Comprender y combatir las formas cada vez más amplias de la

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Comprender y combatir las formas
cada vez más amplias de la guerra total
por Dr. Robert Hickson
Reverendos Monseñores y Padres, es un honor para mí encontrarme aquí. Hace
mucho tiempo que venía a esta tierra, desde el tiempo en que yo era un joven oficial,
hace muchos años. Y aunque hubiese un tiempo en que hablaba un poco de español y de
portugués, cuando trabajaba con los Carlistas y los Requetés en España, y con algunos
oficiales portugueses, especialmente en las islas estratégicas de las Azores, me olvidé
mucho de estas lenguas. Me gustaría hablarles enfática y distintamente en sus propias
lenguas, pero lamento decir que ya no puedo.
Pero hoy deseo presentarme como un soldado, un soldado que también es padre
y es atencioso para con los niños. Y deseo presentarme como un soldado que también
comprende la preciosa conexión entre el soldado y el sacerdote.
Ya fue dicho, por personas muy inteligentes, que la primera gran secularización
en el Occidente fue tal vez la secularización (la descristianización gradual) de los
militares. Algunas personas hasta la sitúan en el tiempo de Juana de Arco, al inicio del
Siglo XV, en 1431. Y todo lo que viene después fue la continuación: El Renacimiento,
la re-paganización, Maquiavelo, Jean Boudin, y los mercenarios privados. Y las
visiones de poder sin gracia se hicieron muy importantes en esta nueva especie de
naturalismo.
Aunque me hubiese graduado muy joven, cuando sólo tenía 21 años, y tan joven
en mi desarrollo que más parecía 16, fui primero enviado a Vietnam en 1964, donde
trabajé muy próximo con muchos católicos que habían conocido el dolor del exilio, que
sufrieron el exilio del Norte en 1954. Nos entendíamos bien; los amé y hubiera dado mi
vida por ellos. Dios me perdonó.
El gran sufrimiento a través del cual me pasé en mi juventud, enfrentando la
guerra irregular, en que pasé muchos años, hizo con que aprendiese muchas cosas sobre
la guerra más profunda, la que llamaría psico-cultural, en que estamos. Una profunda
guerra psicológica que tiene también sus aspectos religiosos; y yo, durante muchos
años, como joven oficial y aun después, reflexioné mucho en la manera como el mismo
género de guerra estaba siendo librada contra la Iglesia. La corrupción del lenguaje, la
corrupción del poder y la manipulación del lenguaje son lo que acostumbramos llamar
en la CIA, “gestión de percepción”, que significa engañar. Y como todos sabemos,
¿cuál es el mayor efecto social de la mentira? Rompe la confianza.
Sí, el efecto social más grave de la mentira, de la falsedad deliberada, es la
ruptura de la confianza y la confianza, una vez rota, es muy difícil de reconstruir,
aunque nuestro corazón perdone y haya amor.
Durante los muchos años en que viví en muchas culturas extrañas y en que
trabajé con militares extranjeros, reflexioné en el significado más profundo de la guerra
y en la comprensión de la paz, y también en la famosa definición de San Agustín de la
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pacis tranquillitas ordinis, la paz es la tranquilidad del orden, del orden interior del
alma y del orden exterior de la comunidad, o del bien común, el bonum commune.
Y algunos de mis amigos, hace muchos años, aunque estuviesen bromeando un
poco conmigo, me dijeron una vez: “Robert, tú eres un contemplativo en el corazón del
ejercito”. Y en efecto, tuve siempre esta disposición de reflexionar sobre el contraste de
las culturas y de comprender las cosas más profundas. Cuando trabajé con los turcos, o
con los griegos, o con los japoneses, llegué a comprender mucho más sobre varias cosas
que nunca habría comprendido si no hubiese vivido en los contrastes de aquellas
culturas extranjeras.
Quiero hacerles una introducción a algunos de los acontecimientos que se están
realizando, porque creo, queridos Padres, que un conocimiento de estos conceptos
puede ayudarlos en la formación de la conciencia de muchos de sus parroquianos. La
formación profunda de sus conciencias, con base en los justos criterios y padrones,
ayuda a enfrentar este asunto de la guerra y asentar ciertos límites, no sólo ad bellum,
que significa ir a la guerra y tener ciertos objetivos, sino también, in bello, el saber
cómo concluir algunos de estos terribles tipos de guerra que fueron puestos en acción.
Como Aleksandr Solzhenitsyn dijo hace años, a veces tenemos el peligroso efecto de
traspasar el umbral de límite, como en el efecto fotoeléctrico; cuando se traspasa un
cierto límite, hasta en el plano moral, es muy difícil regresar.
Aquellos de Ustedes que tuvieron una buena formación en teología moral y en
ética saben cómo es importante para nosotros, seres humanos finitos, una reflexión
sobre los límites.
Y lo que les quiero presentar hoy es parte de la ciencia aplicada y de las
tecnologías de la guerra, y también otras cosas, que están destruyendo cada vez más los
límites y las barreras. Y, en varias maneras, lo que nuestra Santísima Madre dijo sobre
la aniquilación y pérdida de las naciones puede no suceder de forma más obvia y más
violenta, pero muy indirectamente.
Como algunos saben, y espero darles algunos conceptos de grandes historiadores
militares con perspectiva estratégica, hay una estrategia directa, pero también hay una
estrategia indirecta. Tal como sucede en la acción revolucionaria, hay un camino lento y
un camino rápido. Y es necesario estar encima de la dialéctica, porque muchas veces se
trata de la dialéctica de la disolución (en latín, solve et coagula), de romper ligaciones y
re-agregarlas bajo un principio enteramente diferente. Y esto es una forma de desorden,
muchas veces un orden falso y una anarquía.
He intentado durante años hablar de una “guerra psico-cultural”, porque podría
hablar sobre ella en términos más generales a una audiencia secular que cuando
enseñaba en universidades militares, porque podría referirme al apuntar a la mente y a la
quebrantadura de la voluntad hasta el punto del desespero. Ahora, como Ustedes,
Sacerdotes y Obispos católicos saben, uno de los siete pecados mortales es acedia;
como señala San Tomás: la pereza. No significa sólo tristitia dei buono spirituali,
aquella tristeza desordenada en la presencia del buen espiritual, sino también significa
una vaga inquietud del corazón, en latín avagatia mentes.
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Y esta inquietud y arrancamiento muchas veces nos quitan la capacidad de tener
aquello a que San Tomás llamaba “…mentes in Deo”, el reposo del alma, del corazón,
en Dios, por la oración contemplativa.
Por lo que hemos oído en las alocuciones anteriores (Michael Matt y otros),
podemos ver lo que los diversos efectos, la estructura de la música, el sonido, el sexo, el
poder, el formato de las noticias en los periódicos y electrónicamente, hacen para
perjudicar la percepción. Y lo que espero explicar hoy, a la medida en que estoy
avanzando en mi exposición, es que también sabemos el poder de una verdadera
temperancia, una de las grandes virtudes cardenales de la disciplina, que muchas veces
definimos como auto-conservación altruista.
