notas previsorias sobrc "SIGNICIDAD'',* FABRILIDAD, PROCREACION Y primado de las infraestructuras Alberto M. Circse 1.— A texto laico, laica lectuni. Para no quedar sin fruto, la tematica que se reune bajo la etiqueta general de "antropologia y marxisnto", me parece que requiere ser articulada y subdividida, aun con riesgo de separaeiones bruscas, si por el momento no logramos hacerlo mejor, en una eerie variada de aspectos, niomentos. fases, niveles, etc., de los cuales veo de algun modo el conjunto, pero todavi'a no lo sabri'a inventariar y organizar sistematicamente. Me parece, sin embargo, que en el cuadro de las articulaciones, un lugar no secundario y tal vez urgente, toca al momento o aspecto "teorico", en euanto se distingue del aspecto inmediatamente "politico" (o "practico" si se entiende este adjetivo en un sentido limitado). Por esto en las paginas siguientes, trato de ocuparme de cosas claramente remotas de la actualidad y tam• 'Signicidad'en el texto italtano. Neologismo del autor para indicar lo que en otros lados llaman el "Universo del Signo" o de la Significacion. (Las notas del traductor se semlan con asteriscos). 97 Alberta M. Ctrese bien del debate mismo sobre antropologia y marxismo; aunque fragmentariamente y por apuntes., a manera de un primer sondeo. Mas bien, como una especie de ejercicio preliminar a la comprension). Asi que habn'a aido mejor dejar en el ambito privado consideraciones que requieren no solo maduraeiones y eomplementaciones, sino que ademas estan bastante fuera de mi competencia (que entre otras cosas no es la de un marxologo). Sin embargo, queda en posicion central la necesaria colegialidad de la operacion que se eumple y por esto hago publieo el inventario de las persuasiones, estimulos y problemas (y de las dudas: a texto laico, laica lectura) que me nacen privadamente mientras trato de medir mas de eerca la relevaneia etnoantropologiea de algunas posieiones marx-engelsianas. De heeho si la intencion es entender, son mas proveehosas las confirmaciones o refutaciones competentes que llegan euando se esta aim en el primer planteo (mas aun si empieza a ser tarde para que ''ganas y argumento'' puedan esperar un impulso no demasiado diverso proveniente de otra parte). 2.— Levi-Strauss y el Bncolage: dsignificar o servir? En las bien eonoeidas paginas del Pensamiento Salvale, Levi-Strauss asume como objeto de su observaeion (iparticipante?) el bricoleur: "Contemplemoslo en aceion: emoeionado por su proyecto, su primera aeeion practica es, sin embargo, retrospectiva: debe volverse haeia un conjunto ya constituido, compuesto de herramientas y de materiales; hacer, o rehacer, el inventario; por ultimo y sobre todo estableeer con el una suerte de dialogo, para liacer un repertorio, antes de elegir entre ellas, de las respuestas posibles que el eonjunto puede ofrecer al problema que el plantea, Todos estos objetos beteroelitos que constituyen su tesoro, son interrogados por el para comprender 98 "signicidad", fabriSdad. lo que cada uno de ellos podria "significar", contribuyendo de tal manera a definir un conjunto por realizar, pero que, finalniente, no diferira del conjunto instrumento tal, mas que por la disposicion interna de las partes'.i Bricoleur desde siempre, y por tanto, parte del objeto sometido a la observacion externa, me inclino a realizar la operacion inversa e interna: la de la participacion observante, si asi puedo llamarla. Y aparte de algunas reservas de las que no hablo, comparto la descripcion atras referida, solo con una condicion precisa: que no actiie nunca aquel imperceptible y misterioso polvo que en un cuento de Massimo Bontempelli, haci'a que los bombres fjiie eran "hijos de sus propias obras" exclamasen: "papa", tendiendo los brazos hacia los libros que liabian escrito. Fuera de bromas, quiero decir que absoiutamente nunca se tome al pie de la letra (o sea en sentido propio J reificado) lo que en el parrafo sobre el bricolage esta dicho mas o menos ambigua y sugestivamente en sentido traspuesto y metaforico. Mas descubierto y nierios riesgoso es, en efecto, el juego retorico qiie lleva a hablar de una "especie de dialogo" en el que el bricoleur "interroga", y busca o encuentra "respuestas". Que e\ interrogarse sobre las cosas sea presentado como un interrogar las cosas. ciertaniente desvi'a, y a fin de cuentas es banal, tal como lo es que el mas o nienos metaforico "'dialogar con uno mismo'' se vuelva ulteriorniente un didlogo con los objetos. Tampoco hay (jue temer demasiado el hablar de "respuestas", dado (|ue estas se han vuelto lugar eomun por lo menos desde que Dante hablo de la "forma" que non s accorda molte fiate all'mtenzion dellarte perch 'a risponder la materia e sorda* No concuerda muchas veces con la mtendon del arte porque para responder, la materia es sordo. 99 Alberto M. Cirese aunque hay que aclarar que en Dante, la materia ''sorda" para "responder" es vista ya en la fase en la que, sobre ella se ejeree un hacer praetico que la mariipula para doblegarla al propio "querer" en aecion, mientras que en los eitados renglones sobre el bricolage, la fase que se considera es todavia cognoseitivo-teorico en la que (nos) preguntamos que tipo de "operar" eonsienten, soportan o nos sugieren los objetos y utensilios ("hablando" si se quiere, pero solo en el sentido que, siendo lo que son y no otra eosa ofreeen tal o eual posibilidad o re^istencia, en el euadro de tal o eual proposito y de tal o eual eondieion teenologiea o similar). Pero mas alia de esta aniniacion que faiitasticamente casi da '"vida" y "habla" a las eosas, nmeho mas grave, resulta eualquier deslizamiento en el easo del termino ''significar": no por easualidad en el texto esta metafora mas osada esta encerrada entre eomillas (ellas si, verdaderamente significafivas). Y si no se toma rigiirosamente en euenta su discriminatoria presencia, la experiencia directa del bricolage se \nelve renuente a la deseripeion levistraussiana: ya que lo que se me oeurre preguntarme, como/ir/coleur, no es por cierto que cosa puedan significar o decir los objetos e instrumentos, sino para que cosa pueden servir, o que cosas permiten hacer. ^Sutilezas?. Pero son precisamente las que se necesitan para un texto tan sutil; solamente un tenue trazo grafieo divide '"significar", entre eomillas y alusivo, de significar, sin eomillas y real; basta un simple vacilar de la atencion critiea, para que en el texto o en sus derivaciones aquel trazo desaparezca. Y asi el mundo entero (no solo el bricolage) va eambiando de cara; se esfunta y desvanece la distincion entre "dar o tener un significado" y "haeer o ser un producto": Toda la realidad tiende a reducirse, o se reduce, a la sola esfera de los signos (si gni fie antes de significados, o sigriificados de significantes); y con esto el universo (o la naturaleza y simila100 * "signicidad", fabrilidad, . . res) resulta bumananiente ordenable y ordenado solo por medio de la semiosis y prescindiendo de la fabrilidad. Se levanta, eada vez mas espesa, la bruma del pansemiotismo. Es probable, respirandola, dar un nuevo paso: que se vuelva molcsta ineluso aquella dualidad entre significante y signifieado que es constitutiva del signo, y que por eso algunos busquen (^Lacan?, ^Baudrillard?) desenibarazarse inclusive de los significados. De tal manera que el signifieante, privado de su eonsubstancial segundo termino eorrelativo, se vuelve necesarianiente etereo: como una boja earente de una de sus caras, o eomo lo "doble" sin "la mitad" el generante sin generado, el amo sin siervos o el sirvo sin anios. No quiero aqui examinar si estas trarisgresiones hayan oeurrido, ni euantas veces, ni donde, ni por cierto dire que sean ineluetables. Para lo que intento haeer, es sufieiente que sean al menos posibles: Si en efecto lo son, como de hoeho sucede. debemos evaluar la aeeptabilidad de ellas. Y si las rechazamos, tcndremos que eliminar su posibilidad, quitando lo quo la genera. Sobre la inaeeptabilidad, ya habla claramente cl simple "buen sentido" (que no es cascajo o divulgaeion trillada de pcnsamientos ya pensados, sino por el contrario es un tipo de saber inmediato, reflejo o representacion de experiencias directas, subjetiva e intersubjetivamente constantes y no desmentidas. F,n efecto, es verdad que "no solo de pan se vive", pero sin pan ;que pasaria?. Y si es verdad que muy a menudo, o easi siempre, tambien el "ojo quiere su parte", ^hubo algtjna vez algitien que, en el mundo humano, pudo dtirar muclio contentandose solamente con la parte del ojo?. El buen sentido es burdo, (atmque no mucho, dado que, sin confusiones panseniiotieas, ya por si mismo reconoee que tambien al ojo lc toea su parte). Tiene que ser sometido a la eritica (aunque ""significar", entre eo101 Alberto M. Cirete millas, en lugar de servir, franco y directo, no es criticable ya que habla solo de manera alusiva y equi'voca de aquella 'signicidad' que realmente es inherente a la fabhlidad y que el buen sentido por su cuenta ya directamente proelama). Pero no es solamente euestion de simple buen sentido. Despues de un cierto nuniero de paginas de distancia del parrafo sobre el bricolage que fue nuestro punto de partida, Levi-Strauss declara no poner en duda "el ineontestable primado de las infraestrueturas" con evidente y explicita referenda al marxismo. Al querer hacer la exegesis levistraussiana, habna mucbo que deeir. Se podri'a en efeeto, asignar un valor determinante a aqueUa declaracion de incontestabilidad (aun efectuada en forma easi de li'tote) y se podria despue,8 utilizarla como baluarte en contra de cualquier deslizamiento interno o externo hacia la panseniiotica. 0 podri'amos por el contrario, dirigirnos en sentido inverso, subrayando eomo la forma oscura de aquel reconocimiento deja las cosas bastante indeterminadas, e incluso tiende a infundir una opinion contraria a aquella que verbalmente declara, etc. Y por una o por otra solucion nos podriamos alegrar o al contrario doler, segun los puntos de vista y las direcciones apologeticas o eri'ticas de las cuales partimos, etc. Pero aqui es suficiente la siguiente observacion banal: en el caso bipotetico de que se tome verdaderamente en serio el primado de las infraestructuras, no solo se bace inaeeptable cualquier deslizamiento pansemiotico, sino que resulta superfluo y nocivo (por ser ambiguamente alusivo) el uso nietaforico de "'significar'^ en lugar de servir (y cualquier otro semejante "guifio" semiotico, en euanto que "guino" en complieidad, y no en cuanto semiotico). 102 "signicidad", /iibHUdad. .. 3.— Las cuatro acdones historicas primarias y fundantes en La Ideologic Alematia de Marx y Engets (1846). Pero existe tambien la pregunta inversa: si se acepta el primado de las infraestructuras, ^que lugar le queda a la 'signicidad' a la eual el metaforizar semiologieo tan solo alude y que el buen sentido desde siempre deelara como asociada o asociable a la fabrilidad?. Me pareee que indicaeiones significativas (que obviamente deben ser confrontadas con los sueesivos desarrollos del pensamiento marxista) pueden obtenerse de aquellas paginas de laldeologia Alemana, que son de directa pertinencia etnoantropologica y que ya han sido utilizadas en dicbo ambito^. Son las paginas en las euales Marx y Engels, en 1846, subrayan con fuerza la centralidad fundante de la fabrilidad afirmando que "el primer presupuesto de toda historia humana" es que "para 'haeer historia' los hombres tienen que estar en condicion de vivir"^. Paginas atras, ellos habian elegido eomo punto de partida a "los individuos reales, su actividad, y sus condiciones niateriales de vida, tanto las que encontraron ya preparadas como las que crearon con su propio esfuerzo". Y proseguian (por comodidad de referencias marco con letras y numeros romanos los paragrafos que voy eitando. A.