SUB-TEMA 14: LAS MEDIDAS CAUTELARES PERSONALES I. Lectura con preguntas guía: Lectura: • Sánchez Velarde Pablo, "Comentarios al Código Procesal Penal", Editorial Idemsa, 1994, pp. 197-234. 3. ¿Cuál es la finalidad de la medida judicial de detención? ¿Cómo debe interpretarse el peligro procesal? ¿Qué aspectos relevantes y críticos encuentra en la suspensión de la detención, conforme al artículo 137° de la ley procesal? 517 Sánchez Velarde Pablo, "Comentarios al Código Procesal Penal", Editorial ldemsa, 1994, pp. 197-234. LA DETENCIÓN EN EL NUEVO PROCESO PENAL PERUANO. INTRODUCCIÓN La promulgación del nuevo Código Procesal Penal, mediante Decreto Legislativo N° 638, ha motivado el interés de analizar la institución de la detención, fundamentalmente por dos motivos importantes. El primero, por resaltar las características propias del derecho a la libertad personal protegida no sólo por las normas constitucionales, sino también por aquéllas provenientes de Tratados y Convenios Internacionales, que tienen vigencia y acatamiento dentro del contexto legal peruano al haber sido ratificados constitucionalmente. En ellos — al igual que en nuestra carta fundamental — se prevé el respeto al derecho a la libertad personal, así como la excepción que la restringe: la detención, y la forma y términos en que ésta debe llevarse a cabo. El segundo, por analizar las diferentes circunstancias en que el nuevo código procesal regula dicha medida cautelar, poniendo de relieve sus características, sus alcances, innovaciones y demás elementos que trae consigo la reforma con una perspectiva de lege ferenda. Con todo, debe de advertirse la particular circunstancia de su vigencia. De acuerdo al artículo 2° del Decreto Legislativo 638, el Código Procesal Penal aún no entra en vigencia en su totalidad salvo algunas de sus disposiciones, entre ellas, la referida a la detención que prevén los arts. 135°, 136° y 138° y los arts. 143° y 145° referidos a la comparecencia, con los que tiene relación al contemplar la detención domiciliaria. La puesta en vigor de tales dispositivos legales sin espera de la vacatio legis de todo el texto, tiene su justificación en criterios políticos 518 — criminales. Sin embargo, ello puede generar conflictos en la aplicación temporal de las leyes, en cuanto las normas del código se relacionan entre sí, como todo cuerpo legal de esta naturaleza. De ahí que aún no sea de aplicación lo dispuesto en el art. 109° relativo a la detención preventiva en la investigación preliminar, como tampoco las disposiciones generales sobre las medidas coercitivas del art. 132° y ss, entre otros., lo que obliga a un análisis muy meticuloso al momento de su interpretación y aplicación, por lo menos hasta que se cumpla el período previsto para la vigencia total del código. El presente trabajo pretende constituir un primer acercamiento doctrinario y dogmático al tema, buscando una mayor claridad y tratando de superar la problemática de la temporalidad a la que se ha hecho referencia. 1. ANÁLISIS CONSTITUCIONAL. 1.1. La libertad personal como derecho fundamental. El derecho a la libertad está protegido en las normas constitucionales como valor supremo de la persona, como condición indispensable, sine qua non, para que el individuo desarrolle su personalidad'. La Constitución peruana garantiza este derecho. Los Tratados y Convenios Internacionales forman parte del derecho nacional y sus preceptos relativos a los derechos humanos tienen jerarquía constitucional (arts. 101°, 105° Const. de 1979, art. 55° Const 1993). Tales normas internacionales ponen de relieve conjuntamente con el derecho a la vida, el derecho a la libertad de la persona, como exigencia genérica de la naturaleza humana. Así aparece en la Declaración Universal de Derechos Humanos (art. 3°), en el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos de Nueva York de 1966 2, en el que se deja 2 BURGOA, L, 'Las Garantías Individuales", 19 0 Ed., Porrúa Hermanos, México, 1985, P. 19 y ss. De 16 de diciembre de 1996, ratificado por el Perú en la décimo sexta disposición general de la Constitución de 1979. 519 establecido que "todo individuo tiene derecho a la libertad y a la seguridad personales", prohibiéndose la privación de la libertad "salvo por las causas fijadas por la ley y con arreglo al procedimiento establecido en ésta". Disposición similar aparece en la Convención Americana de Derechos Humanos o Pacto de San José de Costa Rica de 1969 3 (art. 7°), así como en el Convenio Europeo para la Protección de los Derechos Humanos y de las Libertades Fundamentales de 1950 4 (art. 5°). 1.2. La detención en la constitución. La restricción de la libertad personal ha sido prevista también en los Tratados y Acuerdos Internacionales, la Constitución y leyes ordinarias procesales con carácter excepcional, es decir, sólo en casos estrictamente necesarios y predeterminados por la ley. Nuestra Constitución establece el derecho de toda persona a la libertad y seguridad personales, así como la excepción a esta regla. En consecuencia: "Nadie puede ser detenido sino por mandamiento escrito y motivado del Juez o por las autoridades policiales en flagrante delito. En todo caso el detenido debe ser puesto, dentro de las veinticuatro horas o en el término de la distancia, a disposición del Juzgado que corresponde" (art. 2° inc. 20 ap. g) primera parte, Const 1979). La Constitución de 1993 aprobada últimamente reitera lo expuesto, pero suprime la frase en todo casos. Conforme al mandato constitucional, todas las personas tienen derecho a la libertad, "no se permite formar alguna de restricción de la libertad personal, salvo los casos previstos por la ley"(art. 2° inc. 20 ap. 3 De 22 de noviembre de 1969, ratificada por el Perú en la disposición general décimo sexta de la Constitución de 1979. En aquella se expresa textualmente "Toda persona tiene derecho a la libertad y a la seguridad personales. 2. Nadie puede ser privado de su libertad física, salvo por las causas yen las condiciones fijadas de antemano por las Constituciones Políticas de los Estados Partes o por las leyes dictadas conforme a ella. 3. Nadie puede ser sometido a detención o encarcelamiento arbitrarios". 4 5 Firmada en Roma, el 4 de noviembre de 1950. Véase el art. 2° inc. 24, ap. O. Su segundo párrafo dice: "El detenido debe ser puesto a disposición del juzgado correspondiente, dentro de las veinticuatro horas o en el término de la distancia". 520 b). Pero además, la previsión Constitucional obliga a que la persona detenida sea informada "inmediatamente", y por escrito de la causa o razones de la detención (art. 2° inc. 20, ap. h) Const. 1979, art. 139°, inc. 14 Const. 1993), así como a señalar "sin dilación" y "por escrito", el lugar donde se halla la persona detenida bajo responsabilidad (art. 2° ap. i) in fine, Const. 1979. art. 2° inc. 24, ap. g), Const. 1993). La detención aparece como una medida de carácter provisional, cautelar, que supone la privación de la libertad ambulatoria de una persona por un determinado período de tiempo y que comprende tanto el impedir a una persona abandonar un lugar como conducirla contra su voluntad a otros. En sentido amplio, se considera como detención cualquier situación en que la persona se ve impedida u obstaculizada para autodeterminar, por obra de su voluntad, una conducta lícita, sin que puedan encontrarse zonas intermedias entre detención y libertad' La protección constitucional va más allá, comprende tanto a las situaciones de privación de la libertad anterior (detención preventiva y judicial) como posterior a la imposición de la condena y también a la forma en que tal privación se lleva a cabo en la práctica (establecimientos adecuados, no sometimiento a torturas, tratos inhumanos o humillantes y posibilidades de rehabilitación). De ahí que en la misma Constitución se regule específicamente la detención preventiva, e incluso el plazo máximo de la misma, delegando en la ley procesal la regulación de la detención dictada en el curso de una causa penal. De todo ello se desprende que, siendo la libertad personal un derecho fundamental, las medidas cautelares que la restringen, deben aplicarse con "suma cautela" en los supuestos que así lo requieran y mediante resolución motivada dado que "son consecuencia directa de 6 RODRIGUEZ RAMOS, L, la Detención°, Akal, Madrid, 1987, p. 27. VIVES ANTON, T Y GIMENO SENDRA, V, la Detención", Barcelona, 1977, p. 83 y ss. DIAZ MENDEZ, N., ta Libertad, prisión, detención, retención y presentación °, Rey. Actualidad Penal, III° 11, 1990, N° 110 y ss. Sentencia del Tribunal Constitucional (STC) español, 98/1986, de 10 de junio. 521 una valoración acerca de la existencia de indicios de criminalidad". Es compatible, por tanto, la adopción de tales medidas con el principio de presunción de inocencia, pues el imputado de hecho punible mantiene este estado mientras no se haya declarado judicialmente su responsabilidad. 