Tuero

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ANÁLISIS DE LA NATACIÓN SINCRONIZADA DESDE EL ÁMBITO ESCOLAR.
TUERO, C., SALGUERO, A., LÓPEZ, J.
FACULTAD DE CIENCIAS DE LA ACTIVIDAD FÍSICA Y EL DEPORTE DE LA UNIVERSIDAD DE LEÓN.
RESUMEN.
Ante la escasa incidencia de incluir contenidos acuáticos en el currículo escolar, parece
casi obligado que una vez más tratemos de indagar en las posibilidades educativas del medio
acuático como una de las grandes deudas que debieran asumir los centros escolares. Una de
estas posibilidades es la natación sincronizada que se incluye en las actividades acuáticas, y
evidentemente en el marco de las actividades acuáticas educativas, además de su faceta
exclusivamente deportivo-competitiva - que en este trabajo obviamos -. Partiendo de la premisa
que la natación sincronizada es una de las grandes desconocidas de las modalidades
deportivas acuáticas, este trabajo pretende profundizar en esta disciplina puesto que algunos
de sus componentes básicos no son solo susceptibles de desarrollo en el ámbito escolar sino
que también contribuyen a la adquisición de una autonomía básica en el medio acuático por
parte de los escolares.
PALABRAS CLAVE.
Medio acuático, expresión, coreografía, sincronización.
OBJETIVOS.
La finalidad de este trabajo es analizar desde una perspectiva educativa una disciplina
acuática como es la natación sincronizada.
Como objetivos más concretos nos planteamos:
ƒ Explorar las posibilidades educativas del medio acuático a partir de los
componentes de la natación sincronizada.
ƒ Reflexionar sobre elementos como la expresión y la coreografía en el espacio
acuático.
MARCO CONCEPTUAL Y EVOLUTIVO.
Bissieres-Cottereau (1988) expresaba que la natación sincronizada era una actividad
física de expresión al mismo nivel que la danza, la gimnasia artística o rítmica, sin embargo
frente a estas disciplinas, la modalidad acuática es una gran desconocida y especialmente en el
contexto escolar, y ya no sólo por la tan mencionada lejanía del espacio acuático de la
institución educativa, sino porque a nivel deportivo, en nuestro país, su desarrollo no se ha
generalizado a pesar de los éxitos competitivos.
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Esta modalidad acuática ha sido definida por De Maeyer (1989) como un conjunto de
movimientos acuáticos y simultáneos por uno o varios ejecutantes realizados con música bajo
formas de nado y de figuras simples o combinadas entre ellas. Palmer (1985) simplificaba la
concepción de esta disciplina considerándola como la ejecución de un encadenamiento
preestablecido de movimientos coordinados en ocasiones bajo un acompañamiento musical.
Para Del Castillo y Rodríguez (1998) la natación sincronizada es una disciplina cuyo principal
objetivo es demostrar el dominio total del medio a través de movimientos expresivos,
destacando su dimensión artística permitiendo al ejecutante expresarse a través de sus
movimientos.
Es necesario destacar que la natación sincronizada, observada desde su desarrollo
competitivo, consta de dos dimensiones que son la técnica (las figuras, las rutinas, la valoración
y el código que sugieren un dominio de la técnica, así como de la sincronización y el ritmo) y la
artística (la originalidad, el lenguaje gestual y corporal, la búsqueda de emociones). Ambas
dimensiones tienen cabida en el ámbito escolar, aunque minimizando algunos de los logros
técnicos ya que su ejecución exige un gran esfuerzo y mucha dedicación entre otros aspectos,
que no debieran contextualizarse en este ámbito.
Si tratásemos de resumir los orígenes de esta modalidad, debemos mencionar los
espectáculos acuáticos de finales del siglo XIX y la primera mitad del siglo XX como los
antecesores de la natación sincronizada. Otro dato histórico es que es una modalidad
reconocida tardíamente como tal frente a las otras modalidades acuáticas (natación, waterpolo
y saltos) puesto que perduraba su acepción artística, no en vano era reconocida como ballet
acuático alcanzando un gran reconocimiento tras el rodaje de varias películas cinematográficas
en la década de los 50. De manera que se deriva de actividades artísticas que en otros casos
acabaron encontrando su lugar en la escuela (música, teatro,...).
EL ESPACIO ACUÁTICO Y SU DIMENSIÓN EDUCATIVA.
