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RESUMEN DEL 2 PARCIAL DE VIROLOGIA 2012
By: Hussein Alain
INFECCIONES VIRALES NEUROLÓGICAS
Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH): Perteneciente a la familia Retroviridae (virus de ARN de cadena positiva, con
envoltura, con morfología y forma de replicación únicas. En 1970, Baltimore y Temin demostraron que los retrovirus
codificaban una polimerasa de ADN dependiente de ARN (transcriptasa inversa) y
se replicaban mediante un intermediario de ADN). Pertenece a la familia
Lentivirinae. La envoltura contiene glucoproteínas víricas y se adquiere por
gemación a través de la membrana plasmática. La envoltura rodea una cápside
que contiene dos copias idénticas del genoma de ARN de cadena positiva dentro
de un centro vírico denso a los electrones. El
virión también contiene entre 10 y 50 copias de
las enzimas transcriptasa inversa e integrasa y
dos ARN celulares de transferencia (ARNt). Posee
glicoproteínas de superficie como la gp41
(facilita la unión) y la gp120 (facilita la adhesión).
Los síntomas neurológicos aparecen luego del
contacto inicial tras la infección por VIH (2 a 4
semanas después de la infección) y pueden
parecerse a los de la gripe o la mononucleosis,
con una meningitis «aséptica» o un exantema
que aparece hasta 3 meses después de la
infección. Al igual que en la mononucleosis, los síntomas se derivan de las
respuestas inmunitarias desencadenadas por una extensa infección de células
linfoides. Estos síntomas desaparecen espontáneamente en el plazo de 2 a 3
semanas, y van seguidos de un período de infección asintomática o una
linfadenopatía generalizada persistente que puede durar varios años. Durante
este período, el virus se multiplica en los ganglios linfáticos. Los análisis de
infección por VIH se realizan por una de estas tres razones: 1) para identificar a
las personas que padecen la infección con el fin de instaurar un tratamiento
farmacológico antivírico; 2) para identificar a los portadores que pueden
transmitir la infección a otros sujetos (especialmente donantes de sangre o de
órganos, mujeres embarazadas y parejas sexuales), o 3) para realizar un
seguimiento de la enfermedad y confirmar el diagnóstico de SIDA. Para el control
habitual se utilizan inmunoanálisis de absorción ligados a enzimas (ELISA) o
pruebas de hemaglutinación. Sin embargo, la prueba de ELISA puede dar
resultados falsos positivos y no detectar una infección reciente. En consecuencia,
para confirmar los resultados seropositivos se utilizan procedimientos más
específicos, como el análisis de transferencia de Western. Por otro lado, el
análisis de transferencia de Western determina la presencia de anticuerpos frente a antígenos víricos (p24 y p31) y
glucoproteínas (gp41 y gpl20/160).
Virus Herpes Simple tipo 1 y 2 (VHS): Pertenecen a la familia Herpesviridae. La infección por el virus VHS se inicia a
través de las membranas mucosas o de roturas de la piel. El virus se multiplica en las células de la base de la lesión, e
infecta la neurona que las inerva, desplazándose por transporte retrógrado
hasta el ganglio (los ganglios trigéminos en el caso del VHS bucal, y el ganglio
sacro en el caso del VHS genital). Después el virus volverá al punto inicial de
infección y puede ser inaparente o bien provocar lesiones vesiculares. El
líquido vesicular contiene viriones infectantes. La lesión de los tejidos está
provocada por una combinación de patología vírica e inmunopatología.
Generalmente la lesión se cura sin producir ninguna cicatriz. Los efectos
inmunopatológicos de las respuestas celulares e inflamatorias también son
una de las causas principales de los síntomas. Los anticuerpos dirigidos frente a las glucoproteínas del virus neutralizan
las partículas víricas extracelulares, lo que limita su diseminación pero es insuficiente para eliminar la infección. En
ausencia de una inmunidad funcional mediada por células, la infección por VHS es más grave y puede extenderse hasta
órganos vitales y el cerebro. En las neuronas se produce una infección latente que no provoca lesiones detectables.
Existen diversos estímulos capaces de activar una recurrencia (p. ej., estrés, traumatismo, fiebre, luz solar [ultravioleta
B]). Estos estímulos desencadenan la replicación vírica en una célula nerviosa individual del interior del haz y permiten el
desplazamiento retrógrado del virus a lo largo del nervio para causar lesiones que aparecen en el mismo dermatoma y
localización en cada ocasión. El estrés desencadena la reactivación al estimular la replicación del virus en el nervio,
deprimir temporalmente la inmunidad celular, o mediante ambos procesos a la vez. Puesto que el VHS puede alcanzar
un estado de latencia, con posibilidad de recurrencia asintomática, el individuo infectado es una fuente de contagio
durante toda la vida. Como cualquier otro virus encapsulado, el VHS se transmite a través de secreciones y por contacto
íntimo. El virus es muy lábil y se inactiva con facilidad con la desecación, los detergentes y las condiciones imperantes en
el tubo digestivo. Algunos sujetos pueden padecer infecciones mucocutáneas recurrentes por VHS (herpes labial, herpes
febril), aunque nunca hayan tenido una infección primaría clínicamente aparente. Las lesiones suelen aparecer en las
comisuras bucales o junto a los labios. Por lo general, las infecciones faciales recurrentes por herpes se activan des-de
los ganglios trigéminos. Los síntomas de los episodios recurrentes son menos graves, más localizados y de duración
menor que los del episodio primario. La encefalitis herpética acostumbra a estar provocada por el VHS-1. Generalmente
las lesiones se limitan a uno de los lóbulos temporales. La patología vírica y la inmunopatología provocan la destrucción
del lóbulo temporal y provocan la aparición de hematíes en el líquido cefalorraquídeo, convulsiones, anomalías
neurológicas focales y otras características de encefalitis vírica. El VHS es la causa vírica más habitual de encefalitis
esporádica, y genera una morbimortalidad significativa incluso en pacientes que reciben el tratamiento adecuado. La
enfermedad afecta a sujetos de todas las edades y en cualquier momento del año. Con mayor frecuencia, la meningitis
por VHS es una complicación de una infección genital por el VHS-2 y los síntomas desaparecen por sí solos.
