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ISSN 1515-1549
Secretaría Académica – Coordinación de Vinculación – Área de Información Académica
Editorial:
A través de la colección de tres cuadernillos, nos propusimos
escribirle a los jóvenes que sueñan y se comprometen con continuar su educación, en una Universidad Pública, que incluye
en sus objetivos una formación integral como profesionales y
ciudadanos de pensamiento crítico y capacidad transformadora.
Somos sujetos históricos en este tiempo que hoy transitamos
(siglo XXI) en el mismo entramado cultural que hemos construido y que nos invita y nos demanda como colectivo social,
de otras formas de “pensar el mundo”. Ello implica entre
otras cosas, la construcción de nuevas estrategias, actitudes,
valores, compromisos, sentimientos y sensibilidades que nos permitan un análisis más profundo de los problemas y conflictos
del escenario actual, así como un protagonismo mayor en la
búsqueda de soluciones futuras.
Deseamos que puedas ser un lector que dialogue con estos
textos y discursos que dibujan y comunican sentidos, al que
te invitamos a sumarte con una actitud dinámica con tus
propias dudas, ideas, interpelaciones, críticas y posicionamientos.
Esperamos que vayan y vuelvan por las múltiples voces que
conforman estos textos, frases, mensajes, links, comentarios, imágenes, disfrutando de los relatos y dialogando con
sus significados.
Cuadernillo I: La cultura de los jóvenes. ¿Cómo somos y
porqué?, ¿somos lo que vemos? ¿Cómo son nuestras prácticas y estilos culturales?, ¿Qué nos preocupa?, ¿porqué
actuamos de un modo “difrente”?.
Cuadernillo II: ¿Quién dijo qué es fácil? ¿Qué implica e
incluye la salud sexual?. ¿Cuáles son los riesgos y razones
de prevención?, ¿qué significa tener responsabilidad social? ¿porqué hay discriminación en esta problemática?.
Cuadernillo III: El mundo y los escenarios posibles
¿Qué conflictos sociales y ambientales nos reclaman?
¿Porqué hay cosas que “huelen mal”?, ¿Qué situaciones
necesitan de otras miradas y nuevos enfoques? ¿cuál es el
desafío ético?
Equipo de trabajo
Alcira Rivarosa, Carolina Roldán, Carola Astudillo,
Ana Montenegro
Idea: Alcira Rivarosa
Coordinación de Producción: Ana Montenegro
Redacción cuadernillo 1: César Quiroga, Cecilia
Maurutto, Marcos Altamirano
Diagramación y diseño: Carlos Pascual
Colaboración: Secretaría de Bienestar - U.N.R.C
Impresión: Dirección de Imprenta y Publicaciones
U.N.R.C.
Agradecemos especialmente a “todos” quienes con
buena predisposición y trabajo aportaron a la realización de estos cuadernillos.
3
4
P
ara la mayoría de quienes
trabajamos en el ámbito educativo y desde allí expresamos
nuestra vocación por una
sociedad mejor para todos, las
preguntas por los modos en que los jóvenes viven, experimentan y dan sentido a su
cotidianeidad, en un mundo tensionado
por múltiples conflictos, se hacen urgentes.
Más aún cuando en nuestros países, de la
región latinoamericana, nos enfrentamos a
la paradoja de una globalización que parece
acentuar los valores locales.
La construcción socio-cultural que hacemos
acerca de “joven”, es decir las formas de concebir los significados que esta palabra encie-
rra, al igual que otras “calificaciones” sociales
se encuentra en fase aguda de recomposición.
Si bien es cierto que “la juventud no es más
que una palabra” (Bourdieu, 1990), una categoría construida, no debe olvidarse que las
categorías no son neutras, ni aluden a esencias; más bien las palabras que usamos son
productivas, dan cuenta de la forma en que
las diversas sociedades perciben y valoran el
mundo y, con ello, a ciertos actores sociales.
Lo que resulta indudable es que vivimos
una época de aceleración de los procesos,
lo que provoca una crisis en los sistemas
para pensar y nombrar el mundo. En este
marco, las concepciones acerca de la juventud no han permanecido inmutables.
ɶɶ vivimos una época de aceleración de los procesos,
lo que provoca una crisis en los sistemas para pensar
y nombrar el mundo. En este marco, las concepciones
acerca de la juventud no han permanecido inmutables.
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La construcción de lo juvenil
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oy la juventud aparece
como más prestigiosa
que nunca. La categoría
de “joven” lleva consigo
ideales y significados que,
como dice la ensayista argentina Beatriz
Sarlo, garantiza otro “set” de ilusiones. Así,
la juventud es un territorio en el que todos
quieren vivir indefinidamente; pero “los
jóvenes expulsan de este territorio a los
falsificadores, que no cumplen las condiciones de edad y entran en una guerra
generacional banalizada por la cosmética,
la eternidad quinquenal de las cirugías y de
las terapias new age”. (Sarlo, 1994:41)
Juventud y jóvenes son dos términos altamente polisémicos y, según el modo en que
se los defina, podemos estar pensando en
sujetos y mundos que poseen muy pocas
cosas en común.
Una mirada bastante habitual es la que
considera al grupo etario entre los 14 y
los 29 años. Aunque los límites pueden
ser siempre otros, este abordaje parte de
una decisión relativamente arbitraria que
agrupa un sector a partir de una categoría
estadística.
Otra forma de definirlo es considerando la
juventud como el periodo que media entre
las pubertad y la adultez. Los jóvenes se encontrarían en un momento de espera en el
que se forja el proyecto de adulto y se identificarían con una especie de transición, un
tiempo anterior a las responsabilidades de
la vida adulta: la autonomía económica, el
trabajo, la casa, una familia y finalmente
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7
rían a los adultos de una generación atrás:
tener más de 25 años y seguir viviendo en
la casa de los padres comienza a transformarse en moneda corriente.
No son pocos los casos de varones o mujeres que después de los 30 y pese a que
trabajan y cuentan con condiciones económicas para independizarse, optan por
seguir viviendo con sus padres.
tezas depositadas en la educación como
garantía de mejores oportunidades laborales y de ingresos. Para la actual generación
de jóvenes la educación por sí sola no es
una institución capaz de ofrecer oportunidades equitativas y muy por el contrario,
en muchos casos, se ha convertido en un
producto más del mercado que discrimina
a muchos y se muestra como medio de
progreso social solo para unos pocos que
pueden pagarla.
Esa comodidad que les da vivir con sus
padres parece ser fundamental a la hora de Estas afirmaciones nos interpelan y a la vez
evaluar si conviene mudarse a vivir solos
nos confirman la imposibilidad de pensar que
los jóvenes en tanto categoría social construio continuar cobijado en el hogar familiar.
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jóvenes como uno de los sectores se encuentran inmersos
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relaciones y de
no contarían
interacciones
si tuvieran que
sociales múltiples y complejas.
hacerse cargo de los gastos de un hogar.
El sociólogo Mario Margulis, experto en fenómenos urbanos, apunta: “Vivimos como
una prolongación de la juventud. Los jóvenes se casan tarde, tienen hijos más tarde,
prolongan hasta más no poder sus estudios.
Ahora el período de formación se extendió.
Antes una persona se recibía de contador
a los 25 y ya estaba listo para conquistar el
mundo. Hoy tiene que seguir estudiando
porque un título ya no garantiza nada”.
En este escenario somos testigos de una
desocupación que amenaza aquellas cer-
Sin necesidad de adoptar definiciones ajustadas a alguna perspectiva teórica o bien
que pueda discriminar la denominación
más adecuada, proponemos pensar en los
jóvenes desde la pluralidad. No existe una
única juventud, más bien son juventudes las
que conviven desde las más heterogéneas
trayectorias sociales. Juventudes que provienen de disímiles organizaciones familiares y procesos de socialización, que han
transitado diferentes experiencias educativas, y que se relacionan particularmente
con el mundo.
8
Jóvenes, expresiones
y símbolos
ɶɶ ¿Existe algún elemento cultural
que atraviese a estas juventudes que
poseen experiencias, trayectorias sociales y niveles de consumo tan distintos? ¿Es posible imaginar algunos
consumos culturales comunes?
P
ara contestar estas
preguntas primero deberíamos diferenciar a los jóvenes de los signos
juveniles. Los signos juveniles que
muestra la publicidad y que se han
convertido en bienes preciables y prestigiosos
no son accesibles a la mayoría de los jóvenes.
