Nota sobre el agua 10

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Notas sobre el agua en relación con la aplicación de la Directiva marco del agua
Nota sobre el agua 10
El cambio climático:
bordar las inundaciones, las sequías y el cambio de los ecosistemas
Prepararse para el cambio climático es uno de los grandes retos
de la gestión de las aguas en la Unión Europea. En los años
venideros, el cambio climático incrementará la posibilidad de
sufrir inundaciones, sequías y otros efectos a lo largo de todo el
ciclo del agua.
La Directiva marco del agua ofrece a los países europeos una
base común para abordar estos problemas. En concreto, el enfoque de la Directiva de las demarcaciones hidrológicas para la
gestión del agua (centrado en la revisión de los planes hidrológicos de cuenca cada seis años) establece un mecanismo para
prepararse y adaptarse al cambio climático. La previsión de sequías e inundaciones será también parte integrante de este sistema.
Sequía en Portugal: el cambio climático hará
aumentar previsiblemente las sequías y la escasez de agua en el sur de Europa.
El cambio climático en Europa
El cambio climático probablemente afecte de forma diferente al norte y al sur de Europa.
En el sur de Europa, la pluviosidad ya está descendiendo. En la segunda mitad de este siglo, el nivel pluviométrico anual de la
Península Ibérica podría ser un 40 % inferior al actual. Se reducirán las lluvias de verano y la temperatura estival aumentará. El
Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) advierte de que en 2070 los veranos podrían ser 6 ºC
más calurosos en España y Portugal, lo cual significa que el sur de Europa se verá probablemente expuesto a períodos más prolongados de sequía y escasez de agua. Muchos sectores económicos se verán afectados por este cambio. Con menos agua,
temperaturas veraniegas más elevadas y fenómenos climatológicos extremos, los rendimientos de las cosechas descenderán
con toda probabilidad. En el sector energético, las centrales nucleares y de carbón tendrán menos agua para la refrigeración. Las
elevadas temperaturas unidas a la escasez de agua podrían hacer descender el número de turistas durante el verano.
Por el contrario, la previsión es que en los países del norte de Europa la pluviosidad aumente: una tendencia que ya se viene
observando durante los últimos años. A pesar de que la agricultura podría beneficiarse de un mayor nivel de precipitaciones y de
temperaturas más elevadas, el riesgo de inundación probablemente aumente.
Se espera en toda Europa un aumento de la incidencia de fenómenos climatológicos extremos como lluvias intensas con las consiguientes inundaciones repentinas.
La Directiva marco del agua y la Directiva sobre inundaciones
La Directiva marco del agua establece un marco legal para proteger y regenerar el agua potable en toda Europa y garantizar su
uso sostenible y a largo plazo. (Su nombre oficial es Directiva 2000/60/CE del Parlamento Europeo y del Consejo, de 23 de octubre de 2000, por la que se establece un marco comunitario de actuación en el ámbito de la política de aguas.)
La Directiva establece un enfoque innovador para la gestión del agua basado en las cuencas hidrográficas, las unidades naturales geográficas e hidrológicas, y fija determinados plazos para que los Estados miembros logren ambiciosos objetivos medioambientales para los ecosistemas acuáticos. La Directiva afecta a las aguas superficiales continentales, aguas de transición, aguas
costeras y aguas subterráneas.
entró en vigor el 26 de noviembre de
2007. Esta Directiva exige a los Estados miembros que evalúen si los cursos de agua y las líneas costeras corren peligro de
inundación, que elaboren mapas de riesgo de inundación, y finalmente, que tomen las medidas adecuadas y coordinadas para
reducir los riesgos.
La Directiva 2007/60/CE relativa a la evaluación y gestión de los riesgos de inundación
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December 2008
Planificación en las demarcaciones hidrográficas
Los glaciares de Grossglockner, la
montaña más alta de Austria, están
retrocediendo como consecuencia
del calentamiento climático.
El cambio climático tendrá consecuencias de gran alcance
que los Estados miembros podrán abordar a través de sus
planes hidrológicos de cuenca.
Los responsables de los asuntos hídricos de los Estados
miembros recomiendan realizar «comprobaciones climáticas» de los programas de medidas de los primeros planes
hidrológicos de cuenca que deberán estar aplicados a finales de 2009. Estas comprobaciones climáticas deberían
servir para saber qué medidas son las más adecuadas para
fortalecer la capacidad de las demarcaciones hidrográficas
para adaptarse al cambio climático y qué medidas debilitarán esa capacidad o serán menos eficaces.
