Bhopal, historia de una crisis heredada - ccoo

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Bhopal, historia de una crisis heredada
Bhopal, historia de una crisis heredada
Accionistas y activistas
El pasado 18 de julio varios cientos de personas se manifestaban alrededor de la que fuera la fábrica de Union Carbide
en la ciudad india de Bhopal. Reclamaban a la compañía norteamericana Dow Chemical que pague por los daños del
accidente químico que protagonizaron estas instalaciones en 1984. ¿Dow era propietaria de la fábrica entonces? ¿Lo es
actualmente? No. Esta es la historia de una crisis heredada.
En 1984 Dow Chemical, no tenía ninguna fábrica en Bhopal. Ninguno de sus ejecutivos, activos o inversiones tenían
incidencia alguna en la vida de los barrios humildes de la ciudad india. Sin embargo, Dow se enfrenta a la deuda moral
que dejó tras de sí Union Carbide, la compañía que sí era propietaria de la fábrica, que sí debía responder de los
sistemas de seguridad, de la formación del personal y de las causas legales que se pudieran derivar de la más trágica
catástrofe industrial de la historia.
En la noche del 2 al 3 de diciembre de aquel año, 40 toneladas de gases tóxicos escaparon de la fábrica de pesticidas de
Union Carbide matando en los días posteriores al menos a 7.000 personas y a 15.000 más en los años siguientes.
150.000 afectados quedaron como enfermos crónicos. Los supervivientes padecen desde problemas neurológicos hasta
daños en el sistema reproductivo, inmunológico o muscular y óseo.
La empresa culpó de la fuga a un sabotaje amparándose en la investigación realizada por la consultora de ingeniería
Arthur D. Little. El periódico New York Times, por su parte, publicó una investigación propia en la que corroboraba lo
que denunciaban otras fuentes: el escape se había producido debido a la falta de inversión y al mantenimiento
inapropiado de los sistemas de seguridad. Por ejemplo, según el periódico, el sistema de refrigeración, que podría haber
contribuido a evitar la fuga se mantenía apagado para ahorrar costes; la planta no contaba con un sistema de ordenadores
similar al que existía en una instalación equivalente en Estados Unidos y uno de los principales sistemas de seguridad
estaba fuera de servicio.
El acuerdo extrajudicial
En un principio el Gobierno indio reclamó, en nombre de las víctimas, 3.300 millones de dólares a Union Carbide. Sin
embargo, las responsabilidades de la empresa se saldaron con un acuerdo extrajudicial firmado en febrero de 1989 por el
que la indemnización se fijaba en 470 millones de dólares. En el mismo año Exxon Mobil tuvo que pagar 3.025
millones de dólares para cubrir los costes e indemnizaciones de una catástrofe ambiental sin víctimas mortales.
Sin embargo, en octubre de 1991, en respuesta a las peticiones de revisión presentadas por los afectados, el Tribunal
Supremo de la India revisó la sentencia restableciendo la posibilidad de abrir causas legales contra la empresa y sus
directivos.
El Gobierno indio se quedó con la indemnización y, ya en julio de 2004, una nueva sentencia del Tribunal Supremo le
ordenó que se distribuyese esta compensación entre las víctimas. La indemnización media quedó entre 370 y 533
dólares. Para entonces existían más de 140 causas civiles en los tribunales de Estados Unidos interpuestas por víctimas y
supervivientes que buscaban una indemnización más alta.
Union Carbide continúa acusada de responsabilidades penales en los tribunales indios. Tanto la empresa como sus
ejecutivos han ignorado repetidamente las citaciones judiciales del Tribunal del Distrito de Bhopal para presentarse
como acusados en la causa penal. En concreto el que fuera presidente de la empresa, Warren Anderson, fue declarado
prófugo y existe sobre él una orden de busca y captura sin fianza.
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Por otro lado, hoy en día las ONG y las asociaciones de damnificados denuncian que Union Carbide abandonó la fábrica
dejando tras de sí miles de toneladas de sustancias peligrosas que afectan a la tierra con la que conviven y el agua que
beben los vecinos de Bhopal. Además, se estima que más de medio millón de personas que estuvieron expuestas a los
gases pueden tener sustancias dañinas en el flujo sanguíneo y un legado tóxico que han transmitido a sus hijos.