Determinado estilo de joven presenta los
signos de la juvenilización que se han expandido a todas las esferas de la sociedad como
el modelo deseado y adquirible mediante el
consumo los elementos tecnológicos, la ropa
e incluso los medios que posibilitan el
propio cuerpo juvenil (dietas, gimnasia,
cirugías)
En una sociedad donde cada vez más
el consumo define la identidad de los
sujetos y “soy lo que puedo comprar” la
asociación de los jóvenes con los signos
juveniles sin considerar la conflictividad
social, el desempleo, la pobreza, la exclusión, los ubica en un lugar sumamente
vulnerable. La división de los grupos según la ropa que usan, la música que escuchan, los boliches que frecuentan nos
enfrenta a una generación cuyas características económicas sociales y simbólicas
los distancian y proyectan una sociedad
futura cada vez más fragmentada.
9
La Marca del Mercado
nicar que todos somos iguales, por ello
sus discursos se enuncian como universales. Sin embargo, como dos caras de una
misma moneda, advertimos por una parte
una promesa de poder, libertad y reconocimiento, mientras que la contracara lleva
la posibilidad latente de no accesibilidad y
con ello una garantía de exclusión.
La juventud suele ser valorada como futuro, por lo que será o dejará de ser. En
este sentido Rossana Reguillo afirma que
las instituciones tradicionales siguen pensando a la juventud como una categoría
de tránsito, “…como una etapa de
preparación para lo que sí vale;
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la juventud como futuro,
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que para los jóvenes, el
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“Asombradas contemmundo está anclado en cierto vaciamiento en
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captada por el merinstituye como protago- grupo de alumnas…
y aterrorizadas corricado” (Reguillo, 2000:
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de sus mitos.
do vimos que la discusión
terminaba a las trompadas en
Efectivamente, la lógica del
la salida de la escuela” Lo comentamercado viene a tomar y llenar cierto
vaciamiento en torno a la juventud y la ins- ban dos mujeres de algo más de cuarenta
años… ¿Es acaso un hecho casual? Las
tituye como protagonista de la mayoría de
sus mitos. En esta propuesta que se expresa malas noticias al respecto parecen acumularse: Chicos de una excursión colegial que
como un cortejo, los jóvenes encuentran
llegan al hospital tras agarrarse a golpes en
bienes materiales y simbólicos que les han
el interior de un boliche. Adolescentes grasido preparados especialmente.
vemente heridos en una “guerra” de bandas
“La velocidad de circulación y por lo tanto a la salida de un boliche, etc.
la obsolescencia acelerada se combinan en
Por un lado podemos dar cuenta de la
una alegoría de juventud: en el mercado
observación de abundantes elementos para
las mercancías deben ser nuevas, deben
un diagnóstico que sentencia: el nivel de
tener el estilo de la moda, deben captar
agresividad y violencia entre los jóvenes y
los cambios más insignificantes del aire de
hacia los adultos creció notablemente en
los tiempos. La renovación incesante que
los últimos años.
necesita el mercado capitalista captura el
mito de novedad permanente que también
Por el otro, ese mismo diagnóstico nos
impulsa a la juventud” (Sarlo, 1994:42)
genera inquietudes para la reflexión, y nos
invita a romper la tendencia demonizante
El mercado necesita preconcebir y comu-
10
hacia chicos y chicas a quienes por estos
días les cabe también la condición de víctimas; probablemente esa violencia se une
a la angustia y la frustración por la disminución o invisibilización de horizontes y
la descalificación social de las instituciones
(como la escuela o la familia quizás) y de
los adultos y autoridades que señalaban
caminos, arrimaban respuestas y calmaban
la inquietud propia de su edad.
Si abundantemente venimos estudiando y
diciendo que en la última década asistimos
a una desmesurada mutación de valores
y una profunda crisis de las instituciones
(incluido el Estado), cómo no pensar entonces en el impacto en el mundo interno
de los jóvenes.
La identidad no es posible sin la mirada
de los ”otros”, se construye con y a partir
de la mirada del que es diferente y hoy los
jóvenes suelen cargar con la expresión de
“clase peligrosa” por parte del resto de la
sociedad. La identificación de ciertos jóvenes como delincuentes, vagos, “villeros” o
“pibes chorros” es parte de un doble juego
de atribución y reelaboración de significados, cuyo único rédito para los jóvenes es
el reconocimiento a cambio de una imagen
11
de sí sumamente deteriorada.
¿Qué identidad construyen mediante la
internalización de categorías limitantes y
estigmatizadas? ¿Qué posibilidades tienen
de reelaborarlas para que no impliquen una
negación de sí y un quiebre de su autoestima? ¿Es una manera de resignación frente
a la desconfianza que genera solamente el
color de su piel que no pueden modificar?
Maestros, funcionarios, adolescentes, jóvenes, adultos; responsables y víctimas de un
entramado social excluyente y violento que
involucra y excede a cada uno. Proyectos a
medias o que no contienen a todos, dig-
nidad amenazada, identidad fragmentada;
una sensación de desconcierto parece hablar de todos y por todos… y busca alivio.
Culturas juveniles
“La cultura juvenil, como cultura universal
y tribal al mismo tiempo, se construye en
el marco de una institución, tradicionalmente consagrada a los jóvenes, que está en
crisis: la escuela, cuyo prestigio se ha debilitado tanto por la quiebra de autoridades
tradicionales como por la conversión de los
medios masivos en espacio de una abundancia simbólica que la escuela no ofrece.
12
Las estrategias para definir lo permitido y
lo prohibido entraron en crisis. La permanencia que fue un rasgo constitutivo de la
autoridad, está cortada por el fluir de la
novedad”. (Sarlo, 1994:41)
da de lo que suponga participación de los
jóvenes en la toma de decisiones.
Con evidente ambigüedad la sociedad
adulta trata a los jóvenes. Estos son, generalmente, objeto de pasiones contradictorias, de un lado se presentan como promesa de futuro, los que han de mantener
la continuidad de una civilización, pero
de otro son vistos como una amenaza en
la medida en que pueden traicionar los
valores de sus antecesores. De aquí que los
movimientos juveniles, sobre todo sin son
rebeldes, tiendan a satanizarse por la propia
sociedad en que surgen. Y esa satanización,
esa visión, ha permitido poner de relieve,
algunas claves del entramado cultural de
nuestras sociedades. Precisamente en ese
entramado tienen lugar desde una idolatría
de lo juvenil hasta una exclusión aterroriza-
pertenencia y resguardo identitario frente a
un mundo incierto. Ciertamente es común
observar, sobre todo en las grandes ciudades la existencia de grupos juveniles que,
aunque no poseen formas muy estructuradas, proporcionan vivencias muy intensas a
sus miembros. Su carácter es muy variado y
plural, pero suelen presentar algunos rasgos en común: un gusto por el disfraz, un
vitalismo rebelde y una búsqueda de (auto)
marginación del grupo social más amplio.
Las juventudes contemporáneas, y desde
hace algunas décadas, han sabido inventar
formas organizativas propias, espacios de
Un grupo de investigadores españoles
(Pere-Oriol y otros 1996) analizan el fenómeno que han denominado “tribus urbanas”: las pandillas, bandas o simplemente
agrupaciones de jóvenes adolescentes, que
13
se visten de modo parecido y llamativo,
siguen hábitos comunes y se hacen visibles,
sobre todo, en las grandes ciudades.
“(Las tribus urbanas)…se presentan como
una respuesta, social y simbólica, frente a la
rasgos de estilo aparecen y desaparecen; los
consumos culturales diversos y siempre rápidos, la búsqueda de alternativas desafían
a cualquier “designio de la moda”. Desde
allí, entonces, aquella entrada al boliche
apiñada de chicos y chicas que combinan
excesiva racionalidad burocrática de la vida
actual, al aislamiento individualista que los
someten las grandes ciudades y la frialdad
de una sociedad extremadamente competitiva. Adolescentes y jóvenes solían ver en
las tribus la posibilidad de encontrar una
nueva vía de expresión, un modo de alejarse de la normalidad que no les satisface
y, ante todo, la ocasión de intensificar sus
vivencias personales y encontrar un núcleo
gratificante de afectividad”. (Pere-Oriol
1996:11)
sobre su cuerpo segmentos de indumentaria (reciclada, transparente u oscura,
ajustada o de algunos talles más que el
propio, corta o demasiado larga, más corta
y mucho más ajustada al cuerpo) deberá ser
leída desde una sintaxis particular. Sus significados no se darían en el marco de de la
moda, marcan una edad, la condición juvenil. “Con estos disfraces ellos cumplen con
un estilo joven, la juventud se manifiesta así
no como una edad, sino como una estética
de la vida cotidiana” (Sarlo, 1994:38).