Deberá incorporarse la problemática del cambio climático a
los planes hidrológicos de cuenca cuando estos planes se
revisen en el año 2015 y cada seis años a partir de esa fecha. Las medidas deberán ser flexibles para dar respuesta a
las repercusiones del cambio climático, especialmente en el
caso de inversiones caras y a largo plazo tales como los
proyectos de infraestructuras grandes. Planificar las medidas pertinentes para abordar la sequía, la escasez de agua
y las inundaciones será cada vez más importante.
Afrontar la sequía y la escasez de agua
Los planes hidrológicos de cuenca también ofrecen un mecanismo para afrontar las sequías y la escasez de agua (se
entiende por sequía una reducción temporal de la disponibilidad de agua, mientras que la escasez de agua se define
como una situación permanente en la que la demanda supera los recursos disponibles de forma sostenible). En una
Comunicación de 2007 sobre la escasez de agua y las sequías en la UE, la Comisión Europea invitó a los Estados
miembros a elaborar planes de gestión del riesgo de sequía
para complementar sus planes hidrológicos de cuenca.
Glaciares en retroceso, mares en aumento
En los Alpes y otras montañas de toda Europa, los glaciares
están retrocediendo. Esta tendencia provoca el descenso de
los caudales estivales de muchos ríos alimentados por la
escorrentía de los glaciares, y en las próximas décadas, el
riesgo de escasez de agua y de sequía aumentará. La producción hidroeléctrica probablemente también se reduzca, y
el aumento de las temperaturas podría provocar el descenso del turismo durante la estación invernal.
Los Estados miembros pueden intentar buscar soluciones
tanto a la sequía como a la escasez de agua reduciendo el
excesivo consumo de agua, así como fijando precios adecuados para los servicios hídricos (véase la nota sobre el
agua 5) y mejorando la planificación del uso del suelo y las
políticas agrarias. La Comisión Europa ha apelado a los
Estados miembros para que tomen estas y otras medidas a
fin de crear una «cultura de ahorro del agua» (véase el cuadro en la página siguiente) en la UE. El Consejo ha acordado además que una vez explotadas todas las posibilidades
de ahorrar agua, se pueden considerar otras fuentes de
suministro de agua, especialmente a través de la desalación
del agua de mar.
Se prevé que el cambio climático haga también aumentar el
nivel del mar, provocando así la erosión de las líneas costeras que, junto con fuertes marejadas ciclónicas, pueden
suponer un gran riesgo de inundación para las ciudades que
están situadas en zonas costeras bajas. El IPCC advierte de
que aproximadamente 1,6 millones de europeos más se
podrían ver afectados por esta situación de aquí al año
2070. El aumento del nivel del mar también dañará los
humedales costeros.
Las repercusiones climáticas afectarán, a su vez, a los ecosistemas acuáticos. Las temperaturas más elevadas y los
reducidos caudales hídricos aumentarán los riesgos de eutrofización en muchos ríos, lagos y aguas costeras, especialmente en el sur de Europa, donde los humedales y otras
zonas protegidas podrían llegar a desaparecer. El cambio
climático afectará asimismo a la calidad del agua del norte
de Europa, ya que al subir las temperaturas, podría aumentar la eutrofización en el Mar Báltico.
En la Comunicación sobre sequía y escasez de agua se fija
un programa de acciones a escala comunitaria al que seguirán informes anuales en los que se realizará el seguimiento
de los progresos de la UE en esta materia. La UE también
puede ayudar a garantizar el uso eficiente de los fondos
europeos tales como la financiación con arreglo a la Política
Agrícola Común. El Fondo de Solidaridad de la Unión Europea, que se describe en el cuadro de la página 4, puede
contribuir con ayudas en caso de sequía. Las iniciativas
comunitarias para promover la producción y el consumo
sostenibles fomentarán el ahorro de agua, y el Centro Común de Investigación de la Comisión Europa está preparando un Observatorio Europeo de la Sequía para predecir,
detectar y realizar el seguimiento de las sequías en los Estados miembros.
Todos estos efectos del cambio climático dificultan la posibilidad de garantizar el buen estado ecológico de las masas
de agua.