Virus de la Rabia: Perteneciente a la familia Rhabdoviridae, y a la subfamilia Lyssavirinae. Sólo se describirá la patogenia
de la infección por el virus de la rabia. La infección por el virus la rabia suele ser consecuencia de la mordedura de un
animal rabioso. En el animal, la infección por el virus de la rabia provoca la secreción del virus a través de su saliva y un
comportamiento agresivo (perro «rabioso»), lo que a su vez facilita la transmisión del virus. También se puede transmitir
por inhalación de virus suspendido en el aire (como puede ocurrir en las
cuevas), en tejidos trasplantados infectados (p. ej., córnea) y por
inoculación a través de membranas mucosas intactas. Se mantiene en
latencia en los nervios y ganglios mientras viaja via nerviosa a la medula
espinal. Cuando el virus logra acceder a la médula espinal, el cerebro se
infecta con rapidez. Las áreas afectadas son el hipocampo, el tronco
encefálico, las células ganglionares de los núcleos de la protuberancia y las
células de Purkinje del cerebelo. Después de que el virus haya invadido el
cerebro y la médula espinal se produce una encefalitis y degeneración
neuronal. A pesar de la intensa afectación del SNC y los trastornos de su
funcionamiento, se pueden observar muy pocos cambios histológicos en el
tejido afectado, con excepción de la presencia de corpúsculos de inclusión
de Negri. Una vez que ha aparecido el cuadro clínico, la rabia es mortal, con
muy raras excepciones. La duración del período de incubación está
determinada por: 1) la concentración del virus en el inoculo; 2) la
proximidad de la herida al cerebro; 3) la gravedad de la herida; 4) la edad
del organismo anfitrión, y 5) el estado de su sistema inmunitario. El
paciente presenta síntomas como fiebre, malestar, cefalea, dolor o parestesia (picores) en el lugar donde tuvo lugar la
mordedura, síntomas gastrointestinales, fatiga y anorexia. El pródromo acostumbra a durar de 2 a 10 días, después de
los cuales aparecen los síntomas neurológicos específicos de la rabia. El síntoma más característico de la rabia, la
hidrofobia, aparece en una proporción comprendida entre el 20% y el 50% de los pacientes. Está provocado por el dolor
que se asocia a los intentos del paciente para tragar agua. Durante esta fase neurológica también son frecuentes las
convulsiones generalizadas, la desorientación y las alucinaciones. El diagnóstico de la rabia se realiza mediante la
detección del antígeno vírico en el SNC o la piel, el aislamiento del virus, la detección del genoma y los resultados
serológicos. El hallazgo diagnóstico distintivo han sido cuerpos de inclusión intracitoplásmicos consistentes en agregados
de nucleocápsides víricas (corpúsculos de Negri) en las neuronas afectadas. La profilaxis posterior a la exposición es la
única medida posible para evitar un cuadro clínico manifiesto en el individuo afectado. La vacunación es un método muy
eficaz para evitar el contagio con el virus.
Virus de la Polio: Pertenece a la familia Picornaviridae, y al genero Enterovirus. Las infecciones por poliovirus salvajes
son cada vez más infrecuentes gracias al éxito de las vacunas contra la poliomielitis. Sin embargo, se han descrito
algunos casos de poliomielitis provocados por la vacuna, y todavía existen poblaciones sin vacunar que corren el riesgo
de contraer una infección. Dependiendo de la evolución de la infección, los poliovirus pueden causar uno de los cuatro
cuadros siguientes en los individuos no vacunados:
1. Enfermedad asintomática, que aparece cuando la infección vírica se limita a la bucofaringe y al intestino. Por lo
menos el 90% de las infecciones por poliovirus se incluyen en esta categoría.
2. Poliomielitis abortiva, la enfermedad menor, que constituye una enfermedad febril inespecífica que aparece
aproximadamente en el 5% de los individuos infectados. En estos aparece fiebre, cefalea, malestar, dolor de
garganta y vómitos a los 3-4 días de la exposición.
3. Poliomielitis no paralítica o meningitis aséptica, que afecta a una proporción comprendida entre el 1% y el 2% de
los pacientes infectados por el poliovirus. En esta entidad, el virus progresa hasta el sistema nervioso central y
las meninges provocando dolor de espalda y espasmos musculares
, además de los síntomas de la
enfermedad menor.
4. Poliomielitis paralítica, o enfermedad mayor, que aparece en un 0,1% a 2% de los individuos infectados por
poliovirus y representa el cuadro más grave. Aparece a lo largo de los 3 o4 días posteriores a la resolución de la
enfermedad menor, por lo que se trata de una enfermedad bifásica. En esta enfermedad, el virus se disemina
desde la sangre hasta las células del asta anterior de la médula espinal y la corteza motora cerebral. La gravedad
de la parálisis estaría determinada por la magnitud de la infección neuronal y de la identidad de las neuronas
afectadas. La parálisis espinal puede afectar a una o más extremidades, mientras que la parálisis bulbar (craneal)
puede afectar a una combinación de nervios de pares craneales e, incluso, al centro respiratorio de la médula.
La poliomielitis paralítica se caracteriza por una parálisis flaccida asimétrica sin pérdida sensorial. Los poliovirus de tipo 1
son los agentes etiológicos del 85% de los casos de poliomielitis paralítica. La transformación de los virus vacunales
atenuados de los tipos 2 y 3 a virus virulentos puede dar lugar a una enfermedad asociada a la vacuna. El grado de
parálisis es variable, pudiendo afectar solamente a un grupo de músculos (p. ej., una pierna) o bien provocar una
parálisis flaccida completa de las cuatro extremidades. La parálisis puede progresar durante los primeros días para
después alcanzar una recuperación completa, una parálisis residual o la muerte. La mayoría de recuperaciones tiene
lugar en el plazo de seis meses, aunque a veces se llegan a necesitar hasta dos años para una remisión completa.
La poliomielitis bulbar puede ser más grave y puede afectar a los músculos de la faringe, cuerdas vocales y respiratorios,
y puede causar la muerte del 75% de los pacientes. Durante los años cincuenta se utilizaron pulmones de acero, unas
cámaras que proporcionaban una compresión respiratoria externa, para ayudar a respirar a los pacientes con estos
cuadros de poliomielitis. Con anterioridad a la introducción de los programas de vacunación, los pulmones de acero
llenaban las salas de los hospitales infantiles.
