N° 239 - Poder Judicial de la Provincia de Santa Fe

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ROBO AGRAVADO POR USO DE ARMA Y PRIVACIÓN ILEGAL DE LA LIBERTAD AGRAVADA
- CALIFICACIÓN LEGAL – VALORACIÓN DE RECONOCIMIENTOS EN RUEDA DE PERSONAS.
Nº. 239
T. 24
Venado Tuerto, 21 de Diciembre de 2012.Y VISTOS:
Los presentes autos Nº 203/2012 “C.O. A.
S/ROBO AGRAVADO POR EL USO DE ARMA Y PRIVACIÓN ILEGAL DE LA LIBERTAD
AGRAVADA, AMBOS EN CONCURSO REAL (ARTS. 45, 55, 166 INC. 2° PRIMER SUPUESTO Y
142 INC. 1°, DEL CÓDIGO PENAL”;
CONSIDERANDO: I) Contra la Resolución Nº 1198 del 25 de
Octubre de 2012, por la que el Dr. Eduardo Bianchini, Juez en lo Penal de Instrucción de
esta ciudad resolvió: I) DICTAR AUTO DE PROCESAMIENTO a A.O.C., argentino, viudo,
carnicero, nacido el 02/09/57 en Villa Gobernado Gálvez, hijo de A. y de O.M., domiciliado
en Rosario, como presunto coautor penalmente responsable de los delitos de ROBO
AGRAVADO POR EL USO DE ARMA y PRIVACIÓN ILEGAL DE LA LIBERTAD AGRAVADA,
ambos en concurso real (arts. 45, 55, 166 inc. 2 primer supuesto y 142 inc. 1 del Código
Penal) en la causa N° 1606/12 que se le sigue por ante el Juzgado en lo Penal de
Instrucción de Venado Tuerto, mantener el estado de detención y ordenar también el
embargo sobre sus bienes hasta cubrir la suma de pesos cincuenta mil (arts. 325, 326 y
332 del CPP); II) DICTAR AUTO DE FALTA DE MÉRITO en favor de C.A.D., argentino, hijo de
J.C. y de L.O.R., nacido el 12/10/86 en Rosario, pintor y albañil, domiciliado en Rosario,
por los delitos que le fueran atribuidos en la causa N° 1606/12 que se le sigue por ante el
Juzgado en lo Penal de Instrucción de Venado Tuerto y disponer la libertad en la presente,
previa constitución de domicilio (art. 327 de CPP); A.O.C., por derecho propio y con la
representación letrada del Dr. Juan Pablo Audisio Premoli, interpuso recurso de apelación,
el que fuera concedido a fs. 292 por decreto del 30 de Octubre de 2012.
1.- Los Dres. Juan Pablo Audisio Premoli y José Alcacer, por la
defensa de A.O.C., al expresar agravios, se quejó por la falta de carga probatoria en autos
así como por las fuertes contradicciones y prejuzgamientos que -a sus criterios- manchan
el procedimiento.
En primer lugar, la Defensa destacó que el Parte Preventivo
no brindara dato alguno, ni elemento “cierto y verosímil” con respecto a la relación que
existiera entre su representado y el hecho investigado, como para poder formar el estado
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de “sospecha” necesario para comenzar un proceso y quedando sólo al mero arbitrio del
Instructor.
A criterio de los curiales, la conexión que ante entre C. y el
hecho investigado no tiene sustento en ningún fundamento serio y objetivo, sino que en
un simple dato de calle -el cual nunca se revela ni se aclara y que puede ser erróneo- se lo
utiliza para prejuzgar, violando el derecho de defensa, coartando la posibilidad al
encartado de saber el motivo de su detención.
Hacen hincapié en que se hizo referencia a los antecedentes
de C. con el sólo fin de explicar la conexión a la que califica como “absurda y poco creíble”
entre el hecho ocurrido y C.