1.3. Las excepciones constitucionales. Dos excepciones prevé la Constitución respecto a la restricción de la libertad personal. La primera está prevista en la última parte del aparato f) del inc. 24. art. 2o de la constitución de 1993, que dispone: "Estos plazos no se aplican a los casos de terrorismo, espionaje y tráfico ilícito de drogas. En tales casos, las autoridades policiales pueden efectuar la detención preventiva de los presuntos implicados por un término no mayor de quince días naturales. Deben dar cuenta al Ministerio Público y al Juez quien puede asumir jurisdicción antes de vencido dicho término."9 Un primer acercamiento a esta disposición permite sostener que la excepción es en relación al plazo de duración de la detención, más no así en cuanto a la forma, prevista en el primer párrafo del artículo y que constituye norma general. Es decir, la detención autónoma de la policía sólo procederá en caso de flagrancia cuya duración se extenderá hasta quince días naturales. La comunicación al Ministerio Público debe ser inmediata a efecto de la investigación que le corresponde dirigir, que no requiere del vencimiento del plazo para asumir jurisdicción. La segunda está prevista en el art. 137.1 de la Constitución de 1993 (art. 231 o de la Const. de 1979), que establece el régimen de excepción en casos de "estado de emergencia", y por la cual se suspenden las garantías constitucionales relativas a la libertad y seguridad personales, entre ellas las previstas en el apartado f) del inc. 24 art. 2° que analizamos. Auto del Tribunal Constitucional español 267/1983, de 8 de junio. 9 Texto similar aparece en el art. 2°, inc. 20, ap.g ) de la Constitución de 1979 522 Las implicancias que pueden surgir, en relación a la privación de la libertad personal en circunstancias excepcionales como ésta, son imprescindibles, máxime si lo previsto para un período de tiempo prudencial se convierte en permanente y no existe mayor colaboración con la función judicial de parte de la autoridad político — militar que asume el control del orden interno. De otro lado, la Constitución ha previsto el recurso de habeas corpus — Ley 23506 y Ley 25398 — como garantía y respuesta inmediata ante la realización de detenciones arbitrarias. 2. ANÁLISIS DE LAS DISPOSICIONES EN EL NUEVO CÓDIGO PROCESAL PENAL 2.1. La detención. Concepto y naturaleza La detención es una medida cautelar personal, que cumple la función de asegurar el mantenimiento de un estado de hecho o de derecho durante el desarrollo de un proceso 10, en tal sentido garantiza la sujeción del imputado de un delito al proceso penal", pero también bajo estrictas garantías. ROXIN ha considerado a la detención como la privación de libertad del inculpado que tiene lugar durante la sustanciación de un proceso penal, con la finalidad de asegurar la averiguación del delito o la ejecución de la pena que se pueda imponer. También se la ha definido como la total privación al inculpado de su derecho fundamental a la libertad ambulatoria, mediante su ingreso a un centro penitenciario, durante la sustansación de un proceso penal. Se trata de una medida judicial necesaria prevista en todos los ordenamientos jurídicos, que significa la intromisión que ejerce el poder estatal en la esfera de la libertad de la persona, sin que exista una GUTIERREZ DE CABIEDES E. °Elementos esenciales para un sistema de medidas cautelares°, obra colectiva, Pamplona, 1974, p. 12. 11 ORTELLS RAMOS M. "Para una sistematización de las medidas cautelares en el proceso penal". Rev. Jurídica de Legislación y Jurisprudencia, Madrid, 1978. ps. 439 — 489. 10 523 resolución firme que así lo justifique. De estas consideraciones, se desprende una triple finalidad de la detención judicial: Para asegurar la presencia del inculpado en el proceso penal. Para garantizar una ordenada averiguación de los hechos por los órganos de persecución penal o judiciales, evitándose que el imputado eluda la acción de la justicia o se pueda obstaculizar la actividad probatoria, y c) Para asegurar la ejecución de la pena. Sin embargo, dada la forma como se regula y se interpreta la detención en nuestro ordenamiento - y que no cuesta mucho admitirlo , aparece no sólo como una medida cautelar en los casos que no proceda la comparecencia, sino como pena anticipada para los delitos castigados con pena privativa de la libertad superior a cuatro años, sea por la alarma social del hecho como por la frecuencia de ilícitos análogos. Además, como medida de seguridad por los mismo supuestos. En este sentido, las críticas de los penitenciaristas y criminólogos se ha dejado sentir. Así, García Valdez, citado por Díaz Méndez alega como razones en contra. 1° Que la prisión provisional no permite llevar a cabo una labor resocilizadora ya que jurídicamente está vedada cualquier intervención sobre el aún no condenado. La prisión provisional implica un grave peligro de contagio 2° criminal, porque obliga al preventivo a vivir con los ya condenados o, por lo menos, en sus mismas.condiciones. 3° La prisión provisional aumenta la población reclusa con las consecuencias de hacinamiento, más costo de las instalaciones penitenciarias, necesidad de más personal de vigilancia, etc. 4° La prisión provisional es tan estigmatizante como la pena misma. De allí que no sea aconsejable la aplicación de la detención judicial bajo criterio de mero automatismo o aludiendo a prejuicios, sino valorando las circunstancias particulares que puede tener cada caso. 524 Al respecto, es ilustrativo lo expuesto por el legislador español", cuando analizando el tema señala que el juzgador decidirá "teniendo en cuenta las circunstancias del caso, esto es, que será el órgano jurisdiccional quien valore cuando debe decretar la prisión preventiva, estableciendo la norma un supuesto de máximos, dentro de los que el órgano jurisdiccional puede moverse y es de propugnar a nuestro parecer, su procedencia sólo en los supuestos en que se pretenda asegurar la presencia del inculpado y la ejecución de la eventual pena, así como aquellos en que se estime conveniente para garantizar una adecuada averiguación de los hechos, descartando su imposición en todos aquellos en que la misma alcance visos de pena anticipada o de medida de seguridad, pues en tales casos entendemos que se conculca el principio de la presunción de inocencia, teniendo presente como principio "sin dubio, libertas" y es en esta aplicación donde vemos de una manera más inmediata la solución a los problemas de la prisión provisional o preventiva, pues aún no teniendo estadística reciente de la población reclusa, nos atrevemos a decir que el número de preventivos iguala cuando menos al de sentenciados, alcanzado aquella una finalidad no acorde con el espíritu de la Constitución ni con el de los pactos internacionales suscritos por España, pues una institución convenida con una función aparentemente cautelar y puramente transitoria, de hecho se está empleando de forma represora y limitada de derechos fundamentales..." La detención, es pues, una medida cautelar "personal y provisionalísima, sometida al principio de legalidad y de proporcionalidad". Puede ser practicada ordinariamente por orden o disposición de la autoridad judicial y excepcionalmente por los particulares y funcionarios de policía. En cuanto a los particulares, la detención constituye una facultad". Para los funcionarios de la policía, Exposición de Motivos de la L.O. 10/1984, citado por DIAZ MENDEZ, libertad, prisión, ob. cit, N° 109. 13 RAMOS MENDEZ, F. °El proceso penal (Lectura Constitucional)°, la ed., Barcelona 1988, p. 280 y ss. 14 Como se verá al analizar el articulo 106 inc. 8 del Código Procesal Penal peruano, muy similar al existente en otras legislaciones. Así, en España el art. 490o de la Ley de Enjuiciamiento Criminal faculta a cualquier persona a detener al que intentase cometer un delito, sea en el momento de ir a cometerlo, in fraganti, o cuando se tratare de fuga, o al procesado rebelde, pero debe de justificar este hecho con "motivos racionalmente suficientes° (art. 491o). 12 525 la detención es una obligación cuando se ha previsto en la ley15. 2.2. Alcances en el derecho comparado. En el derecho comparado, pueden observarse algunas peculiaridades respecto al tema que tratamos. En Alemania, el art. 127° y siguientes de la Ley procesal penal, establece que la detención procede en dos supuestos a) cuando existe orden judicial de prisión o intermedio, y b) cuando el sujeto fuera sorprendido "infraganti" o fuera perseguido luego de cometerlo. En este segundo supuesto, deben concurrir las siguientes circunstancias que se sospechoso de fuga o no pudiera constatarse plenamente su identidad. Conforme a la legislación alemana, el detenido, sino ha sido puesto en libertad, será conducido, de inmediato o en el término de un día, a disposición de la autoridad judicial. El Juez si considerase injusta la detención dispondrá la libertad, en caso contrario, a instancia del Ministerio Público, dictará auto de prisión (art. 128o). En la legislación francesa, la policía procede a la detención por orden judicial (art. 122° y ss.) y también de manera autónoma, tratándose del supuesto de indagación preliminar y cuando fuera necesaria la adopción de dicha medida. La policía francesa puede retener a una personas más de 24 horas, luego de lo cual, debe ser conducida ante el Procurador de la República. Este, tan pronto como haya analizado las circunstancias del hecho, podrá acordar la autorización escrita de prolongación de la detención preventiva por un plazo adicional de 24 horas (arts. 75 y ss). La nueva regulación italiana establece el arresto obligatorio de la policía judicial, tratándose de delito cometido "in fraganti" y en determinados casos (art. 380o), también, en estos mismos supuesto, 15 Así se desprende de nuestra Constitución y leyes inferiores. En España, expresamente se prevé en el art. 192o de la L.E. Cr. Vease HERRERO HERRERO, C. Policía Judicial y detención a vueltas con el art. 492o de nuestra ley rituaria", en Bol. de Información del M. de J., N° 1564, mayo 1990, ps. 83 — 102. 