Dictamen 146-2013

Anuncio
Consejo Consultivo de Aragón
DICTAMEN
Nº 146 / 2013
Materia sometida a dictamen: Reclamación en materia de responsabilidad patrimonial de
la Administración derivada de la asistencia sanitaria prestada por el Servicio Aragonés de
Salud.
ANTECEDENTES
Primero.- Con fecha 6 de noviembre de 2012, … y … presentaron escrito en
reclamación de una indemnización de 1.000.000 € como derivación de lo que entendieron
una incorrecta asistencia sanitaria prestada a su esposo y padre “X”, fundando su
reclamación en los siguientes hechos:
“Con fecha 15 de noviembre de 2011, sobre las 3,15 horas de la madrugada, encontrándose
“x”, de 62 años, en su domicilio, junto con su esposa … comenzó a sufrir un intenso dolor torácico que
se extendía por los brazos y al estómago, con sensación de ahogo.- Sospechando que pudiera ser un
infarto, llamaron inmediatamente al 061… acudió un vehículo de dicho servicio –no ambulancia- y la
Dra. … a las 3,40 horas. Dicha Dra. se limitó a tomarle la tensión en un dedo y a palparle el
estómago, sin realizarle siquiera una auscultación con estetoscopio, diagnosticando literalmente
“dolor torácico de origen muscular” y prescribiéndole “nolotil y primperan”. A la pregunta de la esposa
de si podía ser un infarto, le indicó la doctora literalmente “le puedo llamar a una ambulancia, pero no
lo veo necesario. Si empeora pueden coger un taxi si Vd. no conduce”. Dicha doctora estuvo en el
domicilio apenas diez minutos… desafortunadamente, a los diez minutos de marcharse “X” empeoró
perdiendo el conocimiento, por lo que su esposa llamó nuevamente, acudiendo a su domicilio una
ambulancia del 061 con otros profesionales médicos, asistencia que resultó infructuosa, porque ya
había pedido el pulso, sin poderlo recuperar… Con ocasión del parte al Juzgado se aperturaron las
diligencias que se dirán, emitiéndose por el Instituto de Medicina Legal de Aragón el certificado
siguiente: “Que en el día de la fecha se ha practicado la diligencia de reconocimiento autópsico del
cadáver de “X”, de 62 años de edad, siendo la causa de la muerte shock cardiogénico”…
Se acompañaba a la reclamación copia de la página web del 061 Aragón, informe de
urgencias de atención primaria suscrito por la Dra. …, informe clínico de UVI, informe
forense de reconocimiento autópsico, página de Wikipedia sobre el infarto agudo de
11
CONSEJO CONSULTIVO DE ARAGÓN
miocardio, escrito de solicitud de historia clínica e historia adjunta, y Auto del Juzgado de
Instrucción nº 4 decretando sobreseimiento de actuaciones.
Segundo.- Por escrito de fecha 15 de noviembre de 2012 y en seguimiento del
protocolo general de siniestros, se da traslado de la reclamación a la Correduría de Seguros.
Tercero.- Por escrito de fecha 28 de noviembre de 2012 fue comunicado a la
reclamante el inicio del expediente de responsabilidad, con indicación del procedimiento
asignable, órgano competente para resolver, plazo para hacerlo y signo del silencio en caso
de no hacerlo en plazo.
Cuarto.- En el informe de autopsia forense emitido ante el Juzgado de Instrucción nº
4, se dice, entre otras cosas, lo siguiente:
Con base en los antecedentes médico legales, esta muerte puede situarse a priori como
muerte natural, entre ellas se valora como muerte súbita inesperada… Miocardio: infarto en evolución
en cara posterior de ventrículo izquierdo. Conclusiones: 1.- Etiología médico legal: Muerte natural.
Muerte súbita inesperada. 2.- Causa inmediata: Parada cardíaca.- 3.- Causa intermedia: Shock
cardiogénico.- 4.- Causa inicial: H.T.A. Colesteronemia.- Data: Entre 3 y 5 horas del día 15.- 5.Codificación: Enfermedades del sistema circulatorio (1064). Enfermedades hipertensivas (1066).
