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Nirgua:
Tierra de Jirajaras
y María Lionza
Al ratificarse el Tratado de Coche, el 28 de mayo de 1863, fue capital
por un día de la Federación. Foto Manuel Abrizo págs. 4-6
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Pág. 7
Págs. 4-6
Domingo 11 de septiembre de 2016 .Žs!×Os#ARACAS
2
Parte de Historia | Nº 298 s$OMINGODESEPTIEMBREDE
Suplemento dominical del
¿Hasta cuándo
el apartheid llanero
o la “jaladera” cultural?
T/ Roy Chaderton Matos*
I/ Vargas-Loayza
C
omienzo con la presentación de mis
cartas credenciales
llanerísimas
para
morigerar, en lo posible,
eventuales reacciones en algún nivel efebócrata oficial.
Tenía cerca de seis años de
edad cuando comencé a amar
la música y la cultura llaneras
gracias a mi padre “musiú”.
Fue en Valle de la Pascua,
durante el disfrute de unas
vacaciones paternales, derecho generado por el civilizado
divorcio de mis padres. Mi
viejo Roy Chaderton Farrier
trabajaba en Guárico, para
una petrolera. Allí aprendí de
toros coleados, música llanera
y terneras (hoy carne en vara)
y regresé a Caracas para comenzar mi escuela primaria
lleno de ilusiones y cadillos.
Más adelante, con un tío materno, pasé vacaciones cerca
de El Sombrero, Guárico, en el
Hato Guarumen de su amigo
Dionisio Bolívar y en el Hato
del señor Guillermo Arbeláez.
Allí hice cosas que hoy no haría, comí perico (lorito real)
y acompañé a cazar venados,
babas, cunaguaros, pescar
guabinas y tratar de atrapar
araguatos, como premonición
de ejemplares semejantes de
ultraderecha que enfrenté en
mis tiempos de militante de
izquierda cristiana (astronautas) en COPEI.
En casa de mi mamá Elena
Matos Arreaza, muy buena
clienta de Sears Roebuck, teníamos un tocadiscos Silvertone de “plato pelúo” donde
poníamos los Discos Turpial,
empresa de la familia Serfaty, para escuchar a Magdalena Sánchez o al Indio Figueredo cantando “María Laya”
(...si María Laya supiera…) y
“Los Caujaritos” (¿Por quién
suspiráis, estando yo aquí..?)
En esa época también escuchaba tempranito por Radio
Crono Radar el joropo tuyero de Fulgencio Aquino (…
ay so, ay so… la burra que me
patió…).
Pasé otro tiempo con mi papá
en Portuguesa; allí, durante el
catecismo me esperaba fuera
de la iglesia, porque era Masón. Hice entonces la Primera
Comunión, trajeado de liquiliqui y representé a mi escuela
en un acto cultural en la cárcel
de Guanare, ubicada en una de
las esquinas de la plaza Bolívar,
donde recité ante los privados
de libertad el poema de Leoncio
Martínez (Leo) “La Musa del Joropo” (Soy el alma de mi tierra
sufro y canto con los míos…).
Eran los tiempos del nacionalismo Perezjimenista y de
la música llanera de Juan Vicente Torrealba y Mario Suárez; observados como gallina
que mira sal por los sifrinos
culturosos que solo admiten
el joropo recio. Recuerdo a dos
llaneristas de entonces, el Dr.
Joseíto La Riva y un doctor de
apellido Carabaño Tosta, así
como a mi profesor Manuel
Pérez Cruzati, compositor de
“Aguacerito Llanero”:
“...del Guárico hasta Barinas
del Apure a Portuguesa
aguacerito llanero
he cantado a tu belleza”,
y a la jovencita Adilia Castillo:
“…la manteca del gabán es
una manteca fina,
la manteca del gabán es una
manteca fina,
que la usan las muchachas
pa´peinase la pollina,
que la usan las muchachas
pa´peinase la pollina;
¡ay gabán…ay gabán..!”
Así pasaron los años acompañando recurrentemente a
mi papá, suerte de “gitano” inglés, casi trashumante, quien
se mudaba con frecuencia de
un lugar a otro de Venezuela
en procura de sus sueños de
empresario honesto.
También del lado materno
hay historias: soy “primo genético” de Florentino y el Diablo;
quiero decir, mi abuelo Martín
Matos Arvelo de Barinitas,
General y diplomático fallecido en el exilio bajo Gómez, fue
primo de Alberto Arvelo Torrealba, el compositor de ese
poema y también de Alfredo
Arvelo Larriva y Enriqueta
Arvelo Larriva, intelectuales
barinenses históricos.
Y si se trata de más genes llaneros tengo que invocar a José
León Tapia Baldó (“Maisanta,
el Último Hombre a Caballo”)
barinés puro, pariente de mi
bisabuelo Martín Matos Baldó.
Por cierto, en los años setenta, como joven diplomático
en Canadá, en pleno verano,
cuando amanece muy temprano yo hacía mis fiestecitas con
mis colegas y amistades locales y como la aurora despuntaba cerca de las 2:00 am, unos
minutos antes yo ponía un disco LP del Orfeón Universitario de la UCV con la pieza “La
Cantata Criolla”, del maestro
Antonio Estévez, cuyas letanías, que derrotaron al diablo,
comenzaban a sonar.