Argumentan que desde el inicio de la investigación se indicó
a C. como el responsable, refiriéndose a él como “un conocido” y asumiéndole una
conducta delictiva. Reflexionan que de sólo leer el sumario se desprende que en ningún
momento se encuentran motivos suficientes como para llevar adelante la medida. Citó a
Jautchen.
Reiteran que de toda la investigación y de la orden de
allanamiento no se desprende ningún dato objetivo y cierto que relacione a Caminos con
el delito imputado. Agregan que el allanamiento -cuyo resultado fue negativo- fue
directamente una “excusa” para detener al encartado.
Los curiales a cargo de la defensa destacaron que su pupilo
declaró, cooperó en todo momento con la investigación y que fue claro al manifestar que
días antes del hecho se encontraba en la ciudad de Santa Fe, con unos amigos y regresó
con posterioridad al ilícito que se le endilga. Sus dichos tienen correlación -dijeron- con lo
declarado por R.Ca., C.C. y E.R..
Asimismo, se agravió por las ruedas de reconocimiento
llevada a cabo en autos. Apuntó que el Sr. M.R.G. dice haber visto tres personas y que su
defendido es uno de los que actuó a cara descubierta pero al ver a C. no se encuentran
similitudes en absoluto con el rostro descripto en el fotofit. Luego, M.E.R., a fs. 58, dice
que C. es quien usaba pañuelo en el rostro, contradiciéndose con .. Mientras que S. H.
señala a C. como uno de los autores del hecho, que llevaba el rostro tapado y se
contradice ya que en los fotofit y con G., ya que éstos describen a personas jóvenes y G.
habla que el encartado tenía el rostro descubierto.
Remarcaron
que
posteriormente,
en
ampliación
de
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indagatoria, se le imputa a su defendido el delito de robo agravado por el uso de arma de
fuego y en el allanamiento no se le secuestró arma alguna ni se tomaron las medidas
necesarias para constatar el uso de pólvora en el mismo, al momento de su detención.
Los Dres. Audisio Premoli y Alcacer se agravaron por el
cambio de carátula y solicitaron que se mantenga la carátula principal con la que se
comenzó la investigación.
Indicaron que como algo atípico y contradictorio a la nueva
normativa vigente, ante la duda, contradicciones y un procedimiento tan oscuro, en vez
de aplicar el principio “in dubio pro reo”, amparado en el art. 5 del Código de Rito, se
pretende que una persona purgue una pena por tan sólo una “investigación de calle”
-aseveraron- no sabiendo hasta el día de hoy a qué se refiere con lo dicho.
Reiteraron que en autos nunca se probó la presunta
conexión entre D. y C., que el reconocimiento dio resultado negativo y que en el
allanamiento ordenado no se secuestró ningún arma de fuego.
Por lo argumentado, solicitó que se revoque el auto de
procesamiento dictado en autos, que se dicte la Falta de Mérito a favor de su pupilo y que,
en caso de confirmar el procesamiento, no se lo procese por el delito agravado por uso de
arma de fuego, debido a no tener prueba que lo amerite.
2.- El Sr. Fiscal de Cámaras, Dr. Fernando Palmolelli, al
contestar traslado recordó que el procesamiento es una declaración acerca de la probable
culpabilidad del imputado en un concreto hecho delictuoso, por lo cual puede ser llevado
a juicio. Citó jurisprudencia y doctrina.
Asimismo, sostuvo que no se encuentra en esta etapa del
procedimiento prueba suficiente de la no participación de C. en el hecho. Mal que le pese
a los curiales contradictores -dijo el Dr. Palmolelli- su pupilo fue reconocido en tres
oportunidades (fs. 126, 128 y 130 de autos) por las víctimas de autos. Citó jurisprudencia.
