Guía Temática 4 - Ministerio de Desarrollo Social

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Guía Temática IV
Distintos aspectos de la
intervención en Violencia Doméstica
Caja de Herramientas para
el abordaje de la Violencia Doméstica
Guía Temática IV
Distintos aspectos de la
intervención en Violencia Doméstica
Procedimientos policiales, legales
y trabajo en red
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La elaboración de esta Caja de Herramientas para el abordaje de la Violencia Doméstica fue encargada por
el Instituto Nacional de las Mujeres a la ONG Mujer Ahora. El Instituto Nacional de las Mujeres aportó un
equipo responsable del seguimiento, integrado por técnicos/as del Programa de Violencia basada en Género. Se diseñó y editó con el apoyo del Proyecto de Fortalecimiento, el que cuenta con financiamiento de la
Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID).
Equipos
responsables:
Por Mujer Ahora
Supervisión General
Fanny Samuniski
Autoría
Marcela Jubín
Tania Aguerrebere
Carla Bellini
Diseño y diagramación
Francesca Casariego
Por Instituto Nacional de las Mujeres
Karina Ruiz
Leonardo Peluso
Corrección de textos
Susana Rovella
Directora Carmen Beramendi
Instituto Nacional de las Mujeres
Ministerio de Desarrollo Social
Se autoriza la reproducción parcial o total de este material siempre que se cite la fuente.
Datos:
Av. 18 de Julio 1455, piso 6
CP 11200 Montevideo Uruguay
Tel.(598) 4000302 int.1625
Fax.(598) 4000302 int. 1613
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Apoya
Programa de Género y Desarrollo
Proyecto de Fortalecimiento del
Instituto Nacional de las Mujeres
Guía Temática IV
Distintos aspectos de la
intervención en Violencia Doméstica
Aspectos policiales y legales
Las mujeres en situación de Violencia Doméstica necesitan y requieren algo distinto de lo
que esperan las personas que han vivido delitos comunes. Esto se debe a que la violencia,
el maltrato y/o el abuso es ejercido justamente por alguien con quien mantuvieron o mantienen una relación afectiva e íntima. Difícilmente lo que quieren es que su agresor sea
castigado con prisión u otras penas alternativas, lo que ellas “simplemente quieren” es que
no sea violento, quieren una intervención que termine con la violencia. “¿Si lo
denuncio lo viene a buscar la policía?”, “No quiero que lo lleven preso”, etc.
No son concientes de que sus derechos básicos están siendo violados, no conocen esos
derechos y quizás tampoco quieran ejercerlos. Quieren “otra cosa” y esperan de la institución judicial y la policial una función correctora, protectora, un límite a los excesos, pero
sin recurrir al castigo y a la culpabilización.
Normativa Nacional
Uruguay ha ratificado distintos instrumentos jurídicos internacionales que enmarcan las
políticas de atención al problema de la Violencia Doméstica1 .
1Convención para la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW), (1979) y su Protocolo
Facultativo (1999), Convención sobre los Derechos del Niño. (1989), la creación de una Relatoría Especial sobre la violencia
contra la mujer de Naciones Unidas (resolución 1994/45), la Convención Americana sobre Derechos Humanos, suscrita en
San José de Costa Rica (1969), la Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la
Mujer, aprobada en Belém do Pará, Brasil (1994), la VII Conferencia Regional sobre Integración de la Mujer en el Desarrollo
Económico y Social de América Latina.
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En 1995 se agregó al Código Penal el art. 321 bis, a través de la Ley de Seguridad Ciudadana
(Nº 16.707) que tipifica la Violencia Doméstica como delito.
En julio del 2002 se sanciona la Ley Nº 17.514 o Ley de Violencia Doméstica, que establece
un marco jurídico específico para la prevención e intervención en Violencia Doméstica,
cuando no constituye delito. También establece la creación del Consejo Nacional Consultivo Honorario de Lucha contra la Violencia Doméstica, que comienza su actividad en el año
2003, abocándose a elaborar el Primer Plan Nacional de Lucha contra la Violencia Doméstica. Este Plan está vigente desde julio del 2004 y establece pautas y acuerdos intersectoriales
para la construcción y gestión de políticas públicas de Estado y sectoriales en el ámbito
nacional, desde la perspectiva de las garantías de protección, prevención y promoción de
derechos, tendientes a erradicar la Violencia Doméstica.