- "La condicion indispensable para eualquier historia humana es, naturalinente la cxistencia de individuos humaiios vivos*. El primer hecho a establecer es, entonces, la eonstitucion fisiea de estos individuos y la situaeion en la cual esta los deja de cara al resto de la naturaleza" (p. p. 24-25; el subrayado es mi'o).* En el texto italiano, el autor subraya tambien la palabra 'rapporto', Velacion' en castellano, que no aparece en la edicion mexicana que utilizamos. (N. T.). 103 Alberto M. Orese Y despues de haber subrayado que "toda historia tiene que partir" de las "bases naturales" (o sea "constitucion fi'sica del hombre mismo" y "condiciones naturales que la tierra les ofrece"), y de las modificaciones que estas bases han experimentado "en su transcurso por el esfuerzo y la accion de los hombres", Marx y Engels afirman: B.- "Podemos distinguir al hombre delos animales por la conciencia, por la religion y por todo lo que se quiera. Pero el hombre mismo se diferencia de los animales en el momento en que comienza a producir sus medios de existencia, paso adelante determinado por su propia eonstitucion fisica, Dedieandose a la produecion de estos medios de existencia, los bombres edifican indireetamente su propia vida material '.^ "Esta produecion solo apareee con el crecimiento de la poblacion. Prcsupone, por su parte, el estableeimiento de relaciones entre los individuos". (. . .) (pp. 25-26; el subrayado es del texto). Asi —junto a la relaeion eon la naturaleza y a las relaciones interhumanas aparecen ya los dos elementos fundamentales (produecion, o sea trabajo, y erecimiento de la poblacion, o sea, procreaeion) de lo que mas adelante Marx y Engels llamaran el "produeir la vida, tanto la propia con el trabajo, como la de los otros eon la procreaeion", distinguiendo ante todo tres "aspectos" o "momentos", en el tereero de los euales volvera a ser mencionada tambien la "relaeion social": I.- Toi "Pero resulta primordial e indispensable para vivir beber, eomer, alojarse, vestir y algunas cosas mas. El primer hecbo historico es, pues, la produecion de los medios que permitan satisfacer estas necesi- "Hgntcidad", fabrilidad. .. dades, es decir, la produccion de la vida material misma y no cabe duda de que este es un verdadero hecho historico, una condicion fundamental de toda la historia y aun hoy dia, como hace mileg y miles de anos, es necesario cumplir cada di'a y cada hora simplemente para mantener a los hombres con vida(. . . ) " ( II.- "El segundo punto es, que una vez satisfecha la primera necesidad, la accion de satisfaceria y el instrumento ya adquirido de esta satisfaccion hacen surgir nuevas necesidades y esta produccion de nuevas necesidades es el (segundo)^ hecho histori- III.- "'El tercer punto que entra de lleno en el desarrollo historico es que los hombres decididos a rcnovar de dia su propia vida, comienzan a crear a otros hombres, a reproducirse: es la relacion entre hombre y mujer, entre padres e hijos, la familia {. . .) que es al principio la unica relacion social (. . . ) " (p. 42). Superficialmente pareceri'a solo el remache de una verdad de buen sentido: primum vivere, deinde phUosophari. Me pareee sin embargo, que hay niucho mas. Las tres acciones que aseguran elementalmente el "vivir" son consideradas ya por si mismas "historicas" o "sociales": pues ellas "hacen historia" exactamente en la medida en que garantizan los presupuestos geneticos-procreativos y entonces ya por si mismas configuran, si no exactamente un filosofar en sentido estricto, si ciertamente un hacer "cultura" en el acto mismo en el cual satisfacen la "naturaleza' (utilizando todavia superficialmente aquella oposicion naturaleza/eultura que tal vez sen'a necesario articular con mas preeision: ver mas 105 Alberto M. adelante). Ademas tenemos que arladir que los tres "hechos historicos" que garantizan materialmente el "vivir" son concebidos no solo como cronologicamente originarios sino que tambien como invariable men te fundamentales, ya que estan diariamente en la base de eada inomento de la historia humana desde la mas confusa y elemental hasta la mas alta y compleja. C- "No es neeesario comprender, por otra parte, estos tres aspectos de la actividad social como tres estadios diferentes, sino sencillamente como eso, como tres "'momentos" que han coexistido desde el principio de la historia y desde los primeros hombres y que se manitiestan aun en la historia actual", (p. p. 42^3). Pues no es poco, pensando ademas que estamos en 1846, y que un etnoantropotogo ya clasico, Malinowski, tuvo el merito de escribir entre otras, aqucllas p a ^ a s de 1941 en las cuales la cultura, etno-antropologicamente entendida, es con^urada ante todo como el conjunto de las respuestas funcionales e insdtucionales a las neeesidadcs que Uamare "primeras", y a las "segundas", nacidas de la satisfaccion de las primeras'. Una vez mas sera util profundizar la eomparacion, tambien para precisar mejor el debate sobre la traductibilidad o no del concepto de cultura en terminos marxistas, y conceptos marxistas en terminos de "cultura'**: ^en que coinciden y en que divergen, el area de la "cultura" malinowskiana de 1941, y el area de "los hechos historicos" o "soeiales" senalados por la Ideologia alemana en 1846?, ^hasta que punto es discriminatoria la tan precisa centralidad del trabajo en las paginas marxengelsianas? (para no hablar luego de la afirmacion que '"no es nunca la conciencia lo que determina la vida, si106 "signiddad", fabrilidad. . . no que es la vida lo que determina la eonciencia", ya contenida en la Ideologia alemana. p. 38, y repetida luego en 1859 en una formulacion tal vez modificada de nianera evidente.® ^Pero la 'signicidad'?. Parece que no tiene lugar, por lo menos de manera explicita, en los pasajes hasta ahora examinados; y lo mismo ocurre en lo que Marx y Engels afirman al final de la enumeracion de los tres primeros "heehos liistorieos": D.- "Producir la vida, tanto la propia con el trabajo, eomo la de los otros con la proereaeion, se nos presenta asi, desde ahora, eomo una doble relaeion: natural por un lado y social [>or el otro ^° (social en el sentido de accion conjugada de diversos individuos, no importa en que eondieiones, de que manera y eon que finalidad (. . .). Se manifiesta, entonees, de prineipio, una interdependencia materialista de los hombres condicionada por las neeesidades y la forma de produeeion, tan vieja eomo los mismos hombres; una interdependencia que adopta eontinuamente nuevas formas y que representa, con todo, una ''historia", sin que en eambio exista aun cualquier absurdo politico o religioso que agrupe a los hombres"" (pp. 43, 44; el subrayado es mio). Vmculos pues y relaeiones humanas, pero todavia sin mencion del lenguaje que, junto a la concieneia, es introducido explicitamente solo en lo que llamare el momento IV, que es presentado subrayado el alejamiento eon respecto a los momentos preeedentes: IV.- ''Solamente ahora, despues de haber examinado (tres) momentos, (tres)^^ aspeetos de las relaciones historicas originales, es cuando encontramos que el hombre tiene tambien una concieneia". Pero no es J07 Alberto M. drese una eoneiencia que sea de prineipio eonciencia "pura"^^ . Pesa desde el primer momento una maldieion sobre el "espiritu", la de estar prenado por una materia que se presenta, en este caso, en forma de capas de airc agitadas, de sonidos, es decir, por el lenguaje. El lenguaje es tan antiguo eomo la eoncieneia, el lenguaje "es" la concieneia real, practiea, existente tambien para otros hombres y por tanto existente tambien solo para mi mismo; y al igual que la concieneia, el lenguaje nace con la neccsidad de relaeion eon otros hombres" (pp. 44-45). Regrcsando luego, con algunos cambios de aeento, sobre la diferencia entre hombre y animales, Marx y Engels asi' prosiguen: K.- "Cuando una rolacion existe, existe para mi. El animal '^'no estd en relaeion'' con nada, no conoce finalmente ninguna relaeion. Para el animal sus relaciones con otros animales no existen eomo tales. La conciciu-ia es por tanto y desde el primer momento, un producto soeial direeto e inherente a la existencia del hombre" (p. 45; el subrayado es de los autores)*. El texto, eomo se sabe, sigue eon una osada vision {rerieral do las fases del dcsarroUo de la concieneia. ;-) Hay en prineipio la "coneieneia gregaria" (o "instinto consciente") que es por un lado 'la concieneia del medio sensible mas inmediato y de la limitada interdependencia con otras personas y cosas situadas fuera del individuo que toma concieneia' ; por otro lado es eoncieneia todavia "puramente animal de la naturaleza" t.ste subrayado en realidad no apareee en la version mexicana a la dial nos referimos. 108 "signicidad", fabrilidad. . . que "al prineipio apareee a los hombres eomo una fuerza completamente extrana, todopoderosa e intoeable"; y por otro lado todavia es "eoneiencia de las neeesidades de asoeiarse eon los individuos que lo rodean: es el prineipio de la eoncieneia de vivir en sociedad". b) Luego esta el desarrollo de esta eoneieneia "tribal" (o de "borrego") "con el aumento de la produetividad, la multiplicacion de las neeesidades y el incremento de la poblaeion que eiertamentc eonstituye la base de los faetores anteriores"; y se desarroUa despues la division del trabajo "que en un prineipio no se daba sino eomo la division del trabajo en el acto sexual y que mas tarde se transforma en una division del trabajo espontanea o "natural", en virtud de las disposiciones naturales (fuerza fi'aiea por ejemplo), de las neeesidades, de las easualidades, etc", c) En fin, la division del trabajo se transforma en una "division real" a partir del momento en que "se opera una division del trabajo material e inteleetual'; y es a partir de entonces que "la concieneia/!;wede verdaderamente imaginarse que es otra cosa mas que la concieneia de la practiea existente". (pp. 46-47). En razon de la deliberada forma gradual que impongo al trabajo que trato de desarrollar, no voy a poder aprovcchar directamente estas consideraeiones marxengelsianas, en las euales la espeeificidad de su pensamiento se hace mas iimiediata e incisiva. Pero quise por lo menos mencionarlas para reducir en partc lo drastico de eiertos aislaniientos provisionales con respecto al contexto que ire haeicndo, y para recordarme ante todo a mi' mismo, que lo quo dire exige ser verificado y tal vez tambien profundamento modificado en el cuadro de un contexto mas ^^ 4. - Neeesidades primeras y segundas, trabajo/1 y trabajo/2, proereaeion y necesidad asociativa. 