Hipertensión esencial primaria (110).
Quinto.- En el Auto de sobreseimiento del Juzgado de Instrucción nº 4 de Zaragoza,
podemos leer lo siguiente:
“Las presentes diligencias previas se incoaron con ocasión del levantamiento del cadáver de
“X”, que falleció el pasado 15 de noviembre de 2011 por causas naturales, según se recoge en el
informe de autopsia, motivo por el cual se acordó el sobreseimiento libre y archivo de las actuaciones
con fecha 17 de enero de 2012… Con fecha 19 de abril de 2012, la Procuradora de los Tribunales Dª
…, en nombre y representación de los familiares del fallecido… interpusieron denuncia contra la
médico de urgencias de atención primaria adscrita a la institución del 061 de Aragón… Se argumenta
en la denuncia que la doctora del SUAP actuó de forma negligente, dado que los síntomas que
presentaba el paciente indicaban que estaba sufriendo un infarto de miocardio y, por tanto, la
actuación exigible con arreglo a la lex artis era el traslado del paciente en ambulancia a un centro
hospitalario y la administración de medicación preventiva.- De la documentación aportada con la
denuncia se observa que en el documento nº 2, informe clínico, efectuado por la médico denunciada,
tras el examen del paciente se hace constar que éste presentaba dolor retroesternal y en hombro,
que se alivia sentado y en decúbito supino, y el resultado es dolor torácico de origen muscular, al que
se llegó tras el reconocimiento médico iniciado a las 3:34 h del día 15 de noviembre, comprobando
que el paciente presentaba una frecuencia cardíaca de 80 ppm, la tensión arterial era de 120/80 y el
paciente le refirió que relacionaba el dolor con haber realizado ejercicios, y se trataba de una persona
sin antecedentes cardíacos. No obstante no ser los síntomas de un infarto de miocardio, se ofreció a
la familia la posibilidad de llamar a una ambulancia, aunque en opinión de la médico no era
necesario.- El paciente no empeoró a los pocos minutos, sino que el segundo aviso tuvo lugar a las
4:34 h, llegando la asistencia médica al domicilio las 4:47 horas, procediendo a atender al paciente
hasta las 5:25 h en la que se suspendió el masaje cardíaco por falta de respuesta, certificando el
fallecimiento del paciente… no hay duda de que la doctora exploró al paciente con los métodos y
constantes de normalidad, no de una forma irreflexiva o descuidada, presentando el paciente tensión
arterial y temperatura normal, no había antecedentes de enfermedad cardíaca, y sí se le manifestaba
la realización de ejercicios físicos que relacionaba con el dolor, por lo que la exploración y la
actuación de la médico denunciada resultó lógica y coherente con los datos clínicos obtenidos en un
2
Consejo Consultivo de Aragón
reconocimiento de atención primaria… no existe un error de diagnóstico merecedor del reproche
penal…”
Sexto.- Por escrito de fecha 11 de febrero de 2013 es solicitado informe al inspector
médico …, el cual resulta evacuado al siguiente día 25 de marzo de 2013 realizando la
siguiente valoración:
El dolor torácico de origen osteomuscular se caracteriza porque se exacerba con la presión
directa sobre el tórax, es carácter mecánico, suele variar en función de la postura y aparece con
posterioridad a un ejercicio musculación de la cintura escapular recientemente efectuado. Cuando en
presencia de tal antecedente, el dolor no se acompaña de signos de isquemia coronaria (disnea,
hipotensión, arritmia, cortejo vegetativo, alteración del estado general) y el paciente no refiere
antecedentes de riesgo o enfermedad coronaria, no se considera sugestivo de origen cardíaco, y no
está científicamente recomendada la realización de otras pruebas urgentes para discriminar, a menos
que la exploración evidencie signos de shock cardiogénico o alteraciones de los parámetros normales
de pulso, ritmo, frecuencia cardíaca y saturación del oxígeno en sangre… No existe desatención en la
práctica médica cuando el juicio clínico y los medios empleados han sido coherentes y proporcionales
con los hallazgos y observaciones sobre las condiciones clínicas y situación vital del paciente,
circunstancias ambas que constituyen las balizas que han de guiar al servicio de urgencias en la toma
de decisiones y servicios a emplear. En este caso, la decisión de la médico del SUAP resulta lógica y
coherente con los datos clínicos, ofreciendo la posibilidad de acceder a urgencias hospitalarias en
ambulancia o con medios propios… lo anterior refleja que se prestó una atención proporcional a los
hallazgos y observaciones y que el juicio clínico se basó en datos objetivos que hacían sospechar un
origen osteomuscular del cuadro (en ausencia de enfermedad cardíaca previa, había antecedentes
de sobreesfuerzo muscular reciente. el paciente presentaba el estado general conservado y las
constantes vitales, así como la tasa de oxigenación sanguínea eran normales, por lo que no estaba
aconsejado el empleo de otros medios distintos para la asistencia prestada tras la primera llamada…
no se acredita relación causal entre el desenlace del caso y la actuación del servicio de salud.
