CAPITALES Y TERRITORIO: EL CASO DE LA ZONA BANCARIA DE

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PONENCIA:
CAPITALES Y TERRITORIO: EL CASO DE LA ZONA
BANCARIA DE AVENIDA AMÉRICAS EN
GUADALAJARA.
AUTOR: ULISES BONIFACIO ZARAZÚA VILLASEÑOR
AFILIACIÓN: DEPARTAMENTO DE ESTUDIOS SOCIOURBANOS
UNIVERSIDAD DE GUADALAJARA (JALISCO, MÉXICO)
E-mail: [email protected]
PONENCIA PREPARADA PARA REPARTIRSE EN LA
REUNIÓN 2001 DE LATIN AMERICAN STUDIES
ASSOCIATION, WASHINGTON DC, DEL 6 AL 8 DE
SEPTIEMBRE DE 2001.
2
CAPITALES Y TERRITORIO: EL CASO DE LA ZONA
BANCARIA
DE
AVENIDA
AMÉRICAS
EN
GUADALAJARA.
Ulises Bonifacio Zarazúa Villaseñor
Departamento de Estudios Socio-Urbanos
Universidad de Guadalajara
ABSTRACT
Desde finales de los años ochenta y principios de los noventa, en el poniente de la Zona
Metropolitana de Guadalajara, sobre Avenida Américas, se ha ido constituyendo una franja de
nueve cuadras en la que se ubica una veintena de bancos y casas de bolsa. En pocos años el
paisaje urbano de esta zona cambió de manera radical. El uso del suelo pasó de uno residencial a
uno mixto donde los servicios financieros y conexos predominan. Esta zona ha sido bautizada
pomposamente por el vulgo como el Wall Street Tapatío.
El objetivo central del estudio –en proceso− es precisar los efectos de esta zona bancaria
sobre la estructura urbana de la ciudad, por un lado, y en particular sobre el área residencial
circundante y sus habitantes, por el otro.
En el primer apartado de este trabajo se hace un breve recuento histórico de la función
bancaria de la ciudad de Guadalajara, así como una revisión del contexto socioeconómico que
rodea a las instituciones bancarias tapatías. En este apartado se enfatiza la importancia de los
factores globales.
En el segundo apartado se hace la descripción de la zona bajo estudio y se exponen
algunas decisiones metodológicas importantes, tales como la elaboración de un censo
exploratorio y la propuesta de una clasificación de actividades. Dada la particularidad de la zona,
3
se explora la utilidad del concepto economías de aglomeración, propuesto por Stanback y
Noyelle.
En el siguiente apartado se revisa el cambio de uso del suelo que ha experimentado la
zona en cuestión, visible a partir de la llegada de los bancos. Se utilizan algunas categorías
provenientes de la Ecología Urbana y se enfatizan los procesos y factores locales.
El cuarto y último apartado trata sobre el impacto de la zona bancaria al conjunto
de la estructura urbana de Guadalajara.
Los orígenes y los factores globales
Las instituciones bancarias han existido en la ciudad de Guadalajara desde fines del siglo XIX,
aproximadamente de 1875 data el primer banco; y para 1900 ya había 34 instituciones bancarias
en las principales ciudades mexicanas (JGPU, 1976). La actividad intermediaria de la capital de
Jalisco fue desde sus inicios un importante apoyo al comercio local y regional, ésta última, la
actividad predominante de la ciudad.
Debido a que el desarrollo de la industria fue tardío en Guadalajara, se fortaleció el
comercio local al tenerse que importar manufacturas. Esta característica de centro de relevo
comercial propició que la función bancaria cobrara importancia en la localidad (JGPU, 1976: 29).
Si bien, Guadalajara se ha especializado tradicionalmente en las actividades distributivas,
este tipo de servicios ha venido disminuyendo su participación relativa en las últimas dos
décadas. A partir de la crisis de principios de los años ochenta del siglo pasado, crisis que implicó
el agotamiento del modelo sustitutivo de importaciones y una reestructuración económica que
vivió el país, la ciudad de Guadalajara experimentó importantes cambios en su estructura
económica.