Recuerdo también cuando
me llegaban las canciones de
Rafael Montaño, Reina Lucero,
Cristóbal Jiménez, Ángel C. Loyola “Salí para el bajo Apure…”,
el Carrao de Palmarito y Eneas
Perdomo “Linda Barinas”.
Otra curiosidad mayor fue
descubrir entre Francia
y Suiza a la cantante
francesa Marie Laforet
interpretando
“María Laya”, el Polo
margariteño, y la “Tonada del Cabrestero”,
de Simón Díaz, gracias a
los arreglos de mi amigo
de la infancia Carlos Belisario Guerra.
En mis tiempos de
Embajador en Colombia
bailé en el joropódromo
de Villavicencio, donde
aprecié la identidad cultural entre los llaneros
venezolanos y colombianos. Allí observé algo
curioso: los coleadores
colombianos eran peones
de hato y los venezolanos dueños de sus hatos,
sus caballos finos, pelo
e’ guama importados y
4x4’s (¿lucha de clases?).
En mi crecimiento
profesional y cultural en
n
puestos diplomáticos en
n diversos países me llamaban
aban
la atención tres elementos
entos
comunes que identificaban a
los jóvenes residentes venezolanos 1) Un estuche con los
cassettes del glorioso Quinteto Contrapunto y su variedad
policromática 2) Un bello afiche de la CONAHOTU con la
espectacular Miss Venezuela
Bella La Rosa ataviada como
guajira y 3) Los LP’s de Cecilia Todd y Lilia Vera cantando música de Otilio Galíndez
“Caramba, mi amor, caramba…” y de Luis Mariano Rivera “Cerecita, cerecita…”. El
primero, prácticamente desconocido por quienes disfrutábamos su música.
Entonces me dije a mi mismo que si algún día yo llegase
a tener influencia oficial, iba a
promover actos culturales para
visibilizar a varios de los grandes de nuestra cultura popular.
Así, el día menos pensado, el
Comandante Eterno me nombró Canciller de la República y
con ello asumí un compromiso
de lealtad personal indeclinable con él, con Maduro, hasta
donde me alcance la vida y
más allá. Poco tiempo después
en mi condición oficial presenté un homenaje a Otilio con el
apoyo de Cecilia y Jesús Sevillano. Se presentó el genio maracayero con un fluxecito dominguero color crema junto a
su inseparable mamá, una viejecita nonagenaria con unas
bellas manos muy lisas que
pude sostener entre las mías.
Más adelante presentamos en
el entonces piso negro de la torre del MRE; el duelo entre Florentino y el Diablo de Alberto
Arvelo Torrealba a casa llena,
pero nos perdimos el honor de
contar con la compañía de sus
familiares invitados.
Desafortunadamente estuve
ausente del homenaje a Luis
Mariano Rivera en la Cancillería, porque estaba siendo
interpelado a la misma hora
en la Asamblea Nacional en
mi condición de nuevo Embajador en Francia; sin embargo,
conté con el apoyo generoso de
mi sucesor, el ministro Jesús
Arnaldo Pérez, quien presidió
el homenaje.
Nº 298 s$OMINGODESEPTIEMBREDE|Parte
“La canción de Luis Mariano”
“Es tierna como las manos de
mi abuela en su plegaria,
la canción de Luis Mariano es
canción de la esperanza
porque mi pueblo sea un pez
reventador de atarrayas”
Alí Primera
No puedo olvidar tampoco
cuando el presidente Chávez
conversó en ALO Presidente
N°276 con Luis Mariano, que
se encontraba en Canchunchú.
Entonces, él le dijo a Chávez:
“Yo lo admiro y lo quiero y, estoy
a su lado en esta fecha por el bien
de esta Patria. Lamentablemente por mi estado de salud no veré
su triunfo”.
Chávez dijo: “Luis Mariano
Rivera cantor, poeta y revolucionario”.
Tiempo adelante el presidente Maduro dijo que: “Rivera nos
dejó una invaluable herencia de
poesía y música popular que ya
es patrimonio no solo de nuestro
país sino de toda la cultura popular latinoamericana”, y agregó: “Los héroes de verdad son los
que luchan sin descanso por los
valores de nuestro pueblo por
la cultura sin pretensiones, sin
egos, con sensibilidad hacia la
patria, con arte y amor, los verdaderos héroes son como Luis
Mariano y como Chávez”.
De regreso a mi circunstancia
personal obtuve el privilegio de
haber coincidido con Bella La
Rosa en París y en Margarita, en oportunidades sociales
gastronómicas (perdón por “la
raya”, Bella).
Para seguir alimentando mi
expediente llanero, les digo
que presenté mis credenciales de Embajador ante el presidente El Hadj Omar Bongo,
en Gabón, ante el presidente
Andrés Pastrana en Bogotá,
y ante el presidente Jacques
Chirac, en Francia. También
participé en los “Garden Party”
de la Reina Isabel
Isa
en Londres,
siempre de liquiliqui
liq
blanco,
ciento por cien
ciento lino irlandés;
mucho más ele
elegante y llanero
que las camisas,
camisa pantalones y
botas texanas que usan algunos de nue
nuestros criollazos
joropistas
joropistas, sin olvidar las
falditas y turgencias insinuant
sinuantes de bailarinas
que má
más bien parecen
cheerlea
cheerleaders en el Super
Bowl. Esa
E
vestimenta
exógena no es lo mismo
que los p
pantalones arremangado
mangados y las blusotas
con franjas de los pescadores margariteños
margarite
tipo Gualberto Ibarreto, ni el auténtico
pantalón de kaki
ka suelto bajo la
rodilla, alparga
alpargatas y franela de
de(ISTORIA
algodón o garrasí de los legítimos llaneros.