Séptimo.- Con fecha 28 de abril de 2013 es evacuado criterio por parte de la
Asesoría Dictamed I & I SL y por los médicos …, todos ellos especialistas en medicina
interna, poniendo de manifiesto las siguientes conclusiones:
1.- La respuesta del servicio de urgencias 061 fue correcta y adecuada a los requerimientos
de los demandantes.- 2.- Los demandantes no son los que deciden que recurso se ha de utilizar, sino
el médico del centro coordinador, teniendo en cuenta los síntomas que le refieren los familiares.- 3.El envío de la médico del SUAP primero y de la UME después fueron totalmente correctos.- 4.- El
diagnóstico de dolor muscular realizado por la médico del SUAP fue totalmente correcto de acuerdo a
los síntomas, exploración física y la respuesta a las medidas terapéuticas tomadas por la misma.- 5.La actuación del personal de la UME fue totalmente correcta en tiempo y en forme, a pesar de lo cual,
el paciente falleció.- 6.- La muerte súbita es impredecible e inevitable.- 7.- La actuación de todo el
personal sanitario fue correcta.
Octavo.- Por escrito de fecha 10 de mayo de 2013 fue otorgado trámite de audiencia
los interesados, retirándose copia de la documentación el 17 de mayo y presentando
alegaciones al siguiente día 27 de mayo entendiendo que la totalidad del expediente
33
CONSEJO CONSULTIVO DE ARAGÓN
tramitado viene a confirmar la responsabilidad de la Administración a pesar de su insistencia
en negarla.
Noveno.- Consta en el expediente una propuesta de resolución de la Instructora del
expediente, de fecha 11 de junio de 2013, por la que se propone desestimar la reclamación
formulada.
Noveno.- El Consejero de Sanidad, Bienestar Social y Familia solicitó del Consejo
Consultivo de Aragón dictamen preceptivo, mediante escrito de fecha 12 de junio de 2013,
registrado de entrada al siguiente día 18 de junio, adjuntando borrador de la propuesta
resolutoria, expediente administrativo e índice de los documentos que lo conforman.
CONSIDERACIONES JURIDICAS
I
El dictamen solicitado entra dentro de las competencias del Consejo Consultivo
de Aragón tal y como se regula en el artículo 15.10 de la Ley 1/2009, de 30 de marzo, del
Consejo Consultivo de Aragón, que dispone la necesidad de consulta preceptiva al Consejo
en el supuesto de “reclamaciones administrativas de indemnización de daños y perjuicios de
cuantía superior a 6.000 euros”. Ello significa, dada la cuantía de la indemnización solicitada
en este caso, el carácter preceptivo del Dictamen que se emite por este Consejo.
En función de lo preceptuado en los artículos 19 y 20 de la misma Ley 1/2009,
resulta competente la Comisión para la emisión del dictamen.
