“ACOMODANDO LO ESPIRITUAL A LO ESPIRITUAL” APÓSTOL JOSÉ LUIS DE JESÚS MIRANDA JESUCRISTO HOMBRE 21 de marzo de 2012 Oye, y hablando de “acomodando lo espiritual a lo espiritual”, si por ejemplo, alguien te dice, “el tribunal de Cristo”; ¿qué tú piensas con la mente natural? Tú piensas en un juez, en un fiscal, en un jurado, porque la mente es así. Entonces, Pablo decía: “Porque todos compareceremos ante el tribunal de Cristo.” ¿Verdad que decía así? Entonces, Juan, -porque Juan quería aparecer mejor que Pablo-, entonces Juan dice: “El juicio desde el trono blanco”; ve, porque eso es con la mente natural. Vamos a verlo bíblicamente, Segunda carta a los Corintios capítulo 5, verso 10. “Porque es necesario que todos nosotros comparezcamos ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba según lo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo…” ¡Qué lindo queda eso ahí, verdad! ¿Mientras estaba dónde? “En el cuerpo”. Quiere decir que tú estás en un cuerpo, pero tú no eres el cuerpo. “…mientras estaba en el cuerpo, sea bueno o sea malo”. La mente natural cuando lee eso, número uno, se imaginas que ese tribunal queda lejos de aquí: número dos, piensa que eso está por los cielos, y número tres, que te van a sacar en cara varias cosas que están escondidas. Digo, la mente natural, pero Pablo dice, que tú tienes que acomodar lo espiritual a lo espiritual. Entonces, con lo espiritual, tú no vas a ver un tribunal, tú lo que vas a ver es este púlpito. Sí, porque aquí es donde se te aprueba lo bueno y lo malo. Cuántas cosas tú interpretabas mal y desde que te sientas aquí, tú dices: -Oye, yo estaba mal, eso no era así-. ¿Y dónde tú lo aprendiste? En el tribunal de Cristo. Y si yo te digo que hay un trono de la gracia, ¿qué tú dices? El trono de la gracia. Juan dijo, “el trono con los ancianos y vio veinticuatro ancianos”. Fíjate que ese ángel que le enviaron a Juan, por no someterse a Pablo. Él nunca se sometió a Pablo, él pensó que él era mejor que Pablo. Pues, entonces, el ángel que se le manifestó a Juan, lo confundió dándole visiones. Eso es lo que es Apocalipsis, un libro de confusión, no de revelación. La revelación ya estaba escrita en catorce libros. Entonces, nosotros tenemos que aprender a acomodar lo espiritual a lo espiritual. Entonces, ¿qué es el trono de la gracia? Lo mismo que el tribunal de Cristo. ¿No es así? ¿Qué es ser sellado con el Espíritu Santo de la promesa? Tan pronto tú piensas en un sello es así (un gesto de colocar una estampa sobre un papel) o así (prensar un papel con un sello al relieve). Pues, el sello de la promesa del Espíritu Santo es lo mismo que ser alumbrado con la palabra de gracia. O sea, Pablo repite las cosas. Toda la revelación, él la va repitiendo en diferentes formas, pero es lo mismo, ser alumbrado. Cuando Isaías dijo: “Y el que anduviere por ese camino no se extraviará, porque será llamado calzada y camino de santidad”. ¿Qué era eso? SALVO SIEMPRE SALVO. Si usted tiene dos dedos de frente, y se pone a pensar bien dice: -Oye, por más bruto que sea, no se extraviará-. Pues lo que él estaba hablando era de la santidad que te es imputada a ti, gratuitamente. ¿De qué estaba hablando él? Vamos a verlo, primera a los Corintios capítulo 1, porque Pablo siempre utilizaba mucho a Isaías. Isaías escribió y no entendió, y tengo noticias para ti, Pablo escribió y tampoco entendió. Lo de Pablo fue poner ahí, para yo explicarlo, porque imagínate, qué me iba a dejar a