documento - Programa EcoPlata

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Apoyo a la gestión integrada de la zona costera marina
Informe de procesos erosivos
en la desembocadura del Arroyo Pando
Balnearios El Pinar y Neptunia (Canelones)
Montevideo, julio 2014
Autores
Carolina Segura
Bruno Guigou
Agradecimientos.
A Gerardo Vanerio (Dirección General de Gestión
Ambiental, Intendencia de Canelones) por brindar
aportes y comentarios al presente documento.
© Copyright Proyecto PNUD URU/06/016
“Apoyo a la gestión integrada de la zona costera
marina”, 2014.
El Programa EcoPlata nace como una iniciativa
interinstitucional, orientada a la articulación y el
fortalecimiento de las instituciones nacionales,
departamentales y municipales, la comunidad
aspectos vinculados con la Gestión Integrada de la
Zona Costera. Actualmente se encuentra en la órbita
del MVOTMA con el objetivo de apoyar a la gestión
costera y al desarrollo de su política nacional.
Galicia 1154 apto. 1301, CP. 11100
Montevideo, Uruguay
Tel.: (+ 598) 2908 7253
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www.ecoplata.org
Introducción
El presente informe se realiza a modo de establecer el estado de situación en el área de la desembocadura del
Arroyo Pando. Para ello se recopilaron y analizaron estudios e informes previos sobre la zona, así como también
intervenciones realizadas con el objetivo de mitigar los problemas de erosión que existen en la margen este, sobre
el Balneario Neptunia.
A continuación se describe la zona de interés haciendo énfasis en los aspectos geomorfológicos. Seguido se
detalla la dinámica costera general y los mecanismos de transporte de sedimentos para la zona. Luego se presenta
una recopilación histórica de los procesos de cambio que se han desarrollado en la desembocadura del Arroyo
Pando. Se incluyen, asimismo, las distintas intervenciones que se han propuesto y aquellas efectivamente
realizadas. Por último, en base al material expuesto se plantean diversas recomendaciones para la gestión.
Contexto
El Arroyo Pando cuenta con un área de cuenca de 974 km2 y un caudal medio de 10,9 m3/s. En base a un estudio
de profundidad realizado por Gutiérrez en el año 2002 (figura 2), se observa que el cauce tiene su mayor
profundidad hacia el balneario Neptunia. En la margen Este de su desembocadura, recibe al Arroyo Tropa Vieja con
un área de cuenca de 78 km2 y un caudal medio de 0,88 m3/s (Medina & Jackson, 1980), que drena las aguas
de la Laguna del Cisne.
En el área se pueden individualizar a ambas márgenes del Arroyo Pando dos balnearios: Neptunia y El Pinar.
Neptunia está situado en el kilómetro 36 de la ruta interbalnearia, al Este de la desembocadura. La parte más
amplia del balneario se extiende entre el sur de la ruta y la costa con el Río de la Plata. Le cruza el Arroyo Tropa
Vieja que desemboca en el Arroyo Pando un poco antes de la barra de este último. La playa está comprendida por
algo más de 200 m de ancho, entre la desembocadura del Arroyo Pando y la Avenida de Los Pinos (figura 1) y en
la actualidad carece de cordón dunar o duna primaria. Por detrás se encuentra la urbanización y en algunos casos
existen defensas rígidas de cara al arroyo.
El Pinar, ubicado en el kilómetro 30 de la ruta interbalnearia se sitúa en la margen Oeste del arroyo.
Estructuralmente es una barra, conformando una playa de arena fina que debe su formación por causa del dominio
del viento. Presenta un cordón dunar discontinuo, y por detrás del mismo existe un sistema complejo que incluye
dunas y formas erosivas, como las depresiones causadas por la erosión del viento, cuyo origen generalmente es
una perturbación original que provoca la pérdida de la vegetación que protege la formación dunar (conocido como
blowout).
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Figura 1. Área de estudio y zonas vulnerables a la erosión
Fuente: Goso & Mesa, 2009.
Aspectos geomorfológicos de interés
El tamaño de arena (granulometría) de las playas El Pinar-Neptunia es similar; de arena fina a media, proveniente
de la deriva del Este y siendo recirculada parcialmente en la desembocadura del Arroyo Pando entre las dunas del
arroyo y la playa. En el tramo de playa de El Pinar, la arena es ligeramente más gruesa hacia la zona de playa más
alta (berma), en tanto en Neptunia no varía sustancialmente la granulometría por la posición.
En la actualidad el ambiente costero típico en gran medida ha quedado convertido en una estrecha franja sobre la
costa, bordeada por la urbanización y los bosques, donde existen remanentes de los médanos, con una mayor
cobertura vegetal y presencia de arbustos introducidos. Como testigos de la vieja extensión de los campos de
arena quedan algunos remanentes de dunas y bañados, sobre el Arroyo Pando al norte de la Avenida Gianattasio.
El ángulo que forman las olas con la línea de costa de una playa dada determina parte de la dirección del
transporte de sedimentos en la misma. En particular, para El Pinar la orientación de la playa en la actualidad es de
29,5º respecto a la horizontal, lo que implica que las olas de mar de fondo (swell) lleguen en ese tramo casi
paralelas a la costa (las olas de mar de fondo tienen una orientación promedio para la costa de 30,5º respecto a
la horizontal) y por tanto el transporte de sedimentos a lo largo de la playa sea poco significativo, en dirección
Este. En cambio, en el tramo de playa de Neptunia la orientación de la playa varía a 26º, lo que implica que las
olas de mar de fondo lleguen con cierta inclinación a la costa y por tanto se produzca una aceleración del tránsito
de sedimentos en dirección Oeste (ver figura 3).
