FORMACIÓN EN TRABAJOS VERTICALES Hoy en día son cada vez más las entidades y empresas que ofrecen servicios de formación para trabajos en altura en general y en trabajos verticales en particular, en nuestro país. Este incremento de la oferta merece cuando menos una pequeña reflexión, con el objeto de recordar en qué momento se encuentra y de dónde parte la misma. La crisis de sectores como el de la construcción ha originado que los trabajadores y profesionales de este sector, e incluso empresas de construcción, o afines, como las de mantenimientos, de instalaciones, u otros servicios (fontanería, electricidad, pintura, etc.), se vean abocadas a buscar nuevas actividades y trabajos, siendo el ámbito de la rehabilitación y de los mantenimientos de edificios, de estructuras, de instalaciones, etc., en altura, una salida o una oportunidad de continuar trabajando u operando. Para ello, la adopción de medidas de reactivación de la economía española, a través de propuestas de cambio como, por ejemplo, en la reforma de viviendas y sobre todo en la rehabilitación de edificios, solventarán, en cierta medida, la grave situación por la que atraviesa el sector de la construcción y sus afines, pero harán necesario, a parte de medidas fiscales, administrativas, financieras, en especial la de desarrollar planes de formación y especialización para los trabajadores implicados. Es aquí, en lo referente a la formación en trabajos verticales, como equipo de trabajo para ejecutar trabajos temporales en altura, método o sistema reconocido para por ejemplo rehabilitar edificios, donde la formación se hace aún más imprescindible y exigible. Hace pocos años a las empresas de trabajos verticales les era difícil contratar a trabajadores para trabajar en estas técnicas en altura. En la actualidad no sólo tienen mayores oportunidades de contratar, principalmente por la oferta existente, sino que además, los trabajadores ya vienen con formación específica en técnicas de trabajos verticales, o se les exige tenerla, y no sólo trabajan en empresas de trabajos verticales, sino también en empresas de servicios, de construcción, de mantenimientos, que han creado una división o departamento para realizar trabajos en altura. La formación en técnicas de trabajos verticales es obligatoria según lo establecido en el RD 2177/2004. Esta disposición normativa que modifica el Rd 1215/1997 sobre equipos de trabajo, en su apartado 4.4.1 f) dispone los contenidos formativos que los trabajadores que realicen trabajos verticales deben tener y conocer en función de las operaciones previstas a ejecutar. Estos contenidos se basan en una propuesta que la Asociación Nacional de Empresas de Trabajos Verticales (ANETVA) realizó como consecuencia de su participación en el proceso de transposición de la Directiva 45/2001/CE, siendo una de las pocas normativas europeas sobre trabajos verticales, por no decir la única, que recoge o refiere aspectos concretos sobre cómo debe ser esta formación, adecuada y específica, y la base de contenidos. Desde la aparición de este Real Decreto, y por el reconocimiento que suponía para la actividad, se ha producido paulatinamente la aparición de empresas, entidades y particulares que “venden” u “ofrecen” formación en técnicas de trabajos verticales, ante la falta de concreción y regulación oficial de ciertos aspectos relacionados con la misma. Pero esto no significa la existencia de divergencias en la formación, en sus contenidos o en los procedimientos, como hemos podido leer en algún artículo recientemente. Afirmar esto, es desconocer, o ignorar, que desde el año 1997 cuando aparece el primer manual sobre trabajos verticales editado por ANETVA, se unifican criterios, contenidos y procedimientos concretos sobre la formación en estas técnicas, y que ha servido para formar hasta la fecha, siendo la referencia, a muchos profesionales en los trabajos verticales de nuestro país. Desde entonces, la evolución en la formación en técnicas de trabajos verticales ha sido constante como se puede confirmar por la mejora en los procesos y en la oferta formativa, por la aparición de centros de formación en estas técnicas reconocidos por ANETVA, por la acreditación de Monitores Formadores, incluso por la aparición de manuales de formación más amplios o específicos de alguna técnica en particular, por la evolución técnica de los equipos de trabajo y protección que se utilizan; todo ello bajo criterios de unidad, pero siendo conscientes de que faltaba un aspecto importante, la regulación oficial de la formación en técnicas de trabajos verticales, en lo que la Asociación está trabajando. ANETVA, en su momento, propuso en ese proceso de transposición de la Directiva Europea, no sólo los contenidos de la formación, que al final aparecieron de manera esquemática, sino también que ésta estuviera reconocida oficialmente, estructurada con base en los procedimientos de formación reconocidos y establecidos por la misma, y fuera progresiva. No fue posible que esas peticiones tuvieran un reconocimiento oficial, pero sigue esforzándose para que lo sea en un futuro próximo, para conseguir por ejemplo lo que se aplica en algún país europeo, en donde para poder trabajar en trabajos verticales es necesario estar acreditado de manera oficial. La formación en técnicas de trabajos verticales que ANETVA desarrolla y acredita, y que propone para obtener ese reconocimiento oficial, es exigente, adecuada, específica, está estructurada, es progresiva y está supervisada por Técnicos en prevención de riesgos laborales, dado el marcado componente preventivo que contiene. Esta estructura de la formación en técnicas de trabajos verticales permite definir perfiles profesionales con diferentes niveles de especialización y responsabilidad. Además se exige que la formación sea progresiva de manera que el acceso al siguiente nivel de formación debe comportar obligatoriamente la superación y acreditación del nivel inferior, y el correspondiente periodo de trabajo efectivo que se determine. Podemos afirmar que la formación es una de las bases para que los Trabajos Verticales sean considerados técnicas seguras, ya la cantidad de conocimientos y habilidades necesarias para su ejecución son considerables y la práctica profesional diaria exige una buena capacidad de anticipación. En la actualidad en nuestro país existe unanimidad en los contenidos formativos, por disposición normativa en las técnicas de trabajos verticales, y una propuesta formativa concreta y detallada reconocida por ANETVA, como representante a nivel nacional de la actividad de los trabajos verticales, que lejos de comparativas, ofrece y reúne todos estos factores, y puede considerarse a la altura, e incluso, muy por encima de otras que se postulan como referencia nacional o internacional. David Cendal Moreda Gerente de ANETVA