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QUE REFORMA LOS ARTÍCULOS 27, 28 Y 73 DE LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE LOS ESTADOS
UNIDOS MEXICANOS, A CARGO DEL DIPUTADO DAVID MENDOZA ARELLANO, DEL GRUPO
PARLAMENTARIO DEL PRD
Con fundamento en los artículos 71, fracción II, y 135 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos
y del artículo 55, fracción II del Reglamento para el Gobierno Interior del Congreso General de los Estados Unidos
Mexicanos, el que suscribe diputado David Mendoza Arellano, integrante del Grupo Parlamentario del Partido de
la Revolución Democrática en la Cámara de Diputados en la LX Legislatura presenta ante esta soberanía la
iniciativa que contiene proyecto de decreto por el que se reforman y adicionan diversos artículos de la Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos en materia de energía renovable al tenor de la siguiente:
Exposición de Motivos
La política energética que impera actualmente en nuestro país carece de una estrategia para enfrentar los grandes
desafíos mundiales como el cambio climático en la tierra, las consecuencias de las emisiones de gases con efecto
invernadero, o el agotamiento de las reservas del petróleo y su impacto económico.
La propuesta que vengo a presentar ante esta soberanía se inspira no solamente en la importancia de encarar los
problemas ambientales y el fenómeno del calentamiento global, también plantea la ampliación del esfuerzo
económico respecto a la energía en nuestro país, impulsando fuertemente el aprovechamiento de las fuentes
renovables de energía porque nuestro país no puede continuar siendo dependiente de la energía fósil.
México es un país que durante muchos años ha gozado de una gran riqueza en materia energética y gracias a ello
hemos podido solventar gran parte de nuestra economía y suministrar la demanda de energía nacional; sin
embargo, tenemos conciencia de que dichas fuentes de energía no son perennes porque su existencia en la
naturaleza es limitada. Por lo tanto tenemos que impulsar la investigación y el desarrollo científico y tecnológico
en la materia para que después de un periodo de transición logremos ser capaces de aprovechar exitosamente otro
tipo de fuentes de energía.
En este sentido resultan ilustradores y a la vez alarmantes los reportes presentados por Petróleos Mexicanos en los
años que transcurren entre el 2000 y el 2007, porque demuestran una disminución gigantesca de las reservas
probadas de petróleo.
En el año 2000 contábamos con reservas que ascendían a 34 mil 103.7 millones de barriles; en el 2001, 32 mil
614.4 millones; en el 2002, 30 mil 838 millones; en el 2003, 20 mil 077 millones; en el 2004, 18 mil 895 millones;
en el 2005, 17 mil 650 millones; en el 2006, 16 mil 469 millones, y a principios del 2007, 15 mil 514 millones de
barriles de petróleo crudo. Es decir, se han agotado respecto al año 2000 el 54.5 por ciento de las reservas. Dichos
reportes indican que las reservas probadas de hidrocarburos son susceptibles de ser aprovechadas solamente
durante los próximos nueve años.
Tener conocimiento de estos datos nos obliga a diseñar desde ahora una nueva política energética, porque resulta
absolutamente obvio que no podremos continuar siendo dependientes de los combustibles fósiles por mucho
tiempo y esto significa que en unos cuantos años no solo seremos incapaces de abastecer la demanda nacional de
energía, sino que además, enfrentaremos una grave crisis financiera derivada de nuestra dependencia a las fuentes
de energía convencional.
Necesitamos desarrollar una vía alterna en materia energética que nos permita reducir el impacto sanitario y
ambiental inhibiendo paulatinamente la utilización de los energéticos responsables de la contaminación
atmosférica.
En este sentido cabe resaltar que nuestro país firmó en el año de 1997 el protocolo de Kyoto y con ello se
comprometió a impulsar un nuevo modelo en el que el crecimiento económico se desvinculara de la generación y
emisión de gases de efecto invernadero. Posteriormente ratificó dicho protocolo; sin embargo, a diez años de
distancia del compromiso asumido, aún carecemos de una estrategia nacional para el desarrollo y el
aprovechamiento de las fuentes renovables de energía. Incluso este tema aún no esta considerado en la
Constitución. Si bien es cierto que el protocolo no es vinculatorio y que por lo tanto jurídicamente no estamos
obligados a cumplir con el compromiso signado de reducir los gases con efecto invernadero, resulta criminal que
seamos indiferentes a los problemas que genera el calentamiento global.
Incluso, nuestro territorio y su población han sido víctimas de los efectos del cambio climático como los huracanes
devastadores que han atravesado nuestro país y que han arrancado a miles de familias su patrimonio y generado
daños ecológicos y económicos de gran escala.
El mundo entero ha sido testigo de una mutación climatológica desmesurada no solo por el azote de Wilma, Mitch,
Katrina o Dean, sino por el aumento de sequías en varias zonas de la tierra, así como por el derretimiento de los
glaciares y capas de hielo que causan deshielos prematuros en ríos y lagos.