mí. Si lo llega a explicar él, ¿entonces para qué venir Jesucristo Hombre a la tierra? ¿A qué va a venir, si ya estaba dicho? Primera carta a los Corintios en el capítulo 1, en el verso 30. ¿Qué dice? “Más por él estáis vosotros en Cristo Jesús, el cual, nos va ser hechos, nos ha sido hechos por Dios sabiduría…” ” Primero, ¿qué es lo que nos hizo hecho? ¿Sabiduría, qué es? La mente de Cristo. Con la sabiduría de la mente de Cristo tú entiendes todo claro. “…JUSTIFICACIÓN,…” Ya tú entiendes, que tú no tienes que arrepentirte, porque Cristo fue hecho pecado por nosotros, y entonces, ya no hay pecado. Tú quedaste justificado. “…SANTIFICACIÓN,…” ¿Y, santificación qué significa? Camino y calzada de santidad. Te fue hecho: “…santificación y REDENCIÓN;…” Entonces, la mente de Cristo fue lo que estuvo ausente por dos mil años. Lo que yo recibí en 1973, fue un espíritu de interpretación. La mente de Cristo vino a mí y se me acomodó en la mente, y desde ahí, yo comencé a hablar lo que yo he hablado, que a ti te ha rescatado. Entonces, lo que estuvo ausente del mundo fue la interpretación correcta de esta palabra, porque esto es letra, y la letra mata. Y lo que la gente hacía era matándose con este libro (la Biblia). Por eso, Hitler mandó a quemar muchos libros de estos y tenía razón, es más, tenía hasta revelación. Los Gedeones, es un grupo de personas, muy bien intencionadas, que ellos pagan por miles de biblias y las regalan a los hoteles y se las ponen en una mesita de noche para que cuando el que va y se hospeda allí, saque esa arma cargada con seis balas. Entonces, la persona, inocentemente, lee la Biblia y la coge, y como él no conoce, es más, él no sabe, porque él es un “indocto”. Un escriba docto, mete las manos aquí, en el tesoro, y de ese tesoro hay cosas buenas y cosas malas. Y como usted es un escriba docto, usted viene y saca lo bueno. Pero el pobrecito, lo que tiene son problemas en su cabeza, va al hotel y saca la pistola (la Biblia), y mete la mano en el cofre; y entonces, en vez de sacar lo bueno, lo primero que saca es lo malo. Porque, lo malo, en este caso, tiene 39, y al tener 39 libros, se va al viejo testamento y él metió la mano y dice: -Déjame leer aquí, “Y Jehová castigó al pueblo con lepra”. Y entonces, de ahí, empieza a interpretar. Ah, y si es predicador, él dice: -Déjame ver qué aplica aquí con lepra. -Hermanos, ¿cuántos leprosos hay aquí? No tiene que ser lepra carnal, puede ser una lepra espiritual, que tú tienes. Quizás tú has estado pensando, últimamente, en cosas malas-. ¿Quién no piensa en cosas malas? Si este cuerpo es un cuerpo de muerte que todos los días piensa cosas malas. Los disparates que tú sueñas, si tú te pones a pensar en esos disparates que tú sueñas, tú no vas a tener paz en tu vida. ¿Para qué está la MENTE de Cristo en ti? Diga: Para acomodar lo espiritual a lo espiritual. Sabrá, Dios cuántas cosas tú tienes por ahí que están como una maleta que no está organizada. Entonces, ¿por qué Pablo dice que ahora le servimos a Dios con la mente? No es con el cuerpo, porque el cuerpo tuyo no se sujeta a la ley de Dios, ni tampoco puede, aunque trate. Por eso fue que el apóstol dice: “Carne ni sangre heredará”. No hereda. Entonces, ¿qué tú necesitas? Tú necesitas que se te alumbre la mente, para que tú veas que el tribunal de Cristo, el famoso tribunal de Cristo, -que tú vas a las librerías y no encuentras ni un libro de este tema-, el famoso tribunal de Cristo, no es más que