172 Servicios de Inteligencia y Espionaje. 1936-1939* La finalidad de un Servicio de Información, tal como señala el «Reglamento del Servicio de Información en campaña»1 es: «Presentar al Mando en una síntesis desprovista de detalles inútiles, a petición de aquél o por iniciativa propia, todos los informes sobre la situación y posibilidades del enemigo que sean susceptibles de determinar o modificar una decisión o le sean de utilidad para conducir una maniobra ya iniciada». Podemos asumir esta definición, que es totalmente válida para cualquier sistema de información general. Ahora, una vez definido el objetivo, ¿cómo llegar a cumplirlo? Bertrán y Musitu define de una manera escueta, pero completa, lo que es la técnica de un sistema de información: F a «Las reglas o normas para la obtención de estas noticias, su reunión, clasificación, depuración y ordenamiento constituyen la técnica de la información»2. Al hablar de servicios de información inmediatamente nos salta a la cabeza la idea del espionaje. Sin embargo, los espías, a pesar del aura de misterio, aventura y exotismo que los rodean, son tan sólo José Bertrán y Musitú. Creador y jefe del SIFNE. Fuente: José Felipe Beltrán de Caralt. José Ramón Soler Fuensanta Tratado de criptografía enviado a la delegación de la SSE de Palma de Mallorca. En el frente se aprecia el sello de la SSE. F a 173 S ervici o s de I nteligencia y E s p i o naje 1 9 3 6 - 1 9 3 9 174 uno de los métodos de obtención de información, y, desgraciadamente para estos agentes, su trabajo suele ser muy arriesgado y acaba frecuentemente delante de un pelotón de ejecución. ¿Cómo se obtiene la información? ¿Qué información es válida? ¿Quién la obtiene? Son preguntas que se nos presentan inmediatamente. La información puede obtenerse de una forma lícita, como en el caso de la obtenida por las legaciones diplomáticas ya que una de las funciones de la diplomacia es la obtención de información para los propósitos de su país tal como afirma Bertrán y Musitu cuando dice que «una buena parte de la función diplomática es coincidente con la función informativa general». F a Los diplomáticos no son sólo los representantes de su patria en una nación extranjera, sino también sus ojos y sus oídos en ese país. Esta ambivalencia hace que deban ser extremadamente cautos ya que todas las naciones son conocedoras de esa dualidad de funciones, y es indudable que una representación adecuada puede ser de vital importancia en las relaciones con un país. Los espías y agentes suelen obtener la información por otros medios, no tan legales, asumiendo un riesgo mucho mayor. Pero a veces, el simple hecho de leer periódicos y cotejar las noticias pueden dar informaciones mucho más importantes de lo que puede parecer a simple vista. Bertrán y Musitu afirma en su libro: «La lectura de la Prensa da impresión exacta de la confianza del Gobierno en el Mando y de la del Mando en sus jefes sin más estudio que el cuidadoso examen de los ascensos, de los nombramientos, de los traslados y las destituciones.». Las informaciones de ceses y nombramientos, las cartas del frente, las noticias de visitas de personalidades y las fotos que acompañan los textos combinadas con un fichero general, riguroso y completo, permiten la obtención de información militar, política y económica muy detallada. A veces incluso se llega a dar el caso de no ser necesario el espía cuando hay políticos con ganas de impresionar. Recordemos por ejemplo la arenga que dio Largo Caballero a las fuerzas del Ejército del Centro el día 28 de octubre en la que daba la fecha y momento en que iba a producirse el ataque, e informaba de que disponían de tanques y que iban a utilizarlos, cosa que los servicios de información nacionalistas ignoraban.3 Una cosa tan aparentemente pueril como los anuncios pueden dar una idea muy clara de los productos básicos más escasos, entrando en el tema del espionaje económico, y de la moral de la población. Sin embargo, si nos atenemos a un punto de vista militar más ortodoxo se puede obtener información sobre las intenciones del enemigo de prisioneros, evadidos, de la población, observatorios, escuchas, exploradores, documentos y objetos recogidos. Los Servicios de Información al inicio de la guerra Si hablamos de espionaje, podríamos decir, sin temor a equivocarnos, que al empezar la guerra había muchos más agentes extranjeros actuando en España que españoles dedicados al tema. España era un hervidero de agentes franceses, italianos, alemanes y británicos. Su ubicación geográfica privilegiada hacía que en nuestro país recalaran espías de todas las nacionalidades, al igual que había ocurrido durante la Primera Guerra Mundial. Su existencia era más acusada en determinados lugares, como las islas Baleares, en las que se podía ver a alemanes que compaginaban los más variopintos oficios con el de sondear el litoral marino4. El tema del espionaje extranjero en nuestro país ya era de dominio público y en 1933 el general Franco, en esa época Comandante General Militar de Baleares, dicta toda una serie de normas, muy criticadas por la sociedad local, con la intención de reducir el espionaje extranjero en las islas, unas islas que por otra parte empezaban a vivir de los visitantes foráneos5. Volviendo a los servicios de información españoles, en esa época tan solo podemos hablar de dos de ellos: la Dirección General de Seguridad(DGS) y la Sección del Servicio Especial (SSE). La primera fue creada en 19126 con atribuciones más policiales que de servicio de información, aunque, en los primeros años treinta disponía de una oficina mixta de información en Tánger y una delegación en París a las ordenes de José María Quiñones de León, que más tarde, en la guerra civil, aprovechó esa experiencia y sus contactos para ayudar a los servicios de información franquistas en Francia. Desde el mundo militar se ve claramente la necesidad de la creación de un Servicio de Información Militar acorde con los tiempos y, en 1932 se crea la Sección del Servicio Especial (SSE). Sin embargo, acaba convirtiéndose en un Servicio de Información Interior, dedicándose principalmente a estudiar la filiación política de los miembros de las fuerzas armadas. Si el SSE falló en sus funciones al no prever el golpe militar, o si advertidos de éste en el Gobierno no se tomaron las medidas adecuadas para abortarlo es una de las cuestiones que hoy por hoy es muy difícil contestar. La José Ramón Soler Fuensanta Si algo caracteriza los primeros meses de la guerra desde el punto de vista de los servicios de información es, sin duda, la improvisación y la precariedad de medios. Cada organismo tiene su propio servicio de información, que no comparte con sus teóricos aliados, y depende más del arrojo y valentía de los improvisados agentes que de un eficaz planteamiento. A medida que