En este sentido se ha trabajado sostenidamente, el Decreto 494/2006 del MSP establece las
obligaciones de las instituciones y personal de salud en relación a la detección de rutina y
atención a situaciones de Violencia Doméstica tanto públicas como privadas, “Abordaje a
situaciones de Violencia Doméstica hacia la mujer. Guía de procedimientos para el Primer
Nivel de Atención en Salud”.
En marzo de 2007 se aprueba la Ley Nº 18.104 de Igualdad de Derechos y Oportunidades
entre Hombres y Mujeres, que prevé la elaboración del Primer Plan Nacional de Igualdad de
Oportunidades y Derechos, como expresión de políticas públicas hacia las mujeres para el
período 2007-2011, aprobado por Decreto presidencial 184/07 en mayo del 2007.
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Guía Temática IV
Distintos aspectos de la
intervención en Violencia Doméstica
En noviembre 2007 se publica el “Protocolo de intervención para situaciones de violencia
hacia niños, niñas y adolescentes”, por parte del Instituto del Niño y el Adolescente del
Uruguay (INAU).
En abril 2008 se publica la “Guía de procedimiento policial. Actuaciones en Violencia Doméstica contra la mujer”, elaborada conjuntamente entre el Ministerio del Interior y el Instituto Nacional de las Mujeres. La misma busca establecer los criterios y procedimientos
comunes a desarrollar por parte de la Policía frente a situaciones de Violencia Doméstica
hacia la mujer.
Recursos legales
La legislación vigente en materia de Violencia Doméstica incluye:
· El Código Penal. Tipifica el delito de Violencia Doméstica en su Art. 321 bis. Este delito
fue incorporado por Ley 16.707 en julio de 1995. El hecho punible en este tipo penal son
diversas formas de violencia “sostenidas en el tiempo”. Esta reiteración es lo que resulta
difícil de probar, lo que ha determinado que haya un muy bajo número de procesamientos
por Violencia Doméstica.
Los procesamientos por la ley penal, son casi únicamente por “lesiones”.
· La Ley de Violencia Doméstica (Ley Nº 17.514, 2002). Con esta ley se intenta paliar
esta situación ubicando la legislación fuera del Derecho Penal, en el marco del Derecho de
Familia. Su principal objetivo es frenar las situaciones de Violencia Doméstica y la protección inmediata de las víctimas. El concepto de Violencia Doméstica contemplado por esta
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ley es más amplio que el utilizado por el Código Penal, abarcando tanto la violencia física
como la violencia psicológica, económica y sexual.
La Ley se aplica a una variedad de situaciones afectivas, presentes o pasadas, tanto sea
parentesco, noviazgo, matrimonio, amantes, concubinato, separación o divorcio. Así no
exista cohabitación.
La Ley crea Juzgados Letrados de Familia especializados en Violencia Doméstica, para Montevideo, donde funcionan los Juzgados Letrados de Familia que entienden en todos los
procesos de Derecho de Familia y 4 Juzgados Letrados de Familia Especializados que entienden en temas de Violencia Doméstica, a los que recientemente se agregó atender en
asuntos de urgencia relativos a niñas, niños y adolescentes, en aplicación del Código de la
Niñez y Adolescencia.
Procedimientos para la denuncia
La denuncia puede ser realizada en:
· Seccionales policiales de la zona
· Comisaría de la Mujer
· Juzgados Letrados de Familia Especializado en Violencia Doméstica, en Montevideo
(Gral. Rondeau 1726 esq. Valparaíso). En los distintos departamentos, en los Juzgados Letrados y en los Juzgados de Paz, que tienen competencia en situaciones de
urgencia.
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Guía Temática IV
Distintos aspectos de la
intervención en Violencia Doméstica
Si la denuncia se realiza directamente en el juzgado, se debe presentar por escrito con firma
de un/a abogado/a, o defensor/a de oficio. Si se presenta en una Seccional Policial o en la
Comisaría de la Mujer, la persona denunciante debe presentar una denuncia personal, que
desde allí se eleva al juzgado correspondiente.