José Luis De Jesús parado detrás de esta tarima hecha de madera. (Aplausos). Porque a Dios no le interesa una tribuna, a Dios lo que le interesa es tu mente, y entonces, una vez la palabra llega a tu mente, te hace feliz, y ahí tú comienzas a servirle a Dios con tu mente. Qué fácil hizo esto el Señor. La palabra la que nadie te puede quitar. Entonces, cuando el Apóstol Pablo dice “lo vil del mundo escoge Dios para avergonzar lo fuerte”, él siempre escogerá personas que se sienten incapaces, porque la mente va a descubrir quién tú eres. La mente te va a revelar quién tú eres, y te va a decir: -Mira, tú no eres bueno, en ti no mora el bien. Ahora, ¿que vas a comparecer para responder por lo bueno o lo malo? Claro, tienes que comparecer. Por ejemplo, Pablo, ya compareció. El Apóstol Pablo dijo: “El juez justo, que me dará la corona de justicia”. ¿Y quién le dio esa corona de justicia a Pablo? A Pablo, nadie lo reconoció en dos mil años, es más, yo escuché un teólogo, en Puerto Rico, hace varios años, escuché un teólogo que vivió en Jerusalén estudiando el arameo, el griego y él concluyó -en una conferencia que dio en Puerto Rico- concluyó, que a Pablo lo tildaban de loco, y muchos han dicho lo mismo, que Pablo se contradecía. ¿Pero, quiénes eran los primeros que hablaban así de Pablo? Los once apóstoles. Los once apóstoles nunca estuvieron de acuerdo con Pablo. Se alegraron de la conversión de Pablo, decían: -Mira, el que nos perseguía, dice que tuvo un encuentro. El problemas es que él no llegaba donde Pedro, ni donde los ancianos. Decían: -Oye, ¿pero, por qué no pasa por acá? -Se fue para Arabia. -¿Y qué él hace en Arabia? -Está encerrado en un monte, por allá. -¿En qué monte está? -Pues, donde le dieron las tablas de la ley a Moisés, él está allí. -¿Y qué, él se cree que es otro Moisés? Y allí, se le revelaba Dios, y él escribía estas cosas. Y cuando las escribía -que los apóstoles se enteraron-, tres años después, subió a Jerusalén para ver a Pedro. Pero en tres años, ya tú tienes mucha revelación, ya Pablo venía cargado de dinamita. Y cuando vio a Pedro, que se reunió con él quince días, Gálatas 1:18, dice que “él se reunió quince días con él”. En esos quince días, vamos a verlo. Gálatas 1:18 “Después, pasados tres años, subí a Jerusalén…” ¿A dónde? ¿Y por qué esperó tres años? Hágase preguntas. Use la mente de Cristo, ayúdeme. Oye, ¿por qué esperó tres años para subir a Jerusalén? ¿Para ver a quién? “…para ver a Pedro…” ¿Y por qué a Pedro? Él todavía no estaba de condenar ahí, Pedro hasta ahora estaba bien. ¿Pero, por qué tuvo que esperar tres años? Dime una cosa, si tú tienes un encuentro con Dios y en ese encuentro, tú te vas a Jerusalén, y de momento tú ves una sinagoga judía y preguntas por Dios, diciendo, -yo quiero saber de Dios-. ¿Qué te van a hacer en esa sinagoga? Te van a judaizar. Porque ellos interpretan a Dios a través del judaísmo. Y, si tú te metes aquí en la Calle Ocho de Miami y encuentras una iglesia que dice “Camino de Santidad”, o “Iglesia La Nueva Jerusalén”, “La Luz del Mundo” y tú has tenido un encuentro con Dios, que tú dices: -Me pasó algo tremendo. Y de momento, tú buscas una iglesia y te metes allí, ¿qué religión te van a meter en esa iglesia? Pentecostalismo. Y, si te vas para Atlanta, Georgia, y de momento tienes una experiencia en el hotel y dices: -Háblenme de Dios-, se aparece un Bautista del Sur. Y, si tú estás en Utah, y tienes un experiencia con Dios, y de momento