Urbanismo contemporáneo

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PRÁCTICA Nº3
• Precursores del Urbanismo Contemporáneo
Algunos de los precursores del Urbanismo Contemporáneo son:
• John Nash (1752−1835), arquitecto inglés, el más destacado de su país a principios del siglo XIX.
Construyó edificios en todos los estilos de moda de la época, desde mansiones rurales góticas, casas
clásicas de estuco, villas italianizantes y viviendas urbanas adosadas.
El Royal Pavillion de Brighton (1815−1823) se convirtió en uno de los edificios más originales de este
periodo, combinación extravagante de chinoiserie y motivos fantásticos. Su mayor proyecto fue el conjunto de
Regent Street y Regent Park en Londres (comenzado en 1812), que incluye una retícula urbana clasicista y
grandes terrazas residenciales. También planeó Trafalgar Square en la capital británica y colaboró en la
reforma del palacio de Buckingham.
Royal Pavillon en Brighton
John Nash reformó por completo el edificio. Este arquitecto respetó la estructura de tipo holandés del edificio
primitivo, pero transformó totalmente el interior siguiendo un estilo enormemente ecléctico, con predominio
del orientalismo, especialmente adecuado para los entretenimientos palaciegos que prefería el príncipe. Los
trabajos duraron hasta el año 1822 y entre los espacios más impresionantes destacan la sala de música
(llamada Music Room,) y el Banqueting Room. La gran cocina se adorna con unas columnas de hierro fundido
en forma de palmeras, y tan sólo las alcobas de los reyes son más comedidas, así como el salón, única estancia
que conserva la forma original.
• Pugin, Augustus Welby Northmore (1812−1852), arquitecto y diseñador inglés, que encabezó con
prodigioso empuje el movimiento del neogótico victoriano. Hijo del arquitecto de origen francés
Augustus Charles Pugin, manifestó un talento precoz para el dibujo y una habilidad práctica poco
frecuente para dominar todas las técnicas. Durante toda su vida se dedicó a coleccionar objetos y sus
profundos conocimientos como anticuario le sirvieron de base para su obra de diseñador.
El fervor religioso de Pugin fue un factor crucial en su deseo de hacer del gótico algo más que un estilo
meramente ornamental. Su filosofía del diseño se expone en sus libros Contrastes (1836) y Los verdaderos
principios de la arquitectura ojival o cristiana (1845). Publicó éstas y otras obras que comprenden tratados de
arquitectura y religión y colecciones de bocetos como el delicioso Ornamentaciones florales (1849) que
ejercieron una gran influencia.
Aunque realizó numerosos edificios y un gran número de iglesias, Pugin es más conocido por los proyectos
para la ornamentación y amueblamiento de las Casas del Parlamento, que realizó para el arquitecto Charles
Barry (en 1836), y por el Patio Medieval realizado para la Gran Exposición de 1851. Sus diseños de muebles
y demás elementos decorativos fueron realizados por las empresas más importantes de la época. Se asoció
para ello con John Hardman, de Birmingham (para obras en metal y objetos litúrgicos), con Herbert Minton
(para cerámica y azulejos) y con John Gregory Crace (para papel pintado, textiles y muebles).
• Ruskin, John (1819−1900), escritor, crítico de arte y reformista inglés, que ejerció una importante
influencia en los gustos de los intelectuales victorianos. Ruskin es conocido ante todo por sus
monumentales estudios de arquitectura y sus implicaciones históricas y sociales, como se refleja en
Las siete lámparas de la arquitectura y Las piedras de Venecia.
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Nació en Londres, el 8 de febrero de 1819, y estudió en la Universidad de Oxford. Su padre, un rico
comerciante, estimuló la pasión del joven Ruskin por el arte, la literatura y los viajes. Ruskin relata sus años
de infancia y juventud en su última obra, una autobiografía inacabada que lleva por título Praeterita
(1885−1889). El tema principal de sus escritos, la relación entre el arte y la moral, se aborda por primera vez
en el primer volumen de sus Pintores modernos (1843), obra que contribuyó a consolidar su prestigio como
esteta y crítico de arte. Este libro es en cierto modo una defensa del controvertido pintor J. M. W. Turner. Sus
dos obras posteriores, Las siete lámparas de la arquitectura (1849) y Las piedras de Venecia (1851−1853),
analizan la importancia religiosa, moral, económica y política de la arquitectura doméstica. En 1851 se
interesó por los prerrafaelistas y defendió la obra de estos artistas de las críticas infundadas. Entabló amistad
con los pintores Dante Gabriel Rossetti, Edward Burne−Jones y John Everett Millais, quien más tarde se casó
con la mujer de Ruskin después de que la pareja se divorciara en 1854. La obra de Ruskin destaca por la
excelencia de su estilo. Revelándose contra el entumecimiento estético y los perniciosos efectos sociales de la
Revolución Industrial, formuló la teoría de que el arte, esencialmente espiritual, alcanzó su cenit en el gótico
de finales de la edad media, un estilo de inspiración religiosa y ardor moral.
Para Ruskin, las tres falsedades arquitectónicas más usuales:
• La apariencia de un tipo de estructura y de apoyo diferente del verdadero.
• La pintura de superficies con el objeto de representar materiales diferentes a los realmente empleados
(como la marmolización de la madera).
• El uso de todo tipo de ornamentos hechos con molde o a máquina.
Ruskin obtuvo la primera cátedra Slade de Arte de la Universidad de Oxford en 1869, cargo en el que
permaneció hasta 1879. Legó a la universidad una colección de grabados, dibujos y fotografías, y fundó una
escuela de dibujo para los estudiantes. Fue nombrado de nuevo catedrático en 1883 pero renunció al año
siguiente en protesta por las prácticas de vivisección realizadas en los laboratorios de la universidad. Ruskin
comenzó a padecer periodos de locura alrededor de 1870 y en 1889 quedó incapacitado hasta su muerte, el 20
de enero de 1900. Entre sus últimas obras destacan Conferencias sobre arquitectura y pintura (1854),
Conferencias sobre la economía política del arte (1858) y Fors Clavigera (1871−1884), una serie de cartas
dirigidas a los trabajadores británicos que influyeron en los reformistas sociales por espacio de tres
generaciones.