“No me quieren tomar la denuncia”. En todas las seccionales policiales del país
tienen la obligación de recibir las denuncias formuladas y darles trámite. Muchas veces
las personas que hacen la denuncia plantean que quieren “dejar constancia de un hecho”, o “expresar una queja”. La denuncia debe presentar todos los datos de importancia sobre los hechos relativos a la denuncia, así como información para identificar al
denunciado, y especialmente información sobre el lugar y horarios en los que se le
puede ubicar. En algunos casos es conveniente hacer un resumen escrito de los hechos,
para adjuntar a la denuncia. En el resumen de los hechos es fundamental destacar si
existieron amenazas, si el agresor tiene armas, si hay lesiones. También es conveniente
adjuntar los certificados médicos y psicológicos, así como cartas o mensajes de celular
disponibles.
Si al concurrir a la Seccional a hacer una denuncia ésta no es aceptada o el trato recibido en la
Seccional no es bueno, se puede concurrir a otra, a la Comisaría de la Mujer o directamente a
los Juzgados competentes (en Montevideo los juzgados especializados en Violencia Doméstica y en los otros departamentos los Juzgados Letrados de Familia o de Paz) para denunciar
los hechos.
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“No me dieron constancia o copia de la denuncia”. Muchas veces en las seccionales
policiales no tienen elementos para entregar una copia de la denuncia formulada, pero sí
tienen la obligación de suministrar el número de la denuncia. Es importante solicitar siempre
esta información, para consultar acerca del trámite que ha seguido la denuncia. Cuando
la seccional informa al juzgado la situación, éste comienza un expediente judicial que
lleva un nuevo número. Para consultar en la seccional policial podrá hacerlo con el número de la denuncia, y para consultar en el juzgado lo hará con el número del expediente
judicial.
Es aconsejable que cuando sea posible, la persona interesada escriba previamente la denuncia, la presente en la seccional con una fotocopia de la misma, y pida que al recibir la
denuncia la fotocopia sea sellada, como constancia de su presentación, incluyendo la
fecha y número correspondiente.
“No me notificaron de la audiencia”. Algunas veces se producen errores y omisiones al tomar la información sobre las personas involucradas, o no son ubicadas en los
domicilios declarados. Si ha transcurrido más de una semana desde la denuncia o más de
15 días desde la primera audiencia o desde que se adoptaron las medidas de protección y
la denunciante no ha sido notificada, debe consultar directamente en el juzgado: se
puede pedir información sobre la etapa en que está el expediente, sin necesidad de intervención de un/a abogado/a . Si no se dispone del número del expediente, igualmente se
puede consultar con los nombres de las partes, siempre que sepa en qué juzgado está
radicado el caso.
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Distintos aspectos de la
intervención en Violencia Doméstica
“El agresor no concurre a declarar y/o no lo conducen”. Frecuentemente los
móviles no encuentran a la persona denunciada en el domicilio indicado, y le dejan la
citación para que le sea entregada. Si el denunciado no concurre, se puede exigir en la
seccional que el denunciado sea conducido. Es importante consultar en la seccional a qué
juzgado se informó el caso, y qué medidas dispuso éste. En caso de no obtener una respuesta satisfactoria se puede concurrir directamente al juzgado correspondiente.
“¿La persona que realiza la denuncia tiene que estar en la audiencia al mismo
tiempo que el denunciado?”. La ley establece en su art. 18 que deberá prevenirse la
victimización secundaria. Cuando la persona que hizo la denuncia es mayor de edad se
evalúan las circunstancias para saber si es posible la confrontación. La persona que ha
vivido en situación de Violencia Doméstica o su abogado/a tienen derecho a exigir que el
agresor no esté presente. Sin embargo, muchas veces su demanda de declarar sola no es
tenida en cuenta por las dificultades internas en el funcionamiento del juzgado. En ocasiones, previamente a las audiencias, la persona que ha ejercido Violencia Doméstica se encuentra a metros de la persona que ha agredido, con la posibilidad de ejercer presión
psicológica.