109 Alberto M. Greae Ateniendonos ahora solo a log cuatro momentoa marx-engelsianos, me parece plenamente persuasiva la clara llamada de atencion por un lado sobre aquella materialidad del producir que esta en el origen (y en la base invariable) de cada vida historica y de eada cultura, y por el otro sobre el earacter fi'sico de los soporteB o vehieulos de todas las comunicaciones, y me limito por eso solamente a sefialar que, si se concuerda con esta llamada, se diverge radicalmente no solo de las efectivas o posibles disoluciones del "hacer" o "trabajar'" en el "deeir" o "significar", a las cuales aludia mas arriba, sino tambien de ciertos descuidos de los hmites objetivos internos y externos que insuperables se oponen a la variabilidad de las elecciones culturales, como volvere a deeir mas adelante, (figura 4). Pero el orden de enumeracion de los (res primeros "hechos historicos", y m reladon con elcuarto mepresentan problemas que tratare de expresar. Preliminarmente, para haeerme mas facil la cxposicion, voy a aclarar algunas eonvenciones terminologicas. Como ya empece a hacer mas arriba, llamo neeesidades primeras a las neeesidades satisfeehas por la actividad del momento I (comer, beber, habitar, vestir, y otras mas) y neeesidades segundas a las nacidas de la satisfaecion de las neeesidades primeras y satisfeebas por las actividades del momento II. Preciso ademas, que tenderi'a a eonsiderar las neeesidades segundas en un sentido mas bien estreeho: no eualquier neeesidad que surja despues de la satisfaceion de otra, sino solo aquella neeesidad que no seria resuelta si no hubiese sido satisfeeha la primera. Por ejemplo, lavar los platos que sin la coniida habrian quedado limpios. Y no la de 'pasear' porque uno se ha saciado. Salvo por manias, no surge la neeesidad de lavar platos no ensuciados, pero la neeesidad de 'pasear' puede naeer independientemente de la saciedad. 110 "signiddad". fabriUdad. . . Luego tomando en cuenta el heeho de que el parrafo C efeetiia una bipartieion de la produecion de la vida en "trabajo" por un lado y "procreaciott" por el otro —pues eonsidera la proereacion eosa diferente del trabajo, aunque no creo que quiera ignorar la fatiga femenina de la gestacion y parto—^*, me parece natural enlazar la proereacion (entendida eomo sucesion de fecundacion-generac ion-par to) con el momento HI, que realiza la produceion de la vida de otros, pero poniendo en evideneia al mismo tiempo que tal momento eontiene otras cosas ademas de la sola procreaeion en sentido estreeho, 0 sea la familia considerada eomo la relacion social originaria. Pienso ademas que el trabajo (que es definido como la operacion que asegura la (re)producci6n de la propia vida) tiene que ser puesto en relacion eon las operacioncs de los momentos I y III; y en manera completamente conveneional llamo trabajo/1 (o tambien T/1) a la actividad laboral que satisface las neeesidades primeras, y traba/o/2 (o tambien T/2) a la actividad que satisface las neeesidades segundas. Tambien convencionalmente llamo neeesidad asociativa a la neeesidad * de relaciones con otros hombres", de donde el punto IV hace surgir la conciencia y el lenguaje. 5.- dEl orden del elenco de las tres primeras acciones historicas es verdaderaniente persuasivo?. Propuesta grafica de solucion (figura 1). La primera de las preguntas indicadas mas arriba se refien: al orden de enumeracion de los tres primeros momentos o aspectos. Completamente ob\io me parece que las neeesidades segundas (y el trabajo/2) se pongan despues de las neeesidades primeras (y el trabajo/1); bastante natural me parece tambien que eon referencia a los individuos, 111 Alberto M. Ctreae la proereacion sea puesta despues de las neeesidades primeras (y el trabajo/1); es concebible que se escoja procrear sin alimentarse o vivir. Por el eontrario me deja en duda el hecho de que las neeesidades segundas (y el trabajo/2) sean mencionados antes de la proereacion (y de la familia) tambien la proereacion (no por hablar de la familia) genera neeesidades segundas que tienen que ser satisfeehas tambien ellas con alguna forma de trabajo/2: las de la cri'a, por ejemplo. Aun en el cuadro de las condiciones fundamentales, indieadas precedentemente, el texto no me seri'a persuasivo por este aspecto, en el caso que resultara o abusivo o no conforme Con las posiciones marx-engelsianas, una dilatacion del area de las neeesidades segundas y del trabajo 2, que la Uevara hasta abarcar tambien las neeesidades de cumpUrse de las operaciones de proereacion (y mas en general de la familia y de las relaciones sociales que ella constituye).. Con la figura 1 trato de representar, tambien en forma rudinientaria, lo que ifie parece una eonfiguracion mas convincente de las relaciones entre las tres primeras acciones historicas^^. Figura 1 proereacion (y familia) neeesidades primeras y trabajo/I 112 neeesidades segundas y trabajo/2 "slgnicidad". fiibrUidad. . . En la grafica las flechas indican las conexiones entre los tres aspeetos o momentos de la enumeracion marx-engelsiana, advirtiendo que los puntos a los euales las flechas llegan tienen que ser considerados sueesivos, o mejor, subordinados a aquellos desde los cuales las flechas salen; esto es en el sentido que un momento o aspecto al cual una flecba llega no puede entrar en actividad si no fue ya aetivado el momento o aspecto del cual la flecha sale. Luego entonces el heeho de que la proereacion del momento III no eaiga sobre la misma reeta que une el momento I al momento II, y la manera en la cual es trazada la conexion entre el momento III y el momento II (una conexion or, o vel y no and, o et) querri'an indicar la (relativa) posibilidad de exclusion de la proereacion del eireuito, y la independiente posibilidad de puesta en actividad del trabajo/2, sea a partir del trabajo/1, sea a partir de la procreaeion. Pero puesto que la proereacion resulta de todas formas subordinada al trabajo/1, me parece que el eireuito expresa claramente el hecho de que toda la actividad del sistema depende enteramente del trabajo/1 que satisface las necesidades primeras. Desde este punto de vista me pareee que la dilatacion que propusinios —la del area del trabajo/2 hasta incluir las neeesidades derivadas de la procreaeion y de la familia— no menoseaba para nada la prioridad de la produceion y del trabajo que Marx y Engels querian poner en evideneia. Queda por explicar por que la indieacion de la "familia" se da en la fig. 1 entre parentesis. La razon esta en que la identidad de representacion grafiea (ci'rculos) requeri'a una unidad de categoria entre las eosas representadas. Pues tanto del trabajo como de la proereaeion podemos decir que las dos constituyen aetividades, a traves de las cuales se obtienen productos (aunque bay diferencias fundamentales entre las modalidades y los produetos de la actividad laboral y aquellas de la activi_ Alberto M. Ctrete dad procreativa). Pero sena dificil hablar de la "familia" como de una "actividad"; o por lo menos seria dificil hablar de actividad en el mlsmo sentido {[ue se utiliza hablando del trabajo y de la procreacion. La "familia" (por otro lado distinta de la proereacion, ya que una puede existir sin la otra, y viceversa), la "familia" constituye mas bien el sujeto colectivo que desarrolla actividades (laborales y procreativas), y que pormedio de estas actividades obtiene productos, que podrian ser bienes de subsistencia o prole. La familia entonces se presenta como "organizacion" o "institucion", mientras que no lo son (por lo menos en el mismo sentido de los terniinos) ni el trabajo, ni la procreacion. La solucion fue indicarla entre parentesis; manera demasiado apresurada de rodear el problema en vez de afrontarlo (en lo que concierne al pasaje de la "familia" al parentesco. ver mas adelante). 6.~ Robinson y Vierncs: Inadecuaciones de la Hgura 1 y sus consecucncias: La inadecuacion que indicamos no es la unica manifestada por la fig. 1, pero el beebo es que esta figura parece de alguna forma litil, no tanto por lo poco que dice, sino por lo mucbi'simo que demuestra no Uegar a decir, estimulando asi la proftindizacion del problema. Entre otras cosas no aparece por ejemplo indicada la diferencia de las relaciones de condicion que existen entre los tres momentos; las flecbas, aparte de la dircceion o sentido, son todas igtiales, mientras que, por el contrario, su valor es diferente, Veanse ante todo las rclacionrs entre el momento I y el momento 11. Una vez que se afirme que la organizaeion fisica de los hombres supone que la satisfaccion de las necesidades primeras genera las neccsidades segundas, en igualdad de eondicion el trabajo/1 pone en Ili "signicidad", fabiiUdad. .. moviriiiento automaticamente al trabajo/2: o sea, el momento I por un lado es necesario, pero por el otro es suficiente para que exista el momento IL Por otro lado, ya que por lo menos en general el trabajo se ejeree sobre la natiiraleza externa a la especie (en una "relacion'", afirmaii Marx y Engels en el paso A, que "sigue" a la "organizaeion fisica de los bombres"), si no se introducen explicitamente otras condiciones, todo el mecanismo puede ser concebido funcionando tambien eon referencia a un solo individuo bumano: un Robinson, directamente sin Viernes. r,n cambio no se puede decir que, con iguales presupuestos y condiciones, el trabajo/1 sea condieion suficiente del momento III, aunque limitado a la sola procreacion: el trabajo/1 es preciso (o necesario), pero no basta para que bay a proereacion. Si entonces trato de representar, lo mas adecuadamente posible, la diferencia, me doy euenta ante todo que falta para la procreacion, algo que desempene el papcl de cstimulo que las necesidades pHmcras desempeflan para el trabajo/1: tengo pues que introducir algo asi como una necesidad sexual, eon privilegiada satisfaccion en la relacion betcrosexual, y quizas afiadicndo algo como la ostucia de la naturaleza (o de la razon), o como la heterogenesis de los fines. Pero a esta integracion sigue otra: en efecto en cste punto Robinson no es ya suficiente. ni siquiera junto a Viernes. La unidad minima mas abajo de la cual no se ()uede en absoluto descender es la de una pareja de seres humanos, y ademas, de sexo diferente, Asi la evidente insuficiencia de la representacion de las relaciones de condicion nos conduce a ver una insufieiencia mas decisiva de la fig. 1: la falta de representacion, no tanto de la relacion con la naturaleza extraespecifica que era la linica requerida por el soUtario Robinson, sino en cambio de la relacion interhumana, o 115 Alberto M. Ctrese sea, de la relacion social. Y asi se llega a la segunda de las preguntas Indicadas. 7.