• Viollet−le−Duc, Eugène Emmanuel (1814−1879), arquitecto y teórico francés, especialista en la
restauración de edificios medievales, aunque algunos expertos actuales consideran su trabajo más
imaginativo que riguroso. Nació en París en el seno de una familia acomodada. Se opuso a los valores
burgueses y se negó a acudir a la Escuela de Bellas Artes, pero entre 1836 y 1837 viajó a Italia para
estudiar la arquitectura clásica. Su relación con Prosper Mérimée, inspector de la recién creada
Commission des Monuments Historiques, fue fundamental para el desarrollo de su carrera.
Viollet−le−Duc proyectó y dirigió las restauraciones llevadas a cabo en la ciudad amurallada de Carcassonne,
el château de Pierrefonds, la iglesia de Vézelay, y las catedrales de Laon, Amiens y Notre Dame de París. En
sus prolíficos escritos insistió en su teoría de que el gótico se produjo como una evolución técnica, derivada
de las soluciones estructurales aplicadas a partir de la invención de los arcos apuntados y las bóvedas por
aristas. Entre sus principales obras destacan el Diccionario razonado de la arquitectura francesa del siglo XI
al siglo XVI (10 volúmenes, 1854−1869) y el Diccionario razonado del mobiliario francés de la época
carolingia al Renacimiento, (6 volúmenes, 1855−1875).
• Owen, Robert (1771−1858), socialista utópico británico, considerado como el padre del movimiento
cooperativo. Nació en Newtown (Gales) el 14 de mayo de 1771. Comenzó a trabajar como aprendiz
de hilador a los 9 años y a los 20 ya era director de una fábrica de tejidos en Manchester. Adquirió
participaciones de la fábrica textil de New Lanark (Escocia) y contrajo matrimonio en 1799 con la
hija del dueño.
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New Lanark consiguió fama internacional gracias al experimento que allí realizó Owen, consistente en
mejorar las condiciones de los trabajadores y conseguir un aumento de productividad y beneficios
simultáneamente. Creía firmemente que la humanidad avanzaría si se mejoraba el entorno de los individuos
tanto en el ámbito moral como económico; Owen señalaba que las circunstancias externas eran las que
moldeaban la personalidad del individuo, de manera que si éstas eran positivas promoverían una actitud
bondadosa que repercutiría favorablemente en la productividad. El ambiente creado en New Lanark fue un
reflejo de esta filosofía.
Alentado por este primer éxito, inició un nuevo experimento en 1825: compró 8.100 hectáreas de tierra en
Indiana y fundó la Comunidad de New Harmony. Sin embargo la población que voluntariamente se había
sumado al proyecto no tardó en perder el entusiasmo inicial y los problemas que surgieron no pudieron
subsanarse con las visitas periódicas de Owen. Vendió el terreno en 1828 y perdió una buena parte de su
fortuna.
El plan de Owen es importante porque entrevé por primera vez los problemas organizativos impuestos por el
progreso mecánico, y porque señala el comienzo de la nueva línea de pensamiento del cual partirá, poco a
poco, la experiencia urbanística moderna. En cambio, es defectuoso porque existe una inmensa distancia entre
su formulación esquemática y la problemática que hacen surgir a la luz los sucesivos desarrollos. En
particular, Owen se muestra tan entusiasmado por delinear el nuevo ordenamiento social y espacial, y por
predicar el abandono de los vínculos provenientes del ordenamiento antiguo, que deja totalmente en segundo
plano el problema de la autoridad frente a la libertad de los individuos.
Su fama le permitió dar a conocer sus ideas a destacados estadistas del momento. Participó en distintos
congresos socialistas y fue un escritor prolífico. Su obra Libro del nuevo orden moral (1826−1844) contiene
la formulación más completa de su doctrina. En 1833 Owen participó en la fundación del primer sindicato
británico, que fracasó poco después. No obstante, sus ideas dieron como resultado la creación del movimiento
cooperativo internacional, que comenzó a operar en Rochdale (Inglaterra) en 1844. Falleció el 17 de
noviembre de 1858 en su residencia de Newtown.
• Fourier, Charles (1772−1837), filósofo y socialista francés, nacido en Besançon, y educado en su
universidad. Hacia 1799, Fourier comenzó estudios de ciencias políticas y economía. Su primera obra
amplia, Théorie des quatre mouvements et des destinées générales (Teoría de los cuatro movimientos
y de los destinos generales, 1808), exponía su sistema social y sus planes para una organización
cooperativista de la comunidad. El sistema, conocido como fourierismo, se basa en un principio
universal de la armonía, desplegada en cuatro áreas: el universo material, la vida orgánica, la vida
animal y la sociedad humana. Esta armonía sólo puede prosperar cuando las limitaciones que la
conducta social convencional pone a la satisfacción plena del deseo, hayan sido abolidas, permitiendo
una vida libre y completa.
El estado armonioso ideal se alcanzaría por la división de la sociedad en falanges cooperativas, o
comunidades, cada una compuesta por unas 1.600 personas que vivirían en el falansterio, un enorme edificio
comunal situado en el centro de una gran área agrícola. Se establecieron normas detalladas para regular la vida
de cada individuo de la falange. La asignación del trabajo se basaba en el talento. La propiedad privada no se
aboliría, pero al mezclar al rico y al pobre, las diferencias visibles entre ellos desaparecerían. La riqueza
comunal de la falange proveería con generosidad la subsistencia básica de sus miembros. El matrimonio, en el
sentido, clásico sería abolido y reemplazado por un sistema elaborado que regularía la conducta social de los
convivientes.
Aquellos proyectos suscitaron pocas adhesiones, por lo que Fourier continuó trabajando como agente de bolsa
en Lyon. Más tarde se trasladó a París, donde trató sin éxito de encontrar un mecenas dispuesto a financiar su
sistema. En 1832 había reunido un pequeño grupo de adeptos a sus teorías. Sin embargo, los centros que
fundó fracasaron en su mayoría.
