PARAÍSOS RESGUARDADOS Canal de Infiernillo: Un humedal en el desierto de Sonora Thor Morales Vera y Mariana Báez Ponce / Fotografía. Thor Morales Vera Hace una semana sonó el celular. Del otro lado nos saludó, desde Sonora, nuestra amiga Ana María, impetuosa observadora y amante de aves. Enseguida los recuerdos y la nostalgia. Las mañanas frías en el desierto, los atardeceres más hermosos en la mirada. Binoculares. Telescopio. Risas. Asombro. Y siempre esos deseos por seguir sorprendiéndose con las aves y por cuidarlas. Fotos. Atardecer en la parte norte del Canal de Infiernillo, con el Cerro Tepopa y el Estero Sargento al fondo/ Jóvenes de la comunidad de Desemboque de los Seris, uno de los dos poblados Comcaac, mientras realizaban un censo costero de aves migratorias/ Un nido de gavilán pescador (Pandion haliaetus) con un adulto (al frente) y dos juveniles. Ana no sólo quería saludarnos sino también, y con mucha emoción, contarnos que recién habían visitado Isla Patos. Una diminuta isla volcánica en el Golfo de California. Contaron 400 parejas de gaviotas pata amarilla (Larus livens), el ave emblemática del Mar de Cortés. Este es el segundo año que realizan el monitoreo de las aves que anidan en la isla. El grupo de protectores de aves Comcaac, del cual Ana es integrante, decidió que, como lo hacían sus abuelos y abuelas, estaban dispuestos a cuidar esta pequeña isla que forma parte del Área de Protección de Flora y Fauna Islas del Golfo de California y del mapa tradicional de la nación Comcaac. A pocos kilómetros al sur de Isla Patos, en medio de cardones, sahuaros y ocotillos, se encuentra un enorme humedal. Resulta difícil imaginarlo pues el mar que rodea a la isla se junta siempre con el de- sierto y en realidad se dibuja y desdibuja entre el mar y las áridas y antiguas tierras de la etnia Comcaac, también conocida como Seri. En este punto, dentro del corazón del Desierto Sonorense, se pueden descubrir los mangles mas norteños y la vida que con ellos nace. Debido a que el Xepe Coosot está situado en la región de las Grandes Islas del Golfo de California, sus aguas son altamente productivas y ofrecen alimento y refugio a miles de aves migratorias, tortugas y lobos marinos, entre otros animales. En el canal se encuentran nueve lagunas con Entre la Isla de Tiburón, la más grande de México y las sierras costeras se formó un ecosistema muy sui generis. Es un estrecho de mar que debe su nombre en español a las fuertes corrientes que lo hacen difícilmente navegable y que se conoce como Canal de Infiernillo. Sin embargo, antes de ser bautizado así, ya tenía otro nombre: Xepe coosot, que significa “mar angosto” en cmiique iitom, la lengua de los Comcaac. El canal tiene casi cuarenta kilómetros de longitud, doce en su parte más ancha y una profundidad promedio de 5 a 6 metros, con estas características Foto. Tortuga negra del Pacífico (Chelonia mydas agassimás que mar es un enorme humedal. zi) que se salvó de morir enredada en un chinchorro. Los pescadores ahora, después de años de trabajo, avisan y rescatan a las tortugas que aparecen en sus mallas. PARAÍSOS RESGUARDADOS Fotos. Vista aérea desde la boca sur del Canal de Infiernillo. En la parte inferior de la imagen se observa la Punta San Miguel, las partes en color más oscuro son praderas de pasto marino. manglar y las praderas de pasto marino anual más extensas y saludables de todo el noroeste de México. Estos dos tipos de vegetación son la base para sustentar una enorme biodiversidad y las pesquerías de las cuales dependen los Comcaac. Para dar una idea de la importancia biológica y económica de este angosto mar, basta decir que más de 25,000 aves lo visitan durante la migración de otoño y las ganancias generadas por las pesquerías de jaiba y callos de hacha, las principales de la región, generan alrededor de 4.5 millones de dólares cada temporada. Además, en las costas del canal existen más de 100 sitios sagrados y de importancia cultural. Así como Isla Patos, el Canal de Infiernillo también es parte del territorio ancestral de este grupo indígena. Resulta obvio decir que la vida de los Comcaac está íntimamente ligada a los humedales del canal. Fotos. Parvada de patos cabeza roja (Aythya americana) con gansos de collar (Branta bernicla), aves que durante su migración utilizan el Canal de Infiernillo como refugio y se alimentan de las extensas praderas de pasto marino / Una gaviota pata amarilla (Larus livens) con plumaje reproductivo. Esta gaviota es el ave marina emblemática del Golfo de California pues es cuasi-endémica y, para los Comcaac, es un ave con mucha importancia cultural. www.pronatura.org.mx PARAÍSOS RESGUARDADOS Las casi 30,000 has de humedales del Canal de Infiernillo son reconocidas a nivel nacional como Área de Importancia para la Conservación de las Aves (AICA) y son parte de 3 regiones prioritarias identificadas por la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (CONABIO). En el ámbito internacional, el Canal de Infiernillo fue registrado en 2009 en la Lista de la Convención Ramsar como un humedal de importancia mundial. En México existen actualmente 134 Sitios suscritos en esa convención. Lo que hace especial al canal, además de la biodiversidad y sus peculiares características, es ser el primer caso en que la comunidad indígena local participó en su designación la cual se llevó a cabo con su consentimiento y aprobación. Ellos son, en parte, responsables del buen estado de conservación del Canal de Infiernillo y el resto de su territorio. Durante siglos han hecho un uso sustentable de sus recursos. Sin embargo, hoy en día el canal y los Comcaac están sufriendo la presión de intereses económicos. Granjas de camarón, grandes proyectos turísticos y la pesquería industrial de sardinas son Foto. Mangle blanco (Laguncularia racemosa) en el Estero Santa Rosa, que se ubica en la boca sur del Canal de Infiernillo. algunas de las tantas amenazas para este grandioso lugar. Foto. Lobos marinos (Zalophus californianus) machos en la costa de Isla Patos. Esta especie es llamado Xapu por los Comcaac y es común que se le dediquen cantos y bailes, además de ser uno de los modelos mas populares para las artesanías de palo fierro. Foto. Vista del Canal de Infiernillo y el poblado de Punta Chueca al amanecer desde las faldas de la Sierra Seri. Desde este lugar es posible apreciar la majestuosidad de Isla Tiburón y del Canal de Infiernillo. Hoy en día el Canal representa la herencia más preciada de este grupo indígena, por la que lucharon sus ancestros y la base para asegurarse un futuro. Bajo esta idea y sentimiento, algunos jóvenes y ancianos comenzaron a luchar por proteger los recursos naturales y convencer a su pueblo de continuar en el camino de la conservación. Han formado varios grupos, entre los que está el de Ana María, que monitorea aves, el Grupo Tortuguero y el Grupo de Monitoreo Ambiental. Ya ha pasado casi una década desde que algunos de estos grupos iniciaron y aún hoy tienen muchos retos en la mira. Alberto Mellado, joven Comcaac, que coordina el Grupo de Monitoreo Ambiental comenta: “El canal es de esas cosas que todos los seres humanos tenemos, que son muy, muy valiosas y no les damos la importancia que merecen, sabes que está ahí, sabes que te ha dado mucho, sabes que le debes mucho y sabes que tienes que hacer algo por él y, aunque lo estés haciendo, sientes que no es suficiente.” PARAÍSOS RESGUARDADOS Foto. El abuelo Adolfo Burgos, miembro del Consejo de Ancianos de la Nación Comcaac mientras cantaba y bailaba para el mar y el Canal de Infiernillo. Sabemos y confiamos en que los Comcaac seguirán usando como armas los binoculares para proteger sus aves, sus islas, su manglar y su cultura. Aún así es necesaria la cooperación desde fuera y por eso la llamada de Ana significa tanto. Nos dio un soplo de vida, de esperanza y nos recordó que nosotros también somos parte de su compromiso con la naturaleza, con el Canal de Infiernillo y con los Comcaac. Thor Morales es un fotógrafo y biólogo que busca la conservación de la diversidad biocultural en México. Actualmente estudia la Maestría en Recursos Naturales y Desarrollo Rural en Chiapas. Contacto: [email protected] Mariana Báez es bióloga. Apasionada de observar la naturaleza y las culturas detrás de las lentes de una cámara. Ha realizado actividades ligadas a la educación ambiental y divulgación científica. Hoy estudia una maestría en Recursos Naturales y Desarrollo Rural. Contacto:[email protected] www.pronatura.org.mx