(ASo PRIMERO.) N? 2 1 20 NOVIEMBRE 1853. Formosis levitas semper árnica fuit. Las bellas gustan dcligfírcsa -y variedad. PBOI'KKC, cleg ¿Veis allá bajo sobre aquel estrecho terraplén, que entapizan agrestes matorrales, veis el antiguo castillo cuyas almenadas torres se levantan y enderezan en (Crónica escocesa). medio de las sombras como negras fanEn las cumbres empinadas de las sil- tasmas de gigantes? vestres rocas, los últimos destellos del día AHi no ha mucho era todo contento doran la erguida frente de los castaños^ y alegría ; pocos días transcurrían sin que y se deslizan á lo largo de las enhiestas el eco hiciese resonar por las anclias luícúspides de los rozagantes pinos. Ya os- vedas el confuso estruendo de las armas, curecen el valle las tinieblas ; ya cesa to- el animado relincho de los caballos y ei do ruido en la campiña. ladrido de los sabuesos. Ora el antiguo castillo yace silencioso El viento que sopla húmedo y frío, arruga la faz de las inciertas ondas, y en- y casi desierto. Habítale ya solo el señor corba la docü punta de las sonantes canas. Dunstan , anciano de severas costumbres Levántase poco después sobre el lago y de inflexible corazón; pero de achacoso leve vapor, que semejante á un velo de cuerpo. Leo , su hijo , ambicioso de glocrespón, se extiende inmensamente en der- ria , ha seguido á Ricardo á Palestina y OUvaia esposa de Leo * llamada al lecho redor de la montaña. EL CASTILLO DE mJXSTAS, i. 21 de su madre espírame , partió también de su lado con numerosa comitiva, JLns díez h.in dado : e! liaron rodeado de algunos de sus vasallos, acaba í.i refacción de la noche } cuando levantan las mesas, vuélvese lentamente hacia el í'uego que chispea, porque hace í'rio y silva el viento al través de las altas vidrieras en ogíve. Tristemente sentado en su inmensa poltrona de br¡qneta , debajo del dose! feudal , privilegio de los gefes de familia, recorre con la imaginación los naos azarosos de su larga existencia. 'Recuerda que manaría es el aniversario sexagésimo de su vida , y que por la vez primera en época semejante , no hará circular rodeado de su íamilia y de sus nobles vecinos las copas de hidromel en la sala de los banquetes !!! De repente el en un o en la eminente torrecilla ha hecho resonar su retorcida bocina , y los bultos espantarlos responden con sus desapacibles chirridos á aquel inesperado rumor.-— ¿ Qué es eso, mi escudero i — A rao y señor, rs un mensa ge de tu fiel escudero Roberto. — Despeja. VA rostro del harón no ha padecido la menor alteración ; ha leído al parecer liasta con indiferencia ; el mensa ge sin embargo le ha herido mas atrozmente que -el hierro de una lanza ; pero su larga esperíeneia le ha ensenado á dominar sus emociones. Huyen las horas y alii delante fiel bogar j donde espira la. fluctúan te llama, con aspecto sombrjo y taciturnas miradas permanece sentado en su sillón ; inmóvil como los personajes de esos antiguos retratos que penden en las paredes. Medita el medio de vengar su a/Venta... Oyese de allí á poco raro estruendo de cadenas , inclinase rechinando el puente levadizo , y entra en el patio rozagante cabalgata. Es Olaia que vuelve con su numeroso corlejo. Dunstan la recibe fijamente: entre ella y él se ha interpuesto'un rnensage fatal. j Una vez soio con su escudero : « ¡Ola! Roberto, exclama con impaciencia, ¿Con que es cierto?.. — Sí ciertísimo , SeTíor. Cinco días hace que nn caballero tía armas negras , sin divisa y con ía visera calada , se ha incorporado á la escolia de mi seniora ; desde aquel punto parece ser objeto de sus marcados favores. A veinte muías de aquí , en el castillo del conde Glbridge > donde hicimos alio ayerj ha pasado gran parte de la noche en su propia habitación. — ¡Insolente!.. ¿Pera donde está ? — Aquí. — ¡ En mí e s t i llo!