Estas ideas invitan a repensar ciertas prácticas, fundamentalmente urbanas: como
graffitis, tatuajes, crestas de cabello que se
alzan en las cabezas, nucas rapadas. Los
Yo veo al futuro repetir el pasado, y el
tiempo no para.
“A la juventud la conmueve aquello que
la política, en gran parte, excluye: ¿Cómo
14
frenar la destrucción global del medio
ambiente? ¿Cómo puede ser conjurada, superada la desocupación, la muerte de toda
esperanza que amenaza, precisamente, a
los hijos del bienestar? ¿Cómo vivir y amar
con el peligro del sida? Cuestiones todas
que caen por los retículos de las grandes organizaciones políticas…Los jóvenes practican una denegación de la política altamente política”. Ulrick Beck (1999)
Nuestro continente clama
por transformaciones
y es justo reconocer
los testimonios
cotidianos que
evidencian una
irrenunciable
lucha por una
sociedad más
inclusiva y
democrática,
sin embargo
estas búsquedas suelen verse
frecuentemente
frustradas frente a
los muros del creciente
deterioro económico, la incertidumbre y la fuga del futuro. El
debilitamiento de los mecanismos de integración tradicional (la escuela y el trabajo,
centralmente) aunado a la crisis estructural
y al descrédito de las instituciones, como
ya venimos argumentando, instala en el escenario una pugna en donde asoman como
frecuentes ganadoras la conformidad y la
desesperanza.
ren relevancia las preguntas por las formas
organizativas juveniles, por sus maneras de
entender y ubicarse en el mundo, por los diversos modos en que se asumen ciudadanos.
En contraste con cierta calificación apresurada y hasta estigmatización de las conformaciones colectivas juveniles, entendemos
que los movimientos que emergen vienen
a señalar los conflictos no resueltos en las
sociedades. De la misma manera
en que los jóvenes han sido
importantes protagonistas de la historia
del Siglo XX en
diversos sentidos,
hoy hay testimonios de sincera búsqueda
por un mundo
en donde quepan muchos
mundos y esa
vocación implica un compromiso con uno mismo,
con el colectivo social
y su proyección a los
nuevos escenarios.
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tro continente
clama por transformaciones y es justo
reconocer los testimonios cotidianos que evidencian una irrenunciable lucha por una
sociedad más inclusiva y democrática
Es en ese contexto y frente a un destino
social que parece inevitable, donde adquie-
“La consigna “no hay futuro” que ha operado como bandera interclasista entre los
jóvenes (por diferentes motivos), que señalaría por tanto que todo presente es absurdo, parece estar cambiando por la de “no
habrá futuro” a menos que podamos intervenir a tiempo, como coinciden diferentes
colectivos juveniles” (Reguillo, 2000:15).
15
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Buenos Aires
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Osde. ISSN 1666-5872
César Quiroga: Prof. cátedras: Teoría de la Comunicación Humana I
Análisis y Teoría de las Organizaciones
Psicología Social
Cecilia Maurutto: Prof. cátedra:
Introduc ción a la Sociología
Facultad de Ciencias Humanas
16
SOMOS LO QUE VEMOS
“El cine puede ser un excelente lugar para estudiar la condición humana”
David Lynch
“El cine no es la representación de la realidad sino la realidad de la representación”
Jean Luc Godard
El cine forma parte de la existencia social. Es a través de la imagen cinematográfica donde se construye la visión del mundo, se proyectan y construyen los
sentidos de las cosas. Un discurso movilizador de circuitos emotivos que permite trasmitir significados y ejecutarlos en el mundo real de los espectadores.
E
ste ensayo intentará ubicar al texto
fílmico dentro de
un contexto histórico (la globalización
económica y los jóvenes) y de esta
manera demostrar que las películas
no son simplemente un reflejo
de la realidad... son, más
bien, en la expresión de
Jean-Luc Godard, “la
realidad de un reflejo”.
Son parte del proceso
de formar actitudes,
identidades, valores y
creencias comunes a
la cultura y la sociedad...., así como
indicativos de resistencias subyacentes a
los discursos ideológicos dominantes y,
fundamentalmente,
a la construcción
de realidades.
Al hablar del cine como constructor, no se puede dejar de tener en
cuenta que la discusión acerca de
la identidad o bien de las identidades pareciera ser uno de los ejes de
reflexión actual en estos tiempos
en los que los jóvenes
viven inmiscuidos
en la cultura audiovisual. Es en sus
relatos e imágenes,
en sus sonoridades,
fragmentaciones
y velocidades que
ellos encuentran su
idioma y su ritmo.
Alejandro Rey Ramírez1 plantea la
idea de cine como
instrumento eficaz
que sirve, además,
como medio óptimo para construir
cultura, formación y es genera-
17
dor de identidades. “El cine existe,
por lo tanto es necesario que toda
cultura tenga la posibilidad de
expresarse a través de él”.
De aquí se desprende, adquiere importancia, la idea del discurso cinematográfico como una de las formas
de expresión del arte que pone en
evidencia las particularidades culturales de cada sociedad en la que están
insertos sus realizadores. Y a esto se
refieren Sánchez y Martín cuando
manifiestan que “sea cual fuese la
intencionalidad explícita con la que
se produce una película, estará inevitablemente realizada con el “lenguaje”,
“el modo de narrar”, teñido e impregnado
por los códigos propios que particularizan
y diferencian a esa sociedad”. Estos códigos propios, esta única y particular manera
de expresarse y “contar historias”, más los
temas inherentes a cada sociedad constituyen una de las formas en las que se expresa
la identidad”2.
Desde la aparición de “El nacimiento de
una nación” (David Griffith, 1919), el cine
ha contribuido a inculcar y a ser un vehículo portador de identidades. Un ejemplo
de esto es la producción cinematográfica
Norteamericana que domina en forma
casi absoluta la exhibición de contenidos
en todo el mundo y constituye para los
Estados Unidos una de sus principales
fuerzas económicas. Apoyada, siempre, por
18
el control de las redes de distribución y la
diferente acerca de como son los valores no
creciente concentración vertical de las em- se pudo tener una concepción distinta de
presas. Las pantallas de cine nos acercan un lo que es, por ejemplo, la familia, las relamismo modo de vida, un modelo único y
ciones humanas, la sociedad; entre algurepetido; margina, hace peligrar la existen- nas otras miradas que sólo son capaces de
cia de las producciones locales y crea, así,
emerger de este discurso. (3)
una identidad ajena a nuestra cultura.
Al formar parte de la existencia social se
Se puede escribir mucho más sobre este
constituye en un agente constructor de
tema, pero lo que interesa, y a lo que se
imaginarios. Lo importante es la manera
quiere llegar, es la manera en que el discur- en que transmite significados y cómo estos
so cinematográfico forma parte de la
pueden ser ejecutados en el mundo
existencia social, la transmisión
real de los espectadores. Esto
ɶLas
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de los significados y sobre
replantea la idea de identodo cómo es capaz de
tidad, porque lo que la
pantallas de
ejecutarlos en la realisustenta es la imagen,
cine
nos
acercan
un
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que conllevó, no
mismo
modo
de
vida,
El cine cambió por
sólo a la creación de
un modelo único y repe- un lenguaje cinecompleto el comportamiento cultido; margina, hace peli- matográfico, o de
tural y perceptual
un estilo, o género
grar
la
existencia
de
las
de los individuos
o un estereotipo,
producciones
locales
y
y de las sociedades.
sino que fijó los
crea, así, una identiSu desarrollo influroles que cada cual
yó en todas las clases
debería de interpredad ajena a nuessociales, al hacer el muntar tanto en la pantalla
tra
cultura.
do alcanzable, modificó las
como en la vida misma. (3)
relaciones sociales y transformó
Es a través de la imagen prola visión del mundo, a su vez, nos presenta yectada por el cine donde se construye la
un flujo constante de palabras, imágenes e
visión del mundo. Es a través de los moinformación relacionadas con sucesos que
vimientos de la cámara, la elección de los
ocurren más allá del entorno y vida social
planos, la disposición de los encuadres,
3
la distancia de la cámara con respecto a
inmediata .