II
El Consejo Consultivo ha de pronunciarse acerca de si, a la vista del expediente
tramitado por el órgano competente de la Administración Autonómica, procede o no estimar
la reclamación de indemnización económica presentada en relación con daños ocasionados,
según se alega, por la prestación deficiente de la asistencia sanitaria, debiendo concretar
específicamente, por mandato del art. 12.2 del Reglamento aprobado por R.D. 429/1993, de
26 de marzo, la existencia o no de relación de causalidad entre el funcionamiento del
servicio público y la lesión producida, con valoración, en su caso, del daño causado y la
cuantía y modo de la indemnización, considerando los criterios legales de aplicación.
Por lo que se refiere a la normativa aplicable, ha de recordarse que en el Derecho
español vigente la institución de la responsabilidad patrimonial de la Administración,
constitucionalizada en el art. 106.2 de la Constitución, atribuye a los particulares derecho a
ser indemnizados de toda lesión que sufran en cualquiera de sus bienes y derechos, salvo
en los casos de fuerza mayor, siempre que la lesión sea consecuencia del funcionamiento
normal o anormal de los servicios públicos, y se cumplan los demás requisitos dispuestos
4
Consejo Consultivo de Aragón
por el ordenamiento jurídico (art. 139 de la Ley 30/1992, de 26 de noviembre, de Régimen
Jurídico de las Administraciones Públicas y del Procedimiento Administrativo Común).
Los requisitos para que sea declarada la responsabilidad patrimonial de la
Administración, según reiterada y pacífica formulación doctrinal y jurisprudencial del régimen
de Derecho Positivo sobre la materia, pueden resumirse del siguiente modo: 1º) la efectiva
realización del daño o perjuicio evaluable económicamente e individualizado en relación con
una persona o grupo de personas; 2º) que el daño o lesión sufrido por el reclamante sea
consecuencia del funcionamiento normal o anormal de los servicios públicos en una relación
directa de causa a efecto sin intervención extraña que pueda influir en el nexo causal; 3º)
que el daño o perjuicio no se hubiera producido por fuerza mayor; y 4º) que no haya
prescrito el derecho a reclamar (cuyo plazo se fija legalmente en un año, computado desde
la producción del hecho o acto que motive la indemnización o desde la manifestación de su
efecto lesivo).
III
En lo que concierne al fondo del asunto, hemos de seguir lo que configura una
consolidada jurisprudencia que, en el ámbito de la sanidad, considera que la producción de
responsabilidad no siempre está ligada a un resultado de fracaso en la actuación de los
medios personales y materiales de la Administración, dado que depende de la corrección o
incorrección en la utilización de los medios personales y materiales, debiendo ser rechazada
la responsabilidad cuando tales medios fuesen utilizados conforme a los principios de buena
práctica médica (lex artis ad hoc).
Hemos recordado en ocasiones precedentes que tanto el Consejo de Estado
(Dictámenes 166 y 692/1999, de 11 y 25 de marzo, entre otros), como la Comisión Jurídica
Asesora, antecesora de este Consejo Consultivo de Aragón (Dictamen 132/2003, de 23 de
septiembre, Dictamen 178/2003, de 2 de diciembre, entre otros) vienen sustentando de
forme reiterada y con palabras semejantes a las que reproducimos a continuación que: “para
apreciar la existencia de responsabilidad patrimonial es preciso acudir a parámetros como la
‘lex artis’, de modo que tan sólo en caso de una infracción de esta ley cabrá imputar a la
Administración de la cual dependen los servicios sanitarios la responsabilidad por los
perjuicios causados. En el caso de que no se infrinja la ‘lex artis’, ha de concluirse que tales
perjuicios no son imputables a la Administración y han de ser soportados por el particular sin
que generen, en modo alguno, el derecho a percibir una indemnización”. En sintonía con
ello, el Tribunal Supremo tiene declarado que según el artículo 141.1 de la LPAC sólo serán
indemnizables las lesiones producidas al particular provenientes de daños que éste no tenga
el deber jurídico de soportar de acuerdo con la Ley, pues lo contrario convertiría a las
Administraciones Públicas en aseguradoras universales de todos los riesgos sociales, lo que
no resulta acorde con el significado de la responsabilidad extracontractual aunque sea
objetiva o por resultado (Vid. Sentencia del Tribunal Supremo de 10 de febrero de 2001).
