Mujeres investigadoras uruguayas: ¿participación real o incierta? Andrea Bielli, Ana Buti y Nilia Viscardi Serie Documentos de Trabajo Documento de Trabajo Nº 9 Mujeres investigadoras uruguayas: ¿participación real o incierta? Andrea Bielli Ana Buti Nilia Viscardi Introducción En el presente trabajo, encomendado por OEI/UNESCO, analizamos la participación de las mujeres en actividades de investigación en las áreas de Biología, Física, Ingeniería, Matemática y Química en el Uruguay en la década de los 90. En este sentido hemos puesto énfasis en la búsqueda de la mejor información empírica disponible a afectos de contrastar, aún en un caso particular como el uruguayo, las afirmaciones más en boga en relación a la temática de género y ciencia. A través de este estudio nos aproximamos a la dinámica de la participación femenina en el campo científico para lo cual se compara dos quinquenios de los años 90, quizá demasiado próximos en el tiempo, pero que permiten visualizar las transformaciones ocurridas en la actividad científica nacional luego del retorno de la democracia en el Uruguay. La dictadura militar provocó durante el período 1973-1984 un deterioro progresivo de las capacidades de investigación y de generación de conocimiento en el país. La mayoría de los investigadores se vieron obligados a emigrar, mientras los que se quedaron vieron dificultadas sus actividades de investigación a través del desmantelamiento de los laboratorios, el recorte de los recursos destinados a la investigación y la intervención por parte del gobierno militar de la propia Universidad de la República. A partir del retorno de la democracia al país, la comunidad académica nacional retomó las actividades de investigación que hasta el momento se habían visto debilitadas. El Uruguay se caracteriza por ser un país pequeño tanto en territorio como en número de habitantes. El último censo de 1996, registra un total de 3163763 habitantes de los cuales el 48.5% son hombres y 51.5% son mujeres. Esta la población se concentra fundamentalmente en las áreas urbanas en casi un 91% del total. Por otra parte, el Uruguay se caracteriza por poseer un sistema educativo que ha logrado una alta proporción de niños escolarizados desde los 3 años de edad, alcanzando unos de los niveles más bajos de analfabetismo (3.1%) de Latinoamérica. Asimismo, la tasa de población económicamente 2 activa se ubica en un 60% habiéndose producido un incremento de un 6% entre 1985 y 1996. Este incremento se debió a una mayor participación de la mujer. A mediados de la década de los 80 se registraba un 34.3% de mujeres económicamente activas y mientras que a mediados de los 90 se registró un 47.3 % de mujeres económicamente activas (INE,1997). Un país con estas características invierte montos relativamente escasos a las actividades de investigación y desarrollo, al mismo tiempo que cuenta con una comunidad científica de pequeñas proporciones. Los investigadores enfrentan una serie de dificultades que tienen que ver con bajas remuneraciones, escasos recursos destinados a la investigación e insuficientes espacios de inserción que promueven la migración, en particular, de los jóvenes. En este contexto se ha estudiado la participación de las mujeres en las disciplinas básicas y tecnológicas analizando su presencia en el plantel de investigadores, en los cursos de formación de posgrado y en los ámbitos de toma de decisión. I. INSTITUCIONES DE INVESIGACION CIENTIFICA En Uruguay las instituciones en las cuales se llevan a cabo la mayoría de las actividades de investigación y formación de cuarto nivel en las áreas de Biología, Física, Ingeniería, Matemática y Química son: la Universidad de la República (UDELAR) - a través de las Facultades de Agronomía, Ciencias, Ingeniería, Medicina, Química y Veterinaria-, el Instituto de Investigaciones Biológicas “Clemente Estable” (IIBCE) inserto en el Ministerio de Educación y Cultura (MEC), el Programa de Desarrollo de las Ciencias Básicas (PEDECIBA), y el Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA). En particular, la Universidad de la República concentra aproximadamente el 70 % de las actividades de investigación en todas las áreas de conocimiento desarrolladas en el país. Asimismo, en el Uruguay se destina actualmente para la investigación y desarrollo del orden de un 0.25% del PBI (Arocena; Sutz, 1998:47). Por otra parte, existen algunas universidades privadas que desarrollan preferentemente actividades de docencia de grado y de posgrado en algunas disciplinas, con escasa actividad en investigación. También se encuentran en el país agencias de financiamiento y promoción de la investigación que cumplen un rol protagónico en el apoyo a actividades de I+D. Estas agencias públicas son la Comisión 3 Sectorial de Investigación Científica (CSIC) de la UDELAR y el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICYT) del MEC. A. Universidad de la República La Universidad de la República, la única de carácter público en el país, fue instalada en 1849 y en un principio se concentró en carreras universitarias profesionalistas como Derecho y Medicina. En la actualidad esta Universidad ofrece carreras universitarias de grado y de posgrado, a través de distintas facultades que abarcan todas las áreas de conocimiento. Las diferentes facultades y escuelas universitarias desarrollan fundamentalmente actividades de docencia, investigación y extensión. Las disciplinas de Biología, Física, Ingeniería, Matemática y Química han tenido un desarrollo histórico que se vincula al surgimiento de los diferentes centros de la UDELAR. En un principio las instituciones aglutinadoras fueron las Facultades de Medicina e Ingeniería, en las que a partir de cátedras e institutos surgieron los grupos que luego darían lugar a la creación de la Facultad de Química y parte de las licenciaturas básicas de Humanidades y Ciencias. Esta última Facultad se crea en contraposición a las carreras profesionalistas que se llevaban a cabo en las facultades ya existentes como Medicina, Ingeniería, Derecho y Agronomía, con el propósito de dedicarse a los problemas del conocimiento en sí y a la investigación. En 1990, se crea la Facultad de Ciencias, a partir de la separación de las áreas humanísticas y básicas de la antigua Facultad de Humanidades y Ciencias. La matrícula universitaria se ha incrementado notoriamente durante los últimos cuarenta años, aumentando de 3676 ingresos en 1960 a 14.257 en 1999. Este incremento se ha dado en prácticamente todas las carreras universitarias de las diferentes facultades. En particular, la Facultad de Ingeniería presentó un aumento de su población de casi 9 veces y la Facultad de Química cuadruplicó su matricula en este mismo período. Asimismo, en la evolución de la matrícula estudiantil para las Facultades de Medicina, Agronomía y Veterinaria, se observa un aumento significativamente notorio entre 1960 y 1990 con alguna disminución en los últimos años. Actualmente el número total de estudiantes de la Universidad alcanza un total de 66.000 aproximadamente (Dirección General de Planeamiento, 2000). En cuanto a los egresos de las facultades que cubren las áreas de interés de nuestro estudio, se observa un incremento significativo de los mismos hacia fines de la década de los 90. Asimismo, para la 4 mayoría de las facultades la población estudiantil aumentó notoriamente entre 1993 y 1998 (Dirección General de Planeamiento, 2000). Al comparar los egresos por sexo entre los años 1996 y 1998, se registra una mayoría de mujeres para ambos años en la Facultad de Química alcanzando alrededor de un 87% y Medicina con casi un 61%. Mientras, la Facultad de Agronomía alcanza casi un 76% de hombres y la Facultad de Ingeniería entre un 74% y un 77% de hombres. Al mismo tiempo, las Facultades de Veterinaria y Ciencias muestran casi paridad en la relación entre hombres y mujeres (Dirección General de Planeamiento, 2000). A principio de la década los docentes universitarios constituían un total de 6480, mientras que en el año 1999 alcanzaban un total de 7261. Los docentes de las áreas de interés en el año 1990 sumaban un total de 2506, llegando a fines de la década 3797 (Dirección General de Planeamiento, 2000). B. Las Universidades Privadas Las universidades privadas1 son de reciente creación en el Uruguay, habiendo sido reconocidas como institutos de educación terciaria en 1996. Estas instituciones llevan a cabo fundamentalmente tareas de formación de tercer nivel y a partir de los últimos años han implementado estudios de cuarto nivel en algunas áreas particulares. De hecho, el conjunto de las actividades de formación de estas instituciones se realizan en un número limitado de disciplinas, pertenecientes a las Ciencias Sociales y a las Ingenierías (especialmente Informática)2. C. Programa de Desarrollo de las Ciencias Básicas (PEDECIBA) A mediados de la década de los 80, la investigación científica en Ciencias Básicas en el Uruguay cobró un nuevo impulso a partir de la creación del Programa de Desarrollo de las Ciencias Básicas (PEDECIBA). El mismo surgió como consecuencia directa de los esfuerzos realizados por la comunidad académica uruguaya durante los primeros años de la reapertura democrática del país, en un proceso en el que actuaron en conjunto tanto los investigadores que se encontraban en el territorio nacional, como aquellos que se encontraban en el extranjero, varios de los cuales se radicaron en el exterior a causa del proceso dictatorial sufrido en el país a inicios de la década del 70. Este programa 1 Las instituciones que desarrollan actividades en las áreas de interés son: Universidad ORT del Uruguay (Facultad de Ingeniería), Universidad Católica “Dámaso Antonio Larrañaga” (Facultad de Ingeniería), Universitario Autónomo del Sur, Universidad de Montevideo (Facultad de Ingeniería). 