Untitled - IES Martínez Uribarri

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LA CONSTITUCIÓN DE 1837
Doña Isabel II, por la gracia de Dios y la Constitución de la Monarquía
española, Reina de las Españas; y en su Real nombre, y durante su menor
edad, la Reina viuda su madre Doña María Cristina de Borbón, Gobernadora
del Reino; a todos los que la presente vieren y entendieren, sabed: Que las
Cortes Generales han decretado y sancionado, y Nos de conformidad
aceptado, lo siguiente:
Siendo la voluntad de la Nación revisar, en uso de su Soberanía, la
Constitución política promulgada en Cádiz el 19 de marzo de 1812, las Cortes
Generales, congregadas a este fin, decretan y sancionan lo siguiente (...)
Art. 2. Todos los españoles pueden imprimir y publicar libremente sus ideas
sin previa censura, con sujeción a las leyes.
Art. 5. Todos los españoles son admisibles a los empleos y cargos públicos,
según su mérito y capacidad (...).
Art. 6. Todo español está obligado a defender la Patria con las armas
cuando sea llamado por la ley, y a contribuir en proporción de sus haberes
para los gastos del Estado.
Art. 7. No puede ser detenido, ni preso, ni separado de su domicilio ningún
español, ni allanada su casa, sino en los casos y en la forma que las leyes
prescriban (...)
Art. 11. La Nación se obliga a mantener el culto y los ministros de la Religión
Católica (...)
Art. 1 2. La potestad de hacer las leyes reside en las Cortes con el Rey.
Art. 1 3. Las Cortes se componen de dos cuerpos colegisladores, iguales en
facultades: el Senado y el Congreso de los Diputados (...).
Art. 15. Los senadores son nombrados por el Rey a propuesta, en lista triple,
de los electores que en cada provincia nombran los diputados a Cortes.
Art. 26. Las Cortes se reúnen todos los años. Corresponde al Rey
convocarlas, suspender y cerrar sus sesiones, y disolver el Congreso de los
Diputados (...)
Art. 36. El Rey y cada uno de los Cuerpos Colegisladores tienen la iniciativa
de las leyes (...)
Art. 70. Para el gobierno interior de los pueblos habrá Ayuntamientos,
nombrados por los vecinos, a quienes la ley conceda este derecho (...)
LA CONSTITUCIÓN DE 1845
Doña Isabel II, por la gracia de Dios y de la Constitución de la Monarquía
española, Reina de las Españas; a todos los que la presente vieren y
entendieren, sabed: Que siendo nuestra voluntad y la de las Cortes del
Reino regularizar y poner en consonancia con las necesidades actuales del
Estado los antiguos fueros y libertades de estos Reinos, y la intervención
que sus Cortes han tenido en todos tiempos en los negocios graves de la
Monarquía modificando al efecto la Constitución promulgada en 18 de junio
de 1837, hemos venido, en unión y de acuerdo con las Cortes actualmente
reunidas, en decretar y sancionar la siguiente: CONSTITUCION DE LA
MONARQUÍA ESPAÑOLA (…).
Art.4. Unos mismos códigos regirán en toda la Monarquía (…).
Art.6. Todo español está obligado a defender la Patria con las armas cuando
sea llamado por la ley, y a contribuir en proporción de sus haberes para los
gastos del Estado.
Art.11. La Religión de la Nación española es la Católica, Apostólica y Romana.
El Estado se obligue a mantener el culto y sus ministros.
Art.12. La potestad de hacer las leyes reside en las Cortes con el Rey.
Art.13. Las Cortes se componen de dos Cuerpos Colegisladores, iguales en
facultades: el Senado y el Congreso de los Diputados.
Art.14. El número de senadores es ilimitado: su nombramiento pertenece al
Rey (…).
Art.17. El cargo de Senador es vitalicio.
Art.20. El Congreso de los Diputados se compondrá de los que nombren las
Juntas electorales en la forma que determine la ley. Se nombrará un
Diputado a lo menos por cada cincuenta mil almas (…)
Art.45. Además de las prerrogativas que la Constitución señala al Rey, le
corresponde (…) nombrar y separar libremente los ministros (…).
MANIFIESTO DE MANZANARES
Españoles: La entusiasta acogida que va encontrando en los pueblos el
ejército liberal; el esfuerzo de los soldados (…) tan heroicamente mostrado
en los campos de Vicálvaro (…) asegura desde ahora el triunfo de la libertad
y de las leyes, que hemos jurado defender.
Dentro de poco días la mayor parte de las provincias habrá sacudido
el yugo de los tiranos; la nación disfrutará los beneficios del régimen
representativo (…) Nosotros queremos la conservación del Trono, pero sin
camarilla que lo deshonre, queremos la práctica rigurosa de las leyes
fundamentales, mejorándolas, sobre todo la ley electoral y la de imprenta;
queremos la rebaja de los impuestos, fundada en una estricta economía (…);
queremos arrancar a los pueblos de la centralización que los devora,
dándoles la independencia local necesaria para que conserven y aumenten
sus intereses propios; y como garantía de todo esto queremos y
plantearemos bajo sólidas bases la Milicia Nacional (…) Las Juntas de
Gobierno que deben irse constituyendo en las provincias libres; las Cortes
generales, que luego se reúnan; la misma Nación, en fin, fijará las bases
definitivas de la regeneración liberal a la que aspiramos.