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• Cabet, Étienne (1788−1856), escritor y reformista social francés; su filosofía atrajo a muchos
seguidores, que llegaron a ser conocidos como icarianos. Cabet nació en Dijon y estudió leyes. Tras
su participación activa en la Revolución de Julio de 1830, fue elegido miembro de la Cámara de
Diputados. En 1834 tuvo que exiliarse por sus críticas al gobierno. Se dirigió a Londres, donde abrazó
el pensamiento comunista, influido por las obras del humanista inglés del siglo XVI Tomás Moro y
por el movimiento de reforma social encabezado por el socialista británico Robert Owen. En 1839 se
le permitió regresar a Francia, donde publicó la Historia popular de la Revolución Francesa de 1789
a 1830 (1839−1840) y la novela Viaje a Icaria (1840). En esta última, que alcanzó gran popularidad,
se describe una sociedad ideal en la que la actividad social y económica es supervisada por un
gobierno electo.
En 1849 Cabet y 280 seguidores emigraron a Estados Unidos donde fundaron una comunidad icariana en
Nauvoo (Illinois). Nunca llegaron a ser más de 1.800 miembros y sólo algunas de las ideas de Cabet se
pusieron en práctica. En 1856, las diferencias internas en Nauvoo le llevaron a abandonarla con 180 discípulos
para establecer una nueva colonia. Cabet falleció ese mismo año en Saint Louis (Missouri), pero su
movimiento perduró en Estados Unidos hasta 1895.
• Garnier, Tony (1869−1948), arquitecto francés, autor de un importante proyecto de urbanismo social
conocido como la Ciudad Industrial. Nació en Lyon, ciudad en la que realizó lo más destacado de su
obra. Ingresó en la Escuela de Bellas Artes de su ciudad natal en 1886 y en la de París en 1890.
Evolucionó en los círculos socialistas, junto a Jean Jaurés y Émile Zola. Premio de Roma en 1899,
vivió cuatro años en la villa Medici, donde comenzó a trabajar en el proyecto para la Ciudad
Industrial. En 1901, presentó el plan general de un gigantesco proyecto urbanístico y social, en la
línea de las utopías de Fourier. Publicó este trabajo en 1917 bajo el título Una ciudad industrial. Para
ella ideó respuestas a las necesidades de vivienda, de trabajo, de producción de energía, de transporte,
de estudios y de ocio, utilizando materiales modernos (hormigón armado, metal, vidrio).
Marcado por su formación, el estilo de Garnier conservó ciertas referencias a la antigüedad clásica y un
profundo sentido de la monumentalidad. La luz, la vegetación, la ventilación y la higiene fueron para Tony
Garnier los fundamentos del urbanismo moderno. Contempló soluciones nuevas como las circulaciones
separadas, el plano libre, el tejado−terraza, los muros de vidrio y los pilotis, que Le Corbusier tomó prestados.
Este último publicó extractos de su obra en L´Esprit Nouveau (El espíritu nuevo) y en Vers une architecture
(Hacia una arquitectura). Los CIAM (Congreso Internacional de Arquitectura Moderna) y la Carta de Atenas
reivindicaron esta herencia.
Con el apoyo del alcalde socialista Édouard Herriot, realizó en Lyon importantes edificios, directamente
inspirados en su Ciudad Industrial, como el matadero de la Mouche, para el que ideó una gran nave de
estructura metálica (hoy lonja Tony Garnier), y el estadio olímpico (1913−1916). Entre 1915 y 1935
construyó el hospital de Grange−Blanche (hoy Édouard Herriot), constituido por 22 pabellones y un conjunto
de viviendas que componen el barrio de los Estados Unidos, en Villeurbanne. Para el edificio del
Ayuntamiento de Boulogne−Billancourt, construido entre 1931 y 1934, diseñó así mismo el mobiliario y la
decoración.
• Wagner, Otto (1841−1918), arquitecto y diseñador austríaco, uno de los pioneros del movimiento
moderno. En uno de sus primeros proyectos, la casa de apartamentos de Majolika (Viena, 1898), se
aprecian elementos del Art Nouveau como las rejas de hierro forjado de los balcones y la cerámica
decorativa. Sin embargo, en sus obras posteriores evolucionó hacia una sencillez radical, en la que
desaparece toda ornamentación superflua. Este estilo depurado culminó en la geometría estricta de la
iglesia de San Leopoldo (1907) y en la sutil composición de acero y vidrio de la Caja Postal de
Ahorros (1906), ambos en Viena. A través de sus discípulos Joseph Maria Olbrich y Josef Hoffmann
ejerció una importante influencia en la evolución de la arquitectura del siglo XX.
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• Schinkel, Karl Friedrich (1781−1841), arquitecto alemán, principal representante de la corriente
neoclasicista en su país. Sus obras y proyectos, difundidos por todo el mundo, ejercieron una notable
influencia en numerosos arquitectos del movimiento moderno.
Nació en Neuruppin (Prusia, actual Alemania) e ingresó en la Academia de Arquitectura de Berlín en 1799.
Fue discípulo de David Gilly, cuyo padre, Friedrich, había despertado años antes en el joven Schinkel la
vocación de arquitecto. Entre 1803 y 1805, y más tarde en 1824, viajó a Italia, una especie de rito de paso
usual en la formación artística de los siglos XVIII y XIX. Durante la ocupación napoleónica de Berlín
(1806−1808) trabajó como pintor, y después de la expulsión de los franceses ingresó en el departamento de
obras públicas de la capital prusiana. Allí llegaría a ocupar el cargo de máximo responsable de las obras
civiles y regias de la ciudad.
Las excavaciones arqueológicas en el área mediterránea, llevadas a cabo a principios del siglo XIX,
comenzaron a despertar el interés por la arquitectura de la antigua Grecia. Al mismo tiempo, el romanticismo
reivindicaba el espíritu medieval, que muchos alemanes consideraron la expresión más pura de su identidad
nacional. En el proyecto de Schinkel para el teatro berlinés Schauspielhaus (1819−1821) se aprecian ambas
influencias, la griega y la gótica. La fachada se asemeja al frontis de un templo griego, pero el cuerpo
principal del edificio se ilumina mediante hileras de ventanales verticales de ascendencia medieval. Otra de
sus obras más emblemáticas es el Museum am Lustgarten (1822−1830, actual Altes Museum). De estilo
abiertamente neogriego, su fachada principal es una columnata de orden jónico, mientras que sobre el centro
de su planta se eleva una rotonda inspirada en el Panteón de Roma.