2 Los datos proporcionados por la Universidad de Montevideo y Universitario Autónomo del Sur muestran para Ingeniería una mayoría de hombres en estudios de posgrado (81 hombres, 13 mujeres), cuadros de dirección de posgrado (8 hombres, 1 una mujer) e investigadores (13 hombres y 4 mujeres). 5 fue creado en octubre de 1986 como fruto de un convenio firmado entre el Poder Ejecutivo y la Universidad de la República, con el apoyo del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (Barreiro, 1997). El PEDECIBA se organiza en torno a cinco áreas prioritarias: Biología, Física, Informática, Matemática y Química. El apoyo a las actividades de investigación y desarrollo se realiza a través de financiamientos directos a los distintos laboratorios. El PEDECIBA también nuclea un conjunto de investigadores con diferentes trayectorias que se adscriben al programa en dos categorías distintas: investigadores nivel 1 y nivel 23. Estos investigadores forman parte, a su vez, del plantel docente de la Universidad de la República manteniendo una correspondencia relativa entre el nivel del escalafón ocupado en dicha institución y el nivel alcanzado en el PEDECIBA. D. Instituto de Investigaciones Biológicas "Clemente Estable" (IIBCE) El Instituto de Investigaciones Biológicas “Clemente Estable” (IIBCE), dependiente del MEC, fue fundado en 1927 y desde su creación ha jugado un rol fundamental en el campo científico de nuestro país. Reconocido como centro de excelencia, ha sido la única institución no universitaria que ha desarrollado en Uruguay tanto actividades de investigación como de formación en el área de Biología. Sus principales actividades son en investigación básica, pero también cuenta con investigaciones en biotecnología y emprendimientos conjuntos con la industria farmacéutica (INTER-AMERICAN DEVELOPMENT BANK,1997). Nuclea alrededor de 120 investigadores entre personal estable, becarios de los cursos de posgrado del PEDECIBA, docentes de las Unidades Asociadas de la Facultad de Ciencias e investigadores jóvenes contratados para proyectos puntuales de investigación4. E. Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA) El Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA) fue creado en 1989 a partir de la transformación del antiguo Centro de Investigación Agrícola “Alberto Boerger”. Sus cometidos apuntan a la formulación y ejecución de proyectos de investigación agropecuarios y la adaptación y transferencia de tecnologías en este campo5. El Instituto está compuesto por diferentes unidades y 3 Los investigadores que forman parte del PEDECIBA no reciben remuneración directa, si bien cuentan con los diferentes apoyos del programa. 4 Información recabada de la página WEB http://iibce.edu.uy/difusión/folleto 5 Información recabada de la página WEB www.inia.org.uy 6 estaciones experimentales emplazadas a lo largo del país. Entre ellas, la Unidad de Biotecnología6 es la única que desarrolla actividades científicas correspondientes a las áreas de interés del presente trabajo. F. Agencias de Apoyo a la Investigación: Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICYT) y Comisión Sectorial de Investigación Científica (CSIC) Las agencias de apoyo y promoción de la investigación científica existentes en el país son el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICYT), entidad perteneciente al MEC y la Comisión Sectorial de Investigación Científica (CSIC) de la UDELAR. El CONICYT, creado en 1961, tiene como objetivo el impulso de la investigación científica en todas las áreas de conocimiento, pero en los hechos ha funcionado, en los últimos años, atendiendo a un número acotado de áreas prioritarias dentro de las Ciencias Básicas y Tecnológicas (Varela, 1991). Por su parte, la CSIC, creada en 1990, funciona hoy como la única agencia financiadora de todas las áreas del conocimiento a nivel nacional. El CONICYT maneja fondos provenientes del estado y del Banco Interamericano de Desarrollo, mientras que la CSIC cuenta con una partida especial destinada a la investigación que proviene del propio presupuesto universitario. Ambas agencias gestionan programas dedicados al desarrollo de actividades de investigación y de formación de Recursos Humanos. Durante el año 1999, el CONICYT administró el Fondo Nacional de Investigadores que otorgó apoyo financiero a 144 investigadores nacionales de todas las áreas de conocimiento con alta dedicación a tareas científicas. Este fondo está organizado en tres niveles según la trayectoria académica del investigador. El nivel III, de mayor jerarquía cuenta con un total de 47 investigadores, de los cuales el 12.7 % son mujeres; el nivel II está constituido por 65 investigadores, de los cuales el 23.1% son mujeres y por último, en el nivel I se encuentran un total de 42 científicos, de los cuales 26.2% son mujeres y 73.8 % son hombres7. II. MUJERES INVESTIGADORAS EN EL URUGUAY La información relevada refiere a la década del 90 y a efectos de poder manejar una dimensión temporal y comparar los cambios ocurridos en esos 10 años, hemos dividido la década en dos períodos: 1990-1994 y 1995-1999. Para cada período se seleccionó un año representativo que contaba con la 6 La Unidad está compuesta únicamente por 5 investigadores de los cuales 3 son hombres y 2 mujeres. Actualmente está dirigida por una mujer, mientras que anteriormente estaba dirigida por un hombre. 7 Fuente CONICYT 7 información requerida, pues en muchos casos los registros para toda la década se encontraban incompletos. A. Los investigadores en Uruguay: principales características El conjunto de los investigadores de las áreas estudiadas, conformado por quienes ocupan cargos académicos en el IIBCE y todos los docentes con más de 15 horas semanales8 en la UDELAR, constituyen un total de 1215 personas en el primer período (1990-1994) y de 1366 en el segundo período (1995-1999). En el primer período las mujeres que realizaban actividades de investigación en las áreas de interés representaban un 36% del conjunto de los investigadores y en el segundo período casi un 41% del total, lo que implica un aumento de cerca del 5% en la participación de la mujer. En ambos períodos, el área que nuclea la mayor cantidad de investigadores es la de Biología, aumentando sustantivamente su participación de un quinquenio a otro, pasando de representar el 35% del total de investigadores del primer período al 43.3% en el segundo. Aunque con variaciones, le siguen en importancia Ingeniería (28.5% y 24.3% respectivamente), Química (21.1% y 17.8%), ambas áreas que contribuyen con un porcentaje relevante de investigadores. Finalmente, encontramos la Física (9% y casi 8%) y la Matemática (oscilando en torno al 6% del total) con porcentajes muy bajos de investigadores dedicados a estas áreas. B. Participación de mujeres en actividades de I+D Al analizar las diferencias en la participación de hombres y mujeres por áreas encontramos dos tendencias. La primer tendencia apunta a la participación diferencial de los sexos. Aquí destacamos la existencia de dos áreas con una presencia significativa de mujeres: Biología y Química. En la primera de ellas, en ambos períodos la participación de mujeres oscila en torno al 46% del total. En la segunda parece directamente procesarse una tendencia a la feminización del área: siendo mayoría en el primer período (56%), las mujeres pasan a representar el 61% del total en el segundo. Sin embargo, las áreas de Física, Ingeniería y Matemática, aunque con diferencias, aparecen como áreas de claro predominio 8 Dado que en la UDELAR por lo general los cargos menores de 15 horas semanales no realizan tareas de investigación, se ha excluido del análisis este grupo de docentes. 