Gérgal: historia y vida Este bello pueblo almeriense de poco más de

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Gérgal: historia y vida
Este bello pueblo almeriense de poco más de 1000 habitantes, está
situado en la falda meridional de la Sierra de los Filabres, a 758 m. de
altitud, haciendo frontera con el Desierto de Tabernas -paraje natural
considerado único desierto europeo-, a un paso de la capital, a 40 km. por
la autovía A-92 que comunica Almería y Granada.
Su gentilicio es gergaleño, de origen árabe, que procede del
topónimo Xergal. Parece ser que tiene su origen en el vocablo de
procedencia árabe “jerga” -en una de sus acepciones significa: tejido
grueso y áspero que se usaba para hacer colchones-. Etimológicamente
procede de la voz latina "serica" que significa: paños de seda. Éste puede
ser el origen del topónimo Gérgal si además tenemos en cuenta que con los
árabes estaba muy extendido en su término el cultivo de los morales para
alimentar a los gusanos que producen la seda. En la misma línea de
opinión, el gergaleño Aureliano González Urrutia, escribió un artículo en el
diario "La Crónica" en el que entre otras cosas decía: "Toma su etimología,
en el latín tardío "sericalis", adjetivo derivado de "sericum", seda, y se
denominaba así, ya que en muchos escritos de esta época, se lee "y la seda
de Gérgal" . Esta palabra se había introducido en nuestra lengua en el
1220-1250 con el significado de seda de pescar, pero a partir de 1490
toma el significado de seda para vestir...". La x de Xérgal se cambió por j
en 1742 según nuevas normas de la Real Academia Española de la Lengua
y pasó a ser Jérgal, después se convertiría en Gérgal, que es el nombre
actual.
Presume de tener el cielo más limpio y despejado de Europa, por lo
que en la cumbre de la Sierra de los Filabres, y en su término municipal
está el Observatorio Astronómico Calar Alto (2168 m.). Contemplar su
cielo estrellado una noche de verano es todo un espectáculo digno de ver.
Su caserío tiene forma de anfiteatro dispuesto sobre el
ensanchamiento que forma la Rambla de Gérgal -va encajonada desde su
nacimiento en el Peñón de Las Juntas hasta que llega a la parte baja del
Castillo llamada El Cubillo- cuando se abre a la vega.
A lo lejos tiene una panorámica de gran belleza, que recuerda a las
villas castellanas, en la que destacan, dominando su caserío el Castillo y la
Iglesia. Es también un monumento de interés su antiguo puente de
principios del pasado siglo, desde el que hay una vista maravillosa con la
Cimbra -antiguo lavadero- en primer plano.
Su pasado morisco se puede apreciar andando por sus estrechas,
sinuosas y empinadas calles. Después de la expulsión de sus habitantes
moriscos, como consecuencia de su derrota en la guerra (1568-1570) que
mantuvieron en el antiguo Reino de Granada contra el poder de Felipe II
por las disposiciones que les prohibían su religión y estatus anterior,
reconocidos en las Capitulaciones de Santa Fe para la Toma de Granada, se
produjo una repoblación con gentes procedentes de otras partes de España.
Se instalaron en las partes bajas, quedando despobladas las altas.
Consecuencia de este cambio fue la edificación de la Iglesia de Ntra. Sra.
del Carmen actual en un lugar más bajo que la primitiva Iglesia de Santa
María, quemada y destruida en la sublevación morisca, situada a la derecha
del castillo en el solar de una mezquita. Se trazó la Calle Llana, que se
llamó Calle Real, actualmente calle Sebastián Pérez, y las Plazas Vieja y
Nueva en las que se instalaron los habitantes de más categoría. No obstante
en las partes altas, alrededores del Castillo y Santo Sepulcro, se
mantuvieron durante muchos siglos los habitantes de más baja condición
social en viviendas pequeñas, hechas de piedra, barro y paja, con una
techumbre de maderos sobre los que se ponía un cañizo y unas capas de
tierra y launa para hacerla impermeable. Gérgal en el primer tercio del siglo
XX, con el cultivo de la uva de barco y las explotaciones de mineral de
hierro en pleno auge, contaba con más de 5000 habitantes. Con la crisis
minera de finales de los años 20, se abandonaron estas viviendas más altas
por la emigración de sus pobladores, algunas se desmontaron para
aprovechar sus materiales y el resto se fueron derrumbando con el tiempo,
quedando en la actualidad restos de sus cimientos.
A lo largo de su historia ha tenido un papel destacado en la comarca
y en la provincia. Con la castellanización se le dio categoría de villa y ha
sido cabeza del partido judicial de su nombre durante el siglo XIX y los dos
primeros tercios del siglo XX. Su etapa de mayor auge fue a finales del
siglo XIX y primer cuarto del siglo XX cuando funcionaban sus
explotaciones mineras de hierro que aprovechaban el ferrocarril LinaresAlmería recién construido, que fue la primera línea de vía ancha
electrificada de España (1911) y estaba en su apogeo el cultivo de la uva de
barco.
Desde mediados de los años cincuenta y los sesenta del siglo pasado
se comenzó a despoblar, al igual que otros pueblos andaluces, cuando aún
se notaba la etapa de hambre y miseria de la posguerra española y se abrían
nuevas esperanzas para los trabajadores en la reconstrucción europea tras la
IIª Guerra Mundial, Alemania occidental principalmente, y en el desarrollo
industrial de Cataluña, mayormente la provincia de Barcelona.