transcurre la contienda la impresión que tenemos es que, si bien ambos contrincantes empiezan su propia reestructuración y creación de organismos más adecuados para sobrellevar con éxito la contienda, el bando nacional es el que toma mejor nota de las enseñanzas de los asesores extranjeros y tiende hacia una fusión y conjunción de los servicios existentes en uno solo que permita un mejor aprovechamiento de los recursos. En el bando republicano, posiblemente si Prieto hubiera seguido en el Ministerio de Defensa Nacional se hubiera llegado también a la necesaria centralización de los servicios en un único organismo, pero, es sólo una hipótesis. Un punto importante es determinar si es necesario unificar los organismos dedicados al espionaje y al contraespionaje en un solo servicio de información. Particularmente mi respuesta en este sentido sería que —si bien no es imprescindible si existen cauces determinados y adecuados para compartir la información— sí que es preferible. Es muy difícil separar completamente ambas actividades ya que en cualquiera de ellas se obtiene información que concierne a la otra y, si no hay un cauce claramente definido del flujo de la información entre los organismos competentes, ésta se pierde. Por otra parte, la disparidad de servicios de información es muy poco eficiente en cuanto a recursos y, sobre todo, en cuanto a centrar objetivos. Lo que parece claro después de leer múltiples biografías e historias de protagonistas que tuvieron alguna relación con los servicios de información en el bando republicano, es que no se les supo o no se les pudo aprovechar convenientemente. Había demasiados servicios, demasiada separación de funciones, principalmente por falta de confianza entre los teóricos grupos aliados, y poca colaboración, basada fundamentalmente en esa desconfianza. A pesar de ello, hacia el final de la guerra, empezamos a ver un esquema más moderno y adecuado, que seguramente hubiese conducido a la creación de un único servicio. Ese esquema debía estar organizado en tres ejes, uno interior en el que el SIM, una vez absorbido el DEDIDE, debía encargarse de la seguridad y el contraespionaje; otro exterior en el que el SIEE (Servicio de Información Especial Estratégico) y el SIDE (Servicio de Información Diplomática Especial) debían encargarse del espionaje fuera de España y por último el SIEP (Servicio de Información Especial Periférico), que debía encargarse de la obtención de información en la zona controlada por los nacionalistas. Anselmo Carretero Jiménez. Jefe del SIDE. Fuente: Fundación Pablo Iglesias. Volviendo al inicio de la guerra, lo primero que intenta controlarse es el espionaje, al que se temía muy especialmente, seguramente por ello se dio más importancia a la creación de organismos de contraespionaje que a los de espionaje. Fruto de este miedo es la publicación de bandos tan curiosos como el de 11 de diciembre de 19368 en Mallorca, en el que se regula el uso y tenencia de palomas y palomares dado que «considerada la paloma mensajera como auxiliar de las transmisiones en tiempo de guerra» podía ser utilizada para enviar mensajes a la zona republicana, advirtiendo en su artículo octavo «Toda persona que emplee palomas mensajeras en relaciones perjudiciales a la seguridad del Movimiento Nacional incurrirá en las penas que señala el Código F a cuestión es que el SSE es disuelto en la zona republicana después del levantamiento militar, pero se mantiene en la zona nacional, la delegación de Marruecos se pasó en bloque a los sublevados, siendo absorbido finalmente por el Servicio de Inteligencia Militar (SIM) franquista7. S ervici o s de I nteligencia y E s p i o naje 1 9 3 6 - 1 9 3 9 176 de Justicia Militar, como espionaje en guerra». F a En los puertos de mar, ante la imposibilidad de amarrar la flota pesquera se regulan las comunicaciones de los buques pesqueros en alta mar y se les prohíbe que atraquen en puertos extranjeros sin autorización especial de la Comandancia de Marina9. El espionaje en las islas Baleares preocupa especialmente a las autoridades nacionalistas. El 25 de febrero de 1938, la Segunda Sección del Estado Mayor de la Armada envía un informe al vicepresidente del Gobierno relativo al espionaje enemigo en Baleares y las medidas para destruirlo. Las Baleares son un punto importantísimo como base de operaciones de la Flota y la aviación nacionalistas. De allí parten los bombarderos que continuamente atacan los puertos y ciudades republicanas y los buques encargados del bloqueo naval. Es una constante durante toda la guerra la presunción de la existencia de agentes en la isla que enviarían por medio de enlaces por radio información a la zona republicana. En una información de agosto de 193710 se informaba que en la isla funcionaban una o varias emisoras clandestinas. Sin embargo, dichas emisoras fueron buscadas infructuosamente y nunca encontradas. En las conclusiones de la Memoria de actividades de la Compañía de Transmisiones de Mallorca11 se dice que se ha estado buscando sin éxito dichas emisoras con la ayuda de una estación radiogoniométrica cedida por la aviación italiana a instancias del Estado Mayor. Sin embarg, continuamente se recibían informes en los que se daban detalles de los aeródromos, y aviones que los ocupaban. Al parecer estos informes fueron muy abundantes en la primera mitad de 1937, de ello avisa la Sección de Información del CTV en una noticia enviada desde Roma en la que se dice que «Parece que barcos franceses recogen en Mallorca cartas clandestinas destinadas a Menorca y Barcelona»12. Nosotros hemos podido ver un informe que parece coincidir con los anteriormente descritos, pero concerniente a la isla de Ibiza. En dicho informe, muy detallado a pesar de su brevedad, se daban las ubicaciones de las defensas de la isla, artillería, centros militares y del aeropuerto militar13. Lo que parece reafirmar nuestras sospechas de que el espía era un militar nacional y que utilizó a un marino como correo, sospechas que coinciden con las de los informes del CTV y, como veremos, de la Armada. en puertos rojos, sino cruzando frente a los mismos?». Los Servicios de Información Republicanos Sincerándose poco después al decir Uno de los primeros intentos de montar un servicio de información en el bando republicano fue el proyecto de organización del Servicio Secreto del E. M. de la Junta Delegada de Defensa de Madrid. En este documento, probablemente de enero del 3715, se habla de espionaje ofensivo y defensivo, hablando del espionaje como obtención de información del enemigo, «son los verdaderos ojos de un ejército que no desea marchar a ciegas en sus operaciones» y del contraespionaje. Se trata de un intento más que loable para la época de montar un servicio de información militar moderno, aunque, como veremos, no llegó a montarse nunca