UNIVERSIDA UNIVERSIDAD DE LA REPUBLICA FACULTAD DE PSICOLOGIA TALLER DE 2º CICLO Serie: FICHAS DE ESTUDIO Nº 6 “EPISTEME - PARADIG PARADIGMA – COMPLEJIDAD” COMPLEJIDAD” Prof. Agda. Psic. Raquel Lubartowski 1 El tema que vamos a trabajar hoy es particularmente complejo porque se refiere a salud y enfermedad, es decir un conjunto conceptual que nos concierne no sólo como psicólogos sino también como sujetos sociales y sujetos “subjetivados”. Al intentar abordar esta problemática que surge como nudo epistemológico y que nos introduce en una suerte de paradoja, nos encontramos que las teorizaciones relacionadas con éstas temáticas -al igual que en nuestra vida cotidiana, social e institucional- han priorizado el concepto “enfermedad” dentro del que queda subsumido o con una relación de dependencia nocional el concepto “salud”. Nos interrogaremos acerca de las causas históricas y de episteme que nos posibilitarán situarnos y circunscribir la comprensión de ésta peculiaridad cuyos efectos en la subjetividad y los lazos sociales no son menores. ¿Por qué ocurre que cuando queremos hablar de salud y enfermedad nos encontramos prioritariamente hablando de enfermedad o enfermedades y dejamos en una suerte de “penumbra conceptual” el componente “Salud”? Asimismo, ¿por qué “salud” como un concepto o postulado lo abordamos, en el mejor de los casos, como tributario de enfermedad y de manera común como fantasmizado o dependiente, de “enfermedad”? Siguiendo esta línea de interrogantes también nos vamos a encontrar con el hecho singular que existe un corpus de investigaciones profundas y muy prolíficas en torno a la temática de la enfermedad, en contraste a la poca producción de carácter teórico que existe en relación a la conceptualización de salud. Histórica y hasta arquitectónicamente, podemos aprehender con facilidad los “templos” que la modernidad ha brindado en torno a la enfermedad, en tanto la cultura de la salud emerge como contracara, a veces exclusivamente cosmética, de ésta. Dice E. Saforcada: “Se cuenta con vastos desarrollos en teorías de la enfermedad, pero la humanidad carece de una teoría de la salud. Esta situación potencia un fenómeno negativo de “medicalización” en la consideración, oportunidad y modo de encarar los problemas que plantea el proceso de salud - enfermedad, empujando a los técnicos y a la sociedad toda a mirar y analizar lo que es un proceso como si fuera una polaridad, tomando sólo el polo de lo patológico, de lo ya dañado. Esto se ve reforzado por ser la enfermedad la entidad dinamizante del modelo de mercado en que buscan rentabilidad lucrativa las corporaciones industriales, de servicios 1 Exposición de la Cordinadora de Segundo Ciclo de la Facultad de Psicología Prof. Agda. Lic. Raquel Lubartowski realizada el 10/5/2002 en el Taller de Segundo Ciclo. y de los profesionales que operan en el campo de la salud. Solo la enfermedad es rentable para los intereses privados corporativos; lo no dañado, la salud, es rentable tan solo para la sociedad”. (1) Asimismo, también desde el punto de vista cultural, en la producción literaria y dramática, pictórica y cinematográfica nos encontraremos con una superabundancia de producciones que aluden a enfermedad por sobre aquellas que tienen como eje significativo “salud”. Recordemos el cuadro de Blanes “La fiebre amarilla” que constituye un referente cultural e histórico sumamente emblemático de la cultura en Uruguay. Como dato significativo ya en “Biblia” Lc.8.22.26.37; encontramos “Curación de un poseso” tramo que se puede leer como una descripción de “enfermedad mental” y su cura mediante “la palabra”. En “De Rerum Natura” Lucrecio (94-45 A.C.) en el Libro VI apartado “Origen de las epidemias” no sólo nos encontramos con una temprana descripción de la enfermedad -diseminada en forma de “peste”- sino además con una suerte de etiología arcaica o proto-etiología de las enfermedades que habilitan a Lucrecio a realizar una clasificación de las mismas de acuerdo a las diferentes “razas”. “Te explicaré ahora cual es la causa de las enfermedades, de dónde viene tan de súbito esta fuerza maligna capaz de esparcir la muerte entre hombres y rebaños” “... y tal como vemos éstas cuatro partes del mundo diversas entre sí, según los cuatro vientos y las cuatro partes del cielo, de la misma manera se diferencian los hombres por la tez y rasgos del rostro, y a cada raza le corresponden enfermedades específicas”. (2) Quisiera mencionar -antes de continuar- algunas de las razones que sitúan el eje temático del Segundo Ciclo en “Salud y Enfermedad en la vida cotidiana”. No fue por azar o casualidad que cuando se elaboró el Plan de Estudios