SAN JUAN DE DIOS. (08 de Marzo) Fundador de la Comunidad de los Hermanos Hospitalarios de San Juan de Dios. Nació y murió un 8 de marzo, nace en Portugal en 1495 y muere en Granada, España en 1550 a los 55 años de edad. De familia pobre pero muy piadosa. Su madre murió cuando él era aun joven y su padre murió como religioso en un convento. BREVE PENSAMIENTO «Haced bien por amor de Dios, hermanos míos». Oración Señor, tú que infundiste en san Juan de Dios espíritu de misericordia, haz que nosotros, practicando las obras de caridad, merezcamos encontrarnos un día entre los elegidos de tu reino. Por nuestro Señor Jesucristo. Santa María Eugenia de Jesús (1817-1898) (10 de Marzo) Nacida en una familia burguesa, en 1817 en Metz (Francia), tras la derrota definitiva de Napoleón y la Restauración de la Monarquía, Ana-Eugenia Milleret no parecía estar destinada a trazar un camino espiritual en la Iglesia de Francia. PENSAMIENTO: “Que el Señor haga lo que quiera: que nos dé o nos quite. En lo que nos dé hallaremos su Bondad, y también en lo que nos quite, porque creo que no nos quita nada sin entregarse más profundamente él mismo” Oración de acción de gracias: Gracias Padre por llenar de esperanza nuestro mundo de hoy, al anunciarle por medio de Santa María Eugenia de Jesús que la única liberación que trasforma la sociedad la trae JESUCRISTO 15 De Marzo: Nacimiento de San Daniel Comboni Tres palabras podrían dibujarnos su vida, más bien breve: misionero, padre, profeta. 1- Misionero: En la vida de Daniel Comboni hay una idea globalizante que le roba mente y corazón, que da sentido a todo su ser y quehacer: la misión, y, más concretamente, la evangelización de África Central, un sueño que rayaba por aquel entonces en la utopía. A tal proyecto y vocación dedicará todas sus energías hasta el último aliento, exhalado precisamente en el mismo corazón del África profunda. 2- Padre: Como misionero, Daniel Comboni se siente sobre todo hermano; de los africanos, en primer lugar, a quienes ve como pertenecientes a su misma familia, hijos de un mismo Padre; y de los europeos, a quienes corresponsabiliza fraternalmente en la evangelización de los mismos africanos. Sin embargo, la misión lo hará también, y sobre todo, padre: de las primeras comunidades cristianas, Iglesias, de África Central, y de dos Institutos exclusivamente misioneros fundados en la ciudad italiana de Verona. Su figura carismática sigue suscitando fervor entre los jóvenes y engendrando nuevas familias al servicio de la Iglesia misionera: Seculares y Laicos Misioneros Combonianos. 3- Profeta: El profetismo en Daniel Comboni toma rasgos diferenciados y complementarios a un mismo tiempo. Entre ellos cabe destacar tres altamente significativos: Testigo: Ante todo, del amor misericordioso del Padre, que en Cristo salva a todos los pueblos, también a los africanos. Testigo con la palabra (lo gritó a todas las clases sociales y eclesiales de la Europa de su tiempo), y con las obras (trabajó y murió con África en los labios y en el corazón). Precursor: Daniel Comboni no sólo fue en el tiempo uno de los pioneros de la misión en África Central, sino también un precursor, un adelantado a su propia época. Su "Plan para la Regeneración de África", el "Mensaje a los padres del Concilio Vaticano I en favor de los africanos", la incorporación de los laicos y de la mujer consagrada a la misión directa, la confianza total en los africanos (su "salvar África por medio de África"), su visión eclesial e internacional de la tarea misionera, la idea globalizante de la misión (evangelización, animación misionera, formación de futuros misioneros)... son elementos típicamente Combonianos y misioneros de gran actualidad. Mártir: Sin duda es el aspecto más profundo del profetismo de Comboni. Mártir en su cuerpo y en su espíritu. Aunque no dio físicamente su sangre, su vida está