Cuando alcanzamos un cierto grado de pureza, podemos ver más claramente la
realidad, la realidad extra mentem, porque miramos a ella y la vemos parada y en
proporción, aun cuando somos limitados. Muchas de las virtudes que cultivamos en
nuestros jóvenes son formas de facilitar un modo de enfrentarse a la vida y ver las cosas
sin la turbulencia de espíritu, sin un espíritu que vagabundea sin descanso. Estudié las
técnicas de la guerra durante años: de las varias formas de guerra de guerrillas a las
últimas innovaciones contra la sociedad organizada, de lo que por veces se llama el
terrorismo. El terrorismo es, sin duda, una forma de guerra psicológica, es una forma de
guerra política, muchas veces ataca los ciudadanos para dislocarlos y desarraigarlos y
para crear el miedo, porque las personas que sufren de miedo y ansiedad son más fáciles
de influenciar. Sabemos eso por los estudios de combate – sobre la fatiga de combate.
Hoy vamos a recordar que hubo siempre una relación especial entre el soldado y
el sacerdote. Pensemos sólo en Nuestro Señor, en Su sacerdocio sagrado. Recuérdense
del centurión. Hay tres centuriones que son homenajeados en el Nuevo Testamento.
Pero recordemos que, cuando Nuestro Señor vio la fe del centurión, y tenemos aquí las
palabras de la Vulgata Latina, Nuestro Señor miró al centurión con admiración.
Imagínese, el Hijo de Dios encarnado, en Su Sagrada Humanidad, miró con
admiración (in latín, mirandum) a la fe de este centurión que dijo: “Soy un hombre de
autoridad”. Y Ustedes comprenderán – aquellos entre nosotros que van a la Misa
Tradicional; pienso mucho en esto – que las palabras que decimos antes de recibir la
Sagrada Comunión son las palabras de un oficial romano, pagano, con sólo dos palabras
cambiadas. En las Sagradas Escrituras, el centurión dijo: “Domine non sum dignus ut
intres sub tectum meum sed tantum dic verbo et sanabitur puer meus”. La Iglesia
cambió “puer meus” a “anima mea”, destacando así la conexión entre el alma y la niñez
espiritual, porque “puer” puede ser un siervo, pero también un muchacho. He aquí una
conexión entre el soldado y el niño, y entre el sacerdote y el niño.
Nuestro Señor dijo: “sinite pueros venire ad me”. Dejad venir a mí los
pequeños. No escandalicéis los pequeños; mejor le sería que le colgasen del cuello una
piedra de molino y fuese sumergido en el mar.
Jesús también dijo: “Quicumque non acceperit regnum Dei sicut puer non
intrabit in illud”. Quien no acepta el Reino de Dios como un niño no entrará en él. Es
una gran exigencia. Aun para alguien como yo, que durante cuatro años de 1960 a 1964,
fui como una especie de monje militar, y aprendí y adopté un código de honor y
caballerismo que no era artificial, era auténtico. Aunque pasábamos más tarde por
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muchos choques, choques de madurez, que nos experimentamos cuando fuimos a la
acción. Pero siempre sabíamos esa parte del código de caballerismo, de que voy a hablar
la próxima vez de forma más viva y literaria; y la presentación de hoy es más estratégica
e histórica.
Esta conexión entre el soldado y el niño era parte de este código de honor, uno
de sus principios, y yo enfatizo esto porque es muy importante, y espero que estas
queridas traductoras-intérpretes lo puedan traducir bien. Sé las dificultades que tienen
de la fatiga de batalla que resulta de traducir simultáneamente; yo mismo tuve que
hacerlo.
Es este sentido del soldado y del niño, y el código de honor o caballerismo, que
ha existido hace mucho en el Occidente, donde la imagen dominante era la del “miles
Christi”, el soldado de Cristo. Ni era necesario estar de uniforme. Era uno de los
principios principales – cuanto más sin defensa una persona está, más pide que la
defendemos. Es una proposición relativa correlativa. Cuanto más, más. Y cuando
pensamos en lo que sucede tantas veces hoy – no quiero ser dramático, no soy ese tipo
de persona, aunque puedo ser muy vehemente, considerando que estamos a ahogarnos
en la sangre de nuestros niños. Y estamos mandando mujeres a combatir en nuestro
lugar.
Muchas cosas han sucedido en las dimensiones más profundas de esta
revolución, y podemos ver que el blanco es cada vez más la mente humana, la
quebrantadura de la fuerza de la voluntad hasta llevarnos a un sentido de inutilidad y
desespero.
Lo que yo intento decirles, en el tiempo que hoy me dispone, es, de cierta
manera, para darles un aliento. Voy a intentar darles conceptos que ayudarán a iluminar
la realidad y no ser un obstáculo a la realidad, que no los desanimarán y les darán un
sentido de inutilidad. Voy, por lo tanto, intentar animarlos presentando, a través de los
ojos de algunas personas, cosas que, espero, ayudarán los Señores Padres a comprender
la relación entre el soldado y el sacerdote.
Cuando estudio la historia de la Iglesia, verifico que, siempre que hay un
divorcio entre el soldado y el sacerdote, eso es una mala señal. Los padres se hacen más
afeminados y los soldados se corrompen. Hay algo especial entre nosotros, y mañana
hablaré de algunos textos que revelan eso.
Un gran historiador militar – no quiero citar nombres sobre nombres, pero les
hablaré de uno – que no era católico, el Mayor-General J.F.C.Fuller, escribió varios
libros sobre temas militares; pero él no era sólo un historiador militar, tenía un
pensamiento estratégico. Y uno de los últimos libros que escribió, antes de morir, al fin
de la década de 1960, se llamaba La conducción de la guerra de 1789 a 1963. Pienso
que es un libro muy importante para nosotros, y hasta sugería que, por su estructura,
sería una buena analogía para pensar en las formas actuales de guerra, y las posibles
formas de guerra en el futuro, teniendo en cuenta la aplicación de la ciencia moderna
(de que voy a hablar) en las tecnologías y en la aplicación de la tecnología muy
avanzada para fines militares.
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Y para señalar la mente como blanco, para la psico-neurolinguística y la
subversión del logos apuntando finalmente al Logos encarnado, el General Fuller
incluye en el libro un subtítulo, “la influencia de la Revolución Francesa, de la
revolución industrial y de la revolución bolchevista en la conducción de la guerra”. Y
así como B.H. Liddell Hart, otro historiador militar, se opuso firmemente a Churchill,
que inició el bombardeo terrorista de las ciudades, y promovió la lucha de guerrillas,
que siguió causando enormes problemas aun después de la recuperación después de la
Segunda Guerra Mundial – un tiempo en que la Cristiandad empezó a desmembrarse
cada vez más.
El General Fuller había combatido en la Primera Guerra Mundial y vio que
estábamos avanzando cada vez más a la guerra total. La guerra total no es una cosa
nueva pero hay nuevas dimensiones de la misma. Pero él la vio llegar, a partir de la
Revolución Francesa y de Napoleón, que parecía ser más conservador pero esparció la
Revolución Francesa por toda Europa; y de la revolución industrial, que condujo a la
guerra de las muchedumbres; y finalmente de la revolución bolchevista, que desarrolló
la estrategia de la guerra revolucionaria. El libro es muy profundo, y la evaluación que
presenta puede aplicarse hoy, cuando alargamos otros tipos de revolución a lo que se
pasa en la guerra moderna.