Por delante de lo que es la ubicación predominante de la desembocadura, acorde a la serie histórica de
información analizada, en el Río de la Plata existe un potente depósito arenoso con un piso consolidado de rocas
sedimentarias y/o barros estuarinos que conforman un bajo fondo, con una estructura similar a la de un abanico
aluvial. Estudios sobre capacidad de transporte del Río de la Plata determinan que no existe la capacidad para
transportar sedimentos de tipo roca sedimentaria y barros estuarinos por parte del río, por lo que los aportes por
esta vía serían insignificantes (Gutiérrez & Panario, 2005).
Desde el punto de vista geomorfológico el área corresponde a la macrozona denominada Planicie Platense,
caracterizada por su topografía baja de llanura de origen sedimentario con extensos depósitos de arena. La costa
presenta un trazado costero cuasi-rectilíneo. Las geoformas predominantes son los cordones arenosos asociados
con la zona costera y la franja de playa arenosa cercana al agua. Es de destacar también la presencia de una barra
o flecha arenosa en la desembocadura del Arroyo Pando (Aguirre et al., 2001).
La orientación general del Arroyo Pando desde sus nacientes es Norte-Sur, teniendo actualmente su último tramo
una dirección Oeste Noroeste---Este Sureste. Esta dirección se explica por dos causas: el efecto eólico de los
vientos del Suroeste que desplazan las dunas móviles, interceptando el curso del arroyo sobre la playa; el efecto
del oleaje de los temporales del Suroeste, que llega con un ángulo de incidencia importante sobre la costa (MTOP,
1979). Su curso tiene un ancho máximo de 320 m a 1.200 m de la desembocadura; sin embargo y como muestra
de su dinamismo, la desembocadura tiene actualmente un ancho de 88 m (medidas realizadas sobre imagen
Google Earth 2014). Además, su boca ha variado, entre un máximo de 597 m para junio del año 2000 y un
mínimo de 22m según foto aérea de mayo de 1937. Se conoce también, a partir de una carta del año 1789 (ver
2
figura 5), que en el tramo final del arroyo se formaba una laguna que no tenía conexión con el Río de la Plata.
Adicionalmente, existen versiones de cierre de la boca, las que no han podido ser documentadas.
Figura 2. Diagrama de profundidad del Arroyo Pando
Fuente: Gutiérrez, 2010.
Dinámica costera general
La zona costera es una superficie dinámica. Se caracteriza por ser una zona de amortiguación entre la tierra y el
mar, apreciada por su belleza y como lugar de recreación y esparcimiento. Las playas son excelentes sistemas
naturales de defensa de la costa (por ejemplo, ante eventuales temporales o cambios en el nivel del mar). En
situaciones de tormenta, las playas tienen la capacidad de clasificar los sedimentos, modificando la pendiente de
playa, siendo las dunas el último componente natural capaz de disipar la energía de la ola e impedir que ésta
avance hacia el territorio.
En particular, la forma de una playa en un momento dado es función de las características del sedimento (arenas,
cantos rodados, entre otros), de las condiciones de oleaje y de vientos, así como de su forma previa; a largo plazo
deberá presentar una tendencia a un cierto estado, que dependerá en mayor medida a las condiciones de oleaje.
Sin embargo, dependiendo de los factores que predominen en un momento dado (por ejemplo durante
temporales), la playa tomará circunstancialmente la forma que mejor se adapte a esas condiciones (Castro,
2006).
Para entender entonces esta situación dinámica, a continuación se mencionan y luego se describen las posibles
fuentes de arena y los flujos que permiten la conformación de una playa, tal como puede observarse en el
diagrama (figura 3). Posteriormente se complementa el análisis con información sobre la dinámica del transporte
de sedimentos para el caso concreto de la zona de estudio.
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Fuentes de aporte de sedimentos costeros
Las fuentes posibles de arena para una playa en general pueden resumirse en: las altas cuencas fluviales; los
campos de dunas y playas sumergidas durante la última transgresión marina (actual); el reciclaje de cordones
dunares por la acción combinada del viento y/o las olas durante las tormentas; la recirculación de arena desde las
dunas a los tramos finales de los ríos, y de estos al mar; el desgaste de acantilados y puntas rocosas; y
finalmente, el tránsito de sedimentos entre playas más o menos contiguas (Panario & Gutierrez,2006).
Figura 3. Diagrama de circulación de arena sobre foto aérea de marzo 1943.
La rosa de los Vientos indica en gris aquellos con capacidad de movilizarla.
Fuente: Gutiérrez, 2010.
Altas cuencas fluviales. La arena proveniente de la misma, no es significativa en este caso, por quedar retenida en
el vaso de la represa de El Pinar, y antes de la canalización del Arroyo Pando (a principios del Siglo XX) en el
humedal.
Los campos de dunas y playas sumergidas durante la última transgresión marina (actual). Este arco de playa,
como la mayoría de los del Río de la Plata, presenta en su playa subacuática, luego de una estrecha franja de
sedimentos arenosos disponibles, un piso consolidado de rocas sedimentarias y/o barros estuarinos, por tanto, no
ingresan cantidades significativas de arena proveniente de la plataforma.
El reciclaje de cordones dunares por la acción combinada del viento y/o las olas durante las tormentas. La
recirculación de arena entre el cordón dunar y la playa durante los eventos de tormenta, es significativa donde
estos aún están más conservados, pero diversas intervenciones han tendido a dañarlos.
La recirculación de arena desde las dunas a los tramos finales de los ríos, y de estos al mar. Al igual que la
anterior constituye una fuente importante de sedimentos para el mantenimiento de la línea de costa. Este
transporte al pasar del tiempo, fue interrumpiéndose por la forestación y urbanización de la zona quedando hoy lo
aportado exclusivamente en el tramo de la barra, que con una longitud modal estimada en 800 m aportaría
estimadamente un máximo de 32.000 m3/año.
