comparación de la razón en ortega con otras concepciones de ésta

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COMPARACIÓN ORTEGA / DESCARTES Y ACTUALIDAD DE SU PENSAMIENTO
Aunque podríamos hacer una comparación más directa con otros autores, es entre Descartes
y Ortega en los que se encuentra una temática cercana al tema del texto.
El concepto de razón no es unívoco, como muestra la historia de la filosofía. Existen
diversas concepciones de ésta que se han dado históricamente: razón pura, matemática, física
(positivista), instrumental, histórica, vital, poética... rechazando Ortega concepciones anteriores y
afirmando únicamente la razón vital e histórica.
La concepción de la razón que ha predominado históricamente es la que podemos sintetizar
como razón pura, donde situamos a Descartes , que concibe al sujeto ajeno al mundo e intemporal.
Para él la única existencia cierta es lo percibido con certeza por la razón, por tanto, lo real es lo
racional matematizable. Lo real será lo universal, inmutable y necesario, nada material y sensible
que tenga vinculación con la vida, con lo biológico.
El racionalismo ha creído que es posible llevar el análisis de la realidad hasta el límite
último de un modo satisfactorio y con plenas garantías de validez, verdad y rigurosidad científica
basándose únicamente en la razón. Y supone que la realidad entera es absolutamente penetrable por
razón. La realidad y el pensamiento coinciden, si bien la razón es independiente de la experiencia.
El racionalista considera a la razón como una facultad casi divina, capaz de revelarle la esencia
última de las cosas, del universo. Por eso, para conocer sus leyes toma como ciencia ideal las
matemáticas, modelo de ciencia formal racional la obsesión de Descartes porque la filosofía imitase
el exitoso método matemático.
Frente a este concepto de razón, Ortega propone una razón vital e histórica. El yo no está
aislado sino en contacto con la realidad, con la vida. El racionalismo para buscar la verdad renuncia
a la vida, a la historia. Ortega condena esta actitud racionalista, aunque esto no supone una defensa
del irracionalismo. No supone una condena de la razón en general, sino sólo de la razón pura, que
no considera lo vital, lo cambiante, lo histórico y por ello su alternativa es la razón vital. La razón
debe apoyarse en la vida
La razón pura ha de sustituirse por la razón vital, ya que el primer atributo del ser humano
es el vivir, el sentirse vivir, el hacer su vida, que no está hecha. La vida es una acción continua con
otros en el mundo, es convivir, coexistir. No existe, por tanto, el hombre en abstracto, como
tampoco existe la razón en abstracto, puesto que “el hombre no tiene naturaleza… sino historia”.
La filosofía tradicional, por tanto, ha errado. Tomemos un ejemplo de la filosofía moderna: una
actitud cauta y precavida lleva a Descartes a intentar dudar de todo. Dudando de todos los
contenidos del pensamiento se da cuenta de que hay una realidad de la que no puede dudar: de que
estaba dudando, de que estaba pensando, y, por eso, su filosofía parte del hecho del pensamiento.
La realidad radical en su caso fue el pensamiento, la conciencia, la subjetividad, como se manifiesta
en la primera verdad clara y evidente a la que llega con la duda metódica: “pienso, luego existo”.
En el caso de Ortega, sin embargo, será prioritaria la vida – realidad radical- de modo que
podríamos decir: “vivo, luego pienso, río, creo, trabajo, coexisto,…”
Por otro lado, Descartes considera que la verdad es absoluta, eterna, única, e invariable y es
la que descubre la razón, independientemente del lugar o momento histórico al que pertenezca.
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Precisamente, cuando la sustancia pensante cartesiana se deja llevar por los sentidos y entra en
contacto con lo sensible (con la vida) pierde la posibilidad de alcanzar la verdad. Por eso la
sustancia pensante cartesiana es extrahistórica. Ni la vida concreta de cada individuo ni su
momento histórico deben influir en su capacidad para conocer la verdad.
Sin embargo, frente a ello, Ortega con su doctrina del punto de vista, opuesta tanto al
racionalismo como al relativismo, afirma que el conocimiento es siempre conocimiento desde una
vida, desde unas condiciones corporales, socioculturales e históricas concretas, es decir, desde un
punto de vista. La circunstancia de cada sujeto determina la parte de realidad a la que tiene acceso.
Por tanto, ningún sujeto, ni ninguna época histórica podrán alcanzar el conocimiento absoltuo y
definitivo (crítica directa del racionalismo), lo que implica que la parte de verdad alcanzada sea
precisamente eso, una parte de la verdad (crítica al relativismo). Desde su vida el hombre alcanza
verdades objetivas, fruto de una razón encarnada en la vida.
Por la relativa cercanía en el tiempo y por los contenidos de su filosofía, Ortega y Gasset
resulta actual: la razón arraigada a la vida (interpretada por su discípula Mª Zambrano como "razón
poética"); la vida como realidad radical; el hombre como fruto de la historia; el problema de la
libertad y la sociedad de masas... y, desde luego, su apuesta por una nueva España "vertebrada" e
integrada plenamente en Europa, pero sin renunciar a la identidad, son temas todavía hoy de gran
actualidad.
La razón vital e histórica es compatible con las concepciones de ésta predominantes en la
filosofía actual, cada vez más alejada de la idea de razón pura. Por otra parte, Ortega reivindicó
ciencia y europeización como solución a los problemas de España. El problema es España, la
solución Europa, según consideraba. Asimismo, la salvación para España estaba en la "seria
colaboración de los intelectuales". A partir de esta premisa, él mismo entiende su misión en la
sociedad española y pone gran empeño en ello. Quizás algunos de los problemas de nuestra
sociedad actual tengan su origen, aunque en un sentido distinto al que denunciaba Ortega, en la
escasa presencia de la intelectualidad entre los modelos a seguir que se nos brindan, especialmente
desde los medios de comunicación.
La mayoría de sus compatriotas no le comprendieron. Sin embargo, justo sería reconocer
que los grandes avances que se están dando en los últimos años en nuestro país remiten a las
demandas de Ortega: parece claro que nuestra entrada en la Unión Europea está produciendo
profundos cambios en la sociedad española. La España de las últimas décadas, la España
europeizada, resulta irreconocible. Asimismo, la otra gran revolución que proponía, la educativa,
aunque no con los resultados deseados por las numerosas fuerzas que la contrarrestan (tv basura,
indisciplina, etc.), también está proporcionando grandes cambios como la universalización de la
educación obligatoria hasta los 16 años o el que los proyectos de investigación españoles tengan
cada vez un mayor reconocimiento internacional.
Para más información sobre la Actualidad:
http://www.elpais.com/articulo/cultura/galaxia/llamada/Ortega/Gasset/elpepicul/20110209elpepicul
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