Por ejemplo, la revolución en la biología molecular. En mi opinión, después de
mucho estudio y mucha actividad en el campo de la guerra biológica avanzada, esta
revolución de la biología molecular es una de las cosas más significativas que ha
sucedido en miles de años. Las capacidades de manipulación de agentes biológicos y de
sus efectos en la genética pueden ser utilizadas para diversos usos con gravedad.
Y quiero hacerlo claro desde ya, en esta presentación y durante toda mi
alocución, que parto del principio de que no hay soluciones técnicas para problemas
morales. Esto es muy importante. Hay muchas ilusiones del género “oh, si tuviésemos
un poco más de tecnología, podríamos controlar eso”. Esto es una ilusión.
¿Y cómo se maneja con una situación de este tipo? Tenemos micro-organismos,
organismos vivos, muy poderosos, que hoy son usados para destruir la basura. Hasta el
movimiento de los Verdes, el gran movimiento ambientalista, no tiene problemas en
utilizar estos micro-organismos para disolver grandes cantidades de basura. ¿Pero saben
lo que estos micro-organismos pueden hacer, si sean aplicados a otros usos? Son muy
poderosos.
¿Y cómo se adapta una solución técnica para esto? Es la voluntad, y la elección.
Y cuando se entra en áreas como la guerra de información- ¿ya oyeron decir de esta
frase? – damos cuenta que dependemos cada vez más de sistemas de información de
todo el género.
La Agencia Nacional de Seguridad de los Estados Unidos, que, como saben,
trata de la acumulación discreta, clandestina de señales, tiene una definición muy buena
de la guerra de información, que se aplica a nosotros, que comprendemos la
propaganda, la manipulación del lenguaje, la sofistería (como los sofistas de la Grecia
antigua). Definen la guerra de información como la discontinuidad, la destrucción y, lo
que es aun más importante, el engaño en los sistemas de información. En inglés son las
tres D’s: disrupción, destrucción y decepción.
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Como las cosas se mueven muy rápidamente, quedaré en el campo de las
hipótesis, pero podrán imaginar que estoy sugiriendo alguna cosa. ¿Qué piensan que
sucedería si tuviesen la capacidad – y ya les digo que existe – de inserir desinformación
en las computadoras? ¿Qué es ilusión o qué es la realidad? ¿Qué se haría, por ejemplo,
en los tribunales, cuando en la jurisprudencia sólo hay pruebas electrónicas?
Hoy puede utilizarse la ley como instrumento de guerra, como una dimensión
más de una estrategia. ¿Cómo podríamos reaccionar? Hay entre nosotros personas que
saben mucho sobre pruebas electrónicas. Pueden falsificarse con facilidad imágenes
digitales provenientes de satélites, por ejemplo. ¿Qué podríamos hacer en un tribunal, si
sólo dispusimos de pruebas electrónicas? ¿Y si alguien quisiese procesar un sacerdote y
sólo hubiese pruebas electrónicas? ¿Qué constituye prueba si sólo lo que hay es
electrónico? ¿Están viendo donde yo quiero llegar?
Basta mirar a algunos episodios históricos – y parte de la estrategia consiste en
tener una visión más amplia de la historia y del desarrollo de la arte militar – y después
de la guerra revolucionaria soviética, y finalmente de la liberación o el desarrollo de
ciertas tecnologías que pueden ser aplicadas a la guerra moderna.
Algunos de Ustedes ya oyeron hablar de nano-tecnologías – se trabaja en una
escala muy pequeña, que ultrapasa la unidad elevada a la nona potencia – y de la
electrónica molecular. Cuando se combinan algunas de estas cosas, hasta para tratar de
la guerra biológica, se ve que transforman la guerra en una cosa cada vez más anónima
e impersonal.
Con el pasar de los años, esto afectó realmente mi corazón. Cuando era joven,
intenté ser digno de entrar en algunas unidades de elite, y de desarrollarme hasta
alcanzar un nivel de excelencia. Pero también quería mantener contactos humanos. No
quería limitarme a tratar con tanques y aviones; quería mantener contactos humanos.
Pero se ve cada vez más que, hasta en nuestras fuerzas de operaciones
especiales, predomina el comando biónico. Está conectado a tanta tecnología que ni el
enemigo ya es personal; no es nada más que un blip en la pantalla.
Piensen en lo que esto hace a las personas, el efecto de este género de cosas en
los seres humanos; la remoción del límite, la falta de imputabilidad y responsabilidad. Y
hasta cuando yo estaba enseñando en la Academia de la Fuerza Aérea, cambié de un
nivel más alto de enseñanza para pasar algunos años con los jóvenes cadetes. Les
enseñé Filosofía Moral e Historia, y muchos cadetes empezaron a darse cuenta de
ciertas cosas, y me dijeron: “Mi Dios, nunca pensé en los efectos que esto tendrá en mí
cuando sea piloto y vuele con toda esta tecnología. No tengo cualquier idea del
enemigo, no veo su humanidad ni su falta de humanidad, y ¿cuáles serán los efectos de
esto en mí”? Y yo le respondería siempre: “Buen comienzo. Y un paso a la dirección
cierta, pero aún no llega”.
Vemos cada vez más estos desarrollos. Vemos procedimientos que van a hacer
la guerra aun más abstracta. Y una vez más, con esta gestión de percepción las personas
no distinguen entre lo que es ilusión y lo que es la realidad, debido a la manipulación de
la comunicación social.
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Se pasan ciertas cosas entre partes de nuestro Departamento de Defensa y
Hollywood, de que no puedo hablar. Pero pueden imaginar que, en esta área de ser
persuasivo y de manipular la comunicación social, el blanco es la mente humana. Y
parte de nuestra comunidad de los servicios secretos tiene ciertas cosas sobre análisis de
factores humanos y otros asuntos que constan en mi texto de prueba que encontrarán
interesantes, como los estudios cada vez más en profundidad de la psicología humana,
incluyendo la psico-neurolinguística.
A partir de la ciencia moderna llamada neurociencia, se comienza estudiar en
profundidad como se puede manipular el cerebro humano. Les animo como sacerdotes
muy dados a la reflexión, a considerar esto, porque estamos aquí pensando en los
pequeños que Nuestro Señor quería que dejásemos ir a Él, sin interferencia y con
pureza.
Encontré una frase en un libro francés, que espero que inscriban (por lo menos le
pido a John Vennari ) en mi lápida sepulcral si muero prematuramente. Esa frase
aparece en un hermoso libro llamado El diario de un Cura de aldea (Journal d’un Curé
de campagne), por George Bernanos. En esta hermosísima novela católica, el autor
guarda un lugar muy especial para una nueva bienaventuranza – tal como las
bienaventuranzas de San Mateos (Makários en griego). Escribió él en el conjuntivo:
“Sea bienaventurado aquel que salvó de desespero el corazón de un niño”.
Espero que sea éste el padrón y el ethos de nosotros todos, tanto el soldado como
el sacerdote. Y si mantengamos este principio y comprendamos lo que Nuestro Señor
dijo, también comprenderemos todos, Ustedes como soldados cristianos y yo intentando
ser un soldado mejor, que debemos crecer en la niñez espiritual. Esto es nuestro
objetivo: la docilidad, la humildad y la confianza. Pero en esta cultura de que se habla,
en tantos frentes tenemos la ruptura de la confianza. Todos nosotros sabemos, si alguna
vez sufrimos la traición de una amistad, lo difícil que es reconstruir nuevamente la
confianza con el perdón.