En su viaje a la industrializada Inglaterra de 1826 quedó impresionado por los nuevos materiales y técnicas
constructivas, en especial por las innovadoras estructuras de acero. Esta nueva experiencia se acusa en su
proyecto de 1827 para un edificio de pisos en Berlín, donde aparecen grandes ventanales entre pequeños
paños de muro que anticipan el devenir de la arquitectura contemporánea. Uno de los maestros del
movimiento moderno que más influencia recibió de Schinkel fue el alemán Ludwig Mies van der Rohe, que
casi un siglo más tarde reconoció la audacia y la modernidad de su compatriota.
• Geddes, Patrick (1854−1932), biólogo y sociólogo escocés, famoso por sus teorías sobre urbanismo.
Geddes nació en Bollater el 2 de octubre de 1854 y estudió en la Academia de Perth. Su obra en el
terreno biológico se centró en estudiar la evolución del sexo. Posteriormente se interesó por los
problemas del entorno y realizó un amplio estudio sociológico centrado en el urbanismo. Creó en
Edimburgo la primera escuela británica de sociología y colaboró en la fundación en 1903 de la
Sociedad de Sociología de Londres.
Geddes sostenía en sus teorías que los seres humanos alcanzan su desarrollo óptimo en un entorno favorable y
bien integrado. Estudió varias ciudades y realizó proyectos para mejorar Edimburgo y varias ciudades de la
India. Aunque sólo algunos de sus proyectos de urbanización fueron llevados a la práctica, ejerció una
considerable influencia que se reflejó en los logros de muchos de los urbanistas posteriores. Desarrolló sus
teorías en sus obras, El desarrollo de las ciudades (1904) y Ciudades en evolución (1915).
• Haussmann, Georges Eugène (1809−1891), político y urbanista francés, que remodeló de forma
drástica el trazado de París durante el reinado de Napoleón III (1852−1870). Se propuso abrir
bulevares más amplios, trasladar las estaciones de tren fuera del núcleo urbano central, y plantar
nuevos parques (como el Bois de Boulogne). Para conseguir sus objetivos derribó extensas áreas del
París medieval. Los elementos preferentes en el urbanismo de Haussmann fueron los bulevares largos
y anchos articulados mediante plazas circulares. Gracias a su intervención París ofrece unas
perspectivas inigualables, como la de la Ópera o la del Arco de Triunfo de L'Etoile. Sus propuestas
ejercieron una enorme influencia en el planeamiento urbanístico del resto de Europa, Latinoamérica y
las colonias francesas de ultramar.
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• Garnier, Jean Louis Charles (1825−1898), arquitecto francés que empleó el eclecticismo dentro del
estilo Segundo Imperio y obtuvo arquetipos renacentistas neoclásicos y barrocos. La Ópera de París
(1861−1875) es su gran obra y una de las más importantes de la arquitectura del siglo XIX. Sobre un
conjunto armónico se mezclan diferentes géneros y ornamentaciones a base de esculturas, frescos y
mármoles. La celebridad que obtuvo por esta obra oscurece la relevancia de sus posteriores edificios
públicos y residencias. En 1990 la ópera se trasladó a la Bastilla y desde entonces el edificio de
Garnier alberga el Ballet de la ópera de París.
• Gaudí, Antoni (1852−1926), arquitecto catalán, máximo representante del modernismo y uno de los
principales pioneros de las vanguardias artísticas del siglo XX. Su figura es una de las más
sorprendentes de la historia de la arquitectura, tanto por sus innovaciones, en apariencia intuitivas,
como por su práctica aislada de las corrientes internacionales e imbuida a menudo en el mero trabajo
artesanal.
Gaudí nació el 25 de junio de 1852 en la ciudad tarraconense de Reus. Estudió en la Escuela Superior de
Arquitectura de Barcelona, donde se graduó en 1878. Aunque ya colaboró en algunos proyectos siendo
estudiante, su primer encargo como arquitecto fue la casa Vicens (1883−1888), un edificio neogótico en el
que ya se aprecia su fuerte personalidad. Poco después comenzó a trabajar para el que sería su principal
mecenas durante el resto de su carrera, el empresario textil Eusebio Güell: primero con las caballerizas de su
finca en Pedralbes, y más tarde con el palacio Güell (1885−1889) en Barcelona, un edificio pleno de espacios
y formas innovadoras. Durante esta primera etapa de carácter historicista también construyó algunas obras
fuera de Cataluña, entre las que cabe reseñar el palacio episcopal de Astorga (comenzado en 1887) y la casa
de los Botines (1891−1892) en León.
Palacio episcopal de Astorga
El arquitecto catalán Antoni Gaudí acometió en 1887 el proyecto del palacio episcopal de Astorga, León,
concebido como residencia para su paisano monseñor Juan B. Grau Vallespinos. El maestro de Reus
abandonó en 1893 la construcción de este edificio goticista, rematado años después al margen de la
concepción inicial.
En 1883 se hizo cargo de la continuación en Barcelona del templo expiatorio de la Sagrada Familia, una
catedral neogótica que modificó totalmente el joven Gaudí. Así, en 1891 concluyó las trazas generales de la
iglesia, compuesta por cinco naves y tres fachadas monumentales, en 1893 decidió concentrar sus esfuerzos
en la construcción de la fachada del Nacimiento, que no pudo ver completamente concluida, y en 1908
publicó la primera imagen definitiva del templo, una especie de bosque ascendente de elevadas torres.
Templo de la Sagrada Familia en Barcelona
Antoni Gaudí i Cornet comenzó a proyectar en 1883 el templo expiatorio de la Sagrada Familia, su inacabada
obra maestra. En la fotografía se observa la fachada del Nacimiento, con sus cuatro torres ahusadas y su
portada tripartita salpicada de motivos escultóricos del artista. Este edificio representa la culminación del
modernismo catalán y está considerado como una de las mejores obras arquitectónicas de todos los tiempos.
A comienzos del siglo XX levantó otras tres obras no menos sorprendentes en la capital catalana: el Parque
Güell (1900−1914), una obra paisajística jalonada de elementos arquitectónicos, como la gran sala hipóstila
sobre la que se asienta la plaza principal conocida como el `teatro griego', el banco ondulado que delimita esta
explanada y los soportales inclinados sobre los que discurre el viaducto.