526 cualquier persona está facultada a proceder al arresto, cuando se trata de delitos perseguibles de oficio, y poniendo al arrestado y a los efectos del delito, a disposición de la policía judicial (art. 383o). La policía judicial tiene el deber de comunicar inmediatamente al Ministerio Público de la detención realizada y debe poner al detenido a disposición de dicha autoridad dentro de las 24 horas siguientes (art. 386 y ss). En cuanto a la regulación española, el art. 17.1 establece que: "La detención preventiva no podrá durar más del tiempo estrictamente necesario para la realización de las averiguaciones tendientes al esclarecimiento de los hechos, y, en todo caso, en el plazo máximo de setenta y dos horas, el detenido deberá ser puesto en libertad o a disposición se repite en el art. 520.1 de la L.E.Cr. En esta ley se faculta la detención por cualquier persona (arts. 490o — 491o), pero sujeta a control judicial (art. 496o)". La diversidad de supuestos legitimadores de detención previstos por la ley española son criticados por Rodríguez Ramos, quien considera - entre otros aspectos — como "larga y tortuosa" la relación de supuestos, así como excesiva la amplitud de legitimación para los casos de detención que prevé la ley procesal, y va más allá, cuando afirma que la prisión preventiva es sumamente insegura por el exceso de arbitrios que se da al juez, a diferencia de las legislaciones extranjeras". 2.3 Facultad jurisdiccional de la detención La restricción o privación de los derechos fundamentales de la persona, en especial la libertad personal, sólo puede ser dictada por la autoridad estatal que tiene la titularidad y exclusivamente de la función jurisdiccional: el Juez o tribunal. La detención sólo procede por mandato escrito y motivado del Juez. El Título II del código procesal penal establece expresamente que la libertad personal y los demás derechos fundamentales, reconocidos por la Constitución y los Tratados relativos a los Derechos Humanos celebrados por el Perú, sólo podrán ser restringidos cuando fuera absolutamente indispensable, en la medida y por el tiempo estrictamente '° RODRIGUEZ RAMOS, L. °La detención°, cit., ps. 34-36 527 necesario para asegurar la averiguación de la verdad, el desarrollo del procedimiento y la aplicación de la ley" (art. 1320) 17 . Tales medidas requieren de resolución judicial debidamente motivada (art. 133o). Ninguna otra autoridad puede arrogarse dicha facultad, salvo las excepciones de flagrancia previstas en la ley. El Ministerio Público no puede disponer la detención de una persona; carece de potestad jurisdiccional, su función es requiriente y, a su pedido fundamentado, el Juez puede dictar las resoluciones pertinentes respecto de la adopción de medidas cautelares18. La detención debe ser decretada por la autoridad jurisdiccional cuando se hayan agotado las posibilidades de aplicar otras medidas coercitivas que prevé el código, como la comparecencia con o sin restricciones. Debe ser la medida extrema a aplicar y no la primera, de allí que se critique que el Título del código procesal relativo a las medidas coercitivas (art. 132o y ss.) empiece la regulación de las mismas por la medida más grave que es la detención". 2.4 Supuestos de detención En la regulación que el nuevo código procesal penal hace sobre la detención debe partirse de la distinción de dos momentos: uno relativo a la investigación previa, de "indagación" como lo denomina el código, a cargo del Ministerio Público (art. 104o), y otro de investigación judicial o procesal, que se inicia cuando el mismo Ministerio Público promueve la acción penal (art. 112o y ss). 17 Constituyendo una norma rectora sobre la forma y necesidad en la aplicación de la privación de la libertad a cargo de la autoridad judicial, este artículo 132o también debió ser puesto en vigencia con el art. 135o; grave omisión. 18 No ocurre lo mismo en las últimas reformas procesales habidas en el derecho extranjero donde se faculta el Ministerio Público a dictar medidas coercitivas como la detención. Por ejemplo, el art. 375o del Código Procesal Colombiano de 1991 que faculta al Fiscal a librar orden escrita de captura para efectos de la indagatoria. Pueden revisarse también los aras. 378o a 384o del citado texto. 19 En la legislación de Portugal la escala de las medidas coerctivias van en el siguiente orden: 1. caución (art. 197°)., 2. obligación de presentación periódica (art. 198°); 3. suspensión del ejercicio de funciones, profesión y derechos (Art. 199o)., 4. prohibición de permanecer en determinados lugares, de ausentarse sin autorización (art. 2000)., 5. obligación de permanencia en habitación (art. 2010); y 6. la prisión preventiva. 528 Las particularidades de los hechos investigados pueden hacer que en la práctica ambas tiendan a confundirse o a sucederse rápidamente. Con dicha advertencia hemos de analizar los supuestos de detención que aparecen tanto en una como en otra investigación. 2.4.1 En la investigación previa: 2.4.1.1 Supuestos de flagrancia. La detención preventiva que realiza la policía de manera autónoma debe ser motivada por la comisión de un delito flagrante. La flagrancia determina la detención del autor en el momento mismo de cometerse el delito sin que pudiera huir. El nuevo Código Procesal Penal no contiene una definición del delito flagrante, pero sí del estado de flagrancia. Las hipótesis que prevé están expresadas de modo unitario en el art. 1060 inc. 8, segundo párrafo. En ellas se observa la valorización del concepto de sorpresa" al momento de cometerse el delito. Tres son los supuestos del art. 106°: "Cuando la comisión del delito es actual y en esa circunstancia su autor es descubierto". Se trata de la figura típica del delito in fragranti, en la que el agente es descubierto en el momento mismo en que se comete el ilícito., es encontrar al individuo "con las manos en la masa" como comúnmente se conoce. Las características básicas están dadas por la "actualidad" del ilícito, por el descubrimiento del autor que permite la inmediatez de la policía para intervenir y proceder a la detención. "Cuando el agente es perseguido y detenido inmediatamente después de haber cometido el delito". Se trata de la figura de la cuasi flagrancia. La nota básica está dada por la hipótesis del apartado anterior, distinguiéndose de que en ésta el sujeto no es detenido "in fragranti", sino luego de ser descubierto y perseguido21. CEARCANO, D. IZZO, G., °Arresto, fermo e misure coercitive nel nuovo processo penale°, Padova, 1990, p. 3 y ss. 21 Disposición similar aparece en la ley procesal penal alemana (art. 1270); en el código procesal penal italiano (art. 282o); y en el proyecto de código procesal penal de la Nación de Argentina (art. 2000). 20 529 La consecución de los actos de descubrimiento, persecución y detención están rodeados por la continuidad en el tiempo. La persecución del autor debe ser inmediata, directa, permanente y real. En este supuesto, entre el momento del descubrimiento del delito y en el cual el autor es detenido no debe haber un lapso extenso de tiempo. En caso contrario, no podrá hablarse de estado de flagrancia, como puede ser el caso de la detención de una persona luego de unos días de cometido el delito. 3) "Cuando es sorprendido con objetos o huellas que revelan que viene de ejecutarlo". El legislador ha regulado de presunción legal de flagrancia. Las premisas de este tercer supuesto están dadas por la inmediatez del delito y el descubrimiento de huellas u objetos materiales (armas, botín, etc.) que relaciona al sujeto con la comisión de un hecho punible. Una interpretación restrictiva de este supuesto permitirá incurrir en excesos. 2.4.1.2 La detención por particulares. En estos supuestos de flagrancia, el legislador ha facultado a los particulares a proceder a la detención personal. El tercer párrafo del citado inc. 8 del art. 106o dice: "Los particulares están autorizados a practicar la aprehensión en estos casos, debiendo entregar inmediatamente al afectado a la autoridad policial más inmediata". No existe antecedentes inmediato en nuestro derecho procesal, aunque en la práctica se haya realizado por cuanto no existía impedimento para que el ofendido, agraviado o tercera persona, pudiera aprehender al agente activo de delito flagrante. En el derecho comparado, la Ley de Enjuiciamiento Criminal de España establece la facultad del particular para proceder a la detención cuando se "intentase cometer un delito, en el momento de ir a cometerlo", o cuando se encuentre al delincuente "in fraganti", e incluso en los casos de fuga del agente (art. 490o). El código procesal penal italiano tiene una disposición muy similar a la nuestra en cuanto a los tres supuestos de flagrancia (art. 382o). También en cuanto faculta al particular a proceder al "arresto" si está en presencia de un delito perseguible de oficio y por el cual sea obligatorio 530 el arresto en flagrancia de parte de la policía judicial. En estos casos, el particular debe poner al arrestado, "sin retardo", a disposición de la policía judicial (art. 383o). También constituye fuente consultada el art. 200o del proyecto del Código Procesal de la Nación Argentina22. De acuerdo con nuestra legislación, la víctima, el perjudicado por el delito o cualquier otra persona, puede proceder a la "aprehensión" del individuo en los supuestos de flagrancia para llevarlo ante la autoridad policial más próxima. Nuestro legislador ha preferido utilizar las expresiones "aprehensión" y "afectado" para referirse al momento de la detención y la situación del autor. La ley procesal no lo dice expresamente, pero el "aprehensor al momento de entregar al afectado a la policía, debe hacer una declaración detallada de los hechos que motivaron la detención de las circunstancias y entregar los efectos del delito es decir, acompañar las pruebas que sustenten su actuación. De otro lado, si la ley faculta excepcionalmente a la policía y al particular para proceder a la detención, puede sostenerse que no habría impedimento para que el Ministerio Público, sólo en los casos en que el Fiscal se encuentre dirigiendo personalmente la investigación con auxilio de la policía y se den las circunstancias de flagrancia que prevé esta ley, proceda a ordenar la detención. 