Los emigrantes que se fueron al extranjero regresaron en su mayoría,
pues en muchos casos sólo se iba el matrimonio o el varón, quedándose los
hijos con los abuelos, pero los que se fueron a Cataluña casi todos echaron
raíces allí y en la actualidad sus descendientes son catalanes que tienen
conciencia de que Gérgal es el pueblo donde nacieron sus padres, sus
abuelos o sus bisabuelos y la visitan en vacaciones. Algunos cuando se
jubilan se vienen al pueblo a vivir o a pasar largas temporadas.
Sus viviendas tradicionales son blancas, encaladas y de construcción
tosca y sencilla. Los techos son de maderos sobre los que va un cañizo y
sobre éste lleva una cubierta que queda impermeabilizada con launa. En los
anejos y cortijos de más altitud y más cerca de la Sierra, los tejados están
hechos con aleros superpuestos sobre una vertiente inclinada.
Por sus paisajes diversos, especialmente por los más áridos, su
término municipal ha sido escenario de muchas películas, la mayoría del
Oeste americano. Tenemos que tener en cuenta que Gérgal limita con el
término municipal de Tabernas en el paraje natural Desierto de Tabernas,
que en parte pertenece a Gérgal, y Tabernas es famosa en España y en el
mundo entero por el rodaje de películas de Far West principalmente, y por
ello, aunque en menor medida que Tabernas, se han rodado en Gérgal
muchas películas, y en muchas de ellas, sólo se habla de Tabernas. Por citar
algunas de las películas rodadas en Gérgal, diremos: “Laurence de Arabia”,
“La muerte tenía un precio”, “El bueno, el feo y el malo”, “En busca del
arca perdida”, “El viento y el león”... En su casco urbano y en su Castillo
también se han rodado películas como “Un tren para Durango”, “El salvaje
Kurdistán”, un capítulo de la serie televisiva Curro Jiménez titulado “La
gran batalla de Andalucía”, “Stress, es tres, tres”... Y por haber ocurrido en
su término, en mayo de 1981, el trágico suceso conocido como “El caso
Almería” se rodaron “in situ” escenas de la película del mismo nombre.
Gérgal es un lugar idóneo para aislarse del estrés del ritmo de vida
actual que hay en las ciudades. Un lugar en el que se puede vivir con todas
las comodidades del siglo XXI y a la vez disfrutar de sus valores
tradicionales. Actualmente se está promocionando su turismo rural con el
alquiler de casas y con la rehabilitación de cortijos y viviendas por
personas que remanecen de Gérgal y por forasteros españoles o extranjeros
que cuando la han conocido han decidido quedarse a vivir o a pasar algunas
temporadas.
En los últimos años se están produciendo cambios que están
transformando su economía principalmente. Su situación en plena Autovía
A-92, a sólo 40 km de Almería capital, le ofrece nuevas perspectivas de
futuro. Actualmente ya están en marcha la construcción de varias
urbanizaciones dada la demanda de viviendas existente. Por otro lado,
también le ha llegado el auge del turismo rural que cada vez tiene más
importancia con la rehabilitación de viviendas en régimen de alquiler y
apartahotel. Su agricultura tradicional que de siempre ha sido su principal
medio de vida se está en parte también transformando debido a la
instalación de invernaderos que tan buenos resultados económicos están
produciendo en la provincia, pero cuidando de no perjudicar la fisonomía
rural tradicional del núcleo urbano.
Los anejos de Gérgal, cada uno con su fisonomía propia y su especial
atractivo, son interesantes de visitar. Empezando por los más poblados,
tenemos: Aulago -pueblo blanco que conserva la tradición rural, en la
carretera que lleva al Observatorio Astronómico del Calar Alto-, Las Aneas
-lugar ideal para disfrutar de la naturaleza, sobre la Rambla de Gérgal, en el
que proliferan las casas con jardín y en muchos casos con piscina-, Las
Alcubillas -aldea típicamente rural sobre el cauce de La Rambla del mismo
nombre-, La Estación -caserío junto a la Estación de Ferrocarril de Gérgal-,
Fuente Santa -aldea prácticamente abandonada sobre la Rambla de Gérgal,
en otro tiempo tenía Estación de Ferrocarril de parada obligatoria-, Cortijo
Alto -sobre la Rambla de Gérgal, donde aún hay actividad agrícola- y
Arroyo Verdelecho -cortijada prácticamente abandonada en la Rambla del
mismo nombre, con alguna actividad agrícola-. Los otros anejos están hoy
deshabitados, son: Portocarrero -cortijada en la cabecera de la Rambla de
Gérgal-, El Almendral -aldea situada sobre la Rambla un poco más abajoy Las Tablas -cortijada en la margen izquierda de la Rambla frente a Las
Aneas, antiguo poblado minero y agrícola-.
Si quiere conocer algo distinto, alejado de las rutas turísticas
comerciales, como cuenta la escritora italiana Elsa Morante en su novela
“Araceli” describiendo a Gérgal y a su anejo El Almendral, en el viaje que
realizó para conocer donde se crió su madre, visite Gérgal, aquí
posiblemente encontrará lo que estaba buscando. No se arrepentirá.
Juan López Soria
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