— En lo alto de la torre en J;t habitación que cae encima de la cámara de la baronesa. — ¡Aquí mismo! ¡En mi propio castillo !.. Juro á Dios que no salga ya mas de él!» Fatigada entretanto de su largo y penoso vía je , basa re 11 va do O' i va la á su habitación , y mientras qnp. sus c! neTias la desnudan , cuéntales las fiestas del día siguiente f el regreso de Leo, la cautela con que le oculta á su suegro, por no conmoverle demasiado con tan ira prevista nueva , y la feliz sorpresa que espera al anciano barón al despertar... Oyese de repente debajo de su ventana extraño ruido. Ds allí á poco el barón entra en su cuarto , con infernal sonrisa en los labios. El anciano estrecha su mano con mano trémula y convulsiva , la sacude violentamente, la empuja, Ir. arrostra hacia la ventana, y alü al fatídico resplandor de las antorchas que aparecen , ía señala con el dedo sobre las ensangrentadas baldosas... ¿ A quién ? A Leo, á Tifio, á su hijo!!! liiw ¡Oh! ten piedad , Alina , de nn joven existencia , repetía Eduardo llegando -••,<•"'^'-> y salvaba o e lita. . ^ '.,<; v <¿l'^ .";.'. ligeras chanzas , ó con estudiado rigor. »¡Si SLi^ies-2s cuan hermosa estás cuando se animan tus acentos para expresar una elocuente poesía ! ¡ Caán seductoras son tus miradas cuando se alzan á contemplar el ciclo risueño! ¡Qué magia te rodea cuando una inexplicable sonrisa deja ver tu purísima boca s semejante en fragancia y en color al botón recien abierto de la encendida rosa ! ¡ Y si supieses, en fni, cuánto mas hermosa pareces cuando tierna y turbada permites hablar á tu lado de amor y de felicidad , y se agita tu seno , y tu frente se colora y bajas lánguidamente al suelo tus brillantes Ojor-!,. Pero la diestra coqueta presentía todo el poder de la amorosa lisonja } y comunicando á su severidad los encantos todos .de su imaginación , sabia hacerse superior á la vomdad } al paso que encarecía las gracias del amor. » En buen hora , sé d"rebosa y brilla en esa función, donde nsil amadores te desean. Vuela á que se gozen en contemplar tus facciones, que nunca me parecieron mas íiermosss ; ciñan en la danza tu talle , que nunca fue mas flexible ; y disfruten el aroma de tu guirnalda de rosas1, de que tal vez se desprenderá para mí alguna hoja. Ye s Alina, no te per— EL A vtcowpcmaiw por d €n.rí§x ANlfcftOTA HISTÓRICA. No hace mucho tiempo que se hizo á la vela en Porsmouth, un transpone destinado para Botany-Bay , con gran número íle reos condenados á la deportación. juntábase entre el'.os con singular admiración una joven de edad de veinte naos, cuyas facciones trasiórnadas y cuyos modales hacían extra Fío contraste con las apariencias de los demás presos. Hallábase muy bien vestida y cubríase el rostro con un paiíueío para evitar las miradas indiscretas de los curiosos. En el momento de embarcarse escapóse un rio de lágrimas de sus ojos, y despidió un doloroso gemidos volviendo la cabeza á mirar por última vex su patria : pero después ba]ó con los demás condenados al entrepuente. ¡Que chocante contraste! ¡Hallarse aquella joven delicada y que había sido criada en uno de los principales colegios de Londres actuosos ruegos del capñan : „ Seiíor c 7 1 ! ; l e d ! Í » ' W cuatro raeses ' »Je s,do condenada por e. tribuna,^ » E - t a r a s.ete años de deport a c ; o n ; -culpa . l e j U i e y n . e ha ¡ n r a m a d o ; s u »P1.co a V. que no renueve en mi m e •mona recuerdos harto crueles, obligan ..dome a contarle mi desdicha, i, El c a puan la h ™ p O ner, s ; n e m b < ™ - P - < ^ y dos h o , , s después re P.t,o sus preguntas: o b l a d a en fin, p o la bondad de. capúan, hé a q u ¡ , „ ' ,'„, confeso: «Me