El desgaste de acantilados y puntas rocosas. El Balneario de Atlántida (11 km al Este) presenta un importante
acantilado con una playa de arena por delante. El continuo proceso erosivo de esta zona genera materiales
sedimentarios que se transportan por efecto de la deriva litoral hacia las zonas cercanas ubicadas al Oeste. Si bien
se desconoce certeramente los volúmenes de arena que llegarían a Neptunia por esta vía, puede pensarse que
han contribuido significativamente en el mantenimiento del ancho de la playa al Este del balneario, no obstante no
han resultado suficientes para producir el mismo efecto a la altura de la desembocadura del Arroyo Pando.
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Además debe considerarse el efecto de retención de arena que en Atlántida producen los espigones instalados en
la década del 70, así como la pérdida hacia el interior del río producto de las corrientes de retorno que generan.
En resumen, estos efectos han mermado la cantidad de aportes que podrían provenir desde esa zona hacia
Neptunia (Panario & Gutierrez, 2006)
El tránsito de sedimentos entre playas más o menos contiguas. Para el Balneario de Neptunia la arena en
movimiento entre playas cercanas está dominada por la componente Oeste de la deriva, y puede estimarse (de no
mediar falta de sedimentos en tránsito) en un orden de magnitud de las decenas de miles de metros cúbicos por
año MTOP, 1979; IMFIA, 1998).
Transporte de sedimentos costeros
En lo que respecta a los procesos físicos de transporte de sedimentos a continuación se describe el transporte de
arena afectado principalmente por acción del oleaje y el viento.
En general en el área de influencia del Río de la Plata los vientos predominantes soplan del Este-Noreste durante
el verano y del sector Oeste durante el invierno. La primavera presenta características similares al verano, pero con
vientos menos intensos, mientras que en el otoño los vientos son relativamente débiles, presentando una alta
variabilidad espacial en su dirección. Por otra parte, y sobre la base de observaciones proporcionadas por la
estación Pontón Recalada (ubicada en el Río de la Plata, enfrente a la costa Este de Montevideo) durante el
período 1959-1992 se señala un predominio de vientos hacia la costa (Este, Sureste y Noreste) en primaveraverano y frecuencias de vientos similares en todas las direcciones en otoño-invierno (FREPLATA, 2004).
En esta zona existen dos derivas contrarias que se producen con alturas diferentes sobre el nivel medio de mar.
Los temporales del Suroeste producen una berma alta que recuesta las vías de drenaje contra la costa y las orienta
al Este. Luego, cuando se vuelve a la situación normal, la deriva se invierte pero con menor energía de ola,
generando una berma más baja y ubicada por delante de la anterior, lo que suele orientar nuevamente la
desembocadura en dirección Oeste (figura 4) (Costa, 2000).
Otro proceso el cual tiene un rol importante en la dinámica de la zona es el desagüe del Arroyo Pando en la costa
del Río de la Plata. La importancia tiene varias facetas pero interesa destacar ahora dos de ellas: una, la
interferencia con el transporte longitudinal de arena y, la segunda, el aporte de arena desde el continente. Para el
flujo de arena que circula a lo largo de la costa, la presencia de la corriente del arroyo actúa como una
interrupción, de mayor o menor entidad según el caudal que desagua el arroyo. Ello induce entonces a que parte
de la arena que estaba siendo transportada a lo largo de la costa se deposite al encontrarse con la corriente del
arroyo. Además, la corriente del arroyo traslada arena del cauce del mismo hacia la costa, reponiendo arena que
sale del sistema costero, proceso importante a los efectos del balance de arena en el tramo de costa que se
detalla más adelante.
La interrupción de la corriente litoral por el caudal del arroyo da lugar a lo que se puede denominar el ciclo de
crecimiento y corte de la flecha del arroyo. Este proceso es natural y se da en todas las desembocaduras en costas
con transporte de arena significativo. Consiste esencialmente en el aumento progresivo del largo de la flecha por
aportes de sedimentos. Ese crecimiento de la cantidad de arena significa un aumento del largo del arroyo; ello
hace que para el arroyo sea cada vez más difícil desaguar y por ello, en un punto dado, se precisa un nivel cada
vez más alto que permita que el agua fluya. Este proceso continúa hasta que llega un momento en que la flecha es
tan larga y el arroyo ha crecido tanto, que se produce una brecha cerca de donde estaba el desagüe al principio
del proceso, producto de las corrientes de retorno durante el período de creciente (MTOP; 1979). En el momento
que se produce el corte de la barra, el desagüe pasa a realizarse en el nuevo punto. La rama más larga (anterior
desagüe del arroyo) deja de contar con el caudal del arroyo y se genera una pequeña laguna que luego
progresivamente la dinámica de la costa (mar y viento) ‘‘rellena’’ (ver figura 5) (Costa, 2000).
La margen Este del arroyo Pando es un caso muy particular en cuanto al transporte transversal de arena. En tiempo
normal (sin tormenta) el oleaje prácticamente no llega a la margen Este por lo que la margen está conformada por
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el comportamiento del arroyo. En tiempos de tormenta, en cambio, la margen Este se ve sometida al oleaje de la
tormenta por lo que se dará el proceso de transporte transversal. Sólo que en este caso, la erosión consiguiente a
ese proceso en lugar de producirse sobre una costa con dunas que proveen el material, se produce sobre el borde
de la urbanización en un borde escarpado. Por otro lado, el proceso de recuperación deposita la arena que fuera
erosionada de la margen en la costa del Río de la Plata y no al pie de la misma. La dinámica natural de la costa
hace que esa arena sea redistribuida a lo largo de todo el arco de playa. Resulta entonces que la imposibilidad de
reconstruir el borde escarpado de la urbanización y la ‘‘pérdida’’ de material, hace que la erosión por la tormenta
se revierta sólo en una pequeña proporción, contrariamente a la situación normal.