El síndrome pospoliomielítico es una secuela de la poliomielitis que puede aparecer mucho más tarde en la vida del
individuo (de 30 a 40 años más tarde), y afectar a un 20% al 80% de los pacientes infectados inicialmente. Las personas
afectadas padecen un deterioro de los músculos afectados en el primer episodio. Los poliovirus ya no están presentes,
por lo que se cree que el síndrome se debe a la pérdida de las neuronas de los nervios inicialmente afectados.
Echovirus y Virus Coxsackie A7: De la familia Picornaviridae. La meningitis vírica (aséptica) es una enfermedad febril
aguda acompañada de cefalea y síntomas de irritación meníngea, incluida rigidez de la nuca. En los pacientes con
meningitis enterovírica pueden aparecer petequías o un exantema. Habitualmente se consigue la recuperación sin
complicaciones, a menos que la enfermedad vaya asociada a una encefalitis (meningoencefalitis) o afecte a niños de
edad inferior a un año. El líquido cefalorraquídeo (LCR) de una meningitis aséptica provocada por poliovirus o
enterovirus revela una pleocitosis predominantemente linfocítica (presencia de 25 a 500 células/mm3). A diferencia de
la meningitis bacteriana, el LCR de la meningitis vírica carece de neutrófilos, y la glucorraquia acostumbra a ser normal o
ligeramente reducida. La proteorraquia del LCR es normal o ligeramente elevado. Rara vez el LCR es positiva al virus. La
PCR-TI de muestras clínicas se ha convertido en un método rápido de rutina para la confirmación del diagnóstico de
meningitis por el echovirus 11 en un lactante, así como de otras enfermedades asociadas a los picornavirus. Existe un
nuevo fármaco antivírico, plecoranil, de disponibilidad limitada. El fármaco inhibe la penetración de los picornavirus en
la célula. Se debe administrar en la fase inicial de la infección.
Virus de la Parotiditis: De la familia Paramixoviridae, del genero Paramyxovirus. Frecuentemente la parotiditis es
asintomática. El cuadro clínico se manifiesta en forma de parotiditis, casi siempre bilateral y acompañada de fiebre. Su
aparición es súbita. La exploración de la cavidad bucal revela la presencia de eritemas y tumefacción de la
desembocadura del conducto de Stensen (parótida). Pocos días después del inicio de la infección vírica puede aparecer
una tumefacción en otras glándulas (epidídimo-orquitis, ooforitis, mastitis, pancreatitis y tiroiditis) y meningoencefalitis,
aunque también puede hacerlo en ausencia de parotiditis. La inflamación resultante de la orquitis causada por el virus
de la parotiditis puede provocar esterilidad. El virus de la parotidi-tis afecta al sistema nervioso central
aproximadamente en el 50% de los pacientes, y el 10% de los afectados puede presentar la sintomatología clínica típica
de dicha infección. El virus se puede aislar a partir de saliva, orina, faringe, secreciones del conducto de Stensen y líquido
cefalorraquídeo. El virus está presente en la saliva aproximadamente durante 5 días tras el inicio de los síntomas, y en la
orina hasta 2 semanas. El virus de la parotiditis crece bien en cultivos de células de riñon de mono, en los que provoca la
formación de células gigantes multinucleadas. Las células infectadas por el virus también producen hemadsorción de los
hematíes de cobaya a través de las moléculas de hemaglutinina vírica. El diagnóstico clínico se puede confirmar
mediante análisis serológicos. Un incremento al cuádruple del valor de anticuerpos específicos del virus, o la detección
del anticuerpo IgM específico de la parotiditis indica una infección activa. Se pueden utilizar también las pruebas de
inmunoabsorción ligada a enzimas (ELISA), de inmunofluorescencia y de inhibición de la hemaglutinación para la
detección del virus, antígenos o anticuerpos de la parotiditis.
Virus Varicela Zoster (VVZ): De la familia Herpesviridae. Tras la infección primaria,
el virus pasa a un estado de latencia en los ganglios de la raíz dorsal o los nervios
craneales. Después se puede reactivar en los adultos de mayor edad o en
pacientes con alteraciones de la inmunidad celular. Al reactivarse, el virus se
replica y se disemina a lo largo de las vías nerviosas para infectar la piel y da lugar
a un exantema vesicular a lo largo de todo el dermatoma, conocido como herpes
zóster o zona. Como se ha dicho antes, el herpes zóster (zóster significa tinturan o
faja) es una recurrencia de una infección latente por varicela adquirida por el
paciente en un momento anterior de su vida. Normalmente, la aparición de las
lesiones similares a la viruela va precedida de dolor intenso en el área inervada
por el nervio. El exantema acostumbra a estar limitado a un dermatoma y se
parece al de la varicela. Hasta en el 30% de los pacientes de edad superior a 65
años que padecen un herpes zóster se desarrolla un síndrome de dolor crónico denominado neuralgia postherpética que
puede persistir durante meses o años.
Virus Sarampion: de la familia Paramixoviridae, del genero Morvillivirus. El virus sarampión puede provocar encefalitis a
través de tres mecanismos: 1) infección directa de las neuronas, 2) encefalitis postinfecciosa, la cual podría contar con
mediación inmunitaria, y 3) panencefalitis esclerosante subaguda (PEES) provocada por una variante defectuosa del
virus del sarampión que se origina durante la fase aguda del cuadro. El virus de la PEES actúa como un virus lento y
origina efectos citopatológicos en las neuronas y sintomatología muchos años después de la enfermedad aguda. Una de
las complicaciones más temidas del sarampión es la encefalitis, que puede llegar a afectar hasta al 0,5% de los
infectados y ser mortal en el 15% de los casos. La encefalitis rara vez aparece durante la fase aguda de la enfermedad,
sino que acostumbra a manifestarse entre 7 y 10 días después de su inicio. Esta encefalitis postinfecciosa se debe a
reacciones inmunopatológicas, se asocia a un proceso de desmielinización de las neuronas y afecta con una mayor
frecuencia a niños mayores y adultos. En sujetos vacunados con la vacuna inactivada antigua y que posteriormente
contrajeron una infección por el virus epidémico se produjeron casos de
sarampión atípico. Rara vez puede suceder en los individuos vacunados con
la vacuna basada en el virus atenuado. La sensibilización previa con
protección insuficiente estimula la respuesta inmunopatológica como
consecuencia de la exposición al virus del sarampión epidémico. La
enfermedad debuta de forma brusca y se caracteriza por unas
manifestaciones más intensas del sarampión.