tú ves un edificio bien grande así y te metes allí, ¿qué tú vas a ser? Un Mormón. ¿Y, si estás en Brookling, New York? Entonces te haces un Testigo de Jehová. ¿Y qué le sucedía, si Pablo no espera tres años y sube a Jerusalén? Lo coge Pedro, muchacho, y le dice: -Mira, estos bandidos crucificaron, al pobrecito y lo mataron. Era mi amigo, me hacía milagros y me lo mataron-. Y a él nadie lo mató, él lo dijo: “Es que yo pongo mi vida, porque sé que tengo poder para tomarla de nuevo.” Entonces, la razón que dice ahí, “Después, pasados tres años, subí a Jerusalén para ver a Pedro…”, es que el Espíritu de Dios en él lo libró de subir a Jerusalén en lo que le acomodaba la mente de Cristo al Apóstol Pablo. Entonces, cuando ya fue a ver a Pedro, y mira quien más estaba allí: “…y permanecí con él quince días; pero no vi a ningún otro de los apóstoles, sino, a quién, a Jacobo…” Ese es Santiago. El que escribe: “Ya veis hermanos, que no es sólo por fe, sino también por obras.” Entonces, él vio a esos dos fenómenos, esos dos apóstatas. ¿Y quién estaba hablando allí, Pedro o Pablo? Pablo. O, quizás Pablo le dijo: -Pedro, ¿y cómo te fue con él? -Bueno, los últimos tres años, yo pescaba y me llamó, y yo vi una serie de milagros tremendos. Y, yo me imagino que Pablo lo escuchó un día, dos días, pero entonces, después de momento, Pedro le dice a Pablo: -Pablo, ¿y para qué tú vienes aquí después de tres años? ¿Por qué tú esperaste tres años? -Ah, bueno, ahora me toca compartirte. Es que yo estuve en Arabia, y entonces, en Arabia, se me manifestó el Señor y me dijo que nosotros somos predestinados, nosotros somos tesoros en vasos de barro, y la verdadera identidad, -¿tienes el término “mientras estaba en el cuerpo”?- eso que estaba en el cuerpo, -Pedro-, eso existió desde antes de la fundación del mundo. Tú y yo fuimos creados desde antes de la fundación del mundo, Pedro -¿Cómo? ¿O sea, que nosotros somos escogidos? -Sí, hay escogidos para salvación, y también hay lobos que no van a ser escogidos para salvación. -¿Y cómo tú lo sabes? -Pues, ¿no te acuerdas la escalerita aquella del sueño que tuvo Jacob?- pero, es que Pedro no sabía Biblia, Pedro era un bruto. Pedro era del vulgo, él lo que sabía era pescar. Entonces, es como cuando nosotros hablamos gracia con cualquier persona, que algo te dice: -No le digas más, porque no aguanta-, pues Pedro era del vulgo, él no conocía a Isaías. Entonces, en esos quince días, predestinadamente, él le dio el plan a Pedro, -y sabrás Dios las cosas que le dijo, de las muchas que le dijo-, pero allí fue donde Pedro, por primera, vez aprendió un poquito de lo que se llama hablar una sola cosa y la unidad del cuerpo. Pero, eso Pedro lo cogió y lo adulteró para hacer de eso el Vaticano, con Cornelio, que tenía muchos billetes, porque Cornelio era dueño de la compañía La Italiana, y daba ofrendas. Daba tan buenas ofrendas, que dice que las ofrendas de Cornelio, “fueron oídas por Dios”, de tanto dinero que daba. Era un hombre dadivoso. Y, cuando hay gente mala, como el Apóstol Pedro lo fue, y ven gente con dinero, se enamoran de su dinero, no de la persona. Bueno, de tal forma que él no montó el Vaticano en Jerusalén. ¿Dónde lo montó? En Roma. -Oye, Cornelio, hay que honrar de donde tú vienes, tú eres italiano. Oye, Cornelio, ¿y tú familia, tienen billete en Italia? -Bueno, si yo soy uno que estoy aquí de extranjero, imagínate, mi familia es dueña de la mitad de Italia. -Oye, pues a ellos hay