Antes de abordar la actividad sobre la que gira este trabajo, parece necesario partir de
una premisa ya referida por nosotros en otros trabajos anteriores (Albarracín y cols., 1993,
Tuero y Salguero, 2003), que ha sido refrendada por especialistas en la materia en los últimos
años (Conde, Pérez y Peral, 2003; Vaca y Prieto, 2003; Casterad, 2003; Moreno y Gutiérrez,
1998;) y es la relativa al espacio acuático como espacio educativo. En este sentido, aunque la
terminología utilizada es diferente, parece asentarse sobre un denominador común que es la
consideración de que el agua ofrece una dimensión educativa incuestionable. Así, Conde y
cols. (2003) hablan de un punto o lugar de encuentro en el que establecer un vínculo entre las
personas que se dan cita en el mismo, este vínculo es identificado como un clima de confianza
que revalorice el proceso educativo desde la perspectiva del escolar. Casterad (2003) lo
expresa contextualizando este espacio acuático como un medio irrenunciable en la adaptación
curricular desde el área de educación física apoyándose en la riqueza de la lógica interna de
estas actividades acuáticas y las características del medio en el que se desarrollan. Fuera de
nuestras fronteras Pansu (1997) magnifica aún más la visión del agua identificándolo con un
espacio de libertad en el que se establecen unas relaciones privilegiadas.
La versatilidad de este medio se plasma en una gran diversidad de situaciones motrices,
de ahí que los contenidos posibles pueden variar en función de factores como la disponibilidad
espacial, el tipo de instalación, el planteamiento de la actividad, la finalidad de la misma,....
Las posibilidades derivadas del ámbito deportivo también se tornas diversas y
numerosas, si bien la más habitual motivada por la arraigada organización espacial en calles ha
sido la de la natación. A medida que se incrementan los espacios acuáticos convencionales, o
sea, las piscinas, se incrementa la disponibilidad espacial, éste es un factor determinante que
favorecerá la diversidad de actividades de naturaleza diferente (al ámbito utilitario y deportivo,
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se le añaden aspectos recreativos, terapéuticos, de mantenimiento físico y salud,...), de manera
que también abarca a colectivos como el escolar.
Pero los contenidos apropiados dirigidos a los escolares parecerían identificarse más
con una natación de carácter utilitario, por tanto muy clásica, que con una perspectiva amplia y
ajustada a las directrices curriculares, o, también, con una visión afrancesadas de natación y
salvamento acuático de larga tradición en el país vecino.
Escogemos tan sólo un ejemplo, con cabida en el currículum escolar, y basado en la
modalidad acuática de la natación sincronizada. Aclaramos también, que aunque es una
disciplina practicada exclusivamente por el género femenino en el ámbito competitivo, puesto
que estamos ubicando la propuesta en el marco escolar
EXPRESIÓN Y COREOGRAFÍA EN EL MEDIO ACUÁTICO.
Son quizás los dos elementos claves de la natación sincronizada, que incluso se utilizan
en otras materias que exigen algún tipo de representación. Sin embargo, a esto debemos
añadir lo que Tatu (2002) considera como los componentes de esta actividad y que son:
 El cuerpo, como elemento central,
 El espacio, de características multidimensionales,
 El tiempo, como soporte de la sincronización y de la emoción,
 Los compañeros en relación con la gestualidad y con la emoción.
En el área de educación física las pretensiones a conseguir a través de esta disciplina
son muy diversas, baste como referencias los siguientes: adaptarse a un medio no habitual,
establecer relaciones cuerpo-agua, explorar el medio acuático, vivenciar nuevas sensaciones,
desarrollar el equilibrio, la capacidad auditiva y visual, dominar el esquema corporal en el agua,
descubrir nociones diferentes de ritmo, adaptar o establecer algún tipo de norma (pudiera
derivarse del reglamento deportivo, aunque no necesariamente), experimentar diferentes
nociones de ritmo, …, en definitiva, son una amplia gama de posibilidades las que nos ofrece el
medio acuático en combinación con esta modalidad.
Los escolares tienen un alto nivel de participación, pero además su capacidad de decidir
en la elaboración de una composición es altamente motivante y enriquecedora ya que en
opinión de Barraud (1991) como actividad de expresión acuática va a tomar una forma
específica: un lenguaje corporal adaptado al agua.
Es por tanto la composición coreográfica otro de los aspectos significativos que puede
aportar esta actividad. Así, para cualquier actividad de expresión los componentes
coreográficos se pueden expresar en cuatro elementos (adaptado de Barraud, 1991):
™ Gestual (posibilidades o formas corporales),
™ Relacional (entre participantes/frente a los observadores),
™ Musical (elección de la música por parte de los propios escolares),
™ Escénico (planteamiento con efecto de espectáculo).
ORGANIZACIÓN ESPACIAL.