La panencefalitis esclerosante subaguda es una secuela neurológica muy
tardía del sarampión de extraordinaria gravedad que afecta
aproximadamente a 7 pacientes de cada millón. La incidencia de la PEES se
ha reducido drásticamente como consecuencia de la aplicación de los
programas de vacunación frente al sarampión. Esta enfermedad aparece
cuando un virus defectuoso del sarampión sobrevive en el cerebro y actúa
como un virus lento. El virus se puede multiplicar y diseminarse directamente de una célula a otra, pero no se libera. La
PEES es más prevalente en niños que se infectaron por primera vez con anterioridad a los 2 años de edad, y se
manifiesta aproximadamente 7 años después del sarampión clínico. El paciente presenta cambios de la personalidad,
comportamiento y memoria, seguidos de contracciones mioclónicas, ceguera y espasmos. Los pacientes con PEES suelen
presentar niveles elevados de anticuerpos frente al virus del sarampión en sangre y líquido cefalorraquídeo.
Virus de la Coriomeningitis Linfocitaria: De la familia Arenaviridae. El nombre de este virus, coriomeningitis linfocitara,
sugiere que la meningitis es un síntoma clínico típico, pero en realidad la CML provoca una enfermedad febril con
mialgias seudogripales de tipo gripal con mayor frecuencia que una afección meníngea. Se estima que aproximadamente
el 10% de los individuos infectados presenta un cuadro clínico con infección del sistema nervioso central. La afectación
meníngea, si aparece, se inicia 10 días después de la fase inicial de la enfermedad, y la recuperación es completa. Los
infiltrados mononucleares perivasculares pueden estar presentes en las neuronas de cualquier sección del cerebro y en
las meninges de un paciente afectado.
ZOONOSIS VIRALES
Virus de Fiebre de Lassa: De la familia Arenaviridae. Son virus pleomorfos con envoltura (diámetro 120 nm) que
presentan un aspecto arenoso debido a la presencia de los ribosomas del virión. Los arenavirus son capaces de infectar
los macrófagos y, posiblemente, desencadenar la secreción de los mediadores del daño celular y vascular. La destrucción
tisular está significativamente exacerbada por los efectos citopatológicos inducidos por los linfocitos T. La infección
persistente de los roedores es el resultado de una infección neonatal y de la inducción de la tolerancia inmunológica. El
período de incubación de las infecciones por arenavirus es de 10 a 14 días de promedio. El virus de la fiebre de Lassa
infecta a Mastomys nataliensis, un roedor africano. El virus de la fiebre de Lassa se transmite de una persona a otra por
contacto con las secreciones infectadas o con líquidos corporales. El cuadro clínico se caracteriza por la aparición de
fiebre, coagulopatía, petequias y, en algunos casos, hemorragias viscerales acompañadas de necrosis hepática y
esplénica, aunque no de vasculitis. También se producen hemorragias y shock, y algunas veces se observan lesiones
cardíacas y hepáticas. La faringitis, la diarrea y los vómitos pueden ser persistentes, especialmente en los pacientes con
fiebre de Lassa. La mortalidad de la fiebre de Lassa puede alcanzar el 50%, y en una proporción inferior los sujetos
infectados por otros arenavirus asociados a fiebres hemorrágicas. Un viaje reciente a una zona endémica puede sugerir
el diagnóstico. La infección por arenavirus acostumbra a diagnosticarse según los resultados serológicos y los resultados
de la PCR-TI de muestras genómicas. Estos virus son excesivamente peligrosos para su aislamiento habitual. Las
muestras de faringe pueden contener arenavirus; la orina es una posible fuente del virus de la fiebre de Lassa.
Hantavirus: los roedores constituyen el reservorio y el vector de los hantavirus, y el ser humano adquiere el virus al
respirar gotas transportadas por el aire contaminadas por la orina infectada. El virus inicia la infección y permanece en el
pulmón, donde provoca destrucción tisular hemorrágica y una enfermedad pulmonar letal. El síndrome pulmonar por
hantavirus es una enfermedad muy grave que se manifiesta con un pródromo de fiebre y mialgias, seguido rápidamente
de edema pulmonar intersticial, insuficiencia respiratoria y muerte a los pocos días.
ARBOVIROSIS
Virus de Encefalitis Equina del Occidente y del Este: Pertenece al género Alphavirus, familia Togaviridae (ARN de
cadena simple positiva, capside icosaedrica, envueltos). No resisten las condiciones ambientales y son cultivables en
embriones de pollo y cultivos celulares. Su ciclo se desarrolla entre aves silvestres y domesticas, que actúan como
huéspedes amplificadores asintomáticos. Los mosquitos se infectan al chupar sangre infectada de estas aves. Alli el virus
se replica y multiplica para viajar a las glándulas salivares e infectar al hombre con su picadura. Sus huéspedes
artrópodos son Culex tarsalis y Aedes dorsalis. Los equinos son
amplificadores de la viremia, al ser más propensas las personas que
conviven con estos animales frecuentemente. Una vez en el hombre va a
ganglios regionales, teniendo una baja viremia y títulos bajos. Luego que
se ha replicado, viaja por via sanguínea al sistema reticuloendotelial, fibras
musculares estriadas, medula osea, etc. En esta etapa la viremia es alta con títulos elevados, lo que produce fiebre de
carácter bifásica tipica, cefalea y alteración de la conciencia entre 3 y 10 días después de la infección. A diferencia de la
encefalitis provocada por el virus herpes simple, la enfermedad acostumbra a curarse sin dejar secuelas, aunque existe
la posibilidad de padecer parálisis, discapacidad mental, convulsiones y muerte. Se pueden cultivar en estirpes celulares
de vertebrados y de mosquito, pero la mayoría son difíciles de aislar. La infección se puede detectar por medio de
estudios citopatológicos, inmunofluorescencia y hemadsorción de hematíes de ave. Para la detección y la
caracterización se puede recurrir a la PCR-TI del ARN genómico o del ARN vírico en sangre u otro tipo de muestras. La
forma más fácil de prevenir la diseminación de cualquier arbovirus consiste en la eliminación de sus vectores y sus zonas
de reproducción.