Una vez más, mucho de lo que se ha pasado en las tecnologías modernas está
haciendo la arte de la guerra más ilimitada, más anónima, más impersonal, y con menos
imputabilidad.
Y pienso que parte de nuestro papel, el mío como padre de ocho hijos y el suyo
porque conducen con tantos jóvenes y con muchos soldados, ¿cómo podemos proteger
los jóvenes de desanimarse cuando pierden esa visión, como dijo el Papa Pio XII en
1950?
El Padre John Hardon (el Jesuíta que John Vennari citó el otro día) era un gran
amigo de mí y fue mi confesor, tanto como confesor de la Madre Teresa. Me dijo él que,
cuando estaba en Roma como joven estudiante, en 1950, se recordó que el Santo Padre
había publicado Humani Generis – que era un Sílabo de Errores actualizado; y que
había hecho la declaración de la Asunción de la Madre Santísima; y que había
canonizado Santa María Goretti. Y el Padre Hardon (o antes, que vino a ser ordenado el
Padre Hardon) tenía que ayudar el Santo Padre en la Radio Vaticano. Y me dijo una
vez: “Robert, nunca me olvidé lo que el Santo Padre dijo. El Santo Padre dijo que Santa
María Goretti era una santa especial para el Siglo XX (esto sucedió en 1950), porque
fue una mártir de la pureza.” Él nunca se olvidó de esto: “una mártir de la pureza”.
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Una vez más, todos enfatizamos la pérdida de la noción de pureza. Pero cuando
nuestros jóvenes, y cuando las personas mayores, como nosotros, intentamos crecer en
la niñez espiritual; cuanto más tengamos orden y pureza en nuestro interior, entonces
veremos más de la realidad, y no sólo el desaliento.
He estado hablando sobre los desarrollos de la guerra moderna, con una
remoción cada vez mayor de los límites, manipulación de las fronteras entre lo que está
aquí y lo que está allí; y la destrucción de naciones, no sólo directamente sino también
indirectamente; cada vez más impersonalidad, falta de responsabilidad y anonimidad;
para que no sepan quién es responsable por esto. ¿Sería una operación de los árabes o
una operación de bandera falsa, hecha por los israelitas? Y las personas están confusas.
Miren también todo el fenómeno de la robótica. Hay una tendencia cada vez
mayor para el uso de la robótica y de vehículos aéreos de control remoto e
impersonales, para que los seres humanos no estén en peligro de la vida. Antiguamente,
cuando teníamos una comprensión más profunda de la guerra justa defensiva, los jefes
comandaban en la vanguardia, o por lo menos estaban con sus hombres y compartían
los riesgos. Pero hoy, cuando se puede estar distante, hace que se reflecte en nuestra
naturaleza humana pecaminosa: el enemigo es reducido a sólo un blip en la pantalla.
Algunas personas que conocí, que eran pilotos de la Marina, me dijeron que
entraron en acción en la Primera Guerra del Golfo, en 1991, con auriculares en los oídos
tocando música de rock. Piensen en lo que esto hace, piensen en cómo afecta las
personas que hacen esto, y que eso no tiene sentido. Y como algunos de nosotros
sabemos, después de la terrible Primera Guerra Mundial vino la Segunda Guerra
Mundial, lo que hace recordar la Guerra del Peloponeso; fue una guerra larga y
extensiva, y estamos cada vez más avanzando a la guerra total. Se recordarán que las
personas que sufrieron en las trincheras en la Primera Guerra Mundial dijeron que
vendría después el bombardeo estratégico. Pero los resultados esperados con referencia
a los bombardeos estratégicos estaban equivocados. No voy a ponderar este tema, pero
yo acostumbraba explicar esto a las Fuerzas Aéreas: estaban todos equivocados.
Se decía que el bombardeo estratégico abreviaría la guerra, pero en la Segunda
Guerra Mundial, en la monstruosa Declaración de Casablanca, en enero de 1943,
Roosevelt y Churchill exigieron “rendición incondicional”; una cosa inhumana,
especialmente después de lo que sucedió a los alemanes después de la Primera Guerra
Mundial. El resultado de esto fue que el enemigo resistió aún más, hasta la destrucción
final.
Estos desarrollos, por lo tanto, no son nuevos. Pero lo que estoy señalando es
que cada vez más se usan estos nuevos descubrimientos científicos; hay mucha
investigación especial en estas cosas y en las aplicaciones de tecnologías muy
especiales. Y hay también el cinismo cada vez mayor del hombre sobre cómo enfrentar
esto.
Lo que realmente me preocupa, y la razón para que ya no esté muy envuelto en
esto – aún estoy, de cierta manera, pero no mucho – es que nuestro cuerpo de oficiales
parece haberse vuelto más insensible e indiferente a los factores morales, culturales y
religiosos de la guerra. ¿Para qué sirve la guerra? ¿Cuándo es necesario hacerla?
¿Cuáles son nuestros objetivos de guerra y objetivos para la paz?
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Me envolví en algunas cosas recientes, para resistir, porque no hay definición.
¿Entonces cómo podemos ser prudentes? ¿Cómo podemos tener la primera virtud
cardenal, la de prudencia, y organizar los medios para un fin, si nuestro objetivo no es
claro? Fíjense, se hace abstracto. Y lo que sucede cada vez más es que los oficiales
militares no se levantan y hacen preguntas estratégicas como: “Esperen un momento.
¿Cuáles son los objetivos de la guerra y de la paz? ¿Cuáles son los términos aquí?
Porque sabemos que esto es injusto”. Y es aquí que también necesitamos testigos.
Lo que también está sucediendo hoy es este fenómeno creciente de los
mercenarios, y fue así que el Padre Gruner habló conmigo y pensó que tal vez Ustedes
quisiesen oír un poco de introducción de mí sobre esto. Porque estamos desarrollando
cada vez más servicios de seguridad privadas, que son militares privatizados que,
muchas veces, no son responsables ante un Estado en particular o una orden jurídica.
Están trabajando para una empresa transnacional, o algún cartel de minerales
estratégicos (podría dar más ejemplos). Y ahora encontramos personas con mi tipo de
instrucción, de fuerzas de operaciones especiales, recibiendo salarios muy elevados.
Tienen mucho más libertad y amplitud de movimiento, no tienen burocracia, y pueden
hacer ciertas cosas. Y no son imputables. Son un fenómeno muy peligroso.
Era mi intención hablar más de la historia en Brasil, y tal vez pueda mencionar
una u otra cosa. Algunos de Ustedes probablemente oyeron hablar de la Compañía
británica de las Indias Orientales; los chinos aún hablan de ella y nunca olvidarán lo que
los ingleses hicieron para promover las guerras del opio. Y recuérdense que la
Compañía de las Indias Orientales fue fundada en el reino de Isabel I, que mató muchos
católicos, incluyendo el gran Santo Edmund Campion, un protomártir jesuita en la
Inglaterra isabelina.
La Reina fundó esta compañía militar privada, legada a los mercaderes y
banqueros, que vino a ser un instrumento muy importante del Imperio, en India y en
otros lugares – la Compañía de las Indias Orientales. Hoy se ve el regreso de estas cosas
con el neo-capitalismo. Y hay muchas cosas que no son responsabilizadas ante una
nación-Estado, o sea, ante cualquier nación en particular. Encontramos grupos mixtos,
muchos de ellos muy bien instruidos, que tienen muchas motivaciones privadas.