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December 2008
Abordar los riesgos de inundación
Desde 1998, las inundaciones han causado unas 700 muertes en toda Europa, han desplazado a medio millón de personas aproximadamente, y han ocasionado pérdidas aseguradas por valor de 25 000 millones de euros como mínimo, a
las que hay que sumar las pérdidas no aseguradas.
Un nuevo texto legislativo europeo (la Directiva 2007/60/CE
relativa a la evaluación y gestión de los riesgos de inundación) prescribe una serie de etapas comunes a toda la UE
para reducir las consecuencias adversas de las inundaciones. Para muchos Estados miembros, la Directiva introduce
un nuevo planteamiento que cambia el foco de atención de
la política dejando a un lado los trabajos defensivos contra
inundaciones para centrarse en la gestión integrada del riesgo.
La primera etapa tiene como plazo el año 2011: los Estados
miembros han de preparar evaluaciones preliminares del
riesgo de inundación para todas las demarcaciones hidrográficas señalando las zonas que precisan más actuaciones.
Para 2013 los Estados miembros tendrán que elaborar mapas de peligrosidad por inundaciones y mapas de riesgo de
inundación para estas zonas. Los mapas de peligrosidad por
inundaciones mostrarán las zonas geográficas que podrían
inundarse en caso de fenómenos de baja, media y alta probabilidad. Los mapas de riesgo mostrarán los posibles efectos de las inundaciones determinando el número de ciudadanos y los tipos de actividades económicas que se podrían
ver afectados.
Inundación en Budapest (Hungría
Usando estos mapas, los Estados miembros elaborarán
planes de gestión del riesgo de inundación para 2015, coincidiendo con el segundo ciclo de los planes hidrológicos de
cuenca, para los que el plazo acaba también en 2015. En
esta fecha se coordinarán los dos conjuntos de planes.
Enfoques sostenibles de la gestión del
riesgo de inundación
En muchas partes de Europa el riesgo de inundación ha
aumentado como consecuencia de la urbanización, la cada
vez mayor intensidad agrícola y la deforestación: condiciones que limitan la capacidad de los paisajes para retener el
agua de las crecidas. En algunos países comunitarios, tales
como España y Portugal, el crecimiento urbano desordenado aumentó un 2 % anual en los años 1990. En estos y
muchos otros países, se han construido zonas urbanas e
industriales en llanuras de inundación naturales y se han
creado barreras que han separado los cursos fluviales de
estas llanuras, reduciendo así a cero su capacidad para
absorber las aguas de inundación.
Dado que el riesgo de inundación varía profundamente entre
las diferentes demarcaciones hidrográficas, la Directiva sobre inundaciones se centra en un enfoque común de planificación en lugar de establecer medidas concretas. Los planes de gestión de inundación identificarán objetivos y acciones para reducir los riesgos de inundación y proteger las
vidas humanas, las actividades económicas, los ecosistemas y el patrimonio cultural. Estos planes deberán garantizar también que los Estados miembros están preparados
para afrontar una sequía.
Hacer un uso más eficiente del agua
Con los métodos sostenibles de protección contra inundaciones se pretende invertir esta tendencia y utilizar métodos
más naturales y rentables para reducir los riesgos de inundación. Entre estas técnicas cabe destacar la recuperación
de bosques de montaña y humedales, que pueden absorber las aguas de las crecidas, así como la regeneración de
los meandros naturales de los ríos que han sido canalizados a cauces rectos y estrechos. Los meandros pueden
ralentizar la corriente de agua y reducir las inundaciones río
abajo. Algunos Estados miembros han introducido dichos
métodos, como en el caso del río Devon en Escocia (Reino
Unido). Recuperar las llanuras de inundación es otro paso
fundamental para reducir los riesgos de inundación.
Un reciente estudio de la Comisión Europea pone de manifiesto que la UE puede reducir el consumo de agua en un
40 % a través de la aplicación de medidas en diferentes
sectores. Las ciudades y los pueblos pueden reducir el gasto de agua hasta un 50 % con la reparación de las fugas de
los sistemas públicos de distribución y con la mejora de la
eficiencia del uso del agua en edificios públicos y privados,
así como con el fomento del uso de electrodomésticos de
bajo consumo de agua.