Mamo Precilla I ) e ™ r " ..pertene • ; u n a d e h$ -"'-<i«Ed;mimrg0.HacBniiev "flUe -«» tUVe U g . . J O U , .. ,~, , ^.urque viviremos janu» , »pero no puedo menos da llorar cuando »me acuerdo de mi padre y de mis herwmanas.» Solo una muger es capaz de tanto sacrificio. He aqui el mundo. La heroicidad lleva á unos á la inmortalidad , y i otros al patíbulo. ¡Tan cerca está la g:la^ ría de la infamia t CAZA DEL LEÓN POR LOS COLONOS DEL CABO DE I¡ÍJK\A ESPERANZA. d * ! H d , d de abandonar l a Pierna p a r a , e g D ; r , ^ ^ -Scott, a quien a m a b a Iocafnente ' .-, a un mano. JNos «hallamos con pocos fondos al llegar á •Jíewton-Busshcll. Mi amigo no tardó en »gastar el poco dinero que tenía, y care— Mciendo de recursos extr.iordinar.ios en su «persona ó en su talento, que, pudiesen «llevarnos adelante , pasó á Tíxeter para «buscar ocupación ; no la bailó, entró en »casa de un joyero y recordando que yo »no había comido en dos dias. « w » Enormes carros tirados de doce, catorce, diez y seis y aun diez y ocho bueyes llevan delante los provisiones de los mos y de los esclavos. Estos carros son. [e construcción muy singular ; tienen aí~ :ova , comedor y cocina para los vingerost á la manera de Jos barcos ; desde esta especie de edificios, fortificados ademas con anchos y espesos maderos, acometen los cazadores á su terrible enemigo. En cuanto á los cafres y hotcntotes que van á la descubierta y que cierran la marcha, son verdaderas víctimas inmoladas ni tiiorfí» .° 33 0 •z# (2fc- fero diente del león ; su amo quiere mas meante de sus encendidos ojos, azótase bien perder tres esclavos que un solo ca- el costado con la cola y busca con la vista al mas atrevido de sus adversarlos ballo. Conócese la proximidad de la fiera en ¡ Ay de aquel sobre quien eche la vista! el marcado espanto de los caballos que Le sacará de entre sus mismos compañerelinchan, ó de los bueyes que se agrupan ros. Si!van las balas, parten los tírosj y dejan de obedecer á la voz del conduc- abalánzase el león, recorre de un solo brintor. Prepáranse al punto las armas y se co el espacio de algunas varas , apodéracolocan en un astillero Inherente al carro. se de su víctima, y llévala arrastrando á JLos cazadores ordenan entonces á los es- algunos pasos de allí: entonces se diriclavos. Los fusiles de grueso calibre todos gen los esfuerzos de todos contra él , le se cargan con dos balas cada uno *, con- cercan, le estrechan, cruzando las armas; fiase una arma de estas á un esclavo de el riesgo les lia ensenado ya la táctica. cada cinco, y siempre es el mas certero el De allí á poco empieza á obrar el veneno de las flechas, y circula rápidamenque de ella se apodera. Dispcrsanse todos entonces ; circuns- te por las venas del león , que previendo criben un espacio muy vasto y acér- su fin , arranca del pecho un rugido escanse Insensiblemente. Si queda el león pantoso. ¡Oh! entonces cambia la escena, dentro del círculo , los cazadores dan sus miembros palpitan, va á morir, pero grandes voces para atraer al león ; entibe no solo: precipítase en medio de sus enetanto los cafres han cabado una tram- migos ; cada dentada inmola una victipa en el suelo, que cubren cuidadosa- ma , cada garfiada destroza á un combamente con ramas y hojas secas, ponién- tiente: derriba y mata á los caballos, los dole encima un'búfalo recien muerto y búfalos y los cifres; acomete en seguida despedazado; al llegar el animal bnyen la fortaleza de los amos; parece buscar los cazadores, y aquel encontrando en en ella sangre mas noble. Pero entretanmedio de su terrible carrera una vícti- to se agotan sus fuerzas, detijénese de rema ya casi inmolada , se detiene , la hue- pente, niégase á huir, mira de hito en hito le, quiere