un servicio único, perfectamente operativo, en el bando republicano. En lugar de contar con ese ente único que aglutinase toda la labor de información tenemos una multitud de servicios, en general con pocos medios y menos profesionalidad y, muchas veces, en lugar de compartir información, obstaculizándose unos a otros. A continuación, hablaremos de dos servicios dedicados al contraespionaje y que solo tangencialmente se dedicaban al espionaje, el SIM y el DEDIDE, y de otros dos más orientados al espionaje, el SIDE dirigido por Anselmo Carretero y el Servicio de Información del Estado Mayor (SIEM). Ambos tuvieron la desgracia de no contar con apoyo suficiente y, aunque eran organizaciones que hubiesen podido aportar mucho, no llegaron a despuntar nunca por falta de fondos y personal. «¿Es que puede olvidarse la valiosa ayuda informativa que los buques de guerra negrillos y legionarios nos han prestado a nosotros, no ya fondeados El DEDIDE El único servicio que dominaba la República al principio de la guerra era la Dirección General El hecho de que el tráfico marítimo en los puertos republicanos se paralizase tan pronto como los buques nacionalistas salían de Palma y, que volvía a intensificarse tan pronto, éstos fondeaban, no pasa inadvertido a la Sección Segunda del E. M. de la Marina franquista y parece confirmar el hecho de que había un enlace directo por radio, así como probablemente una organización de espionaje en la isla14. Muy acertadamente en ese informe se hace eco de los continuos avisos que afirman que hay emisoras republicanas en la isla, pero señalando que: «mientras haya buques de guerra extranjeros casi permanentemente estacionados en Palma, no es necesario a los rojos el exponerse a los riesgos que las emisoras clandestinas les ocasionarían, si pueden emplear las estaciones de los buques de guerra extranjeros para sus fines....». José Ramón Soler Fuensanta de la Seguridad dependiente del Ministerio del Interior. Sin embargo, de los miembros de la DGS que inicialmente se mantuvieron fieles a la República sólo hubo un número muy reducido, un 10%, es decir unos 30016. La DGS a pesar de que sus funciones eran más policiales y de control interior disponía de un elemento en la embajada de París —Francisco Mata— que llegó a dirigir el servicio de espionaje de ese organismo en Francia, y que acabó pasándose finalmente al bando franquista. El 12 de junio de 1937 se produce una primera reorganización en la DGS creándose el Departamento Especial de Información del Estado 17, el DEDIDE, que asume las funciones de la Oficina de Información y Enlace de la Dirección General de Seguridad. Sus funciones son las típicas del contraespionaje interior, aunque también mantuvo su red de espionaje en el sur de Francia. El DEDIDE colaboraba frecuentemente con el SIM, siendo finalmente integrado en este organismo en marzo de 1938 por la Sello del SIM republicano. «conveniencia de unificar, bajo una sola dirección los servicios especiales encargados de la persecución del espionaje.»18. Sello del SIM nacionalista. militante de Izquierda Republicana que había tenido anteriormente experiencias en los servicios de información con Estrada. En enero de 1938 Díaz Baza es sustituido por Manuel Uribarri Barutell, que había formado parte del desembarco de Bayo. Huido éste de España por un asunto poco claro de apropiación de dinero y joyas, es finalmente sustituido por Santiago Garcés Arroyo, un socialista, que ostentaría la dirección del servicio hasta el final de la guerra. Como vemos no hay ningún comunista en su jefatura, ya que Prieto intentó siempre que este organismo no cayese en sus manos, es por ello que en el artículo segundo del decreto de creación del SIM se dice que «El Servicio de Investigación Militar dependerá directamente del Ministerio de Defensa Nacional, a quien además corresponderá de modo exclusivo el nombramiento de jefes, inspectores y agentes del referido servicio, cuyos carnets llevarán la firma y sello del ministro.». Prieto tuvo oportunidad de ver lo acertado que había sido su inclusión en el caso de Gustavo Durán, un comunista que fue nombrado jefe del SIM de la zona centro. Saltándose las órdenes de informar al Ministro de Defensa, Durán nombra a su equipo de colaboradores, todos de filiación comunista. Destituido por Prieto, éste nombra a Ángel Pedrero García, un socialista para sustituirle. Éste fue uno de los grandes inconvenientes de los servicios de Información republicanos; el no poder confiar ni en sus teóricos aliados. El SIM cargó con la fama de los servicios que le precedieron, y que acabaron formando parte de él, y de los asesores que ayudaron a formarlo. Su fama de prepotente se la ganó justamente, incluso Rojo se quejó formalmente a Negrín, pero muchas de las atrocidades que se le adjudican F a Indalecio Prieto. Creador del SIM. Fuente: Fundación Pablo Iglesias. EL SIM El 6 de agosto de 1937 se crea en el bando republicano el Servicio de Investigación Militar, el SIM, con las mismas siglas que el servicio de información nacionalista, pero con unas funciones más delimitadas; no se dedicaba oficialmente al espionaje, a pesar de que se ha dicho muy frecuentemente que así era, sino al contraespionaje. El «padre de la criatura» fue el político socialista Indalecio Prieto, que inicialmente, siempre según él19, fue reacio a su creación, probablemente por que ésta fue a propuesta de algunos asesores soviéticos. Finalmente, el día siete de agosto, aparece publicado en la Gazeta de la República el Decreto de creación de este organismo dependiente del Ministerio de Defensa Nacional. Inicialmente le fue dada la jefatura a Ángel Díaz Baza, que, por dejación de funciones más que por nombramiento acabó virtualmente en manos de Prudencio Sayagüés Morrondo, un S ervici o s de I nteligencia y E s p i o naje 1 9 3 6 - 1 9 3 9 178 fueron realizadas por miembros del DEDIDE que acabaron en sus filas después de su absorción. A pesar de que la preparación de sus agentes no era la más adecuada, tal como reconoce Uribarri20, el SIM fue un experto en intoxicación informativa y en los últimos tiempos se empezaba a perfilar como un servicio moderno. Finalmente es disuelto el 27 de marzo, cuatro días antes del final de la guerra, y sustituido por un nuevo organismo denominado «Policía Militar». El Servicio de Información del Estado Mayor (SIEM) El Servicio de Información del Estado Mayor nace como una necesidad imperiosa en tiempos de guerra. Menos de un mes después del levantamiento militar, concretamente el 12 de agosto, se redactan una Normas para la Organización y el funcionamiento del Servicio de Información, con la sana intención de concretar las funciones que debía cumplir dicho organismo21. En una carta del 4 de diciembre de 1936 el comandante Manuel Estrada, jefe del Servicio de Información ya advierte que «desde luego es indispensable instruir al personal de Información, pues la mayoría de los que prestan servicio, lo hace exclusivamente guiados por su buen sentido, sin que hayan recibido enseñanza alguna sobre el particular22». F a Meses después, en un informe de 23 de septiembre sobre el proceso de la organización del servicio de información en España23, se queja amargamente de la poca importancia que se da al Servicio de Información24. Lo cierto es que las quejas de Estrada eran justificadas; el servicio no llegó a funcionar de una manera correcta, principalmente por falta de personal y por falta de medios. En septiembre de 1937 un servicio de tal importancia estaba únicamente formado por 34 personas, de las cuales sólo ocho eran militares. En un informe de nueve de noviembre de 1937 del Estado Mayor Central25, después de incidir en que se ha intentado varias veces dar una organización eficaz al Servicio de Información, se dice que el servicio trabaja «de una manera verdaderamente improcedente» y se achaca su fracaso a la multiplicidad de organismos dedicados a esa labor sin una dirección conjunta y la falta de selección y adecuación de la información a sus destinatarios. En esas fechas el servicio disponía de un departamento dedicado a escuchas, cifra y contracifra, que por los informes que hemos podido ver funcionaba razonablemente bien, a pesar de las limitaciones en medios y material que les afectaron durante toda la guerra, un servicio de examen de documentos y prensa extranjera, un servicio de propaganda y contrapropaganda, examen de evadidos y prisioneros, servicios de observación terrestre y aérea, y servicios de información periférica y profunda. Un caso especial fue el de este último servicio, el Servicio de Información Especial Periférico o Fronterizo, el SIEP. Se trata de uno de los servicios con más variación de nombres de los que tenemos noticia, ya que también fue conocido como Servicio de Inteligencia Especial Periférico y, Servicio de Inteligencia Militar fronterizo. Dirigido al principio de su formación por Lucio Santiago Dies, sabemos que en septiembre de 1937 estaba en periodo de formación, pero en esa época ya hacía meses que estaba operativo. Disponían de una escuela, en la que había como mínimo un consejero de la URSS, el coronel Davis. Sus miembros se jugaban la vida en cada pase pudiendo permanecer semanas en territorio enemigo recopilando información. Su actuación fue frecuente, y en muchos casos fatal para ellos, pero no se supo aprovechar una fuente de información tan importante e, incluso, hubo militares de alto rango, como Casado, que no supieron ver su funcionalidad26, posiblemente influenciados por una visión clásica del ejército y su actuación. Tampoco se supo ver el potencial de los cuerpos de guerrilleros, auténtica pesadilla para el mando franquista, que intentó, sin éxito, crear sus propios grupos. Su verdadero potencial fue, curiosamente, descubierto en la II Guerra Mundial, donde los españoles, formando parte de los grupos de la resistencia en Francia y de guerrilleros en la Unión Soviética dejaron constancia de su valía y valor. Personal de la Sección de Información del Ministerio de Estado33 Ministro José Giral Pereira Ministro Julio Álvarez del Vayo (13/04/38) Anselmo Carretero Jiménez Anselmo Carretero Jiménez Luis Tobío y Fernández José Ramón García del Diestro y Nardiz Valeriano Pastrana Peñamaría Valeriano Pastrana Peñamaría Andrés Caamaño Díaz Andrés Caamaño Díaz Gabino de la Fuente Álvarez Gabino de la Fuente Álvarez Ángela González Ameijide Ángela González Ameijide Asunción Morante Gascueña Asunción Morante Gascueña José Ramón Soler Fuensanta Los Servicios de Información Diplomática y el SIDE Como ya hemos comentado, una de las funciones de la diplomacia es la obtención de información. En este aspecto, el bando nacionalista, salvo contadas excepciones, fue superior al republicano, principalmente porque el primero absorbió a prácticamente todo el cuerpo diplomático existente, mayoritariamente monárquico, que utilizó muy sabiamente todos sus contactos. La falta de personal diplomático leal puede explicar que fuese nombrado Álvaro de Albornoz embajador en Francia27. No discutimos su talla intelectual, ni sus méritos -que no somos quién para juzgar- pero no parece adecuado colocar en Francia, en esos momentos el punto más importante de Europa para la Vista la descoordinación existente en las legaciones diplomáticas y en el propio Ministerio de Estado, se produce una reorganización del mismo y se crea por Orden del 11 de marzo de 1937 el Gabinete Político y Diplomático del que dependerá el nuevo Servicio de Información Diplomática y Especial (SIDE), encargado de los servicios de espionaje y contraespionaje en Europa. La dirección del nuevo organismo es asignada a Anselmo Carretero Jiménez, un ingeniero que luchó durante toda la guerra con la falta de medios y personal (nunca se llegó a la decena de personas), sin éxito. El SIDE tuvo relaciones con los otros organismos de inteligencia republicanos, el DEDIDE, el SIM y el SIEM que tenían formados núcleos de espionaje en el exterior, aunque no de tanta importancia como los suyos. Sin embargo, cada organismo mantenía la reserva sobre determinados asuntos que consideraban de su exclusiva competencia, lo que hacía que el flujo de la información no fuese ni fluido, ni adecuado. El SIDE además, falto como estaba de personal capaz de manejar los grandes volúmenes de información que recibía, enviaba al SIM y el SIEM copias de las notas reservadas, pero sin haber sido analizadas y cotejadas correctamente. Con el personal con el que contaba, prácticamente sólo podía archivarse la información, con lo que ésta era de muy poca utilidad. Cuando a finales del 38, se acuerda centralizar y unificar los servicios de información en Europa, y, como ayudante de Carretero, se encarga esa tarea a Jiménez de Asúa, que había organizado uno de los mejores servicios de información en el extranjero desde su puesto de embajador en Praga, ya es demasiado tarde. Los Servicios de Información Nacionalistas El Servicio de Información de la Frontera del Nordeste de España (SIFNE). Es sin duda uno de los mejores servicios de información de nuestra guerra civil. Curiosamente, fue un organismo «civil», aunque estuviese en permanente contacto con el Cuartel General de Franco. Nace en septiembre de 1936, «por deseo del general Mola a iniciativa del Conde de los Andes»28, aunque al parecer ya funcionaban en agosto de ese año. Bertrán y Musitu, su creador y jefe, dice que: F a Libro sobre el SIFNE escrito por su creador. República a nivel diplomático ya que necesitaban tratarse cuestiones de máxima importancia para su supervivencia, a un embajador que no sabía una palabra de francés. Para colmo la infiltración en los organismos republicanos fue muy