El cine hace que predomine una identidad la acción filmada, el tipo de montaje, el
creada por referencias a grupos cercanos, a sonido... que se construye esa visión. Estos
elementos intervienen en la creación de la
consensos locales, en donde se crean nuevas concepciones, contrarias a las que hasta identidad con el fin de buscar diferenciarse
antes de la aparición del cine se creían
(esa relación dialéctica entre yo y el otro)
verdaderas. Es decir, se crea una multiplica- En el discurso cinematográfico la construcción de sistemas de valores y de criterios de ción de la identidad se da -por ejemplo- a
través de los títulos de las películas que
legitimación. En otras palabras, hasta que
son uno de los primeros mecanismos de
el cine no registró una mirada totalmente
19
efectos de índole social y cultural.
En nuestro país, Mario Sofficci y Hugo del
Carril , en distintas épocas, fueron exponentes de
esos cambios. Se puede
pensar en “La Tregua”
(Sergio Renán; 1974)
como una película que se
animó a mostrar temáticas representativas de la
vida cotidiana de nuestro
país; o “La Patagonia
rebelde” (Héctor Olivera;
1974) ) una historia de
represión con intermedios de luchas sindicales
y políticas. Es un cine
más político que produjo
efectos en un contexto
determinado.
En los años ’90, el estreno de “Pizza,
Birra, Faso” (Caetano- Stagnaro, 1997)
La mirada partida
fue una especie de reescritura de aquellos
primeros intentos en donde el cine se consUna vez finalizada la Segunda Guerra
Mundial se produjo un fuerte recambio en tituía como creador de valores, criterios
y como referente de la vida cotidiana. El
el campo cinematográfico occidental. De
retrato que Caetano y Stagnaro
esta manera aparecen los “nuelogran sobre un grupo de
vos cines nacionales” (la
jóvenes marginales,
Nouvelle Vague, el
ofreció al espectaFree Cinema, el
dor situaciones
Nuevo Cine
cotidianas
Alemán, el
y diálogos
New Americreíbles. Fue
can Cinema;
a través de la
entre otros).
proyección de
Nuevas ten“Pizza, Birra,
dencias que se
Faso” que cambió
propusieron realizar
la visión que se tenía
cambios en cuanto a la
de los roles dentro del grupo
forma y el contenido de sus
“Pizza, Birra, Faso”, 1997
productos, y que con el tiempo produjeron familiar, el desempleo y la incidencia en el
seducción, el cual sugiere y condensa el
sentido que habrá de precisarse al concluir
la misma. De alguna
manera, aunque un título
no garantiza el contenido, ofrece, al menos, la
posibilidad de formular
hipótesis de lectura que
serán probadas o no por
el espectador. También se
puede tomar al género, la
nacionalidad, al director,
el montaje o el relato...
Las identidades se producen en el relato cinematográfico con un proceso
muy similar a las de cualquier otra mercancía, y al
igual que las mercancías
son ofrecidas al consumidor. (3)
20
delito a causa de la escasez de oportunidades laborales, entre otras temáticas relevantes.
Las películas del llamado “nuevo cine
nacional” no presentan una homogeneidad
estética; su fuerza nace de la diversidad.
Una pluralidad de miradas que conforman
una identidad diferenciada de evidente
renovación con respecto al pasado. Los nuevos directores
revelan una actitud
de rechazo hacía
el cine realizado
por la generación anterior, el cine
representado por la
tendencia
del mainstream*.
Ellos
comparten
la historia
por un país
que sufrió y tienen en común el
espíritu generacional,
coinciden en el modo de
producción, el abandono de
la retórica y la preocupación por la identidad. Insisten por igual en un relato cruel y
entusiasta sobre la Argentina posterior a la
dictadura militar4.
El tan mentado nuevo cine argentino
comienza, de un lado, con el “realismo
social”, con características recuperadas del
neorrealismo. Con la particularidad de
cineastas como Adrián Caetano, Bruno
* Se denomina mainstream a la corriente central, al pensamiento
único oficial; al cine o directores de industria en los EE.UU.
Foto: Pablo Trapero
Stagnaro y Pablo Trapero, entre algunos
otros nombres, ellos lograron instaurar
una idea del cine como transparencia muy
diferente a la de la cinematografía anterior,
respecto de una realidad que -por diversos
factores- debía registrarse. “Pizza, Birra,
Faso” (Caetano- Stagnaro, 1997) impacta por su carácter descarnado de esa vida
marginal que cohabita el centro
urbano. Varios productos
de nuestra cinematografía continuarán
con esa misma
línea. Jóvenes
excluidos
sociales,
con una
violencia
física que
los constituye, la
cumbia,
el alcohol
y las drogas.
En el realismo, esos microcosmos aparecen
reducidos sólo a un
ámbito, un grupo o un
estrato social, casi siempre
homogéneos, limitados en su horizonte
(nunca se ve más allá del fuera de cuadro)
El cine argentino logra su renovación,
también, con productos como “Rapado”
(Rejtman, 1992) y “Picado Fino” (Sapir,
1994) Algún tiempo antes del impacto que
produce el realismo social, establecen un
comienzo totalmente opuesto, desde sus
historias mínimas y desde sus escrituras al
cine nacional. Aunque estos productos son
incompatibles, ambos largometrajes reali-
21
zan un giro radical en la tradición moderna. Estas películas trazaron, casi en silencio, uno de los supuestos caminos para un
cine nacional que necesitaba renovarse. Los
directores de lo que se podría denominar
el “realismo absurdo” lograron encontrar,
de manera creativa, distintos tópicos para
sus productos. Especialmente,
es en el lenguaje donde se
distancian progresivamente del referente
realista, se sabe
que el realismo
depende -entre
otras cosas- de los
lugares comunes
de la lengua para
encontrar allí el
sentido del mundo
representado. Ambas
tendencias (los realistas sociales y los realistas
absurdos) marcaron una diferencia con los realistas existenciales
del cine de los años sesenta -que aspiraban
a dar una imagen integral de la sociedad
(política universitaria, el negocio discográfico, la corrupción en distintos ámbitos de
la cotidianeidad...), más allá de las películas
cuya mirada se centraba en los jóvenes de
clase media - los realizadores contemporáneos pareciesen no compartir ciertas
premisas, ya sea porque las instituciones
están en crisis, no existen figuras sociales o
porque el presente se muestra tan abstracto
que se ha vuelto imposible de construirlo
en un relato cinematográfico.
se define por el trabajo que el individuo
tiene. Este es un espacio de identidad muy
importante para la construcción de la personalidad de los sujetos, de los jóvenes en
concreto, porque en él realizan la afirmación de sí mismos y la consecución de las
metas a la que se aspira.
Esto es claramente lo que ocurre
con cada uno, o con la mayoría, de los protagonistas
jóvenes de nuestro cine
(y aquella filmografía
que decide profundizar sobre la problemática juvenil), allí
parece darse una notable reivindicación
respecto de la formación de la identidad y
ello por la emergencia
de un individuo que es
objeto de múltiples solicitaciones.
Es en este punto donde el cine argentino
logra reflexionar sobre los diferentes retratos de juventud que parecen registrar su
actualidad en persistencia de la idea moderna del cine. Esa modernidad que llegó
de la mano del neorrealismo italiano, de la
nueva ola francesa, del cine de Bergman, y
que obtiene similares conclusiones aunque
ahora con otros referentes cinematográficos.
“El presente” se muestra, para gran cantidad de jóvenes, como metáforas de la
incertidumbre y la inseguridad en cuanto
a las posibilidades de acceso no tanto a
bienes tecnológicos sofisticados sino más
bien a un trabajo y a una remuneración
que les permita vivir más o menos dignamente5. Es común encontrar a jóvenes, sin
ɶel
ɶ
cine argentino logra reflexionar sobre los
diferentes retratos de
juventud que parecen
registrar su actualidad
en persistencia de
la idea moderna
del cine.