4
De esta manera, tenemos que los servicios distributivos y la producción de bienes básicos,
disminuyeron su participación relativa en el conjunto de las actividades económicas de
exportación1. En cambio, el arribo de grandes empresas de bienes básicos y bienes de
capital/durables, así como una creciente importancia de los servicios productivos, ha
complejizado la estructura económica de la ciudad (Pozos 1996).
Precisamente, dentro de los servicios productivos, se localizan las actividades bancarias
como las encargadas de captar el ahorro, por una parte, y de derivar el capital así acumulado
hacia las actividades productivas y de servicios, por la otra. Los servicios productivos, es decir,
aquellos que apoyan las actividades productivas, tales como los servicios profesionales,
financieros, aseguradoras e inmobiliarias, como un reflejo de los cambios que experimenta la
ciudad desde los años ochenta, aumentaron su valor agregado al pasar de 452 millones de pesos
en 1988 a 1549 millones de pesos en 1993; es decir, casi se cuatriplicaron en sólo cinco años
(Zarazúa 1999: 157).
Detrás de este gran crecimiento, podemos encontrar un proceso en el que la Zona
Metropolitana de Guadalajara empezó a acoger un gran número de empresas transnacionales,
sobre todo del ramo electrónico. La ciudad en pocos años se convirtió en un importante centro
maquilador cuya producción se destina primordialmente a la exportación. Esta característica de
enclave maquilador exigió que los servicios productivos –cuyos consumidores son más bien otras
empresas− se modernizaran y fueran capaces de cubrir la demanda generada por las nuevas
actividades.
Como marco general del proceso arriba señalado, tenemos que la llamada Nueva División
Internacional del Trabajo ha generado una dispersión geográfica de los procesos productivos
1
Las actividades económicas de exportación cubren los requerimientos de consumidores locales y foráneos y
producen ingresos que permiten la importación de bienes y servicios de otras ciudades. Las actividades económicas
de exportación son la manufactura y los servicios (Stanback y Noyelle, 1982: 20).
5
manufactureros. Si bien, la producción industrial se concentraba hasta antes de los años sesenta
en los países desarrollados; como respuesta a la crisis del capitalismo global, la acumulación se
fincó sobre nuevas bases y una de ellas fue precisamente el desplazamiento y segmentación del
proceso productivo hacia los llamados países de la periferia y semiperiferia.
Sin embargo, a este proceso de dispersión geográfica de la manufactura, registrado con
mayor intensidad en la década de los setenta, siguió otro de naturaleza distinta: la centralización y
reorganización de los mercados financieros internacionales a partir de los años ochenta. La
centralización en la administración de la economía global se ha dado a través de los servicios
financieros altamente especializados, actividades que tienden a concentrarse en las denominadas
“ciudades globales”, desde donde los cuarteles centrales de las empresas transnacionales
administran las cadenas productivas que se han diseminado por todo el globo (Sassen 1991).
Sin embargo, pese a que ciudades como Nueva York, Londres y Tokio se han convertido
en importantes centros de decisión sobre la economía mundial, centros de servicios financieros y
otros especializados, además de productoras de innovaciones en estas ramas y mercados de
consumo para las mismas actividades (Ibid: 4); todas las ciudades están conectadas, con diferente
intensidad, a la red global, incluyendo las ciudades de la semiperiferia. En el territorio de ésta
última la arquitectura de redes se reproduce en centros regionales y locales, permitiendo que
todo el sistema quede vinculado a escala global (Castells 1999, Vol. 1: 414).
Además, aunque los niveles superiores de los servicios avanzados (entre los que se
encuentran los financieros) se concentren en las ciudades globales, también se ha dado de manera
paralela, un proceso de dispersión de estos servicios, aumentando su presencia en todo el mundo
(Ibid: 412).
En el caso mexicano y dentro del marco de la reforma a las finanzas internacionales, se
tiene que a fines de los años ochenta se inicia en el país un proceso de cambio y modernización
6
del sistema financiero que incluye la privatización bancaria y el otorgamiento de autonomía al
Banco de México. La desregulación de los mercados financieros, por otra parte, ha permitido
que los flujos de capitales foráneos arriben a naciones como México, recomponiendo a su sector
financiero nacional (Morera 1999).