2.4.1.3 Supuestos de delitos especiales Se pretende significar en este acápite, la detención policial preventiva de los presuntos implicados por delitos de terrorismo, tráfico ilícito de drogas y espionaje que prevé la Constitución del Estado y que reitera el art. 1090 del Código Procesal Penal en su primer párrafo. 1) 22 Ampliación de la detención. En ésta establece que "cualquier persona esta autorizada a practicar la aprehensión y a impedir que el hecho punible produzca consecuencias ulteriores, debe de entregar inmediatamente al aprehendido y las cosas tomadas al Ministerio Público a la policía o a la autoridad más próxima". Igual numeración y contenido se observa en el código procesal penal modelo para Iberoamérica. 531 Como se ha expresado anteriormente, la excepción de este mandato es en cuanto al plazo de la detención y no en lo referente a la forma. La detención policial sin mandamiento judicial debe sujetarse a los supuestos de flagrancia que prevé el art. 106o del código procesal. Consecuentemente, en la investigación por delitos de terrorismo (art. 3190 y ss del C.P. modificado por la Ley 24575 y leyes conexas), tráfico ilícito de drogas (art. 296o y ss. C.P.) y espionaje (art. 3290 y ss. C.P.), la detención "puede extenderse hasta quince días naturales", pero "antes de vencerse las veinticuatro horas o en el término de la distancia se dará cuenta por escrito al Fiscal Provincial .y el Juez Penal, precisando la forma, circunstancias y motivo de la detención". La comunicación a la autoridad Fiscal y Judicial debe ser escrita y dentro de las 24 horas de producida la detención, lo que no impide y hasta resultaría necesaria una comunicación oral o telefónica, que permitirá al Ministerio Público intervenir en la investigación policial, al igual que el Juez, quien si lo considera necesario, asumirá jurisdicción. Con excepción de la Ley 24575, la ley procesal ordinaria no prevé expresamente que la ampliación de la detención preventiva para estos casos merezca resolución judicial, pero será necesaria si el Juez asume jurisdicción antes de vencido el término y se da inicio al proceso penal. Corresponde al órgano jurisdiccional la facultad de decidir sobre los derechos fundamentales de la persona. De otro lado, el plazo de quince días no significa que deba cumplirse necesariamente en su totalidad. Los casos de flagrancia que prevé la ley procesal permiten determinar la situación del detenido. La ampliación de la privación de la libertad obedece a la necesidad de lograr una investigación más completa del delito, en cuanto a las ramificaciones que pueda tener y que puede ser determinada aún antes del vencimiento del término. El principio que debe regir es el de la detención de la persona por el tiempo estrictamente necesario para la investigación.23 23 Recuérdese que Toda persona detenida o presa a causa de una infracción penal será llevada sin demora ante un juez u otro funcionario autorizado por la ley para ejercer funciones judiciales..." (Art. 9.3 del Pacto Internacional de Nueva York, art. 7.5 del Pacto de San José de Costa Rica). 532 2) Facultades del Juez. La intervención del Ministerio Público en la investigación posibilita que ésta se realice dentro de los márgenes y términos legales necesarios. A pesar de ello, el Juez tiene facultad para adoptar medidas judiciales en caso de advertir la "ilegalidad de la detención" o la "afectación indebida del derecho de defensa o de irregularidades que perjudiquen gravemente el éxito de las investigaciones" (art. 109 inc. 1). También puede autorizar el traslado del detenido de un lugar a otro de la República, cuando la medida sea "estrictamente necesaria para el mejor éxito de la investigación policial o la seguridad del detenido". Esta autorización requiere de resolución judicial motivada, por un plazo no mayor de quince días desde la fecha de detención y con conocimiento del Fiscal y Juez de destino. 2.4.1.4 Situaciones fácticas: La retención La comparencia de una persona ante la policía para la práctica de una diligencia, por el tiempo estrictamente necesario para llevarla a cabo, no puede ser equiparada a la restricción de libertad que se estudia", como tampoco lo constituye el hecho de comparecer ante la Policía local o Juzgado de Paz para realizar declaraciones sobre hechos que revisten el carácter de una falta25. Pero, existen otras situaciones fácticas que suponen restricción del derecho de libertad, pero que no constituyeri detención: la "retención" y la "puesta bajo custodia. La primera, la retención, consiste en la permanencia de una persona en el establecimiento policial sin tener la condición de detenido. Esta ha sido considerada y aplicada tradicionalmente, pero sin regulación Véase la STC español 22/11988, de 19 de febrero de 1988, que trata de un caso de alcoholemia. En otro momento, afirmaba el Tribunal Constitucional español que la verificación de una prueba (alcoholemia), "supone para el afectado, un sometimiento no ilegítimo desde la perspectiva constitucional, a las normas de la policía., sometimiento al que, incluso puede ser obligado sin la previa existencia de indicios de infracción en el curso de controles preventivos realizados por los encargados de velar por la regularidad y seguridad del tránsito° (STC 107/85). 25 Auto del Tribunal Constitucional español 487/1984, de 26 de julio. 24 533 legal. En este supuesto, la policía encuentra una solución para cubrir detenciones de períodos de corto tiempo (generalmente de menos de 24 horas) y que se caracterizan por la ausencia de cualquier tipo de garantía legal y judicial que ampare al detenido considerado "retenido". Si la retención estuviera rodeada de garantías, estaríamos ante la detención26. En España, se ha pretendido introducir la retención en el ordenamiento jurídico sin mayor sustento, pues la retención viola la mayor parte de los derechos fundamentales y supone dejar al ciudadano al "albur del poder sin garantías" 27. El anteproyecto de Ley de Seguridad Ciudadana tiene el mismo objetivo, sin embargo, difícilmente podrá imponerse esta figura atípica. La segunda, la puesta bajo custodia, plantea otra forma de restricción de la libertad, si aquella custodia o vigilancia no lo es con el carácter de detención dictada judicialmente"28. 2.4.2 En la investigación judicial En la investigación judicial o fiscal propiamente dicha, iniciada conforme al art. 112o del Código Procesal, la detención aparece regulada en el art. 135 y siguientes: 2.4.2.1 Requisitos para la detención La petición de detención del Ministerio Público debe sustentarse en elementos de juicio que permitan al órgano jurisdiccional determinar lo siguiente. 26 LOCAR NAVARRETE, A., en comentario a la sentencia del T.C. 98/1986, en Rey. Vasca de Derecho Procesal, T.L 1987, pág. 1055, véase también, la STC 101/ 1988, de 8 de junio. 