Pueden notar que esto está yendo fuera de control, porque un oficial militar, tal
como un sacerdote, tiene el deber de servir el bonum commune; no el interés nacional,
no el interés público, sino el bonum commune. Y para nosotros, católicos, no se trata
sólo del bonum commune natural, sino el bonum commune sobrenatural, la salvación de
las almas.
Ahora sucede que vemos cada vez más este fenómeno de personal clandestino.
Conozco personalmente un hombre que está trabajando para una gran compañía en los
Estados Unidos llamada Blackwater, y ellos dan empleo a muchos Navy Seals, tropas
de Operaciones Especiales, y Boinas Verdes. Y este hombre es vice-presidente y
también abogado, y gana unos 800,000 dólares por año, sin contar los gajes, lo que es
realmente mucho dinero.
Imaginen ahora, cuando damos cuenta de estas tecnologías – Voy a mencionar
una u otra más que tiene una importancia especial – y recordamos, porque estamos en
Brasil, lo que hicieron los ingleses con su estrategia anti-católica para Latinoamérica.
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Esto sucedió mucho antes de Nelson Rockefeller, o del Consejo Mundial de las Iglesias,
de que yo sé mucho, incluyendo como nuestra comunidad de espionaje patrocinó el
Instituto lingüístico de verano para divulgar traducciones de la Biblia de varios grupos
protestantes como una iniciativa estratégica para minar la fe y cultura católicas.
Damos cuenta en lo que sucedió en Brasil durante las guerras napoleónicas.
Como saben, el Rey de Portugal se refugió en Brasil. Y los ingleses notaron cada vez
más que la geografía de Brasil hacía un área estratégica, como sucede con las islas
portugueses de las Azores; pero en este caso porque la mayor parte de los países de
América Latina, a excepción de Chile y Perú, tienen fronteras con Brasil. Tenían, por lo
tanto, que hacer aquello que los militares llaman “alianzas estratégicas interiores”, para
poder hacer maniobras rápidas y tomar iniciativas. Lo que hicieron fue desarrollar
mucho una estrategia de pequeños enclaves, que eran las logias masónicas militares y
navales. Y consiguieron, especialmente para ellos, inmunidades legales, extra
territorialidad, como parte de la operación. Estudié mucho esto.
Aquí está otro ejemplo, como la Compañía de las Indias Orientales, en que se
firmaba un poder financiero (en este caso) una fuerza militar más oficial. Pero todas
estas cosas parten de los mismos principios; son aquello que llamamos archana
imperiae, secretos del Imperio en el plano secular. Ahora se están usando los mismos
principios, pero con nuevas tecnologías, nuevos sistemas de encripción, nuevos sistemas
de comunicaciones, y estos desarrollos son muy serios para nosotros, católicos, porque
estamos intentando ser atentos a este factor de la guerra justa enfrentados con estas
cosas que fácilmente pueden ir fuera de control y caer en lo irracional.
Tenemos que mantenernos constantemente alerta en relación a estas cosas, para
no pasar los umbrales de lo que será después muy difícil regresar. Y yo creo, en mi
entendimiento limitado, que la Madre Santísima vio a donde iríamos cuando dio Su
mensaje, un mensaje del corazón de la Madre de Dios, en 1917: lo que estaba ya en
andamiento en el concepto bolchevista de la guerra y de la revolución permanente, con
una dialéctica continua.
Por lo tanto, es muy importante que comprendamos. Es como la comprensión de
la parábola del sembrador, la parábola más larga que Nuestro Señor nos dio, que nos
recuerda de la conexión entre la cultivación de la tierra y la cultivación del alma. Y
aprendemos a través de esta parábola que Nuestro Señor nos da un ejemplo, y que, si no
crecemos en la comprensión de nuestra Fe, acabaremos por perderla.
De la misma manera, tenemos que crecer, buscando comprender a través de la
Fe y de lecturas; fue lo que intenté con varios padres que eran mis amigos, que son
también capellanes militares. Lean la historia militar, la historia estratégica,
comprendan como la guerra de guerrillas pasó por encima de todo el sistema legal.
Fue muy difícil la recuperación moral después del recurso promiscuo a la guerra
de guerrillas, como Churchill hizo en la Segunda Guerra Mundial. Sólo produjo
trastornos más tarde. Fue lo que sucedió en España, en la lucha contra los franceses.
Todos se recuerdan como el pueblo de Zaragoza luchó a cuchillo, pero no se recuerdan
que España nunca llegó a recuperar por completo de esta prolongada lucha de guerrillas
contra Napoleón, porque la lucha llevó mucha gente a actividades muy próximas de la
criminalidad.
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Y aquí está otra dimensión que quería mencionar. Hoy se nota cada vez más una
conexión entre la guerra y la criminalidad. Esto ya no es un secreto, como era, un
secreto tan cuidadosamente guardado en el inicio de la década de 1990. ¿Qué se hace
cuando los narcotraficantes compran submarinos? Están comprando submarinos de los
rusos, y a veces hasta con la tripulación. ¿Este problema sería un problema de policía o
de seguridad nacional? Ya ven lo que quiero decir.
Y así vemos cada vez más, y tal vez también en sus sociedades, que las fuerzas
policiales están haciéndose más militarizadas, mientras las fuerzas militares
desempeñan cada vez más las funciones de policía. Y después la conexión entre la
guerra y la criminalidad. He propuesto hace años una tesis muy simple: el crimen
organizado es crimen protegido. Si no fuese protegido por las élites financieras, no
estaría organizado por mucho tiempo.
Podemos imaginar donde se encuentran los grandes bancos que lavan dinero –
hasta en mí propio país – pero hay mucha gente que quiere ganar mucho dinero
traficando drogas. Y tengo una pregunta para Ustedes – una pregunta moral. Si subiesen
que teníamos la capacidad (digamos, la capacidad existe) de destruir las tres cosechas de
drogas, ¿deberíamos hacer esto? Es un problema muy discutido. Imaginen que podemos
ir atrás de la planta de cacao con fusarium, que es un biotoxina. Hay ciertas cosas que
pueden ser hechas contra las amapolas, de modo a no secar, mientras parecen
saludables, pero quedando incapacitadas de producir drogas. Y también podemos tratar
de plantas de marihuana. ¿Deberíamos hacer esto?
Hay muchos élites que no quieren hacer esto, pero aquí tenemos un lado positivo
de las biotecnologías. Pero si hacemos esto en ciertos países como Colombia, ellos
pueden decir: “Oh, esto es la guerra. Es guerra biológica contra nosotros. Es guerra
económica”.
Conozco un querido sacerdote mejicano, que está en una parroquia muy pobre, y
que me contó: “Mi pueblo está pobre y en un cierto momento viene alguien con
montañas de dinero sucio y que se dirige al sacerdote y dice ‘mire, Padre, quiero dar
esto a la parroquia’”. Estoy seguro de que estas cosas suceden, y esto es muy difícil.
¿Qué harán? Esto es como materiales robados, pero es una gran tentación. Y como
nosotros, católicos, sabemos, una tentación no sería tentación si no fuese atrayente, si no
fuese seductora. Hace muchos años, aprendí sobre la conexión entre las drogas, ciertas
comunidades de servicios secretos y la guerra financiera.