IV
55
CONSEJO CONSULTIVO DE ARAGÓN
En el caso en cuestión, pretenden los reclamantes anudar el fallecimiento de su
esposo y padre a un indebido funcionamiento de los servicios sanitarios con el simple
razonamiento de que existió un resultado de muerte como consecuencia de un infarto de
miocardio. Y existió previamente una visita del equipo de atención primaria que no detectó
el aviso de infarto, debiendo, por tanto, responder la colectividad de Aragón (la
Administración) por el simple hecho de no haber otorgado el tratamiento correspondiente a
un infarto de miocardio. O si se quiere, dicho de otra manera, para los reclamantes, la lex
artis no impone una obligación de medios sino de resultados, de manera que la médico de
atención primaria, con independencia de los antecedentes del paciente y del relato de éste,
se hallaba obligada a descubrir que el dolor relatado provenía de un aviso de infarto y que
procedía el traslado del paciente para ser tratado de su nueva enfermedad del corazón.
Hemos, no obstante, señalado previamente que la lex artis impone una obligación de
medios y no de resultados. Recordemos ahora ello de muevo en cita, por ejemplo, de la
STS de 25 de Junio de 2003, recurso 3272/1997 (LA LEY 2611/2003). En ella se dijo: “La
obligación médica, según reiterada doctrina de esta Sala, se concreta en proporcionar al
enfermo los cuidados que requiera, según el estado de la ciencia y de la denominada «lex
artis ad hoc», es decir, tomando en consideración el caso concreto en que se produce la
actuación médica y las circunstancias en que tenga lugar --sentencia de 31 Jul. 1996 (LA
LEY 8974/1996)--. Asimismo, que la obligación contractual o extracontractual del médico, es
una obligación de medios y en la valoración de su conducta queda descartada toda clase de
responsabilidad más o menos objetiva, sin que opere tampoco la inversión de la carga de la
prueba, estando a cargo del paciente o familiares la prueba de la culpa y la relación o nexo
de causalidad, ya que a la relación causal material o física ha de sumarse el reproche
culpabilístico, por lo que no hay responsabilidad sanitaria cuando no es posible establecer
relación de causalidad culposa, por depender de la misma el resultado dañoso --sentencias
de 26 May. 1986, 12 Jun. (sic) 1988, 7 Feb. 1990, 8 May. 1991, 20 Feb. (LA LEY
2979/1992) y 13 Oct. 1992 (LA LEY 15037-R/1993), 15 Nov. 1993 (LA LEY 174/1994), 26
Sep. 1994 (LA LEY 27326-JF/0000) y un largo etcétera--. La corrección del acto médico
está fuera de duda, el demandado se informó de la situación de la enferma por lo
manifestado por ella y sus familiares y comprobó que tenía un dolor epigástrico; no en el
pecho, como han querido afirmar los recurrentes, tras su asesoramiento letrado, como
recoge la sentencia del Juzgado en su fundamento jurídico cuarto. Y, no sólo le tomó el
pulso y la auscultó, sino que examinó sus vómitos y le prescribió un tratamiento y dejándola
mejorada y aconsejando visitara a su especialista al día siguiente.- Ha cumplido el médico
cuanto le prescribía la «lex artis ad hoc». No existía entonces dolor alguno de pecho, ni otra
sintomatología que revelase el «supuesto infarto de miocardio», al punto de mejorar tan
notoriamente que recuperó toda su lucidez y durmió plácidamente. Si luego se presentó un
infarto, lo que no está acreditado, es algo sobrevenido tras la mejora de la enferma de su
real padecimiento.- No existe nexo causal alguno sobre la actuación del galeno y el
resultado fatal posteriormente acaecido y no podía determinarse durante su visita la
existencia del supuesto infarto porque toda la sintomatología, pese a los esfuerzos y
dislocamientos dialécticos del motivo, apuntaba a una dolencia gástrica.- Y es que la Sala
que juzga, ha de añadir a lo antes argumentado, que no es posible, dentro de la dogmática
jurídica sobre responsabilidad en general, y, menos aún, en el seno de la llamada
responsabilidad médico legal, imputar negligencia alguna al facultativo demandado, hoy
recurrido, quien, en todo el iter de su intervención en el acto médico solicitado por la
paciente, actúa, en modo cabal acorde a los cánones de la denominada «Lex artis ad hoc».