27 RAMOS MENDEZ F., "Los grandes inventos del TBO: la retención", en Rev. Justicia, 1987, p. 519. QUERALT, J. "Una buena pregunta: La Retención, ¿para qué?", Re y. Justicia, p. 528 y ss. 26 Véase el singular caso en la Sentencia del Tribunal Supremo de España, de fecha 12 de marzo de 1985, en Aranzadi, 1985. T. III. N° 3856, en la que la autoridad policial dispone la vigilancia policial del imputado sin mandato expreso del Juez. 534 Que existen suficientes elementos probatorios de la comisión de un delito doloso que vincule al imputado como autor o partícipe del mismo. En principio, la detención judicial ha de basarse en la suficiencia probatoria que acompañe el Fiscal en su petición. Estos elementos de prueba deben ser suficientes para relacionar el hecho punible al imputado o partícipe. La alusión expresa a los delitos dolosos excluye la posibilidad de dictarse mandato de detención por delitos culposos. Que la sanción a imponerse sea superior a los cuatro años de pena privativa de la libertad. Este presupuesto de probabilidad de pena complementa el anterior, en cuanto la detención judicial procede para delitos dolosos cuya sanción por el Código Penal pueda ser mayor a cuatro años de privación de libertad. Este requisito de pena probable no debe confundirse con la pena prevista, objetivamente, para el delito en la ley penal, sino con la posibilidad de sanción a imponerse dentro de sus márgenes, dada la naturaleza del ilícito, los elementos probatorios que se hayan actuado preliminarmente y las condiciones personales del imputado. Al órgano jurisdiccional le corresponde esta valoración atendiendo a los presupuestos aludidos. En tal sentido, no prejuzga sino valora tales circunstancias y sobre la base de ellas se proyecta en la posibilidad de pena. Esta valoración puede ratificarse o desvirtuarse con las diligencias probatorias actuadas durante la investigación o instrucción. En tal sentido, este requisito no se satisface afirmando, objetivamente, que el ilícito de robo agravado está sancionado con pena privativa de libertad de entre 3 y 8 años, o se sustente en que la pena máxima es de 8 años. Los delitos sancionados con un máximo de 4 años releva al juzgador de un mayor análisis de este requisito. Que el imputado, en razón de sus antecedentes y otras 3. circunstancias, tratase de eludir la acción de la justicia o perturbar la actividad probatoria. Este último presupuesto tiene su razón de ser en el peligro procesal que pueda suponer ele estado de libertad del imputado, es decir, en la seguridad de la prosecución del proceso y el logro de sus fines, más que en la pena prevista para el delito imputado. 535 En la determinación de esta medidá cautelar se expresa la finalidad de "aseguramiento" del imputado en el proceso penal. La medida obedece a que el imputado por sus antecedentes u otras circunstancias, aproveche de su libertad para eludir la acción de la justicia (mediante ocultamiento o fuga) o para perturbar la actividad probatoria (alterando o destruyendo las pruebas o intimidando al agraviado o testigo). Corresponde al juez el uso de determinados criterios para establecer el peligro de fuga o perturbación de las pruebas, que se sintetizan en circunstancias, personales, sociales, económicas y procesales del inculpado. En tal sentido, para determinar el peligro de fuga del imputado habrá de tomarse en cuenta especialmente su residencia habitual, el de su familia, su trabajo, las facilidades que pueda tener para abandonar el país o para mantenerse oculto; la pena que se espera como resultado del proceso; la reparación del daño y la actitud que adopte frente a él; el comportamiento del imputado durante el desarrollo del proceso indicativo de su voluntad a someterse a la justicia penal. En cuanto al peligro de perturbación o de entorpecimiento, igualmente deberá tomarse en cuenta especialmente la probabilidad de que el imputado pueda destruir, alterar, modificar, suprimir o falsificar elementos probatorios; influir en los demás imputados o testigos o peritos, e incluso agraviados, para que declaren o informen falsamente o no cumplan con los mandatos judiciales; o inducir a terceros en tales comportamientos.29 Debe entenderse que los tres requisitos son complementarios para determinar en el Juez el mandato de detención. Resulta claro el espíritu del legislador de restringir lo menos posible la libertad personal, limitando tal medida sólo a los casos considerados graves. Ello obliga a que los jueces, en los supuestos considerados graves. Ello obliga a que los jueces, en los supuestos que no proceda la detención, adopten las medidas necesarias a efecto de asegurar la presencia del imputado en el proceso penal. 29 Véanse los arts. 203o, 204o del Proyecto de Código Procesal Penal Argentino. 536 Debemos observar que de acuerdo a la nueva ley procesal, el mandato de detención puede ser revisado de oficio por el Juez y asimismo ser modificado, si nuevas circunstancias así lo deterinan. El art. 134o del código procesal establece que "las medidas coercitivas y los autos que las desestiman son reformables, aun de oficio, cuando varíen los presupuestos que motivaron su imposición o rechazo".3° Sin embargo, esta importante disposición tampoco fue puesta en vigencia. 2.4.2.2 Fundamentación de la resolución Toda medida coercitiva requiere de resolución judicial debidamente motivada (arts. 133o y 136o). En dicha resolución el Juez ha de expresar los fundamentos de hecho y de derecho que sustenten la medida; entre estos últimos, cada uno de los requisitos exigidos por el art. 135o. La resolución debe contener una exposición de los hechos, análisis de la prueba actuada, la determinación de la ley aplicable y lo que se decide de modo claro y expreso (art. 312o); no podrá reproducir pedido o los fundamentos del dictamen del Ministerio Público (art. 313o in fine) y está sujeto a la restricción que prevé el art. 314o, 2 párrafo del código. De otro lado, se exige que el oficio que contiene el mandato de detención precise la identidad personal del requerido (art. 136, 1 párrafo). La fundamentación del mandato de detención es de suma importancia, pues significa la apreciación que tiene el juez de los hechos que se imputan y sobre el derecho aplicable. En tal sentido, el juez debe de cuidar motivar debidamente el extremo de su resolución que decreta el mandato de detención. Por ejemplo, no puede sustentarse en los siguientes términos "y ATENDIENDO a que por los actuados que se acompañan existen 30 En este mismo sentido, es importante destacar la legislación comparada. El art. 213o del nuevo código procesal portugués establece el reexamen de los presupuestos de la detención de oficio, cada tres meses decidiendo si la medida se mantiene o debe ser sustituida o revocada. Se obliga pues a la autoridad judicial a una permanente vigilancia sobre los presupuestos que determinaron el mandato de detención. 537 elementos probatorios que ameritan imponer la medida dispuesta por el artículo ciento treinticinco del Código Procesal Penal, se dicta Mandato de DETENCIÓN contra..." Precisamente por ello y con fines de índole académica transcribimos una resolución superior sobre el tema en estudio que por sí misma se explica: "y CONSIDERANDO que para los efectos de decretarse la medida de coerción personal de detención deben concurrir los tres requisitos exigidos por el artículo ciento treinticinco del Código Procesal Penal por lo que ante la falta de uno de ellos no procede decretarse tal medida, debiéndose indicar que en el presente evento no ha sido valorado el principio de prueba suficiente establecido en el inciso primero del artículo antes mencionado, cuando se señala que de los recaudos deben advertirse suficientes elementos probatorios que vinculen al imputado como autor o partícipe del delito incriminado es decir, que para los efectos de decretarse la medida más grave de la escala coercitiva, mayor debe ser el caudal probatorio con el que se cuente, de donde resulta que José Manuel Saavedra Maguiña se ve inmerso en el presente proceso por cuanto efectivos de la policía nacional al efectuar un registro domiciliario en el inmueble de propiedad del imputado David Guedelio Muñante Vilcachahua sito en Prolongación Lucanas número novecientos ochenta — La Victoria encontraron documentación relacionadas a la transferencia de vehículos motorizados que pertenecen a José Saavedra Maguiña, sin embargo del tenor de acta de incautación de fojas dieciséis no se advierte la existencia de documento alguno que aguarde relación con el vehículo que le fue sustraído al agraviado marca Mitsubishi de placa de rodaje RGH quinientos noventiuno, o en su defecto evidencia alguna que permita inferir que éste ha tenido participación en el injusto de estafa: aunándose a ello la circunstancia de que David Guedulio Muñante Vilcachahua niega enfáticamente al prestar su manifestación policial a fojas once doce, ampliada a quince haber participado en el ilícito cuya autoría se le incrimina, por otro lado debe anotarse que las medidas coercitivas sólo se impondrán en la medida que sean estrictamente necesarias y para los efectos de asegurar la comparencia del imputado en el proceso y evitar que se obstaculice 538 la investigación del delito y la actividad probatoria, de donde se concluye que la medida cautelar debe ser proporcional al peligro que se trata de prevenir, por lo que no advirtiéndose pruebas suficientes, no evidenciándose peligrosidad procesal; no existen fundamentos para privar de su libertad al imputado. Por tales fundamentos REVOCARON el auto apertorio de fojas vientidós de fecha catorce de mayo del año en curso en el extremo que decreta mandato de Detención contra José Manuel Saavedra Maguiña en la instrucción que se le sigue por delito de estafa en agravio de César Alfredo Britto Saucedo: y REFORMANDOLA la variaron por la de COMPARECENCIA quedando sujeto al cumplimiento de las siguientes reglas de conducta a) no variar de domicilio sin autorización judicial; b) concurrir mensualmente al local del Juzgado a firmar el libro pertinente; c) asimismo se le impone una caución de cincuenta nuevos soles suma que deberá abonar en el lapso de setendidós horas de notificado., RECOMENDARON a la A-Quo fundamentar debidamente el auto apertorio en el extremo que decreta la medida de coerción contra algún imputado, notificándose y los devolvieron" (1 Sala Penal Superior, Lima. Exp. 256-93). Interesa destacar por otro lado, que las requisitorias cursadas a la autoridad policial tienen una vigencia de seis meses; vencido este término caducarán automáticamente, bajo responsabilidad salvo el caso de que fueran renovadas (art. 136o, 2 párrafo). El D.L. 25660 (publicado el 13.08.92) modifica este dispositivo y exceptúa de la caducidad de las requisitorias a los imputados por delitos de tráfico ilícito de drogas y terrorismo, cuyos mandatos de captura no caducarán hasta la detención y juzgamiento. Ello debe permitir una mayor preocupación fiscal y policial sobre el seguimiento de la investigación y la posibilidad de captura del requerido. La responsabilidad a que se refiere dicho artículo puede ser doble. De la policía, por no dar cuenta de lo peticionado al vencimiento de dicho término, o del Fiscal que, en tanto director de la investigación, no pidió la renovación de la requisitoria. La omisión de fundamentar la resolución de detención posibilita la interposición de queja por el inculpado. La apelación contra el mandato de detención también es procedente. Ambos recursos están regulados en el art. 138o y no impide la ley que se interpongan sucesivamente. 