Uno de los métodos de la guerra total moderna es la manipulación y control de
la esclavitud de la deuda de otra nación. ¿Comprendan lo que yo quiero decir cuando
hablo de la esclavitud de la deuda? Me recuerdo de cuando estábamos negociando con
México y Henry Kissinger dijo: “Bueno, vamos a dejarlos reorganizar las élites, la
oligarquía. Si no pueden pagar la deuda, quedamos con el petróleo crudo del sur de
México”. Esto da un provecho a las élites corruptas, y el pueblo continuó en la
esclavitud de la deuda. Esto hace parte de la guerra.
Como ya dije muchas veces a personas con quien hablé, se habla mucho de amor
y de guerra. Pues bien, si alguien está en guerra contigo y no sabes de esto, estás en
guerra. ¿Ustedes creen en esto? Pero si alguien te tiene amor y no sabes de esto, esto no
quiere decir necesariamente que tengas amor. ¿Ustedes dan cuenta de la diferencia?
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¿Pero si alguien nos hace guerra, como, por ejemplo, atacando la Iglesia
católica, de la manera que Antonio Gramsci comprendió tan bien, no es que tendremos
guerra psico-cultural, los canales culturales de subversión, contra la Iglesia católica? Sé,
a través de estudios profundos, cómo los cubanos y los sandinistas aprendieron mucho
sobre la subversión simbólica. Ponían Jesucristo Nuestro Señor sin la cruz, y atrás de Él
estaba un guerrillero con una AK47, y decían que “Cristo nos dio la doctrina de la
liberación, pero Marx nos dio la práctica”.
Eran los símbolos, saben, ya no era la comunión de los santos, antes símbolos
nuevos. Y ellos estudiaron Gramsci; era una especie de libro secreto. Antonio Gramsci,
algunos de Ustedes ya oyeron hablar de él.
Lo que estoy explicando es que hay dimensiones diferentes a considerar en un
contexto militar, sobre cómo atacar la Iglesia católica o cómo manipular la esclavitud de
la deuda, cómo producir este solve et coagula. Y tal vez algunos de Ustedes hayan leído
– pueden encontrar esto en el Internet si estuviesen interesados – que en 1999 dos
Coroneles de las fuerzas de operaciones especiales chinas, Qiao Liang y Wang
Xiangsui, escribieron un texto llamado Guerra sin restricciones. ¿Comprenden? Guerra
sin restricciones.
Estos dos Coroneles de las fuerzas militares chinas, de las fuerzas de
operaciones especiales, eran altamente disciplinados y escribieron un libro brillante, en
el cual citaron el gran General Fuller, que ya mencioné, porque lo respectaron mucho.
Y escribieron lo siguiente: “Vamos a capturar las condiciones de enfrentamiento.
Vamos a desviar las iniciativas de los Estados Unidos, y vamos a usar objetivos muy
disciplinados, medios a corto plazo pero sin restricciones, para interceptar alguien
psicológica o físicamente, y al mismo tiempo controlar la iniciativa nosotros”. Y
explicaron lo que es la guerra de información: disrupción, destrucción, engaño, y todo
esto es parte de la cultura de Sun Tzu, que el Padre Kramer mencionó el otro día. Sun
Tzu, Sun Bin, toda la tradición de legalismo chino, que era la más antigua cultura
política y autócrata en la historia del mundo, muy continuo, y que preparó el camino
para el materialismo dialectico de comunismo – con mucha fuerza.
Sun Tzu era un legalista, según una especie de filosofía sincrética de China
antigua – ya tienen una idea del Confucianismo y del Daoismo – pero era un teórico
brillante; una de sus citas más famosas es: “Toda la guerra se basa en el engaño”.
El quería tener un engaño disciplinado, y no promiscuo, pero hoy las personas
son tan aleatorias y tan cínicas que ponen en movimiento fuerzas que después soplan
sobre ellos. Hay una ruptura de confianza, de que es muy difícil recuperar. Pero cuando
tenemos ciertos conceptos sobre esto, que es parte de una historia más vasta de la arte
de la guerra, ligada al poder de fuego, a otros tipos de armas, a las maniobras, esto nos
ayuda a comprender muchas cosas con más clareza.
Ya muchos de nosotros están cada vez más conscientes de que se están
produciendo ciertos sensores con el pretexto de seguridad nacional o de luchar contra el
terrorismo. Sensores que son biosensores y sistemas de vigilancia. ¿Cómo es que se
ponen límites a estas cosas de que estoy hablando y se evita la creación de un Estado
policial? Saben, esto es difícil. ¿Cómo determinamos los límites?
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Digo de nuevo, cuando olvidamos los elementos morales, vamos a tener que
recurrir a una solución técnica para un problema moral y espiritual más profundo.
Quiero también que consideren esto: hay personas que tienen un conocimiento
profundo de lo que llamamos cables submarinos y nódulos críticos. Como saben, hay,
en verdad, personas que estudian la infraestructura de un país, y si lo quisieren paralizar,
saben cómo pueden hacerlo.
Cuando los Estados Unidos fueron contra Milosevic – yo estaba en contra de
esta guerra, junto con otras; aun muy en contra – la idea era que fuésemos a usar la
guerra de información contra Milosevic. No fuésemos a atacarlo directamente, iríamos
atrás de sus amigos e iríamos robarles las cuentas bancarias en Ciprés. Y entonces ellos
irían a Milosevic y decirle: “Tienes que parar esto, porque estamos perdiendo nuestros
bienes”.
Estoy a decirles que estas capacidades existen. Algunos de los aliados de los
americanos en esta guerra, especialmente los franceses, dijeron: “No, no pueden hacer
esto. No pueden usar estas herramientas para robar una cuenta bancaria en Chipre, o en
Suiza, o en otro país, porque es un crimen de guerra”. Se puede también usar las leyes
para manipular las cosas.
En Canadá, en ciertas áreas de seguridad nacional, en los tribunales de Canadá,
de donde viene el Padre Gruner, se dice ahora que la verdad no es defensa. ¿Me oyen?
La verdad no es defensa. Es una ley revolucionaria. Pueden imaginar hasta donde esto
puede llegar. Porque si la verdad no es defensa, debe haber algo más alto que la verdad.
¿Y qué será la sensibilidad en relación a otro grupo?
Aquí tenemos nuevamente, como dijo el Padre Kramer, la negación a través de
la inversión. Recordemos la jerarquía tradicional: política, económica, orden de los
hogares, financiera.
Hoy hay una inversión. En el mundo antiguo, como los que estudiaron Teología
saben, había una jerarquía de Logos, Ethos y Pathos. Logos, tal como el Logos
Encarnado, inteligibilidad, razón; Ethos, la ordenación moral de la voluntad; y Pathos,
los sentimientos de emoción. Miren ahora las inversiones en la sociedad moderna, el
apagar y anestesiar para que se puedan controlar mejor las personas.
Algunos musulmanes que conocí (viví durante algún tiempo en el Medio
Oriente) me decían: “Saben, Ustedes, americanos, combaten como en un sistema de
usura. Sus jefes no quieren compartir los riesgos, quieren matar de manera sanitaria,
pero quieren al mismo tiempo obtener beneficios”. Para mí, él tenía una profunda
comprensión; éramos de fes diferentes, pero él expresó una profunda reverencia cuando
le expliqué el Santo Sacrificio de la Misa, Sacrificium Sacramentum.