Estos procesos han tenido expresiones espaciales específicas. En el caso de la zona
bancaria de avenida Américas, ésta representa un nodo afectado por los factores globales y
nacionales enumerados.
La zona bancaria de Avenida Américas
Habiendo hecho ese repaso al contexto global y nacional de las finanzas, tenemos que abocarnos
al objeto de este estudio: la aglomeración bancaria que se localiza en la Avenida Prolongación
Américas, en el poniente de la ciudad de Guadalajara. Cabe mencionar que la información
específica sobre esta zona es escasa y que, hasta donde se ha averiguado, no se ha hecho una
investigación de la misma. De ahí que se haya optado por generar parte de la información. Para
empezar se armó un croquis de la misma, utilizando las Áreas Geo-Estadísticas Básicas (AGEB)
que el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI) ha elaborado.
Con el croquis se procedió a recorrer la zona con el objetivo de hacer un registro de los
bancos, otros servicios conexos y puntos de referencia. Esto último ha servido como un primer
censo del área en cuestión, dado que la información oficial se refiere a toda la actividad bancaria
de la Zona Metropolitana de Guadalajara. De esta manera, tenemos que en nueve cuadras,
contando del lado Este de la Avenida Américas, desde la calle Montevideo en el norte hasta la
calle Arista en el sur, hay:
7
Bancos y Servicios Financieros
26
Casas de Bolsa
2
Servicios Conexos*
14
Servicios Legales**
7
Paquetería y Mensajería
7
Restaurantes y Bares
13
Agencias de Viajes
6
Venta de Vehículos
2
Ópticas
2
Sitio de Taxis
1
Club de Golf
1
Supermercado
1
Inmobiliaria
1
Bolerama
1
Oficinas de Pemex
1
*Por servicios conexos entendemos aquellas actividades auxiliares de las instituciones bancarias
y/o sus empleados. Los servicios conexos incluyen las telecomunicaciones (telefonía celular,
venta y servicio de computadoras), fotocopiadoras, arrendamiento, muebles de oficina, casas de
empeño, casas de cambio y escuelas de inglés. Los servicios legales, paquetería y mensajería y
agencias de viajes, en sentido estricto también son servicios conexos pero se decidió incluirlos
aparte por la importancia numérica de cada uno de ellos y por su carácter más especializado.
8
**Bajo el rubro servicios legales incluimos las oficinas del Poder Judicial (Tribunales de lo
Administrativo, Juzgados en Materia Civil, Tribunal Fiscal de la Federación), así como los
despachos y bufetes de abogados.
Como podrá observarse, en una zona relativamente pequeña (nueve cuadras lineales) (Ver
Figura 1) se concentra un considerable número de bancos, casas de bolsa y servicios conexos,
además de oficinas de servicios legales, paqueterías y agencias de viajes. La zona cuenta también
con restaurantes de tipo familiar, así como bares que hacen intensa la vida nocturna de la zona.
Se utilizó el concepto de economías de aglomeración, entendiéndolo de la manera en que
Stanback y Noyelle lo hacen. Estos autores afirman que este tipo de economías se dan cuando un
tipo de firmas se localiza en proximidad con otro tipo de firmas, de manera que puedan obtener
beneficios mutuos al reducir costos, tiempo de transportación y/o haciendo posible la prestación
de servicios conjuntos (Stanback y Noyelle 1982: 18).
Así, con la información recabada hasta la fecha, se puede afirmar que las economías de
aglomeración sólo se dan de manera incipiente y sobre todo de los bancos y casas de bolsa hacia
algunos servicios conexos como paqueterías, mensajerías y agencias de viajes. Más allá de las
ventajas que ofrece el ubicarse en un área de renta alta, los bancos no suelen obtener beneficios
por la cercanía de ese tipo de servicios auxiliares, mientras que estos sí lo hacen puesto que los
bancos son clientes regulares y representan un porcentaje estable para algunos de estos negocios.