También se puede racionalizar el uso del agua en la agricultura aplicando mejoras en los sistemas de irrigación así
como cambiando a cultivos más resistentes a las sequías y
generalizando la utilización de residuos de depuradoras
tratados. El ahorro de agua sólo en irrigación podría superar el 40 %.
Estas acciones pueden conllevar otros beneficios. En muchos casos se logra recuperar la biodiversidad y los hábitats naturales y mejorar la gestión de la sequía.
La industria podría reducir también su consumo de agua en
un 40 % aproximadamente si se extendiese la práctica de
usar agua reciclada en las fábricas.
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3
December 2008
Mapa de la altura del agua en el peor de los casos de una inundación en los
Países Bajos
Las zonas más oscuras del mapa quedarían inundadas por 8 m de agua.
Del Atlas of Flood Maps (Atlas de mapas de inundaciones): Ejemplos de países europeos, EE.UU. y Japón.
(Se puede consultar en http://ec.europa.eu/environment/water/flood_risk/flood_atlas/index.htm)Del Handbook of
good practices in flood mapping (Manual de buenas prácticas para la elaboración de mapas de inundaciones)
Actuar
La Comisión Europea ha puesto en práctica un sistema
europeo de alerta de inundaciones en su Centro Común de
Investigación para facilitar previsiones del impacto de las
inundaciones. El Fondo de Solidaridad de la UE ofrece ayuda en caso de inundación (véase el cuadro de abajo).
Los Estados miembros tienen que colaborar para garantizar
una protección eficaz contra las inundaciones, habida cuenta
de que el 60 % de las demarcaciones hidrológicas europeas
son fronterizas (véase la nota sobre el agua 1). Los Estados
miembros tienen que preparar un plan individual para estas
demarcaciones hidrográficas internacionales e implicar a los
países no comunitarios siempre que sea necesario.
El papel de la solidaridad de la UE
La Directiva sobre inundaciones invita a los Estados miembros a respetar las llanuras de inundación naturales y a emplear la planificación espacial a la hora de abordar los riesgos de inundación. De hecho, los enfoques sostenibles pueden ser los métodos más rentables para la protección contra
las inundaciones (véase el cuadro de la página anterior).
Además de establecer el marco político para prevenir, preparar y responder a inundaciones y sequías, la UE ha creado también los mecanismos para facilitar la acción común
en caso de catástrofe.
El mecanismo comunitario de protección civil agrupa los
servicios de protección civil de los 27 Estados miembros y
Noruega, Islandia y Liechtenstein. Su Centro de Control e
Información coordina las rápidas respuestas en caso de
catástrofe. Entre sus actividades también se incluye la formación.
La concienciación de la sociedad en cuanto a las medidas
de gestión y de riesgo de inundación resulta crucial para su
éxito. Con arreglo a la Directiva sobre inundaciones, los Estados miembros deben contar con la opinión del público a la
hora de redactar los planes de gestión del riesgo de inundación, y todos sus principales instrumentos (mapas, planes y
evaluaciones de las inundaciones) deberán ponerse a disposición del público.
Otra herramienta es el Fondo de Solidaridad de la UE creado en 2002 tras las catastróficas inundaciones de las cuencas del Elba y el Danubio. El Fondo tiene un presupuesto
anual de 1 000 millones de euros para dar apoyo al trabajo
urgente de respuesta.
La UE ofrecerá ayudas económicas a los Estados miembros
para la prevención. Los Fondos Estructurales de la UE han
asignado cerca de 6 000 millones de euros a proyectos de
prevención de los riesgos para los años 2007 a 2013, que
cubren riesgos de inundación y otras catástrofes como incendios forestales.
Si desea más información sobre la Directiva marco del agua y las aguas europeas, consulte la página web de Sistema de Información sobre el Agua para Europa (WISE) en http://water.europa.eu.
Los sitios web de la Comisión Europea, que tienen enlaces con WISE, ofrecen más información sobre la adaptación al cambio
climático (véase http://ec.europa.eu/environment/climat/adaptation/index_en.htm), la Directiva sobre inundaciones de 2007
(véase http://ec.europa.eu/environment/water/flood_risk/index.htm), la gestión de los riesgos de sequía y escasez de agua
(véase http://ec.europa.eu/environment/water/quantity/scarcity_en.htm) y protección civil (véase http://ec.europa.eu/environment/
civil/index.htm).
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ES-ISBN 978-92-79-11852-4
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