— ^La conciencia4enguaje esta verdaderamente en el cuarto lugar?. Motivos especi'ficos y generates de la duda, extendidos a la oposicion estructura/superestnictura. La manera mas simple para enriquecer la fig. 1 (y para introdueir en ella de manera aiempre implieita, pero ya mas directa, la relacion social que no aparece lo suficiente) es naturalmente aiiadir a los tres primeros momentos el momento IV: la eoneiencia y el lenguaje, que de hecho naeen de la necesidad de relaciones interhumanas, o sea, soeiales. Pero trazando la grafica surge un problema: ^eomo tendra que orientarse la conexion entre el momento I y el momento IV?. Si se dirige la flecha del trabajo/1 hacia la conciencia-lenguaje, en este caso la eoneiencialenguaje resulta subordinada al trabajo/1 (o sea, viene, en un sentido, "despues"), lo eontrario oeurre si sc proeede al reves (o sea la conciencia-lenguaje viene, en algun sentido, "antes"); luego existe la tercera posibilidad, o sea que la flecha sea orientada bidireccionalmente: en este caso trabajo/1 y conciencia-lenguaje serian indieados como, en algiin sentido, "copresentes'\ Es evidente que la eleccion grafica es una eleccion teorica. Y por lo menos por lo que puedo ver, el texto marx-engelsiano deja abiertas dos posibilidades. En el parrafo B la diferencia entre el hombre y los animales estaba fundada no tanto en la "concieneia" o en la "religion" (o en el *'pensar", como se habi'a dicho en una frase precedente luego borrada), sino mas bien en el "produeir". En la eita E el acento esta puesto, en cambio, sohre el hecho de que los hombres "tienen relaciones", y _ "atgniddad", fabrilidad,.. los animales no. No hay contradiccion, me parece, ya que ademas en el parrafo B las "relaciones entre los individuos" son explicitamente indicadas como presupuesto del "producir". Las relaciones interhumanas, o sea las relaciones sociales son entonces, simultaneas al producir, exactamente en el fondo (y en el origen) de la distincion entre hombre y animales. Pero entonces de alguna manera exactamente en el fondo (y en el origen) se colocan tambien la conciencia y el lenguaje, en cuanto nacidas de la necesidad de relaciones interhumanas (Ugadas tambien ellas a la organizacion fisica de los hombres). Pero sin embargo la conciencia y el lenguaje son explicitamente introducidos solo al final de la enumeracion de las acciones historicas, como IV y ultimo momento, que ademas es presentado en la exposicion con subrayada separacion expcsitiva, aunque de relaciones sociales y de cooperacion interhumanas se habia explicitamente hablado tambien en el punto III y en el parrafo D. Si entonces me detengo en la serie enumerativa (o sea, si considero las tres primeras acciones historicas prescindiendo de las relaciones interhumanas y por lo tanto de la conciencia y del lenguaje que de aquellas relaciones se derivan), en este caso no solo olvido lo que el texto dice sobre las relaciones socialea ya desde el parrafo B, el momento III y el parrafo D, sino qae obtengo tambien un esquema como el de la fig. I que es claramente carente de los elementos requeridos por su misma logica intema. Si al contrario, introduzco desde el principio aquellas relaciones interhumanas que el esquema exige, y que Marx y Engels explicitamente mencionan antes del momento IV, entonces veo que he introducido tambien la conciencia y el lenguaje que de la necesidad de aquellas relaciones se derivan, y estoy obligado a considerar como una simple acentuacion polemico-expositiva el hecho de que el texto situe el surgimiento de la conciencia y del lenguaje solamente al final de _ Alberto M. Cirese la serie. No excluyo para nada que la duda pueda ser infundada, y el problema pueda ser resuelto o disuelto por Una lectura mas aguda del texto o por una mas ampUa contextualizacion del mismo; pero en este punto, no soy capaz de ver mucho mas de cuanto he dicho*^ . Estoy obligado a optar, aun a reserva de profundizaciones o aun de transformaciones substanciales. Y me parece que sobre la letra de la enumeracion, tiene que prevalecer el sentido general de la construccion, o sea que la necesidad de relaciones interhumanas (la necesidad asociativa, como he couvenido en Uamaria) tendri'a que ser considerada ligada a la organizacion fisica del hombre de la misma forma que las necesidades primeras y que la relacion con la naturaleza extraespecifica. De esta manera la nocesidad asociativa y la relacion social del momento IV llcgan a ser consideradas ' copresentes" de los momentos I, II y III. No habria dicho todo si no afiadiera que en la direccion indicada me empujan, ademas de razones internas, por asi Uamarlas, a la construceion marx-engelsiana, tambien corisideraciones (y tendencialidades) mas generates. El hecho de que el lenguaje (y entonces la "signicidad") aparezca en la enumeracion despues de la fabrilidad (y con expresiones que aluden a una suerte de ""posterioridad") puede dar en general fundamento (no inmotivado, lo reconozco) a orientaciones que entre otras cosas propenden a identificar la "signicidad" con los niveles supere-structurales, y la fabrilidad con los niveles estructurales. Repetire tambien aqui (aunque otra vez dejo sustancialmente inmotivada la afirmacion) que me parece escasamente persuasiva una concepcion de las relaciones entre "signicidad' y fabrilidad (y tal vez tambien entre superestructuras y estructuras) que visualizada, Uegue a configurarse como cstratos divididos y superpuestos (aceite y agua en un vaso, por ejem- "signicidad", fabrilidad.. . plo, eon el aceite que "esta arriba" del agua, asi como la "signicidad" estaria "arriba" de la fabrilidad). Por el eontrario, tiendo a concebir (si no es un puro y simple imaginar) aquellas relaciones de manera que, visualizadas se parezcan mas bien a la emulsion que se obtiene euando, agitando adecuadamente el vaso, a eada particula de agua (o de fabrilidad) se le adhiere una particula de aceite (o "signicidad"), con obvia exclusion del tipo de "secundaricdad" de la ''signicidad' en la cual, sin embargo, hace pensar la imagen de los estratos separados y superpuestos. Por el contrario, es otro problema el heeho de que tambien a la imagen de la emulsion deba asociarse otro tipo de "secundariedad" del significar, el cual me parece haber indicado ya de alguna manera, pero que de todas formas tengo que desarrollar en otro lugar. El privilegiar el sentido general en vez de la enumeracion Uteral, me parece obviamente mas consecuente con esta tendencia. Una vez mas no pretendo que mi lectura sea la "justa": evitando entre otras cosas recorrer de nuevo los itinerarios de aquella "teoria de la autoridad" de la cual Bochenski hablo en su Logica della reiigione. trato solo de decir en que terminos el discurso marx-engelsiano que estoy examinando me resulta mas persuasivo. 8. • La condencia-lenguaje como copresente al trabajo y a la procreacion: Adan sin Eva y el androgino platonico. Propuesta final de solucion grafica (Hgura2). En terminos graficos, la simultaneidad o copresen* cia de los cuatro momentos o aspectos, se traduce en el hecho de que la conexion que une el trabajo/1 del momento I a la conciencia-lenguaje del momento IV es bidireccional; pero eso conlleva que sean bidirecciona119 Alberto At. Ctrese les tambien las conexiones entre el momento IV y el momento II y III. Represento pues todo eso con la Fig. 2 en la cual la conexion (bidireccional) del momento IV con los restantes es indicada, para mayor claridad visual, con un rasgo mas obscuro; ademas para tener en cuenta lo que dijimos como comentario a la fig. 1, introduzco por lo menos interrogativamente un "estimulo" a la actividad procreativa que desarrolle hacia ella, la misma accion que las necesidades primeras y las necesidades segundas desarroUan hacia el trabajo/1 y el trabajo/2 (ya que este estimulo no esta en el texto marx-engelsiano, o por lo menos yo no lo veo, la indicacion esta dada entre cor* chetes); dejo todavia entre parentesis la indicacion de la "familia", porque estan en pic todavia las razones por las cuales los habia utilizado; por lo que concierne en fin al punto IV, explicito la presencia de la neeesidad de relaciones interhumanas (o neeesidad asociativa, como he acordado llamarla), y no eneueittro dificultad en considerar conciencia y lenguaje como "aetividades", pues no introduzeo los parentesis discriminatorios utilizados en cambio para la "familia". He aqui la fig. 2 (que si queremos, puede ser considerada como representacion de un momento cronologicamente sucesivo a aquel representado por la fig. 1: ver la nota 16). Figura 2 estrmulo(?) procreadon (y familia) Neeesidad asociativa, conciencia y lenguaje Necesidades Primeras y trabajo 1 Necesidades Segundas y traba/o 2. 120 "signicidad", fabriUdad... Una de las insuficiencias de la fig. 1 estaba en el hecho de que, inientras requeria por lo menos dos individuos de sexo diferente para el momento III, permiti'a por el eontrario concebirlos momentos I y II como relacionados a individuos singulares: en suma, un Robinson, aun sin Viernes, para el trabajo, y un Robinson con un Viernes hembra, para la procreacion./ Entonees la figura 2 propone una (primera) solucion al inconveniente: teniendo en cuenta en eonjunto los cuatro momentos o aspectos catalogados por el texto marx-engelsiano, e introduciendo entoncea tambien la necesidad asoeiativa y el lenguaje-eoneiencia del momento IV, la fig. 2 nos dice que tanto el trabajo, como la proereacion, tienen que ser referidos a una pluralidad de individuos. Y si es correcta la bidireecionalidad de la conexion entre el momento IY y los tres que lo preceden en la serie, la figura 2 nos dice de a ^ n a manera que en el principio no hay un Robinson (que en realidad es un fragmento destacado de su ser hombre-en-sociedad, sea por su eonstitiicion desde el punto de vista psico-fisico, o bien en cuanto portador de' los conocimientos y de los instrumentos disponibles en la situacion historico-cultural a la cual pertenece). Ni en el prineipio existe un aislado Adan, al cual solo mas tarde, aun si fuera por un instante, le sigue Eva. Si se trata entonees de escoger un mito, mucbo mas adeeuado seria aquel del androgino platonico que por lo menos fundb la historia liumana sobre la originaria presencia de la pareja heterosexual. 9. - La pareja heterosexual, la distindon entre naturaleza externa e intema a la especie y las fundamentales relaciones laboradvas, procreativas y linguisticas (figura 3). 121 Alberto M. Cirese Me parece pues que la fig. 2 requiere ser enriquecida con la representacion de ta condicion minima dela sociabilidad, o sea, aclarando la presencia de por lo menos dos individuos de sexo diferente, e indicando los tres modos de relacion soeial en los cuales se articula aquella eooperaeion de mas individuos de la eual Marx y Engels hablan en general en el parrafo D: la relacion/aborai (que concierne a los momentos 1 y U), la relacion procreativa (el momento III), y la relaeion Hngiiistica (relativa al momento IV). Pero en el mismo parrafo D se habla tambien de una *'relaci6n natural" como distinta de aquella social, y todavia mas elaramente en el parrafo A, Marx y Engels habian hablado de la relacion con el resto de la naturaleza que "es consecuente" a la "organizacion fi'siea" de los individuos de la especie humana. Pero nos dice el parrafo E, los animales "no tienen relaeiones", porque no tienen sociabilidad. Si entonces no entiendo mal, las actividades de subsistencia de los iiombres, aunque eomunes tambien a los otros animales, se configuran como relacion con'la naturaleza solo en cuanto realizadas por individuos que por su organizacion psico-fisica no viven en otras relaeiones que no sean las sociales: el satisfacer las necesidades primeras es un trabajo, y no un simple quitar el hambre o la sed, etc., solo porque es realizable y realizado linicamente en una "soeiedad" minima, compuesta de por lo menos dos individuos: pero la procreacion, que es parte sustancial de la produccion total de la vida, exige que estos individuos sean de sexo diferente, y que "utilicen la naturaleza' , por asi decir, o sea fecunden, lleven adelante embarazos y tengan partos. Pero entonces la relacion con la naturaleza se desdobla; o mejor, eb la naturaleza misma que se prescnta en doble forma: una es la naturaleza sobre la cual opera el trabajo, y otra la naturaleza puesta en movimicnto por el mecanisnio de la procreacion. 