“‘Tonce”, después de esta
reláfica, me atrevo a preguntar ¿por qué carrizo
una efebocracia oficial en
sus éxtasis de halagos, han
tratado de imponerle tanto
a Chávez como a Maduro
y a toda Venezuela un solo
tipo de música criolla, muy
representativa pero no única, como condenando al
apartheid cultural al resto
de nuestra riquísima producción musical?
Confieso que disfruto mucho a Un Solo Pueblo y sus
derivaciones, a Francisco
Pacheco y la fulía, que le
late en la cueva al “Alma
Llanera” con su “Viva Venezuela”. Valoro a “Brisas del
Torbes” del tachirense Luis
Felipe Ramón y Rivera, que
nos dejó un legado antropológico junto con su esposa,
la argentina Isabel Aretz.
¿Cómo no recordar a Evio Di
marzo y su Adrenalina Caribe, a Alberto Slezynger con su
Daiquiri y a Yordano? Y la gaita ¿cuánto le debemos a Guaco
ahora internacionalizado y a
Rincón Morales o a la camarada “Cabra mocha” o Armando
Molero y la siempre joven Lila
Morillo con su Cocotero?
¿Y los polos? de extremo a extremo, un polo margariteño y el
otro polo, coriano. ¿Cuán criollo
hay que ser para repudiar una
música tan venezolana como el
calipso de El Callao (Guasipati
tomorrow night…) y desconocer a
Serenata Guayanesa que tampoco es llanera pero con liquiliqui
después de más de cuarenta años
cantándole a niños y adultos? (no
olvidéis novatos ultra llaneros
que además de la bandola barinesa existe una bandola guayanesa). Me pregunto también ¿si
me desconocen como venezolano
auténtico porque aprecio mucho
el merengue caraqueño? (¡Maduro es caraqueño! ¡Yo también soy
caraqueño!).
Vale decir que, el presidente
“Valle-Cochero” fue 2da guitarra o lo que se conoce como
guitarra rítmica de la banda de
Rock Enigma entre los años 1980
y 1982, además de haber participado en los primeros albores del
Grupo Madera en el caraqueñísimo Barrio Marín de la musical
parroquia de San Agustín. ¿Qué
ganamos entonces obligándolo
a ser llanero cuando es un criollo multicultural?
De las esquinas caraqueñas
también es la pegajosa música
del conjunto Los Criollos, aquella
que puso a la Caracas de antaño a
danzar entre pasodobles, valses,
merengues, joropos y los vibrantes sones y danzones cubanos.
3
Suplemento dominical del
¿Será que para darme el diploma de llanero me obligarán a ponerme alpargatas y bailar como
el Sabanero Porteño o montar
una empresa exportadora de
plumas de garza y pieles de babas a Francia para la high parisina y calificar como llanerazo?,
cuando no paso de ser un modesto venezolano amante de toda su
cultura, sin educación musical
pero melómano incorregible.
No sé dónde “desubicar” al Tamunangue porque más larense
no puede ser. Y que más criollo y
auténtico que esa cuna de la mayor producción musical de Venezuela, como lo es Lara. No es
por accidente que de allá nos hayan venido los polémicos y ovacionados José Antonio Abreu y
Gustavo Dudamel, entre otros
grandes; por cierto, este último
nos transforma en exultantes
patriotas cada vez que en un
escenario nacional o internacional arranca para clausurar con
el “Pajarillo”, en dichosa competencia con el “Alma Llanera” y
“Viva Venezuela”.
Voy a concluir antes de que se
me duerman (os durmáis) expresando mi queja: ¿Por qué a Fidel,
quien es un hombre cultísimo, le
encasquetamos en sus 90 años la
gentará de “Corazón Llanero”
que casi colapsó la tarima del
Teatro Karl Marx de La Habana,
como si fuera lo único representativo de la cultura venezolana?
Si se hubieran propuesto estremecer a toda Cuba, habría bastado con Oscar de León.
Me pregunto también, ¿si construimos un Centro de Acción
Social por la Música para la Orquesta Juvenil e Infantil y restauramos un buen ejemplo de Art
Deco como el Teatro Junín exclusivo para “Corazón Llanero”, por
qué entonces no le ofrecemos un
espacio monumental permanente
al conjunto de toda nuestra música venezolana? (¿El Helicoide?).