8 masculino, oscilando los porcentajes para las tres áreas en torno al 80 y 86% en el primer período y al 72 y 78% en el segundo. Cuadro No.1 Distribución de los investigadores por sexo y área en cada período Total Física Ingeniería Matemática 93 84.5 278 80.3 66 86.8 % % % 201 47.3% 17 15.5 68 19.7 10 13.2 % % % 425 100% 110 100% 346 100% 76 100% Hombre 318 53.8% Hombre 1990-1994 Mujer 1995-1999 Mujer Total Biología 224 52.7% 82 77.4 % 273 46.2% 24 22.6 % 591 100% 106 100% 241 72.6 % 91 27.4 % 332 100% 73 78.5 % 20 21.5 % 93 100% Química Total 113 43.8 774 63,7% % 145 56.2 441 36,3% % 258 100% 1215 100% 95 38.9 809 59,2% % 149 61.1 557 40,8% % 244 100% 1366 100% Fuente: cuadro elaborado en base a información proporcionada por IIBCE, SECIU y Facultades de Agronomía, Ciencias, Medicina, Ingeniería, Química y Veterinaria de la UDELAR. La segunda tendencia indicaría sin embargo, con excepción de Biología, que en todas las áreas de conocimiento existe un aumento creciente de la participación de la mujer. Este es de aproximadamente 5% para Química, de 7% para las áreas de Física e Ingeniería y casi 8% para Matemática. Esto representa una constatación de interés ya que si bien la participación por sexo en Física, Ingeniería y Matemática indica un neto predominio de hombres (cercano al 80%), el sustantivo incremento de la proporción de mujeres, que se verifica en la mayoría de las áreas, indicaría un aumento de la participación de mujeres tanto en estas áreas como en Química, área ya "feminizada" en el segundo período. El sector que más crece es el área de Biología y, dentro de ella, el crecimiento de la participación femenina es sólo ligeramente inferior al de la participación masculina. El crecimiento de la participación masculina es negativo en Física, Ingeniería y Química, es decir, en el período 1995-1999 hay menos hombres que en el período 1990-1994 en esas áreas. En cambio, el crecimiento de la participación de la mujer en esas mismas áreas es positivo: aunque sea prácticamente nulo en Química es bastante alto en Ingeniería y en Física. El crecimiento en Matemática es importante, lo que se explica por la mínima participación de mujeres en el período inicial. En las áreas tomadas en su conjunto, mientras que los hombres apenas crecen el 4.5%, las mujeres lo hacen el 26.3%. Cuadro No.2 Distribución de los investigadores por sexo y grado en cada período Grado Nivel de iniciación Nivel intermedio Nivel consolidado Total 9 1990-1994 1995-1999 Hombre 473 58.6% 174 68.2% Mujer 334 41.4% 81 31.8% Total 807 100% 255 Hombre 435 53.2% Mujer Total 127 83% 774 100% 63.7 % 26 17% 441 36.3 % 153 100% 1215 100% 185 62.9% 189 74.1% 809 382 46.8% 109 37.1% 817 100% 294 100% 59.2 % 66 25.9% 557 40.8 % 255 100% 1366 100% Fuente: cuadro elaborado en base a información proporcionada por IIBCE, SECIU y Facultades de Agronomía, Ciencias, Medicina, Ingeniería, Química y Veterinaria de la UDELAR. En lo que hace al grado de avance en la carrera académica, tanto en el primer como en el segundo quinquenio existe una clara tendencia por la cual el análisis del conjunto de investigadores muestra una distribución diferencial de los cargos ocupados por hombres y mujeres. Tal como lo indican los datos, a mayor grado, mayor presencia de hombres. En el primer quinquenio, mientras que entre los niveles iniciales las mujeres son el 41.4% del total de investigadores, en los niveles intermedios descienden a algo menos del 32% y en los niveles más altos sólo representan un 17% del total. En el segundo período, pasan de ser casi el 47% de los grados más bajos, para representar el 37% del total en los niveles intermedios y casi el 26% en los niveles más altos. Sin embargo, junto a este hecho de mayor representación de hombres en los cargos más altos, los datos también indican una mayor presencia de la mujer a todos los niveles de la escala, especialmente en los niveles consolidados. Efectivamente, el aumento de la participación de un período a otro es de un 5.4% para los niveles iniciales, de un 5.3% para los niveles intermedios y de casi 9% para los cargos más elevados. Es decir que el aumento de participación de las mujeres que se observa a nivel global (de 36.5% a 40.8%) se ve acompañado de un aumento de su participación en los tres niveles en que hemos reagrupado al escalafón docente, y esto sobre todo a nivel de los cargos más altos. En el marco del Régimen de Dedicación Total9, las diferencias en la composición por sexo están vinculadas a la composición por grados, reflejando de este modo un proceso que no es inherente al propio Régimen, sino a la estructura por grados al interior de la comunidad de investigadores. Tal como lo veíamos en un trabajo anterior (Bielli, Buti, Viscardi, 2001), de aquellos docentes que se desempeñaban en el Régimen de Dedicación Total en el año 1999 las mujeres representaban el 53% del nivel inicial, el 48% del nivel intermedio y el 39% de los que ocupaban cargos de nivel más elevado. 9 El Régimen de Dedicación total tiene como objetivo apoyar la dedicación exclusiva a tareas de investigación a docentes universitarios. Los beneficiarios a este programa reciben una compensación salarial de un 60% de su sueldo básico. En las áreas de interés constituyen un total de 387. 10 En el caso del PEDECIBA, no existen diferencias en la composición por sexo de aquellos que son investigadores del PEDECIBA10 y de los que no lo son. Aunque sea restringida la cantidad de docentes que son investigadores de este programa, la integración por sexo no constituye un elemento discriminatorio en ninguno de los dos períodos. De hecho, en el primer quinquenio la proporción de mujeres tanto entre quienes no son investigadores del programa (36%) como entre quienes lo eran (38.6%) no difiere sustantivamente, reflejando la participación total de la mujer en actividades de investigación. Lo mismo ocurre en el segundo quinquenio en el cual si bien la proporción de mujeres que pertenecen al programa, 38.5% es levemente inferior a la proporción total de investigadoras (40.8%), los valores no nos permiten establecer diferencias de importancia en la participación por sexo. Sin embargo, un fenómeno de interés lo representa la composición por sexo en la estructura por niveles de los investigadores del PEDECIBA. Llama la atención el modo en que se modifica de un período a otro la relación entre hombres y mujeres en el Nivel 1, el más alto. Mientras en el primer período las mujeres que integraban dicho nivel representaban el 50% del mismo, en el segundo período la relación se modifica y las mujeres pasan a representar únicamente el 27.5% de los investigadores del Nivel 1, en un contexto en el cual el aumento total de los investigadores que integran el programa se da específicamente en dicho nivel (42 investigadores en el primer período y 120 en el segundo). Cuadro No.3 Distribución de los investigadores por sexo y nivel del PEDECIBA en cada período Hombr e 1990-1994 Mujer Total Hombr e 1995-1999 Mujer Total Nivel 2 72 67.3% Nivel 1 21 50.0% Asociado 4 44.4% 35 32.7% 21 50.0% 5 55.6% 61 38.6% 42 100% 9 100% 158 100% 54 49.5% 87 72.5% 6 60.0% 147 61.5% 55 50.5% 33 27.5% 4 40.0% 92 38.5% 109 100% 120 100% 10 100% 239 100% 107 100% Total 97 61.4% Fuente: cuadro elaborado en base a información proporcionada por PEDECIBA. Parecería que el proceso de integración de investigadores al programa procesado de un quinquenio a otro hubiera actuado disminuyendo la proporción de mujeres que pertenecen al nivel más elevado y aumentando la de aquellas que pertenecen al nivel 2, en el cual la proporción de mujeres incrementa de un período a otro, pasando de casi 33% a 50%. Esto implicaría una reversión de la tendencia observada 10 Los investigadores del PEDECIBA constituyen un total de 158 entre 1990-1994 y 239 entre 1995-1999. Fuente PEDECIBA. 11 en la estructura por grado del conjunto de los investigadores, que si bien se encuentra masculinizada en los grados más altos, muestra un aumento de la participación de las mujeres en todos los niveles de un período a otro. C. Participación de mujeres en Proyectos de Investigación y Desarrollo –CSIC y CONICYT Las actividades de investigación en la UDELAR reciben un apoyo importante a través de los fondos concursables del programa de Proyectos de I+D de la CSIC. Este programa consta de dos modalidades (iniciación e I+D) que describiremos a continuación considerando los cuatros llamados realizados durante el período investigado. La modalidad de iniciación a la investigación corresponde a investigadores que recién se inician en tareas de investigación. En este tipo de modalidad, entre los años 1990-1994 se financiaron 84 proyectos11. En ellos se advierte una importante presencia de mujeres en la conducción de las propuestas (46.4%). Las áreas de Física y Matemática muestran una participación de mujeres de un 25% y casi un 34% respectivamente. El área de Química presenta una paridad con respecto a la representación de los hombres y las mujeres en la dirección de los proyectos de iniciación. Asimismo, el área de Biología con un 58.7 % resulta el área con mayor participación de mujeres para todo el período. Mientras, el área de Ingeniería registra solamente un 13.3% de participación femenina. Entre los años 1995-1999, se financiaron 66 proyectos12. Las áreas de Física y Matemática presentan 100% de hombres en la dirección de proyectos de iniciación. El área de Química se caracteriza por una concentración de mujeres que muestra, para todo el período, la mayor presencia femenina en la modalidad de iniciación con un total de 80%. De igual modo, la participación de mujeres en las áreas de Biología e Ingeniería alcanzan cifras entre un 53.9% y un 66.7% respectivamente. La modalidad de Investigación y Desarrollo muestra una estructura más masculinizada que la modalidad de iniciación para la mayoría de las áreas. Del mismo modo, las áreas de Física y Matemática continúan siendo las áreas con mayor proporción de directores hombres alcanzando valores entre 75% y 100% respectivamente para ambos períodos. 