Esta información se obtuvo con diversas entrevistas realizadas a encargados de
paqueterías, mensajerías y agencias aplicadas en marzo de 2001 (Sr. Miguel Haro: Fedex, Sr.
Jesús Suárez: DHL). En el caso de las agencias de viajes, las economías de aglomeración son más
evidentes puesto que los beneficios provistos por la cercanía física son mutuos: suelen hacer uso
de los bancos para recibir los pagos de clientes, de casas de cambio para convertir dólares y de
los servicios de paquetería para enviar folletos de publicidad. Por otra parte, tienen clientes
9
regulares del Banco de México, de los Tribunales de la Federación y de algunos pisos de la Torre
Américas (Sra. Mónica Warden: Agencia Canadá Incredible, Srita. Aurora Guzmán: Oficinas de
Aeroméxico y Mexicana y líneas aéreas extranjeras). Además, la compañía de transporte nacional
ETN se relaciona con los bancos a través de la empresa Panamericana (transportación de
valores).
Falta por indagar si las oficinas que prestan servicios legales obtienen beneficios
adicionales al encontrarse en la zona y si los bancos y las casas de bolsa forman parte de su
cartera de clientes.
Cambios en el uso del suelo
En la Ciudad de México, el cambio de uso de suelo para acoger actividades del sector
terciario está bien documentado; sobre todo para el caso de las cuatro delegaciones centrales
(Cuauhtémoc, Miguel Hidalgo, Benito Juárez y Venustiano Carranza) que desde los años sesenta
han modificado sus usos del suelo. Ello produjo un encarecimiento del suelo urbano y, por
consiguiente, una expulsión de la población a la periferia (Olivera 1999: 269).
Para el caso de las ciudades norteamericanas, la norma es que los distritos centrales sean
abandonados por la población y ocupados por las actividades financieras y corporativas (Ibid:
272).
Con el boom financiero de mediados de los años ochenta, la Avenida Paulista en Sao
Paulo, Brasil se convirtió en un importante corredor financiero. Los altos edificios localizados en
este corredor (verticalización) expresan el auge. En cuanto a la Ciudad de México el Paseo de la
Reforma en la delegación Cuauhtémoc se ha convertido en asiento de transnacionales, mercado
financiero internacional y de servicios especializados y centro de nuevas tecnologías (Ibid: 271 y
275).
10
Regresando al caso de Guadalajara nos encontramos de entrada con procesos poco
documentados. Por principio se pudieron conseguir sólo tres Planes Parciales de Desarrollo
Urbano, documentos elaborados por la Comisión de Planeación Urbana del Ayuntamiento de
Guadalajara (Coplaur) y por la Secretaría de Desarrollo Urbano del Gobierno de Jalisco (Sedeur)
y donde se consigna los usos de suelo existentes y aprobados para cada cuadra y calle. De
acuerdo a los planes 1992-1995 (Obtenido en el Archivo Municipal de Guadalajara) y 1995-1997
y 2001 (Obtenidos en Coplaur y éste último por aparecer en el Diario Oficial del Estado) los usos
del suelo de la zona no han variado.
Desde el Plan 1992-1995 la mayor parte de la zona estudiada presenta usos mixtos
(habitacional y comercial) y sólo el lado Este, desde la calle Río de Janeiro hasta la Glorieta
Colón es de uso comercial y de servicios. Por su parte, el lado Oeste, desde la calle Mar Báltico
(la porción de la gran cuadra que da a la misma glorieta) y la cuadra donde se localiza la Torre
Américas son de uso comercial y de servicios. El resto de la Avenida presenta usos mixtos. Pese
a ello, las casas habitación son escasas y las pocas que existen en este corredor de Avenida
Américas, están en venta o se rentan.
Por su parte la zona que se encuentra detrás de la Avenida, hacia el poniente es, de
acuerdo a los planes parciales, eminentemente habitacional; sin embargo, una inspección somera
por estas calles revelará una importante presencia de comercios, fondas, colegios, tiendas y
clínicas de cirugía reconstructiva que en la realidad le dan un carácter mixto a algunas cuadras,
deteriorando su uso habitacional.
