabilidad de las personas.
Se aprobó por unanimidad, con los votos de los HH.
Senadores señores Bombal, Ríos, Viera-Gallo y Zurita.
Artículo 7º
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Establece algunos criterios básicos para el ejercicio de la
investigación científica que afecte a personas.
Primeramente, debe tratarse de una investigación que
suponga algún modo de intervención física o síquica en el sujeto, porque las
regulaciones de este cuerpo legal no son aplicables a todas las actividades
científicas que tienen relación con seres humanos. Por ejemplo, nada tienen
que ver con indagaciones históricas, demográficas o culturales, en las cuales la
acción sobre los sujetos estudiados a lo más alcanzará a recolectar datos
significativos, cuando no existan otras fuentes o sea necesario verificar datos.
Enseguida, se dispone que la investigación científica en
seres humanos no sólo deberá ajustarse a la preceptiva de este proyecto, sino
también a otras normas que resulten aplicables según el caso. Se puede citar
por vía de ejemplo las disposiciones del Código Sanitario sobre enfermedades
transmisibles de declaración obligatoria (artículos 20 y siguientes), sobre
estadísticas sanitarias (artículos 47 y siguientes), sobre ejercicio de la medicina
y profesiones afines (artículos 112 y siguientes), sobre laboratorios, farmacias
y otros establecimientos (artículos 121 y siguientes); la ley Nº 19.451, sobre
trasplante y donación de órganos; el D.L. Nº 2.763, de 1979, en lo que se
refiere al Instituto de Salud Pública, etc.
Luego este artículo incluye un requisito esencial de este
tipo de investigaciones científicas, cual es el consentimiento libre e informado
del sujeto de experimentación, anuencia que debe ser otorgada por escrito,
con las formalidades que la norma consigna, y es esencialmente revocable, sin
traba de ninguna especie. El sujeto queda eximido de cualquier responsabilidad
por los efectos que origine la revocación.
Se aprobó por unanimidad, con los votos de los HH.
Senadores señores Bombal, Ríos, Viera-Gallo y Zurita.
Artículo 8º
Señala que los establecimientos que lleven a cabo
proyectos de investigación en seres humanos deberán acreditarse ante las
Comisiones de Bioética que menciona el proyecto, conforme al procedimiento
que ellas mismas fijen.
Se aprobó por unanimidad, con los votos de los HH.
Senadores señores Bombal, Ríos, Viera-Gallo y Zurita.
Artículo 9º
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Establece como requisito para desarrollar un proyecto de
investigación científica en seres humanos, la aprobación, necesariamente
previa, de la Comisión Nacional o regional de Bioética que corresponda.
Pero el artículo también consagra los criterios que la
Comisión deberá ponderar para otorgar o denegar la autorización. Ellos son: la
evaluación de los objetivos de la investigación, que deben ajustarse al
ordenamiento jurídico que instituye el proyecto y a los demás del mismo
carácter, o de índole ética, que establezcan la propia Comisión Nacional o las
comisiones Regionales; la evaluación de procedimientos alternativos
disponibles, de eficacia comparable en cuanto a obtener los resultados
perseguidos por el proyecto de investigación, de modo de brindar el mayor
grado de certidumbre posible de que los medios a utilizar sean técnica y
éticamente aceptables; la proporcionalidad entre los riesgos a que se expondrá
el sujeto y los beneficios esperados, y las obligaciones derivadas tanto de la
dignidad personal del sujeto cuanto de la diversidad social, considerada ésta
como un bien cuya preservación resulta imperativa.
Se aprobó por unanimidad, con los votos de los HH.
Senadores señores Bombal, Ríos, Viera-Gallo y Zurita.
Artículo 10
Enuncia un catálogo de deberes que se imponen al
investigador que desarrolle proyectos de aquellos que quedan afectos a las
normas de este proyecto.
El primero de ellos es proporcionar al sujeto de
experimentación, en un lenguaje que resulte comprensible para él en vista de
su nivel educacional y acervo cultural, toda la información necesaria para
otorgar un asentimiento informado. Esta información debe incluir el derecho
del sujeto a negarse a participar en la investigación y a abandonarla en
cualquier estado de la misma, sin consecuencias gravosas para él, sean éstas
responsabilidades civiles, sanciones o pérdida de beneficios.
Se debe ofrecer al sujeto la más amplia oportunidad de
hacer preguntas sobre el proyecto y sus consecuencias e instarlo a formular las
interrogantes que le parezcan pertinentes.
Deberá el investigador cuidar que resulte imposible el
engaño, una influencia indebida o una intimidación que muevan al sujeto a
otorgar su acuerdo para participar en la investigación.
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Sólo es procedente recabar del sujeto su consentimiento
por escrito, con las formalidades consignadas en el artículo 7º del proyecto de
ley, una vez que el investigador se haya cerciorado de que aquél conoce y
entiende cabalmente los siguientes aspectos: la naturaleza de la investigación,
los procedimientos que se emplearán, la duración aproximada del experimento,
los riesgos e incomodidades asociados al mismo, sus beneficios potenciales y la
existencia y características de procedimientos o tratamientos alternativos que
también podrían ser beneficiosos.
Finalmente, se dispone que el consentimiento informado
debe renovarse cada vez que las condiciones o los procedimientos de la
investigación sufran modificaciones que las Comisiones Nacional o Regional de
Bioética, según corresponda, califiquen de importantes.
El H. Senador señor Ríos consideró que el contenido de
esta norma es más propio de un reglamento que de la ley, motivo por el cual
la facultad debiera entregarse más bien al Presidente de la República. Sin
perjuicio de lo cual le otorgó por ahora su aprobación, por considerar que ella
contribuye eficazmente a generar un clima de respeto a las normas éticas que
deben imperar en este ámbito.
Se aprobó por unanimidad, con los votos de los HH.
Senadores señores Bombal, Ríos, Viera-Gallo y Zurita.
Capítulo III. De la investigación genética y la terapia génica
Artículo 11
Especifica que los proyectos de investigación genética,
además de cumplir con lo dispuesto en materia de investigación científica en
seres humanos, género de la que aquélla viene a ser una especie, no podrán
tener otros objetivos que los que el artículo taxativamente señala.
Esos son el diagnóstico de enfermedades genéticas o
hereditarias con el propósito de evitar su transmisión y obtener su cura,
conocer la secuencia del ADN del genoma humano, sus funciones y su
patología y producir medicamentos sin riesgos biológicos.
Los HH. Senadores señores Bombal y Ríos hicieron
presente su aprensión respecto de la letra a) de este artículo, que admite
como finalidad lícita de la investigación genética el diagnóstico de
enfermedades genéticas o hereditarias con el propósito de evitar su
transmisión y obtener su cura, pues estiman que ella envuelve inconvenientes
morales profundos. En efecto, explicaron, los abusos siempre son una
posibilidad y esta disposición abre una brecha muy ancha en la invulnerabilidad
del derecho a la vida. Por ello se abstuvieron de aprobar esa letra.
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Antes de repetir la votación, el H. Senador señor
Viera-Gallo propuso eliminar la última frase de la letra a) de este artículo, que
puntualiza que la finalidad del diagnóstico será curar y evitar la transmisión de
enfermedades genéticas o hereditarias.
Con esa enmienda, el artículo 11 fue aprobado por
unanimidad, con los votos de los HH. Senadores señores Bombal, Ríos, RuizEsquide, Viera-Gallo y Zurita.
Con igual votación la Comisión dejó constancia de que las
normas sobre investigación genética son igualmente aplicables a los embriones
humanos.
Artículo 12
Estatuye que los exámenes genéticos y los análisis
genéticos predictivos sólo podrán efectuarse por motivos terapéuticos o de
investigación científica, con la finalidad de diagnosticar enfermedades
hereditarias y la condición de portador de ellas de alguna persona. Estos
exámenes se ejecutarán con sujeción a las normas del proyecto, con especial
referencia a las de los artículos 7º, 9º, 10 y 18 del mismo; esto es, el
consentimiento libre e informado del sujeto, la autorización de la Comisión
Nacional de Bioética y la reserva de la información genética.
Se aprobó por unanimidad, con los votos de los HH.
Senadores señores Bombal, Ríos, Viera-Gallo y Zurita.
Artículo 13
Dispone que la terapia génica en células somáticas -lo que
excluye a las células germinales o reproductivas- estará encaminada al
tratamiento de enfermedades o a impedir su aparición. Agrega que también en
este caso deberá darse cumplimiento a los preceptos que sobre consentimiento
informado contienen los artículos 7º y 10 del proyecto en informe.
Se aprobó por unanimidad, con los votos de los HH.
Senadores señores Bombal, Ríos, Viera-Gallo y Zurita.
Artículo 14
Regula la terapia génica en células germinales, la que
requerirá además una autorización explícita de la Comisión Nacional de
Bioética.
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Se aprobó por unanimidad, con los votos de los HH.
Senadores señores Bombal, Ríos, Viera-Gallo y Zurita.
Capítulo IV. De la clonación
Artículo 15
Prohibe la clonación de seres humanos y cualquier
intervención que de como resultado la creación de un ser humano
genéticamente idéntico a otro, vivo o muerto. En cambio, permite la clonación
de tejidos y órganos realizada con una finalidad terapéutica y ajustándose a las
normas que al efecto establezca la Comisión Nacional de Bioética.
En esta materia el precepto que proponemos sigue la
tendencia general de las legislaciones extranjeras tenidas a la vista y de las
recomendaciones, declaraciones y regulaciones internacionales sobre el
particular.
En el primer inciso de este artículo se adelanta una
especie de definición de la clonación de seres humanos que hace referencia a
los resultados, sin describir ni diferenciar los medios para obtenerla.
Se aprobó por unanimidad, con los votos de los HH.
Senadores señores Bombal, Ríos, Ruiz-Esquide, Viera-Gallo y Zurita.
Capítulo V. Del genoma humano
Artículo 16
Inspirado en la frase final del artículo 1 de la Declaración
de la UNESCO, consagra la inapropiabilidad del conocimiento del genoma
humano o de sus partes, pues son patrimonio común de la humanidad.
La citada Declaración afirma que el genoma humano -y no
el conocimiento que se tenga sobre el mismo- es patrimonio de la humanidad,
en un sentido simbólico. Ello está acorde con la naturaleza misma del genoma,
que es información individual y de la especie que se encuentra a nivel
intracelular y, por tanto, no se ve cómo su soporte material, indisolublemente
ligado a la identidad, dignidad y diversidad de cada persona, podría ser objeto
de las atribuciones propias del dominio.
La Comisión no desconoce el considerable esfuerzo
humano y acopio de recursos que hay tras la investigación del genoma, pero
estima que las consideraciones de orden jurídico y moral, y para algunos
también de naturaleza ontológica, que reconocen en la información contenida
en el genoma un elemento integrante de la personalidad humana y de las
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especificidades de nuestra forma de vida, deben primar sobre los intereses
puramente materiales, y aún científicos, de los laboratorios, empresas y demás
organizaciones empeñadas en desentrañar el mensaje del genoma humano.
La norma que incluimos en nuestro proyecto alude al
conocimiento del genoma y sus partes, siguiendo la línea general de la
legislación nacional, extranjera e internacional sobre propiedad intelectual. En
efecto, lo que es susceptible de propiedad intelectual o industrial son las
creaciones de obras del intelecto y las innovaciones en procesos que reporten
alguna ventaja respecto del estado anterior; no el descubrir o enterarse de
algo y comprenderlo.
Por eso mismo el inciso primero del artículo 16 del
proyecto agrega que el conocimiento de la estructura de un gen y de las
secuencias de ADN no son patentables.
En el mismo orden de cosas, el inciso segundo de este
artículo reconoce como aptos para ser patentados conforme a las reglas
generales, los procesos biotecnológicos derivados del conocimiento del genoma
humano y los productos obtenidos directamente de dichos procedimientos,
tales como los medicamentos.
Se aprobó por unanimidad, con los votos de los HH.
Senadores señores Bombal, Ríos, Viera-Gallo y Zurita.
Artículo 17
Establece que si hubiere duda o conflicto sobre la
posibilidad de patentar una innovación en el campo de la genética, resolverá
la Comisión Nacional o Regional de Bioética que corresponda, ajustándose al
procedimiento que ellas mismas deberán fijar. Sus resoluciones serán
apelables ante la Corte de Apelaciones respectiva, conforme a las reglas
generales.
Se aprobó por unanimidad, con los votos de los HH.
Senadores señores Bombal, Ríos, Viera-Gallo y Zurita.
En cumplimiento de lo dispuesto por los artículos 74 de la
Constitución Política de la República y 16 de la ley Nº 18.918, orgánica
constitucional del Congreso Nacional, se ofició a la Corte Suprema para oír su
opinión acerca de este artículo.
Capítulo VI. De la protección de los datos genéticos
A indicación del H. Senador señor Viera-Gallo se incorporó
este capítulo, inspirado en las disposiciones de la Ley sobre Protección de
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Datos de Carácter Personal, Nº 19.628. Se trata de normas aplicables a la
información genética de personas identificables y no a la que se recopila y
procesa en forma innominada, con fines científicos o estadísticos.
Artículo 18
Consagra el carácter reservado que tiene la información
genética de una persona e indica las únicas dos excepciones a esta regla: que
el propio titular de la información la revele o que un juez autorice dejar sin
efecto la reserva, en el caso específico sometido a su conocimiento.
Esta norma está llamada a proteger la intimidad y a
precaver el riesgo de discriminación basada en la información genética.
La Comisión optó por exigir que sea el sujeto dueño de la
información quien ponga límite al secreto con que se la quiere recubrir y
descartó expresamente la posibilidad de que él autorice a un tercero para
obviar la confidencialidad, pues ello abriría un resquicio indeseable en la
seguridad y privacidad que se pretende dar a la información genética de las
personas.
En otro orden de cosas, tratándose en la especie de un
secreto o reserva dispuestos por norma de rango legal, no cabe duda que
también la ley podrá autorizar para develar determinada información genética
personal, en los casos y con las precauciones que la prudencia aconsejen al
legislador.
Se aprobó por unanimidad, con los votos de los HH.
Senadores señores Bombal, Ríos, Ruiz-Esquide, Viera-Gallo y Zurita.
Artículo 19
Sujeta a las reglas de la citada ley Nº 19.628, sobre
Protección de Datos de Carácter Personal, la recolección, almacenamiento,
tratamiento y difusión de datos genéticos de las personas.
Se aprobó por unanimidad, con los votos de los HH.
Senadores señores Bombal, Ríos, Ruiz-Esquide, Viera-Gallo y Zurita.
Artículo 20
Prohibe solicitar, recibir, poseer y utilizar información
genética de una persona determinada e identificable. Veda también el indagar
si una persona se ha realizado un examen o análisis genético, salvo
autorización legal expresa. Su inciso segundo, ajustándose al mismo esquema
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de la ley Nº 19.628, exceptúa la recolección y procesamiento de información
genética estadística y no nominativa.
El precepto apunta asimismo a resguardar la intimidad y a
evitar posibles casos de discriminación. Es indudable que este tipo de
antecedentes forma parte de lo que la letra g) del artículo 2º de la ley N º
19.628 define como "datos sensibles".
La frase final, alusiva a la autorización legal expresa, deja
a salvo la facultad que el Código Sanitario otorga a las autoridades de salud,
correlativa del deber de los profesionales del área, en orden a declarar ciertas
enfermedades especialmente graves o contagiosas, tanto para prevenir su
transmisión cuanto para tratar oportuna y adecuadamente al portador.
La señora Charlotte Bouësseau, asesora del Ministerio de
Salud, indicó que la ley Nº 19.628, sobre Protección de Datos de Carácter
Personal, ha originado algunas dudas en cuanto a su aplicación a los
procedimientos establecidos para el caso de enfermedades de declaración
obligatoria, por lo cual está en preparación una circular que aspira a darles
respuesta. Básicamente se procurará definir claramente cuál es el destinatario
de esa información y cuál es la finalidad con la que se colecta.
El H. Senador señor Ruiz-Esquide manifestó que llamado a
elegir entre la protección de los derechos de las personas, como es el de la
intimidad, y las atribuciones de la autoridad, opta por la fórmula que mejor
garantice aquéllos, pues el avance tecnológico los hace cada día más
vulnerables.
El H. Senador señor Bombal hizo ver que el progreso de la
terapia génica muy probablemente haga necesario en un futuro no lejano
disponer de registros de donantes, lo que habrá que conciliar con una norma
como la que se analiza.
El H. Senador señor Ríos puso de relieve que este artículo
exige idear una fórmula que compatibilice equilibradamente las facultades que
en razón del bien común se otorga a las autoridades sanitarias y el derecho a
la privacidad de las personas.
Se aprobó por unanimidad, con los votos de los HH.
Senadores señores Bombal, Ríos, Ruiz-Esquide, Viera-Gallo y Zurita.
Artículo 21
Señala que los datos genéticos que hagan posible la
identificación de la persona de la que provienen deben ser encriptados -esto
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es, codificados de modo de
almacenarlos y transmitirlos.
hacerlos
ilegibles
o
ininteligibles-
Sólo razones de salud pública permitirán
temporalmente esta forma de protección especial de tales datos.
para
omitir
Queda a salvo el recurso de "habeas data" que otorga el
Título II de la ley Nº 19.628, para conocer, modificar o eliminar antecedentes
personales contenidos en un banco de datos.
Se aprobó por unanimidad, con los votos de los HH.
Senadores señores Bombal, Ríos, Ruiz-Esquide, Viera-Gallo y Zurita.
Capítulo VII. De la Comisión Nacional de Bioética
Artículo 22
Estipula que la Comisión Nacional de Bioética fijará los
criterios que sirvan para conjugar la libertad de investigación científica en el
campo de la salud, con el respeto a los derechos y libertades básicos que
garantiza la Constitución Política de la República. Ella tendrá por misión
analizar y pronunciarse sobre las cuestiones y problemas relacionados con la
bioética, especialmente los relativos al genoma humano, además de las
facultades que otros preceptos de la iniciativa le asignan.
La integrarán siete miembros: representantes del mundo
académico especializados en bioética, en el caso de las disciplinas médica y
jurídica y en ética, en el caso de la filosofía; el Presidente de la Comisión de
Etica del Colegio Médico que cuente con el mayor número de asociados previendo que la legislación no limita a una sola asociación gremial por rama o
actividad-, y tres representantes de las sociedades y corporaciones científicas,
uno de los cuales al menos deberá ser mujer. Los procedimientos para elegir a
estos comisionados serán establecidos en el reglamento.
Se aprobó por unanimidad, con los votos de los HH.
Senadores señores Bombal, Ríos, Ruiz-Esquide, Viera-Gallo y Zurita.
La Comisión de Salud tiene el propósito de dar con esto
una señal clara acerca de la necesidad impostergable y urgente de establecer
en Chile una entidad de la naturaleza de esta Comisión, estructurada como un
servicio público dotado de potestades auténticas, tanto en el ámbito moral
como en el jurídico. Al mismo tiempo, ha buscado delinear los rasgos básicos
que el legislador estima deben caracterizar su organización, atribuciones y
funcionamiento. Lo que se deja consignado para señalar que se requiere que el
Ejecutivo concurra con su iniciativa para que la ley resulte eficaz.
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Artículo 23
Señala que habrá Comisiones Regionales de Bioética en
cada una de las divisiones del territorio nacional, cuya composición será
establecida por la Comisión Nacional. Ellas ejercerán en las regiones las
atribuciones de registro y visación que indica el proyecto, así como otras que
les delegue la Comisión Nacional. Esta última tendrá la calidad de regional para
la región Metropolitana.
Se aprobó por unanimidad, con los votos de los HH.
Senadores señores Bombal, Ríos, Ruiz-Esquide, Viera-Gallo y Zurita.
Artículo 24
Habilita a las Comisiones Nacional y Regionales para
recabar de cualquier organismo público o entidad privada la información que
requiera para dar cumplimiento a sus fines.
Se aprobó por unanimidad, con los votos de los HH.
Senadores señores Bombal, Ríos, Ruiz-Esquide, Viera-Gallo y Zurita.
Artículo 25
Dispone que tanto la comisión Nacional cuanto las
Comisiones Regionales llevarán registro de los establecimientos autorizados a
realizar investigación científica o genética en seres humanos, así como de los
proyectos de investigación que ellas autoricen.
Se aprobó por unanimidad, con los votos de los HH.
Senadores señores Bombal, Ríos, Ruiz-Esquide, Viera-Gallo y Zurita.
Artículo 26
Encomienda al reglamento lo relativo a la organización,
funcionamiento y designación o elección de los integrantes de las Comisiones
Nacional y Regionales de Bioética.
Se aprobó por unanimidad, con los votos de los HH.
Senadores señores Bombal, Ríos, Ruiz-Esquide, Viera-Gallo y Zurita.
Capítulo VIII. Sanciones e indemnizaciones
En la legislación comparada se tipifica y sanciona las
siguientes infracciones: manipular genes humanos con finalidad que no sea
terapéutica; crear armas biológicas; fecundar óvulos humanos con fines
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distintos a la procreación; clonación de seres humanos idénticos; reproducción
asistida, sin consentimiento de la mujer; omisión de datos, informaciones,
consentimientos y autorizaciones exigidos por la ley; modificación del
patrimonio genético humano no patológico; creación y mantención de
embriones y fetos vivos, con fines distintos a la procreación; donación y
utilización de embriones, fetos, o sus células, tejidos u órganos, con fines
cosméticos; extracción de células o tejidos de embriones o fetos en desarrollo,
de la placenta o sus envolturas, o de líquido amniótico, con fines distintos del
diagnóstico prenatal; experimentación con embriones y fetos vivos y viables;
realización de estudios genéticos sin el consentimiento previo de la persona
afectada; desviación de la información genética de sus fines médicos o de
investigación científica; identificación genética con fines médicos, sin
consentimiento previo del afectado o fuera de un procedimiento judicial;
divulgación de información genética sin ser titular de ella, y la eugenesia.
Se sanciona las conductas dolosa y culposa. No se exige
dolo específico. En varios casos se castiga la tentativa como delito consumado.
Incluso se llega a imponer una especie de responsabilidad penal a personas
jurídicas, en el caso francés.
Como se dijo, la Comisión tratará este aspecto en el
segundo informe, para lo cual ha solicitado ya asesoría en la especialidad de la
ciencia penal.
Artículo 27
Especifica que la infracción de las normas de la ley
generará la obligación de indemnizar los perjuicios que con ello se causen,
según las reglas generales. Habrá lugar entonces a obtener el resarcimiento
del daño emergente, lucro cesante y daño moral.
Se aprobó por unanimidad, con los votos de los HH.
Senadores señores Bombal, Ríos, Ruiz-Esquide, Viera-Gallo y Zurita.
---------En consecuencia, vuestra Comisión de Salud tiene el honor
de proponeros la aprobación del siguiente
PROYECTO DE LEY:
“Capítulo I. Disposiciones Generales
Artículo 1º.- La presente ley tiene por finalidad proteger la vida, la
integridad física y síquica de las personas, así como su dignidad e identidad
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genética, con respecto a la investigación científica y sus aplicaciones y al
ejercicio de la medicina.
Artículo 2º.- El genoma humano es la base de la unidad fundamental de
todos los miembros de la familia humana y del reconocimiento de su identidad,
dignidad y diversidad.
Artículo 3º.- Se prohibe toda práctica eugenésica. Sólo se podrá
modificar características genéticas humanas que inciden en la herencia en los
casos y en la forma previstos por la ley.
Artículo 4º.- Se prohibe toda forma de discriminación basada en el
patrimonio genético de las personas.
Artículo 5º.- Sólo podrán realizarse estudios e indagaciones para
determinar la identidad genética de una persona con su consentimiento, o por
orden de tribunal competente en causa en que tal hecho sea relevante.
Capítulo II. De la investigación científica en seres humanos
Artículo 6º.- La libertad para llevar a cabo actividades de investigación
científica tiene como límite el respeto a los derechos y libertades reconocidos
por la Constitución Política de la República.
Artículo 7º.- La investigación científica en seres humanos que involucre
algún tipo de intervención física o síquica en el sujeto debe ajustarse a lo
dispuesto en la presente ley, además de a otras normas que resulten
aplicables según el caso.
Deberá contar con el consentimiento libre e informado del sujeto,
otorgado personalmente, o por su representante legal cuando aquél carezca de
capacidad para obrar por sí mismo.
La prestación del consentimiento deberá constar en un acta firmada
también por el director del establecimiento donde se realizará la investigación
y por el director responsable del proyecto respectivo.
La revocación del consentimiento procederá siempre y no generará
responsabilidad de ninguna especie, cualesquiera sean los efectos que ella
produzca.
Artículo 8º.- Los establecimientos que desarrollen proyectos de
investigación en seres humanos deberán cumplir un procedimiento de
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PRIMER INFORME COMISIÓN SALUD
acreditación ante la Comisión Nacional o Regional de Bioética respectiva, que
se fijará por reglamento.
Artículo 9º.- Todo proyecto de investigación científica en seres humanos
que involucre algún tipo de intervención física o síquica en el sujeto requerirá
la aprobación de la Comisión Nacional o Regional de Bioética respectiva. Para
otorgarla, ésta deberá evaluar los objetivos de la investigación, los
procedimientos
alternativos
disponibles
de
eficacia
comparable,
la
proporcionalidad entre los riesgos a que será expuesto el sujeto y los
beneficios que se esperan como resultado de la investigación, así como las
exigencias impuestas por la dignidad personal del sujeto y por la necesaria
diversidad social.
Artículo 10.- Sin perjuicio de las exigencias establecidas en las demás
normas de esta ley, son deberes especiales del investigador:
1) Transmitir al sujeto, en un lenguaje comprensible para él, toda
información que necesite para prestar un consentimiento informado, incluida
posibilidad de negarse a participar en la investigación antes de su inicio
durante el curso de la misma, sin incurrir en responsabilidades o sanciones
en pérdida de beneficios.
la
la
y
ni
2) Ofrecer al sujeto amplia oportunidad de hacer preguntas e instarlo a
que las haga.
3) Excluir toda posibilidad de engaño, influencia indebida o intimidación.
4) Recabar el consentimiento escrito del sujeto una vez que éste tenga
pleno conocimiento de los siguientes aspectos:
a)
naturaleza de la investigación, procedimientos a
seguir y duración aproximada;
b)
riesgos
e
incomodidades
asociadas
a
la
investigación;
c)
beneficios potenciales de la investigación, y
d)
procedimientos o tratamientos alternativos que
podrían ser beneficiosos.
5) Renovar el consentimiento informado si las condiciones o los
procedimientos de la investigación sufren modificaciones calificadas como
importantes por la Comisión Nacional o Regional de Bioética respectiva.
Capítulo III. De la investigación genética y la terapia génica
Artículo 11.- Los proyectos de investigación genética deberán cumplir
con lo dispuesto en la presente ley y sólo podrán tener los siguientes fines:
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a)
b)
diagnosticar enfermedades genéticas o hereditarias;
conocer la secuencia del ADN del genoma humano, sus
funciones y su patología, y
c)
producir medicamentos de uso sanitario o clínico sin riesgo
biológico, que permitan el avance en la terapia de las enfermedades.
Artículo 12.- Los exámenes genéticos y los análisis predictivos de la
misma naturaleza sólo podrán hacerse por motivos terapéuticos o de
investigación científica, de acuerdo a las normas de esta ley. Su finalidad será
diagnosticar una enfermedad y establecer si el paciente es portador de una
dolencia hereditaria.
En la realización de estos exámenes y análisis se deberá
cumplimiento a lo establecido en los artículos 7º, 9º, 10 y 18 de esta ley.
dar
Artículo 13.- La terapia génica en células somáticas está destinada al
tratamiento de enfermedades o a impedir su aparición.
Será aplicable en estos casos lo dispuesto sobre consentimiento
informado en los artículos 7º y 10 de esta ley.
Artículo 14.- La terapia que exija modificar células germinales, requerirá
la autorización de la Comisión Nacional de Bioética.
Capítulo IV. De la Clonación.
Artículo 15.- Se prohibe la clonación de seres humanos y cualquier
intervención humana que de por resultado la creación de un ser humano
genéticamente idéntico a otro, vivo o muerto.
La clonación de tejidos y órganos sólo procederá con una finalidad
terapéutica y se ajustará a las normas que establezca la Comisión Nacional de
Bioética.
Capítulo V. Del Genoma Humano.
Artículo 16.- El conocimiento del genoma humano es patrimonio común
de la humanidad. Nadie puede atribuirse ni constituir propiedad sobre el mismo
o sobre parte de él. Por lo tanto, el conocimiento de la estructura de un gen y
de las secuencias de ADN no son patentables.
Los procesos biotecnológicos derivados del conocimiento del genoma
humano, así como los productos obtenidos directamente de ellos, como los
medicamentos, son patentables según las reglas generales.
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PRIMER INFORME COMISIÓN SALUD
Artículo 17.- En caso de duda o disputa acerca de la patentabilidad de
una innovación en el campo de la genética resolverá la Comisión Nacional o
Regional de Bioética que corresponda, conforme al procedimiento que ellas
mismas fijen. Sus resoluciones serán apelables ante la Corte de Apelaciones
respectiva, de acuerdo a las reglas generales.
Capítulo VI. De la protección de datos genéticos.
Artículo 18.- La información genética de una persona será reservada,
salvo que ella la revele o que el juez lo autorice, todo ello sin perjuicio de las
normas sobre secreto profesional.
Artículo 19.- La recolección, almacenamiento, tratamiento y difusión de
datos genéticos de las personas se ajustará a las normas de la ley Nº 19.628,
sobre Protección de Datos de Carácter Personal.
Artículo 20.- Queda prohibido solicitar, recibir, poseer y utilizar
información genética relativa a una persona determinada e identificable, así
como indagar si una persona se ha realizado un examen o análisis de carácter
genético, salvo autorización legal expresa.
Estas prohibiciones no afectan a la recolección y procesamiento de
información genética de carácter estadístico y no nominativa.
Artículo 21.- Los datos genéticos que permitan la identificación de una
persona deberán ser encriptados para su almacenamiento y transmisión.
La encriptación podrá omitirse temporalmente por razones de salud
pública.
Capítulo VII. De la Comisión Nacional de Bioética.
Artículo 22.- La Comisión Nacional de Bioética fijará los criterios
necesarios para armonizar la libertad de investigación científica en el campo de
la salud, con el respeto a los derechos y libertades garantizados en la
Constitución Política de la República. Ella estudiará y se pronunciará sobre las
cuestiones bioéticas, en particular las referidas al genoma humano, y tendrá
las demás facultades que le otorga la presente ley.
La Comisión estará integrada por las siguientes personas:
1. Un académico especializado en bioética, designado por los Decanos de
las Facultades de Medicina de las Universidades reconocidas por el Estado;
2. Un académico especializado en bioética, designado por los Decanos de
las Facultades de Derecho de las Universidades reconocidas por el Estado;
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3. Un académico especializado en ética, designado por las Facultades de
Filosofía de las Universidades reconocidas por el Estado;
4. El Presidente de la Comisión de Etica del Colegio Médico con mayor
número de asociados, y
5. Tres representantes de las Sociedades o Corporaciones Científicas
relacionadas directamente con la Bioética, uno de los cuales al menos deberá
ser mujer.
Artículo 23.- En cada Región del país habrá una Comisión Regional de
Bioética, que ejercerá en el respectivo ámbito territorial las atribuciones que
les otorga esta ley y las que les delegue la Comisión Nacional, la cual fijará
también la composición de aquellas y tendrá la calidad de Comisión Regional
de la Región Metropolitana.
Artículo 24.- La Comisión Nacional y las Comisiones Regionales de
Bioética podrán recabar de los organismos públicos y entidades privadas la
información necesaria para el cumplimiento de sus fines.
Artículo 25.- La Comisión Nacional y las Comisiones Regionales llevarán
un registro de los establecimientos públicos y privados que realicen
investigación científica en seres humanos y de los que practiquen investigación
genética en seres humanos. La inscripción en el registro será requisito para
ejercer tales actividades.
La Comisión Nacional y las Comisiones Regionales llevarán registro de
las investigaciones autorizadas conforme a los preceptos de esta ley.
Artículo 26.- El Reglamento establecerá la organización y funcionamiento
de la Comisión Nacional y de las Comisiones Regionales, así como la forma de
designar a sus integrantes, en su caso.
Capítulo VIII. Sanciones e indemnizaciones
Artículo 27.- La infracción de las normas de la presente ley dará lugar a
indemnización de perjuicios según las reglas generales.".
---------Acordado en sesiones de fechas 7 de mayo, 11 de junio y
16 de julio de 1997, con asistencia de sus miembros que a la sazón eran los
HH. Senadores señores Mariano Ruiz-Esquide Jara (Presidente), señora María
Elena Carrera Villavicencio, y señor Enrique Larre Asenjo, y en sesiones de 2
de junio de 1998, 22 de junio, 13 de julio, 3 de agosto, 7 de septiembre, 3 y
16 de noviembre de 1999, 18 de enero, 21 de marzo, 4 de abril, 3 de mayo,
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PRIMER INFORME COMISIÓN SALUD
14 y 26 de junio y 5 de julio de 2000, con asistencia de sus miembros HH.
Senadores señores Carlos Bombal Otaegui (Presidente) (Antonio Horvath Kiss,
Jorge Martínez Busch, Rodolfo Stange Oelckers), Mario Ríos Santander (Ignacio
Pérez Walker), Mariano Ruiz-Esquide Jara (Juan Hamilton Depassier), Enrique
Zurita Camps (Enrique Silva Cimma) y José Antonio Viera-Gallo Quesney
(Carlos Ominami Pascual).
Sala de la Comisión, a 11 de julio de 2000.
FERNANDO SOFFIA CONTRERAS
Secretario
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RESEÑA
I.
BOLETIN Nº: 1.993-11
II.
MATERIA: proyecto de ley, en primer trámite constitucional, sobre
la investigación científica en el ser humano, sobre su genoma, y que
prohibe la clonación humana.
III.
ORIGEN: moción de los HH. Senadores señores Mariano
Ruiz-Esquide, Juan Hamilton, Sergio Páez y Andrés Zaldívar y del ex
Senador señor Nicolás Díaz.
IV.
TRAMITE CONSTITUCIONAL: primero.
V.
APROBACION POR LA CAMARA DE DIPUTADOS: no hay.
VI.
INICIO TRAMITACION EN EL SENADO: 12 de marzo de 1997
VII.
TRAMITE REGLAMENTARIO: primer informe, con discusión
general y particular.
VIII.
URGENCIA: no tiene.
IX.
LEYES QUE SE MODIFICAN O QUE SE RELACIONAN CON LA
MATERIA:
1. Constitución Política de la República:
= artículo 19, número 1º: asegura a toda persona el derecho a la vida
y a la integridad física y síquica
= artículo 19, número 2º: asegura la igualdad ante la ley
= artículo 19, número 4º, asegura a toda persona el respeto y
protección a la vida privada y a la honra
= artículo 19, número 9º: asegura el derecho a la protección de la salud,
y obliga correlativamente al Estado a proteger el acceso a
las acciones
de promoción, protección y recuperación de la
salud, así como a la
rehabilitación, y a coordinarlas y controlarlas
= artículo 19, número 10º: es deber del Estado estimular la investigación
científica
= artículo 19, Número 25º: garantiza la propiedad intelectual
sobrepatentes de invención, marcas comerciales, modelos, procesos
tecnológicos y otras creaciones análogas.
2. D.L. Nº 2.763, de 1979, reorganiza el Ministerio de Salud, crea
Servicios de Salud, el Fonasa y el Instituto de Salud Pública:
los
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PRIMER INFORME COMISIÓN SALUD
= artículo 1º: asigna al Ministerio la función de garantizar el libre e
igualitario acceso a las acciones de promoción, protección y recuperación
de la salud y de rehabilitación de la persona enferma, coordinarlas y
controlarlas
= artículo 3º: asegura a las personas e instituciones la libre iniciativa para
realizar acciones de salud, conforme a la ley
= artículo 35, inciso final: asigna al Instituto de Salud Pública la condición
de laboratorio de referencia, normalizador y supervisor, en microbiología,
inmunología, farmacología y laboratorio clínico
= artículo 37: sobre funciones del Instituto: autorizar la instalación de
laboratorios y fiscalizar su funcionamiento; autorizar y registrar
medicamentos y controlar su fabricación, importación,
exportación
distribución, expendio y uso de los mismos; elaborar
productos
biológicos; promover y efectuar investigación aplicada
en materias
relacionadas con sus funciones.
3. Código Sanitario (D.F.L. Nº 725, de 1968):
= artículo 7º: preceptúa que las actividades que por ley requieren
autorización expresa no pueden iniciar su funcionamiento sin
ella; el
D.F.L. Nº 1, de Salud, de 1990, señala cuáles son y entre
ellas están
los laboratorios, las farmacias y las series de
productos biológicos
controlados
= artículo 15: impide a las Municipalidades otorgar patentes y
permisos para el ejercicio de actividades que requieren
autorización del
Servicio de Salud, sin que ésta haya sido
otorgada previamente; en
caso de infracción, el Servicio puede
paralizar las obras, clausurar el
establecimiento o prohibir el ejercicio de la actividad
= artículo 20: obliga a los médicos a informar casos de
enfermedades
transmisibles de declaración obligatoria; éstas
están señaladas en el
D.S. Nº 11, de Salud, de 1985, y se trata
principalmente de
enfermedades infecciosas y del cáncer
= artículo 30: prohibe a los laboratorios, sin autorización expresa,
cultivar microorganismos específicos y parásitos de
enfermedades
transmisibles que no existan en nuestro territorio
= artículo 94: asigna al Instituto de Salud Pública la función de
control
sanitario de productos farmacéuticos
= artículo 96: prohibe la fabricación, importación, tenencia,
distribución y transferencia de productos farmacéuticos
contaminados,
adulterados, falsificados o alterados
= artículo 97: define como producto farmacéutico cualquiera
sustancia
natural o sintética destinada a ser administrada con fines
de curación,
atenuación,
tratamiento, prevención o diagnóstico de
enfermedades
o de sus síntomas
= artículo 101: los instrumentos, aparatos, dispositivos, artículos o
elementos destinados al diagnóstico, prevención y tratamiento
de
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PRIMER INFORME COMISIÓN SALUD
enfermedades de seres humanos quedan sujetos a control y
certificación de calidad por entidades fiscalizadas por el Instituto
de
Salud Pública
= Libro Sexto, artículos 121 a 129: sobre funcionamiento de
laboratorios y farmacias
= Libro Noveno, artículos 145 a 154: sobre aprovechamiento de
tejidos
o partes del cuerpo de donantes vivos o cadáveres, con
fines científicos
o terapéuticos.
4. Ley Nº 19.451, sobre trasplante y donación de órganos.
5. D.S. Nº 656, de Salud, de 1997, reglamento de la anterior.
6. Resolución exenta Nº 601, del Ministro de Salud, de 1999, que
fija
requisitos a los establecimientos que efectúen extracción y
trasplantes
de órganos.
7. D.S. Nº 240, de Salud, de 1983, que reglamenta el Libro Noveno
del
Código Sanitario
8. Ley Nº 19.628, sobre Protección de Datos de Carácter Personal.
X.
ESTRUCTURA
DEL
PROYECTO
APROBADO
COMISION: 27 artículos permanentes.
XI.
PRINCIPALES OBJETIVOS DEL PROYECTO PROPUESTO POR
LA COMISION:
-
POR
LA
Fijar un marco jurídico para la investigación científica y genética en
seres humanos, sobre la terapia génica y sobre el genoma humano.
Prohibir la clonación de seres humanos.
Crear una Comisión Nacional de Bioética.
XII.
NORMAS DE QUORUM ESPECIAL: el artículo 17 es de rango
orgánico constitucional, en cuanto otorga a las Cortes de apelaciones
una nueva atribución. Su aprobación exige el voto de cuatro
séptimos de los Senadores en ejercicio.
XIII.
ACUERDOS:
Aprobada la idea de legislar por unanimidad (3 x 0).
Articulado aprobado por unanimidad (4 x 0 y 5 x0).
Valparaíso, 11 de julio de 2000.
FERNANDO SOFFIA CONTRERAS
Secretario de la Comisión
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INDICE
Antecedentes
2
La moción
2
Código de Nüremberg, 1947
3
Declaración de Helsinki, 1964
4
Declaración de UNESCO, 1997
7
Proyecto Genoma Humano
13
Discusión general
14
Discusión particular
40
Proyecto de ley
53
Reseña
59
Indice
62
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DISCUSIÓN EN SALA
1.3. Discusión en Sala.
Senado. Legislatura 342. Sesión 13. Fecha 01 de agosto, 2000. Discusión
general. Queda pendiente.
INVESTIGACIÓN CIENTÍFICA EN SER HUMANO, SU GENOMA, Y
PROHIBICIÓN DE CLONACIÓN HUMANA
El señor ZALDÍVAR, don Andrés (Presidente).- Proyecto de ley, en primer
trámite constitucional, iniciado en moción de los Honorables señores
Ruiz-Esquide, Hamilton, Páez y Zaldívar, don Andrés, y del ex Senador
señor Díaz, sobre la investigación científica en el ser humano, su
genoma, y que prohíbe la clonación humana, con informe de la
Comisión de Salud.
--Los antecedentes sobre el proyecto (1993-11) figuran en los
Diarios de Sesiones que se indican:
Proyecto de ley: (moción de los señores Ruiz-Esquide, Díaz,
Hamilton, Páez y Zaldívar, don Andrés).
En primer trámite, sesión 32ª, en 12 de marzo de 1997.
Informe de Comisión:
Salud, sesión 10ª, en 12 de julio de 2000.
El señor LAGOS (Secretario).- La Comisión deja constancia en su informe de
que el artículo 17 requiere quórum de ley orgánica constitucional para
su aprobación, esto es, el voto conforme de 27 señores Senadores.
Los objetivos principales de la iniciativa son: fijar un
marco jurídico para la investigación científica y genética en seres
humanos, sobre la terapia génica y el genoma humano; prohibir la
clonación de seres humanos, y crear una Comisión Nacional de
Bioética.
De los antecedentes y razones expuestos en el informe se
concluye que la Comisión, por unanimidad, aprobó en general la
iniciativa y propone a la Sala adoptar igual predicamento.
El señor ZALDÍVAR, don Andrés (Presidente).- En discusión general el
proyecto.
Tiene la palabra el Presidente de la Comisión, Honorable
señor Bombal.
El señor BOMBAL.- Señor Presidente, con su venia, previamente hará uso de
ella el Senador señor Ruiz-Esquide.
El señor RUIZ-ESQUIDE.- Señor Presidente, primero que todo, deseo
agradecer al Honorable señor Bombal el permitir que el Senador que
habla intervenga en primer lugar, considerando mi autoría de la
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DISCUSIÓN EN SALA
iniciativa, junto con el señor Presidente del Senado, los Honorables
señores Hamilton y Páez, y el ex Senador señor Nicolás Díaz.
Este proyecto lleva bastante tiempo en tramitación y
contiene cuatro ideas centrales: legislar sobre la investigación en seres
humanos; señalar claramente nuestro rechazo a la clonación humana;
generar condiciones acerca de los resguardos respecto de la terapia
génica e investigación genética en lo relacionado con el genoma
humano, y, por último, proponer la creación de una Comisión Nacional
de Bioética, dejando pendiente para ulterior debate lo referente a las
sanciones cuando se transgreden las normas fijadas en el articulado.
Deseo poner de relieve que éste es un tema
extraordinariamente serio, profundo, difícil y complicado, y de una
apertura hacia el futuro que nosotros mismos no somos capaces de
precisar. De repente, el debate se centra en si se debe o no permitir el
trabajo en el genoma humano, si la libertad para investigar en este tipo
de materias debe ser sin límites, o hasta dónde podemos poner
condiciones para que, en definitiva, se controle y limite ese derecho.
La Comisión tuvo en cuenta varios criterios. Primero, que
éste es un primer informe y que, de acuerdo con la reglamentación que
nos rige, el proyecto debe volver a Comisión para segundo informe,
donde se continuará requiriendo un cúmulo de información que
obligadamente se recibirá, oportunidad en que los señores Senadores –
lo digo con todo aprecio- podrán entregar el máximo de opiniones.
Porque en este tema tan abierto nadie tiene la verdad absoluta, y lo
que hoy se está generando mañana puede transformarse en algo que
no condice con los adelantos científicos.
Un segundo criterio que tuvimos presente es que en el
segundo informe vamos a precisar las sanciones, que no se encuentran
contenidas en éste.
Y tercero, en mi condición de autor de la moción -junto
con el señor Presidente y otros señores Senadores- recojo
honestamente la disposición con que los integrantes de la Comisión, en
especial su Presidente y el Senador señor Viera-Gallo, han entendido la
necesidad de perfeccionar esta iniciativa.
Asimismo, quiero dejar de manifiesto la calidad del trabajo
realizado por el Secretario de la Comisión.
En lo referente a las disposiciones mismas, yo diría que lo
primero que busca el informe es mantener el pleno respaldo de la
sociedad civil, del Estado y de las instituciones de Gobierno en materia
de investigación científica en seres humanos, sin otras restricciones
que no sean la seguridad física y psíquica de las personas y los
principios de la denominada Bioética. Éstos son básicamente cuatro:
El concepto de autonomía, en cuanto a que la persona
debe saber a qué será sometida y dar su consentimiento. El de la
beneficencia, en orden a que sólo se puede hacer aquello que es bueno
para los seres humanos. El concepto de no maleficencia, en el sentido
Historia de la Ley Nº 20.120
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DISCUSIÓN EN SALA
de que en materia de ciencia y de investigación científica nadie debe
considerarse libre para hacer cualquier cosa si ello puede resultar
inconveniente para los seres humanos. Y el concepto de la justicia en la
aplicación de la ciencia y de la investigación, de donde se deduce que
cada una de las personas sometidas a aquélla debe participar de sus
ventajas.
Otro punto central en materia de investigación es que
ninguna persona puede ser discriminada sobre la base de su patrimonio
genético u otra condición. Por lo tanto, como se consigna en las
Disposiciones Generales del proyecto, “Sólo podrán realizarse estudios
e indagaciones para determinar la identidad genética de una persona
con su consentimiento, o por orden de tribunal competente en causa en
que tal hecho sea relevante.” O sea, por un lado se establece la
necesidad de investigar, de avanzar y, por otro, los derechos de las
personas sometidas a la investigación.
La gran angustia que siempre ha existido cuando se
analiza un tema tan abierto como éste, sobre todo en lo concerniente al
genoma humano, radica en saber si podemos avanzar sin límites en la
investigación, o si debemos precavernos de exageraciones y mal uso.
Sin perjuicio de las diferencias producidas en la Comisión y
de poder avanzar más en esta materia, el criterio central que siempre
se ha seguido en la investigación científica es el aristotélico: el abuso
no puede limitar el uso. Es decir, no podemos impedir la investigación
científica por creer que ella será usada en forma indiscriminada y
maleficente, no obstante colocarse los necesarios controles,
admoniciones y resguardos.
Por otra parte, señor Presidente, el proyecto trata
simultáneamente tres o cuatro materias. Aun cuando algunas personas
han sostenido que pudieron haberse presentado en iniciativas
separadas, quisimos mantener su unidad porque se relacionan en un
punto. Es el criterio de que el genoma humano -que será el máximum
de la investigación en el futuro- es patrimonio de la humanidad y, por
lo tanto, su composición genética no puede ser alterada sino en virtud
de sus beneficios en materia de salud y bienestar de las personas. No
pertenece a nadie, es de toda la comunidad y no puede ser utilizado
sólo con fines lucrativos.
Así lo han demostrado hasta la fecha las actitudes al
respecto del Presidente estadounidense Bill Clinton y del Primer
Ministro británico Tony Blair. En efecto, como consecuencia de que el
genoma humano surge de dos vertientes: una universal –producto del
esfuerzo impulsado por el Departamento de Energía de Estados Unidosy otra privada, se llega a la denominada conclusión final del trabajo en
la materia, donde en definitiva se definen los criterios básicos ya
señalados: el genoma es patrimonio de la humanidad; no puede ser
modificado sino en virtud de las ventajas en cuanto a la salud o a las
necesidades de mejoramiento de la raza humana. Lo precedente, sin
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DISCUSIÓN EN SALA
que ello signifique que en un instante determinado se llegue a alterar la
condición de la raza humana con el objeto de crear otro tipo de
actitudes. Y, por último, debe pertenecer a todos y nadie puede hacer
de esto algo lucrativo que sólo favorezca a algunos.
La iniciativa también se refiere a los derechos de las
personas sujetas a investigación, los que se encuentran claramente
especificados en distintos artículos.
Hay otros aspectos que abarca el proyecto. Uno de ellos tan importante como los anteriores- es el relativo a la clonación, el que
fue definido en forma clara desde un punto de vista recogido
universalmente, considerando las opiniones de todas las personas que
participaron durante el debate de la iniciativa en la Comisión. Allí se
estipuló que la clonación de seres humanos se halla absolutamente
prohibida, por ser contraria a las normas éticas. Es decir, el proyecto se
pronuncia en contra de la clonación de seres humanos en virtud del
derecho a la identidad y privacidad y, fundamentalmente, a la
condición específica de cada ser humano.
Queda abierto un asunto, que será dilucidado en el futuro,
acerca de las ventajas o desventajas que podría tener la clonación –
para ser muy preciso- en los seres humanos, por ejemplo, en el sentido
de que en cierto momento se podrían clonar determinadas células con
el objeto de evitar en los trasplantes las dificultades que hoy se
presentan.
Estamos conscientes de que las materias planteadas en el
proyecto –así como las que surgirán en el futuro- son de extrema
gravedad en términos de lo que con él se pueda realizar. Y al respecto
deseo recabar del Senado la seguridad de que en el segundo informe
podremos profundizar algunos asuntos que a nuestro juicio son
bastante importantes, razón por la cual todavía no se encuentran
incorporados en el presente informe, porque nos pareció que éste debía
tener un carácter preliminar, si bien estimamos que contiene los
criterios básicos sobre el tema.
Uno de aquéllos –ya lo indiqué- es el relativo a las
sanciones que deben aplicarse; otro, se refiere…
El señor CHADWICK.- Al problema de las clonaciones.
El señor RUIZ-ESQUIDE.- No. El problema no es que existan o no clonaciones,
porque de hecho ya se han realizado, señor Senador.
Tenemos información suficiente, emanada de los informes
de la UNESCO y de organizaciones de salud, en cuanto a que en el
mundo ya existen seres clonados. Se sabe que en el este asiático hay a
lo menos dos o tres casos, que en Europa se ha avanzado en esta
materia, y es muy probable que también se hayan producido
clonaciones.
El problema que se nos presenta es cómo limitar o corregir
esa práctica, cómo se logra que la ciencia que se abre paso en el
ámbito de que se trata no quede entregada a la locura humana, como
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ha ocurrido en muchas otras áreas del conocimiento. Hoy, el gran
debate en las sociedades científicas y, sobre todo, entre las personas
que trabajan en bioética dice relación a que en el campo que nos ocupa
no suceda algo similar a lo acontecido con la energía atómica, respecto
de la cual da la sensación de que, en lugar de todo el bien que se pudo
obtener de ella, terminó generándose una de las peores dificultades
que enfrenta la humanidad.
El cuarto punto resuelto se refiere a que de alguna manera
se cuente con un respaldo ético. Y la fórmula propuesta consiste en la
creación de una Comisión Nacional de Bioética, que exhibe dos
características. La primera de ellas es su amplitud, pues se apunta a
que incluya a personas dedicadas al tema, que, al mismo tiempo, no
tengan sectarismo de ninguna forma.
Ese organismo se puede ceñir a distintos modos de
constituirse. La legislación comparada es sumamente variada al
respecto. Hemos buscado la que nos pareció más adecuada a la
realidad chilena, sin sostener que sea la mejor. Estimamos que deben
integrarlo un académico especializado en bioética designado por los
Decanos de las Facultades de Medicina y otro designado por los
Decanos de las Facultades de Derecho, un académico especializado en
ética designado por las Facultades de Filosofía, el Presidente de la
Comisión de Ética del Colegio Médico y tres representantes de las
corporaciones científicas relacionadas directamente con la bioética, uno
de los cuales, al menos -y es la novedad en el planteamiento expuesto, debe ser mujer.
En seguida, la institucionalidad respectiva debe ser
nacional, en la que se definirán los marcos generales, y con
organizaciones regionales, donde deberán presentarse los trabajos
sobre la cuestión en análisis, para los efectos de que se dé el pase
respectivo, con consulta a la Comisión Nacional de Bioética. Lo anterior
no significará, en razón de la decisión que se tome, discriminar acerca
de qué se estudia en Chile, sino más bien que ello se enmarque en las
nociones generales de bioética sugeridas, conforme al artículo 24. Esa
norma dispone que la Comisión fijará los criterios necesarios para
armonizar la libertad de investigación científica con el debido respeto a
los derechos y libertades garantizados en la Constitución Política de la
República.
Termino señalando una vez más que el asunto resulta muy
amplio, que dice relación a uno de los temas más graves, relevantes y
profundos que la ciencia y la investigación enfrentarán en el futuro.
Hemos intentado hacer un esfuerzo para garantizar los principios que
expresé al comienzo, adecuarlos a la realidad nacional y generar un
espacio abierto de discusión.
El primer informe se halla en poder de mis Honorables
colegas, con el objeto de que después, en el segundo, sean recogidas
especialmente sus opiniones, al igual que las de algunas otras personas
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que todavía no las han entregado, a pesar de la gran cantidad de
científicos, médicos, abogados y bioeticistas recibidos en la Comisión.
Reitero mi agradecimiento a ese organismo técnico por el
ánimo con que estudió el proyecto.
Quedamos a la espera de las preguntas que se deseen
formular.
El señor ZALDÍVAR, don Andrés (Presidente).- Tiene la palabra la señora
Ministra de Salud.
La señora BACHELET (Ministra de Salud).- Señor Presidente, primero que todo,
quiero manifestar un reconocimiento, dado que la moción en análisis,
que lleva ya algunos años en discusión, ha demostrado la capacidad de
captar una cuestión muy trascendente, de una manera avanzada. Hoy,
luego de las informaciones sobre el proyecto del genoma humano, a
todo el mundo le queda claro el punto. No cabe duda de que aquí, en
su momento, se le dio la importancia debida, contando con nuestro
posterior patrocinio.
También deseo consignar que estamos legislando en
instantes en que se avanza en hallazgos científicos y no después. Y el
nuestro es uno de los países que se hallan a la cabeza en ese sentido.
Para el Ministerio de Salud, la iniciativa en debate
responde a necesidades de gran relevancia: por un lado, la regulación
de la investigación en seres humanos, incluidos aspectos delicados
como los que derivan de la que recae en el genoma; por el otro, a
cómo operacionalizamos esto a través de una Comisión Nacional de
Bioética y, asimismo, la prohibición de la clonación inducida en
personas con fines reproductivos.
En relación con lo primero, el texto permite establecer, a
nuestro juicio, un marco conforme a los derechos fundamentales del
individuo, incluso en el caso del genoma. En ese sentido, además, es
posible cumplir con compromisos internacionales firmados por Chile, en
particular con la Declaración Universal de la UNESCO sobre Genoma
Humano y Derechos Humanos, firmada en 1997.
La investigación debe encontrarse al servicio de la
dignidad de las personas. De hecho, es vital para un país como el
nuestro disponer de equipos de investigación que contribuyan
activamente al progreso científico y, sobre todo, al de la Medicina, en la
perspectiva de mejorar la calidad de vida. La investigación científica,
por lo tanto, no constituye un mal necesario, sino un bien, siempre que
sea regulada sobre la base de dos principios fundamentales: el respeto
de la dignidad de las personas, a las cuales asiste el derecho a recibir
información y ejercer su autonomía, participando de los procesos de
toma de decisión, por una parte; y, por la otra, que sea pertinente
desde el punto de vista científico y, en especial, adecuada a las
prioridades nacionales en salud.
El país requiere de una regulación ética en la investigación
en seres humanos y de instancias que velen por el cumplimiento de los
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preceptos respectivos. Hoy día lo que tenemos son instancias llamadas
Comités Institucionales de Ética, existentes en hospitales y
universidades, públicos y privados, desde hace varios años y cuya
función es garantizar los derechos de los enfermos. Para el Ministerio
de Salud es urgente establecer un marco legal que permita regular
esas actividades y fortalecer dichas instancias.
En 1994, una norma de esa Secretaría de Estado destacó
la necesidad de crear tales entidades en los hospitales tipos 1 y 2 del
sector público, pero el diagnóstico de situación realizado en 1999
reveló la urgencia de un reforzamiento de tales instancias.
La ley, por su parte, debe exigir que todos los proyectos
de investigación en seres humanos sean evaluados por un comité de
ética formado por personas competentes en la materia.
A su vez, los comités deben asegurarse de que el proceso
de consentimiento libre e informado de los pacientes involucrados en
protocolos de investigación se ajuste a las normas vigentes a nivel
internacional. Hago notar que no parece conveniente involucrar en ello
a los directores de hospital, dado que esas disposiciones recomiendan
que los documentos de consentimiento se encuentren firmados por el
investigador principal responsable de los estudios respectivos. Éstos,
además, deben contar con seguros que cubran los gastos e
indemnizaciones relacionados con eventuales efectos nefastos.
La preceptiva legal debe poner énfasis en la
confidencialidad de los datos personales, sin perjuicio de las actividades
de vigilancia epidemiológica y de protección de la salud pública, que se
desarrollan siempre bajo el secreto profesional.
La investigación sobre el genoma humano no debe tener
otros fines que la salud y el progreso de los conocimientos en genética,
antropología y evolución humana. Y se encuentra limitada, como
cualquier otra, por el respeto a la dignidad del individuo y a sus
derechos y libertades reconocidos por la Constitución.
Nos parece que la creación de una Comisión Nacional de
Bioética puede ser un aporte decisivo para promover los derechos de
las personas.
Por supuesto, es complejo imaginar una sola comisión
nacional evaluando todos los protocolos de investigación que se
realicen cada año en el país. Sin embargo, la primera función de ella
debe ser la formulación de normas de referencia para todas las
instancias de la ética a lo largo de Chile. Asimismo, debe tener como
objetivo establecer pautas sobre diferentes temas relevantes de la
bioética y asesorar en ese campo al Presidente de la República y a
otros órganos del Estado.
Para garantizar el pluralismo, la consideración de una
variedad de disciplinas y la excelencia de esa comisión, sus miembros
deberán contar con experiencia en bioética.
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Por último, concordamos plenamente con la necesidad de
prohibir la clonación inducida de seres humanos. La justificación de
esta prohibición de clonación humana reproductiva se basa en lo
siguiente: primero, atenta contra la libertad del sujeto, por la
posibilidad de determinación de un individuo por una tercera persona
(lo que lo distingue de una recombinación genética aleatoria, que es el
proceso natural); y segundo, atenta contra la identidad del sujeto y
abre la posibilidad de instrumentalización del ser humano, lo cual, a
nuestro entender, sería también una amenaza para la dignidad de las
personas.
Como se trata de un tema extraordinariamente delicado y
muy de punta -por lo tanto, nos exige a todos combinar prudencia con
audacia-, creo que tenemos la obligación de legislar al respecto.
El señor ZALDÍVAR, don Andrés (Presidente).- Tiene la palabra el Honorable
señor Bombal.
El señor BOMBAL.- Señor Presidente, deseo destacar que en el informe dado a
conocer por uno de los autores del proyecto se consigna de manera
bastante exacta cuál fue el sentido que tuvo la Comisión al proceder a
su análisis, especialmente si se considera que su envergadura es
extraordinariamente compleja. Con el texto propuesto no pretendemos,
ni con mucho, agotar un tema de tal alcance. Y, por lo mismo, resulta
muy auspicioso todo lo que los señores Senadores agreguen a la
iniciativa y las consultas que ellos y sus asssores puedan formular, a fin
de lograr un proyecto final que interprete plenamente lo dicho acá, en
orden a proteger la dignidad de la persona humana.
También quiero destacar el trabajo realizado en su
momento por el Honorable señor Silva como integrante de la Comisión,
quien ha dejado de pertenecer a ella.
Señor Presidente, la iniciativa llega a la Sala sin que hasta
el momento el Ejecutivo se haya pronunciado auspiciándola, como lo
exige el cuerpo normativo vigente, atendido su origen, dado que
contiene normas que requieren de su especial patrocinio. Sin embargo,
de las palabras vertidas por la señora Ministra y de la presencia
permanente de sus asesores en la Comisión se desprende el elevado
interés que el Gobierno tiene en la materia.
El proyecto en debate, al igual que otro presentado por el
ex Senador señor Eugenio Cantuarias, surge después de conocerse los
avances científicos de clonación en mamíferos. Y ante el riesgo
inminente de que tales experiencias pudieran materializarse en seres
humanos, nació la justificada preocupación en el mundo entero por
normar los procedimientos que la ciencia realice, a fin de impedir que
con ello se clonara a personas.
El vertiginoso avance de la ciencia, desde aquel hallazgo
hasta nuestros días, ha resultado sorprendente. En las últimas
semanas se ha conocido el mapa preliminar del genoma humano
(estudio que se inició a partir de 1990), lo que es considerado como
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uno de los logros más notables de la ciencia en el último tiempo y,
quizás, el más revolucionario que nunca antes se haya conocido en la
historia de la humanidad.
Es de tal envergadura esta singular revelación que, sin
exageración alguna, se puede decir que estamos en presencia de una
herramienta que puede ser determinante para el futuro de la
humanidad, y ya no sólo de la ciencia.
Las nuevas técnicas de manipulación de células y de
material genético han posibilitado un gran avance de la ciencia y, al
mismo tiempo, ofrecen varias aplicaciones en el campo de la salud, de
la agricultura y de la industria en general. En muchos casos, estas
aplicaciones han conducido a escenarios imprevistos que nos obligan a
definir nuevos conceptos o a especificar los ya existentes. Baste citar
cómo, cuando aparecen las técnicas de reproducción humana asistida,
conocidas como in vitro, se hizo necesario precisar cuáles eran los
padres de la creatura nacida, en cuya gestación podían estar
involucradas hasta seis personas. Tecnologías más frecuentes, como la
manipulación de embriones humanos, con diversos fines, y la eventual
clonación de seres humanos, resultan preocupantes porque atentan
severamente contra la individualidad y la dignidad de toda persona
humana.
La mismo ocurre con la posibilidad del transgenismo en
humanos. Recordemos que hoy día hay quienes piensan que el
transgenismo practicado en plantas y en animales puede conducir a
daños ecológicos o a impactos medioambientales negativos.
Imaginemos los alcances que podría llegar a tener ahora la posibilidad
cierta, ya no de dañar el medio ambiente y la ecología, sino alterar
completamente la descendencia de la humanidad al hacer
transgenismo en seres humanos.
Señor Presidente, estos nuevos escenarios nos obligan a
meditar sobre las implicancias bioéticas de todas estas prácticas, pero
también a elaborar normativas y leyes que cautelen su recto empleo, lo
cual, por lo demás, está ocurriendo en los países desarrollados. Resulta
pertinente que lo hagamos en el nuestro, ya que estas técnicas cada
vez son más fáciles de ser aplicadas y a costos muy reducidos.
El proyecto apunta en la dirección correcta de proteger la
dignidad del ser humano ante las investigaciones científicas que
puedan llevarse a cabo con personas. Además, es ambicioso, desde el
momento en que pretende abarcar cuatro grandes áreas, como la
investigación con humanos, las materias relativas a la manipulación de
células y genes, el uso de la información genética y, también, la
clonación, proponiendo finalmente la creación de una Comisión
Nacional de Bioética.
Hay quienes, con justificados motivos, consideran que no
parece conveniente -como lo dijo el señor Senador informante- mezclar
dichos temas en una misma iniciativa legal, pues aunque están
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relacionados, son de muy distinto alcance. Por de pronto, tanto la
investigación con humanos como la bioética trascienden a la
manipulación de células y genes. Así, tenemos que la investigación con
humanos puede hacerse en áreas como la epidemiología, la nutrición,
la salud mental, la conducta de las personas, etcétera, mientras que la
bioética abarca temas como la reproducción humana, la eutanasia,
entre muchas otras materias que el proyecto no aborda, ni que
tampoco han sido su objetivo.
Por otro lado, resulta equívoco considerar que la bioética
es una disciplina nueva. En efecto, es posible afirmar que ella nace con
el juramento hipocrático.
También, y a modo de comentario general -así lo
manifestó el Senador señor Ruiz-Esquide-, hay quienes, respecto de la
investigación con humanos, echan de menos en el proyecto que, por
tratarse de una materia de ley, no se establezcan sanciones penales o
administrativas para quienes transgredan sus normas.
Desde otro ángulo, señor Presidente, debo señalar que se
comparten los criterios universalmente aceptados por la Declaración de
Helsinki de 1964 y por las normas del Código de Nüremberg de 1947,
que dan la posibilidad de que ellas sean establecidas por la comisiones
de bioética de los organismos que otorgan recursos para la
investigación, como acontece en Estados Unidos. En ese país, con el fin
de establecer criterios de investigación que protejan a los pacientes, se
creó en 1972 una oficina ad hoc, entidad que supervisa la investigación
con humanos, la que es financiada con fondos federales y se lleva a
cabo en universidades, hospitales o cualquier otra institución, incluidas
aquellas que se encuentran fuera del país. Además, esa oficina exige
que cada organismo tenga su propia institucionalidad bioética
contralora. De este modo, cuando los proyectos de investigación son
presentados a alguna agencia federal para su financiamiento, éstos ya
han sido revisados por aquellos estamentos propios, hecho que se
reporta a las autoridades superiores periódicamente. A su vez, en
Estados Unidos existe una oficina estatal -la FDA-, que supervisa la
investigación con humanos y es financiada por particulares (por
ejemplo, las compañías farmacéuticas). Ella, al igual que las
financiadas con recursos federales, debe sujetarse a las normas que
sobre la materia ha dictado el Ministerio de Salud norteamericano.
Al referirnos a este tópico, nuestro comentario apunta a
que si el Ejecutivo no considerara pertinente crear por ley una comisión
de esta naturaleza, el que he descrito sumariamente constituye un
modelo en el cual puede fijarse para establecer el tipo de organización
que debería darse a una entidad contralora como la esbozada en el
proyecto, la que, en todo caso, no tendría que ser monopolizada
exclusivamente por el Estado, a nuestro juicio.
Por otra parte, señor Presidente, recogemos las
observaciones que se han venido formulando al texto propuesto, en el
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sentido de que cuando se habla de proteger la vida, la integridad física
y psíquica de las personas ante la investigación científica y sus
aplicaciones, podría entenderse que se trata de toda la investigación
destinada a producir aplicaciones en el campo de la Medicina, en
circunstancias de que existen una serie de investigaciones y de
aplicaciones que se realizan con humanos y que nada tienen que ver
con la materia que aborda esta iniciativa legal.
Desde esa perspectiva, con mucha razón, algunos
hombres de ciencia han precisado que, por ejemplo, todo el Capítulo II
del proyecto de ley podría perfectamente trasladarse a otro cuerpo
legal, pues, aunque se encuentra muy bien inspirado en su fondo, es
posible que se convierta, en opinión de esos científicos, en una severa
limitación para el desarrollo de la investigación científica con humanos,
ya que versa sobre una materia que en general trasciende a la
genómica, objeto específico de la presente normativa.
Sería conveniente precisar mejor el alcance de lo
preceptuado en el Capítulo II -en todo caso, reitero, nos parece muy
atinado en cuanto a resguardar la integridad de las personas- pues,
dada la forma tan amplia en que se encuentra redactado, podría
terminar limitando el desarrollo del avance científico realizado en
humanos.
En la iniciativa se establece, empleando los términos de la
Declaración Universal aprobada por la UNESCO sobre la materia, que
el genoma humano “es la base de la unidad fundamental de todos los
miembros de la familia humana”. Quizás sería mejor definirlo como “el
material genético que contiene la información de las
características biológicas del género humano, razón por la cual
se hace merecedor del reconocimiento de su identidad, dignidad
y diversidad.”. Creo que de este modo se determinaría con mayor
exactitud cuál es la base de la unidad de la familia humana que
contiene el genoma.
Otra disposición expresa: “Se prohíbe toda práctica
eugenésica.” -no podía ser de otra manera- “Sólo se podrá modificar
características genéticas humanas que inciden en la herencia en los
casos y en la forma previstos por la ley.”.
Llamo la atención del Senado hacia un aspecto
extremadamente delicado y sensible consignado en esa norma. Cuando
se refiere a “modificar características genéticas que inciden en la
herencia”, debe entenderse que se trata de modificar el genoma de las
células germinales o de los embriones.
En esa materia, el texto propuesto amerita una
especificación muy detallada, especialmente en la parte final. porque
involucra todo lo relativo a la transgénesis embrionaria, la cual,
aunque se efectúe con fines terapéuticos, merecería un tratamiento
muy pormenorizado y preciso, atendida su naturaleza y complejidad,
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sobre todo si se pretende alterar características genéticas que
comprometan al ser humano en su estado embrionario.
Técnicamente, se afirma que en la actualidad no hay
certeza de poder modificar células germinales con la seguridad de no
dañar la integridad del genoma humano. Ante esa sola advertencia me
parece que la materia debe ser analizada con mucha profundidad,
porque al hablar de transgénesis embrionaria nos estamos refiriendo a
la vida que se encuentra comprometida en el embrión humano.
Soy partidario de establecer derechamente, en forma
expresa, que no se permitirá la modificación de las características
genéticas de los embriones humanos; y, desde luego, de revisar la
norma relativa a las terapias que pudieran realizarse con células
germinales.
Por otra parte, quiero recoger una observación muy
atinada que se me formuló en días pasados, en el sentido de que
convendría explicitar los requisitos establecidos para llevar a cabo
proyectos de investigación genética, los que según el artículo 11 de la
iniciativa quedan limitados únicamente a los siguientes fines:
diagnosticar enfermedades genéticas o hereditarias; conocer la
secuencia del ADN del genoma humano, sus funciones y su patología, y
producir medicamentos para el tratamiento de las enfermedades.
Se me ha hecho presente que el carácter eminentemente
restrictivo de dicho precepto -lo analizaremos después, en la discusión
particular- podría coartar nuevas posibilidades de investigación que
surgieran en el futuro, al quedar automáticamente excluidas por esa
norma. Tal vez lo más conveniente sea prohibir algunas
prácticas, específicándolas.
Por de pronto, el artículo propuesto alude a “proyectos de
investigación genética”, sin precisar que éstos se realicen en seres
humanos, lo que obviamente avala las justificadas aprensiones que me
han manifestado algunas personas de la comunidad científica.
Otro precepto expresa: “Los exámenes genéticos y los
análisis predictivos sólo podrán hacerse por motivos terapéuticos o de
investigación científica,”. Pienso que este aspecto debería analizarse
con mayor profundidad y estudiar la conveniencia de contemplar,
además, la posibilidad de que un individuo quiera practicarse un
examen por propia iniciativa, si este acto no se halla reñido con la
moral y obedece a su libre voluntad. En los términos planteados se
podría afectar la libertad de las personas, por lo que estimo necesario
examinar la norma con mayor detenimiento.
Más adelante se prohíbe la clonación humana. A mi juicio,
debería agregarse “aunque sea con fines terapéuticos”, pues hoy sí
existe la posibilidad de clonar. Desde el momento en que aceptamos
una eventual clonación de tejidos u órganos con fines terapéuticos, nos
aproximamos a la obtención de células germinales a partir de un clon.
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Ello supone células producidas a partir de un embrión, las que luego
serán diferenciadas hasta lograr determinado tejido.
Tal sería el caso -como señaló el Senador señor RuizEsquide- de aquella persona que, para evitar el rechazo de un órgano
trasplantado, decide obtener tejido de su propio cuerpo. Eso tendría
que hacerlo necesariamente a partir de un embrión propio, el que a su
vez debería ser destruido para conseguir las células requeridas.
Estamos frente a un asunto de la más alta complejidad y sensibilidad.
Por eso, aunque los términos en que se encuentra redactado el artículo
son correctos, a la frase que prohíbe la clonación habría que añadir
“aunque sea con fines terapéuticos”.
Cuando se habla de clonar entendemos que se trata de
clonar un individuo. En términos científicos no se hace referencia
precisamente a clonar tejidos, sino a CULTIVAR (que no es lo mismo
que clonar) tejidos. De hecho, al hacer un cultivo de sangre -que es un
tejido- no se habla de CLONAR LA SANGRE. De ahí que resulte
conveniente prohibir toda forma de clonación, aunque sea con fines
terapéuticos.
Cuando se trata de experimentación con seres humanos,
una justa valoración bioética de la misma debe considerar la protección
de la autodeterminación de la persona objeto de la investigación,
mediante el consentimiento informado que se le entregue, así como la
protección de su vida, de su integridad física y de su dignidad y de la
de su descendencia, ante los riesgos a que pudieren verse expuestas.
El proyecto es muy claro en asegurar ese respeto.
De otro lado, tratándose de técnicas de reproducción
humana asistida, donde han de resguardarse los derechos y los
intereses del niño y el de sus padres, cobra especial vigor una rigurosa
valoración ética para evitar dejarlos expuestos a prácticas humillantes
que pongan en peligro su dignidad y la protección institucional del
matrimonio y de la familia. El derecho al libre desarrollo de la
personalidad, incluido el derecho a la procreación, así como las
libertades de investigación y científica, deben ser tenidos en cuenta a la
hora de aplicar esos procedimientos terapéuticos.
Cito lo anterior a propósito de los avances que en este
campo ha logrado la medicina en los últimos años. A las técnicas de
reproducción humana ahora se agregan nuevos adelantos científicos
como la terapia génica, que se deriva del conocimiento progresivo del
mapa o la cartografía -como se ha dado en llamar- del genoma
humano, y que apunta a la solución de muchas enfermedades que
aquejan a la humanidad.
La cada vez más sofisticada aplicación de esos hallazgos
científicos debiera urgirnos a considerar que la vida humana es digna
de protección desde el mismo instante de la unión de los gametos. En
esa dirección, ciertas legislaciones han prohibido expresamente
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cualquier tratamiento dirigido a la modificación del genoma de
embriones humanos, lo que estimo muy acertado.
A pesar de las justificadas reservas que pudieren
plantearse, habrá que tener mucho cuidado para no caer en excesivas
regulaciones legales o reglamentarias que terminen limitando el avance
de la ciencia y el necesario desarrollo de la investigación y la
experimentación científica.
Felizmente nuestro ordenamiento constitucional y legal
contempla parámetros éticos muy sólidos que aseguran a la persona un
estatuto jurídico que garantiza su dignidad como tal. A fin de reforzar
ese criterio que preside nuestra legislación, los autores de la iniciativa
tuvieron especial cuidado en resguardar todavía más, con normas muy
explícitas, esos preceptos tan fundamentales que tienen que ver con la
vida y el destino de la humanidad.
Por lo tanto, este debate parlamentario cuenta con un
marco normativo muy propicio para su desarrollo. Desde luego,
esperamos ver enriquecido lo propuesto en el proyecto con los aportes
que los señores Senadores efectúen próximamente.
He dicho.
El señor ZALDÍVAR, don Andrés (Presidente).- Tiene la palabra el Honorable
señor Viera-Gallo.
El señor VIERA-GALLO.- Señor Presidente, el siglo que comienza está marcado
por un hito científico de gran importancia, como es la descripción del
mapa genético humano, es decir, del conjunto de genes que
caracterizan a la especie y que permiten identificar a cada individuo.
El impacto del conocimiento biogenético amenaza con
eclipsar la otra gran revolución tecnológica en curso: el desarrollo de
Internet y de todas las ciencias de la comunicación. Las acciones de las
empresas farmacéuticas que están trabajando en este campo han
subido vertiginosamente de valor en el mercado.
Hay dos maneras de aproximarse a estos acontecimientos.
Una es la de aquellos que ven el horizonte cargado de enormes peligros
-sin duda, los hay-; otra, la de quienes vemos en estos importantes
avances grandes posibilidades para la medicina y la salud de la
humanidad. Por eso es que tanto el Presidente Bill Clinton como el
Primer Ministro inglés Anthony Blair han admitido la existencia de
ambas expectativas: enormes posibilidades, y también enormes
peligros.
El conocimiento de la identidad genética de una persona,
incluso desde antes de su nacimiento, fortalecerá el carácter predictivo
de la medicina.
Se puede sostener que el conocimiento del genoma viene
a dar un soporte biológico a la Declaración Universal de los Derechos
Humanos. Efectivamente, somos muy semejantes los unos a los otros:
de los 3.120 millones de datos del genoma, el 99,8 por ciento es
idéntico en todas las personas. Caen por tierra, así, las teorías racistas
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que tanto prejuicio y crueldad han provocado en la historia, incluso
reciente.
Un libro aparecido hace poco, “Los Nazis en Chile”, de un
historiador chileno, dedica varios capítulos a la colaboración estrecha
entre la comunidad médica chilena de la época y la comunidad médica
alemana bajo el régimen de Hitler y los distintos experimentos
eugenésicos que se hicieron incluso en niños chilenos, en especial de
raza mapuche. Toda esa cantidad de palabras, informes y “ciencia” es
completamente desechada ahora debido a los adelantos en el genoma
humano, porque los seres humanos somos, en esencia, iguales. No hay
una raza superior ni una raza más dotada que otra, sino que todos los
seres humanos somos –repito- básicamente iguales.
Este avance científico notable plantea los dilemas morales
y los problemas jurídicos a que ya se refirieron los Senadores señores
Ruiz-Esquide y Bombal, los que el proyecto trata de solucionar
siguiendo ciertos criterios universales y éticos y, al mismo tiempo, la
experiencia de la legislación comparada.
Existe un enorme debate sobre estas materias, pero hay
ciertos puntos firmes que es importante señalar. En primer lugar, tal
como lo ha indicado la UNESCO, la clonación humana constituye un
atentado contra la dignidad de la persona, pues todos tenemos el
derecho inalienable a nuestra propia identidad genética. Aquí surge la
primera discusión, a la cual hacía referencia el Senador señor Bombal,
en cuanto a la posibilidad de clonación de tejidos con el objeto de
mejorar las perspectivas terapéuticas. Para ello, el artículo 15 del
proyecto distingue entre clonación de seres humanos, prohibida; y
clonación de tejidos y órganos, permitida con fines exclusivamente
terapéuticos y previa autorización de una comisión de bioética.
La solución del proyecto es acertada y cuenta con una
sólida fundamentación científica. Al respecto, el doctor Jorge Allende
expresó su discrepancia con algunas definiciones que a su juicio son
ambiguas “e incluyen una serie de procedimientos que se están
llevando adelante en la actualidad que quedarían inconvenientemente
comprendidos en la citada norma”. En el mismo sentido se pronuncia
don Carlos Valenzuela.
Por último, el profesor Miguel Kottow manifestó la
importancia de realizar el distingo, incorporado en el proyecto de ley,
entre clonación “de” seres humanos y clonación “en” seres humanos.
Hizo hincapié en la prohibición absoluta en cuanto a la clonación de
seres humanos, cuestión en la que existe amplia mayoría científica y
ética. Sin embargo, agregó que “es discutible prohibir la clonación de
ciertas parcelas del organismo humano que pueda dar beneficios
terapéuticos al hombre”.
A la misma conclusión se sumó el profesor Ricardo CruzCoke, señalando la necesidad de controlar los procedimientos referidos
a la clonación en seres humanos con fines terapéuticos.
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En tanto, una orientación similar aportó, desde un punto
de vista jurídico, el profesor Gonzalo Figueroa, quien indicó que el
masivo rechazo a la clonación humana, expresado en declaraciones
como la de la UNESCO y de otros organismos internacionales, no se
opone sino más bien se distingue claramente de la clonación en seres
humanos con fines terapéuticos no reproductivos.
Subsiste, sí, el problema del método para alcanzar la
clonación de órganos o tejidos, por cuanto sería más que discutible, y
por cierto rechazable, el uso de embriones para alcanzar esas nuevas
prácticas terapéuticas.
El proyecto, además, establece que el conocimiento del
genoma humano pertenece al patrimonio común de la humanidad y
que, por lo tanto, no se pueden patentar conocimientos sobre la
estructura de un gen o las secuencias de ADN. Esto es de la mayor
importancia, porque todos sabemos que hubo una carrera entre una
empresa privada norteamericana interesada en alcanzar el
conocimiento del genoma humano antes que cualquier otro, y el
proyecto en el que estaban participando 16 países, entre ellos, Estados
Unidos, Francia, Reino Unido, Alemania, Japón y China. La empresa
Celera Genomics quería llegar primero para patentar el conocimiento y
así obtener después grandes ganancias.
De allí surgió la declaración de Clinton, de Blair y de
muchos otros dignatarios, y el acuerdo posterior entre el proyecto
público de genoma humano y la empresa citada, en el sentido de que
el conocimiento sobre el genoma es patrimonio común de la
humanidad. No obstante, la iniciativa dispone que puede haber
patentabilidad sobre los tratamientos o fármacos que se deriven de los
datos conocidos del genoma; es decir, se establece una frontera entre
el conocimiento directo y las invenciones derivadas de ese
conocimiento.
Respecto a lo primero, se consagra el acceso universal de
todos al conocimiento directo. Así, queda determinado el límite entre lo
que es común, accesible y sin costo, y lo que es susceptible de
apropiación privada y de comercialización. Esto alcanza la más alta
relevancia si se tienen en cuenta experiencias anteriores, como la del
SIDA, en que el precio de los medicamentos de la llamada “triterapia”
subió de manera exorbitante, justamente debido a la apropiación de las
patentes sobre medicamentos fundamentales para la salud.
Asimismo, se prohíbe toda práctica eugenésica. Sólo se
pueden modificar las características genéticas de una persona que
inciden en la herencia, por motivos terapéuticos. Como aquí se ha
indicado, éste es otro punto fundamental, donde resulta necesario
distinguir, conforme a los artículos 13 y 14, entre células somáticas y
células germinales.
La terapia génica en células somáticas está ampliamente
aceptada en la comunidad científica, por lo que sólo tiene interés
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referirse al caso de las células germinales. Al respecto, vuelvo a citar al
profesor Carlos Valenzuela, quien señaló que establecer una prohibición
de alterar el genoma germinal es “la antítesis de la medicina
preventiva”, precisando la inconsecuencia de una terapia que favorezca
al sujeto en quien se emplee, pero no se ocupe de evitar que el mal se
reproduzca en sus descendientes. “La única medicina verdaderamente
preventiva” –agregó- “es la terapia génica de células germinales junto
con la de las células somáticas del portador de una enfermedad
genética” y, por tanto, transmisible.
A cualquier persona que se le pregunte si es posible
alterar una célula germinal para evitar la transmisión de una
enfermedad genética a sus hijos y descendientes va a responder que
sí, que evidentemente eso es lícito.
Sin soslayar las dificultades científicas existentes en la
actualidad para proceder con seguridad de ese modo, el mismo
profesor concluye que cuando se cuente con una mejor tecnología "la
terapia génica de células germinales será un imperativo ético".
Tal opinión es compartida por el profesor Miguel Kottow,
quien señala que por esta vía "podrían eliminarse enfermedades a
través de este mecanismo genético, aislando factores genéticos,
modificándolos y así evitando la transmisión de dichas enfermedades a
la descendencia de un individuo, sin otras alteraciones en el genoma.".
La legislación extranjera otorga también precedentes
interesantes en la materia. Así, el artículo 3º de la ley francesa 94-653,
que introduce enmiendas al Código Civil sobre este punto, precisa la
prohibición de realizar transformaciones de los caracteres genéticos con
la finalidad de modificar la descendencia de una persona, pero dispone
que lo anterior se entenderá "sin perjuicio de las investigaciones
dirigidas a la prevención y el tratamiento de las enfermedades
genéticas.".
Es decir, de lo que se trata aquí nuevamente es de, por
una parte, establecer una frontera entre el rechazo categórico y total a
las prácticas eugenésicas, y por otra, sin embargo, permitir la terapia
génica cuando ello es indispensable para que una enfermedad
transmisible por vía hereditaria se pueda cortar y no afecte a los
descendientes.
En mi concepto, otro punto importante dice relación a la
imposibilidad de establecer discriminaciones basadas en el patrimonio
genético. Por lo mismo, se reafirma el carácter confidencial de los datos
que de él se derivan, tal como lo preceptúa ya la ley sobre protección
de datos personales, cuerpo legal poco conocido, pero que en uno de
sus artículos dispone la confidencialidad absoluta de los datos
sensibles, como son todos aquellos que tienen que ver con la condición
médica de una persona. Esa norma debe ser armonizada con las
disposiciones del Código Sanitario sobre salud pública en lo referente a
impedir la propagación de las epidemias.
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Además, el proyecto de ley regula en general la
investigación en seres humanos que involucre algún tipo de
intervención física o psíquica y la investigación genética en particular.
Señor Presidente, considero muy relevante que la señora
Ministra de Salud haya anunciado el respaldo del Gobierno a esta
iniciativa, dado que el Congreso carece de facultades para establecer
una comisión al respecto. Porque resultaría paradójico que el Senado,
que está discutiendo una iniciativa sobre protección de los animales
donde se crea una Comisión de Bioética Animal, se viera imposibilitado
de establecer una Comisión de Bioética respecto de los seres humanos.
Consecuente con lo anterior, se crearía una Comisión
Nacional de Bioética, encargada de dictar criterios acerca de todas
estas materias. Además, se deberían registrar en la respectiva
Comisión Regional todos los establecimientos que practicaran algún
tipo de investigación “intrusiva” en seres humanos, que puede ser de
carácter genético o no. Al mismo tiempo, las Comisiones Regionales
tendrían que autorizar los protocolos de investigación y pronunciarse
cuando hubiera discusión sobre el carácter patentable o no patentable
de determinado conocimiento o descubrimiento científico en materia
genética.
Igualmente, tratándose de terapias genéticas realizadas
en células germinales que inciden en la herencia, se requeriría
autorización de la Comisión Nacional de Bioética, para asegurar la
seriedad de ellas y velar por que no se cometa un abuso de índole
eugenésica.
El proyecto de ley presupone, entonces, la existencia de la
Comisión Nacional de Bioética y de las Comisiones Regionales.
Sería altamente conveniente, a mi entender, que las
diversas instancias de la comunidad científica, biológica y médica
pudieran dar su respaldo al funcionamiento de una institución como la
descrita, que no tiene por qué ser burocrática ni implicar mayor gasto y
que, sin duda, elevaría el carácter ético de la práctica médica y, al
mismo tiempo, defendería mejor los derechos de las personas que
están siendo sometidas a algún tipo de investigación.
Esos son, señor Presidente, los principales puntos que
aborda la iniciativa que debate la Sala esta tarde. Esperamos que sea
aprobada en general, tal como lo fue en la Comisión de Salud –allí
recibió el respaldo unánime de sus miembros-, más allá de las distintas
ópticas o visiones con que nos podamos aproximar a un problema tan
complejo como nuevo.
De ser aprobada la idea de legislar -como se espera-,
habrá un tiempo prudente para formular todas las indicaciones
destinadas a perfeccionar el proyecto. Se ofrece así una importante
ocasión de participación a la comunidad científica, algunos de cuyos
representantes ya fueron escuchados y entregaron su aporte en la
citada Comisión.
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Por nuestra parte, estimamos que al aprobar una iniciativa
de esta naturaleza estamos adelantándonos a los desafíos de la
legislación en el siglo que recién comienza y encauzando el progreso
científico en bien de toda la población.
Gracias, señor Presidente.
El señor ZALDÍVAR, don Andrés (Presidente).- Tiene la palabra el Honorable
señor Boeninger.
El señor BOENINGER.- Señor Presidente, leí con mucha atención el informe de
la Comisión de Salud, que, en mi concepto, realizó un trabajo brillante
en un tema de gran complejidad. Y brillantes han sido también las
clarísimas exposiciones de quienes han intervenido esta tarde.
Yo había preparado algunas notas para connotar ciertos
aspectos que me llaman la atención, desde mi personal ignorancia.
Pero, en realidad, no vale la pena hacerlo; además, sería pretensioso.
En todo caso, me parece que sí podría efectuar una
reflexión con el carácter de sugerencia de procedimiento, basado en
dos ideas fundamentales.
Por una parte, hay un conjunto de principios generales
aceptados, que surgen del Código de Nüremberg, de 1947; de la
Declaración de Helsinki, de 1964, y de la Declaración Universal de la
UNESCO sobre Genoma Humano y Derechos Humanos, de 1997.
Por otro lado, uno observa las exposiciones de los distintos
expertos que recibió la Comisión y piensa en la complejidad de los
diversos temas, algunos de los cuales fueron mencionados por señores
Senadores que han intervenido. Por ejemplo, el problema de la
tecnología (aún no disponible) para que una intervención génica
permita evitar la transmisión de enfermedades por vía hereditaria; el
de la clonación de órganos –retinas, en fin-; el del difícil equilibrio entre
el interés prioritario del sujeto y el de la comunidad.
Y complejas son también la naturaleza y la eficacia de una
o más Comisiones de Bioética –me refiero a la Nacional y a las
Regionales- y la determinación de si al Estado o al aparato de Gobierno
debe corresponder o no participación en ello.
Sobre la base de que la Comisión de Salud hizo un trabajo
notable en su primer informe, se me ocurre que están dadas las
condiciones para elaborar una muy buena ley. Y ello requiere dilucidar
en la discusión particular un conjunto muy variado de problemas
complicados y respecto de los cuales existen puntos de vista diferentes.
Empero, tengo la sensación de que el mero trámite
legislativo de la discusión particular -atendida la naturaleza del
procedimiento, que implica debatir cada artículo-, por mucho que se
escuche y se vuelva a discutir con expertos, podría ser insuficiente para
aprovechar esta gran oportunidad de despachar una ley excelente y
pionera en la materia.
Por consiguiente, me parece que un procedimiento
razonable podría ser que la Comisión se pusiera de acuerdo con el
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Ejecutivo, a través del Ministerio de Salud, a fin de establecer, formal o
informalmente, de facto, una especie de comisión transitoria de
bioética que, teniendo como materia prima el proyecto que nuestro
órgano técnico elevó al conocimiento de esta Sala, profundizara en los
aspectos de mayor complejidad y más discutibles e hiciera surgir
sugerencias alternativas que sirvieran a la Comisión de Salud para
culminar formalmente la discusión particular.
Termino formulando una proposición concreta a ese
respecto.
El señor ZALDÍVAR, don Andrés (Presidente).- Tiene la palabra el Honorable
señor Ríos.
El señor RÍOS.- Señor Presidente, ante todo, me referiré en forma muy breve a
lo planteado por el Senador señor Boeninger.
Me parece que el Ministerio de Salud y otros organismos
del Estado, reglamentariamente, están en condiciones de crear una
comisión del tipo indicado –la que debería existir- sin necesidad de
acuerdo previo.
Aun más, considero que ella debió haberse creado hace
mucho tiempo, dado que, conforme a la Constitución, dicho Ministerio y
otros entes estatales tienen la obligación de proteger la vida del que
está por nacer y todos los aspectos propios de la dignidad y diversidad
humanas.
En consecuencia, comparto lo planteado por el Senador
señor Boeninger en tal sentido, pues ello permitirá avanzar. Porque lo
relativo a la investigación genética no es algo que se va a iniciar en el
momento de dictar la normativa legal pertinente, sino que viene
abordándose desde hace ya bastante tiempo.
Ahora bien, señor Presidente, hemos participado –en mi
caso, desde hace muchos años- en el estudio de diversos cuerpos
legales que han ido conformando la institucionalidad de Chile, y tengo
la certeza de que la ley en proyecto -vinculada, entre otros aspectos, al
genoma humano- debe de ser la que más lejos estará de la
administración o reglamentación, por los aspectos científicos que
involucra y por sus características. Mediante esta iniciativa, en el fondo,
estamos alentando a fortalecer principios y valores de nuestra sociedad
relacionados con la vida humana y a asentarlos permanentemente en
la actuación de los científicos en ese ámbito.
El hecho de haber tenido la oportunidad de oír a un
conjunto de científicos que están analizando este tema en las
universidades de nuestro país y conocer la enorme magnitud y
relevancia que encierra lo concerniente al genoma humano –no sólo en
su aspecto material, sino también en los ámbitos espiritual y valórico-,
me permite enfatizar que éste es un proyecto que alienta básicamente
el fortalecimiento de los principios y valores de nuestro país.
En mi opinión, sobre todo en esta etapa del proceso,
nunca podremos dictar una norma que deje claramente establecidos
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DISCUSIÓN EN SALA
todos los procedimientos relativos al enorme interés científico que
surge por la investigación del genoma humano y a los inmensos
intereses económicos que ello envuelve. Entre otros aspectos, debemos
tener muy en cuenta que una mala administración al respecto hará
surgir grandes problemas sociológicos. Por ende, resulta de vital
importancia que existan principios y valores muy profundos en torno a
la manipulación del genoma humano.
Señor Presidente, los Senadores que participamos en la
Comisión de Salud hemos sido bastante bien informados –dentro de lo
que uno puede entender sin ser experto en la materia- sobre los
alcances del proyecto en debate, que son inmensamente más extensos,
profundos y trascendentales que lo que podría inferirse de las
intervenciones de esta tarde.
Por ejemplo, en la Comisión incluso tuvimos dudas de que
la Constitución Política rigiera en cuanto a la acción científica vinculada
al genoma humano. Porque su artículo 1º dispone que “Las personas
nacen libres e iguales en dignidad y derechos.”. Es evidente que la
investigación científica y la acción sobre el genoma humano permiten
modificar ciertos caracteres de la persona. Más adelante, su artículo
19, Nº 1º, establece que “La ley protege la vida del que está por
nacer.”. ¿Cuál es el alcance de ello? Luego dice que “Se prohíbe la
aplicación de todo apremio ilegítimo.”. Sobre la base de la norma
recién citada, se entiende que el apremio se considera desde el
instante mismo en que comienza a gestarse el nuevo ser en el vientre
materno, o incluso antes.
Hay otros aspectos constitucionales significativos, como el
referido al “respeto y protección a la vida privada y pública y a la honra
de la persona y de su familia”.
Existen también problemas relacionados con “El derecho a
la protección de la salud”. ¿Cuál es el alcance? Porque se plantea, por
ejemplo, la posibilidad de que la investigación en comento resuelva
enfermedades hereditarias. ¿Hasta dónde llegamos en tal aspecto? ¡Eso
es eterno! Su análisis podría tomarnos un año o más.
Muchas veces se discutió -y lo conversamos con el señor
Presidente del Senado, a quien ruego excusarme por aludir a materias
sobre las que hemos intercambiado opiniones-, por ejemplo, acerca del
aborto terapéutico (esto se planteó reiteradamente en la última
campaña presidencial, durante la cual los periodistas complicaban la
vida a los candidatos haciéndoles preguntas al respecto). Esa materia,
sin duda alguna, responde también a una relación médico-paciente y a
una cuestión valórica de quien tiene en sus manos la responsabilidad
de la salud y la vida de las personas. Nunca una ley podrá desarrollar
una acción que termine en la aplicación o no aplicación de aquél,
porque es un tema de valores, de principios.
Al respecto, por cierto, existen dos elementos
importantes: uno, los líderes espirituales de un país (las iglesias o las
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entidades religiosas), y dos, los valores que entregan las universidades
a los científicos, hombres y mujeres, que se desempeñan en el campo
de la salud.
Por lo tanto, señor Presidente, ¿cuál es mi proposición?
Yo considero que, antes de pronunciarnos, debemos
invitar a tres o cuatro científicos para que hagan una exposición sobre
la materia en esta Sala (en la Comisión ya escuchamos diversos
planteamientos). Y nos vamos a sorprender cuando conozcamos la
inmensidad del tema comprendido en la iniciativa presentada por cinco
señores Senadores, que constituye el inicio de un proceso en que no se
ve el final, por lo infinito de sus proyecciones.
Por eso, concretamente, solicito que se estudie la
alternativa de que en sesión de la próxima semana estén presentes
aquí los mismos científicos que concurrieron a la Comisión de Salud, a
fin de que expongan a la Sala los aspectos relevantes de este proceso,
que –reitero- es inmensamente grande.
En cuanto al proyecto propiamente tal, es evidente que
envuelve tres aspectos muy relevantes. El primero se halla establecido
en el artículo 1º, que señala: “La presente ley tiene por finalidad
proteger la vida, la integridad física y síquica de las personas, así como
su dignidad e identidad genética,” -¡ojo!: identidad que puede ser
modificada- “con respecto a la investigación científica y sus
aplicaciones y al ejercicio de la medicina.”.
El segundo aspecto es el referido a la Comisión Nacional
de Bioética, que “fijará los criterios necesarios para armonizar la
libertad de investigación científica en el campo de la salud, con el
respeto a los derechos y libertades garantizados en la Constitución
Política de la República”.
Sin duda alguna, el Senado deberá fijar ciertos límites a
fin de que la interpretación de las normas a que aludí no signifique
extender el tema hacia la inmensidad de todo lo que el mundo
científico puede otorgarnos más adelante.
Y el tercer aspecto dice relación al artículo 3º del proyecto,
que señala que “Sólo se podrá modificar características genéticas
humanas que inciden en la herencia en los casos y en la forma
previstos por la ley.”. Jamás la ley podrá prever todos los casos que
existan en esta materia. ¡Nunca!
Por eso, considero muy significativo lo expresado en el
artículo 22 sobre la Comisión Nacional de Bioética. Pero -¡ojo!- en el
artículo 3º de la ley en proyecto, la que debe ser entendida como
cuerpo armónico, completo, y teniendo en cuenta los principios y
valores consagrados por la Constitución, existen cuestiones que pueden
ser bastante más extensas.
Por eso, pensaba -y así lo sostuve en la Comisión- en un
proyecto de no más de dos o tres artículos, relativos a la existencia de
una Comisión de Bioética y sus obligaciones sobre todos los
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procedimientos científicos que requiere la manipulación del genoma
humano.
¿Qué ocurre con la acción genética que afecte a un
compatriota en otro país, con repercusiones en su descendencia en
Chile? Estas son materias que, sin duda alguna, debemos tratar.
Sé que estamos abordando el problema desde el punto de
vista nacional, pero hay ciertos elementos que también serán
estudiados a nivel internacional. El Presidente de Estados Unidos y
otros gobernantes han expuesto al mundo las enormes dificultades que
representa el análisis de este tema. Por eso, creo que enfrentamos una
gran responsabilidad.
En resumen, primero -según mi experiencia legislativa de
muchos años-, este proyecto es el que se asienta con más fuerza en los
valores y principios de quienes van a actuar en el campo de la
investigación genética. Y la responsabilidad recae claramente en las
universidades, en los principios y valores de sus profesionales y de los
líderes espirituales de nuestro país.
Segundo, solicito formalmente invitar a dos o tres
científicos para que expongan en esta Sala los alcances impresionantes
que reviste la manipulación genética en el ser humano, que a cada
segundo se extienden y complican, abriéndose alternativas que, por lo
menos en la visión actual, pueden ser infinitas frente a las
características sociológicas de las diversas sociedades del mundo.
El señor ZALDÍVAR, don Andrés (Presidente).- Tiene la palabra el Honorable
señor Parra.
El señor DÍEZ.- ¿Me permite, señor Presidente?
El señor PARRA.- Señor Presidente, en un libro de muy reciente aparición,
titulado “Predicciones”, en el que una treintena de personalidades nos
ofrecen una visión de lo que será el mundo en el siglo que se inicia, el
principal impulsor de la terapia génica French Anderson manifiesta lo
siguiente: “No podemos imponer reglas a la sociedad del siglo que
viene. Las personas del futuro harán el mismo caso a nuestra opinión
que el que hicimos nosotros a las lejanas prohibiciones de nuestros
predecesores del siglo XIX. Pero debemos entrar en la era de la
ingeniería genética de la forma más responsable posible. Esto implica
que no deberíamos usar la terapia génica para otro propósito que no
sea el tratamiento de enfermedades graves, sin importarnos lo
tentador que pueda resultar intentar “mejorarnos” con esta poderosa
tecnología.”.
Aquí hay un planteamiento de escepticismo respecto de la
acción que en estas materias pueda caber al Derecho.
Yo no participo de ese criterio. Pienso que la legislación en
otros países del mundo y a nivel internacional ha dado ya pasos muy
significativos que naturalmente nos ayudan a abordar el tema en
nuestro medio.
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Por ello, quiero expresar mis felicitaciones a los autores
del proyecto. Se han atrevido a abordar un tema difícil, como antes lo
hizo el ex Senador señor Piñera, que dejó a la consideración del
Senado
un
proyecto
sobre
la
fecundación
asistida,
que
desgraciadamente no ha tenido el desarrollo que correspondía a su
naturaleza e importancia.
A nivel internacional, se han citado aquí diversos
instrumentos plenamente vigentes, a través de los cuales estos temas
se han ido encarando en su integridad. Y a los ya citados, me permito
agregar el “Convenio para la protección de los Derechos Humanos y la
dignidad del ser humano con respecto de las aplicaciones de la biología
y la medicina”, aprobado por el Consejo de Europa, en Oviedo, en
1997, que incorpora todas esas materias, incluso la fecundación
asistida y el trasplante de órganos, en un texto que, a partir de
principios vertebradores, regula adecuadamente posibles conductas.
Pero quiero, sí, alertar sobre una cosa. A la ley no le
corresponde despejar dilemas éticos, menos aun en el contexto de un
Estado que en materia ética es necesariamente neutral, como es el
caso del Estado chileno, laico desde 1925. Lo que a la ley corresponde
es regular conductas; componer intereses en conflicto; adoptar
medidas para alcanzar el bien común, y, hasta donde sea posible,
realizar el ideal de justicia que la sociedad debe cultivar. Creo que la
iniciativa, en ese sentido, es absolutamente pertinente y apunta
justamente en esa dirección.
Expreso mi deseo de que se retome también el esfuerzo
en materia de fecundación asistida para que, en unión con la normativa
legal ya vigente sobre trasplante de órganos, pueda contarse en esta
materia, al igual que en otros países del mundo, con una legislación
completa.
Sin duda, estas disposiciones y esas otras leyes plantean
un dilema fundamental: el de los límites de la investigación científica,
específicamente el de la experimentación en seres humanos con fines
científicos. Se trata de una tensión que difícilmente encontrará una
solución plenamente satisfactoria.
Tengo en mi poder un texto escrito en España, en 1999,
que se refiere justamente a esta tensión, títulado “Derechos Humanos
y Proyecto Genoma”, cuyo autor es el jurista Javier Blázquez Ruiz. Su
texto nos presenta una completa visión acerca de las dificultades que
conlleva compatibilizar la necesaria libertad que en materia de
investigación científica debe existir con el pleno y permanente respeto
a los derechos y a la dignidad humana.
Siento que ese tema no queda felizmente resuelto en el
proyecto sujeto a nuestra consideración y que será necesario un
esfuerzo colectivo de todos los Senadores para encontrar soluciones
más eficaces.
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DISCUSIÓN EN SALA
Debe tenerse presente que en nuestro ordenamiento
jurídico, conforme al número 10º del artículo 19 de la Constitución
Política, corresponde al Estado fomentar la investigación científica,
hallándose implícita, en otras garantías constitucionales, la amplia
libertad que en esta materia gozan los investigadores.
Y como si eso fuera poco, en el número 3, del artículo 15,
del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales,
que forma parte también de nuestro ordenamiento jurídico, se enfatiza
justamente este principio al referirse a la -cito textualmente“indispensable libertad para la investigación científica” que debe existir
en los Estados firmantes.
En consecuencia, las restricciones a la iniciativa de los
investigadores y a la libertad que éstos deben gozar para llevar
adelante sus investigaciones deben ser cuidadosamente estructuradas,
porque chocan con las disposiciones de orden constitucional que acabo
de citar. Reitero: creo que esta tensión se encuentra insuficientemente
resuelta en el proyecto que estamos conociendo.
Por otro lado, resulta difícil alcanzar un grado de precisión
adecuado en esta materia. Cito como ejemplo lo que se dispone en el
inciso primero del artículo 7º de la iniciativa, que empieza diciendo: “La
investigación científica en seres humanos que involucre algún tipo de
intervención física o síquica”. Entiendo el propósito que anima a los
autores de la iniciativa, pero debo recordar que el Diccionario de la
Lengua Española define, precisamente, para estos efectos, lo que debe
entenderse como “intervención”, y limita la acepción del término a
“operación quirúrgica”. No me cabe duda de que la intención de los
autores del proyecto ha sido ir bastante más lejos, particularmente
para entender bien la referencia a “intervención síquica” en el sujeto.
Por otra parte, el tema de la Comisión Nacional y de las
Comisiones Regionales de Bioética me parece que también exige un
análisis más atento. No está clara en el proyecto la naturaleza del
órgano que se crea: si es de carácter administrativo o jurisdiccional, o
es puramente consultivo.
Debo hacer presente, sí, que ya hay algunas experiencias
entre nosotros. Por disposición de la CONICYT, los principales centros
de investigación científica del país cuentan con comisiones de ética de
carácter consultivo, que opinan sobre proyectos de investigación que
podrían afectar valores o principios éticos fundamentales.
En síntesis, señor Presidente, creo que el proyecto
representa un esfuerzo y un avance que todos debemos acompañar, y
que en el tiempo para formular indicaciones deberemos tratar de
perfeccionar, pero, sin lugar a dudas, también apunta a salvar una
carencia de nuestra legislación, lo cual justifica sobradamente el que
esta tarde aprobemos la idea de legislar.
He dicho.
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DISCUSIÓN EN SALA
El señor ZALDÍVAR, don Andrés (Presidente).- Tiene la palabra la Honorable
señora Matthei.
El señor BOMBAL.- ¿Me concede una interrupción, señora Senadora, con la
venia de la Mesa?
La señora MATTHEI.- Con todo agrado, señor Senador.
El señor BOMBAL.- Señor Presidente, antes de la intervención de la señora
Senadora ¿es posible abrir el período de votación, en atención a que
hay otros señores Senadores que así lo han pedido, dado que en este
momento están trabajando en algunas Comisiones?
El señor ZALDÍVAR, don Andrés (Presidente).- Creo que no habría
inconveniente para que, en el mismo orden en que se encuentran
inscritos –además del Honorable señor Silva, que está en primer lugar,
hay cinco o seis señores Senadores-, fundamenten su voto y así
cerramos el proceso de votación en el día de hoy.
¿Habría acuerdo en tal sentido?
El señor DÍEZ.- No hay acuerdo, señor Presidente. En una materia tan delicada
como ésta no veo la urgencia de despachar ahora esta iniciativa. Creo
necesario que el Senado se tome el tiempo suficiente para oír a cada
uno de los señores Senadores que deseen intervenir acerca de un tema
de tanta profundidad y trascendencia, sin limitarlos a los cinco minutos
de su fundamento de voto.
El señor ZALDÍVAR, don Andrés (Presidente).- Al haber oposición, no puedo
acceder a la petición del Honorable señor Bombal.
Tiene la palabra la Honorable señora Matthei.
La señora MATTHEI.- Señor Presidente, estamos conscientes de que el tema de
la investigación y la terapia genética es muy vasto y desconocido para
la mayoría de nosotros, y de que, al mismo tiempo que abre tantas
oportunidades a los seres humanos, también encierra muchos peligros,
motivo por el cual es sumamente importante abordarlo hoy día en el
Senado. Obviamente, yo no soy en absoluto especialista en la materia
y, por lo tanto, más que al tema de fondo, quisiera hacer una serie de
preguntas a la señora Ministra o a los autores del proyecto –cuya idea
de legislar votaré favorablemente- sobre ciertas ciertas materias que
me llaman la atención.
El artículo 1º dice: “La presente ley tiene por finalidad
proteger la vida, la integridad física y síquica de las personas, así como
su dignidad e identidad genética, con respecto a la investigación
científica y sus aplicaciones y al ejercicio de la medicina”.
Como la investigación científica y la medicina se vienen
practicando desde hace muchísimas décadas en Chile, me parece raro
que dicho artículo pretenda proteger la vida, la integridad física y
síquica de las personas, con respecto a la investigación científica y sus
aplicaciones y al ejercicio de la medicina. Yo me imagino que tal
propósito ya ha sido abordado en alguna parte, por lo cual considero
necesario precisar el verdadero alcance de este texto. Yo no sé si
realmente se pretende abarcar toda la investigación científica y toda la
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medicina, o solamente de aquellos aspectos relacionados con la
investigación genética.
En cuanto al artículo 2º, sencillamente no entiendo la
definición. Dice todo y no dice nada. No sé si también puede
precisarse.
En seguida, me pregunto si en verdad se justifica el
artículo 6º, que establece que las actividades de investigación científica
tienen como límite los derechos y libertades reconocidos por la
Constitución. A mi juicio, aunque no se consigne este artículo, tales
actividades tienen esa limitación.
Con el artículo 7º pasa algo semejante a lo que sucede
con el artículo 1. ¿Acaso en la actualidad no hay en Chile normativa
vigente que regule la investigación científica en seres humanos? ¿No
hay otras disposiciones en el Código Sanitario o en otras leyes de
aplicación general?
En el artículo 9º no me queda claro si se está creando un
procedimiento muy largo y engorroso al disponer que toda
investigación científica en seres humanos requerirá la aprobación de la
Comisión Nacional o Regional de Bioética respectiva, si se precisan
distintos quórum para los diversos tipos de investigación y si sus
dictámenes son susceptibles de apelación ante alguien.
Por otra parte, nada se dice sobre resguardar el secreto, si
es que fuese necesario. Si hay de por medio investigación científica, es
posible que también se requiera mantener reserva por problemas de
patentes u de otro tipo.
Me ha llamado la atención el artículo 10. ¿Estos “deberes
especiales del investigador” no deberían ser realmente de aplicación
general? Aquí se está hablando básicamente del investigador. ¿Pero
hay otras leyes en las cuales se aborden, por ejemplo, las materias
contenidas en los números 1), 2), 3), 4) -desde la letra a) hasta la d)-,
y el 5), concerniente a “Renovar el consentimiento informado”? Ello, en
razón de que pueden presentarse situaciones similares en el caso, por
ejemplo, de trasplante de órganos o de cáncer de ciertas
características, en que se está aplicando una medicina nueva que, a lo
mejor, sólo prolonga el sufrimiento.
Me pregunto también si los estipulados en el artículo 11
son los únicos fines de investigación genética. ¿No puede haber algún
otro fin o que se trate simplemente de investigación pura?
Tampoco me queda claro si el inciso segundo del artículo
15 se refiere a la clonación de tejidos y órganos de seres humanos o a
la clonación de tejidos y órganos de cualquier otro ser viviente.
En lo que atañe a la Comisión Nacional de Bioética, creo
que hay precisar la duración de sus miembros en el ejercicio de sus
cargos y quién elige a los tres representantes a que se refiere el
número 5. ¿Habrá secretaría? ¿Contará con presupuesto? Como me
preguntaba antes, ¿quedarán o no sus decisiones sujetas a alguna
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apelación? ¿Es lógico o no dejar todas estas materias entregadas a un
reglamento o deberían incorporarse en la ley?
En realidad, mi intervención sólo tenía el propósito de
formular estas preguntas. Aun cuando es bueno abordar este tema, no
me queda claro el ámbito de la ley. No sé si el proyecto, cuando habla
de medicina, de investigación científica y de la Comisión de Bioética se
está refiriendo solamente a aspectos de la medicina y de la
investigación relacionadas con la investigación y la terapia genética o si
pretende también referirse a todo otro tipo de investigación y de
medicina.
No sé si podré contrapreguntar. A lo mejor, muchas de
estas dudas sencillamente quedarán para la segunda discusión. Me
imagino que el proyecto deberá debatirse en forma importante. No he
abordado esto con ánimo de criticar, ni cosa parecida, sino porque
realmente considero que se trata de un tema sumamente relevante.