Juguetes perdidos
Los jóvenes son una generación privada de
trabajo en una sociedad donde la identidad
22
estudios profesionales, desenvolverse en
subempleos (tragafuegos, cadetes, limpiadores de parabrisas, entre otros.), mientras
que quienes logran obtener un titulo se
enfrentan con trabajos sumamente saturados, en los que la oferta es mínima y la
demanda exagerada. “Solo por Hoy” (Ariel
Rotter, 2000), por citar un ejemplo, reunió
a un heterogéneo grupo de personajes que
son evidentemente próximos en extracto
social, en ambiciones, en deseos y en frustraciones. Jóvenes que ante imágenes tan
reales y notables se sienten de antemano
impotentes y fracasados, se ahogan en una
existencia carente de significado, necesitan
buscar “formas de escape” a sus diferentes
situaciones6. Así Rotter logra enriquecer
su propuesta -que es ante todo descriptiva- con abundancia de detalles visuales y
verbales que construyen un universo creíble. La protagonista de “Un día de suerte”
(Sandra Gugliotta, 2002) con sus trabajos
temporarios toma como único escenario
para existir al éxodo. Con esa estética particular del cine argentino joven, esta película
pretende explicar lo que está claro. Al igual
que los jóvenes de “Contraluz” (Bebe Kamin, 2000), una estética naturalista, drogas
y noches de vagancia en la plaza. Un retrato de la miseria de un país inmerso en el
desencanto. Un panorama sin trabajo estable que influye negativamente en diferentes
ámbitos de la vida del joven, especialmente
en el familiar. Un joven que -al no poder
insertarse en el mundo laboral- no alcanza
una verdadera independencia económica
y espacial, lo que trae como consecuencia una permanencia más prolongada con
su familia natal y la búsqueda de nuevas
alternativas dentro de este núcleo. Esta situación genera conflictos relacionados con
los vínculos familiares y esto repercute, de
alguna manera, en el proceso de construcción de su identidad, más aún, si se tiene
en cuenta que es parte de una sociedad que
esconde los viejos y conocidos objetivos del
capitalismo: más productividad, más trabajo con menos gente, más poder patronal
al interior de los lugares de trabajos, más
debilitamiento de las organizaciones sindicales, entre otros.
Fuego sagrado
Los jóvenes de hoy constituyen valores y
estilos de vida diferentes con respecto a las
otras generaciones, y esto se debe -en gran
medida- a las instituciones mediadoras o
socializadoras. Es interesante hacer foco
en la familia, ya que pocos aspectos de la
vida contemporánea son tan controvertidos como esta institución. La familia es un
microsistema social. En ella coexisten microclimas culturales, espacios multidimensionales donde se heredan valores sociales,
visiones del mundo, actitudes y aspiraciones, modelos de parentesco y matrimonio, objetos; el sujeto condensa todas las
experiencias, las interioriza en su cuerpo,
es lo que Bourdieu denomina habitus. El
individuo se educa, aprende a comportarse;
se conforma y caracteriza como miembro
de un grupo al cual pertenece. Interacciona con el grupo familiar, sobre la base de
un orden y reglas para establecer límites y
distinciones7.
Aumentaron los tipos de familias: se puede
encontrar fácilmente la poligamia seriada
(la gente se divorcia y se vuelve a casar);
familias monoparentales (matrifocales,
mujer con sus hijos); familias inmigradas
(están limitadas y a veces potenciadas por
las exigencias de las familias que dejan en
23
el lugar de origen, exigencias afectivas y
económicas)8.
Es realmente extraño encontrar en el cine
actual -en cualquiera de las tendencias
cinematográficas- registros de familias
tradicionales, propias de las sociedades
pre-industriales, los personajes adolescentes
pasan a un primer plano, con sus historias,
sus miedos y frustraciones, y queda muy
por detrás (en un universo no diegético)
el núcleo familiar que en su momento
funcionaba como un espacio en donde
se impartían valores sociales, visiones del
mundo, actitudes y aspiraciones...
Esto significa que los realizadores se preocupan por intentar entender el tema de
la identidad del joven, y esa fuerte contradicción entre la demanda de ideales de
identidad que sólo se pueden ejercer “abandonando” a los padres, y la necesidad de
consenso afectivo y normativo entre padres
e hijos al convivir en un mismo espacio.
Con cámaras subjetivas, muchos prime-
ros y primerísimos planos y un montaje
rápido; Réquiem para un sueño (Darren
Aronofsky, 2000) cuenta la historia de una
viuda solitaria que pasa mucho tiempo
frente a la televisión (mira los programas
más idiotizantes del cable estadounidense)
y su hijo, un joven alienado por el consumo de cocaína y otras sustancias. La
película de Darren Aronofsky está inspirada en la novela homónima de Hubert
Selby Jr. y se inmiscuye en la temática de
las adicciones, las relaciones humanas y la
muerte de los sueños que habla el título.
Una idea similar, más suavizada y poética,
es lo que plantea Ariel Rotter en “Solo por
hoy”. En cambio, Aronofsky proyecta la
muerte como resultado de querer alcanzar un sueño (si se piensa en el paradigma
estadounidense hay una referencia directa
y explícita a la imposibilidad de alcanzar el
sueño americano)
El estado de alienación que padecen cada
uno de los protagonistas se fortalece a tra-
24
vés de las pantallas divididas, las secuencias
oníricas, el montaje, la música de efecto y
los planos detalles.
Esa fragmentación que Aronofsky insiste
en mostrar se corresponde con ese mundo de las adicciones y la secuela que éstas
tienen tanto en el ámbito psicológico como
sólida adaptación, de la novela autobiográfica del escritor Pablo Pérez, sobre la búsqueda del amor y la felicidad, agudizada,
en este caso, por la cercanía de la muerte.
Narrada a manera de diario íntimo, la cámara se dedica a seguir al personaje en esa
búsqueda constante en donde el sadomaso-
“Nadar sólo” 2003
físico. Muestra a personas desequilibradas
como víctimas de una sociedad. La desintegración personal y la marginación social es
un tema revisitado en el cine actual.
La cámara de Anahí Berneri decide seguir
al personaje en esa búsqueda constante del
amor y deja en segundo plano a la familia.
Homosexualidad, SIDA y sadomasoquismo son los ejes temáticos de “Un año sin
amor” (Anahí Berneri, 2004), ópera prima
que elige como tiempo de relato 1996.
Problemáticas complejas en donde, con
elegancia y sutilezas, la directora logra una
quismo es sólo un elemento que sirve para
contar la historia.
Lugares comunes
Es interesante observar, dentro de la cinematografía, la existencia de lugares, espacios y momentos que sólo conocen los jóvenes y que ayudan a formar su identidad.
Es por eso que la relación del joven con los
lugares y no lugares resultaron una señal
muy representativa dentro del cine actual.
Los “no lugares” no son ni espacios de
identidad, ni habilitan las relaciones socia-
25
les ni tienen una historia; son provisorios,
efímeros, sitios de paso. En ellos deambulan las individualidades solitarias, “una
forma muy particular y muy moderna de
soledad”. Se conjugan las figuras del exceso
posmoderno: “superabundancia de acontecimientos, superabundancia espacial y la
individuación de las referencias”9.
“Sábado” (Juan Villegas, 2001), una
película joven que pone en relación con
varios personajes de veintipico abstrayéndolos del plano de la problemática económico laboral, encuentra a los chicos en la
calle, la noche, deambulan sin saber del
todo por qué, discuten sin alzar nunca la
voz y sin saber muy bien las razones. En
“Modelo 73” (Rodrigo Moscoso,2000)
tres pibes salteños dan vueltas alrededor
de un Chevy 73 que se niega a dar vueltas.
“Nadar Solo” de Ezequiel Acuña (2003),
y la exploración de una zona que Rejtman
descubrió con “Rapado” y que no es fácil
de definir, pero se puede advertir que cada
una de las relaciones circulan sobre algunos
objetos que pasan de un personaje a otro, y
que se mueven en el relato sólo porque dependen de ellos. La fuga que se constituye
en búsqueda / escape o experiencia existencial en “Tan de repente” (Diego Lerman,
2002) La calle, el viaje, como trayectoria
que la diferencia de la monotonía cotidiana
(road-movie). En la película de Lerman
todo es posible que pase. Es en cada producto del realismo absurdo donde queda
registrado el paso del tiempo. Los jóvenes
caminan, fuman, dan vuelta, deambulan
sin algún sentido, no hacen nada... esto
visto desde una narrativa convencional parece banal, pero no lo es. Estas escenas no
aportan datos sobre la historia, muestran
el paso del tiempo. El contexto (ciudad,
habitación, baño, la calle, la noche) donde
ocurren los hechos, también son elementos
que reclaman significaciones. A grandes
rasgos, se puede observar una irrupción de
no-lugares. Los que antes eran lugares (lugares como posibilitadores de la formación
de una identidad) se han transformado en
espacios de paso. Vértigo de las ciudades,
pérdida de continuidad en los espacios,
en particular los shoppings, la calle, los
grandes supermercados, aeropuertos, entre
muchos más10.