elevada, muchos de los que permanecieron en las legaciones se dedicaron al espionaje a favor de los nacionalistas. Al inicio de la guerra en la embajada de París, tanto el responsable de correos, Caruso, como el de cifras Torres Quevedo y el agregado militar Antonio Barroso eran declarados nacionalistas que finalmente acabaron pasándose al otro bando. S ervici o s de I nteligencia y E s p i o naje 1 9 3 6 - 1 9 3 9 180 «en una modesta habitación del Grand Hotel de Biarritz, se creó la primera oficina Central de Información de España: la S. I. F. N. E.». Al parecer se instalan inicialmente en un chalet en Saint Jean de Luz denominado «Nacho Enea», propiedad de Iñigo Bernoville, que había sido en los primeros momentos de la guerra un servicio postal y de mensajería de los carlistas. Sin embargo, poco después, en septiembre, son denunciados a las autoridades francesas por el Frente Popular de Bayona, y éstas efectúan un registro en la villa encontrando explosivos y pruebas de la expedición de pasaportes españoles falsos. El caso es finalmente sobreseído, pero la organización se traslada a «La extrañar pues que una gran parte de sus miembros fuesen periodistas, empresarios, diplomáticos, y, en general, personas bien relacionadas. La organización contó desde el principio con ayuda italiana, en un informe de mediados de octubre ya se habla de que Alberto Pirelli ha entregado la suma de 500000 liras para la causa al marqués de Magaz30. Pirelli quedó encargado de ponerse en contacto con los ministros de Marina y Guerra para poder radiar mensajes en caso de urgencia desde los buques de guerra italianos atracados en Barcelona. La organización era simple pero —a pesar de la escasez de medios— muy efectiva. Los grupos de informadores trabajaban independientemente, en paralelo, y sin conocerse entre ellos, pero coordinados a través de una oficina central. Esto permitía, por una parte la comprobación de las noticias y, por la otra, evitar la intoxicación informativa que pudiera producirse en el caso de ponerse de acuerdo más de un elemento, ya que como el mismo Bertán decía: «La función de dos confidentes que actúen con el mismo fin en el mismo medio, siempre termina en tragedia». Sello del Estado Mayor del Cuartel General del Generalísimo. F a Grande Frégate», villa propiedad de Mariano de Iturralde Orbegoso29, en la calle des Vagues de Biarritz, y al Gran Hotel de Biarritz, residencia de Bertrán y Musitu y del conde de los Andes. El SIFNE desde su concepción fue un sistema de información puro; a Bertrán y Musitu no le agradaban los temas concernientes a sabotajes y acciones violentas. No es de Además, procuraba evitar los confidentes mercenarios, siempre peligrosos y difíciles de controlar. El servicio se financiaba con las aportaciones personales, de simpatizantes, y de personajes de la talla de Francesc Cambó, Luca de Tena, Quiñónes de León y Juan March. Los servicios de información republicanos no podían pasar por alto una organización que estaba tomando tanto impulso. El 3 de julio, la policía francesa realiza un registro en «La Grande Frégate» en busca de una emisora. El día 30 de ese mismo mes es decretada la expulsión del conde de los Andes, José Bertrán y Musitu, su hijo Felipe Bertrán y Güell, su sobrino Manuel Doncel, y otros agentes. La desarticulación de «La Grande Frégate» obliga a trasladar los servicios al hotel Plaza de Biarritz y a la villa «La Turquoise», en la que reside, entre otros, Felipe Bertrán, antes del traslado definitivo a Irún. La eficiencia del SIFNE fue muy buena, no sólo en cuestiones de información, sino también en aspectos más técnicos como la escucha y la descriptación de mensajes republicanos. Finalmente el 28 de febrero de 1938, el vicepresidente del Gobierno, el general Gómez Jordana, firma el decreto por el que el SIFNE es absorbido por los Servicios de Información y Policía Militar (SIPM) del coronel José Ungría, aunque en él se hable de fusión, dando fin a uno de los servicios de información más fructíferos de la guerra civil española. El Servicio de Inteligencia Militar (SIM) y el Servicio de Información y Policía Militar (SIPM) Al principio de la guerra las labores de Información en el bando nacionalista eran responsabilidad de las Segundas Secciones de las Unidades en combate. Si embargo, en septiembre de 1936 se crea, por orden del general Miguel Cabanellas Ferrer, el Servicio de Inteligencia Militar con la intención de disponer de un órgano dedicado a estos menesteres ya que se preveía una guerra larga. La dirección del mismo, que en principio se dedicó principalmente a contraespionaje, fue dada al coronel de Infantería Salvador Múgica Buhigas. Es a partir de la llegada de José Ungría Jiménez a su jefatura cuando el SIM, José Ramón Soler Fuensanta Nombre del Grupo Descriptadores SIPM Antonio Espinosa San Martín, Gonzalo de Erice, Juan Solabre Lazcano, Riande, V Cuerpo de Ejército José María Iñiguez y Almech, Federico Alzamora Baleares Baltasar Nicolau Bordoy, Francisco Capllonch Miteau CTV Francesco Pablo Dragone, Vincenzo Damiani, de Nacki, Vuolo, Lugano Rossi Gabinete de descriptación Román Martínez de Velasco SIFNE Jaime Argüelles, Antonio Espinosa Servicio de Criptografía Naval Pascual Cervera Cervera, Francisco Liaño Pacheco, Estrada. reconvertido unos meses después en SIPM, entre otras cosas para no ser confundido con su homólogo republicano, cuando este organismo adquiere la relevancia y empuje que le caracterizaron. El 17 de mayo de 1937, Ungría es nombrado jefe de los Servicios de Información y Franco le encarga la reorganización del contraespionaje en la zona nacional. Sin embargo Ungría no se limita al contraespionaje, sino que amplía su radio de acción al espionaje autonombrándose Jefe del espionaje nacionalista. Parece ser que Franco cuando se enteró se limitó a comentar: «Ah,¿pero también se dedica Ungría al espionaje?».31 Las funciones del nuevo organismo definidas en la orden reservada del Cuartel General del Generalísimo de 30 de noviembre de 193732 son: Sello del SIPM. • Investigación militar en territorio enemigo o en el extranjero con separación absoluta de las Segundas Secciones de Estado Mayor a las cuales compete la información total de carácter militar. • Seguridad y orden público en la zona de vanguardia. • Contraespionaje en regiones, centros o lugares de interés militar. poco a poco a todas las organizaciones dedicadas a esta tarea. Entre sus grandes aciertos están: el aprovechamiento de las redes de Quinta Columna, su buen funcionamiento en temas de espionaje en zona enemiga y contraespionaje en zona propia, así como la potenciación de los servicios de inteligencia electrónica y, sobre todo, las negociaciones con Casado para la finalización de la guerra. El Cuerpo de Tropas Voluntarias italianas (CTV) El primer informe que vemos de información italiana es de 20 de octubre de 1936 proveniente de Tánger, probablemente facilitado por el Agregado Militar en esa ciudad, el comandante Giuseppe Luccardi, en el que se informa de la ubicación de la flota republicana. Los informes italianos más frecuentes al principio son los provenientes de Roma y del Agregado Militar en Alicante, el teniente coronel Manlio Gabrielli, que sin duda se excedió En el SIPM, por lo que sabemos, no existió una organización equivalente al SIEP, pero sí que existían agentes ocasionales que se enrolaban en las filas republicanas para, en el caso de próximo ataque, volver a sus líneas e informar del ataque previsto33. Sin embargo, su existencia era perfectamente conocida por los servicios de información republicanos que tomaron medidas para evitar estas infiltraciones. El SIPM, en su intento de centralizar todo lo referente a información, va absorbiendo Sello del Servicio de Descriptado del CTV, el Ufficio «D». 