539 2.4.2.3 Duración de la detención El art. 137o del CPP, modificado y puesto en vigencia por el D.L. 25824, establece que la detención dispuesta por el juez dentro de un proceso ya iniciado, difiere si se trata de un procedimiento ordinario o especial. En el primero, la detención no durará más de nueve meses, y en el segundo (arts. 373), no más de quince. Una primera excepción está dada para los procesos por delitos de tráfico ilícito de drogas, terrorismo y espionaje, así como aquellos procedimientos de "naturaleza compleja" seguidos contra más de diez imputados o en agravio de igual número de personas. En estos casos, se ha dispuesto que el plazo límite de detención pueda duplicarse. Hasta aquí, el término máximo de detención que se puede alcanzar sin dictarse sentencia es de dos años, seis meses. Si cumplidos estos términos, el Juez no hubiera dictado sentencia deberá decretar la inmediata libertad del inculpado, debiendo dictar las medidas necesarias para asegurar su presencia en las diligencias judiciales. No lo dice expresamente la ley, pero las medidas a adoptar pueden constituir las previstas en el art. 143o para la comparencia y cualquier otra que el Juez considera conveniente. El incumplimiento de estas reglas acarrea la revocación de la media (art. 137o. 5 párrafo). Una segunda excepción al término de la duración de la determinación está dada por el segundo párrafo del citado art. 137o. Dice textualmente: "Cuando concurren circunstancias que importen una especial dificultad o una especial prolongación de la investigación y que el inculpado pudiera sustraerse a la acción de la justicia, la detención podrá prolongarse por un plazo igual". En los procedimientos ordinarios y especiales significará alcanzar los dieciocho y treinta meses respectivamente, de duración máxima de detención. Pero en los procesos por delitos de terrorismo, espionaje y narcotráfico (excepto de drogas en escasa cantidad) que también están sujetos a procedimiento especial y en aquellos procesos complejos por el número de imputados o agraviados, el plazo máximo de la detención podría extenderse hasta un máximo de 45 meses en una interpretación extensiva de la ley evidentemente no querida por el legislador, pues 540 sería contrario a la esencia misma de la detención, entendiéndose dentro de una concepción restrictiva de la detención, que el plazo máximo en dicho caso es de treinta (30) meses. Por circunstancias de "especial dificultad" o "especial prolongación de la investigación", pueden comprenderse cualesquiera que impida la terminación de la investigación o del proceso por causas no imputables a la autoridad judicial: la búsqueda de testigos importantes o realización de diligencias necesarias surgidas al término de la investigación, la aparición de nuevos elementos de prueba u otro ilícito; o el hecho de acontecer algún desastre natural que dificulte la conclusión de la investigación. El retardo funcional en que se pudiera incurrir por acumulación de despacho no se encuentra dentro de estas situaciones "especiales". De todo ello, se desprende la necesidad de evitar las prolongaciones innecesarias de privación de libertad, atendiendo sobre todo, a la realización de diligencias pertinentes dentro de los plazos previstos y recurriendo a una extensión de la detención en casos de importancia para el proceso y cuando exista el temor fundado de que el inculpado pudiera substraerse a la acción de la justicia o perturbarse la actividad probatoria. En los supuestos analizados, los términos límites pueden resultar excesivos y hasta contrarios al principio del debido proceso (art. II del Título Preliminar), e incluso superior a la duración de cuatro meses previstos para la investigación, según lo dispuesto por el art. 98o de la ley procesal. La detención debe durar lo menos posible31 , no debe constituir una pena anticipada. La libertad personal sólo debe ser restringida "en le medida y por el tiempo estrictamente necesario, para asegurar la averiguación de la verdad, el desarrollo del procedimiento y la aplicación de la Ley" (art. 132o). 31 RODRIGUEZ RAMOS, L., "La Detención", ob.cit., ps. 41-42 DIAZ MENDEZ, N., `Libertad, prisión, detención,...", ob.cit. p. 113. QUERALT, J., y JIMENEZ, E., "Manual de Policia Judicial", Madrid, 1987, p. 70. 541 La ley exige que la resolución de prolongación de la detención sea motivada, a solicitud del Fiscal y con audiencia del inculpado. 'La consulta al Superior y el recurso de apelación, en su caso, son procedentes (art. 137°,, 3 último párrafo). Obviamente, tratándose de la continuación de la detención, la resolución judicial que así lo disponga debe ser debidamente motivada y sujeto a aprobación por la Sala Penal Superior. También lo debe sustentar el Ministerio Público cuando'lo solicita, tanto más si dirige la investigación y tiene el control de los expedientes con reo en cárce1"32. La audiencia al inculpado no significa que necesariamente debe tenérsele presente al momento de dictarse la resolución, sino de poner en su conocimiento de la decisión adoptada a fin de que, si lo estima, formule la impugnación correspondiente. Por último, el legislador ha señalado, con acierto, que para el cómputo de los plazos previstos no se tomarán en cuenta "el tiempo en que la causa sufriese dilaciones maliciosas imputables al inculpado o su defensa" (art. 1370.4 párrafo). Entre otras dilaciones pueden citarse, la inasistencia injustificada y maliciosa del inculpado a las diligencias judiciales, la interposición de recursos innecesarios, las peticiones de diligencias irrelevantes, etc. El cumplimiento de los términos procesales no sólo corresponde a los Fiscales y Jueces, también al imputado y a su defensor. De allí que la dilación indebida de éstos sea también sancionada (arts. 69, 81, 270, 271 y 274). 2.4.2.4 Detención por revocación de comparencencia Procede la detención si del curso de la investigación resulta que el imputado en situación de comparecencia, está comprendido dentro de las causales del art. 1350o. En estos casos, el Juez dictará la resolución correspondiente a petición del Fiscal o del actor civil. Igualmente revocará la comparencia, si el inculpado no cumple 32 En tanto rija aisladamente el art. 137o del nuevo código y sea el Juez Penal quien dirija la instrucción, corresponde a dicho órgano jurisdiccional la decisión sobre la continuidad o no de la detención sin necesidad de petición fiscal. 542 las restricciones impuestas en el art. 143o (art. 144o. 2párrafo). 2.4.2.5 La detención domiciliaria La detención domiciliaria ha sido regulada en el art. 143 inc. 1 del nuevo Código Procesal. Aparece como una medida cautelar restrictiva de la libertad ambulatoria de la persona en cuanto ella significa el desplazamiento voluntario de un lugar de residencia a otro. No opera como medida "autónoma"33 sino como sustitutiva de la custodia en cárcel" En tal sentido el Juez está facultado para que en casos concretos y bajo determinados presupuestos, disponga de dicha medida prohibiendo al inculpado alejarse de su domicilio o lugar de residencia mientras dure el proceso o por tiempo determinado. Ello importa, de otro lado, una obligación del inculpado al mandato judicial, cuya violación puede determinar la revocación de la medida por la de detención strictu sensu. La ubicación de esta medida cautelar en el nuevo Código Penal bajo el capítulo correspondiente a la comparencia, no parece muy acertada. En este contexto, su inclusión como alternativa a ser adoptada por el Juez puede resultar algo confusa en su interpretación y aplicación. El art. 143o del Código Procesal establece que se dictará comparecencia cuando "no corresponda la medida de detención". Por comparecencia se entiende la situación procesal por la cual el inculpado se encuentra en plena libertad ambulatoria, pero sujeto a determinadas reglas y obligaciones impuestas por el órgano jurisdiccional. La situación del procesado es de detención o comparecencia ésta puede ser revocada, pero no hay estados intermedios ni superpuestos, no hay comparencia con detención. La detención domiciliaria es una forma de privación de la libertad y su ubicación corresponde en el marco referido a aquélla, como alternativa para casos predeterminados. 33 34 CARCANO, D. E /ZZO, G.; 'Arresto, fermo e misure coercitive...", ob.cit. p. 92. GlARDA, A., Arresti domiciliad e misure altemative alta custodia cautelare en attesa del nuovo codice", en "La Lbiertá personale dell imputado verso il nuevo processo penale s', a cura di Vittorio Grevi, Padova, 1989, obra colectiva, p. 124. 