66 ENTREVISTA nacional 67 INFASHION La bogotana Sara Triana es nuestra embajadora en Francia y en Oriente Medio. Su línea balnéaire es el peldaño más reciente que ha escalado, luego de trabajar con firmas y casas de moda de París. Fotografías: juan camilo palacio fotografÍas de productos: cortesÍa N o se trata de diminutos trajes de baño para nadar o para tomar el sol; la marca epónima de Sara Triana es una oportunidad para aprender sobre el universo de la moda balnearia que, a pesar de estar inspirada en el elemento agua, va más allá de las piscinas y del mar. Sus diseños de vestidos, salidas de baño, túnicas e, incluso, pantalones y enterizos de seda, viscosa y fibras elásticas con cristales de Swarovski, invitan a disfrutar de otros momentos, sin centrar exclusivamente su atención en el vestido de baño. El lanzamiento de su sello, hace un par de meses (con tiendas propias en París, Dubái y Bogotá), es apenas el más reciente peldaño en la ascendente carrera de esta egresada de la Escuela Arturo Tejada Cano, que luego de titularse en 1998 abrió su taller europa bajo el sol caribe En Oriente Medio fue el lanzamiento de la línea balnearia de Sara Triana, en el verano de 2009. de confección en Bogotá y a finales del año 2000 viajó a la escuela Mode Estah de París a especializarse en artes y técnicas de la moda. En 2007 tomó dos años de auditorías de historia del arte en la Ecole du Louvre; hoy, la 6 Rue Mercoeur es su residencia en la capital del chic y la sede de Sara Triana Balnéarie. En esta década, la bogotana de 31 años ha ganado dos premios de diseño por un envase de perfumería y por un uniforme futurista; también ideó, patronó, cortó, cosió y hasta estampó su talento en prestigiosas vitrinas de compañías como Laura Aime, encargada de la producción de la línea de prêt-à-porter de El Corte Inglés en España, Galeries Lafayette en París y Hallhuber en Alemania. También trabajó en el atelier de Sandro París e, incluso, llegó al backstage de las pasarelas de Girbaud, Chanel, Paco Rabanne y Jean Paul-Gaultier, en el verano de 2005. IF: ¿Cómo llegó a las importantes vitrinas de El Corte Inglés, de Galeries Lafayette y de Hallhuber? Sara Triana: Cuando fui a París a especializarme en la escuela Esmod conocí a Roberto Fabriz, entonces director artístico de la casa Ungaro. Por mi portafolio, él me aconsejó seguir la especialización en alternancia para diseñadores que ya tuvieran una primera formación, en la escuela Mode Estah. Así lo hice y a los quince días de haber llegado a París me asignaron mi formación con la marca Laura Aime, la oficina de diseño del prêt-à-porter de las tres marcas. ¿Cuáles eran sus funciones? Formé parte de un equipo de cuatro diseñadores patronistas; proponíamos temas, diseños, telas, accesorios; sacábamos moldería y dirigíamos el proceso de muestras físicas para el show room. Yo era la única que manejaba los programas de diseño por computador, entonces, empecé a crear estampados y a dirigir el desarrollo de los productos terminados con los proveedores de Asia y de Marruecos. Cuando terminé mi especialización, Laura Aime me contrató. 68 ENTREVISTA nacional 69 INFASHION “En París NO suena EL DISEÑO COLOMBIANO (sÓlo Esteban Cortázar), PUES SU estilo VA CON el mercado norteamericano; aún no se orienta hacia el europeo”. ¿Reflejaba sus raíces colombianas en sus diseños en París? ¡Claro! Para el evento ‘Les flaçons en folie’, de la perfumería Marionnaud, propuse una botella de perfume inspirada en el poporo colombiano (allí entendí el origen de la botella de J’adore de Dior) y fue seleccionada entre 145 opciones de escuelas de diseño de Francia para una exposición con 45 botellas más en la boutique de la perfumería en los Campos Elíseos. Y, para la firma Sandro París, estampé motivos de molas y complementé unos bolsos con llaveros de tagua hechos por un artesano bogotano. ¿Cómo llegó al backstage de la Semana de la Moda de París? Luego de tres años y medio de prêt-à-porter en Laura Aime, quise tomar otro rumbo; ansiaba descubrir el funcionamiento de las casas parisinas. En la búsqueda de esta oportunidad, respondí a