Cuartel General de Manzanares, a 7 de julio de 1854. El General en Jefe del
Ejército Constitucional, Leopoldo O¨Donnell, Conde de Lucena.
PROCLAMA DE LOS GENERALES SUBLEVADOS EN CÁDIZ EN 1868
Españoles: La ciudad de Cádiz puesta en armas con toda su provincia (...)
niega su obediencia al gobierno que reside en Madrid, segura de que es leal
intérprete de los ciudadanos (...) y resuelta a no deponer las armas hasta
que la Nación recobre su soberanía, manifieste su voluntad y se cumpla. (...)
Hollada la ley fundamental (...), corrompido el sufragio por la amenaza y el
soborno, (...) muerto el Municipio; pasto la Administración y la Hacienda de
la inmoralidad; tiranizada la enseñanza; muda la prensa (...). Tal es la España
de hoy. Españoles, ¿quién la aborrece tanto que no se atreva a exclamar:
"¿Así ha de ser siempre?” (...) Queremos que un Gobierno provisional que
represente todas las fuerzas vivas del país asegure el orden, en tanto que el
sufragio universal echa los cimientos de nuestra regeneración social y
política. Contamos para realizar nuestro inquebrantable propósito con el
concurso de todos los liberales,(…) con el apoyo de las clases acomodadas,
(…); con los amantes del orden, (…); con los ardientes partidarios de las
libertades individuales, (…); con el apoyo de los ministros del altar, (…); con
el pueblo todo y con la aprobación, en fin, de la Europa entera, pues no es
posible que en el consejo de las naciones se haya decretado ni decrete que
España ha de vivir envilecida. (...) Españoles: acudid todos a las armas, único
medio de economizar la efusión de sangre (...), no con el impulso del encono,
siempre funesto, no con la furia de la ira, sino con la solemne y poderosa
serenidad con que la justicia empuña su espada. ¡Viva España con honra!
Cádiz, 1 9 de septiembre de 1 868. Duque de la Torre, Juan Prim, Domingo Dulce, Francisco Serrano, Ramón Nouvillas,
Rafael Primo de Rivera, Antonio Caballero de Rodas, Juan Topete
LA CONSTITUCIÓN DE 1869
La Nación española, y en su nombre las Cortes Constituyentes, elegidas por
sufragio universal, deseando afianzar la justicia, la libertad y la seguridad, y
promover el bien de cuantos vivan en España, decretan y sancionan la
siguiente Constitución.
TÍTULO PRIMERO: DE LOS ESPAÑOLES Y SUS DERECHOS
Art. 2. Ningún español ni extranjero podrá ser detenido ni preso sino por
causa de delito.
Art. 3. Todo detenido será puesto en libertad o entregado a la autoridad
judicial dentro de las veinticuatro horas siguientes al acto de la detención.
Art. 4. Ningún español podrá ser preso sino en virtud de mandamiento de
Juez competente.
Art. 17. Tampoco podrá ser privado ningún español: Del derecho de emitir
libremente sus ideas y opiniones, ya de palabra, ya por escrito, valiéndose
de la imprenta o de otro procedimiento semejante. Del derecho a reunirse
pacíficamente. Del derecho de asociarse para todos los fines de la vida
humana que no sean contrarios a la moral pública; y por último, del derecho
de dirigir peticiones individuales o colectivamente a las Cortes, al Rey y a
las autoridades. (...)
Art. 21. La Nación se obliga a mantener el culto y los ministros de la religión
católica. El ejercicio público o privado de cualquiera otro culto queda
garantizado a todos los extranjeros residentes en España, sin más
limitaciones que las reglas universales de la moral y del derecho. (...)
Art. 32. La soberanía reside esencialmente en la nación, de la cual emanan
todos los poderes.
Art. 33. La forma de gobierno de la nación española es la Monarquía.
Art. 34. La potestad de hacer las leyes reside en las Cortes. El rey sanciona
y promulga las leyes.
Art. 35. El poder ejecutivo reside en el rey, que lo ejerce por medio de sus
ministros.
Madrid, 5 de junio de 1869
RENUNCIA DE AMADEO I DE SABOYA
Dos años largos hace que ciño la Corona de España, y España vive en
constante lucha, viendo cada día más lejana la era de paz y de ventura que
tan ardientemente anhelo. Si fuesen extranjeros los enemigos de su dicha,
entonces, al frente de estos soldados tan valientes como sufridos, sería el
primero en combatirlos, pero todos los que con la espada, con la pluma, con
la palabra agravan y perpetran los males de la nación, son españoles. Todos
invocan el dulce nombre de la patria, todos pelean y se agitan por su bien; y
entre el fragor del combate, entre el confuso, atronador y contradictorio
clamor de los partidos, entre tantas y tan opuestas manifestaciones de la
opinión pública, es imposible atinar cuál es la verdadera, y más imposible
todavía hallar el remedio para tamaños males.
Lo he buscado ávidamente dentro de la ley, y no lo he hallado. Fuera de la
ley no ha de buscarlo quien ha prometido observarla.
Estas son, señores diputados, las razones que me mueven a devolver a la
nación, y en su nombre a vosotros, la Corona que me ofreció el voto nacional,
haciendo renuncia de ella por mí, por mis hijos y sucesores.
Palacio de Madrid, 11 de febrero de 1873
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