181 S ervici o s de I nteligencia y E s p i o naje 1 9 3 6 - 1 9 3 9 F a 182 en las atribuciones oficiales de su cargo, informando continuamente de la llegada de material y ayuda con destino a la República. En esto coincidía con los informes iniciales provenientes de Roma en los que se informaba de la próxima llegada de buques rusos cargados con material de guerra. Los informes, a pesar de ser sucintos, contenían el nombre del buque, y su carga, datos posiblemente obtenidos de informadores en los puertos por los que pasaban. También se enviaban telegramas descriptados en Roma, informes detallados de personalidades relevantes, y resúmenes de noticias de periódicos, principalmente de agencias de noticias rusas. Sin embargo, no es hasta finales de noviembre de 1936 que se crea el servicio de información italiano como tal. El 30 de ese mes, un informe con el indicativo de Servicio de Información de la Misión italiana informa de la creación, a partir del día siguiente, del negociado de información encargado de reunir y de informar de todas las noticias de fuente española, alemana e italiana sobre las fuerzas republicanas. En el documento se hace referencia a la importancia de obtener las apreciaciones periódicas de los jefes en el frente sobre las fuerzas adversarias que se les enfrentan, el resultado de interrogatorio de prisioneros y desertores, documentos obtenidos al enemigo, noticias de los informadores y comunicaciones captadas. No se desdeñan las informaciones de orden político y comercial, pero se indica que éstas serán enviadas aparte y no serán incluidas en los boletines de información que se crean a partir de ese momento, dividiendo las informaciones en cinco categorías que corresponden a los tres ejércitos, buques cargados de material con destino a puertos republicanos y apoyos extranjeros a las fuerzas republicanas. El Ufficio I (Información) del CTV colaboraba estrechamente con sus colegas alemanes y españoles, enviando el boletín de información que redactaba tanto a sus camaradas españoles como a los alemanes. Uno de los servicios que destacó sin duda fue el Ufficio D (Decifraggio) del CTV que disponía de un buen servicio de escuchas y de descriptado de las comunicaciones. El Ufficio D colaboraba estrechamente con sus camaradas españoles, existiendo incluso grupos mixtos de descriptado. Una vez acabada la guerra permanecieron en España unos años colaborando con sus homólogos españoles. El Servicio de Información alemán (IMKER Ic) La llegada de la Legión Cóndor vino acompañada de la llegada de un Servicio de Información y un grupo de técnicos en radiointeligencia que tuvo un funcionamiento muy bueno durante toda la guerra. A principios de noviembre se instalaba en Salamanca el Buró Linde, en realidad el Servicio de Información de la Legión Cóndor, que cambiaría su nombre por el de «Legión Cóndor S. I. M.» el 11 de febrero del año siguiente. Entre los asesores alemanes vinieron miembros del Abwehr, el servicio de información alemán, para actuar como instructores de los españoles. Al igual que los italianos, los alemanes compartían sus éxitos en el descriptado de las comunicaciones republicanas, pero al contrario que éstos, parece ser que los germanos no tuvieron expertos en el tema en España con lo que trabajaban siempre con las claves obtenidas por los diferentes servicios del bando nacional dedicados a tal efecto y por la oficina de descriptado de Berlín. Los telegramas captados por el servicio de radioescucha del Imker, el Imker Horch, inicialmente conocido como grupo Wolm, eran descifrados, en el caso de conocer la clave. Diariamente se hacían unos partes con los resultados obtenidos, generalmente breves, un par de hojas como máximo, en los que se indicaban las informaciones más interesantes obtenidas de descriptados y de inteligencia de comunicaciones. Estos partes eran pasados por teletipo al Cuartel General del general Franco. Los oficiales responsables de inteligencia de señales dependían de los oficiales Ic, nombre que se les daba a los jefes de información de los Estados Mayores y Planas Mayores. La Sección Ic del Imker era conocida también como Sander Ic, apodo del general Sperrle, primer jefe de la Legión Cóndor. Los boletines que publicaban periódicamente eran muy extensos incluyendo información política, diplomática, económica y de situación de frentes. En el caso de tratarse de información proveniente de descriptados solía llevar en la portada el aviso de «no publicable». La Quinta Columna La denominación de Quinta Columna se refiere en general a los resistentes activos, dedicados a realizar actos de sabotaje y espionaje, y pasivos dedicados a lo que podríamos denominar guerra psicológica, operando en la retaguardia republicana. El nombre parece que fue un invento del General Mola cuando alardeaba ante unos periodistas de que no serían las columnas que marchaban en dirección a Madrid las que tomaran la capital, sino una quinta columna, la formada por sus partidarios en la capital. La afirmación, desafortunada aunque fuese cierta, seguramente hizo que los servicios de contraespionaje republicano actuasen con más frecuencia y contundencia de lo habitual. Aunque al principio no había una estructura definida ni agrupaciones dedicadas a tales efectos, al paso del tiempo se empezaron a formar grupos con ideas políticas afines a los sublevados que empezaron a realizar pequeño actos de sabotaje José Ramón Soler Fuensanta y a actuar como informadores improvisados. En una tercera fase estos grupos, ya mejor estructurados y organizados, actúan siguiendo las directrices de los servicios de información nacionales, que pronto vieron el gran potencial que tenían. Los servicios de escucha y descriptación, que continuamente interceptaban los mensajes de las fuerzas de orden público, fueron de gran ayuda a las redes quintacolumnistas que eran avisadas en caso de peligro