Fútbol de lunes a sábado

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LECTURAS DE VERANO
Fútbol
de lunes
a sábado
DANTE PANZERI
Dante Panzeri (1921 – 1978) es el más moderno
de los periodistas deportivos clásicos. Argumentaba y escribía con la soltura del jugador que pasó
por todos los puestos. Todo lo que dijo sobre el
fútbol y el poder que lo mueve sigue vigente.
son la mejor evidencia de que gana siempre el más capaz, no el más informado de lo que hará el adversario,
puesto que ambos saben, sobradamente, qué es capaz
de hacer el otro; pero siempre prevalece el que repentiza
mejor, el mejor previsto. Ni revelando sus secretos se
termina el caudal de secretos del fútbol.
e puede planificar un partido de lunes
a sábado. Los domingos se juega.
Las figuras no siempre son jugadores. Por eso hoy
estamos llenos de figuras y vacíos de valores.
S
Durante la semana se hace lo
que manda el entrenador. Los domingos se hace lo que nos dejan
hacer y lo que nos sale.
Desde que más velozmente arrancamos, más lentamente terminamos las jugadas. Éramos más veloces
cuando arrancábamos despacio para llegar ligero.
La disciplina no hace a ningún jugador de futbol.
Solamente mejora a los que ya eran jugadores antes
de disciplinarse.
Los hombres veloces no hacen al fútbol rápido.
El fútbol rápido surge de las mentes veloces, que
frecuentemente se dan en futbolistas lentos para
correr carreras.
Ni todas cortas ni todas largas. Ni todas pisadas
ni todas corridas. El fútbol es una constante ley de
coherencias entre lo antagónico.
Vamos a ver qué hacen los otros, porque como nosotros no sabemos hacer nada, lo mejor que podemos
hacer es tratar que los otros no hagan lo suyo (del reglamento de trabajo de un entrenador moderno).
El fútbol no permite viudos ni divorciados. El fútbol es matrimonio entre personas diferentes, muy
diferentes.
Lo peor para un mal jugador es tener la pelota en
los pies o no tener un adversario a quien marcar. Su
drama es tener que jugar. Juega bien si no juega.
Tenerla poco, tocarla mucho. La pelota de fútbol
es la antítesis de la mujer.
Los planificadores de la espontaneidad del fútbol
son parientes de los fabricantes de camisas de hilados
sintéticos: se olvidan del hombre que suda.
“No hay nada nuevo, sólo lo olvidado lo parece”.
Los titulares tipográficos del fútbol crecen a medida y en relación de la credulidad y la ignorancia del
contingente humano destinatario.
En el fútbol bien jugado, la pelota no para nunca,
corre siempre, en “el otro”... tampoco para porque
nadie la quiere o no la sabe tener.
Los compañeros que se transforman en adversarios
El jugador movedizo suele jugar parado.
El orgullo pesa más que las convicciones del negocio mucho más que la conciencia... si se trata de
sostener una mentira.
Ahora se “juega a ganar”. ¿Alguna vez se jugó a
perder? ¿Alguna vez fue indiferente no ganar?
La iracundia del conocimiento no tiene parentesco
con la iracundia del atrevimiento. Hay una iracundia
“buena”. Es la que viene perfeccionando la vida. Es
la de los disconformes. La otra iracundia es la de los
sinvergüenzas.
Aprendimos a ser “serios”. Desaprendimos a manejar la pelota.
Por cada disciplina moderna que aprendemos, olvidamos una antigua facultad para jugar al fútbol engañando al adversario. Ahora nos engañamos a nosotros mismos.
Trascienden mucho más los apellidos de los directores técnicos de los malos equipos, que los de
aquellos equipos con grandes jugadores.
¿Afirmamos que somos más veloces que “antes”
porque jugamos más ligero o porque nos entrenamos
más físicamente y corremos más ligero?
Se puede organizar un viaje a la Luna. Es imposible
planear lo que se hará con una pelota de fútbol un
segundo antes de usarla.
El fútbol se alimenta esencialmente con chicos
arrogantes.
No salen cracks del fútbol de los hogares donde los
muchachos tienen mucamos que los llaman “niño”.
Con la extinción del caballo se van extinguiendo los
caballeros. Caballero es solamente aquel hombre que
anda a caballo con uso de estribos. Estribos y caballos
se han perdido muchos...
El fútbol fue un juego que resultaba buen negocio;
hoy es el negocio de un mal juego.
Fútbol es lo que no se sabe lo que va a pasar.
Lo que se sabe que va a pasar, no pasa. Ya pasó.
Para ser serio, el fútbol tiene que ser un juego.
Antes se jugaba en canchas de 110 metros. Ahora
nos bastan 55.
El negocio serio de un juego alegre muere donde la angustia del negocio es más fuerte que la
alegría de jugar.
De engañar para jugar pasamos a engañar para
DURAR.
El periodista era un tipo que veía, pensaba y opinaba. Ahora es un negociante que oye y repite.
A medida que más conocemos el fútbol europeo,
menos conocemos el fútbol argentino en el mundo.
O todo lo contrario: menos interesa por lo demasiado
conocido que es.
Supuestamente “ya no se puede jugar” el fútbol
que se jugó “antes”. Pero apenas alguien juega hoy
un poquito de ese fútbol... sucede que es cuando
más fácilmente se gana con ese fútbol que “ya no
se puede jugar”.
A medida que los futbolistas más hablan para el
público, los periodistas, los micrófonos... cada vez
hablan menos entre ellos.
“Los hombres que tienen los mismos vicios se
sostienen mutuamente”.
No hay modernismo. Hay personas de diferentes edades.
El grueso de la opinión no tiene opinión. No sabe
nada. Gusta o no gusta de las cosas... y nada más.
La inmensa mayoría de las opiniones se dictan con
el corazón, con el bolsillo, con la libreta de cheques...
pero no con el cerebro.
El cerebro humano funciona mucho más para razonar recursos prohibidos, que para actuar en la emisión de ideas.
DANTE PANZERI
– OBRA PERIODISTICADe esta edición de Matías
Bauso, publicamos Fútbol
de lunes a sábado, un fragmento donde se muestran
los aforismos geniales de
Dante. Ed. Sudamericana.
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