que ayudarlos, también… Pedro era un vientrudo. Y, tú tienes que tener cuidado, porque eso existe. Hay personas que se enamoran de ti por lo que tú tienes, no por lo que tú eres. Si te ha pasado o te está pasando es bueno para que aprendas. Porque tú tienes que conocer todo tipo de ser humano para darle ejercicio a tu mente. Tú necesitas que te traicionen, tú necesitas que hablen mal de ti, tú necesitas confiar en alguien, que tú le dices cosas, -espero que no se las digas a nadie-, y que las diga. Tú necesitas de todo. (Aplausos). Tú necesitas que el ser humano te decepcione, que te hiera. ¿Tú no has tenido ese privilegio, de tener personas así? Eso es un privilegio, cuando tú tienes personas falsas a tu lado, cuando alguien te tilda de algo, o te malentiende. Y, tú dices: -Pero, si es que yo nunca intenté eso. ¿Por qué esta persona piensa eso? Pero, eso es bueno, porque la Biblia dice que los sentidos tienen que ser ejercitados en el conocimiento del bien y del mal. Vamos a verlo en Hebreos, para que tú veas. Eso es el gimnasio de Creciendo en Gracia. Hebreos 5: 14, mira lo que dice: “…pero el alimento sólido es para los que han alcanzado, qué, madurez…” ¿Qué? ¿Y cómo se obtiene la madurez? “…para los que por el uso tienen, qué, los sentidos ejercitados…” ¿Y qué son los sentidos? ¿Lo que tú sientes? Sentir. “…los sentidos ejercitados en el discernimiento, de qué, del bien y del mal?” Y, tú sabes que cuando habla de “discernir el bien y el mal”, comienza hablando de los rudimentos de la doctrina de Cristo. Porque los rudimentos de la doctrina de Cristo, si tú ejercitas tus sentidos, tú dices: -¿Qué hago yo mojándome, bautizándome? ¿Qué le hace el agua al cuerpo? ¿Para qué tú te tienes que bautizar? Ejercita los sentidos y di: -Oye, pero si el bautismo tuviera alguna ciencia, no hubieran cárceles-. Usa, dale ejercicio. Si el bautismo quitara el pecado original, entonces no hubiera cárceles, porque al bautizar al niño y quitar el pecado original, el niño se portaba bien y no era delincuente. Rudimentos de la doctrina de Cristo. ¿Qué haces tú con un pedazo de ostia o de pan sin levadura o con levadura metida en la lengua? Ponte tú a pensar. Y, entonces, ponerte todo místico como hacía yo cuando me lo daban, que yo no encontraba cómo poner la lengua para que el pan cayera bien. Y, entonces, cuando me daban el jugo de uvas: -La sangre del pacto… Uy,… (como si le dieran escalofríos)-, y yo venía y me lo bebía. Imagínate. Y, entonces, venía un líder y te decía: -Mira, el que come y bebe indignamente este pan y esta copa, será culpable-. Imagínate, entonces, tú te imaginas que los que están sirviendo, califican. Porque alguien tiene que decir: -Mire, investíguese bien, si usted es digno pasar aquí al frente-. Y ese malvado que está diciendo eso, él mismo acaba de darle una bofetada a un hijo, mandó yo no sé para donde a la esposa por la noche, en la pelea que tuvo, sabrá Dios lo que él hizo. Pero, como él es el pastor, él tiene que decirte, por obligación, eso. Porque si fuera así, en los momentos que se toma eso, uno pudiera preguntar: -¿Y, por qué no vino el pastor a tomarla? -Tuvo una pelea con la esposa. Falló, pecó. Entonces, cuando tú le das ejercicio a los sentidos, tú dices: -Eso es una bobería, si ya la pascua fue sacrificada por mí-. Además cuando tú piensas en eso tú dices: -Pero, si eso era una cena, lo que ellos tenía era una cena, por eso es que Pablo dice, -miren, esperen por los demás que