llevársela , y cae en el lazo á sus adversarios, cuenta los que ha inque se le ha tendido. F.ste arbitrio que molado , goza én la carnicería que le ro«e logra casi siempre con A tige ó el leo- dea , y cae por fin allí mismo sobre los pardo, encantados de hallar sangre, ra- miembros palpitantes de sus enemigos, ras veces sale bien con el león , que bus- sin exhalar un grito, sin proferir un solo ca y provoca los peligros. Cuando el ÍVion gemido. pues evita el lazo, dirígense todos los esJ Cuántas veces ha sucedido levantarse clavos hacia los carros de los amos, for- el león furioso en el momento mismo en man en derredor una muralla amenaza- que daban los cafres el primer grito de vicdora de dardos, de azagayas emponzoñadas, toria , acometer á los vencedores , despede bayonetas y de flechas cortas y a ce— Jdazar sus miembros y no caer hasta reo» radas , que arrojan con maravillosa des- ¡ dir el último aliento ! treza. Puede ocurrir que el león caiga y espire á la primera embestida , pero por desgracia los cafres citan pocos egemplos de esta especie, Luego que el animal llega cerca de la falange enemiga , se detiene ; hace girar rápidamente la nina fla- una pequeña blonda negra al rededor. — Está asegurado para macho tiempo el reinado de bis capas, si liemos de juzgar por el gran mí mero de ellas que se ?£E2S 6 hace diariamente. Difícil sería dar cuanta de los colores ó d i bajos mas de moda, ¡Tanta es la variedad! Llévame muchas Este invierno se llevarán muchos tur- capas de telas de tanto cuerpo , que no bantes. La gasa llamada de C/ia/nherj' será necesitan forrarse. Corrí pónese su fondo .preciosa para este objeto, y elegantísima, de colores muy oscuros, sobre los cuales si <es bordada. La gasa común labrada o se mezclan y combinan confusamente rníl lisiada es muy ventajosa también para I embrollados dibujos, que se ven iguales "te uso. La gasa blanca á listas anchas '•mente por ambos Indos de la tela. Algude raso rosa hace un lindo túrbame, ador- nas tienen soíire fondo color de naranja nándole sobre todo con una garzota mi- dibujos negros; pero tan espesos que dan tad blanca ; mitad rosa. ; á la tela un viso sombrío y oscuro, Se —- Uno hemos visto de gasa color de i llevan también dibujos verdes sobre fon.naranja y con esprit negro; otros muy do pardo, azules ¿obre castalia , &c. sencillos y graciosos guarnecidos de gasa j — Las capas á la Czarina son las últiblanca usa ; otro de esta última clase te- mas y las mas ricas. Desde que las mannía por adorno un magnifico camafeo que gas perdidas y las esclavinas dobles han caía en medio de la frente, comunicado carácter ruso á las capas de — Un turbante de gasa rosa lisa for- las señoras , la mitad de éstas están ocuraaba Tin hermoso prendido con el pelo padas en calificarlas con los nombres mas puesto en forma de bandean^ y una rica análogos á las regiones glaciales, de don* cinta de diamantes que atravesaba la de nos vienen; y la otra mitad en aprenfrente. derlos, Nos parece, sin embargo, que estas — EE terciopelo rizo se usa mucho para prendas se seguirán llamando capas. capota. El interior del ala se forra de — Se llevarán todavía este invierno muraso ó de terciopelo común. chos ropones de fular. Esta tela forrada — Se usan bolsas de mano, ó ridicu- ó ligeramente acolchada , es la mas cólos pequeños de cachemir ó terciopelo, moda y propia para suanís. bordado de oro ó de seda. — Se siguen haciendo grandes cuellos. - - Se ven muchos boas que nos re— Hanse adoptado generalmente las cuerdan las modas del invierno pasado; mangas grandes caídas á los lados íle la pero según todas las seríales se llevarán capa ; otras tienen un ancho cintraron que este ano con preferencia esclavinas de puede ceñirse