en 1982, quienes integrábamos la Comisión Plan de Estudios entendimos que el eje u objetivo del Ciclo era el primer paso, la primera etapa de análisis, que habilitaría un posicionamiento conceptual crítico de una “polaridad” muchas veces teorizada como excluyente. El análisis crítico del eje Salud-Enfermedad habilitaría luego, a ingresar en el 3er. Ciclo al Area de la Salud y en articulación con los diferentes paradigmas sustentados por las diversas Areas. Dicho eje, constituye en sí, un paradigma específico y como tal abarca sostiene y significa numerosos postulados que articulan teóricamente el conjunto de cursos de las diferentes Areas que integran el 2º Ciclo. Salud-Enfermedad como eje del Ciclo y objetivo de Taller posee una vinculación epistémica crítica con las teorías de las diferentes áreas y cursos del Ciclo. Asimismo, tal como hemos señalado, Salud-Enfermedad es una construcción socio-histórica que rebasa lo estrictamente “académico” y emerge como un constructo cultural que se manifiesta en el arte, las religiones, las diversas prácticas sociales individuales o colectivas, las políticas etc., todo lo cual emerge y converge en el contexto explicitado en Plan de Estudios para 2º. Ciclo. Quisiera partir de algunos conceptos que seguramente Uds. ya han manejado, otros tal vez no tanto, por lo que me tomaré la libertad de citar alguno de ellos con cierta precisión para no crear una situación de indefinición conceptual. Pasaré a definir 3 de los conceptos sobre los cuales se va a articular esta intervención: Concepto de Epistemé Esta palabra que ustedes seguramente manejan, constituye un concepto que ha desarrollado Michel Foucault2, pensador que ha trabajado entre otras, las temáticas de salud y enfermedad, historia de la locura, surgimiento de la clínica etc. Estas temáticas las desarrolla en torno a las problemáticas del poder entendido en su dimensión “microfísica” o sea como el conjunto de prácticas y postulados que se van anudando a lo largo de la historia de los sistemas de pensamiento y que determinan efectos de disciplinamiento en las múltiples dimensiones de la vida humana –especialmente el cuerpo- y de las sociedades. M. Foucault define la epistemé de la siguiente manera: “Cada época se caracteriza por una configuración subterránea que perfila su postura, unas pautas de saber que vuelven posible cualquier discurrir filosófico, cualquier producción de enunciados”. La epistemé establece las bases profundas que definen y demarcan lo que una época puede o no puede pensar. Toda ciencia, se desarrolla dentro del marco de una epistemé, y por lo tanto está relacionada con las ciencias que le son contemporáneas, estableciéndose entre estas ciencias relaciones de poder”.(3) Dentro de la epistemé clásica y la epistemé moderna, que son las que M. Foucault estudia en profundidad adoptando una metodología “arqueológica” y de “microhistoria” plantea: “el capitalismo, que se desenvuelve a fines del siglo XVIII y comienzo del XIX socializó un primer objeto, que fue el cuerpo en función de la fuerza productiva, de la fuerza laboral. El control de la sociedad sobre los individuos no se opera simplemente por la conciencia o por la ideología sino que se ejerce en el cuerpo, con el cuerpo. Para la sociedad capitalista lo importante era lo biológico, lo somático lo corporal antes que nada. El cuerpo es una realidad biopolítica; la medicina es una estrategia biopolítica” (4) En el marco de la epistemé clásica, precapitalista, desde el punto de vista de los sistemas de conocimiento y saber se desarrollan en forma preeminente las siguientes disciplinas: la gramática general, el análisis de las riquezas y la historia natural. En cambio en la epistemé moderna que M.Foucault ubica a finales del siglo XVII y comienzos del XVIII, se instala el concepto de hombre como sujeto/objeto de conocimiento, -introduce “el hombre” lo cual es preciso distinguir de “sujeto” concepto que ya se esbozaba en los filósofos griegos-. La inclusión del concepto “hombre” con su doble potestad de sujeto/objeto de conocimiento marca, produce la diferencia que de ahí en más va a complejizar el conocimiento que emerge entre la epistemé clásica y la epistemé moderna y sobre todo va a dar lugar al surgimiento de disciplinas que contengan este nuevo habitante de los saberes, aún más, va a requerir y promover la construcción de nuevos saberes. Con la instalación del concepto de hombre sujeto/objeto de conocimiento, se desarrollan las nociones de hombre que habla, hombre que trabaja, hombre que vive y 2 Es considerado uno de los pensadores de relevancia en las postrimerías del siglo XX y se redimensiona en el siglo