Figura 4. Esquema de los procesos de transporte transversal de arena en la zona de estudio.
A) Movimiento neto de arena con vientos del sector Suroeste. B) Movimiento neto de arena.
A
B
Fuente: Ecoplata, 2014.
El último proceso particular de la zona que se describirá, mitiga algunos aspectos negativos del proceso recién
descrito. En efecto, el transporte de arena por el viento desde la flecha hacia el arroyo por los vientos más
efectivos para transportarla (combinación de frecuencia e intensidad), mueve arena desde la costa del Río de la
Plata y la vuelca en el arroyo. Este transporte es muy difícil de cuantificar en forma real pero, como se verá más
adelante, existen evidencias que este proceso tiene cierta relevancia.
Finalmente para entender cómo todos estos procesos se combinan en la costa es de utilidad la observación de
una serie de fotos aéreas, algunas de las cuales están contenidas en el informe final del proyecto ‘‘Conservación y
Mejora de Playas’’ (MTOP, 1979) y otras son más recientes. El análisis de estas fotos (figura 4) resulta útil pero
debe tenerse en cuenta al extraer conclusiones, que se desconoce el nivel del mar en cada una de las fotos, el que
depende de las condiciones meteorológicas.
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Figura5. Variaciones en la forma de la desembocadura del Arroyo Pando
Fuente: López Laborde, Informe Freplata, 2003.
Del análisis de las fotos se aprecia claramente el ciclo de crecimiento y de corte de la flecha del arroyo,
mencionado con anterioridad. Llevando las fotos a una misma escala, puede verse que en el conjunto y con fotos
separadas en el tiempo hay una tendencia sostenida a que la flecha no sólo crece y se corta sino que también se
desplaza lentamente hacia el continente. Se puede interpretar el conjunto como que la flecha del arroyo está
desplazando el cauce del mismo hacia el continente y por ello sobre la urbanización. Si se analiza el proceso
desde el punto de vista hidráulico, se puede concluir que llegado un punto el progreso se revertiría de una manera
similar a la que se produce el corte de la flecha, pero la determinación de cuál es ese punto es bastante compleja
y requeriría un complejo estudio de la desembocadura (Laborde, 2003).
Historia de los procesos en la desembocadura del Arroyo Pando
Tal como se inició en el apartado anterior, seguidamente se presenta un análisis en detalle de los distintos hitos
relacionados con la dinámica morfológica de la costa en la desembocadura del Arroyo Pando. Para ello primero se
enumeran y describen los cambios en los usos del suelo que han tenido cierta incidencia en la dinámica particular
del Arroyo Pando. Luego se cuantifican los procesos de ganancia y pérdida de costa, tanto en superficie como en
cambios de línea de costa; y finalmente, se hace foco en la variable del crecimiento urbano, como factor de
cambio estructural, en todo el proceso.
Usos del suelo y cambios en la dinámica costera
Según cartografía de 1789 (figura 6) y por tradición oral puede inferirse que la barra para esta fecha estaba
cerrada, siendo la carta la primera información objetiva de ello. Se infiere que este cierre del arroyo podría deberse
a las condiciones climáticas de la época (más frío y seco que lo actual, con mayor frecuencia de vientos del sector
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suroeste) que afectarían de cierta forma la componente de la deriva (de Oeste a Este para este sector) (Figura 4B)
(Gutiérrez, 2010).
Hasta comienzos de la década de 1920, el Arroyo Pando, desembocaba en un humedal conformado por la
colmatación de otra laguna de mayor dimensión ubicada aguas arriba de la anterior, y luego desaguaba en el Río
de la Plata, por el canal conocido como Pando del Plata. Entre 1912 y 1920, el humedal fue canalizado y el arroyo
represado para mantener la altura del pelo de agua. Esta intervención provocó un cambio significativo en la
hidrología del canal que perdió el poder regulador de un humedal de 900 hectáreas y por tanto pasó a ser
dominado por la deriva litoral, entre pulsaciones de crecidas producidas por precipitaciones torrenciales.
Figura 6. Carta del año 1789. Puede verse la formación de una laguna
en la desembocadura del Arroyo Pando
Fuente: Gutiérrez, 2010.
Los cambios pueden deberse a una serie de modificaciones que ha sufrido el sistema desde comienzos de la
década de 1920, que no pueden explicar los procesos observados si se toman por separado; ellas son:
1) El Río de la Plata, entre 1902 y el 2000, ha ascendido en 9,3 cm su nivel medio debido al aumento de
caudales de sus tributarios y de cambios en el régimen de vientos (Forbes, 2003). Desde el punto de vista de la
variación de la línea de costa, dado que no se observan retrocesos en todas las playas estudiadas (incluso en
zonas cercanas), aunque no pueda descartarse algún efecto, claramente no es esa la forzante principal.
2) A partir de 1943 puede observarse una activa forestación con especies exóticas del género Pinus Y Eucaliptus
en sistemas dunares de área de estudio, incluso sobre el propio cordón dunar. Los árboles de gran tamaño, como
producen un reparo delante de ellos con respecto al viento, condujeron a la formación de nuevos cordones por
delante, generando un nuevo espacio que también fue forestado. Este proceso redundó en que se programara
urbanizar, lo que con anterioridad era playa.