543 El citado art. 143o también establece la comparecencia con restricciones dice textualmente la ley. 'También podrá imponerse comparencia con la restricción prevista en él inciso 1), tratándose de imputados mayores de• 65 años que adolezcan de una enfermedad grave o de incapacidad física, siempre que él peligro de fuga o de perturbación de la actividad probatoria puede evitarse razonablemente. En tal sentido el Juez ,podrá imponer la alternativa siguiente 35. "La detención domiciliaria del inculpado, en su propio domicilio o en custodia de otra persona, de la autoridad policial o sin ella, impartiéndose las órdenes necesarias". El análisis de dicho dispositivo permite afirmar lo siguiente: En principio, sólo procede tratándose de un proceso penal ya iniciado, y no para casos de investigación preliminar. En esta sólo es posible —en tanto se cumpla la forma y términos previstos por la Constitución y leyes procesales para la detención preventiva — la custodia policial hospitalaria, tratándose de un imputado que requiere de necesaria atención médica. Es una medida facultativa del Juez. Procede no sólo para imputados mayores de 65 años, sino para cualquier otro que adolezca de grave enfermedad o incapacidad física. Tales consideraciones deben ser determinadas mediante informe médico-legal. El estado de gravidez, de la imputada puede ser razón atendible. Pero además, se exige la previsión necesaria para evitar "razonablemente" el peligro de fuga o de perturbación de la actividad probatoria. Ello dependerá de la concurrencia de distintas circunstancias: la gravedad del hecho punible, su complejidad, el grado de participación del inculpado en el mismo, la colaboración del inculpado en el esclarecimiento de los hechos, lo avanzado de la actividad investigadora, la reunión y aseguramiento de los elementos probatorios necesarios, y cualesquiera otra que permita determinar en el juez razones suficientes para evitar la fuga del inculpado o la perturbación de la actividad probatoria. En esencia, el establecimiento de la detención domiciliaria en nuestra legislación procesal — a diferencia del derecho comparado35 Véase el art. 2090 del Proyecto de Código Procesal penal Argentino. 544 obedece a criterios humanitarios del legislador, de allí la rigurosidad de sus presupuestos. La detención domiciliaria puede llevarse a cabo en el propio domicilio o residencia del inculpado o de otra persona, puede ser un lugar de asistencia médica o de cuidado, pública o privada. La vigilancia puede ser policial. A la policía se le atribuye el poder-deber de la observancia de las prescripciones judiciales. En tal sentido, la autoridad policial no actúa bajo presupuestos de peligrosidad social o de peligro de fuga, que ya han sido examinados por el Juez. También el inculpado sujeto a esta medida puede estar bajo la custodia de algún familiar u otra persona o sin ellas. Esta decisión queda a criterio del Juez, dadas las peculiaridades del caso. Asimismo, le corresponde impartir las instrucciones y órdenes necesarias a efecto de su cumplimiento. 5. La resolución judicial que disponga la detención domiciliaria debe contener necesariamente, entre otros elementos, la indicación del lugar donde el imputado debe permanecer, el tiempo de duración de la medida, las obligaciones y prohibiciones (incluso las sociales, en cuanto tiendan a asegurar la actividad investigadora), así como el apercibimiento de revocación de la medida en caso de incumplimiento. 2.5 La suspensión de la detención El legislador peruano ha introducido una disposición trascendente en el ordenamiento procesal penal, que permite que la medida cautelar de detención se suspenda por efecto del transcurso del tiempo cuando no se halla dictado sentencia. No se trata de una excarcelación, pues esta es la consecuencia de la suspensión de la detención preventiva. 2.5.1 Ámbito de aplicación Esta disposición es nueva en nuestro ordenamiento, sin embargo, aparece en otras legislaciones y con criterios más amplios, atendiendo sobre todo a consideraciones en cuanto al imputado, y en cuanto al exceso de tiempo de detención sin que medie sentencia judicial. 545 Suspensión de detención por consideraciones personales del imputado. Se atiende principalmente a cuestiones de índole personal del imputado: estado de salud, edad avanzada, gravidez. Así, la legislación procesal portuguesa establece la suspensión de la detención preventiva cuando existan razones de dolencia o enfermedad grave del imputado o de gravidez o puerperio de la imputada. En tal sentido, la privación de la libertad se suspende en tanto subsistan las razones aludidas, para 'lo cual el juez puede imponer el imputado la obligación o puede decretar cualquier otra medida asegurativa. Tratándose de casos de puerperio, la suspensión de la detención cesa al tercer mes posterior al parto (arts. 2010 y 211o). En la novísima legislación procesal colombiana también se hace alusión expresa a estas consideraciones personales para la suspensión de la detención. Se prevé dicha medida: a) cuando el imputado fuere mayor de 65 años, siempre que su personalidad y la naturaleza o modalidad del hecho punible, hagan aconsejable la medida; b) cuando a la imputada le faltan menos de dos (2) meses para el parto o si no han transcurrido 6 meses desde la fecha en que dió a luz; y c) cuando el imputado sufriere de grave enfermedad previo informe médico36. Esta suspensión de detención se complementa con las medidas que determine la autoridad judicial, ya sea con permanencia en el lugar de domicilio, clínica u hospicio; ya sea en el lugar de trabajo o de estudio (Art. 407o). Suspensión de detención por exceso de tiempo sin sentencia. Se trata de la suspensión de la detención del imputado atendiendo a un sistema de plazos determinado por la ley, sin que exista la respectiva resolución que determine su situación jurídica. Por ejemplo, la ley portugesa ha estatuido la extinción de la detención preventiva, cuando - por ejemplo — transcurre 18 meses sin 38 Además, exige la ley colombiana que el imputado debe de suscribir un acta de compromiso a permanecer en el lugar o lugares indicados, a no cambiar de los mismos sin previa autorización y presentarse ante la autoridad judicial cuando fuere requerido. La caución garantiza el cumplimiento de tales obligaciones. 546 que se haya dictado sentencia condenatoria en primera instancia; plazo que se eleve a 2 años tratándose de delitos considerados graves, o a 3 años si tales delitos revelan excepcional complejidad debido al número de imputados, agraviado o al carácter altamente organizado del crimen, calificación ésta que queda a criterio del juzgador (art. 215, ap. c)37. El legislador peruano sigue el régimen de plazos, a efecto que se suspenda la detención del imputado, sólo para el caso de que habiendo transcurrido el plazo preestablecido no se hubiera dictado sentencia, posibilitándose la prórroga de la detención en casos especiales38. No ha optado el legislador por estatuir la suspensión de detención por las consideraciones personales o de salud del imputado, aun cuando el supuesto de comparecencia del apartado 1 del art. 143o recoge tímidamente un caso, y en la que el juez la aplica como medida alternativa a la detención. En realidad la no previsión expresa de tales casos no significa que se impida su aplicación en casos que así lo ameritan. Así, existiendo mandato de detención y presentado el caso de dolencia o enfermedad grave, edad o estado de gravidez, la autoridad judicial atendiendo a criterios humanistas y en protección a los derechos fundamentales del justiciable, puede resolver la variación de la situación jurídica del imputado relativa a su libertad personal, disponiendo la medida de comparecencia con arresto domiciliario, sea en clínica u hospicio, aun cuando sea por breve tiempo o mientras subsista la causa que la motiva. 2.5.2 Fundamentos La suspensión de la detención se fundamenta en razones humanistas a favor del imputado y a la necesidad de limitar lo máximo posible la privación de libertad de una persona. No se debe de olvidar que la libertad constituye un derecho fundamental por excelencia y su También se establece la suspensión de la detención cuando ha transcurrido 6 meses sin que se haya formulado acusación (art. 215o ap.a). 38 Disposición similar encontramos en el art. 208o, inc. 3 y penúltimo párrafo del Proyecto de Código procesal Argentino cuando establece la cesación del encarcelamiento si transcurre un año de privación de la libertad sin haberse dictado sentencia; posibilitando su prórroga por un año más. 37 547 restricción sólo habrá de ser por el tiempo mínimo necesario, establecido por la ley, para determinar su situación jurídica. En esencia, desde un punto de vista funcional u operativo, el sistema de plazos que rige en nuestro ordenamiento constituye un juicio de reproche a las autoridades judiciales por la lentitud en el trámite procedimental. Quien dirija la investigación o la instrucción, tendrá que evitar que'los plazos de detención se:cumplan sin haber alcanzado los objetivos procesales, pues podría presumirse desinterés procesal o falta de impulso judicial para el debido esclarecimiento de la imputación y la resolución respectiva; salvo que aparezcan elementos de juicio que ameriten una prolongación de la detención, la misma que será resuelta motivadamente. Tan importante es la decisión que adopta el. Juez sobre la continuación o la suspensión de la detención que debe de hacerla de conocimiento de la Sala Penal Superior y esté órgano jurisdiccional está facultado para dictar las medidas correctivas y disciplinarias que pudieran corresponder (art. 137o, último párrafo). 