11 12 De este total 46 correspondían a Biología, 4 a Física, 15 a Ingeniería, 3 a Matemática, 16 a Química. Fuente CSIC. De este total 41 correspondían a Biología, 2 a Física, 6 a Ingeniería, 2 a Matemática, 15 a Química. Fuente CSIC. 12 Entre los años 1990-1994, se financiaron 125 proyectos13 y entre 1995-999 se financiaron un total de 109 propuestas14. El área con mayor porcentaje de directoras mujeres (46%) es el área de Ingeniería, pero disminuyendo estos valores en casi un 23% para los años posteriores. Las áreas de Biología y Química -para ambos períodos- presentan comportamientos similares en la distribución por sexo en dirección de proyectos. Para Biología las mujeres presentan valores entre un 33.8% y un 36.2 % entre el primer y segundo período. En cambio, para el área de Química las mujeres oscilan entre un 34,4% y un 28% para el primer y segundo período respectivamente. En síntesis, podemos corroborar para los proyectos financiados por la CSIC, dos tendencias claramente diferenciadas según el sexo de los investigadores en dirección de proyectos. Por un lado, los proyectos de iniciación están representados con una mayor proporción de directoras mujeres, por otro lado, los proyectos de Investigación y Desarrollo muestran una estructura masculinizada. Las explicaciones referidas a estas dos tendencias podrían apuntar a las propias estructuras de la carrera docente en donde existe una propensión a una concentración de hombres en los grados de mayor jerarquía. Por su parte el CONICYT financió 162 proyectos15 en el período comprendido entre 1992-1999 para las áreas de interés. A nivel general, observamos una mayor concentración de hombres directores con un 71.6%, mientras que las mujeres directoras no alcanzan el 29% del total de los proyectos financiados. Al examinar la distribución por sexo al interior de las áreas, encontramos dos grupos: un grupo está constituido por áreas totalmente o con una mayoría absoluta de hombres en cargos de dirección de proyectos. Estas áreas son: Física con un 100%, Matemática con un 90.9% e Ingeniería con un 82.9%. Otro grupo, está caracterizado por una participación de mujeres en dirección de proyectos que oscila entre un 34.9 % para Biología y un 53.6% para Química. Esta última, presenta la mayor concentración de mujeres en conducción de proyectos financiados por el CONICYT. III. FORMACIÓN DE POSGRADO La formación de posgrado en el país es relativamente reciente. Los primeros cursos de maestrías y doctorados surgieron en al área de las ciencias básicas y tecnológicas a fines de la década del 80 propulsados por el PEDECIBA. Desde ese momento, dicho programa ha dictado cursos de posgrado en 13 De este total 71 correspondían a Biología, 6 a Física, 15 a Ingeniería, 4 a Matemática, 29 a Química. Fuente CSIC. De este total 58 correspondían a Biología, 9 a Física, 13 a Ingeniería, 4 a Matemática, 25 a Química. Fuente CSIC. 15 De este total 63 correspondían a Biología, 13 a Física, 47 a Ingeniería, 11 a Matemática, 28 a Química. Fuente CONICYT-los datos han sido reagrupados para la inclusión en este trabajo. 14 13 Biología, Física, Matemática, Química e Informática englobando en su seno a la mayoría de las ofertas de estudios de cuarto nivel correspondientes a las Facultades de Ciencias y Química. El resto de las Ingenierías cuenta con maestrías y doctorados organizados exclusivamente en el marco de Facultad de Ingeniería, los cuales se pusieron en marcha algunos años después de comenzada la experiencia del PEDECIBA. Durante 1991 se crearon las maestrías y doctorados en Mecánica de los Fluidos Aplicada y en Ingeniería Química. La maestría de Mecánica de los Fluidos contó con el ingreso de su primer generación en ese mismo año, mientras que los ingresos al doctorado no se realizaron hasta 1993. Un retraso similar se aprecia en los cursos de posgraduación en Ingeniería Química que registraron sus primeros ingresos a la maestría en 1995 y al doctorado en 1996. En 1996 y 1997 se crearon las maestrías y doctorados en Ingeniería Eléctrica e Ingeniería Matemática respectivamente. Las primeras generaciones de estas maestrías comenzaron sus estudios en 1997 y 1998, mientras que los doctorados cuentan con ingresos recién en 1999 y únicamente para el doctorado en Ingeniería Eléctrica. Más recientemente, durante 1999, se pusieron en marcha la maestría en Ingeniería Ambiental y el doctorado en Informática, cuyos primeros ingresos tuvieron lugar ese mismo año16. A. Maestrías 1. INGRESOS En cuanto a los ingresos a estudios de maestrías, los números globales arrojan una proporción similar de participación de hombres y mujeres cercana al 50 % para cada sexo. Cuadro No.4 Evolución de ingresos a cursos de maestría por sexo y área 1990-1994 1995-1999 Hombre Mujer Total Hombre Mujer Total Biología Física 39 43.8% 8 88.9% 50 56.2% 1 11.1% 89 100% 9 100% 64 44.8% 10 66.7% 79 55.2% 5 33.3% 143 100% 15 100% Ingeniería Matemática 18 78.3% 9 90% 5 21.7% 1 10% 23 100% 10 100% 55 68.8% 5 55.6% 25 31.2% 4 44.4% 80 100% 9 100% Química 11 50% 11 50% 22 100% 6 46.2% 7 53.8% 13 100% Total 85 55.6% 68 44.4% 153 100% 140 53.8% 120 46.2% 260 100% Fuente: cuadro elaborado en base a información proporcionada por PEDECIBA y Facultades de Ciencias, Ingeniería y Química de la UDELAR. Las grandes divergencias se observan nuevamente en los ingresos por área. En ambos períodos se vislumbran dos situaciones dispares: disciplinas con masculinización de ingresos y disciplinas con 16 Los datos que se presentan a continuación incluyen información para todos los años de la década. 14 participación homogénea de hombres y mujeres. Esta última situación se aprecia en las áreas de Biología y Química, que presentan una proporción similar de ingresos femeninos y masculinos, tanto para los años comprendidos entre 1990 y 1994 como para los comprendidos entre 1995 y 1999. En Química esta paridad entre sexos significa un descenso llamativo de la presencia femenina, si tenemos en cuenta que los egresos de estudios de grado en esa disciplina tienden a ser fuertemente feminizados. Por ejemplo, para el año 1998 las mujeres alcanzan el 87.7% (Dirección General de Planeamiento, 2000) de los egresos de la Facultad de Química. Una explicación posible de esta situación a nivel de ingresos a maestrías en esta área, puede encontrarse en el hecho de que se permite ingresar a los doctorados de Química directamente con el título de grado, por lo que es posible suponer el ingreso directo de parte de las mujeres a estudios de doctorado sin pasar por los estudios de maestría. Las disciplinas masculinizadas en los ingresos a maestrías son Física, Ingeniería y Matemática. Esta situación es así para el primer período en el que los porcentajes de ingresos femeninos a estas disciplinas se ubican entre el 10% y el 21.7%. En el segundo período Física e Ingeniería continúan masculinizadas aunque la brecha entre hombres y mujeres se reduce (la proporción de mujeres aumenta al 33.3% en Física y al 31.2% en Ingeniería). Por el contrario, el área de Matemática se ubica para esta etapa entre las disciplinas con participación igualitaria entre hombres y mujeres. Este cambio en el comportamiento de los ingresos a la maestría de Matemática supone el aumento de presencia de mujeres no sólo en porcentajes sino en número, pasando de un único ingreso femenino entre 1990 y 1994 a cuatro ingresos femeninos entre 1995 y 1999. En síntesis, la evolución de los ingresos a maestrías muestra que las áreas con participación en paridad de hombres y mujeres se mantienen sin cambios significativos durante toda la década, mientras que las áreas masculinizadas, si bien conservan el predominio masculino, tienden a atenuar las diferencias entre la proporción de ingresos femeninos y masculinos. 2. EGRESOS Por otra parte, las tendencias generales de los egresos de estudios de maestría siguen el mismo patrón de proporcionalidad observado en los ingresos para ambos períodos. Si bien se constata un leve descenso de los títulos de maestría obtenidos por las mujeres entre los años 1995 y 1999, en términos generales, se mantiene la paridad de egresos entre hombres y mujeres para toda la década. 