Chile está yendo a la vanguardia en estas materias. Por lo tanto, lo
lógico es que combinemos el debido resguardo también con la
prudencia de saber que estamos legislando en terrenos que no
conocemos y de que quizás tampoco sería bueno, a estas alturas,
limitarse con una ley demasiado restrictiva.
El señor ZALDÍVAR, don Andrés (Presidente).- Tiene la palabra la señora
Ministra para responder las preguntas que se han formulado.
La señora BACHELET (Ministra de Salud).- Señor Presidente, estoy en
condiciones de contestar algunas de las preguntas hechas. Para las
otras necesito buscar información anexa.
Según los antecedentes que manejo, la legislación chilena
contiene algunas regulaciones en estas materias, esencialmente en lo
relativo al Código Sanitario. Pero en cuanto a investigación más
específicamente en seres humanos no disponemos de suficiente
regulación y legislación. De todas maneras, el Código se redactó hace
muchos años, y en este tipo de temas, tan emergentes e innovadores,
es necesario volver a mirar y reactualizar.
Lo mismo sucede en lo tocante al consentimiento
informado. El concepto de que una persona tiene derechos en salud, y
a decidir si prestar o negar su consentimiento con respecto a una
intervención, pero no en el sentido que señaló un señor Senador en
cuanto a operación quirúrgica, sino de un acto que interviene un
proceso, es algo -diría- relativamente novedoso en la ejecución de la
medicina. Esto surge básicamente a contar del tratamiento de temas
como el SIDA. Pero antaño en nuestro país no existía una cultura sobre
consentimiento informado. Es algo que sí tenemos incorporado en un
futuro proyecto de ley de derechos de las personas, que queremos
presentar al Parlamento. De modo que, en efecto, no es un área que
hoy día se encuentre regulada adecuadamente, y nos parece central
avanzar en este sentido.
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DISCUSIÓN EN SALA
¿Cómo se resguarda el secreto? Sin duda, se puede
revisar esto de mejor manera. Hoy día existe la ley mencionada por el
Senador señor Viera-Gallo, de la confidencialidad de los datos
personales. Por tanto, el dato genético podría ser parte de eso. Pero
también en nuestro accionar cotidiano, a través de la vigilancia
epidemiológica, mantenemos tal secreto basado en el valor y concepto
del secreto profesional. Por consiguiente, frente a áreas muy
sustantivas o complejas como el SIDA, lo que se ha hecho en otros
momentos es buscar la codificación de datos, de manera que no
hubiera abuso en esta información con fines discriminatorios.
La señora MATTHEI.- ¿Me permite una interrupción, señor Presidente?
La señora BACHELET (Ministra de Salud).- No tengo inconveniente, señor
Presidente.
El señor ZALDÍVAR, don Andrés (Presidente).- Tiene la palabra la Senadora
señora Matthei.
La señora MATTHEI.- Señor Presidente, entiendo lo del secreto profesional. Yo
me refería más bien al secreto en cuanto a los resultados de la
investigación. Porque si hay una Comisión Nacional de Bioética, que se
pronunciará sobre las cuestiones y problemas relacionados con la
bioética, obviamente deberá hacerlo sobre la base de cierta
información que tendrá que entregar el investigador. Por lo tanto, me
refería a la necesidad de guardar secreto respecto de los alcances de la
investigación propiamente tal.
El señor ZALDÍVAR, don Andrés (Presidente).- Tiene la palabra la señora
Ministra.
La señora BACHELET (Ministra de Salud).- Señor Presidente, nosotros estamos
de acuerdo con este proyecto. Sin embargo, creemos que hay un sinfín
de definiciones que deben precisarse mucho más, como, por ejemplo,
lo señalado por Su Señoría respecto de la Comisión Nacional de
Bioética, de sus componentes y de una serie de procedimientos.
Entiendo -como señaló el Senador señor Ruiz-Esquide- que ésta es una
primera versión que deberemos enriquecer y acotar con los
planteamientos que han surgido durante esta discusión.
Nosotros haremos llegar una indicación sobre la
constitución de esa Comisión.
El señor ZALDÍVAR, don Andrés (Presidente).- Tiene la palabra el Senador
señor Silva.
La señora MATTHEI.- Señor Presidente, el Senador señor Ruiz-Esquide me
había solicitado una interrupción.
El señor ZALDÍVAR, don Andrés (Presidente).- Su Señoría puede pedírsela al
Senador señor Silva.
El señor RUIZ-ESQUIDE.- Señor Presidente, solicité la interrupción porque
quería aprovechar el tiempo. De modo que si el Senador señor Silva no
tiene inconveniente, al término de su intervención podría concederme
dos o tres minutos para responder lo planteado.
El señor SILVA.- Estoy de acuerdo, señor Presidente.
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DISCUSIÓN EN SALA
El señor ZALDÍVAR, don Andrés (Presidente).- Tiene la palabra el Senador
señor Silva.
El señor SILVA.- Señor Presidente, para mí resultó fascinante haber
intervenido en el debate habido en el seno de la Comisión de Salud del
Senado. Mientras tuve el honor de integrarla (durante casi dos años y
medio),
ésta
dedicó
alrededor
de
dos
años
a
estudiar
permanentemente este proyecto y otros de la misma relevancia.
Destaco este hecho porque lo realizado por esta Comisión
en la materia que nos ocupa no ha sido simplemente ampliar con una
concepción más o menos burocrática su actividad legislativa. La
inquietud que demostró, ha demostrado y sigue teniendo en la
iniciativa sobre la investigación científica en el ser humano, su genoma,
-como la ha tenido en proyectos relativos al SIDA, a la modificación de
la Ley de Alcoholes y en otros de naturaleza semejante- merece ser
destacada, por la manera concienzuda y serena de abordar los estudios
respectivos.
Creo que vale la pena dejar constancia de ello, cuando a
menudo suelen formularse críticas, a mi modo de ver injustas, acerca
de la forma como el Senado está legislando.
En el caso en análisis, la discusión fue fascinante
precisamente por la posibilidad que tuvimos los entonces miembros de
la Comisión de adentrarnos en el conocimiento de una materia de
singular relevancia desde los más distintos puntos de vista.
A mí me correspondió, si se quiere, la suerte de conocer
con antelación este tema como consecuencia de viajes internacionales
que realicé, donde tuve la oportunidad de asistir a intensos debates
(que ya se estaban produciendo, especialmente en Europa) sobre el
genoma humano. Y pude interiorizarme en algo respecto de lo cual
poco se ha dicho esta tarde en la Sala.
En efecto, esta materia no dice relación solamente con
terapia génica o con una cuestión científico-médica, sino que va mucho
más allá. La trascendencia del estudio sobre el genoma en el campo
jurídico y ético es realmente espectacular, como lo señaló muy bien el
Senador señor Ríos.
A manera de reflexión -si se quiere algo entretenida-,
menciono a mis Honorables colegas que, por ejemplo, en el campo de
la política, de las candidaturas presidenciales, el tema del genoma ha
adquirido tal relevancia que en un momento dado se ha pensado que
podría determinarse si los postulantes están a tono, desde el punto de
vista genético, con la proyección que políticamente están llamados a
tener en un país. Naturalmente ello lleva a concluir, de manera obvia a
mi juicio, que es fundamental la necesaria reserva para tratar, analizar
y legislar lo concerniente al genoma, en donde se halla de por medio el
derecho sagrado a la privacidad, que debe reconocerse.
Por lo anterior, subrayo que en la discusión de la Comisión
de Salud hubo una extensión de tópicos de la más diversa naturaleza.
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DISCUSIÓN EN SALA
El proyecto no sólo está referido a la cuestión puramente científicomédica. Se ha tenido presente -y quién sabe si lo mencionado a
manera de reflexión por el Senador señor Ríos puede ser muy útil- todo
lo concerniente al genoma humano respecto de sus proyecciones en el
campo ético, jurídico o en el de aquellas áreas donde temas de esta
índole tienen relevancia en el desarrollo futuro de la vida colectiva,
tanto para garantizar la seguridad de los derechos de la persona y la
debida reserva y reconocimiento de los mismos en cuanto ser humano,
como de la colectividad integralmente considerada.
En el debate general -como el que se realiza hoy, con
fundamentos-, quiero dejar testimonio de que, a nuestra manera de
ver, esta iniciativa ha tenido la sensatez de contemplar no sólo los
planteamientos que primigeniamente se hicieran en el Código de
Nüremberg, de 1947, o en la Declaración de Helsinki, de 1964, sino
también los formulados con posterioridad, en la Declaración Universal
sobre la materia, aprobada el 11 de noviembre de 1997 por el
organismo correspondiente de las Naciones Unidas.
En verdad, desde ese punto de vista, creo que no hay
nada que pueda ser extremadamente peligroso en el contenido del
articulado sometido a la consideración en general del Senado. Es
indudable que hay materias –ya lo señaló la señora Ministra, cuya
intervención me complazco en destacar- que, desde mi personal punto
de vista jurídico y con fundamentos, adolecen de algunos vicios de
inconstitucionalidad, particularmente en cuanto concierne a la
conformación de la Comisión Nacional de Bioética, como asimismo al
establecer de manera muy genérica normas que dan a dicho organismo
la posibilidad de aplicar graves sanciones a los particulares o a las
entidades científicas que puedan aparecer como infractoras.
Y digo que es placentera la declaración de la señora
Secretaria de Estado, porque no cabe duda de que respecto de una
iniciativa de tal relevancia como ésta tenemos el derecho de abrigar la
esperanza fundada de que el Ejecutivo le entregue su aquiescencia en
el orden de aquellas materias que son fundamentales, a fin de que el
día de mañana pueda prosperar. De allí que es interesante oír a la
señora Ministra decir que un proyecto de esta magnitud cuenta con la
satisfacción, desde el punto de vista integral, del Gobierno, sobre todo
en su última intervención cuando agregó que están llanos a formular
indicaciones específicas en el campo de la Comisión Nacional de
Bioética.
Es indudable –y con esto termino- que el proyecto debe
aprobarse en general, y serán muchas las posibilidades de sugerir
enmiendas a su respecto, pues por su categoría y relevancia está
llamado a ser una iniciativa cúspide en la legislación de nuestro país.
El señor ZALDÍVAR, don Andrés (Presidente).- Con la intervención del
Honorable señor Romero daremos por terminado el Orden del Día, sin
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DISCUSIÓN EN SALA
perjuicio de la proposición que haré para la tabla de la sesión de
mañana.
Tiene la palabra, Su Señoría.
El señor ROMERO.- Señor Presidente, en primer lugar, deseo destacar lo
interesante y trascendente que ha resultado el debate producido en la
Sala respecto de un tema de esta naturaleza. No cabe la menor duda
de que todo lo atinente al ser humano es relevante, y la Comisión ha
hecho bien en plantear a la Sala las posiciones generales existentes, a
fin de hacer un primer análisis sobre esta materia, que es de gran
complejidad.
En segundo lugar, deseo señalar mi coincidencia con
quienes han intervenido respecto de la constitución de la Comisión
Nacional de Bioética.
En verdad, aparte las dudas constitucionales que con
justificado fundamento hizo presente el señor Senador que me precedió
en el uso de la palabra, me parece que también existen situaciones que
es conveniente escudriñar antes de tomar la decisión de crear dicho
organismo, como también el hacer una evaluación crítica –ya se señaló
en el debate interno de la propia Comisión- del funcionamiento de
entes análogos existentes en otros países. Considero deseable y
beneficioso que el Senado conozca no sólo los planteamientos de
algunos especialistas sobre la materia, sino también las alternativas
barajadas en los organismos que han operado en otras naciones. Tal
evaluación debería tener amplia difusión en el país, por considerar
indispensable, antes de establecer una normativa en este campo, que
haya una discusión a nivel nacional respecto de un asunto de tanta
importancia.
En tercer término, estimo que el marco constitucional y
legal vigente garantiza, en cierto modo, que cualquier decisión que se
adopte sobre el particular debe encuadrarse en las bases de la
Constitución de 1980.
Sin embargo, más que reiterar algunos conceptos, deseo
hacer algunas reflexiones respecto de ciertas expresiones formuladas
que dan la sensación de que estos instrumentos internacionales
tendrían carácter vinculante para Chile. Se habla, como si fuera dogma
de fe, de que Declaraciones como las de Helsinki, de Nüremberg, o las
recientemente adoptadas por la UNESCO, parten de cierta base de
coincidencia de criterios.
Al respecto, deseo llamar la atención, en mi calidad de
integrante de la Comisión de Relaciones Exteriores, acerca de una
inquietud que nos surgió a varios Senadores en cuanto al carácter de la
Declaración Universal de la UNESCO, emitida en 1997, si mal no
recuerdo. Lo cierto es que el Congreso no ha conocido de ella, pese a
ser tan trascendente y valiosa. Tampoco puede decirse que sea
simplemente una expresión de principios, porque establece cierto grado
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DISCUSIÓN EN SALA
de obligatoriedad para los Estados. Y, si así fuere, estaríamos en
presencia de un tratado internacional.
En opinión de los especialistas, el ARTÍCULO 2 de la
Convención de Viena define el tratado como “un acuerdo internacional
celebrado por escrito entre Estados” –en el caso de que se trata, por la
UNESCO- “y regido por el derecho internacional, ya conste en un
instrumento único o en dos o más instrumentos conexos y cualquiera
que sea su denominación particular;”.
Luego hay una serie de definiciones de este concepto
como instrumento formal, con acuerdos de carácter contractual y con
distintas acepciones; pero no cabe la menor duda de que el término
“tratado”, según las personas con mayor especialidad en la materia,
abarca
las
convenciones,
protocolos,
estatutos,
acuerdos,
compromisos, modus vivendi, concordato, pacto de contrahendo y
declaraciones. Los especialistas en Derecho Internacional estiman que
los tratados pueden tener la forma de declaración, que es un acuerdo
que establece principios jurídicos o afirma una actitud política.
De ser así, y siguiendo esa línea de pensamiento,
debemos concluir que antes de convenir en el debate de una legislación
interna, tal vez sería apropiado que nos formuláramos la pregunta de
por qué no sancionamos las Declaraciones de la UNESCO, de Helsinki, o
de Nüremberg como tratados, en razón de que conforme al artículo 50
de la Constitución Política de la República deben ser conocidos por el
Congreso antes de su ratificación. Lo planteo como una especie de
cuestión previa, pues no deseo que sigamos en un debate partiendo de
la base de que ya hay cosa juzgada respecto de determinado asunto.
El Honorable señor Parra señaló con mucha claridad que
los principios y valores éticos no pueden estar constreñidos por
compromisos establecidos simplemente en una norma legal, porque no
parece natural que ello suceda.
Me pregunto si lograremos cierto grado de coincidencia,
pues de otro modo estaríamos cediendo nuestra decisión y voluntad a
la del embajador chileno que aprobó, rechazó o se abstuvo de votar –
ignoro cuál fue su postura en la oportunidad- la referida Declaración de
la UNESCO.
Formulo este planteamiento, no para hacer cuestión o
poner un obstáculo, sino simplemente porque me parece muy
importante ordenar nuestro proceder, ya que a veces ciertos tratados
no se analizan por el Congreso, por ser de un marco distinto –según se
dice-, como en el caso de los convenios comerciales bilaterales.
Mi deseo es rescatar de alguna manera las atribuciones del
Parlamento; y por eso creo que hacen bien los autores del proyecto en
colocar una materia de tal trascendencia en manos del Poder
Legislativo. Lo encuentro trascendente, pues aquí estamos frente a un
debate valioso.
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DISCUSIÓN EN SALA
Sin embargo, el tema lo dejo sólo enunciado en esos
términos, porque a mi juicio es fundamental despejar si por norma
general consideraremos las declaraciones a que me referí como
tratados o simplemente les daremos un valor relativo.
Al mismo tiempo, señor Presidente, quiero referirme a un
planteamiento muy interesante –figura en el respectivo informe- hecho
por don Alejandro Serani en el debate de la Comisión. Allí señaló: que
“aún aceptando que la clonación humana ocurre de modo espontáneo
aunque excepcional en la naturaleza en el caso de los gemelos
univitelinos, debe afirmarse, desde el punto de vista ético, que la
clonación deliberada de seres humanos constituye, en la mayor parte
de los casos imaginables, un grave atentado a la dignidad de la
persona humana.”. Y agregó que “la clonación humana artificial priva
injustamente a un semejante del modo específico de venir a la
existencia, modo que siendo el usual y propio de la especie y aquel que
es deseable en principio para todo ser humano, se constituye por eso
mismo en un derecho exigible por cada individuo que accede a la
vida.”.
Continúa el profesor Serani diciendo que “esta privación
del modo usual y natural de nacer no sólo priva, en su concepto, al
nuevo ser humano de un bien exigible por su esencia, sino que además
violenta la naturaleza personal y libre del nuevo individuo al erigirse los
científicos en dueños y señores de lo que atañe a un aspecto tan crucial
de la vida ajena. En esta época de sensibilidad ecológica debería
reconocerse que existe una ecología biológica, psicológica y personal
humana que también demanda ser respetada.”.
Pero aquí viene lo significativo, porque añadió que “es
importante señalar que esto mismo que ocurre en la clonación humana
y que la hace moralmente ilícita, es lo que ocurre en buen número de
las así llamadas técnicas de “reproducción asistida”, muy en particular
en aquellas denominadas heterólogas. Sorprende, por lo tanto, que el
casi unánime rechazo a la clonación no vaya seguido de un rechazo
semejante a estas técnicas,” –de reproducción asistida- “cuando la
razón moral de fondo es exactamente la misma.”. Expresó que hacía
notar este punto “ya que, en sana lógica, las soluciones jurídicas que
se adopten para el caso de las técnicas de reproducción asistida no
pueden ser contradictorias con aquellas que se adopten para el caso de
la clonación.”.
Esta materia la encuentro esencial dentro del debate,
porque, en definitiva, las cosas no son como se presentan. Aquí todo el
mundo ha manifestado ser contrario a la clonación. Se trataría
simplemente de un atentado inadmisible, incluso conforme a las
declaraciones –"tratados", denominémoslos así- a las cuales me referí.
Pero resulta que para algunos catedráticos de tanto renombre, como el
profesor Alejandro Serani, aquélla es semejante a la reproducción
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DISCUSIÓN EN SALA
asistida. Por lo tanto, no porque se denomine de una u otra manera
vamos a actuar diferente.
Nos han surgido grandes inquietudes e interrogantes a
propósito de la discusión. Agradezco que haya sucedido así, porque de
otro modo esas interrogantes no se hubiesen suscitado. Lo importante
es tener a la vista que el tema reviste tal trascendencia que la razón y
prudencia parecieran indicar la necesidad de analizarlo a nivel nacional,
con el objeto de que el chileno participe no sólo expresando su opinión,
sino también recogiendo las deliberaciones y análisis realizados en
otros países. Nos parece básico colocar el asunto encima de la mesa de
discusión. Lo peor sería guardarlo en una gaveta o decir que no
queremos debatirlo.
Señor Presidente, me parece muy inadecuado crear
comisiones sin saber qué imperio o vinculación tendrán en cuanto a sus
decisiones.
En este tema de principios, resulta sumamente complejo
entregar nuestro pensamiento y posición sobre la materia a terceras
personas, por muy importantes que ellas sean, para que determinen
con cierto grado de autoridad lo que cada uno de nosotros debería
tener muy claro.
El señor ZALDÍVAR, don Andrés (Presidente).- El tema en debate no es
contradictorio con la Declaración de la UNESCO. Ésta no es un tratado
y no sabemos qué tratamiento le han dado otras naciones. Como país,
tal vez podríamos proponer a ese organismo que traduzca tal
normativa en un tratado. Pero ése es otro asunto.
El proyecto en análisis debe contener nuestra propia visión
de cómo abordar y solucionar el problema. El país tiene la necesidad de
hacerlo, dada su conveniencia.
En cuanto a la constitucionalidad, debo precisar que ella se
previó en la Comisión. Por lo demás, en la discusión particular se
analizará si existe inconstitucionalidad. Por supuesto, si hay patrocinio
del Ejecutivo, no la habrá, y si no lo hay, no podremos tratar la
materia.
Ha llegado la hora de término del Orden del Día. Por
consiguiente, continuaremos la discusión general del proyecto en el
primer lugar del Orden del Día de la sesión de mañana. Estaría inscrito
en primer término el Honorable señor Ruiz-Esquide.
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DISCUSIÓN EN SALA
1.4. Discusión en Sala.
Senado. Legislatura 342. Sesión 14. Fecha 02 de agosto, 2000. Discusión
general. Se aprueba en general.
INVESTIGACIÓN CIENTÍFICA EN SER HUMANO, SU GENOMA, Y
PROHIBICIÓN DE CLONACIÓN HUMANA
El señor ZALDÍVAR, don Andrés (Presidente).- Corresponde
continuar la discusión general del proyecto, en primer trámite constitucional,
sobre la investigación científica en el ser humano, su genoma, y que prohíbe la
clonación humana, con informe de la Comisión de Salud.
--Los antecedentes sobre el proyecto (1993-11) figuran en
los Diarios de Sesiones que se indican:
Proyecto de ley: (moción de los señores Ruiz-Esquide, Díaz,
Hamilton, Páez y Zadívar, don Andrés).
En primer trámite, sesión 32ª, en 12 de marzo de 1997.
Informe de Comisión:
Salud, sesión 10ª, en 12 de julio de 2000.
Discusión:
Sesión 13ª, en 1 de agosto de 2000 (queda pendiente su
discusión general).
El señor ZALDÍVAR, don Andrés (Presidente).- Están pendientes las
intervenciones de varios señores Senadores que se hallan inscritos.
Tiene la palabra el Honorable señor Sabag.
El señor SABAG.- Señor Presidente, la rapidez e importancia de los
avances, logros y descubrimientos habidos en el campo de la genética no
pueden dejar indiferente, pese a su tradicional lentitud de reacción, al mundo
del Derecho. Su reto es recibirlos en su seno e integrarlos normativamente en
la vida social, para la que hoy existe claramente cierta urgencia. De ahí la
enorme significación del proyecto que hoy analizamos.
La legislación internacional ya ha alertado y normado la
manipulación del genoma humano, y la iniciativa de ley que ahora discutimos
tiene como marco referencial lo expuesto en el Código de Nüremberg, la
Declaración de Helsinki y la Declaración Universal sobre Genoma Humano y
Derechos Humanos aprobada por la UNESCO en noviembre de 1997.
En esta última Declaración se establece que “El genoma humano es
la base de la unidad fundamental de todos los miembros de la familia humana
y del reconocimiento de su dignidad intrínseca y su diversidad. En sentido
simbólico el genoma humano es el patrimonio de la humanidad”.
Otros aspectos relevantes en este tema se refieren a que cada
individuo tiene, entre otros, derecho al respeto de su dignidad, cualesquiera
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DISCUSIÓN EN SALA
que sean sus características genéticas. Además, se establece que esta dignidad
impone que no se reduzca a los individuos a sus características genéticas y que
se respete el carácter único de cada uno y su diversidad.
El proyecto genoma humano nace en 1990 en los Estados Unidos, a
cuyas investigaciones adhieren dieciséis países. Su objetivo fue identificar los
genes presentes en el ADN humano. No obstante que inicialmente el proyecto
se planeó como de largo aliento, los avances de las investigaciones han sido
sorprendentes, hasta el punto que en fecha reciente investigadores británicos
descubrieron el mapa del genoma humano, que nos muestra casi 97 por ciento
de sus componentes.
De ahí que uno de los aspectos más relevantes de la iniciativa que
hoy analizamos se refiere a la investigación genética y a la preservación del
genoma humano. Es imperativo legislar sobre la investigación en seres
humanos, toda vez que ésta ha excedido el marco de la investigación
universitaria y se ha extendido a empresas con fines exclusivamente
comerciales. Agregaría yo que ni siquiera la investigación clínica sobre
medicamentos tiene una adecuada regulación legislativa.
El proyecto de ley en debate rechaza la clonación humana, por las
implicancias éticas que encierra. Nuestra clara oposición en este tema es total
y absoluta, ya que aquélla altera las leyes de la naturaleza y distorsiona el
origen mismo de la vida humana y de los sentimientos que ésta engendra.
Además, constituye un grave atentado contra la dignidad de la persona
humana. Esta dignidad es la capacidad del hombre para elegir de entre
diversas opciones; para razonar y construir conceptos generales; para
comunicarse con sus semejantes, con los que forma una comunidad
“dialógica”, y para decidir sobre sus planes de vida a fin de alcanzar la plenitud
y la autonomía moral.
En esta misma materia, es interesante la posición del Colegio Médico
de Chile, que plantea separar lo que es la clonación humana de lo que es la
investigación a su respecto. Estas investigaciones pueden ser altamente
beneficiosas para la humanidad; por ejemplo, en cuanto al trasplante de
órganos.
Creo necesario recalcar que debe ser una preocupación primordial
del Estado y de la sociedad chilena el brindar un apoyo serio y adecuado a
nuestros científicos que dedican sus esfuerzos al estudio del genoma y de la
genética humana. No hablo de un esfuerzo aislado, sino más bien de la
generación de una política de investigación en salud, de la cual hoy carecemos.
Finalmente, deseo reforzar la idea de que la ciencia siempre debe ser
guiada por la ética, entendida como una conducta del individuo, conforme a su
escala de valores morales y personales.
En consecuencia, en un tema tan delicado como es la materia de
este proyecto -la prohibición de la clonación humana, la investigación científica
en el ser humano y su genoma-, resulta a todas luces imperativa la presencia
de un ordenamiento jurídico cuya orientación sea fundamentalmente ética.
Votaré favorablemente la idea de legislar.
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DISCUSIÓN EN SALA
El señor ZALDÍVAR, don Andrés (Presidente).- Tiene la palabra el
Honorable señor Moreno.
El señor MORENO.- Señor Presidente, para comenzar, deseo felicitar
a los autores de la iniciativa, que en su tiempo no sólo fue premonitoria de lo
que ocurriría, sino que, además, surge cuando en el país se comienza a discutir
uno de los temas más relevantes: la relación entre el ser humano, su dignidad
y las leyes que deben regular precisamente su desarrollo dentro de la sociedad
chilena.
Existen tres proyectos relacionados con esta materia y que se
encuentran en distintas etapas de tratamiento en el Senado y en la Cámara de
Diputados. Uno, es el que nos ocupa; otro, el que presentó el ex Senador
señor Cantuarias, que tiene directa ligazón con el tema en debate, y un tercero
-su orientación aparentemente es distinta-, que regula la fertilización in vitro.
Estas tres normativas se interrelacionan intrínsecamente, y cuando se habla de
la creación de una Comisión de Bioética o cuando se abordan los temas del
genoma humano, es difícil separar en ellas lo que está vinculado.
Quienes como alumnos estudiamos en facultades que enseñaban
biología, genética y otras materias aprendíamos la utilización de un material
para ser trasplantado, hibridado, combinado, con el objeto de producir otro
material de mejor calidad con determinados beneficios. Mientras esto ocurría
en el mundo vegetal y en el de especies animales menores no se necesitaba
regulación, ni reglamento, pues su funcionamiento se basaba en las Leyes de
Mendel y en las formas como ellas operaban.
Sin embargo, en la última etapa del siglo recién pasado
descubrimientos científicos aceleraron el manejo y el conocimiento de estos
temas, produciéndose una eclosión que culminó con el nacimiento de una
oveja llamada Dolly, la cual precisamente había sido clonada sobre la base del
proceso ya utilizado en el mundo vegetal y en animales inferiores. Éste
consistía en tomar un núcleo e introducirlo dentro de una célula mamaria,
generándose, con eso, un animal -como la citada oveja- en el que se
reproducían características genéticas idénticas a las de aquel que aportaba la
célula originaria. Inmediatamente se centró en ello la atención mundial, pese a
que hacía ya tiempo que países desarrollados –como Francia, Inglaterra,
Estados Unidos y otros- habían comenzado a prever los límites que se podían
establecer, e incluso algunos de ellos principiaron a legislar con miras a
precisar los umbrales de esta intervención genética.
Aquí se produce el problema de los chilenos, porque no tenemos la
capacidad científica ni los recursos para competir, a esta altura de nuestro
desarrollo, con ese tipo de avance. Pero se han logrado otros progresos que
nos acercan a problemas éticos y de manipulación respecto de los cuales es
necesario legislar.
¿Cuáles son los elementos centrales de esta preocupación? Primero,
la defensa de la integridad del ser humano, que es distinto del ser animal. No
digo que el animal sea un objeto. Cuando el ser humano se define como
sujeto, se presenta una connotación distinta desde el punto de vista físico,
espiritual, moral, ético, jurídico, político y social.
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Por lo tanto, se está frente a la manipulación de la reproducción de
seres humanos para crear organismos idénticos, con consecuencias.
desconocidas. Digo lo anterior, porque en el caso de la oveja Dolly al año o año
y medio de haber sido presentada a los medios de comunicación se descubrió
lo que el sentido común hoy día indicaría: la clonación reproduce a un ser a
partir del momento en que ese proceso se lleva a cabo, quedando sometido el
nuevo ser al envejecimiento, al deterioro y a los mecanismos propios del
funcionamiento orgánico. Dicho en términos simples: la clonación sólo
comienza cuando se extrae la célula mamaria o el núcleo, con toda la carga de
vivencias e historia del ser clonado. O sea, desde ahí en adelante se
reproducen sus características.
No cabe duda de que la ciencia podrá manipular algunos de estos
genes o sus componentes químicos y precaver parte del problema planteado.
Precisamente allí surge el temor respecto de esta manipulación genética.
Por cierto, cada ser humano es único, irreproducible y distinto. No
hay dos seres humanos idénticos, ni siquiera los gemelos univitelinos –esto
debe aceptarse como tal-, quienes desarrollan diferentes personalidades,
características, enfermedades, etcétera.
Por consiguiente, permitir la reproducción teórica de un ser humano,
que replique las características y particularidades de otro, incluso sin prever
sus consecuencias, significa básicamente atentar contra el funcionamiento de
la especie humana, con todas las implicancias que este hecho reviste desde el
punto de vista poblacional, ambiental, social y antropológico.
Aquí radica la parte más delicada del pronunciamiento a que ahora
estamos abocados. Este proyecto pretende impedir en forma clara y expresa la
manipulación de elementos cuyo objetivo se halle orientado, aunque fuese
indirectamente, a la creación de individuos que el día de mañana puedan ser
producto de otro ser humano, con cualquier propósito, incluso científico. Eso
atenta contra la especie humana, situación que en nuestra sociedad tenemos
la obligación de precaver.
Además, lo anterior debe separarse claramente de la reproducción
de órganos o de elementos que prevengan enfermedades, o las combatan, o
faciliten el trasplante de órganos, como el pulmón, corazón, riñón o hígado.
Todos sabemos que el rechazo, por vía de incompatibilidad, apunta
precisamente al concepto que estoy señalando: el cuerpo se resiste a lo que no
le es propio. Por lo tanto, en el futuro, sobre la base del avance de la
investigación científica podría crearse un pulmón con células de la misma
persona, lo que permitiría reparar el órgano dañado, dándole continuidad a
una vida de manera digna y adecuada. Eso no debería ser impedido jamás.
Aquí se presenta claramente un límite, una diferencia.
Desde ese punto de vista, hago mías las declaraciones formuladas
por el Departamento de Ética del Colegio Médico de Chile y de la Comisión de
Ética, Cultura e Historia de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile.
Las he leído y estudiado con detención. Me parecen razonables y adecuadas.
Asimismo, hago míos los planteamientos de algunos de los científicos que
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fueron invitados a deponer ante la Comisión. Quienes hemos tenido la
posibilidad de examinarlos, los compartimos.
En seguida, deseo formular algunas sugerencias al proyecto mismo reitero que lo votaré favorablemente-, dejando constancia de que aprecio el
esfuerzo de quienes lo han promovido. Sin embargo, quiero dar a conocer
algunas observaciones, a fin de que sean consideradas en el segundo informe
de la Comisión.
La primera recae en el artículo 2º. A mi juicio, es indispensable dejar
establecido que el genoma no es el que determina la dignidad del ser humano.
La dignidad no está ligada al genoma, sino que a la característica misma del
ser humano y no a la composición química de éste. Por ello, opino que esto
debe ser rectificado.
En cuanto al artículo 7º -creo que este punto fue mencionado por
algunos señores Senadores en la sesión de ayer-, no soy partidario de que los
directores de establecimientos hospitalarios, clínicas o lugares donde se presta
atención pública, tengan que firmar los consentimientos informados. Eso se va
a prestar a confusión, contradicciones e incluso para juicios, como ha sucedido
en otros países y como probablemente ocurra en el nuestro respecto de si
existía o no el adecuado consentimiento para la transferencia de algunos
elementos que posteriormente fueron comercializados en forma abusiva.
La tercera observación apunta al procedimiento de acreditación de
los establecimientos donde se llevan a cabo estas investigaciones, y que se
estipula en el artículo 8º. A estas alturas, considero absolutamente retardatario
designar a la Comisión Nacional de Bioética, que aún no ha sido creada, como
la entidad encargada de avalar las pautas de investigación a nivel de las
universidades, de las facultades de medicina o entidades similares. Prefiero
que sean dichas facultades. Y al decir que hago míos los acuerdos de las
Facultades de Medicina, de la Universidades y del Colegio Médico, es por estar
consciente de su grado de madurez y ponderación. Por ello, prefiero que sigan
calificando los proyectos de investigación en esta materia y no generar una
instancia distinta que, en el fondo, va a complicar las cosas.
El otro punto que deseo mencionar guarda relación con el artículo
10, donde figura un decálogo de los deberes del investigador, y que, a mi
juicio, es innecesario. Establecidas las condiciones en las cuales una
investigación se realiza dentro de un centro universitario, una investigación
adecuada…
El señor RUIZ-ESQUIDE.- ¿Me permite, Honorable colega? No
escuché bien sus últimas observaciones.
El señor MORENO.- El artículo 10 lista los deberes del investigador.
No creo que eso sea materia de esta ley. Los deberes del investigador están
dados por la condición misma de su profesionalidad y la aceptación que posee
dentro del plantel en el cual se desempeña.
Otra observación se refiere a que una ley no puede establecer o
restringir los objetivos de una investigación. ¡No, no puede! Atenta contra el
principio mismo de la investigación.
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Senador?
El señor VIERA-GALLO.- ¿Me concede una interrupción, señor
El señor MORENO.- Sí, Honorable colega, con la venia de la Mesa.
El señor VIERA-GALLO.- Señor Presidente, quiero señalar al Senador
señor Moreno que muchas legislaciones en el mundo, desde Francia hasta la
India, pasando por casi toda la comunidad europea, y Canadá, establecen una
instancia superior para determinar parámetros éticos, porque puede haber
instituciones científicas que abusen. Pueden ser hospitales, clínicas,
laboratorios. No hay que pensar sólo en las grandes universidades. En ese
sentido, creo que la idea de una comisión de bioética es esencial. No veo por
qué habría una comisión de bioética animal, en el proyecto de protección a los
animales, y no una de bioética humana en la iniciativa que nos preocupa. Creo
que se justifica con mayor razón.
Gracias, señor Senador.
El señor ZALDÍVAR, don Andrés (Presidente).- Puede continuar Su
Señoría.
El señor MORENO.- Señor Presidente, la verdad es que cuando digo
que proyectos de investigación no deben estar vinculados a la tuición de una
comisión –que hoy día no existe-, no es que esté en contra de la creación de la
Comisión Nacional de Bioética. Todo lo contrario: soy partidario de crearla. Soy
contrario a colocar en la ley el catálogo de lo que debe hacer o no un
investigador, por estimarlo casi pueril. Y creo que antes de entrar a establecer
en una ley requisitos para que los juzgue una comisión que no existe, que no
tiene experiencia, es preferible que por el momento lo hagan las escuelas de
medicina o los centros de investigación y, así, no generar un retardo. Por lo
demás, me consta que hoy en día clínicas particulares han creado comisiones
de bioéticas de gran jerarquía, como también lo han hecho hospitales públicos
y privados. Y este problema se enfrenta con gran seriedad, no sólo en lo que
atañe al genoma porque no están investigando todavía esta materia, sino
también en otros rubros como los que mencioné al comienzo. En consecuencia,
tengo confianza en la capacidad de nuestra comunidad científica.
Por tales consideraciones, votaré favorablemente el proyecto y
presentaré indicaciones en el momento oportuno para incorporar los puntos
que acabo de exponer.
He dicho.
El señor ZALDÍVAR, don Andrés (Presidente).- Tiene la palabra el
Honorable señor Vega.
El señor VEGA.- Señor Presidente, en cuanto a lo que manifestaba el
Honorable señor Moreno, existe una normativa del Ministerio de Salud, que
data de hace algunos años, en la que se crean estas comisiones y que en un
voluminoso estudio, de casi 45 páginas, firmado por el Ministro de Salud
anterior, se regula la investigación sobre distintos fármacos, aunque no sé
hasta qué punto se ha materializado.
Como se ha dicho, el problema abordado en este debate es
sumamente complejo, abstracto y de connotaciones filosóficas, porque tiene
que ver con el origen de nuestro universo, con la vida misma. Estamos
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avizorando nuestro interior, este universo síquico, tal como lo hemos hecho
con el universo físico externo a través de observatorios como el Hubble y el
Chandra.
Por tal razón, nos parece que el tema sobrepasa la normativa
constitucional que nos rige, como lo expresaron ayer algunos señores
Senadores al hacer presentes sus inquietudes al respecto, y es así no más,
porque nos encontramos al principio de un comienzo. Y nuestra Constitución
sólo afecta a quince millones de los habitantes del planeta, y bien se sabe que
hoy día pueblan la Tierra más de seis mil millones de seres humanos. Nuestro
planeta es una pequeña traza dentro del sistema solar, una cien milava parte
de su masa, y se tiene ya localizado el nacimiento del universo, y en él la vida
es una conclusión y una síntesis de su desarrollo, cuyo inicio se remonta a tres
mil quinientos millones de años.
En síntesis, deseo enfatizar que el ser humano en particular es lo
más complejo que ha creado el universo, hoy resuelto por la cosmología, al
segundo de tiempo. Después de quince mil millones de años comienzan las
primeras respuestas de nuestra razón en esta expansión inteligente, con el
descubrimiento del ácido desoxirribonucleico (ADN), base del genoma o
conjunto de genes que nos caracterizan.
¿Cuántos genes tiene el genoma? Está en borrador todavía, pero se
habla de 50 mil, de 200 mil, de 300 mil. Conocemos unos cinco mil. Pero con
la actual tecnología, es cuestión de corto tiempo que pueda resolverse el resto.
Se habla de dos o tres años.
Se ha decodificado el genoma, pero se estima que más del 90 por
ciento es todavía desconocido. Sólo conocemos una pequeña franja, que
constituye más o menos un 10 por ciento.
Otro aspecto interesante es que no hay gran relación de complejidad
entre los seres vivos, sean animales animales racionales o irracionales, en la
cantidad de genes contenidos en su ADN. Las diferencias con otros seres vivos
conocidos, como conejos, ratas, no son más de dos o tres veces que las del ser
humano, lo que implica similitud orgánica y gran potencialidad para
diagnósticos, prevención y tratamientos de enfermedades, así como en la
creación de fármacos.
No existen genes específicos -ya lo sabemos- por características o
enfermedades puntuales, como el Alzhaimer, la timidez, la dignidad -que
mencionó el Senador señor Moreno-, o debilidades sexuales.
Otro aspecto relevante es prácticamente el hecho ya conocido de
que todos tenemos, básicamente, el mismo genoma, por lo que las diferencias
fenotípicas (o físicas) son consecuencia apenas del 0,01 por ciento del total de
nuestra información genética. Por tanto, las megalomanías, xenofobias y las
diferencias con que miramos al resto de los seres humanos son solamente
desconocimiento de una verdad hoy día aplastante.
El genoma -como lo expresara el proyecto de Naciones Unidas y lo
señalaran el mundo científico, el Presidente Clinton, el Primer Ministro de
Inglaterra señor Blair- es patrimonio de la humanidad. El penetrar en el
micromundo de las células y su contenido genético es un bien y una necesidad
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presente imprescindible, lo mismo que el macromundo del universo. Está
demostrado que interactúan, abriendo un espacio esencial para la reflexión
ética.
Estamos en el comienzo de una nueva etapa del conocimiento de la
vida. Y Dios nos entregó por razones muy fundadas esta oportunidad y,
también, el libre albedrío para entenderla bajo los principios del bien y del mal,
actuando, por consiguiente, libremente en conciencia.
Esta materia, por el momento, ha sobrepasado nuestras
expectativas. Es una realidad ética, filosófica y científica absolutamente
inédita. Entre 1800 y 1900, el doctor Galton, primo de Charles Darwin, intentó
la eutanasia. Pero en esa época no contaban con los fundamentos tecnológicos
existentes en la actualidad.
Un marco de referencia jurídica, como lo expresa la ya señalada
Declaración de Helsinki, básicamente especifica el respeto a la integridad de
las personas (que es su verdadero límite), y la necesidad de que estas
investigaciones biomédicas se realicen en el marco de las normas científicas
reconocidas y aceptadas.
Por estas razones de magnitud, el proyecto es complejo, porque
además abarca temas no necesariamente relacionados, como el genoma
humano, la clonación, la investigación científica en seres humanos y la
creación de una Comisión Nacional de Bioética.
El artículo 3º me parece demasiado amplio o, más bien, preliminar,
pues permite modificar características genéticas humanas que inciden en la
herencia y, según indica la norma, en los casos y forma previstos por la ley.
Ahora, el incidir en la herencia significa que los cambios son
transmisibles. Y ello, de acuerdo con la iniciativa, no está especificado en
ninguna ley. De acuerdo al artículo 14, la autorización le corresponde a la
Comisión Nacional de Bioética.
Existe ya una normativa del Ministerio de Salud para todos los
hospitales. Su título es “Regulación de ejecución de ensayos clínicos que
utilizan productos farmacéuticos en seres humanos”. Es un extenso documento
que analiza todos los aspectos bioéticos de la investigación clínica, hace las
apropiadas recomendaciones e incluye la constitución de un Comité de
Evaluación Ético-Científico en cada establecimiento, en muchos de los cuales
éste ya ha sido creado.
Respecto del artículo 14, la terapia genética en células germinales es
compleja y sensible. Resulta en una modificación del genoma de los gametos,
o sea de un nuevo ser, y por ende de toda su futura descendencia. Ello
significaría que, por ejemplo, podríamos cambiar la estructura genética de una
población, con consecuencias muy prematuras y absolutamente desconocidas.
Es un aspecto que merece un amplio debate en la Comisión y, en su momento,
tal vez una propuesta específica en el proyecto. Existe moratoria internacional
para no intervenir células germinales.
Considero la iniciativa legal en debate, cuyo propósito es definir una
normativa que en alguna forma regule estos delicados temas científicos,
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absolutamente indispensable y muy consecuente con la dinámica de cambios y
globalización que caracteriza y presiona el diario vivir de nuestro mundo.
Me pronuncio a favor del proyecto. Sé que su análisis particular lo
perfeccionará en el marco de los intereses de nuestra sociedad y de la ciencia.
Felicito a quienes presentaron esta extraordinaria iniciativa.
El señor ZALDÍVAR, don Andrés (Presidente).- Tiene la palabra el
Honorable señor Larraín.
El señor LARRAÍN.- Señor Presidente, en primer lugar, quisiera
agradecer a los autores de este proyecto, porque creo que han traído a la
discusión del Senado un tema extremadamente importante y delicado,
respecto del cual ciertamente es conveniente la reflexión y, en la medida de lo
posible, la legislación sobre la materia.
Quizás, en tal sentido, las observaciones que formularé apuntan en
esa dirección.
Los objetivos de la iniciativa en estudio son varios: por una parte,
construir un marco regulatorio para la investigación en seres humanos; en
seguida, definir y normar aspectos relativos a la investigación genética y a las
conductas que deben observarse para la preservación del genoma humano;
además, el rechazo a la clonación humana, y, finalmente, la creación de una
Comisión Nacional de Bioética para regular estas materias.
Los objetivos del proyecto propuesto, para mi gusto, son muchos, y
tal vez incluso algo diferentes entre sí, lo cual en algún minuto pudiese haber
llevado a pensar en la conveniencia de tener normas separadas y distintas. Y
legislar sobre estas materias resulta particularmente difícil, por la naturaleza
de los temas involucrados.
Por eso, mi primera observación apunta a que se reduzcan -por así
decirlo- al mínimo necesario las normas aquí planteadas y, deseablemente,
que se eviten una serie de declaraciones, muy genéricas, que dan al proyecto
cierta ampulosidad que no corresponde a la técnica legislativa que
habitualmente ocupamos.
Por ejemplo, en el artículo 1º se dice que: “La presente ley tiene por
finalidad proteger la vida, la integridad física y síquica de las personas, así
como su dignidad e identidad genética, con respecto a la investigación
científica y sus aplicaciones y al ejercicio de la medicina.”.
Es un objetivo inmenso, casi una declaración programática de nivel
constitucional, que difícilmente se concilia con un espíritu de técnica legislativa
más estricto.
Después, en el artículo 6º se señala: “La libertad para llevar a cabo
actividades de investigación científica tiene como límite el respeto a los
derechos y libertades reconocidos por la Constitución Política de la República.”.
Obviamente, no necesitamos siquiera comentarlo.
Luego, hay otro precepto inspirado en la Declaración de la UNESCO.
El artículo 16 de la iniciativa expresa: “El conocimiento del genoma humano es
patrimonio común de la humanidad.”.
Creo que no somos nosotros los llamados a declarar a través de
leyes chilenas lo que es patrimonio de la humanidad. Me parece que, por
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reforzar la importancia de este tema, entramos a normar cuestiones que no
son normables, pues constituyen más bien declaraciones, aspiraciones, que
nos deberían hacer pensar en la conveniencia de circunscribir lo más posible el
proyecto.
Respecto del primero de los objetivos específicos, la creación de un
marco regulatorio para la investigación en seres humanos, suscribo las
apreciaciones que varios señores Senadores han formulado. No cabe la menor
duda de que cuando la investigación en seres humanos afecta la dignidad de
las personas es algo que debe impedirse. En ese conflicto, ciertamente, la
dignidad del ser humano tendrá preferencia.
Pero ocurre que para hacer posible la investigación se requiere de un
amplio margen de libertad. Y normar ese tipo de actividades es
extremadamente complejo. No hay nada más cambiable que estas materias.
Hace poco más de un siglo no podía investigarse a las mujeres
embarazadas, porque si se intervenía el ser que se encontraba en el vientre
materno, podía morir. Entonces, eso no era factible de realizar. Hoy día esta
intervención es posible, se hace y con mucha facilidad. Gracias a Dios que esto
puede llevarse a cabo, porque así se salva la vida del ser humano que está por
nacer y, también, la de la madre que la está generando.
¿Cómo normamos eso? ¿Cómo lo establecemos en la ley?
Personalmente, creo que debe evitarse al máximo cualquier tipo de
regulación en la materia. Quizás, definir uno o dos conceptos mínimos, pero en
lo fundamental eludirla. Tal vez la idea central que recoge el proyecto es que
esto requiere del consentimiento de la persona. Éste ciertamente debe ser
informado, y además específico -no genérico- en cuanto a la investigación en
el ser humano o en su persona. Reitero: esta materia debe reducirse al mínimo
y, ojalá, a la nada.
Respecto de los objetivos más específicos, me parece que debe
recogerse con mayor fuerza lo relacionado con la investigación genética. Sin
embargo, surge un problema conceptual en cuanto a uno de los temas
planteados: el de la investigación en terapia génica en células germinales. De
acuerdo con la distinción que se hace entre células somáticas y germinales, se
autoriza la terapia génica en las primeras, orientada a la cura de enfermedades
y a células cuya reproducción puede mejorar la situación del paciente.
En cuanto a las segundas, el artículo 14 dispone que “La terapia que
exija modificar células germinales, requerirá la autorización de la Comisión
Nacional de Bioética.”. Hasta donde entiendo, lo relativo a las células
germinales aún no se halla definido, en el sentido de que no se sabe
exactamente el alcance que puede tener la terapia génica en ellas. Por lo
tanto, pareciera ser que en un asunto tan delicado como éste lo prudente es no
autorizar dicha terapia bajo determinadas circunstancias. Y mientras no esté
clara en otros seres, vegetales o animales, la posibilidad de llevarla adelante,
lo prudente -insisto- parece ser simplemente prohibirla, hasta conocer
exactamente los alcances que puede tener.
Respecto de la clonación, quiero expresar un solo concepto. En
realidad, lo que ésta tiene de grave y genera rechazo es en cuanto permite
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reproducir un ser idéntico al original. Eso es lo que provoca repulsa en el
ámbito de lo humano. Por lo mismo, debemos ser más precisos en el lenguaje,
pues cuando se trata de un tejido -algunos señores Senadores lo hicieron
presente- o de un órgano posible de clonar, esto puede resultar muy positivo.
Y si aceptamos los trasplantes de órganos, por qué no vamos a aceptar esto
otro, cuando aquéllos todavía presentan dificultades por el rechazo que
provoca el órgano proveniente de otro organismo. Si el órgano de que se trata
pudiera reproducirse a partir de las propias células de la persona, no
estaríamos en presencia de un trabajo de ingeniería genética que motive
rechazo; por el contrario, podría ser bienvenido. De modo que es necesario
definir bien los términos para tener claridad en cuanto a qué estamos
rechazando.
Finalmente, un comentario muy breve en cuanto a la Comisión
Nacional de Bioética. Por de pronto, desde el punto de vista constitucional, ya
se mencionó que, por tratarse de un organismo -incluso, en una parte del
informe se habla de un servicio público-, por pequeño que sea, está fuera de la
iniciativa parlamentaria en materia legislativa. Eso no está en discusión. Y
espero que, si se insiste en la idea, el Ejecutivo le dé su patrocinio.
El señor HAMILTON.- ¿Me concede una interrupción, señor Senador?
El señor LARRAÍN.- No tengo inconveniente, con la venia de la Mesa.
El señor ZALDÍVAR, don Andrés (Presidente).- Puede hacer uso de
ella, Su Señoría.
El señor HAMILTON.- Señor Presidente, con relación a la última
observación, el señor Senador tiene razón en cuanto a que esa materia
requiere del patrocinio del Ejecutivo. Pero como no estamos pronunciándonos
en particular, sino en general sobre el proyecto, no hay inconveniente en que
se vote tal cual está. Además, el Gobierno ofreció darle su respaldo, de modo
que cuando se discuta en particular ya contará con él.
Gracias, señor Senador.
El señor ZALDÍVAR, don Andrés (Presidente).- Recupera el uso de la
palabra el Honorable señor Larraín.
El señor LARRAÍN.- Con todo respeto, discrepo de la interpretación
de Su Señoría. Esta iniciativa debió declararse inadmisible por proponer la
creación de un organismo, lo que requiere patrocinio del Ejecutivo. Porque,
precisamente, al pronunciarnos acerca de la idea de legislar se estaría
aprobando su creación, lo cual no es de resorte parlamentario.
Mi interpretación es más estricta que la del Senador señor Hamilton,
y pienso que el titular de la Comisión, primero, y el señor Presidente del
Senado, después, debieron declarar inadmisible esa parte del proyecto, o
haberla excluido del debate hasta que hubiese contado con el patrocinio del
Ejecutivo, como corresponde. Reitero: cuando se trata de la idea de legislar
respecto de una iniciativa que involucra la creación de un organismo público,
eso como tal es inadmisible.
Aparte lo anterior, deseo entrar al fondo de la materia.
El señor VIERA-GALLO.- ¿Me permite hacer una aclaración, señor
Senador?
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El señor ZALDÍVAR, don Andrés (Presidente).- Con cargo al tiempo
de Su Señoría.
El señor VIERA-GALLO.- Es muy breve, y sólo para reiterar que
respecto de la Comisión de Bioética Animal, que analizó la Sala, no tenía el
patrocinio del Ejecutivo.
El señor LARRAÍN.- Eso no valida este tema. ¡Lo único que ratifica es
cierta preocupación recurrente de Su Señoría por los animales…!
Por último, deseo referirme al aspecto de fondo de la Comisión que
se pretende crear, lo cual, aparte ser inconstitucional, lo considero
inconveniente.
A mi juicio, dicho organismo, por sus objetivos, no sólo se ocupará
de los asuntos propios del proyecto, sino que, en general, de todas las
materias que conforman el ámbito de la bioética.
La norma respectiva dispone lo siguiente: “La Comisión Nacional de
Bioética fijará los criterios necesarios para armonizar la libertad de
investigación científica en el campo de la salud, con el respeto a los derechos y
libertades garantizados en la Constitución Política de la República”. Vale decir,
prácticamente todo.
Creo que un asunto de tal naturaleza no puede quedar en manos de
una repartición de esta índole. Considero más prudente -se lo pido a la
Comisión de Salud y a los autores del proyecto- trabajar en la elaboración de
normas susceptibles de aplicar, pero no en la creación de una entidad que se
haga cargo de la bioética, porque ello significaría, en parte, ocuparse de la
moral en un ámbito específico de la actividad humana, lo cual no me parece
que podamos entregárselo a ningún ente público. Las normas éticas no se
cautelan por organismos públicos; tampoco pueden sancionarse a través de
ellos y, en general, eso puede acarrear males mayores que los que se pretende
remediar. Además, la existencia de comisiones regionales a lo largo del país
generaría un caos en la aplicación de normas éticas que no deseo imaginar.
Por lo tanto, prefiero fijar los criterios normativos mínimos
necesarios en la ley y que se apliquen, pero las normas éticas deben cautelarse
por otra vía, y no mediante este mecanismo. Considero extremadamente
delicado y riesgoso hacerlo de la forma como se está propiciando, no obstante
lo bien inspirada que parezca. La integración de la Comisión refleja un criterio
bastante amplio; pero la idea misma de su existencia, aparte los reparos de su
constitucionalidad, a mí por lo menos me merece objeciones y temores.
Preferiría que se elaboraran normas específicas que definieran el marco de lo
que se puede hacer y que se apliquen, en lugar de generar una entidad a cargo
de esto que regule las conductas de los investigadores, de los hospitales, de
los médicos, en fin. Creo que es extremadamente amplio y, por lo tanto,
inconveniente.
Por último, respecto de las sanciones, obviamente una materia de
esta naturaleza no puede circunscribirse sólo a las indemnizaciones de
perjuicios. Entiendo, por las explicaciones dadas por los autores de la iniciativa
y por el Presidente de la Comisión de Salud, que esto constituye más bien una
primera aproximación, porque naturalmente hay tipos penales, y sería
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conveniente que al menos algunos de ellos quedaran incorporados en la ley en
proyecto. Pero esto no puede quedar restringido a un mero acomodo de
perjuicios. Se trata de asuntos extremadamente delicados, como la clonación,
las investigaciones del genoma humano, y pueden derivar de ello actuaciones
horrorosas que se pueden concebir. Y no podemos compensar después esos
horrores simplemente por la vía de la indemnización de perjuicios. Debemos
entrar a tipificar conductas penales, para que ellas no sólo tengan las
sanciones económicas que correspondan, sino fundamentalmente las propias
del ámbito de la sanción penal.
He dicho.
El señor ZALDÍVAR, don Andrés (Presidente).- Tiene la palabra el
Honorable señor Díez.
El señor DÍEZ.- El señor Senador que me precedió en el uso de la
palabra me ahorra gran parte de mi programada intervención.
Concuerdo absolutamente con Su Señoría en cuanto a que en la
forma como está redactado el proyecto no sólo carece de iniciativa del
Ejecutivo, sino que tiene disposiciones claramente inconstitucionales,
independientemente de su origen. En verdad, por afectar la iniciativa a las
personas y a sus derechos, debe ser la propia ley la que fije los criterios. Y es
la administración de justicia la que debe velar por que se respeten, a través de
acciones de carácter público o privado. Esto significa que en materia tan
delicada no podemos reducirnos a la competencia judicial de la indemnización
de perjuicios, sino que tenemos que calificar los delitos.
Señor Presidente, en el orden general, debo señalar que no hay
duda de que no estamos en una época de cambio, sino realmente en un
cambio de época. Si el proyecto se hubiera presentado hace algunos años
habría aparecido como esotérico, imposible de creer y digno de una novela de
ciencia ficción. Sin embargo, hoy nos encontramos ante una realidad científica
y tecnológica regida por los mismos principios básicos de la Constitución.
Nuestra Carta Fundamental es eminentemente humanista, valórica,
y que consigna con precisión los derechos de las personas, el principal de los
cuales es la vida y la integridad física y psíquica de aquéllas. La interpretación
general de éstas y de muchas otras de las disposiciones que consagran esos
derechos demuestran la preocupación de la Ley Suprema por velar por el ser
humano desde su concepción hasta la muerte. No es suficiente establecer que
para ciertos actos relacionados con la integridad de la persona basta su
voluntad, porque con esa tesis estaríamos aceptando incluso el suicidio. Las
personas no son dueñas de su vida, como no lo son de su integridad. Además
de los requisitos relativos a la libertad de las personas, la ley debe disponer las
circunstancias en que se permitirá la restricción de los principios generales
consagrados en la Constitución.
Estamos ante una materia todavía imprecisa y en plena evolución. Es
absolutamente indispensable dictar la ley en proyecto. Seguramente será el
primero de muchos otros cuerpos legales sobre el tema, dada la movilidad del
desarrollo científico y su aprovechamiento con relación a la salud o
prolongación de la vida humana.
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De manera que mis críticas están muy lejos de estar en desacuerdo
con el fondo del proyecto, la intención de sus autores y el excelente trabajo de
la Comisión, el cual nos permite visualizar el campo en que estamos
involucrados.
En mi concepto, aquí se está revelando la vastedad del problema
que tenemos entre manos, que seguramente nos exigirá una labor muchísimo
mayor, en que han de participar no sólo científicos y abogados, sino también
personas especializadas en la ética y la moral.
Si bien es cierto, la Constitución asegura la libertad de todas las
religiones, no lo es menos que ella se basa expresamente en normas ética y
morales -como toda nuestra legislación-, en el sentido de la bondad o malicia
de las acciones humanas y de la conformidad o disconformidad de aquéllas con
la naturaleza de las personas.
Por consiguiente, estamos en los inicios de un proyecto que resulta
sumamente amplio e importante y respecto de cuyas normas sabemos que
habrá que revisarlas en algún tiempo más. Tal vez sería bueno utilizar la receta
de ciertos países, expresamente Inglaterra, en el sentido de obligarnos en
algunos años a revisar el cumplimiento de la ley –establecido por ella misma-,
de manera que en este caso el avance de la ciencia no nos cree situaciones
nuevas que no previmos al dictar la legislación correspondiente.
Francamente me molesta el hecho de que proyectos de ley con gran
valor intrínseco no aparezcan respaldados por la debida tramitación
constitucional, porque el análisis de disposiciones sobre las cuales ya existe
sentencia claramente expresada por el Tribunal Constitucional, más que a los
miembros de la Comisión de la Salud, corresponde a la Secretaría de
Comisiones y a la Secretaría del Senado. El Tribunal Constitucional determinó
que la creación de los Consejos Regionales de Pesca -que también son
servicios técnicos, no remunerados, etcétera-, necesitaba de la iniciativa del
Ejecutivo, por tratarse de organismos públicos intermedios.
Por tal razón, resulta a mi juicio inconveniente en la aplicación de la
praxis de la Carta Fundamental que se nos obligue a votar en general -pues la
materia nos interesa- proyectos de ley que, en el fondo, no cumplen el
mandato constitucional y que fuerzan al Ejecutivo a dar su patrocinio ante un
problema presentado por los parlamentarios, en circunstancias de que la
intención de la Carta es que la iniciativa sobre creación de servicios públicos
corresponda al Presidente de la República.
En verdad todos estamos de acuerdo en que si el Ejecutivo no
patrocina esos artículos no formarán parte de la ley. Pero es evidente que no
sólo estamos aprobando la idea de legislar en teoría, sino en la práctica y
sobre la base de un proyecto determinado.
Ahora bien, como una muestra de nuestro respeto al Texto
Fundamental, soy partidario de que el señor Presidente del Senado solicite el
acuerdo unánime de la Sala para suprimir los Capítulos VII y VIII, relativos a la
Comisión Nacional de Bioética y sobre sanciones e indemnizaciones –que no las
tiene-, respectivamente. De esa manera, podríamos aprobar la iniciativa sin
escrúpulos constitucionales; pero, además, sabiendo que el Ejecutivo va a
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mandar la indicación correspondiente y que la Comisión tiene que establecer
un sistema penal específico, estipular conductas que sean penadas -respetando
también la idea de la Constitución de que no se aceptan delitos en blanco-, y
que la ley en proyecto deberá especificar los delitos que se van a sancionar.
Por lo tanto, si con esa intención suprimimos esos dos capítulos,…
El señor VIERA-GALLO.- ¿Me permite una interrupción, señor
Senador, con la venia de la Mesa?
El señor DÍEZ.- Con todo gusto.
El señor ZALDÍVAR, don Andrés (Presidente).- Tiene la palabra el
Honorable señor Viera-Gallo.
El señor VIERA-GALLO.- Señor Presidente, sobre el punto específico
que acaba de señalar el Senador señor Díez, quiero hacer presente que a la
Comisión se le planteó el mismo dilema en el sentido de que el proyecto sólo
tendría sentido si existiera un organismo con tuición para llevarlo a la práctica.
Por otro lado, debo señalar que no fue posible obtener en este
trámite constitucional el patrocinio del Ejecutivo, porque éste debía formular
todas las consultas del caso. Y, por eso, la Comisión decidió en forma unánime
despachar un proyecto que en teoría consideraba adecuado, ya que contenía
vicios de inconstitucionalidad también respecto de las Comisiones Regionales.
La señora Ministra de Salud dijo ayer que el Gobierno patrocinará la
norma pertinente, para lo cual enviará la indicación respectiva, que, además,
seguramente va a modificar algunas cosas que figuran en el texto.
En consecuencia, lo que el Senado votará es una idea general. Y es
muy probable que el segundo informe, a raíz de la indicación del Ejecutivo,
venga con una institucionalidad diferente, plenamente saneada desde el punto
de vista constitucional. Si no llegara esa indicación, dicho informe no podría
tener nada de institucionalidad, porque no podría tenerlo.
El señor ZALDÍVAR, don Andrés (Presidente).- Puede continuar el
Honorable señor Díez.
El señor DÍEZ.- Señor Presidente, las expresiones del Senador señor
Viera-Gallo me confirman aún más que si el Ejecutivo estuvo en conocimiento
del problema y no envió la indicación correspondiente, nosotros no estaríamos
actuando con lealtad hacia la Constitución si aprobamos algo teórico. La
aprobación general de un proyecto no es una cosa teórica: se encuentra
establecida entre los requisitos de tramitación de un proyecto en la Ley
Orgánica Constitucional del Congreso Nacional. Se trata de un procedimiento
determinado para aprobar una iniciativa legal. De manera que no puede tener
valor el razonamiento de que todos sabemos la intención y de que se trata de
un proyecto en teoría.
Por lo tanto, en conocimiento de que el Ejecutivo anunció una
indicación, insisto en que, para dejar las cosas en su lugar, se supriman del
texto, por la unanimidad del Senado, los capítulos en que se necesite la
iniciativa del Presidente de la República y los que deben precisar las conductas
constitutivas de delito, a fin de que se presente la proposición y la Comisión
trabaje en ella para el segundo informe. No veo el perjuicio que podría sufrir el
proyecto. En cambio, observo con claridad que esta Corporación afirmaría la
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tesis constitucional correcta, por lo que pido al señor Presidente hacer las
consultas del caso.
El señor ZALDÍVAR, don Andrés (Presidente).- Tiene la palabra el
Senador señor Fernández.
El señor FERNÁNDEZ.- Señor Presidente, nos hallamos ante un
articulado que contiene una idea muy loable -el que aprobaré, obviamente, por
tratarse de una discusión en general-, pero no materializada adecuadamente
en su texto. Y ello sucede, a mi juicio, porque los conceptos y principios que se
desea establecer no son propios de una ley. Tanto es así que los países
avanzados en que se realiza investigación científica cuentan con escasa
legislación al respecto, tanto por la imposibilidad de definir términos claros
cuanto porque muchas veces se puede conspirar contra el desarrollo en el
área. Y ése es el caso de líderes en dicho ámbito, como Estados Unidos, que
aplican limitaciones más bien éticas que propiamente jurídicas, con el objeto
de evitar que por esa última vía pueda restringirse en forma extrema la
investigación científica.
De acuerdo con los principios que señalo, un proyecto como el que
nos ocupa debiera consignar en forma clara y precisa las prohibiciones y los
lindes de la investigación científica, pero no condicionar el hecho mismo de
ésta a la aprobación, por ejemplo, de un organismo determinado. Aquí se
encuentra una norma que reviste bastante gravedad, en el sentido de que
“Todo proyecto de investigación científica en seres humanos que involucre
algún tipo de intervención física o síquica en el sujeto requerirá la aprobación
de la Comisión Nacional o Regional de Bioética respectiva.”. Vale decir, el
científico deberá tratar primero de convencer a una comisión, en circunstancias
de que muchas veces justamente innova o crea algo que ella no conoce, ni que
se le ha ocurrido. De manera que la primera batalla apuntará a persuadir a tal
organismo de que no se encuentra frente a un proyecto que afecta la dignidad
humana.
Nos parece que lo anterior es peligroso. Constituye una cuestión que
no sólo en el pasado remoto, sino incluso en el presente siglo conspiró en
forma importante en algunos países contra la investigación científica. Juzgo
grave que de la lectura de la ley pudiera sacarse la conclusión a que hago
referencia. El científico no se hallaría en situación de poder defender algo que
está creando, y en lo cual en ese momento expresa su talento, pero debería
convencer a muchas personas –repito- a las que no se les había ocurrido,
obviamente, una situación como la que se plantea. Por ello, es probable que lo
adecuado sea establecer un conjunto de limitaciones respecto de hechos que
indudablemente no pueden perseguirse a través de una investigación científica.
En cuanto a aspectos propios del articulado, consideramos que las
definiciones deben ser extraordinariamente cuidadosas y que el legislador
normalmente no debe consignar las de conceptos científicos, salvo que sean
aceptados de manera universal. Por ejemplo, el establecer que el genoma
humano “es la base de la unidad fundamental de todos los miembros de la
familia humana” aparentemente suena muy bien; pero, ¿cuál es esa unidad
fundamental? Entonces, se entra en especificaciones que no nos competen,
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evidentemente. No nos hallamos en situación de dejar precisados conceptos de
esa envergadura. Y es posible incurrir aquí, por lo tanto, en equívocos muy
graves y serios.
Ahora bien, el artículo 1º dispone: “La presente ley tiene por
finalidad proteger la vida, la integridad física y síquica de las personas, así
como su dignidad e identidad genética, con respecto a la investigación
científica y sus aplicaciones y al ejercicio de la medicina.”. Cada uno de esos
puntos admite una grave e importante discusión. Desde luego, si bien es cierto
que la normativa en debate apunta a proteger la vida, un conjunto de cuerpos
legales persiguen ya ese objetivo y el de resguardar la integridad física de las
personas, como es el caso de todos los códigos -el Penal, por ejemplo- y de la
Constitución. Consideraciones de esa índole llevan a pensar que puede resultar
muy difícil, diría, una aplicación efectiva del proyecto.
Asimismo, se dice que “Se prohíbe toda forma de discriminación
basada en el patrimonio genético de las personas.”. Cabe recordar que la Carta
Fundamental elimina la discriminación en todos los aspectos, no sólo en
relación con el patrimonio genético, pues tampoco procede por razones de
sexo, raza, color, religión, etcétera. Por ende, no es patrimonio de una ley la
consagración de ese tipo de normas.
Y podría seguir señalando diversos preceptos que, en mi opinión, no
conviene que contenga una iniciativa de esta naturaleza, como el que expresa
que “la libertad para llevar a cabo actividades de investigación científica tiene
como límite el respeto a los derechos y libertades reconocidos por la
Constitución”. Ello es obvio. No necesita hallarse consagrado en una ley de
esta índole.
Concuerdo, también, con lo señalado aquí en cuanto a que al
investigador no se le pueden fijar exigencias o deberes especiales. Creo que es
algo inadecuado.
Estimando loable la idea de legislar, porque el tema así lo amerita –
la comparto y la votaré a favor por tratarse del primer informe-, me parece
que en el segundo informe debiera corregirse la técnica jurídica empleada para
materializarla. El proyecto debiera limitarse a puntualizar el conjunto de actos
que en nuestro concepto no se pueden realizar hoy -ello será muy precario,
obviamente, frente al avance vertiginoso de la ciencia- y las prohibiciones a la
investigación científica en esos campos. Pero ir más allá resulta
extraordinariamente peligroso. Podríamos encontrarnos con una ley que coarta
la investigación científica, por un lado, y que, por el otro, quede
completamente obsoleta en muy poco tiempo como consecuencia,
precisamente, del avance en dicho ámbito. Si bien es cierto que una
determinada actividad podría no llevarse a cabo en Chile de acuerdo con una
resolución de la Comisión de Bioética, sería posible realizarla en otra parte del
mundo. El país no puede pretender, entonces, la exclusividad para decir: “Esto
se investiga y esto no se investiga”, con prescindencia de lo que ocurre en el
resto del mundo.
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Todas esas ideas debieran ser tenidas en cuenta en el estudio del
segundo informe, para poder concluir en un articulado con los principios que se
convenga como básicos en una investigación científica, y no más allá.
Votaré a favor, señor Presidente, en la esperanza de que en esa
etapa se introduzcan las correcciones que he expuesto.
El señor ZALDÍVAR, don Andrés (Presidente).- Tiene la palabra el
Senador señor Valdés.
El señor VALDÉS.- Señor Presidente, seré muy breve, porque los
Honorables señores Moreno, Larraín y Fernández han reflejado mi criterio
sobre un proyecto que admiro, en su intención y en el trabajo que ha
demandado, y que nos ha hecho reflexionar sobre un tema de muy
apasionante actualidad, el cual honra al Senado en cuanto al desarrollo de la
discusión.
Pero también tengo aprensiones -sin perjuicio de que me
pronunciaré a favor-, porque se trata de legislar sobre un asunto
extremadamente delicado.
Pienso que en Chile a veces se acostumbra solucionar los problemas
mediante la dictación de leyes. Está bien que la ley tenga un valor normativo,
pedagógico, y en definitiva también penal; pero estamos en un mundo que en
lo físico se abre hacia la dimensión externa, sin limitación posible porque esto
obedece a la inteligencia humana, que se ha desarrollado en forma admirable:
y también somos testigos de un avance científico de tal naturaleza en lo
biológico, que hoy día existen más biólogos que todos los que han pasado por
la historia de la humanidad. Presenciamos fenómenos extraordinariamente
importantes, interesantes y creativos, que son resultado de la libertad
creadora del hombre. Sobre todo en el campo científico, estos fenómenos son
acumulativos; es decir, se van generando unos detrás de otros.
No creo que los chilenos lleguemos a aceptar que otros tengan el
derecho a la investigación mientras nosotros debamos someternos a ciertas
disposiciones que impidan nuestra libre creación.
A mi juicio, resulta extremadamente difícil crear normas destinadas
a encajar la investigación científica. Estoy de acuerdo con el propósito del
proyecto, y con que deban fijarse algunos parámetros -como se ha dicho acáy ciertos límites que tocan la vida en sí del ser humano (No me referiré a los
animales porque voy a desatar la molestia del Senador señor Viera-Gallo; pero
son sus preocupaciones, las que no comparto, y no quiero abordarlas por
cuanto Su Señoría ataca después con cierta saña).
Señor Presidente, lo que iba a decir es que siempre se ha tratado de
censurar este proceso de la ciencia, por una u otra razón. No vale la pena
recordar lo que sucedió a Galileo... y todavía se dice “Eppur si muove”. Pero
así fue. Recuerdo que cuando el doctor Kaplán comenzó sus notables
experiencias de trasplantes de corazón fue severamente censurado, porque se
suponía que el corazón era una parte vital y única del ser humano, y que al
trasplantarlo estaba cometiendo el sacrilegio de introducir un órgano ajeno en
un cuerpo, cambiándole su razón de ser. Más grave aún era el hecho de que se
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tratara del corazón, considerado -y todavía hoy se piensa así- como el centro
del amor y de los sentimientos.
Vamos avanzando en este cuadro, y por ello tengo mucho temor de
que se legisle en términos demasiado estrictos, pues no hay nada peor que
una ley que no puede cumplirse, o que es sobrepasada por la realidad. No creo
que haya algún científico que acepte que su investigación sea sometida a la
opinión de un consejo, porque si éste no la autoriza se va a abrir la posibilidad
de un recurso de protección. Y al final serán las Cortes de Apelaciones las que
deban resolver si se está violando un derecho de investigación. Así ocurre
permanentemente con los problemas medio ambientales que, por mal
definidos, terminan siendo resueltos, tarde y no siempre bien, por los
tribunales.
Por eso, francamente coincido con el Senador señor Moreno, y no
creo en la necesidad de un consejo o de un conjunto de personas que estará
controlando la actividad científica. Confío mucho más en crear el hecho ético
fundamental alrededor del cual se puede abrir una investigación sin que haya
limitaciones.
Votaré favorablemente el proyecto, pero con cautela respecto de la
forma en que el texto se está insinuando.
El señor ZALDÍVAR, don Andrés (Presidente).- Tiene la palabra el
Honorable señor Martínez.
El señor MARTÍNEZ.- Señor Presidente, sin duda, la iniciativa está
inspirada en un avance extraordinario de la ciencia y en las necesidades de las
personas. Pero, tratándose de asuntos concernientes al bien común de la
nación, debieron haberse tomado de inmediato en forma muy diligente e
integrada por parte del Poder Ejecutivo en conjunto con el Congreso,
específicamente con el Senado. No podría imaginarme una acción separada
entre estos Poderes en un asunto fundamental.
Al parecer en este caso no se ha producido una reacción o toma de
conciencia del Ejecutivo para hacerse parte de este sistema que afectará -lo
cual ya está ocurriendo- de una u otra manera a toda la nación. En esto hay
que reconocer que el Senado se ha adelantado y ha mostrado una visión
anticipada y positiva.
En segundo lugar, de la lectura del texto se desprende que la
bioética, como concepto, ya no podría contenerse en una ley de rango orgánico
constitucional como la que estamos estudiando, sino que sencillamente habría
que situarla como un acápite de la Carta Fundamental. Si la filosofía
constitucional, expresada claramente por el Senador señor Díez, es la que está
armando todos los conceptos que conforman el cuerpo legal, evidentemente la
bioética debe tratarse como tal. No basta que el artículo 19, número 1º, de la
Carta asegure a todos el “derecho a la vida y a la integridad física y psíquica de
la persona”, sino que es necesario agregar en esa norma el concepto de la
bioética, porque estamos a ese nivel.
En cuanto a la Comisión Nacional de Bioética, los señores Senadores
que me precedieron en el uso de la palabra han abordado el asunto con mayor
propiedad. Sin embargo, deseo formular algunos planteamientos.
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¿Será la Corte de Apelaciones la que deberá hacerse cargo de los
recursos cuando un científico solicite llevar a cabo un proceso investigativo y la
Comisión Nacional de Bioética, de acuerdo con el texto de la norma pertinente,
le diga que no? ¿A quién va a recurrir esa persona? Si se quiere avanzar en
esta idea tiene que haber un procedimiento de apelación ante las resoluciones
adoptadas por ese organismo.
Por otra parte, me parece que con el Capítulo relativo a dicha
Comisión se está invadiendo con el Derecho público el campo del Derecho
privado.
Es evidente que la creación de un servicio público, como lo indica el
comentario que aparece en el informe, no es una facultad del Senado, sino que
sólo corresponde al Ejecutivo. La potestad que se entrega al servicio público,
entre otras cosas lo introduce de lleno en el ámbito moral y jurídico. Cabe
preguntarse, si la comisión va a ser remunerada, ¿quién justificará las horas
de estudio, los documentos, etcétera? Estos aspectos no figuran en la norma.
Por eso, la idea de sacarlos del texto aparece como la mejor
solución, sobre todo por el hecho de que se vulneran -como lo expresó el
Honorable señor Díez- normas constitucionales, argumento con el que estoy
absolutamente de acuerdo.
Por último, en las ideas en juego -sin duda, son muy positivas- no
debería romperse el debido equilibrio entre el progreso científico y el respeto a
la condición humana. A mi juicio, ésta es la clave.
Por eso me permito considerar que todo este entramado de normas
tendría que concentrarse en una modificación constitucional, para establecer,
conforme a la jerarquía de las leyes, todos los procedimientos que vienen a
continuación. En tanto, el concepto de la bioética expresado en términos
constitucionales debería incorporarse en alguno de los incisos del artículo 19 de
la Constitución. Hay varios donde puede contemplarse.
Mi voluntad es la de apoyar la idea de legislar. Lamento que el
Ejecutivo no haya reaccionado inmediatamente participando en forma muy
activa sobre el particular.
Ahora bien, sugiero que al redactarse el segundo informe, se estudie
la conveniencia de introducir simultáneamente una modificación a la
Constitución para establecer el concepto de bioética, a fin de derivar en
jerarquía las leyes correspondientes.
Muchas gracias.
El señor ZALDÍVAR, don Andrés (Presidente).- Tiene la palabra el
Honorable señor Cantero.
El señor CANTERO.- Señor Presidente,
varios de los señores
Senadores que me antecedieron en el uso de la palabra han interpretado
fielmente mi pensamiento, de manera que exposición será bastante breve.
Estamos frente a una época de profundos cambios, los cuales por su
alcance, proyección y trascendencia, más que cambios en una época parecen
constituir un cambio de época, es decir, algo que va más allá y que reviste
excepcional importancia.
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En efecto, los pensadores contemporáneos señalan que la revolución
provocada por el hombre al desarrollar su conocimiento se refleja, primero, en
la intervención que realiza en el cosmos, con todos los alcances, el despliegue
y las repercusiones que traerá en el futuro; segundo, en la intervención en el
átomo, con todo lo que ello ha significado para el desarrollo y la felicidad del
hombre, para mostrar la pequeñez y también el dolor de la humanidad; y
tercero, en la intervención en el genoma humano.
Esos tres elementos revolucionarios parecen ser el signo que
caracteriza el cambio de época, que tendrá grandes implicancias y provocará
una transformación efectiva en la concepción, en la actuación y en las
consecuencias de la vida del ser humano.
Cabe reflexionar acerca de la concepción religiosa del hombre. Tal
vez en esos elementos empieza a expresarse la divinidad de la cual nos hablan
los teólogos. Ese hombre, hecho a imagen y semejanza de Dios, empieza a
expresar su divinidad en actos de esta naturaleza. Porque al tomar el
conocimiento del árbol de la ciencia, al desarrollar su libre albedrío, tiene la
opción de actuar en esta línea y de elegir entre el bien y el mal, entre la
benevolencia y la maledicencia. Pero ese libre albedrío lo usa a veces
inconscientemente, como fue el caso, por ejemplo, de la intervención
revolucionaria en el átomo, que terminó dando origen a una bomba atómica,
que ha tenido tantas repercusiones y seguirá generando cambios genéticos en
los seres vivos del planeta.
Por lo tanto, para mí el asunto no es menor, sino de gran
importancia y trascendencia. Estamos interviniendo en la semilla de la vida; en
ese soplo divino que da como fruto un ser. El hombre -repito-, enfrenta
grandes desafíos en el uso de sus dones y conocimientos.
Otra característica del cambio de época que se visualiza tiene que
ver con cuestiones de gran relevancia: por un lado, con la revolución científica
y tecnológica, la expansión del conocimiento del ser humano, la multiplicidad
de la información a que se tiene acceso; y, por otro, producto de esa
revolución, con sistemas y medios de difusión que se hacen día a día más
expeditos, más asequibles y que se multiplican con una proyección
exponencial, situándonos en un mundo de grandes desafíos.
La clonación de mamíferos nos abrió los ojos. Hoy estamos frente a
la manipulación de la genética y sus eventuales usos en diversas aplicaciones
que pueden hacerse en el ser humano; en ese hombre al que entendemos
como un ente racional, dotado de espíritu trascendente, que tiene dignidad
intrínseca y que -¡claro!- provoca grandes inquietudes al buscar, por ejemplo,
romper su individualidad al generar varios clones de sí mismo.
Existen desafíos éticos y morales de extraordinaria relevancia, que
deben llamar a toda la humanidad a una reflexión abierta. Sin embargo, tal
reflexión no puede atropellar ni invadir el derecho a la investigación científica,
es decir, el derecho del ser humano al libre albedrío para desarrollar su
conocimiento; el derecho de ese hombre, hecho a imagen y semejanza de
Dios, a crecer y aproximarse a la divinidad.
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DISCUSIÓN EN SALA
La libertad del hombre en el ámbito de la sociedad moderna precisa
de marcos referenciales. Éstos, a mi juicio, deben ser de dos tipos: en primer
término, de carácter general indicativo, que incluso puede contemplarse en el
Derecho positivo.
Al respecto, recojo otro elemento que caracteriza al mundo global: la
globalización no sólo es la apertura a los mercados, sino también una
imposición de normas comunes acordadas y establecidas por los distintos
países. En ese sentido, la Declaración Universal sobre Genoma Humano de la
UNESCO es un documento interesante que vale la pena asimilar, tener en
cuenta y considerar la posibilidad de participar en él en forma clara y decidida.
No obstante, repito, pienso que esas limitaciones en el ámbito del
Derecho positivo deben ser sólo de carácter indicativo.
En segundo lugar, para un control efectivo debe darse autonomía e
imperio a los pares. Por ejemplo, si se trata de una investigación en el ámbito
de la medicina, habrán de ser los pares habilitados en las ciencias médicas
quienes se pronuncien. Y en las investigaciones en otro ámbito, serán los pares
involucrados en éste los que deberán actuar. Pero en ningún caso me parece
razonable atentar contra la libertad, esencia de la dignidad del ser humano
para desarrollar el conocimiento, que en definitiva es la expresión de su
humanidad.
Todavía hay demasiados misterios por ser decodificados. Lo concreto
es que la intervención del hombre en tres ámbitos tan fundamentales como el
cosmos, el átomo y el genoma, pareciera marcar una época de grandes
desafíos que todos los seres humanos, y particularmente los legisladores,
debemos enfrentar con la mayor responsabilidad, interés y profundidad.
Por eso, estimo que el proyecto en debate, pese a todos los errores
o vicios que sus diversas normas puedan tener, es altamente oportuno y
contribuiré a aprobarlo en general. Estaré atento al segundo informe y
participaré entusiastamente en su discusión particular.
He dicho.
El señor ZALDÍVAR, don Andrés (Presidente).- El último orador
inscrito es el Honorable señor Novoa. Luego se procederá a votar.
Tiene la palabra, Su Señoría.
El señor NOVOA.- Señor Presidente, es evidente que el proyecto
tiene propósitos muy loables: proteger la dignidad de la persona frente a
investigaciones científicas que se realizan en seres humanos; resguardar los
datos genéticos, o sea, mantener su privacidad; prohibir algunas conductas.
Lo anterior ciertamente justifica la dictación de una ley. Pero al
mismo tiempo exige que ella se refiera a materias propiamente legales y no
incursione en otras áreas que excedan tal dominio, o al menos el de nuestro
país. Por ejemplo, el artículo 16 (establece que el conocimiento del genoma
humano es patrimonio común de la humanidad) es más bien -como se señaló
aquí- una norma propia del Derecho Internacional. No procede que esté en la
ley en proyecto.
Hago referencia a este punto, no tanto por una cuestión de técnica
legislativa, sino porque considero fundamental que la legislación chilena en
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estas materias vaya de la mano con lo que está pasando en el derecho
internacional. No quisiera que fuéramos más restrictivos, por ejemplo, en el
sentido de que conocimientos obtenidos en nuestro país constituyeran
patrimonio de la humanidad y no tuvieran igual carácter en otras naciones.
En este ámbito se observa gran actividad empresarial. Ayer,
precisamente, en la sección económica de “The New York Times” se publicó un
artículo sobre las empresas dedicadas a la investigación del tema en comento.
Y cuando uno lee al respecto se encuentra con datos impresionantes, como los
atinentes a los recursos que ellas destinan al efecto.
En tal sentido, lo único que pido es no autolimitarnos en nuestras
posibilidades de desarrollo.
A mi juicio, tampoco son de dominio legal las materias propiamente
éticas. Por ello, la creación de la Comisión Nacional de Bioética presenta dudas,
no sólo respecto de la constitucionalidad, sino también en cuanto a la
conveniencia de establecer una especie de patrón o fiscal ético en este campo.
Finalmente, a las aprensiones ya manifestadas, quiero sumar mi
preocupación por que el loable propósito de proteger los derechos de las
personas pudiere significar incluir en la ley ciertas rigideces que afecten la
libertad para investigar; me inquieta que se fijen parámetros que, por ser
legales, planteen rigideces en una materia cuyos avances son sorprendentes y
se van produciendo día a día.
En todo caso, el debate me ha parecido muy interesante.
Anuncio mi voto favorable a la idea de legislar, haciendo notar que
en la discusión particular deberemos tratar de solucionar las inquietudes y
aprensiones expresadas durante el análisis general del proyecto.
Gracias, señor Presidente.
El señor ZALDÍVAR, don Andrés (Presidente).- Quiero solicitar la
venia de la Sala para hacer desde la testera, en mi calidad de coautor de la
moción, breves reflexiones y precisiones acerca de la iniciativa en estudio.
En primer lugar, considero pertinente felicitar, no sólo a los autores
de la iniciativa, sino también a la Comisión de Salud y al Senado mismo, por el
debate que se ha desarrollado sobre una materia que, indiscutiblemente,
reviste enorme importancia.
Quiero recordar que cuando presentamos la moción aún no se había
comunicado el descubrimiento del genoma humano. Ella obedeció al anuncio
de la clonación de un animal, lo que hizo visualizar la posibilidad de que
también se llegara a la clonación humana. Y, en tal sentido, las intervenciones
de los profesores y científicos que asistieron a la Comisión de Salud
enriquecieron nuestros conocimientos.
En segundo término, deseo hacer resaltar que el primer informe es
una aproximación al tema. Ahora viene el gran desafío de estructurar un texto
que recoja todas las observaciones formuladas aquí por diversos señores
Senadores, más las que podamos efectuar en el próximo tiempo a la luz de la
asesoría que nos brinden quienes conocen estos asuntos con mayor
profundidad.
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No estoy de acuerdo con un señor Senador que sostuvo que no era
necesario legislar sobre esta materia. En mi concepto, resulta indispensable
hacerlo, para establecer el marco dentro del cual podrán desarrollarse las
actividades pertinentes. Coincido en que la ley no fija la ética o la moral, pero
sí entrega regulaciones destinadas a evitar infracciones a una u otra. A mi
entender, ése es precisamente el objetivo que persigue este proyecto.
Nadie pretende limitar la investigación. Al contrario, se trata de
promoverla, pero evitando que vaya más allá del fin que debe tener siempre
en vista, cual es el beneficio de la humanidad.
Ahora, quiero llamar la atención de los señores Senadores en el
sentido de que sería bueno que nuestra Cancillería –se lo hice ver al Presidente
de la Comisión de Relaciones Exteriores- abordara el tema de la Declaración de
la UNESCO, de 1997. No concuerdo con el planteamiento del Presidente de la
Comisión en cuanto a que aquélla podría considerarse un tratado o un acuerdo
o convenio internacional. Fue una declaración. Sí es factible que en
determinado momento, sobre todo por la trascendencia que está teniendo en
el mundo el tema que hoy nos ocupa, fuera discutida a nivel de los organismos
internacionales -como las Naciones Unidas- y de declaración –bastante
completa, por lo demás, en cuanto a que interpreta muy bien lo que uno
piensa y cree- se transformara en un tratado ratificado por los diversos países
del orbe y que obligara por igual a todos ellos en lo referente a la investigación
científica en seres humanos y a la clonación.
De otro lado, me parece que las cuestiones de constitucionalidad –al
respecto escuchamos las argumentaciones de los Honorables señores Larraín,
Díez y otros señores Senadores- deben ser salvadas.
Efectivamente, la Comisión de Bioética que se insinuaba en el
proyecto original tenía el carácter de organismo asesor, de manera que no
presentaba el elemento de inconstitucionalidad que adquirió después, a
propósito del primer informe de la Comisión de Salud.
Ahora bien, como en mi condición de Presidente del Senado debo
resguardar la constitucionalidad de la iniciativa, voy a proponer la aplicación
del artículo 30 de la Ley Orgánica Constitucional del Congreso Nacional, que
permite votar por separado normas para cuya aprobación se requieren
diferentes quórum.
En tal virtud, planteo apartar el artículo 17 y los Capítulos VII y VIII
y pronunciarnos sólo sobre el resto del proyecto, el cual, de este modo,
quedaría conformado por los artículos 1º al 21, exceptuado por supuesto el 17.
Ello no inhibiría a la Comisión de analizar las demás disposiciones en la
discusión particular, siempre que contaran con el patrocinio del Ejecutivo.
El señor DÍEZ.- ¿No sería más claro, señor Presidente, para evitar
dudas y sacar adelante el proyecto, solicitar el acuerdo de la Sala sobre los
Capítulos VII y VIII y votar las normas respecto de las cuales tenemos
conciencia de que son constitucionales?
El señor ZALDÍVAR, don Andrés (Presidente).- De eso se trata, señor
Senador.
El señor DÍEZ.- Y así no rompemos ningún precedente.
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El señor ZALDÍVAR, don Andrés (Presidente).- Eso es posible si hay
pronunciamiento unánime de la Sala acerca de los Capítulos VII y VIII y del
artículo 17. Si existiera consenso, yo no tendría inconveniente.
El señor VIERA-GALLO.- ¿Me permite una observación, señor
Presidente?
El señor ZALDÍVAR, don Andrés (Presidente).- Sí, señor Senador.
El señor VIERA-GALLO.- Quiero dejar en claro ante Sus Señorías lo
siguiente.
Es posible hacer lo que se está planteando. Pero si no se logra la
iniciativa del Ejecutivo para la creación de una institucionalidad sobre la
materia en comento, por muy leve o poco burocrática que sea, en la práctica el
proyecto carecerá de todo significado y sentido.
Así ocurre en casi todos los países. Y por eso resulta importante,
incluso para la propia Ministra de Salud, que haya, no digo cierta presión –
entre comillas-, pero sí cierta señal del Senado en cuanto a que debe existir
dicha institucionalidad.
El señor ZALDÍVAR, don Andrés (Presidente).- Concuerdo con Su
Señoría en que, sin un marco regulatorio o de control ético, la ley en proyecto
sería casi inaplicable. Sin embargo, escuché a la señora Ministra manifestar el
interés del Ejecutivo en hacer un planteamiento sobre el tema y tomar la
iniciativa. Entonces, no me asalta su duda, señor Senador.
Por lo mismo, no creo que haya problema para aprobar el camino
sugerido.
El señor BOMBAL.- ¿Me permite, señor Presidente?
El señor ZALDÍVAR, don Andrés (Presidente).- En seguida, Su
Señoría.
Acogiendo, pues, una sugerencia de los Honorables señores Larraín y
Díez, la Mesa quiere plantear el retiro del artículo 17 y de los Capítulos VII y
VIII.
¿Habría unanimidad para proceder en ese sentido?
El señor RUIZ-ESQUIDE.- No, señor Presidente.
El señor BITAR.- No.
El señor BOMBAL.- Antes que eso, pido la palabra.
El señor ZALDÍVAR, don Andrés (Presidente).- La tiene, señor
Senador.
El señor BOMBAL.- Señor Presidente, se está dando al proyecto una
tramitación un tanto accidentada. Incluso, se ha llegado a señalar que la
Secretaría no advirtió en su minuto –la verdad es que sí se advirtió desde el
primer momento- el problema que había.
Lo que queremos evitar es que, con cargo a la nueva excepción que
se está solicitando, el proyecto quede en una especie de estatuto extraño para
lo que resta de su tramitación.
Entonces, como el debate se encuentra agotado, ¿no sería mejor,
señor Presidente –y se lo sugiero-, postergar la votación hasta el instante en
que el Ejecutivo nos haga llegar su patrocinio?
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DISCUSIÓN EN SALA
Creo que ése puede ser un camino. Sé que a los autores del
proyecto no les acomoda. Pero ocurre lo siguiente: temo que, de tanto generar
excepciones, estemos creando una situación extraña para el proyecto, en
circunstancias de que el Ejecutivo nos señaló ayer su intención de
pronunciarse. Ocurrido esto último, no cabría más que votar sin debate la idea
de legislar y entrar en seguida a la discusión particular.
Ése puede ser un camino más razonable, señor Presidente, que
quedar con situaciones como la de si se retiran o no partes del articulado.
Porque me preocupa que, si se concretan los retiros y no se materializan las
indicaciones en los términos que esperamos, el proyecto se transforme en
nada.
El señor ZALDÍVAR, don Andrés (Presidente).- Señores Senadores,
como visualizo que se está abriendo un debate que puede ser interminable,
voy a aplicar el artículo 30 de la Ley Orgánica Constitucional del Congreso
Nacional, que posibilita votar por separado.
El señor DÍEZ.- ¿Me permite, señor Presidente?
El señor MARTÍNEZ.- Pido la palabra.
El señor BITAR.- Pido la palabra.
El señor RUIZ-ESQUIDE.- Pido la palabra por treinta segundos.
El señor ZALDÍVAR, don Andrés (Presidente).- Tiene la palabra el
Honorable señor Díez.
El señor DÍEZ.- Señor Presidente, lo que pretendo con mi insinuación
es que quede en claro que el proyecto tiene la aceptación unánime del Senado
en cuanto a la idea de legislar y que terminen las reticencias lógicas de quienes
observamos las inconstitucionalidades. Si esto queda palmario, no veo
inconveniente en suprimir los capítulos y el artículo individualizados.
Ahora, pienso que la solución propuesta por el Honorable señor
Bombal es buena en teoría, pero mala en la práctica. Porque la manera de
apurar al Ejecutivo es que empiece el estudio particular del proyecto en la
Comisión y los representantes gubernativos asistan y presenten sus
indicaciones. Si la iniciativa del primer informe queda pendiente en la
Secretaría del Senado a la espera de las indicaciones, es evidente que la
dinámica del proyecto bajará enormemente.
El señor ZALDÍVAR, don Andrés (Presidente).- Tiene la palabra el
Honorable señor Martínez.
El señor MARTÍNEZ.- Señor Presidente, junto con la eliminación de
los Capítulos VII y VIII, usted ha propuesto suprimir el artículo 17. Yo también
sugiero incluir el artículo 14, que expresa: "La terapia que exija modificar
células germinales, requerirá la autorización de la Comisión Nacional de
Bioética.".
El señor ZALDÍVAR, don Andrés (Presidente).- Tiene la palabra el
Honorable señor Bitar.
El señor BITAR.- Señor Presidente, creo que un buen procedimiento
para aprobar o rechazar la iniciativa es, simplemente, respetar el camino
sugerido por sus autores. Nosotros no podemos estar condicionando cada paso
Historia de la Ley Nº 20.120
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DISCUSIÓN EN SALA
que damos al envío de las indicaciones del Ejecutivo; de lo contrario, nos
estaríamos autolimitando.
En mi opinión, se está dando un paso en una materia muy
trascendental. Hay un conjunto de apreciaciones justas o no tan justas de
diversos señores Senadores, las que deberán ser examinadas durante la
discusión particular. De manera que más adelante habrá tiempo para analizar
lo de la Comisión Nacional de Bioética, que es el punto que provoca mayor
preocupación. Y existe voluntad para hacerlo.
Por lo tanto, confiando en el criterio de cada uno de nosotros, pienso
que lo lógico es que votemos el proyecto en general y luego procedamos a su
corrección y mejoramiento en el segundo informe, lo cual está en el ánimo de
todos los señores Senadores.
En tal sentido, no soy partidario de la separación de la votación
sugerida por el señor Presidente, salvo que quiera ejercer la atribución
contenida en el artículo 30 de la Ley Orgánica Constitucional del Congreso
Nacional (no tengo ésta a mano). Considero mejor votar en general el proyecto
e ir a una discusión más detallada y clara. Y el Ejecutivo, frente a esa
situación, se sentirá empujado a participar y a enviar las indicaciones del caso.
El señor ZALDÍVAR, don Andrés (Presidente).- Señor Senador...
El señor BITAR.- Pero dejar la votación pendiente o dividirla me
parece innecesario e inconveniente.
El señor ZALDÍVAR, don Andrés (Presidente).- ¿Me permite, señor
Senador?
El señor BITAR.- Con mucho gusto.
El señor ZALDÍVAR, don Andrés (Presidente).- El problema radica en
que su proposición me obligaría a declarar inconstitucional el proyecto, porque
un capítulo entero es claramente inconstitucional.
El señor BITAR.- El Capítulo VII, que crea la Comisión Nacional de
Bioética.
El señor ZALDÍVAR, don Andrés (Presidente).- Exactamente. Y
también los artículos 14 y 17.
Ello, entonces, me obligaría a emitir un pronunciamiento de
constitucionalidad, lo cual ya ha sido planteado por dos señores Senadores.
Insisto: pienso que la manera de salvar el proyecto –y se obtiene el
mismo resultado- es votarlo en general, en el entendido de que se dan por
rechazados los artículos 14 y 17 y los Capítulos VII y VIII, que en el segundo
informe serán repuestos mediante indicaciones patrocinadas por el Ejecutivo.
El señor BITAR.- Si a usted, señor Presidente, que es uno de los
autores de la iniciativa,…
El señor BOMBAL.- Hagámoslo así.
El señor BITAR.-...le parece que ése es el camino adecuado...
El señor ZALDÍVAR, don Andrés (Presidente).- Y considero que es la
mejor manera de despachar el proyecto.
El
señor
BITAR.…para
salvar
los
eventuales
reparos
constitucionales de las normas señaladas, no tengo inconveniente. Pero creo
que debemos aprobar ahora la iniciativa y no dejarla pendiente.
Historia de la Ley Nº 20.120
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DISCUSIÓN EN SALA
El señor LARRAÍN.- Le ruego que votemos como usted lo solicita,
señor Presidente, porque de lo contrario sentaremos un muy mal precedente
en la historia constitucional del Senado.
El señor ZALDÍVAR, don Andrés (Presidente).- Tiene la palabra el
Honorable señor Ruiz-Esquide.
El señor RUIZ-ESQUIDE.- Señor Presidente, recojo las objeciones de
constitucionalidad formuladas por algunos señores Senadores, porque son
razonables. Así que me parece bien lo manifestado por la Mesa.
No obstante, quiero proponer que aprobemos el proyecto en los
términos sugeridos por el señor Presidente, pero sobre la base –se desprende
de los discursos que hemos oído- de que existe el ánimo de legislar acerca de
lo que se plantea separar. O sea, que no quede la sensación de que el no votar
sobre la Comisión Nacional de Bioética y otros artículos significa en la práctica
un rechazo del Senado.
Si ello no es así y se sobreentiende que las normas pertinentes
deben contenerse en la iniciativa, por supuesto con el patrocinio del Ejecutivo,
no tengo inconveniente en que procedamos como lo planteó el señor
Presidente. Pero que no se deduzca lo contrario, porque entonces habrá
conflicto con el proyecto. Y como así ha sido a lo largo del debate, basta con
que lo mencionemos de la manera expuesta.
El señor ZALDÍVAR, don Andrés (Presidente).- Indiscutiblemente, es
así. Y tengo plena confianza, pues la señora Ministra de Salud sostuvo que iba
a tomar iniciativa en la materia. De lo contrario, me vería obligado a dividir el
proyecto entre lo constitucional y lo inconstitucional...
El señor RUIZ-ESQUIDE.- Eso sería mucho peor.
Estoy de acuerdo, señor Presidente.
El señor ZALDÍVAR, don Andrés (Presidente).- Por lo tanto, propongo
al Senado...
El señor MORENO.- Pido la palabra para una breve acotación.
El señor ZALDÍVAR, don Andrés (Presidente).- La tiene, Su Señoría.
El señor MORENO.- Apoyo lo que usted ha dicho, señor Presidente,
pero sugiero que la Comisión recoja lo que aquí se ha expresado respecto de
los artículos pertinentes y trabaje sobre la base de que posteriormente serán
patrocinados por el Ejecutivo. Ello, para que no debamos repetir aquí los
mismos argumentos expuestos hoy día acerca de los puntos en cuestión.
El señor ZALDÍVAR, don Andrés (Presidente).- ¿Habría acuerdo para
dar por aprobado en general el proyecto, entendiendo rechazadas todas las
disposiciones vinculadas con la Comisión Nacional de Bioética y sobre la base
de que el Gobierno les dará el patrocinio constitucional requerido?
Según me informa la Secretaría, retiradas las normas en comento,
no se requiere quórum especial.
En consecuencia, el proyecto quedaría aprobado en general por la
unanimidad de la Sala.
--Así se acuerda.
Historia de la Ley Nº 20.120
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DISCUSIÓN EN SALA
El señor ZALDÍVAR, don Andrés (Presidente).- En cuanto al plazo
para presentar indicaciones, me insinúan el Presidente de la Comisión y sus
miembros que debe ser más o menos largo.
Yo propongo 60 días, sin perjuicio de renovarlo, de acuerdo con la
solicitud que formule oportunamente ese propio organismo.
¿Habría acuerdo?
El señor VIERA-GALLO.- Señor Presidente, creo que lo que no se
hace en 10 o en 30 días no se hace en 60.
El señor ZALDÍVAR, don Andrés (Presidente).- Es el plazo que me
pidieron el Presidente de la Comisión...
El señor VIERA-GALLO.- Lo lógico sería un mes. Además, la Comisión
ya escuchó a todos los científicos.
El señor BITAR.- ¡Salvo que el Presidente de la Comisión sepa que
en 60 días los avances de la investigación sobre el genoma humano van a ser
fundamentales...!
El señor ZALDÍVAR, don Andrés (Presidente).- La Sala, en tal
sentido, es autónoma para fijar plazos.
El señor RUIZ-ESQUIDE.- ¡Ya que se han sugerido 60 y 30 días,
transemos una vez más: quedemos en 45 días, que es un término razonable...!
El señor ZALDÍVAR, don Andrés (Presidente).- Quiero hacer ver a los
señores Senadores que es intrascendente una cosa u otra. Porque si el plazo
es de 45 días, cae dentro del período comprendido entre el 17 de septiembre y
el 1º de octubre, en que no habrá sesiones.
Por lo tanto, propongo fijar el 2 de octubre, a las 12.
--Así se acuerda.
Historia de la Ley Nº 20.120
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BOLETÍN DE INDICACIONES
1.5. Boletín de Indicaciones.
Senado. Fecha 19 de octubre, 2000. Indicaciones del Ejecutivo y del
Legislativo.
BOLETIN N° 1993-11 (I)
INDICACIONES FORMULADAS DURANTE LA DISCUSION GENERAL DEL
PROYECTO DE LEY SOBRE LA INVESTIGACION CIENTIFICA EN EL SER
HUMANO, SU GENOMA, Y QUE PROHIBE LA CLONACION HUMANA.
CAPITULO I. Disposiciones Generales.
1.-
Del H. Senador señor Bombal, para suprimirlo.
ARTICULO 1°
2.-
Del H. Senador señor Bombal, para suprimirlo.
ARTICULO 2°
3.-
Del H. Senador señor Moreno, para suprimir la palabra “dignidad” y la
coma (,) que la precede.
ARTICULO 4°
4.-
Del H. Senador señor Bombal, para reemplazarlo por el siguiente:
“Artículo 4°.- La información genética de una persona será
reservada, salvo que ella voluntariamente la revele o que así lo decrete
un tribunal competente.”.
CAPITULO II. De la Investigación científica en seres humanos.
5.-
Del H. Senador señor Bombal, para suprimirlo.
Historia de la Ley Nº 20.120
Página 137 de 581
BOLETÍN DE INDICACIONES
ARTICULO 6°
6.-
Del H. Senador señor Bombal, para reemplazar la frase final “y
libertades reconocidas por la Constitución Política de la República” por la
frase “esenciales que emanan de la naturaleza humana”.
ARTICULO 7°
7.-
Del H. Senador señor Bombal, para sustituir los incisos primero y
segundo por el siguiente:
“Artículo 7°.- La investigación científica en un ser humano
deberá contar con el consentimiento libre e informado del sujeto,
otorgado personalmente, o por su representante legal cuando aquél
carezca de capacidad para obrar por sí mismo.”.
8.-
Del H. Senador señor Moreno, para suprimir, en el inciso tercero, la
frase “también por el director del establecimiento donde se realizará la
investigación y”.
ARTICULO 8°
9.-
Del H. Senador señor Bombal, para suprimirlo.
10.-
Del H. Senador señor Moreno, para reemplazar la frase “La Comisión
Nacional o Regional de Bioética respectiva” por “una facultad de
medicina de alguna de las universidades reconocidas por el Estado”.
ARTICULO 9°
11.-
Del H. Senador señor Bombal, para suprimirlo.
ARTICULO 10
12.-
Del H. Senador señor Bombal, y 13.- del H. Senador señor Moreno, para
suprimirlo.
CAPITULO III.- De la Investigación génetica y la terapia génica
14.-
Del H. Senador señor Bombal, para suprimirlo.
ARTICULO 11
15.-
Del H. Senador señor Bombal, para suprimirlo.
16.-
Del H. Senador señor Moreno, para suprimir la letra a).
Historia de la Ley Nº 20.120
Página 138 de 581
BOLETÍN DE INDICACIONES
ARTICULO 12
17.-
Del H. Senador señor Bombal, para suprimirlo.
18.-
Del H. Senador señor Moreno, para suprimir el inciso segundo.
ARTICULO 13
19.-
Del H. Senador señor Bombal, para suprimirlo.
20.-
Del H. Senador señor Moreno, para suprimir el inciso segundo.
ARTICULO 14
21.-
Del H. Senador señor Bombal, para suprimirlo.
CAPITULO IV. De la Clonación
22.-
Del H. Senador señor Bombal, para suprimirlo.
ARTICULO 15
23.-
Del H. Senador señor Bombal, para suprimir, en el inciso segundo, la
frase “y se ajustará a las normas que establezca la Comisión Nacional de
Bioética”.
24.-
Del H. Senador señor Bombal, para agregar el siguiente inciso nuevo:
“Queda prohibido el tratamiento dirigido a la modificación
del genoma de embriones humanos. Habrá siempre homicidio en la
destrucción del embrión.”.
CAPITULO V. Del Genoma Humano
25.-
Del H. Senador señor Bombal, para suprimirlo.
°°°
CAPITULO VI. De la Protección de datos genéticos.
Historia de la Ley Nº 20.120
Página 139 de 581
BOLETÍN DE INDICACIONES
26.-
Del H. Senador señor Bombal, para suprimirlo.
°°°
Del H. Senador señor Bombal, para consultar los siguientes artículos
nuevos:
27.-
“Artículo...- El que violare la reserva de la información genética de
una persona, al margen de los casos que autoriza el artículo 4°, sufrirá
las penas establecidas en ambos incisos del artículo 247 del Código
Penal, según el caso.
El que omitiere la encriptación a que se refiere esta ley, si
incurrir en la conducta descrita en el inciso anterior, será sancionado con
una multa de tres a cinco unidades tributarias mensuales.”.
28.-
“Artículo...- El que omitiere el acta a que se refiere el inciso
tercero del artículo 7° o la confeccionare manifiestamente incompleta o
sustancialmente falsa, será sancionado con una multa de 10 a 20
unidades tributarias mensuales.”.
29.-
“Artículo...- El que clonare o iniciare un proceso de clonar seres
humanos o interrumpiera el desarrollo de un embrión será sancionado
con la pena de presidio menor en su grado medio.
No se eximirá de responsabilidad penal al que invoque el
cumplimiento de las finalidades previstas en esta ley.”.
°°°
CAPITULO VII. De la Comisión Nacional de Bioética
30.-
Del H. Senador señor Bombal, para suprimirlo.
°°°
31.-
De S.E. el Presidente de la República, para consultar, a continuación del
artículo 21, el siguiente, nuevo:
“Artículo...- Créase en el Ministerio de Salud, la “Comisión
Nacional de Bioética”, con el objeto de estudiar y proponer planes,
programas y normas en materias propias de la Bioética en general y, en
Historia de la Ley Nº 20.120
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BOLETÍN DE INDICACIONES
especial, en asuntos relacionados con la investigación científica que
requiera la participación de seres humanos.
personas:
Dicha
Comisión
estará
integrada
por
las
siguientes
1.- Cuatro académicos designados por el Consejo de
Rectores de las Universidades que lo integran, que pertenezcan,
respectivamente, a las Facultades de Medicina, Derecho, Ciencias y
Filosofía.
2.- Tres personas designadas por el Instituto de Chile que
pertenezcan, respectivamente, a las Academias de Medicina, Ciencias
Farmacéuticas y de Filosofía, Ciencias Sociales y Morales.
3.- Tres personas designadas por el Ministro de Salud, que
sean representativas de las áreas normativa, asistencial y de salud
pública.
4.- Cuatro personas representativas de la comunidad
organizada y de las principales corrientes filosóficas y religiosas,
designadas por el Presidente de la República a propuesta en quina del
Ministro de Salud.
Los miembros designados permanecerán en estas funciones
por el término de tres años, pudiendo ser reelegidos y removidos sin
expresión de causa y en forma anticipada por la autoridad que los
designó, debiendo servir dichas funciones ad honorem.
El Ministerio de Salud, mediante decreto
establecerá también las comisiones regionales de bioética.
supremo,
El Ministerio de Salud promoverá, asimismo, la constitución
de comités locales de bioética en los establecimientos asistenciales
públicos y privados del país, asesorarlos en su funcionamiento y evaluar
su desempeño. Para tales efectos, se hará asesorar por la Comisión.
La Comisión Nacional de Bioética y, en su caso, las
comisiones regionales, llevarán un registro de los establecimientos
públicos y privados que realicen investigación científica en seres
humanos y de los que practiquen investigación genética en seres
humanos. La inscripción en el registro será requisito para ejercer tales
actividades.
Historia de la Ley Nº 20.120
Página 141 de 581
BOLETÍN DE INDICACIONES
La Comisión Nacional de Bioética y, en su caso, las
comisiones regionales, llevarán registro de las investigaciones
autorizadas conforme a los preceptos de esta ley.
Un reglamento del Ministerio de Salud regulará todos los
demás aspectos que sean necesarios para el adecuado funcionamiento
de la Comisión.”.
°°°
CAPITULO VIII. Sanciones e indemnizaciones
32.-
Del H. Senador señor Bombal, para suprimirlo.
°°°
Historia de la Ley Nº 20.120
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BOLETÍN DE INDICACIONES
1.6. Boletín de Indicaciones.
Senado. Fecha 19 de octubre, 2000. Indicaciones del Ejecutivo y del
Legislativo.
BOLETIN N° 1993-11 (I)
INDICACIONES FORMULADAS DURANTE LA DISCUSION GENERAL DEL
PROYECTO DE LEY SOBRE LA INVESTIGACION CIENTIFICA EN EL SER
HUMANO, SU GENOMA, Y QUE PROHIBE LA CLONACION HUMANA.
CAPITULO I. Disposiciones Generales.
1.-
Del H. Senador señor Bombal, para suprimirlo.
ARTICULO 1°
2.-
Del H. Senador señor Bombal, para suprimirlo.
ARTICULO 2°
3.-
Del H. Senador señor Moreno, para suprimir la palabra “dignidad” y la
coma (,) que la precede.
ARTICULO 4°
4.-
Del H. Senador señor Bombal, para reemplazarlo por el siguiente:
“Artículo 4°.- La información genética de una persona será
reservada, salvo que ella voluntariamente la revele o que el así lo
decrete un tribunal competente.”.