hacia sus miembros. Sin embargo, estos grupos eran frecuentemente infiltrados por las fuerzas de orden público republicanas que, una vez controlada la red, procedían a su desmantelamiento. Las redes quintacolumnistas también tuvieron un importante papel Radio escucha de la Legión Cóndor. Foto cedida por Lucas Molina Franco. en la caída de Madrid y en las negociaciones para finalizar la guerra. De sobras es conocida la activa participación de la red «Lucero Verde», dirigida por el teniente coronel José Centaño de la Paz en las negociaciones con Segismundo Casado, Jefe del Ejército del Centro, para negociar la rendición. En el bando nacionalista hubo también personas que realizaron actos de sabotaje y espionaje a favor de la República, sin embargo, las condiciones en que se encontraban eran mucho más difíciles, lo que imposibilitó una mayor implantación y eficacia. Los servicios de espionaje electrónico. Escuchas y Criptología Uno de los aspectos en los que se empezó en mantillas y se fue llegando a niveles verdaderamente altos de cualificación fue sin duda en los sistemas técnicos de espionaje, más concretamente en la escucha y la descriptación de las comunicaciones. España, a pesar de que en épocas anteriores había sido la primera potencia mundial en criptología35, era en esos momentos una potencia menor. Al empezar la guerra, fruto de la improvisación de las primeras semanas, se cifraba poco y mal. Los sistemas utilizados eran sencillos, generalmente manuales, lo que hacía que su descriptado fuese fácil por ambas partes. Sin temor a equivocarnos podemos afirmar que el secreto en las comunicaciones en ambos bandos no era tal secreto. Podemos ver en las primeras comunicaciones interceptadas errores muy ingenuos e infantiles fruto de un desconocimiento de la disciplina básica en las comunicaciones. Las máquinas de cifra, que eran comunes en otros países, en España eran una curiosidad. Los dispositivos de cifra más complejos usados en esa época eran dispositivos extremadamente simples como la clave norte. La seguridad de las comunicaciones es fundamental en una guerra moderna. El desconocimiento por parte del enemigo de nuestros planes, situación, expectativas y organización son primordiales para poder vencer, así como el conocer esa información de nuestro rival es una ventaja competitiva de primer F a Sin embargo, los servicios de contraespionaje republicano no eran aficionados, y muchos de los reales o supuestos quintacolumnistas fueron capturados y juzgados. A pesar de ello, el grado de infiltración en organismos republicanos, sobre todo en los últimos meses de la guerra, llegó a ser de una gran importancia. Indudablemente las expectativas de victoria del bando nacional hicieron que aumentase el número de sus miembros y que sus acciones fuesen más atrevidas. Una de las más conocidas se refiere a la infiltración en el Estado Mayor de Miaja. Preparada una ofensiva para el 13 de enero de 1939, el capitán de oficinas encargado de hacer la copia de la orden de operaciones hizo una de más, que sirvió para prevenir a las fuerzas nacionalistas que, preparadas, hicieron fracasar la operación.34. La forma de enviar información a la otra zona era muy variada, se utilizaban radios construidas artesanalmente y heliógrafos. Sin embargo, en la zona centro era también frecuente el pase de personas a través de las líneas. S ervici o s de I nteligencia y E s p i o naje 1 9 3 6 - 1 9 3 9 184 orden. Sin secreto nuestras posibilidades decrecen y aumentan las del enemigo. La llegada de los asesores militares alemanes y rusos cambió la visión de ambos contendientes y rápidamente se organizan grupos dedicados a la explotación de la inteligencia en las comunicaciones y se procede a reforzar las claves propias. Seguramente influenciado por los alemanes, Franco adquiere diez máquinas Enigma en noviembre de 1936. Esta máquina, que se utilizó por primera vez en un ambiente bélico en la Guerra Civil, no era la máquina militar alemana —de la que sabemos hubo efectivamente cuatro o cinco en funcionamiento en España, pero ya acabada la contienda— sino un modelo comercial, no tan sofisticado, y que se podía distinguir a primera vista de las alemanas por dos cosas: la falta del panel de conexiones frontal y la inexistencia de marcas identificativas de su fabricación y origen. F a Curiosamente, y en contra de lo que parecería lógico, el cableado interno de los rotores de dichas máquinas, parte fundamental de su seguridad, no fue cambiado en toda la guerra, al contrario de lo que se había llegado a afirmar al respecto. A esas diez máquinas iniciales se fueron añadiendo otras hasta llegar a un número cercano a las cuarenta. La adquisición de las Enigma daba una cierta superioridad a las armas nacionales, al menos en cuestión del secreto de las comunicaciones. Se redactan manuales en castellano de las mismas y se preparan para su destino, las legaciones diplomáticas y los diversos Cuerpos del Ejército. Sin embargo, los diplomáticos no se adaptan a los nuevos sistemas; se da el curioso caso de que para cambiar los ajustes de las máquinas del gabinete diplomático se llamaba a uno de los expertos en cifra del Cuartel General. Finalmente se optó por que en las legaciones se siguiesen utilizando los códigos supercifrados a los que estaban más acostumbrados. La Marina recibió sus primeras máquinas Enigma en el «Canarias» para su coordinación con las fuerzas navales alemanas e italianas en combinación con un código de avistamiento trilingüe con tablas para el supercifrado, el DEI, abreviatura de Deutshland, España, Italia. El encargado de la realización de los manuales de la Enigma es Antonio Sarmiento León-Troyano, el gran organizador de los servicios de escucha, criptografía y criptoanálisis del bando franquista. Sarmiento, que tuvo la suerte de contar con el apoyo de sus superiores, realizó una gran labor, coordinando a los diversos grupos dedicados a la escucha y el criptoanálisis, tanto nacionales como extranjeros. Sin duda los más fructíferos fueron el del V C. E. en Zaragoza, en el que destaca José María Iñiguez y Almech, y el de Baltasar Nicolau Bordoy en Palma de Mallorca. En realidad el número Máquina Enigma. Utilizada por el bando nacional y sus aliados alemanes e italianos para el secreto de sus comunicaciones. de especialistas en cada centro no fue muy elevado, no sobrepasando la media docena en ninguno de ellos. Uno de los grandes aciertos en el bando nacional fue sin duda la creación de un archivo general de claves y de un sistema de coordinación en el trabajo de rotura de éstas y de distribución de los resultados obtenidos entre los diferentes grupos. De esta manera todos los grupos disponían de las claves evitando, en lo posible, el esfuerzo inútil. El no disponer de un repositorio general de claves fue uno de los grandes errores en