15 Cuadro No.5 Evolución de egresos de estudios de maestría por sexo y área Hombre Mujer Total Hombre Mujer 1995-1999 Total 1990-1994 Biología 40 42.6% 54 57.4% 94 100% 37 44.6% 46 55.4% 83 100% Física 6 75% 2 25% 8 100% 10 90.9% 1 9.1% 11 100% Ingeniería 9 60% 6 40% 15 100% 21 77.8% 6 22.2% 27 100% Matemática 7 87.5% 1 12.5% 8 100% 5 62.5% 3 37.5% 8 100% Química Total 9 50% 71 49.7% 9 50% 72 50.3% 18 100% 143 100% 13 46.4% 86 54.8% 15 53.6% 71 45.2% 28 100% 157 100% Fuente: cuadro elaborado en base a información proporcionada por PEDECIBA y Facultades de Ciencias, Ingeniería y Química de la UDELAR. Asimismo, las tendencias verificadas en cada disciplina para los ingresos se reiteran en los egresos. Las mujeres obtienen los porcentajes más altos en Biología (entre el 57% y el 55%) y Química (entre el 50% y el 54%) para ambos períodos, acompañando en proporción similar a los obtenidos por los hombres en estas áreas. Entre los años 1990 y 1994 los títulos obtenidos por las mujeres en los campos de la Física y la Matemática alcanzan solamente el 25% y el 12.5% respectivamente, manteniendo el perfil de masculinización de estas disciplinas. El área de Ingeniería, que compartía este perfil con la Física y las Matemática en los ingresos, si bien presenta un mayor número de egresos masculinos para este primer período, otorgó en este mismo lapso un 40% de títulos a mujeres. Esta relación no se mantiene durante los años comprendidos entre 1995 y 1999, en los que los títulos otorgados en maestrías de Ingeniería se concentran en los hombres en un 77.8% y las mujeres figuran con un muy bajo número de egresos (6 en total) comparados con los ingresos correspondientes a ese mismo período (25 en total). Probablemente esta oscilación pueda ser explicada por el abandono de cursos por parte de los hombres en el primer período (de 18 ingresos egresan la mitad) o por el retraso de los mismos en obtener sus títulos, lo que lleva a concentrar sus egresos en el lapso 1995-1999. Al mismo tiempo, el bajo número de egresos femeninos puede vincularse a retrasos en los estudios o directamente abandonos o a que las mujeres hayan ingresado preferentemente a los cursos de posgrado más recientes dentro del área de Ingeniería. En este último período los egresos en Física agudizan su masculinización, mientras que los egresos en Matemática disminuyen la brecha entre hombres y mujeres si bien mantienen el predominio masculino en un 62.5%. Por consiguiente, los egresos de los cursos de maestría muestran cierta concordancia con los ingresos a los mismos. Las áreas que verificaban paridad entre los ingresos femeninos y masculinos (Biología y Química) también registran paridad entre los egresos, en una situación estabilizada a través del tiempo. Las disciplinas masculinizadas en los ingresos (Física, Ingeniería y Matemática) nuevamente se presentan masculinizadas para los egresos, pero en contraposición a la tendencia a reducir diferencias observada en el apartado anterior, los egresos en estas áreas (exceptuando al área de Matemática) 16 parecen agudizar la masculinización con el correr del tiempo registrando una pérdida de mujeres ya sea por retrasos o abandonos. B. Doctorados 1. INGRESOS Los ingresos totales a estudios de doctorado para el período 1990-1994 presentan un predominio de mujeres con 63.9% de los inscriptos. Este guarismo desciende al 53.4% para el período 1995-1999, manteniéndose de modo más atenuando el predominio femenino en estudios de doctorado. Esta estructura relativamente feminizada de los ingresos puede ser explicada por dos factores principales. En primer lugar, las áreas con participación equitativa entre hombres y mujeres y las áreas feminizadas registran un alto número de ingresos globales. En efecto, las áreas de Biología y Química son las que más estudiantes aglutinan y cada una de ellas posee un importante número de mujeres inscriptas en sus cursos. Las mujeres se ubican en el 55.6% y el 38.9% de inscriptos al área de Biología para el primer y segundo período respectivamente, al tiempo que alcanzan sus mayores porcentajes en el área de Química que se muestra claramente feminizada (77.3% para el primer período y 64.9% para el segundo). En segundo lugar, las áreas masculinizadas (Física, Matemática e Ingeniería) registran muy pocos ingresos, lo que disminuye su peso relativo en los ingresos globales a estudios de doctorado. Cuadro No.6 Evolución de ingresos a estudios de doctorado por sexo y área Hombre 1990-1994 Mujer Total Hombre Mujer 1995-1999 Total Biología 20 44.4% 25 55.6% 45 100% 22 61.1% 14 38.9% 36 100% 3 0 3 1 0 1 Física 100% 0% 100% 100% 0% 100% Ingeniería 2 66.7% 1 33.3% 3 100% 7 58.3% 5 41.7% 12 100% Matemática 4 80% 1 20% 5 100% 5 71.4% 2 28.6% 7 100% Química Total 15 22.7% 44 36.1% 51 77.3% 78 63.9% 66 100% 122 100% 27 35.1% 62 46.6% 50 64.9% 71 53.4% 77 100% 133 100% Fuente: cuadro elaborado en base a información proporcionada por PEDECIBA y Facultades de Ciencias, Ingeniería y Química de la UDELAR. Las áreas de Física y Matemática se mantienen para los dos períodos como campos fuertemente masculinizados en los que la presencia femenina desaparece por completo (por ejemplo en Física) o se mantiene cercana al 25% de participación. Por otra parte, el área de Ingeniería presenta un predominio de los hombres para el primer período (66.7%) que luego cae en un 8.4% durante los años 1995-1999. 17 Debe tenerse en cuenta que este predominio relativo de mujeres en los números totales de inscriptos a estudios de doctorado nacionales, va acompañado por una participación desigual de hombres y mujeres en los estudios de doctorados realizados en el exterior. En el marco del programa de apoyos a estudios de posgrado en el exterior llevado adelante por la CSIC es notorio el bajo número y porcentaje de mujeres que presentan solicitudes al mismo. Para el período 1990-199417 el 32.4% de las solicitudes totales corresponden a mujeres y esta proporción disminuye al 28.8% durante los años 1995-199918. Por otra parte, el áreas Básica (que comprenden solicitudes de docentes de las Facultades de Ciencias y Química) y el área tecnológica (que abarca las Facultades de Arquitectura e Ingeniería) presentan para ambos períodos valores cercanos al 67% y al 85% de participación masculina respectivamente. Podría postularse, entonces, que las mujeres tienden a realizar sus estudios de doctorado en el país mientras que los hombres tienen una mayor propensión a realizarlos en el exterior. 2. EGRESOS En cuanto a los egresos de estudios de doctorado, las cifras globales para el primer período arrojan un predominio moderado de títulos obtenidos por hombres, lo que contrasta con las cifras correspondientes a los ingresos para ese mismo lapso de tiempo. Esto se debe, principalmente, al bajo número de egresos femeninos que tuvo lugar en Biología y Química comparados con los ingresos registrados en esas mismas áreas. El área de Biología, que generalmente se comporta como una disciplina con paridad entre hombres y mujeres, muestra un leve predominio masculino, inexistente cuando se analizan los ingresos. Por otra parte, las disciplinas masculinizadas (Física, Matemática e Ingeniería19) no registran ningún egreso femenino para este período. Esta situación se revierte para el segundo período en el que los títulos obtenidos por las mujeres sobrepasan los obtenidos por los hombres, incrementando su proporción de un 39.4% para los años 1990-1994 al 58.7% para los años 1995-1999. Cuadro No.7 Evolución de egresos de estudios de doctorado por sexo y área 17 En este período se presentaron 108 solicitudes, las cuales pertenecían a las siguientes áreas: 13 a Agraria, 30 a Básica, 13 a Salud, 24 a Social y 28 a Tecnológica. Fuente CSIC. 18 En este período se presentaron 139 solicitudes, las cuales pertenecían a las siguientes áreas: 22 a Agraria, 46 a Básica, 6 a Salud, 51 a Social y 14 a Tecnológica. Fuente CSIC. 19 Debemos recordar que durante los años 1990-1994 el área de Física no tuvo ningún ingreso femenino y el área de Matemática contó solamente con uno. Por otra parte, el área de Ingeniería no registra ni egresos masculinos ni femeninos debido a que las primeras generaciones de estudiantes ingresaron a mediados de los años 90. 18 Hombre 1990-1994 Mujer Total Hombre Mujer 1995-1999 Total Biología 10 62.5% 6 37.5% 16 100% 22 51.2% 21 48.8% 43 100% 4 0 4 0 0 0 Física 100% 0% 100% 0% 0% 0% Ingeniería 0 0% 0 0% 0 0% 1 33.3% 2 66.7% 3 100% Matemática 2 100% 0 0% 2 100% 2 50% 2 50% 4 100% Química 4 36.4% 7 63.6% 11 100% 8 26.7% 22 73.3% 30 100% 20 13 33 33 47 80 Total 60.6% 39.4% 100% 41.3% 58.7% 100% Fuente: cuadro elaborado en base a información proporcionada por PEDECIBA y Facultades de Ciencias, Ingeniería y Química de la UDELAR. Este crecimiento se observa en todas las disciplinas que registran egresos durante esos años. Química, profundiza su feminización entre los años 1995-1999 (pasa del 63.6% al 73.3%). Por su parte, el área de Biología iguala la presencia de hombres y mujeres mientras disciplinas como Ingeniería y Matemática, si bien registran un bajo número de egresos, sí incluyen en esta oportunidad a algunas mujeres. Esta concentración de egresos femeninos en los años 1995-1999 sobrepasa en un 5.3% a las inscripciones correspondientes al período. Esto parece indicar, por tanto, que se produce una acumulación de egresos correspondientes a mujeres inscriptas en el período de estudio anterior. Es posible entonces, que las mujeres tarden más tiempo en finalizar sus estudios de doctorado que sus compañeros varones. Por ello, revisaremos a continuación la duración de los estudios de posgrado para ambos sexos. C. Tiempo de permanencia en los estudios de posgrado En este cuadro se muestra el tiempo que insumen hombres y mujeres en finalizar sus estudios de posgrado. Teniendo en cuenta la duración prevista curricularmente para los cursos de maestría y doctorado hemos distribuido a estudiantes y egresados en tres categorías: en regla, demora y demora excesiva20. Para este análisis se han incluido tanto egresados como estudiantes puesto que no contamos con datos precisos de los abandonos registrados durante los años 1990-1999. Se puede suponer, para maestrías y doctorados por igual, que aquellos que ingresan en la categoría de demora excesiva sin haber obtenido aún su diploma, probablemente hayan dejado de estudiar. 