Medidas de protección
El juzgado correspondiente (especializado en Violencia Doméstica, Juzgado Letrado o de
Paz donde no haya juzgado especializado), convocará a ambas partes a una audiencia. Una
vez escuchadas, el juez o la jueza dispondrá las medidas que considere pertinentes.
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Si considera que no es necesaria la aplicación de medidas, deberá fundamentar su fallo. Si
el denunciado no concurre, se podrá solicitar que sea conducido por la policía.
A esta audiencia, denunciante y denunciado deberán asistir acompañadas de un/a abogado/a. En caso de no contar con recursos económicos suficientes serán asistidos por un/a
defensor/a de oficio, provisto por el mismo juzgado.
Las Juezas o los Jueces Letrados de Familia Especializados podrán establecer medidas de
protección para la persona que está en situación de Violencia Doméstica. El art. 10 establece una lista de posibles medidas que se pueden adoptar:
1) Disponer el retiro del agresor de la residencia común y la entrega inmediata de sus
efectos personales en presencia del alguacil. Asimismo, se labrará inventario judicial de los
bienes muebles que se retiren y de los que permanezcan en el lugar, pudiéndose expedir
testimonio a solicitud de las partes.
2) Disponer el reintegro al domicilio o residencia a la víctima que hubiere salido del mismo
por razones de seguridad personal, en presencia del alguacil.
3) Prohibir, restringir o limitar la presencia del agresor en el domicilio o residencia, lugares
de trabajo, estudio u otros que frecuente la víctima.
4) Prohibir al agresor comunicarse, relacionarse, entrevistarse o desarrollar cualquier conducta similar en relación con la víctima, o con las otras personas afectadas, testigos o
denunciantes del hecho.
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Distintos aspectos de la
intervención en Violencia Doméstica
5) Incautar las armas que el agresor tuviere en su poder, las que permanecerán en custodia
de la Sede. Prohibir al agresor el uso o posesión de armas de fuego.
6) Fijar una obligación alimentaría provisional a favor de la víctima.
7) Disponer la asistencia obligatoria del agresor a programas de rehabilitación (actualmente
el Estado está omiso en este aspecto ya que no cuenta con los servicios necesarios).
8) Resolver provisoriamente todo lo relativo a las pensiones alimenticias, guarda, tenencia
y visitas.
El juzgado dispondrá la duración de estas medidas, así como podrá disponer también la
citación de terceros, en calidad de testigos.
Luego de fijadas las medidas de protección de oficio o a pedido de parte, se ordenará la
realización de un diagnóstico de situación para evaluar los daños físicos y/o psíquicos
sufridos por la persona que ha vivido Violencia Doméstica, así como determinar la situación de peligro o riesgo.
Esta evaluación estará a cargo de un equipo interdisciplinario del Instituto Técnico Forense
(Poder Judicial) que podrá realizar pericias psiquiátricas y/o sociales y presentará informe
psicológico (podrá realizarse a la persona que vive Violencia Doméstica, a la persona que ha
ejercido Violencia Doméstica y a los hijos o hijas).
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“No tuve tiempo de explicar al abogado de oficio lo que me pasa o no me
escuchó”. La cantidad de personas que concurren a los juzgados además del escaso
número de abogados y abogadas de oficio que existen, lleva a que los tiempos disponibles para que las partes puedan conversar con sus defensores sean muy breves. En
muchas ocasiones es difícil para la persona que hace la denuncia transmitir una información resumida y detallada de agresiones que viene padeciendo desde tiempo atrás.
Por esto es recomendable concurrir a la audiencia con un resumen escrito en el que la
persona exprese lo que desea pedir. Este resumen le sirve tanto al defensor/a como a la
denunciante para poder ordenarse y lograr efectuar una demanda clara de cuáles son
sus pretensiones.