Para estimular la curiosidad
de los hasta ahora practicantes
inadvertidos del apartheid cultural, he aquí una lista de temas, modalidades y personajes
musicales sin orden alfabético,
ni de fama, ni cronológico, pero
pidiendo perdón a todos los momentáneamente olvidados:
Antonio Lauro, Elisa Soteldo,
Humberto Sagredo Araya, Federico Ruiz, Estelita del Llano,
Eduardo Serrano, Alfredo Sadel
(El Guarapo), Yolanda Moreno
y sus Danzas Venezuela, Hugo
Blanco, María Teresa Chacín,
Moisés Moleiro, Morella Muñoz,
El Pacto EP, Vicente Emilio Sojo,
Gino González (Terror de los
“sifris”), Víctor Morillo, Andrés
Cisneros, Raúl Borges, Pablera,
Héctor Cabrera, el Bambuco, la
Misa Criolla venezolana, Tambores de Naiguatá, Ilan Chester,
Raquel Castaños, Benito Canónico, Vytas Brenner, el Mandu-
co, la Jota carupanera, Edith
Salcedo, Cherry Navarro, Los
Tucusitos, Antonio Carrillo, La
Veragacha, Amaranta, Ensamble Gurrufío, Homero Parra,
Los Cañoneros, Roberto Todd,
La Malagueña (no la salerosa),
Chucho Sanoja, La Pequeña
Mavare, Chelique Sarabia,
Clara Rodríguez (consagrada
en Londres), Laudelino Mejías,
Billo Frómeta, los Cantos de Pilón, Sandino Primera, Contradanza, Los Hermanos Delgado
Estévez, Tambores barloventeños, Néstor Zavarce, Aguinaldos caraqueños y orientales,
Rosa Virginia Chacín, Manuel Rodríguez Cárdenas, Alí
Alejandro Primera, Amilcar
Segura, Enrique Hidalgo, Manuel Yánez, “Chuchito” Sanoja,
Fedora Alemán y Rafael Izaza,
etc, etc, etc, etc, etc…
¡Cuántas emociones acumuladas! ¡Cuánto amor patriótico! ¡Cuánta gratitud de vida!
Termino porque esto está
muy largo y tengo que salir a
la calle a dar la cara por nuestra Revolución Bolivariana y
lo hago evocando al premonitorio Alí Primera:
“Yo no me quedo en la casa,
porque al combate me voy...”
*Socialista cristiano
Caracas
4
Suplemento dominical del
La Patria Buena | Nº 298 s$OMINGODESEPTIEMBREDE
%NESTEPUEBLOYARACUYANOSERATIFICØENEL4RATADODE#OCHE
Con Nirgua
nunca se agotan los elogios
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AVIVIREN.IRGUA
U
na vieja emisora radial nirgüeña, ya desaparecida, iniciaba sus jornadas diarias con
las palabras “Transmitiendo
desde Nirgua, la ciudad limpia y colonial que descansa plácidamente sobre
la montaña”. Aunque Nirgua en verdad no descansa “sobre la montaña”,
sino al pie de ella, la aseveración recoge un tanto la dinastía y el donaire de
esta ciudad yaracuyana a la cual se le
conoce también como “la Sultana del
Picacho”. El Picacho es una de las montañas que la rodean.
El himno de Nirgua, cuyo autor es
el profesor jubilado Arístides Sánchez
Silva, titulado “Un pueblo, un montaña y yo”, también recoge esa especie
de aura lírica que parece envolver al
pueblo, sobre todo arropado por la neblina de la mañana. La letra menciona al río Buría, al Picacho, y al Negro
Miguel, un negro esclavo que fue el
primero en alzarse contra el conquistador español, y fundo un reino por las
inmediaciones de Nirgua a mediados
del siglo XVI.
“Instado por las ansias subí a la
cumbre erguida/ cuando en la noche
hurtan su dimensión de aurora/Sentí
bajo mis plantas que la tierra era más
tierra/ Sentía sobre mi frente que el sol
era más sol”, señalan los primeros versos del himno.
Nirgua, la capital del municipio epónimo, con unos 60 mil habitantes, y
más de 342 petroglifos cuantificados,
dista unos 60 kilómetros de Valencia
por la carretera Panamericana que lleva a Barquisimeto. La vía atraviesa los
valles altos de Carabobo y entra al estado Yaracuy, entre campos pletóricos
de verde, potreros, haciendas y plantaciones de naranjas, con fama de ser las
mejores y más dulces del país.
Carlos Santini Losada, un nirgüeño
de alma y temple forjado entre las vivencias y calles de este pueblo, señala
que “Nirgua tiene muchos misterios” y
que se requerirían muchas horas para
recoger su rica historia. Santini, un
profesor jubilado de Ciencias Sociales
dedicado a recoger y hurgar en la historia local, suele rematar con un “fíjese
usted” o un “para que usted vea”, cada
vez que alude a uno de esos pasajes fascinantes, singulares o curiosos, que
han hecho de Nirgua uno de los pueblos
más interesantes del estado Yaracuy.
“Se dice que María de Alonso era una
mujer muy bella de ojos verdes. Se le
apareció a los conquistadores españoles montada sobre un animal raro, una
danta. Incluso, hay documentos que dicen que vivió por aquí, cerquita, donde
está la escuela Buría. No se explicaban
cómo este espécimen femenino podía
tener esos ojos tan bellos por estas
montañas. María de Alonso, fíjese usted, todo lo que tenemos de Nirgua y
que se nos ha ido”, afirma.
De María Alonso se afirma que es la
misma María Lionza, la hermosa mujer objeto de devoción popular en las
montañas de Sorte, por los lados de
Chivacoa.
Don Santini confiesa que Nirgua ha
tenido algo mágico, una suerte de encanto que llama a la gente a quedarse, a vivir aquí. Advierte que hay un río, cuyas
aguas poseen una especie de sortilegio o
encanto.
“Si usted se baña en Los Chorritos, usted no se va de aquí. Le recomiendo que
no se bañe porque se va a quedar en Nirgua. Es un chorro de agua que ha manado allí toda la vida. Nace en la montaña,
pero no se sabe de dónde viene; es un
balneario”, señala.