20 La duración formal de las maestrías es de dos años, consideramos en regla a aquellos que han obtenido sus títulos en ese tiempo y a quienes aún no han terminado sus estudios pero se encuentran estudiado dentro de los plazos curricularmente esperados. Quienes se encuentran en demora han finalizado sus estudios en un lapso de entre 3 y 4 años o aún se encuentran realizando sus estudios con este tiempo de retraso. Se considera en demora excesiva a los títulos obtenidos luego de 5 años de comenzado los estudios, o a quienes luego de 5 años aún no han finalizado el posgrado. La duración prevista de los cursos de doctorado es de cuatro años, por tanto, se encuentran en regla quienes han obtenido su título en ese plazo, o aún se encuentran estudiando en los tiempos esperados en la currícula. Se encuentran en demora aquellos que han finalizado sus estudios en 5 o 6 años o quienes están estudiando con dicho retraso, mientras que han sido considerados en demora excesiva quienes llevan más de 7 años realizando estudios de doctorado o han conseguido sus títulos en esa misma cantidad de años. 19 Cuadro No.8 Tiempo de estudios de posgrado según sexo y nivel del curso Duració n En regla Demora Doctorado Demora excesiva Total En regla Demora Maestría Demora excesiva Total Nivel Mujer Hombre 99 78.6% 17 13.5% 111 21 64.2% 12.1% Total 210 70.2% 38 12.7% 10 7.9% 126 100% 182 65.7% 68 24.5% 41 173 155 68 23.7% 100% 60.5% 26.6% 51 299 337 136 17.1% 100% 63.2% 25.5% 27 9.8% 277 100% 33 256 12.9% 100% 60 533 11.3% 100% Fuente: cuadro elaborado en base a información proporcionada por PEDECIBA y Facultades de Ciencias, Ingeniería y Química de la UDELAR. Como se puede observar, efectivamente, las mujeres retrasan sus estudios de posgrado, en una proporción mayor a la de los hombres. Así, el 35.8% de las mujeres en cursos de doctorado se encuentra en demora o demora excesiva mientras que los hombres en esta situación constituyen un 21.4%. La diferencia entre mujeres y hombres se agudiza aún más cuando se comparan las demoras excesivas. En esta categoría se hallan el 23.7% de las mujeres en nivel de doctorado y sólo el 7.9% de los hombres. En los estudios de maestría las divergencias parecerían no ser tan pronunciadas. Las demoras y demoras excesivas se ubican en un 34% para los hombres y en un 39% para las mujeres. Asimismo, las mujeres obtienen una proporción menor de demoras excesivas (12.9%) que la obtenida en estudios de doctorado. Por tanto, comparativamente, las mujeres muestran mayor propensión a retrasar o abandonar sus estudios de doctorado que sus estudios de maestría. D. Apoyos a estudios de posgrado del CONICYT Los datos proporcionados por el CONICYT21 muestran información sobre las becas otorgadas para estudios de maestrías, doctorados y postdoctorados, de 1992 a 1997. Aunque no se discrimina entre apoyos a estudios realizados en el exterior o en el país, estos datos arrojan información acerca de la accesibilidad a una importante fuente de financiamiento nacional de estudios de cuarto nivel. Los número globales (en total 187) indican que las mujeres obtienen financiamiento en menor proporción (35%) que los hombres (65%) debido principalmente a la baja o nula presencia en número y porcentajes 21 Los datos han sido agrupados para su inclusión en el presente estudio. Fuente CONICYT. 20 de mujeres en Física (0%) e Ingeniería (19%) y a los números y porcentajes similares que hombres y mujeres muestran en una disciplina habitualmente feminizada como la Química (54.8%). IV. PARTICIPACIÓN DE MUJERES EN CUADROS DE DIRECCIÓN DE CENTROS DE I+D Se analizaron los centros de I+D dentro de la estructura universitaria pública22. En el primer período (1990-1994) se constatan 120 directores. En relación al sexo del director o coordinador se puede observar una clara concentración de directores hombres con un 80.8% y de 19.2 % de directoras mujeres. Para el segundo período (1995 y 1999) no aparecen variaciones significativas a nivel general, tanto en el número de directores que constituyen un total de 121, como en relación a la composición de los cargos de dirección de los centros de I+D que posee una distribución de 81.8% para los hombres y de 18.2 % para las mujeres. Para ambos períodos, se verifica una mayor concentración de hombres en los cargos de dirección, no existiendo ninguna modificación de las estructuras de poder en relación a una mayor participación de mujeres en dichos centros. Cuadro No.9 Cuadros de dirección de centros de I+D según sexo y áreas Biología Física Hombre 24 82.8% 16 88.9% 1990-1994 Mujer 5 17.2% 2 11.1% Total 29 100% 18 100% Hombre 25 80.6% 16 94.1% 6 19.4% 1 5.9% 1995-1999 Mujer Total 31 100% 17 100% Fuente: cuadro elaborado en base a información proporcionada por Veterinaria de la UDELAR y PEDECIBA. Ingeniería Matemática Química Total 37 77.1% 6 100% 14 73.7% 97 80.8% 11 22.9% 0 5 26.3% 23 19.2% 48 100% 6 100% 19 100% 120 100% 41 78.8% 4 100% 13 76.5% 99 81.8% 11 21.2% 0 4 23.5% 22 18.2% 52 100% 4 100% 17 100% 121 100% Facultades de Agronomía, Ciencias, Medicina, Ingeniería, Química y En el primer período, al analizar los cargos de dirección según las áreas, se advierte una concentración de hombres en los cuadros de dirección para todas las áreas estudiadas, pero con algunas diferencias al interior de las mismas. En este sentido, se pueden agrupar en dos tipos: por un lado, aquellas áreas “muy masculinizadas” como Matemática y Física con un 100%, y un 88.9% respectivamente. Por otro lado, en las áreas de Química, de Ingeniería y de Biología, se puede observar una mayor presencia de 22 Se seleccionaron las facultades de Ciencias, Ingeniería, Medicina, Química y Veterinaria que engloban las disciplinas involucradas en el estudio. Se tomó en consideración el sexo del profesor de grado superior que cumpla con las tareas de coordinación o de dirección de los centros. Consideramos como centros de I+D a las cátedras, institutos y laboratorios de las facultades mencionadas. 21 mujeres en relación al primer grupo, pero con una participación bastante discreta. Las directoras representan en estas áreas un 26.3% para Química, un 23% para Ingeniería y un 17.2% para Biología. Al analizar las áreas en el segundo período, no se observan variaciones en la composición del sexo del director de los centros de I+D. El área de Biología muestra una pequeña variación positiva en relación a una mayor participación de mujeres en cargos de dirección. Por el contrario, Ingeniería y Química presentan una variación negativa entre un 1.5 % y un 3% aproximadamente. En este período, las áreas más masculinizadas continúan expresando un comportamiento similar al período anterior. El área de Matemática continúa con una representación exclusiva de hombres en el total de los cargos de dirección. Asimismo, el área de Física aparece, por primera vez para toda la década, con presencia femenina en los cargos de dirección, lo que representa casi un 6% de mujeres. Al cotejar los directores de centros de I+D por sexo y la distribución por sexo de los docentes al interior de las áreas estudiadas, se observa que aquellas áreas con participación femenina alta e incluso mayoritaria como Biología y Química, tienen centros dirigidos por hombres. Para concluir, se corrobora para los dos períodos, una concentración de hombres en los cargos de dirección de los centros de I+D. Los datos analizados no permiten configurar una proyección ascendente de la participación de las mujeres en los lugares de mayor reconocimiento y prestigio académico. V. PARTICIPACIÓN DE MUJERES EN COMISIONES DE POSGRADO Para analizar la composición por sexo de las comisiones de estudios de cuarto nivel –maestrías y doctorados- hemos tomado los datos relativos a las comisiones de la UDELAR y del PEDECIBA. Para el período correspondiente a los años 1990-1994 observamos un total de 149 integrantes, de los cuales un 80.5% son hombres y un 19.5% son mujeres. En el período posterior, encontramos un total de 208 integrantes, de los cuales un 70.1 % son hombres y casi un 30 % son mujeres. Al comparar estos años, se advierte un aumento significativo de más de un 10% en la participación de las mujeres en las comisiones de posgrado para el total del período. Cuadro No. 10 Integrantes de Comisiones de Posgrados según sexo y área 22 Hombre 1990-1994 Mujer Total Hombre 1995-1999 Mujer Total Biología 3 60.