La casa Batlló (1904−1906), edificio del pleno modernismo destacado por sus balconadas curvilíneas y por su
expresiva cubierta en forma de dragón, recubierta por piezas cerámicas que simulan escamas
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Casa Batlló
La fachada colorista y sinuosa de la casa Batlló, construida por el arquitecto catalán Antoni Gaudí entre 1904
y 1906, proporciona una nota expresiva al paseo de Gracia, dominado por los estilos historicistas del
Eixample barcelonés.
Y la casa Milá (1906−1912), conocida por los barceloneses como La Pedrera cantera en castellano por su
carácter monolítico, que supone un hito de la historia de la arquitectura no sólo por su capacidad expresiva,
sino también por las numerosas innovaciones como la planta libre o las grandes proporciones de los vanos que
más tarde caracterizaron a los maestros del movimiento moderno.
Gaudí también fue un destacado diseñador, tanto por las imaginativas forjas que caracterizan sus balcones y
cancelas, como por el excepcional mobiliario que fabricó para distintos encargos privados. Al igual que sus
coetáneos Victor Horta o Henry van de Velde, practicó la arquitectura desde una concepción globalizadora,
esmerándose en la concreción de cada detalle y proponiendo el mobiliario completo de cada vivienda que
proyectaba. Entre sus piezas más relevantes se encuentran el sillón Calvet, la bancada del Parque Güell así
como la silla y el banco Batlló, donde su exuberante genio se alió a las exigencias ergonómicas en una
armonía insólita, que anticipó en más de medio siglo las innovaciones del diseño moderno.
Por otra parte, su obra ejerció innumerables influencias sobre las vanguardias históricas, entre las que
destacan los paralelismos con el expresionismo alemán y la herencia recogida por Salvador Dalí y otros
artistas del surrealismo. Su desconcertante personalidad destaca en la historia de la arquitectura como la de un
visionario, que inspiró el camino estructuralista de Pier Luigi Nervi o de Félix Candela tanto como el
brutalismo expresionista de las últimas obras de Le Corbusier. Sin embargo, su obra fue menospreciada por
sus compatriotas noucentistas, defensores de un catalanismo basado en la cordura el seny antes que en la
aparente locura del genio mediterráneo. Gaudí, que en sus últimos años se recluyó en la construcción de la
Sagrada Familia, murió en Barcelona el 10 de junio de 1926, atropellado por un tranvía frente a su inacabada
obra maestra.
• Sullivan, Louis Henri (1856−1924), arquitecto estadounidense cuyos espléndidos proyectos para
rascacielos con estructura de acero convirtieron esta tipología en el símbolo arquitectónico de Estados
Unidos. A través de sus obras, sobre todo gracias a sus edificios comerciales, y como fundador de la
llamada escuela de Chicago, ejerció una influencia importantísima sobre la arquitectura del siglo XX.
Su discípulo más aventajado fue Frank Lloyd Wright, que siempre reconoció a Sullivan como su
verdadero maestro.
Hijo de un profesor de danza, nació en Boston el 3 de septiembre de 1856. Estudió arquitectura en el
Massachusetts Institute of Technology (MIT) y más tarde viajó a Francia, donde estudió un año en la Escuela
de Bellas Artes y trabajó en el estudio de un arquitecto. En 1875 se estableció definitivamente en Chicago,
donde trabajó como dibujante hasta que en 1881 fundó su propio estudio junto con Dankmar Adler. Juntos
construyeron más de cien edificios, Adler encargándose del trato con los clientes
y de los problemas de estructuras y acústica y Sullivan solamente del diseño arquitectónico. Uno de sus
primeros trabajos en equipo fue el famoso proyecto para el Auditorium de Chicago (1886−1889), un enorme
edificio que incorporaba hotel, oficinas y el teatro propiamente dicho, cuya extraordinaria acústica lo convirtió
en una obra modélica. En 1881 concluyeron en St Louis (Missouri) otra construcción de diez plantas, el
Wainwright Building, pero su prolífica asociación se disolvió en 1895, y para Sullivan comenzó el declive
económico. En 1904 construyó su obra maestra en solitario, el almacén de Carson Pirie Scott (en un principio
Schlesinger&Meyer), uno de los mejores ejemplos arquitectónicos de la escuela de Chicago. De sus
construcciones posteriores tan sólo se conservan dos pequeños bancos, el Security Bank de Owatonna
(Minnesota, 1908) y el People's Savings Bank de Cedar Rapids (Iowa, 1911).
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Almacenes Carson, Pirie & Scott
Los grandes almacenes de Carson, Pirie & Scott (1889−1904) son uno de los mejores ejemplos de la maestría
de Louis Henri Sullivan. Sus dos pisos inferiores, decorados con motivos Art Nouveau en hierro colado,
contrastan con la simplicidad de los doce restantes, en los que los grandes ventanales ocupan los huecos de la
fachada que se abren en la estructura reticulada de acero.
Sullivan también fue un prestigioso teórico, que expresó sus ideas en conferencias y escritos como el ya
clásico Autobiografía de una idea, 1924). Su famosa afirmación "la forma sigue a la función" se convirtió en
leitmotiv para muchos de sus colegas, aunque él nunca la aplicó de forma literal, sino tan sólo en el sentido de
que la idea de un proyecto podía partir simplemente de sus consideraciones funcionales. De hecho, él empleó
en todas sus obras un exquisito lenguaje ornamental, incluso en los rascacielos. Murió en Chicago el 14 de
abril de 1924.
• Mackintosh, Charles Rennie (1868−1928), arquitecto y diseñador escocés, cuya obra de carácter
sobrio y desnudo influyó en la evolución de la arquitectura y la decoración durante el siglo XX.
Mackintosh nació en Glasgow el 7 de junio de 1868 y se formó en la escuela de arte de la misma ciudad.
Pronto abandonó el rebuscado estilo victoriano para adoptar un estilo basado en una sencillez personal,
caracterizada por las formas geométricas y las superficies despojadas. Entre 1899 y 1910 construyó
numerosas residencias cerca de Glasgow, pero su consagración se produjo principalmente gracias al proyecto
para la Glasgow School of Art (1897−1899), un edificio racionalista en el que yuxtapone largas y delicadas
curvas con una potente estructura rectangular. Más tarde amplió esta obra mediante una biblioteca
(1907−1909), compuesta sólo por el diálogo rítmico y ortogonal de las vigas horizontales con los pilares
verticales.