LOS JIRAJARAS
Uno de los aspectos fascinantes de
Nirgua, relatado por Carlos Santini
Losada, gira alrededor de los intentos
de su fundación por parte de los conquistadores españoles y la oposición
de los indios jirajaras, quienes por más
de 100 años ofrecieron una tenaz resistencia. Ranchería que levantaban los
invasores, ranchería que destruían y
quemaban los jirajaras. Así que desde
mediados del siglo XVI, con el descubrimiento de las minas de oro de Buría,
por parte del capitán Damián del Barrio, se inicia una serie de frustrados
intentos por levantar un pueblo, hasta
el 25 de enero de 1628, fecha que se tiene
Nº 298 s$OMINGODESEPTIEMBREDE|La
0ATRIA"UENA
,ASRUINASDE
3AN6ICENTE
como la fundación de Nirgua por Juan
Meneses y Padilla.
En 1567, Diego de Losada visita Villa Rica, uno de los tantos poblados
primigenios, en donde se oficia una
misa justamente en el mismo sitio
que hoy ocupa la iglesia principal de
Nirgua.
Carlos Santini expresa que Nirgua,
“para que usted vea”, fue una de las
pocas regiones que tuvo Real Cédula
de País de Zambos y Mulatos, otorgada
por el rey de España y que cuando el
conquistador Diego de Losada, fundador de Caracas, pasó por aquí se hizo
en su honor la primera corrida de toros
celebrada en Venezuela.
“Ese día se hizo una novillada y Diego de Losada fungió como rejoneador
en uno de los toros que se lidiaron. Eso
tiene su explicación lógica y científica:
recuerde usted que el conquistador es-
5
Suplemento dominical del
Generalmente los fortines militares se
construían en las cotas marinas para
defenderse del ataque de corsarios y piratas, de allí que muchos historiadores
se pregunten por qué esa especie de
fuerte levantado tierra adentro, conocido en Nirgua como Las ruinas de San
Vicente. La fortaleza, todavía en pie con
buena parte de sus muros erguidos, ha
sobrevivido al paso del tiempo por más
de 400 años.
La explicación suministrada por los
expertos refiere que se trata de una fortaleza defensiva enclavada en la montaña
para hacer frente a los ataques de los indios jraharas, garantizar la explotación de
las minas de oro descubiertas en 1551 y
proteger las expediciones españolas que
por allí pasaban.
Carlos Santini Losada recuerda que
por esta región estaban las minas de oro
de Buría, cuyo sitio exacto o localización
se perdió en el tiempo.
“Hay una cuevas por allí que se cree
corresponden al sitio donde estaban las
minas; yo le pido a Dios que no se descubran”, dice.
pañol , según la historia nuestra, entró
por occidente, por Coro, El Tocuyo,
entonces, este fue el paso obligado hacia el centro de la República. Este fue
el Camino Real. Las conquistas hacia
el centro tuvieron que pasar por aquí.
Las grandes caravanas pasaban por
aquí “, explica.
Santini alaba el valor y la tenacidad delos indios jirajaras, quienes no dieron ni
pidieron cuartel a los invasores españoles. Los conquistadores, para defenderse
de los jirajaras y proteger el transporte
de oro, se vieron obligados a construir el
único fortín tierra adentro levantado en
Venezuela. La fortaleza, conocida como
las ruinas de San Vicente, todavía permanecen en pie, en la montaña a pocos
minutos del pueblo.
De los caciques jirajaras nombra a Parífano, Parifanelo, Oruje, Orujito, Quiriquirire. Asegura que no existen evidencias ni vestigios de que haya existido un
cacique llamado Yaracuy.
“Aquí hay un campo que se llama Garci González, en ese lugar se dio la batalla
de Garci González. Allí se enfrentó Parífano, cacique de los jirajaras contra el
conquistador Garci González de Silva y
resulta que Parífano lo derrotó ¿ por qué
la comunidad no se llama Parífano sino
Garci González?, es para que usted vea,
cosas que tiene nuestra historia. La historia nos las vendieron así, como decía el
comandante Chávez”.
A los jirajaras los califica como indios
muy nobles que nunca violaron a una
mujer o un niño español. Ellos equiparaban a la mujer con la tierra que era uno
de sus dioses. La mujer, como la tierra,
era un ente único con facultades para
dar vida a otro ser.
“Ese es el motivo por el cual, y lo digo
con sentimiento, nuestros indígenas
fueron nobles, cosa que no hicieron los
conquistadores que llegaban y arrasaban con todo, incluso violaban a nuestros indígenas por su belleza, exuberancia, cosa que no hicieron nuestros
aborígenes”.
–¿Y el rey Miguel?
–Se cree que fue un príncipe africano,
traído por la zona de Puerto Rico. Se dice
que creó una organización social después del alzamiento contra los españoles
en 1553. Nombró a su esposa como reina
y príncipe a su hijo, nombró a un obispo
negro y a un secretario de guerra, equivalente hoy día a un ministro de defensa. Hizo un curdubaré, es decir, un reino
o un reinado, que era como una fortaleza, a donde solamente sus hombres y los
indios jirajaras sabían llegar. Murió en
un intento por tomar Barquisimeto; encabezó una de las primeras revoluciones
de América Latina.
SOLÍCITO AMOR
Nirgua posee un valioso patrimonio
edificado que se refleja en el conglomerado de viejas casas del casco central.