a! talle» .piel. La marta sigue muy en boga. Los — Se ven capas de cachemir guarnecimanguitos se generalizarán. das de encaje negro. Para sujetar el cue— En todos los almacenes se ven za- llo se usan mas bien que broches cordopa los de terciopelo , guarnecidos de piel nes de seda ó de oro. de marta. — En capas de tisú de lana liso ó la— Se hacen lindos guantes de piel brado, pónese frecuentemente una gran qifter', forrados en lana cachemir y con paletina de terciopelo con las puntos de •vueli-iis de terciopelo. delante largas hasta las rodillas. Estas __ Vense también muchos mitones paletinas pueden tener un bordado sencide terciopelo bordado. Algunos tienen llo enderreclor , ó ser cortadas á píeos. — Los corsés mecánicos ele M. Josselin, que se quitan espontáneamente y sin auxilio extraído de segunda persona, se lian extendido generalmente , vencida ya la primera repugnancia que los presentaba ú la imaginación como una complicada máquina de cuerdas , gandíos y garruchas. Todo i--l mundo se ha desengañado •viendo su sencillísima composición , y experimentando su notable utilidad. Ho lienen mas complicación que los comunes , y les lleva muchas ventajas para la comodidad y para la salud. — Hemos visto los trages siguiente;;, que han Mamado nuestra atención en eí teatro y en las sociedades de esta semana pasada. —Un vestido de gasa color corinto con listas alternadas, una arrasada mate y otra clara. Kn esta última se veía bordado un menudo sembrado de floreciüas de color de naranja y verdes. Eí vestido formaba punta en Sa parte delantera de! cuerpo, y tenia anchos pliegues en eí pecho. La espalda lisa y las mangas cortas á faroles : llevaba (los en cada manga separados por medio de una cinta de raso de color de naranja , que formaba un lazo en medio. Al rededor de la espalda del cuerpo del vestido, partiendo desde cada hombro, una tira de pnmo inglés. — Un vestido de Pekín blanco, que tenía estampados rateos compuestos de ciiéntlu!as? escabiosas y rosas. Cuerpo liso y acordonado, al rededor del cual ondeaba un encaje negro. Al fin de las mangas cortas unos puuitos de encaje negro, realzados por un lazo de cinta de gasa blanca labrada de color. Peinado del mismo pelo. — Un vestido de linoa blanco bordado de ramilletes de seda de color , compuestos íie claveles y rosas , y que se iban agrandando gradualmente hacia la parte inferior de la falda. Un lazo de cinta blanca grande puesto de lado en el pelo. CinluroD- de gasa blanca de puntas muy — Un vestido de gasa blanca lisa. Guarnición de blonda al rededor del cuerpo. Turbante de gasa verde y de gasa blanca mezcladas. Collar de esmeralda ; cinturon y lazo de cinta de gasa blanca; --Vestido cachemir azul Haití, guarnecido al rededor de! cuello con punto inglés: un simple dobladillo abajo. S'Janga corta. Turbante de gasa blanca lisa. En el teatro de las variedades de París y en el paiais Boya! se acaban <le representar una ópera cómica y una comedia, que han gustado mucho, tituladas , aquella : El M'¡lord}- la Modista, y ésta : Los inconvenientes de un viaje, á escote. Entrambos son del género d i vertido , y segiin la idea que de sus análisis hemos formado, aquellos de nuestros poetas que suelen sacar partido de las novedades de los teatros extranjeros, pudieran sacar alguno de estos. — El famoso improvisador francés Mr. Pradel , debe empezar este mes en París sus representaciones de improvisa, cion, que deberán verificarse una vez á la semana. Ya la noche de la salida de Mad. Mars se ensayó con un impromptu de bastantes versos y de mérito no común, que fue extraordinariamente aplaudido. Este Pradel improvisa con ¡;\ mayor facilidad una tragedia entera que verse sobre un asunto que le da cualquier concurrente en