CAPITULO II. De la Investigación científica en seres humanos.
5.-
Del H. Senador señor Bombal, para suprimirlo.
ARTICULO 6°
6.-
Del H. Senador señor Bombal, para reemplazar la frase final “y
libertades reconocidas por la Constitución Política de la República”, por la
frase “esenciales que emanan de la naturaleza humana”.
ARTICULO 7°
Historia de la Ley Nº 20.120
Página 143 de 581
BOLETÍN DE INDICACIONES
7.-
Del H. Senador señor Bombal, para sustituir los incisos primeros y
segundo por el siguiente:
“Artículo 7°.- La investigación científica en un ser humano
deberá contar con el consentimiento libre e informado del sujeto,
otorgado personalmente, o por su representante legal cuando aquél
carezca de capacidad para obrar por sí mismo.”.
8.-
Del H. Senador señor Moreno, para suprimir, en el inciso tercero, la
frase “también por el director del establecimiento donde se realizará la
investigación y”.
ARTICULO 8°
9.10.-
Del H. Senador señor Bombal, para suprimirlo.
Del H. Senador señor Moreno, para reemplazar la frase “La Comisión o
Regional de Bioética respectiva” por “una facultad de medicina de alguna
de las universidades reconocidas por el Estado”.
ARTICULO 9°
11.-
Del H. Senador señor Bombal, para suprimirlo.
ARTICULO 10
12.-
Del H. Senador señor Bombal, y 13.- del H. Senador señor Moreno, para
suprimirlo.
CAPITULO III.- De la Investigación génetica y la terapia génica
14.-
Del H. Senador señor Bombal, para suprimirlo.
CAPITULO III. De la Investigación genética y la terapia génica.
ARTICULO 11
15.-
Del H. Senador señor Bombal, para suprimirlo.
16.-
Del H. Senador señor Moreno, para suprimir la letra a).
ARTICULO 12
17.-
Del H. Senador señor Bombal, para suprimirlo.
18.-
Del H. Senador señor Moreno, para suprimir el inciso segundo.
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Página 144 de 581
BOLETÍN DE INDICACIONES
ARTICULO 13
19.-
Del H. Senador señor Bombal, para suprimirlo.
20.-
Del H. Senador señor Moreno, para suprimir el inciso segundo.
ARTICULO 14
21.-
Del H. Senador señor Bombal, para suprimirlo.
CAPITULO IV. De la Clonación
22.-
Del H. Senador señor Bombal, para suprimirlo.
ARTICULO 15
23.-
Del H. Senador señor Bombal, para suprimir, en el inciso segundo, la
frase “y se ajustará a las normas que establezca la Comisión Nacional de
Bioética”.
24.-
Del H. Senador señor Bombal, para agregar el siguiente inciso nuevo:
“Queda prohibido el tratamiento dirigido a la modificación
del genoma de embriones humanos. Habrá siempre homicidio en la
destrucción del embrión.”.
CAPITULO V Del Genoma Humano
25.-
Del H. Senador señor Bombal, para suprimirlo.
|° ° °
CAPITULO VI. De la Protección de datos genéticos.
26.-
Del H. Senador señor Bombal, para consultar los siguientes artículos
nuevos:
27.-
“Artículo...- El que violare la reserva de la información genética de
una persona, al margen de los casos que autoriza el artículo 4°, sufrirá
las penas establecidas en ambos incisos del artículo 247 del Código
Penal, según el caso.
El que omitiere la encriptación a que se refiere esta ley, si
incurrir en la conducta descrita en el inciso anterior, será sancionado con
una multa de tres a cinco unidades tributarias mensuales.”.
Historia de la Ley Nº 20.120
Página 145 de 581
BOLETÍN DE INDICACIONES
28.-
“Artículo...- El que omitiere el acta a que se refiere el inciso
tercero del artículo 7° o la confeccionare manifiestamente incompleta o
sustancialmente falsa, será sancionado con una multa de 10 a 20
unidades tributarias mensuales.”.
29.“Artículo...- El que clonase o iniciare un proceso de clonar
seres humanos o interrumpiera el desarrollo de un embrión será sancionado
con la pena de presidio menor en su grado medio.
No se eximirá de responsabilidad penal al que invoque el
cumplimiento de las finalidades previstas en esta ley.”.
°°°
CAPITULO VIII. De la Comisión Nacional de Bioética
30.-
Del H. Senador señor Bombal, para suprimirlo.
°°°
31.- De S.E. el Presidente de la República, para consultar, a continuación del
artículo 21, el siguiente, nuevo:
Artículo...- Créase en el Ministerio de Salud, la “Comisión
Nacional de Bioética”, con el objeto de estudiar y proponer planes, programas
y normas en materias propias de la Bioética en general y, en especial, en
asuntos relacionados con la investigación científica que requiera la
participación de seres humanos.
Dichas
Comisión
estará
integrada
por
las
siguientes
personas:
1.- Cuatro académicos designados por el Consejo de
Rectores de las Universidades que lo integran, que pertenezcan,
respectivamente, a las Facultades de Medicina, Derecho, Ciencias y Filosofía.
2.- Tres personas designadas por el Instituto de Chile que
pertenezcan, respectivamente, a las Academias de Medicina, Ciencias
Farmacéuticas y de Filosofía, Ciencias Sociales y Morales.
3.- Tres personas designadas por el Ministro de Salud, que
sean representativas de las áreas normativa, asistencial y de salud pública.
4.- Cuatro personas representativas de la comunidad
organizada y de las principales corrientes filosóficas y religiosas, designadas
por el Presidente de la República a propuesta en quina del Ministro de Salud.
Historia de la Ley Nº 20.120
Página 146 de 581
BOLETÍN DE INDICACIONES
Los miembros designados permanecerán en estas funciones
por el término de tres años, pudiendo ser reelegidos y removidos sin expresión
de causa y en forma anticipada por la autoridad que los designó, debiendo
servir dichas funciones ad honorem.
El Ministerio de Salud, mediante decreto
establecerá también las comisiones regionales de bioética.
supremo,
El Ministerio de Salud promoverá, asimismo, la constitución
de comités locales de bioética en los establecimientos asistenciales públicos y
privados del país, asesorarlos en su funcionamiento y evaluar su desempeño.
Para tales efectos, se hará asesorar por la Comisión.
La Comisión Nacional de Bioética y, en su caso, las
comisiones regionales, llevarán un registro de los establecimientos públicos y
privados que realicen investigación científica en seres humanos y de los que
practiquen investigación genética en seres humanos. La inscripción en el
registro será requisito para ejercer tales actividades.
La Comisión Nacional de Bioética y, en su caso, las
comisiones regionales, llevarán registro de las investigaciones autorizadas
conforme a los preceptos de esta ley.
Un reglamento del Ministerio de Salud regulará todos los
demás aspectos que sean necesarios para el adecuado funcionamiento de la
Comisión.”.
°°°
CAPITULO VIII. Sanciones e indeminizaciones
32.°°°
Del H. Senador señor Bombal, para suprimirlo.
Historia de la Ley Nº 20.120
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SEGUNDO INFORME COMISIÓN SALUD
1.7. Segundo Informe Comisión Salud.
Senado. Fecha 02 de marzo, 2001. Cuenta en Sesión 26, Legislatura 343.
SEGUNDO INFORME DE LA COMISION DE
SALUD recaído en el proyecto de ley, en
primer
trámite
constitucional,
sobre
investigación científica en seres humanos,
sobre su genoma, y que prohíbe la clonación.
BOLETIN Nº 1993-11.
HONORABLE SENADO:
Vuestra Comisión de Salud tiene el honor de presentaros su
segundo informe sobre el proyecto de ley individualizado en el rubro, en primer
trámite constitucional, originado en moción de los HH. Senadores señores
Mariano Ruiz-Esquide Jara, Juan Hamilton Depassier, Sergio Páez Verdugo,
Andrés Zaldívar Larraín y del ex Senador señor Nicolás Díaz Sánchez.
A una o más de las sesiones en que se trató este asunto
asistieron, además de los miembros de la Comisión, el H. Senador señor
Fernando Cordero Rusque, la Ministra de Salud, señora Michele Bachelet Jeria,
las asesoras jurídicas de ese Ministerio, señoras Danae Frings y Adriana
Maturana y la asesora en bioética de la misma Cartera, Dra. Marie Charlotte
Bouësseau.
---------Para los efectos de lo dispuesto en el artículo 124 del
Reglamento del Senado, se deja constancia de lo siguiente:
1) Artículos que no fueron objeto de indicaciones ni de modificaciones: 3º, 5º,
18, 19, 20 y 21 (que pasan a ser 13, 14, 15 y 16, respectivamente).
2) Artículos que sólo fueron objeto de indicaciones rechazadas:
(que pasa a ser 9º)).
1º, 2º y 12
3) Indicaciones aprobadas: 1, 5, 9, 11, 14, 15, 22, 23, 25, 26, 27 y 28.
4) Indicaciones aprobadas con modificaciones: 6, 7, 24, 29 y 31.
Historia de la Ley Nº 20.120
Página 148 de 581
SEGUNDO INFORME COMISIÓN SALUD
5) Indicaciones rechazadas: 2, 3, 8, 10, 12, 13, 16, 17, 18 y 20.
6) Indicaciones retiradas: 4, 19, 21, 30 y 32.
Se hace presente que la votación general del proyecto en la
sala se dividió y del texto propuesto en el primer informe fueron eliminados en
esa instancia los artículos 14 y 17 y los Capítulos VII y VIII, que contenían los
artículos 22 a 27.
---------Indicación Nº 1
Del H. Senador señor Bombal, para suprimir el epígrafe del
Capítulo I, Disposiciones Generales.
Explicó su autor que el contenido y extensión de la iniciativa
no respaldan una división en capítulos, la que además puede dificultar su
lectura.
Fue aprobada por unanimidad, por los HH. Senadores
señores Bombal, Ríos y Ruiz-Esquide.
Indicación Nº 2
Del H. Senador señor Bombal, para suprimir el artículo 1º,
que señala que las finalidades que se persiguen con este proyecto de ley son
proteger la vida, la integridad física y síquica de las personas, así como su
dignidad e identidad genética, con respecto a la investigación científica y sus
aplicaciones y al ejercicio de la medicina.
Su autor la fundamentó en la circunstancia de que las
disposiciones contenidas en este artículo se encuentran garantizadas en la
Constitución Política de la República, la cual se basta a sí misma sin necesidad
de otra norma de inferior jerarquía que la reitere.
Añadió que, por otra parte, una norma básicamente
declarativa como ésta puede arrojar dudas acerca de si la protección se
extiende al que aún no ha nacido, el cual, si bien no es persona, ya tiene vida
merecedora de protección jurídica.
El H. Senador señor Ruiz-Esquide argumentó que
tratándose de temas nuevos, como los que regula el proyecto y que a la época
de dictarse la Constitución de 1980 eran desconocidos, le parecía conveniente
mantener el precepto, por motivos didácticos.
Historia de la Ley Nº 20.120
Página 149 de 581
SEGUNDO INFORME COMISIÓN SALUD
El H. Senador señor Viera-Gallo puntualizó que debe
entenderse que la enunciación que hace este artículo se refiere a la dignidad
de las personas y a la identidad genética de las mismas.
El H. Senador señor Bombal concluyó que las precisiones
aportadas en el debate bastan para despejar las dudas que la primera lectura
del artículo proyectaba.
Fue rechazada por unanimidad, por los HH. Senadores
señores Bombal, Ríos, Ruiz-Esquide, Viera-Gallo y Zurita.
Indicación Nº 3
Del H. Senador señor Moreno, para suprimir en el artículo
2º la palabra "dignidad".
Dicho artículo establece que el genoma humano es la base
de la unidad fundamental de todos los miembros de la familia humana y del
reconocimiento de su identidad, dignidad y diversidad.
Fue rechazada por unanimidad, por los HH. Senadores
señores Bombal, Ríos, Ruiz-Esquide, Viera-Gallo y Zurita.
Indicación Nº 4
Del H. Senador señor Bombal, para reemplazar el artículo
4º, que prohibe toda discriminación basada en el patrimonio genético de las
personas, por otro que establece la calidad reservada de la información
genética de una persona, salvo que ella misma la revele o que por orden de
tribunal competente sea divulgada.
El autor, teniendo presente que la consagración
constitucional de la igualdad ante la ley y la proscripción de toda forma de
discriminación arbitraria son suficientes, retiró la indicación.
Indicación Nº 5
Del H. Senador señor Bombal, para suprimir el epígrafe del
Capítulo II, De la investigación científica en seres humanos.
Por los motivos ya consignados al tratar la indicación Nº 1,
ésta fue aprobada por unanimidad, por los HH. Senadores señores Bombal,
Ríos, Ruiz-Esquide, Viera-Gallo y Zurita.
Indicación Nº 6
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Del H. Senador señor Bombal, para reemplazar la frase final
del artículo 6º, que alude a los derechos y libertades reconocidos por la
Constitución Política de la República, por una referencia a los derechos
esenciales que emanan de la naturaleza humana.
Aseveró su Señoría que en lugar de la investigación
científica en si misma, lo que puede entrar en conflicto con las garantías
constitucionales es el entramado de derechos fundamentales que protegen a
dicha actividad investigadora, antagonismo que deberá ser resuelto conforme a
las prioridades que se reconozcan a unos por sobre otros.
En este sentido, la norma debe resolver la pugna dando
preponderancia a los derechos y libertades que amparan la integridad física y
síquica de toda persona, anteponiéndolos a las libertades de opinión, de
información, de trabajo, económica y al derecho de propiedad que están
involucradas en la acción del investigador.
En vista de lo expuesto, la Comisión aprobó con enmiendas
la indicación Nº 6, de modo que el artículo 6º del proyecto dispondrá que la
libertad para hacer cualquier investigación científica queda limitada por los
derechos y libertades esenciales que emanan de la naturaleza humana que han
sido reconocidos como tales por la Constitución Política de la República.
Este acuerdo fue adoptado por unanimidad, por los HH.
Senadores señores Bombal, Ríos, Ruiz-Esquide, Viera-Gallo y Zurita.
Indicación Nº 7
Del H. Senador señor Bombal, para sustituir los dos
primeros incisos del artículo 7º, por uno que los refunde.
Las disposiciones aprobadas en general preceptúan, en el
primer inciso, que la investigación científica en seres humanos que involucre
algún tipo de intervención física o síquica en el sujeto debe ajustarse a lo
dispuesto en el presente proyecto de ley, sin perjuicio de otras normas que
resulten aplicables según el caso. El segundo inciso establece que el sujeto de
la investigación, personalmente o su representante legal cuando carezca de
capacidad para obrar por sí mismo, deberá haber otorgado su consentimiento
libre e informado.
La indicación tiene por efecto omitir la referencia al
requisito de que la investigación suponga intervención física o síquica en el
sujeto y puntualizar que la disposición rige para investigaciones que involucren
a uno o más seres humanos, para que no pueda entenderse por la redacción
en plural que es requisito que ella afecte a dos o más personas.
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En la Comisión primó el criterio fijado en el primer informe,
en cuanto a mantener la exigencia de que la investigación involucre
intervención en el sujeto, pero se acogió la idea de precisar que el precepto
rige aunque la investigación recaiga en un solo individuo. Además, como
consecuencia de lo que queda dicho, se aclaró también la frase inicial del
artículo, especificando que él es aplicable no a "la" investigación científica en
abstracto, sino a "toda" investigación concreta y determinada. En lo demás se
conservó el inciso segundo en los mismos términos del primer informe.
Esta indicación y sus enmiendas fueron aprobadas por
unanimidad, por los HH. Senadores señores Bombal, Ríos, Ruiz-Esquide, VieraGallo y Zurita.
De la misma forma se acordó dejar constancia, a mayor
abundamiento, de que el o los sujetos de la investigación deben firmar el acta,
la que expresará que aquellos han tomado conocimiento de los objetivos,
procedimientos, riesgos y resultados esperados.
Indicación Nº 8
Del H. Senador señor Moreno, para suprimir en el tercer
inciso del artículo 7º la frase que exige que el director del establecimiento
donde se lleva a cabo la investigación firme también el acta en que consta el
consentimiento del sujeto. Como se recordará, dicha acta debe ser suscrita,
además, por este último y por el investigador responsable.
La Comisión fue del parecer, en lugar de eliminar la
participación del referido director, de dar a su intervención en el documento
otro carácter, cual es el de ministro de fe, porque es evidente que debe estar
en conocimiento de lo que ocurre en el establecimiento a su cargo. De esta
manera queda claro que el acuerdo de voluntades, generador de
responsabilidades, ocurre entre el sujeto y el investigador.
Por director del establecimiento debe entenderse la
autoridad médica o académica que está a cargo del hospital, clínica o unidad
en que se lleva a efecto la investigación.
Por la unanimidad de los HH. Senadores señores Bombal,
Ríos, Ruiz-Esquide, Viera-Gallo y Zurita, se rechazó esta indicación Nº 8, y en
la misma forma se aprobó enmendar el citado inciso tercero en los términos ya
consignados.
Indicación Nº 9
Del H. Senador señor Bombal, para suprimir el artículo 8º.
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Ese precepto dispone que los establecimientos que
desarrollen proyectos de investigación en seres humanos deben acreditarse
ante la Comisión Nacional de Bioética o ante la Comisión Regional respectiva.
El procedimiento de acreditación queda entregado al reglamento.
El H. Senador señor Bombal expresó que este artículo, y
otros que intentan reglamentar la forma de hacer investigación científica,
respecto de los cuales también ha formulado indicación supresiva, despiertan
severas reservas en la medida que con ellos se instaura una rigurosa y
burocrática intervención estatal en una actividad que debe desenvolverse en
un ámbito de libertad adecuado para que prospere y rinda frutos.
La propuesta de integración de la Comisión Nacional de
Bioética formulada en la indicación del ejecutivo da pie para sostener lo
anterior y fundamenta la indicación para eliminar este y otros artículos. Los
comités de ética existentes en los establecimientos hospitalarios están
resolviendo adecuadamente los aspectos éticos, sin el marco forzado que se
propone en el proyecto.
El H. Senador señor Viera-Gallo manifestó que este es uno
de los vacíos que viene a llenar el proyecto: la necesidad de establecer una
instancia de control sobre la actividad investigadora que interviene en el ser
humano, a veces de forma muy agresiva para su integridad y salud y otras sin
miramientos por las exigencias derivadas de la naturaleza humana. En la
legislación comparada, agregó, no hay disposiciones en contrario y normas
como éstas han permitido elevar el nivel de la investigación en Europa.
Reiteró que su posición respecto de la Comisión Nacional de
Bioética es que ella sea una entidad autónoma del gobierno y con atribuciones
resolutivas, no de mera asesoría. Especificó que no corresponde a ningún
gobierno fijar los criterios bioéticos que deben regir la investigación científica
en un ser humano.
El H. Senador señor Ríos dijo que dicha investigación, en lo
que respecta a los Servicios de Salud y a los hospitales del sector público, está
actualmente regulada por normas impartidas por el Ministerio de Salud a
través del D.S. Nº 42, de 1999, publicado el 14 de noviembre del año pasado.
Queda entonces por resolver el caso de los establecimientos médicos privados
y de las universidades, que deben estar sometidos a un mismo estatuto
regulatorio que las entidades investigadoras públicas.
Desde otro punto de vista, en un futuro no lejano la
investigación científica se podrá llevar a cabo en cualquier lugar en que estén
disponibles las instalaciones que hoy día sólo tienen los establecimientos
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hospitalarios o universitarios, lo que hará aún más difícil el control a través de
instrumentos jurídicos.
Por último, si la Comisión Nacional de Bioética será
únicamente asesora no es necesario legislar al respecto en el proyecto, porque
se puede crear por decreto supremo.
El H. Senador señor Ruiz-Esquide, señaló que la
acreditación para investigar contribuye a proteger los derechos de los
ciudadanos. En esta perspectiva los límites que el proyecto fija a la libertad de
investigación científica en seres humanos dan fijeza y estabilidad al marco en
que esa actividad puede desenvolverse lícitamente y defienden al hombre de
algunas amenazas que genera el progreso. En el mismo sentido, el artículo 8º
del proyecto, así como otros que apuntan en igual sentido, son una
manifestación de modernidad en la legislación chilena.
Declaró además su Señoría que entiende el recelo
provocado por el tenor de la indicación sobre la composición de la Comisión
Nacional de Bioética y su inserción en el aparato estatal. Al respecto, se
manifestó partidario de una entidad asesora y enteramente independiente del
Poder Ejecutivo, cuyas recomendaciones, propuestas y criterios generales se
impongan por su propio peso científico y ético.
En cuanto a la aprobación de protocolos de investigación
específicos, expresó que ello es materia de competencia de los comités locales
de bioética de cada establecimiento.
Algunas sesiones después de fijadas las posiciones que
quedan consignadas, la Comisión se abocó al estudio de alternativas a la
indicación del Ejecutivo sobre Comisión Nacional de Bioética. Una vez que se
alcanzó acuerdo sobre el particular, lo que se consignará más adelante al
informar la indicación Nº 31, se resolvió aprobar esta indicación Nº 9, por la
unanimidad de los HH. Senadores señores Bombal, Ríos, Ruiz-Esquide, VieraGallo y Zurita.
Indicación Nº 10
Del H. Senador señor Moreno, para sustituir en el mismo
artículo 8º la frase que exige que los proyectos de investigación científica en
seres humanos sean previamente aprobados por la Comisión Nacional de
Bioética, por otra que otorga tal función a las facultades de medicina de
algunas de las universidades reconocidas por el Estado.
Visto el acuerdo alcanzado en la Comisión acerca de la
Comisión Nacional de Bioética, esta indicación fue rechazada por la unanimidad
de los HH. Senadores señores Bombal, Ríos, Ruiz-Esquide, Viera-Gallo y Zurita.
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Indicación Nº 11
Del H. Senador señor Bombal, para suprimir el artículo 9º.
Ese artículo ordena que todo proyecto de investigación
científica en seres humanos debe obtener la aprobación de la Comisión
Nacional o Regional de Bioética y fija como parámetros a evaluar para
otorgarla o denegarla los objetivos perseguidos, los procedimientos
alternativos disponibles de eficacia comparable, la proporcionalidad entre
riesgo para el sujeto y beneficio que aportará la investigación, la dignidad del
sujeto y la necesaria diversidad social.
La indicación forma parte del conjunto que fue resuelto una
vez producido al acuerdo sobre la Comisión Nacional de Bioética, de modo que
a su respecto se esgrimieron argumentos muy similares a los vertidos al
considerar la indicación Nº 9.
En razón de lo anterior, esta indicación fue aprobada por la
unanimidad de los HH. Senadores señores Bombal, Ríos, Ruiz-Esquide, VieraGallo y Zurita.
Indicaciones Nº 12 y Nº 13
Del H. Senador señor Bombal la primera, y del H. Senador
señor Moreno la segunda, ambas proponen suprimir el artículo 10 del proyecto.
Dicha norma enuncia los deberes especiales a que queda
sujeto el investigador que emprende una investigación científica en seres
humanos, los que pueden sintetizarse en informar plena y cabalmente al sujeto
y obtener su consentimiento escrito.
Teniendo presente que este es un marco mínimo exigible
que se encuentra concebido en términos similares a los de la legislación
comparada e internacional, la Comisión rechazó ambas indicaciones, por 4
votos contra uno. Votaron por el rechazo los HH. Senadores señores Ríos,
Ruiz-Esquide, Viera-Gallo y Zurita, y lo hizo a favor de las indicaciones el H.
Senador señor Bombal.
Más tarde la Comisión, teniendo a la vista lo resuelto sobre
las funciones de la Comisión Nacional de Bioética, resolvió modificar el número
5) del artículo 10, relativo a la renovación del consentimiento del sujeto en
determinados casos, para eliminar la referencia que allí se hace a dicha
Comisión.
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Igualmente acordó suprimir del mismo numeral la idea de
que las modificaciones sean "calificadas" por alguna entidad, bastando para
exigir la renovación del consentimiento que se produzcan modificaciones
importantes. Será éste, pues, un deber del investigador, y si hay conflictos se
resolverán conforme a las pautas y procedimientos que al efecto señale la
Comisión Nacional de Bioética.
Estas dos modificaciones fueron aprobadas por unanimidad,
por los HH. Senadores señores Bombal, Ríos, Ruiz-Esquide, Viera-Gallo y
Zurita.
Indicación Nº 14
Del H. Senador señor Bombal, para suprimir el epígrafe del
Capítulo III, De la investigación genética y la terapia génica.
Lo mismo que otras similares, fue aprobada por
unanimidad, por los HH. Senadores señores Bombal, Ríos, Ruiz-Esquide y
Zurita.
Indicación Nº 15
Del H. Senador señor Bombal, para suprimir el artículo 11
del proyecto.
El artículo en cuestión establece taxativamente cuáles son
las finalidades que pueden tener los proyectos de investigación genética:
diagnosticar enfermedades genéticas o hereditarias, conocer la secuencia,
funciones y patología del ADN humano y producir medicamentos sin riesgo
biológico.
El H. Senador señor Bombal justificó su propuesta diciendo
que la norma excluye finalidades que pueden ser muy legítimas, como la
terapia, y aún otras que en el estado actual de la ciencia resultan
desconocidas. El precepto es un freno a la creación de nuevas tecnologías y su
eliminación no debilitará los fines éticamente admisibles.
El H. Senador señor Viera-Gallo expresó que derogar los
límites que este artículo y el número 12 asignan a la investigación genética
deja las puertas abiertas a prácticas que se desea impedir, como la eugenesia.
El H. Senador señor Ruiz-Esquide advirtió que el artículo en
comento no impide la realización de proyectos de investigación genética, sino
que restringe los fines que éstos pueden tener. Coincidió en que el precepto
deja fuera del marco jurídico, porque no la contempla, la finalidad terapéutica
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que podría tener un proyecto de este tipo. Con todo, estimó que si además se
elimina el artículo 12 se produce una indefensión de los sujetos de estas
investigaciones, de modo que instó por mantener uno de ambos.
El H. Senador señor Ríos destacó que será en definitiva la
Comisión Nacional de Bioética la que resuelva si la finalidad de uno de estos
proyectos es extraviada y éticamente inaceptable, por lo que se manifestó
partidario de acoger la indicación y eliminar el artículo 11.
La señora Ministra de Salud estuvo de acuerdo en suprimir
el artículo 11, porque pone a priori un límite infranqueable a proyectos con
finalidades que hoy son desconocidas y que pueden ser legítimas. Sin
embargo, consideró que es necesario mantener en tal caso el artículo 12 del
proyecto para consagrar al menos una disposición que encare el tema.
La indicación fue aprobada por la unanimidad de los HH.
Senadores señores Bombal, Ríos, Ruiz-Esquide, Viera-Gallo y Zurita.
Indicación Nº 16
Del H. Senador señor Moreno, para suprimir la letra a ) del
mismo artículo 11, que estipula que el diagnóstico de enfermedades genéticas
y hereditarias es una de las finalidades aceptables en proyectos de
investigación genética.
Atendido el resultado de la votación precedente que eliminó
el artículo en que ella incide, fue rechazada por la unanimidad de los HH.
Senadores señores Bombal, Ríos, Ruiz-Esquide, Viera-Gallo y Zurita.
Indicación Nº 17
Del H. Senador señor Bombal, para suprimir el artículo 12.
Este artículo prescribe que los exámenes genéticos y
análisis predictivos de la misma naturaleza sólo pueden fundarse en motivos
terapéuticos o de investigación científica, siempre que se ajusten a las normas
del proyecto. Añade como requisito que ellos tengan por finalidad diagnosticar
una enfermedad o pesquisar la condición de portador de una dolencia
hereditaria.
Su inciso segundo estipula que en estos casos de deberá
cumplir con los requisitos establecidos en los artículos 7º, 8º, 10 y 18 del
proyecto.
A fin de guardar coherencia con lo resuelto respecto de la
indicación Nº 15, la Comisión rechazó está indicación por cuatro votos,
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emitidos por los HH. Senadores señores Ríos, Ruiz-Esquide, Viera-Gallo y
Zurita, y con la abstención del H. Senador señor Bombal.
Dentro del mismo predicamento la unanimidad de la
Comisión resolvió suprimir la frase final del primer inciso del artículo 12, que
exige que los exámenes y análisis genéticos tengan determinadas finalidades
específicamente enunciadas en el precepto. Concurrieron a este acuerdo los
HH. Senadores señores Bombal, Ríos, Ruiz-Esquide, Viera-Gallo y Zurita.
Indicación Nº 18
Del H. Senador señor Moreno, para suprimir el inciso
segundo del artículo 12.
Como se ha dicho, esta disposición se refiere a los artículos
7º, 9º, 10 y 18 del proyecto, para hacerlos expresamente aplicables a los
exámenes genéticos y análisis predictivos de la misma naturaleza. Ellos aluden
al consentimiento libre e informado estampado en un acta, a los deberes
especiales del investigador, a la aprobación previa del proyecto de
investigación científica en seres humanos por la Comisión Nacional de Bioética
y a la reserva de la información genética.
La Comisión teniendo en cuenta que ya acordó extirpar del
proyecto el artículo 9º, que exigía la aprobación de los proyectos por la
Comisión Nacional de Bioética, resolvió eliminar esa referencia en este inciso y
rechazar la indicación para suprimirlo.
Ambos acuerdos fueron adoptados por la unanimidad de los
HH. Senadores señores Bombal, Ríos, Ruiz-Esquide, Viera-Gallo y Zurita.
Indicación Nº 19
Del H. Senador señor Bombal, para suprimir el artículo 13.
El artículo 13 establece que la terapia génica en células
somáticas está destinada al tratamiento de enfermedades o a impedir su
aparición y hace aplicable a ella lo dispuesto en los artículos 7º y 10, sobre
consentimiento informado y deberes del investigador.
Atendido los acuerdos ya adoptados, su autor la retiró.
Indicación Nº 20
Del H. Senador señor Moreno, para suprimir el inciso
segundo del artículo 13.
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La comisión la rechazó por la unanimidad de los HH.
Senadores señores Bombal, Ríos, Ruiz-Esquide, Viera-Gallo y Zurita.
Indicación Nº 21
Del H. Senador señor Bombal, para suprimir el artículo 14.
Dado que el referido artículo fue rechazado en la votación
general en la sala, su autor la retiró.
Indicación Nº 22
Del H. Senador señor Bombal, para suprimir el epígrafe del
Capítulo IV, De la Clonación.
Por los motivos ya consignados al tratar la indicación Nº 1,
ésta fue aprobada por unanimidad, por los HH. Senadores señores Bombal,
Ríos, Ruiz-Esquide, Viera-Gallo y Zurita.
Indicación Nº 23
Del H. Senador señor Bombal, para suprimir en el inciso
segundo del artículo 15 la frase que exige que la clonación de tejidos y órganos
se ajuste a las normas que establezca la Comisión Nacional de Bioética.
Considerando la Comisión que la indicación se justifica al
tenor del acuerdo alcanzado en torno a la composición y atribuciones de la
citada Comisión Nacional, aprobó está indicación por la unanimidad de los HH.
Senadores señores Bombal, Ríos, Ruiz-Esquide, Viera-Gallo y Zurita.
Indicación Nº 24
Del mismo H. Senador señor Bombal, para agregar al
artículo 15 un inciso nuevo que prohibe el tratamiento dirigido a la
modificación del genoma de embriones humanos y prescribe que habrá
siempre homicidio en la destrucción del embrión.
Su autor afirmó que se pretende prohibir derechamente el
uso de embriones humanos para extraer células troncales a partir de las cuales
se pueden clonar tejidos y órganos.
La asesora del Ministerio de Salud, Dra. Marie Charlotte
Bouësseau, señaló que el tema de la investigación en embriones es uno de los
aspectos más importantes del proyecto, en el cual se hace una opción valórica.
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En los ordenamientos jurídicos comparados se distingue
entre el estatuto del embrión y el del pre embrión. Este último es óvulo
fecundado con menos de 14 días de existencia.
En rigor, no existe una diferencia biológica entre ambos. El
límite está dado porque la observación científica constata que el momento de
anidación del óvulo, que se produce a las dos semanas de la fecundación, es
clave porque antes de él más o menos el 50% de los óvulos fecundados se
pierde por causas naturales. Igualmente, se considera en el medio científico
que pasados 45 días el embrión deja de ser tal y pasa a ser feto, en el cual ya
existen células diferenciadas.
Explicó que no deben confundirse los conceptos vida
humana, ser humano y persona y que si se castiga la producción por clonación
a partir de células troncales extraídas del pre embrión igualmente debería
sancionarse el uso de las mismas.
El H. Senador señor Ríos manifestó que la discusión sobre
este tópico es propia de la Comisión Nacional de Bioética, la que se preocupará
de concretarlo en el plano científico y técnico, y que no le parece adecuado
afirmar o zanjar en la ley cuestiones de principios o valores generales respecto
de los cuales no existe en la comunidad nacional, ni tampoco en la
internacional, un criterio único o preponderante.
El H. Senador señor Viera-Gallo expresó que entendía que
se desea prohibir el uso de células troncales de embriones humanos para
producir células de tejidos y órganos, pero que la proscripción no alcanzaría a
la modificación del genoma enfermo.
La definición de qué es terapia génica y qué eugenesia
corresponderá a la Comisión Nacional de Bioética. Señaló que en su concepto
la terapia tiene como único límite el respeto a la vida.
En el mismo orden de cosas postuló que no debe hacerse
distinción entre embrión y pre embrión y solicitó dejar constancia de que existe
el primero desde el instante mismo de la concepción.
El H. Senador señor Ruiz-Esquide declaró que entiende que
el artículo en cuestión deja abierta la opción de la terapia génica para corregir
enfermedades en el embrión y en tal entendimiento está dispuesto a concurrir
a su aprobación.
El H. Senador señor Viera-Gallo solicitó dividir la votación,
puesto que el inciso propuesto en esta indicación contiene dos ideas bastante
diferentes.
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Con el mérito del debate la Comisión resolvió aprobar con
modificaciones la primera idea contenida en la indicación Nº 24, formulándola
como una frase agregada al final del inciso segundo del artículo 15 del
siguiente tenor: "En ningún caso podrá usarse para tales fines embriones
humanos.".
Este acuerdo fue aprobado por la unanimidad de los HH.
Senadores señores Bombal, Ríos, Ruiz-Esquide, Viera-Gallo y Zurita.
La segunda idea, de penalizar como homicidio la
destrucción del embrión, fue objetada por el H. Senador señor Viera-Gallo,
quien indicó que la disposición se aparta de los principios, normas y criterios
generalmente aceptados en el Derecho Penal. En todo caso podría hablarse de
aborto, pero jamás de homicidio, concluyó.
Puesta en votación, se rechazó con los votos de los HH.
Senadores señores Ruiz-Esquide, Viera-Gallo y Zurita, el voto a favor del H.
Senador señor Bombal y la abstención del H. Senador señor Ríos.
Indicaciones Nº 25 y Nº 26
Ambas del H. Senador señor Bombal, proponen eliminar los
epígrafes del Capítulo V, Del Genoma Humano y del Capítulo VI, De la
protección de datos genéticos.
Por los motivos ya consignados al tratar la indicación Nº 1,
fueron aprobadas por unanimidad, por los HH. Senadores señores Bombal,
Ríos, Ruiz-Esquide, Viera-Gallo y Zurita.
Indicación Nº 27
Del H. Senador señor Bombal, para incorporar un artículo
nuevo, que tipifica y sanciona diversas conductas relacionadas con las
prohibiciones que el proyecto consagra.
En su primer informe la Comisión asentó que se ocuparía de
los aspectos penales al momento de hacer la discusión particular del proyecto.
La indicación define como delito la violación de la reserva
que protege la información genética y aplica las penas privativas de libertad y
pecuniarias del artículo 247 del Código Penal, esto es, las que corresponden a
los empleados públicos y a profesionales titulares por violación de secretos.
La omisión de la encriptación en el almacenamiento y
transmisión de datos personales es castigada con multa.
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Fue aprobada sin cambios y por unanimidad, por los HH.
Senadores señores Bombal, Ríos, Ruiz-Esquide, Viera-Gallo y Zurita.
Indicación Nº 28
Del H. Senador señor Bombal, para agregar un artículo
nuevo que preceptúa que la omisión del acta en que el sujeto de una
investigación y el investigador responsable de la misma hacen constar el
consentimiento del primero, así como la incompletitud y la falsedad de dicha
acta, se penalizarán también con multa.
Fue aprobada sin cambios y por unanimidad, por los HH.
Senadores señores Bombal, Ríos, Ruiz-Esquide, Viera-Gallo y Zurita.
Indicación Nº 29
Del H. Senador señor Bombal, para agregar un artículo
nuevo que dispone que la clonación de un ser humano, incluso frustrada o en
grado de tentativa, se sancionará con privación de libertad. Su inciso segundo
no admite la eximente de responsabilidad penal basada en el cumplimiento de
finalidades previstas en el proyecto.
Esta indicación fue objeto de modificaciones. El H. Senador
señor Viera-Gallo pidió dividir la votación, distinguiendo las dos ideas
contenidas en el tipo: la clonación y el inicio de un proceso de clonación, por
una parte, y la interrupción del desarrollo de un embrión, por otra parte.
La primera disposición fue aprobada por unanimidad, por
los HH. Senadores señores Bombal, Ríos, Ruiz-Esquide, Viera-Gallo y Zurita.
La segunda, teniendo en cuento el argumento entregado
por el H. Senador señor Viera-Gallo al debatir sobre la indicación Nº 24, fue
rechazada por tres votos, de los HH. Senadores señores Ruiz-Esquide, VieraGallo y Zurita, uno a favor, del H. Senador señor Bombal y la abstención del H.
Senador señor Ríos.
El segundo inciso de la indicación Nº 29 se rechazó por
unanimidad, por los HH. Senadores señores Bombal, Ríos, Ruiz-Esquide, VieraGallo y Zurita. Para ello se tuvo especialmente en consideración el argumento
dado por el H. Senador señor Zurita, en el sentido de que el precepto minaría
la regla general del número 10 del artículo 10 del Código Penal, que exime de
responsabilidad criminal al que obra en cumplimiento de un deber o en el
ejercicio legítimo de un derecho, autoridad, oficio o cargo.
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Indicación Nº 30
Del H. Senador señor Bombal, para eliminar el epígrafe del
Capítulo VII, De la Comisión Nacional de Bioética.
Fue retirada por su autor, en vista que la votación dividida
en la sala en la discusión de la idea de legislar tuvo por efecto suprimir este
Capítulo.
Indicación Nº 31
Del Presidente de la República, para introducir un artículo
que crea la Comisión Nacional de Bioética.
La proposición del Jefe del Estado crea una Comisión
Nacional de Bioética en el Ministerio de Salud, integrada por 14 miembros: 4
académicos designados por el Consejo de Rectores, que pertenezcan a las
Facultades de Medicina, Derecho, Ciencias y Filosofía; 3 personas designadas
por el Instituto de Chile, que pertenezcan a las Academias de Medicina, de
Ciencias Farmacéuticas y de Filosofía, Ciencias Sociales y Morales; 3 personas
designadas por el Ministro de Salud , representativas de las áreas normativa,
asistencial y de salud pública, y 4 personas representativas de la comunidad
organizada, designadas por el Presidente de la República a propuesta del
Ministro de Salud.
Le asigna las funciones de estudiar y proponer planes,
programas y normas en materias propias de la bioética, especialmente en lo
relativo a la investigación científica en seres humanos; llevar registro de los
establecimientos públicos y privados que hagan investigación científica y
genética en seres humanos, inscripción que es requisito habilitante para
ejercer la actividad, y llevar registro de las investigaciones autorizadas
conforme al proyecto.
Dispone que el Ministerio de Salud establecerá por decreto
Comisiones Regionales de Bioética y promoverá la constitución de Comités
Locales de Bioética en los establecimientos asistenciales públicos y privados.
Esta indicación suscitó fuertes reparos de todos los
miembros de la Comisión, quienes consideraron inconveniente insertar el
organismo en el aparato estatal, así como la fuerte preponderancia que se da a
los integrantes designados por el Ejecutivo.
Ella se aparta de la intención claramente consignada en la
discusión general en el Senado, de conformar la Comisión como un ente
autónomo respecto del poder público y eminentemente científico, factores
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ambos que deben contribuir a asegurar el peso moral y especializado de sus
opiniones y actuaciones.
En el orden de las funciones, se subrayó que la propuesta
de la indicación no resulta coherente con los acuerdos ya adoptados por la
Comisión en orden a eliminar las actividades de registro de establecimientos y
proyectos de investigación científica en seres humanos.
De lo anterior se sigue, además, que la creación de una
docena de comisiones regionales parece injustificada, dado que se han
redefinido las funciones de la Comisión Nacional.
La señora Ministra de Salud explicó que en la redacción de
la indicación se procuró apegarse a los criterios anticipados en el debate en la
sala del Senado acerca de la idea de legislar: una comisión autónoma, asesora,
consultiva y propositiva, que fije normas y criterios generales respecto de
actividades vinculadas con la bioética. Subrayó que no se trata de una
comisión del Ministerio de Salud, sino que ella se relaciona con el Presidente de
la República a través de esa cartera.
En cuanto a la integración, puso de relieve que las personas
que designaría el Ministerio no serán funcionarios sino expertos, sin perjuicio
de que la Comisión Nacional de Bioética podrá invitar a ilustrar sus debates a
peritos competentes en la especialidad que cada caso requiera.
Explicó que el Ministerio ejerce control sobre la acción
asistencial de los establecimientos privados, pero carece de atribuciones para
controlar la investigación que se desarrolle en ellos. Las clínicas privadas
buscan acreditarse ante el Ministerio porque es una marca de prestigio; sin
embargo, la revisión no versa acerca de la virtud de la investigación que en
ellas se ejerza.
En el caso del sector público, agregó, los Servicios de Salud
son sede de investigaciones, pero la responsabilidad es de los investigadores.
Ello son autónomos dentro del marco normativo que fija el Ministerio.
En el mismo sentido hizo presente que las fuentes
internacionales o extranjeras de financiamiento de la investigación, para
asignar fondos, se ciñen a procedimientos muy rigurosos, también en lo ético.
El H. Senador señor Viera-Gallo expresó ser partidario de
comisiones resolutivas a nivel nacional y regional. La fórmula propuesta, que
se limita al campo de la asesoría, es sólo un primer paso en la dirección
deseable. Surge la duda de cómo hacer vinculantes las recomendaciones y
opiniones de una Comisión Nacional de Bioética en instituciones y
establecimientos del sector privado.
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SEGUNDO INFORME COMISIÓN SALUD
El H. Senador señor Bombal expuso que tiene la impresión
de que todo lo referido a la infraestructura pública y privada necesaria para la
investigación científica está regulado por normas del Ministerio de Salud. Tal
vez una salida sea actualizar el Código Sanitario e incorporar en él normas
modernas como las que propone el proyecto en materia de comisiones de
bioética.
Resulta claro, puntualizó su Señoría, que una entidad de
carácter asesor puede orientar pero no resolver; sus dictámenes no obligan
jurídicamente, pero el peso intelectual, científico y moral de sus integrantes,
reforzado por su propio accionar, hará muy difícil prescindir de lo que ella diga.
Ahora bien, si se trata de exigir responsabilidades derivadas
de una investigación, para eso están la Constitución Política de la República, el
Código Penal y los tribunales de justicia.
El H. Senador señor Ríos hizo presente que la indicación en
análisis da la impresión, a la luz de lo que se propone en cuanto a integración
y atribuciones, de ir más allá del establecimiento de una comisión meramente
asesora; si este último fuera el caso, reiteró que no es preciso legislar porque
el Ministerio tiene las atribuciones suficientes para crearla.
Es obvio, agregó, que la entidad requerirá un cierto alero
institucional protector que le proporcione recursos, locales e insumos. En este
sentido del apoyo administrativo la Comisión Nacional de Bioética deberá
relacionarse con el Ministerio de Salud, pero manteniendo siempre la
autonomía, para lo cual no debe ser asesora del Presidente de la República.
El H. Senador señor Ruiz-Esquide recordó que el proyecto
de ley en informe nace de la confluencia de tres circunstancias: la práctica de
investigaciones en individuos de minorías étnicas chilenas realizada por
grandes empresas de los países industrializados, que muchas veces no son
autorizadas en los países de origen de los investigadores; la clonación de
animales y el Proyecto Genoma.
Esta iniciativa de ley ha sido criticada por quienes han
creído ver en ella amenazas a la libertad de investigación, a lo que se ha
retrucado que es necesario resguardar el bien común si se producen conflictos
entre los derechos de los sujetos de la investigación y las libertades de los
investigadores.
En cuanto a la forma de estructurar las instancias
encargadas de ejercer el control ético sobre la investigación científica hay tres
criterios: o se crean comités bioéticos locales en los establecimientos donde se
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SEGUNDO INFORME COMISIÓN SALUD
hace investigación, o se instituye una comisión nacional con facultades
potestativas, o se opta por una comisión asesora al más alto nivel del Estado.
Respecto de las funciones del organismo manifestó que en
el estado actual de cosas en nuestro país le parece que el modelo francés
resulta el más adecuado: una comisión nacional sin potestad resolutiva que
sienta criterios generales uniformes sustentados en el alto nivel científico y
ético de sus integrantes, más comisiones regionales y comités éticos en cada
establecimiento.
Las universidades, afirmó, están en la misma línea del
sector público, que ha sido consagrada en el ya citado D.S. Nº 42, de 1999, del
Ministerio de Salud, en cuanto a instaurar en cada organismo donde se hace
investigación un comité local de bioética. De modo que sólo resta implementar
un mecanismo aplicable a los investigadores que se desempeñan en clínicas
del sector privado.
En lo atinente a los integrantes de la Comisión Nacional de
Bioética, declaró que la opción de la moción inicial es óptima: no hay
representantes del gobierno y los miembros son autónomos respecto de
quienes los designan.
Por último, si en definitiva la fórmula que resulte viable es
una comisión de carácter asesor, le parece a su Señoría que de todos modos
debe ser creada por ley, para darle fijeza, estabilidad e independencia.
La señora Ministra de Salud atendió las críticas, sugerencias
y comentarios precedentemente expuestos y, sobre esas bases, la Comisión
modificó la indicación, cuyo texto finalmente se consensuó en los términos que
expondremos en los párrafos que siguen.
Se crea una Comisión Nacional de Bioética autónoma, no
dependiente del Ejecutivo ni relacionada con él. El Ministerio de Salud le
proveerá el personal para conformar una Secretaría Ejecutiva que coordine su
funcionamiento y cumpla sus acuerdos; entre ellos necesariamente deberá
haber un profesional experto en bioética y un abogado.
La Comisión estará formada por cuatro académicos
designados por el Consejo de Rectores, provenientes de las Facultades de
Medicina, Derecho, Ciencias y Filosofía; tres miembros designados por el
Instituto de Chile que pertenezcan a las Academias de Medicina, de Ciencias
Farmacéuticas y de Filosofía, Ciencias Morales y Sociales; un integrante
nombrado por el Senado, y una persona escogida por el Presidente de la
República, que la presidirá. Los miembros de la Comisión ejercerán sus
funciones ad-honorem, permanecerán en ellas por tres años y podrán ser
reelegidos.
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SEGUNDO INFORME COMISIÓN SALUD
La Comisión estimó que esta composición reúne los
elementos de excelencia y pluralismo a que se aspira en cuanto a personas,
ideas y disciplinas. Se dejó constancia, a mayor abundamiento, de que la
Comisión podrá convocar cuantos expertos estime conveniente para que
aporten su conocimiento y experiencia a los debates y estudios que ella esté
llamada a abordar.
Serán funciones de la Comisión Nacional de Bioética
asesorar al Presidente de la República en materias propias de la competencia
de aquélla; informar a los órganos del Estado y establecimientos de educación
superior que soliciten su dictamen; promover el estudio y conocimiento de la
bioética en los ámbitos académico, asistencial y normativo, y proponer normas
para la aplicación de las leyes relacionadas con la bioética, las que para ser
exigibles requerirán la dictación del acto administrativo correspondiente. En
todos estos casos la referencia a la bioética debe entenderse en términos
amplios, no restringida solamente a cuestiones que atañen a seres humanos
Los establecimientos públicos o privados que deseen hacer
investigación científica en seres humanos deberán tener un Comité de Bioética
en los términos que estipulará un reglamento. Dichos Comités están llamados
a autorizar los proyectos de investigación específicos que se les sometan, lo
que harán ateniéndose a las normas que fijará la Comisión Nacional de
Bioética.
Todos los acuerdos que condujeron a la modificación y
aprobación de la indicación Nº 31 fueron adoptados por unanimidad, por los
HH. Senadores señores Bombal, Ríos, Ruiz-Esquide, Viera-Gallo y Zurita.
Indicación Nº 32
Del H. Senador señor Bombal, para suprimir el Capítulo
VIII, Sanciones e indemnizaciones.
Fue retirada por su autor, en vista que la votación dividida
en la sala en la discusión de la idea de legislar tuvo por efecto suprimir este
Capítulo. Además, otras indicaciones del mismo señor Senador que consagran
diversos tipos penales ya fueron aprobadas, como se ha expresado más arriba.
------MODIFICACIONES
En mérito de las consideraciones precedentemente
expuestas, vuestra Comisión de Salud os propone la aprobación de las
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SEGUNDO INFORME COMISIÓN SALUD
siguientes modificaciones al proyecto de ley aprobado en general por el H.
Senado:
(5 x 0)
Eliminar el epígrafe "Capítulo I. Disposiciones Generales".
Eliminar el epígrafe "Capítulo II. De
científica en seres humanos". (5 x 0)
la investigación
Artículo 6º
Reemplazar la frase "los derechos y libertades reconocidos
por la Constitución Política de la República" por " los derechos y libertades
esenciales que emanan de la naturaleza humana, así reconocidos por la
Constitución Política de la República". (5 x 0)
Artículo 7º
En el inciso primero, sustituir la frase "La investigación
científica en seres humanos" por "Toda investigación científica en un ser
humano". (5 x 0)
Reemplazar el inciso tercero por el siguiente:
"La prestación del consentimiento deberá constar en un
acta firmada también por el director responsable del proyecto respectivo y por
el director del establecimiento donde se realizará la investigación, quien
actuará como ministro de fe.". (5 x 0)
Artículo 8º
Suprimirlo. (5 x 0)
Artículo 9º
Suprimirlo. (5 x 0)
Artículo 10
Pasa a ser artículo 8º.
En el número 5), suprimir las palabras "calificadas como" y
la frase "por la Comisión Nacional o Regional de Bioética respectiva". (5 x 0)
Eliminar el epígrafe "Capítulo III. De la investigación
genética y la terapia génica". (5 x 0)
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Artículo 11
Suprimirlo. (5 x 0)
Artículo 12
Pasa a ser artículo 9º.
En el inciso primero, eliminar la frase final "Su finalidad será
diagnosticar una enfermedad y establecer si el paciente es portador de una
dolencia hereditaria.". (5 x 0)
En el inciso segundo, reemplazar la referencia a los
artículos "9º, 10 y 18" por otra a los artículos "8º y 13". (5 x 0)
Artículo 13
Pasa a ser artículo 10.
En el inciso segundo, sustituir la referencia al artículo "10"
por otra al artículo "8º". (5 x 0)
Eliminar el epígrafe "Capítulo IV. De la Clonación." (5 x 0)
Artículo 15
3
Pasa a ser artículo 11.
En el inciso segundo, eliminar la frase "y se ajustará a las
normas que establezca la Comisión Nacional de Bioética". (5 x 0)
Agregar al final del mismo inciso, en punto (.) seguido, la
siguiente oración: "En ningún caso podrá usarse para tales fines embriones
humanos." (5 x 0)
Eliminar el epígrafe "Capítulo V. Del Genoma Humano.". (5
x 0)
Artículo 16
Pasa a ser artículo 12, sin otra modificación.
3
La sala, en la discusión general, suprimió el artículo 14.
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SEGUNDO INFORME COMISIÓN SALUD
Eliminar el epígrafe "Capítulo VI. De la protección de datos
genéticos.". (5 x 0)
Artículos 18 a 21
4
Pasan a ser artículos 13 a 16, respectivamente, sin otra
modificación.
-----nuevos:
A continuación, agregar los siguientes artículos 17 a 23,
"Artículo 17.- Créase una Comisión Nacional de Bioética que estará
integrada por las siguientes personas:
- Cuatro académicos designados por El Consejo de Rectores, que
pertenezcan respectivamente a las Facultades de Medicina, Derecho, Ciencias y
Filosofía de las universidades que lo integran.
- Tres personas designadas por el Instituto de Chile, que pertenezcan a
las Academias de Medicina, Ciencias Farmacéuticas y de Filosofía, Ciencias
Morales y Sociales, respectivamente.
- Una persona designada por el Senado.
- Una persona designada por el Presidente de la República, quien la
presidirá.
Las personas designadas permanecerán en sus funciones por el plazo de
tres años, pudiendo ser reelegidos. Servirán dichas funciones ad-honorem. (5
x 0)
Artículo 18.- La comisión tendrá las siguientes funciones:
- Asesorar al Presidente de la República en materias propias de su
competencia.
- Elaborar los informes de su especialidad que le soliciten los órganos
del Estado y los establecimientos de educación superior.
- Promover el estudio y conocimiento de la bioética en el nivel
académico y asistencial y normativo.
4
La sala, en la discusión general, suprimió el artículo 17.
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SEGUNDO INFORME COMISIÓN SALUD
- Proponer las normas que sean necesarias para la aplicación de esta ley
u otras relacionadas con la bioética, las que deberán ser sancionadas mediante
los actos administrativos que procedieren para su debida exigibilidad. (5 x 0)
Artículo 19.- La Comisión tendrá una Secretaria Ejecutiva que coordinará
su funcionamiento y cumplirá los acuerdos que aquélla adopte. Estará
conformada por el personal que al efecto asigne el Ministerio de Salud, entre
los cuales deberá incluirse un profesional experto en bioética y un abogado. (5
x 0)
Artículo 20.- Los establecimientos que deseen participar en proyectos de
investigación científica en seres humanos, deberán contar con un Comité de
Bioética conforme al reglamento.
Los Comités de Bioética autorizarán las investigaciones que sean
sometidas a su consideración, de acuerdo con las normas establecidas a
propuesta de la Comisión Nacional de Bioética. (5 x 0)
Artículo 21.- El que violare la reserva de la información genética de una
persona, al margen de los casos que autoriza el artículo 4°, sufrirá las penas
establecidas en ambos incisos del artículo 247 del Código Penal, según el caso.
(5 x 0)
El que omitiere la encriptación a que se refiere esta ley, si incurrir en la
conducta descrita en el inciso anterior, será sancionado con una multa de tres
a cinco unidades tributarias mensuales.
Artículo 22.- El que omitiere el acta a que se refiere el inciso tercero del
artículo 7° o la confeccionare manifiestamente incompleta o sustancialmente
falsa, será sancionado con una multa de 10 a 20 unidades tributarias
mensuales. (5 x 0)
Artículo 23.- El que clonare o iniciare un proceso de clonar seres
humanos será sancionado con la pena de presidio menor en su grado medio.".
(5 x 0)
-------En virtud de las modificaciones anteriores, el proyecto de
ley queda como sigue
"PROYECTO DE LEY:
"Artículo 1º.- La presente ley tiene por finalidad proteger la vida, la
integridad física y síquica de las personas, así como su dignidad e identidad
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SEGUNDO INFORME COMISIÓN SALUD
genética, con respecto a la investigación científica y sus aplicaciones y al
ejercicio de la medicina.
Artículo 2º.- El genoma humano es la base de la unidad fundamental de
todos los miembros de la familia humana y del reconocimiento de su identidad,
dignidad y diversidad.
Artículo 3º.- Se prohibe toda práctica eugenésica. Sólo se podrá
modificar características genéticas humanas que inciden en la herencia en los
casos y en la forma previstos por la ley.
Artículo 4º.- Se prohibe toda forma de discriminación basada en el
patrimonio genético de las personas.
Artículo 5º.- Sólo podrán realizarse estudios e indagaciones para
determinar la identidad genética de una persona con su consentimiento, o por
orden de tribunal competente en causa en que tal hecho sea relevante.
Artículo 6º.- La libertad para llevar a cabo actividades de investigación
científica tiene como límite el respeto a los derechos y libertades
esenciales que emanan de la naturaleza humana, así reconocidos por
la Constitución Política de la República.
Artículo 7º.- Toda investigación científica en un ser humano que
involucre algún tipo de intervención física o síquica en el sujeto debe ajustarse
a lo dispuesto en la presente ley, además de a otras normas que resulten
aplicables según el caso.
Deberá contar con el consentimiento libre e informado del sujeto,
otorgado personalmente, o por su representante legal cuando aquél carezca de
capacidad para obrar por sí mismo.
La prestación del consentimiento deberá constar en un acta
firmada también por el director responsable del proyecto respectivo y
por el director del establecimiento donde se realizará la investigación,
quien actuará como ministro de fe.
La revocación del consentimiento procederá siempre y no generará
responsabilidad de ninguna especie, cualesquiera sean los efectos que ella
produzca.
Artículo 8º.- Sin perjuicio de las exigencias establecidas en las demás
normas de esta ley, son deberes especiales del investigador:
1) Transmitir al sujeto, en un lenguaje comprensible para él, toda la
información que necesite para prestar un consentimiento informado, incluida la
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SEGUNDO INFORME COMISIÓN SALUD
posibilidad de negarse a participar en la investigación antes de su inicio y
durante el curso de la misma, sin incurrir en responsabilidades o sanciones ni
en pérdida de beneficios.
2) Ofrecer al sujeto amplia oportunidad de hacer preguntas e instarlo a
que las haga.
3) Excluir toda posibilidad de engaño, influencia indebida o intimidación.
4) Recabar el consentimiento escrito del sujeto una vez que éste tenga
pleno conocimiento de los siguientes aspectos:
a)
naturaleza de la investigación, procedimientos a seguir y
duración aproximada;
b) riesgos e incomodidades asociadas a la investigación;
c) beneficios potenciales de la investigación, y
d) procedimientos
beneficiosos.
o
tratamientos
alternativos
que
podrían
ser
5) Renovar el consentimiento informado si las condiciones o los
procedimientos de la investigación sufren modificaciones importantes.
Artículo 9º.- Los exámenes genéticos y los análisis predictivos de la
misma naturaleza sólo podrán hacerse por motivos terapéuticos o de
investigación científica, de acuerdo a las normas de esta ley.
En la realización de estos exámenes y análisis se deberá
cumplimiento a lo establecido en los artículos 7º, 8º y 13 de esta ley.
dar
Artículo 10.- La terapia génica en células somáticas está destinada al
tratamiento de enfermedades o a impedir su aparición.
Será aplicable en estos casos lo dispuesto sobre consentimiento
informado en los artículos 7º y 8º de esta ley.
Artículo 11.- Se prohibe la clonación de seres humanos y cualquier
intervención humana que de por resultado la creación de un ser humano
genéticamente idéntico a otro, vivo o muerto.
La clonación de tejidos y órganos sólo procederá con una finalidad
terapéutica. En ningún caso podrá usarse para tales fines embriones
humanos.
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SEGUNDO INFORME COMISIÓN SALUD
Artículo 12.- El conocimiento del genoma humano es patrimonio común
de la humanidad. Nadie puede atribuirse ni constituir propiedad sobre el mismo
o sobre parte de él. Por lo tanto, el conocimiento de la estructura de un gen y
de las secuencias de ADN no son patentables.
Los procesos biotecnológicos derivados del conocimiento del genoma
humano, así como los productos obtenidos directamente de ellos, como los
medicamentos, son patentables según las reglas generales.
Artículo 13.- La información genética de una persona será reservada,
salvo que ella la revele o que el juez lo autorice, todo ello sin perjuicio de las
normas sobre secreto profesional.
Artículo 14.- La recolección, almacenamiento, tratamiento y difusión de
datos genéticos de las personas se ajustará a las normas de la ley Nº 19.628,
sobre Protección de Datos de Carácter Personal.
Artículo 15.- Queda prohibido solicitar, recibir, poseer y utilizar
información genética relativa a una persona determinada e identificable, así
como indagar si una persona se ha realizado un examen o análisis de carácter
genético, salvo autorización legal expresa.
Estas prohibiciones no afectan a la recolección y procesamiento de
información genética de carácter estadístico y no nominativa.
Artículo 16.- Los datos genéticos que permitan la identificación de una
persona deberán ser encriptados para su almacenamiento y transmisión.
La encriptación podrá omitirse temporalmente por razones de salud
pública.
Artículo 17.- Créase una Comisión Nacional de Bioética que
estará integrada por las siguientes personas:
- Cuatro académicos designados por El Consejo de Rectores, que
pertenezcan respectivamente a las Facultades de Medicina, Derecho,
Ciencias y Filosofía de las universidades que lo integran.
- Tres personas designadas por el Instituto de Chile, que
pertenezcan a las Academias de Medicina, Ciencias Farmacéuticas y de
Filosofía, Ciencias Morales y Sociales, respectivamente.
- Una persona designada por el Senado.
- Una persona designada por el Presidente de la República, quien
la presidirá.
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SEGUNDO INFORME COMISIÓN SALUD
Las personas designadas permanecerán en sus funciones por el
plazo de tres años, pudiendo ser reelegidos. Servirán dichas funciones
ad-honorem.
Artículo 18.- La comisión tendrá las siguientes funciones:
- Asesorar al Presidente de la República en materias propias de
su competencia.
- Elaborar los informes de su especialidad que le soliciten los
órganos del Estado y los establecimientos de educación superior.
- Promover el estudio y conocimiento de la bioética en el nivel
académico y asistencial y normativo.
- Proponer las normas que sean necesarias para la aplicación de
esta ley u otras relacionadas con la bioética, las que deberán ser
sancionadas mediante los actos administrativos que procedieren para
su debida exigibilidad.
Artículo 19.- La Comisión tendrá una Secretaria Ejecutiva que
coordinará su funcionamiento y cumplirá los acuerdos que aquélla
adopte. Estará conformada por el personal que al efecto asigne el
Ministerio de Salud, entre los cuales deberá incluirse un profesional
experto en bioética y un abogado.
Artículo 20.- Los establecimientos que deseen participar en
proyectos de investigación científica en seres humanos, deberán
contar con un Comité de Bioética conforme al reglamento.
Los Comités de Bioética autorizarán las investigaciones que sean
sometidas a su consideración, de acuerdo con las normas establecidas
a propuesta de la Comisión Nacional de Bioética.
Artículo 21.- El que violare la reserva de la información genética
de una persona, al margen de los casos que autoriza el artículo 4°,
sufrirá las penas establecidas en ambos incisos del artículo 247 del
Código Penal, según el caso.
El que omitiere la encriptación a que se refiere esta ley, si
incurrir en la conducta descrita en el inciso anterior, será sancionado
con una multa de tres a cinco unidades tributarias mensuales.
Artículo 22.- El que omitiere el acta a que se refiere el inciso
tercero del artículo 7° o la confeccionare manifiestamente incompleta
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SEGUNDO INFORME COMISIÓN SALUD
o sustancialmente falsa, será sancionado con una multa de 10 a 20
unidades tributarias mensuales.
Artículo 23.- El que clonare o iniciare un proceso de clonar seres
humanos será sancionado con la pena de presidio menor en su grado
medio.".
---------Acordado en sesiones de fechas 11, 12 y 19 de diciembre
de 2000 y 10, 17 y 23 de enero de 2001, con asistencia de los HH. Senadores
señores Carlos Bombal Otaegui (Presidente), Mario Ríos Santander, Mariano
Ruiz-Esquide Jara, José Antonio Viera-Gallo Quesney y Enrique Zurita Camps.
Sala de la Comisión, a 2 de marzo de 2001.
FERNANDO SOFFIA CONTRERAS
Secretario
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SEGUNDO INFORME COMISIÓN SALUD
RESEÑA
I.
BOLETIN Nº: 1993-11.
II.
MATERIA: proyecto de ley sobre investigación científica en seres humanos,
sobre su genoma, y que prohibe la clonación.
III.
ORIGEN: moción de los HH. Senadores señores Mariano Ruiz-Esquide Jara,
Juan Hamilton Depassier, Sergio Páez Verdugo, Andrés Zaldívar Larraín y del
ex Senador señor Nicolás Díaz Sánchez.
IV.
TRAMITE CONSTITUCIONAL: primero.
V.
APROBACION POR LA CAMARA DE DIPUTADOS: -----
VI.
INICIO TRAMITACION EN EL SENADO: 12 de marzo de 1997.
VII.
TRAMITE REGLAMENTARIO: segundo informe.
VIII.
URGENCIA: no tiene.
IX.
LEYES QUE SE MODIFICAN O QUE SE RELACIONAN CON LA MATERIA:
1. Constitución Política de la República:
= artículo 19, número 1º: asegura a toda persona el derecho a la vida
y a
la integridad física y síquica
= artículo 19, número 2º: asegura la igualdad ante la ley
= artículo 19, número 4º, asegura a toda persona el respeto y
protección a
la vida privada y a la honra
= artículo 19, número 9º: asegura el derecho a la protección de la
salud, y
obliga correlativamente al Estado a proteger el acceso a
las acciones de
promoción, protección y recuperación de la
salud, así como a la
rehabilitación, y a coordinarlas y controlarlas
= artículo 19, número 10º: es deber del Estado estimular la
investigación
científica
= artículo 19, Número 25º: garantiza la propiedad intelectual sobre
patentes de invención, marcas comerciales, modelos, procesos
tecnológicos
y otras creaciones análogas.
2. D.L. Nº 2.763, de 1979, reorganiza el Ministerio de Salud, crea
Servicios de Salud, el Fonasa y el Instituto de Salud Pública:
los
=
artículo 1º: asigna al Ministerio la función de garantizar el libre e
igualitario acceso a las acciones de promoción, protección y
recuperación de
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SEGUNDO INFORME COMISIÓN SALUD
la salud y de rehabilitación de la persona enferma,
coordinarlas y
controlarlas
= artículo 3º: asegura a las personas e instituciones la libre
iniciativa para
realizar acciones de salud, conforme a la ley
= artículo 35, inciso final: asigna al Instituto de Salud Pública la
condición
de laboratorio de referencia, normalizador y
supervisor, en microbiología,
inmunología, farmacología y
laboratorio clínico
= artículo 37: sobre funciones del Instituto: autorizar la instalación
de
laboratorios y fiscalizar su funcionamiento; autorizar y
registrar
medicamentos y controlar su fabricación, importación,
exportación
distribución, expendio y uso de los mismos; elaborar
productos biológicos;
promover y efectuar investigación aplicada
en materias relacionadas con sus
funciones.
3. Código Sanitario (D.F.L. Nº 725, de 1968):
= artículo 7º: preceptúa que las actividades que por ley requieren
autorización expresa no pueden iniciar su funcionamiento sin
ella; el D.F.L.
Nº 1, de Salud, de 1990, señala cuáles son y entre
ellas están los
laboratorios, las farmacias y las series de
productos biológicos controlados
= artículo 15: impide a las Municipalidades otorgar patentes y
permisos
para el ejercicio de actividades que requieren
autorización del Servicio de
Salud, sin que ésta haya sido
otorgada previamente; en caso de infracción,
el Servicio puede
paralizar las obras, clausurar el establecimiento o prohibir
el ejercicio de la actividad
= artículo 20: obliga a los médicos a informar casos de
enfermedades
transmisibles de declaración obligatoria; éstas
están señaladas en el D.S. Nº
11, de Salud, de 1985, y se trata
principalmente de enfermedades
infecciosas y del cáncer
= artículo 30: prohibe a los laboratorios, sin autorización expresa,
cultivar
microorganismos específicos y parásitos de
enfermedades transmisibles que
no existan en nuestro territorio
= artículo 94: asigna al Instituto de Salud Pública la función de
control
sanitario de productos farmacéuticos
= artículo 96: prohibe la fabricación, importación, tenencia,
distribución y
transferencia de productos farmacéuticos
contaminados, adulterados,
falsificados o alterados
= artículo 97: define como producto farmacéutico cualquiera
sustancia
natural o sintética destinada a ser administrada con fines
de curación,
atenuación,
tratamiento, prevención o diagnóstico de
enfermedades o de
sus síntomas
= artículo 101: los instrumentos, aparatos, dispositivos, artículos o
elementos destinados al diagnóstico, prevención y tratamiento
de
enfermedades de seres humanos quedan sujetos a control y
certificación de
calidad por entidades fiscalizadas por el Instituto de Salud Pública
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SEGUNDO INFORME COMISIÓN SALUD
= Libro Sexto, artículos 121 a 129: sobre funcionamiento de
laboratorios y
farmacias
= Libro Noveno, artículos 145 a 154: sobre aprovechamiento de
tejidos o
partes del cuerpo de donantes vivos o cadáveres, con
fines científicos o
terapéuticos.
4. Ley Nº 19.451, sobre trasplante y donación de órganos.
5. D.S. Nº 656, de Salud, de 1997, reglamento de la anterior.
6. Resolución exenta Nº 601, del Ministro de Salud, de 1999, que
fija
requisitos a los establecimientos que efectúen extracción y
trasplantes de
órganos.
7. D.S. Nº 240, de Salud, de 1983, que reglamenta el Libro Noveno
Código Sanitario
del
8. Ley Nº 19.628, sobre Protección de Datos de Carácter Personal.
9. D.S. Nº 42, de 2000, sobre Comités de Evaluación Etico-Científicos en los
Servicios de Salud y en sus hospitales.
X.
ESTRUCTURA DEL PROYECTO
artículos permanentes.
IX.
PRINCIPALES
COMISION:
OBJETIVOS
APROBADO
DEL
POR LA COMISION: 23
PROYECTO PROPUESTO POR LA
- Fijar un marco jurídico para la investigación científica y genética en seres
humanos, sobre la terapia génica y sobre el genoma humano.
- Prohibir la clonación de seres humanos.
- Crear una Comisión Nacional de Bioética.
XII.
NORMAS DE QUORUM ESPECIAL: no hay.
XIII.
ACUERDOS:
Indicación
Indicación
Indicación
Indicación
Indicación
Indicación
Indicación
Indicación
Indicación
Nº
Nº
Nº
Nº
Nº
Nº
Nº
Nº
Nº
1
2
3
4
5
6
7
8
9
aprobada 5 x0
rechazada 5 x 0
rechazada 5 x 0
retirada
aprobada 5 x 0
aprobada con modificaciones 5 x 0
aprobada con modificaciones 5 x 0
rechazada 5 x 0
aprobada 5 x 0
Historia de la Ley Nº 20.120
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SEGUNDO INFORME COMISIÓN SALUD
Indicación
Indicación
Indicación
Indicación
Indicación
Indicación
Indicación
Indicación
Indicación
Indicación
Indicación
Indicación
Indicación
Indicación
Indicación
Nº
Nº
Nº
Nº
Nº
Nº
Nº
Nº
Nº
Nº
Nº
Nº
Nº
Nº
Nº
10
11
12
13
14
15
16
17
18
19
20
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Indicación Nº 30
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Indicación Nº 32
rechazada 5 x 0
aprobada 5 x 0
rechazada 4 x 1
rechazada 4 x 1
aprobada 5 x 0
aprobada 5 x 0
rechazada 5 x 0
rechazada 4 x 1 abstención
rechazada 5 x 0
retirada
rechazada 5 x 0
retirada
aprobada 5 x 0
aprobada 5 x 0
1ª frase, aprobada con modificaciones 5 x 0
2ª frase rechazada 3 x 1 x 1 abstención
aprobada 5 x 0
aprobada 5 x 0
aprobada 5 x 0
aprobada 5 x 0
Inciso primero: 1ª idea aprobada 5 x 0
2ª idea rechazada 3 x 1 x 1 abstención
Inciso segundo: rechazado 5 x 0
retirada
aprobada con modificaciones 5 x 0
retirada
Valparaíso, 2 de Marzo de 2001.
FERNANDO SOFFIA CONTRERAS
Secretario
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SEGUNDO INFORME COMISIÓN SALUD
INDICE
Página
Análisis de las indicaciones y acuerdos
2
Modificaciones
21
Texto del proyecto de ley
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Reseña
30
Indice
34
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DISCUSIÓN EN SALA
1.8. Discusión en Sala.
Senado. Legislatura 343, Sesión 27. Fecha 13 de marzo, 2001. Discusión
particular. Se aprueba.
INVESTIGACIÓN CIENTÍFICA EN SER HUMANO, SU GENOMA,
Y PROHIBICIÓN DE CLONACIÓN HUMANA
El señor ZALDÍVAR, don Andrés (Presidente).- Corresponde ocuparse en el
proyecto iniciado en moción de los Honorables señores Ruiz-Esquide,
Hamilton, Páez y Andrés Zaldívar, y del ex Senador señor Díaz, en
primer trámite constitucional, relativo a la investigación científica en
seres humanos, sobre su genoma, y que prohíbe la clonación, para
cuyo estudio se cuenta con segundo informe de la Comisión de Salud.
--Los antecedentes sobre el proyecto (1993-11) figuran en los Diarios
de Sesiones que se indican:
Proyecto de ley: (moción de los señores Ruiz-Esquide, Hamilton,
Páez, Zaldívar, don Andrés y del ex Senador señor Díaz).
En primer trámite, sesión 32ª, en 12 de marzo de 1997.
Informes de Comisión:
Salud, sesión 10ª, en 12 de julio de 2000.
Salud (segundo), sesión 26ª, en 6 de marzo de 2001.
Discusión:
Sesiones 13ª, en 1 de agosto de 2000 (queda
pendiente su discusión general); 14ª, en 2 de agosto de 2000
(se aprueba en general).
El señor HOFFMANN (Secretario).- Cabe señalar que el proyecto fue aprobado
en general por el Senado en la sesión celebrada el 2 de agosto del año
pasado.
La Comisión de Salud deja constancia en su informe, para
los efectos reglamentarios, de que los artículos 3º, 5º, 18, 19, 20 y 21
(estos últimos pasan a ser 13, 14, 15 y 16, respectivamente) no fueron
objeto de indicaciones ni de modificaciones.
En consecuencia, dichos preceptos, en conformidad al
inciso primero del artículo 124 del Reglamento, deben darse por
aprobados.
--Se aprueban.
El señor HOFFMANN (Secretario).- Además, en el referido documento se hace
presente que los artículos 1º, 2º y 12 (que pasa a ser 9º) fueron objeto
de indicaciones rechazadas.
El resto de las constataciones reglamentarias aparecen en
la página 1 del informe.
La secretaría ha elaborado un boletín comparado dividido
en tres columnas: la primera contempla el texto aprobado en general;
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la segunda, las modificaciones propuestas por la Comisión de Salud, y
la tercera, el texto final del proyecto.
Por último, la Comisión de Salud propone, por la
unanimidad de sus miembros -Senadores señores Bombal, Ríos, RuizEsquide, Viera-Gallo y Zurita-, acoger las modificaciones introducidas al
texto aprobado en general.
señor ZALDÍVAR, don Andrés (Presidente).- Terminada la relación.
Dado el tiempo transcurrido desde que la Sala trató el
primer informe, haré algunas precisiones.
1) Habiéndose efectuado la discusión en general del
proyecto, corresponde abocarse al análisis artículo por artículo.
2) De acuerdo con las disposiciones reglamentarias, se
han dado por aprobados los preceptos que el señor Secretario señaló,
por no haber sido objeto de indicaciones ni de enmiendas.
3) En conformidad al inciso sexto del artículo 133 del
Reglamento, deberán votarse sin debate todas las modificaciones, por
haberse aprobado por unanimidad en la Comisión. Sin embargo, en
vista de que la índole del texto hace necesario intercambiar ideas, la
Mesa aplicará esa norma reglamentaria con criterio amplio.
4) Se han renovado dos indicaciones. El señor Secretario
informará sobre ellas en su oportunidad.
5) El Honorable señor Parra ha solicitado, ateniéndose
igualmente a un precepto reglamentario, formular algunas precisiones
respecto de una norma.
Tiene la palabra, Su Señoría.
señor PARRA.- Señor Presidente, en conformidad al artículo 164 del
Reglamento, solicito dividir la votación respecto del artículo 11, de
manera que la última frase de su inciso segundo (incorporada en el
segundo informe) sea objeto de pronunciamiento especial de la Sala.
De otro lado, junto con los Senadores señores Valdés y
Silva hemos formulado una indicación al artículo 17 con el objeto de
corregir un ostensible defecto del texto.
señor VALDÉS.- Vamos por parte.
señor ZALDÍVAR, don Andrés (Presidente).- La Secretaría ha tomado
conocimiento de la petición.
señor HAMILTON.- ¿Me permite una consulta, señor Presidente?
señor ZALDÍVAR, don Andrés (Presidente).- Tiene la palabra, Su Señoría.
señor HAMILTON.- Entiendo que la observación del Honorable señor Parra al
artículo 11 se refiere sólo en votar separadamente la frase final,…
señor VIERA-GALLO.- Sólo esa última frase.
señor HAMILTON.- …pero está de acuerdo con el resto del precepto, ¿no es
así?
señor PARRA.- En efecto.
señor HAMILTON.- Entonces, podría darse por aprobado, con excepción de
aquella última frase.
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El señor ZALDÍVAR, don Andrés (Presidente).- Cuando llegue el momento de
tratar ese artículo se abrirá debate y se tomarán las decisiones
pertinentes, conforme a la solicitud del Senador señor Parra.
La señora FREI (doña Carmen).- Señor Presidente, ¿podría repetirse la nómina
de artículos que se dan por aprobados y que, en consecuencia, no
requieren pronunciamiento de la Sala?
El señor ZALDÍVAR, don Andrés (Presidente).- Tiene la palabra el señor
Secretario.
El señor HOFFMANN (Secretario).- No fueron objeto de indicaciones ni de
modificaciones
y,
por
lo
tanto,
quedaron
aprobados
reglamentariamente, los artículos 3º y 5º, y 18, 19, 20 y 21, que
pasaron a ser 13, 14, 15 y 16, respectivamente.
El señor ZALDÍVAR, don Andrés (Presidente).- En discusión particular el
proyecto.
El señor BOMBAL.- ¿Me permite, señor Presidente?
El señor ZALDÍVAR, don Andrés (Presidente).- Tiene la palabra el Presidente de
la Comisión de Salud, Senador señor Bombal, quien hará una breve
relación del segundo informe.
El señor BOMBAL.- Señor Presidente, para orientar a los señores Senadores,
debo manifestar que un aspecto esencial consignado en el segundo
informe es el relativo a la Comisión Nacional de Bioética.
Como se recordará, al discutirse en general el proyecto,
éste contemplaba la creación de comisiones de bioética nacionales y
regionales, lo que desestimó la Sala por tratarse de una materia de
iniciativa exclusiva del Presidente de la República; que sólo podría
incorporarse al texto con el patrocinio del Ejecutivo. Y así ocurrió. Es lo
que se viene consignado: en el momento oportuno ampliaremos el
debate efectuado en el órgano técnico acerca de la creación,
integración y funciones de la instancia de control bioético,
estableciendo su composición y sus funciones.
Otro aspecto que se estimó relevante en el debate, y que
inicialmente no se tocó, dice relación al estatuto jurídico del embrión.
Respecto de las actividades de investigación científica en seres
humanos a que se refiere el proyecto (esto tiene que ver con lo
planteado por el Senador señor Parra), se especificó que, tratándose de
células embrionarias, o germinales, o troncales, queda expresamente
prohibida la clonación.
De ahí que lo que en materia de clonación o desarrollo de
investigación científica puede llevarse adelante, está referido sólo a las
células somáticas, no a las troncales, cuya diversificación
necesariamente lleva a la constitución de un ser humano.
Hago esas dos precisiones a modo de orientación, sin
perjuicio de que al examinar los artículos 6º, 7º y siguientes, sujetos al
debate en particular, podamos profundizar mayormente.
Lo anterior fue básicamente lo que quedó pendiente en el
primer informe.
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Como información general, reitero que el objetivo de la
iniciativa es fijar criterios para la investigación científica en seres
humanos, garantizando principalmente el respeto a la vida humana
desde el instante mismo de la concepción; y, por otro lado,
estableciendo salvaguardias para quienes investiguen, en el sentido de
que el límite está dado por la naturaleza humana. La Constitución no
concede, sino que reconoce estos derechos esenciales de la persona.
Por ello se explicita que tales investigaciones tendrán como límite “el
respeto a los derechos y libertades esenciales que emanan de la
naturaleza humana, así reconocidos por la Constitución Política de la
República.”.
En atención a que la Carta contempla dicha realidad, se
estableció de manera categórica que la investigación científica tendrá
ese límite: la esencia de la naturaleza humana, reconocida por el Texto
Fundamental.
Asimismo, el proyecto procura garantizar la privacidad, el
secreto de la información genética de las personas.
Siendo el conocimiento del genoma humano patrimonio de
la humanidad, no susceptible de ser patentado por nadie, la
información genética que se obtenga de exámenes o investigaciones
científicas que se realicen deberá encontrarse garantizada por el
resguardo de la intimidad de la persona, a menos que ésta preste su
consentimiento o que medie una resolución judicial en casos
calificados.
Esta materia se halla expresamente establecida. Además,
la Comisión agregó en el segundo informe una sanción penal para el
que violare la reserva de la información genética, conservándola en su
poder o poniéndola a disposición de terceros sin el consentimiento de la
persona sometida a la investigación.
El último aspecto abordado -que, como dije, generó el
principal problema en el debate del primer informe- y que en la
Comisión se consideró fundamental, fue el concerniente a las
atribuciones que debería tener la Comisión Nacional de Bioética. En el
análisis de las disposiciones correspondientes ahondaremos sobre el
particular.
Es cuanto puedo informar acerca del segundo informe,
para reencauzar el debate.
El señor ZALDÍVAR, don Andrés (Presidente).- Considerando que el texto de
los artículos es bastante breve, se procederá a dar lectura a cada uno.
Como todos fueron aprobados por unanimidad en la Comisión, deberán
votarse sin debate, con excepción del artículo 11, en el cual el Senador
señor Parra solicitó dividir la votación, y de aquellos preceptos en que
haya indicaciones renovadas.
El señor HOFFMANN (Secretario).- “Artículo 1º.- La presente ley tiene por
finalidad proteger la vida, la integridad física y síquica de las personas,
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así como su dignidad e identidad genética, con respecto a la
investigación científica y sus aplicaciones y al ejercicio de la medicina.”.
señor ZALDÍVAR, don Andrés (Presidente).- Esta norma no fue objeto de
indicaciones y la Comisión la aprobó por unanimidad.
--Se aprueba.
señor HOFFMANN (Secretario).- “Artículo 2º.- El genoma humano es la base
de la unidad fundamental de todos los miembros de la familia humana
y del reconocimiento de su identidad, dignidad y diversidad.”.
--Se aprueba.
señor HOFFMANN (Secretario).- “Artículo 3º.- Se prohíbe toda práctica
eugenésica. Sólo se podrá modificar características genéticas humanas
que inciden en la herencia en los casos y en la forma previstos por la
ley.”.
--Se aprueba.
señor HOFFMANN (Secretario).- Artículo 4º: “Se prohíbe toda forma de
discriminación basada en el patrimonio genético de las personas.”.
--Se aprueba.
señor HOFFMANN (Secretario).- Artículo 5º: “Sólo podrán realizarse estudios
e indagaciones para determinar la identidad genética de una persona
con su consentimiento, o por orden de tribunal competente en causa en
que tal hecho sea relevante.”.
--Se aprueba.
señor HOFFMANN (Secretario).- Artículo 6º: “La libertad para llevar a cabo
actividades de investigación científica tiene como límite el respeto a los
derechos y libertades esenciales que emanan de la naturaleza humana,
así reconocidos por la Constitución Política de la República.”.
señor ZALDÍVAR, don Andrés (Presidente).- En discusión.
Tiene la palabra el Honorable señor Bombal.
señor BOMBAL.- Señor Presidente, sólo deseo recordar a la Sala lo que
disponía textualmente el primer informe en el caso de esta norma: “La
libertad para llevar a cabo actividades de investigación científica tiene
como límite el respeto a los derechos y libertades reconocidas por la
Constitución Política de la República.”.
Pues bien, la unanimidad de la Comisión estimó más
adecuada la redacción que se acaba de leer: “La libertad para llevar a
cabo actividades de investigación científica tiene como límite el respeto
a los derechos y libertades esenciales que emanan de la naturaleza
humana, así reconocidos por la Constitución Política de la República.”.
Ello, por entender que la Carta no concede los derechos esenciales de
la persona, sino que los reconoce como tales, dado que emanan de la
propia naturaleza humana. En consecuencia, con la nueva redacción
queda mucho más claro el sentido de esta limitación que se impone
para la investigación científica. Lo que se procura es garantizar de un
modo más explícito que cualquier conflicto que se suscite debido a este
tipo de investigaciones se resolverá dando preponderancia a los
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derechos y libertades fundamentales que amparan la integridad física y
psíquica de la persona.
He dicho.
señor VIERA-GALLO.- Pido la palabra.
señor ZALDÍVAR, don Andrés (Presidente).- La tiene, Su Señoría.
señor VIERA-GALLO.- Señor Presidente, otro punto importante es que,
cuando se habla de los derechos “reconocidos por la Constitución
Política de la República”, se está haciendo referencia también, en virtud
de su artículo 5º, inciso segundo, a todos los tratados internacionales
que rigen para Chile en esta materia, los cuales forman parte del
conjunto de derechos que aquélla reconoce.
señor BOMBAL.- Es relevante la precisión del señor Senador.
señor LARRAÍN.- Podría haber mencionado asimismo las leyes de la
República.
señor ZALDÍVAR, don Andrés (Presidente).- Ofrezco la palabra.
Ofrezco la palabra.
Cerrado el debate.
Si le parece a la Sala, se aprobará el artículo.
--Se aprueba.
señor HOFFMANN (Secretario).- Artículo 7º: “Toda investigación científica en
un ser humano que involucre algún tipo de intervención física o síquica
en el sujeto debe ajustarse a lo dispuesto en la presente ley, además
de a otras normas que resulten aplicables según el caso.
“Deberá contar con el consentimiento libre e informado del
sujeto, otorgado personalmente, o por su representante legal cuando
aquél carezca de capacidad para obrar por sí mismo.
“La prestación del consentimiento deberá constar en un
acta firmada también por el director responsable del proyecto
respectivo y por el director del establecimiento donde se realizará la
investigación, quien actuará como ministro de fe.
“La revocación del consentimiento procederá siempre y no
generará responsabilidad de ninguna especie, cualesquiera sean los
efectos que ella produzca.”.
señor ZALDÍVAR, don Andrés (Presidente).- En discusión.
señor BOMBAL.- Pido la palabra.
señor ZALDÍVAR, don Andrés (Presidente).- La tiene, Su Señoría, y luego, el
Honorable señor Moreno.
señor BOMBAL.- Señor Presidente, en este artículo la Comisión estimó
pertinente que el director del establecimiento donde se realice la
investigación, quien también deberá firmar el acta en que conste el
consentimiento de la persona que será objeto de la investigación
científica pertinente, actúe como ministro de fe, lo cual no se
contemplaba en el primer informe. Ello, como una manera de
salvaguardar mejor la seriedad de las investigaciones que se realicen.
Es decir, al dar a dicho personero la calidad de ministro de fe se pone
una exigencia mucho mayor a la institución donde aquéllas se efectúen,
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lo cual permitirá –incluso, a juicio del propio Ministerio y de las
autoridades de control bioético que se determinarán- hacer un mayor
seguimiento de esas prácticas.
Además, se aclaró la frase inicial de la norma,
especificando que ella es aplicable, no a la investigación científica en
abstracto, sino a toda investigación científica en “un ser humano”.
Porque en el precepto del primer informe se hablaba de la investigación
científica en “seres humanos”. El criterio adoptado por la Comisión en
el segundo informe fue el de considerar a la persona ante las
investigaciones que se le puedan realizar con su consentimiento.
señor ZALDÍVAR, don Andrés (Presidente).- Tiene la palabra el Honorable
señor Moreno.
señor MORENO.- Señor Presidente, deseo dejar constancia de que veo en el
nuevo texto cierto grado de ambigüedad.
Me explico.
Quiero saber si el actuar como ministro de fe es un
requisito copulativo de hacerlo al mismo tiempo como persona que
autoriza la investigación. Ahí hay un elemento que debe ser precisado.
Formulé indicación en el sentido de no imponer al director
del establecimiento, quien obviamente debe conocer la materia -no
tengo reparo alguno al respecto-, la obligación de firmar el acta,
porque ello, sumado a su responsabilidad como ministro de fe, en el
fondo impedirá la investigación que corresponda. Y eso no me parece lo
más conveniente.
señor VIERA-GALLO.- ¿Me permite una interrupción, señor Senador?
señor MORENO.- Con mucho gusto, si lo autoriza la Mesa.
señor ZALDÍVAR, don Andrés (Presidente).- Tiene la palabra el Honorable
señor Viera-Gallo.
señor VIERA-GALLO.- A mi juicio, la figura es la siguiente.
El artículo exige que el paciente dé su consentimiento para
que practiquen en su cuerpo una investigación denominada “intrusiva”.
Ahora, ¿cómo se deja constancia de que ese consentimiento es
explícito? En un acta que es firmada por el director responsable del
proyecto respectivo y por el director del establecimiento donde se
realizará dicha investigación. Pero sólo se deja constancia del
consentimiento del afectado, quien dice: “Doy mi autorización para que
esta investigación se haga conmigo”. O sea, no se requiere el
consentimiento de las otras dos personas. Simplemente, hay un acta
donde queda testimonio del consentimiento del paciente, de que éste
es recibido por el director del proyecto y de que actúa como ministro
de fe el director del establecimiento.
señor ZALDÍVAR, don Andrés (Presidente).- Creo que está aclarada la duda.
señor MORENO.- ¿Me permite, señor Presidente?
señor ZALDÍVAR, don Andrés (Presidente).- Recupera el uso de la palabra el
Honorable señor Moreno.
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El señor MORENO.- Quedo satisfecho con la explicación del Senador señor
Viera-Gallo. Únicamente pido que mi inquietud se registre en la Versión
Taquigráfica para la historia fidedigna del establecimiento de la ley.
El señor ZALDÍVAR, don Andrés (Presidente).- Siempre queda constancia de
todas las intervenciones, señor Senador.
Tiene la palabra el Honorable señor Larraín.
El señor LARRAÍN.- Señor Presidente, quiero precisar también que no debe
entenderse que el establecimiento en cuestión es sólo el hospital,
porque puede tratarse de una investigación que lleva adelante un
instituto científico y no necesariamente hay pacientes. De manera que
el término “establecimiento” tiene que entenderse en forma genérica.
El señor ZALDÍVAR, don Andrés (Presidente).- Así es, señor Senador.
El señor BOMBAL.- Señor Presidente, “establecimiento” es el lugar donde se
practica la intervención y ésta no necesariamente se lleva a cabo en
hospitales. Por ende, es muy cierto lo que dice el Senador señor
Larraín.
El señor ZALDÍVAR, don Andrés (Presidente).- Quedará constancia de ello.
Tiene la palabra el Honorable señor Fernández.
El señor FERNÁNDEZ.- Señor Presidente, deseo una aclaración con respecto a
qué significa la actuación del director del establecimiento como ministro
de fe. ¿Que certifica la firma, que el consentimiento se prestó? ¿Cuál es
el papel que se le asigna? Porque estamos creando aquí un ministro de
fe que normalmente no tiene esas facultades.
El señor VIERA-GALLO.- ¿Me permite, señor Presidente?
El señor ZALDÍVAR, don Andrés (Presidente).- Tiene la palabra Su Señoría.
El señor VIERA-GALLO.- Quizá ”paciente” es una mala expresión. Lo que se
hace constar es que la persona afectada –por decirlo de algún mododa su consentimiento para que el proyecto se realice. Eso es todo.
El señor ZALDÍVAR, don Andrés (Presidente).- Así es, señor Senador: hay un
acta y el director del establecimiento actúa como ministro de fe para
los efectos de la constancia de que la persona acepta el procedimiento.
Me parece que ése es el sentido de la norma.
El señor FERNÁNDEZ.- ¿Puedo continuar, señor Presidente?
El señor ZALDÍVAR, don Andrés (Presidente).- Sí, señor Senador.
El señor FERNÁNDEZ.- Mi inquietud es la siguiente: si esa persona no forma
parte del proyecto, obviamente no tiene ninguna responsabilidad en él.
El señor ZALDÍVAR, don Andrés (Presidente).- No.
El señor FERNÁNDEZ.- Es solamente el director del establecimiento.
El señor ZALDÍVAR, don Andrés (Presidente).- Nada más.
Tiene la palabra la Honorable señora Frei.
La señora FREI (doña Carmen).- Señor Presidente, en este caso están
involucrados dos directores distintos: el responsable del proyecto y el
director del establecimiento. O sea, ambos firman, pero este último
también actúa como ministro de fe.
El señor ZALDÍVAR, don Andrés (Presidente).- Esa es la figura exacta, señora
Senadora.
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Tiene la palabra el Honorable señor Ríos.
El señor RÍOS.- Señor Presidente, dadas las consultas formuladas por los
distintos señores Senadores respecto de esta disposición, es
importante tener presente lo establecido en el artículo 18 de la
iniciativa, que enumera las funciones de la Comisión Nacional de
Bioética, organismo que se integrará conforme a lo dispuesto en el
artículo 17.
Lo que ocurre es que dicha Comisión ha de entregar los
elementos fundamentales para todas las investigaciones científicas que
se realicen en seres humanos y no sólo aquellos referidos al genoma
humano. Esto, como lo establece la propia iniciativa de ley, deberá ser
sancionado mediante los respectivos decretos y normas administrativas
dictados por el Ministerio de Salud y diversos organismos, para que se
cumpla en los distintos establecimientos, sean hospitalarios o de otro
tipo, donde se realicen tales investigaciones.
Señor Presidente, tratándose de una acción sobre seres
humanos y conociéndose la trascendencia del genoma, lo cual obliga a
la existencia de un conjunto de elementos destinados a preservar la
dignidad de las personas, es evidente que alguien debe ser ministro de
fe en la investigación que se lleve a cabo, alguien tiene que
responsabilizarse. Pero no es la Comisión de Bioética, que estará
ubicada en lugares lejanos, cumpliendo otras funciones, de carácter
normativo. Entonces, la persona más adecuada para tales efectos, sin
duda, es el director del establecimiento: él asumirá la responsabilidad
de velar por que se aplique en plenitud lo dispuesto globalmente en el
artículo 18.
He dicho.
El señor ZALDÍVAR (don Adolfo).- ¿Me permite, señor Presidente?
El señor ZALDÍVAR, don Andrés (Presidente).- Tiene la palabra Su Señoría.
El señor ZALDÍVAR (don Adolfo).- Quiero precisar algo que me parece
elemental.
El ministro de fe certificará con su firma el hecho mismo.
Pero, en esencia, el consentimiento se otorgará exclusivamente para
determinado fin. Y en este punto radica lo más importante de su
actuación.
El señor ZALDÍVAR, don Andrés (Presidente).- Así es.
El señor ZALDÍVAR (don Adolfo).- El resto es algo muy secundario.
Gracias, señor Presidente.
El señor ZALDÍVAR, don Andrés (Presidente).- Si le parece a la Sala, atendidas
las explicaciones escuchadas, daremos por aprobado el artículo 7º, con
las constancias solicitadas.
--Así se aprueba.
El señor HOFFMANN (Secretario).- Artículo 8º: “Sin perjuicio de las exigencias
establecidas en las demás normas de esta ley, son deberes especiales
del investigador:
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"1) Transmitir al sujeto, en un lenguaje comprensible para
él, toda la información que necesite para prestar un consentimiento
informado, incluida la posibilidad de negarse a participar en la
investigación antes de su inicio y durante el curso de la misma, sin
incurrir en responsabilidades o sanciones ni en pérdida de beneficios.
"2) Ofrecer al sujeto amplia oportunidad de hacer
preguntas e instarlo a que las haga.
"3) Excluir toda posibilidad de engaño, influencia indebida
o intimidación.
"4) Recabar el consentimiento escrito del sujeto una vez
que éste tenga pleno conocimiento de los siguientes aspectos:
"a) naturaleza de la investigación, procedimientos a seguir
y duración aproximada;
"b) riesgos e incomodidades asociadas a la investigación;
"c) beneficios potenciales de la investigación, y
"d) procedimientos o tratamientos alternativos que
podrían ser beneficiosos.
"5) Renovar el consentimiento informado si las condiciones
o los procedimientos de la investigación sufren modificaciones
importantes.".
El señor ZALDÍVAR, don Andrés (Presidente).- Si le parece a la Sala...
La señora FREI (doña Carmen).- Perdón, señor Presidente. Quiero hacer una
consulta.
El señor ZALDÍVAR, don Andrés (Presidente).- Tiene la palabra Su Señoría.
La señora FREI (doña Carmen).- En el artículo 8º se habla del consentimiento
del sujeto. En muchos casos será una persona impedida. Entonces,
¿quién asumirá la responsabilidad por ella?
El señor HAMILTON.- Su representante legal.
Está dicho antes, Honorable colega.
La señora FREI (doña Carmen).- Por ejemplo, en el caso de un niño
abandonado en el SENAME y que se encuentra mal, ¿quién va a ser el
representante?
El señor ZALDÍVAR, don Andrés (Presidente).- Su representante legal.
El señor VIERA-GALLO.- Siempre hay un representante legal.
El señor HAMILTON.- En el inciso segundo del artículo anterior se trata el
punto.
La señora FREI (doña Carmen).- ¿Y el representante legal recibirá en nombre
del sujeto impedido todo lo que dice el artículo 8º?
El señor ZALDÍVAR, don Andrés (Presidente).- Sí, señora Senadora, en
representación del investigado.
La señora FREI (doña Carmen).- ¿Y eso queda suficientemente claro?
El señor ZALDÍVAR, don Andrés (Presidente).- Sin duda.
Si le parece a la Sala, se aprobará el artículo 8º.
--Se aprueba.
El señor HOFFMANN (Secretario).- Artículo 9º: “Los exámenes genéticos y los
análisis predictivos de la misma naturaleza sólo podrán hacerse por
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motivos terapéuticos o de investigación científica, de acuerdo a las
normas de esta ley.
"En la realización de estos exámenes y análisis se deberá
dar cumplimiento a lo establecido en los artículos 7º, 8º y 13 de esta
ley.".
señor ZALDÍVAR, don Andrés (Presidente).- Si le parece a la Sala, se
aprobará.
--Se aprueba.
señor HOFFMANN (Secretario).- Artículo 10: “La terapia génica en células
somáticas está destinada al tratamiento de enfermedades o a impedir
su aparición.
"Será aplicable en estos casos lo dispuesto sobre
consentimiento informado en los artículos 7º y 8º de esta ley.".
señor ZALDÍVAR, don Andrés (Presidente).- Si le parece al Senado, se
aprobará.
--Se aprueba.
señor HOFFMANN (Secretario).- El artículo 11, sobre el cual incide una
indicación renovada, es del tenor siguiente:
"Se prohíbe la clonación de seres humanos y cualquier
intervención humana que dé por resultado la creación de un ser
humano genéticamente idéntico a otro, vivo o muerto.
"La clonación de tejidos y órganos sólo procederá con una
finalidad terapéutica. En ningún caso podrá usarse para tales fines
embriones humanos.".
señor ZALDÍVAR, don Andrés (Presidente).- Entiendo que la indicación
formulada por el Senador señor Parra es para pronunciarse sobre el
inciso segundo.
señor HAMILTON.- Sólo sobre la frase final.
señor ZALDÍVAR, don Andrés (Presidente).- Entonces, podríamos dar por
aprobado el inciso primero.
¿Habría acuerdo?
señor URENDA.- ¿Me permite, señor Presidente?
señor ZALDÍVAR, don Andrés (Presidente).- Tiene la palabra Su Señoría.
señor URENDA.- Señor Presidente, necesito una aclaración de orden técnico.
El inciso primero expresa: “Se prohíbe la clonación de
seres humanos y cualquier intervención humana que dé por resultado
la creación de un ser humano genéticamente idéntico a otro, vivo o
muerto.”.
¿No es el concepto de clonación el que viene en la frase
siguiente? Y, a la vez, ¿existe la posibilidad de que por procedimientos
científicos se cree un ser humano que no sea en forma necesaria
genéticamente idéntico a otro?
No sé si hay involucrado allí un problema técnico. Porque
si se tratara exclusivamente de la clonación, bastaría con referirse a
ella. ¿Pero es posible mediante intervenciones crear un nuevo ser
humano aunque no sea genéticamente idéntico a otro?
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El señor ZALDÍVAR, don Andrés (Presidente).- No.
El señor URENDA.- ¿Qué ocurre?
El señor ZALDÍVAR, don Andrés (Presidente).- Según los informes científicos
de que disponemos, se produce la identidad completa, plena. Y así lo
plantean todos los expertos consultados.
El señor VIERA-GALLO.- ¿Me permite, señor Presidente?
El señor ZALDÍVAR (don Adolfo).- Tiene la palabra Su Señoría.
El señor VIERA-GALLO.- Quizás para responder al planteamiento del Honorable
señor Urenda, sería más preciso decir: "Se prohíbe la clonación de
seres humanos y, por tanto, cualquier intervención", etcétera. Porque
en caso contrario se puede dar la impresión de que hay dos caminos:
uno, la clonación, y dos, otras intervenciones. Esas otras
intervenciones son formas de clonación, no algo distinto.
Esta redacción viene recomendada por los expertos de la
Comisión. Pero si se deseara ser más explícito, tal vez habría que decir
(insisto) "y, por tanto, cualquier intervención"...
El señor ZALDÍVAR, don Andrés (Presidente).- ¿Habría acuerdo para agregar la
expresión "por tanto" en el inciso primero del artículo 11?
El señor HAMILTON.- Por unanimidad.
El señor LARRAÍN.- Pido la palabra.
El señor ZALDÍVAR, don Andrés (Presidente).- La tiene, Su Señoría.
El señor LARRAÍN.- Señor Presidente, comparto la observación formulada. Y,
aprovechando que se va a introducir una enmienda, pienso que, para
un mejor entendimiento, sería prudente decir "cualquier intervención
en personas" en lugar de "cualquier intervención humana".
Desde luego, el término "humano" se usa tres veces en el
inciso. Pero, al mismo tiempo, no se entiende bien, porque
"intervención humana" es cualquier intervención del hombre. De modo
que puede entenderse de manera distinta.
Por lo tanto, yo sugeriría…
El señor HAMILTON.- Debe decirse "intervención a personas".
El señor LARRAÍN.- Exacto: "y, por tanto, cualquier intervención a personas".
El señor ZALDÍVAR, don Andrés (Presidente).- Si le parece a la Sala, se
aprobará el artículo 11 con las dos enmiendas señaladas.
--Se
aprueba,
con
las
dos
modificaciones
explicitadas.
El señor BOMBAL.- Se renovó una indicación, y quiero intervenir al respecto.
El señor ZALDÍVAR, don Andrés (Presidente).- En su momento entraremos al
conocimiento de ella, señor Senador.
El señor MARTÍNEZ.- Pido la palabra.
El señor ZALDÍVAR, don Andrés (Presidente).- La tiene, Su Señoría.
El señor MARTÍNEZ.- Señor Presidente, en el artículo en discusión, como en
muchos otros del proyecto, aparece la expresión "se prohíbe".
Entonces, yo pregunto qué ocurre a quien no hace caso de la
prohibición respectiva. Porque, aparentemente, no aparece la sanción
que la sociedad...
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DISCUSIÓN EN SALA
El señor ZALDÍVAR, don Andrés (Presidente).- Figura más adelante, señor
Senador.
El señor MARTÍNEZ.- Estuve mirando, pero no la encontré.
El señor ZALDÍVAR, don Andrés (Presidente).- En su oportunidad la veremos,
señor Senador.
En discusión el inciso segundo.
Tiene la palabra el Honorable señor Parra.
El señor PARRA.- Señor Presidente, las observaciones que voy a formular se
referirán sólo a la última parte del inciso, la que se agregó...
El señor HAMILTON.- Perdón, Su Señoría.
Señor Presidente, ¿por qué no damos por aprobada la
primera parte del inciso y discutimos sólo la segunda?
El señor PARRA.- No tengo inconveniente.
El señor ZALDÍVAR, don Andrés (Presidente).- Si le parece a la Sala, se dará
por aprobada la primera parte del inciso segundo, hasta el punto
seguido.
--Se aprueba.
El señor ZALDÍVAR, don Andrés (Presidente).- En discusión la segunda frase,
que dice: "En ningún caso podrá usarse para tales fines embriones
humanos.".
Tiene la palabra el Honorable señor Parra.
El señor PARRA.- Señor Presidente, la segunda parte del inciso segundo del
artículo 11 se originó en una indicación del Honorable señor Bombal,
que lleva el número 24 y consta en las páginas 12 a 14 del segundo
informe de la Comisión de Salud.
Esta indicación trae a Chile un debate que durante gran
parte del año pasado estremeció a Inglaterra y a Europa en general. La
Cámara de los Comunes en Inglaterra, por una muy amplia mayoría, y
más tarde la Cámara de los Lores, por una mayoría también muy
expresiva, procedieron a modificar la ley de fertilización humana y
embriología, de 1990, que regía en ese país, para hacer posible la
clonación de embriones a fin de facilitar el desarrollo de la terapia
génica en los 14 días siguientes a la fecundación. Es decir, en el estado
que -como se hace constar en el informe por una representante del
Ministerio de Salud- en la legislación comparada se denomina
“preembrión”.
El desarrollo de esta forma de clonación con fines de
investigación, y sobre todo terapéuticos, ha cobrado un enorme
crecimiento y tiene importancia fundamental en el tratamiento de
diversas enfermedades degenerativas, particularmente los males de
parkinson y de alzheimer.
El debate que suscitó el pronunciamiento del Congreso
inglés sobre esta materia en enero pasado naturalmente atrajo el
interés de los integrantes de la comunidad científica internacional entre ellos varios chilenos-, los que en su inmensa mayoría aplaudieron
tal decisión.
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DISCUSIÓN EN SALA
Tengo a la mano un artículo del diario “El Mercurio”, de 21
de diciembre pasado, en el cual varios científicos, en nuestro medio,
aprueban la clonación de embriones para los fines que he señalado. Se
trata de una modalidad del todo distinta de la clonación que se prohíbe
en el inciso primero y, por el contrario, de una funcional a lo que
sostiene la primera parte del inciso segundo, que dice: “La clonación de
tejidos y órganos sólo procederá con una finalidad terapéutica.”. La
frase agregada viene, en gran medida, a limitar y a borrar lo que se
afirma en la primera parte de ese inciso segundo.
Pienso que no es posible, en una materia que reconozco
delicada y opinable, introducir una norma prohibitiva como la que se
nos sugiere sin un debate realmente a fondo. El informe deja
constancia de que a lo menos dos de los integrantes de la Comisión
tuvieron algún grado de reserva sobre lo que se les proponía. El
Honorable señor Ríos, por ejemplo, estimó que ésta era una materia
digna de la consideración de la Comisión de Bioética que se viene
creando en el proyecto más que de una disposición como la que en
definitiva se ha traído a la Sala.
No tengo competencia ni conocimientos suficientes para
pronunciarme sobre el particular de una manera tajante. Recuerdo, sí,
que cuando se discutió el proyecto sobre fertilización asistida, originado
en una moción del ex Senador señor Piñera, en el Senado se produjo
un debate sobre el tema del comienzo de la vida, y hubo consenso en
el sentido de que no había elementos suficientes ni esta Corporación
tenía competencia para zanjar una controversia científica de la
profundidad que plantea el inicio de la vida.
Creo que el proyecto se caracteriza por ser sumamente
limitativo de la investigación científica en general; por someterla a una
serie de normas que a veces la prohíben y, otras, la reglamentan en su
desarrollo. Y es altamente peligroso, en nombre de la vida, cerrar las
puertas a una línea de investigación que resulta tan fundamental para
alentar las esperanzas de vida de muchos seres humanos que padecen
enfermedades graves, como las que ya antes mencioné.
Por esa razón, no es el momento de introducir una norma
de las características de la que se nos propone, ni de cerrar aún más
los espacios de desarrollo científico en este campo, en el mismo
instante en que Europa se halla justamente actuando en la dirección
opuesta, como lo prueba no sólo lo resuelto por las Cámaras inglesas,
sino otras iniciativas que hoy están siendo objeto de discusión en otros
países del continente europeo.
Por lo tanto, votaré en contra de la norma propuesta como
parte final del inciso final del artículo 11 del proyecto.
El señor ZALDÍVAR, don Andrés (Presidente).- Tiene la palabra el Honorable
señor Bombal.
El señor BOMBAL.- Señor Presidente, la intervención del señor Senador que me
antecedió en el uso de la palabra me obliga, de alguna forma, a
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DISCUSIÓN EN SALA
explicar los fundamentos del porqué se está renovando la indicación
relativa al artículo 15 que se encuentra más adelante. Por ello, solicito
que se me permita adelantar algunas consideraciones en razón de lo
que aquí se ha expuesto.
Quienes firmamos la renovación de las indicaciones de las
cuales fui autor original, y que en su parte sustancial fueron
rechazadas por la Comisión de Salud, fundamos esa decisión en
argumentos de variada naturaleza. Nos motivan causas de carácter
moral, antropológico, jurídico, sociológico y, también, de coherencia
política.
En ese orden, los ojos de todo un país centran hoy su
visión sobre el valor de la vida humana. Hace sólo unos meses nos
escandalizábamos precisamente con lo que aquí se ha señalado: la
destrucción deliberada de embriones en un país europeo.
Por otro lado, las declaraciones sobre el valor y la vigencia
de los derechos humanos inundan las páginas de la prensa en boca de
los mismos con los que hoy nos vemos las caras.
A mi entender, ha llegado el momento de que se
manifieste cuánto se aprecia la vida humana en esta Sala. Y no lo digo
en tono contradictor, pues nos anima y estimula lo anterior, ya que en
este mismo Hemiciclo hace unos meses, en una sesión extraordinaria –
o, para ser más explícito, en una extraordinaria sesión-, no se
escatimaron esfuerzos para valorar la vida de los animales sometidos a
tratos indignos y, también, la del árbol, al que se le brindó una muy
justa protección.
Estoy seguro -y lo estamos quienes firmamos la indicación
renovada- de que hoy brindaremos, en ese mismo orden, protección a
la vida humana en gestación, y nadie podría negarse a ello sin entrar
en una contradicción valórica muy profunda.
Para fundar las indicaciones renovadas, particularmente en
la parte que resultaron rechazadas, nos parece indispensable centrar el
tema de discusión en las normas jurídicas que obviamente obligan al
Senado en cuanto órgano del Estado.
En primer lugar, deseo recordar a las señoras y señores
Senadores el acuerdo interpretativo incorporado a la ley de reforma
constitucional que modificó el inciso primero del artículo 1º de la
Constitución Política, sustituyendo la expresión “Los hombres” por “Las
personas”. Desde luego, no está de más señalar que tal interpretación
acordada unánimemente reviste hoy día obligatoriedad para esta Sala,
ya que fue aprobada por el Senado investido de sus facultades de
constituyente derivado -es decir, como órgano hábil para modificar la
Carta Fundamental-, y hoy se encuentra reunido en cuanto legislador,
de modo que el principio de supremacía jerárquica obliga ahora a esta
Corporación.