122 ••signicidad", fabrilidad.. Ell el primer caso, sc trata de una naturaleza exlerna a la especie: para obtener viveres o bebidas, viviendas y vestiilos, el traiiajo se dirige hacia plantas o animaIPF O algu sitnilar (el posible caso de 'autofagla' del conde IJgoUno se traiisforrna inniediataniente en 'antropofagia'; pero la antrupofa^na |>arece tener casi universalmentc caractcres (^rrrn'onialfs o rituales, y no alimentarios), la operacion del vestirsc es. para los hoinbres, sustaiicialmrntc extra-soma'tira, o .sea afiade al cuerpo, o sunia algo cxtenio al tucrpo niisino^^. Podemos liablar en este easo, para ser brevet, de naturaleza extra-somdtica. Kn el segundo caso (o sea con respecto a la proereacion) se trata de una naturaleza intema a la especie: se fecunda, se lleva adelatite la gestacion, se pare (y mas adelante se amanianta) con operaeiones s6maticas con base en las leyes naturales que son especfficas para la especie liumana (y que en varioB aspectos tienen caracteri'sticas diferentes de aquellas propias de otros mamiferos: ausencia del "estro"; particular duracion de la gestacion, prcdoinii.ante unicidad del producto del parto, etc, etc). Siempre para scr breves, podemos llainar psieosomdtiea a esta naturaleza que es interna a la especie y que se coloca en cl interior inismo de la socialidad (la cual luego, por su cuenta, es tambien una manera "natural" de ser del honibre). Debemos ademas tcner en cuenta el hecho de que los cuatro momentos y aspectos de la actividad humana —asf como las relaciones con la naturaleza interna y extema, y como las tres modalidades de la cooperaci6n social— descansan sobre la "organizaci6n ffsica" de la especie, y nos remitan a su proceso natural de formacion (aunque en 1846 Marx y Engels lo etitienden todavia en terminos de generatio et/uivoca. o generacion espontanea, y no todavia en terminos de evolucion). Me parece entonces que una esquematizaci6n menos inadecuada, 123 Alberto M. Cirese ademds de los cuatro momentos, ya representados en la fig. 2, debe contener tambien .{ver figura 3) a. la presencia de dos individuos de sexo diferente: M. macho y H, hembra; b. la indicacion de que su orgaiiizacion f I'sica es el resultado de un proceso natural de formaci6n de la especie humana; c. la existencia de tres tipos de relaciones iiiterbumanas o sociales: la laboral, la procreativa y la linguistica; d. la existencia de relaciones con la naturaleza, diferentes de las relaciones sociales, y diferenciadas segun se trate de naturakza interna (o psico-somatica) o de naturaleza externa (o cxtra-somatica): sobre la primera ordinariamente no se ejerce en general un trabajo en sentido estricto (sino tal vez en el caso de cirujanos, peluqueros., medicos, traficantes de esclavos y similes), pero en cainbio se curnplen por un lado operaciones de cn'a, adiestramiento, educacion, entrenamiento (por medio sobre todo de la "s^icidad"), y por el otro, operaciones procreativas; sobre la naturaleza externa, se actua laboralmente tanto por medio de la fabrilidad (trabajo), como por medio de la "signicidad" (lenguaje): llamo al todo en conjunto "uso y elaboracion social de la naturaleza interna a la especie (psicosomatica) y externa a ella (extrasomatica)".^* 10.- Algunas consideraciones sobre la figura 3 Aun prescindiendo de muchas otras insuficiencias, la figura 3 no me parece que elimine todavia la duda acerca de la colocacion de la "familia". pero, a reserva de volver mas adelante sobre tal euestion, aqui queri'a seflalar que tambien la fig. 3, como ya La fig. 2, de la cual constituye unicamente un enriquecimiento, se pue- I24 "signicidad", fabrilidad. .. de considerar como representativa dc una fase cronologicamente sucesiva a aquella reprcscntada por la fig. 1 (ver nota 16): se tendna asi una posterioridad del lenguaje (y por tanto de la conciencia) respeclo al trabajo y a la procreacion. En cambio, en el caso de que se acepte la lectura que aqui quiero privilegiar, el caracter "materialieta" del conjunto de elementos y de relaciones representado por la fig. 3 no estana tanto en una posterioridad del lenguaje respecto a los momentos I-III (trabajo y procreacion), sino por d contrario en el hecho de que por un lado, todo se funda sobre la organizacion psicofisiea (o sea natural) dv la especie humana y que por cl otro, tanto el uso y la elaboracion social dc la naturaleza interna o externa, como la conexion coopcrativa y social entre los indi\dduos, son realizados a traves de operaciones laborales, procreativas y linguisticas i^ue tienen todas un preeiso caracter "material" (taml)i(''n el lenguaje, nos dice el punto IV, es '"materia" manipulada, o sea, organizada en "sonidos" que, podemos anadii, transmiten significacion: tambien la "signicidad" exige soportes materiales). En fin, la hipotesis de la inicial copresencia de trabajo, proereacion y lenguaje (y entonees de fabrilidad, generatividad y "signieidad") no modifica por lo menos a mi pareeer, la afirmacion de que "desde el origen" existe "un vincuio material entre los hombres" (punto B); ni lleva a abandonar la idea de que la historia (y entre otras cosas "la organizaeion social y cl Estado") es desarrollada por individuos reales que "operan y produeen materialmente"), o la idea de que "el mundo sensible" es *'el conjunto de la actividad sensible viviente de los individuos que lo habitan"). Ni me pareee ademas que la coexistencia de fabrilidad, "signieidad" y generatividad modifiquen eiertasjerarquias internas: la (relativa) secundariedad de la pro125 Alberto M. Figura 3. I NettsuUtIci iiriiiK-Tas y lrabajo/1 • H. N«-esidatli:s scgiinilaa y trdbajo/'i. i n . (I'.stiiiiuin (?), procreation (y rainilia) - 1 \ ' : Ncttsidad aiocia(i*a y c o n t i r n r i a - l j .^!- Inohiduu niachu • H: Individuo henibra-; I'so y elaboration .social df la nalutalfza interna a la especie (pfico-somiUca) y cxlernaa ell? (o\tra«oniatica). \<ii. • naturaleza. K. \.h.: relacion labnial. li. I'.: Tvlacion procreativa. niit. i'-S: naturaUva psiro-somatica. K. L.: rclaciun Ungiiistka. nal. F.-S: natunUe/.a extra-soinilira. (*); Ftc>ii.-s<i <'<• ft>riii;u ion i\v la o i ^ u n i / a t i o " fisiia hiiiiiana. 126 "signieidad", fabrilidad. .. creaeion con respecto al trabajo, de la cual ya se ha hablado, y cl becho de que, una vez hombres, y no obstante la unidad originaria, el lenguaje pueda resultar secundario respecto al trabajo en el sentido de que se puede tambien trabajar sin poder ejercitar mas la comunicaeion inter-in dividual (el easo Robinson), pero no se puede seguir ejercitando la comunicaeion sin que cotidianamente se garanticen los medios de subsistencia que solamente el trabajo puede dar. Quedaria el problema de la "eonciencia" (mas o menos integralmente identificada eon el lenguaje); pero es un tema que eseapa mas aun que los otros de mi limitado eampo: se me ocurre considerarla solo eomo una puesta en forma y elaboracion de materiales y contenidos; y entonces su determinacion por parte de la vida (y mas aiin por parte del ser social^^ me parece que queda en pie aun euando a aquella determinaei6n no se le de el sentido de prioridad cronologica sino solamente la de "fundamentalidad cotidiana" (primum vivere) y de esencial fuerza modeladora de modos, formas y contenidos. No voy a subrayar nuevamente el caracter solamente exploratorio de euanto vengo dieiendo, en espera por esto de las refutaciones o confirmaciones mas eompetentes de las cuales hablaba. Aqui en cambio, antes de volver a considerar ulteriores enriquecimientos requeridos por la fig. 3, hare mencion mas o menos rapida de algunas de las euestiones conectadas con lo que la fig. 3 propone, aunque independientemente de la coexistencia o posterioridad del lenguaje respecto al trabajo y a la procreaeion. 11.- Servir y decir: Muldpliciuad categorial y material dc los momentos del proceso productivo simple. De hecho aun considerando el lenguaje-eonciencia eomo '*sucesivo" a los momentos I-IIl, claro estd que de 127 Alberto M. arese todas formas, una vez dado, el lenguaje es tan coesencial a la produccion social de la vida propia y de los otros, como lo son el trabajo/1, la procreacion y el trabajo/2. La "signicidad" entonces, sin por ello usurpar lugares que no le corresponden, tiene una colocacion distinta y a la vez correlativa no solo al lado de la fabrilidad (en un ultimo analisis fundamental), sino tambi^n al lado de aquel tercer modo de construccion social de la historia (o de la cultura) que es la procreaeion: fundamento del aumento de la poblacion (de la cual deriva eada crecimiento) y mas aun fundamento de la especie, biologica y socialmente impensable, desde el principio, como posible fuera de la unidad de la pareja heterosexual. No dudo entonces en decir que personalmente me encuentro mas cdmodo en un cuadro teorico general que relacione tres distintos modos de uso y de elabora cion social de la naturaleza interna y externa a la especie (fabrilidad, gencratividad y "signic'dad"), y no en cambio en marcos teoricos que, tal vez tambien por justificablcs desconfianzas a los determinismos mee^nicos, me expongari continuaniente al riesgo dc anular la fabrilidad como modo central de organizacion y elaboracion de lo real. Y es por ello que la aceptacion del primado de las infraestructuras no me parece que me obligue a anular la "signicidad", que junto con la generatividad, obtiene un claro y deeisivo lugar en el sistema. Naturalmente esta opcion teorica (puesto que tiene una efectiva sostenibilidad ya sea en relacion al texto marx-engclsiano o en la confrontacion con lo real, de la cual quiere dar euenta) requiere empefios posteriores de articulaeion y verificacion. Aqui senalare, solamente para dejar memoria, dos puntos, que entreveo mas claraniente que los otros. El primer punto considera la posibilidad de un criterio no espiritualista para distinguir entrc productos (e intcrcambios) materialcs, y comunicacion y "signicidad" 128 "stgniddad". fabriUdad. .. (o en sentido mas amplio, informacion. El criterio me parece que puede encontrarse en la constatacion (probablemente ni mia, ni nueva) de que hay "cosas" que no son pluralmente aprovechables en el mismo instante por mas de un individuo (cada mordisco mi'o a una manzana que comemos entre dos, sustrae irrevocableniente una parte de la manzana a mi companero y viceversa); por el contrario, hay eosas que pueden ser aproveehadas simultaneamente por mas individuos, aun en el mismo instante (el hecho de que yo informe a alguien que "Napoleon murio en 1821" o que "la salida esta al fondo a la derecha", le da a el noticias que tal vez no sabi'a, pero no me quita a mi el conocimiento de las mismas). Pero este es un discurso que, me parece, tendri'a que ser deBarroUado de un modo sistematico y formal. Aqui sin embargo no estoy en posibilidades de hacerlo; y para dar una idea aproximativa de al menos algunos de los grados de articulacion que seria necesario alcanzar, puedo solamente valerme de un fragil ejemplo. La imagen es la de una mesa rectangular en uno de cuyos lados mayores estan sentados mas comensales dando la espalda al fuego de una chimenea y teniendo de frente una ventana y un cuadro; sobre la mesa esta extendida y esparcida una comida puesta en comun, de la eual cada uno toma un bocado tras otro, tanto, como por una parte desean, y como por otra, les es pernjitido por las reglas de conveniencia y de respeto a los demas (pienso en las costumbres campesinas de la polenta* extendida sobre la mesa, y tomada por cada uno a cucharadas, con o sin delimitacion preliminar de las porciones correspondientes a cada uno de los comensales). Es evidente que entonces cada bocado tomado por cada uno es definitivamente sustraido a todos los demas; pero el disfrute que cada uno tiene del • Polenta: comida de harina de mat'z, U'pica del norte de Italia. 