XXI. por tanto emergerán disciplinas que se apoderarán de estos “nuevos” objetos de conocimiento para así demarcar nuevas “ciencias” y metodologías de investigación. Antes de continuar haré dos breves observaciones: a) Las modificaciones de los sistemas de pensamiento no son drásticas sino que la epistemé clásica deja sus rastros o impronta en la episteme moderna, especialmente en lo que podríamos llamar sistemas clasificatorios y/o taxonómicos. b) En la epistemé moderna la noción de género femenino aún no estaba incluída, por lo tanto las mujeres quedamos fuera del corpus teórico desarrollado por las diferentes disciplinas siendo necesario nuevas tensiones epistémicas para que, por lo menos las teorías de género como construcción que merece su estatuto disciplinario, adquirieran relieve. La inclusión del hombre como sujeto/objeto de conocimiento crea una figura “empírico trascendental”, o sea que pasamos de una epistemé clásica donde las leyes científicas quedaban bajo estricta vigilancia religiosa y dónde el lenguaje cumplía fundamentalmente una función taxonómica -función de clasificar- a la epistemé moderna donde se incluye una mirada empírico-positiva y el lenguaje incluye el “habla” o sea la dimensión de significar y connotar. O sea se produce una transformación del paradigma clasificatorio, a la manera que lo hacía por ejemplo la botánica erigida en disciplina modélica con un fuerte poder frente a otras formas de saber que incluyeron los conocimientos acerca del hombre, su producción, sus enfermedades, es decir al estudio del hombre y su vida en sociedad. Luego veremos la forma en que en ésta bisagra creada entre la epistemé clásica y moderna surge una innovación profunda “la clínica”, inicialmente articulada en torno a la mirada médica y organizada siguiendo o teniendo como trasfondo el modelo clasificatorio. Uds. saben que antes del siglo XVIII, la botánica por ejemplo, poseía una gran relevancia como estudio del medio circundante, una relevancia que estaba fundada en el hecho de ser una ciencia fundamentalmente clasificatoria en función de cuadros y especies que establecía en base a sus estudios y a los que se debían ajustar las investigaciones. Luego vamos a ver que importancia tiene este tema, no la botánica en sí misma, sino el sistema de pensamiento que sostiene su empiria, lo que subyace conceptualmente y determina una forma específica de ordenar, concebir y estructurar su campo de experiencias. Trataremos de acercar éste punto de vista con respecto al tema que nos concierne de salud y enfermedad. Es decir lo que nos interesa es abordar no sólo los contenidos de los conceptos, postulados, o teorizaciones, sino aquellas ideas más subterráneas que hacen posible el surgimiento y la instrumentación de tales conceptos, postulados etc. , o sea la epistemé. Concepto de paradigma El segundo concepto importante que voy a introducir es el concepto de paradigma desarrollado por el filósofo T. Khun en 1962 en el libro “La estructura de las revoluciones científicas”, que es el libro clásico de Khun. Dicho concepto, sería impensable dentro de las configuraciones de saberes de la epistemé clásica. Etimologicamente, proviene del latín (1611) y significa “modelo o ejemplo” Es un concepto que como tal se desarrolla y en cierta forma pertenece a las disciplinas lingüísticas y constituye, además, una palabra que impregna nuestra habla cotidiana con la connotación arriba señalada. En la gramática “el paradigma de una palabra es el conjunto de sus diferentes formas y en la lingüística contemporánea se define como el conjunto de las unidades que pueden conmutar con una unidad lingüística dada; es decir, aparecer en el mismo contexto ej. segundos, minutos, horas, días, semanas, meses, años, pertenecen al mismo paradigma habrá que esperar......; pero también la llamada, la indicación, la señal etc.”(5) forman parte del mismo. Volveremos a nuestra pregunta acerca de por qué “paradigma” en el sentido de Khun -o sea en el sentido que lo usamos en nuestras elaboraciones conceptuales- sólo se puede elaborar y aprehender recién a partir de los trabajos de éste filósofo cuyo pensamiento se despliega y pertenece a la modernidad tardía. Intentaremos una explicación para lo cual necesitaremos transversalizar y/o articular éste concepto con el de epistemé, específicamente en referencia a las luchas de poder que se establecen entre las distintas disciplinas. Desde éste punto de vista tenemos necesariamente que referirnos y pensar que el concepto “paradigma” que requiere e involucra acuerdos realizados por las comunidades científicas, ha necesitado de tiempos históricos para dirimir luchas de poder