En sesión de 3 marzo de 1999, durante el debate y antes
del tiempo de votaciones, el Senador que habla pidió al señor
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Presidente la posibilidad de hacer una declaración previa -solicitud que,
puesta a consideración de la Sala, se acordó por unanimidad-, a fin de
dejar una constancia en la Versión Taquigráfica, para la historia
fidedigna del establecimiento de la norma constitucional que se
modificaba mediante el proyecto en debate, respecto a desde cuándo
se adquiere la calidad de persona. Sobre la base de esa aclaración
pedida, se solicitó formalmente a la Mesa que recabara el acuerdo de la
Sala con el fin de hacer constar en forma expresa, para la historia
fidedigna -reitero- del precepto que se estaba reformando, que, ante el
hipotético caso de que el proyecto se convirtiera en norma
constitucional, jamás se podría desprender de él, en conformidad a
nuestro ordenamiento fundamental, que se es persona, y por ello
sujeto del Derecho, a partir del nacimiento, pues ello había sido
zanjado ya por la disposición constitucional. Lo que se estaba pidiendo
es que quedara establecido claramente que se era persona desde el
instante mismo de la concepción. Y, por unanimidad, el Senado decidió
así ratificarlo y dejar expresa constancia en este sentido.
Y el Honorable señor Larraín, entonces Presidente de la
Comisión de Constitución, hizo la salvedad al detallar los pormenores
del debate habido en dicha Comisión. Recordemos también que, hecha
la aclaración, la Sala del Senado, con la intervención del Honorable
señor Viera-Gallo, confirmó la idea de que con esta reforma no se
innovaba sobre la materia, y aprobó, por unanimidad, la interpretación
del Honorable señor Larraín.
señor VIERA-GALLO.- ¿Me permite una muy breve interrupción, señor
Senador? Sólo para hacer una aclaración, pues Su Señoría me ha
citado.
señor BOMBAL.- Sí, señor Senador, pero ruego que se me conceda un poco
más de tiempo para precisar mis palabras.
señor VIERA-GALLO.- Señor Presidente, en esa ocasión manifesté la
distinción -y así figura en el informe- entre lo que es “vida humana” y
“persona humana”.
señor BOMBAL.- Correcto.
señor VIERA-GALLO.- Es distinto. Se protege la vida humana, y ahí se
discutirá desde cuando empieza. Pero una cosa es la vida intrauterina,
que no implica la existencia de una persona ante el Derecho, y otra es
el nacido vivo, según el Código Civil, que es una persona jurídica.
señor BOMBAL.- El derecho cuya exigencia de protección está en juego hoy
en esta Sala es justamente el derecho a la vida, garantizado a todas
las personas en el número 1 del artículo 19 de la Constitución Política.
El contenido global de este derecho, que reconoce y protege esta
básica garantía constitucional, es que se refiere preferentemente al
soporte biológico y psíquico del hombre. Por esta razón, el derecho a la
integridad física y psíquica de la persona es el complemento directo de
esta misma garantía constitucional. Pero el constituyente no se
contentó con garantizar la vida, sino que además dispuso su protección
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DISCUSIÓN EN SALA
desde el inicio de la misma. Por ello es que también se ordena
justamente al legislador la protección de la vida del que está por nacer,
en una clara y enfática orden que esta Sala hoy día no puede ni debe
eludir.
La destrucción de un embrión obviamente importa, a
nuestro juicio, el delito de homicidio, pues esa figura típica ampara
precisamente la vida humana y de ello es de lo que hemos estado
hablando en esta Sala. A mayor abundamiento, y para acreditar
fehacientemente que el bien protegido es la vida humana, no faltará
quien pretenda sostener que a lo menos existe duda en nuestra
legislación con relación a cuándo ésta comienza. En este punto es
indispensable ser sumamente claros. No existe duda alguna, ni
científica ni jurídica, en cuanto a que la vida humana se inicia desde la
concepción. En ese momento los gametos dan un salto sustancial en
virtud del cual dejan de ser lo que son, comenzando un proceso único e
irreversible, precisamente el proceso de la vida. Todos los demás
cambios, a partir de entonces, son sólo accidentales: lugar, tiempo,
relación, etcétera. No existe diferencia sustancial alguna entre un
individuo recién concebido con ninguno de los señores Senadores aquí
sentados, o ninguno de los jóvenes que hoy nos oyen desde las
tribunas.
Pero aún hay más: el Pacto de San José de Costa Rica,
también conocido como la Convención Americana de Derechos
Humanos, tratado internacional suscrito por Chile, que se encuentra
vigente y al que incluso hizo alusión el Honorable señor Viera-Gallo al
inicio de esta sesión, dispone lo siguiente en su artículo 4º: “Toda
persona tiene derecho a que se respete su vida. Este derecho estará
protegido por la ley y, en general, a partir del momento de la
concepción. Nadie puede ser privado de su vida arbitrariamente”.
Esta disposición, hoy, a la luz de lo dispuesto en el inciso
segundo del artículo 5º de la Constitución, que señala que “Es deber de
los órganos del Estado respetar y promover tales derechos,
garantizados por esta Constitución, así como por los tratados
internacionales ratificados por Chile y que se encuentren vigentes”, es
materia esencial para este análisis, y obliga a esta Sala a comportarse
como órgano del Estado, a respetar y promover tal derecho -es decir,
la vida humana- desde la concepción, brindándole efectiva garantía.
Todo lo anterior se ha visto además refrendado con la
sentencia de fecha 15 de marzo de 2000 de la Corte Interamericana de
Derechos Humanos, la cual, al determinar el contenido, extensión y
verdadero sentido de la disposición del artículo cuarto, número 1, ya
citado, dispuso: “En relación con lo expresado, cabe concluir que tales
prácticas “-las de fertilización asistida- “atentan claramente contra la
vida y la dignidad del ser humano. A juicio de este tribunal “-la Corte
Interamericana- “no basta con establecer las restricciones que contiene
el decreto, pues la aplicación de las técnicas de fecundación in vitro y
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DISCUSIÓN EN SALA
transferencia embrionaria, aun con ellas, atentan contra la vida
humana. El embrión humano es persona desde el momento de la
concepción, por lo que no puede ser tratado como objeto, para fines de
investigación, ser sometido a procesos de selección conservado en
congelación, y lo que es fundamental para la sala, no es legítimo
constitucionalmente que sea expuesto a un riesgo desproporcionado de
muerte”.
Entonces el embrión, desde su concepción, es persona. Es
decir, es el individuo de la especie humana, cualquiera sea su edad,
sexo, estirpe o condición, como lo prescribe el Código Civil. Y el
atentado en contra de la vida de las personas, que en la especie
importa su destrucción, se castigará conforme lo señala la indicación
bajo la pena del homicidio, pues es la figura típica aplicable.
Ahora bien, con relación a la segunda de las indicaciones
renovadas sobre la misma base de argumentación expuesta, la pena
que se propone es inferior porque la conducta descrita es diferente.
Aquí se sanciona la interrupción del desarrollo del embrión, por
ejemplo, la crioconservación.
Finalmente, se hace expresa alusión a que esta última
materia no regirá la eximente de responsabilidad penal relativa a
invocar el cumplimiento de las finalidades previstas en esta ley, lo que
no hace excepción de la eximente general del artículo 10, número 10,
del Código Penal, que exime de responsabilidad criminal al que obra en
cumplimiento de un deber o en el ejercicio legítimo de un derecho,
autoridad, oficio o cargo. Son claramente situaciones diferentes. La
norma que se propone impide justificar una acción delictiva, descrita y
sancionada en el propio proyecto, bajo la excusa de haber cumplido la
finalidad de esta misma ley, lo que no impide la eximente general que
se funda, no en las finalidades de la ley, sino en situaciones concretas
de cumplimiento de deber, de ejercicio legítimo de un derecho,
autoridad, oficio o cargo.
Señor Presidente, permítame una última reflexión. Chile
hoy, luego de una intestina lucha, realiza grandes, serios y propicios
esfuerzos por alcanzar la paz, por acercar las posiciones de tantos que
durante tanto tiempo hemos vivido en bandos contrarios. Es cierto que
han
existido,
existen
y
seguirán
existiendo
sensibilidades
legítimamente diversas y muy respetables. Sin embargo, este Senado
ha sido escenario de grandes gestos e inmensos signos y ejemplos para
el país. Creo que hoy día, más que nunca, Chile exige un acuerdo por
la vida. Nadie sobra en Chile. Esta tierra debe acoger a todos.
Propiciemos entonces que así ocurra, y que en Chile jamás se desprecie
la vida y, muy por el contrario, que se garantice, se proteja y
promueva desde el instante mismo de la concepción. Sólo así
podremos lograr los propósitos de paz, los que, por lo demás, hoy a
mediodía los hemos explicitado de manera tan solemne en presencia de
altos dignatarios de la Iglesia chilena.
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DISCUSIÓN EN SALA
He dicho.
El señor ZALDÍVAR, don Andrés (Presidente).- Tiene la palabra el Honorable
señor Díez.
El señor DÍEZ.- Señor Presidente, después del discurso del Senador que me
antecedió en el uso de la palabra, sólo quiero hacer presente al Senado
el peligro que envuelve el uso de cierto lenguaje contemporáneo, Y uno
recuerda a Confucio en aquello de que cuando las palabras pierden su
sentido, el hombre pierde la razón. Al aborto se le llama “interrupción
del embarazo”; cuando se asesina a un embrión, a éste se le denomina
“preembrión”. Y de esta manera estamos jugando con las palabras. La
ciencia dice que cuando el óvulo recibe un espermatozoide no acepta
ninguno más, queda clausurado, terminado, impermeable, y en ese
momento comienza el proceso de la vida. Ahí hay un hombre en
potencia, un ser vivo protegido por la Constitución. Cuando la Carta
Fundamental dice que la ley protege la vida del que está por nacer, se
refiere a la del ser que está por nacer, el cual es un embrión. Y
debemos tener respeto por esa vida. Atentar contra ese embrión
evidentemente constituye un delito.
A raíz de la discusión en el Senado del proyecto para abolir
la pena de muerte, se señaló, entre otras cosas, que la vida humana no
podía ser privada por ningún motivo, ni siquiera por razones de bien
común, salvo que sea absolutamente indispensable, esto es, cuando la
vida de una persona conlleva el riesgo de muerte para otros seres de la
sociedad.
Por lo tanto, ni siquiera el bien común puede justificar la
pena de muerte.
De aprobarse el proyecto despachado por el Senado,
dejará de existir en Chile el pretexto de que, por el bien común, se
priva de la vida a un delincuente, pues se estableció el sistema
civilizado del presidio perpetuo real.
Asimismo, el interés científico constituye otro aspecto
relevante en esta materia. Éste no nos debe permitir la privación de la
vida humana en ninguna de sus épocas, desde que se inicia con la
concepción hasta la muerte natural. Si la sociedad empieza a
desconocer la vida humana, ya sea desde el comienzo en el embrión, o
al final, permitiendo la eutanasia, la eugenesia, se estaría abriendo otra
vez un período histórico que ya habíamos cerrado, en que todo está
fundado en el hombre, para garantizar su vida, su desarrollo desde su
concepción hasta su muerte natural. En medio de dicha etapa, nada es
ético, ni debe corresponder a la evolución del derecho contemporáneo.
He dicho.
El señor ZALDÍVAR, don Andrés (Presidente).- Tiene la palabra el Senador
señor Viera-Gallo.
El señor VIERA-GALLO.- Señor Presidente, creo que aquí se están discutiendo y
mezclando distintos temas, por lo que tal vez sería conveniente ir a lo
planteado por el Senador señor Parra.
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DISCUSIÓN EN SALA
La norma prohíbe la clonación, respecto de lo cual existe
acuerdo en todos los señores Senadores. Permite la clonación de
tejidos y órganos, pero sólo con finalidad terapéutica.
¿Qué dice la frase en discusión? Hoy día -según nos
explicaron los entendidos en la Comisión- la única forma de obtener la
clonación de tejidos y órganos es a través del uso de células troncales
de embriones. Esto significa que si el día de mañana, con el avance de
la ciencia, alguien quisiera un transplante de un órgano propio, tendría
que fabricar un embrión y dentro de los primeros 14 días (de acuerdo
con la tesis explicada por el Senador señor Parra, aprobada en el
Parlamento inglés) extraer las células troncales para producir el órgano
que requiere.
Resulta que para muchos ello es constitutivo de un
atentado a la vida, porque se considera que la distinción entre
preembrión y embrión no tiene consistencia jurídica suficiente. Por eso,
se puso la referida frase, a objeto de evitar que se utilicen
preembriones o embriones en sus primeros días para la clonación a
través del uso de sus células troncales, por todos los argumentos
filosóficos, religiosos o de distinta naturaleza que aquí se han señalado.
Es factible que, en un plazo más o menos breve, la
clonación de tejidos y órganos se efectúe, no a través del uso de
preembriones o embriones, sino directamente con las células del
cuerpo de la persona. Y eso será perfectamente posible, porque es un
avance legítimo de la ciencia. Ojalá fuere así. Hacia eso vamos, y seguramente- dentro de muy poco tiempo será factible. Por lo tanto, es
natural que la norma en comento permita la clonación de tejidos y de
órganos.
Respecto del controvertido y complejo tema planteado por
el Honorable señor Parra, donde se presentan muchos argumentos a
favor de una u otra tesis, la discusión de fondo nos lleva al problema
que aquí se ha suscitado, es decir, cuál es el momento exacto en que
principia la vida: si es a partir de la concepción, o de la anidación,
etcétera. Sin embargo, este tipo de debates puede trancar un proyecto
que, no cabe duda, es importante.
Por ello, considero que el artículo, tal cual viene
despachado por la Comisión, permitirá el desarrollo de la ciencia en el
futuro.
Es verdad que impedirá hoy el uso de células troncales de
embriones para producir tejido u órganos.
Ahora, el Senador señor Bombal ha unido al debate otra
indicación, que será oportuno discutir después. Ésta se refiere a si
existe o no diversidad de jerarquía jurídica en cuanto a la gravedad del
delito entre el homicidio, el aborto o la destrucción del embrión. Pienso
que esto es otro tema.
He dicho.
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DISCUSIÓN EN SALA
El señor ZALDÍVAR, don Andrés (Presidente).- Tiene la palabra el Senador
señor Adolfo Zaldívar.
El señor ZALDÍVAR (don Adolfo).- Señor Presidente, el artículo 1º del proyecto,
al menos en lo que a mí respecta, precisa el aspecto central que se
halla en discusión. Es muy claro, y señala: “La presente ley tiene por
finalidad proteger la vida, la integridad física y síquica de las personas,
así como su dignidad e identidad...”.
Ahora bien, aceptando esta premisa fundamental habría
que entrar a ver desde cuándo entendemos que hay vida humana.
Pienso que sería muy pretencioso para el Senado (o para
cualquiera Corporación de esta naturaleza) precisar este hecho.
Ciertamente, aun cuando se estableciera en un precepto legal, a mi
juicio, no tendría ningún sentido.
Sin embargo, para mí queda claro –conforme a la
concepción que tengo sobre el tema- que si hay duda en cuanto al
momento en que puede existir vida humana, y realmente se está de
buena fe o al menos se comparte valóricamente esta materia, desde
ahí debe plantearse su protección. Eso sería lo lógico, lo que señala el
sentido común, sin lugar a dudas.
El relato acerca de lo que se discutió en la Cámara de los
Comunes, o en la de los Lores, en Inglaterra, hace mucha fuerza.
Argumentos de esa naturaleza por cierto tienen valor. Pero por Dios
que es feble hablar del embrión hasta los 14 días. ¿Y por qué no hasta
los quince o dieciséis? O si se quiere tener todavía mayor éxito, por
qué no dejan que el ser humano llegue hasta el final en su gestación, y
ahí se asesta el golpe para dar vida a otro ser humano. Quizás eso
sería lo más práctico, lo más seguro, lo mejor, para todo este tipo de
investigaciones. Pero seamos claros: o estamos con la vida humana, en
la forma como ésta debe entenderse, o buscamos, a través de la
ambigüedad, facilitar, no su respeto, sino su término.
La precisión entregada por el Senador señor Parra vuelve
nuevamente a la discusión un tema que ya debatimos. Me alegra de
que se hayan formulado esos planteamientos, a fin de que el proyecto
que nos ocupa, mañana ley de la República, sea claro, para que
avancemos en ésta y otras materias.
Me parece acertado el inciso segundo tal cual está, porque
nos encontramos ante una definición clave: el embrión humano
constituye un germen de vida, que pasado el tiempo de gestación, de
acuerdo con su naturaleza, se transformará en un ser con la misma
dignidad e identidad de los que hoy estamos discutiendo este tipo de
materias. Y, por lo mismo, no podemos sino precisar cada una de estas
cosas justamente como deben ser.
Por todo ello, soy partidario abierto y claro de mantener el
texto tal como se propone.
El señor ZALDÍVAR, don Andrés (Presidente).- Tiene la palabra el Honorable
señor Martínez.
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El señor MARTÍNEZ.- Señor Presidente, la última frase del inciso segundo del
artículo 11 dice: “En ningún caso podrá usarse para tales fines
embriones humanos.”.
El problema radica en la expresión “para tales fines”.
¿Cuáles? La clonación de tejidos y órganos. Es decir, los embriones
humanos se podrían usar para otros propósitos. Es lo que deduzco del
texto.
Entonces, esta redacción lleva a un equívoco, porque da la
sensación de que no se quiere que los embriones humanos se utilicen
sólo para clonación de tejidos y órganos, pero sí para otros efectos:
cremas de belleza, trasplantes, etcétera.
Creo que la norma en comento merece una nueva
redacción, quizás mucho más directa. Porque está claro exactamente
en qué momento surge la persona humana: cuando se produce la
fecundación.
Sugiero consignar expresamente que se prohíbe usar
embriones humanos. Porque, de no hacerlo, puede interpretarse insisto- que no es posible utilizarlos para ciertos fines, pero sí para
otros. En definitiva, con esa redacción, no tan precisa, se acepta que
el embrión humano puede servir para propósitos distintos de la
clonación de tejidos y órganos.
Reitero la necesidad de revisar la redacción, porque de
otro modo se contradirían todos los planteamientos formulados y, por
la vía del equívoco en el texto, abriríamos de nuevo un ataque
profundo y directo al concepto de vida humana y de dignidad de la
persona humana.
Ése es mi planteamiento.
El señor ZALDÍVAR, don Andrés (Presidente).- Deseo hacer presente al señor
Senador que sólo por acuerdo unánime podemos corregir el contenido
de la norma en comento. El único derecho reglamentario que asiste a
Su Señoría es pedir división de la votación respecto de esa frase, una
vez que nos pronunciemos acerca de la indicación del Honorable señor
Parra, para eliminar los términos “para tales fines”.
El señor MARTÍNEZ.- Entonces, solicito división de la votación.
El señor ZALDÍVAR, don Andrés (Presidente).- Debe hacer llegar por escrito la
indicación respectiva, para que se vote separadamente dicha frase,
señor Senador.
El señor MARTÍNEZ.- Cómo no, señor Presidente.
El señor ZALDÍVAR, don Andrés (Presidente).- Tiene la palabra el Honorable
señor Chadwick.
El señor CHADWICK.- Señor Presidente, lo propuesto por el Honorable señor
Parra en su indicación para eliminar la frase final del inciso segundo del
artículo 11 nos lleva a una imposibilidad constitucional.
Coincido totalmente con la fundamentación entregada por
los Honorables señores Bombal, Díez y Adolfo Zaldívar; pero más allá
del momento en que se origina la vida, y compartiendo plenamente las
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argumentaciones doctrinarias y científicas que se han dado, deseo
aportar un punto de vista jurídico.
Del debate en desarrollo queda la impresión de que
nuestro ordenamiento jurídico no hubiera definido desde qué momento
se inicia la vida. Y ello no es así. Porque existe un instrumento, la
Convención Americana sobre Derechos Humanos “Pacto de San José de
Costa Rica”, que en su artículo 4, con relación al derecho a la vida,
dispone lo siguiente: “1. Toda persona tiene derecho a que se respete
su vida. Este derecho estará protegido por la ley y, en general, a partir
del momento de la concepción.”, etcétera.
Es decir, en el artículo 4 del Pacto de San José de Costa
Rica está definido que la vida de un ser humano se inicia al momento
de la concepción. Y nos impone la obligación, por medio de la ley, de
proteger tal derecho desde ese momento.
Por lo tanto, jurídicamente hablando, en nuestro país no
existe duda, sino la más absoluta certeza, de que la vida se inicia
desde el momento de la concepción, porque está establecido
expresamente en el Pacto de San José de Costa Rica, que nos genera
dos obligaciones constitucionales: por un lado, en virtud del artículo 5º
de la Constitución, sus intérpretes nos señalan que, por tratarse de un
convenio internacional sobre la materia, se entiende integrado a ella.
Por consiguiente, dicha norma nos coloca no sólo una definición con
certeza jurídica sobre el momento de la vida, sino también una
disposición de rango superior a la que discutimos en este momento.
En segundo lugar, el artículo 5º de la Carta -y por eso que
la eliminación de la frase final del inciso segundo del artículo 11 del
proyecto, a mi juicio, no corresponde- nos pone una obligación, al
señalar que es deber de los órganos del Estado respetar y promover los
derechos humanos establecidos en ella y en los tratados
internacionales vigentes sobre derechos humanos, en este caso, el
artículo 4 del Pacto de San José de Costa Rica.
Por ende, como órgano del Estado, al tenor del referido
precepto constitucional y del señalado Pacto no podemos desproteger
ni por un instante el derecho a la vida, que se inicia al momento de la
concepción, como dispone dicho instrumento internacional.
En consecuencia, no nos corresponde eliminar expresiones
como las contempladas en el proyecto, que pretenden precisamente
proteger el derecho a la vida, porque tenemos el mandato
constitucional y el deber como órgano del Estado de respetar el artículo
5º de la Constitución.
He dicho.
El señor ZALDÍVAR, don Andrés (Presidente).- Tiene la palabra el Senador
señor Silva y, en seguida, el Honorable señor Parra, en su segundo
discurso.
El señor SILVA.- Señor Presidente, no entraré al fondo del asunto, como se ha
pretendido en esta reunión, porque honestamente creo que el debate
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DISCUSIÓN EN SALA
nos está demostrando que el peligro radica, precisamente, en que en
un momento que no es oportuno y en un proyecto de ley que no viene
al caso, se plantea algo que, en verdad, el Honorable señor Parra no ha
querido abordar.
Recuerdo que esta discusión no es nueva entre nosotros,
pues ya se suscitó hace tal vez dos años y medio, con motivo de un
estudio sobre la igualdad de las personas. En aquella oportunidad me
permití sostener la vigencia de la norma del Código Civil, que establece
que la vida de la persona comienza al nacer. Ella está vigente, no ha
sido derogada y tampoco se ha suprimido el artículo 4 a que se refirió
el Honorable colega que me precedió en el uso de la palabra. Los
civilistas, hasta el día de hoy, siguen enseñándola como norma de
vigencia positiva.
Aquí el debate se plantea sobre un supuesto distinto.
Nadie quiere sostener –y tengo la certeza de que el Senador señor
Parra no lo ha hecho- que sea lo mismo la persona que la vida humana.
La persona y la vida de la persona (lo dice el Código Civil) comienzan al
nacer. Otra cosa es que se quiera proteger la vida humana desde el
momento de la concepción, entendiéndose, en términos que pueden
ser muy respetables para muchos señores Senadores, que la vida
humana comienza con la concepción y no con el nacimiento; pero se
trata de dos cosas jurídicamente diferentes en nuestra legislación
positiva.
Antaño, cuando se produjo aquella discusión, recuerdo
que, ante una intervención del Honorable señor Larraín, le dije que
estaba disponible para estudiar a fondo esta materia, en un momento
que fuera oportuno, cuando él lo estimara necesario, y en una
disposición expresamente establecida para tal efecto.
Lo que nos provoca inquietud es que, con motivo de una
norma de índole diferente y de una iniciativa de ley con una
conformación y una motivación distintas -se lo digo con el mayor
respeto a mi querido amigo el Senador señor Bombal-, se nos ha
introducido un problema que resulta extremadamente grave. Porque,
por una vía sutil –diría-, se nos plantea un concepto que estamos
dispuestos a analizar en profundidad, cuando se someta a nuestra
consideración la necesidad de definir en términos claros, diáfanos y que
no sean nunca más discutibles en nuestra legislación, el que la vida de
la persona comienza en el momento de la concepción y no al nacer.
Pero mientras tanto, la realidad de nuestro Derecho positivo es otra y
se están introduciendo, en consecuencia, normas que pretenden
cambiar esta concepción por la vía de los llamados en otra época
“resquicios legales”.
Tengo la convicción de que a eso conduce la inquietud que
con fundamento ha planteado el Senador señor Parra y que, por lo
tanto, apoyo; pero, junto con hacerlo, reitero a mis distinguidos
colegas que estamos disponibles, porque creemos en la necesidad de
Historia de la Ley Nº 20.120
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DISCUSIÓN EN SALA
proteger la vida humana en los mismos términos en que se proteja a la
persona; pero la realidad es que hoy día en nuestra legislación sigue
distinguiéndose entre la persona y la vida humana.
Nada más, señor Presidente.
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OFICIO DE LEY
1.9. Oficio de Cámara de Origen a Cámara Revisora.
Oficio de ley a Cámara Revisora. Comunica texto aprobado. Fecha 14 de
marzo, 2001. Cuenta en Sesión 44. Legislatura 343. Cámara de Diputados.
Nº 17443
Valparaíso,
Con motivo de la Moción, informes y antecedentes que tengo a
honra pasar a manos de Vuestra Excelencia, el Senado ha dado su aprobación
al siguiente
PROYECTO DE LEY:
“Artículo 1º.- La presente ley tiene por finalidad proteger la vida,
la integridad física y síquica de las personas, así como su dignidad e identidad
genética, con respecto a la investigación científica y sus aplicaciones y al
ejercicio de la medicina.
Artículo 2º.- El genoma humano es la base de la unidad fundamental de
todos los miembros de la familia humana y del reconocimiento de su identidad,
dignidad y diversidad.
Artículo 3º.- Se prohibe toda práctica eugenésica. Sólo se podrán
modificar características genéticas humanas que incidan en la herencia en los
casos y en la forma previstos por la ley.
Artículo 4º.- Se prohibe toda forma de discriminación basada en el
patrimonio genético de las personas.
Artículo 5º.- Sólo podrán realizarse estudios e indagaciones para
determinar la identidad genética de una persona con su consentimiento, o por
orden de tribunal competente en causa en que tal hecho sea relevante.
Artículo 6º.- La libertad para llevar a cabo actividades de investigación
científica tiene como límite el respeto a los derechos y libertades esenciales
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OFICIO DE LEY
que emanan de la naturaleza humana, así reconocidos por la Constitución
Política de la República.
Artículo 7º.- Toda investigación científica en un ser humano que
involucre algún tipo de intervención física o síquica en el sujeto debe ajustarse
a lo dispuesto en la presente ley, además de a otras normas que resulten
aplicables según el caso.
Deberá contar con el consentimiento libre e informado del sujeto,
otorgado personalmente, o por su representante legal cuando aquél carezca de
capacidad para obrar por sí mismo.
La prestación del consentimiento deberá constar en un acta firmada
también por el director responsable del proyecto respectivo y por el director
del establecimiento donde se realizará la investigación, quien actuará como
ministro de fe.
La revocación del consentimiento procederá siempre y no generará
responsabilidad de ninguna especie, cualesquiera sean los efectos que ella
produzca.
Artículo 8º.- Sin perjuicio de las exigencias establecidas en las demás
normas de esta ley, son deberes especiales del investigador:
1) Transmitir al sujeto, en un lenguaje comprensible para él, toda
información que necesite para prestar un consentimiento informado, incluida
posibilidad de negarse a participar en la investigación antes de su inicio
durante el curso de la misma, sin incurrir en responsabilidades o sanciones
en pérdida de beneficios.
la
la
y
ni
2) Ofrecer al sujeto amplia oportunidad de hacer preguntas e instarlo a
que las haga.
3) Excluir toda posibilidad de engaño, influencia indebida o intimidación.
4) Recabar el consentimiento escrito del sujeto una vez que éste tenga
pleno conocimiento de los siguientes aspectos:
a) naturaleza de la investigación, procedimientos a seguir y duración
aproximada;
b) riesgos e incomodidades asociadas a la investigación;
c) beneficios potenciales de la investigación, y
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OFICIO DE LEY
d) procedimientos
beneficiosos.
o
tratamientos
alternativos
que
podrían
ser
5) Renovar el consentimiento informado si las condiciones o los
procedimientos de la investigación sufren modificaciones importantes.
Artículo 9º.- Los exámenes genéticos y los análisis predictivos de la
misma naturaleza sólo podrán hacerse por motivos terapéuticos o de
investigación científica, de acuerdo a las normas de esta ley.
En la realización de estos exámenes y análisis se deberá
cumplimiento a lo establecido en los artículos 7º, 8º y 13 de esta ley.
dar
Artículo 10.- La terapia génica en células somáticas está destinada al
tratamiento de enfermedades o a impedir su aparición.
Será aplicable en estos casos lo dispuesto sobre consentimiento
informado en los artículos 7º y 8º de esta ley.
Artículo 11.- Se prohibe la clonación de seres humanos y por tanto
cualquier intervención a persona que dé por resultado la creación de un ser
humano genéticamente idéntico a otro, vivo o muerto.
La clonación de tejidos y órganos sólo procederá con una finalidad
terapéutica. En ningún caso podrá usarse para tales fines embriones humanos.
Artículo 12.- El conocimiento del genoma humano es patrimonio común
de la humanidad. Nadie puede atribuirse ni constituir propiedad sobre el mismo
o sobre parte de él. Por lo tanto, el conocimiento de la estructura de un gen y
de las secuencias de ADN no son patentables.
Los procesos biotecnológicos derivados del conocimiento del genoma
humano, así como los productos obtenidos directamente de ellos, como los
medicamentos, son patentables según las reglas generales.
Artículo 13.- La información genética de una persona será reservada,
salvo que ella la revele o que el juez lo autorice, todo ello sin perjuicio de las
normas sobre secreto profesional.
Artículo 14.- La recolección, almacenamiento, tratamiento y difusión de
datos genéticos de las personas se ajustará a las normas de la ley Nº 19.628,
sobre Protección de Datos de Carácter Personal.
Artículo 15.- Queda prohibido solicitar, recibir, poseer y utilizar
información genética relativa a una persona determinada e identificable, así
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OFICIO DE LEY
como indagar si una persona se ha realizado un examen o análisis de carácter
genético, salvo autorización legal expresa.
Estas prohibiciones no afectan a la recolección y procesamiento de
información genética de carácter estadístico y no nominativa.
Artículo 16.- Los datos genéticos que permitan la identificación de una
persona deberán ser encriptados para su almacenamiento y transmisión.
La encriptación podrá omitirse temporalmente por razones de salud
pública.
Artículo 17.- Créase una Comisión Nacional de Bioética que estará
integrada por las siguientes personas:
- Cuatro académicos designados por el Consejo de Rectores, que
pertenezcan respectivamente a las Facultades de Medicina, Derecho, Ciencias y
Filosofía de las universidades que lo integran.
- Tres personas designadas por el Instituto de Chile, que pertenezcan a
las Academias de Medicina, de Ciencias y de Ciencias Sociales, Políticas y
Morales, respectivamente.
- Una persona designada por el Senado.
- Una persona designada por el Presidente de la República, quien la
presidirá.
Las personas designadas permanecerán en sus funciones por el plazo de
tres años, pudiendo ser reelegidos. Servirán dichas funciones ad-honorem.
Artículo 18.- La Comisión tendrá las siguientes funciones:
- Asesorar al Presidente de la República en materias propias de su
competencia.
- Elaborar los informes de su especialidad que le soliciten los órganos
del Estado y los establecimientos de educación superior.
- Promover el estudio y conocimiento de la bioética en el nivel
académico y asistencial y normativo.
- Proponer las normas que sean necesarias para la aplicación de esta ley
u otras relacionadas con la bioética, las que deberán ser sancionadas mediante
los actos administrativos que procedieren para su debida exigibilidad.
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OFICIO DE LEY
Artículo 19.- La Comisión tendrá una Secretaría Ejecutiva que coordinará
su funcionamiento y cumplirá los acuerdos que aquélla adopte. Estará
conformada por el personal que al efecto asigne el Ministerio de Salud, entre
los cuales deberá incluirse un profesional experto en bioética y un abogado.
Artículo 20.- Los establecimientos que deseen participar en proyectos de
investigación científica en seres humanos, deberán contar con un Comité de
Bioética conforme al reglamento.
Los Comités de Bioética autorizarán las investigaciones que sean
sometidas a su consideración, de acuerdo con las normas establecidas a
propuesta de la Comisión Nacional de Bioética.
Artículo 21.- El que violare la reserva de la información genética de una
persona, al margen de los casos que autoriza el artículo 13, sufrirá las penas
establecidas en ambos incisos del artículo 247 del Código Penal, según el caso.
El que omitiere la encriptación a que se refiere esta ley, sin incurrir en la
conducta descrita en el inciso anterior, será sancionado con una multa de tres
a cinco unidades tributarias mensuales.
Artículo 22.- El que omitiere el acta a que se refiere el inciso tercero del
artículo 7° o la confeccionare manifiestamente incompleta o sustancialmente
falsa, será sancionado con una multa de 10 a 20 unidades tributarias
mensuales.
Artículo 23.- El que clonare o iniciare un proceso de clonar seres
humanos será sancionado con la pena de presidio menor en su grado medio.”.
Dios guarde a Vuestra Excelencia.
ANDRES ZALDIVAR LARRAIN
Presidente del Senado
CARLOS HOFFMANN CONTRERAS
Secretario del Senado
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PRIMER INFORME COMISIÓN SALUD
2. Segundo Trámite Constitucional: Cámara de
Diputados.
2.1. Primer Informe Comisión de Salud.
Cámara de Diputados. Fecha 20 de julio, 2004. Cuenta en Sesión 21.
Legislatura 351.
INFORME DE LA COMISIÓN DE SALUD SOBRE EL PROYECTO DE LEY
QUE REGULA LA INVESTIGACIÓN CIENTÍFICA EN EL SER HUMANO, SU
GENOMA Y PROHÍBE LA CLONACION HUMANA.
BOLETÍN N° 1993-11 (S).
JULIO DE 2004
ÍNDICE
PÁGINA
OBJETIVOS
...................................................................................
1
II.
ANTECEDENTES GENERALES ...................................................
2
III. IDEAS MATRICES DEL PROYECTO ...........................................
3
IV. MARCO JURÍDICO INTERNACIONAL .............................................. 3
V. NORMATIVA NACIONAL .............................................................. 4
VI. PRIMER TRÁMITE CONSTITUCIONAL ........................................
6
VII. TEXTO APROBADO POR EL SENADO ........................................
9
VIII. SEGUNDO TRÁMITE CONSTITUCIONAL ....................................
13
1) Consideraciones generales sobre la materia .........................
13
2) Personas que concurrieron a la Comisión ..............................
18
3) Consideraciones particulares ................................................. 20
a)
Clonación en seres humanos ......................................
20
b)
Genoma humano .......................................................... 21
c)
Creación de una Comisión de Bioética .........................
22
IX. DISCUSIÓN Y VOTACIÓN EN GENERAL .....................................
23
X. PRIMERA DISCUSIÓN EN PARTICULAR .....................................
23
XI. TEXTO APROBADO POR LA COMISIÓN ................................. Anexo
I.
Historia de la Ley Nº 20.120
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PRIMER INFORME COMISIÓN SALUD
XII.
XIII.
XIV.
XV.
XVI.
REAPERTURA DEL DEBATE ........................................................
SEGUNDA DISCUSIÓN EN PARTICULAR ...................................
TEXTO APROBADO POR LA COMISIÓN ......................................
CONSTANCIAS REGLAMENTARIAS ............................................
DIPUTADO INFORMANTE ............................................................
41
50
67
71
71
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PRIMER INFORME COMISIÓN SALUD
INFORME DE LA COMISIÓN DE SALUD SOBRE EL PROYECTO DE LEY QUE
REGULA LA INVESTIGACIÓN CIENTÍFICA EN EL SER HUMANO, SU GENOMA Y
PROHÍBE LA CLONACION HUMANA.
Boletín N° 1993-11 (S).
HONORABLE CÁMARA:
Vuestra Comisión de Salud pasa a informaros acerca del proyecto de ley
del epígrafe, en segundo trámite constitucional y primero reglamentario,
iniciado en una moción de los senadores señores Ruiz-Esquide, don Mariano;
Páez, don Sergio; Zaldívar, don Andrés y de los ex senadores Díaz, don
Nicolás, y Hamilton, don Juan.
Es menester consignar que, una vez despachado el proyecto por la
Comisión, se acordó reabrir el debate, de acuerdo a lo dispuesto en el artículo
210 del Reglamento de la Corporación, oportunidad donde se presentaron
numerosas indicaciones que modificaron el texto inicialmente aprobado.
En razón de lo anterior, el informe contiene un resumen del primer
trámite constitucional (páginas 6 a 12), la discusión y votación en la Cámara
de Diputados (páginas 13 a 41), así como la discusión y texto aprobado una
vez que fue reabierta la discusión (páginas 46 a 67).
En virtud de la larga tramitación, se ha estimado necesario incluir un
texto comparado que da cuenta de los textos aprobados en las distintas
etapas, a fin de facilitar su comprensión, el que se anexa al final de este
informe.
I.
OBJETIVOS.
La iniciativa legal tiene por objeto establecer un
marco jurídico para garantizar la protección de la vida, la integridad física y
psíquica de las personas, su dignidad e identidad genética respecto de la
investigación científica, sus aplicaciones y el ejercicio de la medicina.
Para estos fines, se regulan las siguientes materias:
— La investigación científica en seres humanos.
— La exploración relativa al genoma humano.
— La prohibición de la clonación humana.
— La creación de una Comisión Nacional de
Bioética.
II.
ANTECEDENTES GENERALES.
Los avances de la ciencia y la tecnología biomédica y su aplicación en la
práctica de la medicina provocan cierto grado de inquietud pública, ya que
plantean nuevos problemas éticos que preocupan a la sociedad por posibles
abusos originados en la investigación científica y en la tecnología
biomédica.
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PRIMER INFORME COMISIÓN SALUD
Se comienza con la elaboración de hipótesis, las que
luego se someten a pruebas de laboratorio con animales experimentales. Para
que las conclusiones sean clínicamente útiles, los experimentos deben
realizarse en seres humanos. Ese tipo de investigación, aunque se la diseñe
con el máximo de cuidado, entraña riesgo para las personas. Esto se justifica
no porque signifique un beneficio personal para el investigador o para la
institución investigadora, sino más bien porque favorece a las personas
participantes por su posible contribución al conocimiento humano, al alivio del
sufrimiento o a la prolongación de la vida.
La sociedad ha adoptado medidas para protegerse
contra posibles abusos. Así es como se dictó el primer código internacional de
ética para la investigación en seres humanos -el Código de Nüremberg-, que
constituyó una respuesta a las atrocidades cometidas por los médicos
investigadores nazis, reveladas en los juicios de Nüremberg sobre los crímenes
de guerra. Surgió, entonces, la ética de la investigación en seres humanos,
orientada a impedir toda repetición por parte de los médicos de tales ataques a
los derechos y al bienestar de las personas. Este instrumento jurídico, que fue
publicado en 1947, estableció las normas para llevar a cabo experimentos en
seres humanos, y dio especial énfasis al consentimiento voluntario de la
persona.
En 1964, la Asociación Médica Mundial dio un
importante paso al adoptar la Declaración de Helsinki, cuya revisión más
reciente tuvo lugar en 1989, la cual estableció pautas éticas para la
investigación en seres humanos.
En 1966, la Asamblea General de las Naciones Unidas
adoptó el Acuerdo Internacional sobre Derechos Civiles y Políticos, que entró
en vigencia en 1976. Su artículo 7º señala que: "Nadie será sometido a
torturas ni a penas o tratos crueles, inhumanos o degradantes. En especial,
nadie será sometido sin su libre consentimiento a experimentos médicos o será
sometido sin su libre consentimiento a experimentos médicos o científicos".
A través de esta declaración, la sociedad expresa el
valor fundamental que ha de regir toda investigación en seres humanos; la
protección de los derechos y el bienestar de todos los individuos que son
objeto de experimentación científica.
A fines del decenio de 1970, considerando las
circunstancias especiales de los países en desarrollo con respecto a la
aplicabilidad del Código de Nüremberg y de la Declaración de Helsinki, el
Consejo de las Organizaciones Internacionales de las Ciencias Médicas
(CIOMS) y la Organización Mundial de la Salud (OMS) realizaron un nuevo
examen de esta materia y, en 1982, publicaron las Pautas Internacionales para
la Investigación Biomédica en Seres Humanos. El objetivo fue señalar cómo
aplicar en forma eficaz los principios éticos que deben regir la investigación
biomédica en seres humanos, según se establece en la Declaración de Helsinki,
especialmente en los países en desarrollo, dadas sus circunstancias
socioeconómicas, ordenamiento jurídico y sus disposiciones ejecutivas y
administrativas.
Historia de la Ley Nº 20.120
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PRIMER INFORME COMISIÓN SALUD
La investigación en salud en Chile depende
exclusivamente del Ministerio de Educación, a través de CONICYT y de
FONDECYT, y está dirigida a lo que se denomina “investigación por curiosidad”,
en contraposición a la “investigación por necesidad”, al tenor de la clasificación
inglesa.
En su primera acepción, es aquélla en que el
científico se pregunta que ocurrirá si hace tal o cual cosa, mientras que, en su
segunda definición, responde a las necesidades de la población, de manera de
dar solución a los problemas identificados por la comunidad o de resolver las
dudas respecto a los equilibrios entre beneficio y perjuicio en los tratamientos
que se prestan.
IDEAS MATRICES DEL PROYECTO.
Los autores de la moción señalan que la iniciativa
tiene por finalidad establecer un marco jurídico que garantice la autonomía y
conocimiento de cada persona sobre los actos que en ellas se ejerzan, que
asegure que la investigación científica será esencialmente benéfica para el
hombre y legislar sobre dos temas emergentes, como son el genoma humano
y la clonación.
La iniciativa se funda en los avances logrados en la
clonación de mamíferos superiores, la espectacularidad de los resultados
obtenidos en la manipulación genética y en sus eventuales aplicaciones en el
ser humano, lo cual no cuenta con un marco regulativo de conductas que
concilie el derecho a la investigación y la libertad que una sociedad moderna
debe garantizar, así como las normas bioéticas que dan cuenta del consenso
mayoritario existente hoy en el mundo.
En definitiva, los principales objetivos del proyecto
son fijar un marco jurídico para la investigación científica y genética en seres
humanos, sobre la terapia génica y sobre el genoma humano; prohibir la
clonación de seres humanos, y crear una Comisión Nacional de Bioética.
III.
MARCO JURÍDICO INTERNACIONAL.
1.- El Código de Nüremberg, de 1947, establece
10 principios básicos para la experimentación científica en seres humanos.
Constituye el primer intento por regular esta materia y ha servido de base a
la dictación de los reglamentos de ética médica.
2.- La Declaración de Helsinki, de 1964, formula
recomendaciones para las investigaciones biomédicas en las cuales se utilicen
seres humanos.
3.Declaración
Universal
sobre
Genoma
Humano y Derechos Humanos, aprobada por la Conferencia General de
la Unesco del año 1997.
Contiene siete capítulos a través de los cuales se
desarrollan los siguientes temas:
- La dignidad humana y el genoma humano.
- Derecho de las personas interesadas.
IV.
Historia de la Ley Nº 20.120
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PRIMER INFORME COMISIÓN SALUD
- Investigaciones sobre el genoma humano.
- Condiciones de ejercicio de la actividad científica.
- Solidaridad y cooperación internacionales.
- Fomento de los principios de la Declaración.
- Aplicación de la Declaración.
4.- El Proyecto Genoma Humano surgió el año
1990, como producto de un esfuerzo multinacional. Sus propósitos son
identificar los 100.000 genes presentes en el ácido desoxirribonucleico (ADN)
humano, determinar las secuencias de los 3.000 millones de pares base
químicos que constituyen el ADN humano, almacenar esta información,
desarrollar sistemas para el análisis de la misma, transferir las tecnologías
relacionadas y dirigir los aspectos éticos, jurídicos y sociales que deriven del
proyecto respectivo.
Al año 2003, se encontraba desarrollado en el 90%
en cuanto a su etapa de identificación.
NORMATIVA NACIONAL.
1.- El Código Sanitario, en materia de investigación
científica, sólo contiene un par de normas a propósito de la utilización de
cadáveres, o parte de ellos, con fines científicos.
De esta forma, el artículo 146 dispone que toda
persona plenamente capaz podrá disponer de su cadáver, o partes de él, con
objeto de que sea utilizado en fines de investigación científica, para la docencia
universitaria o para la elaboración de productos terapéuticos.
Asimismo, el artículo 147 prescribe que los cadáveres
que no sean reclamados dentro de determinado plazo podrán ser destinados a
estudios e investigación científica.
2.- El decreto Nº 1.876, de 1995, establece el
reglamento del Sistema de Control de Productos Farmacéuticos, Alimentos de
Uso Médico y Cosméticos. Su artículo 16 estatuye que el director del Instituto
podrá autorizar, sin previo registro y mediante resolución fundada, la venta o
uso provisional de productos farmacéuticos en los siguientes casos:
“c) Con fines de investigación científica y ensayos
clínicos, previo informe del Comité Ético-Científico del Servicio de Salud u
hospital correspondiente, conforme a las normas sobre ensayos clínicos
realizados en seres humanos, utilizando productos farmacéuticos que apruebe
el Ministerio de Salud mediante resolución.”
3.- El decreto Nº 42, de 1986, fijó el reglamento
orgánico de los Servicios de Salud. Contiene diversas disposiciones
relacionadas con los Comités de Ética. El artículo 19, establece que el director
del Servicio de Salud será asesorado, entre otros, por un Comité de Evaluación
Ético-Científico en materias referentes a las investigaciones que se efectúen
con pacientes de hospitales públicos o privados ubicados en el territorio de
competencia, utilizando medicamentos no registrados en el país.
El artículo 91 ordena que los hospitales tipo 1 y 2
deberán tener, entre otros, un Comité de Ética Médica y un Comité de
V.
Historia de la Ley Nº 20.120
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PRIMER INFORME COMISIÓN SALUD
Evaluación Ético-Científico. Los Comités de Ética Médica atenderán
principalmente al bien del paciente y, supletoriamente, al del equipo de salud y
al prestigio del hospital (artículo 92). El Comité de Evaluación Ético-Científico
ha de pronunciarse acerca de las investigaciones por efectuarse con pacientes
de dicho hospital con la utilización de medicamentos aún no registrados en el
país (artículo 92 bis).
Entre las funciones de los servicios clínicos de los
hospitales están las de investigación. Su artículo 107 preceptúa que dichas
investigaciones serán aprobadas previo informe del Comité de Investigación y
que, y cuando impliquen la utilización de medicamentos no registrados,
deberán ser informadas por el Comité de Evaluación Ético-Científico del
hospital o del Servicio de Salud, en su caso, y aprobadas por el Instituto de
Salud Pública, antes de ponerlas en práctica.
4.- La resolución exenta N° 134, de 1994, del
Ministerio de Salud, que aprueba la norma general técnica N° 2, sobre Comités
de Ética de los Servicios de Salud, que regula su constitución y
funcionamiento, indica que su función primordial es asesorar a los directores
de los Servicios de Salud y de hospitales en la toma de decisiones que incidan
en aspectos relacionados con la ética en el ejercicio de las profesiones de la
salud y en los derechos de los enfermos, en relación con la investigación clínica
o experimental, la utilización de tratamientos prolongados o respecto de la
decisión de no indicar tratamiento.
5.- La resolución exenta N° 952, de 2001, del
Ministerio de Salud, contiene la norma técnica para la regulación de ensayos
clínicos que utilizan productos farmacéuticos en seres humanos.
6.- La ley Nº 19.451 fija normas sobre transplantes
y donación de órganos, los cuales sólo podrán practicarse con fines
terapéuticos.
7.- La ley Nº 19.628 regula la protección de datos
de carácter personal.
VI.
PRIMER TRÁMITE CONSTITUCIONAL.
Durante la tramitación del proyecto en el Senado, se
recibió la opinión de las siguientes personas:
Representantes del Ministerio de Salud,
señores Rodrigo Salinas, Jefe de la División Salud de las Personas; doctores
Luis Martínez y Alfredo Avendaño; la asesora de dicho ministerio, doctora
Marie Charlotte Bouesseau, y la asesora legal del mismo, doña Danae Frings.
—
Presidente del Colegio Médico de Chile
A.G., doctor Ricardo Vacarezza.
—
Profesor de la Facultad de Filosofía y
Humanidades de la Universidad de Chile, doctor Miguel Kottow.
—
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PRIMER INFORME COMISIÓN SALUD
—
Representante del Centro de Bioética de la
Facultad de Medicina de la Pontificia Universidad Católica de Chile,
doctor Alejandro Serani.
—
Representantes del Departamento de
Biología Celular y Genética de la Universidad de Chile, doctores Jorge
Allende y Carlos Valenzuela.
—
Representante de la Universidad de
Concepción, profesor señor Faruk Alay.
—
Representante de la O.P.S. y Director del
Programa Regional de Bioética para América Latina y el Caribe, doctor
Julio Montt, y el consultor de dicha entidad, señor Roberto Mancini.
—
Profesor de Genética Clínica de la Facultad
de Medicina de la Universidad de Chile, doctor Ricardo Cruz-Coke.
—
Profesor de la Facultad de Ciencias
Jurídicas y Sociales de la Universidad de Chile, don Gonzalo Figueroa.
—
Profesor de la Facultad de Ciencias
Biológicas de la Pontificia Universidad Católica de Chile, doctor Rafael
Vicuña.
En lo principal, las opiniones vertidas pueden
resumirse en cuatro grandes áreas:
- El principal objetivo dice relación al vacío legal
existente en materias relativas a la investigación en seres humanos y los
principios éticos, dada la amplitud que ha alcanzado este tipo de experimentos,
punto de vista que fue mayoritariamente compartido. Sin embargo, se planteó
la inconveniencia de legislar sobre distintas materias en un solo texto legal, por
los diferentes alcances de cada una de ellas. También se hizo presente la
ausencia de sanciones.
- El segundo objetivo se refiere al tema del genoma
humano y la investigación genética.
- El tercer objetivo se relaciona con la clonación
humana y su prohibición.
- Los objetivos anteriores justifican de la creación de
un Comité Consultivo de carácter ético.
Sobre los cuatro aspectos señalados, se recibieron
variadas opiniones, de las cuales se incluye una síntesis.
- En general, todos se manifestaron contestes en la
necesidad de legislar sobre la materia, con algunas precisiones, como se
comentará a continuación.
- Se formuló una prevención en torno a las
repercusiones del trabajo científico, por sus efectos en otros campos, como el
social, el político y el moral, dadas la gran amplitud y proyección que pueden
alcanzar dichos estudios.
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PRIMER INFORME COMISIÓN SALUD
En razón de lo anterior, se planteó que era
imprescindible lograr un equilibrio entre la libertad de los investigadores y el
respeto a la dignidad de las personas comprometidas en la investigación.
Asimismo, tanto la investigación del genoma humano
como la genética presentan grandes complejidades y concitan el mayor interés
en el ámbito internacional, por sus insospechadas posibilidades en el campo
terapéutico y en la medicina, asunto que deberá ser suficientemente
ponderado al dictar una normativa sobre el particular.
En este sentido, se valoró la norma que impide que
alguien pueda atribuirse la propiedad del genoma, lo que debería extenderse,
además, a parcialidades del mismo, para evitar de este modo el requerimiento
de patentes de genes, a pretexto de proponer aplicaciones específicas de
éstos, tales como las pruebas genéticas.
Por tratarse de asuntos en los cuales los principios
éticos presentan una especial relevancia, la creación de una Comisión
Nacional de Bioética adquiere una importancia vital. Su rol será esencial en
todo lo que dice relación a la tutela de los principios bioéticos que entran en
juego, lo que se gráfica, por ejemplo, en el tema de la clonación humana, la
cual ofrece una compleja situación ética y de consecuencias inciertas, con lo
que se estaría afectando la dignidad del ser humano.
Por otra parte, se señaló que la creación de una
Comisión Nacional de Bioética podría no resultar tan fructífera a la luz de
otras experiencias, por lo que sería preferible crear comisiones ad hoc. En
torno a lo anterior, se recomendó revisar la realidad chilena y las experiencias
de otros países para determinar cuál sería el sistema más idóneo. De todos
modos, este organismo debería tener un carácter bien fundado y establecerse
también de manera local.
Otro tema ampliamente discutido fue el que se refiere
al consentimiento informado, sobre el cual hubo consenso en la necesidad
de establecerlo.
Aspectos concernientes a la intervención genética,
como la prohibición de dar a conocer los resultados de estas investigaciones,
en términos de no discriminar por patrimonio genético, también ocuparon
parte importante de la discusión, por lo que se sugirió regular el flujo
informativo de la genética. Por ejemplo, se mencionó la información sobre
exámenes genéticos, caso en el cual quien los practica no podrá ponerla en
conocimiento de terceros, a fin de evitar posibles discriminaciones.
Este tipo de información puede ser utilizada no
solamente en salud, sino también para saber si se es portador de alguna
enfermedad y de esta manera evitar tener hijos.
Donde se presentaron algunas discrepancias fue en lo
relativo a la clonación en seres humanos. La mayoría de los participantes se
manifestaron de acuerdo en prohibirla, pero estuvieron de acuerdo en
establecerla en su sentido terapéutico, es decir, la clonación de ciertas parcelas
del organismo humano para dar ciertos beneficios terapéuticos al hombre.
Asimismo, se expresaron dudas en cuanto a la definición del concepto.
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Se discutió, además, sobre las intervenciones del
genoma humano de células germinales, ya que en lo futuro podrían eliminarse
enfermedades a través de este mecanismo genético, aislando ciertos factores,
o modificándolos, para evitar la transmisión de esas enfermedades a la
descendencia de un individuo.
Por otra parte, se señaló que la prohibición de aplicar
técnicas de fecundación asistida para determinar el sexo de un niño debería
extenderse a la fecundación in vitro, por cuanto en ambos casos concurren las
mismas objeciones éticas.
Se enumeraron, asimismo, otros puntos que no
contemplaba la iniciativa en estudio y que deberían ser considerados:
1) La calificación profesional y científica de los
investigadores.
2) La actitud frente a los riesgos.
3) La responsabilidad ante los accidentes.
4) Las instancias con competencia para evaluar los
protocolos.
5) La falta de precisión en la regulación de las
investigaciones practicadas en personas ética y jurídicamente incompetentes o
incapaces, para lo cual se citó, a vía ejemplar, a los menores de edad,
enfermos con padecimientos neurológicos y psiquiátricos, congénitos o
adquiridos.
En este sentido, se hizo presente que la ley N°
19.451 no permite efectuar transplantes de ninguna especie en incapaces, ya
que donde existe la misma razón debe existir la misma disposición.
Como una solución, se planteó requerir la
autorización especial otorgada por un Comité o Comisión Bioética autónoma.
6) Desde el punto de vista jurídico, se advirtió que
algunos
términos
presentaban
ambigüedades,
como,
por
ejemplo
“comunidades vulnerables”, “algún documento”, “adecuada”, “examen
independiente”, “instancia competente”, “intervención con fines preventivos” o
“intervención con fines de diagnóstico”.
7) La ausencia de precisión en la definición del
procedimiento de clonación humana, a fin de diferenciarlo del simple cultivo
celular humano, el cual, por lo general, no presenta mayores objeciones éticas.
Sobre esta materia, se sostuvo que la definición era
vaga, que partía de conceptos errados. Al respecto, se precisó que la clonación
nunca produce individuos idénticos. Lo que la ley debería prohibir es la
clonación realizada mediante implante de núcleo de célula adulta en huevo u
ovocito activado previamente enucleado y su posterior instalación en un útero
preparado para la anidación.
8) Las aprensiones sobre la manipulación de
embriones humanos, la eventual clonación o la aplicación de transgénicos en
seres humanos, procesos que atentarían contra la individualidad y la dignidad
humana.
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VII. TEXTO APROBADO POR EL SENADO.
El Senado tomó en consideración muchas de las
propuestas que se plantearon y reformuló el proyecto, en su segundo
trámite reglamentario, en los términos siguientes:
El artículo 1° señala que la finalidad del
proyecto es proteger la vida, la integridad física y psíquica de las personas, su
dignidad e identidad genética respecto a la investigación científica y sus
aplicaciones y al ejercicio de la medicina.
El artículo 2° establece que el genoma humano es
la base de la unidad fundamental de todos los miembros de la familia humana
y del reconocimiento de su identidad, dignidad y diversidad.
El artículo 3° impide toda práctica eugenésica.
Asimismo, dispone que sólo se podrán modificar las características genéticas
humanas que incidan en la herencia en los casos y en la forma prevista por la
ley.
El artículo 4° prohíbe toda forma de discriminación
basada en el patrimonio genético de las personas.
El artículo 5° prescribe que sólo podrán realizarse
estudios e indagaciones para determinar la identidad genética de una persona
con su consentimiento o con autorización judicial en una causa en que ese
hecho sea relevante.
El artículo 6° precisa que la libertad para realizar
actividades de investigación científica tiene como límite el respeto a los
derechos y libertades esenciales de la naturaleza humana reconocidos por la
Constitución.
El artículo 7° estatuye que toda acción científica en
un ser humano que involucre algún tipo de intervención física o psíquica en el
sujeto debe ajustarse a lo dispuesto en esta ley. Asimismo, indica que debe
contar con el consentimiento libre e informado del sujeto y las formas en que
éste debe ser prestado.
Preceptúa,
además,
que
la
revocación
del
consentimiento procederá siempre y no generará responsabilidad de ninguna
especie.
El artículo 8° señala los deberes especiales del
investigador, a saber:
1) Transmitir al sujeto, en lenguaje comprensible,
toda la información que necesite para prestar su consentimiento informado.
2) Ofrecer la oportunidad para que el sujeto pueda
hacer preguntas e instarlo a que las haga.
3) Excluir toda posibilidad de engaño, influencia
indebida o intimidación.
4) Recabar el consentimiento por escrito del sujeto
una vez que éste tenga pleno conocimiento de los siguientes aspectos:
a) Naturaleza de la investigación, procedimientos por
seguir y duración aproximada de la misma.
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investigación.
podrían ser beneficiosos.
b)
Riesgos
e
incomodidades
asociados
a
la
c) Beneficios potenciales de la investigación, y
d) Procedimientos o tratamientos alternativos que
5) Renovar el consentimiento informado si las
condiciones o los procedimientos de la investigación sufren modificaciones.
El artículo 9° dispone que los exámenes genéticos y
los análisis predictivos sólo podrán efectuarse por motivos terapéuticos o de
investigación científica, de acuerdo con las normas de esta ley.
El inciso segundo establece que, en la realización de
estos exámenes, se deberá dar cumplimiento a lo dispuesto en los artículos 7°,
8° y 13.
El artículo 10 puntualiza que la terapia genética en
células somáticas está destinada al tratamiento de enfermedades o a impedir
su aparición.
El artículo 11 prohíbe la clonación de seres
humanos y por tanto cualquier intervención en personas que dé por resultado
la creación de un ser humano genéticamente idéntico a otro, vivo o muerto.
El inciso segundo ordena que sólo procederá la
clonación de tejidos y órganos con una finalidad terapéutica y que en ningún
caso podrán usarse para tales fines embriones humanos.
El artículo 12 establece que el conocimiento del
genoma humano es patrimonio común de la humanidad y que nadie puede
atribuirse ni constituir propiedad sobre el mismo o sobre parte de él.
Asimismo, señala que el conocimiento de la estructura de un gen y de las
secuencias de ADN no son patentables.
El inciso segundo dispone que los procesos
biotecnológicos derivados del conocimiento del genoma humano, así como los
productos obtenidos de ellos, como los medicamentos, son patentables, según
la reglas generales.
El artículo 13 estatuye que la información genética
de una persona será reservada, salvo que ella misma la revele o un juez lo
autorice, todo ello sin perjuicio de las normas del secreto profesional.
El artículo 14 dispone que la recolección,
almacenamiento, tratamiento y difusión de datos genéticos de las personas se
ajustará a las normas de la ley N° 19.628, sobre Protección de Datos de
Carácter Personal.
El artículo 15 prescribe solicitar, recibir, poseer y
utilizar información genética relativa a una persona determinada e
identificable, así como indagar si se ha realizado un examen o análisis de
carácter genético, salvo autorización legal expresa.
El inciso segundo precisa que estas prohibiciones no
afectan a la recolección y procesamiento de la información genética de carácter
estadístico y nominativa.
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El artículo 16 preceptúa que los datos genéticos que
permitan la identificación de una persona deberán ser encriptados para su
almacenamiento y transmisión, pero que ello podrá omitirse temporalmente
por razones de salud pública, según lo dispuesto por el inciso segundo.
El artículo 17 crea la Comisión Nacional de Bioética,
la que estará integrada por cuatro académicos designados por el Consejo de
Rectores y que pertenezcan a las Facultades de Medicina, Derecho, Ciencias y
Filosofía de las universidades que lo integran.
Asimismo, la compondrán tres personas designadas
por el Instituto de Chile y que formen parte de las Academias de Medicina, de
Ciencias y de Ciencias Sociales, Políticas y Morales, una persona designada por
el Senado y una nombrada por el Presidente de la República.
Las personas designadas permanecerán en sus
funciones por el plazo de tres años, pudiendo ser reelegidas y servir dichas
funciones ad honórem.
El artículo 18 fija las funciones de la Comisión,
entre las que se encuentran las de asesorar al Presidente de la República,
elaborar los informes que se le soliciten, promover el estudio y conocimiento
de la bioética en el nivel académico, asistencial, normativo, y proponer las
normas que sean necesarias para la aplicación de la ley y otras relacionadas
con la bioética.
El artículo 19 señala que la Comisión tendrá una
Secretaría Ejecutiva y estará conformada por el personal que al efecto le
asigne el Ministerio de Salud, entre el cual deberán incluirse un profesional
experto en bioética y un abogado.
El artículo 20 dispone que los establecimientos que
deseen participar en proyectos de investigación científica en seres humanos
deberán contar con un Comité de Bioética, el cual autorizará las
investigaciones de acuerdo con las normas establecidas a propuesta de la
Comisión Nacional de Bioética.
El artículo 21 sanciona la violación de reserva de la
información genética de una persona con las penas establecidas en el artículo
247 del Código Penal, esto es, reclusión menor en sus grados mínimo a medio
y multa de seis a diez unidades tributarias mensuales.
La omisión de encriptación de la información sin que
ello implique violación del secreto de la información, será sancionada con multa
de tres a cinco unidades tributarias mensuales.
El artículo 22 indica que la omisión del acta a que
se refiere el artículo 7°, o su confección en forma incompleta o
sustancialmente falsa, será penada con una multa de diez a veinte unidades
tributarias mensuales.
El artículo 23 establece que el que clonare o iniciare
un proceso de clonar seres humanos será sancionado con la pena de presidio
menor en su grado medio.
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VIII. SEGUNDO TRÁMITE CONSTITUCIONAL.
El estudio de la iniciativa en la Cámara de Diputados
se inició en septiembre del año 2001, fecha desde la cual se ha recibido gran
cantidad de opiniones de expertos.
1) Consideraciones generales sobre la materia.
Dentro de las consideraciones de carácter general, se
planteó que la implementación tecnológica en la sociedad actual tiene una
velocidad muy grande, lo cual origina dilemas que es necesario enfrentar, ya
que lo que regula la velocidad de su aplicación son, por una parte, los
requerimientos de los pacientes y del mercado y, por la otra, la seguridad y la
eficiencia.
Antes de entrar en el análisis de las alternativas
terapéuticas y de la investigación en embriones preimplantacionales, se debe
tener presente que, cuando el espermatozoide entra en el óvulo y entrega su
material cromosómico, se forman dos pronúcleos, proceso que llega hasta la
formación del nuevo individuo.
Este desarrollo preimplantacional tiene varias
características. La primera es que cada célula, si bien tiene su genoma propio,
es igual a la del lado. Son células que se denominan totipotencionales. No hay
especialización, de manera que se puede sacar una célula y el embrión la
repone de inmediato. La célula que se extrae representa a todo el resto de las
células. De aquí deriva el tema de las células troncales para hacer clonación o
para construir órganos a partir de células embrionarias.
La segunda característica es que, si se cultivan estas
células, se pueden multiplicar hasta el infinito, puesto que una célula se
envejece cuando se diferencia o se especializa; pero, si permanece
indiferenciada, se puede mantener.
Esta característica está relacionada con visiones
filosóficas, religiosas y morales de lo que es el embrión preimplantacional. En
el pensamiento católico se es persona desde el momento en que se completa
la fecundación. Así lo expresa un documento emanado del Vaticano, del año
1986, que dice: “En el cigoto ya está aquel que va a ser”. El criterio que prima
en el pensamiento católico es el geneticista; es decir, una vez que se establece
el genoma, existe unidad en el desarrollo. Siempre va a ser lo mismo, de
hecho, cada uno de nosotros pasó por estas etapas en algún minuto: lo mismo
que somos ahora, o muy parecidos, fuimos cuando éramos embriones. La
pregunta es si lo inverso es también valedero. Esto es, si nos situamos en
alguna de las etapas antes del cigoto, eso significa que se va a ser o no ser
una persona.
Lo que se ha aprendido de este proceso es que, en
primer lugar, un embrión de cuatro o de ocho células puede ser una persona.
La posibilidad de serlo no supera del 28% al 30%, por cuanto el resto se
pierde. Pero este embrión puede ser un tumor que se incorpora en el ovario,
por ejemplo, de un mellizo. El embrión se puede separar en dos: uno de ellos
pasa a ser persona y el otro pasa a ser un tumor.
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El tercer camino que puede tener este embrión es
transformarse en sí mismo en un cáncer y nunca llegar a ser persona, sino a
ser una molécula cancerosa. Es decir, todas sus células se comienzan a
multiplicar y nunca se diferencian y pasan a invadir a su madre.
Por ello, cuando se analiza el proceso a la inversa, se
puede concluir que todas las personas fueron blastocitos, pero no todos los
embriones de cuatro u ocho células llegan a ser personas.
Por último, en esta etapa, el blastocito, que está
conformado por 150 células, tiene, además, un grupo de ellas que se
denomina masa celular interna, que está compuesta por alrededor de doce
células. Las células restantes son las que se convertirán en persona; todo el
resto de ellas serán placenta, líquido amniótico, cordón umbilical, etc.
Referirse a unidad es, en cierta forma, erróneo. En
razón de ello, la Iglesia de Gales, en Inglaterra, habla de persona o de embrión
desde que se ha producido la división y se ha implantado en el útero de la
mujer. Para el mundo musulmán, se es embrión desde el día cuadragésimo
después de la fecundación, sin que exista una razón para ello. Para Confucio,
se es embrión desde el momento de nacer y se deja de serlo con la muerte.
En el pensamiento de la Iglesia Reformada o Calvinista, se es embrión
desde el momento de la implantación.
Todo esto obliga a definir qué significa ser un
embrión de la especie humana. La primera pregunta que uno debe hacerse es
si el embrión es o no es un ser moral. Si el embrión es un ser moral, debe ser
tratado con el mismo rigor que todos los otros seres morales, como las
personas. El ser moral implica ser capaz de ejercer juicios morales y el
embrión no es capaz de ello.
El embrión no es un ser ni un sujeto moral, sino un
objeto de la moralidad de la sociedad. En este contexto, se dan distintas
concepciones religiosas respecto a cuándo se es persona, lo cual hace que en
algunas sociedades el embrión de ocho células sea objeto de cierta moralidad y
en otras sea sujeto moral igual al humano como sucede en la católica.
Dependiendo de si el embrión es considerado un
sujeto moral o un objeto de la moralidad, lo que se haga con el embrión
preimplantacional requerirá ponderar los derechos del mismo, por ejemplo, en
relación con los derechos de la mujer que lo lleva y los derechos de las
personas enfermas en relación con la clonación terapéutica.
Este dilema se presenta cuando el embrión se
implanta fuera del útero, como en la trompa, en que se requiere usar químicos
para destruirlo con objeto de que se salve la mujer o sacar la trompa para que
ella se salve. Este dilema se da todos los días en donde, de una o de otra
manera, se aplican ciertos juicios de valor, en orden a los derechos del
embrión o a los de la mujer.
El tema más complejo, que aparece sobre todo con la
clonación terapéutica y las células troncales, es el derecho de las personas
enfermas en relación con los del embrión. Es decir, si las personas que hoy en
día, por ejemplo, sufren de rupturas medulares se podrían beneficiar de la
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formación de nuevas neuronas en base a embriones y de si se justifica o no se
justifica matar embriones para esos fines.
Por otra parte, el diagnóstico genético se puede hacer
en el óvulo o en el embrión de ocho células, en que se saca una célula, la que
es repuesta de inmediato. En doce horas, se pueden estudiar en ella alrededor
de 12 cromosomas actualmente y más o menos 150 genes que dan origen a
enfermedades. Así, en tres horas, se puede tener un mapa casi completo de
estas características y la madre puede saber si el embrión presenta
alteraciones genéticas o cromosómicas. El problema en la ejecución de estas
tecnologías, el cual es muy simple como tal, es que, para hacerla, requiere que
la pareja que solicita este examen tenga autonomía para decidir qué es lo que
va a hacer con el embrión y considerar si no es posible o no es razonable usar
este método.
Por eso, esta técnica no se utiliza, ya que no existen
desechos embrionarios. No tiene ningún sentido decirle a una mujer que tiene
un hijo con defectos genéticos serios y obligarla a transferírselos al útero, por
lo que se crea una situación de perplejidad que no tiene solución.
Debido a ello, se inventó un método para mirar los
cromosomas en el óvulo antes de inyectarle un espermatozoide, a fin de saber
cuáles son los que tienen defectos cromosómicos. En un futuro muy cercano,
se podrá dibujar la totalidad de los cromosomas y toda la tecnología del
genoma permitirá que en pocas horas se conozca el mapa completo de los
cromosomas de un óvulo o de un embrión para adoptar decisiones. La eficacia
de este método es del 98% de sincronía y concordancia entre el diagnóstico
genético y la realidad.
Respecto de la clonación reproductiva como
alternativa del tratamiento de la infertilidad, se expresó que la clonación
es la transferencia del núcleo de una célula somática de cualquier órgano a un
ovocito en que se ha extraído el núcleo. La fusión de estos dos materiales
forma un embrión que replica el genoma de la célula somática. Es decir, si se
toma una célula de un hígado, se le saca el núcleo a esa célula y se pone en un
óvulo vacío, si éste se fecunda, responderá a lo que le ordene el núcleo de esa
célula y, por lo tanto, va a ser una réplica.
La clonación humana reproductiva se llama así
porque genera embriones a partir de un genoma ya existente destinado a
producir personas. El objetivo terapéutico en la genación de embriones a
partir de un genoma ya existente es lo mismo, pero está destinado a producir
células troncales, las de la masa celular interna, para desarrollar lo que se
llama actualmente medicina regenerativa.
La pregunta que surge es si en la clonación
reproductiva, ser persona es o no es una alternativa del tratamiento para la
infertilidad, ya que así se ha promovido en la opinión pública. Para dar
respuesta a esta consulta, lo importante es definir qué se entiende por
tratamiento de infertilidad.
Un tratamiento de infertilidad es una intervención
médica, tecnológica y psicológica que hace posible que una mujer sea madre y
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que un hombre sea padre. La aplicación de la clonación reproductiva como
tratamiento podría ser usada cuando no existan gametos en uno o en ambos
miembros, es decir, cuando no existan espermatozoides o no haya óvulos, o en
parejas en que exista el riesgo de transmitir graves enfermedades a su
descendencia, por lo que podrían clonar. Pero, actualmente, todas estas
anomalías pueden ser resueltas a través de la donación de gametos.
Los argumentos médicos en contra de la clonación de
seres humanos se fundan en el hecho de que existe un alto riesgo de aborto;
pero esta razón por sí sola no es argumento en contra de la clonación.
Además, debe tenerse presente el alto riesgo de malformaciones, lo que ha
quedado demostrado en la clonación de otras especies mamíferas que se han
clonado. Aún más, existe una frecuencia muy alta de anomalías que jamás se
han visto antes como malformaciones cardíacas, pulmonares y de los más
variados tipos, que incluso han causado la muerte de las madres, como ha
sucedido en el caso de la clonación de gatos.
Estas causas hacen que la clonación reproductiva no
sea ética, más aun cuando no existen experimentos con monos o primates.
Estas
malformaciones
pueden
dar
lugar
al
envejecimiento de la célula en forma más rápida que el de la normal. Existen
órganos que crecen a velocidades distintas que otros y terminan en
anormalidades estructurales.
Las argumentaciones psicosociales en contra de este
tipo de clonación afirman que constituye un atentado en contra de la dignidad
humana.
Uno de los principios que inspiran al proyecto es,
precisamente, el resguardo de la dignidad.
Resulta muy difícil definir la dignidad frente a
interrogantes como ¿cuál es la esencia?, ¿cómo se estructura la dignidad
humana?, ¿dónde reside?
Si la dignidad humana reside en la materia de la cual
estamos constituidos, por ejemplo, el genoma, se tendría que ver cuál es la
diferencia entre la materia de un ratón y la de un humano o de un bovino, por
ejemplo. Pero, cuando se observan embriones de dos células de cada una de
estas especies, se puede concluir que se ven exactamente iguales, por lo que
es difícil sustentar que la dignidad se da en la materia.
La dignidad no se da en la materia, sino en la
concepción de lo que se hace con la materia. Aquello que ocurre con ella es lo
que constituye la dignidad. Es la manera como la materia se proyecta en
forma divina y espiritual lo que confiere la dignidad a la especie humana, que
es distinta de la dignidad de otras materias, que en lo molecular son
exactamente iguales a la humana.
Si bien hubo consenso en que la clonación humana
reproductiva debe ser abolida, a contrario sensu, la investigación y el
desarrollo de células troncales debe, ser incentivados y son necesarios para el
desarrollo de la medicina regenerativa.
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Un asunto que es necesario resolver es la clonación
de células troncales. Esto es, si existe un problema de diabetes, por ejemplo,
y hay que “fabricar” un nuevo páncreas, es más fácil que se genere uno de un
embrión, que es genéticamente igual a la persona, a que se tengan que
extraer células troncales de otro embrión. La clonación terapéutica tiene por
objeto resolver el problema de la incompatibilidad genética, pero lo mismo se
puede lograr mediante un “knock out” génico. Actualmente, existen, más o
menos doscientos mil genes que dan la diferencia entre cada una de las
personas. Podría crearse perfectamente, con recursos mundiales y con la
colaboración de todos los países, igual como se hizo con el estudio del genoma,
un banco de células que tenga la diversidad de estos doscientos mil genes,
donde cada uno pueda ir y tomar la línea central que le corresponda para
hacer una renovación de tejidos.
El embrión, al ser usado en la clonación, hoy en día,
efectivamente se destruye. De las células troncales, que son infinitas, se
pueden formar tejidos completos de células que provienen de un embrión de
quinto día. Más aun, estas células se pueden transfectar. Es decir, se puede
cambiar un gen o inyectar uno. Si esa célula logra reproducir ese gen,
entonces se tiene una línea troncal manipulada y esto constituye uno de los
peligros más grandes de esta tecnología.
El único problema que existe para el uso de
embriones preimplantacionales es que, actualmente, éstos se destruyen; pero,
¿qué ocurriría si se pudieran sacar células como se hace para el estudio
genético o cromosómico sin destruirlos?. Se tendría una fuente inagotable e
infinita de células primordiales, totipotenciales, capaces de generar toda la
diversidad de órganos para todas las personas de este planeta.
Existe, eso sí, un principio de subsidiariedad, el cual
consiste en que el material biológico de alto valor no debe ser usado si el
mismo resultado se puede obtener con material biológico de menor valor. Esto
es, si las mismas células troncales se pudieran obtener, por ejemplo, de la
médula ósea, sería un crimen destruir un embrión. Las células troncales
embrionales, sin embargo, sólo deben usarse si las adultas no son útiles.
En todo caso, cabe preguntarse si el uso de células
troncales es realmente necesario para el desarrollo de la medicina actual o
futura. Para contestar esta pregunta, se debe definir qué es necesario ¿Es
necesario lo que es factible? Tal vez, en un tiempo más será posible hacer lo
mismo con otro tipo de células.
Estas interrogantes presentan un dilema entre el
derecho al conocimiento y el derecho a la ignorancia. Desde el tema del
genoma, de la clonación, de la fecundación in vitro y de todo lo que se ha
desarrollado en genética, pareciera ser que el hombre tiene derecho a conocer,
a saber; pero, también, la clonación pone en tela de juicio el derecho a la
ignorancia, a no saber lo que fui antes de ser lo que soy ahora.
De manera tal que, si bien el genoma nos pone en la
disyuntiva del conocimiento, la clonación nos coloca en la de la ignorancia. Ese
es el dilema que se va a vivir en los próximos tiempos.
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Existen muchos años de experiencia de transferencia
de células primordiales, troncales, de médula ósea para tratamiento de
enfermedades hematológicas, por lo que es difícil pensar que de una célula
inmadura se originen problemas de malformaciones en el caso de la clonación
terapéutica.
En todo caso, se ha pensado que la investigación de
la clonación terapéutica puede llevar al avance de la reproductiva y ello ha
motivado que países como Estados Unidos de América y España, entre otros,
se opongan a la clonación terapéutica. Asimismo, estas dudas han llevado a
obstaculizar la aprobación de una Convención de Naciones Unidas para prohibir
la clonación con fines reproductivos.
La negativa para la clonación reproductiva se basa,
por una parte, en la destrucción de embriones, lo que no es aceptable ni con
fines de diagnóstico ni con propósitos de investigación. Sin embargo, si bien la
investigación en embriones no debe ser restringida, sí debe limitarse a la
eliminación o la muerte de ellos, así como cualquier procedimiento que altere
su destino puro o su capacidad de expresarse como persona y no como
principio previo.
En el aborto terapéutico, se plantea de qué manera
se ejerce un juicio de valor en que la voluntad de la madre prime por sobre la
voluntad individual o en que el embrión en sí mismo no tenga la normalidad o
percepción propia del común de las personas. Se podría pensar que, si una
persona tiene una alteración cromosómica que le significará la muerte dentro
de los primeros quince días de su vida, cabe preguntarse si es razonable
obligar a la mujer a pasar nueve meses de preñez para luego saber que tendrá
un niño que morirá de todas maneras, si ello se ha detectado antes de
implantarlo o en su primera semana de vida, tal como se puede hacer hoy con
diagnósticos genéticos una vez que el embrión está implantado en el útero.
Esto constituye un juicio de valor.
2) Personas que concurrieron a la Comisión.
Formuladas estas consideraciones generales, se dará
cuenta de las principales opiniones vertidas sobre el proyecto.
a) La Ministra de Salud de la época, señora
Bachelet, expresó que las materias que contiene la iniciativa encierran un alto
contenido valórico y filosófico, que debe encuadrarse dentro de un marco
jurídico que dé protección a los derechos fundamentales de las personas. En
otras palabras, se trata de fijar el marco legal que garantice los derechos de
las personas que participan en ensayos clínicos, cautelando el respeto a su
dignidad, el derecho a recibir información que les permita adoptar decisiones
en torno a su propia salud y también de lograr un equilibrio entre la
investigación científica y los objetivos sanitarios del país.
Como antecedente, agregó que en Chile se realizan
alrededor de 100 ensayos clínicos al año con productos no registrados.
La única regulación consiste en una norma que
establece las pautas generales para la investigación, en la cual se recogen,
básicamente, las recomendaciones internacionales sobre el tema.
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PRIMER INFORME COMISIÓN SALUD
Los representantes del ministerio señalaron que era
necesario contar con una “ley marco” que rija estas actividades en el sector
privado.
También se pronunciaron sobre la conveniencia de dictar un
reglamento que regule las funciones de los comités de ética de investigación.
Respecto de la investigación del genoma humano,
la Ministra señaló que ésta no debe tener otros fines que la salud y el progreso
de los conocimientos en genética, antropología y evolución humana. Su
limitante dice relación al respeto a la dignidad humana, a los derechos y
libertades, motivos por los cuales la creación de un Comité de Bioética
parece justificarse plenamente y adquirir gran relevancia, pues constituirá el
máximo órgano asesor del Gobierno en estas materias. Por ese motivo,
además, debe estar integrado de manera pluridisciplinaria y en él se ha de
incorporar la participación ciudadana a través de la sociedad civil organizada.
Sobre esta materia, la personera planteó la necesidad
de que este Comité cuente con una Secretaría Ejecutiva, bajo la dependencia
del Ministerio.
Sobre la prohibición de clonación en seres
humanos, se manifestó plenamente de acuerdo con ella, sin perjuicio de
considerar algunos aspectos relacionados con la clonación terapéutica para que
sean analizados por la Comisión de Bioética, dada su alta complejidad.
En lo que dice relación a la creación de la
Comisión Nacional de Bioética, recalcó que su finalidad es asegurar que el
proceso de consentimiento sea libre e informado por parte de los pacientes
involucrados, y que el protocolo de investigación sea válido. También, debe
garantizarse el manejo confidencial de los datos personales.
Legislar sobre todo lo relativo a la investigación en
seres humanos permitirá a nuestro país tener una posición clara en los foros
internacionales sobre materias que acaparan la atención de modo creciente.
b) También concurrieron a la Comisión el
senador señor Mariano Ruiz-Esquide; el doctor Jorge Allende, director
del Instituto de Ciencias Biomédicas de la Facultad de Medicina de la
Universidad de Chile; el doctor Sergio Zorrilla, asesor externo del
Programa de Bioética de la Universidad de Santiago; la señora Amnie
Langlois, filósofa, integrante de un Comité Consultivo de Protección de
las Personas en la Investigación Biomédica, de Francia; el doctor
Hernán Monasterio, Jefe de la Unidad de Bioética del Ministerio de
Salud; la doctora Marie Charlotte Bouesseau y el señor Sebastián
Pavlovic, ambos asesores del Ministerio de Salud; el doctor Rodrigo
Salinas, director del Instituto de Salud Pública; el doctor Julio Montt,
Presidente de la Comisión de Bioética del Colegio Médico de Chile; el
doctor Carlos Valenzuela, especialista en genética; el presbítero
Fernando Chomalí, profesor del Centro de Bioética de la Facultad de
Medicina de la Pontificia Universidad Católica de Chile; el doctor
Fernando Zegers, experto en reproducción asistida de la clínica Las
Condes. Todos ellos dieron a conocer su importante visión sobre la
problemática que plantea la iniciativa en estudio.
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PRIMER INFORME COMISIÓN SALUD
En general, los participantes concordaron en la
necesidad de fijar un marco jurídico que considere los valores que deben
regir la investigación científica y regular el quehacer en este campo, dadas sus
grandes potencialidades.
Una opinión disidente advirtió que no era conveniente
mezclar materias distintas, como son la clonación y la creación de una
Comisión Nacional de Bioética, puesto que esta última tiene una existencia
propia y anterior a la clonación.
A continuación, se analizarán los aspectos más
relevantes de la discusión de cada una de las materias que comprende la
iniciativa.
3) Consideraciones particulares.
a) Clonación en seres humanos.
Las opiniones vertidas fueron coincidentes en torno a
la prohibición de la clonación en seres humanos. No así respecto de la
clonación terapéutica, tema en el cual se esgrimieron argumentos a favor y en
contra de la misma.
Se plantearon dudas respecto de la conveniencia de
regular la clonación de tejidos y órganos, tomando en cuenta que el
aislamiento de células troncales es una terapia celular más que una clonación
propiamente tal, motivo por el cual se sostuvo que debería ser una de las
materias que debería analizar la Comisión de Bioética.
Uno de los aspectos más debatidos se refiere al uso
de embriones humanos para obtener células troncales, lo que ha sido objeto de
intensas discusiones, puesto que tiene directa relación con el inicio de la vida
humana.
Al analizar el primer aspecto, las consideraciones
formuladas atendieron a aspectos valóricos, puesto que todos compartieron el
hecho de que no puede haber clonación de seres humanos para la
reproducción, como tampoco puede existir apropiación, por cuanto los genes
son patrimonio de la humanidad, ni uso de embriones humanos.
b) Genoma humano.
El descubrimiento del genoma humano ocasionó un
importante debate en el ámbito internacional, el cual concluyó con la
declaración por parte de la Unesco en el sentido de que forma parte del
patrimonio de la humanidad.
Esto
trajo
consigo
grandes
interrogantes,
especialmente en medicina y específicamente en la ingeniería genética y en la
posibilidad de encontrar genes que puedan ser utilizados para prevenir o curar
enfermedades aún indeterminadas.
Otro tema ampliamente debatido fue el de las
patentes, en cuanto se sostuvo que el genoma humano es patrimonio de la
humanidad y nadie puede atribuírselo ni constituir propiedad sobre el mismo o
sobre parte de él. Bajo este predicamento, no es posible patentar el
conocimiento de la estructura de un gen y de las secuencias del ADN, pero sí
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PRIMER INFORME COMISIÓN SALUD
se tolera la posibilidad de obtener productos derivados de ellos, como son los
medicamentos.
Sobre esta materia, se hizo presente que la terapia
génica en células somáticas está relacionada con algunas enfermedades que el
mapa del genoma ha encontrado, ya que se han comprobado algunas
constantes en pacientes con patologías mortales e, inevitablemente, con
alteraciones de cuadros neurológicos. Se pretende que, a través de ciertas
terapias, se pueda diagnosticar precozmente la enfermedad.
Otras opiniones plantearon que la redacción del
artículo 2°, sobre la definición de clonación humana, basada en la
Declaración de la Unesco, debería ser modificada en cuanto señala que el
genoma humano es la base de la unidad fundamental de la diversidad de los
seres humanos y no considera otros factores, como los culturales, sociales,
jurídicos y políticos, los cuales también influyen en la diversidad.
Respecto de la práctica eugenésica, el proyecto
sólo permite la modificación de características genéticas humanas que incidan
en la herencia en los casos y formas que establezca la ley, sobre la base de
que esta materia bien pudiera quedar sujeta a la competencia de la Comisión
Nacional de Bioética.
Desde el punto de vista de la patentabilidad, se
adujo que, por una parte, se prohíbe que el conocimiento de la estructura de
un gen y de las secuencias de ADN sean patentables, mientras que, respecto
de los procesos biotecnológicos derivados del conocimiento del genoma
humano, así como de los productos obtenidos directamente de ellos, como los
medicamentos, sí pueden ser patentables, de acuerdo con las reglas generales.
Sobre el particular, se advirtió que era importante recoger la tendencia del
derecho comparado, puesto que, si la mayoría de los países adoptan la tesis
contraria, es decir, la de otorgar patentes, no tendría sentido la norma, por
cuanto no se podría aplicar.
Desde otro punto de vista, en lo concerniente a la
prohibición de solicitar, recibir, poseer y utilizar información genética
relativa a una persona determinada e identificable, salvo autorización legal
expresa, se sugirió establecer una sanción severa, puesto que pueden existir
interesados en asumir costos para obtener información.
c) Creación de una Comisión de Bioética.
Sobre el particular, se manifestaron distintas
opiniones, que se reseñan a continuación.
- Las funciones de la Comisión no deben dirigirse a
resolver casos específicos, sino a realizar estudios y formular planteamientos
generales que puedan servir de base a las comisiones de ética que deberían
existir en cada centro de investigación.
- Su regulación, composición y representatividad
merecieron reparos.
- Asimismo, se objetó la contratación adhonórem de
sus integrantes.
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- En relación con la experiencia francesa, se reseñó
que los Comités son de carácter regional y que, además, existe una Comisión
Nacional de Bioética que posee funciones distintas de las regionales. Entre
ambos organismos no existe ninguna vinculación.
La Comisión Nacional da su opinión sobre materias
relacionadas con las ciencias biológicas, con alguna connotación importante en
la sociedad. Sus observaciones constituyen meras recomendaciones. Está
compuesta por 40 miembros, que representan a las distintas corrientes de
pensamiento. Algunos son designados por el Presidente de la República,
mientras que otros lo son por el Parlamento y por el Gobierno propiamente tal.
Los Comités Regionales, a su vez, tienen, entre
sus funciones la de autorizar los protocolos de investigación clínica. Poseen
carácter ético-científico. Sus informes son obligatorios e inciden directamente
en el otorgamiento de seguros, puesto que constituyen un requisito
indispensable para su otorgamiento.
El principal alcance de estos Comités es que deben
participar en toda investigación en que exista intervención en seres humanos.
Una vez que han emitido opinión, aun cuando sea desfavorable, no puede
volver a plantearse ningún requerimiento ante el Comité respectivo ni ante
otro distinto. No existe la instancia de apelación.
Estos Comités están integrados por 12 titulares y 12
suplentes y corresponden a profesionales que abarcan las distintas áreas de la
ética. Los profesionales actúan en forma gratuita. Distinta es la situación de los
requirentes, que sí deben pagar una suma de dinero, que es destinada al
mantenimiento de tales entidades.
Los Comités son eminentemente consultivos y
carecen de facultades reguladoras, puesto que se ha estimado que, de
tenerlas, podrían invadir competencias de otros órganos del Estado. Tampoco
tienen injerencia en los establecimientos hospitalarios ni en la práctica clínica,
ni en el Ministerio de Salud, puesto que son órganos autónomos.
Los Comités tampoco responden por eventuales
daños que pueda sufrir una persona a la que se le aplique un procedimiento
sobre el cual ellos hayan informado. La responsabilidad, en estos casos, es del
investigador, quien debe contratar un seguro por los eventuales daños que
puedan sufrir las personas que son objeto de investigaciones.
DISCUSIÓN Y VOTACIÓN EN GENERAL.
Tras recibir una nutrida información sobre las materias que comprende
el proyecto de ley, la Comisión aprobó en general la idea de legislar por la
unanimidad de los Diputados señores Aguiló, don Sergio; Cornejo, don
Patricio; Masferrer, don Juan; Melero, don Patricio, y Olivares, don Carlos.
IX.
PRIMERA DISCUSIÓN EN PARTICULAR.
Con ocasión del inicio de la discusión en particular, el
Ejecutivo envió una indicación que introduce modificaciones en el articulado del
proyecto, que se detallarán en cada caso en particular.
X.
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ARTÍCULO 1º.
“Artículo 1º.- La presente ley tiene por finalidad
proteger la vida, la integridad física y síquica de las personas, así como su
dignidad e identidad genética, con respecto a la investigación científica y sus
aplicaciones y al ejercicio de la medicina.”
Indicación del Ejecutivo.
-Para agregar, a continuación de la palabra
“científica”, el vocablo “biomédica” y reemplazar la frase “y al ejercicio de la
medicina” por la palabra “clínicas”.
El Ejecutivo argumentó que, al añadirse el término
“biomédica”, se pretende restringir la aplicación de la ley al ámbito original,
cual es la investigación científica aplicada a la medicina, ya que, al hablarse
solamente de investigación científica, se amplía mucho el espectro, abarcando
actividades que están fuera del ámbito de la ley.
Asimismo, al reemplazarse la frase “y al ejercicio de
la medicina” por la palabra “clínicas”, se aclara que el proyecto no pretende
regular el ejercicio de la medicina, sino sólo las aplicaciones clínicas de la
investigación científica, lo que es más concordante con la intención original de
los autores de la moción. Del mismo modo, se indicó que de esta forma se
guarda mayor relación con la nomenclatura utilizada internacionalmente.
- Puesto en votación el artículo 1º, con la
indicación del Ejecutivo, fue aprobado por unanimidad.
ARTÍCULO 2º.
“Artículo 2º.- El genoma humano es la base de la
unidad fundamental de todos los miembros de la familia humana y del
reconocimiento de su identidad, dignidad y diversidad.”
En relación con esta materia, se cuestionó si
efectivamente debía considerarse al genoma humano como base fundamental
de todos los miembros de la familia humana, ya que de ello pudiera inferirse
que también sería la base fundamental de la vida, incluso desde el momento
en que el genoma humano se estructura, determinando así que ese sería el
momento en que comenzaría la vida humana, desde un punto de vista legal.
Se hizo presente que, a propósito del tema del
aborto, se había señalado que no existe una norma que establezca desde
cuando existe la vida. En razón de lo anterior, se recalcó la importancia que
podría tener el artículo 2°, en cuanto a las consecuencias que podrían
derivarse de su aplicación. Asimismo, se requirió precisar si el término familia
se estaba utilizando en forma taxonómica o de asociación.
Al respecto, el Ejecutivo precisó que esta norma tiene
un carácter declarativo y que corresponde, en forma casi textual, al primer
artículo de la Declaración sobre Genoma de la Organización de Naciones
Unidas5.
1 Art. 1°.- El genoma humano es la base de la unidad fundamental de todos los miembros de la familia
humana y del reconocimiento de su dignidad y diversidad intrínsecas. En sentido simbólico, el genoma
humano es el patrimonio de la humanidad. (Declaración Universal sobre el Genoma y Derechos Humanos, 11
de noviembre de 1997).5
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En general, los Diputados concordaron con la
necesidad de modificar esta norma, en el sentido de darle un alcance más
científico, puesto que, con la definición actual, se señalan características.
Desde otro punto de vista, también se indicó que era imprecisa y vaga, por lo
que se planteó la inconveniencia de establecer esta definición en la ley, dado
que el Código Civil, en su artículo 20, establece claramente que “las palabras
de la ley se entenderán en su sentido natural y obvio, según el uso general de
las mismas palabras”, y, por lo tanto, al no definirse el concepto en la ley, éste
debiera entenderse según su definición científica. Además, de este modo, el
concepto científico podría experimentar variaciones, de acuerdo con los
avances de la ciencia, motivo por el cual no sería conveniente establecer una
definición en la ley. A modo de ejemplo, se citó el caso del descubrimiento del
mapa genético en el año 2001, en circunstancias que tres años después ya
existen muchos avances en la materia.
Sobre el particular, la legislación comparada define la
expresión genoma como el conjunto global de información genética contenida
en las moléculas de ácido nucleico. En el caso de los organismos pluricelulares,
con reproducción sexual, como ocurriría en el caso del ser humano, sería el
conjunto global de la información genética que existe en una célula inicial, el
cigoto, formado tras la fecundación, que se conserva invariable, salvo
mutación somática, en todas y cada una de las células del individuo.
- Finalmente, tras un largo debate, se acordó
rechazar el artículo 2°, por la unanimidad de los miembros presentes
de la Comisión.
ARTÍCULO 3º.
“Artículo 3º.- Se prohíbe toda práctica eugenésica.
Sólo se podrán modificar características genéticas humanas que incidan en la
herencia en los casos y en la forma previstos por la ley.”
Se puntualizó que el término “eugenesia” implica
una manipulación del material genético con fines positivos.
Sobre el particular, se señaló que las prácticas
eugenésicas deberían ser permitidas, en cuanto cada persona es dueña de su
genoma, y podría requerir de una modificación tendente a obtener un fin
terapéutico.
El Ejecutivo mantuvo la idea original, con objeto de
resguardar la posibilidad de que cada persona pueda decidir la práctica de una
intervención en su propia carga genética. Del mismo modo, las restricciones
que establece esta norma persiguen enmarcar esta facultad dentro de un
criterio positivo, evitando su utilización para fines discriminatorios.
Asimismo, se hizo presente que era necesario
precisar qué debe entenderse por práctica eugenésica. Al respecto, el
Diccionario de la Real Academia Española consigna la siguiente definición:
“Aplicación de las leyes biológicas de la herencia al perfeccionamiento de la
especie humana”.
Se explicó que comúnmente existe la tendencia a
entender que las prácticas eugenésicas tienen por objeto un efecto negativo,
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como es la manipulación de la especie y como pudiera ser el manejo de
características determinadas, razón por la cual se insistió en la necesidad de
precisar muy claramente el sentido de esta norma. A vía ejemplar, desde un
punto de vista positivo, se citó el caso de los alimentos genéticamente
modificados y el de las eventuales modificaciones genéticas para el
perfeccionamiento de la especie humana, en el sentido de eliminar algunas
enfermedades.
Uno de los autores de la moción, el senador señor
Mariano Ruiz-Esquide, aclaró los alcances de la norma, recordando que este
proyecto se comenzó a trabajar inmediatamente después del “destape”
mundial en el tema de los cambios genéticos y de la clonación, siendo su
sentido original establecer qué se podía hacer y qué no se podía hacer en esta
materia, ya que el gran temor existente era la posibilidad de cometer abusos
en las intervenciones genéticas. Añadió que los autores de la moción se
habían situado en dos grandes escenarios, siendo el primero el descrito por
Aristóteles, en el sentido de que el mal uso no debiera restringir el uso de una
cosa, y que, al mismo tiempo, no se deseaba permitir que se avanzara en una
línea distinta de lo considerado normal dentro de la especie humana. De esta
manera, al prohibirse toda práctica eugenésica, se buscaba evitar que el
mejoramiento de la especie humana pudiera llegar a prácticas aberrantes y
con fines discriminatorios. Sobre el particular, precisó que el mejoramiento
genético de la raza humana y la intervención sobre su gen con objeto de
cambiar la naturaleza profunda del ser humano, no eran positivos.
Agregó que mejorar la raza humana a través de un
terapia genética pudiera significar intervenir un gen como el del cáncer,
llegándose así a modificar de tal manera las características del ser humano que
lo alejaran de las particularidades esenciales propias de su natura. Precisó que
la discusión se había centrado en establecer en qué medida se podía intervenir
para mejorar la raza, evitando la repetición de hechos que han sido repudiados
por la humanidad.
Explicó que la redacción del artículo puede parecer
contradictoria, puesto que, en su primera oración, prohíbe derechamente toda
práctica eugenésica, entendida en su sentido negativo, dejando abierta la
posibilidad, a través de la oración siguiente, de que por medio de otro cuerpo
legal se establezcan los casos y formas en que esto pueda efectuarse, de
acuerdo con los avances que experimente la genética, descartando así
cualquier eventual contradicción en la norma.
- Puesto en votación el artículo 3°, fue
aprobado por cinco votos a favor y una abstención.
ARTÍCULO 4º.
“Artículo 4º.- Se prohíbe toda forma de
discriminación basada en el patrimonio genético de las personas.”
- Puesto en votación el artículo, sin discusión,
fue aprobado por la unanimidad de los miembros presentes de la
Comisión.
ARTÍCULO 5º.
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“Artículo 5º.- Sólo podrán realizarse estudios e
indagaciones para determinar la identidad genética de una persona con su
consentimiento, o por orden de tribunal competente en causa en que tal hecho
sea relevante.”
Indicación del Ejecutivo.
-Para intercalar, a continuación de la palabra
“consentimiento” y la coma (,) que le sigue, la frase “el de su representante
conforme a esta ley”, seguida de una coma (,).
Con respecto a esta materia, se objetó que la
indicación incorpora una forma de representación específica para esta ley, en
circunstancias que el Código Civil contempla dicha normativa, por lo cual
resultaría improcedente.
Sobre el particular, el representante del Ejecutivo
precisó que esta indicación tenía directa relación con otra presentada respecto
al artículo 7°, mediante la cual se otorga una solución para aquellos casos en
que el representante legal de una persona no pueda ser consultado ante la
urgencia de administrar alguna terapia genética.
Agregó que esta forma de representación busca
solucionar un tema específico de esta ley, sin modificar las normas generales
de representación contempladas en la legislación chilena.
Con respecto a estas explicaciones, se planteó una
opinión discrepante, por cuanto el artículo 3° se refiere a la realización de
estudios e indagaciones para determinar la identidad genética de una persona,
caso en el cual no parece justificarse la urgencia, que sí existe en la
administración de una terapia, por lo que bien pudieren aplicarse las normas
generales.
Profundizando sobre lo anterior, se puntualizó que los
artículos 5° y 7° consideran situaciones distintas, puesto que el primero se
refiere a estudios e indagaciones, mientras que el segundo trata de toda
investigación científica en seres humanos que involucre una intervención física
o psíquica, por lo cual se concluyó que el ámbito de aplicación de ambos
preceptos es diferente.
En razón de lo anteriormente expuesto, se
acordó reemplazar la citada indicación por la siguiente:
-“Para intercalar, a continuación de la palabra
“consentimiento” y de la coma (,) que le sigue, la frase “el de su representante
legal”, seguida de una coma (,).”
- Puesto en votación el artículo 5°, con la citada
indicación, fue aprobado por la unanimidad de los miembros
presentes.
ARTÍCULO 6º.
“Artículo 6º.- La libertad para llevar a cabo
actividades de investigación científica tiene como límite el respeto a los
derechos y libertades esenciales que emanan de la naturaleza humana, así
reconocidos por la Constitución Política de la República.”
Indicación del Ejecutivo.
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-Para intercalar, a continuación de la palabra “científica”, la locución
“biomédica en seres humanos”; eliminar la palabra “así”, y agregar, a
continuación del vocablo “República”, la frase “así como por los tratados
internacionales ratificados por Chile y que se encuentren vigentes”,
precedida por una coma (,).
- Puesto en votación el artículo 6°, con la
indicación presentada, fue aprobado por la unanimidad de los
miembros presentes.
ARTÍCULO 7º.
“Artículo 7º.- Toda investigación científica en un ser
humano que involucre algún tipo de intervención física o psíquica en el sujeto
debe ajustarse a lo dispuesto en la presente ley, además de a otras normas
que resulten aplicables, según el caso.
Deberá contar con el consentimiento libre e
informado del sujeto, otorgado personalmente, o por su representante legal,
cuando aquél carezca de capacidad para obrar por sí mismo.
La prestación del consentimiento deberá constar en
un acta firmada también por el director responsable del proyecto respectivo y
por el director del establecimiento donde se realizará la investigación, quien
actuará como ministro de fe.
La revocación del consentimiento procederá siempre
y no generará responsabilidad de ninguna especie, cualesquiera sean los
efectos que ella produzca.”
Indicaciones del Ejecutivo.
1.- Para suprimir, en el inciso primero, la frase “en el
sujeto” y reemplazar la locución "además de a otras" y la coma (,) que le
precede, por la frase “y en las demás”.
2.- Para reemplazar el inciso segundo por el
siguiente:
“Deberá contar con el consentimiento libre e
informado otorgado personalmente, o por el representante cuando la persona
carezca de capacidad para obrar por sí misma.”
3.- Para agregar el siguiente inciso tercero, nuevo,
pasando los actuales incisos tercero y cuarto, a ser incisos cuarto y quinto,
respectivamente:
“Para los efectos de esta ley el representante de una
persona será quien sea el representante legal, en caso que éste no exista o no
pueda ser consultado y se trate de una situación de urgencia para la persona,
será considerado representante quien a cuyo cuidado la persona se encuentre
o, en caso de pacientes psiquiátricos, quien haya sido designado su apoderado
para efectos del tratamiento.”
4.- Para intercalar, en el actual inciso tercero, que ha
pasado a ser inciso cuarto, a continuación de la palabra “investigación", la
frase “o por quien éste designe”.
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5.- Para intercalar, en el actual inciso cuarto, que ha
pasado a ser inciso quinto, después de la palabra “siempre”, la frase “y en
cualquier momento”.
Indicaciones parlamentarias.
-El Diputado señor Ojeda presentó una indicación
para agregar, en el inciso segundo del artículo 7°, entre las expresiones
“consentimiento libre” e “informado”, la palabra “expreso”, antecedida de una
coma (,), a fin de que no quede ninguna duda sobre el particular, recalcando
que es menester contar con una manifestación concreta de la voluntad.
-Asimismo, para guardar concordancia con el artículo
6°, se agregó la palabra “legal” después de la expresión representante.
Desde otro punto de vista, se planteó un debate
acerca del significado de las expresiones ser humano y persona humana,
puesto que la primera acepción podría comprender incluso al ser en su vida
intrauterina, mientras que el concepto de persona, al tenor de lo que señala el
artículo 55 del Código Civil, es todo individuo de la especie humana, cualquiera
que sea su edad, sexo, estirpe o condición, siendo así un concepto más
restringido, por lo que, al hablar de ser humano, se excluiría cualquier
posibilidad de realizar investigaciones en embriones humanos. En razón de lo
anterior, tras un arduo debate, se acordó mantener el término ser humano,
por ser un concepto internacionalmente empleado, que no restringe el ámbito
de aplicación de esta ley.
El representante del Ejecutivo aclaró el sentido y
alcance de las indicaciones presentadas, las cuales tienen por objeto introducir
algunas modificaciones de redacción menor. Añadió que la inclusión de una
norma que determine qué debe entenderse por “representante” para efectos
de esta ley, busca precaver situaciones inesperadas que podrían suscitarse y
que requirieran de una autorización rápida.
- Puesto en votación el artículo 7°, con las
indicaciones presentadas por el Ejecutivo y por el Diputado Ojeda, fue
aprobado por unanimidad, con la sola excepción de la tercera
indicación, que agrega un nuevo inciso tercero, la cual fue aprobada
por cinco votos a favor y dos en contra.
ARTÍCULO 8º.
“Artículo 8º.- Sin perjuicio de las exigencias
establecidas en las demás normas de esta ley, son deberes especiales del
investigador:
1) Transmitir al sujeto, en un lenguaje comprensible
para él, toda la información que necesite para prestar un consentimiento
informado, incluida la posibilidad de negarse a participar en la investigación
antes de su inicio y durante el curso de la misma, sin incurrir en
responsabilidades o sanciones ni en pérdida de beneficios.
2) Ofrecer al sujeto amplia oportunidad de hacer
preguntas e instarlo a que las haga.
3) Excluir toda posibilidad de engaño, influencia
indebida o intimidación.
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4) Recabar el consentimiento escrito del sujeto una
vez que éste tenga pleno conocimiento de los siguientes aspectos:
a) naturaleza de la investigación, procedimientos a
seguir y duración aproximada;
b) riesgos e incomodidades asociadas a la
investigación;
c) beneficios potenciales de la investigación, y
d) procedimientos o tratamientos alternativos que
podrían ser beneficiosos.
5) Renovar el consentimiento informado si las
condiciones o los procedimientos de la investigación sufren modificaciones
importantes.”
Indicaciones del Ejecutivo.
1.- Para reemplazar, en el numeral 1), la expresión
“al sujeto" por la frase "a la persona que participará en la investigación", y el
pronombre "él” por "ella”.
2.- Para suprimir, en el numeral 2), la expresión “al
sujeto” y reemplazar la palabra “instarlo” por la frase “instar a la persona”.
3.- Para suprimir, en el numeral 4), la expresión “del
sujeto” y reemplazar la palabra “éste” por la expresión “la persona”.
4.- Para agregar, en la letra b) del numeral 4), a
continuación de la palabra "investigación", la siguiente oración, precedida de
un punto seguido (.): “En caso que la investigación involucre un medicamento
o dispositivo médico no registrado en Chile o cuya indicación no esté
registrada, el investigador deberá hacer indicación expresa de ello”.
5.- Para agregar, en el numeral 5), después de la
palabra “importantes”, la frase ”según lo califique el Comité Ético Científico que
haya informado y aprobado el proyecto de investigación”, precedida de una
coma (,).
Indicaciones parlamentarias.
-La Diputada señora Ibáñez, y los Diputados señores
Accorsi, Cornejo, Ojeda, Palma y Robles, presentaron una indicación para
reemplazar, en el N° 1 del artículo 8°, la frase “a la persona que participará en
la investigación” por “a la persona que será objeto de la investigación”.
-Los Diputados señores Ojeda y Robles presentaron
una indicación para agregar, en el numeral 1 del artículo 8°, después de la
palabra “transmitir”, la frase “por escrito y verbalmente”, y reemplazar la
expresión “al sujeto”, por la oración “a la persona que será objeto de la
investigación o a su representante legal”.
En términos generales, las indicaciones formuladas
por el Ejecutivo tienen por objeto introducir cambios formales, destinados a
armonizar el texto legal en su conjunto.
Asimismo, las indicaciones presentadas por los
parlamentarios buscan precisar algunos aspectos, en el sentido de que quien
sea sometido a una investigación tenga pleno conocimiento de todos los
aspectos involucrados en ella, a fin de que pueda prestar un consentimiento
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informado, motivo por el cual proponen que dicha información sea transmitida
tanto en forma escrita como verbal, a fin de evitar cualquier duda al respecto.
- Puesto en votación el artículo 8°, con las indicaciones del
Ejecutivo y las de los parlamentarios, fue aprobado por la
unanimidad de los Diputados presentes.
ARTÍCULO 9º NUEVO.
Indicación del Ejecutivo.
Para intercalar, a continuación del artículo 8º, los
siguientes artículos 9º y 10, nuevos, modificándose la numeración correlativa
siguiente:
“Artículo 9º.- En cada Secretaría Regional
Ministerial de Salud existirá un Comité Ético Científico destinado a informar y
autorizar los proyectos de investigación científica biomédica que se pretendan
desarrollar en el territorio de su competencia.
El Reglamento establecerá los casos especiales en los
que por afectar a dos o más regiones del país, o por la importancia nacional de
la investigación biomédica propuesta, el Ministerio de Salud pueda constituir un
Comité Ad hoc para informar y autorizar dicha investigación. Asimismo, la
forma de integración, funcionamiento y los procedimientos a que deberán
ceñirse dichos Comités se establecerán mediante Reglamento.
Los Comités Ético Científicos no podrán autorizar
ninguna investigación o proyecto científico en el cual detecten la omisión de las
obligaciones que los artículos 7º y 8º de esta ley imponen al investigador.”.
El representante del Ejecutivo explicó que esta
indicación obedece al cambio introducido en el H. Senado, mediante el cual se
introdujeron Comités de Bioética en cada establecimiento, de acuerdo con lo
dispuesto en el artículo 20.
La propuesta del Gobierno consiste en suprimir los
Comités de Bioética en cada establecimiento, puesto que, para guardar
concordancia con las reformas contempladas en el proyecto de autoridad
sanitaria, dichos Comités deberían quedar radicados en la Secretaría Regional
Ministerial de Salud de cada región, por lo que no tendría sentido mantener en
los servicios de salud, que tendrían una función principal de prestadores, una
función propia de la autoridad sanitaria.
Sobre el particular, se abrió un breve debate en torno
a los beneficios que pudieren derivarse de este proceso de descentralización y,
desde otro punto de vista, se hizo hincapié en que esto generaría algún grado
de discrecionalidad, por cuanto imperarían distintos criterios, motivo por el
cual se sostuvo que era preferible que este tipo de investigaciones se radicara
en una sola instancia.
- Puesta en votación la indicación presentada,
fue aprobada por seis votos a favor y una abstención.
Indicaciones parlamentarias.
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PRIMER INFORME COMISIÓN SALUD
La Diputada señora Ibáñez, y los Diputados señores
Accorsi, Ojeda, Olivares, Palma y Robles, presentaron una indicación para
agregar otro inciso final al nuevo artículo 9°, del siguiente tenor:
“Los Comités Ético Científicos, al informar y autorizar
los proyectos de investigación científica biomédica que se le presenten,
deberán considerar la adecuación de dichos protocolos a las pautas ético
científicas de la investigación científica en seres humanos, validadas y
reconocidas internacionalmente.”
- Puesta en votación la indicación, fue aprobada
por unanimidad.
ARTÍCULO 10 NUEVO.
“Artículo 10.- Los responsables del proyecto de
investigación que utilicen medicamentos no registrados o con indicación no
registrada deberán contratar en el país seguros de responsabilidad para cubrir
los perjuicios que durante el proyecto de investigación, y con motivo de él,
sufran las personas que participaren en la investigación.”.
Este artículo tiene por finalidad establecer la
obligación, para los responsables del proyecto de investigación en que se
utilicen medicamentos no registrados, o con indicación no registrada, de
contratar un seguro de responsabilidad, de manera de prever los efectos que
pudieren sufrir las personas que son objeto de la investigación.
Dada la naturaleza de las investigaciones, los
parlamentarios fueron de la opinión de no restringir la aplicación de este
seguro al uso de medicamentos no registrados, ampliándola a toda
investigación científica biomédica.
