LA ÚLTIMA CENA. Leonardo da Vinci 1.-Identificación de la obra La Última Cena fue pintada entre 1495 y 1497 para el refectorio del convento de Santa Maria delle Grazie en Milán. El autor es Leonardo da Vinci (1452-1519), un pintor florentino, que representa el arquetipo de “hombre renacentista” interesado por todas las ramas del saber: pintura, escultura, matemáticas, biología, ingeniería, aeronáutica, música, etc. Pasó su infancia en Florencia y se formó en el taller de Verrocchio. Trabajó en Florencia y otras ciudades italianas y terminó su vida en Francia por invitación del rey Francisco I. Tipología. Es una pintura mural para la que rechazó el fresco porque no le dejaba cuidar los detalles y experimentó con una mezcla de óleo y temple que aplicó sobre una pared cubierta con un barniz. Estos experimentos explican el mal estado de conservación además del hecho de que durante la ocupación francesa el refectorio se convirtió en comedor de las tropas. Tema. Se representa el momento de tensión en que Cristo anuncia a los Apóstoles en la última cena la traición de uno de ellos. En la iconografía tradicional de la pintura del S. XV, los apóstoles aparecían a un lado de la mesa sin contacto entre sí y Judas con Jesús en la otra parte; pero Leonardo coloca a Jesucristo como el centro de interés del cuadro. Los apóstoles aparecen agrupados en grupos de tres. 2.- Aspectos formales La composición es simétrica y equilibrada. Su finalidad es centrar la atención del espectador en figura principal, aislada en el centro y de forma piramidal, que se ve reforzada por su mayor volumen de la figura –Jesucristo tiene el mismo tamaño que los grupos de tres- y por los gestos de los Apóstoles que conducen hacia ella. En esta obra se aplica con total precisión la teoría de la perspectiva: la cabeza de Jesucristo es el vértice de la pirámide visual de forma que la vista del espectador conduzca hacia él. Además, en este caso, la obra está integrada en el espacio real creando la ilusión de que la escena se desarrolla en el mismo refectorio: los muros laterales coinciden con los representados en la pintura y la escena se ajusta a las dimensiones de la habitación. Los ventanales del fondo contribuyen a dar mayor sensación de profundidad. El Renacimiento italiano 1 La forma de expresión es naturalista: representa correctamente la realidad física pero además, es propio de la pintura de Leonardo tratar de representar la realidad anímica a través de los gestos, una de sus principales preocupaciones. La actitud general es de sorpresa y angustia que contrasta con la serenidad del rostro de Cristo; Judas permanece impasible pero tenso apretando con la mano la bolsa de monedas que los sacerdotes judíos le pagaron por la traición. Leonardo es capaz de representar el carácter de cada uno manifestado reacciones emocionales diferentes. Los más ancianos muestran reacciones más contenidas que los más jóvenes. La tensión aumenta al acercarse a Jesucristo. La luz está distribuida de forma selectiva, es suave y clara, procede de dos ángulos: la de la izquierda coincide con las ventanas reales del refectorio de la izquierda se refleja en el muro derecho y en los personajes y la que penetra desde el fondo por los tres ventanales fingidos lleva la mirada al infinito. Usa una gama variada y armónica de colores resaltando la influencia de la luz sobre el color. 3.- Análisis estilístico. Estamos ante una obra pintada a finales del S. XV durante el Renacimiento italiano. Su finalidad es religiosa, ya que fue encargada para decorar el comedor de un convento, y científica ya que el autor concibe el arte como una actividad intelectual destinada a reproducir la realidad mediante el estudio de ser humano –tanto en sus rasgos físicos como en los gestos que reflejan el carácter y las emociones - y del medio que le rodea. El interés por el hombre en todos sus aspectos, por una representación correcta de la realidad según las leyes de la perspectiva, la composición simétrica y equilibrada junto a los experimentos técnicos hacen de esta obra uno de los mejores ejemplos de la pintura renacentista. Se enmarca en un contexto histórico en el que triunfa el humanismo, una corriente cultural y artística surgida en Italia en el S. XV y caracterizada por una nueva mentalidad racionalista y antropocéntrica que fomenta el espíritu científico. La nueva mentalidad es el resultado de los cambios socio-económicos que se han producido en Europa desde finales de la Edad Media (descubrimientos geográficos, desarrollo del comercio y de la burguesía) de los que Italia y los Países Bajos están a la cabeza. LA ESCUELA DE ATENAS. RAFAEL 1.