que surgen entre las diferentes disciplinas y aún dentro de los campos intradisciplinarios. Tengamos en cuenta, por ejemplo, lo que ocurre entre las diferentes “corrientes” y/o “teorías” dentro del campo psicológico donde asistimos, muchas veces, a verdaderas disputas por la inclusión o no de determinados conceptos así como también a la traslación acrítica de postulados que son tributarios de determinados paradigmas y que sin embargo son incluidos en otros opuestos o disímiles, realizándose un verdadero ejercicio de violencia epistemológica. Por ejemplo, postulados como “transferencia”, “inconsciente”, “asociación libre”, etc., los encontramos, muchas veces, en el bagaje técnico de teorías que declaran ser antipsicoanalíticas, cuando éstos son postulados eminentemente psicoanalíticos, que necesariamente articulan con TODO el corpus conceptual de dicho paradigma. Por otra parte, estas luchas de poder -no de saber- en el pensamiento contemporáneo se mantienen muy vigentes y se tornan fuertemente visibles en torno a la aspiración de interdisciplinariedad adoptada como “carta de principios” de numerosas comunidades científicas y, al mismo tiempo, tantas veces desmentida por los mismos “científicos” que en la praxis profesional y jurídica intentan el dominio de una disciplina sobre otra. Dentro de este concepto de “acuerdo” COMO SOSTEN DE DETERMINADO PARADIGMA, hay algo muy importante. A través de las “comunidades científicas” -como las denomina Khun- estos acuerdos, no son acuerdos sobre cómo vamos o no a trabajar profesionalmente o gremialmente, sino que los acuerdos involucran: a) las estructuras de las teorías científicas, b) el papel de la observación y los hechos, c) las teorías del significado de las interrelaciones de la historia y la filosofía de la ciencia. Los acuerdos de las comunidades científicas, por tanto, se articulan necesariamente en relación a éstos puntos, de lo contrario estaríamos ante el uso cotidiano del término “paradigma” . De esto se desprende algo muy importante: cuando hablamos de paradigma en su dimensión epistémica, estamos hablando de acuerdos que se producen entre comunidades científicas en torno a éstos ejes conceptuales que resultan a menudo puntos o zonas de inflexión por demás críticas en la construcción del conocimiento. Insisto que no son acuerdos sobre cualquier cosa, el paradigma no es un vale todo conceptual que nos va a explicar secundariamente algo que por otras vías no podemos explicar, el paradigma para ser tal, tiene que contener todos y cada uno de los elementos señalados y tener también, la capacidad desostener interrogantes acerca de sus propios tópicos y de aquellos que otras disciplinas le plantean. ¿Qué ocurre con los paradigmas?, cuando se estructura un paradigma, no solamente se estructura como un acuerdo que contiene los tres puntos referidos, sino también se estructura como una empiria, o sea el paradigma circunscribe qué hechos van a ser aquellos que el paradigma define como tales, por ejemplo, un lapsus para el psicoanálisis tiene el sentido de una vía regia hacia el inconciente, en tanto un lapsus en el campo de las ciencias de la comunicación tiene el sentido de una equivocación; pensemos en el valor de un síntoma cuando estamos en el campo somático y en el valor del mismo síntoma cuando estamos en territorio de la subjetividad. Es decir, nos vamos a encontrar que en función de los distintos paradigmas, un mismo hecho puede ser tomado o no, como un hecho científico para ese paradigma. Este punto es de relevancia porque va a delimitar la zona de empiria, o sea el campo que organiza cada uno de los paradigmas que están presentes en nuestro mundo cultural y científico; determina qué hechos y/o sucesos están contemplados, integran un cierto paradigma y cuáles quedan fuera de él, lo cual no quiere decir que los hechos no existan sino que configuran una zona de invisibilidad o escotoma para determinado paradigma. Este es un punto muy interesante que se observa sobre todo entre las disciplinas colindantes y entre las diferentes culturas, pero por razones de tiempo no nos vamos a detener y lo dejaremos para otra intervención. Hay otro problema que se plantea en relación de los sistemas de pensamiento cuando éstos se organizan en torno a los paradigmas, ¿qué ocurre cuando un hecho rebasa las propuestas del paradigma del cual es tributario?, ese paradigma específico entra en crisis y por lo tanto tiene que revisar todos sus pre-supuestos y se ve obligado a reformular una nueva organización del paradigma. Esta problemática se torna muy visible ante las disrupciones sociales y culturales actuales, especialmente en lo concerniente a