El barrio es otro de los territorios de los
jóvenes, ese lugar simbólico cargado también de significaciones que se constituye
como elemento fundante para el surgimiento de grupos juveniles. Es en relación
con ese espacio donde aparecen algunos
cambios con los constitutivos identitarios
de los jóvenes11. Los adolescentes de Raúl
Perrone* viven siempre al límite, en Ituzaingó, el barrio- universo del director que
sirve como escenario para cada uno de sus
productos independientes. Todas sus historias suburbanas comienzan y finalizan en
el barrio. Es conveniente narrar y describir
cómo es cada barrio en el que viven los
jóvenes. Cómo ellos se apropian del espacio y por que lo hacen de una manera y no
de otra: que significa vivir en el “fondo”,
en las tierras más carenciadas, aquellas que
se encuentran aún sin asfaltar y detrás de
las cuales sólo se puede observar las vías del
tren y campos muy extensos, y que connotaciones se derivan de vivir en las calles
asfaltadas que conducen al “centro” del ba* Raúl Perrone -cineasta de culto en la Argentina que recién en
estos últimos años ha logrado un espacio para estrenar comercialmente sus obras- de profesión dibujante estrenó en los circuitos
alternativos Labios de churrasco, obra fundacional del Nuevo Cine
Independiente. Después vendrían Graciadió’ y 5 pal’ peso, que
completarían una trilogía única no sólo por su propio peso específico, sino también por la influencia decisiva que tuvo en lo que hoy
es el cine argentino.
26
rrio, en el que se encuentra la zona comercial y la plaza principal donde se realizan
distintos tipos de eventos12. Estos elementos y su habitual economía de recursos son
el microcosmos que permiten al realizador
entender y utilizar al barrio como telón de
fondo.
Algunos de los lugares que caracterizan a
los jóvenes, y que desde hace más de una
década insiste en construir el cine nacional,
son las plazas y la calle, espacios cargados
de sentido que contienen en su disposición espacial posibilidades, prohibiciones y
prescripciones.
Es común que los jóvenes de hoy generen
una alternativa espacial propia (Plazas,
esquinas, ciber-kioscos, recitales y bailantas; salas de video juegos...) que los ayude
a afirmar su identidad. Debajo del obelisco
en “Pizza, Birra, Faso” (Caetano-Stagnaro, 1997), el sexo en los cajeros automáticos en “Vagón Fumador” (Verónica Chen,
2001), la sala de videojuegos y “Picado
Fino” (Sapir, 1994), entre muchos ejemplos más. Se los puede ver simplemente
amontonados, sentados en el frente de un
local o edificio, apoyados contra los autos
estacionados en la calle, o simplemente
invadiendo la vereda13.
Existen otras películas, no necesariamente
argentinas, que movilizan al espectador
“El odio” (Francia, 1995)
27
indistinta sea su cultura. Rodada en un
contrastado blanco y negro, “El odio”
(Francia, 1995) es una especie de “Pizza,
Birra, Faso”, pero con una estética a lo “Picado Fino” (con una variedad interesante
de encuadres como los que utilizó Esteban
Sapir) En la película de Mathieu Kassovitz
el conflicto es el punto de inflexión entre
los marginales y la policía.
“El odio” tiene antecedentes en la muerte
en 1993 del árabe Makomé, de 17 años,
muerto de un disparo mientras era interrogado por la policía. Kassovitz participó en
las manifestaciones de protesta y recuperó
el trágico incidente para construir un día
en la vida de tres jóvenes amigos (un
joven de origen marro-
quí, un judío
y un africano; los tres
franceses) que viven en un barrio marginal
de la periferia parisina, durante los importantes disturbios sociales que se dieron a
comienzos de los 90.
Al igual que los jóvenes de “Pizza, Birra,
Faso” y “Picado Fino”, “El Odio” es un
sugestivo ensayo sobre la situación social de
los jóvenes en las periferias de los barrios.
Se estructura en fragmentos, en tiempo
real, y concentra una contenida y constante
violencia.
“El odio” se anticipó a la ola de violencia,
protagonizada por jóvenes, que se desató
en las ciudades de Francia, en noviembre
de 2005. Ese contexto social se construye
en la película, una escritura de la división
centro-periferia que no detiene sólo en
una dicotomía espacial, sino que construye
un conflicto social y cultural. El barrio en
contraposición de las grandes urbes.
Ya nadie va a escuchar tu remera
Lo mismo se puede decir del lenguaje que
utilizan los jóvenes. Algunas palabras pueden ser entendidas sólo por aquellos que
forman parte de la cultura juvenil y cobran
distintos significados según el contexto en
el que las mismas sean usadas1314.
El silencio de los jóvenes es fundamento de
una subjetividad, puesto que con lo que no
se dice no deja de connotarse el estado del
personaje. A
esto
podemos verlo en
las conversaciones y la circulación de los
personajes de “Sábado” (Juan Villegas,
2001), la escasez de diálogos, la trivialidad
de las palabras es parte de un trabajo literario que hace que los intercambios verbales
progresen hacía una ligera inverosimilitud
(“Silvia Prieto”, Rejtman) En la película
de Villegas persiste la misma banalidad de
las conversaciones organizadas alrededor
de malentendidos, pero sobre todo desde
cierta torpeza en la expresión.
Los silencios deliberados de “Nadar Solo”
(Ezequiel Acuña, 2003) propios de la
alienación urbana; la película parece tomar
relaciones despojadas en la superficie. Los
adolescentes de Acuña no se rebelan ante
nada. No tienen aficiones por el alcohol, de
drogas, ni de sexo a diferencia de Tomás, el
joven que propone “Picado fino” (Sapir,
1994) “Nadar solo” constituye, de este
modo, una historia casual, sostenida por las
28
inferencias precarias y que da lugar a todo
lo no-dicho.
Si se piensa en los jóvenes de lo que llamamos el realismo social, a diferencia de la
tendencia del absurdo, sus palabras colaboran así en la edificación de fronteras;
son los ladridos simbólicos con los que se
establecen las distancias aparentemente inobjetables. (12) Ellos nos hacen participar
de una experiencia única, tienen dificultades para comunicarse y
cuando lo hacen recurren
a un lenguaje grosero,
torpe, es, justamente,
porque viven en una
sociedad en crisis, y
a través de sus voluntades se enfrentan al desencanto
general. Pero no
es sólo el lenguaje
uno de los principales
elementos por medio
de los cuales los jóvenes
transparentan su identidad,
también lo hacen a través de
la forma de vestirse, de cubrir el cuerpo.
Así, el cuerpo se convierte en portador de
infinitos mensajes pero, sobre todo, en
el portador de la primera imagen; con el
cuerpo uno se presenta ante la mirada de
otros. (14)
Tsai Ming-liang, uno de los realizadores
contemporáneos más destacados del cine
Taiwanés, en sintonía con el cine argentino
arriba mencionado; recupera algunas características de la cinematografía de la Nouvelle Vague, en especial de François Truffaut.
Tsai trabaja siempre sobre las mismas
preocupaciones y las repite en cada una de
sus películas. Uno de los ejes de su cine es
la ausencia de una narración definida, la escasez de diálogos que en la mayoría de los
casos se apoya en la imagen, en sus planos
largos (en cuanto a la duración) y fijos.
Una temática reiterativa en el cine de Tsai
es la incomunicabilidad cotidiana y la alienación urbana en la cual están inmersos sus
jóvenes protagonistas. “El Río” (Taiwan,
1997), “The Hole” (Taiwan, 1998) y “Allí
que hora es?” todas están cargadas
de “simbolismos” (El agua es
uno de ellos), narradas a
través de larguísimos
silencios y un manejo de los tiempos
que incomodan al
espectador. Tsai
Ming-liang en cada
una de sus películas trabaja con
la idea metafórica
del progresivo acercamiento de oriente a
occidente. Siempre desde
ciertas dificultades en la
comunicación.