Y él me dijo: “Robert, si yo creyese en lo que tú crees, me arrodillaría para
recibir mi Señor”. Al oírlo, me pareció como el centurión, en las palabras de Nuestro
Señor. Y él me dijo: “Por la manera como Ustedes, americanos, usa cada vez más la
tecnología para combatir, se ve que no quieren compartir el riesgo, no quieren
exponerse al riesgo. Tal como en un sistema de usura, quieren compartir los beneficios
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pero no los riesgos”. Y esto realmente me chocó. Esto sucedió hace unos años. Él era
persa (iraquí), y un hombre muy reverente.
Conversamos sobre este asunto de la guerra y del amor, y yo usé muchas veces
este principio: “Si alguien está en guerra contra nosotros, aun si no sabemos, entonces
estamos en guerra, objetivamente.”
Puede ser que no comprenden esto aún, como algunos dijeron esta mañana,
incluyendo Michael Matt, sobre algunas de las cosas que se pasan con los videojuegos.
Tengo un amigo que es Ranger; hicimos los dos lo que llamamos instrucciones
de Ranger. Es un Teniente-Coronel jubilado, vive en Pawtucket, en Kentucky, y hace
algunos años, en la década de 1990, hubo unos homicidios. Un muchacho cogió un rifle
y mató dos o tres de sus profesores y cuatro de sus colegas – una cosa así.
¿Sabe lo que mi amigo me dijo? Él, que es un soldado muy experimentado,
quedó chocado. Él es protestante, no es católico, pero tiene un buen carácter moral. Y
me dijo: “Robert, ¿sabía que aquel chico, él que usó la arma, nunca había operado un
rifle hasta el día anterior de las muertes”? Y añadió: “Cada disparo que efectuó, fue un
disparo, una muerte. Apuntó a la cabeza o al cuello. Ni nuestras fuerzas de élite hacen
eso. Sabes,” continuó, “lo que él hizo estaba en los videojuegos, donde se puede ajustar
el formato. Alcanzó una tremenda coordinación manual y visual, a través de la
disciplina neurológica de eses videojuegos, y perdió también la sensibilidad entre la
ilusión y la realidad”. Fue esto que chocó profundamente mi amigo. Miren lo que
estamos a hacer a nuestros pequeños. ¿Me comprenden?
Imagínese. Algunas de nuestras fuerzas de élite antiterroristas no apuntan a la
cabeza si tienen que matar alguien implicado en un ataque terrorista. Fue esto que chocó
profundamente mi amigo.
Esto es parte de un desarrollo mayor. Pensemos en las palabras de Nuestro Señor
y en la conexión entre el sacerdote y el soldado – en el sacerdocio sagrado de Nuestro
Señor, todos Ustedes consagran in persona Christi, en Su humanidad sagrada. Él
admiraba al Centurión a causa de su fe, y vemos la conexión entre el soldado y el niño,
como también hay entre el sacerdote y el niño.
Si tenemos en nuestros corazones que son estas cosas que salvan los pequeñitos,
tal vez hagamos nuestra aquella divisa, de vivir como si quisiese concretizar esta
bienaventuranza: “Sea bienaventurado, porque salvó del desespero el corazón de un
niño”. Por lo menos quiera que hayamos ayudado a alcanzar este objetivo, dentro de
nuestras posibilidades y con la gracia de Dios.
Una vez más, en esta situación no se aplican juicios cuantitativos. Si podemos
alcanzar dos almas, o si hay dos personas aquí presentes que tal vez, hasta que vinieron
aquí, fuesen escépticos en relación a la Madre Santísima y a Sus apariciones en Fátima
y en Tuy, comprenderán las implicaciones de esto a la luz de la guerra moderna.
Y aún, cuando vemos lo que la Revolución Francesa, y Napoleón hicieron, y las
técnicas que en ese entonces fueron usadas, levée en masse, y vemos la revolución
industrial aplicada a la guerra, y la revolución bolchevista, ¿qué capítulos añadirían
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Ustedes al libro del General Fuller para ayudarnos a comprender, con categorías
estratégicas claras o criterios y patrones de evaluación, cómo debemos medir la guerra
más profunda en que estamos?
No hablé de las cosas espirituales más profundas, a excepción de mi experiencia
relativa a la guerra de guerrillas. Conozco la experiencia.
Los Obispos americanos hicieron una pastoral en 1983, llamada El desafío de la
paz. Y lo que hicieron, básicamente, fue hablar de las armas nucleares. Pero cuanto a la
verdadera guerra que enfrentamos, los Obispos estaban totalmente iludidos. Quiero
decir que comprendían nada. Me recuerdo de haber dicho en ese entonces: “No ven
donde está la guerra. Y no hacen ningún comentario sobre las tenebrosas
investigaciones que están siendo hechas por científicos y de lo que está siendo
transformado en arma”.
Voy a decir una cosa más, porque espero realmente que después van a querer
investigar más este asunto. ¿Cuántos de Ustedes ya oyeron hablar de armas de
radiofrecuencia, de armas de microondas de gran potencia? Sólo veo una o dos manos
levantadas. Es una tecnología muy avanzada que, como acostumbramos decir
coloquialmente, “frita lo electrónico”. En verdad, hace cosas terribles. Puede camuflarse
y destruir el sistema de navegación de un avión, pero aquello de que no se habla es de
los efectos que tiene en el sistema inmunitario humano, en ciertas intensidades y ciertas
frecuencias.
En el principio de esta alocución, si les hubiese preguntado: ¿“Cuál es la
relación entre las armas de radiofrecuencia y la guerra biológica”?, podrían responder:
¿“Qué tiene una cosa que ver con la otra? No entiendo”. Y yo tampoco entendí. Pero
muchos de nosotros que estuvimos envueltos con programas de guerra biológica chinos,
soviéticos, sudafricanos y otros, porque hay muchos, el objetivo de eses programas de
guerra biológica era debilitar, manipular y destruir el sistema inmunitario humano.
Pienso siempre en la guerra biológica como una guerra psico-biológica, y esto es
que es lo más asustador. Porque una persona alcanzada no sabe si sufre de una
enfermedad natural o inducida. ¿Qué podemos hacer cuando tenemos agentes latentes
que están allí dentro del cuerpo hasta que sean activados por el stress? Algunos de
Ustedes, Padres, que tengan un temperamento colérico, como yo, están más expuestos
al stress; y por el medio del stress, si tuviesen estos agentes latentes, serán activados.
Algunas de las biotoxinas que usan como armas de asesinato, especialmente las
toxinas de mariscos, toxinas marinas, son muy complexas. Y si un médico hace un
diagnóstico errado, podemos sufrir de todo el género de efectos secundarios. Nos dan un
remedio y nos mandan a casa, y allá morimos. Estas cosas fueron estudiadas.
Una de las cosas con que quiero terminar, entre otras a que me referí, es que
mucha gente no sabe que los soviéticos tenían un enorme programa de guerra biológica
anti-agrícola. Mucho de él estaba centrado en Tashkent, y no en Rusia propiamente
dicha. Y cuando yo estuve envuelto en estas cosas (me pidieron que volviese a
envolverme en ellas al inicio de la década de 1990), era yo aún un joven teniente, fui
colocado en el programa de los Estados Unidos. Una vez tuvimos un programa ofensivo
de guerra biológica, que cerró oficialmente en 1969.