En el mismo orden, indicó que existen indicios fuertes -que
se transforman en una presunción difícil de rebatir- como resultó ser el secuestro en el
domicilio del imputado de carne de cerdo (denunciada como sustraída), el reconocimiento
de las víctimas de los rodados utilizados para el atraco y la camioneta Toyota que estaba
en la cochera y que -según el testimonio de fs. 220- fue llevada por una persona cuya
descripción resulta compatible con la de Caminos.
Agregó que el dato de la camioneta Toyota fue aportado por
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el co imputado D. y que se secuestró la lona con la cual fue cubierta, lo que evidencia a las
claras la inteligencia llevada a cabo por la preventora, la que se encuentra dentro de sus
facultades y no advirtiéndose ningún hecho falso que la desacredite como pretende la
Defensa. Citó jurisprudencia.
Por lo argumentado, el Dr. Palmolelli solicitó que se rechacen
los agravios expresados y que se confirme el resolutorio apelado.
II) Corresponde en las presentes actuaciones resolver el
recurso de apelación interpuesto por los Dres. Juan Pablo Audicio y José Alcacer -quienes
actúan en representación de A.O.C., contra el auto n° 1198, de fecha 25 de Octubre de
2012, dictado por el Dr. Eduardo Bianchini -Juez en lo Penal de instrucción de Venado
Tuerto- en cuanto dispuso procesar al premencionado como autor de los delitos de Robo
Agravo por uso de arma y privación ilegítima de la libertad agravada (Arts. 45, 55, 166
-inciso segundo, primer supuesto- y 142 -inciso primero-, todos del Código Penal).
Como cuestión introductoria resulta adecuado recordar los
hechos por los cuales fuera primeramente indagado y luego procesado el Sr. C.. En tal
sentido se le atribuyó -junto a C.D., a quien se le dictara falta de mérito- haberse
apoderado ilegítimamente de televisores, teléfonos celulares, productos chacinados y
otros efectos, luego de ingresar –con otras cuatro personas y a bordo de una camioneta
Toyota y un utilitario Kangoo- a un establecimiento rural propiedad del Sr. R.M.G., a quien
intimidaron (al igual que hicieron con varias personas más) mediante amenazas, golpes y
exhibición de armas de fuego. Los hechos ocurrieron en zona rural de Chapuy,
aproximadamente a la hora 13.30 del 4 de Septiembre de 2012.
Los agravios expresados por los recurrentes pueden ser
segmentados, a los fines de facilitar su tratamiento del siguiente modo:
1.
Cuestionan el modo como se vinculó a su pupilo con los
hechos que se le endilgan, para lo cual sostienen que no había elementos
que lo incriminaran y habilitaran el allanamiento de su domicilio (destacan
que todo se basó en el llamado “olfato policial” y que no se secuestró
ningún objeto incriminante) y posterior detención y convocatoria a prestar
declaración indagatoria.
2.
Agregan que C. explicó adonde se encontraba al momento de
los hechos que se le atribuyen y que tal versión es avalada por las
declaraciones prestadas por C., C. y R.
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3.
Critican la valoración de los reconocimientos en rueda de
personas efectuada por el a quo.
4.
Discrepan con la calificación legal del hecho atribuido,
indicando los apelantes que ello ocurrió luego de que G. dijera que la
persona que reconocía era el que había efectuado un disparo.
Examinando los agravios precedentemente reseñados, a la
luz de los elementos probatorios obrantes en autos y réplica del actor penal de alzada,
tras lo cual considero que la apelación interpuesta a favor del sometido a proceso no
puede ser receptada. En consecuencia propiciaré la íntegra confirmación del decisorio
recurrido.
Desandando el camino trazado conforme la segmentación de
agravios antes realizada y respecto al primero de ellos -por el cual los Defensores critican
la pesquisa policial y alegan que no existían elementos para vincular a C. con el hecho bajo
investigación, allanar su domicilio, proceder a su detención y posterior convocatoria a
prestar declaración indagatoria- considero que el mismo no puede ser acogido.