Indicaciones parlamentarias.
La Diputada señora Ibáñez, y los Diputados señores
Accorsi, Cornejo, Olivares, Palma y Robles, presentaron una indicación
para eliminar, en el artículo 10, la frase “que utilicen medicamentos no
registrados o con indicación no registrada”.
- Puestas en votación ambas indicaciones,
fueron aprobadas por unanimidad.
ARTÍCULO 9º.
“Artículo 9°.- Los exámenes genéticos y los análisis
predictivos de la misma naturaleza sólo podrán hacerse por motivos
terapéuticos o de investigación científica, de acuerdo a las normas de esta ley.
En la realización de estos exámenes y análisis se
deberá dar cumplimiento a lo establecido en los artículos 7º, 8º y 13 de esta
ley.”
Este artículo tiene que ver con la posibilidad de que,
con los análisis genéticos, se pueda saber qué pasará con una enfermedad
determinada más adelante, lo que hoy no se da.
Indicaciones del Ejecutivo.
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-Para intercalar, en el inciso primero del actual
artículo 9°, que ha pasado a ser artículo 11, entre las palabras “motivos” y
“terapéuticos”, la palabra “diagnósticos”, seguida de una coma (,).
-Para sustituir, en el inciso segundo, el guarismo "13"
por "15", a fin de guardar concordancia con las otras modificaciones
introducidas.
- Puesto en votación el artículo con las
indicaciones señaladas, fue aprobado por unanimidad.
ARTÍCULO 10.
“Artículo 10.- La terapia génica en células
somáticas está destinada al tratamiento de enfermedades o a impedir su
aparición.
Será aplicable en estos casos lo dispuesto sobre
consentimiento informado en los artículos 7º y 8º de esta ley.”
Indicación del Ejecutivo.
-Para reemplazar, en el inciso primero del actual
artículo 10, que ha pasado a ser artículo 12, la contracción ilativa “al” por la
frase “a la detección, diagnóstico y”.
- Puesto en votación el artículo con la
indicación, sin discusión, fue aprobado por unanimidad.
ARTÍCULO 11.
“Artículo 11.- Se prohíbe la clonación de seres
humanos y por tanto cualquier intervención a persona que dé por resultado la
creación de un ser humano genéticamente idéntico a otro, vivo o muerto.
La clonación de tejidos y órganos sólo procederá con
una finalidad terapéutica. En ningún caso podrá usarse para tales fines
embriones humanos.”
Se recordó lo sostenido por el doctor Zegers, quien
planteó que si la clonación se limitaba a la acción terapéutica, la investigación
en tejidos quedaría restringida en el país, motivo por el cual se acordó ampliar
el sentido de esta norma para permitir la investigación científica en esta área.
Para estos efectos, se presentó la siguiente indicación.
Indicación parlamentaria.
-De los Diputados señora Ibáñez y señores Ojeda,
Olivares, Palma y Robles, para reemplazar, en el inciso segundo, la frase
“con una finalidad terapéutica” por “con fines terapéuticos o de investigación
científica”, para guardar armonía con la nomenclatura normalmente empleada
y con el resto del proyecto.
- Puesto en votación el artículo con la indicación
señalada, fue aprobado por unanimidad.
ARTÍCULO 12.
“Artículo 12.- El conocimiento del genoma humano
es patrimonio común de la humanidad. Nadie puede atribuirse ni constituir
propiedad sobre el mismo o sobre parte de él. Por lo tanto, el conocimiento de
la estructura de un gen y de las secuencias de ADN no son patentables.
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PRIMER INFORME COMISIÓN SALUD
Los
procesos
biotecnológicos
derivados
del
conocimiento del genoma humano, así como los productos obtenidos
directamente de ellos, como los medicamentos, son patentables según las
reglas generales.”
Respecto de esta materia, se recordó el acuerdo
adoptado entre Estados Unidos e Inglaterra, mediante el cual se estableció que
el conocimiento de la estructura de un gen y de las secuencias de ADN no son
patentables, puesto que el genoma humano es patrimonio de la humanidad.
Sobre la misma materia, se hizo presente que el
inciso segundo señala que los procesos biotecnológicos derivados del
conocimiento del genoma humano, así como los productos obtenidos de ellos,
como los medicamentos, son patentables de acuerdo con las normas
generales.
En el nivel internacional, las patentes tienen un
tiempo de duración, al cabo del cual los productos protegidos por esas
patentes pueden ser utilizados en forma liberada.
- Puesto en votación el artículo, sin discusión,
fue aprobado por cinco a favor y dos abstenciones.
ARTÍCULO 13.
“Artículo 13.- La información genética de una
persona será reservada, salvo que ella la revele o que el juez lo autorice, todo
ello sin perjuicio de las normas sobre secreto profesional.”
Indicación parlamentaria.
-Con objeto de adecuar esta norma al artículo 5°, y
especificar que debe tratarse de un hecho relevante, los Diputados señora
Ibáñez y señores Olivares, Palma y Robles formularon una indicación para
sustituir la frase “que el juez lo autorice” por “o por orden de tribunal
compentente en causa en que tal hecho sea relevante”.
- Puesto en votación el artículo con la indicación
consignada, fue aprobado por unanimidad.
ARTÍCULO 14.
“Artículo 14.- La recolección, almacenamiento,
tratamiento y difusión de datos genéticos de las personas se ajustará a las
normas de la ley Nº 19.628, sobre Protección de Datos de Carácter Personal.”
- Puesto en votación el artículo, sin discusión,
fue aprobado por unanimidad.
ARTÍCULO 15.
“Artículo 15.- Queda prohibido solicitar, recibir,
poseer y utilizar información genética relativa a una persona determinada e
identificable, así como indagar si una persona se ha realizado un examen o
análisis de carácter genético, salvo autorización legal expresa.
Estas prohibiciones no afectan a la recolección y
procesamiento de información genética de carácter estadístico y no
nominativa.”
Indicación del Ejecutivo.
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PRIMER INFORME COMISIÓN SALUD
-Para suprimir, en el inciso primero del actual artículo
15, que ha pasado a ser artículo 17, la palabra “legal” y agregar, a
continuación de la palabra "expresa", la frase "de la persona o su
representante o por orden de tribunal competente en causa en que tal hecho
sea relevante”.
- Puesto en votación el artículo con la
indicación, sin discusión, fue aprobado por unanimidad.
ARTÍCULO 16.
“Artículo 16.- Los datos genéticos que permitan la
identificación de una persona deberán ser encriptados para su almacenamiento
y transmisión.
La encriptación podrá omitirse temporalmente por
razones de salud pública.”
- Puesto en votación el artículo, fue aprobado
por unanimidad.
ARTÍCULO 17.
“Artículo 17.- Créase una Comisión Nacional de
Bioética que estará integrada por las siguientes personas:
— Cuatro académicos designados por el Consejo de
Rectores, que pertenezcan respectivamente a las Facultades de Medicina,
Derecho, Ciencias y Filosofía de las universidades que lo integran.
— Tres personas designadas por el Instituto de
Chile, que pertenezcan a las Academias de Medicina, de Ciencias y de Ciencias
Sociales, Políticas y Morales, respectivamente.
— Una persona designada por el Senado.
— Una persona designada por el Presidente de la
República, quien la presidirá.
Las personas designadas permanecerán en sus
funciones por el plazo de tres años, pudiendo ser reelegidos. Servirán dichas
funciones ad-honorem.”
Indicación del Ejecutivo.
-Para sustituir el actual artículo 17, que ha pasado a
ser artículo 19, por el siguiente:
“Artículo 19.- Créase una Comisión Nacional de
Bioética que estará integrada por las siguientes personas:
— Ocho académicos universitarios expertos en
bioética: dos de Facultades de Medicina, dos de Facultades de Derecho, dos de
Facultades de Ciencias y dos de Facultades de Filosofía, nombrados por el
Presidente de la República a partir de cuatro quinas únicas propuestas por el
Consejo de Rectores.
— Dos personas designadas por el Senado.
— Dos personas designadas por la Cámara de
Diputados.
— Una persona designada por la Corte Suprema.
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PRIMER INFORME COMISIÓN SALUD
— Una persona designada por el Presidente de la
República, quien la presidirá.
Las personas designadas permanecerán en sus
funciones por el plazo de tres años, pudiendo ser reelegidos. Servirán dichas
funciones ad-honorem.”
Indicación parlamentaria.
-La Diputada señora Ibáñez, y los Diputados señores
Accorsi, Olivares, Palma y Robles, presentaron una indicación con respecto
al artículo 17, para complementar los requisitos que deben cumplir los
académicos universitarios, introduciendo, a continuación de la palabra
“bioética”, la siguiente frase: “que serán designados mediante un proceso de
selección nacional de antecedentes”.
El representante del Ejecutivo explicó que la
indicación formulada tenía por objeto aumentar el número de integrantes de la
Comisión Nacional de Bioética, para guardar relación con las funciones que se
establecen en el artículo siguiente. Algunos parlamentarios fueron del parecer
de incluir algunos elementos de discriminación positiva, permitiendo mantener
el equilibrio entre los distintos géneros y confesiones, de manera de tener la
mayor diversidad posible de opiniones representadas en el seno de la
Comisión, lo que fue desechado, dado el amplio espectro que representan los
integrantes de dicha entidad.
- Solicitada la división de la votación, se
pusieron en votación las indicaciones del Ejecutivo y de los
parlamentarios, salvo la relativa a la persona designada por el
Presidente de la República, y fueron aprobadas por 7 votos a favor y 1
en contra.
Con la misma votación, fue aprobada la oración
referida a la persona designada por el Presidente de la República.
ARTÍCULO 18.
“Artículo 18.- La Comisión tendrá las siguientes
funciones:
— Asesorar al Presidente de la República en
materias propias de su competencia.
— Elaborar los informes de su especialidad que le
soliciten los órganos del Estado y los establecimientos de educación superior.
— Promover el estudio y conocimiento de la bioética
en el nivel académico y asistencial y normativo.
— Proponer las normas que sean necesarias para la
aplicación de esta ley u otras relacionadas con la bioética, las que deberán ser
sancionadas mediante los actos administrativos que procedieren para su
debida exigibilidad.”
Indicación del Ejecutivo.
-Para sustituir el actual artículo 18, que ha pasado a
ser artículo 20, por el siguiente:
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PRIMER INFORME COMISIÓN SALUD
funciones:
“Artículo 20.- La Comisión tendrá las siguientes
- Asesorar a los Poderes del Estado en los asuntos
éticos que surgen de los avances científicos y tecnológicos en biomedicina.
- Asesorar al Ministerio de Salud en materias
relacionadas con la investigación científica en seres humanos, y recomendar la
dictación, modificación o supresión de las normas que regulen la actividad
científica en Chile.
- Promover el estudio, conocimiento y debate de la
bioética en la sociedad y especialmente en los sectores académicos, medios de
comunicación y asistenciales.
Las recomendaciones y acuerdos de la Comisión
podrán ser fruto de consensos o votaciones, y deberán dejar siempre
constancia de las diferencias o disidencias que en su seno se produzcan.”
El representante del Ejecutivo argumentó que se
debe tener presente que el proyecto constituye una ley de carácter “marco”,
puesto que se trata de una materia que no se encuentra totalmente acotada,
por tratarse de una ciencia bastante nueva, motivo por el cual las funciones de
asesoría que se encomiendan a la Comisión adquieren una relevancia especial.
- Puesta en votación la indicación del Ejecutivo,
sin discusión, fue aprobada por 7 votos a favor y 1 en contra.
ARTÍCULO 19.
“Artículo 19.- La Comisión tendrá una Secretaría
Ejecutiva que coordinará su funcionamiento y cumplirá los acuerdos que
aquélla adopte. Estará conformada por el personal que al efecto asigne el
Ministerio de Salud, entre los cuales deberá incluirse un profesional experto en
bioética y un abogado.”
Indicación parlamentaria.
-Del Diputado señor Accorsi para sustituirlo por el
siguiente:
“Artículo 19.- La Comisión tendrá una Secretaría
Ejecutiva que coordinará su funcionamiento y cumplirá los acuerdos que
aquélla adopte. Estará conformada por el personal que designe el Ministro de
Salud, entre los cuales se incluirán un médico y un abogado, ambos expertos
en bioética.”
- Puesta en votación la indicación, sin discusión,
fue aprobada por 7 votos a favor y 1 abstención.
ARTÍCULO 20.
“Artículo 20.- Los establecimientos que deseen
participar en proyectos de investigación científica en seres humanos, deberán
contar con un Comité de Bioética conforme al reglamento.
Los
Comités
de
Bioética
autorizarán
las
investigaciones que sean sometidas a su consideración, de acuerdo con las
normas establecidas a propuesta de la Comisión Nacional de Bioética.”
Indicación del Ejecutivo.
Para suprimirlo.
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PRIMER INFORME COMISIÓN SALUD
El representante de Gobierno expuso que tal
supresión obedece a la necesidad de adecuar estas normas a la nueva
institucionalidad sanitaria, donde los Comités Éticos Científicos se radican en
las Secretarías Regionales Ministeriales, por cuanto la función de informar es
propia de la autoridad sanitaria.
Asimismo, se pretende evitar que estos intereses
influyan en la autorización de un proyecto determinado, cuando tal
investigación pudiere beneficiar a la misma entidad que lo autoriza.
- Puesta en votación la supresión del artículo
20, fue aprobada por unanimidad.
ARTÍCULO 21.
“Artículo 21.- El que violare la reserva de la
información genética de una persona, al margen de los casos que autoriza el
artículo 13, sufrirá las penas establecidas en ambos incisos del artículo 247 del
Código Penal, según el caso.
El que omitiere la encriptación a que se refiere esta
ley, sin incurrir en la conducta descrita en el inciso anterior, será sancionado
con una multa de tres a cinco unidades tributarias mensuales.”
Con respecto a la mención del artículo del 247 del
Código Penal, que sanciona al empleado público que descubra secretos en
razón de su cargo, provocando perjuicio a un particular, y a la figura penal que
se hace extensiva al profesional que revele secretos que se le han confiado en
razón de su profesión, se hizo presente que no era asimilable a los
particulares, por lo que existiría un vacío en esta materia, razón por la cual el
Ejecutivo se comprometió a presentar una indicación en este sentido.
Sobre el particular, se hizo mención de la
peligrosidad que revistiría la entrega de información genética, como pudiera,
por ejemplo, ser el caso de que ésta fuera utilizada por una Isapre y que de tal
manera pudiera discriminar a sus beneficiarios.
Indicación parlamentaria.
Dada la trascendencia en cuanto a la gravedad de
los perjuicios, el Diputado señor Accorsi presentó una indicación, que fue
suscrita por los Diputados señora Ibáñez y los señores Cornejo, Olivares,
Palma y Robles, destinada a aumentar el monto de la multa contemplada en
el inciso segundo, para lo cual se establece que podrá llegar hasta 1.000
unidades de fomento, eliminando de esta manera la mención de tres a cinco
unidades tributarias mensuales.
- Puestos en votación en forma sucesiva la
indicación y el artículo, fueron aprobados por unanimidad y por 7 votos
a favor y 1 en contra, respectivamente.
ARTÍCULO 22.
“Artículo 22.- El que omitiere el acta a que se
refiere el inciso tercero del artículo 7° o la confeccionare manifiestamente
incompleta o sustancialmente falsa, será sancionado con una multa de 10 a 20
unidades tributarias mensuales.”
Indicaciones del Ejecutivo.
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PRIMER INFORME COMISIÓN SALUD
- Para agregar, en el artículo 22, a continuación de la
palabra “mensuales”, la frase “sin perjuicio de las responsabilidades civiles o
penales que procedan”, precedida de una coma (,).
- Para agregar el siguiente inciso segundo:
“La misma sanción afectará a quienes desarrollen
proyectos de investigación científica biomédica en seres humanos o en su
genoma con omisión de la autorización del Comité Ético Científico que
corresponda de acuerdo con lo preceptuado por el artículo 9º.”
Indicación parlamentaria.
- Por las mismas razones expresadas en el análisis
del artículo anterior, respecto de la gravedad, se aprobó una indicación para
elevar la multa hasta 1.000 unidades de fomento, suprimiendo la mención “de
10 a 20 unidades tributarias mensuales”.
- Puesto en votación el artículo, con las tres
indicaciones señaladas, fue aprobado por unanimidad.
ARTÍCULO 23.
“Artículo 23.- El que clonare o iniciare un proceso
de clonar seres humanos será sancionado con la pena de presidio menor en su
grado medio.”
Indicaciones del Ejecutivo.
- Para agregar, en el actual artículo 23, que ha
pasado a ser artículo 24, a continuación de la frase “en su grado medio”, la
frase “y la inhabilitación absoluta para el ejercicio de la profesión durante el
tiempo que dure la condena”.
- Para agregar el siguiente inciso segundo: “En caso
de reincidencia, podrá el infractor ser sancionado con la pena de inhabilitación
absoluta perpetua para ejercer la profesión.”
- Puesto en votación el artículo con las dos
indicaciones, fue aprobado por unanimidad.
ARTÍCULO 25 NUEVO.
Indicación del Ejecutivo.
Para agregar el siguiente artículo 25, nuevo:
“Artículo 25.- Corresponderá al Ministerio de Salud
establecer mediante reglamento las normas que complementen o desarrollen
los contenidos de esta ley.”
- Puesta en votación la indicación para
introducir un nuevo artículo, fue aprobada por unanimidad.
XI.
PRIMER TEXTO APROBADO POR LA COMISIÓN.
El texto aprobado inicialmente por la Comisión se
incluye en el comparado que se adjunta al final de este informe.
XII. REAPERTURA DEL DEBATE.
Con fecha 16 de marzo, la Comisión acordó por unanimidad
reabrir debate, para lo cual se estimó necesario contar con la opinión
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de los doctores señores Fernando Zegers, Manuel Santos y Sebastián
Pavlovic, asesor jurídico del Ministerio de Salud.
A continuación, se incluye una pequeña síntesis de lo expuesto por estos
especialistas.
a) El doctor Santos, formuló tres observaciones de
carácter general.
— La primera de ellas, dice relación con el concepto
de ser humano, contexto dentro del cual resulta ineludible abordar el tema de
la naturaleza humana de los embriones.
— En segundo lugar, hizo presente, además, que
también existen exámenes genéticos que nada tienen que ver con la
investigación genética, lo que puede provocar confusiones que limiten la
actividad médica.
— Por último, recalcó la importancia de la creación
de los comités ético científicos, aun cuando manifestó dudas respecto de su
operatividad.
Precisó que a partir de una definición se pueden fijar
los límites para efectuar investigación, especialmente con fines terapéuticos, y
también sobre el significado que importa la destrucción del embrión. Sobre el
particular, se precisó que extraer células totipotenciales constituye un aborto,
puesto que se está interrumpiendo el desarrollo de un ser en gestación. Señaló
que en la actualidad no es posible extraer este tipo de células sin afectar la
vida del embrión, lo que tampoco ha sido avalado por ninguna publicación
científica, que permita afirmar que se puede extraer del embrión, una célula
stem, en estado de blastocito, cultivarla en laboratorio, y que el embrión siga
viviendo. No descartó, eso sí, la posibilidad de que a futuro se pudieran extraer
este tipo de células, a través de algún procedimiento de microcirugía, sin
afectar la vida del embrión.
Sobre el particular, se recordó que hacía poco se
habían introducido modificaciones a la legislación española, en relación a la
clonación terapéutica, limitando a tres los embriones, y asumiendo su
destrucción como un mal menor.
También, hizo presente, que en Inglaterra se había
tomado una opción, definiendo que al día 14 del desarrollo embrionario, éste
adquiría la naturaleza humana, por lo que antes de ese día se permitía alguna
manipulación con fines terapéuticos.
Respecto a los miembros de los comités ético
científicos, hizo presente su preocupación en cuanto a su idoneidad, por cuanto
muchas personas que forman parte de estos comités en los hospitales, no
tienen mayor experiencia ni formación en esta área.
En razón de lo anterior, la Comisión Nacional de
Bioética debiera estar integrada también por científicos.
También, se mostró partidario de que las
instituciones fueran acreditadas desde el punto de vista bioético por entes
creados para tal fin. Se refirió, además, a la necesidad de contar con un ente
regulador, integrado por personas provenientes de diferentes ámbitos,
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expertos en bioética, y con capacidad para acreditar instituciones y autorizar
proyectos de investigación. Al respecto, recordó la experiencia con el sistema
utilizado por la Comisión Nacional de Investigación Científica y Tecnológica
(CONICYT), donde existe un doble chequeo ético, ya que los proyectos deben
ser aprobados tanto por la institución que los patrocina como por CONICYT.
Desde otro punto de vista, hizo presente que en la
actualidad existen dos tipos de terapia génica, que son la terapia en células
somáticas, donde se reemplaza un gen enfermo en un tejido específico lo que
constituye un tratamiento que desde el punto de vista ético no debiera tener
restricción.
Existe un tipo de terapia en células somáticas que
ha sido objeto de cuestionamiento, y que es el de los embriones, ya que nadie
ha probado que sea seguro agregar un gen a los embriones sin que se vean
alterados, motivo por el cual la terapia génica en embriones se encuentra
prohibida.
La terapia en células germinales, se emplea en el
caso de niños que nacen sin defensas, de manera de modificar las células de
sus gónadas, para que el defecto no se repita más en esa familia. Este tipo de
terapia tiene una moratoria internacional de cinco años, decretada por la
UNESCO, ya que se discute la posibilidad de modificar el patrimonio genético
que ha sido acumulado por miles de años, aun cuando no descartó que esta
sería una práctica segura en pocos años, por lo que constituye un tema que
deberá resolverse a futuro.
Respecto del artículo 2º, que prohíbe toda práctica
eugenésica, planteó la duda en relación con la manipulación genética en
embriones, partiendo de la base de que fuera posible y segura, en torno a si es
lícito administrar genes a un embrión para que tenga las características
genéticas que se desean. No sólo respecto de características de belleza sino,
por ejemplo, del gen que determina la altura de las personas, u otras
características, puesto que son estos los límites que ponen en duda la
aplicación de este tipo de normativa.
En relación al artículo 11, que se refiere a la terapia
génica en células somáticas, cuyo fin es la detección, diagnóstico y tratamiento
de enfermedades, señaló que este tipo de terapia constituye un tratamiento,
por lo que todo lo relativo a diagnóstico, quedaría fuera.
En este sentido, propuso que la norma señale que “la
manipulación genética en células somáticas, debe estar destinada a la
detección, diagnóstico y tratamiento”, abarcando así las tres posibilidades.
Añadió que sería conveniente considerar un acápite relativo a la manipulación
genética en células germinales.
Con respecto al artículo 17, que se refiere a la
obligación de encriptar los datos genéticos para los fines de almacenamiento y
transmisión, hizo presente que conociendo la forma en que se manejan las
informaciones en nuestro país por parte de ciertas instituciones, se había
opuesto a la ley que permitía el manejo de información genética de los
delincuentes.
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Recordó un programa de detección de cáncer de
mamas a través de diagnósticos predictivos basados en los genes,
implementado por el Ministerio de Salud, por cuanto le preocupa el uso que se
le de a esta información, ya que el desarrollo de las enfermedades detectadas
de esta forma dependería también del ambiente en que se desarrolle la
persona.
En razón de lo anterior, resulta clave determinar qué
personas o instituciones deberían tener acceso a esta información, aparte de la
persona misma, ya que si otras instituciones tuvieran la oportunidad de
conocerla, sería éticamente inaceptable.
b) El doctor Fernando Zegers Hochschild,
también formuló comentarios de carácter general, sobre algunas definiciones,
y respecto de la formación de los comités de bioética.
Según su parecer una de las mayores virtudes del
proyecto es que, sin entrar en definiciones valóricas concretas, establece
prohibiciones. Agregó que existe una serie de aspectos que sólo cabrían dentro
del ámbito de la fe, ya que no existe una manera científica de demostrarlo,
como bien pudiera ser el relativo a si la animación es inmediata tras la
fecundación, o es tardía en el desarrollo.
Por otra parte, indicó que en cualquier especie podían
diferenciarse las distintas etapas de su desarrollo, con el individuo de la misma
especie, como ocurría entre un huevo y un pollo. Del mismo modo, nadie duda
que al morir un embrión de dos días no fallece una persona, porque si así fuera
las parejas deberían realizar permanentes duelos.
De este modo, la ley podría establecer la protección
de un embrión, evitando ejecutar actos que pongan en riego su vida, aunque
no se lo considere una persona, ya que esto constituye un juicio valórico y de
carácter estrictamente personal.
Se demostró partidario de que muy pronto sería
posible extraer células troncales del embrión sin destruirlo, pudiendo obtenerse
el permiso de los padres para realizar investigación, por lo que no sería
conveniente restringir esta posibilidad a través de esta ley marco.
En relación al artículo 2º, indicó que la eugenesia
se refiere a una cuestión de especies, y no de individuos, según la definición
que contempla el diccionario de la Real Academia Española, por lo que esta
norma debiera contenerse en un artículo independiente, ya que el resto de las
disposiciones se refieren a las personas.
Afirmó que, en su opinión, la modificación de
características genéticas que produjeran enfermedades debiera estar
permitida, ya que no debía bloquearse la posibilidad de que esto sucediera.
En relación con los comités ético científicos, señaló
que era fundamental contar con el personal idóneo, por lo que en cada
secretaría regional ministerial debería existir un listado de instituciones
acreditadas para realizar investigaciones científicas en seres humanos. Este
proceso de acreditación debiera quedar entregado a un organismo técnico, que
evalúe periódicamente a estas instituciones, las cuales actuarían
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PRIMER INFORME COMISIÓN SALUD
autónomamente, debiendo informar de sus investigaciones al comité científico
del Ministerio de Salud.
En lo referente a la Comisión Nacional de Bioética,
señaló que una de las mayores dificultades que enfrentaría sería la
interpretación de evidencia científica, por lo que sería necesaria una cierta
experiencia técnica. En razón de lo cual esta comisión debiera ser parte de un
proyecto independiente, que favoreciera la participación de científicos expertos
en investigaciones básicas y aplicadas, incorporando a representantes de la
comunidad, y regulando el currículum que debieran poseer sus miembros.
También, se mostró partidario de definir que se
entiende por clonación, lo cual puede entenderse como la transferencia de un
núcleo somático a un ovocito nucleado, siendo el propósito lo que diferencia a
la clonación reproductiva de la clonación terapéutica o de investigación. En su
opinión, la clonación terapéutica sería aceptable, no así la reproductiva.
Discrepó
del
uso
de
material
embrionario
criopreservado, lo cual debería quedar plasmado en el proyecto de ley. Distinta
es la situación de la clonación con fines terapéuticos.
Es distinto un embrión generado con la participación
de gametos, es decir, un óvulo y un espermatozoide, que se destina a un
propósito distinto a ser una persona, que la generación de una estructura
celular, que es producto de material genético de una célula cualquiera puesto
en un óvulo, y que se destina a células troncales.
En el caso de los niños que nacen sin defensas, este
problema se ha solucionado mediante la terapia génica en células somáticas,
en que se toman células troncales de la médula, y se les incorpora el gen que
les falta, regresándolas a la circulación sanguínea, con lo que se produce un
sistema inmunológico.
La preocupación debe centrarse en la terapia génica
en células germinativas, es decir, en embriones, para que un ser sea distinto a
como debía ser originalmente, y no en la terapia en células somáticas, lo cual
no parece objetable.
Agregó que el tema más complejo lo representa la
posibilidad de hacer lo mismo en el embrión, ya que al ser totipotencial, e
incorporarle un gen distinto, podría generarse un embrión distinto de lo que
era su programa original, ya que un gen con una determinada función, al
interactuar con los demás, podría generar cambios en éstos.
En relación con el artículo 13, que señala que el
conocimiento del genoma humano es patrimonio común de la humanidad, y
por lo tanto el conocimiento de la estructura de un gen como las secuencias de
ADN no son patentables, es algo aceptado internacionalmente, ya que existe
una serie de procesos destinados a identificar y utilizar determinados genes,
que son considerados como productos biotecnológicos, es decir, como
medicamentos, pudiendo patentarse libremente desde esa perspectiva.
A su juicio el inciso segundo sería innecesario, ya que
a nivel internacional está suficientemente establecido lo que es posible hacer,
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motivo por el cual es preferible que la norma sea lo suficientemente amplia
como para que no existan dudas sobre los productos incluidos.
En este sentido propuso que se eliminara la
posibilidad de omitir la encriptación, ya que las razones de salud pública
debieran tener como consecuencia un programa de educación pública que
permita que cada individuo, en uso de su propia formación y autonomía,
decida si se acerca al establecimiento respectivo para recibir información y
tratamiento, si correspondiere, sin exponer su identidad y antecedentes a la
información pública.
c) Sebastián Pavlovic, asesor jurídico del Ministerio
de Salud, señaló que la investigación científica, en la actualidad, se encuentra
regulada a través de resoluciones del Ministerio de Salud, las cuales fijan las
directrices generales de la investigación científica para medicamentos no
registrados, pero no existe una reglamentación para la investigación
propiamente tal.
Cada servicio de salud cuenta con comités ético
científicos, cuya función es informar los proyectos de investigación sobre
medicamentos no registrados, material que sirve al Instituto de Salud Pública
(ISP) para autorizar la importación del medicamento y la investigación
correspondiente. Si la investigación es multicéntrica, o presenta una
importancia relativa, el Ministerio de Salud constituye un comité ético científico
ad-hoc, cuya función básica es informar. La decisión final le compete al
director del establecimiento.
Manifestó que, al modificarse el número de comités
ético científicos de 28 a 13, era probable que se produjera una mejora en el
nivel de sus integrantes. Distinguió esta situación de los comités de ética de
los establecimientos hospitalarios, cuya función esta dada por el manejo de
casos clínicamente complejos, y de la Comisión Nacional de Bioética, la cual no
constituye una instancia de apelación, sino que es una función asesora de
políticas públicas, ya que la idea es que la autoridad en materias regulatorias
se mantenga en el Ministerio de Salud.
XIII. SEGUNDA DISCUSIÓN EN PARTICULAR.
Como se señaló en el capítulo anterior, solicitada la
reapertura del debate, se puso nuevamente en discusión el proyecto en los
términos que se indican a continuación.
En primer lugar, se abrió un debate en torno a la
importancia de proteger la vida desde la “concepción”, concepto para el cual
no existe uniformidad de criterios para definir exactamente desde cuando
comienza la vida. Se recordó que sobre este tema, existen diferentes posturas
cuyos fundamentos se basan tanto en principios religiosos, filosóficos y más
bien valóricos, razón que ha impedido hasta la fecha llegar a un acuerdo sobre
el momento exacto donde se produce a vida.
Dentro de la discusión, se tuvieron en cuenta
aspectos relativos al aborto terapéutico, a los métodos anticonceptivos, y
durante la discusión del proyecto sobre trasplante de órganos donde también
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se repitió la misma discusión, con la diferencia que en el último caso la muerte
cerebral resulta más fácil de determinar.
En general el proyecto aborda dos grandes materias,
una relativa a la clonación humana y la otra relativa a cuando comienza la
vida.
Sobre la base del debate, se tuvo en consideración
las opiniones de los doctores Maturana y Varela, quienes elaboraron la teoría
de la autopoiesis, cuya definición señala que consiste en la capacidad de un
sistema para organizarse de tal manera que el único producto resultante es él
mismo, no existiendo separación entre productor y producto. Así, el ser y el
hacer de una unidad autopoietica son inseparables y esto constituye su modo
específico de organización.
Esta es una de las distintas interpretaciones que
existen sobre el particular, cuya discusión sigue aún viva, por lo que se
sostuvo que era preferible no consignar una definición en el proyecto de ley.
En la doctrina nacional no existe una uniformidad de
criterios en cuanto al momento en que comienza la vida, lo cual reviste gran
importancia puesto que a partir de ese momento se entiende que se da inicio a
la existencia de un ser individual y distinto, por lo cual pasa a ser digno de
protección jurídica
Al revisar la normativa interna, se tuvo en
consideración lo dispuesto por el artículo 19, Nº 1, de la Constitución Política,
que asegura el derecho a la vida y a la integridad física y psíquica de la
persona.
Asimismo, al efectuar un breve análisis sobre las
principales disposiciones de los Códigos Civil y Penal, se puede constatar que
existe una regulación de los derechos del que está por nacer.
De esta manera, y a modo de conceptuar a la
persona humana, el artículo 55 del Código Civil señala que “son todos los
individuos de la especie humana cualquiera que sea su edad, sexo, estirpe o
condición”.
El momento en que un individuo de la especie
humana comienza su propio ciclo vital, es decir, el instante concreto en que
empezó a ser reviste mucha importancia, puesto que este hecho determina
que sea sujeto de protección jurídica por toda su vida, de acuerdo con la
autonomía de su existencia. Es por ese motivo que se distingue entre vida
plena y vida incipiente.
En el primer caso, se trata de la vida autónoma y
plena que parte desde el nacimiento y, en el segundo caso, el de la vida en
formación que abarca desde la concepción hasta el nacimiento de la persona.
De acuerdo con la doctrina y la jurisprudencia
nacional el inicio de la vida humana comienza con la concepción.
El Pacto de San José, en su artículo 4º, establece
que toda persona tiene derecho a que se respete su vida, lo cual deberá estar
protegido por la ley a partir del momento de la concepción.
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Este último instrumento internacional, establece el
derecho al respecto de la vida, en general, desde el momento de la
concepción, con lo cual deja abierto un cierto margen de interpretación.
El Diccionario de la Real Academia, define
concepción como la acción y efecto de concebir, y fecundación como el unir
la célula reproductora masculina a la femenina para dar origen a un nuevo ser.
El Diccionario Médico de Melloni, en su segunda
acepción, lo define como “la fertilización del óvulo o acto de inicio del
embarazo”.
Desde esta perspectiva, se pueden distinguir dos
grandes hitos: Por un lado la concepción que da inicio a la existencia natural
de la persona humana y el nacimiento, el cual da inicio a la vida legal de las
personas.
La determinación del momento en que se inicia la
existencia de un individuo tiene repercusiones en distintas ramas del derecho,
como son el derecho constitucional, civil y penal.
Así, por ejemplo, la Carta Fundamental establece
dentro de las garantías constitucionales del artículo 19, Nº 1, que la ley
protege la vida del que está por nacer, es decir, se protege a un individuo de la
especie humana, que ha iniciado su existencia natural, aún cuando no ha
nacido.
Con respecto al momento en que se inicia la
existencia natural, existen distintas posiciones, entre las cuales cabe
mencionar:
— Desde la fertilización del óvulo con el espermio,
ya sea dentro o fuera del cuerpo humano.
— Desde la implantación del embrión en la pared
uterina, es decir, entre el séptimo y decimocuarto día posterior a la
fecundación.
— Desde el comienzo de la actividad cerebral del
embrión.
— Desde la viabilidad del feto, es decir, desde que el
feto tenga la posibilidad de sobrevivir autónomamente de su madre.
Tanto la doctrina como la jurisprudencia nacional se
inclinan por la primera postura.
Así, por ejemplo, Sergio Diez señala: “La persona humana, entonces,
se encuentra presente desde el inicio de la vida, desde la concepción, aún
cuando el embrión sea persona en potencia y el bebé sea persona en acto,
porque la vida que protege la Constitución no puede ser sino la vida desde el
primer instante de la fecundación y hasta la muerte”.6
Por otra parte existe un fallo de la Corte Suprema
del 30 de agosto de 2001, en el cual se pronuncia sobre un recurso de
protección relativo a la píldora del día después, en el cual este Tribunal debe
pronunciarse sobre el momento en que se inicia la vida de la persona humana.
6
Diez, S. Personas y Valores. Ed. Jurídica. 1999, Santiago, p.126.
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En sus considerandos expresó: “Nuestra Carta Fundamental y el Pacto de San
José de Costa Rica, imponen a la ley la protección de la vida del que está por
nacer, principio ya consagrado en el artículo 75 del Código Civil; y tanto este
cuerpo legal, el artículo 76, como la Convención citada, en su artículo 4 Nº 1,
fijan el inicio de la vida desde la época de la concepción”.7
A su vez, el Código Civil en sus artículos 75, 76 y 77 hacen referencia a
la criatura ya concebida, otorgándole protección legal. De partida el artículo 75
señala: ”La ley protege la vida del que está por nacer. El juez, en
consecuencia, tomará, a petición de cualquiera persona o de oficio, todas las
providencias que le parezcan convenientes para proteger la existencia del no
nacido, siempre que crea que de algún modo peligra”.
Por su parte el artículo 76 prescribe que para determinar el momento de
la concepción debe necesariamente recurrirse a la fecha del nacimiento: “De la
época del nacimiento se colige la de la concepción”. Incluso este artículo en su
inciso segundo establece una presunción de derecho para determinar la fecha
de la concepción a partir de la fecha del nacimiento. El artículo 77 agrega que:
“Los derechos que se deferirían a la criatura que está en el vientre materno, si
hubiese nacido y viviese, estarán suspendidos hasta que el nacimiento se
efectúe”.
Así, de acuerdo a la doctrina mayoritaria a partir de estos artículos se
entiende que la existencia natural de la persona humana comienza con la
concepción, es decir, con la fecundación del óvulo femenino y el
espermatozoide masculino, tal como lo expresa Hernán Silva: “La existencia
natural de las personas que se denomina también personalidad natural, se
inicia con la fecundación, que el Código Civil señala como la concepción”.8
Por su parte Carlos Ducci al analizar la existencia de las personas
naturales señala: “Cuando el nacimiento no constituye un principio de
existencia se reputa que la criatura no ha existido jamás. Pero no obstante
esta afirmación y el hecho de que la personalidad legal comienza con el
nacimiento, existe una realidad, cual es la de la criatura ya concebida, realidad
que no ha podido ser ignorada por el derecho”.9
Dentro de la doctrina penal existe consenso en entender que esta
rama del Derecho protege la vida en formación, aunque carezca de
personalidad legal. De partida se encuentra tipificado el delito de aborto en los
artículos 342 y siguientes del Código Penal, cuyo bien jurídico protegido es la
vida del nasciturus.10 A partir de este tipo penal, la doctrina se plantea la
interrogante de determinar desde cuándo esta vida en formación merece
protección jurídica penal, es decir, desde cuándo se inicia su vida como
persona humana.
Cabe hacer presente que la doctrina penalista ha reconocido dos
momentos distintos que pueden ser los que marcan el inicio de la vida
humana:
7
Fallo Corte Suprema del 30 de agosto de 2001 en: http://www.lexisnexis.cl
Silva, H. Medicina Legal y Psiquiatría Forense. Ed. Jurídica. Santiago. 1991, tomo I, p. 113.
9
Ducci, C. Derecho Civil. Ed. Jurídica. Santiago. 1995, p.112.
10
Criatura que aún no ha nacido.
8
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— La concepción, instante en que el óvulo
femenino es inseminado por el espermio y
— La anidación, es decir, cuando el óvulo
inseminado se ubica en el útero materno.
Al respecto Mario Garrido Montt, Ministro de la Corte Suprema
señala: “En nuestro país tradicionalmente se ha considerado que la protección
debe regir desde la inseminación del óvulo”11. Sin embargo, entiende que esta
postura tradicional no comprende a los actuales problemas que se están
generando a partir de las distintas técnicas de inseminación asistida, como la
inseminación in vitro, por lo cual piensa que prontamente deberá cambiar esta
concepción de inicio de la vida a partir de la fecundación, al menos en el
ámbito penal.
Con fecha 15 de junio, los Diputados señora
Cristi y señores Forni, Masferrer, Melero y Rossi, presentaron
indicaciones a todos los artículos, con excepción del 5º del proyecto,
en los términos que se consignan a continuación:
ARTÍCULO 1º.
“Artículo 1º.- Esta ley tiene por finalidad proteger la
vida, la integridad física y psíquica de las personas, así como su dignidad e
identidad genética con respecto a la investigación científica, biomédica y sus
aplicaciones clínicas.”
Indicaciones.
-De los Diputados señora Cristi y señores Forni,
Masferrer, Melero y Rossi, para reemplazar el artículo 1º por el siguiente:
“Artículo 1º.- Las disposiciones de la presente ley
tienen por finalidad proteger la vida, desde el momento de la concepción, la
integridad física y psíquica, así como la diversidad e identidad genética, en
relación con la investigación científica biomédica y sus aplicaciones clínicas.”
La discusión se centró básicamente en determinar
desde cuando se iniciaba la vida, materia donde la mayoría coincidió en cuanto
a que la vida debía ser protegida desde la concepción, sin perjuicio de que es
una materia donde no hay uniformidad de criterios por cuanto ello depende de
enfoques valóricos, filosóficos y morales. Se tuvo en consideración lo
establecido por la Carta Fundamental y por el Pacto de San José de Costa Rica.
Puesta en votación la indicación, fue aprobada
por 6 votos a favor, 3 en contra y 1 abstención.
-Del Diputado señor Rossi, para agregar en el
artículo 1º, la frase “de los seres humanos” a continuación de la palabra “vida”.
Puesta en votación la indicación, fue aprobada
por 6 votos a favor, 3 en contra y 1 abstención.
ARTÍCULO 2º.
“Artículo 2º.- Se prohíbe toda práctica eugenésica.
Sólo se podrán modificar características genéticas humanas que incidan en la
herencia, en los casos y en la forma previstos por la ley.”
11
Garrido, M. Derecho Penal. Ed. Jurídica. Santiago. 2002, tomo III, p. 98.
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Indicación.
-De los Diputados señora Cristi y señores Forni,
Masferrer, Melero y Rossi, para reemplazar el artículo 2º por el siguiente:
“Artículo 2º: Queda expresamente prohibida toda
práctica eugenésica, entendiéndose por tal, cualquier especie de intervención
sobre el genoma cuyo propósito sea modificarlo hereditariamente.”
Se señaló que la idea es restringir la terapia génica a
células somáticas, y no extendiéndola a las células germinales, puesto que ello,
pudiera acarrear consecuencias no previstas, alterando la información genética
de una persona.
El fin último de la iniciativa es la protección de la vida
de los seres humanos, por lo cual prohibir toda práctica eugenésica resulta del
todo concordante con la definición del Diccionario Médico que define
eugenesia, como aquella rama de la ciencia que se ocupa del estudio del
mejoramiento hereditario del hombre, mediante el control genético, puesto
que esto podría conducir a que se intente destacar ciertos rasgos de la especie
humana que se consideren como positivos, con lo cual se podrían provocar
ciertas discriminaciones.
Por otra parte, también, se sostuvo, que con la
redacción propuesta se estaría cerrando cualquier posibilidad de investigación
futura en desmedro de la ciencia y de los beneficios que de ello podrían
obtenerse para la humanidad, por lo que se sugirió acotar cuando era posible
realizar este tipo de investigaciones, de manera de no cerrar las posibilidades
de obtener avances en casos de enfermedades como la esquizofrenia, la
diabetes u otras.
Puesta
en
votación,
fue
aprobada
por
unanimidad.
ARTÍCULO 3º.
“Artículo 3º.- Se prohíbe toda forma de
discriminación basada en el patrimonio genético de las personas.”
Indicación.
-De los Diputados señora Cristi y señores Forni,
Masferrer, Melero y Rossi, para reemplazar el artículo 3º por el siguiente:
"Artículo 3º.- Queda prohibida toda forma de
discriminación arbitraria basada en el patrimonio genético de las personas.
En consecuencia, los resultados de exámenes
genéticos y análisis predictivos de la misma naturaleza, efectuados en
conformidad a esta ley, no podrán ser utilizados con ese fin. "
Puesta en votación, fue aprobada por unanimidad.
ARTÍCULO 4º.
“Artículo 4º.- Sólo podrán realizarse estudios e
indagaciones para determinar la identidad genética de una persona con su
consentimiento, o el de su representante legal, o por orden de tribunal
competente en causa en que tal hecho sea relevante.”
Indicación.
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-De los Diputados señora Cristi y señores Forni,
Masferrer, Melero y Rossi, para reemplazar el artículo 4º por el siguiente:
"Artículo 4º.- Sólo se podrá investigar y determinar la
identidad genética de un ser humano si se cuenta con su consentimiento previo
e informado, o en su defecto, el de aquel que deba suplir su voluntad en
conformidad a la ley. Lo anterior, sin perjuicio de la facultad de los tribunales
de justicia en la forma y en los casos establecidos en la ley."
Puesta en votación, fue aprobada por unanimidad.
ARTÍCULO 5º.
“Artículo 5º.- La libertad para llevar a cabo
actividades de investigación científica biomédica en seres humanos tiene como
límite el respeto a los derechos y libertades esenciales que emanan de la
naturaleza humana, reconocidos por la Constitución Política de la República, así
como por los tratados internacionales ratificados por Chile y que se encuentren
vigentes.”
Cabe hacer presente que este artículo fue aprobado durante la primera
discusión, y no fue objeto de indicaciones durante la reapertura del debate.
ARTÍCULO 6º.
“Artículo 6º.- Toda investigación científica en un ser
humano que involucre algún tipo de intervención física o psíquica debe
ajustarse a lo dispuesto en esta ley y en las demás normas que resulten
aplicables, según el caso.
Deberá contar con el consentimiento libre, expreso e
informado, otorgado por la persona, o por su representante legal cuando ella
carezca de capacidad para obrar por sí misma.
En caso de que el representante legal no exista o no
pueda ser consultado y se trate de una situación de urgencia para la persona,
será considerado representante aquél a cuyo cuidado la persona se encuentre
o, en caso de pacientes psiquiátricos, quien haya sido designado su apoderado
para efectos del tratamiento.
La prestación del consentimiento deberá constar en
un acta firmada también por el director responsable del proyecto respectivo y
por el director del establecimiento donde se realizará la investigación o por
quien éste designe, quien actuará como ministro de fe.
La revocación del consentimiento procederá siempre
y en cualquier momento y no generará responsabilidad de ninguna especie,
cualesquiera que sean los efectos que ella produzca.”
Indicación.
-De los Diputados señora Cristi y señores Forni,
Masferrer, Melero y Rossi, para reemplazar el artículo 6º por el siguiente:
"Artículo 6º.- Toda investigación científica en seres
humanos que implique algún tipo de intervención física o psíquica deberá ser
realizada siempre por profesionales idóneos, justificarse en su objetivo y
metodología y ajustarse en todo a lo dispuesto en esta ley.
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No podrá desarrollarse una investigación científica si
hay antecedentes que permitan suponer que existe un riesgo de destrucción,
muerte o perjuicio corporal grave y duradero para un ser humano.
Tampoco podrá realizarse una investigación científica
con fines terapéuticos si no existe certeza de que sus beneficios serán mayores
a sus eventuales riesgos."
Esta indicación, tiene por objeto incorporar los
principios de la Declaración de Helsinki y del Código de Nüremberg, relativos a
los requisitos que deben cumplir las investigaciones científicas con el objeto de
resguardar la salud de los pacientes. Asimismo, se hizo hincapié en la
importancia que reviste identificar al profesional a cargo de la investigación,
motivo por el cual se incorporó la palabra “idóneo”.
La Comisión acordó agregar, en el primer inciso, a continuación, de la
palabra “idóneos” la expresión “en la materia” y en el inciso segundo, para
reemplazar “perjuicio” por “lesión”, para precisar que se trata de una
lesión y no un perjuicio económico.
Puesta en votación la indicación con el cambio señalado, fue aprobada
por unanimidad.
ARTÍCULO 7º.
“Artículo 7º.- Sin perjuicio de las exigencias
establecidas en otras normas de esta ley, son deberes especiales del
investigador:
1) Transmitir, por escrito y verbalmente, a la persona
que será objeto de la investigación, o a su representante legal, en un lenguaje
comprensible para ella, toda la información que necesite para prestar un
consentimiento informado, incluida la posibilidad de negarse a participar en la
investigación antes de su inicio y durante el curso de la misma, sin incurrir en
responsabilidades o sanciones ni en pérdida de beneficios.
2) Ofrecer amplia oportunidad de hacer preguntas e
instar a la persona a que las formule.
3) Excluir toda posibilidad de engaño, influencia
indebida o intimidación.
4) Recabar el consentimiento escrito una vez que la
persona tenga pleno conocimiento de los siguientes aspectos:
a) naturaleza de la investigación, procedimientos por
seguir y duración aproximada de la misma;
b) riesgos e incomodidades asociados a la
investigación. En caso de que la investigación involucre un medicamento o
dispositivo médico no registrado en Chile o cuya indicación no esté registrada,
el investigador deberá hacer indicación expresa de ello;
c) beneficios potenciales de la investigación, y
d) procedimientos o tratamientos alternativos que
podrían ser beneficiosos.
5) Renovar el consentimiento informado si las
condiciones o los procedimientos de la investigación sufren modificaciones
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importantes, según lo califique el Comité Ético Científico que haya informado y
aprobado el proyecto de investigación.”
Indicación.
-De los Diputados señora Cristi y señores Forni,
Masferrer, Melero y Rossi, para reemplazar el artículo 7º por el siguiente:
“Artículo 7º.- Toda investigación científica en un ser
humano deberá contar con su consentimiento previo, expreso, libre e
informado, o en su defecto, el de aquel que deba suplir su voluntad en
conformidad a la ley.
Para los efectos de esta ley existe consentimiento
informado cuando se constata que la persona que debe prestarlo conoce los
aspectos esenciales de la investigación, en especial su finalidad, beneficios,
riesgos y alternativas, como consecuencia de habérsele proporcionado
información adecuada, suficiente y comprensible sobre el proyecto. Dentro de
esta información deberá hacerse especial mención al derecho que tiene de no
consentir en la investigación o de revocar su consentimiento en cualquier
momento, sin que ello importe responsabilidad, sanción o pérdida de beneficio
alguno.
El consentimiento deberá constar en un acta firmada
por la persona que en virtud de esta ley debe consentir en la investigación, por
el director responsable de ella y por el director del centro o establecimiento
donde ella se llevará a cabo, quien además actuará como ministro de fe.
El director responsable de la investigación deberá
conservar el original del acta, entregando una copia de ella a la persona que
autoriza la investigación y otra al director del centro o establecimiento donde
ésta se realiza.
La revocación del consentimiento procederá siempre,
en todo momento y por cualquier medio y no generará responsabilidad alguna,
cualquiera sea los efectos que ella produzca.
En todo caso, el consentimiento deberá ser
nuevamente solicitado cada vez que los términos o condiciones en que se
desarrolla la investigación sufran modificaciones, salvo que éstas sean
consideradas menores por el Comité Ético Científico del centro o
establecimiento que haya aprobado el proyecto de investigación."
Este artículo se fundamenta en la necesidad de velar
por los derechos de las personas que son objeto de investigaciones, de manera
que no se vean afectadas, para lo cual se establecen ciertas condiciones, a la
vez que flexibiliza la redacción inicial, pero dentro de un marco de seguridad
para los pacientes por cuanto se establece la obligación de suscribir un acta
con miras a obtener un conocimiento informado.
Por acuerdo de la Comisión, se agregó, en el segundo inciso, luego de la
frase “o de revocar su consentimiento en cualquier momento” la expresión “por
cualquier medio”, y se eliminó su inciso quinto, por ser redundante.
Puesta en votación la indicación con las
modificaciones señaladas, fue aprobada por unanimidad.
ARTÍCULOS 8º, 9º Y 10.
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“Artículo 8º.- En cada Secretaría Regional
Ministerial de Salud existirá un Comité Ético Científico, destinado a informar y
autorizar los proyectos de investigación científica biomédica que se pretendan
desarrollar en el territorio de su competencia.
El reglamento establecerá los casos especiales en los
que, por afectar a dos o más regiones del país, o por la importancia nacional
de la investigación biomédica propuesta, el Ministerio de Salud constituya un
Comité ad hoc para informar y autorizar dicha investigación. Asimismo, la
forma de integración, el funcionamiento y los procedimientos a que deberá
ceñirse dicho Comité se establecerán mediante reglamento.
Los Comités Éticos Científicos no podrán autorizar
ninguna investigación o proyecto científico en el cual detecten la omisión de las
obligaciones que los artículos 6º y 7º imponen al investigador.
Los Comités Éticos Científicos, al informar y autorizar
los proyectos de investigación científica biomédica que se les presenten,
deberán considerar la adecuación de dichos protocolos a las pautas éticas
científicas de la investigación científica en seres humanos, validadas y
reconocidas internacionalmente.”
“Artículo 9°.- Los responsables del proyecto de
investigación deberán contratar en el país seguros de responsabilidad para
cubrir los perjuicios que durante el proyecto de investigación, y con motivo de
él, sufran las personas que fueren objeto de la investigación.”
“Artículo 10.- Los exámenes genéticos y los análisis
predictibles de la misma naturaleza sólo podrán hacerse por motivos
diagnósticos, terapéuticos o de investigación científica, de acuerdo con las
normas de esta ley.
En la realización de estos exámenes y análisis se
deberá dar cumplimiento a lo establecido en los artículos 6º, 7º y 14.”
Indicación.
-De los Diputados señora Cristi y señores Forni,
Masferrer, Melero y Rossi, para eliminar los artículos 8º, 9º y 10.
Esta propuesta obedeció a la necesidad de ordenar el
texto del articulado, ya que, por ejemplo, el artículo 8º establecía los Comités
Ético Científicos, en circunstancias de que no es conveniente que queden
radicados en las secretarías regionales ministeriales, dadas las delicadas
funciones que les competerán y también, por las condiciones que deberán
reunir quienes las conformen, especialmente en algunas zonas que no cuentan
con profesionales que reúnan estas características.
Respecto del artículo 9º, se señaló que su contenido
carecía de sentido, ya que la contratación de seguros de responsabilidad
implicaría paralizar este tipo de investigaciones, debido al incremento que
experimentarían sus costos.
Por último, en relación con el artículo 10, se precisó
que esta materia se encontraba regulada por el artículo 3º.
Puesta en votación, fue aprobada por 6 votos a favor y 1 abstención.
ARTÍCULO 11.
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“Artículo 11.- La terapia génica en células somáticas
está destinada a la detección, diagnóstico y tratamiento de enfermedades o a
impedir su aparición.
Será aplicable en estos casos lo dispuesto sobre
consentimiento informado en los artículos 6º y 7º.”
Indicación retirada.
-De los Diputados señora Cristi y señores Forni,
Masferrer, Melero y Rossi, para sustituir el artículo 11 por el siguiente
artículo 8º:
"Artículo 8º.- La terapia génica en células somáticas
está destinada al tratamiento de enfermedades o a impedir su aparición.
Se prohíbe la terapia génica en células germinales,
entendiendo por ella la modificación genética de las células reproductoras o sus
progenitoras."
En torno a este artículo, se plantearon diversas dudas
sobre los términos del inciso segundo, respecto a si es correcto utilizar el
término “progenitoras”, y aún si ello fuere correcto, si sería conveniente
prohibir su modificación genética, ya que con esto se podría permitir algún tipo
de manipulación de ellas, al no constituir un ser humano.
En razón de lo anterior, el Diputado señor Accorsi
formuló las siguientes consideraciones:
1) La terapia génica es una técnica de laboratorio.
Como tal no puede ser catalogada de buena o mala, de conveniente o
inconveniente, de éticamente aceptable o inaceptable. Sería un error evaluar
éticamente una determinada tecnología. Lo que debe evaluarse y regularse es
el uso que se hace de esa tecnología en personas, embriones humanos,
gametos u otros animales.
2) Es un objetivo general de cualesquier sociedad
procurar que la gente viva mejor. Esto incluye la prevención de enfermedades
graves cuando esto es técnicamente posible.
3) En la actualidad se han identificado más de 100
mutaciones a genes reconocidos mediante ingeniería genética y para los que
hay marcadores específicos. Estos genes están incluidos en el genoma de
espermatozoide y de óvulos.
4) En la actualidad, cuando se sabe que una persona
y/o su pareja son portadores de uno de esas mutaciones, se identifican los
embriones que llevan esa mutación y se eliminan, transfiriendo en la mujer
sólo embriones que no tienen esa mutación. Así se evita que nazcan niñas/os
con enfermedad fibroquística, retardo mental, ceguera por retinoblastoma o
retinitis pigmentosa, distrofias musculares, etc. Estos procedimientos no se
aplican en Chile ya que no se desechan embriones y por lo tanto, no es
razonable someter a una pareja a un diagnóstico si ella no está autorizada
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para ejercer autonomía en relación a sus embriones. Esto por lo demás no es
parte del proyecto de genoma.
La pregunta que debe contestarse es en el caso que
la tecnología permitiese modificar el gen mutado o evitar que este se exprese.
¿Qué sentido tendría no corregirlo?. ¿Sería ético someter a una persona a una
enfermedad grave invalidante pudiendo haberlo evitado mediante bloqueo de
la expresión génica o cambio del gen mutado enfermo?.
El abstenerse de efectuar modificaciones en gametos
o embriones que finalmente se traduzcan en la no expresión de una
enfermedad genética grave o invalidante para una persona nacida, pareciera
ser una técnica dudosa.
5) Si en una pareja, tanto el hombre como la mujer
tienen una mutación para atrofia muscular espinal (SMA) en que los recién
nacidos mueren en las primeras semanas de vida, y suponiendo que en un
futuro cercano se pueda modificar o bloquear la mutación, ya sea en el
espermatozoide o en el óvulo. ¿Cuál es el razonamiento ético para impedir que
esa pareja tenga un hijo sano?; ¿cuál es el bien ético superior, que se quiere
proteger y que esté por encima del tener un hijo sano?.
6) El proyecto de ley debería reglamentar que la
terapia génica debe siempre estar destinada a tratar o prevenir enfermedades.
Dado que en la definición de enfermedades puede haber juicios de valor, la
definición de cuales enfermedades pueden o deben tratarse, debiera ser
resorte de lineamientos dados por la Comisión Nacional de Bioética.
Indicaciones.
-Del Diputado señor Robles, para reemplazar el
artículo 8º por el siguiente:
“Artículo 8º.- La terapia génica, está exclusivamente
destinada al tratamiento de enfermedades o a impedir su aparición.
Se prohíbe la terapia génica con otros fines que no
sean terapéuticos.”
Puesta en votación, fue rechazada por 1 voto a
favor, 7 en contra y 1 abstención.
-De los Diputados señores Rossi, Accorsi, Bayo y
Melero para sustituir el antiguo articulo 11, actual 8º, por el siguiente:
“Artículo 8º.- La terapia génica en células somáticas
y células reproductoras o sus progenitoras estará autorizada sólo con fines de
tratamiento de enfermedades o a impedir su aparición.”
Puesta en votación, fue aprobada por 8 votos a
favor y 1 en contra.
ARTÍCULO 12.
“Artículo 12.- Se prohíbe la clonación de seres
humanos y, por tanto, cualquier intervención a persona que dé por resultado la
creación de un ser humano genéticamente idéntico a otro, vivo o muerto.
La clonación de tejidos y órganos sólo procederá con
fines terapéuticos o de investigación científica. En ningún caso podrán usarse
para tales fines embriones humanos.”
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PRIMER INFORME COMISIÓN SALUD
Indicación.
-De los Diputados señora Cristi y señores Forni,
Masferrer, Melero y Rossi, para sustituir el artículo 12 por el siguiente
artículo 9º.
"Artículo 9º.- Se prohíbe la clonación de seres
humanos, cualquiera sea el fin perseguido y la técnica utilizada, sea esta
última la transferencia nuclear, la gemelación artificial u otras técnicas que den
como resultado la producción de un organismo humano idéntico a otro, vivo o
muerto, en sus características genéticas esenciales, a las de aquel del cual
proviene su material genético."
Al respecto, la Comisión acordó eliminar la frase
que se inicia con “sea esta última, la transferencia” hasta el final del
párrafo.
Puesta en votación la indicación con los
cambios señalados, fue aprobada por unanimidad.
ARTÍCULO NUEVO.
Indicación.
-De los Diputados señora Cristi y señores Forni,
Masferrer, Melero y Rossi, para agregar un nuevo artículo 10 del siguiente
tenor:
"Artículo 10.- El cultivo de tejidos y órganos sólo
procederá con fines terapéuticos o de investigación científica. En ningún caso
podrán destruirse embriones humanos para obtener las células madre que den
origen a dichos tejidos y órganos."
El objeto de esta indicación es velar por que no se
puedan realizar investigaciones destinadas a la clonación de seres humanos en
forma velada. También, proscribe la posibilidad de destruir embriones
humanos para obtener células madres, ya que en la actualidad no existen la
técnica para extraer células madres, sin destruir el embrión.
En este artículo, la Comisión acordó sustituir la
palabra “madres” por la expresión “troncales”.
Puesta en votación la indicación con el cambio
mencionado, fue aprobada por unanimidad.
ARTÍCULO 13.
“Artículo 13.- El conocimiento del genoma humano
es patrimonio común de la humanidad. Nadie puede atribuirse ni constituir
propiedad sobre el mismo o sobre parte de él. Por lo tanto, el conocimiento de
la estructura de un gen y de las secuencias de ADN no son patentables.
Los
procesos
biotecnológicos
derivados
del
conocimiento del genoma humano, así como los productos obtenidos
directamente de ellos, como los medicamentos, son patentables según las
reglas generales.”
Indicación.
-De los Diputados señora Cristi y señores Forni,
Masferrer, Melero y Rossi, para sustituir el artículo 13 antiguo por el
siguiente, que pasa a ser 11.
Historia de la Ley Nº 20.120
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PRIMER INFORME COMISIÓN SALUD
"Artículo 11.- El conocimiento del genoma humano es
patrimonio común de la humanidad. En consecuencia, nadie puede atribuirse,
ni constituir propiedad sobre el mismo ni sobre parte de él. El conocimiento de
la estructura de un gen y de las secuencias de ADN no son patentables.
Los
procesos
biotecnológicos
derivados
del
conocimiento del genoma humano, así como los productos obtenidos
directamente de ellos, diagnósticos o terapéuticos, son patentables según las
reglas generales."
Al respecto, la Comisión acordó agregar a continuación de la palabra
“secuencias, las expresiones “totales o parciales”, para perfeccionar la
redacción.
Puesta en votación la indicación con la
modificación que se detalló, fue aprobada por unanimidad.
ARTÍCULO 14.
“Artículo 14.- La información genética de una
persona será reservada, salvo que ella la revele o así sea decretado por orden
de tribunal competente en causa en que tal hecho sea relevante, todo ello sin
perjuicio de las normas sobre secreto profesional.”
Indicación.
-De los Diputados señora Cristi y señores Forni,
Masferrer, Melero y Rossi, para reemplazar el antiguo artículo 14 por el
siguiente artículo 12:
"Artículo 12.- La información genética de una persona
será reservada. Lo anterior sin perjuicio de las facultades de los tribunales de
justicia, en los casos y en la forma establecidos en la ley. Asimismo y para los
efectos de esta ley, resultan plenamente aplicables las disposiciones sobre
secreto profesional contempladas en nuestra legislación."
Sobre este mismo punto, la Comisión acordó reemplazar las palabras
“una persona” por “un ser humano”, a modo de guardar concordancia con el
resto del proyecto.
Puesta en votación la indicación con el cambio
señalado, fue aprobada por unanimidad.
ARTÍCULO 15.
“Artículo 15.- La recolección, almacenamiento,
tratamiento y difusión de los datos genéticos de las personas se ajustará a las
normas de la ley Nº 19.628, sobre Protección de Datos de Carácter Personal.”
Indicación.
-De los Diputados señora Cristi y señores Forni,
Masferrer, Melero y Rossi, para reemplazar el antiguo artículo 15 por el
siguiente artículo 13:
"Artículo 13.- La recolección, almacenamiento,
tratamiento y difusión de los datos genéticos de las personas se ajustará a las
disposiciones de la ley N° 19.628, sobre protección de datos de carácter
personal.
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PRIMER INFORME COMISIÓN SALUD
Los datos genéticos que permitan la identificación de
una persona deberán ser encriptados para su almacenamiento y transmisión.
La encriptación podrá omitirse temporalmente por
razones de utilidad pública."
Se recalcó que el término encriptación no estaba
incorporado en el Diccionario de la Real Academia de la Lengua, ante lo cual se
argumentó que era una palabra que se utiliza con frecuencia en el campo de la
informática.
Puesta en votación la indicación sustitutiva, con las adecuaciones
formales acordadas por la Comisión, para reemplazar en el inciso primero la
expresión “de los datos genéticos” por “del genoma” y sustituir en el inciso
segundo la palabra “genéticos” por “del genoma humano”, para guardar
concordancia con el resto del articulado, fue aprobada por 3 votos a favor, 1 en
contra y 1 abstención.
ARTÍCULO 16.
“Artículo 16.- Queda prohibido solicitar, recibir,
poseer y utilizar información genética relativa a una persona determinada e
identificable, así como indagar si una persona se ha realizado un examen o
análisis de carácter genético, salvo autorización expresa de la persona, de su
representante legal o por orden de tribunal competente en causa en que tal
hecho sea relevante.
Estas prohibiciones no afectan a la recolección y
procesamiento de información genética de carácter estadístico y no
nominativo.”
Indicación.
-De los Diputados señora Cristi y señores Forni,
Masferrer, Melero y Rossi, para reemplazar el antiguo artículo 16 por el
siguiente artículo 14:
"Artículo 14.- Queda prohibido solicitar, recibir,
indagar, poseer y utilizar información genética relativa a una persona, salvo
que ella lo autorice expresamente o en su defecto, el que deba suplir su
voluntad en conformidad a la ley. Lo anterior, sin perjuicio de las facultades de
los tribunales de justicia, en los casos y en la forma establecidos en la ley."
La Comisión acordó reemplazar la palabra “genética” por la frase “sobre
el genoma”.
Puesta en votación la indicación con los
cambios mencionados, fue aprobada por unanimidad.
ARTÍCULO 17.
“Artículo 17.- Los datos genéticos que permitan la
identificación de una persona deberán ser encriptados para su almacenamiento
y transmisión.
La encriptación podrá omitirse temporalmente por
razones de salud pública.”
Indicación.
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PRIMER INFORME COMISIÓN SALUD
-De los Diputados señora Cristi y señores Forni,
Masferrer, Melero y Rossi, para reemplazar el antiguo artículo 17 por el
siguiente artículo 15:
"Artículo 15.- Créase una Comisión Nacional de
Bioética que estará integrada por nueve profesionales, expertos en bioética,
designados por el Presidente de la República, y con acuerdo del Senado
adoptado por los dos tercios de sus miembros en ejercicio, en sesión especial
convocada al efecto.
Los miembros de esta Comisión durarán cuatro años
en sus cargos, pudiendo ser reelegidos. El Presidente de la República al
momento de solicitar el acuerdo del Senado propondrá al miembro que
asumirá el cargo de Presidente.
Sin perjuicio de lo antes señalado, cada institución
donde se realice investigación científica biomédica en seres humanos debe
contar con un Comité Ético Científico, acreditado de acuerdo a las normas
vigentes."
Este nuevo artículo 15 tiene por finalidad la creación
de la Comisión Nacional de Bioética, que originalmente contemplaba el
proyecto en su artículo 18.
Respecto de la composición original, no hubo
unanimidad de criterios, por cuanto se señaló que se contemplaba la
incorporación de órganos que no tenían relación directa, teniendo en cuenta
para ello los objetivos de esta Comisión. Así por ejemplo, se citó a vía
meramente referencial, que no era conveniente que participaran órganos de
carácter político, puesto que sus orientaciones son diferentes.
El criterio según el cual debería ser una sola la
autoridad que designe a los integrantes, fue compartido. Lo mismo que la
participación del Senado, a objeto de velar por la incorporación de las
diferentes corrientes de pensamiento en un tema tan complejo como la
bioética.
Puesta en votación, fue aprobada por tres votos
a favor, 1 en contra y 1 abstención.
ARTÍCULO 18.
“Artículo 18.- Créase una Comisión Nacional de
Bioética, que estará integrada por las siguientes personas:
-Ocho académicos universitarios expertos en bioética,
que serán designados mediante un proceso de selección nacional de
antecedentes: dos de Facultades de Medicina, dos de Facultades de Derecho,
dos de Facultades de Ciencias y dos de Facultades de Filosofía, nombrados por
el Presidente de la República a partir de cuatro quinas únicas propuestas por el
Consejo de Rectores.
-Dos personas designadas por el Senado.
-Dos personas designadas por la Cámara de
Diputados.
-Una persona designada por la Corte Suprema.
Historia de la Ley Nº 20.120
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PRIMER INFORME COMISIÓN SALUD
-Una persona designada por el Presidente de la
República, quien la presidirá.
Las personas designadas permanecerán en sus
funciones por el plazo de tres años, pudiendo ser reelegidas. Servirán dichas
funciones ad honórem.”
Indicación.
-De los Diputados señora Cristi y señores Forni,
Masferrer, Melero y Rossi, para reemplazar el antiguo artículo 18 por el
siguiente artículo 16:
"Artículo 16.- La Comisión Nacional de Bioética tendrá
entre sus funciones el asesorar a los distintos Poderes del Estado en los
asuntos éticos que se presenten producto de los avances científicos y
tecnológicos en biomedicina, en las materias relacionadas con la investigación
científica biomédica en seres humanos y recomendar la dictación, modificación
y supresión de las normas que la regulen.
Las resoluciones o acuerdos de la Comisión se
adoptarán por simple mayoría, sin perjuicio de lo cual deberá dejarse
constancia de las diferencias producidas en su seno y de la posición de
minoría."
Esta indicación recoge las funciones contempladas en
el proyecto original, introduciendo modificaciones de carácter formal y
sistematizando las funciones allí contempladas.
El representante del Ejecutivo, señor Jordán, reiteró
la opinión de que es menester diferenciar claramente los Comités Ético
Científicos de la Comisión Nacional de Bioética, puesto que tanto la integración
como sus funciones son distintas, ya que presentan perfiles diferentes.
Sobre el particular, se precisó que existen problemas
bioéticos que no necesariamente dicen relación con investigaciones científicas,
ya que el funcionamiento diario de los establecimientos hospitalarios suelen
presentarse temas complejos y de difícil solución.
Del mismo modo, se insistió en la no conveniencia de
que las secretarías regionales ministeriales de salud sean las encargadas de
calificar proyectos de investigación científica en las distintas regiones, ya que
normalmente estos proyectos serían realizados por personas que podrían llegar
a tener una mejor preparación que quienes deben prestar su autorización,
desvirtuándose el objetivo principal.
En razón de lo anterior, se sostuvo que sería más
conveniente que dichos proyectos fueran sometidos a la consideración de una
comisión de carácter nacional, que pudiese asegurar un alto nivel de quienes
serán los llamados a adoptar este tipo de decisiones.
Se hizo mucho hincapié, tanto durante el debate
general como a propósito de la discusión particular, de la falta de
investigadores y especialistas para formar los Comités Regionales, con lo que
su funcionamiento normal quedó en dudas.
Puesta en votación la indicación, fue aprobada
por unanimidad.
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PRIMER INFORME COMISIÓN SALUD
ARTÍCULO 19.
“Artículo 19.- La Comisión tendrá las siguientes
funciones:
Asesorar a los Poderes del Estado en los asuntos
éticos que surjan de los avances científicos y tecnológicos en biomedicina.
Asesorar al Ministerio de Salud en materias
relacionadas con la investigación científica en seres humanos y recomendar la
dictación, modificación o supresión de las normas que regulen la actividad
científica en Chile.
Promover el estudio, conocimiento y debate de la
bioética en la sociedad y, especialmente, en los sectores académicos, medios
de comunicación y asistenciales.
Las recomendaciones y acuerdos de la Comisión
podrán ser fruto de consensos o votaciones, y se deberá dejar siempre
constancia de las diferencias o disidencias que en su seno se hayan producido.”
Indicación.
-De los Diputados señora Cristi y señores Forni,
Masferrer, Melero y Rossi, para sustituir el antiguo artículo 19 por el
siguiente artículo 17:
"Artículo 17.- Todo aquel que intente crear o cree
seres humanos idénticos a otro, por clonación o realice cualquier procedimiento
dirigido a la selección de personas, será castigado con presidio menor en su
grado medio a máximo y la inhabilitación absoluta para el ejercicio de la
profesión durante el tiempo que dure la condena.
En caso de reincidencia, podrá el infractor ser
sancionado además con la pena de inhabilitación perpetua para ejercer la
profesión."
Al respecto, la Comisión acordó reemplazar las expresiones “dirigido a la
selección de personas” por “eugenésico”, a modo de guardar armonía dentro
del texto.
Puesta en votación la indicación con el cambio
acordado, fue aprobada por unanimidad.
ARTÍCULO 20.
“Artículo 20.- La Comisión tendrá una Secretaría
Ejecutiva, que coordinará su funcionamiento y cumplirá los acuerdos que
aquélla adopte. Estará conformada por el personal que designe el Ministro de
Salud, en el cual se incluirán un profesional médico y un abogado, ambos
expertos en bioética.”
Indicación.
-De los Diputados señora Cristi y señores Forni,
Masferrer, Melero y Rossi, para reemplazar el antiguo artículo 20 por el
siguiente artículo 18:
"Artículo 18.- El que violare la reserva de la
información genética de una persona, fuera de los casos contemplados en el
artículo 14, sufrirá las penas establecidas en ambos incisos del artículo 247 del
Código Penal, según el caso.
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PRIMER INFORME COMISIÓN SALUD
El que omitiere la encriptación exigida en esta ley,
será sancionado con multa de hasta mil unidades de fomento."
Indicación.
-Del Diputado señor Accorsi, reemplazar la frase
“genética de una persona” por “sobre el genoma humano”.
Puestas en votación, ambas indicaciones fueron
aprobadas por unanimidad, junto a una corrección de concordancia de
la mención del artículo 14, que pasa a ser 12.
ARTÍCULO 21.
“Artículo 21.- El que violare la reserva de la
información genética de una persona, al margen de los casos que autoriza el
artículo 13, sufrirá las penas establecidas en el artículo 247 del Código Penal,
según el caso.
El que omitiere la encriptación a que se refiere esta
ley, sin incurrir en la conducta descrita en el inciso anterior, será sancionado
con una multa de hasta mil unidades de fomento.”
Indicación.
-De los Diputados señora Cristi y señores Forni,
Masferrer, Melero y Rossi, para reemplazar el antiguo artículo 21 por el
siguiente artículo 19:
"Artículo 19.- El que falsificare el acta a que se refiere
el inciso tercero del artículo 7º, será sancionado con la pena de reclusión
menor en su grado mínimo y multa de 10 a 20 Unidades Tributarias
Mensuales.
Igual pena se aplicará a quien maliciosamente usare,
con cualquier fin un acta falsa.
El que omitiere la referida acta o la confeccionare
manifiestamente incompleta será sancionado con multa de 10 a 20 unidades
tributarias mensuales."
Puesta en votación, fue aprobada por unanimidad.
ARTÍCULO 22.
“Artículo 22.- El que omitiere el acta a que se
refiere el inciso tercero del artículo 6° o la confeccionare manifiestamente
incompleta o sustancialmente falsa será sancionado con una multa de hasta
mil unidades de fomento, sin perjuicio de las responsabilidades civiles o
penales que procedan.
La misma sanción afectará a quienes desarrollen
proyectos de investigación científica biomédica en seres humanos o en su
genoma con omisión de la autorización del Comité Ético Científico que
corresponda, de acuerdo con lo preceptuado por el artículo 8º.”
Indicación.
-De los Diputados señora Cristi y señores Forni,
Masferrer, Melero y Rossi, para reemplazar el antiguo artículo 22 por el
siguiente artículo 20:
"Artículo 20.- Todo aquel que desarrolle un proyecto
de investigación científica biomédica en seres humanos o en su genoma, sin
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PRIMER INFORME COMISIÓN SALUD
previa autorización del Comité Ético Científico del ...será sancionado con multa
de 10 a 20 unidades tributarias mensuales.
En este sentido, la Comisión acordó sustituir la expresión “del” por la
frase “que corresponda”, con el fin de dar una mayor flexibilidad a esta
disposición.
Puesta en votación la indicación con los
cambios señalados, fue aprobada por la unanimidad de los miembros
presentes de la Comisión.
ARTÍCULOS 23 Y 24.
“Artículo 23.- El que clonare o iniciare un
proceso de clonar seres humanos será sancionado con la pena de presidio
menor en su grado medio y la inhabilitación absoluta para el ejercicio de la
profesión durante el tiempo que dure la condena.
En caso de reincidencia, el infractor podrá ser
sancionado con la pena de inhabilitación absoluta perpetua para ejercer la
profesión.”
“Artículo 24.- Corresponderá al Ministerio de Salud
establecer mediante reglamento las normas que complementen o desarrollen
los contenidos de esta ley.”
Indicación.
-De los Diputados señora Cristi y señores Forni,
Masferrer, Melero y Rossi, para reemplazar los antiguos artículos 23 y 24
por el siguiente artículo 21:
"Artículo 21.- Corresponderá al Ministerio de Salud
establecer mediante reglamento las normas que complementen o desarrollen
los contenidos de esta ley."
Puesto
en
votación,
fue
aprobado
por
unanimidad.
XIV. TEXTO APROBADO POR LA COMISION.
En virtud de lo anteriormente señalado, la Comisión
prestó aprobación al siguiente texto, donde se han incorporado algunas
observaciones de carácter meramente formal.
“PROYECTO DE LEY
Artículo 1º.- Esta ley tiene por finalidad proteger la
vida de los seres humanos, desde el momento de la concepción, su integridad
física y psíquica, así como su diversidad e identidad genética, en relación con
la investigación científica biomédica y sus aplicaciones clínicas.
Artículo 2º.- Queda expresamente prohibida toda
práctica eugenésica, entendiéndose por tal cualquier especie de intervención
sobre el genoma cuyo propósito sea modificarlo hereditariamente.
Artículo 3º.- Queda prohibida toda forma de
discriminación arbitraria basada en el patrimonio genético de las personas.
Historia de la Ley Nº 20.120
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PRIMER INFORME COMISIÓN SALUD
En consecuencia, los resultados de exámenes
genéticos y análisis predictivos de la misma naturaleza no podrán ser utilizados
con ese fin.
Artículo 4º.- Sólo se podrá investigar y determinar
la identidad genética de un ser humano si se cuenta con su consentimiento
previo e informado o, en su defecto, el de aquel que deba suplir su voluntad en
conformidad a la ley. Lo anterior es sin perjuicio de la facultad de los tribunales
de justicia, en la forma y en los casos establecidos en la ley.
Artículo 5º.- La libertad para llevar a cabo
actividades de investigación científica biomédica en seres humanos tiene como
límite el respeto a los derechos y libertades esenciales que emanan de la
naturaleza humana, reconocidos por la Constitución Política de la República, así
como por los tratados internacionales ratificados por Chile y que se encuentren
vigentes.
Artículo 6º.- Toda investigación científica en seres
humanos que implique algún tipo de intervención física o psíquica deberá ser
realizada siempre por profesionales idóneos en la materia, justificarse en su
objetivo y metodología y ajustarse en todo a lo dispuesto en esta ley.
No podrá desarrollarse una investigación científica si
hay antecedentes que permitan suponer que existe un riesgo de destrucción,
muerte o lesión corporal grave y duradera para un ser humano.
Tampoco podrá efectuarse una investigación científica
con fines terapéuticos si no existe certeza de que sus beneficios serán mayores
que sus eventuales riesgos.
Artículo 7º.- Toda investigación científica en un ser
humano deberá contar con su consentimiento previo, expreso, libre e
informado, o, en su defecto, el de aquel que deba suplir su voluntad en
conformidad a la ley.
Para los efectos de esta ley, existe consentimiento
informado cuando se constata que la persona que debe prestarlo conoce los
aspectos esenciales de la investigación, en especial su finalidad, beneficios,
riesgos y alternativas, como consecuencia de habérsele proporcionado
información adecuada, suficiente y comprensible sobre ella. Dentro de esta
información, deberá hacerse especial mención del derecho que tiene de no
consentir en la investigación o de revocar su consentimiento en cualquier
momento y por cualquier medio, sin que ello importe responsabilidad, sanción
o pérdida de beneficio alguno.
El consentimiento deberá constar en un acta firmada
por la persona que ha de consentir en la investigación, por el director
responsable de ella y por el director del centro o establecimiento donde ella se
llevará a cabo, quien, además, actuará como ministro de fe.
El director responsable de la investigación deberá
conservar el original del acta, entregando una copia de ella a la persona que
autoriza la investigación y otra al director del centro o establecimiento donde
ésta se realizará.
Historia de la Ley Nº 20.120
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PRIMER INFORME COMISIÓN SALUD
En todo caso, el consentimiento deberá ser
nuevamente solicitado cada vez que los términos o condiciones en que se
desarrolle la investigación sufran modificaciones, salvo que éstas sean
consideradas menores por el Comité Ético Científico del centro o
establecimiento que haya aprobado el proyecto de investigación.
Artículo 8º.- La terapia génica en células somáticas
y células reproductoras o sus progenitoras estará autorizada sólo con fines de
tratamiento de enfermedades o a impedir su aparición.
Artículo 9º.- Se prohíbe la clonación de seres
humanos, cualquiera que sea el fin perseguido y la técnica utilizada.
Artículo 10.- El cultivo de tejidos y órganos sólo
procederá con fines terapéuticos o de investigación científica. En ningún caso
podrán destruirse embriones humanos para obtener las células troncales que
den origen a dichos tejidos y órganos.
Artículo 11.- El conocimiento del genoma humano
es patrimonio común de la humanidad. En consecuencia, nadie puede
atribuirse ni constituir propiedad sobre el mismo ni sobre parte de él. El
conocimiento de la estructura de un gen y de las secuencias totales o parciales
de ADN no son patentables.
Los
procesos
biotecnológicos
derivados
del
conocimiento del genoma humano, así como los productos obtenidos
directamente de ellos, diagnósticos o terapéuticos, son patentables según las
reglas generales.
Artículo 12.- La información genética de un ser
humano será reservada. Lo anterior es sin perjuicio de las facultades de los
tribunales de justicia, en los casos y en la forma establecidos en la ley.
Asimismo, para los efectos de esta ley, resultan plenamente aplicables las
disposiciones sobre secreto profesional.
Artículo 13.- La recolección, almacenamiento,
tratamiento y difusión del genoma de las personas se ajustará a las
disposiciones de la ley N° 19.628, sobre protección de datos de carácter
personal.
Los datos del genoma humano que permitan la
identificación de una persona deberán ser encriptados para su almacenamiento
y transmisión.
La encriptación podrá omitirse temporalmente por
razones de utilidad pública.
Artículo 14.- Queda prohibido solicitar, recibir,
indagar, poseer y utilizar información sobre el genoma relativa a una persona,
salvo que ella lo autorice expresamente o, en su defecto, el que deba suplir su
voluntad en conformidad a la ley. Lo anterior es sin perjuicio de las facultades
de los tribunales de justicia, en los casos y en la forma establecidos en la ley.
Artículo 15.- Créase una Comisión Nacional de
Bioética que estará integrada por nueve profesionales, expertos en bioética,
designados por el Presidente de la República, con acuerdo del Senado
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PRIMER INFORME COMISIÓN SALUD
adoptado por los dos tercios de sus miembros en ejercicio, en sesión especial
convocada al efecto.
Los miembros de esta Comisión durarán cuatro años
en sus cargos, pudiendo ser reelegidos. El Presidente de la República, en el
momento de solicitar el acuerdo del Senado, propondrá al miembro que
asumirá el cargo de Presidente.
Sin perjuicio de lo señalado, cada institución donde
se realice una investigación científica biomédica en seres humanos deberá
contar con un Comité Ético Científico, acreditado de acuerdo con las normas
vigentes.
Artículo 16.- La Comisión Nacional de Bioética
tendrá, entre sus funciones, asesorar a los distintos Poderes del Estado en los
asuntos éticos que se presenten como producto de los avances científicos y
tecnológicos en biomedicina, en las materias relacionadas con la investigación
científica biomédica en seres humanos, y recomendar la dictación, modificación
y supresión de las normas que la regulen.
Las resoluciones o acuerdos de la Comisión se
adoptarán por simple mayoría, no obstante lo cual deberá dejarse constancia
de las diferencias producidas en su seno y de la posición de minoría.
Artículo 17.- Todo aquel que intente crear o cree
seres humanos idénticos a otro por clonación o realice cualquier procedimiento
eugenésico será castigado con presidio menor en sus grados medio a máximo
y con la inhabilitación absoluta para el ejercicio de la profesión durante el
tiempo que dure la condena.
En caso de reincidencia, podrá el infractor ser
sancionado, además, con la pena de inhabilitación perpetua para ejercer la
profesión.
Artículo 18.- El que violare la reserva de la
información sobre el genoma humano, fuera de los casos contemplados en el
artículo 12, sufrirá las penas establecidas en ambos incisos del artículo 247 del
Código Penal, según el caso.
El que omitiere la encriptación exigida en esta ley
será sancionado con multa de hasta mil unidades de fomento.
Artículo 19.- El que falsificare el acta a que se
refiere el inciso tercero del artículo 7º será sancionado con la pena de reclusión
menor en su grado mínimo y con multa de 10 a 20 unidades tributarias
mensuales.
Igual pena se aplicará a quien maliciosamente usare,
con cualquier fin, un acta falsa.
El que omitiere la referida acta o la confeccionare
manifiestamente incompleta será sancionado con multa de 10 a 20 unidades
tributarias mensuales.
Artículo 20.- Todo aquel que desarrolle un proyecto
de investigación científica biomédica en seres humanos o en su genoma, sin
previa autorización del Comité Ético Científico que corresponda, será
sancionado con multa de 10 a 20 unidades tributarias mensuales.
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PRIMER INFORME COMISIÓN SALUD
Artículo 21.- Corresponderá al Ministerio de Salud
establecer, mediante reglamento, las normas que complementen o desarrollen
los contenidos de esta ley.”
XV. CONSTANCIAS REGLAMENTARIAS.
— El proyecto no contiene normas de rango orgánico
constitucional ni de quórum calificado, criterio sustentado por el Senado y que
fue compartido por la Comisión.
— Tampoco comprende normas que deban ser
analizadas por la Comisión de Hacienda.
— La iniciativa legal fue aprobada en general por la
unanimidad de cinco señores Diputados.
— Cabe dejar constancia, asimismo, que el artículo
2º propuesto por el Senado fue rechazado, mientras que los artículos 9º y 19
fueron suprimidos.
XVI. DIPUTADO INFORMANTE.
Se designó, por unanimidad, al Diputado señor OSVALDO PALMA
FLORES.
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Tratado y acordado en sesiones de fechas 11 de septiembre, 2 y 9 de
octubre de 2001; 11 y 18 de marzo, 15 de abril, 29 de julio, 5 de agosto, y 14
de octubre de 2003; 6 y 13 de enero, 2 y 16 de marzo, 13 y 20 de abril, 4 de
mayo, 15 de junio, y 13 de julio de 2004, con la asistencia de las Diputadas
señoras Cristi, González, Ibáñez, Mella, y de la ex Diputada señora Pollarolo; y
de los Diputados señores Accorsi, Aguiló, Bayo, Cornejo, Forni, Girardi, Jarpa,
Letelier, don Felipe; Masferrer, Melero, Ojeda, Olivares, Palma, don Osvaldo;
Robles, y Rossi, y del ex Diputado señor Urrutia, don Salvador.
SALA DE LA COMISIÓN, a 20 de julio de 2004.
JACQUELINE PEILLARD GARCÍA,
Secretaria de la Comisión.
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DISCUSION SALA
2.2. Discusión en Sala.
Cámara de Diputados. Legislatura 351, Sesión 38. Fecha 07 de septiembre,
2004. Discusión general. Queda pendiente.
NORMAS SOBRE INVESTIGACIÓN CIENTÍFICA EN SERES HUMANOS, SU
GENOMA Y PROHIBICIÓN DE CLONACIÓN HUMANA. Segundo trámite
constitucional.
El señor LORENZINI (Presidente).- Corresponde conocer, en segundo
trámite constitucional, el proyecto de ley, originado en moción, que fija normas
sobre investigación científica en seres humanos, legisla sobre genoma humano
y prohíbe la clonación.
Diputado informante de la Comisión de Salud es el señor Osvaldo Palma.
Antecedentes:
-Informe de la Comisión de Salud, sesión 21ª, en 3 de agosto de 2004.
Documentos de la cuenta Nº 10.
El señor LORENZINI (Presidente).- Tiene la palabra el diputado
informante.
El señor PALMA.- Señor Presidente, este proyecto, como lo dice
textualmente su epígrafe, establece un marco jurídico que tiene como fin
proteger la vida humana y la integridad física y psíquica de las personas, y
prohibir cualquier discriminación basada en la genética de las personas.
Además, protege la dignidad e identidad genética en relación con la
investigación y tratamientos biotecnológicos.
Prohíbe, también, la clonación de seres humanos y cualquier
intervención a personas que dé como resultado la creación de un ser humano.
La terapia génica en células somáticas y reproductoras o sus
progenitoras sólo estará autorizada con fines de tratamiento de enfermedades
o para impedir que éstas aparezcan.
Prohíbe la destrucción de embriones humanos.
Asume también que el conocimiento del genoma humano es patrimonio
de la humanidad.
Prohíbe cualquier discriminación genética de las personas, dejando claro
que cualquier procedimiento permitido debe contar con el asentimiento
informado de la persona, además del respeto a los derechos y libertades de la
naturaleza humana, reconocidos por la Constitución Política de la República y
por los acuerdos y tratados internacionales ratificados por Chile.
Exige garantizar la privacidad de todo procedimiento, además del
consentimiento informado previo.
Crea una Comisión Nacional de Bioética, compuesta por nueve
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profesionales designados por el Presidente de la República con el acuerdo de
los dos tercios de los miembros en ejercicio del Senado.
Esta comisión que promoverá el estudio y conocimiento de la bioética,
integrada por personalidades del mundo académico, expertos en la materia en
cuestión, asesorará a los distintos poderes del Estado en los asuntos éticos que
se relacionen con los avances científicos y tecnológicos en biomedicina y en la
investigación científica en seres humanos, recomendando normas en el sentido
de crearlas, modificarlas o suprimirlas.
Este proyecto sanciona la infracción a estas normas con presidio, multas
e inhabilitación absoluta y perpetua para ejercer la profesión en los casos que
indica y corresponde.
La clonación humana y la investigación biomédica son temas de
importancia y trascendencia en la evolución de la especie humana, ya que
tienen consecuencias imposibles de objetivar, difíciles de predecir y cuantificar.
Por estas razones, y por considerar que el ser humano es único e irrepetible,
es imprescindible legislar con urgencia sobre esta materia, considerando la
velocidad y los alcances de la investigación y la capacidad científica actual para
crear los márgenes necesarios que imposibiliten la clonación humana, sin
impedir ni limitar la investigación con fines terapéuticos, necesaria para
encontrar remedio o impedir enfermedades de carácter genético.
Regular a todo evento la variable terapéutica y la manipulación de
embriones no tiene gran razón moral. Prohibir la clonación no reproductiva
retrasará la investigación científica en Chile, más aún si se la compara con
otros países, que sí la permiten cuando el fin es terapéutico.
Es necesario tratar el tema con gran altura de miras, con la profundidad
necesaria y la tolerancia imprescindible para no transgredir los límites que se
entrecruzan, a veces profundamente, y, en otras, sutil e imperceptiblemente,
entre la ciencia y la política, las relaciones sociales, la religión y la filosofía, en
fin, en tantos y variados ámbitos y actividades de las relaciones humanas.
La ciencia avanza hasta llegar a tales límites, que muchos, en otros
tiempos, hubieran sufrido los rigores de los fundamentalismos religiosos
cerrados a lo nuevo, a lo diverso, a lo desconocido o por conocer y a lo ajeno.
¿Cuáles son los límites? ¿Quiénes deben colocarlos? ¿Hasta dónde llegan
las libertades de las personas? Y en relación con la vida en sociedad, ¿hasta
dónde debe llegar la tolerancia? ¿Hasta dónde debe o puede llegar la ciencia?
¿Hasta dónde debe llegar la política y las normas? ¿Cuáles son los límites y
cuánto hacer sin temor a equivocarse? ¿A cuántos sabios y a cuántos
especialistas escuchar y durante cuánto tiempo? Todo esto, en el campo de las
ciencias, tan dinámico y evolutivo, tan complejo, en este mundo nuestro tan
cambiante, donde lo que ayer fue considerado malo y un pecado, en un pasado
y no tan lejano mundo dominado por la ignorancia y las anacrónicas visiones
de algunos, hoy es común y normal, aceptado por todos y por esos mismos
administradores y líderes de algunos credos religiosos que antes lo negaron.
¿Cómo definir lo correcto para que queden todos conforme? Éste es el
dilema de la ciencia actual. Éste también debe ser el dilema de la política:
avanzar sin transgredir; normar sin frenar equivocadamente; avanzar sin
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lesionar la diversidad y las libertades.
Por otro lado, la humanidad, la ciencia y los científicos, tienen sus
inalienables derechos y deberes para permitir y lograr el progreso y la
evolución.
¿Hasta dónde debe llegar la política ejercida por legos y profanos, con
diferentes visiones, diferentes horizontes y autonomías, en los ámbitos de los
insondables límites de la ciencia, cada día más amplios e ilimitados?
Maravilloso tiempo el que vivimos. Tanta responsabilidad agobia y
entusiasma, agobia y motiva a más y más estudio.
¿Cómo compatibilizar las posiciones de grupos más conservadores de
iglesias que se oponen duramente a un más amplio desarrollo de técnicas
médicas, como el control de la natalidad, la fecundación in vitro, el aborto
terapéutico, la investigación con células madre, la clonación y las posibilidades
cada vez más amplias de la ingeniería genética?
Todas estas técnicas, aunque aceptadas por los padres, motivados por
amor a sus hijos o a sus posibles hijos, se contraponen con la doctrina de
algunos credos religiosos, porque algunos sitúan a los humanos en el lugar de
Dios al crear vida o modificarla íntimamente o, en el caso del aborto,
destruirla.
Hay quienes consideran que la fe religiosa y la investigación científica
son incompatibles; otros plantean, con la razón que les da la historia, como ha
ocurrido con muchas otras cuestiones, que, con mayor cultura y mayor
conocimiento, con el tiempo se desvanecen las oposiciones religiosas a los
conocimientos científicos ya develados, como, por ejemplo, que la tierra es
redonda y no plana y que se traslada alrededor del Sol -tesis que condenó a
Galileo por “hereje”; la epilepsia tipo gran mal como enfermedad y no como
efecto demoníaco. Estos y miles de otros ejemplos que hoy parecen menores o
poco importantes fueron dramáticas e injustas situaciones para los
investigadores de antaño, nos sirven como ejemplos que marcaron
históricamente duras, injustas y encontradas posiciones.
Lo claro en muchos principios de la biotecnología es que no tienen nada
que ver con la religión y en ningún caso están contra la fe. Muchas de las
posiciones son de los humanos, nunca de Dios, nunca en contra de Dios; son
posiciones de los humanos y de los administradores de la fe, con buena
intención, asumidas como de Dios, pero que en realidad no lo son.
Muchas veces se dice que los padres serían soberanos para aceptar
modificaciones genéticas. Pero, ¿serán aceptadas por un niño más tarde? Lo
pregunto porque siendo las modificaciones aceptables hoy, podrían no serlo
mañana.
Las modificaciones genéticas equivalen a hacer un tatuaje a un hijo, del
que no podrá desprenderse nunca y que tendrá que transmitir no sólo a sus
hijos, sino a todos sus descendientes.
Por otro lado, las sociedades que se estancan y dejan de innovar se
vuelven vulnerables. ¿Qué será más cruel? ¿Posibilitar aberraciones genéticas
o evitarlas? La naturaleza sola se encarga de destruir, de no hacer viables la
mayoría de estas alteraciones genéticas. Ejemplos de ello son las trisomías,
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entre las cuales la única permitida por la naturaleza es la trisomía 21, o
síndrome de Down; el resto son naturalmente abortadas.
Algunas nuevas tecnologías resultan aterradoras al principio y generan
consensos inmediatos sobre la necesidad de establecer controles políticos que
restrinjan su desarrollo y uso. Pero más tarde la experiencia hace muchas
veces cambiar diametralmente las posiciones, corrigiendo antiguos errores.
La biotecnología se sitúa entre dos extremos: uno libertario, que
sostiene que la sociedad no debe restringir el desarrollo de nuevas técnicas.
Aquí se encuentran investigadores y científicos que buscan ampliar las
fronteras de la ciencia, entre los cuales están los conservadores. En el otro
extremo están los grupos movidos por preocupaciones morales, personas con
convicciones religiosa y ecologistas que creen en la inviolabilidad de la
naturaleza.
La ciencia no puede por sí misma, independientemente, establecer los
fines a que se consagra. La teología, la filosofía, la política y otros, pueden o
deben establecer los fines de la ciencia y de la tecnología y decidir en conjunto
si éstos son buenos o malos. Los científicos pueden ayudar a establecer los
límites en un colectivo político más amplio, aceptando que las instituciones
democráticas actuales, aun con los problemas que ocasionan los grupos de
presión o los populismos, son lo mejor que tenemos y no hay otro conjunto
alternativo que refleje mejor la voluntad del pueblo en forma justa y legítima.
La ciencia es un instrumento para alcanzar los fines humanos. Otro
problema es si la política es capaz de controlar la biotecnología. La
globalización de los conocimientos, el simple traslado de un Estado a otro que
lo permita, deja fuera todo control político a la investigación. El único modo de
fiscalizar es llegar a un acuerdo internacional que norme y restrinja, aunque
éste también es una falsa tranquilidad. Prueba de esto son los acuerdos
internacionales y sus resultados prácticos sobre armas nucleares, energía
nuclear, misiles balísticos, los agentes de guerra químicos y bacteriológicos, las
sustancias neurofarmacológicas, los cultivos transgénicos y el uso de éstos en
alimentos.
En estos y en muchos otros aspectos los acuerdos internacionales han
sido insuficientes e ineficaces. Tampoco son suficientes para lograr un control
adecuado. Los problemas que acarrean no son suficiente argumento para
quedarse tranquilos, pensando que evitarán el origen de los problemas.
Todos están de acuerdo en condenar el asesinato como un crimen y
castigan el homicidio con penas severas; sin embargo, siguen cometiéndose
asesinatos. Pero eso no es motivo para renunciar a la ley o al intento de
aplicarla.
Hoy es difícil tener un consenso para lograr un acuerdo internacional.
Hay países, principalmente en Asia, que se abstendrán de un acuerdo de este
tipo; sobre todo, aquellos que carecen de fuertes sectores internos que se
opongan a algunos tipos de biotecnología. Además, no son democracias y, más
aún, carecen de conciencia ética, de religión, como se entiende en Occidente,
es decir, un sistema de creencia revelada procedente de una deidad
trascendental.
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El confusionismo carece del concepto de Dios. El taoísmo y el sintoísmo
son animistas, es decir, confieren cualidades espirituales a animales y a
objetos inanimados. El budismo funde la creación humana y natural en un
único cosmos unificado. Las tradiciones asiáticas como el budismo, el taoísmo
y el sintoísmo tienden a no establecer una distinción ética tan pronunciada
entre la humanidad y el resto de la creación natural, como ocurre en el
cristianismo, lo que ocasiona un grado algo menor de consideración sobre la
inviolabilidad de la vida humana. Por lo mismo, el aborto y el infanticidio, en
particular el femenino, se ha extendido en muchas regiones de Asia.
Leyes básicas que regulan la experimentación con humanos, como el
Código de Nüremberg, en respuesta a las criminales investigaciones nazis, que
estableció el principio de que podía experimentarse con humanos únicamente
si éstos daban su autorización con conocimiento de causa, tuvieron escasos
efectos en algunos países y contaron con la oposición de muchos médicos y
científicos que opinaban que se les restringiría en exceso su legítima labor de
investigación. El Código de Nüremberg fue sustituido en gran medida por la
Declaración de Helsinki, en 1964, aprobada por la Asociación Médica Mundial,
que logró mayor aceptación en la profesión médica por dejar espacios a la
autorregulación y establecer pautas éticas para la investigación con humanos.
Más tarde, la Asamblea General de las Naciones Unidas, en 1966, adoptó
el Acuerdo Internacional sobre Derechos Civiles y Políticos, en vigencia desde
1976. Luego, la OMS, en 1982, publica las “Pautas internacionales para la
investigación biomédica en seres humanos”.
Hay tantos casos en que la frontera entre la enfermedad y la salud,
entre la terapia y el perfeccionismo, es difusa, lo cual hace difícil crear normas
y, más difícil aún, aplicarlas. Además, hay conceptos que hace algún tiempo ni
siquiera existían en el léxico médico, ni menos aún en el conocimiento de la
población en general, lo que hace difícil establecer normas. Es más fácil decir
que hacer normas regulatorias.
La biotecnología es una cuestión compleja que experimenta cambios a
diario y que concentra una gran cantidad de grupos con intereses diversos.
Pero, eludir el problema equivale a legitimar posiciones que pueden ser
diversas y permitir situaciones de riesgo para la sociedad. Si los legisladores de
las sociedades democráticas no afrontan sus responsabilidades, otros actores e
instituciones tomarán las decisiones por ellos, lo que constituye un grave error.
En la actualidad, todos los países toman decisiones similares
relacionadas con la biotecnología humana. No estamos ajenos a una gran
preocupación política mundial. Crear políticas trae consigo el problema de
dificultar la posibilidad de hacer cambios posteriores, los cuales generan una
gran resistencia. Por esta razón, es necesario crear organismos que supervisen
la aprobación de nuevos fármacos y técnicas o procedimientos relacionados
con la salud humana, debido a la velocidad con que se crean nuevos
escenarios y a los avances científicos.
Este proyecto, que prohíbe la clonación humana y norma la investigación
biotecnológica, es bueno. Seguramente no es perfecto; es difícil lograr la
perfección en este tema. Existen importantes controversias. Es producto de un
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DISCUSION SALA
arduo trabajo de la Comisión de Salud, en la cual se analizaron todos sus
aspectos y se entrevistó a muchas personas importantes en la materia:
eminentes científicos e investigadores de nivel mundial. Incluso, no obstante
estar prácticamente terminado el proyecto, se les invitó más de una vez para
revisar y mejorar muchos de sus aspectos, todo ello con el afán de evitar
errores, de no equivocarnos y de considerar todos los temas relacionados con
este tan amplio y delicado tema.
Pero, tengan confianza, porque se ha estudiado bien y es un buen
proyecto. Llamamos a los colegas a estudiar más el tema, a meditarlo
profundamente y a votarlo favorablemente en general. Por cierto, habrá y
deberán haber muchas indicaciones, porque el asunto es conflictivo y difícil.
Pero, es preciso acoger indicaciones que abran camino a la ciencia y a los
investigadores para posibilitar la terapia génica, que solucione y evite graves
enfermedades que padecen miles de personas que tienen derecho a nacer
sanas en esta sociedad de todos. Podemos pensar diferente; es lógico; pero
también es lógico aceptar las diferencias y ser tolerantes, no imponer a los
demás nuestros puntos de vista, a vivir nuestra diversidad, nuestros derechos
y deberes.
Tal vez, aquí no esté toda la verdad; es muy difícil conocerla. ¿Quién nos
puede asegurar con certeza que no estamos entrando en una sociedad
poshumana, en que la tecnología nos permitirá alterar nuestra esencia, que
muchos asumen como un espacio de libertad? Me refiero a libertad de los
padres para elegir la clase de hijos que quieren, libertad de los científicos para
investigar, libertad de los empresarios para generar riqueza. Quizás estemos
llegando al mundo feliz de Huxley, sanos y felices, pero con un futuro sin
significado, sin alma.
¿Quién sabe con certeza dónde está el límite? ¿Cuáles son las fronteras
de una investigación científica sin restricciones? ¿Cuál es la frontera entre
libertad y esclavitud?
La libertad sin valores no es humana, más bien es la libertad sin límites
de las aves, de los animales. Libertad, pero sin fines elevados.
Los valores, la ética y la moral sin la ciencia son ciegos, y la ciencia sin
valores, sin ética y sin moral, estará coja.
He dicho.
-Aplausos.
El señor LORENZINI (Presidente).- La discusión de este interesante
proyecto se realizará en una próxima sesión.
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2.3. Discusión en Sala.
Cámara de Diputados. Legislatura 351, Sesión 42. Fecha 14 de septiembre,
2004. Discusión general. Queda pendiente.
NORMAS SOBRE INVESTIGACIÓN CIENTÍFICA EN SERES HUMANOS, SU
GENOMA Y PROHIBICIÓN DE CLONACIÓN HUMANA. Segundo trámite
constitucional. (Continuación).
El señor LORENZINI (Presidente).- Corresponde continuar el debate
sobre el proyecto de ley, originado en moción, que fija normas sobre
investigación científica en seres humanos, legisla sobre genoma humano y
prohíbe la clonación.
Tiene la palabra el diputado señor Sergio Ojeda.
El señor OJEDA.- Señor Presidente, el proyecto es muy novedoso,
complejo y trascendente. No es de aquellos que se tramitan normalmente en
este Congreso. Sus materias son muy especiales, técnicas, y se vinculan con la
existencia del hombre, su salud y su vida. Una situación idéntica se vivió en la
Comisión de Salud cuando se discutió y aprobó la ley sobre donación de órganos
y trasplantes. En esa oportunidad se realizó un análisis profundo sobre la vida y
la muerte. Con mucho esfuerzo se estableció un límite entre una y otra.
Aprovecho esta ocasión para felicitar a los autores de este proyecto, los
senadores señores Mariano Ruiz-Esquide, Sergio Páez y Andrés Zaldívar y a los
ex senadores señores Nicolás Díaz y Juan Hamilton.
La iniciativa tiene como finalidad fijar un marco jurídico para la
investigación científica y genética en seres humanos, la terapia génica y el
genoma humano, prohibir la clonación de seres humanos y crear la Comisión
Nacional de Bioética.
Se trata de un tema sensible y complejo que utiliza un lenguaje nuevo
para la Cámara de Diputados y, a veces, muy difícil de entender. En Chile no
hay normas que regulen estas situaciones. Existen unas pocas en derecho
comparado. Sólo el artículo 146 del Código Sanitario establece disposiciones
legales para la utilización de cadáveres o parte de ellos con fines científicos,
facultando a toda persona legalmente capaz para disponer de su cadáver o
partes de él con fines de investigación científica, ya sea para la docencia
universitaria o para la elaboración de productos terapéuticos. No hay una
normativa más amplia que vaya más allá de esa simple investigación. Las
normas para regular las nuevas prácticas científicas y médicas son precarias e
insuficientes.
El proyecto es taxativo, novedoso y revolucionario, pues aborda esta
materia por primera vez. Prohíbe toda práctica eugenésica, toda forma de
discriminación arbitraria basada en el patrimonio genético de las personas y la
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clonación de seres humanos.
El nacimiento de la oveja Dolly, en 1997, producto de un procedimiento
de clonación realizada por los científicos escoceses Ian Wilnut y Keith Campbell
y sus colaboradores del Roslin Institute, de Edimburgo, nos dio la alarma de
que nuestra legislación era incompleta y tenía un vacío legal.
La clonación fue el gran descubrimiento del siglo pasado. Sus nuevas
investigaciones han creado la inquietud y la necesidad de regularla.
Los progresos del conocimiento y los consiguientes avances de la técnica
en el campo de la biología molecular, la genética y la fecundación artificial han
hecho posible, desde hace tiempo, la experimentación y la realización de
clonaciones en el ámbito vegetal y animal, lo cual hace necesario adaptar
nuestra legislación a estos avances.
Para nosotros la ciencia y el adelanto tecnológico constituyen un gran
desafío. Para enfrentarlo adecuadamente, el derecho y la ciencia deben
complementarse, de manera que el derecho no obstruya los avances de la
ciencia ni ésta violente al derecho. Concretar este aserto nos exige avanzar en
nuestra legislación y no quedarnos estáticos. Sin embargo, los tratados
internacionales nos indican que estamos atrasados. Por ejemplo, ya en 1947 el
Código de Nüremberg estableció los principios básicos para la investigación
científica, en tanto que la declaración de Helsinki, de 1964, formuló
recomendaciones para las investigaciones biomédicas en las que se utilicen
seres humanos, y la Declaración Universal sobre Genoma Humano y Derechos
Humanos, aprobada por la Conferencia General de la Unesco en 1997,
condiciona dichas prácticas.
Es indudable que debe producirse un equilibrio entre la libertad de los
investigadores y el respeto a la dignidad de las personas comprometidas en la
investigación. La preocupación por el bienestar de los seres humanos debe
tener prioridad sobre los intereses de la ciencia y de la sociedad, pues el
objetivo principal de la investigación médica en seres humanos es mejorar los
procedimientos preventivos, los diagnósticos y las terapias, así como
comprender la etiología y la patología de las enfermedades. En ningún caso
puede perseguir objetivos especulativos o de dudosa finalidad científica.
Además, los métodos preventivos, de diagnóstico y terapéuticos deben
ponerse a prueba continuamente, a través de la investigación, para que sean
eficaces, efectivos, accesibles y de calidad, como exige la Declaración de
Helsinki de la Asociación Médica Mundial.
El proyecto de ley en debate regula los aspectos fundamentales de la
investigación científica y de la clonación y tiene como primera finalidad
proteger la vida de los seres humanos, para lo cual considera necesario fijar un
instante en el que se pueda estimar que ésta comienza, lo cual ha sido materia
de una discusión interminable. Ello me llevó a plantear una objeción acorde
con lo que dispone el artículo 21 del Código Civil: “Las palabras técnicas de
toda ciencia o arte se tomarán en el sentido que les den los que profesan la
misma ciencia o arte;...”.
En consecuencia, considero que la ley no debería definir la vida, porque,
¿qué es la vida? ¿Cuántas concepciones existen respecto de ella? ¿Cuántas
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DISCUSIÓN EN SALA
definiciones? ¿Cuándo comienza?
Al igual como lo hicimos respecto de la muerte en el artículo 11 de la ley
Nº 19.451, deberíamos señalar las características de la vida, establecer sus
elementos constitutivos, describirla e indicar cuándo se inicia, pero sin
entregar una definición final y taxativa de ella.
El número 1 del artículo 4 del Pacto de San José de Costa Rica señala que
toda persona tiene derecho a que se respete su vida y que este derecho estará
protegido en general por la ley a partir del momento de la concepción, sin
entregar un concepto de ella. Además, establece que nadie será privado
arbitrariamente de su vida. Es decir, para el Pacto de San José la vida comienza
desde el momento de la concepción, pero, ¿está probado que desde allí comienza
efectivamente la vida? La Iglesia Católica se aferra a este concepto, pero, ¿qué
sucede con las variadas tendencias y los otros conceptos que existen al respecto?
El informe de la Comisión entrega cuatro teorías o ideas distintas al respecto.
Como indiqué, el Pacto de San José establece que la ley protege la vida
en general a partir del momento de la concepción, pero, ¿qué quiere decir con
“en general”? ¿Se refiere a toda eventualidad? Como podemos apreciar, deja
cierto margen a la interpretación, pues no es taxativo ni definitivo. ¿Definir la
vida no es acaso limitar el actuar médico y científico? ¿Por qué cuestiones
meramente terapéuticas puede ser un impedimento para avanzar?
Peter Singer, experto en bioética de la Universidad de Princeton, dice
que no debemos preguntarnos cuándo comienza la vida, sino en qué minuto
adquiere un estatus que hace que el acabar con ella sea algo intrínsecamente
malo, y hace hincapié en un concepto bastante alejado al de la concepción -la
ausencia de actividad cerebral y de conciencia- para determinar el término de
la vida humana.
Entonces, tendría fuerza lo dispuesto en el artículo 21 del Código Civil,
en cuanto deja a la técnica y a la ciencia la definiciones que les corresponden.