Por su parte, la gerente de la Asociación de Colonos de Providencia Norte, Sra. Josefina
Larraza, mencionó en entrevista que los bancos y los bares de Avenida Américas provocan
molestias a los vecinos por la falta de cajones para estacionamiento y el ruido constante,
respectivamente; produciendo una baja en la plusvalía de las propiedades habitacionales
11
(Entrevista a la Sra. Josefina Larraza, 21 de enero de 2001). En general, basándonos en
entrevistas practicadas a habitantes de la zona, hay una opinión negativa de los bancos y demás
negocios de Avenida Américas.
Respecto a los usos del suelo y a las transformaciones que ha experimentado, podemos
inferir –tomando como referencia a los planes parciales y algunas entrevistas– y a reserva de
conseguir más información, que esta porción de Avenida Américas ya presentaba usos mixtos
(habitacional y comercial) antes de los años noventa; sin embargo, aún conservaba áreas
exclusivamente residenciales. Durante esta década y con la llegada de los bancos desde fines de
los años ochenta, los servicios conexos y los restaurantes y bares proliferaron, expulsando a las
viviendas que aún permanecían en este tramo de Avenida Américas.
Es importante señalar que los alrededores de esta zona, es decir, las calles paralelas a
Avenida Américas, siguen teniendo pese a todo, un uso predominantemente habitacional del
estrato alto. Este proceso de competencia por el recurso suelo urbano entre la actividad
residencial y la actividad comercial-financiera, puede ser explicado si recurrimos a algunos
conceptos de la Ecología Urbana de la Escuela de Chicago.
De acuerdo a esta perspectiva teórica –de corte evidentemente organicista− las diferentes
actividades en la ciudad entablan una competencia por los mejores lugares y, a veces, mediante
procesos de invasión y suceción, una actividad desplaza a otra del mismo espacio, a la manera en
que una especie fuerte desplaza a otra débil de un mismo nicho ecológico (Bettin 1982). En este
caso, las casas habitación cedieron la zona a los bancos y servicios conexos tras un forcejeo de
años en el que los últimos terminaron por establecerse2. Queda por sopesar el papel de los precios
2
Los habitantes de la zona y alrededores tienden a envejecer. Los hijos optan por salirse del área e irse a vivir a
colonias y cotos exclusivamente residenciales (Entrevista con la Gerente de la Asociación de Colonos de Providencia
Norte).
12
del suelo y su evolución, así como el costo de los servicios y el impuesto predial en la expulsión
gradual de población.
La zona bancaria: fuga hacia los suburbios
Reconstruyendo la historia de la zona de estudio, tenemos que remontarnos a los anteriores
emplazamientos de los bancos en la ciudad de Guadalajara. Desde sus inicios los bancos
principales se asentaron en el lado sur del centro histórico de Guadalajara, justo a un lado de los
centros de poder y de decisión económica (Oficinas del gobierno estatal y Cámara de Comercio
de Guadalajara). Más tarde, en las décadas de los años cincuenta y sesenta del siglo pasado, la
necesidad de ampliar la captación de recursos vía ahorro, provocó que algunos bancos se salieran
del centro histórico y se ubicaran en una zona residencial de clase alta; es decir, de población con
capacidad de ahorro y acumulación. Este proceso de fuga, del centro a los suburbios, llevó a
muchos bancos a instalar sus oficinas en Avenida Lafayette (Hoy Avenida Chapultepec), por ese
entonces la zona habitacional de la burguesía tapatía (Camberos 1988a).
Pero la función bancaria no ha sido la única que se ha salido del centro histórico a los
suburbios del poniente de la ciudad, o en todo caso, a zonas con alto poder adquisitivo: la Cámara
de Comercio, el Club de Industriales y la Expo Guadalajara (instalaciones para exposiciones de
ferias comerciales de toda índole) también lo hicieron. Ello significó para la estructura de la
ciudad una intensificación del caos en el ordenamiento territorial urbano, al aumentar los
problemas de congestionamiento vehicular y privar al centro histórico del valor simbólico que le
conferían estas instituciones (Camberos 1988b)3.