ɶEsɶ
tas películas
no reflejan la realidad del ser joven,
sino que la construyen al igual que construyen actitudes,
valores y creencias
comunes a la sociedad.
Yo, tú, ellos
Todo lo que muestran películas como las
anteriormente elegidas, y muchas que no
se pudieron nombrar por una cuestión de
espacio, tiene sentido y la mayor parte de
las veces un segundo significado que sólo
puede surgir de la reflexión. Para Marcel
Martin15 toda imagen implica más de lo
que explica, es por eso que obras como
estas son interpretables en varios niveles
según el grado de sensibilidad, imaginación
y cultura del espectador.
Los silencios deliberados, los síntomas de
29
repetición, las reiteraciones que muestran
el sin sentido, las incertidumbres, el constante deambular, el desprecio, la falta de
interés y de diálogos; todo esto sumado al
importante nivel de fragmentación que se
puede vislumbrar como resultado del lenguaje audiovisual (encuadres, angulaciones,
sonidos...) Todo esto construye una idea
de joven que, a pesar de cualquier extremismo, puede generalizarse y acercarse a la
realidad e idiosincrasia de la juventud que
se desprende del cine.
Se supone que la problemática relacionada
con la identidad juvenil tiene su origen en
conflictos familiares que sumados a influencias sociales defectuosas, frustraciones
acumuladas por el sistema educativo y, fundamentalmente por el laboral, generan en
los jóvenes la necesidad de buscar espacios
y lugares propios (fuera del ámbito familiar) para realizarse, sentirse independientes
y desarrollar –de una vez por todas- su
personalidad.
Los directores reemplazan a la institución
familiar por elementos urbanos que reclaman significaciones. Por ejemplo, el cine
contemporáneo inundó sus pantallas con
los no-lugares; esos espacios a-identitarios
que no habilitan las relaciones sociales, ni
tienen una historia, que son provisorios,
efímeros, sitios de paso. Se puede observar
una irrupción de no-lugares en la actualidad y cómo la juventud se siente en otro
espacio de identidad, con atributos y características bien opuestas y diferentes, con valores y estilos de vida que las generaciones
adultas no comparten, en general. También
es interesante el quiebre que estos cineastas
realizaron en el lenguaje empleado por sus
jóvenes personajes, ya que este posee las
mismas características que otros elemen-
tos de la cultura juvenil. Intenta construir
un universo singular que lo distancie del
“otro” (adulto u otros jóvenes) Así, las palabras colaboran en la edificación de fronteras; también la forma de vestirse. Estos
elementos relacionados con aspectos básicos de la identidad, construyen una estética
particular que es la juventud. En este caso
determinada por diferentes tendencias,
según la cultura del realizador.
Estos jóvenes no miran desde afuera, por el
contrario, se internan (y nos internan) dentro de cada escena, nos hacen intervenir.
Cada uno de estos personajes tiene dificultades para comunicarse o para enfrentar
algún proyecto de vida, es, justamente,
porque viven en una sociedad con una
abstracta imagen del porvenir. Transitan
sin problemas historias que van del humor
más absurdo al drama más desgarrador, y
desde estos claros extremos sacan las fuerzas necesarias para enfrentar sus conflictos.
Éstos jóvenes son parte de la narrativa, y las
películas mencionadas intentan recuperar
aspectos que se relacionan con la incertidumbre social, con lo que pasa en cada una
de las sociedades. Es a través del cine que
se construye esa particular visión. Sombrío
escenario que facilita un anclaje actual,
aunque su extremismo, y sus diferentes aspectos predominen en el relato. Ante todo,
se puede percibir que son muchos jóvenes
los que construyen su identidad en el terreno del desencanto. Películas que no reflejan
la realidad del ser joven, sino que la construyen al igual que construyen actitudes,
valores y creencias comunes a la sociedad.
De esta manera, el cine se convierte en un
delicado lugar para observar al hombre en
su vida cotidiana.
30
Agua (2006) Verónica Chen (Argentina)
Filmografías:
ɶɶ Acuña, Ezequiel (Argentina)
Como un avión estrellado (2005)
Nadar solo (2003)
Rocío (corto - 2000)
Raro (corto - 1999)
Tokio (corto - 1998)
ɶɶ Aronosky Darren (Estados Unidos)
Pi (1998)
Réquiem por un sueño (2000)
La Fuente de la vida (2006)
ɶɶ Berneri, Anahí (Argentina)
Encarnación (2007)
Un año sin amor (2004)
Modelo para armar (corto - 1997)
ɶɶ Caetano, Adrián Israel (Uruguay)
Caudillo (anunciada)
Mujeres elefante (telefilm - 2007)
Crónica de una fuga (2006)
Sangre roja, 100 años de gloria (mediometraje - 2005)
18-J (2004)
Después del mar (telefilm - 2003)
Un oso rojo (2002)
Bolivia (2001)
Historias de Argentina en Vivo (2001)
La cautiva (telefilm - 2001)
La expresión del deseo (mediometraje 1998)
Pizza, birra, faso (1997)
No necesitamos de nadie (corto - 1996)
Cuesta abajo (corto - 1995)
Calafate (corto - 1994)
Blanco y negro (corto - 1993)
Visite Carlos Paz (corto - 1992)
31
“Los siucidas” 2005
ɶɶ Kassowitz, Mathieu (Francia)
Gothika (2003)
Los ríos de color púrpura (2000)
El odio (1995)
ɶɶ Chen, Verónica (Argentina)
El juego del ahorcado (en producción)
Agua (2006)
Vagón fumador (2000)
Ezeiza (corto - 1997)
Calor humano (corto - 1996)
2015 (corto - 1996)
Soldado (corto - 1995)
Ariel Lavalle (corto - 1995)
Qué felicidad (corto - 1994)
Los inocentes (corto - 1994)
ɶɶ Gugliotta, Sandra (Argentina)
Tercera invasión (en producción)
Las vidas posibles (2007)
Un día de suerte (2002)
Noches áticas (corto - 1994)
ɶɶ Kamin, bebe (Bernardo Czemerinsky,
Argentina)
Maestros milongueros (2006)
Contraluz (2001)
Vivir mata (1991)
Chechechela, una chica de barrio (1986)
Los chicos de la guerra (1984)
Adiós Sui Generis (1976)
El búho (no estrenada comercialmente 1974)
ɶɶ Lerman, Diego (Argentina)
Mientras tanto (2006)
La guerra de los gimnasios (corto - 2004)
Tan de repente (2002)
La prueba (corto - 1999)
ɶɶ Moscoso, Rodrigo (Argentina)
Modelo 73 (2000)
Leo 16 (corto - 1995)
ɶɶ Perrone, Raúl (Argentina)
Aullido (en postproducción)
32
Doce momentos de felicidad (en postproducción)
La navidad de Ofelia y Galván (2007)
Tarde de verano (2006)
Canadá (2006)
Pajaritos (2005)
Ocho años después (2005)
Nosotrosdos (2005)
La mecha (2003)
Late un corazón (no estrenada comercialmente - 2002)
Peluca y Marisita (2001)
Zapada, una comedia beat (no estrenada
comercialmente - 1999)
5 pal’ peso (1998)
La felicidad (un día de campo) (no estrenada comercialmente - 1998)
La película del taller (mediometraje 1998)
Graciadió (1997)
No seas cruel (inédita - 1996)
Jimidin (1995)
Labios de churrasco (1994)
Chamuyando (1993)
Nos veremos mañana (inédita - 1993)
Blus (inédita - 1993)
Ángeles (1992)
Suave como el terciopelo (1991)
Bang-Bang (corto - 1990)
Buenos Aires-Esquina (mediometraje 1990)
Subterráneos (corto - 1989)
ɶɶ Rejtman, Martín (Argentina)
Copacabana (telefilm - 2006)
Los guantes mágicos (2003)
Silvia Prieto (1998)
Rapado (1991)
Sistema español (inconclusa - 1988)
Doli vuelve a casa (corto - 1986)
Rachel Weisz, “La fuente de la vida”
(The fountain);
de Darren Aronofsky
ɶɶ Rotter, Ariel (Argentina)
El otro (2007)
Olvidos, locura y amor (corto - 2006)
Sólo por hoy (2000)
Espectros (corto - 1995)
Legolás (corto - 1993)
ɶɶ Sapir, Esteban (Argentina)
La antena (2007)
Picado fino (1993)
ɶɶ Stagnaro, Bruno (Argentina)
Historias de Argentina en Vivo (2001)
Pizza, birra, faso (1997)
Guarisove, los olvidados (corto - 1995)
33
Martín Rejtman
ɶɶ Trapero, Pablo (Argentina)
Leonera (anunciada)
Nacido y criado (2006)
Familia rodante (2004)
El bonaerense (2002)
Naikor (corto - 2001)
Mundo grúa (1999)
Negocios (corto - 1995)
Mocoso malcriado (corto - 1993)
ɶɶ Tsai Ming-liang (Malasia)
The Wayward Cloud 2005
El sabor de la sandía 2005
Bienvenido a Sao Paulo 2004
Good Bye, Dragon Inn 2003
¿Qué hora es allá? 2001
Una conversación con Dios 2001
El agujero 1997
El río 1997
Viva el amor 1994
Rebeldes del dios neón 1989
ɶɶ Villegas, Juan (Argentina)
Los suicidas (2005)
Una tarde feliz (corto - 2002)
Sábado (2001)
2 en 1 auto (corto - 1998)
Rutas y veredas (corto - 1995)
“Historias Breves” 1995
34
Bibliografía
REY RAMÍREZ, ALEJANDRO. Docente U.M.N.G.