Virus del Nilo Occidental y de San Luis: Pertenecen a la familia Flaviviridae. El ciclo normal se da entre aves con
transmisión a través de la picada de mosquitos, los cuales al picar al hombre le transmiten el virus. Ademas puede ser
transmitido a otras personas por transfusiones sanguíneas, por
trasplantes y a de madre a hijo. No se tiene evidencia de
transmisión por contacto directo con las aves infectadas. Los
pajaros actúan como amplificadores del virus, principalmente los
de la familia Paserinae (gorriones, pinzones, etc.) los cuales
resisten la infección viral. El virus al entrar invade células reticuloendoteliales y posteriormente viaja al SNC. El
transmisor mas importante es el Culex pipiens. Aproximadamente el 20% de los sujetos infectados por el VNO
presentará fiebre del Nilo occidental caracterizada por la presencia de fiebre, cefalea, cansancio y dolor corporal en
ocasiones acompañada de un exantema cutáneo en el tronco del organismo y adenopatía de unos pocos días de
duración; otro porcentaje mas bajo tendrán sintomatología mas grave como alertargamiento, rigidez de cuello,
desorientación, temblores, coma, convulsiones, perdida de visión y paralisis. Pero la mayoría de las personas no
presentan sintomatologia Alrededor del 1 % de los sujetos infectados por este virus padecerá encefalitis, meningitis o
meningoencefalitis con efectos permanentes. En diagnostico es serológico (RT-PCR, ELISA, epidemiologia clínica, etc).
Virus de la Fiebre Amarilla: La fiebre amarilla fue la primera enfermedad humana en la que se encontró una causa
viral . También fue la primera en la que se confirmó que un insecto podía propagar el virus (Carlos Juan Finley). La
fiebre amarilla está causada por un flavivirus endémico en muchas zonas tropicales, como México, Sudamérica y
África. La ictericia se debe al depósito de pigmentos biliares en la piel y las mucosas, por lesión hepática. Se
disemina en la población según dos patrones epidemiológicos. En el ciclo de transmisión urbano de un ser
humano a otro, se propaga por los mosquitos Aedes aegypti. En el ciclo selvático, los mosquitos transmiten el
virus entre los monos y de los monos a los seres humanos (selvático alude a situado en los bosques o que afecta
a animales salvajes). Las infecciones de fiebre amarilla se
caracterizan por una enfermedad sistémica grave con
degeneración de hígado, riñones y corazón, así como
hemorragias. La afectación hepática provoca ictericia de la que
se deriva el nombre de la enfermedad, aunque también pueden producirse hemorragias gastrointestinales masivas
(«vómito negro»). La tasa de mortalidad asociada a la fiebre amarilla durante una epidemia puede llegar a ser hasta del
50%. En las etapas tempranas de la enfermedad, la persona infectada sudor, fiebre, escalofrío, cefalea y dolor de
espalda, seguidos de náuseas y vómitos. En casos graves el virus produce lesiones en los órganos infectados y
hemorragias. No existe tratamiento específico de la fiebre amarilla. El diagnóstico es serológico. Se produce inmunidad
activa contra la liebre amarilla por una infección inicial o por vacunas que contienen la cepa atenuada 17D del virus
de la fiebre amarilla. La prevención y el control de esta enfermedad implican la vacunación y el control del insecto
vector.
Virus Dengue: El virus del dengue es un importante problema mundial,
puesto que cada año se producen hasta 100 millones de casos de fiebre del
dengue y 250.000 casos de fiebre hemorrágica del dengue (FHD). El virus y
su vector están presentes en las regiones centrales y norte de Sudamérica,
aunque la enfermedad no sea endémica en EE.UU. La incidencia de la FHD
más grave se ha cuadruplicado desde 1985. La fiebre del dengue también
se conoce como fiebre rompe huesos; los síntomas y signos consisten en
fiebre elevada, cefalea, eritema y dolor de espalda y de huesos que duran
de 6 a 7 días. Cuando se produce un nuevo contacto con alguna de las
otras cuatro cepas re lacionadas con él, el dengue también puede
provocar FHD y síndrome de shock del dengue (SSD). Los anticuerpos no
neutralizantes estimulan la entrada de los virus en los macrófagos, lo que
activa los linfocitos de memoria T, provoca la secreción de citocinas
inflamatorias e inicia las reacciones de hipersensibilidad. Estas reacciones
provocan debilidad y rotura de los vasos sanguíneos, hemorragia interna y
pérdida de plasma, lo que da lugar a síntomas de shock y hemorragia
interna. En nuestro país se mantienen circulando los 4 serotipos del virus
(virus dengue serotipo 1-2-3-4). La detección de ARN vírico mediante la
reacción en cadena de la polimerasa-transcriptasa inversa (PCR-TI) se ha
convertido en el método aceptado de detección e identificación de este
virus y los demás virus de la familia Bunyaviridae.
Virus de Encefalitis de California y de la Encefalitis de La Crosse: Ambos virus pertenecen a la familia Bunyaviridae (ARN
de cadena negativa segmentada con envoltura). La envoltura del virus contiene dos glucoproteínas (G1 y G2), e incluye
tres moléculas de ARN de cadena negativa, los ARN grande (L), medio (M) y pequeño (S) que van asociados a proteínas
para formar las nucleocápsides. Los segmentos del genoma de los virus de La Crosse y
relacionados con la encefalitis de California son circulares. Las nucleocápsides incluyen
una polimerasa de ARN dependiente de ARN
proteína L) y dos proteínas no estructurales (NSs,
NSm). Estos virus se transmiten principalmente a
través de los vectores Aedes triseriatus y Culiseta,
los cuales se reproducen en el agua de los agujeros
de los árboles y en los neumáticos abandonados.