Así, desde sus inicios, asiste a la paciente, a la que examina de la dolencia según el
trastorno que padece de tipo gástrico e, incluso, se cerciora de la composición de su
expulsión orgánica, le diagnostica en forma, le dispensa la medicación adecuada, la cual,
tras su recepción, produce un resultado positivo al desaparecer su patología, y en ese
estado de recuperación es cuando, tras el término de aquella asistencia, se produce
súbitamente el proceso etiológico desencadenante del resultado letal --por infarto de
6
Consejo Consultivo de Aragón
miocardio-- que, obvio es, ni fue diagnosticado por no aparecer su síntoma, por lo que hasta
huelga hablar de error en el diagnóstico, lo que sí hubiera sucedido si la causa de la muerte
hubiera sido el ínsito evolutivo de aquella primitiva dolencia.”
En el mismo sentido, según la STS de 19 de Abril de 2011, recurso 5391/2006 (LA
LEY 37997/2011), “la observancia o inobservancia de la lex artis ad hoc es, en el ámbito
específico de la responsabilidad patrimonial por actuaciones sanitarias, el criterio que
determina, precisamente, la ausencia o existencia de tal responsabilidad de la
Administración.- En este sentido, y por citar sólo algunas, hemos dicho en la sentencia de
26 de junio de 2008 (LA LEY 79152/2008), dictada en el recurso de casación núm.
4429/2004, que "es también doctrina jurisprudencial reiterada, por todas citaremos las
Sentencias de 20 de Marzo de 2.007 (LA LEY 9850/2007) (Rec. 7915/2003), 7 de Marzo de
2007 (LA LEY 8299/2007) (Rec. 5286/03) y de 16 de Marzo de 2.005 (LA LEY 1555/2005)
(Rec. 3149/2001) que "a la Administración no es exigible nada más que la aplicación de las
técnicas sanitarias en función del conocimiento de la práctica médica, sin que pueda
sostenerse una responsabilidad basada en la simple producción del daño, puesto que en
definitiva lo que se sanciona en materia de responsabilidad sanitaria es una indebida
aplicación de medios para la obtención del resultado, que en ningún caso puede exigirse
que sea absolutamente beneficioso para el paciente", o lo que es lo mismo, la
Administración sanitaria no puede constituirse en aseguradora universal y por tanto no cabe
apreciar una responsabilidad basada en la exclusiva producción de un resultado dañoso".En la de 7 de julio del mismo año, dictada en el recurso de casación núm. 4776/2004,
dijimos que "La responsabilidad de las administraciones públicas, de talante objetivo porque
se focaliza en el resultado antijurídico (el perjudicado no está obligado a soportar el daño)
en lugar de en la índole de la actuación administrativa [por todas, véanse las sentencias de
esta Sala de 11 de mayo de 1999 (LA LEY 9506/1999) (casación 9655/95 , FJ5º), 24 de
septiembre de 2001 (LA LEY 8363/2001) (casación 4596/97 , FJ5º), 23 de noviembre de
2006 (LA LEY 138721/2006) (casación 3374/02 , FJ5º), 31 de enero de 2008 (LA LEY
1166/2008) (casación 4065/03, FJ2º) y 22 de abril de 2008 (LA LEY 26106/2008) (casación
166/05 , FJ3º)], se modula en el ámbito de las prestaciones médicas, de modo que a los
servicios públicos de salud no se les puede exigir más que ejecuten correctamente y a
tiempo las técnicas vigentes en función del conocimiento de la práctica sanitaria. Se trata,
pues, de una obligación de medios, por lo que sólo cabe sancionar su indebida aplicación,
sin que, en ningún caso, pueda exigirse la curación del paciente. La Administración no es en
este ámbito una aseguradora universal a la que quepa demandar responsabilidad por el
sólo hecho de la producción de un resultado dañoso [sentencias de esta Sala de 16 de