“Se ordenaron medidas de protección para ambos”. El Juzgado podrá adoptar medidas de protección, las más frecuentes son la prohibición de acercarse y/o de comunicarse. Es común que éstas sean dispuestas recíprocamente. La naturaleza de la medida en
si misma así lo exige. Disponer medidas recíprocas busca lograr el fin último de prevenir
las situaciones de violencia. El cumplimiento es obligatorio para las dos partes. Esto no
es una medida que perjudique o descalifique a la persona que hizo la denuncia sino que
busca protegerla. Una de las mayores dificultades para el cumplimiento se visualiza cuando
existen menores y se fija régimen de visitas. En estos casos deben buscarse alternativas
que eviten el contacto entre las partes (familiares o amigos/as que trasladen o entreguen
a los niños/as en lugares neutrales de retiro y entrega, por ej. escuela, jardín, casa de
familiares o amigos/as, etc.).
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Guía Temática IV
Distintos aspectos de la
intervención en Violencia Doméstica
“Se ordenaron pericias para ambos”. El juzgado debe lograr obtener un panorama
claro de la situación que se vive y para esto es necesario conocer a ambas partes. Las
pericias practicadas a la persona que vive la situación de Violencia Doméstica son tan
importantes como las practicadas al que la ejerce. A través de ellas se puede determinar su
vulnerabilidad, así como el grado de daño producido por la situación. No constituyen un
cuestionamiento a su estado psicológico, ni a la veracidad de su denuncia.
Cuando se dice que la denunciante hace “abandono del hogar”. Que la persona
que se encuentra en situación de Violencia Doméstica se retire del hogar no configura
abandono del hogar. Este es un concepto obsoleto que ha perdido vigencia y actualmente
no existe como figura legal. Frente a una situación de riesgo y/o la negativa de retirarse
de la persona que está ejerciendo violencia, la persona agredida puede retirarse transitoriamente del hogar y no pierde ninguno de sus derechos. Esta es tomada como medida de
autoprotección. El juzgado puede resolver que la persona que esta ejerciendo Violencia
Doméstica se retire del hogar mientras duren las medidas protección, incluso siendo éste
el propietario de la vivienda.
“No se cumplen las medidas de protección”. Una vez ordenada las medidas de protección éstas deben ser cumplidas. El incumplimiento de estas medidas debe ser denunciado nuevamente. Puede ser denunciado directamente en la seccional policial o en el propio
juzgado, informando que se encuentran vigentes medidas protección. La ley establece que
el incumplimiento reiterado de las medidas puede habilitar el pase de las actuaciones a la
justicia penal.
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Audiencia evaluatoria
evaluatoria.
La ley dispone que 10 días después de la primera audiencia, se realice una audiencia
evaluatoria. En ese momento el juez o la jueza dispone de las pericias mencionadas y del
testimonio de las partes. Con estos elementos podrá evaluar los resultados de la aplicación
de las medidas de protección indicadas en la 1ª audiencia, y resolver su prórroga, pasar los
antecedentes a Juzgado Penal, solicitar más pruebas, o su archivo y pase al Juzgado de
Familia correspondiente donde continuarán los procedimientos que no son de urgencia
(por ej. divorcio, tenencia, pensión alimenticia y régimen de visitas definitivos).
El juzgado actuante en Violencia Doméstica deberá informar al juzgado Penal de todo hecho
con apariencia delictiva, para que resuelva sobre ello.
Es importante considerar que se trata de un proceso rápido, cuyo objetivo es detectar la situación de Violencia Doméstica y adoptar las medidas urgentes y necesarias para evitar que continúe la violencia. Por eso en esta etapa se presentan elementos directamente relacionados a la
situación de Violencia Doméstica y que permitan resolver en la intervención de urgencia.
“Cómo resuelvo la situación con las niñas y/o los niños”. La ley establece que el
juzgado puede resolver la situación de las niñas y los niños. Esta es una resolución provisoria,
es decir que debe atender al caso de urgencia y contribuir a detener la situación de violencia. La
resolución definitiva de la tenencia, guarda, visitas y pensión alimenticia debe realizarse en los
Juzgados de Familia correspondientes, donde deben ser considerados esos antecedentes.