% 2 40% 5 100% 9 60% 6 40% 15 100% 5 0 5 5 0 5 Física 100% 100% 100% 100% Ingeniería 2 66.7% 1 33.3% 3 100% 28 82.4% 6 17.6% 34 100% Matemática 5 100% 0 5 100% 4 80% 1 20% 5 100% Química 8 72.7% 3 27.3% 11 100% 15 53.6% 13 46.4% 28 100% Total 23 79.3% 6 20.7% 29 100% 61 70.1% 26 29.9% 87 100% Fuente: cuadro elaborado en base a información proporcionada por Facultades de Agronomía, Ciencias, Medicina, Ingeniería, Química y Veterinaria de la UDELAR y PEDECIBA. Al observar para el primer período la integración de las comisiones de posgrado según el sexo se puede diferenciar en dos tipos de grupo. Un grupo se caracteriza por composiciones netamente masculinas como las áreas de Matemática y Física, que alcanzan el 100%; otro grupo aparece con una integración mixta de hombres y mujeres que varía en número según las áreas. En este último, se advierte una presencia mayor de mujeres en el área de Biología, representadas con un 40%. En las áreas de Ingeniería y Química la proporción de mujeres alcanza un 33.3% y un 27.3% respectivamente. En el segundo período, se podría identificar tres tipos: uno al igual que el período anterior, con una total predominancia masculina, representado por el área de Física, con un 100% de hombres; otro grupo con una concentración masculina, pero con una participación de mujeres entre un 17.6% y un 20% para las áreas de Ingenierías y Matemática y por último, un tercer grupo, en donde se constata una presencia de mujeres que alcanza casi paridad en relación a los hombres. Para el área de Química con 46. 4% de mujeres y para el área de Biología con una representación de 40% mujeres. Resulta relevante comparar los centros de I+D y las comisiones de posgrado según la composición por sexo, pues estos lugares desarrollan actividades de coordinación en materia de investigación y de enseñanza- producción de conocimiento científico y transmisión de saberes específicos - apuntando a la reproducción social de investigadores en esas áreas. Los centros de I+D son caracterizados por una estructura de tipo jerárquica por lo general con un solo director, representada para ambos períodos por una composición por sexo muy masculinizada. En cambio, las comisiones de posgrados constituidas por varios integrantes debido al carácter de las mismas, constatan una mayor participación femenina en su integración. Asimismo, al comparar ambos períodos, evoluciona de manera positiva la integración en el número de mujeres. Este aumento significativo es de alrededor de un 10%. En suma, se observa que cuando existen estructuras jerarquizadas con un coordinador o director, la representación de las mujeres es marginal, y cuando existen estructuras que están compuestas por 23 varios integrantes, la participación de las mujeres es mayor, pero con una predominancia masculina para ambas estructuras. VI. CONCLUSIONES En nuestro país, como hemos visto, las áreas de Biología, Física, Ingeniería, Matemática y Química concentran fundamentalmente sus actividades de investigación y estudios de cuarto nivel en la Universidad de la República, el IIBCE, y el PEDECIBA. Además se encuentran agencias de fomento a la investigación, tales como CSIC y CONICYT, que promueven y estimulan diversas actividades de investigación y de formación en distintas disciplinas y, en particular, en las áreas de nuestro estudio. Asimismo, las actividades de investigación en estas áreas se realizan mayormente dentro de la órbita pública (Universidad de la República, IIBCE), detectándose una escasa participación de la órbita privada. En este sentido, las universidades privadas realizan fundamentalmente actividades de docencia y la mayoría de la investigación alrededor de un 70%, principalmente se concentra en la Universidad de la República. En la década del 90, las facultades de Ciencias, Ingeniería, Medicina, Química, Agronomía y Veterinaria de la UDELAR y el IIBCE nuclearon un cuerpo de investigadores de aproximadamente 1300 personas que se encuentra en crecimiento. Al dividir el período en dos quinquenios (1990/19941995/1999) en lo que hace a la participación de investigadores en actividades de I+D en nuestras áreas de interés, se observó un aumento del 5 % de los mismos de un quinquenio a otro. Este aumento se debe sobre todo al área de Biología que incrementa su participación casi en un 9%, contrariamente a las demás áreas que no presentan incrementos positivos en el número de investigadores. La estructura académico-jerárquica del conjunto de cientistas es típicamente piramidal. En el primer período, se advierte claramente una concentración de investigadores en los niveles iniciales de la carrera académica. En el segundo período, se corrobora nuevamente una concentración en los niveles iniciales, pero se observa un aumento de la participación de los investigadores en los cargos de mayor jerarquía. Esto indica una tendencia del conjunto de investigadores no sólo al aumento numérico sino también al incremento de trayectoria académica. Asimismo, al comparar los datos de investigadores en Régimen de Dedicación Total se corrobora un aumento de casi un 5% entre ambos períodos, lo que refleja el interés de los investigadores en consagrarse enteramente a las actividades científicas. Por otra 24 parte, los investigadores del PEDECIBA presentan características similares concentrándose de forma notoria en el nivel más bajo. En este contexto, la participación de investigadoras en el conjunto de las áreas alcanza niveles de importancia en ambos períodos, de entre un 36% y un 40% respectivamente. Es decir que en el transcurso de la década se advierte una tendencia al aumento de la participación de las mujeres investigadoras. Este aumento se refleja en todo el espectro jerárquico de la carrera académica, aunque se mantiene una notoria concentración de mujeres en los niveles iniciales para todo el período, observándose una subrepresentación de mujeres en los cargos consolidados. Una situación similar se verifica en los investigadores del PEDECIBA en el segundo quinquenio. La situación de equidad que se observaba a principios de la década se revierte a fines de la misma hacia una situación de clara concentración de los hombres en el nivel consolidado. En este sentido, en este nivel aparece una disminución notoria de casi un 23% de la participación de mujeres investigadoras. Parecería que este proceso se debe a un sesgo de género en las promociones, pues es altamente improbable que haya habido ingresos masivos al PEDECIBA directamente al nivel consolidado. Por otra parte, al analizar la composición por sexo en el Régimen de Dedicación Total observamos que no existe mayor diferenciación en relación al género femenino. Los porcentajes en relación a los investigadores e investigadoras que poseen y no poseen este régimen no presentan diferencias significativas. Del mismo modo, al estudiar los investigadores del PEDECIBA comparándolos con aquellos que no lo son, no se advierten diferencias en la participación de hombres y mujeres. Parecería entonces que en términos generales la incorporación de mujeres no presenta limitaciones, a excepción de su incorporación a los niveles académicos más altos. Si observamos la participación de investigadores en I+D por sexo y áreas, se destacan dos comportamientos diferenciales: uno en el que se visualiza una importante participación de mujeres (en las áreas de Biología y Química); y otro, en el que se registra una escasa participación femenina (áreas de Física, Ingeniería y Matemática). Posiblemente esto se deba a la trayectoria histórica y social de cada disciplina y a las opciones temáticas que las propias mujeres realizan al momento de elegir sus carreras universitarias. En este sentido, parecería que las mujeres optan menos por llevar a cabo estudios en disciplinas con escaso desarrollo de "masa crítica", como la Física y la Matemática, y se concentran en disciplinas de mayor desarrollo como la Biología y la Química. Esta explicación no resulta del todo satisfactoria en la medida en que la Ingeniería, a pesar de contar con un número importante de 25 investigadores, no se encuentra entre las elecciones vocacionales preferidas por las mujeres. Suponemos, por tanto, que modelos tradicionales de elección de estudios estarían actuando como línea demarcatoria de campos disciplinares femeninos y masculinos que se traducen a nivel de la incorporación de investigadores a las distintas áreas. A pesar de ello, entre 1990 y 1999, se verifica un aumento en la participación femenina en todas las áreas estudiadas, con excepción de la Biología. Esto resulta en la consolidación de distintas tendencias que pueden resumirse en a) la feminización creciente del área de Química b) la disminución de la masculinización de las áreas de Física, Ingeniería y Matemática y c) el mantenimiento de la equidad por sexo en el área de Biología. Dentro del mundo académico, los cargos dirección de centros de I+D y comisiones de posgrado constituyen ámbitos de toma de decisión y de jerarquía a los que tienen acceso investigadores de reconocida