marzo de 2005 (LA LEY 1555/2005) (casación 3149/01, FJ3º), 20 de marzo de 2007 (LA
LEY 9850/2007) (casación 7915/03, FJ3º) y 26 de junio de 2008 (LA LEY 79152/2008)
(casación 4429/04, FJ. 3º )]. Los ciudadanos tienen derecho a la protección de su salud
(artículo 43, apartado 1, de la Constitución), esto es, a que se les garantice la asistencia y
las prestaciones precisas [artículos 1 y 6, apartado 1, punto 4, de la Ley 14/1986, de 25 de
abril, General de Sanidad (BOE de 29 de abril )] con arreglo al estado de los conocimiento
de la ciencia y de la técnica en el momento en que requieren el concurso de los servicios
sanitarios (artículo 141, apartado 1, de la Ley 30/1992 ); nada más y nada menos"… La
realidad, según la documentación aportada, es que el paciente en ningún momento
presentó signos o síntomas específicos e indubitados de miocarditis aguda. Ante ello se
desarrolló una actividad asistencial en base a los síntomas que padecía, que no orientaban
hacia el diagnóstico de miocarditis, como indican todos los expertos… el paciente no
77
CONSEJO CONSULTIVO DE ARAGÓN
presentaba indicios que hicieran sospechar una patología de origen cardíaco, por lo que,
según los protocolos no era necesario practicar el ECG…”
Al momento actual, debe comprenderse que el Consejo Consultivo no pueda prestar
atención a meras hipótesis y deba, por tanto, emitir criterio sobre la base del soporte que
oferta la documentación tramitada. Y en ella, las pericias emitidas ponen claramente de
manifiesto que la actuación del médico de atención primaria fue acorde con la lex artis ad
hoc, por lo que, ante la carencia de elementos de juicio de signo diverso, nuestra opinión no
pueda caminar por vereda distinta a la que conduce aconsejar que sea desestimada la
reclamación formulada.
En ello coinciden también las actuaciones tramitadas en el orden penal, al afirmar
que “no hay duda de que la doctora exploró al paciente con los métodos y constantes de
normalidad, no de una forma irreflexiva o descuidada, presentando el paciente tensión
arterial y temperatura normal, no había antecedentes de enfermedad cardíaca, y sí se le
manifestaba la realización de ejercicios físicos que relacionaba con el dolor, por lo que la
exploración y la actuación de la médico denunciada resultó lógica y coherente con los datos
clínicos obtenidos en un reconocimiento de atención primaria”.
Cierto que nos hallamos ante un Auto de sobreseimiento y no ante una declaración
de hechos probados en el orden penal con carácter vinculante para otros órdenes
jurisdiccionales y para la propia Administración. Y cierto, también, que la ausencia de
reproche penal no implica la exención de responsabilidad patrimonial, de carácter objetivo, si
es que se pudieran darse los elementos de hecho y los condicionantes que sirven de
soporte para estimarla concurrente. Pero, precisamente los términos y expresiones
utilizados por la resolución del orden penal vienen a declarar expresamente que la actuación
de la médico de atención primaria encuentra acomodo en los parámetros que rigen la lex
artis, por lo que, en este sentido, entendemos que también la Jurisdicción corrobora el
criterio médico emitido y que obra en la documentación administrativa.
Siendo por motivo de lo expuesto que el Consejo Consultivo de Aragón debe, al
momento actual, formular el siguiente DICTAMEN:
Que, en conformidad con la propuesta de resolución, procede desestimar la
reclamación en materia de responsabilidad patrimonial de la Administración formulada por
… y … por la asistencia sanitaria prestada a su esposo y padre “X”.
En Zaragoza, a treinta de julio de dos mil trece.
8
Descargar