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Distintos aspectos de la
intervención en Violencia Doméstica
“No pasó nada y se archivó”
El proceso previsto por la Ley de Violencia Doméstica es corto en el tiempo y no prevé
ningún seguimiento a largo plazo. Una vez atendida la situación de violencia, adoptadas las
medidas cautelares y evaluadas si éstas se cumplieron, las actuaciones judiciales se archivan. El expediente puede ser reabierto ante otra denuncia o puede ser remitido a los juzgados penales (cuando hay lesiones u otros delitos, incumplimiento reiterado de las medidas
cautelares) o de familia (como antecedente en juicios de régimen de visitas, divorcio, tenencia, pensión alimenticia).
Algunas consideraciones sobre la conveniencia y oportunidad de recurrir a la justicia.
La Ley habilita a que cualquier persona que tome conocimiento de un hecho de Violencia
Doméstica pueda denunciarlo, sin incurrir en responsabilidad penal alguna, aún si los hechos no resulten probados, siempre que la noticia presente verosimilitud.
No obstante, antes de denunciar una situación de Violencia Doméstica por parte de un
tercero, o de aconsejar a una persona que presente una denuncia por Violencia Doméstica
se debe tener en cuenta:
· El grado de peligro presente en la situación: la primera preocupación y lo que define las
medidas a tomar es siempre la preservación de la integridad física y emocional de la persona que está viviendo la situación de violencia y su seguridad personal.
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· Que la decisión implica el consentimiento de la persona a proteger, lo que hace aconsejable evaluar conjuntamente la oportunidad y las ventajas y desventajas desde el punto de
vista legal, social y psicológico.
· Que la denuncia es punto de partida de un difícil camino a recorrer, que supone la puesta
en juego de recursos personales y/o familiares de las personas implicadas y por consiguiente, su capacidad de sostener el proceso y sus posibles consecuencias.
Perspectiva de red
Como hemos dicho en varias oportunidades la Violencia Doméstica es un problema complejo que opera en distintas líneas y en este sentido la perspectiva de red nos permite
abordar el problema integrando todas las líneas.
Podemos distinguir 3 niveles de red: territorial, personal e institucional.
Una intervención integral requiere movilizar al mismo tiempo todos los niveles de la red.
La red territorial son aquellas relaciones que se establecen en el entorno de la persona,
generalmente es el barrio donde vive. Según las características de la red esta puede funcionar como primer apoyo así como un espacio adecuado para el desarrollo de actividades de
sensibilización y prevención.
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Guía Temática IV
Distintos aspectos de la
intervención en Violencia Doméstica
Podemos diferenciar distintos momentos del abordaje: El mapeo que consiste en construir
la información sobre los recursos, los servicios, las instituciones y personas, así como sus
puntos de vista sobre la problemática. El diseño que implica graficar la red, visualizar los
puntos de proximidad y establecer estrategias de movilización. Finalmente la movilización
ción, que implica las acciones y actividades a desarrollar.
La red social personal. Es el conjunto de personas con quienes nos relacionamos naturalmente, familia, vecinas y vecinos, personas conocidas, compañeras y compañeros de
trabajo o de otras actividades, con contactos más o menos frecuentes o profundos, que
forman parte de nuestro mundo personal. Son nuestra red natural. Es posible recurrir a esas
personas a partir de valores de confianza y solidaridad.
Generalmente las mujeres en situación de Violencia Doméstica tienen muy debilitadas sus redes
de sostén personales y no están conectadas con las redes institucionales, como resultado del
mecanismo de aislamiento puesto en marcha en la dinámica de esta problemática. Probablemente su primera respuesta es que no puede contar con nadie, pero si se abre la mirada empiezan a
aparecer en el entorno personas en quienes confiar y capaces de acciones solidarias.
Las operadoras y operadores o ellas mismas pueden contactarlas, apelando a su sentido de
responsabilidad y su disposición y posibilidades de colaborar, según el caso: cuidar a las
hijas o hijos unas horas, acompañarla en gestiones, apoyarla para realizar una tarea, ayudarla a pensar soluciones concretas, ofrecer un espacio físico seguro, etc. En definitiva,
involucrarse en alguna medida, para formar parte de las soluciones.