salud-enfermedad, por ejemplo las problemáticas que emergen de la desocupación e incertidumbre laboral que generan nuevas y variadas empirias -por ejemplo entre enfermedad y desocupación o ansiedades e incertidumbre laboral- que no estaban contenidas en el paradigma de origen. Me importa destacar, por ejemplo, que el concepto de “crisis” dentro de un paradigma específico tiene la dimensión de reelaboración, lo cual es un buen resguardo contra todo tipo de dogmatismos doctrinarios. En éste sentido vamos a encontrar que en las postrimerías del siglo XIX, la inclusión del concepto de inconciente produjo una conmoción en el paradigma de numerosas ciencias o disciplinas, prioritariamente en las diferentes psicologías, que se desarrollaban organizando su empiria sobre una base experimental o en con sustento cuantitativo/estadístico. El impacto del concepto de inconsciente aún problematiza muchas “Ciencias Humanas” promoviendo todo tipo de medidas de inclusión - exclusión del concepto de inconsciente y determinando, muchas veces, verdaderas violencias conceptuales que, como veíamos, constituyen una exclusión del criticismo. Pensemos, por ejemplo, en las manifestaciones psicosomáticas: para el psicoanálisis integran el campo de las significaciones, del anudamiento de las historicidades de cada sujeto con su soma, en cambio cuando éstas mismas manifestaciones son consideradas como trastornos cuantificables siguiendo exclusivamente un modelo médico - epidemiológico, pasarán a integrar el campo de la enfermedad. Paradigma de complejidad El tercer concepto importante sería el “paradigma de complejidad”. En éste nudo conceptual vamos a incursionar en los conceptos desarrollados por el pensador francés Edgar Morin. Personalmente sostengo que el concepto de paradigma de complejidad, que contiene o se fundamenta en el pensamiento complejo, se deslinda tanto de la epistemé clásica como de la epistemé moderna; pienso que se ubica dentro de lo que podríamos llamar la epistemé tardomoderna. ¿Por qué epistemé tardomoderna? Porque vamos a encontrar que junto a las disciplinas que se desarrollaban entre la epistemé clásica y la epistemé moderna van a aparecer otras que tienen que ver fundamentalmente con la noción de sujeto descentrado, con una destitución del sujeto de la razón, con una noción de sujeto escindido. Este nuevo postulado rebasa el campo epistémico de la modernidad propiamente dicha, de la misma manera que la inclusión del concepto de “hombre” como objeto/sujeto de conocimiento había sobrepasado a la organización de saberes que posibilitaba la epistemé clásica. Esto es lo que fundamentalmente va a aportar el psicoanálisis, aunque la noción de sujeto que elabora tiene sus raíces en filósofos y escritores del siglo XVIII-XIX - no sólo en el campo de salud - enfermedad, sino e involucrando lo anterior, en su función de paradigma que incluye el psicoanálisis como una cultura y, especialmente, como un método de investigación transdisciplinario. O sea,como paradigma que incluye el “sujeto escindido” y/o “sujeto del inconsciente” el psicoanálisis produjo “un rasgado” en la empiria de numerosas disciplinas desarrolladas en la epistemé moderna. Cuando nosotros pensamos desde este punto de vista (tal vez en esto no vamos a estar todos de acuerdo) sostenemos que con la noción de sujeto escindido, se produce un nuevo corte que hace que las epistemé descriptas minuciosamente por M. Foucault procesen un nueva escansión, que posibilita la emergencia de nuevos postulados y configuraciones de pensamiento. En éste punto es donde se inscribirían los aportes de Edgar Morin, porque el pensamiento de paradigma de complejidad no es reduccionista, no es monocausal, sus sistemas son sistemas abiertos, sus saberes interrogan la incertidumbre y la interrogan desde dos elementos básicos que integran el pensamiento de complejidad: a) es una interrogación realizada desde la interdisciplina; b) todo conocimiento además de interdisciplinario debe ser contextualizado. O sea, los pre-supuestos que sostienen pensamiento complejo que desarrolla Edgar Morin, inauguran y sintetizan una forma de pensar que si bien no incluye el “sujeto del Inconsciente” habilita su integración contextualizada. Por tanto, el campo epistémico actual plantea pre-supuestos que rebasan aquél sujeto empírico trascendental de la epistemé moderna y rebasan obviamente todos aquellos conceptos de la epistemé clásica que a su vez estaba en un momento de transición, que aún poseía una impronta muy poderosa de un carácter religioso de las ciencias, y que dependía, o era fiscalizada, por ese carácter predominantemente religioso. -------------------------