- Identificación de la obra. Es una pintura al fresco, La Escuela de Atenas, que forma parte de la decoración de la Stanza della Signatura (lugar donde se celebran sesiones de los tribunales religiosos), una de las habitaciones de los palacios vaticanos de cuya decoración encargó el Papa Julio II a Rafael. En dicha Stanza desarrolló un programa iconográfico humanista con cuatro escenas que representan las distintas formas de conocimiento. El Renacimiento italiano 2 Autor. Rafael Sanzio, uno de los grandes maestros del Renacimiento italiano. Su primer maestro fue Perugino pero recibió también influencia de Leonardo y Miguel Ángel en los cuatro años que vivió en Florencia. Al trasladarse a Roma a trabajar por encargo del papa Julio II ya ha adquirido un estilo propio. Esta obra pertenece a su época romana. Tema. Sobre una gran semicircunferencia representa una alegoría de la filosofía o “verdad racional”. Está situada enfrente de la Disputa del Sacramento, que alude a la Teología o “verdad revelada”, queriendo decir que la razón y la fe se complementan como expresión del humanismo cristiano uno de cuyos representantes es el papa Julio II. Los personajes principales –situados en el centro- son Platón y Aristóteles, que con sus gestos hacen referencia a su pensamiento: Platón señala al cielo (el mundo de las ideas) y lleva bajo el brazo el Timeo (uno de sus diálogos) y Aristóteles a la tierra (importancia del conocimiento empírico) y lleva su libro Ética. Ambos dialogan mientras caminan a través de un espacio arquitectónico al estilo de la época. Quizás con ello quiso representar la unión de las dos doctrinas filosóficas: idealismo y realismo. Alrededor de ellos, se disponen en grupos otros sabios y filósofos de la Antigüedad como Epicuro, Sócrates, Heráclito, Pitágoras, Ptolomeo, Diógenes o Euclides. Algunos de ellos aparecen retratados con los rostros de personajes del momento: Platón es Leonardo da Vinci; Heráclito, apoyado en un bloque de piedra, es Miguel Ángel; Euclides, inclinado sobre un compás, es Bramante, y él mismo Rafael se autorretrata discretamente junto a la pilastra del extremo derecho mirando al espectador. De esta forma, Rafael introduce a los artistas de su época entre los sabios reivindicando el carácter científico del arte del Renacimiento frente al concepto artesanal que se había heredado de la Edad Media. 2.- Aspectos formales La composición ordenada y simétrica en un espacio amplio, siguiendo las leyes de la perspectiva lineal, es herencia de Perugino y Piero della Francesca. El marco arquitectónico con bóvedas de cañón decoradas con casetones es un homenaje a la Antigüedad clásica (aunque también se piensa que quiso reproducir la basílica de San Pedro que estaba aún en construcción). El espacio se abre a un cielo azul hacia el que nos lleva la mirada situando el punto de fuga sobre la cabeza de los protagonistas. La escalinata del primer plano acerca el espacio visual al espectador. También contribuyen a la creación de la perspectiva los nichos laterales en lo que insinúan grandes esculturas (imágenes de Apolo y Palas Atenae que representan la razón y las artes). También es de destacar la maestría en el dibujo y la rica gama cromática, la monumentalidad de las figuras que refleja la influencia de Miguel Ángel y su caracterización individual. 3. Análisis estilístico. Se trata de una obra de fuerte contenido simbólico que se inscribe dentro del humanismo cristiano de Renacimiento –unión de la fe y la razón-. El interés y la exaltación de la Antigüedad clásica, la defensa del carácter científico del arte, la composición simétrica y equilibrada, la plasmación de la perspectiva, la perfecta representación del cuerpo humano o la armonía entre el hombre y su entorno hacen de esta obra uno de los mejores ejemplos de la pintura del Renacimiento. Se enmarca en un contexto histórico en el que triunfa el humanismo, una corriente cultural y artística surgida en Italia en el S. XV y caracterizada por una nueva mentalidad racionalista y antropocéntrica que fomenta el espíritu científico. La nueva mentalidad es el resultado de los cambios socio-económicos que se han producido en Europa desde finales de la Edad Media (descubrimientos geográficos, desarrollo del comercio y de la burguesía) de los que Italia y los Países Bajos están a la cabeza El Renacimiento italiano 3