Es un arbovirus que ingresa al cuerpo por via sanguínea desde donde se
disemina y ataca finalmente el SNC, hígado, riñon y endotelio vascular. Las encefalitis (virus de La Crosse) aparecen
súbitamente tras un período de incubación de aproximadamente 1 semana, y debutan con fiebre, cefalea, letargía y
vómitos. El 50% de los pacientes con encefalitis padecen convulsiones, habitualmente al principio del proceso. También
pueden observarse signos de meningitis. La enfermedad dura una media de 7 días. Solamente es mortal en menos del
1% de los pacientes, aunque puede dejar secuelas en forma de convulsiones hasta en el 20% de ellos.
Virus de la Fiebre de Garrapatas de Colorado: La fiebre por garrapatas del Colorado se debe a un virus RNA del
género Coltivirus, familia Reoviridae (RNA de doble cadena, icosaedrico sin cubierta, capside de doble capa). La
garrapata; Dermacentor andersoni, es el principal vector que transmite la enfermedad a los humanos. Los roedores
terrestres norteamericanos (ardilla terrestre), conejos y ciervos son los principales reservorios. Se notifican unos
300 casos anuales en Estados Unidos, pero probablemente la incidencia real es mucho más alta. Afecta a las células
precursoras de los hematíes sin provocar ningún daño importante. El virus permanece en el interior de estas células
incluso después de que maduren para formar hematíes; este factor protege al virus de su propia eliminación. La viremia
resultante puede persistir durante semanas o meses, incluso tras desaparecer la sintomatología. Estos dos factores
facilitan la transmisión del virus al vector garrapata. Después de un período de incubación de 3 a 6 días, se instauran
de forma brusca: fiebre, escalofríos, cefalea intensa, fotofobia, exantema cutáneo y mialgia. Estos Síntomas persisten
durante 5 a 8 días y después desaparecen; las complicaciones son raras. Una característica destacada de la
enfermedad es la leucopenia tanto de neutrófilos como de linfocitos. Se emplea La serología para confirmar el
diagnóstico. No existe tratamiento específico para la fiebre por garrapatas del Colorado; el tratamiento es
sintomático. La prevención consiste en: 1) evitar las zonas infestadas de garrapatas; 2) utilizar ropa protectora y
repelentes de garrapatas, y 3) eliminar las garrapatas antes de que se produzca la picadura.
FIEBRES HEMORRAGICAS VIRALES
Virus Ébola y Marburg: De la familia Filoviridae. Son virus filamentosos de ARN de cadenas negativas y dotadas de
envoltura. Estos microorganismos provocan fiebres hemorrágicas graves o mortales, y son endémicos de África. La
notoriedad del virus Ébola aumentó en 1995 tras un brote de la enfermedad en Zaire, y en 1996 en Gabón, así como tras
el estreno de la película Estallido. basada en un libro de Robin Cook, y la publicación del libro Zona caliente, de Richard
Preston. Los filovirus se multiplican con eficiencia, produciendo grandes cantidades de partículas víricas y origina una
extensa necrosis tisular en las células parenquimatosas del hígado, el bazo, los ganglios linfáticos y los pulmones. La
rotura de las células endoteliales que provoca una lesión vascular se puede atribuir a la glucoproteína Ébola. Las cepas
con mutaciones en esta proteína carecen del componente hemorrágico de la enfermedad. La extensa hemorragia que se
produce en los pacientes afectados provoca edema y shock hipovolémico. La infección por el virus de Marburgo se
detectó por primera vez entre empleados de un laboratorio de Marburgo, Alemania, que habían estado en contacto con
tejidos de monos verdes africanos aparentemente sanos. Se han observado casos raros de infección por el virus de
Marburgo en Zimbabwe y Kenia.
El virus Ébola recibió su nombre del río de la República Democrática del Congo (antiguo Zaire) en que se descubrió. Se
han producido brotes de la enfermedad por el virus Ébola en la República Democrática del Congo y en Sudán. Durante
estos brotes, el virus Ébola presenta tal virulencia que elimina la población vulnerable antes de lograr diseminarse en
grandes extensiones. Sin embargo, hasta el 18% de la población de las zonas rurales de África central presenta
anticuerpos frente a este virus, lo que indica que también se producen infecciones subclínicas.
Estos virus pueden ser endémicos en los monos salvajes, y pueden transmitirse de los monos al ser humano y entre
individuos. El contacto con el animal que actúa como reservorio o el contacto directo con sangre o secreciones
infectadas puede diseminar la enfermedad. Estos virus se han transmitido a través de inyecciones accidentales y el uso
de jeringas contaminadas. Los profesionales sanitarios que atienden a los pacientes y los manipuladores de los monos
son los que presentan un riesgo mayor de contraer la infección. Los virus de Marburgo y Ébola son las causas más graves
de las fiebres hemorrágicas. La enfermedad suele debutar con síntomas de tipo gripal como cefalea y mialgias. Al cabo
de pocos días aparecen náuseas, vómitos y diarreas; también puede formarse un exantema. Posteriormente se observan
hemorragias en múltiples puntos, especialmente el tubo digestivo, falleciendo hasta el 90% de los pacientes con un
cuadro clínico manifiesto. La manipulación de estos virus exige un nivel 4 de aislamiento, del que no se dispone con
frecuencia. El virus de Marburgo puede crecer rápidamente en cultivos tisulares (células Vero), mientras que el
aislamiento del virus Ébola exige la inoculación de animales (p. ej., cobaya). La inmunoglobulina (Ig) G y los anticuerpos
IgE frente a los antígenos de filovirus se pueden detectar por inmunofluorescencia, ELISA, o radioinmunoanálisis.