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El trabajo en red a nivel institucional
institucional. Así como las personas afectadas por la Violencia Doméstica creen que tienen que hacerse cargo solas de sus problemas, también las
instituciones muchas veces se manejan con esa creencia. Sin embargo, ni las personas ni
las instituciones actuando en forma aislada, pueden alcanzar una solución exitosa. En toda
situación problemática se requieren distintos niveles de intervención, coordinados para
potenciarse.
La Violencia Doméstica requiere intervenciones integrales, que articulen la intervención
policial con la judicial y con la acción de los servicios sociales, de salud o educativos. Pero
las instituciones tienden al aislamiento, en nombre de la especialización, por lo que es
necesario activar la red en la intervención, promoviendo la coordinación de acciones oportunas y la circulación de la información entre los servicios.
Las buenas intervenciones de cada institución son necesarias pero no son suficientes
cuando son medidas aisladas. De ahí que muchas veces el trabajo resulte una experiencia
frustrante para los funcionarios/as intervinientes, que perciben que lo que hacen resulta
insuficiente.
El trabajo en red también beneficia a los operadores, los/as sostiene, los/as ayuda a sentir
el apoyo colectivo ante situaciones comprometidas y exigentes, y los protege de los sentimientos de impotencia y derrota que se filtran en el trabajo con la Violencia Doméstica.
La intervención en red se desarrolla en 3 etapas: derivación, coordinación y seguimiento.
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Guía Temática IV
Distintos aspectos de la
intervención en Violencia Doméstica
La derivación no es un mecanismo para pasar el problema de un servicio a otro, sino para
sumar una mirada y una forma de intervenir desde otro ángulo. Al derivar no perdemos
contacto con la persona ni con el problema, sino que promovemos una intervención complementaria.
Para que esto sea posible, la derivación debe cumplir con algunos requisitos:
· Informar adecuadamente a la persona para qué se la deriva, qué se busca, qué puede
obtener, definir qué debe hacer después, cómo y para qué mantener el contacto con el
servicio inicial.
· Informar también a quien recibirá la derivación, para que esté al tanto de lo que se
requiere, ya sea con un llamado telefónico, con un informe escrito o con una comunicación informal, según como sea la vinculación. Las personas en situación de crisis muchas
veces no están en condiciones de explicar bien para qué se las derivó, y esa dificultad
puede producir desencuentro y frustración tanto en la persona como en el receptor e
impedir que el servicio actúe adecuadamente.
Para evitarlo, se recurre a la derivación informada (la derivación se acompaña con un
informe de situación), una forma de comunicación que asegura que quien recibe la demanda conozca los pormenores significativos de la situación problema y esté así en condiciones de dar la respuesta adecuada. Cuando un informe o una ficha son insuficientes,
se necesita un contacto directo con el personal a cargo de la respuesta.
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· Quien deriva necesita saber qué resultado tuvo la derivación, para saber cómo seguir
trabajando con la persona. La información puede ser aportada por la usuaria de los servicios,
o por medio de la contra-referencia, por el servicio que recibió la derivación.
La coordinación interinstitucional en realidad es coordinación entre personas que trabajan en las instituciones, algunas de las cuales, a través de sucesivos contactos, se constituyen como referentes institucionales, la persona de contacto y de referencia.
Coordinar no consiste solo en informar o derivar, sino que es necesario “dar un paso más”:
articular, acordar procedimientos que aseguren que las derivaciones produzcan los resultados esperados. Por ejemplo: la escuela debe saber de la existencia de una orden judicial
de no acercamiento y qué debe hacer el personal en caso de incumplimiento, cuál es su
responsabilidad en ese caso, como responder, a quién informar.
Para consolidar el trabajo en red interinstitucional se necesita generar espacios para el
conocimiento de los referentes institucionales, construir relaciones de confianza personal
y profesional, basadas en la complementariedad y en experiencias positivas compartidas.
El seguimiento es parte de la intervención, consiste en el monitoreo del proceso a través
de las diferentes instancias recorridas y también se realiza en 2 niveles.
· Institucional: tiene que ver con la evolución del proceso de intervención de la red
institucional, como un aspecto de la coordinación.
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