Universidad Militar Nueva Granada. República de
Colombia. Ministerio de Defensa Nacional. 2000. www.
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1
MARTÍN, DIEGO ANGEL Y SANCHEZ, JOSÉ
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Recuperación democrática, cine y globalización
(1983-actualidad). 1998. Este Sitio Web fue desarrollado por un grupo de alumnos y docentes de la
Escuela Técnica ORT Nº2 (Buenos Aires, Rep. Argentina), en el marco de las II Olimpíadas Nacionales en
Internet organizadas por el INET (Instituto Nacional
de Educación Tecnológica).
2
MERCADER, YOLANDA. “Estrategias simbólicas del
cine: juego de reconocimiento e invención de identidades”.
http://www.naya.org.ar/congreso2000/ponencias/Yolanda_Mercader.htm. Investigación realzada por Yolanda
Mercader. Universidad Autónoma Metropolitana – Xochimilco. Ciudad de México. 2000.
3
OUBIÑA, DAVID. Ensayista y crítico. Se licenció en
Letras en la Universidad de Buenos Aires y se ha especializado en el estudio comparado del cine y la literatura. Es
docente e investigador en la Universidad de Buenos Aires
y en la Universidad del Cine. Ha colaborado en diversas
revistas especializadas como Punto de vista y El Amante
(Buenos Aires), Variaciones Borges (Aarhus), Cinémas
d’Amérique Latine (Toulouse) y Cinemais (Río de Janeiro). © otrocampo.com 1999-2001.
4
MERLOS, MARISA ADRIANA. “Identidades juveniles: incertidumbre en el fin del milenio”. Este trabajo se
inscribe en el Programa: “Análisis de prácticas cognitivoculturales: la escritura y la imagen”, del PROINCOM
(programa de investigaciones comunicacionales), dirigido por Donatella Castellani. 1996.
5
RODRÍGUEZ SÁNCHEZ, J. L. 1989. Transtorno de
identidad, factor común en los alumnos “problema” de
bachillerato. Tesis Maestría. Psicología Clínica. Departamento de Psicología, Escuela de Ciencias Sociales,
Universidad de las Américas-Puebla. Mayo. Derechos
Reservados © 1989, Universidad de las Américas-Puebla.
mailweb.udlap.mx/~tesis/mpsc/rodriguez_s_jl/ capitulo1.html - 9k
6
ALFARO, ANA TANIA VARGAS. “identidad y
sentido de pertenencia. Una mirada desde la cotidia7
neidad”. Centro Prov. De Cultura Comunitaria. Ciudad de la Habana. Cuba. www.crim.unam.mx/cultura/
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ESPINOSA, TERESA SAN ROMÁN. catedrática de antropología social de la universidad autónoma de Barcelona.
19 de noviembre de 2001 Resumen de la ponencia realizado
por el equipo de redacción del Ámbito María Corral. www.
ua-ambit.org/jornadas2001/ponencias/ j01-teresa-sanroman.
htm-.
8
SILVA, VÍCTOR. [email protected]. Lic. En la Universidad de la República Oriental del Uruguay. Universidad
de Sevilla . Espéculo. Revista de estudios literarios. Universidad Complutense de Madrid. “La compleja construcción
contemporánea de la identidad: habitar ‘el entre’ “. http://
www.ucm.es/info/especulo/numero18/compleja.html. 2001.
El Lic. Víctor Silva retoma al autor Marc Augé en su trabajo
“La compleja construcción contemporánea de la identidad:
habitar ‘el entre’ “
9
RUSSO, SEBASTIÁN. “Estética y Política. Relaciones
peligrosas”. La comunidad artística en Internet. w3art.es/
russo/FOROS/Foro%201.htm - 7k – 2001.
10
REGUILLO CRUZ, ROSSANA. Emergencias de culturas
juveniles. “Estrategias del desencanto”. Editorial Norma .2000.
11
MARGULIS, MARIO. “La juventud es más que una
palabra”. Ensayos sobre cultura y juventud. Editorial Biblos,
1996.
12
MARGULIS, MARIO. “La cultura de la noche”. La vida
nocturna de los jóvenes en Buenos Aires. Espasa Calpe
Argentina. 1994.
13
“2001: Una odisea del espacio”
URBAITEL, PABLO. “Adolescencia, tribus urbanas y
cultura joven”, algunas reflexiones acerca de las características de los alumnos de nivel medio. Urbaitel es investigador
del CECYT (Centro de estudios en cultura y tecnología)
Facultad de ciencia política y relaciones internacionales
U.N.R. Anuario del Dpto. de ciencias de la comunicación.
UNR Editora.1998.
14
MARTIN, MARCEL. “El lenguaje del cine”. Iniciación
a la estética de la expresión cinematográfica a través del
análisis sistemático de los procedimientos fílmicos. Editorial
Gedisa 1995.
15
Marcos Altamirano:
Director de la Dirección de Comunicación y Cultura
Facultad de Ciencias Económicas
Responsable www.metropoliscine.com.ar
No le tengas
miedo a la aguja.
Temele a la indiferencia
Registro de Potenciales
Dadores de Sangre
en la UNRC.
¿Qué es?
El objetivo de esta iniciativa es generar un banco de
datos de potenciales dadores de sangre, organizado,
eficaz y rápido para dar respuesta a la necesidad
urgente de algún miembro de la comunidad universitaria.
El banco de datos es implementado desde la Dirección de Salud, contado para ello con un programa
informático desarrollado por el Centro de Cómputos de la UNRC, el cuál permite realizar búsquedas
por grupo y factor compatibles.
¿Para quiénes?
Este registro está destinado a cubrir las necesidades
de los miembros de la comunidad universitaria,
(docentes, no docentes y estudiantes) y de sus familiares directos (padre, madre, hermanos e hijos).
Si el potencial dador no conoce o no recuerda su
grupo sanguíneo, el análisis se realizará en el Laboratorio de la Dirección de Salud.
En todos los casos, la verificación de la sangre donada se realizará en la institución de salud donde se
realice la transfusión de sangre.
¿Cómo inscribirse?
Para inscribirse, los interesados deberán ingresar
al Sistema de Información de la universidad con
su DNI y clave de acceso (PIN) en donde podrán
seleccionar la opción “DADORES DE SANGRE”,
a partir de lo cual se abrirá una pantalla conteniendo un cuestionario, que deberán completar,
revisar, e imprimir, para finalmente firmarlo dando
el consentimiento expreso de ser dador potencial de
sangre.
Este cuestionario deberá ser entregado personalmente en la Dirección de Salud de esta Universidad.
El registro de los datos cumplirá con todos los
requisitos de la ley 25.392 de preservación de los
datos del potencial dador de sangre.
Universidad Nacional de Río Cuarto - Secretaría de Bienestar
Dirección de Salud -Tel: 0358-4676127
35
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