un anuncio de la agencia encargada de la logística de los desfiles de moda de las casas más reputadas, para la temporada primavera-verano 2005 —presentada en octubre de 2004—. El requisito era ser diseñador para manipular las prendas, ensayarlas, vestir a las modelos y reunir el vestuario al final del show. Para usted, ¿cuál fue el backstage más duro y cuál el más divertido? El más duro fue el de Lagerfeld Gallery, pues implicaba asumir de inmediato el ritmo del equipo de trabajo y la rigurosidad de Karl Lagerfeld. Y el más divertido fue el desfile de la colección prêt-à-porter verano 2005 de Chanel, pues fue la temporada en que hizo una puesta en escena de las alfombras rojas, al estilo del Festival de Cannes, con sus fotógrafos al final de la escalera. Abrieron el desfile las divas de la pasarela de los noventa Linda Evangelista, Kristen McMenamy, Nadja Auermann, Naomi Campbell, Shalom Harlow, Amber Valletta y Eva Herzigova, y lo cerró Nicole Kidman, quien era la imagen de Chanel No 5. ¿Y cómo llegó a Sandro París? Unos días después de la semana de la moda, iba a una entrevista para diseñar en una casa de prêt-à-porter en el barrio Sentier. Pasé por Sandro y vi un anuncio en la vitrina. Buscaban patronista; entré, me entrevistaron y la creadora de la marca me llamó al día siguiente. Allá me quedé por cuatro años (de 2004 a 2008). ¿Cuáles fueron sus funciones? A Sandro llegué como patronista y al mes pasé al área de diseño. Con las fichas técnicas de los suéteres hechos en Asia, propuse puntos de tejido, composiciones de fibras, gauges y bordados; luego, fui responsable de la búsqueda de nuevos materiales y elementos para las colecciones, del desarrollo de las muestras en Asia e Italia y del tejido plano en India. Gracias al éxito que tuvo el produc- to terminado en el extranjero, me dieron la responsabilidad del tejido de punto en Portugal y del denim en Turquía, así que empecé a visitar las fábricas para hacer directamente los lanzamientos de los nuevos modelos. La fusión entre Sandro y el sello Comptoir des Cotonniers generó un crecimiento de ocho a cien boutiques en los últimos cuatro años; entonces, me asignaron el desarrollo de las prendas de cuero, de la marroquinería y del calzado, de la colección infantil y la masculina; incluso, tenía a mi cargo el diseño del papel de empaque en los almacenes. ¿Qué referencias tienen en Europa de la moda colombiana? Llega el eco de la buena manufactura colombiana. Y sobre personajes del diseño nacional sólo se oyen sus nombres cuando hay un evento de varios creadores colombianos en París. Por ejemplo, en el verano de 2005 hubo un desfile de Silvia Tcherassi y Ricardo Pava. Claro que también reconocen a Esteban Cortázar por su trabajo en Ungaro; cuando vimos el desfile, lo primero que dije en la oficina fue: “¡quiero que sepan que Esteban Cortázar es colombiano!”. Sara Triana, ‘¡al agua!’ ¿Por qué eligió el universo beachwear para su empresa? En los últimos diez años he trabajado en prêt-à-porter, Alta Costura y accesorios; sólo me faltaba trabajar la parte balnearia. ¿Hace cuánto creó su propia marca? ¿En dónde nació este proyecto? Hace 12 años (cuando me gradué); empecé en Bogotá con prêt-à-porter de luxe. En París diseñé trajes de gala. Y Sara Triana Balnéaire nació hace dos años, en Cartagena; finalmente, la dibujé de vuelta en París. ¿Cuáles mercados ha conquistado hasta el momento? El lanzamiento fue en los Emiratos Árabes Unidos, en el salón Fashion Expo Arabia. En París está registrada la marca, allá está la oficina administrativa con venta directa; por la página de Internet (www.saratriana.com) hay envíos desde Colombia a cualquier ciudad. Y tengo mercado en Oriente Medio. ¿Cómo apoya, con su empresa, la moda colombiana? Dirijo mi firma desde París, mi colección se realiza en Colombia, en donde desarrollamos las telas, las muestras y la producción. ¿Qué es lo mejor de tener marca propia? Me expreso libremente, no a través de otra imagen sino de la propia. Hoy estoy en mi proyecto, pero sigo trabajando en París, en Turquía y en la India como free lance y como consultora de marcas.