místicamente estigmatizada por la cruz y caída cual grano de trigo en el surco de su tierra africana. Martirio que lo hace profundamente contemplativo y maestro de espiritualidad misionera. Su canonización el día 5 de Octubre del 2003, en la Basílica de San Pedro de Roma, fue el reconocimiento y la confirmación eclesial de una vida según el proyecto del Padre. Y de este modo el carisma Comboniano se hace propuesta a la Iglesia, al mundo de hoy. Es el nuevo desafío de Daniel Comboni a todos sus hijos e hijas, a todos aquellos que de algún modo se sienten llamados a ser "familia comboniana", amigos de la misión "ad gentes" en la Iglesia de Cristo. De los Escritos “Ellos se forman en esta disposición esencialísima teniendo siempre los ojos fijos en Jesucristo, amándolo tiernamente y procurando entender cada vez mejor qué significa un Dios muerto en la Cruz por la salvación de las almas. Y renovando a menudo su total ofrecimiento a Dios, incluidas la salud y la vida, en ciertas circunstancias de mayor fervor hacen todos juntos en común una formal y explícita consagración a Dios de sí mismos, ofreciéndose cada uno con humildad y confianza en su gracia también al martirio. Formados con estas normas, nuestros candidatos no pueden por menos de resultar buenos instrumentos en las manos de Dios y en las de sus legítimos Representantes, para colaborar en esta difícil empresa.” (Es 2892) 15 DE MARZO: FIESTA DE S.LUISA DE MARILLAC Santa Luisa, nacida el año 1591, era hija de una familia noble. Huérfana de madre muy pronto, su padre le proporcionó una formación extraordinaria en todas las ramas del saber. Era también sumamente piadosa y ejemplar. A los quince años quiso entrar en un convento de capuchinas, pero la disuadieron por su delicada salud. Muere entonces su padre, y a instancias de sus parientes se casó con el señor Le Gras. Se lee en el proceso de beatificación: "Fue un dechado de esposa cristiana. Con su bondad y dulzura logró ablandar a su marido, que era de carácter poco llevadero, dando el ejemplo de un matrimonio ideal en que todo era común, hasta la oración". Tuvieron un hijo al que Luisa le tenía un amor sin límites. Esta experiencia maternal le serviría mucho para la futura fundación. Quedó viuda a los treinta y cuatro años. El señor Le Gras murió santamente en sus brazos. Desde entonces decidió entregarse totalmente a Dios y a las buenas obras. Luisa se dirigía con Francisco de Sales, que la encaminó a Vicente de Paúl. Vicente había empezado ya sus ingentes obras de misericordia, como las Caridades, asociaciones al servicio de los pobres. Luisa pondrá en ellas el toque maternal y femenino, todo su corazón. Recorría los pueblos, reanimaba las cofradías, visitaba a los enfermos y todo quedaba renovado. Hacían falta más brazos para atender a tantas necesidades. Otras muchas jóvenes se unen a Luisa para atender a tantos necesitados. Se multiplican las obras en favor de "sus señores los pobres", como gustan llamarlos. Visita a hospitales. Acogida de niños expósitos. Atención a las regiones en guerra. Se extienden a Flandes y Polonia, y luego a todo el mundo. Asilos para pobres. Establecimientos para locos y enfermos mentales. No hay dolencia sin remedio para Luisa y sus compañeras. La actividad desarrollada por Santa Luisa era sobrehumana, a pesar de su débil constitución. Cayó agotada en el surco del trabajo el 15 de marzo de 1660. En esta fiesta celebramos su fiesta La Santísima Trinidad, en la unidad de su esencia, me ha creado sólo para Sí, y habiéndome amado por toda la eternidad, ha visto que no podía ser ni subsistir fuera de El, que siendo mi principio y mi único origen, quiere y debe ser también mi único fin, habiendo creado a todas las creaturas para que me sirvan como medios para llegar a él, de la misma manera que los hitos del camino conducen al manantial de una corriente. (Pensamientos E.11 A.19)