3
Para una discusión más amplia sobre la pérdida de valor histórico del centro de la ciudad de Guadalajara, consultar
“¿Un centro solamente histórico?” de Daniel Vázquez, Mimeo-Universidad de Guadalajara, 2001.
13
Un estudio pionero de la localización bancaria en Guadalajara (JGPU 1976) señalaba que
estas instituciones observaban dos patrones en su localización espacial. En primer lugar, los
bancos tapatíos tendían a establecerse de manera dispersa en sectores residenciales de clases
media y alta. En segundo lugar, tendían a concentrarse en dos zonas: de manera dominante en el
sur del centro histórico y de manera secundaria en la zona de Chapultepec, la llamada “zona rosa”
de Guadalajara (Ver Figura 2).
En ese estudio se afirma que estos patrones de localización responden a la necesidad de
las finanzas. La banca requiere concentrar capitales dispersos en la ciudad (sucursales ubicadas
en colonias con capacidad de acumulación) para ponerlos a disposición de los centros de decisión
económica gubernamentales y privados (matrices localizadas en el centro de la ciudad) (JGPU
1976).
Pero la lejanía en el tiempo exige una actualización de aquél estudio. En ese sentido, se
afirma en este trabajo que los servicios financieros han experimentado una nueva mudanza hacia
una zona situada más al poniente de la ciudad. La evidencia recabada hasta la fecha, apunta que
la zona del Centro Histórico y la de Avenida Chapultepec ofrecen cada vez más deseconomías de
aglomeración, es decir, desventajas crecientes, además de que las zonas habitacionales de las
clases media y alta tienden a desplazarse más hacia el poniente y requieren de la proximidad de
estos servicios.
Los mismos funcionarios bancarios admiten que la principal ventaja de su localización en
Av. Américas es su cercanía con el “mercado alto” (población de mayores ingresos). En realidad
ellos, como instituciones bancarias no obtienen beneficios de los demás bancos y servicios
conexos instalados en la zona; sólo de la población circundante. Sin embargo, un elemento que
estimuló su emplazamiento en esta zona fue la llegada de las oficinas del Banco de México a
fines de los años ochenta. (Entrevistas al Lic. Javier Puertos, Apoderado Administrativo de la
14
Sucursal Scotiabank-Inverlat y al Lic. Rodrigo Navarro, Gerente de Banco Serfín, Sucursal
Américas Country).
Otro elemento que agrega más caos a la estructura urbana, es el hecho de que esta zona
surgió como una “zona natural” –según explicaría la Ecología Urbana− más que como un
planteamiento de ordenamiento territorial desde un plan de desarrollo urbano por parte de las
autoridades locales. La zona bancaria de Avenida Américas, a pesar de que cuenta con una mejor
accesibilidad y proximidad a los clientes naturales que los anteriores emplazamientos del Centro
Histórico y de Avenida Chapultepec, ya empieza a mostrar síntomas de su falta de planeación:
congestionamiento vehicular en horas pico y falta de cajones para estacionamiento en algunas
secciones de ella4.
Primeras Conclusiones
Dado el carácter exploratorio de este trabajo y la información específica que se ha
recabado hasta la fecha, se puede afirmar que nos encontramos en las etapas intermedias del
estudio. Se están gestionando más entrevistas con funcionarios de otros bancos, con lo cual se
espera obtener información valiosa que precise algunos datos históricos. Sin embargo, con la
información que se ha manejado, se pueden hacer algunas primeras conclusiones.
Las actividades bancarias tapatías siempre han servido de soporte al comercio y a la
producción de bienes básicos locales. Desde el agotamiento del modelo sustitutivo y bajo la
influencia de la desregulación financiera, han reforzado este rol de apoyo a la economía local.