el bando republicano, que a pesar de disponer de buenos especialistas no llegaron a un grado de coordinación tan elevado ni consiguieron obtener tan buenos frutos. Los diferentes grupos de descriptado nacionalistas no se centraron exclusivamente en las cifras y claves republicanas, también se dedicaron a claves diplomáticas de las que consiguieron varias. Por ejemplo, en 1938 los servicios de descriptado nacionales habían conseguido romper la clave utilizada por el cónsul de los EE.UU. en Málaga e interceptaban las comunicaciones entre éste y su país36. En cuanto al bando republicano los servicios de descriptado del SIEM al final de la guerra estaban dirigidos por Carmelo Estrada Manchón, hermano del jefe de este organismo, Manuel Estrada. La labor de este grupo debió ser buena, y, posiblemente alguno de sus miembros, una vez acabada la guerra, trabajase con los franceses y polacos en los PC Cadix y Bruno rompiendo códigos y cifras alemanas, españolas e italiana, entre ellos el código de la máquina Enigma. En Fouzes, sede del PC Cadix hay un monumento dedicado a la memoria de los españoles, franceses y polacos que allí trabajaron clandestinamente. José Ramón Soler Fuensanta 185 Conclusión José María Iñiguez Almech. Uno de los mejores descriptadores de la guerra civil. Fuente: Archivo de la Familia Iñiguez. Joan Carles Cirer Costa. HAOL, número 18, invierno 2009. Agradecimientos Queremos agradecer a la Fundación Pablo Iglesias, a la Biblioteca Regional Militar de Baleares, a D. Lucas Molina Franco, a D. José Felipe Beltrán de Caralt y a la familia de D. José María Iñiguez por las fotografías y la preciosa documentación que nos han cedido. 6. Gaceta de Madrid número 333 de 28 de noviembre de 1912. 7. La trama oculta de la guerra civil. Morten Heiberg y Manuel Ros Agudo. Ed. Crítica 2006. 8. Ordeno y mando. Los bandos y edictos durante la guerra civil española. Juan José Negreira Parets (Ed.), Lleonard Muntaner Editor. 9. Ordeno y mando. Edicto de 23 de diciembre de 1937 del Comandante de Marina de las Baleares. 10. Los Dossiers secretos de la Guerra Civil. Domingo Pastor Petit. Librería Editorial Argos S. A. 1978. 11. Soldados sin Rostro... 12. Archivo General Militar de Ávila, C. 2445,Cp.2/26. 13. Soldados sin Rostro... 14. Archivo Ministerio de Asuntos Exteriores. 834R, Exp. 15. 15. Archivo Histórico del PCE. Ejército del Centro. C. de E. De Madrid. 16. Les services secrets républicains espagnols en France. Yannick Pech. Editions Loubatières 2005. Notas 1. El Servicio de Información. Teniente coronel de Artillería Juan Mateo Marcos. Ed. Ejército. Madrid 1952. 2. Experiencias de los Servicios de Información del Nordeste de España (S. I. F. N. E.) durante la guerra. José Bertrán y Musitu, Espasa-Calpe, Madrid 1940. Prólogo del autor. 17. Gaceta de la República número 164 de 13 de junio de 1937. 18. Gaceta de la República número 87 de 28 de marzo de 1938. más destacados, que, lamentablemente sigue sin ser traducido al español. 27. Gaceta de Madrid número 205 de 23 de julio de 1936. 28. Experiencias de los Servicios de Información del Nordeste de España (S. I. F. N. E.) durante la guerra. José Bertrán y Musitu, Espasa-Calpe, Madrid 1940. 29. Mariano Iturralde era secretario de segunda con destino en Caracas al principio de la guerra. Fue separado de la carrera diplomática el 19 de agosto de 1936, dos días después de presentar la dimisión. 30. Espías en la frontera. José Ramón Soler Fuensanta y Lucas Molina Franco. Revista Ares, año 1, número 5. 31. La guerra secreta del Coronel Ungría. Ricardo de la Cierva. Historia y Vida n.º 10. Enero 1969. 32. Gutiérrez Mellado. Un militar del siglo XX (1912-1995). Fernando Puell de la Villa. Ed. Biblioteca Nueva, S. L. Madrid 1997. 33. Espions de la République. Ramon Rufat. Allia 1990. 34. La guerra secreta del Coronel Ungría. Ricardo de la Cierva. Historia y Vida n.º 10. Enero 1969. 35. Se denomina criptografía al estudio de los métodos para hacer que un mensaje sea ininteligible excepto para su destinatario. El mensaje se dice en ese caso que está cifrado y al proceso de alterar su contenido para que no sea posible averiguarlo se denomina 19. Cómo y por qué salí del Ministerio de Defensa Nacional. cifrar el mensaje. El criptoanálisis o descriptación es- Indalecio Prieto. Fundación Indalecio Prieto-Ed. tudia los métodos para obtener el contenido del men- Planeta 1989. saje sin ser su destinatario y, por tanto, no conocer 20. El S. I. M. de la República. Manuel Uribarri. Tipografía la Universal. La Habana 1943. el método de descifrado. A la disciplina que estudia ambos métodos se la denomina criptología. 3. La arenga aparece reproducida en «El Servicio de 21. El Servicio de Información del Ejército Republicano... 36. Archivo Ministerio de Asuntos Exteriores. G13R, Exp. Información del Ejército Republicano a través de 22. El Servicio de Información del Ejército Republicano... 11. Se pueden ver traducciones de telegramas envia- un caso concreto: La Batalla del Jarama» de Hernán 23. Archivo Histórico del PCE. Rollo 6. Comisariado dos en clave y recibidos por el cónsul de los EEUU en Rodríguez Velasco. Comunicación presentada en el Congreso Internacional La Guerra Civil Española, 1936-1939, Madrid, 27-29 de Noviembre de 2006. General de Guerra. General de Guerra. 4. Soldados sin Rostro. Los servicios de información, es- 25. Reproducido en las páginas 2054-2066 de Historia pionaje y criptografía en la Guerra Civil Española. José del Ejército Popular de la República. Ramón Salas Ramón Soler Fuensanta y Francisco Javier López-Brea Espiau. Inédita 2008. Málaga. 24. Archivo Histórico del PCE. Rollo 6. Comisariado Larrazabal. La Esfera de los libros 2006. 26. Para darse una idea del funcionamiento del SIEP 5. Aproximación a la ideología económica del general nada mejor que leer el excelente libro «Espions de Franco a través de una entrevista mantenida en 1934. la République» de Ramón Rufat uno de sus miembros F a Si hemos de dar una conclusión en cuanto a la utilización de los servicios de información en la guerra civil, debemos concluir que en el tema del espionaje, ganó el bando nacional, no por disponer de más información, sino por saber aprovecharla mejor y por disponer de una mejor organización y un criterio único. La información por sí sola no gana batallas, pero en muchos casos ayuda a no perderlas. Tenemos la impresión de que el bando republicano no valoró debidamente este punto al principio de la guerra o simplemente no pudo. La dispersión de objetivos, fruto de las diferentes formas de afrontar la guerra y de la desconfianza entre teóricos aliados, no ayudó en lo más mínimo. Sólo al final de la guerra se quiso o se pudo empezar a darle la importancia que tenía, pero citando a William Ward, «Las oportunidades son como los amaneceres: si uno espera demasiado se las pierde.».