Glasgow School of Art
La Glasgow School of Art (Escuela de Arte de Glasgow), proyectada por Charles Rennie Mackintosh y
concluida en 1909, es uno de los mejores ejemplos de arquitectura Art Nouveau. Entre sus características más
relevantes están las cancelas de hierro forjado, los grandes ventanales y la biblioteca de doble altura.
Otra de sus facetas más representativas es la de diseñador e interiorista. Entre 1897 y 1912 diseñó el prototipo
para la cadena de salones de té de Mrs. Cranston, en Glasgow. Sus muebles combinan la rudeza expresiva de
la tradición medieval escocesa con la delicadeza de la nueva modernidad, definida por suaves curvaturas,
motivos geométricos y el empleo frecuente de maderas lacadas y decoradas. Así, aunque se le considera
adscrito al movimiento Art Nouveau, su obra no guarda demasiada relación con la riqueza ornamental de sus
coetáneos franceses o catalanes. Sin embargo, ejerció una profunda huella en los diseñadores de la secesión
vienesa, en cuya exposición de 1900 obtuvo un merecido reconocimiento internacional.
Su obra ejerció una gran influencia en el desarrollo del movimiento moderno, sobre todo gracias a su poética
sencilla y racionalista. A pesar de todo, y al parecer debido a sus excentricidades, el genial escocés abandonó
la arquitectura y murió en Londres, olvidado, el 10 de diciembre de 1928. Más tarde se le ha reconocido como
una de las figuras fundamentales del diseño y la arquitectura del siglo XX. A finales de la década de 1970 la
casa − estudio de Mackintosh en Glasgow se reconstruyó y hoy alberga un museo sobre su obra.
2. Señale la importancia de la Deutcher Werkbundg para el Urbanismo Contemporáneo.
La Deutcher Werkbund es importante para el Urbanismo Contemporáneo debido a que se plantea en un
proceso de cambio debido a la gran explosión demográfica e industrial con la preocupación de tener un mejor
nivel en el diseño industrial y constructivo, sin dejar de lado los mejores niveles de vida. Generada por
diversos arquitectos, diseñadores y artistas;
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Su mayor exponente fue Walter Gropius, destacado por su edificio de Talleres para la factoría Fagus (1911).
En 1911 se unió al Deutscher Werkbund, institución creada para coordinar el trabajo de los diseñadores con la
producción industrial. En colaboración con Adolph Meyer proyectó la fábrica Fagus en Alfeld (1910−1911) y
el edificio de oficinas de la exposición del Werkbund en Colonia (1914), que le dieron a conocer en toda
Europa. Después de la I Guerra Mundial dirigió dos escuelas de arte en Weimar, hasta que las transformó, en
1919, en la nueva Staatliches Bauhaus, donde introdujo una pedagogía que aunaba el estudio del arte con el de
la tecnología. Los estudiantes aprendían a través de distintos talleres las habilidades básicas de los principales
oficios, y así se familiarizaban con los materiales y los procesos industriales. Este método hizo posible un
gran acercamiento a la realidad de la producción en serie y revolucionó el mundo del diseño industrial
moderno. Cuando la escuela se trasladó a Dessau, Gropius proyectó los edificios que la acogerían,
caracterizados por una exquisita simplicidad formal y por el empleo de grandes superficies de vidrio plano.
3. ¿En qué consiste el Estilo internacional en el urbanismo? Señale diseñadores y su obra más
destacada, indicando el ¿por qué?
El estilo internacional consistía en el empleo de las nuevas tecnologías para edificaciones con miras a mejores
niveles de vida para todos, tanto en el ámbito de vivienda, como comercial e industrial. Los diseños
empezaron a desplazar en cierta forma las limitaciones de un espíritu antiguo.
Dentro de esos se pueden mencionar a Le Corbusier, quien una de sus preocupaciones constantes fue la
necesidad de una nueva planificación urbana, adecuada a las necesidades de la vida moderna (Plan Voisin
para París, Ville Radieuse, Plan Obus para Argel, Chandigarh, etc.), y sus ideas han tenido una enorme
repercusión en el urbanismo de este siglo, con diversos planes arquitectónicos y urbanísticos como el plan
para St. Die, demostrando funciones diferenciadas y estrictamente zonificadas, vinculadas por un sistema vial
claro que unifica la ciudad con su entorno regional.
Casa de la Cascada
Frank Lloyd Wright también es uno de ellos con "La casa de la cascada" o la sede de la compañía Johnson
Wax por la simplicidad de la obra, pero amplia riqueza estética, lleno de gran valor espacial y estructural.
Philip Johnson, alumno de Gropius, desempeñó un papel determinante en el establecimiento del Estilo
Internacional en Estados Unidos. En colaboración con Mies van der Rohe, diseñó uno de los ejemplos
paradigmáticos del estilo, el edificio Seagram (1958) en Nueva York. Posteriormente daría un giro a su estilo,
al abandonar la ortodoxia del modernismo y dar cabida a elementos históricos como los del clasicismo,
sometidos a un proceso más o menos intenso de abstracción, por lo que ha sido englobado dentro de la
arquitectura postmoderna. En su edificio AT&T (1984) en Nueva York, incorpora elementos renacentistas y
barrocos.
Rascacielos AT&T en Nueva York
Su diseño del edificio AT&T ,construido en la ciudad de Nueva York en 1984 causó un fuerte impacto. Los
dispositivos arquitectónicos del edificio, como la alusión a detalles renacentistas y su frontón clásico partido,
se convirtieron en símbolo de la arquitectura postmoderna.
La reacción frente a los estereotipos del movimiento moderno, o Estilo Internacional, considerado cada vez
más frío y monótono, originó una corriente en la década de 1950 hacia un estilo formalmente más expresivo;
como se aprecia en las obras de Eero Saarinen, Paul Marvin Rudolph (buen exponente del brutalismo), Louis
Khan, quien combina forma expresiva y monumental con funcionalidad, y Ieoh Ming Pei, autor de la
ampliación de la National Gallery de Washington (1978), entre otros.