el acto. En cuanto tengamos noticia de una de estas representaciones , daremos cuenta de sus circunstancias á nuestras lectoras. — El conservatorio de música de Mr. Cboron (Paris) debe dar este invierno asombrosos conciertos, oratorios y cantatas. Ensáyase actualmente el Juicio final de Scheider, que uecesiía cien per- _168._ personas entre músicos y cantantes. — El poeta M. Charles Nodíer , tan justamente celebre , acaba ele ser nombrado miembro de la academia francesa. — La Sra. Lorenzanl , contralto de nuestra ópera , sale mañana de esta capital con dirección á Milán , donde se está tratando de ajustaría para el inmediato Carnaval : y desde allí debe, según se nos asegura , pasar á Venecia , en cuyo teatro lia de cantar en la próxima primavera. — Se nos ha dicho que la Sra. Palazxe5si estaba ya definitivamente ajustada para la temporada cómica próxima. Probablemente tendremos también á Botelli: en rigor ni de éste ni de la Albertazzi sabemos nada de positivo. Con respecto á los demás no es cosa siquiera de preguntar. ¿ IXos quedará también Passini este íitío? Puede .ser, porque al fin nadie puede dudar que canta mucho, sobre todo si se suma todo lo que lleva cantado en Madrid en cinco ó seis años consecutivos, Fuera de chanzas, creemos que canta Lien , pero de buena gana le pediríamos un respiro y que dejara meter baza á otros. «- Dos famosas sansímonianas Mad. Cecilia Fournel y Clarinda Roger , misio- neras de la nueva y extraña religión de S. Simón y acaban de embarcarse en Marsella para Alejandría ; según parece su predicación tiene por objeto 1A emancipación de las mugeres , esclavas en aquel país. Mucho han de predicar, mucha labia han de tener si han de abrir iodos los harems del oriente. —- Se va á abrir un gabinete de lectura en la calle depreciados, en el cual se leerán los papeles pxíblicos , todos los que ven la IUK en Espaiía , que son en la actualidad mas de cuarenta. El interés que presentan en el día las noticias de las provincias, es sumo ; tanto por la parte sanitaria , en aquellos puntos en que hace estragos el cólera , como por la parte poiítíca. Ignoramos hasta ahora cuales serán las demás condiciones de este gabinete pero las anunciaremos en cuanto las sepamos. Por el pronto parécenos excelente la idea, — Ayer con motivo de ser los dias de nuestra augusta Reina DOÑA ISABEL II hubo las salvas de ordenanza é iluminación general por la noche. Hallándose demasiado reciente la muerte del señor D. Fernando VII ( Q. E. E. G. ) S. M. la Reina Gobernadora tuvo á bien decidir que no hubiese corte ni besamanos* Esie periódico sale todos los miércoles: dá 22 láminas cada trimestret á saber: 9 figurines de señora, 3 de hombre, 3 de prendidos , i de dibujos, 1 de írages nacionales, 1 de íibcea* 1 de carruages <5 muebles, y 1 de niños. E! precio de la suscripción es de 54 reales por tros meses, 100 por seis , y ig¿ por tm año, recibiendo los señores suscriplures los números en sus casas. Se suscribe en la oficina de dicho periódico calle de Preciados, número 12, cuarto segundo, frente í la compañía de libreros ; y en las librerías de Hermoso y Razóla^ donde se venden íos números sueltos á 5 reales cada uno. El precio del abono para las provincias es con el aumento de 4 reales al mes, y se suscribe ers las librerías siguientes: BARCELONA, Benjnes y C.a BILBAO , Jáure^ui. BURGOS. ViHanueva. CÁDIZ, Horlal y C.» GRANABA, Sanz, Y ,-ídem;.3 «n (odas las oflrjnas MALAGA, Maríni.^-. Aguiíar. M uncí A, Eeriedicio. OVIÍ:DO, García Lengona, PAMPLONA, Longas. SALAMANCA, filático* de los Boletines Oficiales, A eátü n'.íuiero acompasa el figurín número 33. SANTIAGO,- Compañel. SEVILLA, Hidalgo y C , • VALENCIA, Ferrís» YALLADOI.ID , Pastor, ZARAGOZA, Polo.