129 Alberto M. Ctreae calor del fuego en la espalda, asi como de la luz y del cuadro de enfrente, no sustrae nada a los otros. Lo que indica una suerte de jerarquia de aprovechamiento, del bocado al calor, del calor a la luz, de la luz a la "signicidad" del cuadro y en fin, de la "signicidad" del cuadro (que de algun modo es informacion-noticia) a la cocrcitividad de los eventuales limitcs impuestos imphcita o explicitamente a la apropiabilidad de la comida por parte de cada uno (lo que de algtjn modo constituye una suerte de informacion-regla). El ejemplo naturalmente vale lo que vale (y probablemente poco); pero personalmente me conduce a considerar como los diversos componentes (y mas especialmente el servir de la comida y el decir del cuadro) estan solo accidentalmente tigados: se puede comer tambien sin el cuadro bajo los ojos (o sin el calor a la espalda, etc.), asi como se puede mirar al cuadro aun sin comer (o calentarse, etc.). Pero el problema no es el de la copresencia accidental, si no el de la conexion necesaria. Por esto se me ocurre valerme de un ejemplo tambien bastante elemental. Pienso en un proceso productivo extremadamentc simple: la rcalizacion de un tejido. Si en el ambito de la familia, yo pidiese a cualquiera su realizaeion podria obtener como respuesta: no tengo tiempo (o tambien, en casos particulares, no tengo espacio, si por ejemplo, viajasen apinados en un auto). Pero tambien trasladando estas condiciones generalisimas, la respuesta podri'a ser: el cansancio es tal que no tengo fuerza. Y aun suponiendo que si tienen tiempo, espacio y fuerzas, la respuesta podria ser; no tengo iana. o si no, teniendo lana, no tengo agujas. Pero no basta: aun disponiendo de tiempo, espacio, fuerzas, lana y agujas (objeto y respectivamente medios de trabajo, estos ultimos), la respuesta podria ser: no tengo modelo. Y en fin, aun obtenido el modelo, siempre se podria no realizar el trabajo con base en otras dos respuestas: no tengo ganas, por un lado, y no se tejer, por el otro. Espacio, tiempo, energia, objeto e instrtimento de trabajo, proyecto o modelo, voluntad (y 130 "atgnicidaii". fabrilidad... mas en general, obligacion, o tambien coercion) y en fin, habilidad laboral: no se si el complejo constituya condiciones suficientes para obtener el producto; pero ciertamente cada una de las singulares condiciones es necesaria, en el sentido de que su falta de satisfaecion basta para impedir el resultado. No creo que pueda existir gnipo o sociedad o cultura o genero de vida o modo de produceion, etc., en Io8 cuales pueda obtenerse jamas un producto sin que sean satisfechas al menos todas las condiciones indicadas. Siento, por lo tanto, la fuerza total de la afirmacion que esta casi al inicio del capitulo V del Primer libro del capital, y que declara la invariabilidad del proceso laboral en si, respecto al variar de las formas sociales ^° ; y es U invariabilidad de los "niomentos simples del proceso productivo los cuales en el niismo capitulo soit ordenados como tres momentos {^'la actividad conforme a un fin, o sea el trabajo mismo; el objeto del trabajo; y los medios de trabajo"), pero que despues son mas numerosos (la actividad no es el fin, y la conformidad de una con otro no coincide ni con una ni con otro), y que pienso puede do algiin modo concordar con el elenco de las condiciones necesarias que he tratado de hacer, Aqui sin embargo me interesa mas bien senalar (para apoyar la imagen de la emulsion ya mas arriba citada) que aquel elenco de condiciones necesarias, ai no esta del todo equivocado, entonces puede restringirse a decir que en cada proceso productivo y cualquiera que sea este, necesariamente participan al menos la materia-masa, la energia y la informacion: que finalmente es un redescubrir que no hay manualidad sin intelectualidad (o por lo menos, en uno de los posibles sentidos de la expresion, no hay fabrilidad sin "signieidad"), aunque finalmente puede existir intelectualidad sin manualidad, pero solo en cuanto separacion social de las dos Alberto M. Clrese actividades. Una cosa es en efecto la invariabilidad transhistoriea y transcultural de las condiciones necesarias del proceso productivo simple, y otra es la variedad historiea y cultural de los modos sociales de division, gestion, apropiacion y expropiacion de aquellas condiciones (es oportuno recordar el buen sentido de aquel canto campesino de la Rabata, en contra de los intelectuales, (jue Ernesto De Martino reeogio ya hace muchos aflos: "Tu che fai Hntelligente, Non capici proprio niente: Se non fosse per i cafoni ti mangeresti . . . * mas lo que sigue). No puedo ahora tratar de hacer menos groseras y apresuradas estas consideraeiones sobre la necesaria conexion de la Informacion, energia y materia en el proceso productivo simple: no obstante habiendo tratado en otra parte de afinarlas^^ me faltan aqui por lo menos dos de las condiciones necesarias que mas arriba inventariaba: el espacio y el tiempo. 12.- La viabilldad cultural no es intinita: Iimites naturales y h'mites historicos de las opciones. (Figura 4). Antes de intentar un ulterior enriquecimiento, hago notar que la fig. 3 me parece que sugiere otra consideracion: por un lado contiene de algun modo la idea de la manipulabilidad social o cultural de las dos modalidades de la *'naturaJeza"; pero del otro, indica tambien la insuperabilidad de algunos h'mites que tanto la naturaleza externa como la interna a la especie imponen a la manipulabilidad misma. Cierto es en efecto, como di- "Tu que te haces el inteltgente; no entiendes realmente nada. Si no fuera por los campesinos te comert'as . .. 132 "aigniddad", fabrtOdad. cen Marx y Engels, que el hombre tiene "siempre frente a SI una naturaleza historica y una historia natural^'; pero es tambien cierto que "la prioridad de la naturaleza externa permanece firme" y que la organizacion fisica de la especie no es manipulable mas alia de ciertos h'mites (volvemos a hablar del buen sentido, en la historia del hombre que desafortunadamente murio justo cuando finalmente se habia acostumbrado a no comer), y de todas formas no es manipulable, ni en los mismos modos, ni en los mismos tiempos que son requeridos, para constrenir en eonducta forzada un rfo o para sembrar de "cerezos" la eampifia alemana que se ofrece a la "certeza sensible de Feuerbach' . En suma, me parece que una aceptacion de la hipotesis del primado de las infraestructuras (y de la fig. 3, independientemente de su colocacion en el origen o en un momento sucesivo del desarrollo humano) requiere aquello que yo ya he seilalado: el rechazo de una variabilidad intinita de las elecciones eulturales. No solamente porque los hombres hacen aiempre "entre limites, presupuestos y condiciones materiales determinadas e independientes de su arbitrio", sino tambien porque algunos de estos limites son insuperables: un ejemplo esta dado tambien por la insuprimibilidad de hasta solo una de las condieiones necesarias del proceso productivo simple. En otras palabras, me pareee que en la relacion con las condiciones naturales internas y extemas (comprendiendo aqui los hechos fisicos y qui'micos, y la manipulabilidad combinatoria de los elementos de conjuntos finitos) se va de un grado de transformabilidad cultural muy cercano al cero, y aun practicamente nulo, a un grado de transform abilidad que no es jamas total (o sea, no es jamas igual a 1): una raza puede cambiai su actitud subjetiva hacia otra (mas aun, debe hacerio, si esta le fuere hostil) pero no puede cambiar la pigmentacion de su epidermis (y lo mismo sucede con respecto a 133 Alberto M. Orae otras formaciones culturales transclasistas, ya sean estas permanentes o casi permanentes, como los eexos, o pcM" el contrario, transitorias, como los niveles de edad). Se debe naturalmente tener en cuenta qua en ciertas fases historicas pueden ser o parecer absolutamente no manipulables culturalmente ciertos datos o elementos naturales que, viceversa, el desarroUo tecnoMgico y cientifico Uega a manipular; pero quedan en pie ciertos limites de insuperabilidad absoluta (pienso en la autodestruccio'n que implicarlan lecciones "culturales" de autofagia, y tambi^n de suicidio colectivo; a menos que no se piense que la verdadera vida este en el mas alia). De otra manera van las cosas cuando las condiciones que delimitan el hacer humano son construeciones del hombre mismo: aqui la manipulabilidad aparece en proporciones inversas; casi total (o incluso igual a 1) por un lado; y jamas nula (o sea, jamas igual a cero) por otro lado. Pero no debemos olvidar despues, que la modificabilidad de principio, por asi decii, puede requerir tiempos muy largos de actuacion, y por lo tanto no resultar jamas total en los singulares instantes o en intervalos no suficientemente amplios (pienso por ejemplo en la resistencia de larga duracion que pueden oponer u oponen ciertas formaciones transclasistas de tipo historico, y no biologico, tales como la nacionalidad, las etnias, las religiones, las lenguas y similares). Esquematizo tambien aqui con una grafica (fig. 4) la que me parece ser la condieion general. Las partes negras y grises en la periferia querri'an representar respectivamente la naturaleza externa y la interna: lo negro eon su mayor o menor aiiciio indicaria el difercnte ^ado de ipanipulabilidad cultural de una y de otra (de 0, transformabilidad nula, o sea, de la parte mas ancha, no se llcga jamas a 1, transform abilidad total, portjue la ancbura no se anula); el gris a su vez indicari'a las zonas de la naturaleza interna o externa, que 134 "Signiddad", fabrQidad. Figura 4 tiaturaleza ^ ^ ^^ ^ ^ riaturaleza externa ^^^ =zz y^r interna en determinadas situaciones o epocaa, etc.. son culturalmente consideradas como no transformables, pero que sin embargo lo son o pueden serlo en otras condieiones bistoricas (tecnologicas, cienti'ficas, ideologicas, etc.). La parte marcada, en el centro, indicaria en cambio las construeciones historicas ya efectuadas, que eonstituyen tambien condieiones y li'mites del hacer humano, pero que son transforinables tambien totalmente,- aun en tiempos de diferente duracion (segun siis tipos, situaeiones, medios, etc.) como querria indicax la forma romboidal del espacio marcado. El espacio bianco, finalmente querri'a sefialar la zona de libcrlad, plena en si misma, pero delimitada, por un lado, por las condiciones histdricas, aunque sean totalmente transform ables en tiempos adecuados, y por el otro lado por las condiciones naturales internas y externas, que nunca se reducen a 0. La idea que la figur.T 4 quema representar, puede aparecer como demasiado vinculadora de la libertad de construccion cultural. Sin embargo, pierdc al menos una parte de tal apariencia si se le agrega la dimension que le falta, o sea, el tiempo: un prolongarse de la figura a la otra cara de la boja, y de la hoja bacia quien la mira, con 135 Alberto M. Ctrese todas las posibilidades conexas de dilatacion o de restriecion, o ineluso anulacion, de las areas grises o marcadas. Ciertamente, las paredes del "tubo" quedan insuperables asi como es insuprimible la muerte, pero innumerables y basta ilimitadas son las elecciones en el interior de aquellas paredes. Lo anterior no contiene determinismos mecdnicos, pero si, el beeho de que cada libertad se mueve entre condiciones dadas, bistoricas y naturales, internas y. externas. Libertad no ilimitada en suma, asi como de alguna manera he tratado de mostrar, examinando las relaeiones entre el sistema genetico-procreativo natural y las construeciones culturales de los sistemas terminologicos de parenteseo^^ 13.