lleguen, no coman muy adelantado, esperen que lleguen-, porque era un cena donde había que comerse toda esa pascua, todo el cordero. Lo que pasa es que el catolicismo cogió y se inventó la ostia esa, de coger un pancito para hacerlo rápido; y entonces, los protestantes, -que la gente piensa que Martín Lutero trajo alguna reforma-, él no trajo nada. Martín Lutero lo que hizo fue cambiarle el collar al mismo perro. ¿Noventa y cinco tesis? Mentira, fue una sola tesis: “Que el justo vivirá por la fe”, porque si usted lee las noventa y cinco, se repite. La reforma la hemos traído nosotros al mundo. Esta es la verdadera reforma. (Aplausos). Martín Lutero no reformó nada. Métase a una Iglesia Luterana para que usted vea que el olor es a muerte, a rudimentos. No ha habido ninguna reforma, lo que han habido son parchos y parchos, y pachos, y parchos, poniendo parchos. Dos mil años pegando parchos, hasta que apareció la mente de Cristo en la tierra. Eso es fácil de entender. ¿Usted quiere juzgar si yo soy Jesucristo Hombre? Eso, mire, eso es un pellizco de ñoco, eso es sencillo. Simplemente, escuche lo que yo enseño, y usted dice: -Espérate, espera, aquí tiene que pasar algo, o es, o no es. Entonces, la mente de Cristo está para usted entender las cosas espirituales y que nadie lo engañe. Para que usted juzgue los pensamientos, los sentidos, cuando le viene un sentido sobre usted, usted tiene que usar la mente de Cristo, no la mente natural, porque la mente natural suya, jamás se va a poner de acuerdo con la interpretación correcta. Ahora, ¿cuántas mentes de Cristo hay? Una. No puede haber dos. Entonces, esa gente que está predicando gracia por ahí, ¿por qué no se ponen de acuerdo conmigo, diciendo “soy yo el que tiene la mente de Cristo”? Y, entonces, otro por allá diciendo que tiene la mente de Cristo. Es como la señora que yo tuve que decirle: -Mire, Jesucristo ya llegó. -Sí, pero no es usted. -Está bien, pues no soy yo. Pues, búsquelo en su iglesia, porque debe estar en su iglesia, entonces. -Bueno, lo que yo sé es que no es usted. -Bueno, pues búsquelo, porque ya llegó. Ya van dos mil años y seis años que todos los teólogos saben que tiene que estar pasando algo, porque todo les falló. Ya ni hablan de la venida del Señor. -No, ya no me atrevo a hablar, porque hemos puesto tantas fechas. ¿Ustedes saben las gentes que se suicidaron en el años dos mil (2000)? La gente que vendió sus propiedades y se fueron a Jerusalén para esperarlo allí, y estaba en Miami predicando, y ellos metidos allá en el dos mil. (Aplausos). Yo le dije: -Pues, mire, búsquelo en su iglesia. Ahora, si habla de pecado no es él. -Es que el pastor mío dice que estamos en pecado, a veces. -Pues, no es él. Si habla de pecado no es él. Y, si habla del diablo, no es él-, y todo mundo habla del diablo. Si practica los rudimentos de la doctrina de Cristo, no es él, y todo el mundo habla, predica de los rudimentos. Acomodando lo espiritual a lo espiritual. Usted tiene que acomodar las cosas correctamente, para que le vaya bien, para que prospere, para que ande en sanidad. Si usted le da ejercicio a su mente, mire, la mente tiene unos potenciales dormidos que en la TRANSFORMACIÓN van a reventar. Todos esos nudos se van a desatar. ¿Usted sabe lo que es un nudo? ¿Un nudo en el cordón del zapato de un hombre? Cuando lleva mucho tiempo amarrado, tú sabes lo difícil que es, la uña que hay que meter. Bueno, hay nudos que yo hago, que yo por no desatarlo en