Muchas de ellas se remontan a los años
dorados del café y del cacao. Entre tantas menciona la vieja casa que estaba
frente a la plaza Bolívar, a pocos metros
de la iglesia, en cuyo recinto, el 28 de
mayo de 1863, se ratifica el Tratado de
Coche que había puesto fin a la Guerra
Federal. La ratificación del acuerdo fue
firmado por Antonio Guzmán Blanco,
en representación de Juan Crisóstomo
Falcón y Pedro José Rojas en representación de José Antonio Páez. Ese día,
Continúa en la siguiente página
6
Suplemento dominical del
La Patria Buena | Nº 298 s$OMINGODESEPTIEMBREDE
#ASADELA$IVERSIDAD#ULTURAL
Viene de la página anterior
#ARLOS3ANTINI,OSADA
Nirgua pasó a ser capital por un día de
la Federación.
De la casa donde se ratificó el Tratado de Coche solo quedan tres astas sobre un monolito en la acera en el que
han propuesto colocar una placa conmemorativa. La edificación dio paso a
un centro comercial. Más adelante, en
la esquina se halla, todavía en pie, la
“casa de las dos banderas”, en la que se
hizo el ágape.
“La casa de la ratificación del tratado
nos la dejamos tumbar; no hubo quien la
comprara”, se lamenta Santini.
Otras de las razones por la que este
profesor jubilado se deshace en loas sobre su pueblo, es la riqueza en las artes
por tantos hombres y mujeres que Nirgua ha parido. No en balde en 1973 fue
reconocida con un título que ha perdurado a través de los años: “Capital cultural del estado Yaracuy”. Actualmente
en el pueblo funciona, otro privilegio,
la sede de la Casa de la Diversidad Cultural del estado Yaracuy. En esa casa
nació Alfredo Pietri Daudé.
“¿Usted sabe quién fue Alfredo Pietri
Daudé”, pregunta Santini. “Yo creo que
usted ha escuchado esta canción que
le voy a tararear: “Al árbol debemos
solicito amor; jamás olvidemos que es
obra de Dios”. Esa letra pertenece a Alfredo Pietri Daudé, el autor del Himno
al Árbol nace en esa casa que hoy día
es la casa de la Diversidad del estado
Yaracuy. Imagínese usted. El autor de
la música fue el maestro Miguel Ángel
Granados, otro nirgüeño, nada más
y nada menos que nacido en Paracay,
honra de los campesinos, pues nace en
un campo. Es el autor de la música del
Himno al Árbol y de la música del estado Cojedes. Imagínese usted”, señala
don Santini, quien también es un músico reconocido, miembro de la parranda
Venezuela 2 con 42 años de nacida.
En el campo de las artes resalta
los nombres tres mujeres orgullo de
Nirgua: María Clemencia Camarán,
poetisa, Morita Carrillo y Pálmenes
Yarza, otra gran poetisa. Entre los pintores se refiere a Rafael Montilla, Antonio Escobar, Víctor Pineda, José Luis
Montoya, Miguel Ochoa; escultores
como Virgilio Quintero, Félix Gregorio
Pinto, Darwin Diaz.
Santini confiesa que su pasión por la
historia le nació oyendo los cuentos que
le echaba su abuelo Bartolo Losada. El
recuerdo de su abuelo lo lleva a los años
juveniles.
“Yo los viernes después que salía del
Ustariz (el plantel) me iba para Guerrero y me quedaba en la casa de mi
tía Guillermina. Me llevaba un real
de queso, un tolete y una papelita de
mantequilla Nelly. Le decía, tía aquí
está. A las cinco de la mañana llegaba ella a la trojita donde yo dormía, y
me decía, párese que ya hay arepas.
Yo dejaba derretir la mantequilla en
las arepas hechas a leña en un budare;
era lo más sabroso que uno se podía
comer”, dice
Nirgua
Nº 298 s$OMINGODESEPTIEMBREDE|Parte
de ,ITERATURA
7
Suplemento dominical del
,APALABRAQUETEDESCRIBE
Friedrich Nietzsche:
“Vivo dentro de mi propia luz”
1.
Hay que respetar los rituales. Son espacios necesarios. Desde el más
intrascendente hasta el más
intenso merecen atención. Nos
conforman como individuos,
como seres, como humanos,
como especie. Nos identifican y
diferencian ante el Otro. Y también nos relacionan con el Otro.
Nos ubican, nos explican, nos
sostienen, nos marcan como
existencia. Hay que respetar los
rituales.
2.
El lector es animal de
rituales. El que nos ocupa hoy de este humilde
servidor está relacionado con
las fechas importantes de un
autor o su obra. Si las circunstancias brindan la información,
es decir, si es el cumpleaños, el
aniversario de nacimiento o
fallecimiento, si se cumple una
década, un siglo, o más, de un
autor u obra determinada, casi
siempre gloriosa, o merecedora de ella, que marcó un antes
y un después de algo con su
aparición, ya sea a algunos, o
a muchos, sea el hecho que sea,
no pasa bajo la mesa, sino por
encima de ella. (No es una ley
inexorable, pero si las palabras
y las emociones se alinean el
pequeñísimo homenaje va, de
que va, va).
3.
Entonces, se revisa la
biblioteca, se extrae el
ejemplar del susodicho,
si lo tenemos, ah, esa fortuna
que a veces acompaña, y se carga por el día, o por la noche, preferiblemente cerca del corazón.