Por otro lado, hemos tenido especial cuidado en defender la dignidad y
la libertad humanas e impedir la invasión a la intimidad, la fuerza y la violencia
en nuestros bienes jurídicos más preciados, como nuestro cuerpo y sus partes.
Dentro de los principios básicos para toda investigación médica está el
deber del médico de proteger la vida, la salud, la intimidad y la dignidad del
ser humano. El límite para ello es el consentimiento, la voluntad del individuo,
su asentimiento y no un mero consentimiento, asentimiento que debe ser
previo, libre, expreso e informado, lo cual fue establecido en la ley de
transplantes. No se podría investigar y determinar la identidad genética de un
ser humano si no se cuenta con su consentimiento o con el de aquél que según
la ley deba suplirlo.
La libertad para llevar a cabo actividades de investigación científica
biomédica en seres humanos tiene como límite el respeto a los derechos y
libertades esenciales que emanan de la naturaleza humana, reconocidos por la
Constitución Política de la República, así como también por los tratados
internacionales ratificados por Chile que se encuentran vigentes.
En consecuencia, el proyecto establece que toda investigación científica
en un ser humano deberá contar con su consentimiento, y éste existe cuando
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se constata que la persona que debe prestarlo conoce los aspectos esenciales
de la investigación, en especial su finalidad, beneficios, riesgos y alternativas,
como consecuencia de habérsele proporcionado información adecuada,
suficiente y comprensible sobre ella.
Hemos tenido cuidado para fijar y entender el consentimiento, el que
debe hacerse, desde luego, por escrito en un acta por la persona que ha de
consentir en la investigación, por el director responsable de ella y por el
director del centro o establecimiento donde se llevará a cabo. Hemos querido
ser enfáticos y estar de acuerdo con los principios y tratados internacionales.
En tercer y último término, el proyecto prohíbe la clonación de seres
humanos, cualquiera sea el fin perseguido y la técnica utilizada.
¿Qué es la clonación? Según la definición del derecho español -de las
muchas que hay-, es un procedimiento técnico mediante el cual se obtiene un
nuevo individuo a partir de una célula extraída de otros individuos ya existente
e introducida en un óvulo previamente enucleizado, con lo que ambos tendrán
idéntica carga genética, de modo que los individuos clonados son idénticos al
original. La magnitud de esta definición y sus efectos son inconmensurables.
Se le podría dar diferentes aplicaciones, pero nos interesa la medicina y la
investigación médica, en que tiene mayor uso. Esto permitiría mejorar el
conocimiento genético y psicológico, establecer disposiciones de modelos de
enfermedades humanas, producir a bajo costo proteínas para su posible uso
terapéutico, suministrar órganos o tejidos para trasplantar, etcétera.
Hay un debate ético importante, y nosotros lo hemos realizado en la
Comisión. Sin embargo, me sumo a los temores, prevenciones y aprensiones
respecto de la clonación terapéutica.
Respecto de la clonación humana, Ian Wilmut, padre de la oveja Dolly,
señaló que no aceptaría la clonación de seres humanos bajo ninguna
circunstancia, ni siquiera la más desesperada. ¿Eso significa que se prohíbe la
clonación terapéutica, especialmente médica, que podría -según muchos
autores que apoyan esta idea- constituir generación de tejidos y de órganos?
Los que aceptan la clonación terapéutica dicen que las células del cerebro
van muriendo muy lentamente en enfermedades neuro degenarativas e
irreversibles, como el Alzheimer, las que podrían ser reemplazadas, como
también la posibilidad de curar la diabetes, ya que está probado científicamente
que se puede producir insulina a partir de las células madres procedentes de
embriones de ratones, que al implantarse en el páncreas de roedores con
diabetes eliminan dicha enfermedad.
Sin embargo, a pesar de todos los beneficios que puede aportar la
clonación con fines terapéuticos, nuestro ordenamiento jurídico la hace
improcedente. El hombre no puede ser objeto de experimentación. La mayoría
de los cuerpos jurídicos internacionales también la rechaza.
En la Conferencia de Alcalá de Henares se dijo que el hombre es en sí un
fin, no un medio; que el hombre tiene derecho a no ser programado
genéticamente y a ser genéticamente único e irrepetible, y que hay falta de
suficiente experiencia previa en modelos animales.
La clonación humana es inaceptable, éticamente reprobable y contraria a
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la integridad y a la moralidad humanas. La Asamblea Mundial de la Salud así lo
señaló, porque viola derechos humanos, ya que su aplicación vulnera dos
principios básicos sobre los que se fundamenta: la igualdad entre los seres
humanos y la no discriminación.
La Unión Europea es contraria a la clonación en sentido amplio,
independiente de que sea reproductiva o terapéutica.
La Organización Mundial de la Salud se ha mostrado favorable a la
clonación con fines terapéuticos en varias ocasiones, estableciendo la
diferencia de ésta con la reproductiva, y a afirmar la admisibilidad de la
clonación con fines terapéuticos si se respetan las garantías éticas y jurídicas.
El proyecto señala que el cultivo de tejidos y órganos sólo procederá con
fines terapéuticos o de investigación científica, situación diferente a la
clonación humana, y que en ningún caso podrán destruirse embriones
humanos para obtener las células troncales que den origen a dichos tejidos.
Por otro lado, reproduce lo que establecen los tratados internacionales,
al señalar que el conocimiento del genoma humano es patrimonio común de la
humanidad. Nadie puede atribuirse ni constituir propiedad sobre el mismo ni
sobre parte de él. El conocimiento de la estructura de un gen y de las
secuencias totales o parciales de ADN no son patentables.
Señor Presidente, el proyecto procura la investigación para favorecer al
hombre, su vida y su salud. Debemos crear normas que posibiliten su avance,
y de hecho lo estamos haciendo, pero también las que eviten los abusos y las
especulaciones. La única forma de efectuarlo es a través de la ley, y la
iniciativa en estudio va en esa dirección. Los temas aquí planteados no son
fáciles, sino más bien difíciles.
Por tanto, votaré a favor el proyecto, porque contiene todos los
principios y temas valóricos dados a conocer a la Cámara de Diputados.
He dicho.
El señor LEAL (Vicepresidente).- Tiene la palabra el diputado señor
Marcelo Forni.
El señor FORNI.- Señor Presidente, hoy nos corresponde analizar un
proyecto de gran importancia. Lamento que el debate se haya separado de la
sesión en que se informó esta importante iniciativa.
Digo que es un proyecto de gran importancia, porque se ha propuesto
como objetivo principal regular la investigación científica que se realiza en
seres humanos. Su trascendencia radica no sólo en la materia que regula, sino
en que están en juego derechos tan importantes como el derecho a la vida, a
la integridad física y psíquica; la igualdad ante la ley, entre muchos otros.
También es de gran importancia, porque nuestro país se suma a la ya
significativa lista de países que han comenzado a incorporar en sus
legislaciones éste y otros temas a que nos han enfrentado en las últimas
décadas los avances de la ciencia.
Es de gran relevancia, porque regula materias que hasta la fecha los
profesionales de la investigación actuaban únicamente de acuerdo con las
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normas de su conciencia, o bien, limitados por reglamentos o códigos internos
de ética, sin fuerza obligatoria.
En consecuencia, se trata de un proyecto necesario, por cuanto se
establece por primera vez un marco jurídico y ético a la investigación científica
en seres humanos.
Los avances de la ciencia que se relacionan con la investigación en seres
humanos nos plantean dilemas éticos importantes y en la mayoría de los casos
ha sorprendido a los países sin normas que regulen adecuadamente estas
prácticas.
Nuestro país no ha sido la excepción. El origen de esta iniciativa surge de
una reflexión básica en estos tiempos: ¿debe hacerse todo lo que la ciencia
permite hacer?
Los increíbles avances tecnológicos y los dilemas éticos que conllevan
nos han obligado a pensar en la existencia de ciertos límites,
fundamentalmente porque la ciencia debe estar al servicio del hombre y no
contra él. Ése es y ha sido el objetivo del proyecto aprobado en primer trámite
en el Senado y de la indicación sustitutiva aprobada en nuestra Cámara de
Diputados.
Es importante referirse al texto del proyecto debido a que el informe fue
entregado por el diputado señor Osvaldo Palma en una sesión anterior, y sería
bueno que los diputados presentes en la Sala puedan conocerlo.
El proyecto despachado por el Senado sufrió un cambio radical en la
Cámara de Diputados, producto de una indicación sustitutiva que firmamos junto
con los diputados señores Fulvio Rossi, Patricio Melero, Juan Masferrer y la
diputada señora María Angélica Cristi.
Sus disposiciones fueron aprobadas prácticamente por la unanimidad de
los miembros de la Comisión y sólo algunas de ellas por una mayoría
importante de parlamentarios.
Se trata de un proyecto que regula de manera amplia la investigación
científica en seres humanos, pero que, lamentablemente, se ha identificado por
la opinión pública, más bien, sólo por el tema de la clonación.
Esto queda claro en el artículo 1º que define el objetivo de la ley y
establece en forma categórica que la finalidad de este cuerpo legal es proteger la
vida, desde el momento de la concepción, su integridad física y síquica, así como
su diversidad e identidad genética, en relación con la investigación científica
biomédica y sus aplicaciones.
Este artículo tiene la virtud no sólo de ser coherente con el mandato
constitucional de proteger el derecho a la vida de toda persona y del que está
por nacer, sino que, además, se acerca más a lo que disponen tratados
internacionales suscritos, vigentes y ratificados por Chile, como el Pacto de
San José de Costa Rica, que reconoce que hay vida y que ésta es digna de
protección desde el momento de la concepción.
Quiero dejar claro que la Comisión no estableció desde cuando comienza
la vida, sino desde cuando ésta es digna de protección para efectos de la
investigación científica biomédica. La Comisión estimó que para estos efectos
la vida debe protegerse desde el momento de la concepción. Ésta y no otra,
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honorable diputado Robles, es la interpretación que debe darse a esta
disposición.
La norma no sólo es coherente con el Pacto de San José de Costa Rica,
sino con abundante legislación del derecho comparado. A modo de ejemplo, la
ley alemana de protección del embrión, de 1990, establece en su artículo 8º
que hay embrión desde la fecundación y, en consecuencia, sanciona con penas
privativas de libertad a quien provoque, artificialmente, la formación genética
de otro embrión, feto o ser humano.
Asimismo, es destacable y resulta positivo haber incorporado en este
segundo trámite de la Cámara de Diputados la diversidad genética como objeto
de protección. El proyecto establece que existe plena libertad para llevar a
cabo actividades de investigación científica biomédica en seres humanos,
siempre que se respeten los derechos esenciales que emanan de la naturaleza
humana que, por cierto, están reconocidos en nuestra Constitución y por
tratados internacionales suscritos y ratificados por Chile.
El artículo 2º del texto aprobado por la Cámara prohíbe toda práctica
eugenésica, entendiéndose por tal cualquier intervención sobre el genoma cuyo
propósito sea modificarlo hereditariamente.
Para que se entienda bien, el proyecto prohíbe la aplicación de las leyes
biológicas de la herencia al perfeccionamiento de la especie humana. En
términos simples, prohíbe la ingeniería genética que tenga por objeto fines
estéticos.
En consecuencia, el artículo no dice relación ni impide la terapia génica o
la posibilidad de cultivo de tejidos y órganos, tema de los cuales el proyecto se
hace cargo en otros artículos.
En esta materia, a la Comisión le pareció que el proyecto del Senado era
impreciso, incluso contradictorio, pues en su primera parte prohibía la terapia
génica, pero luego dejaba abierta la posibilidad de practicarla en ciertos casos
permitidos por la ley, casos que, por cierto, el proyecto no indicaba.
En este punto, a nuestro juicio tan importante, la Cámara de Diputados
decidió ser muy clara y prohibir la ingeniería genética cuyo fin sea sólo el
perfeccionamiento estético de la especie humana.
Al respecto, hay disposiciones de esta naturaleza en la legislación
internacional. El artículo 119 de la Constitución suiza protege a todo ser
humano del abuso de la medicina reproductiva y de la ingeniería genética.
En cuanto a este posible perfeccionamiento de la especie u otras
situaciones que digan relación con el patrimonio genético, el artículo 3º del
proyecto prohíbe las discriminaciones arbitrarias y establece, categóricamente,
que no se puede utilizar el resultado de exámenes genéticos con ese fin.
También consideramos importante incorporar en la discusión de la
Cámara el criterio de la arbitrariedad como elemento distintivo para efectos de
permitir o prohibir esta discriminación.
Luego, como el proyecto se refiere a la investigación científica en seres
humanos no podían quedar sin regulación los aspectos relacionados con la
autorización y el consentimiento necesarios para proceder a una investigación
de esta naturaleza.
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En este punto, el texto aprobado por nuestra Corporación es más claro,
preciso y sistemático. En primer lugar, como es obvio, se establece como
básico para proceder a una investigación científica en seres humanos, el
consentimiento previo, expreso, libre e informado de la persona que será
investigada o, en su defecto, del que deba suplir su voluntad de conformidad
con la ley.
El único caso en que este consentimiento puede obviarse es aquel en el
que existe una resolución judicial en la forma establecida en la ley. En este
punto es bueno recordar las facultades entregadas a los jueces en esta materia
en el proyecto sobre el ADN criminal despachado hace algunas semanas.
El proyecto también regula con precisión los requisitos para estar en
presencia de un consentimiento válido. Se establece como exigencia
fundamental que la persona reciba información adecuada, suficiente y
comprensible y pueda conocer los aspectos esenciales de la investigación,
entre ellos, su finalidad, sus beneficios, sus riesgos y su alternativa.
Es muy importante que la persona sea informada del derecho que le
asiste a no consentir en la investigación, o bien, a revocar el consentimiento
que ha prestado, sin que eso le signifique responsabilidad, sanción o pérdida
alguna. Este consentimiento debe constar en un acta y el proyecto es claro al
establecer los requisitos que ella debe cumplir y la forma de su conservación.
Luego, incorpora una serie de principios recogidos en diversas
declaraciones internacionales que se refieren a la investigación científica en
seres humanos, como la Declaración de Helsinki. Entre otras cosas exige:
1º Que toda investigación científica que implique intervención física o psíquica,
deba ser realizada por profesionales idóneos;
2º Que la investigación se justifique, tanto en su objetivo como en su
metodología, y
3º Algo que resulta evidente, que se ajuste siempre a lo que dispone esta ley.
Adicionalmente, el proyecto agrega: “No podrá desarrollarse una
investigación científica si hay antecedentes que permitan suponer que existe
un riesgo de destrucción, muerte o lesión corporal grave y duradero para un
ser humano.
Tampoco podrá efectuarse una investigación científica con fines
terapéuticos si no existe certeza de que sus beneficios serán mayores que sus
eventuales riesgos.”
En relación con una materia por la cual, quizás, es más conocido, el
proyecto prohíbe tanto la clonación reproductiva como la clonación terapéutica.
Quiero efectuar algunas reflexiones en torno a la clonación sin hacer diferencia
entre ambas, pues la Comisión descartó de plano esta distinción eufemística.
¿Cuáles son, en mi opinión, los problemas que presenta la clonación?
En primer lugar, trata de aplicar la lógica de la producción industrial a la
procreación humana.
En segundo lugar, atenta contra la dignidad de la mujer, pues reduce su
función a la de ser una simple prestadora de útero y óvulos por ahora, pues no
falta mucho para que resulten exitosas las investigaciones para crear úteros
artificiales, último paso para la producción en laboratorio del ser humano. Con
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la clonación se trata, nada más ni nada menos, de emular o imitar uno de los
procesos más complejos y hermosos de la naturaleza.
En tercer lugar, pervierte las relaciones fundamentales de la persona
humana: la filiación, la consanguinidad, el parentesco y la paternidad o
maternidad. Una mujer puede ser hermana gemela de su madre, carecer de
padre biológico e, incluso, ser hija de su abuelo.
En cuarto lugar, de aprobar la clonación, admitimos que puede haber
hombres que tengan el dominio y control total sobre otros hombres, al punto
de poder programar su identidad biológica.
En quinto lugar, la dignidad del clonado. La clonación no sólo merece un
juicio negativo en relación con la dignidad del ser clonado, pues vendrá al
mundo como copia y, además, recaerán sobre él expectativas infinitas, pues ha
sido engendrado, precisamente, para asemejarse a alguien que vale la pena
imitar.
En sexto lugar -con esto termino, porque son muchos los problemas que
presenta la clonación-, nada de esto se evita con la eufemísticamente llamada
“clonación terapéutica”, pues, como dice Alfonso Gómez Lobos, miembro del
Consejo de Bioética de la Casa Blanca, la destrucción de un embrión no cura a
nadie. Destruir a un ser humano en los comienzos de la vida para curar
enfermedades de personas que han alcanzado la madurez, resulta inaceptable.
En la clonación denominada “terapéutica”, si bien no hay nacimiento de niño
clonado, igualmente hay experimentación sobre embriones y fetos.
En suma, la clonación refleja de modo patente el inconformismo de
nuestra civilización y es, además, el resultado de una ciencia sin valores. La
clonación es una nueva forma de esclavitud y discriminación e importa, al
menos, una violación a dos principios fundamentales en los que se basan todos
los derechos del hombre: la igualdad y la no discriminación.
Se vulnera la igualdad al consagrar una forma de dominación del
hombre por el hombre, y la no discriminación, porque supone una selección
eugenésica.
Por todo lo anterior, nos parece acertado prohibirla.
Además, como muy bien lo dijo el diputado señor Ojeda, el proyecto
establece que la información genética de una persona será reservada, sin
perjuicio de las facultades de los tribunales de justicia, en los casos y en la
forma establecidos por ley. Asimismo, se hacen aplicables las normas sobre
secreto profesional.
Asimismo, el proyecto prohíbe solicitar, recibir, indagar, poseer y utilizar
información genética de una persona, salvo que ella lo autorice o que exista
resolución de un tribunal en tal sentido.
La iniciativa dispone la creación de la Comisión Nacional de Bioética,
compuesta por nueve profesionales, expertos en bioética, que durarán cuatro
años en sus cargos y que serán designados por el Presidente de la República,
con acuerdo del Senado.
En esta materia, creemos que el mecanismo de designación acogido por
la Cámara asegura de mejor forma la idoneidad y capacidad técnica de los
integrantes de dicha Comisión, pues el proyecto del Senado contemplaba una
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selección más bien política, el cual, de manera increíble, consideraba que dos
de sus miembros serían designados por el Senado, dos por la Cámara de
Diputados, uno por la Corte Suprema y sólo uno por el Presidente de la
República.
Nuestra tarea como legisladores debe ser fomentar y apoyar la
investigación científica en beneficio del hombre, no simplemente validar todo lo
que la ciencia pueda realizar. Como diputados nos corresponde apoyar con
entusiasmo el genio y el trabajo de nuestros científicos, cuando su resultado
sea el remedio a enfermedades, el alivio al sufrimiento y el mejor
aprovechamiento y utilización de nuestros recursos. Por tanto, el desafío es
encontrar la manera de armonizar las exigencias de la investigación científica
con el respeto a los valores humanos imprescindibles, a la dignidad de la
persona humana y a la dignidad de la procreación humana. Es la mirada de
quien no pretende apoderarse de la realidad, sino de quien la acoge como un
don, descubriendo en cada cosa el reflejo del Creador y en cada persona su
imagen viviente.
He dicho.
El señor OJEDA (Vicepresidente).- Tiene la palabra el diputado señor
Fulvio Rossi.
El señor ROSSI.- Señor Presidente, como lo han dicho los diputados que
me han antecedido en el uso de la palabra, estamos frente a un proyecto de
extraordinaria relevancia y trascendencia, no solamente para el ámbito de la
ciencia, la tecnología y la medicina, sino también para el ser humano. Sin
embargo, lamento que no se le haya dado la debida importancia a su
tramitación, pues en sesión pasada se entregó el informe, hoy se discute y tal
vez no alcancen a intervenir todos los inscritos, hecho que habla por sí mismo
respecto del interés que existe por participar.
Es absolutamente necesario contar con un marco regulatorio que fije
pautas y normas claras sobre la investigación científica en seres humanos,
porque el avance de la ciencia y la tecnología, particularmente de la medicina
es tan rápido que muchas veces sobrepasa la capacidad de asombro del ser
humano. Como el hombre es un ser moral, ético, indudablemente todos estos
avances requieren una mirada ética, por las implicancias que tienen para la
sociedad. Por eso era vital legislar y se está haciendo bien.
La Comisión de Salud escuchó en sus audiencias públicas a una gran
cantidad de científicos, académicos, médicos y representantes de la sociedad
civil. El debate llevado a cabo fue muy rico, serio y responsable.
Hoy estamos en presencia de un proyecto de ley que va a dar respuesta
a muchas interrogantes y, como dije, regulará la actividad en este ámbito,
donde había una suerte de dejar hacer.
El proyecto regula la investigación sobre seres humanos, prohíbe la
clonación humana, las prácticas eugenésicas y la manipulación de embriones y
crea una Comisión Nacional de Bioética.
Quiero partir por un tema que tiene mucha relación con un proyecto que se
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encuentra en la Comisión de Salud, que se refiere a los deberes y derechos del
paciente. La iniciativa apunta a que quienes se someten a investigaciones
científicas deben estar protegidos desde el punto de vista biológico, médico y
ético.
El proyecto, asimismo, consagra la necesidad del consentimiento
informado. Como dijo el diputado Forni, dicho consentimiento requiere de una
serie de requisitos, entre otros, una información clara. Además, dispone que si
la persona en cuestión se arrepiente de seguir en la investigación no debe
recibir castigo o sanción alguna. Ello queda establecido en varios artículos del
proyecto, lo que me parece relevante.
El ser humano en esencia es ético. Por lo tanto, debe existir una
Comisión Nacional de Bioética que asesore en estas materias a los distintos
poderes del Estado. Como se dijo cuál será su composición, no ahondaré en
eso. En todo caso, las personas que la integren deberán ser de renombre y
destacadas en el mundo científico y académico.
En 1990 se creó un proyecto multinacional para determinar qué se
entiende por genoma humano -se concluyó que por genoma humano debe
entenderse las distintas secuencias de las diferentes cadenas del ADN- y conocer
la composición de cada uno de los genes.
Como los señores diputados comprenderán, el genoma humano o, más
bien, el patrimonio genético de la humanidad, no puede ser patentado, pues
no es propiedad de individuo o institución alguna.
El proyecto consagra el principio de que el genoma humano es
patrimonio de toda la humanidad, y no puede ser propiedad de ninguna
persona o entidad.
El proyecto evita la discriminación de los seres humanos en distintos
ámbitos del quehacer social, cultural, académico y laboral en relación con su
patrimonio genético.
Con el avance de la ciencia, en especial, de la medicina, se veía venir
este riesgo. Era evidente que se podían introducir nuevas formas de
discriminación, no sólo por raza, edad, género, etcétera, sino que también por
el patrimonio genético.
Además, se establece que el patrimonio genético de cada individuo debe
ser correctamente manejado y su información será reservada.
Si bien es cierto había un gran consenso en contra de la clonación
humana, ya que se apeló al sentido común de todos los chilenos y chilenas, era
importante considerar el tema en nuestra legislación.
Quiero señalar, para evitar problemas conceptuales, que se ha confundido
a la población al hablar de clonación humana reproductiva y clonación
terapéutica. No existe la clonación terapéutica, porque la clonación -lo aclararon
las personas que asistieron a la Comisión- no es otra cosa que la copia
genéticamente idéntica de un individuo, aunque no siempre exacta. Es decir, se
toma un óvulo, se anuclea -se retira el núcleo- y se introduce el genoma de una
célula somática. Obviamente, el individuo que se consigue después de ese
proceso va a ser, genéticamente, casi igual al que aportó la célula o el genoma,
esto es, el 2N, la célula somática. Eso es clonación, es copiar en forma idéntica a
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un individuo.
Cuando hablamos de clonación de tejidos, cometemos un error
conceptual; debemos referirnos a cultivo o reproducción de tejidos, con lo cual
todos estamos de acuerdo. Razonablemente, nadie puede oponerse al cultivo
de determinado tejido para trasplante.
Ahora bien, el proyecto establece claramente que la clonación humana acción de copiar genéticamente en forma idéntica a un individuo- se prohíbe,
por razones éticas pero también médicas.
No sé si se señaló con anterioridad, pero los experimentos realizados
señalan que los animales productos de una clonación se ven afectados por
malformaciones cardíacas, muerte precoz, abortos, etcétera. En el fondo,
nuestro rechazo a la clonación tiene que ver con que el ser humano es único e
irrepetible. Para mantener esa condición, debemos preservar la identidad
genética de cada uno de los individuos que pueblan nuestro planeta.
Por eso, por un tema ético, moral, de preservación y protección de la
dignidad del ser humano, en cuanto a su condición de único e irrepetible, nos
oponemos a la clonación humana.
Insisto en que toda intervención genética que busque corregir patologías
o enfermedades es aceptable y estamos disponibles para ello, tal como quedó
consignado en el informe. En cuanto a las prácticas eugenésicas, cuando nos
referimos a su prohibición, queremos decir, por ejemplo, que nos oponemos a
que una persona quiera corregir el color de sus cabellos, de sus ojos, su
estatura, su composición corporal, etcétera, pero estamos de acuerdo con toda
investigación o intervención genética que signifique corregir determinadas
enfermedades o patologías.
Un tema extraordinariamente complejo, que generó mucho debate y que
seguramente lo seguirá generando a nivel nacional, es la manipulación de
embriones.
Al respecto, me parece bien que la sociedad civil tenga una participación
más protagónica y activa en estos temas.
En la Comisión nos vimos enfrentados a la misma discusión que se
generó respecto de los trasplantes y la necesidad de establecer como muerte
de un individuo la muerte cerebral, con el fin de utilizar sus órganos para un
trasplante y dar vida a otra persona. Para ello, se estableció la muerte cerebral
como muerte de un individuo a través de una convención.
Todos recordarán que, antiguamente, el paro cardíaco, la muerte del
corazón, significaba la muerte del individuo. Hoy, a la luz de nuevos
antecedentes científicos, se ha establecido otra definición. Se dice que para
certificar la muerte cerebral tienen que existir electroencefalogramas planos,
con seis horas de diferencia. Asimismo, dos neurólogos distintos deben
confirmar esto mismo, sobre la base, por ejemplo, de la ausencia de reflejos
fotomotores.
Lo mismo tuvimos que hacer para establecer, como dijo el diputado
Forni, cuándo la vida humana es objeto de protección. También podríamos
consignar cuándo se inicia la vida humana. Insisto: era necesario establecer en
el proyecto una cierta convención. Eso tiene que ver con decidir si hay vida
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humana en el momento de la concepción, como dice el Pacto de San José de
Costa Rica, es decir, desde el momento en que el óvulo se junta con el
espermio; si la vida se inicia en el blastocito preimplantacional, en el óvulo
fecundado antes de llegar al útero, cuando el óvulo está en el útero, cuando el
feto tiene tres meses, nueve meses o a su nacimiento. Incluso Watson y Crick,
que obtuvieron el Premio Nobel de Ciencias precisamente por su
descubrimiento del ADN, sostienen que la vida humana comienza a los 4 años
de nacido, porque sólo a partir de ese momento el tejido neuronal está
suficientemente maduro.
Dada su complejidad, hay muchas definiciones y formas de abordar el
tema, pero creemos que la manipulación de embriones constituye el inicio de
la manipulación de futuros seres humanos.
Finalmente, entendemos que con la tecnología actual, con el avance de
la ciencia, manipular un embrión significa destruirlo. Actualmente, muchos
países están echando marcha atrás y, por tanto, restringiendo la cantidad de
embriones que se pueden utilizar para la fertilización in vitro. ¿Qué sentido
tiene permitir que una mujer infértil tenga un hijo si para ello se deben destruir
cuatro potenciales seres vivos, cuatro vidas humanas, cuatro embriones? Éstos
se congelan, se destruyen, y sólo se utiliza uno? A lo mejor, el día de mañana,
cuando se manipule un embrión y se tome una célula madre totipotencial, que
sirve para muchos experimentos, no se va a destruir el embrión. (Todos los
expertos que asistieron a la Comisión señalaron que hoy se destruye). Por eso
hemos dicho que hay vida humana -lo dice el Pacto de San José de Costa Rica
y nuestro propio Código Civil- desde el momento de la fecundación, con el
objeto de proteger la vida del que está por nacer.
Finalmente, este proyecto, que fue objeto de un amplio y necesario
debate, de alguna manera viene a regular el campo de la investigación sobre
seres humanos y de la manipulación de embriones.
Quiero agregar que también se pueden obtener células madres desde el
cordón umbilical o, incluso, desde tejidos del adulto, por ejemplo, la médula
ósea.
En mi opinión, no se justifica la manipulación de embriones. Ello es
absolutamente coherente con lo que plantea el artículo 1º del proyecto, que
dice que su finalidad es proteger la vida, desde el momento de la concepción.
Estamos en presencia de un proyecto muy importante, cuyo objetivo es
proteger la vida y la dignidad de los seres humanos. Insisto: no podemos
permanecer ajenos al avance de la ciencia y la tecnología, pero se necesita un
análisis desde un punto de vista ético y moral.
He dicho.
-Aplausos.
Bayo.
El señor OJEDA (Vicepresidente).- Tiene la palabra el diputado Francisco
El señor BAYO.- Señor Presidente, si esta materia es tremendamente
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compleja para los médicos y para el mundo científico en general, me imagino
cómo lo será para aquellos que no pertenecen al área del conocimiento y la
investigación científica. Me refiero al genoma humano, base de la unidad
fundamental de todos los miembros de la familia humana, y al reconocimiento de
su dignidad, identidad y diversidad. Por ello, en esta materia es necesario
establecer claramente qué se puede hacer y qué no se debe hacer.
Las investigaciones relacionadas con seres humanos deben contar con
un marco referencial relativo a la forma, manejo y exigencias a tener presente.
Ello sucede en todo el mundo y Chile no puede estar al margen de ese
conocimiento.
No voy a repetir muchas de las aseveraciones e inquietudes planteadas
en la Sala, porque ameritan un debate más cuidadoso. No hay actividad en el
universo en la cual no se avance más que en lo que se refiere a la ciencia
médica y a la investigación científica. Por tanto, no podemos negarnos a
legislar sobre esta materia. Sin embargo, la forma de hacerlo debe ser
cuidadosa; no debe entrabar, por un lado, la investigación científica ni tampoco
algunos aspectos puntuales en materia de intervenciones genéticas con fines
terapéuticos que puedan ser provechosas y no nocivas para las personas.
Ya ha quedado en evidencia -y, de hecho, aparece en varios de los
documentos que los distinguidos colegas tienen sobre sus escritorios- la poca
precisión en el uso de las palabras, de los conceptos; se habla como si se
tratara de lo mismo al referirse a genoma y a clonación. El Presidente de la
Comisión de Salud de la Cámara de Diputados recientemente precisó los
términos. Incluso, es inconveniente hablar de clonación terapéutica, como lo
establecen muchos tratados internacionales. Esta iniciativa es seria; no puede
tratarse al lote, no puede debatirse como si nos encontráramos en un auditorio
de sordos -aunque, a veces, es lo que parece ser-. No es lo mismo hablar de
clonación que de uso de genoma humano, pieza fundamental y base de la
unidad de todos los miembros de esta sociedad. Por eso hay que precisar los
conceptos.
Para no entrar en detalles que, además de ser repetitivos, pueden
aburrir a los tan atentos colegas de mi bancada y de otras, me remitiré a decir
cuál es el objetivo que se trata de cumplir con este proyecto, y qué se puede o
no se puede hacer en Chile.
Ante las variadas y múltiples experiencias internacionales -cada una de las
cuales daría para ser tratada en una sesión especial-, debemos recordar que
estamos en Chile, y, en consecuencia, debemos legislar acorde no sólo con el
conocimiento internacional sobre la materia, sino teniendo presente nuestra
realidad, incluso nuestra idiosincrasia y nuestra formación cristiano-occidental, lo
que, por supuesto, hace más complejo el debate.
¿Qué se puede hacer a la luz de lo que establece este proyecto de ley?
Se puede investigar y determinar la identidad del genoma de un ser humano si
se cuenta con su consentimiento previo e informado. Varios colegas se han
referido a la importancia de dicho consentimiento previo, exceptuando aquellas
situaciones que tienen que ver con materias investigadas por los tribunales de
justicia.
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¿Qué otra cosa se puede hacer? Hay libertad para realizar investigación
científica biomédica en seres humanos, con pleno respeto de los derechos y
libertades de los mismos, entre los que se cuenta el de información previa, ya
mencionado. ¿Qué más se puede hacer? Terapia génica en células somáticas y
en células reproductivas, la que estaría autorizada sólo con fines terapéuticos,
para el tratamiento de enfermedades o para impedir su tratamiento.
Para tratar de aportar luces, me permitiré leer -para conocimiento, de
los versados colegas parlamentarios- lo que dice el doctor Manuel Santos,
profesor de genética de la Universidad Católica de Chile: “Si los embriones son
cosas u objetos, entonces se pueden usar y luego botar: Pero si los
consideramos...
-Hablan varios señores diputados a la vez.
El señor LORENZINI (Presidente).- Ruego a los señores diputados
guardar silencio.
Puede continuar con el uso de la palabra señor diputado.
El señor BAYO.- Señor Presidente, este tema es mucho más importante
que otros, que en su momento han tenido la atención de esta Sala o cuando,
de por medio, en las tribunas hay personas que aplauden, y otras que rechiflan
o bien vienen a decir groserías o a hacer cosas que incluso desprestigian a la
Cámara de Diputados. Sin embargo, los colegas no le prestan ninguna
atención, en circunstancias de que debería importarles, porque muchos de
ellos necesitarían de terapia génica.
Para evidenciar lo complejo del tema, el doctor Santos profesor de la
Universidad Católica, señala: “Si los embriones son cosas u objetos, entonces
se pueden usar y luego botar. Pero si consideramos estos mismos embriones,
sujetos con toda la dignidad de un ser humano, entonces merecen todo el
respeto del mundo y no deben ser manipulados”. Esto tiene relación con lo que
aquí se ha mencionado sobre cuándo comienza la vida. Hay gente que dice que
comienza en el acto reproductivo, porque se obtiene un producto totipotencial,
es decir, que tiene existencia por sí mismo. Un tema del debate. Pero el mismo
doctor Santos agrega después: “No existe ningún beneficio médico en esta
opción que justifique tal uso de embriones, debido a que hay un camino
alternativo en que con células de adultos -y, ojalá, lo escuchen nuestros
colegas; células de ellos mismos, o de sus señoras, o de sus pololas, o de sus
amantes, o de sus hijos- se pueden obtener distintos tejidos que luego se
introducen en el paciente con fines curativos”. Esto es terapia génica. Si por
otro lado, se abre la puerta a la clonación terapéutica, concepto que discuto y
creo que debe ser analizado, es casi imposible que se puedan cerrar otras
puertas. Esto es lo que se puede hacer con este proyecto.
Mediante esta iniciativa se prohíbe expresamente toda práctica
eugenésica, o sea, cualquiera intervención sobre el genoma que lo modifique
hereditariamente. Se prohíbe toda forma de discriminación arbitraria basada
en el patrimonio genético de las personas y, lo más importante, se prohíbe la
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clonación de seres humanos, cualquiera sea el fin perseguido y la técnica
utilizada. Hace muy poco, en una convención internacional realizada en
Valencia, se estableció que, partiendo de la base de que el hombre es en sí un
fin y no un medio, que tiene derecho a no ser programado genéticamente y a
ser genéticamente único e irrepetible, porque es propiedad de unicidad, existe
la posibilidad de crear problemas sicológicos a los individuos clónicos.
Por todo ello, rechazo la clonación humana. Felizmente, este proyecto
rechaza la práctica de la clonación. Tampoco se podrán destruir embriones
humanos para obtener células troncales que den origen a dichos tejidos u
órganos. Ya mencioné lo expresado por un académico de la Universidad
Católica, quien aclara precisamente que podrían usarse células de adultos.
Por todo lo anterior y porque es necesario que esta iniciativa se transforme
en ley, precisamente para establecer el marco regulatorio, porque prohíbe la
clonación y porque todos estos hechos están garantizados por la existencia de
una comisión de bioética total y absolutamente independiente, acreditada y con
personas capacitadas, le daremos nuestro apoyo.
He dicho.
El señor LORENZINI (Presidente).- ¿Habría acuerdo para prorrogar la
sesión por una hora para que hablen los diputados inscritos y así votar el
proyecto al final de ésta?
No hay acuerdo.
En consecuencia, quedan inscritos para hacer uso de la palabra sobre
este tema en una próxima sesión los diputados señores Iván Moreira, Enrique
Accorsi, Alberto Robles, Gonzalo Ibáñez, Esteban Valenzuela, Patricio Cornejo,
Patricio Melero, Jaime Quintana, y las diputadas señoras María Antonieta Saa y
María Pía Guzmán.
Tiene la palabra, por cuatro minutos, el diputado señor Burgos.
El señor BURGOS.- Señor Presidente, si bien es cierto que no participé
en el debate habido en la Comisión de Salud, creo que lo señalado por el
presidente de la Comisión, diputado señor Rossi, y por quienes lo antecedieron
en el uso de la palabra, ha sido muy esclarecedor respecto de la importancia
del proyecto que se presenta a la consideración de la Sala.
Sin duda, es necesario considerar algunos aspectos para el discernimiento
de una cuestión tan trascendente como ésta. Algunos postulan que el comienzo
del tercer milenio está marcado por el inicio de la era clónica. Ciertamente, la
clonación aún es una ficción, pero desde ya cabe preguntarse: ¿estamos frente
al cumplimiento de un sueño o ante una pesadilla? Se ha iniciado un camino
complejo y, como tal, es importante lo que está haciendo la Cámara, a la hora
de fijar un marco para un tema de tal complejidad.
La diferencia entre finalidad reproductiva y terapéutica es teóricamente
clara, pero siempre existirá el peligro de que se quiera pasar de la clonación de
una oveja a la de un ser humano. Además, el proceso llevado a cabo en una
clonación reproductiva es idéntico al utilizado en una terapéutica: en el primer
caso, se producen embriones para ser implantados, y en la segunda, para ser
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destruidos.
Las interrogantes éticas no pueden frenar -no creo que lo consigan- o
impedir el proceso científico, sino sólo orientar hacia un desarrollo en términos
humanos y particularmente humanizantes. El progreso no es neutro, ya que
puede significar destrucción, como es el caso del armamento sofisticado o
construcción, la mayoría de las veces. Como la ciencia sin conciencia es un
peligro para la humanidad, debe ser una tarea ética permanente preguntarse
por qué, para qué, para quién o para quiénes. Creo que el proyecto recoge
esas interrogantes y, por lo tanto, es un buen aporte.
Como no participé en la discusión pormenorizada del proyecto, quiero
hacer una consulta a quienes sí lo hicieron. Si bien es cierto que el proyecto crea
la Comisión Nacional de Bioética, cuyas atribuciones, conformación e
importancia parecen claras, hay dos artículos que mencionan otra instancia que
ignoro si está regulada en otra ley o reglamento. No obstante, si se crea en
virtud de este proyecto, sus atribuciones deberían quedar claramente
establecidas en él o, en su defecto, hacerse referencia a la norma reglamentaria
o legal en la cual están fijadas.
Me refiero al inciso final del artículo 7º, que dice: “En todo caso, el
consentimiento deberá ser nuevamente solicitado, cada vez que los términos o
condiciones en que se desarrolla la investigación sufran modificaciones, salvo que
éstas sean consideradas menores por el Comité Ético Científico del centro o
establecimiento que haya aprobado el proyecto de investigación.” Más adelante,
el artículo 20 vuelve a hacer referencia a esa instancia: “Todo aquel que
desarrolle un proyecto de investigación científica biomédica en seres humanos o
en su genoma, sin previa autorización del Comité Ético Científico que
corresponda, será sancionado con una multa...”.
Reconozco mi desconocimiento de las normas existentes sobre esta
materia, pero en alguna norma estarán fijadas las atribuciones de ese Comité
Ético Científico. Si no lo están, ésta es la oportunidad para hacerlo. Pero, si
existen, sería bueno que el proyecto consignara dónde están contempladas,
porque si la iniciativa es aprobada en estos términos, tendremos un problema
complejo desde el punto de vista de la constitucionalidad de la norma.
He dicho.
El señor LORENZINI (Presidente).- Señor diputado, cuando tratemos
nuevamente el proyecto, podrá complementar su intervención.
Están inscritas la diputadas señoras Pía Guzmán y María Antonieta Saa y
los diputados señores Ceroni, Leal, Jarpa y Juan Pablo Letelier.
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DISCUSIÓN EN SALA
2.4. Discusión en Sala.
Cámara de Diputados. Legislatura 351. Sesión 44. Fecha 15 de septiembre,
2004. Discusión general Se aprueba en general.
NORMAS SOBRE INVESTIGACIÓN CIENTÍFICA EN SERES HUMANOS, SU
GENOMA HUMANO Y PROHIBICIÓN DE CLONACIÓN HUMANA. Segundo
trámite constitucional. (Continuación).
El señor LEAL (Vicepresidente).- En el Orden del Día, corresponde
continuar la discusión, en segundo trámite constitucional, del proyecto que fija
normas sobre investigación científica en seres humanos, legisla sobre genoma
humano y prohíbe la clonación.
Tiene la palabra el diputado Alberto Robles.
El señor ROBLES.- Señor Presidente, el proyecto en discusión me
parece de particular importancia, porque se trata de la normativa que regulará
la investigación en seres humanos. Asimismo, se incorporan otros conceptos
que no dejan de ser importantes para la sociedad y para el devenir de la
medicina, como la posibilidad de tener al alcance de las personas no sólo
terapias, sino también un mejor desarrollo de sus potencialidades.
En términos generales la idea de legislar es absolutamente lógica. Sin
embargo, los cambios introducidos en la Comisión de Salud de la Cámara al
proyecto del Senado son sustanciales y ameritan una discusión seria por su
impacto social.
Una de las primeras modificaciones dice relación con una materia que no
había sido discutida hasta ahora y que se traduce en algunas preguntas que
debemos responder: ¿Es el embrión una persona? ¿Pertenece a la madre?
¿Tiene valor por sí mismo? ¿Merece protección? Si es así ¿Qué nivel de
protección merece? ¿Encarna sólo valores simbólicos? Si el embrión no es
titular de derechos, ¿pasa automáticamente a la categoría de propiedad de
alguien? ¿Tiene el mismo estatuto un embrión en útero que uno in vitro?
Estas son preguntas tremendamente importantes que se hace la
sociedad sobre cuestiones que, a mi juicio, no quedan correctamente
establecidas en el proyecto.
Desde el punto de vista biológico, el comienzo de la vida humana aún no
está claramente determinado. Sin embargo, en la discusión de este proyecto
hemos entrado en un tema de suyo controversial: ¿Cuándo una nueva vida
tiene estatuto ontológico merecedor de protección? En última instancia,
¿cuándo es equiparable a una persona y, por lo tanto, inviolable?
Diego Gracia (1998) y Manuel Cuyás (1989) han resumido los distintos
paradigmas histórico-filosóficos sobre el tema. “El problema -como dice Cuyáses que, por un lado, la solución escapa de las competencias de las ciencias
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DISCUSIÓN EN SALA
naturales .en las que no caben conceptos como persona-, y de la filosofía y
teología, porque éstas no pueden determinar cuándo comienza a existir el
individuo, el sujeto o la persona”.
En este proyecto ha tenido lugar una discusión por medio de la cual se
ha intentado entregar un estatuto moral al embrión desde el momento de la
fecundación. Si el embrión es un ser moral, debe ser tratado con el mismo
rigor con que se hace con todos los otros seres morales, como las personas. A
mi juicio, el embrión no es un ser ni un sujeto moral, sino un objeto de la
moralidad de la sociedad. En este contexto, se dan distintas concepciones
religiosas y filosóficas respecto de cuándo se es persona, lo que hace que en
algunas sociedades el embrión preimplantatorio sea objeto de cierta moralidad,
y en otras, no.
Centrándonos en el caso de los embriones preimplantatorios, son varios
los autores que señalan importantes datos que podrían emplearse para no
conceder un alto estatuto moral a estas entidades.
La definición de Boecio establece que “Persona es la sustancia individual
de naturaleza racional”. Se trata de dos propiedades esenciales de un
individuo: unicidad, es decir, ser único; unidad, realidad distinguible de toda
otra realidad. Existe amplia evidencia experimental de que estas propiedades
no se establecen antes del fin de la implantación, como la falta de unicidad del
embrión preimplantatorio. Es un hecho de la naturaleza que existan gemelos
monocigóticos, en un porcentaje que alcanza los dos por mil nacimientos, que
se generan espontáneamente por división de un embrión antes de la anidación.
Por lo tanto, en este sentido no hay unicidad.
Falta de unidad: posibilidad de formación de quimeras de poscigóticos
humanos, derivados de la fusión de dos embriones. Tienen líneas celulares y
tejidos derivados de cada embrión que participó en la fusión. Como se ha visto,
experimentos en animales permiten fusionar embriones distintos, incluso de
especies diferentes, y de gemelación artificial por separación de blastómeros.
Eso habla de que tampoco hay unidad en el embrión.
Por lo tanto, la propiedad indispensable de individualidad aún no está
determinada en el embrión preimplantatorio. El concepto clásico de persona
resulta inaplicable para el embrión en su etapa de fecundación.
Mientras exista posibilidad de gemelación, la identidad del ser humano
no está determinada, y de ahí que no se pueda decir que exista ningún
individuo en concreto. ¿Cómo podría existir alguien cuando la mera identidad
del ser que nacerá al final, aún no está determinada en la fase
preimplantatoria?
Sin embargo, para algunos autores, aún admitiendo estos datos, el
embrión humano tendría un altísimo valor, superior al de un cultivo de tejidos
somáticos, debido a que tendría identidad humana y un elevado potencial de
convertirse en persona. La cuestión difícil sería establecer qué estatuto
asignarle, y en qué fase cobra todos los derechos adscritos a la persona.
Algunos de los defensores de la inviolabilidad del embrión se centran en
la idea de que tiene elevada potencialidad de convertirse en persona; pero,
como veremos, quienes se centran en la potencialidad conferida por su
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DISCUSIÓN EN SALA
genoma se enfrentan a importantes réplicas filosóficas que, en parte, usan
nuevos conceptos biológicos.
El presupuesto empírico de que la dignidad de persona se adquiere ya en
el cigoto, en el sentido de que el espermatozoide ya se encuentra dentro del
óvulo humano, por el hecho de poseer un nuevo genoma distinto del de los
padres, debería ser pasado por el cedazo de los conocimientos de la biología
del desarrollo.
La inviolabilidad del embrión debería adscribirse a la entidad en
desarrollo cuando haya adquirido, por diferenciación y crecimiento, la potencia
actual que le capacita para llegar al nivel de complejidad del individuo nacido;
es decir, cuando la entidad posea toda la potencialidad para llegar a su
término.
Señalaré dos conceptos relativos a la información para llegar a término.
En primer lugar, la capacidad informacional, que es la información que
puede dirigir el desarrollo de un ser humano. El cigoto no posee todas las
moléculas informativas para su desarrollo, pero tiene las moléculas con potencial
de adquirir capacidad de información, cosa que se va logrando con el tiempo
mediante interacciones con otras moléculas.
En segundo lugar, el contenido informacional, que es la información que se
puede usar para desarrollar un ser humano, aunque no esté disponible en un
determinado momento para hacerlo. En este sentido, casi todas las células
somáticas de un adulto tienen el contenido informacional, pero sólo usan una
parte.
Si pudiéramos reprogramar una célula somática para que se
desdiferencie y actúe como un cigoto, ¿significa que esta célula ya tiene
dignidad de persona? No parece que se pueda llegar tan lejos. Por la misma
razón, un cigoto natural y sus fases inmediatamente ulteriores carecen de la
información suficiente en relación al término, al ser persona.
En el blastocisto, parte de la información depende de la posición relativa
de las células, lo que determinará que algunas de éstas den origen a la masa
interna, es decir, al feto futuro, y otras, al trofectodermo, que participará en la
placenta, la que, como se entenderá, no tiene que ver con el ser humano. Pero
en el embrión temprano es imposible, a priori, predecir qué blastómeros serán la
base del individuo y cuáles serán de la placenta.
La gástrula ya tiene tres capas germinales, pero aún no posee toda la
información del sistema respecto al término. Sólo al final de la cuarta semana
aparece el plano general corporal y al final de la octava, tras intensa
histogénesis y organogénesis, el embrión es reconocible como humano, con un
nivel de desarrollo perfectamente conectado con el término. A partir de ahora,
o sea, desde la octava semana, comienza el desarrollo fetal. La mayor parte de
la información es de tipo general, es decir, mantiene una situación ya definida.
El sistema crece en tamaño y maduran los sistemas orgánicos ya presentes. El
nuevo ser posee ya potencia actual y sólo necesita actualizarla conforme pasa
el tiempo. Por lo tanto, entre las seis y las ocho semanas, el sistema tiene
suficiente conexión con el término, y a partir de ahí debería tener un estatuto
equiparable con el ser persona.
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DISCUSIÓN EN SALA
Con esto quiero plantear claramente que no se puede colocar en el
proyecto de ley algo tan importante como que la vida se va a proteger desde el
momento de la concepción, ya que algunos, incluso en el mismo mensaje, hacen
ver que la concepción es sinónimo de fecundación. Creo que he sido bastante
claro respecto de los conceptos biológicos y filosóficos, lo que me permite decir
que el embrión, en el momento de la fecundación, no es ni tiene características
de persona, ni debiera ser sujeto de la moralidad de la sociedad.
Otro tema importante es el de la clonación.
Aquí se ha manifestado que existe un solo tipo de clonación, lo cual, a
mi juicio, demuestra que no se ha interpretado bien lo que significa la palabra
“clonación” en términos de la ciencia actual. La clonación es la producción
intencionada de células, tejidos, embriones o individuos que tienen la misma
información o identidad genética. Por lo tanto, hay distintos tipos y fases de
clonación. Por supuesto, está aquella que no queremos, que es la clonación
reproductiva, que tiene por finalidad la producción de embriones mediante
fecundación in vitro, los que después serán implantados en el seno materno
para la gestación, es decir, para producir seres humanos idénticos unos a
otros. Nadie quiere la clonación reproductiva.
Sin embargo, en el mundo se están desarrollando experimentos e
investigaciones científicas en relación con otro tipo de clonación, como la de
células, que tienen la misma información o identidad genética. Por ejemplo,
existe la clonación de células de piel, cuya finalidad es la conformación de
tejidos que puedan ser utilizados en procesos terapéuticos: se realizan cultivos
de tejidos para conformar órganos para usarlos en operaciones de transplante.
Por lo tanto, no toda clonación, en términos de investigación, tiene por
objeto la reproducción.
Me parece que este tema debe ser discutido con mucha mayor precisión.
No podemos decir que vamos a eliminar todo tipo de clonación en la
investigación científica, ni menos en el contexto de la medicina moderna. Estoy
absolutamente convencido de que si usted, señor Presidente, en alguna
oportunidad requiere hacerse un transplante, y tiene los medios necesarios y la
tecnología está disponible en alguna parte del mundo para realizarlo sin riesgos
para su salud, usted viajará a ese lugar para someterse a esa operación que
puede salvar su vida. Más aún, si uno de sus hijos requiere hacerse un
transplante, y la tecnología está disponible en otro país, usted lo llevará allí y
utilizará ese tipo de clonación para salvarle la vida. Eso es posible porque tanto
usted como quienes plantean esto pueden acceder a esa tecnología porque
tienen los recursos para ello. Pero el resto de los chilenos, ¿tendrá la posibilidad
de utilizar esta ciencia de la clonación de células y de tejidos si la requiere?
Se han introducido cambios muy radicales al proyecto que viene del
Senado, que intentan introducir en nuestra legislación conceptos de los cuales,
a mi juicio, posteriormente nos arrepentiremos. Hace pocos días, una jueza,
interpretando el Código Civil y nuestra legislación, y determinando, a título
personal, desde cuándo comienza la vida, impidió que se comercializara la
píldora del día después.
Este tema es muy importante para muchos chilenos. Si aprobamos el
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DISCUSIÓN EN SALA
proyecto tal como está y no discutimos más a fondo este tema, muchas
mujeres que hoy usan el dispositivo intrauterino estarán infringiendo la ley,
pues estarían atentando contra el embrión ya fecundado, dado que hay
evidencias de que ese dispositivo impide, en muchos de los casos, la
implantación del embrión en el útero.
El proyecto requiere de enmiendas importantes. Me parece más serio el
trabajo que hizo el Senado que el que estamos haciendo en la Cámara de
Diputados. He votado en contra de algunos de estos artículos, porque no van
en el contexto de lo que el Senado planteó, pues fue bastante más amplio y
asertivo en lo que quería; en cambio, algunos diputados de la Comisión de
Salud han tratado de incorporar en el proyecto elementos dogmáticos de
religiones o de visiones que no necesariamente comparte toda la sociedad.
Esta bien que los católicos defiendan su fe, pero no pueden imponer criterios
dogmáticos al resto de la sociedad, menos a través de proyectos como éste.
He dicho.
El señor OJEDA (Vicepresidente).- Tiene la palabra el diputado Iván
Moreira.
El señor MOREIRA.- Señor Presidente, entiendo la impaciencia de los
colegas, porque hoy la Cámara será escenario de un homenaje a las glorias del
deporte, pero también tenemos que seguir legislando.
El tema que nos convoca esta tarde es muy relevante. La iniciativa, que
regula la investigación científica en el ser humano, su genoma y prohíbe la
clonación humana, claramente es una legislación de vanguardia que está
protegiendo a nuestra sociedad. Por eso, compartimos el informe entregado en
días pasados por la Comisión de Salud.
Los avances de la ciencia y de la tecnología biomédica, y su aplicación
en la práctica de la medicina provocan cierto grado de inquietud pública, ya
que plantean nuevos problemas éticos que preocupan a nuestra sociedad por
los posibles abusos originados en la investigación científica y en la tecnología
biomédica.
Se comienza con la elaboración de hipótesis, las que luego se someten a
pruebas de laboratorio con animales experimentales. Para que las conclusiones
sean clínicamente útiles, los experimentos deben realizarse en seres humanos.
Por supuesto que este tipo de investigaciones, aunque se diseñen con el
máximo cuidado, entrañan riesgos para las personas y para nuestra sociedad.
Estas investigaciones se justifican no porque significan un beneficio para la
investigación o para la institución investigadora, sino más bien porque favorece
a las personas participantes por su posible contribución al conocimiento
humano, al alivio del sufrimiento o a la prolongación de la vida.
La iniciativa legal tiene por objeto establecer un marco jurídico para
garantizar la protección a la vida, la integridad física y psíquica de las
personas, su dignidad e identidad genética respecto de la investigación
científica.
Para lograr esos fines, como bien lo señaló el diputado informante hace
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DISCUSIÓN EN SALA
unos días, se regulan las siguientes materias: la investigación científica en
seres humanos, la exploración relativa del genoma humano, la prohibición de
la clonación humana y la creación de una Comisión Nacional de Bioética.
Parece razonable establecer normas básicas que regulen la investigación
científica en seres humanos, ya que con ello se pretende evitar que el
desarrollo de esta actividad atente contra la vida e integridad física de las
personas, especialmente de quienes están por nacer.
El proyecto en análisis se orienta en la dirección correcta, en la medida
que prohíbe una serie de procedimientos que degradan al hombre y ponen en
riesgo la integridad de su patrimonio genético. Entre estas prácticas se
encuentra la clonación de seres humanos, que constituye un grave atropello al
carácter individual, único e irremplazable de toda persona.
Las modificaciones introducidas por la Comisión de Salud al proyecto
contribuyen a su perfeccionamiento, resguardando aún más la investigación
científica en seres humanos y estableciendo una estructura organizacional
adecuada que lo garantiza.
La UDI, a través de sus diputados de la Comisión de Salud, señores
Patricio Melero y Marcelo Forni, han sido autores de una serie de
modificaciones al respecto. En ese sentido, son de particular importancia los
cambios introducidos al artículo 1°, que se refieren a la protección de la vida
desde la concepción. Con ello, se refuerza el amparo que, en la materia, otorga
nuestra Constitución y se genera un antecedente que puede ser usado en
contra de futuros proyectos de ley que persigan afectar la vida del que está por
nacer.
También parece positiva la eliminación de los comités ético-científicos
dependientes de la seremi de Salud, lo que concentrará en un solo órgano la
tarea de velar por que la investigación científica en humanos respete a la
persona y su dignidad.
Resultan adecuados los cambios introducidos respecto de la designación
de los miembros de la Comisión Nacional de Bioética, para lo cual se requerirá
el acuerdo del Senado. De esa forma, la comisión gozará de mayor autonomía
respecto de la autoridad pública, evitando así que la visión particular de la
autoridad de turno termine por imponerse sobre consideraciones netamente
éticas y morales. En todo caso, si se estima que esta comisión debe ser
eliminada del proyecto por no ejercer ninguna protestad pública y, por tanto,
carecer de fundamento jurídico para ser regulada por esta ley, parece
adecuado incluir, en reemplazo de la misma, una declaración de principios que
constituya un marco al cual deba someterse el órgano que en el futuro se
pueda crear para ejercer esta función.
Podrá haber un debate legítimo respecto de la concepción de un ser,
pero hoy estamos protegiendo a la sociedad, la estamos resguardando para
que nunca se intente aprobar proyectos de ley que pudiesen permitir la
clonación humana. Hemos visto cómo los países están desarrollando
legislaciones muy similares a la nuestra, precisamente para proteger la vida.
Como información general, reitero que el objetivo de la iniciativa es fijar
criterios para la investigación científica en seres humanos y, sobre todo,
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DISCUSIÓN EN SALA
respetar la vida humana desde el instante mismo de la concepción,
estableciendo salvaguardias para quienes investiguen, en el sentido de que el
límite está dado por la naturaleza humana. Hay que destacar que la
Constitución no concede, sino que reconoce los derechos esenciales de la
persona. Por ello, se explicita que tales investigaciones tendrán como límite el
respeto a los derechos y libertades esenciales que emanan de la naturaleza
humana así reconocidos por la Constitución Política de la República.
En atención a que la Carta Fundamental contempla dicha realidad, se
estableció, de manera categórica, que la investigación científica tendrá ese
límite: la esencia de la naturaleza humana reconocida por el texto
fundamental.
Siendo el conocimiento del genoma humano patrimonio de la humanidad,
no susceptible de ser patentado por nadie, la información genética que se
obtenga de exámenes o investigaciones científicas que se realicen deberá
encontrarse garantizada por el resguardo de la intimidad de la persona, a menos
que ésta preste su consentimiento o que medie una resolución judicial en casos
calificados. Esta materia se halla expresamente establecida. Además, la Comisión
agregó una sanción penal para el que violare la reserva de la información
genética, conservándola en su poder o poniéndola a disposición de terceros, sin el
conocimiento de la persona sometida a la investigación.
Finalmente, hay que señalar que el proyecto crea la mencionada
Comisión Nacional de Bioética, que estará integrada por cuatro académicos
designados por el Consejo de Rectores y que pertenezcan a las Facultades de
Medicina, de Derecho, de Ciencias y de Filosofía; tres personas designadas por
el Instituto de Chile, que pertenezcan a las Academias de Medicina, de Ciencias
y de Ciencias Sociales, Políticas y Morales; una persona designada por el
Senado y una designada por el Primer Mandatario, que presidirá esta instancia.
Reitero que nos sentimos complacidos de que esta iniciativa haya
llegado a la Cámara de Diputados, de haber hecho los aportes necesarios para
el mejoramiento de esta legislación en la Comisión de Salud y, finalmente, de
entender que, como país, nos colocamos a la vanguardia en estas materias,
resguardando la vida y la dignidad de las personas que nuestra propia
Constitución garantiza.
Por lo anterior, la bancada de la UDI votará favorablemente el proyecto.
He dicho.
El señor LEAL (Vicepresidente).- Tiene la palabra el diputado señor
Enrique Accorsi.
El señor ACCORSI.- Señor Presidente, realmente nos estamos poniendo
al día con una legislación que no tenemos. Hoy, en el país se puede hacer
investigación científica sólo en referencia a los acuerdos internacionales; no
hay ninguna ley que regule la fertilización asistida ni la clonación.
Los avances de la ciencia y la tecnología biomédica y su aplicación en la
práctica generan nuevos problemas éticos que preocupan grandemente a la
sociedad: se comienza con la elaboración de hipótesis, las que luego se
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someten a pruebas de laboratorio con animales experimentales. Para que las
conclusiones sean clínicamente útiles, los experimentos deben realizarse en
seres humanos.
La sociedad ha adoptado medidas para protegerse de los posibles
abusos. Esto se inició durante la Primera Guerra Mundial. Así surgió el Código
de Nürenberg. Después, la Asociación Médica Mundial hizo varias
declaraciones, como la de Ginebra o la de Helsinki, que han sido revisadas
hasta hace dos años.
En esta materia, la medicina avanza mucho más rápidamente que las
leyes. No me cabe duda de que, en un futuro cercano, podremos obtener
células troncales e información genética sin dañar a los embriones.
Una de las ideas matrices del proyecto es fijar el marco jurídico en esta
materia, teniendo como referencia el marco jurídico internacional, como la
Declaración Universal sobre Genoma Humano y Derechos Humanos, aprobada
por la Conferencia General de la Unesco en 1997.
El trabajo de la Comisión de Salud fue altamente positivo; sin embargo,
pedí votación separada en algunos artículos e hice algunas indicaciones a los
artículos 1° y 9°. Asimismo, pedí que se reordenara el articulado para hacer más
concisa la ley.
Me quiero referir con especial interés al artículo 1°, porque creo que no
debemos incorporar el tema de la concepción en el proyecto, ya que su
aprobación paralizará de manera clara y categórica toda la fertilización asistida
que se realiza hoy en el país.
Llamo a los parlamentarios a que seamos capaces de discutir el inicio de
la vida con un gran debate, en una ley especial, porque ése no fue el debate
que tuvimos en la Comisión, donde discutimos sobre la clonación y el genoma.
Esa indicación surgió de algunos señores diputados para introducir esta
materia. A mi juicio, deberíamos mantenerla tal como estaba en un principio,
en el sentido de que declaramos proteger la vida. No podemos poner un
adjetivo al inicio de la vida, porque no fue parte del debate habido en la Sala.
Advierto que, si aprobamos el artículo 1º del proyecto, van a terminar las
fertilizaciones in vitro y asistida en nuestro país y miles de parejas infértiles
quedarán sin tratamiento. Esta discusión se ha hecho en Italia, Francia y
Estados Unidos. Tal como nos pusimos de acuerdo, como sociedad chilena,
respecto del tema de la muerte, debemos ser capaces de poner en debate
cuándo se inicia la vida.
Como legisladores, debemos definir a partir de cuándo se desarrolla la
vida y se es persona o ser humano. Ese tema filosófico ha sido motivo de
controversia a nivel mundial, pero el Congreso no tiene por qué circunscribirse
a determinado principio filosófico, sino que debe legislar para todos los
chilenos.
Voy a apoyar el proyecto, pero he presentado las indicaciones
correspondientes para que vuelva a Comisión, pues aún tenemos una discusión
pendiente.
He dicho.
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DISCUSIÓN EN SALA
El señor LEAL (Vicepresidente).- Tiene la palabra el diputado señor
Patricio Melero.
El señor MELERO.- Señor Presidente, a pocos minutos de que la Cámara
de Diputados rinda homenaje a nuestras figuras olímpicas Nicolás Massú y
Fernando González, debo comunicarles la mala noticia de que con este
proyecto no podrán ser clonados y, por consiguiente, serán parte única de la
historia de nuestro país. Yo también quisiera que hubiese muchos Massú y
González en el futuro, pero ellos no deben ser el resultado de una copia
lograda por la manipulación genética, la cual, según se ha demostrado en el
mundo entero, tiene una serie de perjuicios. Quisiera que hubiese muchos
tenistas como Massú y González, pero con apellidos Pérez, Urrutia, Ortúzar o
cualquier otro y que surjan del mérito y esfuerzo personal y no de una
clonación terapéutica, lo que trae mucho daño a la especie humana. Ése es el
valor que debemos generar.
Con este proyecto se prohíbe la clonación con fines reproductivos,
porque va en sentido contrario a la naturaleza, a la esencia del ser humano, a
la diversidad, a la obra creadora de Dios y al libre patrimonio genético de las
personas que se unen y dan origen a un nuevo ser.
Al igual que la inmensa mayoría de la comunidad mundial, Chile hace
bien en protegerse de una investigación científica que el día de mañana
pudiera llevar a desnaturalizar el origen esencial, intrínseco y propio de la
naturaleza humana, la cual trasciende y va más allá de los valores religiosos y
morales, por cuanto tiene el sentido ético y filosófico de la esencia de la vida.
La legislación que hoy aprobamos -me alegro de que la Cámara de
Diputados la haya mejorado sustancialmente respecto del proyecto original
emanado del honorable Senado- busca regular un elemento fundamental, cual
es la investigación científica del genoma humano, por cuanto prohíbe la
clonación humana con fines reproductivos y regula la forma de llevarla
adelante.
Quienes me antecedieron en el uso de la palabra han profundizado sobre
el contenido de la misma. No es mi intención abundar sobre los objetivos que
se persiguen y en la necesidad de construir este marco regulatorio que ubicará
a Chile dentro de las naciones más avanzadas en esta materia.
Especialmente innovadora es la tarea de los comités que, a través de la
Comisión Nacional de Bioética, deberán resolver la conformación de los equipos
que regularán la investigación científica.
Sin perjuicio de redundar en los aspectos ya mencionados, quiero
hacerme cargo de lo que señala el artículo 1°: ”Esta ley tiene por finalidad
proteger la vida de los seres humanos, desde el momento de la concepción, su
integridad física y psíquica, así como su diversidad e identidad genética, en
relación con la investigación científica biomédica y sus aplicaciones clínicas”.
A mi juicio, cuando se señala que esta iniciativa protege la vida de los
seres humanos desde el momento de la concepción, no estamos innovando
respecto de algo que ya está claramente establecido en nuestra Constitución
Política, que defiende el derecho a la vida y a la integridad física y psíquica de
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la persona. Lo mismo sucede con el pacto de San José de Costa Rica, que
establece que la vida se respeta desde el momento de la concepción, desde
que un gameto femenino se une con otro masculino y se inicia la vida.
No estamos en una discusión menor. Estoy seguro de que en el mundo
hay diferentes posturas sobre este tema. Hay quienes señalan que la vida se
inicia a partir del séptimo día, cuando se implanta el huevo fecundado, el
embrión, en las paredes del útero; otros, en cambio, creen que la vida
comienza desde el momento del alumbramiento, desde el nacimiento del ser.
Sin embargo, basta ver la enorme cantidad de procesos de divisiones celulares
que forman parte de la vida desde el momento de la concepción, para darse
cuenta de que la vida comienza en ese mismo instante. No podría haber vida al
séptimo u octavo día, al tercer mes, o más adelante, si no se hubiera iniciado
un proceso vital desde el momento en que se unen los gametos masculino y
femenino. Esta no es una postura moralista ni propia de la religión católica o
de otra religión. Se encuentra en nuestro Código Civil, en la moral natural de
Andrés Bello y en el concepto mismo de la esencia natural de la vida, que este
Parlamento está llamado a proteger respecto de un tema específico: el ámbito
en que se puede desarrollar la investigación científica.
¿Estamos dispuestos a aprobar la investigación científica en embriones
fecundados, que impliquen extraer células totipotenciales y la destrucción de
esa vida que se ha iniciado?. Esa es la pregunta de fondo.
¿Queremos destruir una vida, por incipiente y pequeña que sea, como es
el embrión, en virtud de un fin terapéutico? Si el embrión es vida ¿se puede
destruir en aras de la investigación científica?. En mi opinión, la vida existe
desde el momento de la concepción hasta la muerte del ser. No se puede
proteger la vida sólo en algunas de sus fases. Para muchos, quizás, resulte
abstracto imaginarse que la vida se inicia cuando se une el espermatozoide con
el óvulo. Tal vez sea microscópico e imperceptible al ojo humano, pero ya
hemos visto el dramatismo que significa un aborto de un ser formado al tercer
o cuarto mes, y para qué decir en meses posteriores. Eso puede provocar la
repulsión y el asombro de muchos. Pero, en verdad en la esencia misma de la
vida, ya ese ser existe desde el momento en que se unieron esos dos cuerpos
individuales, el espermatozoide y el óvulo, para dar origen a la vida. La
capacidad de entender las cosas así es lo que nos permita regular, a través de
este proyecto, elementos fundamentales en cuanto al espacio en que se puede
llevar adelante la investigación científica.
De los destacados profesionales que expusieron la Comisión, ninguno, ni
de una ni de otra corriente, tuvo la capacidad de aseverar que hoy sea posible
extraer células troncales o totipotenciales desde el embrión sin que ello
implique su muerte, porque la ciencia aún no lo ha logrado. Si más adelante lo
logra, veremos. Pero me parece prematuro y riesgoso que hoy abramos una
puerta que mañana puede permitir acciones impredecibles que provoquen la
muerte de embriones.
Por eso, me parece bien que debatamos esta materia y que este
Parlamento y la sociedad en su conjunto se pronuncien, porque serán los
elementos regulatorios que nos permitirán llevar adelante adecuadamente la
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DISCUSIÓN EN SALA
investigación científica que el país y la humanidad necesitan.
He dicho.
El señor LEAL (Vicepresidente).- Tiene la palabra el diputado señor
Carlos Abel Jarpa.
El señor JARPA.- Señor Presidente, es muy importante recordar cuáles
son los objetivos perseguidos por los parlamentarios que presentaron esta
moción en el Senado. Como se indica en el informe, la iniciativa busca regular
la investigación científica en seres humanos, la exploración relativa al genoma
humano; prohibir la clonación humana y crear una Comisión Nacional de
Bioética. Me parece que la discusión no puede salirse de esos márgenes.
Sabemos y coincidimos en que es muy importante el debate que debe
realizarse respecto de los inicios de la vida humana, pero ello no se relaciona
con el proyecto en debate. En este sentido, coincido con lo que expresaron mis
colegas Alberto Robles y Enrique Accorsi en cuanto a que, con motivo de esta
iniciativa, no podemos entrar en una discusión tan importante y necesaria
como ésa, porque nos puede traer serias consecuencias respecto de lo que hoy
se está realizando en materia de investigación científica.
Sabemos que la investigación científica se desarrolla con mayor rapidez
que la legislación. De allí la necesidad de contar con una normativa como la
que propone la moción en debate. Con el diputado señor Robles hemos
presentado una serie de indicaciones al texto aprobado por la Comisión.
Sin embargo, lo más importante es aprobar el proyecto en general, pues
existe consenso en la necesidad de contar con una legislación que regule las
materias que señalé al comienzo de mi intervención, y que una vez aprobado
vuelva a la Comisión de Salud para que se discutan de nuevo dichos temas.
He dicho.
El señor LEAL (Vicepresidente).- Tiene la palabra el diputado señor
Darío Paya.
El señor PAYA.- Señor Presidente, tengo la impresión de que en el
marco de los principios en que se sustenta la posición de la Comisión, se ha
producido un vacío.
Aquí se ha señalado, con claridad, que la creación de la vida será
natural, no artificial. Por lo tanto, queda prohibida la clonación o crear vida
artificialmente. Ése es un punto de consenso. Con la misma claridad, y de
acuerdo con lo que indica la Constitución, que protege la vida, se prohíbe la
destrucción de embriones.
Pero, en la realidad práctica actual, hay un problema adicional para el
cual no veo solución clara en el proyecto. Me refiero a los embriones que ya
fueron destruidos para obtener células troncales. En países donde la vida no
está protegida como es debido existen verdaderos bancos de células troncales.
En Chile no se podrían haber obtenido, conforme a la ley, porque ha estado
siempre prohibida su destrucción. Si leemos el proyecto, encontraremos que
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hay un vacío. Decimos que no se puede clonar, que no se puede crear vida en
forma artificial y que no se pueden destruir embriones. Pero, ¿qué pasa si se
tiene acceso a una célula troncal? El Ministerio de Salud, la comunidad
científica, un hospital, podrían ser objeto de la donación de una célula troncal,
con la cual se podría -según lo que dice el proyecto- desarrollar la clonación,
terapéutica o no es otra discusión. Entiendo que el espíritu de la mayoría de
quienes plantearon la moción es excluir también esta posibilidad.
A mi juicio, ése es un vacío que hay en el proyecto. Por eso, presentaré
una indicación para subsanarlo.
He dicho.
El señor LEAL (Vicepresidente).- Tiene la palabra el diputado señor
Alejandro Navarro.
El señor NAVARRO.- Señor Presidente, la Comisión de Salud estudió este
proyecto en profundidad, escuchó a decenas de profesionales, médicos, filósofos,
cuyas opiniones tratan de vincular la biología con la filosofía, toda vez que las
definiciones esenciales sobre el principio de la vida no son sólo biológicas, sino
que también adquieren, necesariamente, un carácter filosófico o ideológico, según
desde el punto de vista que se las quiera ver.
Tal como ha dicho el diputado Accorsi, el debate se ha centrado en la
clonación, es decir, en la necesidad de prohibir la creación de un individuo
humano absolutamente igual a otro.
Aunque el debate sobre el principio de la vida es otro tema, cabe
preguntarse si la discusión de este proyecto amerita llevarlo a cabo ahora,
porque los autores del proyecto y quienes participan activamente en su estudio
tienen en la mente evitar la clonación. No han hecho ese debate filosófico, que,
además, no sólo requiere del pronunciamiento amplio de la comunidad, sino
que también de los especialistas en biotecnología o en materia de manipulación
genética. Tal materia requiere un debate de carácter nacional, que congregue
a la mayor cantidad de personas para que den a conocer sus planteamientos,
porque ésta es una imposición. Definir cuándo comienza la vida es, sin duda,
materia de un debate científico y filosófico.
Hace pocos días una jueza señaló que había resuelto toda la
contradicción y la discusión sobre el tema de la denominada “píldora del día
después” y mediante un fallo judicial determinó que la píldora era abortiva.
Todos dijimos que no era posible que un tribunal de la República, más aún, no
especializado, determinara que la píldora del día después era abortiva.
Según nuestra percepción, no es abortiva. Por eso hemos apoyado su
entrega en determinadas condiciones a las mujeres de familias pobres, a las
mujeres de ingresos mínimos y de sectores vulnerables, ya que las personas
de mayores recursos la compran masivamente en las farmacias de los sectores
altos de la capital.
Por ello he presentado una indicación al artículo 1° -respecto al
agregado, según lo expresado por el diputado Accorsi, miembro de la Comisión
de Salud- para suprimir la frase “desde el momento de la concepción”, lo que
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no va en contra de la idea matriz del proyecto y del objetivo en el que todos
concordamos, cual es impedir la clonación humana. Pienso que la eliminación
de dicha fase dará pie para iniciar un debate mucho más profundo.
Pero la definición del momento en que comienza la vida no ha sido
debatida en la Comisión ni tampoco en la Sala porque el proyecto dice relación
con la clonación.
También he formulado indicación al artículo 10, que en su parte final se
refiere a la destrucción de embriones humanos, al señalar que: “En ningún
caso podrán destruirse embriones humanos para obtener las células troncales
que den origen a dichos tejidos y órganos”. El diputado Paya algo ha insinuado
al respecto.
Pero el debate que debemos efectuar, y esto va de la mano con el
artículo 1° respecto de la concepción de la vida, es la destrucción de un
embrión humano o la muerte de una persona en su plenitud por no haber
podido obtener el tejido y órgano a partir de esa metodología.
Como no he participado en el debate es probable que me falte
información respecto de su desarrollo. Lo digo porque el diputado señor Melero
me está pidiendo una interrupción.
El informe manifiesta en su página 17 que “hubo consenso en que la
clonación humana reproductiva debe ser abolida, a contrario sensu, la
investigación y el desarrollo de células troncales deben ser incentivados y son
necesarios para el desarrollo de la medicina regenerativa”. ¡Perfecto, también
estamos de acuerdo! Porque desde el punto de vista del avance científico y
tecnológico, el desarrollo de células troncales es necesario e importante.
Si la obtención de células troncales acarrea la muerte o la destrucción
del embrión, hay que discutir no sólo científicamente si aquello es necesario.
Por eso he sugerido la eliminación del párrafo segundo a partir del punto
seguido. Es decir, dejar fuera del debate que en ningún caso podrán destruirse
embriones humanos y reemplazarlos en casos plenamente autorizados por el
mismo comité ético científico que corresponda. Si la destrucción de un embrión
permite salvar la vida de María Teresa Yánez, de 9 años, que padece del
hígado y del páncreas, quiero dejar definido a priori que en ningún caso, como
lo pretende establecer el artículo 10, es un exceso.
Por último, he presentado indicación al artículo 20. Dicha norma, que
pretende sancionar conductas que hemos estimado ilícitas en esta iniciativa,
expresa: “Todo aquel que desarrolle un proyecto de investigación científica
biomédica en seres humanos o en su genoma, sin previa autorización del
comité ético científico que corresponda -y escuchen esto, la Comisión nos
podrá explicar- será sancionado con multa de 10 a 20 unidades tributarias
mensuales”. La unidad tributaria mensual está en aproximadamente 30 mil
pesos, de manera que resulta ridículo sancionar el desarrollo irregular de
procesos investigativos millonarios con una multa de 10 ó 20 UTM, porque
todos conocemos los alcances económicos de la industria farmacéutica mundial
y la investigación científica ligada a la biogenética.
He presentado una indicación para que quien no cumpla ni acate las
disposiciones de esta ley sea suspendido del ejercicio profesional por tres años,
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DISCUSIÓN EN SALA
y en el caso de reincidencia se le prohíba el ejercicio profesional. No hay otro
elemento disuasivo, porque no parece adecuado que a quien investiga violando
la ley se le sancione con una multa de muy bajo monto. A mi juicio, a quien
comete una infracción ética y legal debe aplicársele una sanción ética y
judicial. Sin embargo, la única sanción que propone el artículo 20 es de
carácter judicial.
He dicho.
El señor LEAL (Vicepresidente).- Tiene la palabra el diputado señor
Darío Paya.
El señor PAYA.- Señor Presidente, salvo que no haya entendido nada de
lo que dijo el diputado Navarro, en su exposición observo una contradicción
curiosa.
Creí entender que estaba a favor de la investigación, porque manifestó
su reparo a la norma que interpreta como restrictiva a la posibilidad de
investigar en esta materia. Sin embargo, ante la posibilidad -que él ve como
riesgo- de que alguien gane dinero al hacerlo, plantea un alza de las multas.
Lo importante es que en el debate de este proyecto dejemos fuera la
lucha de clases, los temas de todos los días y abordemos con un mínimo de
coherencia una materia que es muy compleja y delicada.
No logro conciliar la postura del diputado señor Navarro. Por una parte,
quiere que se permita toda la investigación posible, pero, por otra, que se
aumenten las multas a quienes la efectúan.
He dicho.
El señor LEAL (Vicepresidente).- Tiene la palabra el diputado señor
Navarro.
El señor NAVARRO.- Señor Presidente, he planteado la eliminación de dos
elementos que posibilitan aumentar la investigación. Propongo el aumento de las
multas judiciales -las que sugiere el proyecto no son disuasivas-, y sanciones
éticas: la prohibición del ejercicio profesional a quien viole esta normativa.
He dicho.
El señor LEAL (Vicepresidente).- Queda pendiente el debate.
Se suspende la sesión.
-Se suspendió la sesión.
-Posteriormente, la Sala se pronunció sobre este asunto en los
siguientes términos:
El señor LEAL (Vicepresidente).- Se reanuda la sesión.
¿Habría acuerdo para votar en general el proyecto de ley que regula la
investigación científica en el ser humano, su genoma y prohíbe la clonación
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humana?
Acordado.
En votación.
-Efectuada la votación en forma económica, por el sistema electrónico, dio
el siguiente resultado: por la afirmativa, 47 votos. No hubo votos por la negativa
ni abstenciones.
El señor LEAL (Vicepresidente).- Aprobado.
-Votaron por la afirmativa los siguientes señores diputados:
Alvarado, Álvarez-Salamanca, Allende (doña Isabel), Araya, Ascencio,
Barros, Becker, Bertolino, Burgos, Bustos, Caraball (doña Eliana), Ceroni,
Cubillos (doña Marcela), Egaña, Espinoza, Forni, Galilea (don José Antonio),
García (don René Manuel), García-Huidobro, Jaramillo, Kuschel, Leal, Luksic,
Masferrer, Melero, Molina, Moreira, Muñoz (don Pedro), Muñoz (doña Adriana),
Navarro, Ojeda, Olivares, Ortiz, Pérez (don Ramón), Pérez (doña Lily),
Recondo, Riveros, Rojas, Saa (doña María Antonieta), Salas, Seguel, Tapia,
Ulloa, Uriarte, Urrutia, Varela y Villouta.
El señor LEAL (Vicepresidente).- Por haber sido objeto de indicaciones,
el proyecto vuelve a la Comisión de Salud para segundo informe.
-El proyecto fue objeto de las siguientes indicaciones:
Al artículo 1º
1. De los señores Accorsi y Palma, para reemplazar la oración “de los seres
humanos, desde el momento de la concepción”, por las palabras “las
personas”, y sustituir la frase final “sus aplicaciones clínicas”, por “las
aplicaciones que de ella deriven”.
2. De los señores Bustos, Jarpa y Robles, para sustituir los términos “los seres
humanos”, por “las personas”, y para eliminar la frase “desde el momento
de la concepción”.
3. Del señor Navarro, para suprimir las expresiones “desde el momento de la
concepción”.
Al artículo 2º
De los señores Bustos, Jarpa y Robles, para reemplazar la oración
“eugenésica, entendiéndose por tal cualquier especie de intervención sobre el
genoma cuyo propósito sea modificarlo hereditariamente”, por la siguiente:
“eugénica, entendiéndose por tal aquella que impide la reproducción de
aquellos individuos que se suponen poseedores de caracteres hereditarios
desfavorables”.
Al artículo 4º
De los señores Bustos, Jarpa y Robles, para sustituir las expresiones “un
ser humano”, por “una persona”.
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DISCUSIÓN EN SALA
Al Artículo 6º
1. De los señores Aguiló y Rossi, para reemplazar, en el inciso tercero la
locución, “si no existe certeza”, por la frase, “si no existiesen antecedentes
fundamentados”.
2. Del Ejecutivo, para reemplazar, en el inciso tercero la frase, “con fines
terapéuticos si no existe certeza de que sus beneficios serán mayores que sus
eventuales riesgos”, por la oración “biomédica si existen dudas razonables de
que sus riesgos son mayores que sus eventuales beneficios”.
3. Del Ejecutivo, para agregar el siguiente inciso cuarto, nuevo:
“Toda investigación científica biomédica deberá contar con la
autorización expresa del Director del Establecimiento dentro del cual se
efectúe, previo informe favorable del Comité Ético Científico que corresponda
según el Reglamento.”.
Al artículo 7º
1. De los señores Bustos, Jarpa y Robles, para sustituir, en el inciso primero,
las expresiones “un ser humano”, por “una persona”.
2. Del Ejecutivo, para eliminar en el inciso tercero, la frase “del centro o
establecimiento”.
Al artículo 9º
1. De los señores Bustos, Jarpa y Robles, para agregar, después del vocablo
“clonación”, el término “reproductiva”, y para sustituir las expresiones
“seres humanos” por “de las personas”.
2. De los señores Accorsi y Palma, para reemplazar las palabras “seres
humanos”, por “embriones humanos”.
Al artículo 10
1. De los señores Accorsi y Palma, para intercalar, entre las expresiones “fines”
y “terapéuticos”, los términos ”de diagnósticos”.
2. De los señores Bustos, Jarpa y Robles, para eliminar su segunda oración.
3. Del señor Navarro, para sustituir la frase “En ningún caso”, por la siguiente:
“Sólo con autorización del Comité Ético Científico que corresponda”.
Al artículo 12
De los señores Bustos, Jarpa y Robles, para reemplazar las palabras “un
ser humano”, por “una persona”.
Al artículo 15
1. Del Ejecutivo, para reemplazar el inciso tercero por el siguiente:
“La Comisión tendrá una Secretaría Ejecutiva que coordinará su
funcionamiento y cumplirá los acuerdos que aquélla adopte y estará
conformada por el personal que al efecto asigne el Ministerio de Salud.”.
2. De los señores Bustos, Jarpa y Robles, para intercalar el siguiente inciso
tercero, pasando el actual a ser cuarto:
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DISCUSIÓN EN SALA
“Cada miembro del Consejo Nacional de Bioética, percibirá una dieta
asimilada con el cargo del director de empresa pública.”.
Al artículo 17
De los señores Bustos, Jarpa y Robles, para sustituir, en el inciso primero,
las palabras “seres humanos” por “personas”, y para eliminar, en el mismo
inciso, la frase “o realice cualquier procedimiento eugenésico”.
Al artículo 20
1. De los señores Bustos, Jarpa y Robles, para reemplazar las expresiones
“seres humanos” por “personas”.
2. Del señor Navarro, para reemplazar, a continuación de los vocablos “será
sancionado”, la frase final “con multa de 10 a 20 unidades tributarias
mensuales”, por la siguiente oración: “con la suspensión por 3 años del
ejercicio profesional y con la prohibición absoluta en el territorio nacional en
caso de reincidencia”.
3. De los señores Bustos, Jarpa y Robles, para sustituir las expresiones “con
multa de 10 a 20 unidades tributarias mensuales”, por las siguientes: “con
multa de 40 a 60 unidades tributarias mensuales”.
Indicación general
De los señores Accorsi y Palma, para proponer el siguiente orden de los
artículos:
1,2,11,9,10,8,2,3,12,13,14,4,5,6, 15,16,17,18,19,20 y 21.
-o-
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SEGUNDO INFORME COMISIÓN SALUD
2.5. Segundo Informe Comisión de Salud.
Cámara de Diputados. Fecha 10 de diciembre, 2004. Cuenta en Sesión 34,
Legislatura 352.
SEGUNDO INFORME DE LA COMISION DE SALUD SOBRE EL PROYECTO DE LEY
QUE REGULA LA INVESTIGACIÓN CIENTÍFICA EN EL SER HUMANO, SU
GENOMA Y PROHÍBE LA CLONACION HUMANA.
Boletín N° 1993-11 (S).
HONORABLE CÁMARA:
Vuestra Comisión de Salud pasa a informaros
acerca del proyecto de ley del epígrafe, en segundo trámite constitucional y
segundo reglamentario, iniciado en una moción de los senadores señores RuizEsquide, don Mariano; Páez, don Sergio; Zaldívar, don Andrés y de los ex
senadores Díaz, don Nicolás, y Hamilton, don Juan.
I.-OBJETO.
La iniciativa legal tiene por objeto regular la
investigación científica en el ser humano, su genoma y prohibir la clonación
humana.
Durante la discusión general, se suscitó un
importante intercambio de opiniones, generado en las distintas concepciones
filosóficas que existen sobre el principio de la vida, como se señalara en forma
extensa en el primer informe, fruto de lo cual se presentaron indicaciones, que
en términos generales también dicen relación con aspectos valóricos como son
definir qué se entiende por persona, por concepción, eugenesia, clonación
reproductiva e intervención de células troncales, entre otras.
II.-CONSTANCIAS REGLAMENTARIAS.
De conformidad con el artículo 290 del Reglamento
de la Corporación, cabe consignar los siguientes aspectos:
1) Los artículos 3º, 5º, 8º, 11, 13, 14, 16, 18, 19
y 21 no fueron objeto de indicaciones, en consecuencia, deben declararse
reglamentariamente aprobados. Sin perjuicio de dejar constancia que el
ordenamiento numérico de la iniciativa legal fue modificado a fin de darle
mayor organicidad. Es así, como el artículo 5º pasó a ser 2º; el 2º pasó a
ser 3º; el 3º pasó a ser 4º; el 9º pasó a ser 5º; el 10 pasó a ser 6º; el
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SEGUNDO INFORME COMISIÓN SALUD
8º pasó a ser 7º; el 11 pasó a ser 8º; el 4º pasó a ser 9º; el 6º pasó a
ser 10; el 7º pasó a ser 11, y el resto mantuvo su ordenación
numérica.
2) El proyecto no contiene normas de rango de
ley orgánica constitucional ni de quórum calificado, criterio que
también sostuvo el Senado.
3)
No
existen
artículos
que
hayan
sido
suprimidos.
4) Los artículos 6º, que pasó a ser 10; 7º, que
pasó a ser 11; 10, que pasó a ser 6º; 15 y 20, fueron objeto de
modificaciones en su segundo trámite reglamentario.
5) No existen artículos nuevos.
6) No existen
conocidos por la Comisión de Hacienda.
artículos
que
deban
ser
7) Todo el articulado aprobado por el Senado
fue objeto de diversas modificaciones de acuerdo con el texto que se
propone en el Capítulo IV.
rechazadas
siguientes:
durante
8) Cabe dejar constancia que las indicaciones
el segundo trámite reglamentario son las
a) Al artículo 1º, de los Diputados señores Bustos,
Jarpa y Robles, para sustituir los términos “los seres humanos”, por “las
personas”, y para eliminar la frase “desde el momento de la concepción”.
b) Al artículo 1º, del Diputado señor Navarro, para
suprimir las expresiones “desde el momento de la concepción”.
c) Al artículo 2º, que pasó a ser 3º, de los
Diputados señores Bustos, Jarpa y Robles, para reemplazar la oración
“eugenésica, entendiéndose por tal cualquier especie de intervención sobre el
genoma cuyo propósito sea modificarlo hereditariamente”, por la siguiente:
“eugénica, entendiéndose por tal aquella que impide la reproducción de
aquellos individuos que se suponen poseedores de caracteres hereditarios
desfavorables”.
d) Al artículo 4º, que pasó a ser 9º, de los
Diputados señores Bustos, Jarpa y Robles, para sustituir las expresiones “un
ser humano”, por “una persona”.
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SEGUNDO INFORME COMISIÓN SALUD
e) Al artículo 7º, que pasó a ser 11, de los
Diputados señores Bustos, Jarpa y Robles, para sustituir, en el inciso
primero, las expresiones “un ser humano”, por “una persona”.
f) Al artículo 9º, que pasó a ser 5º, de los Diputados
señores Bustos, Jarpa y Robles, para agregar, después del vocablo
“clonación”, el término “reproductiva”, y para sustituir las expresiones “seres
humanos” por “de las personas”.
g) Al artículo 9º, que pasó a ser 5º, de los
Diputados señores Accorsi y Palma, para reemplazar las palabras “seres
humanos”, por “embriones humanos”.
h) Al artículo 10, que pasó a ser 6º, de los
Diputados señores Bustos, Jarpa y Robles, para eliminar su segunda
oración.
i) Al artículo 10, que pasó a ser 6º, del Diputado
señor Navarro, para sustituir la frase “En ningún caso”, por la siguiente: “Sólo
con autorización del Comité Ético Científico que corresponda”.
j) Al artículo 12, de los Diputados señores Bustos,
Jarpa y Robles, para reemplazar las palabras “un ser humano”, por “una
persona”.
k) Al artículo 17, de los Diputados señores Bustos,
Jarpa y Robles, para sustituir, en el inciso primero, las palabras “seres
humanos” por “personas”, y para eliminar, en el mismo inciso, la frase “o
realice cualquier procedimiento eugenésico”.
l) Al artículo 20, de los Diputados señores Bustos,
Jarpa y Robles, para reemplazar las expresiones “seres humanos” por
“personas”.
III.-DISCUSIÓN PARTICULAR.
Durante la discusión particular concurrieron a la
Comisión los representantes del Ministerio de Salud señores Sebastián
Pavlovic, Eduardo Díaz y Rodrigo Salinas.
INDICACIONES AL ARTÍCULO 1º
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1.- De los Diputados señores Accorsi y Palma,
para reemplazar la oración “de los seres humanos, desde el momento de la
concepción”, por las palabras “las personas”, y sustituir la frase final “sus
aplicaciones clínicas”, por “las aplicaciones que de ella deriven”.
Esta indicación fue retirada por sus autores, en
consideración a que la modificación que sigue a continuación contempla la
misma idea de una manera más amplia.
2.- De los Diputados señores Bustos, Jarpa y
Robles, para sustituir los términos “los seres humanos”, por “las personas”, y
para eliminar la frase “desde el momento de la concepción”.
El Diputado señor Accorsi señaló que la definición
de “ser humano desde el momento de la concepción” obedece a un concepto
filosófico moral sustentado exclusivamente por la religión católica, en
consecuencia, no corresponde que en una ley se suscriban conceptos morales
particulares y se excluyan otros. No parecería prudente circunscribirse a
conceptos morales generales aplicables a todos los individuos.
Desde el mismo punto de vista, recalcó que si la
idea era discutir desde cuando se inicia la vida, esto debería hacerse en otro
proyecto de ley distinto.
Asimismo, fue partidario de circunscribir el proyecto
a una sola tipología, es decir, a “personas”, sin mezclar otras definiciones o
sinónimos, como pudiera ser “seres humanos”.
A su vez, el Diputado señor Robles, manifestó que
la indicación presentada perseguía dos objetivos. El primero, relacionado con la
normativa jurídica vigente, en que quienes son objeto de regulación legal son
las personas, y por lo tanto, son ellas quienes deben ser reguladas por el
proyecto en análisis. En consecuencia, el término correcto a usar es el de
personas, puesto que todo el ordenamiento jurídico está cimentado sobre ese
concepto. Así, por ejemplo, la Carta Fundamental, en el Capítulo III, “De los
derechos y deberes constitucionales”, establece en el encabezado de su
artículo 19, que ”La Constitución asegura a todas las personas” los derechos
que allí enumera.
Asimismo, el Diputado señor Forni, recordó que el
artículo 1º de la Constitución Política establece que “Las personas nacen libres
e iguales en dignidad y derechos”, es decir, se entiende que la protección a las
personas se inicia con el nacimiento. A contrario sensu, no podría entenderse
que esta protección comprende al no nacido.
El Diputado señor Robles insistió en la necesidad
de reemplazar los términos “seres humanos” por “las personas”, de manera de
guardar correlación con todo nuestro ordenamiento jurídico, en que se utiliza el
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SEGUNDO INFORME COMISIÓN SALUD
vocablo “personas”. Así por ejemplo, el Código Civil, en sus artículos 25 y 55,
se refiere al término “personas”, e incluso, en su artículo 75, señala que “La
ley protege la vida del que está por nacer”, al brindarle protección a la criatura
nonata, lo que, en su opinión, reafirma la idea de que la utilización de la
expresión “seres humanos” no se condeciría con el resto de la legislación
nacional.
Agregó que el incluir el término “seres humanos”
significaría introducir un nuevo concepto en nuestra legislación, para lo cual se
requeriría efectuar las correspondientes adecuaciones legales, porque de lo
contrario esta materia quedaría sujeta a interpretación.
El segundo objetivo dice relación con la finalidad
inicial de los autores de la moción, en cuanto el artículo 1º aprobado por el
Senado protege la vida, la integridad física y síquica de las personas,
otorgándole un marco muy general a esta protección, sin definir desde cuando
comienza la vida, puesto que se trata de una materia muy compleja, donde no
existe unanimidad de criterios y que no guarda relación con el objetivo último
del proyecto.
A vía ejemplar, citó el Pacto de San José de Costa
Rica, donde se establece el derecho al respecto de la vida, en general, desde
el momento de la concepción.
El Diputado señor Melero, discrepó en torno a la
apreciación de que el tema en estudio fuera de tipo religioso, sino que por el
contrario, se trataría de un problema de moral natural intrínseca y propia del
ser humano, en los términos en que lo consigna el ordenamiento jurídico
chileno, tal como se concibe en la Constitución Política, el Código Civil y en
general en otras normas.
En segundo lugar, en cuanto a lo sostenido por el
Diputado señor Robles respecto a que toda la legislación está establecida en
cuanto a las personas, hizo hincapié en las disposiciones que al efecto contiene
el Código Civil, como el artículo 55, que establece que “Son personas todos los
individuos de la especie humana, cualquiera sea su edad, sexo, estirpe o
condición. Divídense en chilenos y extranjeros”.
De acuerdo con su criterio, el proyecto en
cuestión lo que persigue es legislar, precisamente para los que no son
personas, es decir, se trata de un tema que es anterior a su existencia
legal, que es precisamente la clonación.
A su juicio, los argumentos esgrimidos en torno
a que la legislación se refiere solamente a las personas, impedirían legislar
sobre las materias que aborda el proyecto en cuestión y de esta manera no
se podría sancionar el delito de aborto, en cuanto se protege un ser con
anterioridad a su condición de persona.
El Diputado señor Bayo, recordó los argumentos
esgrimidos durante el primer trámite reglamentario, en torno al artículo 1º,
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donde se protege la vida de los seres humanos, en cuanto a que uno de los
principales escollos ha sido determinar el momento en que se inicia la vida,
para lo cual se dieron diversas opiniones, sin que se llegase a una posición
uniforme en torno a esta materia.
Si la finalidad de la indicación es proteger la vida
de los seres humanos, al tenor de las observaciones formuladas, se debe
tener presente que el derecho a la vida tiene rango constitucional y que
ambas indicaciones no tocan la palabra “vida”, puesto que se legisla hacia
delante.
Se mostró partidario de la teoría de que la vida
se inicia con la concepción, por una razón básica, que tiene que ver con que
el producto de la concepción es totipotencial. Por este motivo, si se tiene un
ovúlo recién fecundado y se lo instala en un ambiente propicio, podría llegar
a transformarse en persona.
Por esa razón, algunos sostienen que la vida se
inicia en el momento de la concepción, porque el producto de esa
concepción está rodeado de totipotencialidad y no requiere de la
intervención de terceros, sino solamente de contar con el ambiente y
condiciones propicias, similares a las que le proporcionaría la madre.
El Diputado señor Rossi, reiteró la necesidad de
clarificar cual era el sujeto objeto de protección o de preocupación que
motiva el proyecto de ley, en cuanto a que el artículo 1º protege la vida, en
circunstancias de que no se sabe con certeza qué se entiende por vida. Si la
finalidad es proteger la vida de los seres humanos, no parece del todo
coherente proteger este bien jurídico si no existe claridad con respecto a
que debe endenterse por este concepto.
En razón de lo expuesto, y de la complejidad de
la materia, estimó necesario sentar como precedente lo que se entiende por
seres humanos. Desde otro ángulo, recordó lo que había sido la discusión
en relación con la muerte cerebral, donde resulta muy difícil determinar el
momento exacto en que ésta ocurre, motivo por el cual se establecieron
ciertos criterios para poder determinar la muerte de un individuo.
Cerrado el debate y puesta en votación la
indicación de los Diputados señores Bustos, Jarpa y Robles, fue
rechazada por 3 votos a favor, 6 en contra y 1 abstención.
3.- Del Diputado señor Navarro, para suprimir las
expresiones “desde el momento de la concepción”.
Sin discusión y puesta en votación, fue rechazada
por 3 votos a favor y 9 en contra.
INDICACIÓN AL ARTÍCULO 2º.
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Indicación al artículo 2º, de los Diputados señores
Bustos, Jarpa y Robles, para reemplazar la oración “eugenésica,
entendiéndose por tal cualquier especie de intervención sobre el genoma cuyo
propósito sea modificarlo hereditariamente”, por la siguiente: “eugénica,
entendiéndose por tal aquella que impide la reproducción de aquellos
individuos que se suponen poseedores de caracteres hereditarios
desfavorables”.
El Diputado señor Robles manifestó que la
indicación buscaba clarificar el sentido de esta frase, explicitando que lo que se
quería prohibir eran las consecuencias desfavorables de la intervención en los
genes, ya que existían algunas prácticas que podrían arrojar resultados
positivos, como era la eliminación de características genéticas precursoras de
algunas enfermedades, como la diabetes y otras, de manera de posibilitar la
aplicación de nuevas tecnologías.
A su vez, el Diputado señor Forni expresó que se
estaba repitiendo una discusión que ya se había sostenido en el primer
trámite, donde expresamente se trajo a colación el significado de la palabra
“eugenésica”, de acuerdo al significado consignado en el Diccionario de la Real
Academia Española, en cuanto se refiere a ingeniería genética.
En torno a este concepto, fue partidario de
mantener la redacción del artículo 2º, sin perjuicio de que la norma pudiese
ser modificada en el futuro de acuerdo con las innovaciones científicas que
pudieran implementarse, por cuanto estimó peligroso ampliar el sentido,
argumentando para ello que bien pudiera presentarse algún grado de
discriminación al utilizarse esta ingeniería genética.
El Diputado señor Ojeda se manifestó contrario a la
indicación, en base a que según su criterio estas prácticas eugenésicas atentan
contra los principios inspiradores de la Carta Fundamental, como el derecho a
la vida, por cuanto la redacción de la indicación podría originar que se entre en
el terreno de las especulaciones.
Puesta en votación, fue rechazada por 3 votos
a favor, 8 en contra y 1 abstención.
INDICACIÓN AL ARTÍCULO 4º
De los Diputados señores Bustos, Jarpa y Robles,
para sustituir las expresiones “un ser humano”, por “una persona”.
El Diputado señor Robles hizo hincapié en
consignar los fundamentos de esta indicación, debido a la importancia que
representa la historia de la ley para su interpretación posterior, dada la
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complejidad de la materia, en los mismos términos ya consignados con ocasión
de la discusión de las indicaciones presentadas al artículo 1º.
Puesta en votación, fue rechazada por 3 votos
a favor, 8 en contra y 1 abstención.
INDICACIONES AL ARTÍCULO 6º
1.- De los Diputados señores Aguiló y Rossi, para
reemplazar, en el inciso tercero la locución, “si no existe certeza”, por la frase,
“si no existiesen antecedentes fundamentados”.
El Diputado señor Rossi argumentó que esta
indicación tiene por objeto aclarar que en medicina no existe certeza, y por lo
tanto, siempre se evalúa si la posibilidad de obtener beneficios es mayor que
los riesgos.
Sobre el particular, se trajo a colación el
significado de la palabra “certeza” entendiéndose por tal: “el conocimiento
seguro y claro de una cosa”, lo que no implica que esto deba ser cierto.
El Diputado señor Melero, argumentó que con la
frase “si no existen antecedentes fundamentados” puede ocurrir que en la
especie se trate de una investigación nueva, en que no hayan
antecedentes, ni historia, ni fundamento alguno, razón por la cual la certeza
no existiría y en ese evento no podrían probarse los beneficios que ello
reportaría, con lo que se inhibiría la investigación al no existir certeza.
En virtud de los argumentos esgrimidos, se
procedió a retirar la indicación.
2.- Del Ejecutivo, para reemplazar, en el inciso
tercero la frase, “con fines terapéuticos si no existe certeza de que sus
beneficios serán mayores que sus eventuales riesgos”, por la oración
“biomédica si existen dudas razonables de que sus riesgos son
mayores que sus eventuales beneficios”.
El Diputado señor Rossi, señaló que esta nueva
indicación era más precisa y completa.
Puesta
unanimidad de 9 votos a favor.
cuarto, nuevo:
en
votación,
fue
aprobada
por
la
3.- Del Ejecutivo, para agregar el siguiente inciso
“Toda investigación científica biomédica deberá
contar con la autorización expresa del Director del Establecimiento dentro del
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SEGUNDO INFORME COMISIÓN SALUD
cual se efectúe, previo informe favorable del Comité Ético Científico que
corresponda según el Reglamento.”.
El señor Pavlovic, expresó que esta indicación
tiene por finalidad dar coherencia al proyecto en relación con otros artículos del
mismo. En este sentido, precisó que uno de los objetivos de la iniciativa legal
es regular la investigación en seres humanos, pero que dentro del transcurso
de la discusión se trataron otros temas como la investigación en embriones y la
determinación del momento en que se inicia la vida, con lo que el objetivo
central varió.
El Ejecutivo estimó necesario retomar el eje central,
esto es, el tema de la investigación en seres humanos, motivo por el cual
consideró necesario clarificar ciertos aspectos a fin de evitar confusiones
respecto de la competencia del Comité Ético Ciéntifico que cada
establecimiento puede tener, con respecto a la tutela necesaria para la
investigación científica que se desarrolla en Chile. En este sentido, puede
ocurrir que los Comités Ético Científicos tengan intereses, como por ejemplo, la
situación que podría darse en un establecimiento, ya sea público o privado, en
que el propio Comité Ético Científico de dicho establecimiento sea quien
informe favorablemente los Protocolos de Investigación que se van a llevar a
cabo en dicho establecimiento, puesto que esto conlleva normalmente la
asignación de recursos y no se daría la necesaria independencia que se
requiere para un adecuado informe de éstos.
En razón de que durante la tramitación del proyecto
se desestimó la idea de conformar Comités Ético Científicos en todas las
regiones del país, que tuvieran como función informar los Protocolos de
Investigación, se hace necesario establecer algún tipo de tutela que no
dependa de estos intereses. En suma, esta iniciativa persigue armonizar el
texto con el resto del articulado, teniendo presente que existirán Comités
Científicos, cuyas funciones se establecerán en un reglamento que deberá
dictar el Ministerio de Salud, donde se consignarán las incompatibilidades y se
establecerá el procedimiento.
El señor Salinas, clarificó que el desarrollo de la
investigación científica en los establecimientos implica la inversión de recursos,
tanto de tiempo, de medicamentos, de atención, etc., de manera que la
justificación de que una investigación sea razonable al interior de un
establecimiento, cualquiera que éste sea, debe tomar en cuenta, no sólo la
pertinencia científica y ética, sino además la concordancia con la
administración de los recursos que debe existir al interior del establecimiento,
asunto sobre el cual sólo el director podrá estar en condiciones de evaluar si la
investigación es ética y pertinente, y si además, forma parte del plan general
de utilización de recursos que tiene un determinado establecimiento. Por este
motivo, dejar fuera de este tipo de decisiones a la administración de un
establecimiento puede resultar inadecuado.
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SEGUNDO INFORME COMISIÓN SALUD
La existencia de los Comités Éticos Científicos se
establece en el decreto supremo Nº 42 del Ministerio de Salud, del año 1986,
que norma su establecimiento en todos los servicios de salud, es decir,
originalmente 29 a través de todo el país, pero que en la actualidad y de
acuerdo a los preceptos de la ley de autoridad sanitaria, Nº 19.937, esta
facultad se traspasaría a las secretarías regionales ministeriales, reduciéndose
a 13 en todo el país.
De acuerdo con lo que plantea el proyecto sobre los
Comités Ético Científicos, al dejar entregada esta materia a un reglamento,
bien pudieran establecerse otros de naturaleza diferente.
El Diputado señor Forni, planteó que con esto
podría interpretarse de que se crearían comités de carácter regional, que era
una idea que se había desechado claramente por parte de los miembros de la
Comisión, por no existir personal idóneo en todas las regiones.
Frente a esta duda, el señor Salinas afirmó que con
la redacción, quedaría la potencialidad de que efectivamente a futuro existan
Comités Ético Científicos en todas las regiones del país, lo que deberá ser
confrontado con la existencia real de profesionales que cuenten con la
suficiente preparación, situación que se irá perfeccionando a futuro.
El Diputado señor Accorsi, acotó que en definitiva
será el Consejo Nacional de Bioética quien tendrá a su cargo la función de
acreditación, en la medida en que se den las condiciones requeridas, pues será
quien determinará la normativa tendiente a regular las acreditaciones.
Puesta en votación, fue aprobada por 7 votos a
favor, 3 en contra y 1 abstención.
INDICACIONES AL ARTÍCULO 7º
1.- De los Diputados señores Bustos, Jarpa y
Robles, para sustituir, en el inciso primero, las expresiones “un ser humano”,
por “una persona”.
Por las mismas razones ya esgrimidas con ocasión
de la discusión del artículo 1º, fue rechazada por 3 votos a favor, 8 en
contra y 1 abstención.
2.- Del Ejecutivo, para eliminar en el inciso
tercero, la frase “del centro o establecimiento”.
Sobre el particular, se precisó que la indicación del
Ejecutivo debía entederse efectuada al inciso quinto y no al tercero como se
indica.
Al respecto, el señor Salinas, precisó que el sentido
de ella, era el mismo que se señaló en el artículo 3º, esto es, que la devolución
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SEGUNDO INFORME COMISIÓN SALUD
de la responsabilidad ético científica hacia la población debe ser en forma
paulatina, de manera tal, de que en última instancia llegue a cada centro o
establecimiento. La tendencia inicial, debido al escaso número de profesionales
con este tipo de formación, será que sea lo más centralizada posible, mientras
no se cuente con la suficiente dotación de profesionales en regiones.
Puesta en votación, fue aprobada por 6 votos a
favor, ninguno en contra y 4 abstenciones.
INDICACIONES AL ARTÍCULO 9º
1.- De los Diputados señores Bustos, Jarpa y
Robles, para agregar, después del vocablo “clonación”, el término
“reproductiva”, y para sustituir las expresiones “seres humanos” por “de las
personas”.
En relación con esta materia, el Diputado señor
Robles, clarificó que el concepto de clonación, propiamente tal, implica la
producción intencionada de individuos, persiguiéndose la formación de un
embrión humano mediante la multiplicación intencionada de células. La acción,
desde un punto de vista científico, no solamente tiene que ver con la clonación
de seres humanos, sino también con la clonación de tejidos y reproducción de
células. Por lo tanto, al hablar de reproducción, lo que efectivamente se
produce es un embrión humano in vitro, sobre el cual se actúa para luego ser
implantado en un útero o ambiente donde pueda crecer, desarrollarse y
convertirse en un ser humano idéntico a otro, que es lo que se quiere impedir
y que se denomina clonación reproductiva.
En cuanto al otro tipo de clonación, es decir, la
clonación de células a que se refiere el artículo 10, en tanto cultivo de tejidos,
sostuvo que desde el punto de vista científico, y de acuerdo con los
antecedentes recopilados, se desprende que el cultivo de tejidos es distinto a
la clonación de tejidos, por cuanto ésta tiene que ver con mantener la
identidad genética del tejido, y por lo tanto el impedir la clonación de seres
humanos de cualquier tipo, va ser un impedimento para realizar este tipo de
clonación, lo que de acuerdo con su parecer, sí resulta importante, porque en
el futuro lo más probable es que, por ejemplo, en vez de hacer transplantes de
piel de una zona u otra del organismo bastará con sacar una célula, y clonarla,
que es el término correcto a utilizar. Por ese motivo, estimó fundamental tener
claridad con respecto a lo que significa clonar, puesto que no necesariamente
debe ser estimada como negativa, puesto que la que presenta este carácter es
la clonación reproductiva. En este sentido, se manifestó conteste con
establecer la prohibición de la clonación reproductiva en seres humanos.
El Diputado señor Rossi, recordó lo señalado por el
doctor Zegers, quien manifestó que la clonación era la copia idéntica o casi
idéntica de un ser humano y que lo otro era reproducción de tejidos.
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SEGUNDO INFORME COMISIÓN SALUD
El Diputado señor Bayo, a su vez, recalcó que la
prensa se refiere siempre a la prohibición de clonar seres humanos en forma
expresa, como dan cuenta noticias aparecidas recientemente.
Asimismo, el Diputado señor Accorsi, trajo a
colación casos de legislación comparada, donde se utiliza clonación humana y
no clonación de tejidos o reproductiva.
El Diputado señor
necesario tener una perspectiva futurista y
clonaciones no reproductivas con el fin de ser
órganos, a través del conocimiento que se pueda
Girardi sostuvo que era
pensar que podrán existir
utilizados en transplantes de
obtener del genoma humano.