3) La desecación del humedal entre 1912 y 1920 hizo perder regularidad al flujo del arroyo, por lo cual
comenzaron a formarse en la desembocadura, dos barras arenosas con direcciones opuestas, respondiendo a
direcciones también contrarias de la deriva, debidas a que la altura del nivel del mar difiere según la dirección del
viento. En efecto, cuando la deriva es hacia el Este, respondiendo a vientos del Sur o Suroeste, la barra que se
proyecta a partir de la margen Oeste, avanza en dirección Este, con un perfil transversal de mayor pendiente y
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conformando una playa más angosta. El mar de fondo (swell), luego reconstruye una segunda barra desde la
margen Este, en dirección Oeste, por delante de la anterior, de menor altura y pendiente, obligando al arroyo a
generar una curva (meandro) en la propia playa (figura 4).
Figura 7. Cambios en superficie y línea
de costa. La línea negra gruesa señala la
línea de base de mayo de 2002. El área
rayada muestra la posición de la
desembocadura del Aº Pando para el año
1928. Por debajo, en color sólido gris claro
se presenta el área que para el año 1951
se encontraba situada por delante de la
línea de costa actual y sobre la playa de
Neptunia en color gris oscuro se indica la
zona que para 1951 se posicionaba por
detrás.
Fuente: Gutiérrez, 2010.
Luego de los dos cambios más importantes para la zona (desecación del humedal y urbanización) en cuanto a los
efectos producidos en la reconfiguración de la costa, en 1971 la desembocadura tuvo un corrimiento máximo
hacia el Este de 1500 m aproximadamente, donde ya existía fraccionamiento y ocupación sobre médanos
costeros. En esta misma década, la Dirección Nacional de Hidrografía (DNH) hizo un intento por rectificar la
desembocadura, con la instalación de un dique de intersección del curso, y apertura directa hacia el mar. Esta
acción no tuvo mucho éxito, ya que en pocos meses los efectos de temporales destruyeron la obra y se cerró la
salida artificial (MTOP, 1979).
En este mismo tiempo, en Atlántida, fue impulsada por el MTOP la construcción de espigones desde comienzos de
los años 70 hasta la década de los 80. A partir de 1982, comienzan las migraciones frecuentes y de mayor
magnitud en el desplazamiento de la desembocadura. Estas pueden relacionarse sobre todo con el déficit de
arena que sufrió el arco de playa ubicado al Este y que podrían explicarse por el efecto de la construcción de los
espigones de Atlántida y el efecto de interrupción de la deriva que estaría dejando sentir sus efectos retardados.
A partir del año 1984 hubo un avance de la costa en la desembocadura del Arroyo Pando posterior al año de
ocurrencia de un evento de El Niño fuerte (Severov et al., 2004), factor que podría explicar, al menos en parte, el
proceso de crecimiento de playa en la zona hasta mediados los años 90 (ver diferencia entre años 78 y 97 en
figura 8).
Luego, a comienzos de la década de 1990, se autorizó la extracción de arena de las dunas ubicadas en la propia
barra ubicada al Este de la desembocadura, la cual se realizó en algunos sitios hasta tal profundidad que en
superficie afloraba el agua subterránea. A partir del año 1995, comienza otro fuerte retroceso atribuible al menos
en parte a la extracción de arena de la barra y procesos asociados (blowouts). Este evento volvió a tener la misma
intensidad erosiva (velocidad de pérdida de playa) que se aproxima a la del período de máxima pérdida entre
1951 y 1967 (ver diferencia en línea de costa entre 1997 y 2014 en figura 8).
Cuantificación de cambios en la superficie de playa y línea de costa. Discusión de resultados
Si bien las migraciones de las desembocaduras son procesos naturales, muchas veces estos procesos, se
retroalimentan con las intervenciones antrópicas. De la comparación de las imágenes y cartografía existente desde
1928 al presente, puede apreciarse un retroceso de 480 m de la línea de costa de la playa de El Pinar; aunque
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este retroceso se hace notorio y persistente a partir de 1950. Además, la orientación del tramo inferior del Pando
que entre 1928 y 1936 era Norte-Sur, ya en 1943 se había comenzado a desplazar contrariamente a lo que era
dable esperar, hacia el Este, en dirección contraria a la deriva litoral predominante, la que a partir de La Paloma
hacia el Oeste, es Este-Oeste. Los desplazamientos de la desembocadura hacia el Este, con posterioridad al año
1937, comienzan quizá como efecto retardado del drenaje del humedal ya mencionado con anterioridad.
Según estudios realizados por Gutiérrez y Panario en el 2005, en el registro de las variaciones de El Pinar se puede
observar que se han perdido 68 ha de playa en el transcurso del período 1928-2002, para un frente de playa de
3.220 m de longitud. Este valor adquiere importante relevancia conociendo que para el año 2013 la costa de
Canelones presentaba en su totalidad un aproximado de 55 ha de arenas libres. Esto indicaría para dicho período,
una pérdida de 21,24 ha/km, a una tasa de 0.3 ha/km/año. Sin embargo, si se observa dicha pérdida por
períodos, esta fue de 0,35 ha/año entre 1928 y 1951, donde a fin de este período el tramo inferior del Arroyo
Pando se comenzaba a desplazar hacia el Este, en dirección contraria a la deriva predominante de dirección EsteOeste. Luego se acelera con un promedio de pérdida de 2,44 ha/año hasta 1967. Entre 1967 y 1978 desciende a
1,10 ha/año. Entre 1980 y 1982 se produce una recuperación del sistema que lo mantiene sin pérdidas
significativas hasta 1995, y luego se acelera nuevamente entre 1995 y el 2002, con una tasa promedio de 2,03
ha/año (figura 6), lo que origina directamente un impacto importante por pérdida de territorio, sobre todo del
balneario Neptunia.