La utilización espacio acuático es una de las posibilidades más atractivas en el marco de
esta modalidad. Representa otra de las diferencias significativas respecto al uso tradicional del
medio acuático ya que como herencia cedida por la supremacía de la natación deportiva la
utilización de la superficie del agua ha sido la referencia espacial más común. Esto ha supuesto
que las múltiples posibilidades del medio acuático se hayan condicionado, de ahí que la
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organización espacial, tal y como ya mencionamos, prácticamente se haya reducido al empleo
de la superficie, infrautilizando otras dimensiones del espacio acuático.
En el caso de representaciones o composiciones coreográficas, éstas se beneficiarán de
las posibilidades ofrecidas por el espacio aéreo (playa o movimientos fuera del agua), e incluso,
por el espacio subacuático (contenidos en inmersión).
Pero en el ámbito de la organización espacial, no sólo se puede tomar como referencia
el aprovechamiento de las distintas dimensiones del espacio acuático, sino también las
formaciones que los participantes pueden incluir en las distintas composiciones, o los
desplazamientos en agrupaciones diversas.
Las posibilidades espaciales contribuyen no sólo a la exploración, sino también al
incremento de la autonomía y dominio del medio acuático.
PROPUESTA DE CONTENIDOS.
Con la pretensión de ofrecer una visión general, en este apartado trataremos de exponer
los contenidos que pudieran considerarse como más apropiados, partiendo del análisis de la
actividad, que pone de manifiesto las principales capacidades que se requieren para la práctica.
A partir del equilibrio (vertical y horizontal), el desplazamiento vertical y horizontal (a partir de
técnicas de propulsión básicas y sencillas) y la sincronización con el ritmo (música) y con otro/a
compañero/a o grupo de compañeros, podemos establecer una aproximación sencilla a esta
modalidad.
En relación al equilibrio, no debemos desaprovechar la posibilidad de un equilibrio en
apoyo plantar siempre que la profundidad de la piscina lo permita (aspecto éste imposible en el
ámbito de la natación competitiva) porque añade situaciones motrices apropiadas para la edad
escolar. En cuanto al equilibrio horizontal, estrechamente vinculado a contenidos de flotación,
favorecería el trabajo de ésta última, aunque también habría de considerar otro elemento
fundamental en las actividades acuáticas como es la respiración.
Los desplazamientos, en distintas posiciones – vertical y horizontal -, no sólo facilitarán
el aprovechamiento de las distintas dimensiones del espacio acuático, ya mencionadas en el
apartado anterior, sino que también diversifican en combinación con los agrupamientos. Sin
embargo en este contenido podemos recurrir a desplazamiento estandarizados (propios de la
natación sincronizada, o de la natación), pero también resultan favorecedores los no
estandarizados ya que permiten vivenciar las posibilidades motrices del individuo en el agua. A
éstas últimas si añadimos ingredientes como la originalidad y la creatividad nos iniciamos en la
dimensión artística de esta modalidad.
Por último, las composiciones a partir de la sincronización entre los participantes o
respecto a la música no sólo se establecen sobre el lenguaje gestual y corporal adquirido por
los participantes, sino que también representa uno de los atractivos más singulares de esta
actividad. Si a esto añadimos el encadenamiento de acciones, por ejemplo a partir de tres
elementos motrices básico (propulsión, equilibrio, giro), la disposición para la construcción de
una composición será muy importante.
Es necesario reseñar que la selección de los contenidos favorece, en todo caso, el
dominio del medio acuático, su exploración y contribuye a la mejora de la autonomía del
individuo en el medio acuático.
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CONCLUSIONES.
Aún reconociendo la distancia no sólo física que el espacio acuático mantiene con la
institución escolar en nuestro país, no se pueden ignorar las posibilidades educativas de dicho
espacio.
E igualmente, a pesar de ser una de las grandes desconocidas de los deportes
acuáticos, la natación sincronizada puede ser planteada como contenido del currículo escolar.
Si bien se debe reconocer sus elementos estéticos y expresivos, las posibilidades
motrices que abarca favorecen la diversificación de situaciones en el espacio acuático.
Por otra parte, también interviene como un elemento motivante y que añade atractivo a
esta actividad la utilización de la música que permite vivencia el ritmo en un medio que exige
una adaptación específica.
La apreciación que los escolares pueden adquirir de esta modalidad y del medio en el
que se lleva a cabo puede expresarse en aspectos de carácter pedagógico interesantes como
son:
• el trabajo en equipo, la cooperación y colaboración,
• el enriquecimiento a partir de las posibilidades motrices en el agua,
• la adquisición de cualidades específicas de la expresión en un medio diferente,
Bibliografía.
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