A su vez, el Diputado señor Rossi, recordó que la
clonación humana reproductiva genera embriones a partir de un genoma ya
existente, destinado a producir personas. A su vez, el objetivo terapéutico
utiliza el mismo mecanismo; la diferencia es que se saca la célula troncal del
embrión. Desde este punto de vista, concluyó que lo terapéutico no tiene que
ver con el mecanismo de clonación, que es uno sólo, sino que con la
generación de un embrión destinado a transformarse en una persona, mientras
que en el otro caso, se está sacando una célula troncal del mismo embrión
para obtener un beneficio determinado, luego de lo cual se desecha el
embrión.
En base a lo anterior, el Diputado señor Robles
insistió en la importancia del significado de clonación.
Puesta en votación, fue rechazada por 2 votos
a favor, 9 en contra y 1 abstención.
2.- De los Diputados señores Accorsi y Palma,
para reemplazar las palabras “seres humanos”, por “embriones humanos”.
El Diputado señor Accorsi, precisó que el
fundamento era determinar dónde se va a efectuar la clonación, porque no se
está utilizando la tecnología para emplear seres humanos en este
procedimiento, porque lo que se emplea son embriones humanos y de ahí la
necesidad de clarificar los términos empleados mediante la indicación, puesto
que lo que se prohíbe es la clonación de embriones humanos.
El Diputado señor Melero, aclaró que lo que el
artículo perseguía en definitiva es prohibir el resultado último de la clonación,
que es el ser humano, y no el origen de la acción de manipulación molecular
para generar este objetivo, de manera tal de que lo que se está prohibiendo es
la clonación de seres humanos como resultado final de la acción.
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Puesta en votación, fue rechazada por 1 voto a
favor, 8 en contra y 2 abstenciones.
INDICACIONES AL ARTÍCULO 10
1.- De los Diputados señores Accorsi y Palma,
para intercalar, entre las expresiones “fines” y “terapéuticos”, los términos ”de
diagnósticos”.
El Diputado señor Accorsi, señaló que referirse a
fines terapéuticos resulta muy amplio, mientras que hablar de diagnóstico
resulta más acotado porque abarca un universo determinado. Por ejemplo,
frente a un diagnóstico, de cáncer o cualquier otra alteración genética, que
pueda producir una malformación, se tiene el diagnóstico y frente a ello, se
puede producir el cultivo de tejidos, lo que está permitido.
En la actualidad se pueden hacer cultivos de células
pancreáticas y hepáticas. La idea es hacer el diagnóstico con el fin de aplicar la
ingeniería genética para implantar, por ejemplo, células neuronales en el caso
del Parkinson.
Puesta en votación, fue aprobada por 9 votos a
favor, ninguno en contra y 3 abstenciones.
2.- De los Diputados señores Bustos, Jarpa y
Robles, para eliminar su segunda oración.
El Diputado señor Robles explicó que hoy en día
existen embriones y seres humanos que se están obteniendo como producto
de la fertilización in vitro, en que muchas mujeres están empleando este
sistema, donde se pueden guardar embriones para segundas opciones, en caso
de ser necesario que se repita el procedimiento. De aquí que cuando el proceso
inicial es exitoso restan embriones que pueden ser utilizados en otro tipo de
investigaciones. Según su parecer, con la redacción del artículo 1º, la
fertilización in vitro no sería posible de realizar en Chile.
Puesta en votación, fue rechazada por 1 voto a
favor, 8 en contra y 2 abstenciones.
3.- Del Diputado señor Navarro, para sustituir la
frase “En ningún caso”, por la siguiente: “Sólo con autorización del Comité
Ético Científico que corresponda”.
favor y 9 en contra.
Puesta en votación, fue rechazada por 1 voto a
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SEGUNDO INFORME COMISIÓN SALUD
INDICACIÓN AL ARTÍCULO 12
De los Diputados señores Bustos, Jarpa y Robles,
para reemplazar las palabras “un ser humano”, por “una persona”.
favor y 9 en contra.
Puesta en votación, fue rechazada por 1 voto a
INDICACIONES AL ARTÍCULO 15
1.- De los Diputados señores Bustos, Jarpa y
Robles, para intercalar el siguiente inciso tercero, pasando el actual a ser
cuarto:
“Cada miembro del Consejo Nacional de Bioética,
percibirá una dieta asimilada con el cargo del director de empresa pública.”.
Esta indicación fue declarada inadmisible, al
tenor de lo dispuesto por el artículo 62, Nº 2 de la Constitución Política de la
República.
2.- Del Ejecutivo, para reemplazar el inciso tercero
por el siguiente:
“La Comisión tendrá una Secretaría Ejecutiva que
coordinará su funcionamiento y cumplirá los acuerdos que aquélla adopte y
estará conformada por el personal que al efecto asigne el Ministerio de Salud.”.
El señor Salinas, manifestó que esta indicación se
originaba en una situación coyuntural, puesto que al analizarla se concluyó que
se trataba de una materia de iniciativa exclusiva del Ejecutivo, motivo por el
cual fue patrocinada.
Puesta en votación, fue aprobada por 8 votos a
favor y 4 abstenciones.
INDICACIÓN AL ARTÍCULO 17
De los Diputados señores Bustos, Jarpa y Robles,
para sustituir, en el inciso primero, las palabras “seres humanos” por
“personas”, y para eliminar, en el mismo inciso, la frase “o realice cualquier
procedimiento eugenésico”.
El Diputado señor Robles, insistió en los
argumentos ya esgrimidos en torno a que no todos los procedimientos
eugenésicos son negativos.
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Puesta en votación, fue rechazada por 1 voto a
favor y 9 en contra.
INDICACIONES AL ARTÍCULO 20
1.- De los Diputados señores Bustos, Jarpa y
Robles, para reemplazar las expresiones “seres humanos” por “personas”.
Puesta en votación, fue rechazada por 1 voto a
favor y 9 en contra.
2.-Del Diputado señor Navarro, para reemplazar, a
continuación de los vocablos “será sancionado”, la frase final “con multa de 10
a 20 unidades tributarias mensuales”, por la siguiente oración: “con la
suspensión por 3 años del ejercicio profesional y con la prohibición absoluta en
el territorio nacional en caso de reincidencia”.
Dada la gravedad de la infracción, se estimó
adecuado aumentar la sanción.
Puesta en votación, fue aprobada por la
unanimidad de 11 votos a favor.
3.-De los Diputados señores Bustos, Jarpa y
Robles, para sustituir las expresiones “con multa de 10 a 20 unidades
tributarias mensuales”, por las siguientes: “con multa de 40 a 60 unidades
tributarias mensuales”.
Esta
retirada por sus autores.
indicación
se
estimó
incompatible
y
fue
INDICACIÓN DE CARÁCTER GENERAL
1.- De los Diputados señores Palma y Accorsi,
para dar un nuevo ordenamiento al articulado, de la siguiente manera:
17, 18, 19, 20 y 21.”
“1, 2, 11, 9, 10, 8, 3, 12, 13, 14, 4, 5, 6, 15, 16,
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SEGUNDO INFORME COMISIÓN SALUD
Posteriormente, la Comisión acordó por unanimidad facultar a los Diputados
señores Accorsi y Forni para modificar el ordenamiento en los siguientes
términos:
“1, 5, 2, 3, 9, 10, 8, 11, 4, 6, 7, 12, 13, 14, 15, 16,
17, 18, 19, 20 y 21.”
IV.- MODIFICACIONES INTRODUCIDAS AL TEXTO APROBADO POR EL SENADO.
La Comisión introdujo algunas modificaciones al
texto aprobado por el Senado, las que se detallan a continuación:
Al Artículo 1º: Para reemplazar el texto de este
artículo por el siguiente:
“Esta ley tiene por finalidad proteger la vida de los
seres humanos, desde el momento de la concepción, su integridad física y
psíquica, así como su diversidad e identidad genética, en relación con la
investigación científica biomédica y sus aplicaciones clínicas.”
Al artículo 2º: Para eliminarlo.
Al artículo 3º: Para reemplazar su texto por el
siguiente:
“Prohíbese toda práctica eugenésica, entendiéndose
por tal cualquier especie de intervención sobre el genoma cuyo propósito sea
modificarlo hereditariamente.”
Al artículo 4º: Para agregar un inciso segundo del
siguiente tenor: “En consecuencia, los resultados de exámenes genéticos y
análisis predictivos de la misma naturaleza no podrán ser utilizados con ese
fin”.
Al artículo 5º (que ha pasado a ser 9º): Para
sustituirlo por el siguiente:
“Sólo se podrá investigar y determinar la identidad
genética de un ser humano si se cuenta con su consentimiento previo e
informado o, en su defecto, el de aquel que deba suplir su voluntad en
conformidad a la ley. Lo anterior es sin perjuicio de la facultad de los tribunales
de justicia, en la forma y en los casos establecidos en la ley.”
Al artículo 6º (que ha pasado a ser 2º): Para
intercalar, luego de la expresión “investigación científica”, la frase “biomédica
en seres humanos”, y agregar, luego de la palabra “República”, la frase “así
como por los tratados internacionales ratificados por Chile y que se encuentren
vigentes”.
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SEGUNDO INFORME COMISIÓN SALUD
Al artículo 7º (que ha pasado a ser 10): Para
reemplazarlo por el siguiente:
“Toda investigación científica en seres humanos que
implique algún tipo de intervención física o psíquica deberá ser realizada
siempre por profesionales idóneos en la materia, justificarse en su objetivo y
metodología y ajustarse en todo a lo dispuesto en esta ley.
No podrá desarrollarse una investigación científica si
hay antecedentes que permitan suponer que existe un riesgo de destrucción,
muerte o lesión corporal grave y duradera para un ser humano.
Tampoco podrá efectuarse una investigación
científica biomédica si existen dudas razonables de que sus riesgos son
mayores que sus eventuales beneficios.
Toda investigación científica biomédica deberá
contar con la autorización expresa del Director del Establecimiento dentro del
cual se efectúe, previo informe favorable del Comité Ético Científico que
corresponda según el Reglamento.”.
Al artículo 8º (que ha pasado a ser 11): Para
reemplazar su texto por el siguiente:
“Toda investigación científica en un ser humano
deberá contar con su consentimiento previo, expreso, libre e informado, o, en
su defecto, el de aquel que deba suplir su voluntad en conformidad a la ley.
Para los efectos de esta ley, existe consentimiento
informado cuando se constata que la persona que debe prestarlo conoce los
aspectos esenciales de la investigación, en especial su finalidad, beneficios,
riesgos y alternativas, como consecuencia de habérsele proporcionado
información adecuada, suficiente y comprensible sobre ella. Dentro de esta
información, deberá hacerse especial mención del derecho que tiene de no
consentir en la investigación o de revocar su consentimiento en cualquier
momento y por cualquier medio, sin que ello importe responsabilidad, sanción
o pérdida de beneficio alguno.
El consentimiento deberá constar en un acta
firmada por la persona que ha de consentir en la investigación, por el director
responsable de ella y por el director del centro o establecimiento donde ella se
llevará a cabo, quien, además, actuará como ministro de fe.
El director responsable de la investigación deberá
conservar el original del acta, entregando una copia de ella a la persona que
autoriza la investigación y otra al director del centro o establecimiento donde
ésta se realizará.
En todo caso, el consentimiento deberá ser
nuevamente solicitado cada vez que los términos o condiciones en que se
desarrolle la investigación sufran modificaciones, salvo que éstas sean
consideradas menores por el Comité Ético Científico que haya aprobado el
proyecto de investigación.”
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SEGUNDO INFORME COMISIÓN SALUD
Al artículo 9º: Para eliminarlo.
Al artículo 10 (que ha pasado a ser 7º): Para
reemplazar la frase “está destinada al tratamiento de enfermedades o a
impedir su aparición”, por la siguiente: “y células reproductoras o sus
progenitoras estará autorizada sólo con fines de tratamiento de enfermedades
o a impedir su aparición.”
Al artículo 11 (que ha pasado a ser 5º y 6º):
Para sustituir la frase “y por tanto cualquier intervención a personas que de
por resultado la creación de un ser humano genéticamente idéntico a otro, vivo
o muerto”, por “cualquiera que sea el fin perseguido y la técnica utilizada”, e
incorporar su inciso segundo, con modificaciones formales, como artículo 6º.
Al artículo 12 (que ha pasado a ser 8º): Para
reemplazar en el segundo inciso la expresión “como los medicamentos” por
“diagnósticos o terapéuticos”, sin perjuicio de otras modificaciones de carácter
estrictamente formal.
Al artículo 13 (que ha pasado a ser 12): Para
sustituir su texto por el siguiente:
“La información genética de un ser humano será
reservada. Lo anterior es sin perjuicio de las facultades de los tribunales de
justicia, en los casos y en la forma establecidos en la ley. Asimismo, para los
efectos de esta ley, resultan plenamente aplicables las disposiciones sobre
secreto profesional.”
Al artículo 14 (que ha pasado a ser 13): Para
agregar dos incisos, del siguiente tenor:
“Los datos del genoma humano que permitan la
identificación de una persona deberán ser encriptados para su almacenamiento
y transmisión.
La encriptación podrá omitirse temporalmente por
razones de utilidad pública.”
Al artículo 15 (que ha pasado a ser 14): Para
reemplazar su texto por el siguiente:
“Prohíbese solicitar, recibir, indagar, poseer y
utilizar información sobre el genoma relativa a una persona, salvo que ella lo
autorice expresamente o, en su defecto, el que deba suplir su voluntad en
conformidad con la ley. Lo anterior es sin perjuicio de las facultades de los
tribunales de justicia, en los casos y en la forma establecidos en la ley.”
Al artículo 16 (que ha pasado a ser 13): Para
incorporar un nuevo inciso primero del siguiente tenor: “La recopilación,
almacenamiento, tratamiento y difusión del genoma de las personas se
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ajustará a las disposiciones de la ley N° 19.628, sobre protección de datos de
carácter personal”, pasando el antiguo inciso primero a ser segundo, y
modificándose en él la expresión “genéticos” por “del genoma humano”.
Al artículo 17 (que ha pasado a ser 15): Para
reemplazar su texto por el siguiente:
“Créase una Comisión Nacional de Bioética, que
estará integrada por nueve profesionales, expertos en bioética, designados por
el Presidente de la República, con acuerdo del Senado adoptado por los dos
tercios de sus miembros en ejercicio, en sesión especial convocada al efecto.
Los miembros de esta Comisión durarán cuatro años
en sus cargos y podrán ser reelegidos. El Presidente de la República, en el
momento de solicitar el acuerdo del Senado, propondrá al miembro que
asumirá el cargo de Presidente.
La Comisión tendrá una Secretaría Ejecutiva, que
coordinará su funcionamiento y cumplirá los acuerdos que aquélla adopte y
estará conformada por el personal que al efecto asigne el Ministerio de Salud.”
Al artículo 18 (que ha pasado a ser 16): Para
sustituir su texto por el siguiente:
“La Comisión Nacional de Bioética tendrá, entre sus
funciones, asesorar a los distintos Poderes del Estado en los asuntos éticos que
se presenten como producto de los avances científicos y tecnológicos en
biomedicina, así como en las materias relacionadas con la investigación
científica biomédica en seres humanos, recomendando la dictación,
modificación y supresión de las normas que la regulen.
Las resoluciones o acuerdos de la Comisión se
adoptarán por simple mayoría, no obstante lo cual deberán hacerse constar las
diferencias producidas en su seno y la posición de minoría.”
Al artículo 19 (que ha pasado a ser el inciso
tercero del nuevo artículo 15): Para incorporarlo, con modificaciones
formales, como inciso tercero del artículo 15 aprobado por la Comisión, como
se consigna en el capítulo siguiente.
Al artículo 20: Para suprimirlo.
Al artículo 21 (que ha pasado a ser 18): Para
reemplazar la oración “genética de un apersona, al margen de los casos que
autoriza el artículo 13” por “sobre el genoma humano, fuera de los casos
contemplados en el artículo 12”.
Se sustituye el texto del inciso segundo por el
siguiente: “El que omitiere la encriptación exigida en esta ley será sancionado
con multa de hasta mil unidades de fomento.”
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Al artículo 22 (que ha pasado a ser 19): Para
agregar dos nuevos incisos (primero y segundo) del siguiente tenor:
“El que falsificare el acta a que se refiere el inciso
tercero del artículo 11 será sancionado con la pena de reclusión menor en su
grado mínimo y con multa de 10 a 20 unidades tributarias mensuales.
Igual pena se aplicará a quien maliciosamente
usare, con cualquier fin, un acta falsa.”
Al artículo 23 (que ha pasado a ser 17): Para
sustituir su texto por el siguiente:
“Todo el que intente crear o cree seres humanos
idénticos a otro por clonación o realice cualquier procedimiento eugenésico
será castigado con presidio menor en sus grados medio a máximo y con la
inhabilitación absoluta para el ejercicio de la profesión durante el tiempo que
dure la condena.
En caso de reincidencia, podrá el infractor ser
sancionado, además, con la pena de inhabilitación perpetua para ejercer la
profesión.”
V.- TEXTO APROBADO POR LA COMISIÓN.
En virtud de todo lo anteriormente expuesto, la
Comisión prestó su aprobación al siguiente texto, el cual incluye algunas
adecuaciones meramente formales:
PROYECTO DE LEY
“Artículo 1º.- Esta ley tiene por finalidad proteger
la vida de los seres humanos desde el momento de la concepción, su
integridad física y psíquica, así como su diversidad e identidad genética, en
relación con la investigación científica biomédica y sus aplicaciones clínicas.
Artículo 2º.- La libertad para llevar a cabo
actividades de investigación científica biomédica en seres humanos tiene como
límite el respeto a los derechos y libertades esenciales que emanan de la
naturaleza humana, reconocidos tanto por la Constitución Política de la
República como por los tratados internacionales ratificados por Chile y que se
encuentren vigentes.
Artículo 3º.- Prohíbese toda práctica eugenésica,
entendiéndose por tal cualquier especie de intervención sobre el genoma cuyo
propósito sea modificarlo hereditariamente.
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Artículo
4º.Prohíbese
toda
forma
de
discriminación arbitraria basada en el patrimonio genético de las personas.
En consecuencia, los resultados de exámenes
genéticos y análisis predictivos de la misma naturaleza no podrán ser utilizados
con ese fin.
Artículo 5º.- Prohíbese la clonación de seres
humanos, cualesquiera que sean el fin perseguido y la técnica utilizada.
Artículo 6º.- El cultivo de tejidos y órganos sólo
procederá con fines de diagnósticos terapéuticos o de investigación científica.
En ningún caso podrán destruirse embriones humanos para obtener las células
troncales que den origen a dichos tejidos y órganos.
Artículo 7º.- La terapia génica en células
somáticas y células reproductoras o sus progenitoras estará autorizada sólo
con fines de tratamiento de enfermedades o a impedir su aparición.
Artículo 8º.- El conocimiento del genoma humano
es patrimonio común de la humanidad. En consecuencia, nadie puede
atribuirse ni constituir propiedad sobre el mismo ni sobre parte de él. El
conocimiento de la estructura de un gen y de las secuencias totales o parciales
de ADN no son patentables.
Los
procesos
biotecnológicos
derivados
del
conocimiento del genoma humano, así como los productos obtenidos
directamente de ellos, diagnósticos o terapéuticos, son patentables según las
reglas generales.
Artículo 9º.- Sólo se podrá investigar y determinar
la identidad genética de un ser humano si se cuenta con su consentimiento
previo e informado o, en su defecto, el de aquél que deba suplir su voluntad en
conformidad con la ley. Lo anterior es sin perjuicio de la facultad de los
tribunales de justicia, en la forma y en los casos establecidos en la ley.
Artículo 10.- Toda investigación científica en seres
humanos que implique algún tipo de intervención física o psíquica deberá ser
realizada siempre por profesionales idóneos en la materia, justificarse en su
objetivo y metodología y ajustarse en todo a lo dispuesto en esta ley.
No podrá desarrollarse una investigación científica si
hay antecedentes que permitan suponer que existe un riesgo de destrucción,
muerte o lesión corporal grave y duradera para un ser humano.
Tampoco podrá efectuarse una investigación
científica biomédica si existen dudas razonables de que sus riesgos son
mayores que sus eventuales beneficios.
Toda investigación científica biomédica deberá
contar con la autorización expresa del director del establecimiento dentro del
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SEGUNDO INFORME COMISIÓN SALUD
cual se efectúe, previo informe favorable del Comité Ético Científico que
corresponda, según el reglamento.
Artículo 11.- Toda investigación científica en un
ser humano deberá contar con su consentimiento previo, expreso, libre e
informado, o, en su defecto, el de aquél que deba suplir su voluntad en
conformidad con la ley.
Para los efectos de esta ley, existe consentimiento
informado cuando se constata que la persona que debe prestarlo conoce los
aspectos esenciales de la investigación, en especial su finalidad, beneficios,
riesgos y alternativas, como consecuencia de habérsele proporcionado
información adecuada, suficiente y comprensible sobre ella. Dentro de esta
información, deberá hacerse especial mención del derecho que tiene de no
autorizar la investigación o de revocar su consentimiento en cualquier
momento y por cualquier medio, sin que ello importe responsabilidad, sanción
o pérdida de beneficio alguno.
El consentimiento deberá constar en un acta
firmada por la persona que ha de consentir en la investigación, por el director
responsable de ella y por el director del centro o establecimiento donde ella se
llevará a cabo, quien, además, actuará como ministro de fe.
El director responsable de la investigación deberá
conservar el original del acta, entregando una copia de ella a la persona que
autoriza la investigación y otra al director del centro o establecimiento donde
ésta se realizará.
En todo caso, el consentimiento deberá ser
nuevamente solicitado cada vez que los términos o condiciones en que se
desarrolle la investigación sufran modificaciones, salvo que éstas sean
consideradas menores por el Comité Ético Científico que haya aprobado el
proyecto de investigación.
Artículo 12.- La información genética de un ser
humano será reservada. Lo anterior es sin perjuicio de las facultades de los
tribunales de justicia, en los casos y en la forma establecidos en la ley.
Asimismo, para los efectos de esta ley, resultan plenamente aplicables las
disposiciones sobre secreto profesional.
Artículo 13.- La recopilación, almacenamiento,
tratamiento y difusión del genoma de las personas se ajustará a las
disposiciones de la ley N° 19.628, sobre protección de datos de carácter
personal.
Los datos del genoma humano que permitan la
identificación de una persona deberán ser encriptados para su almacenamiento
y transmisión.
La encriptación podrá omitirse temporalmente por
razones de utilidad pública.
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SEGUNDO INFORME COMISIÓN SALUD
Artículo 14.- Prohíbese solicitar, recibir, indagar,
poseer y utilizar información sobre el genoma relativa a una persona, salvo
que ella lo autorice expresamente o, en su defecto, el que deba suplir su
voluntad en conformidad con la ley. Lo anterior es sin perjuicio de las
facultades de los tribunales de justicia, en los casos y en la forma establecidos
en la ley.
Artículo 15.- Créase una Comisión Nacional de
Bioética, que estará integrada por nueve profesionales, expertos en bioética,
designados por el Presidente de la República, con acuerdo del Senado
adoptado por los dos tercios de sus miembros en ejercicio, en sesión especial
convocada al efecto.
Los miembros de esta Comisión durarán cuatro años
en sus cargos y podrán ser reelegidos. El Presidente de la República, en el
momento de solicitar el acuerdo del Senado, propondrá al miembro que
asumirá el cargo de Presidente.
La Comisión tendrá una Secretaría Ejecutiva, que
coordinará su funcionamiento y cumplirá los acuerdos que aquélla adopte y
estará conformada por el personal que al efecto asigne el Ministerio de Salud.
Artículo 16.- La Comisión Nacional de Bioética
tendrá, entre sus funciones, asesorar a los distintos Poderes del Estado en los
asuntos éticos que se presenten como producto de los avances científicos y
tecnológicos en biomedicina, así como en las materias relacionadas con la
investigación científica biomédica en seres humanos, recomendando la
dictación, modificación y supresión de las normas que la regulen.
Las resoluciones o acuerdos de la Comisión se
adoptarán por simple mayoría, no obstante lo cual deberán hacerse constar las
diferencias producidas en su seno y la posición de minoría.
Artículo 17.- Todo el que intente crear o cree seres
humanos idénticos a otro por clonación o realice cualquier procedimiento
eugenésico será castigado con presidio menor en sus grados medio a máximo
y con la inhabilitación absoluta para el ejercicio de la profesión durante el
tiempo que dure la condena.
En caso de reincidencia, podrá el infractor ser
sancionado, además, con la pena de inhabilitación perpetua para ejercer la
profesión.
Artículo 18.- El que violare la reserva de la
información sobre el genoma humano, fuera de los casos contemplados en el
artículo 12, sufrirá las penas establecidas en ambos incisos del artículo 247 del
Código Penal, según el caso.
El que omitiere la encriptación exigida en esta ley
será sancionado con multa de hasta mil unidades de fomento.
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SEGUNDO INFORME COMISIÓN SALUD
Artículo 19.- El que falsificare el acta a que se
refiere el inciso tercero del artículo 11 será sancionado con la pena de reclusión
menor en su grado mínimo y con multa de 10 a 20 unidades tributarias
mensuales.
Igual pena se aplicará a quien maliciosamente
usare, con cualquier fin, un acta falsa.
El que omitiere la referida acta o la confeccionare
manifiestamente incompleta será sancionado con multa de 10 a 20 unidades
tributarias mensuales.
Artículo 20.- Todo el que desarrollare un proyecto
de investigación científica biomédica en seres humanos o en su genoma, sin
previa autorización del Comité Ético Científico que corresponda, será
sancionado con la suspensión por tres años del ejercicio profesional y con la
prohibición absoluta en el territorio nacional en caso de reincidencia.
Artículo 21.- Corresponderá al Ministerio de Salud
establecer, mediante reglamento, las normas que complementen o desarrollen
los contenidos de esta ley.”
V.- DIPUTADO INFORMANTE.
Se designó, por unanimidad, al Diputado señor
Francisco Bayo Veloso.
Tratado y acordado en sesión de fecha 30 de
noviembre con la asistencia de los Diputados señora Cristi y señores Accorsi,
Bayo, Cornejo, Forni, Girardi, Masferrer, Melero, Olivares, Ojeda y Robles.
Sala de la Comisión, en 10 de diciembre de 2004.
Jacqueline Peillard García
Secretaria de la Comisión
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DISCUSIÓN EN SALA
2.6. Discusión en Sala.
Cámara de Diputados. Legislatura 352, Sesión 48. Fecha 09 de marzo, 2005.
Discusión particular. Se aprueba con modificaciones.
NORMAS SOBRE INVESTIGACIÓN CIENTÍFICA EN SERES HUMANOS, SU
GENOMA HUMANO Y PROHIBICIÓN DE CLONACIÓN HUMANA. Segundo
trámite constitucional.
El señor ASCENCIO (Presidente).- Corresponde tratar el proyecto de
ley, en segundo trámite constitucional y segundo reglamentario, originado en
moción, que fija normas sobre investigación científica en seres humanos,
legisla sobre el genoma humano y prohíbe la clonación.
Diputado informante de la Comisión de Salud es el señor Francisco Bayo.
Antecedentes:
-Segundo informe de la Comisión de Salud, boletín Nº 1993-11, sesión
34ª, en 4 de enero de 2005. Documentos de la Cuenta Nº 10.
El señor ASCENCIO (Presidente).- Tiene la palabra el señor diputado
informante.
El señor BAYO.- Señor Presidente, en representación de la Comisión de
Salud, paso a informar sobre el proyecto de ley, en segundo trámite
constitucional y segundo reglamentario, originado en moción de los senadores
señores Ruiz-Esquide, Páez y Zaldívar, don Andrés, y de los ex senadores señores
Díaz, don Nicolás, y Hamilton, don Juan.
La iniciativa tiene por objeto regular la investigación científica en el ser
humano, su genoma, y prohíbe la clonación humana.
En sus anteriores trámites, hubo una intensa y rica discusión, tanto en el
Senado como en la Cámara de Diputados. La Sala de ésta conoció el primer
informe en julio del año pasado.
En este segundo informe, por supuesto, se da respuesta a las múltiples
inquietudes que se expresaron en las dos oportunidades anteriores, la mayor
parte de las cuales tiene relación con los conceptos de vida y de ser humano o
persona.
Por eso, sabiendo que este proyecto es tremendamente importante no
sólo para la salud de los chilenos en general, sino para dar una señal a nuestro
país y al mundo acerca de este tema, que preocupa a todos, he creído
conveniente hacer mi exposición asistido con la proyección de algunas
imágenes en las cuales nuestros distinguidos colegas podrán apreciar -algunos
quizás por primera vez- cuál es el inicio de la vida del ser humano, qué sucede
en el proceso de fecundación y, por lo tanto, entender con mayor claridad
cuáles son los objetivos del proyecto, qué problemas se derivan de él y cuáles
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DISCUSIÓN EN SALA
son los cuidados que deberían tenerse sobre esta materia.
En la primera parte, en la pantalla observarán el inicio de la vida del ser
humano, gracias a un disco compacto interactivo. He querido compartir con
ustedes algunos eventos que se suceden para dar inicio a un nuevo ser
humano.
Se puede apreciar una filmación realizada en animales de laboratorio. En
ella se observa el óvulo teñido de azul de metileno. En la imagen del lado
izquierdo se ve cuando es incorporado al lumen tubario. La sobrevida del óvulo
en la ampolla de la trompa es de aproximadamente ocho a doce horas, tiempo
en el cual -como aparece en el esquema de la derecha- ocurre el proceso de
fecundación.
En la siguiente imagen -del llamado “encuentro”- se advierte un
esquema del cuello del útero lleno de mucus cervical y los espermatozoides
que ingresan a través de él. Se pueden distinguir criptas que reciben a los
espermatozoides y que se vinculan directamente con la cabeza de éstos, al
cual, aparentemente, le entregan nutrientes y oxígeno. En las criptas, los
espermatozoides pueden permanecer fértiles entre dos a seis días. Esta
acotación tiene relación con algunos temas presentes en la discusión de hoy.
En la siguiente filmación real se puede ver el recorrido que realizan los
espermatozoides dentro del útero hacia las trompas de Falopio. En el esquema
de la derecha se observa cómo el espermatozoide va subiendo inicialmente a
través del cuello del útero y de la cavidad para llegar a encontrarse, en el
último tercio de la trompa, con el óvulo que allí se encuentra.
El espermatozoide animado que se observa en el esquema de la derecha
coincide con lo que se aprecia en la filmación real de la izquierda. El proceso de
fecundación se realiza en el lugar que se señala en la imagen.
A continuación veremos una serie de esquemas que muestran la
formación del cigoto y el comienzo del desarrollo de un nuevo ser hasta la
primera división.
En la imagen se percibe que el espermio entra al óvulo y atraviesa la
zona pelúcida. Hasta este minuto, todavía no hablamos de ser humano ni de
vida. Pero cuando el espermio ingresa, empiezan a producirse divisiones al
interior de este nuevo ente, lo que permite asegurar que en ese momento ya
se puede hablar de un ente totipotencial, que por sí solo puede hacer eso,
especialmente en un ambiente propicio -en este caso, el materno-, pero
también puede hacerlo en uno artificial.
En la imagen siguiente aparece el ovocito humano, que es captado por la
trompa. El huevo va hacia el útero en una etapa que se llama desarrollo
preimplantacional, y termina con la eclosión.
En la imagen se puede advertir que una vez que el óvulo llega al útero,
ya se está dividiendo. Esto es muy importante, porque significa que ya es un
ente que tiene vida propia, totipotencial. Ese es un concepto que debemos
tener presente.
La siguiente etapa es la eclosión, en la que se aprecia cómo el blastocito
erosiona o perfora en un polo a la zona pelúcida, o sea, la que rodea al nuevo
ser, y progresivamente se empieza a desplazar el macizo celular hasta
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DISCUSIÓN EN SALA
abandonar completamente la zona pelúcida. Con eso, este blastocito o nuevo
ente queda demudado de esta zona y en condiciones de adherirse al
endometrio para comenzar la fase de implantación. Enfatizo sobre estos
aspectos, porque tienen relación directa con el proyecto.
En la eclosión, en una fotografía de microscopio electrónico aparece
claramente el blastocito cuando tiene entre 5 y 7 días de vida.
Esta etapa termina con la fase de implantación, en la cual se observa
claramente que, donde ya estaba demudado, aparecen células dentro de ese
ente que recién está empezando a introducirse en el útero, pero que sin
embargo se está dividiendo -en la presentación ustedes las ven de color verdeque van a dar origen a la piel. Esa figura, que en la exposición se ve
claramente representada por círculos, el día de mañana va a dar origen a una
persona humana, y tiene la capacidad de dividirse, de subdividirse y de
multiplicarse por sí sola y exige estar en un ambiente propicio que -repito- en
esta situación es el vientre materno, pero que también es posible lograrlo en
un ambiente artificial.
He hecho una demostración sobre el origen de la vida.
A continuación, me referiré a lo que se denomina genoma humano,
terapia génica y clonación.
En la segunda imagen se distingue un esquema donde aparecen los
niveles de organización de los seres humanos. El cuerpo humano tiene 100
trillones de células, cada una de las cuales tiene un núcleo, que contiene 23
pares de cromosomas. Cada par cromosómico se origina de uno de la madre y
de uno del padre y contienen ADN altamente condensado. Los genes son
segmentos de ADN que contienen la información para las características
biológicas de los seres humanos. Esto es tremendamente importante, porque
es motivo de preocupación en el mundo entero.
En la siguiente proyección aparece el cariotipo de los cromosomas
humanos. Todos sabemos cuál es el número de cromosomas, cuáles de éstos
son los XY y que la presencia del cromosoma Y es patrimonio de los hombres.
En lo que se refiere al proyecto de genoma humano, que es lo que nos
preocupa, los objetivos son los que ustedes ven y que, por supuesto, están en
el informe que está en su poder. El objetivo es conocer la secuencia, el orden
de los 3.2 billones de letras ATCG del ADN humano, conocer lo miles de genes
contenidos en el ADN humano y conocer los miles de genes involucrados en las
enfermedades humanas.
La siguiente figura muestra que hoy existe un mapa de genes
involucrados en enfermedades humanas. Por ejemplo, ya es posible decir que
tal gen tiene relación con el Corea de Huntington, con el genético de mamas y
con la fibrosis quística, entre otros. Así se va a seguir avanzando.
En la actualidad, en Japón a los recién nacidos se le toman muestras
para asegurar si presentan o no el gen del cáncer o cualquier otro. Los
doctores aquí presentes saben que es posible tomar medidas preventivas,
cuando se sabe desde el nacimiento si un ser humano porta el gen del cáncer.
Ahora, cualesquiera que sean las medidas preventivas, deben ser acordes con
el sexo y con el medio ambiente.
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DISCUSIÓN EN SALA
En la ecuación fundamental de la genética, el genotipo, es decir, como
es el ser humano, ello depende precisamente del genoma -lo que les he
mostrado en las proyecciones anteriores-, pero también del ambiente. En la
proyección se ve la diferencia entre unos y otros.
Si analizamos todos los factores y las imágenes que hemos visto,
podemos concluir que el genoma humano se constituye en el momento de la
fecundación, argumento tremendamente fuerte e importante para la toma de
decisiones, que fue motivo de debate en la Comisión. Son respetables todas las
posiciones, y en nuestra presentación no existe ninguna vinculación ni sesgo
de carácter religioso ni filosófico. Según algunos, son hechos concretos y
científicos irrebatibles; por supuesto, otros lo rebaten, posición que también es
respetable.
En la siguiente proyección aparece el desarrollo embrionario de todos los
mamíferos: un huevo fertilizado, un estado de dos células, transcurrido apenas
un día y medio de la fecundación; ocho células, de dos y medio a tres días;
dieciséis células, a los tres días, y estado de blastocito, a los cuatro días.
Entonces, nadie puede afirmar que no es un ser totipotencial, si se está
dividiendo y multiplicando por sí solo.
Hablamos de terapia génica, pero hay que precisar el concepto, porque
se habla de varias. En somática es la corrección de tejidos enfermos mediante
la utilización de genes. Un ejemplo lo vemos en la siguiente proyección. El gen
bueno -llamémoslo así- es transportado por un adenovirus; se incorpora a un
adenovirus que, por lo demás, están de moda en otras áreas de nuestro
organismo. El virus infecta la célula, y son miles las células que, con el gen
incorporado, corrigen el defecto. En ese caso, se hablaría de terapia génica
somática. Para precisar el concepto, somas significa cuerpo. En la actualidad,
podemos ver a niños en burbujas salvados por la terapia génica, como se
puede apreciar en la proyección.
En la próxima imagen se define la terapia génica germinal: se trata de
corregir las gónadas -testículos y ovarios- de pacientes con enfermedades
genéticas, mediante la utilización de genes. Existe una moratoria internacional
en contra de esta terapia, es decir, no está permitida a nivel internacional.
Hoy, la clonación humana es una realidad biotecnológica, técnicamente
es una realidad. Pero la pregunta que nos debemos hacer es si, éticamente,
resulta lícito practicarla. Ésa es la gran pregunta que ha tenido respuesta en
prácticamente todos los países del mundo, reitero, independientemente de
posiciones religiosas o filosóficas.
La siguiente proyección nos confirma que los nuevos descubrimientos
han modificado la comprensión de las células troncales adultas. Investigadores
han encontrado células troncales nerviosas en el sistema nervioso periférico de
animales adultos, en el cual se pensaba que no existían. El tejido nervioso es el
más sensible de todos, y existen países como Cuba, donde la máxima
aspiración, desde el punto de vista técnico y médico, es descubrir el factor de
crecimiento neurológico, a fin de reconstituir las células nerviosas dañadas por
traumatismos cerebrales o de otro tipo. Los estudios demuestran que las
propiedades intrínsecas de las células troncales nerviosas varían según la
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DISCUSIÓN EN SALA
región del sistema nervioso periférico en el cual se encuentran.
En la siguiente imagen se pueden apreciar artículos de algunas de las
mejores revistas científicas, como Nature, que reportan la obtención de células
troncales a partir de seres humanos adultos, mostrando que no es necesario
destruir embriones humanos para obtenerlas. Esto es sumamente importante:
no es necesario recurrir a embriones para obtener células troncales, y con ellas
hacer la terapia génica somática que he mencionado. Entre otros ejemplos,
está la utilización de células del cordón umbilical para obtener las que puedan
servir en la terapia génica señalada.
Creo que éste es un antecedente digno de ser considerado por los
distinguidos colega, previo a la votación en general del proyecto. El hecho de
que esta iniciativa haya sido sometida a un trámite tan largo, durante el cual fue
tratada acabadamente, tanto en el Senado como en la Comisión de Salud de la
Cámara en dos oportunidades, me induce a pensar que debería ser aprobada en
esta sesión.
Cabe recalcar que prácticamente todos los artículos fueron modificados.
Los artículos 3º, 5º, 8º, 11, 13, 14, 16, 18, 19 y 21 no fueron objeto de
indicaciones y, por lo tanto, deben declararse reglamentariamente aprobados,
sin perjuicio de dejar constancia de que el ordenamiento numérico de la
iniciativa legal fue modificado.
Los artículos 6º, que pasó a ser 10; 7º, que pasó a ser 11; 10, que pasó
a ser 6º; 15 y 20 fueron objeto de modificaciones en su segundo trámite
reglamentario. No existen artículos nuevos, ni artículos que deban ser
conocidos por la Comisión de Hacienda.
Reitero que el articulado aprobado por el Senado fue objeto de diversas
modificaciones, incorporadas en el texto que presentamos a la consideración
de la Sala.
En aras del tiempo, no me referiré a las indicaciones rechazadas que
constan en el informe que cada parlamentario tiene en su escritorio.
Quiero terminar resaltando algunas disposiciones contenidas en el
proyecto y valorando que se haya originado en moción de los senadores y ex
senadores mencionados al inicio de mi intervención.
El proyecto tiene por finalidad proteger la vida de los seres humanos
desde el momento de la concepción, su integridad física y psíquica, así como
su diversidad e identidad genética.
Además, apunta a asegurar la libertad para llevar a cabo actividades de
investigación científica biomédica en seres humanos, pero con el límite de
respetar los derechos y libertades esenciales que emanan de la naturaleza
humana.
Prohíbe toda práctica eugenésica -no algunas-, entendiéndose por
tal cualquier especie de intervención sobre el genoma, cuyo propósito sea
modificarlo hereditariamente.
Prohíbe -ojalá que esto sea escuchado y repetido fuertemente- la
clonación de seres humanos, cualquiera que sea el fin perseguido o la técnica
utilizada. El proyecto propone que en Chile se prohíba la clonación de seres
humanos.
El cultivo de tejidos y órganos sólo procederá con fines de diagnósticos
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terapéuticos o de investigación científica. En ningún caso podrán destruirse
embriones humanos para obtener las células troncales que den origen a dichos
tejidos y órganos. Aquí se puede apreciar que existe relación entre lo que
mostramos y lo que dispone el proyecto.
El conocimiento del genoma humano es patrimonio común de la
humanidad. En consecuencia, nadie puede atribuirse ni constituir propiedad
sobre el mismo ni sobre parte de él.
Toda investigación científica en seres humanos que implique algún tipo
de intervención física o psíquica deberá ser realizada siempre por profesionales
idóneos en la materia, justificarse en su objetivo y metodología y ajustarse en
todo a lo dispuesto en esta ley.
No podrá desarrollarse una investigación científica si hay antecedentes
que permitan suponer que existe un riesgo de destrucción, muerte o lesión
corporal grave y duradera para un ser humano, entre ellos, por cierto, el
embrión.
Tampoco podrá efectuarse una investigación científica biomédica si
existen dudas razonables de que sus riesgos son mayores que sus eventuales
beneficios.
Toda investigación científica biomédica deberá contar con la autorización
expresa del director del establecimiento dentro del cual se efectúe, previo
informe favorable del comité ético científico que corresponda.
Toda investigación científica en un ser humano deberá contar con su
consentimiento previo, expreso, libre e informado, o, en su defecto, el de aquél
que deba suplir su voluntad en conformidad con la ley.
El director responsable de la investigación deberá conservar el original
del acta, entregando una copia de ella a la persona que autoriza la
investigación.
Como el proyecto es bastante extenso, he tratado de simplificarlo, dado
que el primer informe ya fue conocido por la Sala.
La información genética de un ser humano será reservada. Lo anterior
es sin perjuicio de las facultades de los tribunales de justicia, en los casos y en
la forma establecidos en la ley.
La recopilación, almacenamiento, tratamiento y difusión del genoma de
las personas se ajustará a las disposiciones de la ley Nº 19.628, sobre
protección de datos de carácter personal.
Los datos del genoma humano que permitan la identificación de una
persona deberán ser encriptados para su almacenamiento y transmisión. La
encriptación podrá omitirse temporalmente por razones de utilidad pública.
La iniciativa crea una Comisión Nacional de Bioética, que estará
integrada por nueve profesionales, expertos en bioética, designados por el
Presidente de la República, con acuerdo del Senado, adoptado por los dos
tercios de sus miembros en ejercicio, en sesión especial convocada al efecto.
La Comisión contará con una secretaría ejecutiva, una de cuyas
funciones será asesorar a los distintos poderes del Estado en los asuntos éticos
que se presenten.
Todo el que intente crear o cree seres humanos idénticos a otro por
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DISCUSIÓN EN SALA
clonación o realice cualquier procedimiento eugenésico será castigado con
presidio menor en sus grados medio a máximo y con la inhabilitación absoluta
para el ejercicio de la profesión durante el tiempo que dure la condena.
El que violare la reserva de la información sobre el genoma humano,
fuera de los casos contemplados en el artículo 12, sufrirá las penas
establecidas en ambos incisos del artículo 247 del Código Penal, según el caso.
El que falsificare el acta a que se refiere el inciso tercero del artículo 11
será sancionado drásticamente.
Por último, todo el que desarrollare un proyecto de investigación
científica biomédica en seres humanos o en su genoma, sin previa autorización
del comité ético científico que corresponda, será sancionado con la suspensión
por tres años del ejercicio profesional y con la prohibición absoluta en el
territorio nacional en caso de reincidencia.
De esta forma, creo haber dado cumplimiento a la misión que me
encargó la Comisión de Salud de la honorable Cámara de Diputados. A través
de esta exposición, he querido entregar a la Sala los antecedentes que le
permitan actuar en conciencia y aprobar este proyecto de ley, de iniciativa
parlamentaria, que lleva años de tramitación y que hoy es exigido por la
comunidad internacional a todos los países del mundo.
He dicho.
-Aplausos.
El señor ASCENCIO (Presidente).- Señor diputado, felicitaciones por el
informe que ha entregado, que sus colegas también le agradecen con
aplausos.
Les recuerdo que el proyecto será votado al término del Orden del Día, a
fin de despacharlo.
Tiene la palabra el diputado Fernando Meza.
El señor MEZA.- Señor Presidente, nos encontramos ante un proyecto
de ley que hará historia, porque tiene que ver, fundamentalmente, con la
investigación sobre el genoma humano y la posibilidad de curación de algunas
enfermedades irrecuperables.
Todos lo seres humanos tenemos el don y el derecho de ser únicos e
irrepetibles. Sin embargo, existen algunas ideas, en algunos lugares del
mundo, que pretenden repetir en serie al ser humano. Se salvarían muchas
vidas, pero también a muchos se les privaría del derecho a vivir.
A diario nos asaltan interrogantes en torno a una discusión que tiene
que ver con el origen de la vida.
La clonación, en el ámbito de la ingeniería genética, tan en boga hoy día,
pretende aislar y multiplicar, en un tubo de ensayo, el ADN, que es, ni más ni
menos, la fotografía de cada uno de nosotros al interior de cada una de las
células que nos componen.
Clonar es la acción dirigida a obtener uno o más individuos a partir de
una célula, es decir, cualquiera de las células de un organismo, excepto las
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DISCUSIÓN EN SALA
células germinales.
Desde hace muchos años se obtienen clones de mamíferos. Todos
recordamos a la oveja Dolly, que fue el primer caso de clonación en
mamíferos, en Escocia. Posteriormente, se realizaron otras investigaciones,
como en 2001, cuando una firma norteamericana anunció que había realizado
el primer intento de clonar a un ser humano.
Sin embargo, la clonación reproductiva todavía no se lleva a cabo en
seres humanos. Por lo menos, no hay demostraciones de que así haya sido o
se haya probado.
Además, hay algunas preguntas que no tienen fácil respuesta. Por
ejemplo, ¿qué edad genética tiene el clon? ¿Tiene la misma edad que la célula
de la cual se obtuvo? Pero, no ha sido posible conseguir respuestas.
¿Qué sucede, entonces, con un bebé clonado a partir de una célula
perteneciente a un hombre de cincuenta años? ¿Qué edad tiene esa nueva
vida: un segundo, un día, cincuenta años?
Quiero referirme, fundamentalmente, a la clonación terapéutica, que es
una realidad.
En febrero de 2004, se causó un gran impacto mundial cuando un
equipo de científicos de Surcorea que estaban preocupados de esto hizo
factible el nacimiento de un niño clonado. Pero ése no es el objetivo de los
experimentos que se realizan o deben efectuarse en Chile con el genoma
humano.
Se trata de una materia controversial. Esta iniciativa permite regular la
investigación sobre el genoma humano, a la cual los diputados radicales
adherimos entusiastamente. Creemos que constituirá un gran avance científico
en nuestro país y, por qué no decirlo, en el mundo. Tenemos científicos con
suficiente capacidad intelectual para ayudar no sólo a los chilenos, sino
también a la humanidad a superar las dificultades que la naturaleza a veces
impone.
Quiero recordar un par de indicaciones que propusimos y que no fueron
acogidas, como la referida a la expresión “seres humanos”.
La aparición -bastante frecuente- de la expresión “seres humanos” en el
texto del proyecto contraviene lo que establece el orden jurídico chileno, que
se refiere a “personas” y no a “seres humanos”.
Por otro lado, manifiesto nuestra satisfacción porque la iniciativa dispone
un castigo ejemplar para aquellos que clandestinamente se dediquen a la
clonación humana o que lo hagan con escaso rigor científico o ético, los cuales
sufrirán penas de presidio menor en sus grados medio a máximo y, a su vez, el
retiro de la licencia para ejercer la profesión.
Por último, la Comisión Nacional de Bioética, integrada por nueve
científicos, de amplia trayectoria y sobrados conocimientos, nombrados por el
Presidente de la República, regulará esta actividad desde el punto de vista
ético. Esperamos que en los próximos años la discusión ética que se ha iniciado
hoy adquiera caracteres masivos y más profundos y se tenga, por fin, la
posibilidad de ir más allá de donde hoy estamos, lo que también requiere
audacia, con el objeto de llevar a la humanidad hacia una vida mejor, sana y
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DISCUSIÓN EN SALA
más feliz, lo que por cierto deseamos a nuestros hijos y nietos.
He dicho.
El señor ASCENCIO (Presidente).- Tiene la palabra el diputado señor
Sergio Ojeda.
El señor OJEDA.- Señor Presidente, durante la discusión general
realizada tiempo atrás dimos a conocer las apreciaciones generales sobre la
materia y la profundidad que significaba este proyecto, cuyo estudio en
particular acaba de concluir la Comisión de Salud de la honorable Cámara.
No puedo dejar de mencionar a los autores de la iniciativa, quienes
tuvieron visión de futuro y lograron percibir la exigencia de avanzar en la ciencia
y la medicina; los senadores señores Mariano Ruiz Esquide, Sergio Páez y
Andrés Zaldívar y los ex senadores señores Nicolás Díaz y Juan Hamilton,
quienes hace años presentaron la respectiva moción parlamentaria en el
honorable Senado.
Dada la extensión y complejidad del proyecto, hubo una larga discusión,
la que, en definitiva, no logró establecer un consenso o una visión única
respecto del problema, situación que también ocurrió cuando analizamos y
despachamos el proyecto de ley sobre trasplante y donación de órganos en el
Congreso Nacional, en 1995.
El genoma humano y su clonación son materias específicas y complejas
que escapan a la preocupación normal de los parlamentarios y respecto de las
cuales no tenemos dominio ni conocimiento para enfocarlas y comprenderlas
adecuadamente. Sin embargo, la Comisión tuvo un aporte de parte de los
especialistas a través de documentos y antecedentes y con ello se clarificó el
problema.
Este proyecto se refiere más a la vida que a la muerte, como ocurrió con el
de trasplante de órganos humanos, y se tomaron en cuenta muchos conceptos de
este último.
La discusión más extensa y profunda y que finalmente fue resuelta en
votación ayudó a establecer una diferencia entre “seres humanos” y “personas”
en el artículo 1º.
El concepto de seres humanos es más filosófico y general. En cambio, el de
personas es más bien jurídico y está incluido dentro de los textos constitucionales
y en el Código Civil. Según nuestra legislación, persona es todo individuo de la
especie humana. Asimismo, el concepto de “ser humano” no está definido ni
contenido en ningún precepto jurídico. Sin embargo, finalmente se estableció.
Esta diferencia, probablemente, la resolverá el honorable Senado. Tal
vez deberá coincidir con la Cámara de Diputados. De hecho, fue el punto
central de la discusión habida en la Comisión de Derechos Humanos.
De manera que pido que la Secretaría cambie, en el artículo 4º, en la
primera frase, la expresión “persona” por “ser humano”, ya que este proyecto
se refiere a seres humanos en toda su extensión, sin perjuicio de las decisiones
posteriores.
Me alegro de que en la revisión artículo por artículo hayamos llegado a
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una conclusión.
El Congreso Nacional, baluarte en la defensa de los derechos y deberes
de las personas, está muy atento para que los procesos de investigación
científica y de clonación en seres humanos, así como todas las actividades
biomédicas al respecto se lleven a cabo con libertad, pero con el debido
respeto a los derechos esenciales que emanan de su naturaleza, reconocidos
tanto por la Constitución Política de la República de Chile como por los tratados
internacionales vigentes. Se respetan la voluntad, el consentimiento libre e
informado, como también el consentimiento expreso. Es importante que la
autonomía de la voluntad, el principio de libertad personal, individual, quede
perfectamente establecido.
Los temas médicos abordados en el estudio de este están contenidos en
su texto. Los médicos realizaron un aporte excelente para su comprensión.
Se introducen conceptos prohibitivos con el objeto de resguardar la vida,
la dignidad, la seguridad y la salud de las personas. Como bien señaló el
diputado informante, señor Francisco Bayo, en las disposiciones pertinentes se
establece la prohibición taxativa de toda práctica eugenésica, de toda forma de
discriminación arbitraria basada en el patrimonio genético de las personas y la
clonación de seres humanos, cualesquiera que sean el fin perseguido y la
técnica utilizada. Cuando la ley señala que se prohíbe la clonación de seres
humanos, no es lícito para el legislador hacer distinciones.
Asimismo, se disponen sanciones.
Entre las reformas propuestas, durante la discusión en particular, se
acordó la creación de la Comisión Nacional de Bioética. Chile, hoy, no es el
mismo de hace diez, quince o veinte años. Mediante la globalización, el
intercambio internacional de las experiencias médicas y científicas, nuestros
médicos cuentan con la idoneidad y el conocimiento para realizar las
investigaciones e intervenciones necesarias. Por ello, la Comisión Nacional de
Biomédica, entre sus funciones, deberá asesorar a los distintos poderes del
Estado en los asuntos éticos que se presenten como consecuencia de los
avances científicos y tecnológicos en biomedicina, así como en las materias
relacionadas con la investigación científica biomédica en seres humanos.
Entre las sanciones contenidas en el proyecto destaco la siguiente:
“Todo el que desarrolle un proyecto de investigación científica biomédica en
seres humanos o en su genoma, sin previa autorización del Comité Ético
Científico que corresponda, será sancionado con la suspensión por tres años
del ejercicio profesional y con la prohibición absoluta en el territorio nacional
en caso de reincidencia.”. Esta moción parlamentaria llena los vacíos legales
existentes y complementa el artículo 146 del Código Sanitario, que es muy
precario en esta materia.
Me alegro, en un momento histórico, relevante para el Congreso
Nacional, de haber participado en la discusión de un proyecto de ley de tanta
trascendencia.
Por último, reitero mi reconocimiento y felicitaciones al senador señor
Mariano Ruiz-Esquide, presente en la Sala, por su sabiduría, inteligencia y
percepción para desarrollar y presentar un proyecto de ley de esta naturaleza -
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reitero-, tan importante para la salud e investigación científica de Chile.
He dicho.
El señor ASCENCIO (Presidente).- Tiene la palabra el diputado señor
Marcelo Forni.
El señor FORNI.- Señor Presidente, debatimos un proyecto de gran
importancia para el país, porque a través de él se propone, como objetivo
principal, regular la investigación científica que se realiza en seres humanos.
Es importante, además, porque están en juego, entre otros, el derecho a la
vida, a la integridad física y síquica y la igualdad ante la ley.
Con su aprobación, nuestro país se sumará a la ya significativa lista de
países que han comenzado a incorporar en su legislación éste y otros temas
conflictivos a que nos han enfrentado en las últimas décadas los avances de la
ciencia.
También es un proyecto de relevancia, porque regula materias respecto
de las cuales, hasta la fecha, los profesionales de la salud y de la investigación
biomédica actúan únicamente de acuerdo con lo que le dicta su conciencia o
bien limitados por reglamentos o códigos de ética internos que no tienen
suficiente fuerza obligatoria.
En consecuencia, el proyecto que discutimos es necesario en cuanto
establece por primera vez un marco jurídico y ético para la investigación
científica en seres humanos.
Los avances de la ciencia, particularmente en relación a la investigación
en seres humanos, nos plantean dilemas éticos importantes que, en la mayoría
de los casos, sorprenden a los países sin normas que regulen adecuadamente
su práctica.
Chile, por cierto, no ha sido la excepción a ello. Como bien lo expresó el
diputado señor Bayo en su excelente informe, el origen de esta iniciativa surge de
una reflexión básica que debemos hacer en estos tiempos: ¿Debe hacerse todo
aquello que la ciencia permite hacer? Los increíbles avances tecnológicos y los
dilemas éticos que conllevan nos han obligado a pensar en la existencia de ciertos
límites, fundamentalmente, porque la ciencia debe estar al servicio del hombre y
no contra él. Ése es el objetivo del proyecto aprobado en primer trámite
constitucional por el Senado y de la indicación sustitutiva aprobada en nuestra
Cámara.
Es bueno señalar que el texto del proyecto del Senado sufrió un cambio
radical en la Cámara de Diputados, como consecuencia de una indicación
sustitutiva que presentamos junto con la diputada señora María Angélica Cristi
y los diputados señores Fulvio Rossi, Patricio Melero y Juan Masferrer.
También es conveniente hacer notar que las disposiciones de la iniciativa
fueron aprobadas casi en su totalidad por la unanimidad de los integrantes de
la Comisión de Salud y algunas de ellas, excepcionalmente, por la mayoría. Lo
mismo ocurrió en el segundo informe.
Asimismo, es necesario destacar que el proyecto regula de manera
amplia la investigación científica en seres humanos que, lamentablemente, se
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ha identificado más bien con la clonación. Esto queda claro en el artículo 1º de
la iniciativa puesto que establece, en forma clara y categórica, que su finalidad
es proteger la vida de los seres humanos desde el momento de la concepción,
su integridad física y síquica, así como su diversidad e identidad genética en
relación con la investigación científica biomédica y sus aplicaciones clínicas.
Dicho artículo no sólo tiene la virtud de ser coherente con el mandato
constitucional sobre proteger el derecho a la vida de toda persona y del que
está por nacer, sino también se acerca más a lo que disponen los tratados
internacionales vigentes, suscritos y ratificados por Chile, como el Pacto de
San José de Costa Rica, en que se reconoce que hay vida y que ésta es digna
de protección desde el momento de la concepción.
Del mismo modo, es destacable y positivo el hecho de haber incorporado
en este trámite constitucional la diversidad genética como objeto de protección
jurídica.
El proyecto establece que existirá plena libertad para llevar a cabo
actividades de investigación científica biomédica en seres humanos, siempre
que se respeten los derechos esenciales que emanan de la naturaleza humana,
reconocidos tanto por nuestra Constitución Política como por los tratados
internacionales ratificados por Chile y que se encuentren vigentes.
Para que se entienda bien, en el artículo 3º se prohíbe toda práctica
eugenésica, es decir, la aplicación de las leyes biológicas de la herencia para el
perfeccionamiento de la especie humana. En términos simples, prohíbe la
ingeniería genética con fines estéticos. Es consecuencia, este artículo no
impide la terapia génica o la posibilidad de cultivar tejidos y órganos, temas
que se tratan en otros artículos.
En esta materia, en la Comisión nos pareció que el proyecto del Senado
es más impreciso e, incluso, contradictorio.
El artículo 4º prohíbe toda forma de discriminación arbitraria,
estableciendo, categóricamente, que no se pueden utilizar los resultados de
exámenes genéticos con ese fin.
También consideramos importante incorporar en esta disposición el
criterio de la arbitrariedad como elemento distintivo para los efectos de
permitir o prohibir la discriminación.
Con posterioridad, el proyecto, al referirse a investigación científica en
seres humanos, regula el consentimiento necesario para que se pueda
proceder a dicha investigación. En este sentido, nos parece que es mucho más
claro, preciso y sistemático que lo aprobado por el Senado. En primer lugar, se
establece que es básico para proceder a una investigación científica en seres
humanos el consentimiento previo, expreso, libre e informado de la persona
que será investigada o, en su defecto, de quien deba suplir su voluntad en
conformidad con la ley.
El proyecto, además, regula con precisión los requisitos para un
consentimiento informado. Así, para que éste exista es fundamental que la
persona objeto de la investigación reciba información adecuada, suficiente y
comprensible, y pueda conocer todos los aspectos o, al menos, los esenciales,
de la referida investigación. Entre ellos, su finalidad, beneficios, riesgos y
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alternativas.
Asimismo, el proyecto contempla muy claramente que esa persona debe
ser informada sobre el derecho que le asiste de no autorizar la investigación o
de revocar su consentimiento en cualquier momento y por cualquier medio, sin
que eso le signifique responsabilidad, sanción o pérdida de beneficio alguno.
El proyecto también incorpora una serie de declaraciones internacionales
referidas a la investigación en seres humanos que, entre otras cosas, precisan,
que toda investigación científica que implique algún tipo de intervención física
o psíquica deberá ser realizada siempre por profesionales idóneos en la
materia, justificarse en su objetivo y metodología y ajustarse en todo lo
dispuesto a esta ley.
Agrega que no podrá desarrollarse una investigación de esta naturaleza
si hay antecedentes que permitan suponer que existe un riesgo de destrucción,
muerte o lesión corporal grave y duraderos para un ser humano.
Tratándose de investigaciones con fines terapéuticos, en el segundo
informe se modificó el inciso respectivo y se estableció que no se podrá
proceder si existen dudas razonables acerca de que los beneficios serán
mayores que los eventuales riesgos.
Luego, en relación con el tema de la clonación de seres humanos -por el
cual quizás este proyecto sea más conocido-, se prohíbe dicha práctica
cualesquiera que sean el fin perseguido y la técnica utilizada, pero se permite
el cultivo de tejidos y órganos sólo con fines de diagnósticos terapéuticos o de
investigación científica.
Esto está en concordancia con lo aprobado, hace alrededor de dos
semanas, por el Comité Legal de la ONU en el sentido de proponer al
organismo internacional la prohibición de ambos tipos de clonación.
En mi opinión ¿cuáles son los problemas que origina la clonación?
En primer lugar, aplica la lógica de la producción industrial a la
procreación humana.
En segundo lugar, atenta contra la dignidad de la mujer, pues reduce su
función a la de ser una simple prestadora de úteros y óvulos.
En tercer lugar, pervierte las relaciones fundamentales de la persona
humana: la filiación, la consanguinidad, el parentesco, la paternidad y la
maternidad.
En cuarto lugar, admite la existencia de hombres que puedan tener el
dominio y control total sobre otros hombres, al punto de programar su
identidad biológica.
En quinto lugar, no sólo aparte de merecer un juicio negativo en relación
con la dignidad de la persona clonada, pues vendrá al mundo como copia,
además, recaerán en ella expectativas infinitas, ya que ha sido engendrada
precisamente para asemejarse a alguien que vale la pena imitar.
Por último, en relación con el tema llamado, eufemísticamente, clonación
terapéutica, no puede llamarse terapéutica a una clonación que, en la práctica,
implica la destrucción de un embrión. Dicha destrucción no cura a nadie y, en
consecuencia, la Cámara ha sido muy estricta al respecto y ha prohibido
ambos tipos de clonación.
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En suma, la clonación refleja de modo patente el inconformismo de
nuestra civilización y es el resultado de una ciencia sin valores. Es una nueva
forma de esclavitud y discriminación e importa, al menos, una violación a dos
principios fundamentales en que se basan todos los derechos del hombre: la
igualdad y la no discriminación.
Se vulnera la igualdad al consagrarse una forma de dominación del
hombre por el hombre. También se vulnera la no discriminación, porque la
clonación supone una selección eugenésica. Por ello, nos parece que el
proyecto es acertado en prohibir ambos tipos de clonación.
Además, la iniciativa garantiza que la información genética de una
persona será reservada, sin perjuicio de las facultades que en esta materia
tengan los tribunales de justicia.
También se establece que la recolección, almacenamiento, tratamiento y
difusión de los datos genéticos de las personas se ajustará a las disposiciones
de la ley sobre protección de datos de carácter profesional.
Asimismo, el proyecto contempla dos figuras penales: una, para quien
intente clonar o realizar cualquier procedimiento dirigido a la selección de
personas y, la otra, para quien falsifique el acta donde conste el
consentimiento o use maliciosamente, con cualquier fin, un acta falsa.
Por último, señala que corresponderá al Ministerio de Salud establecer,
mediante reglamento, las normas que complementen o desarrollen los
contenidos de esta ley.
Anuncio que la bancada de la UDI votará favorablemente el texto
contenido en el segundo informe de la Comisión de Salud, y esperamos que la
honorable Cámara haga lo mismo.
He dicho.
El señor ASCENCIO (Presidente).- Doy la bienvenida a esta Sala al
senador señor Mariano Ruiz-Esquide, uno de los autores del proyecto que
regula la investigación científica en seres humanos, su genoma y prohíbe la
clonación humana.
Tiene la palabra el diputado señor Alejandro Navarro.
El señor NAVARRO.- Señor Presidente, es importante contar con la
presencia del senador señor Mariano Ruiz-Esquide, quien ha impulsado, junto a
otros senadores y en su condición de médico, el debate de un proyecto,
originado en moción parlamentaria, que ha situado al Congreso chileno en la
cima del debate internacional con un tema tan importante como es la
manipulación del genoma humano.
Durante el primer trámite constitucional -lo digo para clarificar mi
segunda intervención- presenté un conjunto de indicaciones, entre ellas una al
artículo 20, que fue aprobada, que da cuenta de un problema que es
recurrente al momento de dictar las leyes. Ciertas sanciones no siempre
resultan las más adecuadas y terminan perjudicando la ley cuando los montos
de las multas son muy bajos o no se aplican. Las leyes pierden así eficiencia.
Ello quedó claramente reflejado durante el debate sobre el bosque nativo y, en
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particular, a propósito de los últimos incendios forestales.
El artículo 20 del proyecto original establecía que aquel que desarrolle
proyectos de investigación científico biomédica en seres humanos o en su
genoma, sin previa autorización del comité ético científico respectivo, será
sancionado con una multa de diez a veinte unidades tributarias mensuales.
La indicación, aprobada afortunadamente, recogió la idea de sancionar
con la suspensión por tres años del ejercicio profesional y con la prohibición
absoluta en el territorio nacional en caso de reincidencia.
Una multa puede ser fácilmente pagada y registrada contablemente
como gasto general. Por lo tanto, se requería una señal potente de que esta
regulación no iba a constituir un adorno ni un testimonio, sino que la
legislación que hoy discutimos, y espero que sea aprobada, debe ser cumplida.
Por otra parte, presentamos indicación al artículo 1º, sobre un tema de
fondo, pero que no pertenece al debate de este proyecto, cual es la concepción
de la vida, cuándo comienza la vida.
Aquí estamos discutiendo sobre la regulación de la investigación
científica en el ser humano, su genoma y la prohibición de clonar, pero no
acerca de cuándo comienza la vida. Ése es un debate de carácter moral, pero
con clara significación religiosa, porque el momento en que el ser humano
comienza a tener vida, en el concepto filosófico-moral sustentado, por
ejemplo, por la religión católica, es uno. Es una visión respetable, pero de la
cual muchos diferimos.
No estamos debatiendo cuándo comienza la vida ni pretendemos
sancionar la visión de una parte importante de la sociedad chilena, como la
Iglesia Católica, por más respetable que sea.
Por lo tanto, parece absolutamente inapropiado, tal como lo reflejó el
debate, que se enuncie en el artículo 1º el concepto de “seres humanos” y no
de personas.
Al establecer el concepto de seres humanos estamos introduciendo una
grave distorsión jurídica, porque el Código Civil, en sus artículos 25 y 55, se
refiere a personas. Incluso, su artículo 75 señala que la ley protege la vida del
que está por nacer y brinda protección al neonato. Por lo tanto, usar la
expresión seres humanos no se condice con el resto de la legislación nacional.
Al enunciar la expresión “seres humanos”, se introduce un nuevo
concepto en la legislación nacional; no cabe duda jurídica sobre ello.
Lo que buscaba el Senado era dar protección jurídica para el tratamiento
de los temas ya enunciados.
El momento en que comienza la vida es una materia compleja y sobre la
cual no hay unanimidad en esta Cámara, en el país ni en el mundo. Sobre ese
tema debe darse un debate e invito a los diputados que se opusieron a este
artículo a realizarlo. Los diputados señores Melero y Bayo tienen una visión
diferente de la mía, sin duda importante, pero el proyecto no aborda esa materia.
De mantenerse ese concepto habremos distorsionado y desviado la
intencionalidad de la iniciativa.
Por ello, junto con los comités del Partido Socialista, del Partido por la
Democracia y del Partido Radical, presentaremos una indicación para insistir en
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DISCUSIÓN EN SALA
los conceptos a los cuales me he referido.
Del mismo modo, consideramos que debe establecerse el concepto de
persona para hacer efectiva la ley; de lo contrario, los jueces deberán
enfrentarse a un menudo problema cuando tengan que interpretar si la
defensa que se quiere hacer está referida a los artículos del Código Civil que ya
he mencionado o se trata de una interpretación antojadiza del Parlamento
respecto de cómo deben ser defendidos esos derechos en la legislación actual.
También hemos presentado indicación para eliminar, en el artículo 1º,
las frases “desde el momento de la concepción” y “los seres humanos”, para
ser reemplazadas por “las personas”.
Igualmente, los diputados señores Robles, Bustos y Jarpa plantearon un
debate en la Comisión, que parece del todo necesario retomar, para clarificar e
informar a los diputados que no participaron en la discusión del concepto de la
clonación.
La clonación propiamente tal, copia idéntica o casi idéntica de un ser
humano, es diferente de la reproducción de tejidos. Así lo manifestó el doctor
Zegers, especialista invitado a la Comisión. Es decir, lo que se quiere regular
es la clonación reproductiva, evitar que se reproduzcan seres humanos
idénticos. La clonación no reproductiva, cuya finalidad es obtener células
madres con fines terapéuticos para salvar vidas, para enfrentar enfermedades
como el cáncer u otras derivadas de defectos hereditarios, no puede ser
vedada por el proyecto.
Quiero llamar la atención de los colegas parlamentarios. Con la
modificación introducida al texto del Senado estamos fijando una limitación
absolutamente inaceptable al desarrollo científico. Esto es de una miopía que
no tiene nombre, y por eso vamos a insistir con nuestra indicación.
¿Qué les vamos a decir a las madres que tienen hijos enfermos,
particularmente a quienes imploran una oportunidad de vida para reemplazar
órganos que han fallado en su cuerpo y que con ellos, restaurados, pueden
seguir viviendo?
Aquí ha faltado debate, y si lo ha habido, ha sido obsecuente, porque
cerrarse, negar la posibilidad de la clonación con fines terapéuticos de células
madres, de manera de contar con tejidos que reemplacen órganos vitales para
prolongar o salvar la vida, no me parece adecuado. Lo que estamos
introduciendo, al insistir en aquello, es una limitación que sin duda será
rechazada por el mundo científico nacional.
Cuando el diputado señor Robles plantea la necesidad de incorporar,
luego del vocablo clonación, el concepto reproductiva, está señalando
claramente el tipo de clonación que no queremos, la necesidad de regular la
clonación humana; hacer copias idénticas o casi idénticas.
Queremos insistir y llamar la atención en que el cultivo de tejidos es
distinto de la clonación de tejidos. Esto tiene que ver con un debate que en el
mundo científico se está dando.
Coincidimos plenamente en establecer la prohibición de la clonación
reproductiva en seres humanos, pero estamos dispuestos a abrirnos de
manera regulada a la clonación que permita la producción y el cultivo de
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tejidos a fin de salvar vidas humanas.
Muchos transplantes de órganos, realizados para prolongar o defender la
vida, se generan a partir del cultivo de tejidos, lo que tiene que ser respaldado
por la Cámara de Diputados. Y si ha faltado debate, las indicaciones que hemos
presentado tienen que dar lugar a ello en la Comisión y en Sala.
En el informe están claramente señaladas -el diputado señor Rossi
participó en el debate de la Comisión- las diferencias entre clonar y clonar con
fines terapéuticos.
Las indicaciones que hemos presentado no tienen el afán de polemizar
con la Iglesia Católica ni con la visión particular religiosa de algunos diputados.
Existe libertad de culto, de creencias, pero no por ello, en el momento de
debatir un proyecto que busca prohibir la clonación de seres humanos, con el
cual todos estamos de acuerdo, se puede pretender incorporar elementos que
terminen perjudicando el desarrollo científico de manera inexplicable.
Los invito a reflexionar con el fin de no limitar el trabajo científico que
salvará nuevas vidas y así poder desarrollar en nuestro país un área en la cual
existen demandas permanentes, de todos los niveles sociales y culturales, por
contar con la tecnología y el conocimiento científico necesarios para poder
salvar vidas.
Las indicaciones no pretenden alargar de manera infinita el debate, sino
situarlo adecuadamente. Si hay quienes piensan que pueden haber ganado
puntos al establecer los conceptos de inicio de la vida o de seres humanos, en
reemplazo de personas, dando una visión unilateral sobre el tema, se han
equivocado. Podemos llegar al acuerdo de generar un nuevo proyecto de ley
donde discutamos el inicio de la vida, pero no en este momento, porque así
limitaremos una iniciativa extraordinariamente importante.
Vamos a votar a favor del proyecto e insistir en las disposiciones
señaladas.
He dicho.
El señor ASCENCIO (Presidente).- Tiene la palabra el diputado señor
Accorsi.
El señor ACCORSI.- Señor Presidente, quiero aprovechar la ocasión
para hacer un reconocimiento al senador señor Mariano Ruiz-Esquide, quien se
encuentra en la Sala. Esta iniciativa, que nace en el Senado y que se adelanta
en el tiempo, busca legislar acerca de algo tan importante como es la
investigación científica en el ser humano y en su genoma.
Este proyecto ha sido perfeccionado, y hoy tenemos uno que, en lo
sustantivo, regula toda la investigación y nos pone a la cabeza de muchos
países latinoamericanos sobre el tema.
Quiero insistir en que pediremos votación separada para el artículo 1º. El
fundamento, que ya lo han dado otros colegas, es que estamos discutiendo un
proyecto sobre clonación, lo que nos permite abrir un debate sobre el inicio de
la vida -como se ha hecho en todas partes del mundo-, tema en el que no hay
acuerdo a nivel científico ni tampoco una sola postura. En consecuencia, con la
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DISCUSIÓN EN SALA
modificación que establece que la vida comienza desde la concepción se
introduce un factor filosófico, un factor que engarza con el ámbito religioso.
Como médico, estoy convencido de que debemos eliminar esa postura para
decir que protegemos la vida desde su inicio, lo cual nos obliga a tener un
debate amplio a nivel nacional, tal como se hizo con el tema de la certificación
de la muerte, respecto de lo cual se dictó una ley. Si se concreta esto,
podremos decir en el Congreso Nacional que en Chile se está debatiendo cuál
es el inicio de la vida, teniendo claro que actualmente hay diferentes conceptos
al respecto, porque para algunos es el momento de la concepción, o sea,
cuando se une el óvulo con el espermatozoide; para otros es el momento de la
anidación de ese óvulo y su división celular en la matriz uterina.
Por lo tanto, no corresponde votar hoy el artículo 1º con esa acepción. El
Partido por la Democracia presentará una indicación, esperamos que otros
comités nos respalden para pedir votación separada del artículo 1º y reponer la
indicación, estableciendo que respetamos y protegemos la vida desde su inicio,
pero no poniendo el apellido, porque aún no hemos hecho el debate.
He dicho.
El señor ASCENCIO (Presidente).- Tiene la palabra el diputado señor
Fulvio Rossi.
El señor ROSSI.- Señor Presidente, felicito al senador Mariano RuizEsquide por su iniciativa.
Quiero clarificar algunos conceptos que se han señalado en el debate.
Pareciera ser que el proyecto de ley sólo tiene relación con el genoma
humano y con la prohibición de la clonación reproductiva, es decir, con copiar
idénticamente a un individuo desde el punto de vista del ADN, de la genética, lo
que atenta claramente contra la identidad genética de los seres humanos. Sin
embargo, el título del documento respectivo dice: “Segundo informe de la
Comisión de Salud sobre el proyecto de ley que regula la investigación científica
en el ser humano, su genoma y prohíbe la clonación humana”. Me cuesta trabajo
pensar que se pueda regular la investigación científica sobre un ser humano si no
sabemos qué se entiende por ser humano. Muchas veces se deben adoptar
ciertas convenciones. No es que crea que hay verdades absolutas, pero se llegó a
la convención de que la muerte cerebral era la muerte del individuo. Hace
cincuenta años se decía que el paro cardiorrespiratorio, es decir, la muerte del
corazón, era la muerte del individuo. Hoy, con la finalidad de obtener órganos
para las donaciones a partir de pacientes que estén en muerte cerebral o en
estado vegetativos persistente, se llegó a la conclusión bioética de que la muerte
cerebral era la muerte del individuo.
De igual manera, si hoy queremos proteger la vida y regular la
investigación científica en seres humanos, se debe determinar qué se entiende
por seres humanos.
Por eso, la Comisión, después de un intenso y largo debate, y de
escuchar a múltiples especialistas y científicos que han tenido un rol
protagónico en la discusión de estos temas, quienes representan posturas
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DISCUSIÓN EN SALA
diferentes, se llegó a la conclusión de que la vida empieza desde el momento
mismo de la fecundación. No obstante, otros dirán que la vida empieza desde
los tres meses; varios señalarán que empieza desde el nacimiento, unos
cuantos se preguntarán qué diferencia existe entre un feto de nueve meses y
un recién nacido de una hora. Para algunos, como Watson y Crick, quienes son
famosos por el descubrimiento del ADN, lo que les permitió obtener el Premio
Nobel de Medicina y Fisiología en 1962, la vida tiene relación con la
maduración neurológica y, por lo tanto, la del ser humano se iniciaría a los
cuatro años.
En suma, existen demasiadas interpretaciones en relación con esta
materia, pero pienso que, en estricto rigor, era necesario que la Comisión
estableciera algún tipo de convención con respecto al inicio de la vida, punto
que considero crucial.
Estamos de acuerdo en que es positivo que se regule la investigación
científica en seres humanos; en que exista una comisión nacional de bioética,
que se encargue de ello; en que en todos los centros donde se investigue haya
comités ético-científicos, y también en prohibir la clonación humana.
En relación con el último aspecto, deseo detenerme un momento. La
palabra “clonación” tiene una sola gran acepción, cual es que se trata de la
copia genética idéntica de un individuo.
Por otra parte, se clarificó que no existe el concepto de clonación
terapéutica. ¿Por qué la clonación tendría que ser terapéutica? Lo que existe es
la posibilidad de, a partir de un embrión, es decir, de un huevo fecundado,
obtener una célula madre totipotencial, que puede diferenciarse en múltiples
tejidos, los que se pueden cultivar tejido para realizar trasplantes u otro tipo
de terapias. Pero, ¿cuál es el meollo del asunto? Que al manipular un embrión
con la tecnología de la ciencia moderna, se lo destruye.
Entonces, la pregunta que uno se hace es la siguiente: si en el embrión
ya existe vida o, al menos, un proyecto vital, alguien que está llamado a ser,
que va a nacer al cumplir nueve meses, ¿por qué tendríamos el derecho de
destruirlo para dar vida a otros? Desde ese punto de vista, no entiendo por
qué, para poder prolongar la vida de alguien o dar vida a otros, se permita
destruir una vida o un proyecto vital.
Sobre esta materia se produjo una amplia discusión en la Cámara, ya que
un punto central es establecer cuándo empieza la vida. Si el embrión es vida, con
lo que concuerdo plenamente, autorizar una intervención que lo destruya
significaría atentar contra los mismos objetivos a que tiende el procedimiento
“terapéutico”.
Creo que hay consenso en una gran cantidad de temas: es necesario
regular la investigación científica en el ser humano; es importante que exista
consentimiento informado; que, dada la asimetría existente entre el científico y
el paciente, es conveniente que exista un ente que garantice los derechos
mínimos de este último. Pero también creo importante y necesario, lo que se
desprende del mismo título del proyecto de ley, establecer cuándo comienza la
vida.
Por eso, también votaré favorablemente el artículo 1º.
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DISCUSIÓN EN SALA
He dicho.
El señor ASCENCIO (Presidente).- Tiene la palabra el diputado señor
Alberto Robles.
El señor ROBLES.- Señor Presidente, agradezco la presencia del
senador Ruiz-Esquide, uno de los autores de la iniciativa.
El proyecto que el Senado despachó a la Cámara ha sido absolutamente
modificado. Como hemos dicho en varias ocasiones, lo que se pretendía
originalmente era regular la investigación científica en seres humanos y que se
prohibiera la clonación.
Sin embargo, hoy estamos ante un proyecto que ha incorporado
conceptos tremendamente complejos en nuestra legislación. En verdad, me
parece que se trata de una materia que ni siquiera la sociedad chilena ha
discutido. Incluso más, los conceptos que quieren incorporar algunos
parlamentarios son de amplia discusión, con posiciones muy fundamentadas,
en el seno de la Organización Mundial de la Salud.
Lo cierto es que cuando el senador Ruiz-Esquide presentó su moción,
jamás pretendió legislar respecto de estos temas controversiales.
El primero de ellos es que toda nuestra legislación, y así lo señala la Carta
Fundamental, habla de “personas”. Y cuando uno habla de personas en el
derecho civil y en el derecho penal queda claro lo que es una persona, cuestión
que enuncia la Constitución Política. Sin embargo, con el proyecto se quiere
hablar de “ser humano”, lo que nos hace entrar en un concepto muy distinto; ya
no vamos a legislar respecto de las personas, sino de los seres humanos. Con
esa simple modificación que se pretende realizar al proyecto entramos en un
tema complejísimo.
¿Qué es un ser humano en términos no sólo científicos, sino también
legales? ¿Son células? ¿Es el genoma? Lo cierto es que ésta es una discusión
filosófica tremenda, y legalmente también es un debate muy importante e
interesante.
Los colegas que presentaron indicación para cambiar la expresión “de los
seres humanos” por “las personas” han pretendido incorporar el tema tal vez más
importante desde el punto de vista de la discusión filosófica y teórica, no sólo en
relación con el concepto de ser humano, sino también con el de cuándo comienza
la vida de un ser humano.
Cuando se revisan los conceptos que señalan diferentes autores, desde
el punto de vista científico, filosófico, religioso o, incluso, dogmático, sobre “ser
humano”, “persona” o “inicio de la vida”, encontramos diferencias notables en
el mundo entero.
El señor ASCENCIO (Presidente).- Señor diputado, estamos llegando al
término del tiempo del Orden del Día.
Por lo tanto, le pido que redondee la idea y concluya su discurso.
El señor ROBLES.- Señor Presidente, ocuparé muy pocos minutos más
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DISCUSIÓN EN SALA
para terminar mi intervención.
El tema sobre el cual estamos legislando es muy importante y sus
consecuencias legales sobre la sociedad, nuestra forma de vida y nuestro
desarrollo, especialmente las modificaciones al artículo 1º propuestas por
nuestros colegas más conservadores, pueden resultar muy nocivas.
Como Comité, junto con el Partido por la Democracia, pedimos votar por
separado el artículo 1º y aprobar la indicación que presentamos a la Mesa.
Además, pedimos al senador Ruiz-Esquide, en particular, y al Senado, en
general, que profundice el tema en forma mucho más acuciosa, porque, a mi
juicio, en la Cámara de Diputados se le dio una mirada extremadamente
simplista. Ambas opiniones, tanto la que afirma que la vida comienza con la
concepción, es decir, con la preñez de una mujer, como aquella que sostiene que,
en términos legales, los seres humanos deben ser evaluados y no las personas,
llaman a una confrontación jurídica, filosófica y ética muy importante.
La bancada radical no está a favor del artículo 1º propuesto por algunos
señores diputados y queremos que sea votado por separado.
He dicho.
El señor ASCENCIO (Presidente).- Están inscritos para intervenir el
diputado señor Carlos Abel Jarpa y la diputada señora María Angélica Cristi.
Como ha terminado el tiempo del Orden del Día, pido el acuerdo
unánime de la Sala para concederles tres minutos a cada uno para que
intervengan y luego procedamos a votar.
¿Habría acuerdo en tal sentido?
Acordado.
Tiene la palabra el diputado señor Carlos Abel Jarpa.
El señor JARPA.- Señor Presidente, agradezco a la Sala la oportunidad
de intervenir más allá del Orden del Día.
Quiero manifestar nuestro reconocimiento al senador señor Mariano
Ruiz-Esquide por su preocupación en un tema tan importante como es que
nuestro país tenga una legislación que regule la investigación científica sobre el
genoma y, especialmente, la clonación.
Como muy bien lo expresó el diputado señor Francisco Bayo en su
informe, queda prohibida la clonación humana. Pienso que eso es muy
importante, ya que en nuestro país, tanto el Ejecutivo como el Congreso han
demostrado la preocupación por regular un tema tan importante como la
clonación humana, en el que hay aspectos desde los puntos de vista jurídico,
político y ético que, por supuesto, se transforman en problemas sociales.
Tal como lo han expresado los diputados señores Alejandro Navarro y
Alberto Robles, manifiesto nuestra preocupación sobre el artículo 1º. En
conjunto con el diputado señor Juan Bustos, presentamos la indicación para
sustituir los términos “los seres humanos”, por “las personas”. Creemos que
aquí hay dos objetivos muy importantes: el primero es estar de acuerdo con
nuestra Carta Fundamental, la cual se refiere a personas; el segundo, ya
señalado, es determinar cuando se inicia la vida.
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DISCUSIÓN EN SALA
Ayer vimos, una vez más, una controversia con respecto al uso de la
“píldora del día después”. También está pendiente en el Senado la votación
sobre la Convención de Derechos de la Mujer.
Reitero mis felicitaciones al senador Mariano Ruiz-Esquide y al Congreso
por votar esta iniciativa que convierte a Chile en uno de los primeros países en
tocar un tema tan importante como la clonación humana.
He dicho.
El señor ASCENCIO (Presidente).- Tiene la palabra la diputada señora
María Angélica Cristi.
La señora CRISTI (doña María Angélica).- Señor Presidente, quiero
informar a los diputados que cuestionan el artículo 1º, que define claramente
la finalidad de proteger la vida de los seres humanos desde el momento de la
concepción, su integridad física y síquica, así como su dignidad e identidad
genética para permitir la investigación científica, que fue el concepto cuya
discusión demoró más de dos o tres años.
Es imposible legislar en esta materia si no nos ponemos de acuerdo en
determinar cuándo se inicia la vida. Ello, sin duda, va mucho más allá de
conceptos religiosos, católicos, como se ha señalado acá, y de distintas
tendencias ideológicas o políticas. Para avanzar en el proyecto, es
absolutamente necesario definir el momento en que se inicia la vida humana.
Quizás, es uno de los desafíos más grandes del proyecto, porque para los que
estamos convencidos, más allá de nuestras creencias religiosas, de que la vida
se inicia al momento de la concepción, hemos visto que en el mundo, incluso
en países como Inglaterra y otros donde se ha legalizado, por mayoría
parlamentaria, la eliminación de embriones humanos una vez utilizadas sus
células con fines terapéuticos para curar enfermedades hasta hoy incurables.
Eso ha hecho el parlamento británico al autorizar la clonación embrionaria
antes de los 14 días de la gestación. Hay millones de embriones congelados en
el mundo, es decir, millones de seres humanos, y ni siquiera se sabe qué se
puede hacer con ellos.
No es fácil comprender cómo se diferencia la vida de una persona entre
antes y después de 14 días de desarrollo uterino, como si en el día 15 se
transformara en un ser con todos los derechos y antes de ese día sólo era una
cosa, cuando científicamente se ha comprobado la existencia de vida en ese
ser en gestación desde el momento de su concepción.
No se trata de detener la investigación científica y médica; por el
contrario, debemos impulsarla, especialmente cuando estamos hablando de
mejorar la vida de las personas y de curar enfermedades hasta ahora
incurables. Sin embargo, esta investigación tiene límites éticos y morales que
deben ser respetados ante todo, incluso, cuando el fin sea tan noble como
sanar a un enfermo. Por lo tanto, es fundamental estar alertas ante la forma
como se presentan determinadas noticias por los medios de comunicación, ya
que es muy fácil caer en la compasión frente a un enfermo que no tiene cura y
aceptar una solución moralmente inaceptable, cual es destruir los embriones
Historia de la Ley Nº 20.120
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DISCUSIÓN EN SALA
humanos, pues para sanar no es legítimo matar a otro ser en potencia, como
es el embrión.
En consecuencia, estamos de acuerdo con la descripción del artículo 1º.
Insistimos en que si no queda claro el momento en que se produce la vida,
entonces, no podremos legislar sobre este proyecto.
He dicho.
El señor ASCENCIO (Presidente).- Cerrado el debate.
-Con posterioridad, la Sala se pronunció sobre este proyecto en los
siguientes términos:
El señor ASCENCIO (Presidente).- Corresponde votar el proyecto de ley
que fija normas sobre investigación científica en seres humanos, legisla el
genoma y prohíbe la clonación.
Se declaran aprobados por no haber sido objeto de indicaciones o de
modificaciones los artículos 2º, 4º, 7º, 8º, 13, 14, 16, 18, 19 y 21 del
proyecto.
En primer lugar, se votará el artículo 1º, que fue objeto de indicación.
El señor Secretario va a dar lectura a la indicación.
El señor LOYOLA (Secretario).- La indicación de los diputados señores
Tuma, Accorsi, Robles, Jarpa, Montes, Palma y Navarro es la siguiente: “Para
sustituir en el artículo 1º los términos “los seres humanos” por “las personas”,
y para eliminar la frase “desde el momento de la concepción”.
1º.
El señor ASCENCIO (Presidente).- En votación la indicación al artículo
-Efectuada la votación en forma económica, por el sistema electrónico,
dio el siguiente resultado: por la afirmativa, 37 votos; por la negativa, 62
votos. Hubo 1 abstención.
El señor ASCENCIO (Presidente).- Rechazada.
-Votaron por la afirmativa los siguientes señores diputados:
Accorsi, Aguiló, Allende (doña Isabel), Ascencio, Ceroni, Encina,
Escalona, Espinoza, Girardi, González (don Rodrigo), Hales, Ibáñez (doña
Carmen), Jaramillo, Jarpa, Jeame Barrueto, Leal, Letelier (don Juan Pablo),
Letelier (don Felipe), Longton, Meza, Montes, Muñoz (don Pedro), Navarro,
Palma, Paredes, Pérez (don José), Pérez (don Aníbal), Quintana, Robles, Saa
(doña María Antonieta), Salas, Sánchez, Soto (doña Laura), Tarud, Tohá (doña
Carolina), Tuma y Venegas.
-Votaron por la negativa los siguientes señores diputados:
Alvarado, Álvarez-Salamanca, Araya, Barros, Bauer, Bertolino, Burgos,
Caraball (doña Eliana), Cardemil, Cornejo, Correa, Cristi (doña María Angélica),
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DISCUSIÓN EN SALA
Cubillos (doña Marcela), Delmastro, Díaz, Dittborn, Egaña, Errázuriz, Forni,
Galilea (don Pablo), Galilea (don José Antonio), García (don René Manuel),
García-Huidobro, González (doña Rosa), Guzmán (doña Pía), Hernández,
Ibáñez (don Gonzalo), Kast, Kuschel, Leay, Longueira, Lorenzini, Luksic,
Martínez, Masferrer, Molina, Monckeberg, Moreira, Mulet, Norambuena,
Olivares, Ortiz, Paya, Pérez (don Ramón), Pérez (don Víctor), Prieto, Recondo,
Riveros, Rojas, Rossi, Saffirio, Salaberry, Sepúlveda (doña Alejandra), Silva,
Tapia, Uriarte, Urrutia, Varela, Vargas, Vilches, Von Mühlenbrock y Walker.
-Se abstuvo el diputado señor Ojeda.
El señor ASCENCIO (Presidente).- En votación el artículo 1º propuesto
en el informe.
-Efectuada la votación en forma económica, por el sistema electrónico,
dio el siguiente resultado: por la afirmativa, 71 votos; por la negativa, 21
votos. Hubo 1 abstención.
El señor ASCENCIO (Presidente).- Aprobado.
-Votaron por la afirmativa los siguientes señores diputados:
Aguiló, Alvarado, Álvarez-Salamanca, Allende (doña Isabel), Araya,
Ascencio, Barros, Bauer, Bertolino, Burgos, Caraball (doña Eliana), Cardemil,
Cornejo, Correa, Cristi (doña María Angélica), Cubillos (doña Marcela),
Delmastro, Díaz, Dittborn, Egaña, Escalona, Espinoza, Forni, Galilea (don José
Antonio), García (don René Manuel), García-Huidobro, González (doña Rosa),
Guzmán (doña Pía), Hernández, Ibáñez (don Gonzalo), Ibáñez (doña Carmen),
Kast, Kuschel, Letelier (don Felipe), Longueira, Lorenzini, Luksic, Martínez,
Masferrer, Mella (doña María Eugenia), Molina, Monckeberg, Moreira, Mulet,
Norambuena, Ojeda, Olivares, Ortiz, Paya, Pérez (don Ramón), Pérez (don
Víctor), Prieto, Recondo, Riveros, Rojas, Rossi, Saffirio, Salaberry, Salas,
Seguel, Sepúlveda (doña Alejandra), Silva, Tapia, Uriarte, Urrutia, Valenzuela,
Varela, Vargas, Vilches, Von Mühlenbrock y Walker.
-Votaron por la negativa los siguientes señores diputados:
Accorsi, Ceroni, Girardi, Jaramillo, Jarpa, Jeame Barrueto, Leal, Letelier
(don Juan Pablo), Meza, Muñoz (don Pedro), Navarro, Palma, Paredes, Pérez
(don José), Pérez (don Aníbal), Quintana, Robles, Saa (doña María Antonieta),
Sánchez, Tohá (doña Carolina) y Venegas.
-Se abstuvo el diputado señor Encina.
El señor ASCENCIO (Presidente).- Así se hará, señor diputado.
Solicito el acuerdo de la Sala para votar de una sola vez los artículos 3º,
5º, 6º, 9º, 10, 11, 12, 15, 17 y 20.
¿Habría acuerdo?
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DISCUSIÓN EN SALA
Acordado.
En votación.
-Efectuada la votación en forma económica, por el sistema electrónico, dio
el siguiente resultado: por la afirmativa, 101 votos. No hubo votos por la
negativa ni abstenciones.
El señor ASCENCIO (Presidente).- Aprobados.
Despachado el proyecto.
-Votaron por la afirmativa los siguientes señores diputados:
Accorsi, Aguiló, Alvarado, Álvarez-Salamanca, Allende (doña Isabel),
Araya, Ascencio, Barros, Bauer, Bayo, Becker, Bertolino, Burgos, Caraball
(doña Eliana), Cardemil, Ceroni, Cornejo, Correa, Cristi (doña María Angélica),
Cubillos (doña Marcela), Delmastro, Díaz, Dittborn, Egaña, Encina, Errázuriz,
Escalona, Espinoza, Forni, Galilea (don Pablo), Galilea (don José Antonio),
García (don René Manuel), García-Huidobro, Girardi, González (doña Rosa),
González (don Rodrigo), Guzmán (doña Pía), Hales, Hernández, Ibáñez (don
Gonzalo), Ibáñez (doña Carmen), Jaramillo, Jarpa, Jeame Barrueto, Kast,
Kuschel, Leal, Leay, Letelier (don Felipe), Longueira, Lorenzini, Luksic,
Martínez, Masferrer, Mella (doña María Eugenia), Meza, Molina, Monckeberg,
Montes, Moreira, Muñoz (don Pedro), Navarro, Norambuena, Ojeda, Olivares,
Ortiz, Palma, Paredes, Paya, Pérez (don José), Pérez (don Aníbal), Pérez (don
Ramón), Pérez (don Víctor), Prieto, Quintana, Recondo, Riveros, Robles, Rojas,
Rossi, Saa (doña María Antonieta), Saffirio, Salaberry, Salas, Sánchez, Seguel,
Silva, Soto (doña Laura), Tapia, Tarud, Tohá (doña Carolina), Tuma, Uriarte,
Urrutia, Valenzuela, Varela, Vargas, Venegas, Vilches, Von Mühlenbrock y
Walker.
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OFICIO MODIFICACIONES
2.7. Oficio de Cámara Revisora a Cámara de Origen.
Oficio de aprobación de Proyecto con modificaciones. Fecha 09 de marzo,
2005. Cuenta en Sesión 37, Legislatura 352. Senado.
A S. E.
EL PRESIDENTE
DEL H. SENADO
Oficio Nº 5419
VALPARAÍSO, 9 de marzo de 2005
La Cámara de Diputados, en sesión de esta fecha, ha
dado su aprobación al proyecto de ley de ese H. Senado, que regula la
investigación científica en el ser humano, su genoma y prohíbe la clonación
humana, boletín N° 1993-11(S), con las siguientes enmiendas:
Artículo 1°
Lo ha reemplazado por el siguiente:
mlp/mes
S.48
“Artículo 1°.- Esta ley tiene por finalidad proteger la vida
de los seres humanos, desde el momento de la concepción, su integridad física y
psíquica, así como su diversidad e identidad genética, en relación con la
investigación científica biomédica y sus aplicaciones clínicas.”.
Artículo 2º
Lo ha eliminado.
******
siguiente redacción:
Ha consignado como artículo 2°, el artículo 6°, con la
“Artículo 2°.- La libertad para llevar a cabo actividades de
investigación científica biomédica en seres humanos tiene como límite el respeto
a los derechos y libertades esenciales que emanan de la naturaleza humana,
reconocidos tanto por la Constitución Política de la República como por los
tratados internacionales ratificados por Chile y que se encuentren vigentes.”.
Artículo 3º
Lo ha reemplazado por el siguiente
Historia de la Ley Nº 20.120
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OFICIO MODIFICACIONES
“Artículo 3°.- Prohíbese toda práctica eugenésica,
entendiéndose por tal cualquier especie de intervención sobre el genoma cuyo
propósito sea modificarlo hereditariamente.”.
Artículo 4°
En su inciso primero, ha sustituido las expresiones
iniciales “Se prohíbe” por “Prohíbese” y ha intercalado la voz “arbitraria”, entre
los vocablos “discriminación” y “basada”.
Ha consultado el siguiente inciso segundo, nuevo:
“En consecuencia, los resultados de exámenes genéticos
y análisis predictivos de la misma naturaleza no podrán ser utilizados con ese
fin.”.
Artículo 5°
Lo ha suprimido
******
Ha consignado como artículo 5°, nuevo, el siguiente:
“Artículo 5º.- Prohíbese la clonación de seres humanos,
cualesquiera que sean el fin perseguido y la técnica utilizada.”.
******
Artículo 6°
anteriormente.
Ha pasado a ser artículo 2°, con la redacción señalada
******
Ha consultado como artículo 6°, el siguiente:
“Artículo 6º.- El cultivo de tejidos y órganos sólo
procederá con fines de diagnósticos terapéuticos o de investigación científica. En
ningún caso podrán destruirse embriones humanos para obtener las células
troncales que den origen a dichos tejidos y órganos.”.
******
Artículo 7°
Lo ha eliminado
Historia de la Ley Nº 20.120
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OFICIO MODIFICACIONES
******
siguientes enmiendas:
Ha consultado como artículo 7°, el artículo 10, con las
Ha reemplazado, en el inciso primero, la frase “está
destinada al tratamiento de enfermedades o a impedir su aparición”. por la
siguiente: “estará autorizada sólo con fines de tratamiento de enfermedades o a
impedir su aparición”.
Ha suprimido el inciso segundo.
******
Artículo 8°
Lo ha suprimido
******
Ha consignado como artículo 8°, el artículo 12, redactado
como sigue:
“Artículo 8º.- El conocimiento del genoma humano es
patrimonio común de la humanidad. En consecuencia, nadie puede atribuirse ni
constituir propiedad sobre el mismo ni sobre parte de él. El conocimiento de la
estructura de un gen y de las secuencias totales o parciales de ADN no son
patentables.
Los procesos biotecnológicos derivados del conocimiento
del genoma humano, así como los productos obtenidos directamente de ellos,
diagnósticos o terapéuticos, son patentables según las reglas generales.”.
******
Artículo 9°
Lo ha suprimido
******
Ha consultado el siguiente artículo 9°, nuevo:
“Artículo 9º.- Sólo se podrá investigar y determinar la
identidad genética de un ser humano si se cuenta con su consentimiento previo
e informado o, en su defecto, el de aquél que deba suplir su voluntad en
conformidad con la ley. Lo anterior es sin perjuicio de la facultad de los
tribunales de justicia, en la forma y en los casos establecidos en la ley.”.
Artículo 10
Historia de la Ley Nº 20.120
Página 370 de 581
OFICIO MODIFICACIONES
Lo ha consignado
modificaciones mencionadas oportunamente.
como
artículo
7°,
con
las
******
Ha consultado como artículo 10, el siguiente:
“Artículo 10.- Toda investigación científica en seres
humanos que implique algún tipo de intervención física o psíquica deberá ser
realizada siempre por profesionales idóneos en la materia, justificarse en su
objetivo y metodología y ajustarse en todo a lo dispuesto en esta ley.
No podrá desarrollarse una investigación científica si hay
antecedentes que permitan suponer que existe un riesgo de destrucción, muerte
o lesión corporal grave y duradera para un ser humano.
Tampoco podrá efectuarse una investigación científica
biomédica si existen dudas razonables de que sus riesgos son mayores que sus
eventuales beneficios.
Toda investigación científica biomédica deberá contar con
la autorización expresa del director del establecimiento dentro del cual se
efectúe, previo informe favorable del Comité Ético Científico que corresponda,
según el reglamento.”.
Artículo 11
Lo ha eliminado.
******
Ha incorporado como artículo 11, el siguiente:
“Artículo 11.- Toda investigación científica en un ser
humano deberá contar con su consentimiento previo, expreso, libre e
informado, o, en su defecto, el de aquél que deba suplir su voluntad en
conformidad con la ley.
Para los efectos de esta ley, existe consentimiento
informado cuando se constata que la persona que debe prestarlo conoce los
aspectos esenciales de la investigación, en especial su finalidad, beneficios,
riesgos y alternativas, como consecuencia de habérsele proporcionado
información adecuada, suficiente y comprensible sobre ella. Dentro de esta
información, deberá hacerse especial mención del derecho que tiene de no
autorizar la investigación o de revocar su consentimiento en cualquier momento
y por cualquier medio, sin que ello importe responsabilidad, sanción o pérdida
de beneficio alguno.
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Página 371 de 581
OFICIO MODIFICACIONES
El consentimiento deberá constar en un acta firmada por
la persona que ha de consentir en la investigación, por el director responsable
de ella y por el director del centro o establecimiento donde ella se llevará a
cabo, quien, además, actuará como ministro de fe.
El director responsable de la investigación deberá
conservar el original del acta, entregando una copia de ella a la persona que
autoriza la investigación y otra al director del centro o establecimiento donde
ésta se realizará.
En todo caso, el consentimiento deberá ser nuevamente
solicitado cada vez que los términos o condiciones en que se desarrolle la
investigación sufran modificaciones, salvo que éstas sean consideradas menores
por el Comité Ético Científico que haya aprobado el proyecto de investigación.”.
Artículo 12
Ha pasado a ser artículo 8°, con la redacción ya indicada.
******
Ha consultado
reemplazado por el siguiente:
como
artículo
12,
el
artículo
13,
“Artículo 12.- La información genética de un ser humano
será reservada. Lo anterior es sin perjuicio de las facultades de los tribunales de
justicia, en los casos y en la forma establecidos en la ley. Asimismo, para los
efectos de esta ley, resultan plenamente aplicables las disposiciones sobre
secreto profesional.”.
Artículo 13
Ha
pasado
a
ser
artículo
12,
como
se
indicó
oportunamente.
******
Ha consultado como artículo 13, el siguiente:
“Artículo
13.La
recopilación,
almacenamiento,
tratamiento y difusión del genoma de las personas se ajustará a las
disposiciones de la ley N° 19.628, sobre protección de datos de carácter
personal.
Historia de la Ley Nº 20.120
Página 372 de 581
OFICIO MODIFICACIONES
Los datos del genoma humano que permitan la
identificación de una persona deberán ser encriptados para su almacenamiento
y transmisión.
La encriptación podrá omitirse temporalmente por
razones de utilidad pública.”.
Artículo 14
Lo ha suprimido.
******
Ha consultado como artículo 14, el que sigue:
“Artículo 14.- Prohíbese solicitar, recibir, indagar, poseer
y utilizar información sobre el genoma relativa a una persona, salvo que ella lo
autorice expresamente o, en su defecto, el que deba suplir su voluntad en
conformidad con la ley. Lo anterior es sin perjuicio de las facultades de los
tribunales de justicia, en los casos y en la forma establecidos en la ley.”.
Artículo 15
Lo ha suprimido.
******
Ha consultado como artículo 15, el siguiente:
“Artículo 15.- Créase una Comisión Nacional de Bioética,
que estará integrada por nueve profesionales, expertos en bioética, designados
por el Presidente de la República, con acuerdo del Senado adoptado por los dos
tercios de sus miembros en ejercicio, en sesión especial convocada al efecto.
Los miembros de esta Comisión durarán cuatro años en
sus cargos y podrán ser reelegidos. El Presidente de la República, en el
momento de solicitar el acuerdo del Senado, propondrá al miembro que asumirá
el cargo de Presidente.
La Comisión tendrá una Secretaría Ejecutiva, que
coordinará su funcionamiento y cumplirá los acuerdos que aquélla adopte y
estará conformada por el personal que al efecto asigne el Ministerio de Salud.”.
Artículo 16
Lo ha suprimido.
******
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OFICIO MODIFICACIONES
Ha consultado como artículo 16, el siguiente:
“Artículo 16.- La Comisión Nacional de Bioética tendrá,
entre sus funciones, asesorar a los distintos Poderes del Estado en los asuntos
éticos que se presenten como producto de los avances científicos y tecnológicos
en biomedicina, así como en las materias relacionadas con la investigación
científica biomédica en seres humanos, recomendando la dictación, modificación
y supresión de las normas que la regulen.
Las resoluciones o acuerdos de la Comisión se adoptarán
por simple mayoría, no obstante lo cual deberán hacerse constar las diferencias
producidas en su seno y la posición de minoría.”.
Artículo 17
Lo ha suprimido.
******
Ha consultado como artículo 17, el siguiente:
“Artículo 17.- Todo el que intente crear o cree seres
humanos idénticos a otro por clonación o realice cualquier procedimiento
eugenésico será castigado con presidio menor en sus grados medio a máximo y
con la inhabilitación absoluta para el ejercicio de la profesión durante el tiempo
que dure la condena.
En caso de reincidencia, podrá el infractor ser
sancionado, además, con la pena de inhabilitación perpetua para ejercer la
profesión.”.
Artículo 18
Lo ha eliminado.
******
Ha consultado como artículo 18, el artículo 21, con las
siguientes enmiendas:
En su inciso primero, ha sustituido la frase “genética de
una persona, al margen”, por “sobre el genoma humano, fuera”;reemplazado el
guarismo “13” por “12”.
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OFICIO MODIFICACIONES
Ha sustituido su inciso segundo, por el siguiente:
“El que omitiere la encriptación exigida en esta ley será
sancionado con multa de hasta mil unidades de fomento.”.
******
Artículo 19
Lo ha suprimido.
******
Ha consultado como artículo 19, el siguiente:
“Artículo 19.- El que falsificare el acta a que se refiere el
inciso tercero del artículo 11 será sancionado con la pena de reclusión menor en
su grado mínimo y con multa de 10 a 20 unidades tributarias mensuales.
Igual pena se aplicará a quien maliciosamente usare, con
cualquier fin, un acta falsa.
El que omitiere la referida acta o la confeccionare
manifiestamente incompleta será sancionado con multa de 10 a 20 unidades
tributarias mensuales.”.
Artículo 20
Lo ha suprimido
******
nuevo:
A continuación, ha agregado el siguiente artículo 20,
“Artículo 20.- Todo el que desarrollare un proyecto de
investigación científica biomédica en seres humanos o en su genoma, sin previa
autorización del Comité Ético Científico que corresponda, será sancionado con la
suspensión por tres años del ejercicio profesional y con la prohibición absoluta
en el territorio nacional en caso de reincidencia.”.
******
Artículo 21
Lo ha reubicado como artículo 18, con las modificaciones
señaladas.
Historia de la Ley Nº 20.120
Página 375 de 581
OFICIO MODIFICACIONES
******
En seguida, ha agregado el siguiente artículo 21, nuevo:
“Artículo 21.- Corresponderá al Ministerio de Salud
establecer, mediante reglamento, las normas que complementen o desarrollen
los contenidos de esta ley.”.
Artículo 22
Lo ha eliminado.
Artículo 23
Lo ha suprimido.
******
Lo que tengo a honra comunicar a V.E., en respuesta a
vuestro oficio Nº 17.443, de 14 de marzo de 2001.
Acompaño la totalidad de los antecedentes.
Dios guarde a V.E.
GABRIEL ASCENCIO MANSILLA
Presidente de la Cámara de Diputados
CARLOS LOYOLA OPAZO
Secretario General de la Cámara de Diputados
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INFORME COMISIÓN SALUD
3. Tercer Trámite Constitucional: Senado
3.1. Informe Comisión de Salud.
Senado. Fecha 20 de abril, 2005. Cuenta en Sesión 47. Legislatura 352.
INFORME DE LA COMISIÓN DE SALUD
RECAÍDO EN EL PROYECTO DE LEY, EN
TERCER TRÁMITE CONSTITUCIONAL, QUE
REGULA LA INVESTIGACIÓN CIENTÍFICA EN EL
SER HUMANO, SU GENOMA, Y PROHÍBE SU
CLONACIÓN
(1993-11)
HONORABLE SENADO:
Vuestra Comisión de Salud, en cumplimiento de lo acordado
por la Sala, en sesión de 16 de marzo de 2005, tiene el honor de informaros el proyecto
de ley, en tercer trámite constitucional, que regula la investigación científica en el ser
humano, su genoma, y prohíbe la clonación humana.
A la sesión en que se consideró esta materia asistieron,
además de los miembros de la Comisión, el señor Ministro de Salud, don Pedro García
Aspillada, el señor Jefe de la Unidad de Bioética del Ministerio de Salud, don Rodrigo
Salinas Ríos, y el señor Abogado del Departamento de Asesoría Jurídica, don Sebastián
Pavlovic Jeldres.
Cabe hacer presente que ninguna norma del proyecto
requiere de quórum especial para su aprobación.
---------A continuación se efectúa una relación de las modificaciones
que introdujo la Honorable Cámara de Diputados, en segundo trámite constitucional, al
texto aprobado por el Senado, en primer trámite, así como de los acuerdos adoptados por
la Comisión respecto de las referidas enmiendas.
Artículo 1º
Historia de la Ley Nº 20.120
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INFORME COMISIÓN SALUD
El artículo 1º aprobado por el Senado, en primer trámite
constitucional, dispone que la finalidad del proyecto es proteger la vida, la integridad física
y psíquica de las personas, así como su dignidad e identidad genética, con respecto a la
investigación científica y sus aplicaciones y al ejercicio de la medicina.
La Cámara de Diputados, en segundo trámite constitucional,
lo ha reemplazado por el siguiente:
“Artículo 1°.- Esta ley tiene por finalidad proteger la vida de
los seres humanos, desde el momento de la concepción, su integridad física y psíquica,
así como su diversidad e identidad genética, en relación con la investigación científica
biomédica y sus aplicaciones clínicas.”.
El Honorable Senador señor Viera-Gallo hizo notar que el
Senado, en primer trámite constitucional, trató de no abordar el tema del inicio de la vida,
porque éste, en su oportunidad, llevó al fracaso del proyecto sobre fertilización asistida.
Añadió que la disposición aprobada por la Cámara de
Diputados, en segundo trámite constitucional establece que la ley en discusión tiene por
finalidad proteger la vida de los seres humanos “desde el momento de la concepción”.
Esta última frase, indicó, produce diversas consecuencias. Desde luego, crea un
problema, bastante complejo, con aspectos propios de la fertilización asistida, porque la
existencia de un embrión supone la concepción. Por lo tanto, si la ley determina que la
vida comienza al momento de la concepción, es válido cuestionarse acerca de los
embriones ligados a dicha técnica.
El Honorable Senador señor Boeninger, señaló que le parece
necesario fomentar la investigación en Chile, dentro de ciertos límites, y se manifestó
partidario de rechazar la proposición de la Cámara.