2.5.3 Plazo de detención El plazo de detención que debe cumplir el imputado sin haberse dictado sentencia es taxativo: 9 meses en el procedimiento ordinario (sumario en el código actual) y 15 meses en el procedimiento especial (ordinario en el código actual). Transcurrido este término, automáticamente procede decretar la libertad del detenido, salvo casos exceptuados en la ley. Estos plazos obedecen a un criterio del legislador. Ha podido optarse por un plazo mayor o menor, sin embargo el establecido en el art. 137o expresa , implícitamente, el promedio de tiempo que dura un proceso, atendiendo principalmente a la fase instructoria o de investigación, tiempo ciertamente mayor al que señala la ley procesal, lo que en el fondo significa también un reconocimiento de la dilación procesal existente en nuestro medio. Este sistema de plazos habrá de llamar la atención tanto a los señores Jueces como a los Fiscales para que, cuando dirijan la investigación judicial, tengan como referencia principal el tiempo de 548 detención de los imputados sin haberse resuelto su situación jurídica en una sentencia. Ahora bien, con arreglo a nuestra legislación, la suspensión de la detención puede resolverse de oficio por el Juez Penal o a pedido del Ministerio Público o a pedido del imputado. En este último caso, corresponde al Juez dictar la resolución que corresponda, aun cuando sustentándose el pedido en el exceso de detención sin sentencia, lo califique el imputado como libertad provisional. Admitir el petitorio como de libertad provisional significaría desnaturalizar el procedimiento y, en esencia, mantener una situación de incertidumbre para el justiciable pues, obviamente, dictaminándose y resolviéndose improcedente la libertad provisional, seguirá latente la pretensión del imputado; o, resolviéndose por su procedencia, se podría evitar que la Sala Penal tome conocimiento con arreglo al último párrafo del art. 137o, que no es lo querido por el legislador. 2.5.4 Casos e instancias en que procede Los casos de procedencia de la suspensión de la detención se determina en la ley a interpretación contrario sensu. No procede en los casos expresamente señalados en la ley: tráfico ilícito de drogas, terrorismo, espionaje y cualquier otro de naturaleza compleja seguido contra más de 10 imputados o igual número de agraviados: En estos casos, el plazo límite de 15 meses se duplica de manera automática. Para los casos de narcotráfico la improcedencia es absoluta a tenor de lo dispuesto por el Decreto Ley N° 2591639. No procede en aquéllos casos que ameritan la petición de prolongación de la detención, es decir, cuando aparezcan circunstancias que importen una especial dificultad o una especial prolongación de la investigación y existiere la probabilidad de que el imputado pudiera 39 Este D.L., fue publicado el 2 de diciembre de 1992. Su texto dice lo siguiente: «Manténganse en vigencia las prohibiciones de beneficios penitenciarios y procesales, incluido el establecido en el art. 137o del Código Procesal Penal, para los agentes de los delitos de tráfico ilícito de drogas, de terrorismo y traición a la patria, señaladas en las respectivas leyes de la materia'. 549 sustraerse a la acción de la justicia. En estos casos, la prolongación de la detención lo será hasta por un plazo igual o el que sea necesario para la culminación del proceso. La redacción del art. 137o permite hacer dos interpretaciones sobre las instancias en que procede la suspensión de la detención: a) que procede la suspensión sólo en la etapa de la investigación., y b) que procede también en la etapa del juicio oral. En favor de la primera tesis se afirma que la suspensión de la detención sólo es procedente durante la investigación judicial pues del dispositivo que comentamos se alude a la especial dificultad o una especial prolongación de la investigación (2 párrafo); o cuando se establece la apelación contra el mandato de prolongación (3 párrafo), la que será resulta por la Sala Penal previo dictamen del Fiscal Superior, o cuando se establece la obligación del Juez de comunicar a la Sala sobre la orden de libertad o de prolongación de detención (último párrafo). A favor de la segunda, es decir, la procedencia de la suspensión en la etapa de juzgamiento, se sustenta en la no-prohibición expresa de la ley y en el bien jurídico que también debe tutelar el juzgador: la libertad personal. Quizás puede oponerse un criterio de seguridad procesal, pues etando en libertad el acusado es posible que no concurra a las audiencias y el juicio no concluya. Ello puede superarse si el juzgador resuelve suspender la detención dictando las medidas necesarias para asegurar la presencia del acusado a las audiencias o, si existe el temor de que el imputado pueda sustraerse a la justicia, se podrá resolver la continuación de la detención hasta que culmine el juzgamiento, disponiendo que éste se realice en una sola audiencia o en audiencias consecutivas diarias. Estas posibilidades de prolongación de la detención dentro de los márgenes temporales que establece la ley, sólo se evitarán si las autoridades judiciales — Jueces y Fiscales — agotan los medios necesarios para que el proceso cumpla sus objetivos. 3. CONSIDERACIONES FINALES. La protección de los derechos fundamentales entre ellos el de la libertad ambulatoria, garantizados por la Constitución y las normas 550 internacionales, predomina sobre las restricciones previstas reduciéndolas al mínimo aplicable. En tal sentido, la detención aparece como una medida cautelar personal extrema, que se aplica cuando las otras medidas resulten superadas por las circunstancias. Sin embargo, adoptada la detención en casos absolutamente indispensables para la investigación que se realiza, ésta debe ser reducida al tiempo estrictamente necesario, ya sea cuando tenga naturaleza preventiva y de manera autónoma lo realiza la policía con cargo de comunicar al Ministerio Público y a la autoridad judicial, por si considera oportuno que se ponga al detenido a su disposición, ya sea cuando es dispuesta por el juez dentro de un procedimiento regular. En el primer caso, el Juez aun antes de vencido el término puede asumir jurisdicción. Una actuación adecuada, técnica, real de la investigación preliminar, con observancia de las garantías fundamentales, conlleva, prima facie, un esclarecimiento de los hechos denunciados o investigados, la reunión de los elementos materiales y el acopio de las manifestaciones iniciales que, necesariamente determinarán la imputación y detención de una o más personas. La oportuna comunicación de la investigación o de la detención de una persona al Ministerio Público, en observancia de tales garantías, ayuda y facilita una labor más eficaz de la misma investigación. De tal manera que se podrá evitar que la detención se convierta en la primera actividad que se realiza en la investigación policial, cuando debería ser la última, asimismo, se podrá evitar que la confesión del detenido sea el objetivo principal. La intervención de la autoridad jurisdiccional es de suma importancia tratándose de la adopción de medidas cautelares como la detención, correspondiéndole la decisión, salvo las excepciones previstas constitucionalmente, también le corresponde el cese de tales medidas. En el mismo sentido, el Ministerio Público tiene una función también importante. El Ministerio Público no es órgano jurisdiccional, no está facultado para adoptar medidas cautelares, sólo puede solicitar su aplicación al Juez. Pero, el Fiscal puede disponer la libertad de una persona detenida (no proveniente de mandato judicial), cuando considere 551 que la detención no se ajusta a lo dispuesto por la Constitución o cuando esta medida:aparezca claramente desproporcionada o no está incursa en lo estipulado por el art. 132o (art. 108o del Código Procesal). De allí que el Ministerio Público puede disponer la libertad de una persona, como la ha venido haciendo, si de la investigación policial se desprende que no existe ilícito alguno, o se trata de autor distinto, o las circunstancias del hecho no ameritan tal medida o esta resulta desproporcionada en relación a la imputación. El fundamento de esta facultad reside, precisamente, en las funciones que el Ministerio Público tiene encomendadas: la defensa de los derechos fundamentales y de la legalidad. Finalmente, reiterando lo expuesto líneas arriba, una investigación coordinada entre el Ministerio Público y la policía judicial, permitirá superar problemas inherentes a la detención preventiva, máxime si la nueva ley procesal otorga al Ministerio Público la dirección o conducción de la investigación judicial. En tal sentido y mientras las coordinaciones funcionales se afinan, la policía tiene la obligación de comunicar a dicha institución las investigaciones que lleva a cabo, así como de las detenciones que realiza, sin perjuicio de la iniciativa que pudiera adoptar el Ministerio Público. 552