ONCOVIRUS
Virus de Hepatitis B: La hepatitis B, antiguamente conocida como hepatitis del suero: 1) es causada por un hepadnavirus
con el genoma de ADN; 2) se transmite por vía parenteral a través de sangre o agujas, por contacto sexual y por vía
perinatal; 3) tiene un período medio de incubación de aproximadamente 3 meses tras el cual aparecen síntomas de
ictericia progresiva; 4) va seguido de hepatitis crónica en el 5% al 10% de los pacientes, y 5) se ha relacionado
causalmente con el carcinoma hepatocelular primario (CPH). Más de un tercio de la población mundial se ha infectado
por el VHB, lo que origina entre 1 y 2 millones de muertes al año. Sin embargo, la incidencia de la infección por el VHB se
está reduciendo, especialmente en los lactantes, gracias al desarrollo y uso de la vacuna de subunidades frente a este
virus. Contiene una proteincinasa y una polimerasa. La principal fuente de virus infecciosos es la sangre, aun-que el VHB
se puede encontrar en semen, saliva, leche, secreciones vaginales y menstruales y líquido amniótico. La forma más
eficaz de adquirir el VHB es por inoculación directa del virus en el torrente circulatorio. Otras vías ha-bituales pero
menos eficaces de infección son el contacto sexual y el parto. La Organización Mundial de la Salud estima que el 80% de
los casos de CPH se puede atribuir a infecciones crónicas por el VHB. El genoma del VHB está integrado en las células del
CPH, las cuales expresan antígenos del VHB. El CPH acostumbra a ser mortal y es una de las tres causas más habituales
de mortalidad por cáncer en el mundo. En Taiwán, por lo menos el 15% de la población es portadora del VHB, y cerca de
la mitad muere debido a CPH o cirrosis. El CPH podría convertirse en el primer cáncer humano que se pueda prevenir
con una vacuna. El VHB puede inducir el CPH estimulando la reparación continua del hígado y el crecimiento celular
como respuesta a las lesiones tisulares o bien integrándose en el cromosoma de la célula anfitriona para estimular de
manera directa la proliferación celular. Esta integración podría favorecer el re-ordenamiento genético o adjuntar
promotores víricos a los genes que controlan el crecimiento celular. Alternativamente, una proteína codificada por el
gen X VHB podría transactivar (poner en marcha) la transcripción de las proteínas celulares y estimular el crecimiento
celular. La presencia del genoma del VHB puede permitir una mutación subsiguiente que estimule la carcinogenia. El
período de latencia entre la infección por el VHB y el CPH puede ser corto, de unos 9 años, o llegar a alcanzar hasta 35
años.
Virus de Hepatitis C: El virus de la hepatitis C (VHC) también está muy extendido, existiendo más de 170 millones de
portadores de la enfermedad. El VHC se transmite por las mismas vías que el VHB, pero acostumbra provocar una
infección crónica. El VHC es un flavivirus con un genoma de ARN. El VHC provoca tres tipos de enfermedades: 1)
hepatitis aguda con resolución de la infección y recuperación en el 15% de los casos, 2) infección crónica persistente con
posible progresión a enfermedad en una fase más tardía de la vida del 70% de los pacientes infectados, y 3) progresión
rápida grave a cirrosis en el 15% de ellos. En el plazo de 1 a 3 semanas tras la transfusión de sangre contaminada por el
VHC se puede detectar viremia. La viremia se prolonga a lo largo de un período comprendido entre 4 y 6 meses en los
individuos con una infección aguda, y más de 10 años en los que presentan una infección persistente. En su forma aguda
la infección por el VHC es similar a la infección aguda por el VHA y el VHB, pero la reacción inflamatoria es menos
intensa y los síntomas suelen ser más leves. En el 5% de los pacientes con infección crónica, el VHC promueve el
desarrollo de un carcinoma hepatocelular al cabo de 30 años.
Virus Epstein Barr: De la familia Herpesviridae. El VEB se ha adaptado a los linfocitos B del ser humano, de modo que
manipula y aprovecha las distintas fases del desarrollo de los mismos para establecer una infección que dura toda la vida
del individuo al tiempo que promueve su transmisión. Las enfermedades causadas por el VEB son resultado de una
respuesta inmunitaria hiperactiva (mononucleosis infecciosa) o bien de la ausencia de una respuesta inmunitaria eficaz
(linfoma y leucoplasia de células vellosas). El linfoma africano de Burkitt (linfoma endémico) es un linfoma de linfocitos B
monoclonales poco diferenciados que afecta a la mandíbula y la cara, y es endémico en los niños que subsisten en las
regiones de África con malaria. Los tumores contienen secuencias de ADN del VEB, pero solamente expresan el antígeno
vírico EBNA-1. Ocasionalmente pueden observarse viriones en las imágenes de microscopía electrónica de material
infectado. Además del ADN del VEB, las células tumorales contienen translocaciones cromosómicas que yuxtaponen el
oncogén C-myc a un promotor muy activo, como un promotor genético de las inmunoglobulinas [t(8;14), t(8;22), t(8;2)].
Las células tumorales también son relativamente invisibles al control inmunitario. No se ha definido el mecanismo por
medio del cual la malaria estimula la participación del VEB en la LAfB. El VEB también está asociado al linfoma de Burkitt
en personas que residen en otras partes del mundo, aunque en mucha menor magnitud. Muchos linfomas de Hodgkin
también se pueden atribuir al VEB. El carcinoma nasofaríngeo es endémico en Asia, afecta a la población adulta y
contiene ADN del VEB en las células tumorales. A diferencia del linfoma de Burkitt, en el cual las células tumorales
proceden de los linfocitos, las células tumorales del carcinoma nasofaríngeo son de origen epitelial.
Virus Herpes Humana tipo 8 (VHH-8): de la familia Herpesviridae. Se descubrieron secuencias de ADN del VHH8 en
muestras de biopsia de un sarcoma de Kaposi, linfoma primario de efusión (un tipo infrecuente de linfoma de linfocitos
B) y la enfermedad multicéntrica de Castleman mediante un análisis por PCR. El sarcoma de Kaposi es una de las
enfermedades oportunistas características asociadas al SIDA. El análisis de secuencias genómicas demostró que se
trataba de un nuevo virus que pertenecía a Gammaherpesvirinae. Como en el caso del VEB, los linfocitos B constituyen
la principal diana del VHH8, aunque también puede infectar un número limitado de células endoteliales, monocitos,
células epiteliales y células nerviosas sensoriales. En los tumores del sarcoma de Kaposi, el virus se localiza en el interior
de las células endoteliales fusiformes. El VHH8 codifica diversas proteínas que presentan homología con las proteínas
humanas que estimulan el crecimiento y evitan la apoptosis de las células infectadas y las que las rodean. Entre estas
proteínas se incluyen un homólogo de la interleucina-6 (crecimiento y antiapoptosis), un análogo Bcl-2 (antiapoptosis),
quimiocinas y un receptor de quimiocinas. Estas proteínas pueden estimular la proliferación y el desarrollo de células
poligonales del sarcoma de Kaposi en los pacientes con SIDA y otras enfermedades. El ADN del VHH8 está presente y se
encuentra adherido a los linfocitos de sangre periférica, casi siempre a linfocitos B, en aproximadamente el 10% de las
personas inmunocompetentes. El VHH8 se distribuye en determinadas áreas geográficas (Italia, Grecia, África) y en los
pacientes con SIDA. Probablemente, el virus origine una enfermedad de transmisión sexual, aunque es posible que se
pueda contagiar por otros medios.