El Honorable Senador señor Ruiz-Esquide subrayó que el
rechazo a la modificación de la Cámara de Diputados se refiere, básicamente, a las
consecuencias que se derivan de consagrar la frase “desde el momento de la
concepción”, toda vez que el resto de la disposición no merece objeción. Asimismo, hizo
notar la necesidad de ponderar con mayor rigor las consecuencias jurídicas que se
derivan de ello, y que un punto de tal trascendencia debe ser competencia de una
eventual Comisión Mixta.
--Vuestra Comisión rechazó la modificación propuesta
por la Honorable Cámara de Diputados, por la unanimidad de los miembros
presentes, Honorables Senadores señora Matthei y señores Boeninger, RuizEsquide y Viera-Gallo.
Artículo 2º
El artículo 2º aprobado por el Senado, en primer trámite
constitucional, establece que el genoma humano es la base de la unidad fundamental de
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todos los miembros de la familia humana y del reconocimiento de su identidad, dignidad y
diversidad.
La Cámara de Diputados, en segundo trámite constitucional,
lo ha eliminado, y ha consignado como artículo 2°, el artículo 6° del proyecto aprobado por
el Senado, con la siguiente redacción:
“Artículo 2°.- La libertad para llevar a cabo actividades de
investigación científica biomédica en seres humanos tiene como límite el respeto a los
derechos y libertades esenciales que emanan de la naturaleza humana, reconocidos tanto
por la Constitución Política de la República como por los tratados internacionales
ratificados por Chile y que se encuentren vigentes.”.
--Vuestra Comisión estuvo por aprobar las enmiendas
propuestas por la Honorable Cámara de Diputados, por la unanimidad de los
miembros presentes, Honorables Senadores señora Matthei y señores Boeninger,
Ruiz-Esquide y Viera-Gallo.
Artículo 3º
El artículo 3º aprobado por el Senado, en primer trámite
constitucional, prohíbe toda práctica eugenésica. Asimismo, dispone que sólo se podrán
modificar las características genéticas humanas que incidan en la herencia en los casos y
en la forma prevista por la ley.
La Cámara de Diputados, en segundo trámite constitucional,
lo ha reemplazado por el siguiente:
“Artículo 3°.- Prohíbese toda práctica eugenésica,
entendiéndose por tal cualquier especie de intervención sobre el genoma cuyo propósito
sea modificarlo hereditariamente.”.
El Honorable Senador señor Viera-Gallo hizo notar que el
artículo 3º, aprobado por el Senado, en primer trámite, hace una distinción muy importante
entre la práctica de la eugenesia, que la prohíbe, y los casos de terapia génica, que la
permite respecto de los casos que esta ley determina, para impedir la transmisión de
enfermedades hereditarias. Destacó, respecto de este último aspecto, que, con los
avances que experimenta la ciencia, ello parece cada vez más posible.
Añadió que, la Cámara de Diputados, en segundo trámite
constitucional, aprobó una norma que confunde ambas materias, al entender como
práctica eugenésica “cualquier intervención sobre el genoma cuyo propósito sea
modificarlo hereditariamente”. Indicó que ello es un error, porque, a modo de ejemplo, en
una intervención para evitar que se transmita una enfermedad hereditaria, no se incurre
en una práctica eugenésica, sino que es una terapia.
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INFORME COMISIÓN SALUD
--Vuestra Comisión rechazó la modificación propuesta
por la Honorable Cámara de Diputados, por la unanimidad de los miembros
presentes, Honorables Senadores señora Matthei y señores Boeninger, RuizEsquide y Viera-Gallo.
Artículo 4°
El artículo 4º aprobado por el Senado, en primer trámite
constitucional, prohíbe toda forma de discriminación basada en el patrimonio genético de
las personas.
La Cámara de Diputados, en segundo trámite constitucional,
ha sustituido, en el inciso primero, las expresiones iniciales “Se prohíbe” por “Prohíbese” y
ha intercalado la voz “arbitraria”, entre los vocablos “discriminación” y “basada”.
Asimismo, ha consultado el siguiente inciso segundo, nuevo:
“En consecuencia, los resultados de exámenes genéticos y
análisis predictivos de la misma naturaleza no podrán ser utilizados con ese fin.”.
--Vuestra Comisión aprobó ambas modificaciones
propuestas por la Honorable Cámara de Diputados, por la unanimidad de los
miembros presentes, Honorables Senadores señora Matthei y señores Boeninger,
Ruiz-Esquide y Viera-Gallo.
Artículo 5°
El artículo 5º aprobado por el Senado, en primer trámite
constitucional, prescribe que sólo podrán realizarse estudios e indagaciones para
determinar la identidad genética de una persona con su consentimiento, o por orden de
tribunal competente en una causa en que ese hecho sea relevante.
La Cámara de Diputados, en segundo trámite constitucional,
lo ha suprimido.
******
Asimismo, ha consignado como artículo 5°, nuevo, el
siguiente:
“Artículo 5º.- Prohíbese la clonación de seres humanos,
cualesquiera que sean el fin perseguido y la técnica utilizada.”.
******
--Vuestra Comisión estuvo por aprobar las dos
modificaciones propuestas por la Honorable Cámara de Diputados, por la
unanimidad de los miembros presentes, Honorables Senadores señora Matthei y
señores Boeninger, Ruiz-Esquide y Viera-Gallo.
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INFORME COMISIÓN SALUD
Artículo 6°
El artículo 6º aprobado por el Senado, en primer trámite
constitucional, establece que la libertad para realizar actividades de investigación
científica tiene como límite el respeto a los derechos y libertades esenciales que emanan
de la naturaleza humana, así reconocidos por la Constitución.
Como se advirtió en su oportunidad, la Cámara de
Diputados, en segundo trámite constitucional, lo ha consignado como artículo 2°, con la
redacción señalada anteriormente.
******
A su vez, ha consultado como artículo 6°, el siguiente:
“Artículo 6º.- El cultivo de tejidos y órganos sólo procederá
con fines de diagnósticos terapéuticos o de investigación científica. En ningún caso
podrán destruirse embriones humanos para obtener las células troncales que den origen a
dichos tejidos y órganos.”.
******
--Vuestra
Comisión
aprobó
ambas
enmiendas
propuestas por la Honorable Cámara de Diputados, por la unanimidad de los
miembros presentes, Honorables Senadores señora Matthei y señores Boeninger,
Ruiz-Esquide y Viera-Gallo.
Artículo 7°
El artículo 7º aprobado por el Senado, en primer trámite
constitucional, establece que toda acción científica en un ser humano que involucre algún
tipo de intervención física o síquica en el sujeto debe ajustarse a lo dispuesto en esta ley,
además de a otras normas que resulten aplicables según el caso. Asimismo, indica que
debe contar con el consentimiento libre e informado del sujeto y las formas en que éste
debe ser prestado. Preceptúa, además, que la revocación del consentimiento procederá
siempre y no generará responsabilidad de ninguna especie.
La Cámara de Diputados, en segundo trámite constitucional,
lo ha eliminado.
Asimismo, ha consultado como artículo 7°, el artículo 10 del
proyecto aprobado por el Senado, con las siguientes enmiendas: ha reemplazado, en el
inciso primero, la frase “está destinada al tratamiento de enfermedades o a impedir su
aparición”. por la siguiente: “estará autorizada sólo con fines de tratamiento de
enfermedades o a impedir su aparición”, y ha suprimido el inciso segundo.
--Vuestra Comisión estuvo por aprobar las dos
modificaciones propuestas por la Honorable Cámara de Diputados, por la
unanimidad de los miembros presentes, Honorables Senadores señora Matthei y
señores Boeninger, Ruiz-Esquide y Viera-Gallo.
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INFORME COMISIÓN SALUD
Artículo 8°
El artículo 8º aprobado por el Senado, en primer trámite
constitucional, señala los deberes especiales del investigador, a saber:
1) Transmitir al sujeto, en lenguaje comprensible, toda la
información que necesite para prestar su consentimiento informado.
2) Ofrecer la oportunidad para que el sujeto pueda hacer
preguntas e instarlo a que las haga.
3) Excluir toda posibilidad de engaño, influencia indebida o
intimidación.
4) Recabar el consentimiento por escrito del sujeto una vez
que éste tenga pleno conocimiento de los siguientes aspectos:
a) Naturaleza de la investigación, procedimientos por seguir
y duración aproximada de la misma.
b) Riesgos e incomodidades asociados a la investigación.
c) Beneficios potenciales de la investigación, y
d) Procedimientos o tratamientos alternativos que podrían
ser beneficiosos.
5) Renovar el consentimiento informado si las condiciones o
los procedimientos de la investigación sufren modificaciones importantes.
La Cámara de Diputados, en segundo trámite constitucional,
lo ha suprimido.
******
Asimismo, ha consignado como artículo 8°, el artículo 12,
redactado como sigue:
“Artículo 8º.- El conocimiento del genoma humano es
patrimonio común de la humanidad. En consecuencia, nadie puede atribuirse ni constituir
propiedad sobre el mismo ni sobre parte de él. El conocimiento de la estructura de un gen
y de las secuencias totales o parciales de ADN no son patentables.
Los procesos biotecnológicos derivados del conocimiento del
genoma humano, así como los productos obtenidos directamente de ellos, diagnósticos o
terapéuticos, son patentables según las reglas generales.”.
******
El Honorable Senador señor Viera-Gallo indicó que el
Senado, en primer trámite constitucional, estableció una serie de requisitos para la
realización de investigaciones en seres humanos, porque estimó conveniente que la ley
exija al investigador el cumplimiento de obligaciones tales como la de transmitir al sujeto,
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INFORME COMISIÓN SALUD
en lenguaje comprensible, toda la información que necesite para prestar su
consentimiento informado; ofrecer la oportunidad para que el sujeto pueda hacer
preguntas e instarlo a que las haga, entre otras.
En este orden de ideas, hizo especial énfasis en la obligación
referida a recabar el consentimiento por escrito del sujeto, y después de que éste tenga
pleno conocimiento de aspectos tales como la naturaleza de la investigación, los
procedimientos a seguir y su duración; los riesgos e incomodidades asociados a la
misma; los beneficios potenciales de la investigación, y los procedimientos o tratamientos
alternativos que podrían ser beneficiosos. También la que impone el deber de renovar el
consentimiento, si las condiciones o los procedimientos de la investigación sufren
modificaciones.
Explicó que el rechazo de esta disposición, por parte de la
Cámara de Diputados, obedeció a que dicha Corporación estimó que las materias
aludidas deben ser abordadas reglamentariamente.
El Honorable Senador señor Ruiz-Esquide, manifestó su
voluntad de mantener el artículo 8º aprobado por el Senado, en primer trámite
constitucional. Agregó que es una norma de la mayor importancia y trascendencia,
recordando que fue una de las que motivó la presentación del proyecto de ley en
discusión.
Sin perjuicio de lo señalado anteriormente, hizo notar que el
artículo 8º de la Cámara se refiere a una materia distinta, cual es establecer que el
conocimiento del genoma humano es patrimonio común de la humanidad, y propuso su
aprobación.
El Honorable Senador señor Boeninger manifestó estar de
acuerdo en mantener el artículo 8º del Senado. Sin embargo, al igual que el Honorable
Senador señor Ruiz-Esquide, considera importante conservar el artículo 8º aprobado por
la Cámara de Diputados, especialmente la oración que dispone que el conocimiento de la
estructura de un gen y de las secuencias totales o parciales de ADN no son patentables.
--Vuestra Comisión rechazó, por la unanimidad de los
miembros presentes, Honorables Senadores señora Matthei y señores Boeninger,
Ruiz-Esquide y Viera-Gallo, la modificación propuesta por la Honorable Cámara de
Diputados en orden a suprimir el artículo 8º aprobado por el Senado, y aprobó la
enmienda propuesta por la Honorable Cámara de Diputados, que consigna como
artículo 8º, el artículo 12, con la redacción que se indica, también por la unanimidad
de los miembros presentes, Honorables Senadores señora Matthei y señores
Boeninger, Ruiz-Esquide y Viera-Gallo.
Artículo 9°
El artículo 9º aprobado por el Senado, en primer trámite
constitucional, dispone que los exámenes genéticos y los análisis predictivos de la misma
naturaleza sólo podrán efectuarse por motivos terapéuticos o de investigación científica,
de acuerdo con las normas de esta ley. El inciso segundo establece que, en la realización
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de estos exámenes, se deberá dar cumplimiento a lo dispuesto en los artículos 7°, 8° y
13.
La Cámara de Diputados, en segundo trámite constitucional,
lo ha suprimido.
******
Asimismo, ha consultado el siguiente artículo 9°, nuevo:
“Artículo 9º.- Sólo se podrá investigar y determinar la
identidad genética de un ser humano si se cuenta con su consentimiento previo e
informado o, en su defecto, el de aquél que deba suplir su voluntad en conformidad con la
ley. Lo anterior es sin perjuicio de la facultad de los tribunales de justicia, en la forma y en
los casos establecidos en la ley.”.
******
--Vuestra
Comisión
aprobó
ambas
enmiendas
propuestas por la Honorable Cámara de Diputados, por la unanimidad de los
miembros presentes, Honorables Senadores señora Matthei y señores Boeninger,
Ruiz-Esquide y Viera-Gallo.
******
Artículo 10
El artículo 10º aprobado por el Senado, en primer trámite
constitucional, establece que la terapia genética en células somáticas está destinada al
tratamiento de enfermedades o a impedir su aparición. Asimismo, el inciso segundo
dispone que será aplicable, en estos casos, lo establecido en los artículos 7º y 8º.
La Cámara de Diputados, en segundo trámite constitucional,
lo ha consignado como artículo 7°, con las modificaciones mencionadas oportunamente.
--Vuestra Comisión estuvo por aprobar esta modificación
propuesta por la Honorable Cámara de Diputados, por la unanimidad de los
miembros presentes, Honorables Senadores señora Matthei y señores Boeninger,
Espina, Ruiz-Esquide y Viera-Gallo.
******
Asimismo, ha consultado como artículo 10, el siguiente:
“Artículo 10.- Toda investigación científica en seres humanos
que implique algún tipo de intervención física o psíquica deberá ser realizada siempre por
profesionales idóneos en la materia, justificarse en su objetivo y metodología y ajustarse
en todo a lo dispuesto en esta ley.
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INFORME COMISIÓN SALUD
No podrá desarrollarse una investigación científica si hay
antecedentes que permitan suponer que existe un riesgo de destrucción, muerte o lesión
corporal grave y duradera para un ser humano.
Tampoco podrá efectuarse una investigación científica
biomédica si existen dudas razonables de que sus riesgos son mayores que sus
eventuales beneficios.
Toda investigación científica biomédica deberá contar con la
autorización expresa del director del establecimiento dentro del cual se efectúe, previo
informe favorable del Comité Ético Científico que corresponda, según el reglamento.”.
******
El señor Pavlovic señaló que el Ejecutivo tiene interés de
agregar, en el artículo 10 aprobado por la Cámara de Diputados, una disposición que
cautele la potestad de la autoridad sanitaria para aprobar el desarrollo de protocolos de
investigación. En efecto, hizo notar que el inciso final dispone que toda investigación
científica biomédica debe contar con la autorización expresa del director del
establecimiento dentro del cual se efectúe, previo informe favorable del Comité Ético
Científico que corresponda, pero que, ni el presente proyecto de ley, ni la ley sobre
autoridad sanitaria, le permite al Ministerio tener algún tipo de tutela sobre la investigación
desarrollada sobre seres humanos.
El señor Ministro de Salud, manifestó su interés de
complementar el artículo aprobado por la Cámara de Diputados con una disposición que
exija que, así como toda investigación científica biomédica debe tener el visto bueno del
director del establecimiento, ella debe ser informada, también, a la autoridad sanitaria
respectiva. Una norma del tenor señalado permitiría llevar un registro acerca de las
investigaciones que se efectúan en el país.
--Vuestra Comisión rechazó, por la unanimidad de sus
miembros, Honorables Senadores señora Matthei y señores Boeninger, Espina
Ruiz-Esquide y Viera-Gallo, esta modificación propuesta por la Honorable Cámara
de Diputados.
Artículo 11
El artículo 11 aprobado por el Senado, en primer trámite
constitucional, prohíbe la clonación de seres humanos y por tanto cualquier intervención
en personas que dé por resultado la creación de un ser humano genéticamente idéntico a
otro, vivo o muerto. El inciso segundo, por su parte, dispone que sólo procederá la
clonación de tejidos y de órganos con una finalidad terapéutica y que, en ningún caso,
podrá usarse para tales fines embriones humanos.
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INFORME COMISIÓN SALUD
La Cámara de Diputados, en segundo trámite constitucional,
lo ha eliminado.
--Vuestra Comisión estuvo por aprobar esta modificación
propuesta por la Honorable Cámara de Diputados, por la unanimidad de los
miembros presentes, Honorables Senadores señora Matthei y señores Boeninger,
Espina, Ruiz-Esquide y Viera-Gallo.
******
Asimismo, ha incorporado como artículo 11, el siguiente:
“Artículo 11.- Toda investigación científica en un ser humano
deberá contar con su consentimiento previo, expreso, libre e informado, o, en su defecto,
el de aquél que deba suplir su voluntad en conformidad con la ley.
Para los efectos de esta ley, existe consentimiento informado
cuando se constata que la persona que debe prestarlo conoce los aspectos esenciales de
la investigación, en especial su finalidad, beneficios, riesgos y alternativas, como
consecuencia de habérsele proporcionado información adecuada, suficiente y
comprensible sobre ella. Dentro de esta información, deberá hacerse especial mención
del derecho que tiene de no autorizar la investigación o de revocar su consentimiento en
cualquier momento y por cualquier medio, sin que ello importe responsabilidad, sanción o
pérdida de beneficio alguno.
El consentimiento deberá constar en un acta firmada por la
persona que ha de consentir en la investigación, por el director responsable de ella y por
el director del centro o establecimiento donde ella se llevará a cabo, quien, además,
actuará como ministro de fe.
El director responsable de la investigación deberá conservar
el original del acta, entregando una copia de ella a la persona que autoriza la
investigación y otra al director del centro o establecimiento donde ésta se realizará.
En todo caso, el consentimiento deberá ser nuevamente
solicitado cada vez que los términos o condiciones en que se desarrolle la investigación
sufran modificaciones, salvo que éstas sean consideradas menores por el Comité Ético
Científico que haya aprobado el proyecto de investigación.”.
En discusión, el Honorable Senador señor Boeninger hizo
notar que el artículo 11 aprobado por la Cámara, en segundo trámite constitucional, se
refiere a las mismas materias que son tratadas por el artículo 8º aprobado por Senado, y
sugirió que, dado que la Comisión se pronunció por mantener el artículo 8º del Senado,
resultaría coherente rechazar el artículo 11 propuesto por la Cámara.
--Vuestra Comisión rechazó, por la unanimidad de sus
miembros, Honorables Senadores señora Matthei y señores Boeninger, Espina,
Ruiz-Esquide y Viera-Gallo, esta modificación propuesta por la Honorable Cámara
de Diputados.
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Artículo 12
El artículo 12 aprobado por el Senado, en primer trámite
constitucional, establece que el conocimiento del genoma humano es patrimonio común
de la humanidad y que nadie puede atribuirse ni constituir propiedad sobre el mismo o
sobre parte de él. Asimismo, señala que el conocimiento de la estructura de un gen y de
las secuencias de ADN no son patentables. El inciso segundo, por su parte, dispone que
los procesos biotecnológicos derivados del conocimiento del genoma humano, así como
los productos obtenidos de ellos, como los medicamentos, son patentables, según la
reglas generales.
La Cámara de Diputados, en segundo trámite constitucional,
acordó consignarlo como artículo 8°, con la redacción ya indicada.
******
Asimismo, ha consultado como artículo 12, el artículo 13 del
proyecto aprobado por el Senado, reemplazado por el siguiente:
“Artículo 12.- La información genética de un ser humano será
reservada. Lo anterior es sin perjuicio de las facultades de los tribunales de justicia, en los
casos y en la forma establecidos en la ley. Asimismo, para los efectos de esta ley,
resultan plenamente aplicables las disposiciones sobre secreto profesional.”.
******
--Vuestra Comisión aprobó las dos modificaciones
propuestas por la Honorable Cámara de Diputados, por la unanimidad de los
miembros presentes, Honorables Senadores señora Matthei y señores Boeninger,
Ruiz-Esquide y Viera-Gallo.
Artículo 13
El artículo 13 aprobado por el Senado, en primer trámite
constitucional, establece que la información genética de una persona será reservada,
salvo que ella misma la revele o un juez lo autorice, todo ello sin perjuicio de las normas
sobre secreto profesional.
La Cámara de Diputados, en segundo trámite constitucional,
ha ubicado esta norma como artículo 12, tal cual señaló anteriormente.
******
Asimismo, ha consultado como artículo 13, el siguiente:
“Artículo 13.- La recopilación, almacenamiento, tratamiento y
difusión del genoma de las personas se ajustará a las disposiciones de la ley N° 19.628,
sobre protección de datos de carácter personal.
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Los datos del genoma humano que permitan la identificación
de una persona deberán ser encriptados para su almacenamiento y transmisión.
La encriptación podrá omitirse temporalmente por razones de
utilidad pública.”.
******
--Vuestra Comisión estuvo por aprobar ambas
enmiendas propuestas por la Honorable Cámara de Diputados, por la unanimidad
de los miembros presentes, Honorables Senadores señora Matthei y señores
Boeninger, Ruiz-Esquide y Viera-Gallo.
Artículo 14
El artículo 14 aprobado por el Senado, en primer trámite
constitucional, dispone que la recolección, almacenamiento, tratamiento y difusión de
datos genéticos de las personas se ajustará a las normas de la ley N° 19.628, sobre
Protección de Datos de Carácter Personal.
La Cámara de Diputados, en segundo trámite constitucional,
lo ha suprimido.
******
Asimismo, ha consultado como artículo 14, el que sigue:
“Artículo 14.- Prohíbese solicitar, recibir, indagar, poseer y
utilizar información sobre el genoma relativa a una persona, salvo que ella lo autorice
expresamente o, en su defecto, el que deba suplir su voluntad en conformidad con la ley.
Lo anterior es sin perjuicio de las facultades de los tribunales de justicia, en los casos y en
la forma establecidos en la ley.”.
******
--Vuestra Comisión estuvo por aprobar las dos
modificaciones propuestas por la Honorable Cámara de Diputados, por la
unanimidad de los miembros presentes, Honorables Senadores señora Matthei y
señores Boeninger, Ruiz-Esquide y Viera-Gallo.
Artículo 15
El artículo 15 aprobado por el Senado, en primer trámite
constitucional, prohíbe solicitar, recibir, poseer y utilizar información genética relativa a
una persona determinada e identificable, así como indagar si una persona se ha realizado
un examen o análisis de carácter genético, salvo autorización legal expresa. El inciso
segundo, a su vez, establece que estas prohibiciones no afectan a la recolección y
procesamiento de la información genética de carácter estadístico y nominativa.
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La Cámara de Diputados, en segundo trámite constitucional,
lo ha suprimido.
******
Asimismo, ha consultado como artículo 15, el siguiente:
“Artículo 15.- Créase una Comisión Nacional de Bioética, que
estará integrada por nueve profesionales, expertos en bioética, designados por el
Presidente de la República, con acuerdo del Senado adoptado por los dos tercios de sus
miembros en ejercicio, en sesión especial convocada al efecto.
Los miembros de esta Comisión durarán cuatro años en sus
cargos y podrán ser reelegidos. El Presidente de la República, en el momento de solicitar
el acuerdo del Senado, propondrá al miembro que asumirá el cargo de Presidente.
La Comisión tendrá una Secretaría Ejecutiva, que coordinará
su funcionamiento y cumplirá los acuerdos que aquélla adopte y estará conformada por el
personal que al efecto asigne el Ministerio de Salud.”.
******
--Vuestra Comisión aprobó ambas modificaciones
propuestas por la Honorable Cámara de Diputados, por la unanimidad de los
miembros presentes, Honorables Senadores señora Matthei y señores Boeninger,
Ruiz-Esquide y Viera-Gallo.
Artículo 16
El artículo 16 aprobado por el Senado, en primer trámite
constitucional, preceptúa que los datos genéticos que permitan la identificación de una
persona deberán ser encriptados para su almacenamiento y transmisión, pero que ello
podrá omitirse temporalmente por razones de salud pública, según lo dispuesto por el
inciso segundo.
La Cámara de Diputados, en segundo trámite constitucional,
lo ha suprimido.
******
Asimismo, ha consultado como artículo 16, el siguiente:
“Artículo 16.- La Comisión Nacional de Bioética tendrá, entre
sus funciones, asesorar a los distintos Poderes del Estado en los asuntos éticos que se
presenten como producto de los avances científicos y tecnológicos en biomedicina, así
como en las materias relacionadas con la investigación científica biomédica en seres
humanos, recomendando la dictación, modificación y supresión de las normas que la
regulen.
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Las resoluciones o acuerdos de la Comisión se adoptarán
por simple mayoría, no obstante lo cual deberán hacerse constar las diferencias
producidas en su seno y la posición de minoría.”.
******
--Vuestra Comisión estuvo por aprobar las dos
modificaciones propuestas por la Honorable Cámara de Diputados, por la
unanimidad de los miembros presentes, Honorables Senadores señora Matthei y
señores Boeninger, Ruiz-Esquide y Viera-Gallo.
Artículo 17
El artículo 17 aprobado por el Senado, en primer trámite
constitucional, crea la Comisión Nacional de Bioética, la que estará integrada por cuatro
académicos designados por el Consejo de Rectores, que pertenezcan a las Facultades de
Medicina, Derecho, Ciencias y Filosofía de las universidades que lo integran. Asimismo,
dispone que la compondrán, también, tres personas designadas por el Instituto de Chile,
que formen parte de las Academias de Medicina, de Ciencias y de Ciencias Sociales,
Políticas y Morales, respectivamente, una persona designada por el Senado, y una
nombrada por el Presidente de la República, que la presidirá. Finalmente, establece que
las personas designadas permanecerán en sus funciones por el plazo de tres años,
pudiendo ser reelegidas, y que servirán dichas funciones ad honorem.
A su vez, la Cámara de Diputados, en segundo trámite
constitucional, lo ha suprimido.
******
Ha consultado como artículo 17, el siguiente:
“Artículo 17.- Todo el que intente crear o cree seres humanos
idénticos a otro por clonación o realice cualquier procedimiento eugenésico será castigado
con presidio menor en sus grados medio a máximo y con la inhabilitación absoluta para el
ejercicio de la profesión durante el tiempo que dure la condena.
En caso de reincidencia, podrá el infractor ser sancionado,
además, con la pena de inhabilitación perpetua para ejercer la profesión.”.
******
--Vuestra
Comisión
aprobó
ambas
enmiendas
propuestas por la Honorable Cámara de Diputados, por la unanimidad de los
miembros presentes, Honorables Senadores señora Matthei y señores Boeninger,
Ruiz-Esquide y Viera-Gallo.
Artículo 18
El artículo 18 aprobado por el Senado, en primer trámite
constitucional, establece las funciones que tendrá la Comisión, entre las que se
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encuentran las de asesorar al Presidente de la República, en materia propias de su
competencia; elaborar los informes que se le soliciten, por los órganos del Estado y los
establecimientos de educación superior; promover el estudio y conocimiento de la bioética
en el nivel académico, asistencial y normativo, y proponer las normas que sean
necesarias para la aplicación de la ley y otras relacionadas con la bioética, sancionadas
debidamente para su exigibilidad.
La Cámara de Diputados, en segundo trámite constitucional,
lo ha eliminado.
******
A su vez, ha consultado como artículo 18, el artículo 21 del
proyecto aprobado por el Senado, con las siguientes enmiendas: En su inciso primero, ha
sustituido la frase “genética de una persona, al margen”, por “sobre el genoma humano,
fuera”;reemplazado el guarismo “13” por “12”; y ha sustituido su inciso segundo, por el
siguiente:
“El que omitiere la encriptación exigida en esta ley será
sancionado con multa de hasta mil unidades de fomento.”.
******
--Vuestra Comisión estuvo por aprobar las dos
modificaciones propuestas por la Honorable Cámara de Diputados, por la
unanimidad de los miembros presentes, Honorables Senadores señora Matthei y
señores Boeninger, Ruiz-Esquide y Viera-Gallo.
Artículo 19
El artículo 19 aprobado por el Senado, en primer trámite
constitucional, dispone que la Comisión tendrá una Secretaría Ejecutiva, que estará
conformada por el personal que al efecto le asigne el Ministerio de Salud, entre el cual
deberán incluirse un profesional experto en bioética y un abogado.
La Cámara de Diputados, en segundo trámite constitucional,
lo ha suprimido.
******
Asimismo, ha consultado como artículo 19, el siguiente:
“Artículo 19.- El que falsificare el acta a que se refiere el
inciso tercero del artículo 11 será sancionado con la pena de reclusión menor en su grado
mínimo y con multa de 10 a 20 unidades tributarias mensuales.
Igual pena se aplicará a quien maliciosamente usare, con
cualquier fin, un acta falsa.
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El que omitiere la referida acta o la confeccionare
manifiestamente incompleta será sancionado con multa de 10 a 20 unidades tributarias
mensuales.”.
******
--Vuestra Comisión aprobó ambas modificaciones
propuestas por la Honorable Cámara de Diputados, por la unanimidad de los
miembros presentes, Honorables Senadores señora Matthei y señores Boeninger,
Ruiz-Esquide y Viera-Gallo.
Artículo 20
El artículo 20 aprobado por el Senado, en primer trámite
constitucional, dispone que los establecimientos que deseen participar en proyectos de
investigación científica en seres humanos deberán contar con un Comité de Bioética,
conforme al reglamento, el cual autorizará las investigaciones sometidas a su
consideración, de acuerdo con las normas establecidas a propuesta de la Comisión
Nacional de Bioética.
La Cámara de Diputados, en segundo trámite constitucional,
lo ha suprimido.
******
A continuación, ha agregado el siguiente artículo 20, nuevo:
“Artículo 20.- Todo el que desarrollare un proyecto de
investigación científica biomédica en seres humanos o en su genoma, sin previa
autorización del Comité Ético Científico que corresponda, será sancionado con la
suspensión por tres años del ejercicio profesional y con la prohibición absoluta en el
territorio nacional en caso de reincidencia.”.
******
El señor Presidente de la Comisión destacó que el artículo
20 aprobado por el Senado, en primer trámite constitucional, dispone que los
establecimientos que deseen participar en proyectos de investigación científica en seres
humanos, que pueden ser públicos o privados, deben contar con un Comité de Bioética,
conforme al reglamento. Éste autorizará las investigaciones de acuerdo con las normas
establecidas a propuesta de la Comisión Nacional de Bioética.
Agregó que la Cámara rechazó esta proposición y, en su
reemplazo, aprobó una norma que, en su parecer, es más vaga, dado que no indica cuál
es el Comité Ético Científico competente para autorizar, en forma previa, que se
desarrolle un proyecto de investigación científica biomédica en seres humanos o en su
genoma, y evitar, de esta manera, ser sancionado. Añadió que no le parece adecuado
que, frente a una investigación en un determinado hospital, la Comisión Nacional de
Bioética tenga que otorgar la autorización correspondiente, sino que ello debería estar a
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INFORME COMISIÓN SALUD
cargo del Comité de ese hospital, conforme a ciertas pautas que dicte la Comisión
Nacional.
La Honorable Senadora señora Matthei manifestó su
inquietud frente a una hipótesis según la cual un determinado Comité local se aparte de
las pautas de investigación correspondientes.
El señor Salinas explicó que, con posterioridad a la
aprobación del proyecto por parte del Senado, todo el sistema de evaluación ético
científico cambió y se perfeccionó. El Ministerio de Salud dictó nuevas normas y creó
nuevos procedimientos, entre los cuales, el más significativo, fue la creación de comités
ético científicos separados de los comités de ética clínicos tradicionales que existían en
los hospitales, toda vez que los protocolos científicos exigen una composición mucho más
especializada, que es lejana a la capacidad que existe en todos los centros hospitalarios.
En cierto modo, agregó, la norma aprobada por la Cámara de Diputados, en segundo
trámite constitucional, recoge la aludida separación entre estas dos clases de comités de
ética.
Al ser consultado respecto del procedimiento que se aplica
en la actualidad, indicó que toda investigación científica debe ser aprobada por la
autoridad sanitaria correspondiente, según lo dispone una norma reglamentaria que no
tiene respaldo legal.
Finalmente, propuso a la Comisión rechazar la modificación
de la Cámara para que, de este modo, quede abierta la posibilidad de agregar, en la
norma correspondiente, que no sólo basta con la autorización del director del
establecimiento y la evaluación favorable de un comité de ética científico existente, sino
que, además, requiere contar con la aprobación de la autoridad sanitaria respectiva.
El Honorable Senador señor Espina indicó que, dado que la
intención es debatir lo dispuesto en el artículo 20, sería conveniente rechazar las
modificaciones que propone la Cámara de Diputados, para abrir todas las puertas que
permitan legislar adecuadamente. En su opinión, le parece más confiable, en esta
materia, la existencia de un comité ético científico central, nombrado por el Presidente de
la República, con acuerdo del Senado.
El señor Pavlovic hizo notar que el artículo 20 aprobado por
el Senado, en primer trámite constitucional, se refiere a los Comités de Bioética, que
suelen ser confundidos con el Comité Nacional de Bioética. Explicó que la finalidad de
ambos es distinta. Señaló que el sentido de la supresión de la norma aprobada por el
Senado, por parte de la Cámara de Diputados, fue que ésta llevaba a una confusión al
aludir a Comités de Bioética al interior de los establecimientos donde se desarrolla la
investigación. Eso es lo que lo que se rechaza. Los Comités Ético Científico deben ser
independientes de los investigadores y del lugar donde se desarrolla la investigación.
El señor Salinas indicó que está en el ánimo del Ministerio
centralizar esta materia. Sin embargo, por razones de operación, resultaría muy difícil
centralizarlo en un solo Comité, por la gran cantidad de investigación científica que se
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INFORME COMISIÓN SALUD
hace en la actualidad en nuestro país y porque, además, existe un gran desarrollo de esta
actividad en Regiones, particularmente en la V y en la VIII.
El Honorable Senador señor Boeninger señaló que le parece
razonable la existencia del Comité Ético Científico que cuente con un grado de pluralidad
limitado y prudente, y propuso, en la línea de lo planteado por el Honorable Senador
señor Espina, rechazar las modificaciones de la Cámara, en el entendido que, de este
modo, se está optando por los Comités de Bioética del texto aprobado por el Senado.
El señor Ministro destacó que, en la actualidad, nuestro país
es un lugar muy importante de investigación científica médica, gracias a la naturaleza de
sus profesionales y del sistema de salud. Los diversos proyectos de investigación han
generado inversiones del orden de US$ 15 millones anuales. El interés del Ministerio es
que esta actividad se incremente aún más, siempre dentro del marco que impera en el
mundo científico desarrollado.
--Vuestra Comisión rechazó, por la unanimidad de sus
miembros, Honorables Senadores señora Matthei y señores Boeninger, Espina,
Ruiz-Esquide y Viera-Gallo, ambas modificaciones propuestas por la Honorable
Cámara de Diputados.
Artículo 21
El artículo 21 aprobado por el Senado, en primer trámite
constitucional, sanciona la violación de reserva de la información genética de una persona
con las penas establecidas en el artículo 247 del Código Penal.
Por su parte, la omisión de encriptación de la información sin
que ello implique violación del secreto de la información, será sancionada con multa de
tres a cinco unidades tributarias mensuales.
La Cámara de Diputados, en segundo trámite constitucional,
lo ha reubicado como artículo 18, con las modificaciones señaladas.
******
En seguida, la Cámara de Diputados ha agregado el
siguiente artículo 21, nuevo:
“Artículo 21.- Corresponderá al Ministerio de Salud
establecer, mediante reglamento, las normas que complementen o desarrollen los
contenidos de esta ley.”.
******
--Vuestra Comisión aprobó las dos modificaciones
propuestas por la Honorable Cámara de Diputados, por la unanimidad de los
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INFORME COMISIÓN SALUD
miembros presentes, Honorables Senadores señora Matthei y señores Boeninger,
Ruiz-Esquide y Viera-Gallo.
Artículo 22
El artículo 22 aprobado por el Senado, en primer trámite
constitucional, dispone que la omisión del acta a que se refiere el inciso tercero del
artículo 7°, o su confección manifiestamente incompleta o sustancialmente falsa, será
sancionada con una multa de diez a veinte unidades tributarias mensuales.
La Cámara de Diputados, en segundo trámite constitucional,
lo ha eliminado.
--Vuestra Comisión aprobó la modificación propuesta
por la Honorable Cámara de Diputados, por la unanimidad de los miembros
presentes, Honorables Senadores señora Matthei y señores Boeninger, RuizEsquide y Viera-Gallo.
Artículo 23
El artículo 23 aprobado por el Senado, en primer trámite
constitucional, establece que el que clonare o iniciare un proceso de clonar seres
humanos será sancionado con la pena de presidio menor en su grado medio.
La Cámara de Diputados, en segundo trámite constitucional,
lo ha suprimido.
--Vuestra Comisión estuvo por aprobar la enmienda
propuesta por la Honorable Cámara de Diputados, por la unanimidad de los
miembros presentes, Honorables Senadores señora Matthei y señores Boeninger,
Ruiz-Esquide y Viera-Gallo.
oooooo
---------En mérito de las consideraciones precedentemente
expuestas, vuestra Comisión de Salud tiene el honor de proponeros que adoptéis los
siguientes acuerdos respecto de las enmiendas introducidas por la Honorable Cámara de
Diputados, en segundo trámite constitucional, al proyecto aprobado por el Senado:
Artículo 1º
Rechazar la enmienda a este artículo. (4x0).
Artículo 2º
Aprobar las modificaciones propuestas. (4x0).
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INFORME COMISIÓN SALUD
Artículo 3º
Rechazar la modificación propuesta. (4x0).
Artículo 4°
Aprobar las enmiendas propuestas. (4x0).
Artículo 5°
Aprobar las modificaciones propuestas. (4x0).
Artículo 6°
Aprobar las enmiendas propuestas. (4x0).
Artículo 7°
Aprobar las modificaciones propuestas. (4x0).
Artículo 8°
Rechazar la modificación propuesta por la Honorable
Cámara de Diputados en orden a suprimir el artículo 8º aprobado por el Senado. (4x0).
Aprobar la enmienda propuesta de consignar como artículo
8º, el artículo 12 del proyecto del Senado, con la redacción que indica. (4x0).
Artículo 9°
Aprobar ambas modificaciones propuestas. (4x0).
Artículo 10
Aprobar la modificación propuesta que lo consignó como
artículo 7º, con modificaciones. (5x0).
Rechazar la segunda enmienda, en orden a consultar como
artículo 10 el que se indica. (5x0).
Artículo 11
Aprobar la modificación propuesta de eliminar el artículo 11
del texto aprobado por el Senado. (5x0).
Rechazar la segunda enmienda, que incorpora como artículo
11 el que se indica. (5x0).
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INFORME COMISIÓN SALUD
Artículo 12
Aprobar las modificaciones propuestas. (4x0).
Artículo 13
Aprobar las enmiendas propuestas. (4x0).
Artículo 14
Aprobar las modificaciones propuestas. (4x0).
Artículo 15
Aprobar las enmiendas propuestas. (4x0).
Artículo 16
Aprobar las modificaciones propuestas. (4x0).
Artículo 17
Aprobar las modificaciones propuestas. (4x0).
Artículo 18
Aprobar las enmiendas propuestas. (4x0).
Artículo 19
Aprobar las modificaciones propuestas. (4x0).
Artículo 20
Rechazar ambas enmiendas. (5x0).
Artículo 21
Aprobar las modificaciones propuestas. (4x0).
Artículo 22
Aprobar la enmienda propuesta. (4x0).
Artículo 23
Aprobar la modificación propuesta. (4x0).
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INFORME COMISIÓN SALUD
--------Acordado en sesión de fecha 12 de abril de 2005, con la
asistencia de sus miembros, Honorables Senadores señor José Antonio Viera-Gallo
Quesney (Presidente), señora Evelyn Matthei Fornet y señores Edgardo Boeninger
Kausel, Alberto Espina Otero y Mariano Ruiz-Esquide Jara.
Sala de la Comisión, a 19 de abril de 2005.
(Fdo.): PEDRO FADIC RUIZ
Secretario
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DISCUSIÓN EN SALA
3.2. Discusión en Sala.
Senado. Legislatura 352, Sesión 50. Fecha 10 de mayo, 2006. Discusión única.
Queda pendiente.
INVESTIGACIÓN CIENTÍFICA EN SER HUMANO, SU GENOMA, Y
PROHIBICIÓN DE CLONACIÓN HUMANA
El señor ROMERO (Presidente).- Corresponde ocuparse en el proyecto de ley,
en tercer trámite constitucional, que regula la investigación científica
en el ser humano, su genoma, y prohíbe la clonación humana, con
informe de la Comisión de Salud.
--Los antecedentes sobre el proyecto (1993-11) figuran en los
Diarios de Sesiones que se indican:
Proyecto de ley: (moción de los señores Ruiz-Esquide, Díaz,
Hamilton, Páez y Zaldívar, don Andrés).
En primer trámite, sesión 32ª, en 12 de marzo de 1997.
En tercer trámite, sesión 37ª, en 16 de marzo de 2005.
Informes de Comisión:
Salud, sesión 10ª, en 12 de julio de 2000.
Salud (segundo), sesión 26ª, en 6 de marzo de 2001.
Salud (tercer trámite), sesión 47ª, en 20 de abril de 2005.
Discusión:
Sesiones 13ª, en 1 de agosto de 2000 (queda
pendiente su discusión general); 14ª, en 2 de agosto de 2000
(se aprueba en general); 27ª, en 13 de marzo de 2001 (se
aprueba en particular).
El señor ROMERO (Presidente).- Tiene la palabra el señor Secretario.
El señor HOFFMANN (Secretario).- Cabe recordar que la iniciativa tuvo su
origen en una moción de los Honorables señores Ruiz-Esquide, Páez y
Andrés Zaldívar, y de los entonces Senadores señores Nicolás Díaz y
Juan Hamilton.
La Cámara de Diputados, en el segundo trámite
constitucional, efectuó diversas modificaciones al proyecto despachado
por nuestra Corporación.
La Sala del Senado, en sesión de 16 de marzo del año en
curso, envió tales enmiendas a la Comisión de Salud, para que
evacuara el informe correspondiente, en el cual dicho órgano técnico
consigna los acuerdos que adoptó al respecto y propone aprobarlas,
con excepción de aquellas recaídas en los artículos 1º, 3º, 8º, 10, 11 y
20, las cuales rechazó. Todas esas resoluciones fueron unánimes.
En forma muy resumida, las enmiendas que la Comisión
de Salud sugiere rechazar son las siguientes:
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DISCUSIÓN EN SALA
-La inclusión, en el artículo 1º, de la protección de los
seres humanos "desde el momento de la concepción";
-La que importa una confusión, en el artículo 3º, entre los
conceptos de "práctica de la eugenesia" y de "terapia génica";
-La supresión del artículo 8º, que señala los deberes
especiales del investigador científico.
-La inclusión del artículo 10, referido a la investigación
científica biomédica, respecto del cual el Ejecutivo manifestó el interés
de complementarlo con la participación de la autoridad sanitaria en la
aprobación de protocolos de investigación.
-Finalmente, se propone rechazar la eliminación del
artículo 20, sobre creación de un Comité de Bioética en cada
establecimiento encargado de realizar investigaciones científicas en
seres humanos. Y también se recomienda no aceptar el artículo 20,
nuevo, que no indica cuál es el Comité Ético Científico competente para
autorizar el desarrollo de esas investigaciones.
Sus Señorías tienen a la vista un boletín comparado en el
que aparece el texto despachado por el Senado durante el primer
trámite constitucional y las modificaciones de la Cámara de Diputados.
El señor ROMERO (Presidente).- En discusión las modificaciones propuestas por
la Cámara Baja.
Tiene la palabra el Honorable señor Silva.
El señor SILVA.- Señor Presidente, en verdad, me atrevo a decir que éste es
uno de los proyectos que reviste tal vez la mayor relevancia mundial,
por tratar una materia de singular interés.
Celebro que el Senador señor Ruiz-Esquide haya sugerido
una iniciativa de esta naturaleza, hace ya varios años, de la que fue
prácticamente su autor. A mi juicio, se ajusta a las disposiciones de la
Declaración Universal de Derechos Humanos, aprobada primero por la
UNESCO, el 11 de noviembre de 1997, y ratificada a nivel mundial por
las Naciones Unidas al año siguiente.
El proyecto aborda materias tangenciales relativas a una
cuestión de singular relevancia, la que empezó a discutirse en Chile por
primera vez a fines del año 1997, a raíz de una idea planteada por el
Senador que habla, simplemente como miembro de la Academia de
Ciencias Sociales, Políticas y Morales. Después de un análisis realizado
junto con la Academia de Ciencias, se recomendó lo que el Honorable
señor Ruiz-Esquide considera como una iniciativa de particular
importancia.
No cabe la menor duda de que serán aprobadas en general
todas las normas propuestas, la mayoría de las cuales la Cámara de
Diputados intentó modificar en términos positivos.
Me parece que estamos en presencia -como dije- de una
normativa de relevancia mundial, sobre todo porque comprende una
materia de mucha trascendencia. Me permito señalar, por ejemplo, que
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DISCUSIÓN EN SALA
impide la clonación de seres humanos. En este sentido, quiero recabar
el interés del Honorable Senado y de quien lo preside, por lo siguiente.
Hace muy pocos días me impuse de que el Ejecutivo
pretende plantear un proyecto de ley que prohíbe la clonación de seres
humanos. Me llama la atención que se proponga algo tan particular
como eso, por cuanto estamos ocupándonos de una materia que está
siendo aprobada a raíz de una iniciativa acogida en primera instancia
por el Senado y que ratificó la Cámara de Diputados, con algunas
modificaciones.
En consecuencia, habría que estar atentos para impedir
que se replantee un asunto ya consignado en el proyecto de manera
específica.
Tal vez podría decirse que en la iniciativa se establecen
determinadas restricciones o limitaciones en el orden de la
investigación del genoma humano, que obviamente está entregada a la
competencia de organizaciones y de científicos en los países que se
dedican al estudio profundo del tema. Es útil que se haya hecho así,
como también que se pretenda proceder de igual forma en Chile.
Desde esa perspectiva, el proyecto en debate contiene
diversos impedimentos que me parecen un tanto riesgosos, ya que, por
un lado, consagra restricciones extraordinarias, y por otro, no
menciona determinados casos específicos que han motivado la
preocupación mundial, como el denominado “aborto genético”. Vale
decir, la posibilidad de que, al
amparo de disposiciones de tal índole -las cuales estimulan el
desarrollo y el estudio del genoma-, se puede llegar a permitir el
aborto cuando, por la vía del análisis del genoma, se compruebe que el
ser que está por nacer adolece de cierto vicio o de una falla grave que,
desde el punto de vista de su formación, pudiere justificar la práctica
de esa intervención.
A mi juicio, esta materia, que es de singular importancia,
pudo haber sido objeto de un análisis más detallado, aunque
determinadas normas prohíben, en términos más genéricos, acciones
que pudieren estimarse riesgosas o peligrosas.
Tal vez, dentro del contexto que estoy analizando, valdría
la pena pedir que se estudie en profundidad el artículo 6º del proyecto.
¿Por qué? Porque establece normas que, en la práctica, a mi manera de
ver, serán muy restrictivas para el análisis del desarrollo del genoma
humano desde la perspectiva científica.
En consecuencia, simplemente me atrevo a sugerir la
posibilidad -no sé si resulta factible, pues el proyecto se encuentra en
tercer trámite constitucional- de segregar el estudio del mencionado
artículo.
El señor GAZMURI (Vicepresidente).- Antes de seguir concediendo la palabra,
solicito que nos pongamos de acuerdo sobre cómo tratar la iniciativa,
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DISCUSIÓN EN SALA
porque, por encontrarse en tercer trámite, no corresponde una
discusión en general.
En consecuencia, sugiero seguir la recomendación de la
Comisión de Salud, la cual formula propuestas en cada norma del
proyecto, todas ellas aprobadas por unanimidad.
Por lo tanto, pondré en discusión el informe en lo atinente
al artículo 1º.
El señor PARRA.- ¿Me permite una moción de orden, señor Presidente?
El señor GAZMURI (Vicepresidente).- Por supuesto, señor Senador.
El señor PARRA.- Estoy de acuerdo -y creo que la Sala se encuentra en la
misma posición- en aprobar el informe de la Comisión de Salud.
El señor LARRAÍN.- ¡No!
El señor PARRA.- De esa forma, cuatro o cinco artículos pasarían a Comisión
Mixta.
Al mismo tiempo, deseo hacer una proposición formal en
orden a incorporar, entre las normas que serían remitidas a Comisión
Mixta, el artículo 6º aludido por el Senador señor Silva, en virtud de las
razones que expondré en su momento.
El señor GAZMURI (Vicepresidente).- Propongo ir despachando artículo por
artículo, salvo que se proponga otro procedimiento.
El señor VIERA-GALLO.- ¿Me permite, señor Presidente? Quiero plantear una
moción de orden.
El señor GAZMURI (Vicepresidente).- Tie
ne la palabra Su Señoría.
El señor VIERA-GALLO.- Señor Presidente, observo que la Cámara de
Diputados ordenó el proyecto de modo distinto a como lo hizo el
Senado. En consecuencia, muchas de las materias que se pretende
enviar a Comisión Mixta se vinculan más con la estructuración de él.
Sin embargo, dos normas podrían suscitar un debate más de fondo: los
artículos 1º y 3º. El primero de ellos, porque define a partir de cuándo
se protege la vida humana; y el otro, porque, según lo propuesto por la
Cámara de Diputados, da la impresión de que impide la terapia génica.
Esos dos preceptos, además de la disposición mencionada
por el Senador señor Parra, ameritarían una discusión más lata. El
resto de las enmiendas sólo corresponde a adecuaciones de orden. De
tal manera que sería muy complejo analizar artículo por artículo, toda
vez que una norma simplemente pudo haber sido rechazada por
cuestiones de redacción o no contener alguna de sus partes razones de
peso.
Repito y sintetizo: los artículos 1º y 3º pueden ser objeto
de discusión. Los Honorables señores Parra y Silva han mencionado
otro; a lo mejor, existen más, pero no se puede incluir a todos, porque
no terminaríamos nunca.
El señor LARRAÍN.- ¿Me permite, señor Presidente?
El señor GAZMURI (Vicepresidente).- Señor Senador, ¿desea formular alguna
proposición para el despacho de la iniciativa?
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DISCUSIÓN EN SALA
El señor LARRAÍN.- Efectivamente.
El señor GAZMURI (Vicepresidente).- Tiene la palabra Su Señoría.
El señor LARRAÍN.- Señor Presidente, tiendo a concordar con el Honorable
señor Viera-Gallo, porque la clave aquí es ver qué camino adoptar. Me
inclino por seguir más bien la línea del proyecto que aprobó la Cámara
de Diputados.
Por lo tanto, propongo ir artículo por artículo, pero poniendo
atención en que las consecuencias de una norma obligan, a veces, a cambios
de redacción.
Los dos temas centrales son los planteados por el Senador señor
Viera-Gallo, y que se contienen en los artículos 1º y 3º. Si los despejásemos,
sería fácil resolver los demás.
El señor GAZMURI (Vicepresidente).- A juicio de la Mesa, desde el punto de
vista metodológico, no podemos seguir la discusión según el proyecto
despachado por la Cámara, sino de acuerdo con el informe de la Comisión de
Salud del Senado.
En consecuencia, propongo a la Sala dar por aprobado dicho
informe, con excepción de los artículos 1º, 3º y 6º.
El señor LARRAÍN.- No, señor Presidente, porque lo que pase con esos
preceptos incidirá en el resto del articulado. Por lo tanto, hay que tratarlos
antes. Si, por ejemplo, se aprueba el artículo 1º de la Cámara de Diputados,
eso tiene equis consecuencias. Si se rechaza, ellas son distintas.
Por lo tanto, sugiero que vayamos artículo por artículo.
El señor GAZMURI (Vicepresidente).- De acuerdo.
Entonces, propongo discutir y votar –si corresponde- los artículos
1º, 3º y 6º.
El señor VIERA-GALLO.- Eso es.
El señor GAZMURI (Vicepresidente).- Según el resultado, veríamos qué ocurre
con las restantes disposiciones, a fin de que haya coherencia.
Si le parece a la Sala, así se procederá.
Acordado.
El señor COLOMA.- La clave es el artículo 1º, señor Presidente.
El señor GAZMURI (Vicepresidente).- En discusión el artículo 1º.
Tiene la palabra el Honorable señor Viera-Gallo.
El señor VIERA-GALLO.- Señor Presidente, la diferencia fundamental entre el
texto aprobado por el Senado y el despachado por la Cámara de Diputados
consiste en que ésta añadió que la protección de la vida de los seres humanos
comienza “desde el momento de la concepción”. Ésa es la frase básica.
Nosotros, a raíz del proyecto del Senador señor Ruiz-Esquide, no
quisimos entrar al debate de fondo, esto es, desde cuándo debe protegerse la
vida del que está por nacer. Ello, por dos motivos: primeramente, porque se
presta a discusiones filosóficas y religiosas; y, en segundo lugar, porque
entendemos que tal materia se encuentra de alguna manera cubierta por la
Convención Americana sobre Derechos Humanos, denominada “Pacto de San
José de Costa Rica”.
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DISCUSIÓN EN SALA
No obstante, la Corte Interamericana de San José, al interpretar la
disposición correspondiente del Pacto, ha tenido una jurisprudencia,
pudiéramos decir, “vacilante”. No es admisible entender de otra manera cómo
algunos países de América Latina aprueban el aborto y, sin embargo, cumplen
ese Tratado, que protege la vida humana desde su concepción. Sin embargo,
tal tribunal ha dicho en dos o tres oportunidades que esas legislaciones
nacionales no vulneran la Convención.
Como en Chile no existe ley sobre el aborto, no quisimos entrar a
esa discusión, teniendo en cuenta lo que sucedió con el proyecto sobre
fertilización asistida, que se paralizó por la discusión filosófica respecto de
cuándo empezaba la vida humana.
El artículo 1º aprobado por la Cámara Baja dice que la ley tiene
por finalidad proteger la vida “desde el momento de la concepción”; pero
podría haber un largo debate respecto de cuándo ella comienza. Y ésa no es la
finalidad principal de la iniciativa, la cual, como bien dijo el Senador señor
Silva, apunta a dos objetivos: evitar la clonación de seres humanos y regular la
investigación científica intrusiva en los seres humanos. Eso es todo.
Por tanto, lo señalado en el artículo 1º es, más bien, una
declaración de principios. Porque, perfectamente podría decir que tiene por
objeto “salvaguardar la dignidad e identidad genética de las personas, así
como regular la investigación científica, su aplicación y ejecución en el ejercicio
de la medicina” y no referirse para nada a la protección de la vida y de la
integridad física y psíquica de las personas, porque, obviamente, eso está
resguardado en la Constitución y, además, como digo, en el Pacto de San José
de Costa Rica.
Pero, la Cámara de Diputados -a mi juicio, en forma imprudenteintrodujo una frase que nos llevaría –conociendo nuestro país-, casi
fatalmente, al precipicio de la disputa filosófica, teológica y religiosa sobre esta
materia, en la que la Sala se va a dividir, y en forma incierta, sin que tenga,
además, consecuencia jurídica práctica que no sea el puro gusto de la
discusión abstracta.
Por eso a la unanimidad de los miembros de la Comisión donde hay posiciones filosóficas y políticas distintas-, le pareció más
prudente reponer la versión del Senado, pues evita la controversia.
Evidentemente, puede haber Senadores que quieran
zanjar, a propósito de este proyecto, un debate que se relaciona con
otras materias. Sin embargo, creo que eso no va a contribuir a la
buena solución del problema.
El señor GAZMURI (Vicepresidente).- Tiene la palabra el Honorable señor
Coloma.
El señor COLOMA.- Señor Presidente, asumo y comparto plenamente la lógica
del Senador señor Viera-Gallo respecto de lo que es importante y de lo
que no lo es. Pero sí tengo una duda en cuanto a la calificación última
que se hace.
Ésta es una iniciativa extraordinariamente interesante,
donde se intenta por primera vez regular a fondo todo lo relativo a la
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DISCUSIÓN EN SALA
investigación científica en el ser humano, al genoma, además de
prohibir la clonación del hombre.
Si se va a dar el paso de reglamentar la investigación
científica en el ser humano, me parece de la esencia concordar primero
en qué entendemos por "ser humano". Pienso que tratar de eludir
discusiones filosóficas o impedir que nos dividamos en función de
razones teóricas, por incómodas que resulten, sería no enfrentar el
tema de fondo con la definición de fondo.
Por eso considero -contrariamente a lo sostenido al efecto
por el Honorable señor Viera-Gallo- que la definición del artículo 1º es
absolutamente fundamental, sobre todo teniendo a la vista que la
Cámara de Diputados ya introdujo una enmienda. Distinto sería si esa
rama legislativa no hubiera hecho nada. Pero la Comisión propone
modificar una norma aprobada por la Cámara, conforme a la cual “esta
ley tiene por finalidad proteger la vida de los seres humanos, desde el
momento de la concepción”. El hecho de que en el Senado se diga:
“No, eso no, porque nos abre a discusiones filosóficas” implica asumir,
por tanto, que la vida, para esta iniciativa de ley, puede no comenzar
desde el momento de la concepción. Y ahí sí entraríamos en una
discusión filosófica que, con razón -aunque tengo una discrepancia de
fondo-, el Senador señor Silva plantea que tiene que ver con el artículo
6º.
Dependiendo de lo que uno considere como fundamento
filosófico original del proyecto, derivarán las distintas consecuencias.
Si hay algo que está claro en todos los investigadores
científicos es que “la investigación biomédica en seres humanos no
puede ser llevada a cabo legítimamente sin guardar proporción entre la
importancia del objetivo perseguido y los riesgos inherentes para el
sujeto”.
¿Qué sujeto? Ése es el tema de fondo. Y sé que es
complejo, difícil. Pero, a mi juicio, no corresponde plantear una ley que
regula la investigación científica en el ser humano si antes no
concordamos en qué entendemos por "ser humano".
Por ello, estimo de la máxima importancia el artículo. O
sea, el que se incorpore esta disposición -que además, a mi juicio, se
condice con lo planteado en la Constitución y con la reforma a la Carta
respecto de lo que significa “persona”- me parece la única manera
lógica de dar un sentido a las numerosas otras normas, acerca de las
cuales creo que hay un grado de consenso importante, más allá de los
artículos 3º y 6º, en la medida en que estemos de acuerdo con el
punto de partida.
¿Qué significa lo contrario? Que uno puede empezar a
investigar, o a utilizar los embriones, como plantea el Senador señor
Viera-Gallo, en cualquier momento.
Yo tengo al respecto una discrepancia adicional con las
consecuencias de ello. Porque se dice que si, por la investigación
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DISCUSIÓN EN SALA
científica o del genoma, se descubre que un niño tiene un problema
determinado, podría admitirse -así lo entendí- el aborto. Hoy también
existen condiciones para saber, a los ocho meses de concepción, si el
que está por nacer tiene sida. ¿Eso quiere decir que vamos a validar el
aborto de un niño con esa enfermedad? Creo que no. Pienso que eso
tiene que ver con el sentido de la vida, con el sentido de la concepción,
con el sentido valórico de la sociedad.
Por lo tanto, me parece que el artículo en debate es
absolutamente fundamental, y que por tal motivo debe respetarse lo
propuesto por la Cámara de Diputados. Además, si lo aprobáramos, el
proyecto quedaría despachado automáticamente y no tendría que ir a
Comisión Mixta, porque viene aprobado con esa lógica por la Cámara
Baja. A mi juicio, le daríamos a esta disposición un carácter histórico en
cuanto a la defensa de la vida, a la promoción de la sana investigación
científica y a la adecuada prohibición de la clonación humana.
He dicho.
El señor GAZMURI (Vicepresidente).- Tiene la palabra el Honorable señor
Andrés Zaldívar.
El señor ZALDÍVAR (don Andrés).- Señor Presidente, la Cámara de Diputados
hizo un buen trabajo al modificar y precisar varias disposiciones. Y, a
mi juicio, tanto su labor como el informe de la Comisión de Salud nos
pueden facilitar nuestra tarea.
Sin embargo, respecto del artículo 1º, creo que no es
dable provocar un debate religioso o ideológico sobre el tema de la
concepción. Podrá discutirse cuándo se produce, pero nadie puede
negar que el ser humano existe desde el momento de la concepción.
Respecto de esta materia se han dado a conocer distintas
opiniones y ha habido informes científicos de diversos organismos que
nos han planteado que la concepción se produce cuando el esperma
entra en contacto con el óvulo, cuando éste lo penetra el gameto
masculino, etcétera. Ése es el tema.
Ahora, la legislación chilena condena el aborto desde el
momento mismo de la concepción. No existe la posibilidad aquí de
intervenir para eliminar el producto de la unión entre un hombre y una
mujer por la sola circunstancia de decir que aquélla se produjo antes o
después. La concepción es lo que marca la existencia del ser humano
en nuestra legislación. Y lo hemos aceptado.
En mi opinión, no es necesario que lo establezca el artículo
1º, porque ése es un hecho real. En nuestro ordenamiento legal no
existe la posibilidad del aborto en momento alguno. Por lo tanto, si eso
queda claro, la norma propuesta por el Senado no tendría ningún
problema, siempre que se dejara constancia de manera nítida y precisa
de que la concepción es lo que da inicio a la vida del ser humano.
Asimismo, tampoco me incomoda la disposición aprobada
por la Cámara de Diputados, porque, de acogerse, sería coincidente y
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concordante con la legislación chilena en cuanto al momento en que se
inicia la vida y la protección de una persona.
No me referiré al artículo 6º, que aborda lo relativo a
experimentos con embriones humanos, porque es otra materia. Eso es
factible debatirlo más adelante. Pero, respecto del artículo 1º, debe
quedar claro -podemos dejarlo consignado ahora en el debate del
Senado o en el informe de la Comisión Mixta- que la protección de la
vida humana comienza desde el momento mismo de la concepción.
Desde luego, el instante en que ella se produce podrá
discutirse después. Es algo que no cabe resolver en la ley en proyecto
ni que los legisladores podamos determinar. Algunos tenemos cierta
convicción sobre el particular y otros una distinta. Es un tema
científico, que muchas veces escapa a la definición misma de la ley.
En todo caso, el punto fundamental es que hay acuerdo
aquí
-nadie puede discutirlo- en cuanto a que la legislación chilena
no permite poner término a la vida desde el momento mismo de la
concepción. Eso no está en debate. Podrá modificarse o no en el
próximo tiempo, pero ésa es la normativa sobre la cual debemos
afirmarnos.
Por eso, no me molesta la redacción del artículo 1º
propuesto por la Cámara de Diputados, porque en nada innova. A lo
mejor, quiso precisar más la materia. Tampoco tendría inconveniente
en que se aprobara el texto sugerido por el Senado, siempre que
quedara constancia –como señalé- de que la protección de la vida
existe desde el momento mismo de la concepción.
El instante en que ésta se produce habrá de determinarse
científicamente. Yo, por lo menos, tengo una visión clara al respecto;
otros una distinta.
El señor GAZMURI (Vicepresidente).- Tiene la palabra el Honorable señor
Larraín.
El señor LARRAÍN.- Señor Presidente, a mi juicio, el artículo 1º aborda un tema
bastante crucial para el objetivo que persigue el proyecto en estudio.
Me parece que la iniciativa en análisis, originada en
moción suscrita por algunos señores Senadores, reviste mucho interés
y valor. El construir un marco regulatorio para la investigación en seres
humanos, definir los aspectos relativos a la investigación genética y
pronunciarse sobre las posibilidades de la clonación, son materias
sustanciales. Y, por tratarse de asuntos especialmente delicados, es
muy importante precisar el ámbito dentro del cual se va a aplicar esta
norma.
Por eso, cuando se define a qué se refiere la expresión “los
seres humanos” a quienes serán aplicables las disposiciones de este
proyecto dentro del objetivo a que hice mención, no es trivial ni
secundario determinar qué es lo que entendemos por “seres humanos”.
En ese sentido, me parece que la Cámara de Diputados ha
precisado mejor lo que se concibe por tales, para los efectos de que,
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cualquiera que sea el alcance de estos preceptos, siempre se haga
referencia a los seres humanos entendidos desde el momento de la
concepción.
Es cierto que alguien podría decir que ésa es la tradición
jurídica existente en el país. Así lo estimo.
La propia Constitución, por ejemplo, cuando en el número
1.º del artículo 19, asegura a todas las personas, entre otros, el
derecho a la vida y, en el inciso segundo del mismo número, dispone
que la ley protege la vida del que está por nacer, no hace más que
señalar que el que está por nacer es persona. Y, por eso, la Carta le
asegura el derecho a la vida.
En consecuencia, es cierto que el ser que se encuentra por
nacer en el vientre materno es persona. De manera que en ese sentido
la tradición jurídica lo acompaña.
Es más. Cuando se discutió en el Congreso la reforma del
artículo 1º del Texto Fundamental para establecer la expresión “las
personas” en lugar de “los hombres”, hubo dudas en cuanto a si ese
cambio iba a modificar el concepto de “persona”. Y, como Presidente de
la Comisión de Constitución, me correspondió aclarar que
efectivamente la interpretación dada no innovaba la tradición jurídica.
Así se hizo presente en la Comisión y en la Sala, con lo cual está claro
que, dentro de nuestra tradición jurídica, siempre se va a entender por
persona al ser que está por nacer, desde el momento de su concepción.
Por ello, en una materia tan delicada, como es la
investigación genética y la clonación, que va a abrir cada día nuevos
espacios, me parece central precisar desde un principio a qué nos
estamos refiriendo.
Alguien podrá decir que la definición del artículo 1º es
comprensiva y que tal vez podría ser suficiente una declaración, como
se lo escuché al señor Senador que me antecedió en el uso de la
palabra. Pero si existe esa tradición, si así lo asegura la Constitución, si
estamos de acuerdo en ese aspecto, ¿cuál es el inconveniente de que
asumamos, para precisar el ámbito de aplicación de estas normas, la
definición que propone la Cámara Baja? En mi opinión, es más clara y
concreta, y nos ayuda a entender el ámbito dentro del cual se deben
mover asuntos tan delicados como los que he descrito. Me parece
oportuno hacerlo.
Por las razones señaladas, soy partidario de que
aprobemos la modificación sugerida por la Cámara de Diputados.
El señor GAZMURI (Vicepresidente).- Tiene la palabra el Honorable señor
Martínez.
El señor MARTÍNEZ.- Señor Presidente, en el tema del genoma humano no es
posible eludir una visión y una discusión centradas en la ética y en la
moral, pues, de lo contrario, reduciríamos la vida a un objetivo
concreto y material. Y sabemos que eso no es dable. Si no
entregáramos nuestra concepción sobre lo que significa vida humana,
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estaríamos reconociendo todos los abusos cometidos contra las
personas desde que es historia nuestra cultura cristiano-occidental.
En ese terreno, y aunque no nos agrade, no podemos
evadir un debate -tal vez, sea difícil llegar a acuerdo- en el que por lo
menos se exprese la opinión de la Sala acerca de lo que se entiende
por "vida".
En segundo lugar, el artículo introducido por la Cámara de
Diputados parece adecuado sólo en relación con la investigación
científica biomédica y sus aplicaciones clínicas. Es decir, de acuerdo con
el texto propuesto, yo entiendo –dejando de lado lo que dispone la
Constitución- que la ley en proyecto tiene por finalidad proteger la vida
de los seres humanos desde el momento de su concepción, pero
únicamente en lo que respecta a la investigación científica biomédica y
sus aplicaciones clínicas.
Sin embargo, ¿qué pasa con otras situaciones? ¿No va a
brindar protección la normativa en análisis? Tal vez me dirán que está
establecido en la Constitución. No obstante, después de escuchar a los
especialistas, he aprendido en estos años que en un terreno donde hay
aspectos éticos y morales, lo que corresponde es la reiteración y
reafirmación de conceptos. No basta con interpretar que hay muchas
otras disposiciones que dicen relación a la materia, porque hemos visto
que después de la discusión de detalle y frente a la casuística,
sencillamente impera la interpretación, incluso, literal de la norma.
Por esa razón, me parece que el artículo aprobado por la
Cámara de Diputados está bien. Pero la pregunta que me formulo es si
vamos a proteger la vida de los seres humanos desde el momento de la
concepción, y su integridad física y psíquica sólo en relación con la
investigación científica biomédica y sus aplicaciones clínicas. De ser así,
considero que aquí habría necesidad de dar una redacción un poco más
amplia, pensando en futuras discusiones y apelaciones en el sistema
judicial.
Muchas gracias.
señor VIERA-GALLO.- ¿Me permite una interrupción, señor Senador?
señor GAZMURI (Vicepresidente).- Ya terminó su intervención, de modo que
no podría concedérsela. Sí puede pedírsela a quien va a hacer uso de la
palabra, el Honorable señor Ruiz-Esquide.
señor RUIZ-ESQUIDE.- Cómo no, Su Señoría.
señor VIERA-GALLO.- Es sólo para decir al Senador señor Martínez que el
artículo 1º comienza con la expresión “La presente ley”. O sea, la que
ahora se discute; pero hay muchas otras normativas que tratan el
tema que preocupa a Su Señoría.
señor GAZMURI (Vicepresidente).- Tiene la palabra el Senador señor RuizEsquide.
señor RUIZ-ESQUIDE.- Señor Presidente, en primer lugar, quiero expresar
mi agradecimiento a los Honorables colegas que han elogiado la idea
de haber presentado un proyecto de ley sobre la materia que nos
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ocupa. Y también al Senado, que permitió tratarlo. Ojalá lo
despachemos hoy día, sea cual fuere el resultado de los asuntos en
discusión, porque en verdad lleva mucho tiempo tramitándose. En su
momento fue pionero en América Latina; pero ahora estamos un tanto
atrasados. En fin, lo que importa es despacharlo.
En relación con el artículo 1º, debido a que la Cámara de
Diputados introdujo la expresión “desde el momento de la concepción”,
rechacé dicha modificación en la Comisión y me manifesté a favor del
artículo aprobado por el Senado. Las explicaciones son las siguientes.
Ante todo, debo señalar que esto es casi una redundancia
o, si se quiere ser más exacto, un pleonasmo; es decir, estamos
agregando expresiones que no conducen a una nueva argumentación ni
a una ampliación del concepto que ahí se coloca.
Es obvio, y casi de la reacción natural de las cosas, que la
vida comienza con la concepción. El tema de fondo no es definir –está
claro que no se está tratando de hacerlo- qué se entiende por
concepción. Algunos hablan del tocamiento del espermio y del óvulo;
otros sostienen que es al producirse la penetración del óvulo por el
espermio, y hay quienes defienden que es el momento en que se
produce el pronúcleo o el intercambio gamético de procedencia
masculina y femenina.
¿Cuál es el problema? Que debido a la colocación de dicha
frase se producirá un enorme incordio –excúsenme Sus Señorías que
se los diga, por lo que voy a señalar- acerca de qué se interpreta en
este artículo exactamente y lo que se debe hacer, que no tiene que ver
directamente con las dos grandes ideas contenidas en la iniciativa.
Al tratarse el proyecto sobre fertilización asistida, que se
discutió mucho en el Senado, con argumentaciones muy sustanciosas,
en un momento determinado, cuando cambió la integración de éste, se
pidió que volviera a la Comisión de Constitución, Legislación, Justicia, y
Reglamento para entender mejor el tema, y porque muchos Senadores
recién electos no habían seguido el debate. El resultado fue que se
paralizó su tramitación, dado que no existió acuerdo acerca de la forma
como resolver específicamente este asunto, al punto de que se han
seguido haciendo una serie de cosas que no deberían realizarse en el
país, precisamente porque no hubo definición al respecto.
Ahora, con franqueza, determinar dónde comienza la vida
me recuerda un poco lo del viejo ejemplo de la Revolución Francesa ignoro si es cierto-, cuando se trataba de definir si había o no dios, y si
existía o no en la Asamblea Nacional.
Por ello, quiero solicitar al Senado tres cosas muy simples:
primero, acoger la propuesta de la Comisión de Salud, porque tiene
que ver más con algunas cosas que la Cámara hizo, en términos de
ordenar mejor el texto, que yo valoro. Segundo, no seguir debatiendo
el asunto hasta el infinito y aprobar el texto del Senado o el de la
Cámara de Diputados -cada cual votará como le parezca-; y tercero,
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considerar que, en general, después de ver todo lo que hemos hecho,
de estos artículos no se deducen cosas diferentes, sea cual fuere el
precepto que se apruebe. Felizmente es así, ya que, de otro modo, la
discusión sería larguísima.
En esas condiciones podríamos despachar el proyecto. Y,
de ser necesario, vamos a la Comisión Mixta. Ello nos permitirá avanzar
en un tema respecto del cual se hace indispensable generar una
legislación, al menos en lo esencial. Ya vendrán cuestiones de otra
naturaleza, más complicadas, que se tratarán en su momento.
señor GAZMURI (Vicepresidente).- Ha terminado su tiempo, Su Señoría. Le
daré 30 segundos más, por ser autor de la iniciativa…
señor RUIZ-ESQUIDE.- Muchas gracias, señor Presidente.
Debemos tener cuidado con discutir demasiado en detalle
la filosofía del artículo 1º, porque cuando del ser humano se trata, no
pocos grandes pensadores católicos han sostenido que éste es tal
cuando tiene conciencia de serlo. Y la conciencia se desarrolla al tercer
mes del embarazo. De manera que si nos metemos en ese asunto
vamos a tener un lío bastante grande. Y por eso me sujeto a lo que he
dicho.
señor LARRAÍN.- ¡Algunos no la tienen nunca...!
señor RUIZ-ESQUIDE.- ¡Ciertos psiquiatras dicen que la conciencia es un
problema de memoria…!
señor GAZMURI (Vicepresidente).- Tiene la palabra el Senador señor
Boeninger.
señor BOENINGER.- Señor Presidente, concordando con lo que acaba de
señalar el Honorable señor Ruiz-Esquide, creo que estas tres opciones
de definición de cuándo se produce el inicio de la vida, que Su Señoría
resumió muy acertada y claramente, no las vamos a resolver mediante
una votación en la Sala. Esas diferencias de opinión seguirán existiendo
igual. Pero ello no tiene importancia, desde el punto de vista de las
ideas centrales del proyecto, que trata de estimular la investigación
sobre el genoma humano, pero regulándola, y prohíbe la clonación.
Desde luego, en el artículo 1º aprobado por el Senado se
señala que “La presente ley tiene por finalidad proteger la vida […] así
como su dignidad”, etcétera.
Entonces, me parece mucho más prudente omitir de la
discusión, como lo había sugerido inicialmente el Honorable señor
Viera-Gallo, el tema sobre el momento preciso del inicio de la vida.
Porque, en el artículo 10 aprobado por la Cámara, por ejemplo, se
indica con mucha claridad que “Toda investigación científica biomédica
deberá contar con la autorización expresa del director del
establecimiento dentro del cual se efectúe, previo informe favorable del
Comité Ético Científico que corresponda, según el reglamento.”.
Además, en otro precepto se crea una Comisión Nacional de Bioética.
De manera que, en caso de que se quiera realizar una investigación
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que, según algunos, atente contra la vida, es obvio que será
considerada necesariamente por estos comités ético-científicos.
En vista de ello, me parece que, con la redacción que le
dio el Senado y atendido el proyecto en su conjunto, el problema de la
protección de la vida está suficientemente cautelado, cualquiera que
sea la visión que sobre esta materia tenga cada uno de los señores
Senadores.
Por último, y coincidiendo en que más vale votar luego
este artículo, soy partidario de mantener el texto del Senado.
señor GAZMURI (Vicepresidente).- Ofreceré la palabra a los últimos oradores
inscritos, para después votar.
señor ÁVILA.- Señor Presidente, le solicito recabar autorización de la Sala
para que la Comisión de Intereses Marítimos, Pesca y Acuicultura
sesione en paralelo con ella.
señor GAZMURI (Vicepresidente).- No sería conveniente, señor Senador,
porque votaremos dentro de 10 minutos, una vez que intervengan los
dos últimos oradores inscritos, Honorables señores Parra y Espina.
señor PROKURICA.- Señor Presidente, deseo hacer una petición en la misma
línea de lo solicitado por el Honorable señor Ávila.
señor GAZMURI (Vicepresidente).- Tiene la palabra Su Señoría.
señor PROKURICA.- Pido a la Mesa solicitar la anuencia de la Corporación
para que la Comisión de Minería pueda funcionar simultáneamente con
la Sala a partir de las 18:30.
señor GAZMURI (Vicepresidente).- Falta muy poco para esa hora, señor
Senador, y para que se realice la votación, sólo dos intervenciones.
Una vez que ella se lleve a cabo podrán reunirse las Comisiones
citadas.
señor PROKURICA.- Bien.
señor GAZMURI (Vicepresidente).- Tiene la palabra el Honorable señor
Parra.
señor PARRA.- Señor Presidente, como anticipé, soy partidario de aprobar la
propuesta de la Comisión de Salud y, en consecuencia, de rechazar el
artículo 1º sugerido por la Cámara de Diputados, de modo que el punto
vaya a Comisión Mixta. En esa dirección, a mi entender, existen varias
razones que Sus Señorías comprenderán muy bien.
En primer lugar, de la sola lectura de ese precepto, es
muy claro que él fuerza las ideas matrices del proyecto que conoció el
Senado. Evidentemente, la Cámara Baja fue muchísimo más lejos que
lo que se nos propuso en su hora y que aprobamos en primer trámite
constitucional.
En segundo término, al incursionar en aspectos nuevos,
que no fueron considerados en el texto original, tanto en el artículos 1º
como en el 6º, resulta claro que su aprobación excluye la participación
del Senado en el proceso legislativo como corresponde en temas
extraordinariamente delicados.
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En tercer lugar, según señaló el Honorable señor RuizEsquide, autor de la moción que originó esta iniciativa, se había
concebido una normativa mínima. No se trataba, en consecuencia, de
regular todos los elementos posibles en la investigación científica en
seres humanos y en los aspectos bioéticos. En otros países se ha ido
bastante más lejos. Tengo aquí abundante derecho comparado sobre la
materia.
Creo, pues, que el Senado no puede negarse, a lo menos,
la oportunidad de participar a fondo en el debate abierto por la Cámara
Baja. Y ello ocurriría si impidiera que este asunto se analizara en
Comisión Mixta.
Por otro lado, no me parece consecuente que en su hora
haya habido negativa para avanzar en la formulación de una ley sobre
fertilización asistida y que en este momento, a partir de las enmiendas
propuestas por la Cámara de Diputados al proyecto que nos ocupa, se
trate de llegar en el tema a una legislación maximalista, llena de
prohibiciones y restricciones, y que procura imponer definiciones en
materias absolutamente discutibles y contestables, lo cual, sin duda, no
dará a la legislación respectiva el soporte, que todos deseamos, de un
consenso que posibilite que en el desarrollo de la investigación
científica se respeten valores que nos son comunes.
Por lo expuesto, insisto en la conveniencia de que se
apruebe el informe de la Comisión de Salud y, en consecuencia, se
rechace el artículo 1º sugerido por la Cámara Baja, con el propósito de
abrir el debate en Comisión Mixta.
El señor GAZMURI (Vicepresidente).- Tiene la palabra el Honorable señor
Espina.
El señor ESPINA.- Señor Presidente, yo no tuve ocasión de pronunciarme
acerca del artículo 1º en la Comisión de Salud por encontrarme ausente
cuando se debatió. Pero creo que el Senador señor Viera-Gallo puso el
dedo en la llaga al tocar un punto que requiere una definición de fondo.
Lo que está en juego en el precepto en examen es,
básicamente, determinar si la protección de la vida de los seres
humanos -como lo expresa el texto de la Cámara de Diputadoscomienza o no desde el momento de la concepción.
Ése es un debate que existe en la sociedad moderna.
Su Señoría sostiene que el artículo 1º despachado por el
Senado es neutro frente a tal hecho. Y dice que, para evitar una
polémica, es preferible que el Parlamento no entre en esa discusión
porque ello puede entrabar la iniciativa.
Sin embargo, yo no comparto ese criterio, por lo siguiente.
En primer lugar, porque la Cámara Baja modificó la norma
y despachó el nuevo texto a esta Corporación. Por tanto,
encontrándose el proyecto en tercer trámite constitucional, basta que
esta Sala apruebe la enmienda para que no haya más debate sobre el
punto y la disposición quede en condiciones de transformarse en ley.
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Y, en segundo término, porque pienso que aquí hay un
tema de fondo: desde cuándo se debe proteger la vida. Hay quienes
creen que no ocurre desde el momento de la concepción. Y muchos de
ellos, en las naciones modernas, son partidarios del aborto. Porque el
creer que la vida no se protege desde el instante de la concepción es
consecuente con afirmar que se puede interrumpir cuando ésta se haya
producido porque en tal caso no se estaría afectando el derecho a la
vida.
Empero, otros estimamos -y en esto debemos
respetarnos- que la protección de la vida debe comenzar precisamente
en el instante de la concepción, cuando empieza la existencia de la
persona.
Por lo tanto, esta discusión no es baladí, sino de fondo. Y
parece legítimo zanjarla.
En la sociedad actual, muchos países han legalizado el
aborto. Pero nosotros consideramos que ese paso es un profundo
horror dentro de la sociedad.
Entonces, no estamos frente a un asunto sobre el cual
baste decir, simplemente: “No entremos al debate de esta cuestión;
dejemos una norma neutra”.
Aquí estamos discutiendo otra cosa. Porque la Cámara de
Diputados aprobó una disposición que en forma textual señala: “Esta
ley tiene por finalidad proteger la vida de los seres humanos”; ¿desde
cuándo?: “desde el momento de la concepción”. Y esa norma llegó a
esta Corporación.
¿Qué ocurriría si el Senado la rechazara? ¿Qué señal
estaría enviando?
señor ÁVILA.- ¡Terrible!
señor ESPINA.- La de que no desea proteger la vida de las personas desde
el momento de la concepción.
Tal vez algunos así lo querrán. Pero habemos quienes
legítimamente, en democracia, aspiramos a que la vida comience a ser
protegida desde aquel instante.
Por eso, con relación a este artículo, somos partidarios, no
de esquivar el punto, sino de resolverlo.
Señor Presidente, puesto en la disyuntiva, no me queda
otro camino que votar a favor de la norma despachada por la Cámara
de Diputados.
señor GAZMURI (Vicepresidente).- Cerrado el debate.
Se votará la propuesta de la Comisión de Salud
consistente en rechazar la sustitución del artículo 1º efectuada por la
Cámara de Diputados.
De aprobarse esa proposición, quedaría aprobado el
precepto que acogimos en el primer trámite.
señor ZALDÍVAR (don Andrés).- ¿Cómo se vota?
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El señor GAZMURI (Vicepresidente).- El voto afirmativo implica aprobar el
texto del Senado; el negativo, el de la Cámara Baja.
En votación.
El señor MORENO.- ¿Es factible fundar el voto, señor Presidente?
El señor VIERA-GALLO.- No, señor Senador.
El señor ÁVILA.- ¡Imposible!
El señor MORENO.- En todo caso, anuncio que aprobaré el texto de la Cámara
de Diputados.
El señor GAZMURI (Vicepresidente).- En votación electrónica.
El señor HOFFMANN (Secretario).- ¿Algún señor Senador no ha emitido su
voto?
El señor GAZMURI (Vicepresidente).- Terminada la votación.
--Se rechaza la propuesta de la Comisión de Salud y,
consecuencialmente, se aprueba el artículo 1º de reemplazo
planteado por la Cámara de Diputados (21 votos negativos, 12
afirmativos, una abstención y un pareo).
Votaron por la negativa los señores Arancibia, Canessa,
Coloma, Espina, Fernández, Frei (doña Carmen), Horvath, Larraín,
Martínez, Moreno, Naranjo, Novoa, Orpis, Páez, Prokurica, Romero,
Stange, Valdés, Vega, Zaldívar (don Andrés) y Zurita.
Votaron por la afirmativa los señores Ávila, Boeninger,
Cantero, Cordero, Gazmuri, Matthei, Núñez, Parra, Pizarro, RuizEsquide, Silva y Viera-Gallo.
Se abstuvo el señor Flores.
No votó, por estar pareado, el señor Aburto.
El señor PARRA.- Pido la palabra.
El señor GAZMURI (Vicepresidente).- Puede hacer uso de ella, Su Señoría.
El señor PARRA.- Señor Presidente, estoy en desacuerdo con varios de los
preceptos aprobados por la Cámara de Diputados y -como señalé- sigo
la orientación del informe de la Comisión de Salud.
Empero, creo que la votación ha sido muy clara. El autor
de la moción nos solicitó despachar esta tarde el proyecto. En lo
personal, por tanto, no tengo inconveniente en que, con la misma
votación, se den por aprobadas las restantes modificaciones de la
Cámara de Diputados.
El señor VIERA-GALLO.- Señor Presidente, deseo formular una moción de
orden.
El señor GAZMURI (Vicepresidente).- Señores Senadores, restan ocho minutos
para el término del Orden del Día. Quedan pendientes de discusión dos
preceptos. Pero tengo la impresión de que no están vinculados
directamente con el artículo 1º.
El señor VIERA-GALLO.- No.
El señor GAZMURI (Vicepresidente).- A juicio de la Mesa, en el tiempo que nos
queda no alcanzaremos a resolver, por ejemplo, lo concerniente a las
prácticas eugenésicas, asunto no menor.
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Por lo tanto, propongo dar por terminado el Orden del Día
y continuar tratando la iniciativa en la sesión ordinaria de mañana.
--Así se acuerda.
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3.3. Discusión en Sala.
Senado. Legislatura 353. Sesión 02. Fecha 08 de junio, 2005. Se rechazan
modificaciones de la Cámara de Diputados.
INVESTIGACIÓN CIENTÍFICA EN SER HUMANO, SU GENOMA,
Y PROHIBICIÓN DE CLONACIÓN HUMANA
El señor GAZMURI (Vicepresidente).- Corresponde continuar la discusión de las
modificaciones aprobadas por la Cámara de Diputados al proyecto de
ley, en tercer trámite constitucional, que regula la investigación
científica en el ser humano, su genoma, y prohíbe la clonación humana.
--Los antecedentes sobre el proyecto (1993-11) figuran en los
Diarios de Sesiones que se indican:
Proyecto de ley: (moción de los señores Ruiz-Esquide, Díaz,
Hamilton, Páez y Zaldívar, don Andrés).
En primer trámite, sesión 32ª, en 12 de marzo de 1997.
En tercer trámite, sesión 37ª, en 16 de marzo de 2005.
Informes de Comisión:
Salud, sesión 10ª, en 12 de julio de 2000.
Salud (segundo), sesión 26ª, en 6 de marzo de 2001.
Salud (tercer trámite), sesión 47ª, en 20 de abril de 2005.
Discusión:
Sesiones 13ª, en 1 de agosto de 2000 (queda
pendiente su discusión general); 14ª, en 2 de agosto de 2000
(se aprueba en general); 27ª, en 13 de marzo de 2001 (se
aprueba en particular); 50ª, en 10 de mayo de 2005 (queda
pendiente su discusión).
El señor HOFFMANN (Secretario).- En sesión de 10 de mayo del año en curso
se inició en esta Sala el tercer trámite de la iniciativa, acordándose
discutir y votar la proposición de la Comisión de Salud respecto de las
enmiendas introducidas por la Honorable Cámara de Diputados en
cuanto a los artículos 1º, 3º y 6º.
En dicha oportunidad se aprobó la modificación al artículo
1º, que consiste en reemplazarlo.
No se adoptó resolución acerca de las proposiciones
recaídas en los artículos 3º y 6° porque los Honorables señores VieraGallo y Parra, respectivamente, pidieron discutirlas en forma separada.
En consecuencia, ahora el Senado debe pronunciarse
sobre la enmienda de la Cámara de Diputados destinada a sustituir el
artículo 3º. La Comisión de Salud, por unanimidad, propone rechazarla.
El señor GAZMURI (Vicepresidente).- En discusión.
Tiene la palabra el Honorable señor Viera-Gallo.
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El señor VIERA-GALLO.- Señor Presidente, esta disposición es bastante
delicada e importante.
La Comisión de Salud, por unanimidad, pretende mandarla
a Comisión Mixta por distintas razones.
Primero, porque el Senado hace una distinción muy clara
entre práctica eugenésica -que queda prohibida y, por consiguiente,
constituye delito- y terapia génica, o sea, la intervención para evitar la
transmisión de enfermedades hereditarias. Hay casos respecto de los
cuales, gracias al adelanto de la ciencia y sobre todo en la medida en
que se conoce el genoma humano, la transmisión de aquéllas podría
evitarse si se interviniera antes de la concepción de un hijo.
Evidentemente, entre hacer práctica eugenésica y hacer
terapia génica hay fronteras muy claras. Pero el texto de la Cámara de
Diputados de alguna manera las confunde, y da la impresión de que el
día de mañana no podría impedirse la transmisión de enfermedades,
pues lo que se hiciera en este sentido se consideraría práctica
eugenésica y no terapia génica.
Por ese motivo, la Comisión de Salud estimó importante
rechazar la propuesta de la Cámara Baja. Y espero que el Senado
proceda de la misma forma.
La segunda razón, planteada por el Senador señor
Bombal, es que la redacción del Senado no parece del todo clara, pues
dice: "Sólo se podrán modificar características genéticas humanas que
incidan en la herencia en los casos y en la forma previstos por la ley:".
No queda suficientemente definido, desde el punto de vista de la
bioética, cuándo será posible hacer tal o cual cosa. No basta sólo
señalar "en los casos y en la forma previstos por la ley". Por eso, el
Honorable colega se manifestó partidario de que el artículo fuera a
Comisión Mixta.
En resumen, la redacción que nos propone la otra rama
del Congreso es inadecuada, porque confunde práctica eugenésica con
terapia génica, y la del Senado no es suficientemente clara, a juicio de
algunos, para establecer una frontera nítida entre ambos conceptos.
Como es un tema muy importante, la Comisión de Salud,
por unanimidad, pide que vaya a Comisión Mixta.
El señor GAZMURI (Vicepresidente).- Muy bien. Queda claro. Pero para eso
tendríamos que rechazar la proposición de la Cámara de Diputados.
El señor ZALDÍVAR (don Andrés).- Pido la palabra.
El señor GAZMURI (Vicepresidente).- Puede hacer uso de ella, señor Senador.
El señor ZALDÍVAR (don Andrés).- Señor Presidente, aun cuando entiendo lo
que nos ha explicado el Honorable señor Viera-Gallo, creo que el
Senado aprobó una mala redacción, pues la parte final del artículo 3º
debería ir en otro artículo. Si después de la oración “Se prohíbe toda
práctica eugenésica.” se agregara “Sólo se podrán modificar
características humanas, etcétera”, podría estimarse que este tipo de
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intervención también constituye práctica eugenésica, lo cual sería
absolutamente inaceptable.
En vista de esa mala redacción, me parece bien que la
Cámara Baja haya tratado de modificarla.
Por otro lado, es correcto lo señalado por el Senador señor
Viera-Gallo en el sentido de que esta norma vaya a Comisión Mixta,
porque por ningún motivo esta materia debe entenderse mal. Por eso,
me preocupa que el texto aprobado en el Senado se mantenga y no se
exprese claramente que en ningún caso es aceptable la práctica
eugenésica.
La segunda parte del artículo 3º se refiere a
intervenciones que no son eugenésicas, sino que tienen por objeto
corregir características hereditarias que provocarían enfermedades. Y
eso es distinto. Entonces, se requeriría una disposición absolutamente
diferente, muy clara y definida, porque se trata de regular un aspecto
que nada tiene que ver con prácticas abortivas y eugenésicas.
señor GAZMURI (Vicepresidente).- Tiene la palabra el Senador señor
Moreno.
señor MORENO.- Señor Presidente, de forma adicional a los argumentos
esgrimidos, creo necesario llamar la atención de la Sala sobre lo
propuesto por la Cámara de Diputados, porque tiene una implicancia de
otra naturaleza.
El texto que aprobamos aquí hablaba de la protección a la
vida, a la integridad física y síquica de las personas, así como a su
dignidad, a su identidad genética, etcétera. Pero la Cámara Baja lo
reemplazó por una norma que, de acogerse, no podría interpretarse
como una autorización del aborto, originada en estimar que la ley en
proyecto tiene por finalidad proteger la vida de los seres humanos
desde el momento de la concepción.
señor VIERA-GALLO.- Eso está solucionado. Ya se votó.
señor MORENO.- Si el asunto se encuentra resuelto, me doy por satisfecho.
Retiro lo dicho.
señor GAZMURI (Vicepresidente).- Tiene la palabra el Honorable señor
Martínez.
señor MARTÍNEZ.- Señor Presidente, quiero plantear una duda en torno a un
aspecto sumamente serio y siempre presente en la manipulación de las
características genéticas. Me refiero a la variabilidad fuera de norma,
fuera de lo esperado, fuera de la estadística, a que de modo
permanente está sujeto el ser humano. Es decir, por herencia se tiene
algún defecto físico que se presume transmisible, pero naturalmente no
se transmite. Entonces, estamos ante una situación que va mucho más
allá de lo bueno que en esta materia aquí se ha planteado.
Yo me pregunto si por esta vía no estaremos entrando de
lleno a la creación de súper seres humanos, de seres humanos
perfectos. Se trata de un problema ético mucho más profundo que el
texto mismo de la ley.
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Me parece que todavía es muy temprano para abordar una
situación de ese tipo.
La prohibición de toda práctica eugenésica tiene que ser
establecida de tal manera que incluso se acepte una variabilidad en los
fenómenos más allá de la estadística. Y, por lo tanto, no debe
permitirse ninguna práctica, porque de lo contrario, se alterarían
procesos aún no comprendidos en toda su profundidad.
Me pregunto si no estaremos contribuyendo a la
generación de súper seres humanos, o sea, de seres humanos más allá
de lo normal.
Ésa es la gran duda que dejo planteada.
El señor GAZMURI (Vicepresidente).- Tiene la palabra el Honorable señor
Coloma.
El señor COLOMA.- Señor Presidente, en la misma línea de algunos señores
Senadores que se han referido al punto, creo importante fijar la
naturaleza de la discrepancia que originaría en este caso la formación
de una Comisión Mixta. Y me parece especialmente ilustrativo lo que
señaló el Senador señor Viera-Gallo en el sentido de que las dos
proposiciones tienen cosas en común, pero también insuficiencias o
poca claridad respecto a otras partes del artículo. Es decir, entiendo
que tanto en el texto de la Cámara de Diputados como en el nuestro es
claro que se prohíbe toda práctica eugenésica. Se trata de una
redacción similar; y si ése fuera todo el artículo, no habría necesidad
de formar una Comisión Mixta.
Pero se ha señalado, con buenos argumentos, que el texto
original del Senado (el que viene después) es poco preciso y hay que
acotarlo para no generar ambigüedades.
Por su parte, lo que a continuación propone la Cámara
Baja también parece insuficiente, a la luz de lo que pueda ocurrir coloquémoslo en estos términos- con una sana ciencia. O sea, no por
restringir un principio se entenderá, inadvertidamente, que en este
ámbito se prohibirá cualquier terapia.
Entonces, creo que es del caso rechazar la modificación
propuesta, no porque abriguemos alguna duda respecto de la
prohibición de la práctica eugenésica, sino porque es razonable tenerla
en cuanto a la insuficiencia o poca claridad del articulado posterior
tanto del Senado como de la Cámara de Diputados. Y entiendo que hay
un ánimo común para que en la Comisión Mixta pueda despacharse una
norma que armonice la prohibición de la práctica eugenésica con la
terapia génica.
En ese espíritu, me parece lógico rechazar la modificación
sugerida por la Cámara de Diputados, pronunciamiento que no significa
volver a la norma propuesta por el Senado, sino permitir que en la
Comisión Mixta se armonicen ambos textos.
He dicho.
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El señor GAZMURI (Vicepresidente).- Tiene la palabra el Honorable señor
Bombal.
El señor BOMBAL.- Señor Presidente, creo que se ha planteado sumamente
bien la inquietud de fondo. Lo peor que nos podría ocurrir sería que,
por un problema reglamentario, cometiéramos un error o una
imprecisión en una materia de esta envergadura, especialmente si se
confunde la práctica eugenésica (que que tiene que ver -todos lo
sabemoscon
la
aplicación
de
leyes
biológicas
para
el
perfeccionamiento de la especie humana) con la terapia génica.
En su momento, cuando se debatió el proyecto, se
argumentó mucho acerca de las células somáticas y de las células
madres o troncales, y en cuanto a qué tipo de intervenciones eran
razonables. La terapia génica, por ejemplo, que se autoriza en el
artículo 10, implica una intervención en células de la sangre para
corregir eventualmente una enfermedad, como la leucemia.
Es decir, de alguna forma el concepto de terapia génica
está incorporado como un valor de la ciencia que, debidamente
regulado, debe estar presente en nuestro ordenamiento legislativo.
En cuanto a las prácticas eugenésicas, claramente el
espíritu del proyecto –con seguridad sus autores se referirán a élnunca apuntó ni a clonaciones -de hecho están prohibidas de manera
expresa- ni a prácticas eugenésicas que no tuvieran que ver en forma
directa con una terapia génica debidamente aceptada y autorizada por
la ciencia y por las normas bioéticas.
Por consiguiente, creo que las precisiones hechas son de
suma importancia e interpretan plenamente la inquietud que en su
momento señalé al Senador señor Viera-Gallo en cuanto a la formación
de una Comisión Mixta.
Sin embargo, reitero que no se trata de puntos
reglamentarios más o de puntos reglamentarios menos, o de frases
que pueden resultar contradictorias, sino de ir más a la sustancia y a la
esencia de una definición tan categórica como ésta, con un agregado.
Cuando se dice “Sólo se podrán modificar características genéticas
humanas que incidan en la herencia en los casos y en la forma
previstos por la ley”, pareciera que lo establecido en cuanto a “la forma
prevista por la ley” fuera insuficiente y que, a lo mejor, habría que ser
más preciso o más amplio, de manera que, de la discusión
reglamentaria que ahora se presenta surjan precisiones o, al menos,
criterios para que después la autoridad sanitaria o aquellos a quienes
corresponda tengan claridad sobre qué se autoriza específicamente.
Dejarlo tan abierto y a la vez tan indefinido es peligroso, por la
interpretación que le pueden dar terceros, sobre todo porque el espíritu
de quienes presentaron la moción nada tiene que ver con incorporar
alteraciones a la especie humana. Muy por el contrario, el proyecto
apunta, por un lado, a impedir transgresiones al orden bioético, y por
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otro, a permitir que hoy los avances de la ciencia se usen con criterios
bioéticos razonables.
No olvidemos que esta preocupación surge después de que
se reconoce el mapa del genoma humano y de los adelantos que él
conlleva. Por lo demás, de ahí surge este proyecto.
Hay mucha información e investigación científica
disponibles, pero también muchos riesgos como consecuencia de ello.
Por consiguiente, comparto el criterio del Senado. Y ojalá
sea interpretado de la misma forma por la Cámara de Diputados, para
no cometer ningún error en la materia.
He dicho.
El señor GAZMURI (Vicepresidente).- Tiene la palabra el Honorable señor RuizEsquide.
El señor RUIZ-ESQUIDE.- Señor Presidente, la Comisión de Salud rechazó el
artículo que estamos discutiendo, primero, por las razones que
manifestó el Senador señor Viera-Gallo. En el fondo, la norma
propuesta por la Cámara de Diputados no deja clara la diferencia entre
terapia génica y práctica eugenésica. Entonces, es absolutamente
necesario precisarla, y por eso proponemos rechazar el artículo.
En segundo lugar -es verdad lo dicho por el Senador señor
Bombal-, el proyecto que presentamos nunca tuvo otra intención que la
de evitar que adelantos científicos no regulados, crecientes e
inevitables -la terapia génica ya está funcionando y va a llegar a
niveles tremendamente importantes- lesionen la esencia del ser
humano o -como se planteó- den lugar a una mixtura o a una rara
especie entre ser humano y animal, ya esbozada en viejas leyendas, lo
cual, aunque a uno le produzca mucho horror, es factible.
Por consiguiente, nos parece que ir a la formación de una
Comisión Mixta para conciliar ambos elementos es una buena fórmula.
Sólo deseo hacer una prevención sobre aquello respecto
de lo cual nos estamos pronunciando.
Este tema es quizás uno de los más resbaladizos y difíciles
de precisar. Probablemente, en dos, tres, cinco o diez años más lo que
hoy escribamos estará obsoleto. Sin embargo, es necesario legislar al
respecto, porque no tenemos ninguna manera de precisar, orientar,
regular, controlar lo que pueda hacer una persona antes de llegar a un
grado de locura como el que señalamos.
Entonces, se trata de elaborar una ley lo suficientemente
precisa y amplia, desde el punto de vista de la reglamentación y de la
forma de hacer otras leyes para interpretar ésta, como para evitar que
en cuatro o cinco años más quienes estén en el Senado deban
modificar cosas sueltas.
Por eso, soy partidario de pedir a la Sala que apruebe las
modificaciones que plantea la Comisión de Salud, porque nos ayudan a
mejorar el proyecto.
He dicho.
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El señor GAZMURI (Vicepresidente).- Muy bien. El debate es claro, y la Mesa
entiende que todos los señores Senadores que han participado
consideran que las prácticas eugenésicas no deberían ser permitidas,
sin ninguna excepción, pero que habría que hacer una distinción con
respecto a las terapias génicas.
Si le parece a la Sala, se rechazará la modificación que
propone la Cámara Baja, para que la Comisión Mixta busque una
fórmula que salve los dos principios que aquí parecen reunir una muy
amplia mayoría.
--Se rechaza el artículo 3º propuesto por la Cámara
de Diputados.
El señor GAZMURI (Vicepresidente).- Tiene la palabra el señor Secretario.
El señor HOFFMANN (Secretario).- Respecto del artículo 6º, la Comisión
propone, por unanimidad, aprobar las enmiendas efectuadas por la
Cámara de Diputados.
Cabe hacer presente que el Honorable señor Parra pidió
discusión separada de esta norma.
El señor GAZMURI (Vicepresidente).- En discusión el artículo 6º.
El señor PARRA.- Pido la palabra.
El señor GAZMURI (Vicepresidente).- La tiene, Su Señoría.
El señor PARRA.- Señor Presidente, sé que el planteamiento que voy a
formular , y en virtud del cual rechazaré el artículo 6º con el propósito
de que vaya a Comisión Mixta, es extraordinariamente delicado y
requiere un debate mucho más amplio que el que puede generarse en
este minuto, debate que, por lo demás hoy recorre el mundo entero,
como lo voy a probar a través de algunas referencias que haré en esta
intervención.
El artículo 6º del proyecto en análisis fue introducido por la
Cámara Baja con un texto totalmente nuevo. En concreto, incorporó el
tema de la obtención de células troncales , mediante la destrucción de
embriones, para facilitar la investigación científica y el desarrollo de
terapias específicamente referidas a enfermedades degenerativas que
en la actualidad son de extraordinaria recurrencia y gravedad.
Eso fue lo que llevó al hijo del ex Presidente
norteamericano Ronald Reagan, conservador, a presentarse ante la
convención demócrata que proclamó a John Kerry como candidato en la
última elección presidencial de Estados Unidos, para alegar, justamente
tras la experiencia dolorosa que había vivido con la enfermedad de su
padre, la necesidad de que se abrieran las puertas a aquella forma de
investigación.
En el campo de la investigación científica, una norma
absolutamente prohibitiva es siempre de dudosa eficacia.
En una de las últimas reuniones de la Academia Chilena de
Ciencias Sociales, Políticas y Morales, al intervenir sobre la materia
contenida en el proyecto en análisis, el académico Gonzalo Figueroa
hizo referencia a una situación tensa que se había producido en un
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seminario reciente relativo a bioética, oportunidad en la cual el profesor
Tito Ureta, destacado investigador, interrumpió a un connotado jurista
que estaba exponiendo una visión del tema desde la perspectiva ética,
filosófica y jurídica y defendiendo normas de carácter prohibitivo, como
la que se contempla en el artículo 6º. El señor Ureta le dijo: “Hoy
podemos clonar un ser humano […] y lo vamos a hacer de todas
maneras. Si lo prohíben en Estados Unidos, lo haremos en México, y si
lo prohíben en México, nos trasladaremos a Burundi. Porque ustedes
los moralistas, eticistas y juristas, no tienen sanciones posibles para
impedir el avance de la ciencia. ¿Qué van a hacer con el primer
humano clonado? ¿Lo van a fusilar? ¿Lo van a mandar a la luna? ¿Le
van a quitar la nacionalidad? ¿No se dan cuenta que ese primer
humano clonado se convertirá en el individuo más popular del planeta,
y que un enjambre de periodistas va a viajar desde los rincones más
remotos para fotografiarlo y entrevistarlo?”.
Yo dudo de la eficacia de este tipo de disposiciones tan
severamente prohibitivas.
Señor Presidente, en el caso específico que estamos
analizando, la Academia de Ciencias de los Estados Unidos se ha
referido en forma reciente al tema, en un intento para que cambien las
políticas que se vienen aplicando en ese país por iniciativa del
Presidente Bush y que son también marcadamente prohibitivas. Y dicha
Academia ha alertado respecto del uso de las llamadas “quimeras”
como sustitución, justamente, de las células que se pueden obtener de
embriones. Y bien saben Sus Señorías lo que esas quimeras son. Ya no
se trata de la creación del superhombre, como señalaba el Senador
señor Martínez, sino de entes totalmente distintos, con componente
humano, que hasta aquí formaban parte de la mitología, pero que no
constituyen, por fortuna, una realidad de nuestras vidas.
Pues bien, presionados por esas normas prohibitivas, los
investigadores en estos países han estado desarrollando este tipo
nuevo de células, acerca de cuyos peligros la Academia de Ciencias
norteamericana se ve en la obligación de alertar. Disposiciones
prohibitivas como la que estamos analizando existen hoy en Italia. Y
hemos leído en la prensa de estos días que un vasto movimiento
ciudadano ha pedido la derogación de ellas. El Tribunal Constitucional
de ese país…
El señor GAZMURI (Vicepresidente).- Ha concluido su tiempo, señor Senador.
El señor PARRA.- Solicito dos minutos adicionales.
El señor CHADWICK.- Sí.
El señor PROKURICA.- Que ocupe todo el tiempo necesario.
La señora MATTHEI.- Que pueda terminar.
El señor GAZMURI (Vicepresidente).- Con el acuerdo de la Sala, Su Señoría
dispone de tres minutos más.
El señor PARRA.- Gracias, señor Presidente.
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Decía que el Tribunal Constitucional italiano acogió la
petición, y la supresión de una norma exactamente del tenor de la que
estamos discutiendo, que rechazaré, será sometida a un referéndum en
ese país. Y, por primera vez, el Papa Benedicto XVI ha salido a la arena
política a tratar de influir en el voto del electorado católico, para que se
pronuncie en contra de la posible derogación de este tipo de
disposiciones.
Lo cierto es que la investigación en comento se viene
realizando en muchos países. Y acerca de la materia hay extenso
derecho comparado, originado principalmente en un hecho objetivo: el
desarrollo de las técnicas de fertilización asistida ha llevado a la
existencia de múltiples embriones, llamados “sobrantes”, que en
muchas partes se han debido eliminar. En Inglaterra se originó un
debate extraordinariamente fuerte sobre este particular, y la
eliminación requirió la intervención y el pronunciamiento de los más
altos tribunales de ese país hace sólo un par de años.
Lamento, señor Presidente, que no se pueda en este
momento profundizar sobre el tema, pero votando por su rechazo
quiero salvar por lo menos las reservas que me ocasiona el artículo 6º
propuesto por la Cámara Baja.
El señor GAZMURI (Vicepresidente).- Tiene la palabra el Honorable señor
Andrés Zaldívar.
El señor ZALDÍVAR (don Andrés).- Señor Presidente, el espíritu de este
proyecto no está en la línea de lo que nos manifestaba el señor
Senador que me antecedió en el uso de la palabra. Precisamente, la
iniciativa tiene por objetivo evitar que la intervención sobre el genoma
lleve a situaciones que muchas veces ni siquiera están definidas por la
ciencia. Y el hecho de que el día de mañana se vaya a clonar a un ser
humano que sea muy popular, estimo, no debe ser un argumento –me
refiero al entregado por el señor Ureta– que me motive a abrir este
espacio de investigación en la forma como se ha señalado.
Nuestra Comisión aprobó por unanimidad la propuesta de
la Cámara de Diputados, por ser su redacción mucho más precisa que
la despachada por el Senado.
Por una parte, la norma permite el cultivo de tejidos y
órganos para fines de diagnóstico terapéutico e investigación científica,
que es lo que se debe hacer y se está realizando hoy en el mundo a
objeto de mejorar la calidad de vida, e incluso, de intervenir en algún
tipo de enfermedad genética.
Por otro lado, lo que propone la Cámara de Diputados en
la segunda parte de la disposición es absolutamente necesario, pues
impede la destrucción de embriones humanos. Y ahí es donde está la
gran discusión.
En lo personal, soy claro en cuanto a que no deben
intervenirse embriones humanos destruyéndolos. Pero se trata de un
tema que, por supuesto, quizá con el tiempo haya que discutir o no, de
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acuerdo con lo que eso signifique desde el punto de vista de si hay o no
vida humana en riesgo. Ésa es la gran discusión que hoy existe en el
mundo. Entretanto, no podemos abrir ningún espacio para pretender
siquiera destruir embriones humanos.
El propósito del proyecto -soy uno de sus autores- era
evitar esa práctica, que se estaba dando o se pretendía dar en otros
países, con plebiscito o sin él. Ésa es otra cuestión.
En mi opinión, el texto de la Cámara de Diputados recoge
mejor el sentido que se consideró al proponer y aprobar la iniciativa.
De ahí que la Comisión de Salud del Senado, por unanimidad,
recomiende optar por él, atendido el hecho de que precisa mucho más
el objetivo que tuvimos en vista los Parlamentarios que presentamos la
moción.
Por esa razón, me voy a inclinar por la norma despachada
por la otra rama del Congreso, sin perjuicio de discutir el tema con
mayor profundidad -es perfectamente legítimo hacerlo- en el próximo
tiempo.
señor GAZMURI (Vicepresidente).- Tiene la palabra el Honorable señor
Martínez.
señor MARTÍNEZ.- Señor Presidente, como aquí el problema ha sido el
cuestionar que se prohíba algo, quiero preguntar al Senador señor
Parra si la prohibición de la esclavitud puede ser cuestionada y si
resulta válido que, a través de un plebiscito que elimine dicha
prohibición, los seres humanos sean esclavizados.
señor GAZMURI (Vicepresidente).- Tiene la palabra el Honorable señor
Viera-Gallo.
señor VIERA-GALLO.- Señor Presidente, como bien indicó el Senador señor
Parra, existe un debate mundial acerca de si es posible o no usar
embriones humanos de los cuales se obtengan células troncales que
permitan sanar ciertas enfermedades.
Obviamente, se trata de un problema de carácter bioético
muy complejo. Por eso el proyecto crea la Comisión Nacional de
Bioética, de manera que haya una instancia donde se puedan plantear
las posiciones de las distintas escuelas doctrinarias, filosóficas,
religiosas y científicas, y donde se puedan debatir los enormes desafíos
que constantemente van surgiendo.
Sobre el punto e
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