Dow Chemical adquiere la crisis
En 2001 Dow Chemical entra en escena comprando Union Carbide por 9.300 millones de dólares, convirtiéndose en la
compañía química más importante del mundo. Dow es un gigante de la industria química que opera en 175 países, con
un beneficio neto en 2006 de 3.724 millones de dólares y 43.000 trabajadores. En la India está presente mediante seis
empresas distintas.
Respecto a la compra de Union Carbide y las posibles responsabilidades que se pudieran derivar de ella Dow afirma en
su página web que hizo una ?exhaustiva valoración? de la situación llegando a la conclusión de que la compañía
adquirida no conservaba ninguna responsabilidad respecto a la tragedia ni al lugar donde ocurrió. Dow considera que el
acuerdo extrajudicial entre el Gobierno y Union Carbide liquidó esas responsabilidades y, aunque estas resurgieran, la
empresa insiste en no tener ninguna implicación posible pues la fábrica no era de su propiedad en el momento del
suceso.
Sin embargo, Union Carbide sigue existiendo, aún siendo propiedad de Dow, y como empresa también declina toda
responsabilidad amparándose en que tampoco ya es la propietaria de las instalaciones y en el acuerdo económico con el
Gobierno indio.
En el momento de la tragedia la fábrica de Bhopal era propiedad y estaba gestionada por Union Carbide India, Ltd.
(UCIL), una empresa india participada por Union Carbide Corporation, el Gobierno de la India y un grupo de inversores
particulares. Union Carbide vendió sus acciones de UCIL en 1994 y la empresa cambió su nombre por Everyday
Industries India, Ltd.
Estas ventas y adquisiciones han diluido la personalidad del culpable de la tragedia de Bhopal en lo que pudiera parecer
una estrategia de evasión de responsabilidades no sólo jurídicas y legales, sino también morales. A pesar de ello, desde
el punto de vista de las víctimas y de las organizaciones que las amparan los responsables no han hecho sino
multiplicarse. La campaña internacional Justicia para Bhopal, liderada por las organizaciones de víctimas, y apoyada
por veinte ONGs internacionales como Greenpeace y Amnistía Internacional, sí tiene muy claro quienes son los
culpables y Dow Chemical está en el punto de mira.
Accionistas y activistas
Las presiones hacia Dow vienen desde muchas direcciones. Como producto de una creciente preocupación por el
impacto social y ambiental de la gestión empresarial también los accionistas se cuestionan las responsabilidades en estos
ámbitos de las empresas en las que invierten.
Este año un grupo de accionistas de Dow buscaba apoyos para introducir el asunto Bhopal en la junta general de
accionistas de la empresa que tuvo lugar el 10 de mayo de este año. En concreto los accionistas solicitaban a la empresa
que facilitara para octubre de 2007 ?a un coste razonable y excluyendo información confidencial, detalles sobre
cualquier nueva iniciativa de gestión puesta en marcha para afrontar los problemas ambientales, sociales y de salud que
afectan a los supervivientes de Bhopal?.
Los accionistas que presentaban tal propuesta argumentaban, que a parte de responsabilidades legales, Bhopal
representa una ?responsabilidad moral? para Dow que puede seguir dañando su reputación, afectando a las expectativas
de crecimiento de la empresa en Asia y más allá.
De cara a la votación para la incorporación de este asunto a la agenda de la junta de accionistas, la junta directiva
recomendaba a sus accionistas votar no, como se puede ver actualmente en la página web de la empresa. Los gestores de
Dow insistían en los mismos argumentos que facilitan a la opinión pública: ?Como Dow nunca poseyó o gestionó la
planta (Bhopal), Dow no ha tomado ninguna iniciativa respecto de este asunto y no pretende hacerlo?, afirmaba la junta
directiva para justificar su postura.
Sin embargo, para algunos inversores esto no es suficiente. Acusan a Dow de ser poco clara en algunos temas
?sensibles? a nivel social pudiendo afectar, no sólo al uso ?ético? que se pudiera hacer de su dinero, sino a la
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rentabilidad del mismo al no considerar la verdadera dimensión de los hechos.
De este modo, distintas entidades encargaron a Innovest un estudio sobre riesgos para el inversor de Dow Chemical. El
estudio que se hizo público en abril de 2004 valoraba el impacto de Bhopal para la compañía enumerando las amenazas
que este asunto representa tanto desde un punto de vista legal como de desarrollo de negocio y reputación.