—La pareja dc parejas como condieion minima del parentesco. Simulacion grafica de una situacion de caza y recoleccion (figura 5). ^^ La alusion a los sistemas de parentesco me remite a la fig. 3 y al problema, todavfa pendiente, de la "familia". Pero el espacio y el tiempo disponibles son, desde bace mucho, cero, y por esto bare una meneion extremadamente apresurada. La pareja heterosexual M y H de la fig. 3 es concebida como unidad productivo-procreativo-comunicativa minima. Sin embargo es una pareja aislada, y por lo tanto privada de relaciones sociales externas a &i misma. Llaniarla, aunque sea genericamente, "familia" (tambien prescindiendo de cada una de las otras cuestiones acerca de las diferencias entre familias nucleares, extensa, monogamica, poUgamica, etc.) tiene en consecueneia un sentido bastante distinto que llamar familia a un nlicleo procreativo-comunicativo que estd en conexion con otros nucleos similares. En efecto, en este segundo caso aparece, creo yo, 136 "SIgnicidad". fUbrOtdad •. . un vinculo como el del parentesco, qua por el contrario en sentido estricto no existe entre los componentes de la pareja (marido y mujer, a mi parecer, no son parientes en sentido preciso porque no son, al menos normalmente. ni consanguineos, ni afines: la relacion conyugal/ procreativa es en canibio la matriz tanto de la prosecucion de la consanguiiiidad como de la creacion de la afinidad, y es entonces la matriz que eontinuamente genera y regenera el parentesco). Es necesaria pues la rcpresentacion de al menos dos unidades productivo-procreativo-comunicativas. Trato de hacerlo en la figura 5 que en vcrdad debena estar precedida de otras figiiras preparatorias y por asi decir intermcdias respccto a la fig. 3. Pero omito complctamente todo el procedimiento, y su justificacion, limitandome a decir sumariamente que: a. para siniplificar al menos provisoriamente la tarea, oinito y doy por sobreentcndida la reprcsentacion de la relacion con la naturaleza psicosomatica, o sea, interna a la especie; b. abandono la referencia directa a los cuatro aspectos o momeiitoh niarx-engelsianos, considerandolos comprendidos en las tres relaeiones sociales fundamentales. que aqui'Uamo respeetivaniente eooperacion laboral, cooperacion procreativa y lenguaje ^^\ e. asuino como referencia una sociedad de caza y reeoleccion, con una esqueniatica division sexual del trabajo entre miijeres recolectoras dc vegetales y hombres cazadores de animates; d. asumo ademas como referencia, siemprc esquematica, una situacion (o si sc quicrc, un momcnto cronologico) en la cual rija una regla de exogamia (y en caso especi'fico, de intcrcambio de lierinanas, considcrando que Ml sea hermuno dr I l l y M2 de H2); e. introduzeo la prescncia dc la prolr (que cntrc otras ' 137 Alberto M. Cireae cosas evidencia lo hecho por las mujeres con respecto a los restantes procesos laborales y comunicativos en los cuales participan); f. considero en conjunto la relacion de parentesco (consanguinidad por un lado y afinidad por el otro) como ia unica relacion social existente al principio a la cual Marx y Engels, en el punto III referido mas arriba, dan el nombre de "familia"; g. aislo esquematicamente en la naturaleza extra-somatica (o externa a la espeeie) solo el conjunto de ariimales y el de vegetales, consider an dolos provisoriamente como los unicos objetos de las operaciones de caza y recoleccion. 14.—Producciones naturales y productos humanos: distinciones conceptuales y terminologicas.^^ El pasaje de la simple pareja heterosexuada de la fig, 3 al par de parejas heterosexuadas de la fig. 5 presenta obviamente nuevos problemas. Si en efecto la relacion exogamica (y el intercambio de mujeres) esta ya de algiin modo indicado (aunque de manera muy alusiva), falta sin embargo por completo la indicacion de las relaciones de cooperacion laboral entre las parejas, de la acumulacion-redistribucion de los bienes o de los ciclos de reciprocidad, y en fin, de la distineion entre cireulaeiones que llamare grosso modo de subsistencia y eireulaeiones eon un caracter que llamare signico (para evitar ciertas ambigiiedades conectadas al uso eorriente del termino "simbolico"), y que en la fig. 5 son demasiado forzadamente reducidas al puro lenguaje. Pero son cuestiones que no puedo afrontar. Aqui en lugar de ello hare meneion, aunque sea brevemente, de un punto coneetado con lo que Marx y Engels dicen en las paginas conaderadas. La fig. 5 asume que las operaciones de solamente caz& y recc'eeeion 138 "signicidad", fabrilidad... son ya un producir. En cambio habri'a motivo para pensar que tal vez Marx y Engels, al menos en las paginas exaininadas, consideran el "producir ' iniciado solo cuando comienza el cultivo y la cri'a^®. No diseutire la cuestion. Me limito a decir cual es para mi el cuadro de referencia en el interior del cual asumo eomo "producir" tambien la caza y recoleccion puras. En efecto, liego a distinguir entre: 1.— N-producciones. o sea materias o frutos naturales, o sea "producciones espontaneas" de la naturaleza, que permanecen en el lugar y no son (todavia) recogidas por hombres o mujeres: bayas o raices, por ejemplo, o animales salvajes, ademas de yacimientos de arcilla o turba o ambar o petroleo, y florestas o cursos de agua, asi como se han formado o configurado antes o independientemente de los bombres: segun el marxisnio se tratan'a de (potenciales) objetos de trabajo todavia no desprendidos de su nexo inmediato con el orbe terraqueo y por lo tanto no filtrados aiin a traves de eualquier trabajo {Capital, Libro I, Seec. Ill, cap. 5); 2.— U-productos, o sea, resultados de eualquier actividad humana (trabajo) que, en un limite inferior puede tambien reducirse a la pura y simple recoleccion (y sucesivo uso) de N-producciones; por lo cual el Ij producto de las operaciones (laborales) de recoleccion no son las raices o las bayas (que en cuanto tales, son N producciones) sino en eambio las raices y las bayas en cuanto recolectadas. es decir, desprendidas, por obra del honibre, de su nexo inmediato con el orbe, etc.; asi de alguna manera, aunque desdnadas solamente al consumo aliment'.cio (esto es, el proceso organico), las bayas 139 Alberto M. Cirese o raices podrian Uamarse encuadrables como materias primas, una vez que^ cualquier mano las haya desenterrado, recolectado de La tierra, arrancado de la rama, etc. (y no volvere aqui sobre la caracterizacion "historica", para los hombres, de acciones que en si son comunes aiin a otras especies animales); En consecuencia tiendo a distinguir entrer 3.— N-disponibilidades, o sea, disponibilidades puramente objetivas (o naturales) de N-producciones, o sea, cantidad-calidad de N producdones presentes en una situacion dada (e independientemente de las accesibilidades culturales las cuales aparecen en el punto 4); 4 . - C-accesibilidad, o sea, accesibiiidad eultural de las N-producciones, N disponibles en una situacion dada, por parte de este o aquel grupo humano; y se trata, o bien de accesibilidades tecnologicas, o bien de accesibilidadea ideologicas, o de ambas: ciertas bayas comestibles, aunque N-disponibles, pueden quedar sin reeolectar (o sea, no transformarse en U-productos) como tabu (y no hablare de las vacas en la India); o si no, ciertas raices pueden no ser extraidas (o serlo inadecuadamente) por insuficieneia de medios de extraccion o por escaso aprovecbamiento del principio de la palanca, etc.; 5.— N-necesidades o sea, necesidades naturales (de pura supervivencia fisico-psiquica y de procreacion); se trata del h'mite que opone a la vaiiabilidad cultural la naturaleza psico-somatica o interna a la espeeie; y es un li'mite que, aunque eultural o historicamente variable, tiene de todas formas umbrales minimos debajo de los euales no se puede descender 140 ' "stgniddad", fabriltdad. Figura 5 £1 macho M-1 es hermano de la hembra tI-1 y el macho M-2 es hermano dc la hembra (1-2. nat.: naturaleza. T: trabajo. C. L.: cooperacion laboral. P: producto. C. P.: cooperacion procreativa. G. y P.: gestacion y parto. Alberto M. Ctrtae (para tener en cuenta la variabilidad cultural del limite se podria dccir niejor N/necesidades/sj, o sea, N necesidades dada la situacion cultural i); 6.*- C-necesidades o sea, necesidades que, mas alia de las satisfaccion de las N necesidades primeras, pero tambien en relaeion a los modos de su satisfaceion, son generadas por cada complejo soeial en cada momento singular de su proceso, puramentc repetitivo o en mas o menos rapida modifieaeion (y se podrian distinguir las C-necesidades situaeion por situacion, con la expresion C-necesidades/si, o sea, neeesidades culturales dada la situacion i)^'. S^ que las distinciones propuestas requieren multiples afinamientos (sobrc todo en lo que respeeta a N-necesidades y C-nccesidades). Pero mientras tanto me sirven para encarar de un modo menos confuso el problema de los excedentes y de los plusproductos (o mejor dicho de los U-plusproductos). Ya que excedentes y sobrantes son coneeptos relativos, y relativos a muchos posibles te.rminos de referencia. Una misma cantidad de Ndisponibilidades puede resultar ineuficiente, suficiente o excedentc, segun las efcctivas C-accesibilidades, por un lado, y de la medida de las N necesidades y de las C-necesidades, por el otro. Adenias tambien en igualdad de C-accesibilidades, podran verificarse insuficiencias o excedencias segun se efectue o no trabajo ulterior respeeto al trabajo ncccsario. Mas aun: las excedencias podrian darsc respecto al individuo pero no respecto a la pareja; o respecto a la pareja y no respecto a la prole; o respecto a la prole y no respeeto al grupo, o al mantenimiento de los ancianos etc. Pero es momento de poner fin a estas notas que van asumiendo cada vez mas cl desarrollo de una divagacion. Espero solamente que resulten lo que pretendian 142 "signlcidad ", fabritidad. ser: una tentativa de proponer cuestiones, un pedido de cooperacion para solucionarlas (con un juicio sobre La propuesta del uso de las graficas como instrumento heuri&tico y no como ilustracion). Fotograftaf Nacho Gomez Arriola. 143 1 C. Lcvi-Strauss, El Pensamiento Salvaje, Fondo de Cultura Economica, Mexico, 1972, p. 38. 2 Verlaspp. 