Arco de entrada a Saint Louis
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Este arco parabólico proyectado por Eero Saarinen domina el perfil de la ciudad de Saint Louis, Missouri
(Estados Unidos). Está construido en acero inoxidable y alcanza una altura de 192 metros.
Pirámide de acceso al Louvre
Ieoh Ming Pei proyectó esta pirámide de vidrio (concluida en 1989) como entrada para la ampliación del
museo del Louvre en París.
4. Corrientes actuales en el pensamiento sobre el diseño urbano y arquitectónico. Diseñadores y obras.
Orígenes de la arquitectura contemporánea
La Revolución Industrial cambió el contexto tecnológico y social de la construcción hasta tal punto que los
antiguos preceptos y objetivos de la composición arquitectónica perdieron toda su validez. A partir de 1840,
los principales artistas y críticos buscaron nuevas aproximaciones a la arquitectura.
En Inglaterra, el escritor John Ruskin y el diseñador William Morris, fundador del movimiento Arts & Crafts,
sostenían que los objetos producidos por la máquina estaban desprovistos de significado cultural y por ello
carentes de cualidades estéticas. Inspirados en el pasado medieval y en la ideología socialista afirmaron la
importancia del artesanado y buscaron la implicación directa de los obreros en la producción de artefactos de
uso cotidiano y doméstico.
En el terreno de la tecnología, el Crystal Palace de sir Joseph Paxton, un enorme espacio para exposiciones
temporales construido con ocasión de la Exposición Universal de Londres en 1851, representó un notable
avance en el desarrollo de la arquitectura contemporánea. Realizado enteramente con elementos prefabricados
de acero y cristal, su belleza debía ser algo secundario. Sin embargo, una de las ideas persistentes de la
arquitectura del siglo XX es la creencia, compartida por arquitectos e ingenieros, de que la belleza reside en la
claridad estructural y en el uso coherente de los nuevos materiales.
El hierro, el vidrio y el acero se fabricaban masivamente y se generalizó su uso en la edificación. Dos
estructuras erigidas para la Exposición Internacional de París de 1889 mostraron sus posibilidades
tecnológicas. La Galería de las Máquinas, del arquitecto C.L.F. Dutert y la empresa de ingenieros Contamin,
Pierron y Charton, salvó una luz estructural distancia entre apoyos de 117 m, mientras que la torre Eiffel, de
Alexandre Gustave Eiffel, alcanzó los 305 m de altura.
Interior del Crystal Palace
Joseph Paxton proyectó el Crystal Palace para albergar la Exposición Universal de 1851, celebrada en
Londres. Su construcción, consistente en una estructura ligera de hierro colado y un cerramiento de cristal, fue
pionera en el campo de la prefabricación, y marcó un hito decisivo en la evolución de la arquitectura moderna.
La tecnología pronto afectaría al diseño de edificios en aras de conseguir un mayor funcionalismo. La
invención del ascensor en Estados Unidos, unido a la carestía del suelo edificable, alentó la posibilidad de
construir edificios en altura. Para ello se inventó un sistema reticular de acero una especie de rejilla
tridimensional a la que se añadieron suelos, ventanas y muros como simples cerramientos. El prototipo de
rascacielos de oficinas tomó forma en Chicago en torno a 1890 y se difundió rápidamente por otros lugares.
Entre los arquitectos involucrados en esta investigación destacaron Louis Sullivan y el resto de los miembros
de la escuela de Chicago.
Art Nouveau
El estilo conocido como Art Nouveau, nombre acuñado a partir de la tienda parisina La Maison de L´Art
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Nouveau, apareció a principios de la década de 1890 en diversos países. Se denominó Jungendstie en
Alemania, estilo Sezession en Austria, Modern Style en Inglaterra, Stilo Liberty en Italia y modernismo en
España. Se caracterizó por la concepción artística global, desde los objetos decorativos y el mobiliario hasta el
propio edificio, y por su libertad creativa, simbolizada con las formas orgánicas de la naturaleza. Por otro
lado, algunas corrientes mostraron mayor predilección por la línea recta y los planos perpendiculares. En
Barcelona, Antoni Gaudí representa con su obra el nacimiento del modernismo catalán, sobresaliendo el
inacabado templo de la Sagrada Familia (comenzado en 1883), donde refleja el espíritu imaginativo. Otros
destacados representantes del modernismo fueron Lluis Domènech i Montaner y Josep Puig i Cadafalch. En la
Europa continental los belgas Victor Horta y Henry van de Velde ejercieron una profunda influencia en la
arquitectura racionalista posterior; también se debe mencionar al francés Hector Guimard, autor de los
famosos accesos a las estaciones de metro de París y a los arquitectos de la Sezession vienesa Otto Wagner,
Joseph Maria Olbrich y Joseph Hoffmann. En Escocia, Charles Rennie Mackintosh proyectó la Glasgow
School of Art (1887−1889; biblioteca en 1907−1909) con una sintaxis rectilínea, que culmina en la audaz
fachada de hierro y cristal. Junto con su esposa, Margaret MacDonald Mackintosh, realizó decoraciones de
interior y muebles de singular interés.
El racionalismo español
Los primeros pasos que significaron una ruptura con el historicismo de las primeras décadas del siglo XX en
España, vinieron dados por la llamada generación del 25, cuyo máximo exponente fue el arquitecto Fernando
García Mercadal. Con la instauración de la II República en 1931 se creó un clima favorable al desarrollo del
racionalismo arquitectónico, intensificándose los contactos con los miembros de la vanguardia europea y la
participación en los CIAM (Congresos Internacionales de Arquitectura Moderna, iniciados en 1928). En 1930
se fundaba el GATEPAC (Grupo de Artistas y Técnicos Españoles para el Progreso de la Arquitectura
Contemporánea), que supuso la adhesión al racionalismo más ortodoxo del movimiento moderno europeo,
destacando las realizaciones del grupo catalán (GATCPAC) capitaneado por Josep Lluis Sert, discípulo de Le
Corbusier, entre cuyas obras más notables está el dispensario central antituberculoso de Barcelona
(1934−1936), en colaboración con Torres Clavé y Subirana. La guerra civil y el consecuente cambio político
segaron esta evolución, con el exilio de muchos de sus componentes, entre ellos José Luis Sert, quien
realizaría una brillante labor docente y profesional en los Estados Unidos, y Félix Candela, que inició una
nueva carrera profesional en México.