En la siguiente imagen pueden visualizarse algunas de las variaciones de la línea de costa que se mencionaban
anteriormente, incluso con información actualizada para el año 2014. Nótese que el mayor retroceso de la línea de
costa para la parte de la desembocadura en Neptunia (las tres manzanas costaneras al arroyo Pando) es de
aproximadamente 140 metros desde la posición en el año 1971 al año 1978 y de unos 70 metros desde el año
1997 al 2014.
Figura 8. Posición de líneas de costa para años seleccionados, sobre imagen Google Earth 2014
Fuente: Ecoplata, 2014.
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Por último y considerando estos estudios que cuantifican la pérdida de sedimentos en el área de la
desembocadura del Arroyo Pando, es de resaltar la importancia de los aportes de los sistemas dunares al ciclo de
la arena y a la conservación de las playas aledañas a las desembocaduras, así como también sus presumibles
efectos en otras playas ubicadas en la dirección de la deriva litoral.
Crecimiento urbano
El crecimiento de la ciudad en zonas costeras afecta particularmente la dinámica de este sistema por razones que
ya se han desarrollado. Seguidamente se presentan datos para el área que confirman y cuantifican el nivel de las
presiones a las que se hace referencia, como forma de internalizar la importancia del proceso urbano en las
variaciones costeras y, eventualmente, promover medidas que tiendan a reducir tales presiones.
Cuadro 1. Variación de la población El Pinar y Neptunia en el período 1963-2011.
El Pinar
Población
Viviendas
1963
405
839
1975
1874
2112
1985
3479
2699
1996
10383
4562
2004
17221
7304
2011
21091
8276
Neptunia
Población
Viviendas
1963
75
278
1975
368
752
1985
743
817
1996
2050
1246
2004
3554
2028
2011
4774
2366
Fuente: Instituto Nacional de Estadística (INE)
El Pinar surge como localidad de origen balneario aislado, pero actualmente está integrado a la conurbación
Ciudad de la Costa, considerada la primera corona metropolitana de Canelones (Presidencia, 2007). La particular
forma de crecimiento de la ciudad, deriva de la actuación independiente de promotores y urbanizadores privados
en la construcción de balnearios que no formaban parte de un plan global e integrador. Es la principal causa de las
debilidades actuales de la ciudad desde el punto de vista urbanístico.
A partir del crecimiento vertiginoso de la ciudad y en ausencia de un marco regulador acorde a la atención de
temas ambientales, se admitieron fraccionamientos en la faja costera (sector El Pinar) sobre el cordón dunar.
Además, debido al corrimiento del Arroyo Pando y a causa de los movimientos naturales de las dunas, algunas
construcciones sufren el avance de la arena quedando en muchos casos inaccesibles (Costaplan, 2010). Esto
provocó que las arenas libres tuvieran un descenso marcado de superficie para su circulación y reposición dentro
del sistema.
La población en El Pinar ha aumentado de forma constante y significativa, creciendo de 3.479 habitantes en el
año 1985 a 21.091 en el año 2011. De la misma manera el Balneario Neptunia ha tenido un crecimiento de
población de 743 habitantes en 1985 a 4.774 habitantes en el 2011; si bien la población en ese período tiene
una tasa de crecimiento positiva, es menor a la del Balneario El Pinar (Instituto Nacional de Estadística, 2011).
En este marco de crecimiento urbano y particular dinámica costera, según la zonificación planteada en el
Costaplan, la margen Oeste del Arroyo Pando está categorizada como zona de recuperación ambiental (ZRA). Esto
implica la elaboración de Planes Parciales para su recuperación y gestión, que para el caso de los arroyos
contempla la gestión conjunta de ambas márgenes y adopta el criterio de gestión de cuenca.
Complementariamente, las dunas de Pinar Sur también se consideran en el Costaplan como ZRA.
11
Diagnósticos realizados
El problema de erosión de la margen Este en la desembocadura del arroyo Pando se encuentra planteado desde
hace un tiempo considerable. Ya en la Ley de Presupuesto del año 1967 se asignó al Ministerio de Obras Públicas
una partida para realizar obras en la desembocadura del Arroyo Pando (partida que nunca fue ejecutada).
A lo largo del tiempo el tema ha sido recurrentemente planteado, básicamente por los vecinos. Éstos han
reclamado soluciones muchas de las cuales carecían de sustento técnico adecuado. En el año 1997, ante un
nuevo reclamo de soluciones, el MTOP tomó la iniciativa de formar un Grupo de Trabajo Interministerial (GTI) y de
convocar a diversos actores para identificar soluciones. Asimismo, contrató una consultoría del Dr. Robert Dean
para analizar el problema. El resultado de todo ese proceso constituye un valioso antecedente. Las soluciones que
se plantearon en aquella oportunidad fueron presentadas en el año 2000 en un informe realizado para Ecoplata
por el ingeniero Andrés Saizar en el que se buscó identificar los aspectos positivos y negativos de las
intervenciones propuestas hasta la fecha (Saizar, 2000).
En dicha recopilación se tomaron las nueve soluciones tal como se plantearon en el informe del GTI que funcionó
en la órbita del MTOP, atendiendo solamente a los aspectos referidos a la erosión de la margen Este del Arroyo
Pando, y no al control de las inundaciones. Además se incluyeron dos soluciones propuestas por el consultor Dr.
Dean que no estaban exactamente incluidas en el informe del GTI. También se consideró apropiado para el análisis
la incorporación de la denominada opción cero (no hacer nada) y agregar una solución que no estaba planteada
en los trabajos anteriores.