India tiene una economía en alza, un mercado creciente donde Dow está presente y debiera desarrollar su negocio.
Desde el punto de vista del inversor el informe destaca como preocupante el posible desarrollo de las causas legales en
curso. Estos procesos podrían proceder contra los activos de Dow.
Por otro lado, la posición actual de Dow frente a Bhopal puede ahuyentar el capital de los inversores y de los fondos de
inversión que se guían por los criterios de la inversión socialmente responsable. Además, consideran que Bhopal es un
asunto a largo plazo ya que mantiene muchos frentes abiertos y reivindicaciones en curso con un impacto corrosivo en
la reputación de la empresa.
Por último, el estudio afirma, intentando dimensionar el calado de la tragedia, que ?Bhopal no es sólo sinónimo de
desastre industrial, es uno de lo principales puntos de referencia para lo que se supone que hay de malo en la falta de
responsabilidad social corporativa en la economía globalizada?.
Sin embargo, las propuestas de estos accionistas fue rechaza con 56.419.136 votos a favor y 575.439.574 en contra.
Otras polémicas abiertas
Además, estas consideraciones adquieren un valor mayor si cabe, al tener en cuenta que Dow ha sido protagonista de
otras ?crisis? de gran calado en la sensibilidad pública.
Dow, al igual que otras empresas como Monsanto, suministró al ejército de los Estados Unidos para sus operaciones en
Vietnam el herbicida Agente Naranja. Aunque la compañía afirma que ?las pruebas no muestran que el Agente Naranja
causará perjuicio en los veteranos?, muchos de ellos piensan todo lo contrario y mantienen acciones legales contra la
empresa.
En 2003 Dow fue demanda por contaminar con Dioxin, un producto químico altamente tóxico, varios ríos de Michigan
en Estados Unidos. La demanda representaba a 2000 residentes y exigía 100 millones de dólares a la empresa por daños
en las propiedades y la salud de los demandantes.
También por la compra de Unión Carbide, Dow quedó vinculada a la comercialización de amianto y las
responsabilidades derivadas del uso de este material.
Por último, en 2003 la empresa fue condenada por el Fiscal General de Nueva York a pagar una multa de 2 millones de
dólares por asegurar a los consumidores que el pesticida Dursban era seguro. La empresa publicitaba Dursban en estos
términos a pesar de haber llegado a un acuerdo en 1994 con la oficina del fiscal de Nueva York renunciando a publicitar
este producto relacionado con daños en la salud de cientos de personas.
Precisamente las víctimas de Bhopal denuncian que todos estos procesos, no sólo remarcan el comportamiento
irresponsable de Dow, sino que evidencian el doble rasero que aplica la compañía con unas víctimas y con otras. En
2002 Dow aceptó las responsabilidades de Union Carbide en Texas por la comercialización del amianto y pagó 10
millones de dólares a un niño norteamericano por los daños causados en su salud debido a la exposición a Dursban.
Las víctimas exigen que Dow Chemical les trate con la misma deferencia y asuma los gastos de limpieza del
emplazamiento de la fábrica, proporcione agua potable a las comunidades que se ven obligadas a consumir agua
subterránea contaminada, asegure el tratamiento médico a largo plazo para los supervivientes y les facilite una
indemnización económica justa.
Después de veintitrés años las víctimas de Bhopal no se rinden a pesar de la inmovilidad de Dow y la del Gobierno
indio ante sus reivindicaciones. En abril de este año Amnistía Internacional denunciaba que Dow Chemical ?está
ejerciendo fuertes presiones veladas sobre el Gobierno indio para evitar a la compañía las responsabilidades legales
relacionadas con el desastre químico de Bhopal? y así permitir a Dow crecer en la India. Una carta del embajador indio
en Estados Unidos, Ronen Sen, pone de manifiesto el interés de la Administración india por ?eliminar todos los
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impedimentos? que dificulten las inversiones de la empresa en el país, en clara referencia a las causas legales en curso.
Amnistía ha solicitado a la Comisión de Seguridad e Intercambio (SEC) de Estados Unidos que vuelva a estudiar el caso
Bhopal.
Más información en:
www.bhopal.net
www.dow.com
www.unioncarbide.com
Alma Pérez
responsables.biz
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