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Y los Soviéticos redescubrieron la ciencia de biología y fueron muy lejos. Y
cuando mi pidieron a volver y envolverme en esto, quedé realmente chocado hasta las
profundidades.
Pero cuando fui introducido a él por la primera vez, en 1964, no tenía ni idea que
las personas podrían o querían hacer tales cosas contra terrenos agrícolas, cultivos,
ganado, semillas y personas. Fíjense, esto era en 1964. Desde ese entonces hasta ahora,
los avances en la biología molecular y en la ingeniería genética fueron enormes; hoy
pueden manipularse semillas para tener enfermedades. Podemos tener cosas que, en
lenguaje militar, se llaman “armas binarias”. Podemos tener una cosa con un gene en
especial y después un virus programado para atacar ese gene. Y no sucede nada hasta
los dos elementos se juntan – una arma binaria. ¿Comprenden lo que estoy sugiriendo?
Hace algunos años, hice unas alocuciones en una conferencia sobre la guerra
biológica, porque me interesé por la guerra estratégica – la llamo psico-biológica – a
causa de lo que ella afecta. Y me recuerdo que preguntaron: “Profesor Hickson, ¿si
Usted fuese enemigo de los Estados Unidos, y quisiese derrotarlos, que cosas haría”? Y
yo respondí: “Produciría enfermedades venéreas pestilenciales con agentes biológicos, a
causa de las prácticas sexuales. Contaminaría el abastecimiento de sangre; hay maneras
de hacerlo. Y afectaría la comida. Esto provocaría una confusión tremenda.
Claro que las personas presentes quedaron chocadas. Había allí personas muy
ilustres, y yo soy un hombre insignificante; pero estaba allá el Dr. D.H. Henderson, que
es médico de la Universidad Johns Hopkins, quien había vencido la viruela. Ahora uno
de mis grandes amigos convenció a D.H. Henderson que no debiésemos destruir todas
las culturas de viruela que tenemos, porque otros países la han transformado en arma.
¿Tienen idea de lo que sucedería si libertasen la viruela? Es un virus contagioso,
no es como algunos de los otros agentes que sólo son bacterias y no son infecciosos.
Pero el sistema inmunitario es tan débil en tantas personas que, si usasen algunas de
estas cosas, la infección se esparciría como un fuego fuera de control. Piensen en la
Peste Negra en Europa, y el miedo y el desespero. Pienso que algunos de nosotros, con
la misericordia de Dios y la Providencia de Dios, debemos estar conscientes de algunas
de estas cosas, para ayudar a estar preparados, pero también para ayudar a establecer
límites.
Y este asunto de afectar la alimentación – lo que, como saben, puede hacerse a
través de micro-organismos y micro-encapsulación – nos lleva, en verdad, a los
fundamentos de la vida.
Voy a dejarles un último ejemplo, y si tengan cualesquier preguntas, si quisieren
hablar conmigo, estaré muy contento y a su disposición.
Hace años, fue alrededor de 1997 o 1998, cuando estaba dando una conferencia
en el cuartel general del Comando de Operaciones Especiales, había acabado de leer un
largo informe sobre el programa de guerra biológica cubana, porque muchos soldados
cubanos habían sido afectados muy gravemente por ciertas cosas. Habían sido
enterrados en África o en alguna de las islas cerca de Cuba. Estaban usando ciertos
agentes en África, y había rumores, de los cuales nunca obtuvimos confirmación, que
había un agente en particular… ¿quieren oír esto? Dije a los oficiales – estaba allá un
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gran grupo de oficiales – lo siguiente: “Saben que hay un rumor que los cubanos tienen
un agente biológico que disuelve el globo ocular humano”. Disuelve el globo ocular.
Me recuerdo que estuve allá cerca de una semana, y vinieron algunos oficiales, y
uno a decirme. “Habría sido mejor que no me hubiese dicho eso: he estado soñando con
eso”. Y yo respondí: “Fíjate, eso es exactamente mi punto. Estas cosas son tan
asustadoras que nos afectan la mente y nos llevan al desespero o a la inutilidad”. Y
añadí: “Cuando comprendemos que algunas de estas armas pueden alterar el sistema
endocrino humano, y el sistema neurológico, fíjate cómo esto es asustador”. ¿Y qué
estamos haciendo nosotros? ¿Qué está haciendo el hombre?
La última cosa que les quiero señalar es el peligro más profundo de la gnosis.
Muchos de Ustedes conocerán la historia del gnosticismo primitivo y de los
conocimientos secretos. Y muchos de los científicos con quien trabajé de cerca en la
Academia Nacional de las Ciencias, por ejemplo, con la nanotecnología a nivel muy
sub-microscópico, acostumbraba decirme: “Oh, no se preocupe, Robert, tenemos todo
controlado. Tranquilo. Usted no es científico. Confíe en nosotros, que somos los
especialistas”.
Y hay peligros reales en la molecular electrónica, el peligro de que algunas cosas
se hagan fuera de control. Pero algunas de estas personas se consideren especiales:
“tenemos acceso especial, conocimientos especiales que nadie más tiene”.
Voy a terminar con dos puntos. Les recuerdo aquello que John Vennari me va a
ayudar a colocar en mi sepultura. Pero primero volvemos atrás, a los griegos de la
Antigüedad. ¿Cuántos de Ustedes se recuerdan de Ulises? Muchos de Ustedes hablan en
portugués de la “saudade” (echar a uno de menos) Es una palabra importante, la
“saudade”, que yo aprendí a leer.
La antigua palabra griega “nostalgia” traduce la aspiración, viendo de dolor, del
deseo de regresar a casa, y Ulises quería volver a su casa, en la isla de Itaca. No era un
gran comandante militar, porque perdió todos sus hombres, y fue el único a haber
conseguido regresar a casa. ¿Pero se recuerdan de aquella tentación famosa que sintió
con las sirenes (las sirenas)? Iban a pasar y ordenó que lo atasen al mástil del navío.
Y se recuerdan que él tuvo dos tentaciones. Los restantes hombres habían
cubierto los oídos y no podrían oír los incitamientos. Una tentación era: “Ven, ven para
el placer sensual”. Pero esta tentación no era la más profunda, como dijeron los Padres
de la Iglesia griega. La segunda tentación de Ulises era: “Ven y tendrás conocimientos
secretos, conocimientos ocultos que te libertarán de los otros mortales”. Y esta era la
tentación más profunda. Y cuando los Padres griegos vieron estas pruebas de Ulises (los
Padres griegos, como el Padre San Basilio de Capadocia, San Gregorio Nacianceno,
etc.) interpretaron que él estaba atado, como Nuestro Señor a la cruz, y estaba
enfrentando estas poderosas tentaciones. Pero más fuerte que el sexo o la sensualidad
era la atracción del conocimiento oculto.
Y ésta es hoy una tentación permanente de la mente humana. Y es aquí donde
reside el gran peligro, con estas ciencias y tecnologías aplicadas al desarrollo de la
guerra sin límites. Cada vez más anónima, impersonal e irresponsable.
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Por lo tanto, espero que la conexión entre el sacerdote y el soldado aumente. Y
rezo para que ambos intenten servir los pequeños de Cristo, de modo que puedan decir
de nosotros, cuando morimos: “Sea bienaventurado, porque salvó del desespero el
corazón de un niño”. Gracias.
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