4
Un hecho que expresa la falta de planeación urbana de la zona es la subutilización de la “Torre Américas”, edificio construido
en los años setenta en las confluencias de Avenida Américas y Avenida López Mateos: de 25 pisos disponibles, sólo nueve están
ocupados. La causa más visible de lo anterior es la falta de cajones para estacionamiento. En cambio, los edificios bancarios
construidos en los años noventa y que sobre todo se ubican en el lado norte de la zona estudiada, lograron paliar en cierta medida
el déficit de cajones –al menos para sus funcionarios– y su ocupación es más completa. Por otro lado, el despacho de arquitectos
Ibáñez propuso en 1992 un ambicioso proyecto de construcción de un estacionamiento subterráneo bajo la Avenida Américas,
con capacidad para 1,500 vehículos, desde la calle Montevideo hasta el cruce con Avenida López Mateos. El proyecto incluía la
ampliación superficial de Américas para dotarla de un carril lateral en el lado Este. Al final, el municipio de Guadalajara y el
Gobierno del Estado lo archivaron indefinidamente (Entrevista al Arq. Eduardo Ibáñez, marzo de 2001).
15
Pese a la condición de enclave maquilador de la capital de Jalisco, la banca local se ha visto en la
necesidad de reorganizarse administrativa y espacialmente, no para prestar servicios a las
maquiladoras e industrias electrónicas que han arribado a la ciudad, sino para mejorar la
captación de ahorro de las clases altas de la zona (Información proporcionada por los
funcionarios bancarios entrevistados). Esa reorganización está expresada por la conformación de
la aglomeración bancaria de Avenida Américas.
La desregulación de los mercados financieros ha posibilitado que los flujos de capital
globales arriben de manera masiva a los países de la semiperiferia. Si los años setenta fue la
década de la segmentación productiva, los años ochenta y los noventa han sido testigos de una
expansión del capital financiero. En el caso mexicano, la llegada de capitales foráneos se ha dado
a través de fusiones y compra de acciones bancarias. La injerencia cada vez mayor de estos
capitales les ha permitido influir en la conformación espacial de las zonas bancarias y distritos de
negocios de las ciudades mexicanas.
La creación de esta zona financiera en el poniente de Guadalajara desde fines de los años
ochenta, ha permitido la existencia de incipientes economías de aglomeración entre los diferentes
tipos de negocios, sobresaliendo los beneficios que obtienen las mensajerías y paqueterías. Este
tipo de economías implica un beneficio mutuo dado por la proximidad física entre las firmas.
El cambio de uso del suelo en la década pasada –no registrado en los tres planes parciales
de desarrollo consultados pero sí a través de la observación directa y de la entrevista a la Gerente
de la Asociación de Colonos, así como de entrevistas aplicadas a habitantes de la zona– puede ser
explicado recurriendo a las categorías competencia, invasión y sucesión, utilizadas por la teoría
de la Ecología Humana. La función habitacional sigue siendo desplazada por las actividades
financieras y comerciales a través de la saturación del espacio, de la emigración de las
16
generaciones jóvenes y de las molestias ocasionadas por el ruido y los automóviles de los
empleados; todo lo cual redunda en una depreciación de la plusvalía de las residencias.
Por último, la implantación de la zona financiera en esta parte del poniente de la ciudad,
es el tercer emplazamiento después de haberse alejado los bancos en dos ocasiones distintas del
centro histórico de la ciudad. Esta mudanza se explica por la necesidad de estas instituciones de
estar cerca de las clases altas (con poder de acumulación) y por tener una mejor accesibilidad a
las principales rutas de circulación. Las deseconomías existentes en el centro histórico, tales
como congestionamiento vehicular, inseguridad pública y contaminación, explican en parte esta
salida de funciones hacia los suburbios.
Hasta la década de los setenta la ciudad de Guadalajara era mononuclear, esto es, los
principales centros de decisión política, económica y los comercios más grandes estaban
localizados en el centro histórico. Desde fines de esa década, la ciudad ha experimentado un
vertiginoso proceso de descentralización a través de innumerables centros comerciales que han
generado redes de relaciones sociales y económicas en torno a ellos. La aparición de la zona
financiera de Avenida Américas se inscribe en esa lógica des-centralizadora tapatía y en la
necesidad de contar con unas finanzas que respondan de manera adecuada a las nuevas
condiciones globales y locales. Resta ponderar hasta qué punto la zona lo ha logrado y si los
problemas de desordenamiento territorial que ha provocado se compensan por sus servicios a la
economía urbana.
17
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