La razón llega siempre sola, sin
que la empujen, ya que siempre,
pero siempre, siempre, y siempre, llega el momento de la jornada en el que no se sabe bien si
el que late es nuestro órgano o
es el libro que lo hace por uno.
O, quizá, quién sabe, ambos, de
manera sincopada.
4.
El mensaje de un amigo, que nos llega más
allá de este mar y otros
mares, nos recuerda que debido
a que por estas fechas, el pasado 25 de agosto, pero de 1900,
el filósofo Friedrich Nietzsche
se ausentó de la vida cotidiana, vuelve (aunque en realidad
nunca se ha ido) a las vitrinas
2UBÏN7ISOTZKI
I/ Manuel Loayza
Caracas
11.
“Vivo dentro
de mi propia luz”.
“He volado miles de millas
más allá de todo lo que hasta
ahora se llamaba poesía”.
“La mujer perfecta desgarra
cuando ama”.
“Nadie puede escuchar
en las cosas, incluidos
los libros, más de lo que ya
sabe. Se carece de oídos
para escuchar aquello
a lo cual no se tiene acceso
desde la vivencia”.
“Las palabras más
silenciosas son las que traen
la tempestad”.
(Todas las citas de este
número 11 pertenecen
al libro Ecce homo,
Ed. Alianza, 1997).
Hombre único, autor único,
pensador único, filósofo único,
el escritor, nacido el 15
de octubre de 1844, en Röcken,
y fallecido el 25 de agosto de 1900,
en Weimar, luego de estar internado
en un sanatorio psiquiátrico,
es, hasta este domingo y por
muchísimos más, indispensable
para entendernos como especie.
Con Así habló Zaratustra, La gaya
ciencia, El anticristo, La genealogía
de la moral, entre muchas otras
obras de importancia, su voz
crítica nos sigue hablando al oído.
Escuchémoslo.
12.
de las librerías. Una nueva
edición de la respetabilísima
biografía del pensador alemán,
Nietzsche. El hombre y su filosofía (Ed. Tecnos, 2016), del británico Hollingdale (1930-2001) es
el motivo del revuelo.
5.
Hasta estos momentos,
hasta que el trabajo de
Hollingdale permanecía desaparecido, es decir, hasta hace nada, el gran trabajo de
Rüdiger Safranski, Nietzsche.
Biografía de su pensamiento
(Ed. Tusquets 2000) dominaba
la escena de la literatura en castellano. Y es que tenía con qué.
Basta, si se es excesivo, mencionar la primera página, el extracto de la carta de Nietzsche a
Carl Fuchs, que funge de cita:
“No es necesario ni deseable
que alguien tome partido por
mí. Al contrario, una dosis de
curiosidad, como la que nos
inspira una planta extraña,
acompañada de una resistencia
irónica, me parecería una posición incomparablemente más
inteligente en relación con mi
persona”.
6.
No vamos a exaltar a
Nietzsche porque no
somos,
evidentemente, los indicados para hacerlo.
Vaya que hay autoridades en el
mundo entero, en este siglo y en
otros, para hacerlo con el debido tino. Pero sí vamos a recordarlo, a llamarlo al presente, a
invitarlo a que nos acompañe,
para que luego nos deje con sus
cuchillazos a ver de qué somos
capaces de hacer con semejantes heridas.
7.
Sin orden, pero con mucho desorden, citaremos,
a nuestro entender palabras merecedoras de singular
cuidado que hemos leído en
algunas de sus obras. Como ya
se sabe nuestra desfachatez es
infinita y realizar una apretada
selección en píldoras literarias
de lo expresado por Nietzsche es
cosa de locos. Pero, ahí vamos:
“Los dos valores contrapuestos ‘bueno y malo’, ‘bueno y
malvado’, han sostenido en la
tierra una lucha terrible, que
ha durado milenios; y aunque
es muy cierto que el segundo
valor hace mucho tiempo que
ha prevalecido, no faltan, sin
embargo, tampoco ahora lugares en los que se continúa
librando esa lucha, no decidida
aún”. (…) Genealogía de la moral (Ed. Alianza, 1972).
8.
“Un testimonio de
amor. Alguien dijo:
‘Sobre dos personas no
he reflexionado nunca a fondo:
ese es el testimonio de mi amor
hacia ellas”. “El caminante y
su sombra” (del libro Humano,
demasiado humano, vol. II, Ed.
Akal, 2001)
9.
“De la aguja horaria de
la vida. La vida consiste en raros momentos
aislados de suma significación
y de incontables intervalos en
los que, en el mejor de los casos, nos rodean las sombras
de esos momentos. El amor, la
primavera, cualquier bella melodía, la montaña, la luna, el
mar, todo le habla plenamente
al corazón una sola vez, si es
que en general toma alguna vez
la palabra. Pues muchas personas no tienen en absoluto esos
momentos y son ellas mismas
intervalos y pausas en la sinfonía de la vida real”. “El hombre
a solas consigo” (del libro Humano, demasiado humano, vol.
I, Ed. Akal, 2001).
10.
“Que tu vida sea
cien ensayos: sean
tu fracaso y tu éxito una demostración; y cuida
de que se sepa las que has intentado y demostrado”. La hora
del gran desprecio. Fragmentos
póstumos (Ed. Biblioteca Nueva, 2006).
“El pensar llega
hasta los abismos
más
profundos
del ser, y que el pensar es capaz no sólo de conocer, sino incluso de ‘corregir’ el ser”. (De
El nacimiento de la tragedia,
Ed. Alianza, 1996).