ese momento, digo: -Bueno, lo hago la otra semana-, y pasan seis meses y después tengo que coger un clavo y empezar así para poder desenredarlo. Pues, en su mente está el nudo que hace orilla; y es esa mente suya hay unos potenciales de sanidad. Mire, cuando a mí me vienen mentiras a este cuerpo, yo comienzo a investigar mi mente. Ahí tú no puedes ir gritando: -Señor, sáname-. Cuidado con cometer ese error así. No, no, porque el que te vas a sanar eres tú mismo. Por eso es que la gente ora por las comunidades y por la pobreza y ellos creen que Dios está oyéndolos. Hay muchas leyes que se han violado, por eso el mundo está como está. Si a Pablo no le llegan a tapar la boca, los individuos estos, los once apóstoles, ellos le taparon la boca a Pablo, ellos escondieron la verdad. Mire, no hubiera pobreza, número uno; porque Pablo explicaba lo que era la prosperidad. Pablo explicaba que no había que imponer manos, porque el espíritu de Jesucristo y tu espíritu se han unido y tú eres uno con él. Entonces, ¿para qué orar por ti? No hubiera campañas evangelísticas tampoco. -Ah, eso es bueno, Apóstol. Esas campañas no son buenas nada. Si yo fuera gobernador secular, yo se las prohibiría todas, porque eso lo que hace es tergiversando el evangelio de Jesucristo. Porque en esas campañas, o te ponen las manos, y Pablo dice que no debes hacerlo, porque tú tienes la habilidad de confesar la vida de Jesús en ti. O, te dicen: -¿Cuántos quieren conocer al Señor? Y Pablo dijo: “Ninguno dirá: Conoce al Señor.” Ninguno dirá: -¿Conoce usted al Señor? Porque los elegidos ya conocemos al Señor. (Aplausos). Los elegidos ya conocen al Señor. Por eso, cuando yo voy a un sitio y veo a una persona que el espíritu me da testimonio, yo comienzo a ministrarle lo que ya es. Le digo: -¿Tú sabes que cuando Cristo murió, tú quedaste perfecto con una sola ofrenda? Ese es el verdadero evangelismo, buscar la gente y decirle lo que ya tiene. No decirle lo que no tienen para ponerle condiciones: -Si te arrepientes, Dios te va perdonar. Él ya viene perdonado, bendecido. Él ya está justificado, si es oveja, si no es oveja, ni pierdas el tiempo con él. Pero como tú no le ves lana, ni le ves colmillos, tú tratas a todos como ovejas. Y, entonces la palabra es la que decide en dónde la palabra va a hacer reposo en ella. Hermanos, estamos delante de la REFORMA más grande que ha tomado lugar sobre la faz de la tierra. Los medios lo dicen, ellos desconocen lo que yo les hablo. Periodistas, personas entendidas, cuando yo le hablo, ellos desconocen: -Nunca hemos oído eso. No hemos oído eso. -¿Pero, está escrito? -Está escrito, pero nunca lo habíamos oído. Sí, porque la fe no viene por el leer. Por eso, yo no estoy diciendo nada nuevo que no está escrito. -Apóstol, ¿pero por qué nadie lo averiguó? Porque la mente de Cristo no estaba, y la fe es por el oír de la mente de Cristo. Oyendo la mente de Cristo. Esto es espíritu (la Biblia), pero si la mente de Cristo no está activada, esto (la Biblia) es letra y mata. Como estabas tú, tú estabas muerto. Ayunando, muerto; orando, muerto; arrodillado, muerto; huérfano. Hasta que la palabra de fe, “esta es la palabra de fe que predicamos”; cuando tú escuchaste esa palabra, inmediatamente el don que ya estaba en ti alambrado desde antes de la fundación del mundo, inmediatamente, hizo contacto y escuchaste que tenías tono, -estoy hablando con el cielo-. (Aplausos).
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