15-20 y 99-100 de la antologia Marx, Engels, Lenin, Suite societd precapitalistiche, MOano, 1970, seleccion e introduccion de M. Godelier. distinguen dc los brutos no cs que eUos piensan, sino que empiezan a producir sus medios de subsistenda". N.T. 5 Ver mas adelante el pasaje D. 6 Tambien en el original el texto dice: "primer hecho histSrico", en lugar dc "segundo", 3 K. Marx, F. Engels. como el orden de la enumcraLa Ideologia Alemana, don quem'a. Por comodiad de Ediciones dc Cultura Popular, Mexico, 1973, pp. 24-26, 38, lectura me permito (aqui y mas adelante: vcr nota 10) in40-45. Los paiTafos aqui citados for- trodudr la correccion porque nian parte dc aquellas paginas me parccc que se trata solo dc del manuscrito t^ue tuvieron un simple lapsus de escritura diferente colocacion en sus di- (a menos que se quiera suponer versas ediciones (ver 1967, pp. que Marx y Engels verdadcraXC-XCII, y Deutsche Zeits- mcnte pensaban que la satischrift fur Philosophie, no. 10, faccion de las necesidades se1966, pp. 1196-98), pero t^nto gundas es cl primer hccho hisen la disposiclon i926-l966 torico del hombre, en cuanto la como en la dc 1932, cl orden satisfaccion de las necesidades de precedencia entre los /arios primcras no seria tal, pertencparrafos aqui utilizados resulta ciendu tambien a los animales el mismo, exccpto en el que se no humanos, a los cualea sc menciona la generatio ae(^uwo- negari'an las necesidades segunca, que en la disposicion dc das; pero seria probable me nte 1932 esta colocado despues de una operacion psicofanta-filola enumeracion de los momen- logia aunque me parcce surgitos I-IV, mientras en la de ri'a por un lado algun problema 1966 sigue el parrafo que aqui' por la "historicidad" de las ac•e menciona bajo la letra A y ciones en comiin con los aniprecede el momento I. Algunos males, y por cl otro tcndri'ade los parrafos citados apare- mos que asignar un caractcr cen tambien, con diferente incremental al mecanismo dc traduccion, en la antologiu de las ncccsidades segundas, ver M. Godelier mcncionada en la notas 13 y 19). noU2. 7 B. 4 Una £rase, luego suprimi- Una teoria cientifica de la cultura, da dcci'a: "El primer acto historico de es- Buenos Aires, SudamcHcana, tos individuos, por el cual se 1970, pp. 49-55. 144 "Sgniddad". fitbrOidad . . . 8 Me reficro a este problcma en Intellettuali, folklore, istinto di classe, Torino, 1976, pp. 121-27 (*la ultima parte de esta obra esta tradudda al espaiiol: Concepciones del mundo, ftlosofia espontdnea e instinto de close en las Observaciones sobre el folklor de A. Gramsci, Cuademos de la Casa Chata, Mexico, CISINAH, 1979); tenemos ahora que ver (y tendremos que discutir) las objeciones sobrc cl argumento (y otras) de F. Remotti, Tendenze autarchiche nelVantropologia culturale italiana, en "Rasaegna di Sociologia", XIX, n. 2, 1978, pp. 183-226. 9 "No es la concicnda dc los hombres la que dctermina su icr, sino que al contrario e» su scr social cl que dctermina su eonciencia" (Per la crttica dell'economia politico, Roma, 1957, p. 11) El pasaic desde "vida' a "scr social" (no marcado por M. Godelier, p. 16 op. cit. en la nota 2) me parccc notable tambien a nivcl csticchamentc etnoantiopologico (vcr noU 15). 10 Para la rc/formulacion dc esta expresion que Engels opero en 1884 y para algunot problcmas eonexos, Cfr. Ciicsc: "Lavorare, Procreare, Produrre, Consumare. Anotazioni a margine", en La Ricerca Folklnrica, No. 10 Grafo Edizioni. Milano, 1985. 11 El texto dice "cuatro" en vez de "trcs", como me parece que dcbcri'a ser; pienso tambien aqui (ver nota 6) en un lapsiu dc eacritura, y por la misma eomodidad de lectura me permito corrcgir. 12 Una nota al margcn de Marx aiiadc: "Los hombres tienen una historia porque tiencn que producir su vida y tienen que hacerlo precisamentc de una mancra determinada: es una consecueneia de su organizacion ft»ica y tambien de su eonciencia". 13 En respucsta a algunas objccioncs, en el arti'culo citado atras (Cfr. nota 12) preciso mejor los criterins v las razones que me han llevado a examinar un solo texto marxiano y tan solo algunas de sus paginas. 14 Para la discusion suscitada por la distincion entre procreacion y trabajo, vcr cl arti'culo citado en la nota anterior. 15 Por lo que concicrne a la posibflidad de considerar la ngura 1, como represcntativa dc una tMC cronologica anterior a la representada en la f\gura 1, ver U nota 16. 16 Solo dc manera imprecisa cntrevco la posibilidad de superar ct obstaculo considerando la situacion representada por la Fig. 1 como una espccic de fase intermedia cntrc el cstado puramente animal (superado, pucsto que las acciones del vivir son consideradas ya "historical") y cl estado plenamcnte humano, con plena prcsencia dc la eonciencia y del lenguaje, rcprescntado mas adelante ptv la Fig. 2; y le podri'a decii que en la fasc de la Fig. 1 existc solamente la necesidad asociativa, mientras en la fasc de la Fig. 2 existe su satisfaccion en el lenguaje (para mejor in- 145 Alberto M. Grtx formacion acerca dc la eventual posibilidad de difeTenciacion con base a la produccion, vcr nota 20) ^Pero sen'a suficiente para explicar por que las acdo' nes de subsistencia y de procreacion de la Fig. 1, que son efectuadas tambicn por los animales, son historicas para la cspecie humana (todavi'a en fase de necesidad asociativa) y pot el contrario no lo son para los animales? Personalmente siento la necesidad de alguna referencia mas tangible que permita decir por que el comer y beber y habitar es trabajo para los hombres (tambicn en fase de ausencia de lenguaje o concicncia) y es un simple comer, beber y habitar para los animales no humanos: t^tal vez porquc cstos ultimos no tendri'an neccsidades segundas? (ver nota 6) iO tal vez porquc vari'an las mismas ncccsidades pHmeras?. (Para mayor informacion sobre posiblcs diferencias concemientes al vcstir, ver la nota 14). Obviamentc sc trata de cucstiones a las cualcK es nccesario enfrentarse mas con Lcroi-Gourhan, por ejemplo, que por via especulativa. Sin em* bargo los cuadros teoricos dc referencia ticnen la importancia que todos sabemos no solamente para determinar los programas de investigacion, si> no tambien para la misma recolcccion y lectura dc datos: por lo que no es superfluo que por un lado los expUquemos, y por el otro probemos, tambicn tcoricamente, su consistencia. 17 A proposito del "vcstir" y con referenda a la nota 13, se podri'a tal vez considerar como radicalmentc discrimi- 146 natorio el hccho dc que los animales no humanos, en general, no tiencn "vestidos" como anadidura cxtra-somatica, micntras que el bombre (bi'pedo implume, precisamente) tienc quc proteger el cuei^ po con anadiduras al soma: o sea, tiene aqucUa que podri'a llamarsc una "libcrtad (y necesidad) de vestimentas", que por un lado no compartc con los otros animates, y que por d otro pcrmitc asignar a los vestidos (como forma dc anadidura al "cueq>o", analoga por fin al afeite) una "signicidad" que va mas alia de su funcionalidad protectora (y no es necesario decir cuanta importancia tienen los vestidos co* mo "signos", por lo menos desde Bogatirev en adelantc). Y arricsgando lucgo nuevas condusiones, sc podria anadir quc vestidos, tatuajes, pintura corporal (y mascara, o latinamcnte persona) cxpresan la capaddad de utilizar cl soma como representante de si mismo: capacidad de autorefcrcnda cntonccs que es rai'z o manifestacion dc la capacidad metalingui'stica. Por lo cual la diferencia entre hombres y animales estaria, para decir una frase de efccto, en cl uso del afeite (uso tan largamentc dcscstimado cntre nosotros como fcmenino, y por el contrario asumido hasta como fundante). PcTO se trata de cosas a considerar con mas sericdad dc la que sc rcquiere para lanzar modas, aunque creo quc hay un nudeo dc verdad en la idea dc que la fundamental diferencia entrc hombres y animales no csta ni en el lenguajc, ni en los instrumentos (comunes los dos a los unos y a los otros), sino que csta en cambio en d ••Signiddad", fabrtUdad . . . mctalenguajc y en los metains- dallo stregone? Proposta di un trumcntos, o sea en el hecho sistema di notazione logica e dc quc los hombres tiencn un calcolo (NLC) delle relazioni lenguajc capaz de hablar de si diparentela L Uomo mismo, asi como son capaccs dir. V. Grottanclli, vol. 11, n, dc construir instrumentos que 2.1978: hacen otros instrumentos: y entonces el vestuario o el afci- 23 La Heura 5' ha suscitado tc se colocarian a lo largo dc intcrTOgaciones y planteado una li'nca que, a traves de los dudas, mas especialmcntc por milcnios, por un lado lleva has- lo que toca a las relaciones dc ta la posibilidad dc constituir dominio y cl parentesco que (y de rcsolver) la antinomia del trato de respondcr en otra parmcntiroso, y por el otro llega te. Cfr. "Lavorare, Procreare, Produrre, Consumare". Art. a la cibcrnctica. Para prccisioncs ultcriorcs cit. p. 96-9B. sobrc los puntos aqui senalados 24 Con esto rcsulta lamentavease mi articulo: blemente abandonada tambicn "Linguaggio e Metalingua- la distincion entre nccesidades ggio, Strumenti e Metastrumen- primeras y necesidades segunti" (1980) en: das, o sea, entre trabajo/1 y Ciiesc, Segnicitd, Fabrilitd, Pro- trabajo/2: digo lamentablemcncreazione. Appund etnoantro- te porque me parecc que gran pologici, Cisu, Roma, 1984. parte del mecanismo dc crecimicnto de las socicdades sobrc 18 Cfr: "Lavorare, Procreare, si mismas, puede cncontrarse Produrre, Consumare . . . " no solo en la excedencia de las Art. cit. p. 94 y SS. energi'as organicas respecto a la satisfaccion de las nccesidades 19 VcrnoU9. primeras (en terminos de N-neccsidadcs primeras, ver mas 20 "La produccion de valores adelantc), sino tambicn en el de uso o bienes no modifica su mecanismo de tcndencia en esnaturalcza general por el hecho piral e incremental del surgidc cfectuarsc para el capitalists miento de necesidades seguny bajo su tlscalizacion. Dc ahi das (y luego terccras, cuvtai que en un comicnzo debamos y asi sucesivamcntc). invcstigar el proceso de trabajo prcscindiendo de la forma social determinada que asuma". 25 Fr. ibidem, p. 83 y SS. {El Capital, tomo l/vol. 1 (8 ed.); p. 215 a p. 216; trata dc 26 Podria ser esta una razon la enumeracibn de los momcn- de mas para aceptar la idea de tos simples del proceso laboral un salto cronologico cntrc la quc yo menciono y otros). Fig. 1 y la Fig. 2; vcr nota 16 (Ver apendices 3, 4, 5, 7). (y Cfr. NT. 5). 27 Como ya mas sumariamen21 Cfr. ibidem, p. 70 y SS. tc en las notas de prescntacion de los objetivos y metodos de 22 Ver Ciresc, A. la tnuestra A mbra, oro del A scuola dai'logici o a scuola Nord (Venezia, Palazzo Ducale, 147 Alberto M. Cirese 1978, pp. ^-10 del Catalogo. Alfleri, Venezia, 1978), uttlizo y adapto una parte de los apuntes producidos en relacion a algunos puntos del volumen Da Gramsci a Marx: U blocco logico storico de Giuseppe Prestipino (Roma, 1979) que amistosamente quiso tenerlos en cuenta en su trabajo (pp. 19, 142-43, nt 12, 145 nt. 19). 148 Omito las partes relativas a la cTi'a de los animales en su relacion de posterioridad con respecto d La crianza de los hgos que no obstante de alguna manera anticipa, y tambien Us relativas a la dificultad de configurar el objeto y el instnimento de trabajo en el proceso de procreacion (que es N-pioduccion o U-producto).