Virus del Papiloma Humano tipo 16 y 18 (VPH-16 y 18): De la familia Papilomaviridae. Se ha estudiado detalladamente
el potencial oncogénico del PVH. Se ha encontrado ADN vírico en tumores benignos y malignos, en especial en los
papilomas mucosos. Los virus PVH-16 y PVH-18 originan papilomas cervicales y displasia, y al menos un 85% de los
carcinomas cervicales contiene ADN integrado de PVH. A menudo, la rotura del genoma circular en los genes El o E2 con
el propósito de favorecer la integración comporta la inactivación de los mismos, lo que impide la replicación vírica,
aunque no evita la expresión de otros genes víricos, como E6 y E7. Las proteínas E6 y E7 de PVH-16 y PVH-18 se han
identificado como oncogenes debido a su capacidad de unirse e inactivar las proteínas supresoras (supresoras de
transformación) del crecimiento celular, p53 y el producto pl0 5 del gen del retinoblastoma (p 10 5RB). E6 se une a la
proteína p53 y la marca para su degradación, mientras que E7 se une e inactiva p105RB. En ausencia de estas barreras al
crecimiento celular, la célula sería más vulnerable a la mutación, aberraciones cromosómicas, o la acción de un cofactor
y, por tanto, daría lugar a una neoplasia. En la actualidad, la infección del tracto genital por PVH se considera una
enfermedad común de transmisión sexual. La infección acostumbra a ser asintomática, aunque puede pro-ducir un
ligero prurito. Las verrugas genitales aparecen como verrugas blandas de coloración normal y morfología aplanada,
elevada o, en ocasiones, semejante a una coliflor. Se desarrollan durante las semanas o meses posteriores a un contacto
sexual con un sujeto infectado. Las modificaciones citológicas indicativas de infección por PVH (coilocitos) se detectan en
los frotis cervicales teñidos con Papanicolau (frotis de Papanicolau). La infección del tracto genital femenino por los tipos
PVH-16, PVH-18, PVH-31, PVH-45 y, rara vez, otros tipos de este virus, se asocia a una neoplasia cervical intraepitelial y
cáncer. Las primeras alteraciones neoplásicas identificadas mediante la microscopía óptica se denominan displasia. Una
proporción de las displasias leves comprendida entre un 40% y 70% desaparece espontáneamente.
Se cree que el cáncer cervical se desarrolla través de una serie de cambios celulares graduales, desde una neoplasia leve
(neoplasia intraepitelial cervical [NIC I], pasando por una neoplasia moderada [NIC II], hasta una neoplasia grave o un
carcinoma in situ. Esta secuencia de acontecimientos tiene lugar a lo largo de un período de uno a cuatro años. Los frotis
cervicales regulares y rutinarios pueden ayudar a prevenir la enfermedad o bien favorecer la instauración de un
tratamiento precoz y la curación del cáncer cervical.
Virus Linfotropo T Humano tipo 1 (VLTH-1): Inicialmente, la subfamilia Oncovirinae recibía el nombre de virus tumorales
de ARN, y se han asociado al desarrollo de leucemias, sarcomas y linfomas en muchos animales. Estos virus no son
citolíticos. Los miembros de esta familia se distinguen por el mecanismo de transformación celular y, por tanto, por la
prolongada duración del período de latencia transcurrido entre la infección y la aparición de la enfermedad. La infección
por VLTH acostumbra a ser asintomática pero puede progresar hasta ATLL, aproximadamente en 1 de cada 20 individuos
en un período de 30 a 50 años. La ATLL provocada por el VLTH-1 es una neoplasia de los linfocitos cooperadores T CD4
que puede ser aguda o crónica. Las células malignas se han denominado «células en flor» porque son pleomorfas y
contienen núcleos lobulados. Además de un elevado recuento leucocitario en sangre, esta forma de ATLL se caracteriza
por lesiones cutáneas similares a las que se observan en otra leucemia, el síndrome de Sézary. La ATLL acostumbra a ser
mortal antes de transcurrido 1 año desde el diagnóstico, independientemente del tratamiento.
Virus Herpes Simple tipo 2 (VHS-2): El VHS-2 puede ser un cofactor del cáncer cervical en mujeres. El VHS-2 se disemina
principalmente por contacto sexual o autoinoculación, o una madre infectada puede contagiarle a su hijo en el
momento de nacer. Dependiendo de las prácticas sexuales del sujeto y de su higiene, el VHS-2 puede infectar los
genitales, los tejidos anorrectales o la bucofaringe. La incidencia de la infección genital por el VHS-1 se acerca ya a la del
VHS-2. El VHS puede provocar una infección genital primaria sintomática o asintomática, o bien dar lugar a recurrencias.
La infección neonatal acostumbra a ser resultado de la excreción de VHS-2 desde el cuello uterino durante el parto
vaginal, pero también puede deberse a una infección ascendente in útero durante una infección primaria de la madre.
La infección neonatal da lugar a una enfermedad diseminada y neurológica cuyas consecuencias son graves. La infección
inicial por el VHS-2 se produce en una fase más avanzada de la vida que la infección por el VHS-1 y está relacionada con
un aumento de la actividad sexual. Los datos estadísticos actuales indican que el 22% de los adultos está infectado por el
VHS-2 en EE.UU., lo que supone alrededor de 45 millones de individuos y cada año se infecta un millón de individuos
más. Desde el punto de vista seroepidemiológico, el VHS-2 se asocia al cáncer cervical humano, posiblemente como
cofactor de virus del papiloma humano y otros agentes infecciosos. La inactivación parcial del genoma del VHS-2 con luz
ultravioleta permite que el virus inmortalice las células en los cultivos tisulares.
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