El aumento de la emisión de gases en el mundo y el fenómeno del calentamiento global preocupan mucho a la
comunidad internacional, así lo muestran los 188 países que han suscrito el protocolo de Kyoto y aunque Estados
Unidos ha mostrado reticencia a suscribir este acuerdo, se ha propuesto en lo individual, la meta de reducir sus
emisiones de gas en un 18 por ciento para el año 2012. Así mismo y de manera reciente, el congreso de ese país
aprobó una ley para el aprovechamiento de las fuentes renovables de energía y con esto se ponen en marcha
acciones afirmativas para incentivar económicamente a las compañías que aumenten el uso de energía solar y
eólica, mientras que los subsidios para la industria petrolera serán reducidos.
Es evidente que existe una necesidad inaplazable de generar una nueva vía para el desarrollo de las llamadas
"energías limpias" y sin embargo, la actividad productiva en este terreno es absolutamente anárquica en nuestro
país. Por ello propongo diversas reformas constitucionales con la finalidad de incluir el tema de las fuentes
renovables de energía en nuestra carta magna.
En primer lugar planteo reformar el artículo 73 para que el Congreso de la Unión tenga la facultad de legislar en
materia de energía renovable.
La energía representa un sector estratégico para el país, por ello el Estado debe mantener la rectoría sobre la
producción y distribución de la energía, tanto la que proviene de fuentes renovables como de las fuentes no
renovables. Para ello propongo que se modifique el artículo 27 de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos a fin de establecer el dominio de la nación sobre el aprovechamiento de los recursos naturales que
generen energía renovable.
También propongo modificar el artículo 28 para impedir que se constituyan monopolios sobre la producción y
aprovechamiento de energía proveniente de fuentes renovables. Finalmente se adicionan dos incisos al mismo
artículo para que el Congreso de la Unión tenga la facultad de establecer contribuciones especiales sobre el
aprovechamiento de recursos naturales que generen energía renovable, así como sobre la producción y
aprovechamiento de combustibles generados a través de fuentes renovables de energía.
Por lo anteriormente expuesto propongo a esta soberanía el siguiente:
Proyecto de decreto
Único. Se Reforman los artículos 27, 28 y 73, fracción X de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos para quedar como sigue:
Artículo 27…
….
….
….
….
Corresponde a la nación el dominio directo de todos los recursos naturales de la plataforma continental y los
zócalos submarinos de las islas; de todos los minerales o substancias que en vetas, mantos, masas o yacimientos,
constituyan depósitos cuya naturaleza sea distinta de los componentes de los terrenos, tales como los minerales de
los que se extraigan metales y metaloides utilizados en la industria; los yacimientos de piedras preciosas, de sal de
gema y las salinas formadas directamente por las aguas marinas; los productos derivados de la descomposición de
las rocas, cuando su explotación necesite trabajos subterráneos; los yacimientos minerales u orgánicos de materias
susceptibles de ser utilizadas como fertilizantes; los combustibles minerales sólidos; el petróleo y todos los
carburos de hidrógeno sólidos, líquidos o gaseosos; el aprovechamiento de todos los recursos naturales que
generen energía renovable y el espacio situado sobre el territorio nacional, en la extensión y términos que fije el
derecho internacional.
Artículo 28...
…
…
No constituirán monopolios las funciones que el Estado ejerza de manera exclusiva en las siguientes áreas
estratégicas: correos, telégrafos y radiotelegrafía; aprovechamiento de los recursos naturales que generen
energía renovable; combustibles provenientes de fuentes renovables de energía, petróleo y los demás
hidrocarburos; petroquímica básica; minerales radiactivos y generación de energía nuclear; electricidad y las
actividades que expresamente señalen las leyes que expida el Congreso de la Unión.
…
...
…
…
…
…
…
…
Artículo 73. El Congreso tiene facultad:
I. a IX. …
X. Para legislar en toda la República sobre hidrocarburos, combustibles provenientes de fuentes
renovables de energía, minería, sustancias químicas, explosivos, pirotecnia, industria cinematográfica,
comercio, juegos con apuestas y sorteos, intermediación y servicios financieros, energía eléctrica, energía
renovable y nuclear y para expedir las leyes del trabajo reglamentarias del artículo 123;
XI. a XXVIII. …
XXIX. Para establecer contribuciones:
1º- 4º…
5º. Especiales sobre…
h) Aprovechamiento de recursos naturales que generen energía renovable.
i) Producción y aprovechamiento de combustibles generados a través de fuentes renovables de
energía.
Transitorios
Único. El presente decreto entrará en vigor el día siguiente al de su publicación en el Diario Oficial de la
Federación.
Palacio Legislativo de San Lázaro, a 18 de de septiembre de 2007.
Diputado David Mendoza Arellano (rúbrica)
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