trayectoria. Con respecto a la participación de investigadores en cargos de dirección de centros de I+D se verifica un fuerte predominio masculino en todas las áreas durante la década estudiada. La participación femenina manifiesta dos vertientes: una de escasa participación en las áreas de Física y Matemática, y otra con una incipiente participación femenina de alrededor de un 20% para las áreas de Ingeniería, Biología y Química. Por lo tanto, de acuerdo a la composición de los investigadores por área, las disciplinas de Biología y Química, que presentaban un alto número de mujeres en su plantel de investigadores, son las que sufren una mayor exclusión femenina en los cargos de dirección. Por otra parte, la concentración de hombres en cargos de dirección muestra una tendencia a la agudización a lo largo de la década. En las comisiones de posgrado también se verifica una mayor presencia de hombres pero con la diferencia de que la evolución para el segundo período muestra una incorporación creciente de mujeres en más de un 10%. Las áreas de Biología y Química presentan una estructura más feminizada, mientras que las restantes áreas continúan en una situación de masculinización de estas estructuras. Se puede observar que el área de Biología mantiene una situación similar para ambos períodos con casi un 40% de participación femenina. En cambio, el área de Química presenta una creciente incorporación femenina a las comisiones de posgrado de un quinquenio a otro. 26 Ambas estructuras de poder -cuadros de dirección y comisiones de posgrado- presentan un predominio en la participación de hombres en relación a la de mujeres. Dicho predominio se manifiesta más atenuadamente en aquellas estructuras como las comisiones de posgrado que se caracterizan por una integración múltiple. Los espacios con estructuras de tipo piramidal (cuadros de dirección) muestran una fuerte masculinización incluso en aquellas áreas (Biología y Química) en las que se corrobora una alta participación de mujeres investigadoras. Por lo tanto, si comparamos la relativa escasa presencia de mujeres en los escalafones más altos de la estructura académica con su baja participación en estos cargos de toma de decisión se constata una barrera al acceso femenino a estos espacios de poder. Esto resulta aún más preocupante si tomamos en cuenta que a lo largo de los años existe una variación negativa en la participación de mujeres en cargos de dirección. El ámbito académico nacional se ha visto modificado por la creación de los cursos de posgrado en los últimos quince años. La formación de posgrado en su conjunto muestra, para la década del los 90, un acceso claro de las mujeres en cifras comparables a las de los hombres. Sin embargo, este acceso femenino a los estudios de maestría y doctorados presenta notorias diferencias con el de los hombres si se compara el comportamiento de las distintas áreas de conocimiento analizadas. Al igual que en la participación de investigadores en actividades de I+D, se aprecia una situación diferencial entre disciplinas con una participación femenina importante (Biología y Química) y disciplinas con una baja participación femenina (Física, Matemática e Ingeniería). La diferenciación entre estas áreas se mantiene constante en maestrías y doctorados tanto para ingresos como para egresos, pero la evolución temporal muestra algunos cambios tendenciales. El análisis comparativo por período de los ingresos a estudios de cuarto nivel registra una sostenida incorporación de mujeres a las disciplinas masculinizadas. Este fenómeno es particularmente notorio a nivel de maestrías, mientras que en los doctorados esta tendencia no tiene el mismo peso relativo, dado el bajo número de ingresos globales registrados -en aquellas áreas masculinizadas- tanto para hombres como para mujeres. Por otra parte, a la hora de los egresos, esta incorporación femenina no se sostiene en los mismos términos. En los estudios de maestría las disciplinas masculinizadas (exceptuando el área de Matemática) parecen agudizar la masculinización de sus egresos en el transcurso de la década. A nivel 27 de doctorados los ingresos globales son tan escasos que si bien se verifica un aumento de egresos femeninos en el segundo período estudiado, no es posible hablar de tendencias claras. En este sentido, el área de Física y de Ingeniería experimentan una pérdida importante en cuanto a egresados de las maestrías que luego no ingresan a los estudios de doctorado. Posiblemente estos hayan elegido realizar sus estudios de doctorado en el exterior debido al relativo atraso con que se pusieron en marcha los cursos de doctorado en estas disciplinas. Asimismo, la participación de mujeres en la formación de posgrado muestra otra situación diferencial entre los géneros que se traduce en el mayor retraso que las mujeres experimentan para la obtención de sus títulos. Esta situación es relativamente moderada en los estudios de maestría pero se agudiza en los estudios de doctorado, lo que pone en riesgo la incorporación efectiva como investigadoras activas de mujeres con mayor formación académica. En suma, los estudios de cuarto nivel durante el período 1990-1999 muestran un aumento irreversible de la participación femenina en sus cursos y egresos, pero la incorporación femenina aún presenta dificultades especialmente en aquellas áreas con menor masa crítica y en términos de retraso en los estudios para todas las áreas en general. Asimismo, ha sido de suma importancia incorporar el análisis de las agencias nacionales que apoyan actividades de investigación y que constituyen la única posibilidad para muchos de los investigadores de financiar sus proyectos de investigación. En relación a los cargos de dirección de los proyectos de I+D de la CSIC se destacan dos comportamientos diferenciales con respecto al tipo de proyecto financiado. En toda la década se presenta una estructura masculinizada para los proyectos I+D, y una estructura feminizada para los proyectos de iniciación. Estas diferencias dependen en su gran mayoría de las características y modalidades de presentación a los que pueden postular los investigadores. En este sentido, la modalidad de iniciación tradicionalmente está dirigida a investigadores que recién se inician a las tareas de investigación, es decir que pertenecen a los escalafones de menor nivel de la carrera académica. Por otra parte, los proyectos de I+D están destinados por lo general a investigadores consolidados (de mayor nivel del escalafón académico). Los datos de los proyectos se corresponden, por tanto, con la estructura general que presentan los investigadores en la estratificación jerárquica de sus cargos, en la 28 que se comprueba una concentración de mujeres en cargos de niveles iniciales y una concentración de hombres en cargos altos. A su vez, los datos del CONICYT para dirección de proyectos de I+D arrojan una fuerte masculinización de los mismos. Posiblemente esto también se deba a esta misma correspondencia entre los cargos de dirección de proyectos y los niveles superiores del escalafón docente universitario. Concluyendo, ha podido constatarse a nivel general un proceso paulatino y efectivo de incorporación de mujeres en el plantel de investigadores y en los estudios de cuarto nivel, aunque manteniéndose una distinción entre disciplinas con una alta participación femenina y disciplinas con una alta participación masculina. De todos modos, no puede dejar de señalarse que en estas últimas se verifica una incipiente incorporación de investigadoras. Al mismo tiempo, se advierten algunas dificultades en la participación de las mujeres en las áreas estudiadas en: i) el acceso a los cargos más altos de la carrera docente, ii) el acceso a los cargos y estructuras de dirección, iii) en el atraso o posible abandono de los estudios de doctorado. De acuerdo a lo observado en el presente estudio las perspectivas de futuro indicarían una incorporación irreversible de mujeres a las áreas masculinizadas, así como en todas las áreas en general. Sin embargo, esta incorporación presenta algunas barreras que impiden una participación equitativa en algunos ámbitos del espacio académico e instancias de formación de investigadores de las áreas de interés, situación que no muestra señales de cambio en un futuro inmediato. BIBLIOGRAFIA ABELLA, M. J. (1998) Mujer, Ciencia y Tecnología en el Uruguay: situación del CONICYT (www.conicyt.gub.uy). ALMERAS, D. (1994) “Logros y obstáculos en la educación formal de las mujeres”, Revista de la CEPAL, N° 54. 29 AROCENA, R. y PEREZ, G. (1986) “Matemática”, en Ministerio de Educación y Cultura y CINVE, Ciencia y Tecnología en el Uruguay, Montevideo, Ministerio de Educación y Cultura, Montevideo. AROCENA, R. y SUTZ, J. (1998) La innovación tecnológica y las políticas en ciencia y tecnología para el Uruguay, Montevideo, Trilce. BARREIRO, A. (1997) La formación de recursos humanos para la investigación en el Uruguay a partir de la experiencia del PEDECIBA, Montevideo, Banda Oriental. 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