Hipódromo de la Zarzuela
El ingeniero español Eduardo Torroja construyó en 1936 el hipódromo de la Zarzuela de Madrid en
colaboración con los arquitectos Carlos Arniches y Martín Domínguez. En esta obra destaca la cubierta de las
tribunas, un impresionante e innovador voladizo compuesto por bóvedas laminares de hormigón.
Arquitectura latinoamericana
La arquitectura contemporánea se consolidó en Latinoamérica gracias al apoyo de Le Corbusier a dos jóvenes
arquitectos brasileños, Lucio Costa y Oscar Niemeyer, y al resto del grupo de artistas que comenzaron a
finales de la década de 1920 a reivindicar la renovación de los estilos historicistas. Entre los pioneros
destacaron los también brasileños Gregorio Warchanchik y Alfonso Reidy y el uruguayo Julio Vilamajó.
Después de la II Guerra Mundial fueron apareciendo otras figuras importantes, especialmente en México,
donde los principios del movimiento se combinaron con el carácter colonial y con las reivindicaciones
precolombinas. Entre los mejores arquitectos mexicanos cabe destacar a Luis Barragán, Juan O'Gorman y
Pedro Ramírez Vázquez, líderes de una primera generación que ha consolidado la arquitectura contemporánea
en este país. Otros arquitectos destacados del último medio siglo han sido el venezolano Carlos Raúl
Villanueva, el colombiano Rogelio Salmona y el uruguayo Eladio Dieste.
Arquitectura posmoderna
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En la década de 1960 surgió entre muchos arquitectos un sentimiento de rechazo hacia el International Style,
que había degenerado desde su pureza inicial hacia fórmulas que parecían monótonas y estériles. Una de las
corrientes arquitectónicas que va a reaccionar contra la ortodoxia del racionalismo será la denominada
posmoderna, ligada al movimiento filosóficos del mismo nombre. El posmoderno en arquitectura no pretendió
ser un movimiento conexionado, sino una serie de actitudes individualistas que varían desde las tendencias
neohistoricistas de Ricardo Bofill o de Óscar Tusquets hasta los extremados rasgos del deconstructivismo que
practican Frank Gehry o Zaha Hadid, pasando por la ironía de Robert Venturi, Helmut John o Michael
Graves. El polifacético Philip Johnson dio un espaldarazo a la corriente posmoderna con la erección del
edificio AT & T (1982) de Nueva York, un rascacielos coronado por un frontón partido.
Rascacielos AT&T en Nueva York
La construcción del edificio para la AT&T (1984) en Nueva York, proyectado por Philip Johnson, significó el
espaldarazo definitivo para la arquitectura posmodernista estadounidense.
Últimas tendencias arquitectónicas
En la última década en el panorama arquitectónico han aparecido diferentes tendencias divergentes, como el
deconstructivismo o el high−tech. Al mismo tiempo, se ha reiniciado un proceso de revisión de los maestros
vanguardistas, produciéndose la reactivación de los postulados del movimiento moderno. Esta tendencia se
puede observar en la obra de numerosos arquitectos, entre los que destacan el holandés Rem Koolhas, el
japonés Tadao Ando, el estadounidense Richard Meier, el portugués Álvaro Siza y el español Rafael Moneo.
• Richard Rogers con el edificio del Lloyds Bank en Londres. Se concluyó en 1986 y es un paradigma
de la llamada arquitectura high−tech. Una de sus principales características es el empleo de elementos
estructurales vistos, fabricados en acero inoxidable.
• Bofill, Ricardo (1939− ), arquitecto español, uno de los principales representantes del
postmodernismo, cuya obra ha proliferado por todo el mundo gracias al carácter monumental de sus
proyectos. Entre los más importantes destacan los bautizados por su autor como La Plaza del Número
Áureo (Montpellier, 1978−1984), Los Espacios de Abraxas (Marnée−la−Vallée, 1978−1983) y Las
Escalas del Barroco (París, arrondissement 14, 1979−1986). En todos ellos, Bofill combina
composiciones y elementos clasicistas, como la división tripartita de las fachadas o las columnatas
dóricas, con materiales modernos, como el vidrio ahumado y los prefabricados de hormigón. El
resultado de sus obras es que ellas comulgan con un cierto espíritu de grandeur, irónico y desinhibido.
• Venturi, Robert (1924− ), arquitecto y profesor estadounidense, y uno de los más influyentes
teóricos del siglo XX. Alcanzó prestigio cuando en la década de 1960 inició la crítica a la ortodoxia
del movimiento moderno, que desembocó en el postmodernismo de la década de 1970. Su causa
defendía una arquitectura "compleja y que aceptara sus contradicciones". Rechazó la austeridad del
movimiento moderno y animó el retorno del historicismo, la decoración añadida y de un rotundo
simbolismo en el diseño arquitectónico. Sus obras más importantes son Franklin Court, Filadelfia,
1972−1976 y el Gordon Vu Hall en la Universidad de Princeton, 1980−1983.
• Graves, Michael (1934− ), Entre sus más importantes obras destacan el edificio Portland, en Oregón,
terminado en 1982; la biblioteca regional San Juan Capistrano en California, dentro de un estilo
colonial español; y el edificio Humana, en Louisville, Kentucky, un rascacielos en granito rosa. Uno
de sus principales encargos fue la ampliación del museo Whitney, en Nueva York, durante la década
de 1980. Sus dos primeros bocetos provocaron demasiada polémica, pero su tercera propuesta
preservó la esencia de la construcción en granito gris que hizo el arquitecto húngaro Marcel Breuer, y
la combinó con su particular punto de vista. Entre sus últimas creaciones está un ecléctico hotel y
recinto para convenciones en el centro Walt Disney World Epcot, en Florida.
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• Renzo Piano con el Centro Nacional de Arte y Cultura Georges Pompidou, inaugurado en 1977. En
esta obra llega a su máxima expresión el concepto de edificio−máquina preconizado por Le Corbusier
en la década de 1920. El conjunto alberga un museo de arte moderno, un centro de diseño industrial y
una extensa mediateca.
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