En el informe presentado por Saizar, a los efectos de comparar las soluciones analizadas, se realizó una
categorización según 5 criterios generales, detallados a continuación: la efectividad (este criterio de evaluación
indica si se espera que la solución planteada mitigue la erosión en la margen Este del Arroyo Pando); la inversión
Inicial (este criterio mide la inversión inicial necesaria para implementar la solución); mantenimiento (mide la
necesidad de realizar mantenimiento a la solución analizada); el impacto ambiental negativo (valora los impactos
ambientales negativos de la solución); y la inferencia de percepción social (este criterio pretende estimar la
percepción social de la solución en función de los datos que se conocen).
De la aplicación de esa categorización Saizar toma en consideración las cuatro soluciones con mayor valoración
(de las once iniciales). Dichas soluciones consisten en:
Figura 9. Soluciones mejor ponderadas
según informe de Ecoplata realizado por
Andrés Saizar.
1) Se construye un elemento de cierre del cauce y se abre un nuevo
desagüe cortando la flecha del arroyo. La arena del dragado se deposita en
el cauce Este del elemento de cierre;
Fuente: EcoPlata, 2000.
Figura 9.1
2) Se draga un nuevo desagüe para el arroyo y se deposita la arena
cerrando la desembocadura actual;
12
Figura 9.2
3) Se construye una protección longitudinal (estructura flexible) sobre la
margen izquierda del Arroyo Pando. Se encauzan adecuadamente las
pluviales. Se encara la estabilización y recuperación de dunas en la costa
del Río de la Plata;
Figura 9.3
4) Apertura de un nuevo desagüe para el arroyo. La arena proveniente del
dragado, se depositará de tal manera que una parte cierre el cauce actual y
otra proteja la margen izquierda del arroyo. La apertura se complementa
con trabajos para recuperar la potencia de las dunas en la costa del Río de
la Plata y la reconformación del perfil de la costa. Periódicamente se
requiere el dragado de mantenimiento para controlar el desplazamiento de
la flecha hacia el continente.
En el trabajo analizado, el autor informa que para las primeras dos soluciones, se conocen antecedentes de
rectificación de desembocaduras sin resultados sostenibles, y que sin un estudio previo de viabilidad, es muy
probable que con el tiempo la desembocadura vuelva a tomar su configuración original, pudiendo generar efectos
no deseados en alguno de los márgenes del arroyo (como ya se mencionó para el Arroyo Pando, en la década del
70 se colocaron espigones en la zona que fueron destruidos por el efecto de tormentas).
Por su parte, la solución N°4 (figura 9.4) si bien responde al mismo criterio que las soluciones N°1 (figura 9.1) y
N°2 (figura 9.2) de abrir de forma artificial la desembocadura, se considera que también atiende aspectos
complementarios (interrumpir la salida de la desembocadura) que resultan en una mejor solución. En cambio la
solución N°3 (figura 9.3) responde a un criterio diferente, la protección directa de la margen Este del arroyo. Se
entiende que la implementación de esta solución para la mitigación de la erosión generaría profundidades
significativas cercanas a la orilla del arroyo y altas velocidades en el desagüe del mismo pasarían a formar parte
de ese ambiente. Se puede evaluar también que en esa margen ya existen diferentes tipos de protecciones
realizadas por los propietarios de los terrenos que al no ser unificadas generan una serie de puntos duros, que
perjudican las zonas aledañas a los mismos.
El autor del informe concluye que el mejor criterio de actuación consiste en desplazar el cauce hacia la costa,
revirtiendo el proceso de desplazamiento de la flecha hacia el norte. La solución Nº4 complementa ese criterio con
la recuperación y reconformación del perfil de la playa, lo que mejoraría la estabilidad de la solución, reduciendo la
probabilidad de erosión frente a un evento extremo. También permite, eventualmente, hacerla más segura aún
colocando protección de la urbanización dentro de las dunas de arena.
El informe termina analizando que debería someterse a consideración del resto de los actores en el proceso de
gestión integrada de la costa para sumar reparos y puntos de vista que lo enriquezcan, en conjunto con un estudio
de viabilidad y sustentabilidad de la acción a considerar. Es en este sentido que las valoraciones deben matizarse
con estudios de la zona que consideran otros antecedentes de carácter científico, los cuales, reinterpretadas a la
luz de los conocimientos actuales, brindan elementos de juicio suficientes para desaconsejar obras duras
(Gutiérrez, 2010).
13
Reseña de intervenciones realizadas
Considerando intervenciones puntuales realizadas en la zona, en el año 2005 la Intendencia de Canelones, en
coordinación con la Unidad Ciencias de Epigénesis (UNCIEP) de Facultad de Ciencias (UdelaR), realizó la
colocación de 300 m de cercas captoras en el Balneario Neptunia ubicadas desde la Avenida Los Pinos hacia la
desembocadura. Esta medida tuvo muy buenos resultados hasta que el drenaje pluvial de la Avenida destruyó las
cercas, que fueron luego repuestas. Asimismo, se realizaron reuniones con los vecinos de Pinamar (balneario al
Este de Neptunia) quienes entendían que un desvío de los pluviales de la Avenida de Los Pinos hacia zonas bajas
los perjudicaría. Con respecto a la red de drenaje de pluviales de la zona, la intendencia de Canelones (I de C) en
un informe realizado en el año 2007 señala que existe carencia de información técnica de base que permita
elaborar soluciones. A estos días la I de C tiene mayor conocimiento de la red de pluviales, está realizando obras
en Ciudad de la Costa y tiene proyectado continuar el trabajo en Costa de Oro, lo que permitiría incorporar y
evaluar aspectos ambientales para la gestión de esta zona vulnerable.