13.
La última cita es
la más importante, si le preguntamos a nuestro corazón. ¿Por
qué una expresión, lo dicho,
se impone ante otra expresión,
ante otra cosa dicha? Hay muchas interpretaciones al respecto. La más inmediata, la
de mayor fuerza, intensidad y
sentido es muy sencillo: porque la necesitamos.
Esta es:
“En la larga prehistoria de
la humanidad se presuponía
el espíritu por todas partes
y a nadie se le ocurría venerarlo como una prerrogativa
del hombre. Como, por el contrario, se había convertido lo
espiritual (junto a todos los
instintos, maldades e inclinaciones) en bien común y,
por lo tanto, en algo general,
nadie se avergonzaba de descender de animales o árboles
(las familias ‘distinguidas’ se
sentían honradas por estas
fábulas) y veía en el espíritu
aquello que nos une con la naturaleza, no lo que nos separa
de ella”.
Feliz domingo, querido lector.
8
Suplemento dominical del
Parte de Música | Nº 298 s$OMINGODESEPTIEMBREDE
3WING,ATINO
“Hay música en tu voz,
hay música en tus manos…”
%NSUSTIEMPOSDEESTUDIANTE
UNPOLÓTICOVENEZOLANOCREØELBOLERO
RO
QUESEHARÓAUNIVERSALMENTEFAMOSO
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ENLAVOZDELCUBANO,INO"ORGES
h6IDACONSENTIDAv
T/ Ángel Méndez
F/ Cortesía
S
us biógrafos aseguran que nació
ió
…?)
el 8 de agosto de 1932 o 33 (¿…?)
y fue bautizado como Severo
ro
mAlberto Borges Abreu; un campesino nacido en el municipio Batabanó,
nó,
una extensión de tierra que abarca un
extenso humedal costero, arropado por
or
el mangle y hermosas sembradíos de la
os
llanura al sur de La Habana. En esos
años mozos, Severo Alberto se desemmpeñaba como recogedor de berro; en los
os
aratos de descanso sus compañeros de labor le pedían que les complaciera con las
as
canciones del momento. El muchacho no
se hacía de rogar.
Con el tiempo, nuestro personaje sería
ía
reconocido internacionalmente como
mo
bolerista, convirtiéndose en uno de las
as
os:
mejores boleristas de todos los tiempos:
Lino Borges
“VIDA CONSENTIDA”
Fue esta canción la que lanzó a la fama
internacional al de Batabanó. Fue compuesta por un venezolano que el destino
conduciría a un terreno bastante alejado de la música: Homero Parra Bravo,
quien fuese exdiputado por Acción De-
mocrática en el fenecido Congreso de la
República de Venezuela y quien fungiera además como expresidente del INCE
y el ministro de Información y Turis-
mo de Carlos Andrés Pérez. Cabe aquí
la bolerística pregunta “benimoreana”:
¿Cómo fue?
“Vida consentida” fue compuesta originalmente en tiempo de vals venezolano, pero fue arreglada para adaptarla a
la voz de Lino Borges. Vale la pena reproducir algunos párrafos de la entrevista donde el compositor y expolítico
echa el cuento relacionado con el famoso
bolero.
“Yo fui trompetista en una orquesta
de El Tocuyo y como tal me desempeñé
en Caracas para costearme los estudios
universitarios. “Vida consentida” fue
una canción que compuse siendo yo estudiante de Derecho y Economía en la
Universidad Central de Venezuela en
1964. Esa canción nació del corazón. La
escribí frente a la Universidad Santa
María, en la plaza Madariaga. Quería
darle una serenata a una novia que se
llamaba Mirna y, claro está, fue grabada. Posteriormente me llamó José Pagés, quien era productor y dueño del sello Velvet de Venezuela. De manera muy
amable me sugirió que, para generalizar
la canción, cambiara el nombre de ‘Mirna por Vida’, así le estaría dedicando la
canción a todas las mujeres del mundo.
Le estaría cantando al amor”.
En cierta oportunidad, Parra cantó
su canción en un local público y allí se
encontraba quien se haría célebre interpretándola: Lino Borges. El bolerista le
solicitó autorización para incluirla en
su repertorio. Así lo hizo. Importante
es aclarar que no fue el cubano el primero en grabarla; anteriormente había
sido llevada al acetato por el recordado
actor Orángel Delfín, quien tuvo su momento como cantante. Más tarde lo hizo
el valenciano Raúl Ruiz y también se
menciona un cuarto cantante: Mardogo
Aguilarte, quien se hizo acompañar de
un mariachi.
“Vida consentida”, interpretada por
Lino Borges, se colocó en el primer lugar
de Hit Parade de Nueva York durante 26
semanas. Igual éxito tuvo la canción en
nuestro país. Este bolero es considerardo uno de los cien más importantes del
mundo. Luego de Borges, fue grabado
por casi todos los cantantes románticos
conocidos y en varios idiomas, pero sin
lugar a dudas, Borges fue el bolerista
que la dio a conocer en el mundo y quien
mejor la interpretó.
Lino Borges falleció el 23 de agosto de
2003 y fue enterrado en su Batabanó natal. Homero Parra se dedicó a las finanzas y ejerce su profesión en Nueva York,
Londres y Miami. Como es de suponer,
ya no compone ninguna canción
Caracas
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