También entre los años 2006 y 2008 la Intendencia de Canelones trabajó en la recuperación dunar de El Pinar, en
la zona oeste de la playa, alejada de la desembocadura. Esta intervención contó con fuerte participación
ciudadana, junto con la ONG Luna Nueva y Comarca Costera. El proyecto consistió en la recuperación,
conservación y uso sustentable de las playas de El pinar y Solymar con el objetivo de contribuir a la preservación
de recursos costeros existentes y promocionar un manejo responsable de estos (GeoCanelones, 2009). Se
construyeron además escaleras elevadas de madera, como forma de acceso a la playa.
En 2012, la Unidad de Cambio Climático (UCC-MVOTMA) realizó un convenio con la Intendencia de Canelones
para realizar acciones de adaptación costera al cambio climático en el departamento de Canelones. En ese marco
se realizaron acciones de recuperación dunar a ambas márgenes del Arroyo Pando (El Pinar y Remanso de
Neptunia) entre otros. En este convenio se destacó la coordinación entre la Dirección General de Medio Ambiente
de la Intendencia de Canelones, el Programa Uruguay Trabaja del Ministerio de Desarrollo Social, los municipios
costeros, centros de educación secundaria, guardavidas y organizaciones locales de vecinos (UCC, 2013).
En marzo de 2014 Ecoplata realizó un relevamiento en la zona. Se observa que los problemas de erosión
continúan en la margen Este del Arroyo Pando, siendo agravada la situación por el aumento de precipitaciones
ocurrido en los meses de enero y febrero donde se observa pérdida de terreno sobre el arroyo. Por otra parte se
observa gran pérdida de sedimentos por las canalizaciones realizadas hacia la playa, donde por el aumento de
caudal se observa una alteración importante en el perfil de playa (ver anexo 1).
En mayo de 2014 la Intendencia comenzó un nuevo proceso de colocación de cercas captoras en Neptunia,
actualmente en trámite de autorización ambiental. También se está terminando un trabajo de desvió de pluviales
en una calle de Pinamar que reduciría el aporte a la Avenida de Los Pinos y disminuiría el caudal hacia la costa.
14
Recomendaciones
Para el caso concreto de la situación del Arroyo Pando, y en particular del Balneario Neptunia, a continuación se
plantean algunas medidas que contribuirían a la mitigación de los problemas de erosión
Como idea primaria no se recomienda, al menos en primera instancia, la apertura de la desembocadura hacia el
Oeste tal cual se ha planteado en diversas instancias. Esta medida por sí sola no generaría acumulación de arenas
en la margen de Neptunia, y expondría aún más la costa de este balneario a la acción directa del oleaje
proveniente del Río de la Plata.
Se propone en principio comenzar por la instalación de medidas blandas para recuperación de playa y protección
de la margen Este del arroyo. En concreto se podrían colocar cercas captoras de arena en la flecha de El Pinar para
evitar la voladura de arena hacia el arroyo que impulsa en parte el corrimiento del mismo hacia la costa de
Neptunia, evitando también que los temporales del SW no lleguen con tanta fuerza a golpear esa misma zona. La
colocación de cercas captoras del lado de Neptunia permitiría también recomponer arenas en esa zona y disminuir
el impacto del oleaje en general y, en particular del generado con los temporales del Sureste. De esta manera
también se evitaría la tendencia sostenida del desplazamiento de la flecha hacia el continente.
Se recomienda también la instalación de medidas propias para la defensa de la pérdida de terrenos en el margen
del Arroyo Pando, donde se contemple el conjunto de vecinos identificados por ésta pérdida, evitando las
intervenciones en sitios puntuales y las defensas rígidas.
Es importante continuar con el proceso de mejora de los desagües de pluviales manifestado por la intendencia de
Canelones (Gob. Canelones, 2007), para evitar los procesos erosivos provocados por las lluvias tanto en calles y
terrenos de particulares que derivan en el Arroyo Pando como en la playa de Neptunia, fundamentalmente evitar la
descarga única de Av. Los Pinos, la cual genera gran pérdida de arena cuando el canal de descarga aumenta su
caudal. Se recomienda también evitar las cañadas que desagotan en playas, provocando la pérdida de gran
cantidad de arena y, la elaboración de un plan de acción para actuar frente a posibles inundaciones que se
producen en la zona. Es fundamental jerarquizar el papel de los humedales costeros en estas situaciones de
emergencia, dado su rol en la amortiguación de los procesos de escorrentía hacia la playa y por lo tanto en la
reducción de pérdida de arena mediante estos procesos. Las aguas de los pluviales deberían dirigirse a éstos
humedales cuando no pueden ser derivados a puntos duros (ej. puntas rocosas) o al tramo inferior de vías de
drenaje.
Otro elemento a considerar podría ser la posibilidad y viabilidad de implementar medidas que disminuyan la fuerza
de las olas para esta zona. Una alternativa a evaluar podría ser la instalación de geotubos subacuáticos cerca de
la desembocadura.
Finalmente, cabe destacar que para que cualquier acción a considerar sea sustentable en el tiempo, debe tener
una fuerte participación de actores locales, tanto en la elección de la solución como en el seguimiento, para así
integrar diferentes consideraciones que lo enriquezcan, en conjunto con un estudio de viabilidad y sustentabilidad
técnica de la acción en cuestión.
15
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16
Anexo 1. Fotos tomadas de Neptunia (Marzo 2014)
Imagen 1. Margen Este del Arroyo Pando (Neptunia), defensas rígidas
para evitar la erosión de la calle.
Imagen 2. Margen Este del Arroyo Pando (Neptunia). Erosión en
calles por fuertes precipitaciones de los meses de enero y febrero.
Imagen 3. Desagüe hacia la playa de Neptunia
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Imagen 4. Desagüe hacia la playa de Neptunia.
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