A la conclusión precedente arribo tras verificar que la
actividad prevencional criticada por los impugnantes prima facie no revela vicios
invalidantes. En tal sentido adviértase que los actos de investigación reseñado en el parte
ampliatorio glosado a fojas 2/3 reflejan lo acontecido un día antes -conforme parte
adjuntado a fojas 78/79- ocasión en la que, previa persecución callejera, es detenido
C.A.D., quien conducía un utilitario Kangoo dominio JMI 201 -que registraba pedido de
secuestro por haber sido sustraído- y que revelara que las personas que le dijeron que le
encargaron el traslado del utilitario en el que se movilizaba tienen guardada una Toyota
Hilux en una cochera ubicada en calle Libertad al 200 de Villa Gobernador Galvez,
coincidiendo la misma con la descripta por las víctimas de autos.
Partiendo del dato precedente una comitiva policial se hace
presente en el lugar antes indicado y proceden al secuestro de la camioneta referida, la
que -según testimonio de O.R.R., propietario de la cochera- estaba siendo guardada desde
el 16 de Agosto de 2012, por parte de dos muchachos y una persona mayor. Conforme a
dicho dato etario y los informes de inteligencia policial el magistrado ordena el
allanamiento del domicilio de C. -cuya edad es de 55 años- y se procede a su detención y
al secuestro de algunos elementos que podrían vincularlo a los hechos bajo investigación.
Testeando la regularidad procesal de las medidas antes
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indicadas considero que provisoriamente las mismas deben ser avaladas. Sin perjuicio de
ello y atento a que la estimación acerca de si existieron motivos fundados para disponer el
allanamiento ordenado en autos (art. 218 CPP), como los motivos bastantes para
sospechar que el implicado participó en la comisión del hecho punible que se le endilga
(Arts. 302 y 316 CPP) deben surgir de elementos objetivos y válidamente introducidos al
proceso; por todo lo cual tal juicio de validez procesal deberá ser reexaminado por el a
quo una vez que se lleven a cabo las siguientes diligencias procesales: a) Declaración
testimonial del Comisario D.M.L. a los fines de que especifique las fuentes mediante las
cuales sindicara a Caminos como participe de los hechos de autos, b) Declaración
testimonial del Sr. O.R.R. a los fines de que describa fisonómicamente a la persona mayor
que refiriera a la comisión policial -conforme surge del informe de fojas 79 in fine- y, de
ser posible, practique reconocimiento del mismo, c) En caso de no haberse llevado a cabo
se lleve a cabo, se realice rconocimiento por parte de quien corresponda de los sables
secuestrados en el domicilio del procesado, d) Se requiera a la autoridad policial las
fotografías ordenadas judicialmente, conforme obra en el cuarto renglón de fojas 91, e)
Cumplimentado este último punto se convoque a los damnificados pertinentes a los fines
de su reconocimiento, f) toda otra medida que se estime pertinente.
Por ello y con las salvedades probatorias antes consignadas,
se rechaza el agravio.
En lo que atañe al segundo agravio -los defensores sostienen
que su asistido explicó adonde se encontraba al momento de los hechos que se le
atribuyen y que tal versión es avalada por las declaraciones prestadas por C., C. y R.considero que el mismo no puede ser receptado favorablemente, ya que tales
testimonios, como bien indicó el juez instructor, no resultan temporalmente precisos y
dejan abierta una ventana temporal que permite tener por ciertos -o al menos no
descartar in limine- ninguna de los dos episodios: tanto el de la participación de Caminos
en el robo, como la intervención del mismo en la excursión relatada por los testigos.
Conforme a ello y sin perjuicio de que dichos testimonios pueden ser valorados de otro
modo en un estadio procesal más avanzado, corresponde rechazar los agravios.
En orden al tercer agravio -los recurrentes critican la
valoración de los reconocimientos en rueda de personas efectuada por el a quo- considero
que no puede ser acogido, puesto que todas las personas que reconocieron al justiciable
lo hicieron de un modo categórico e incluso brindaron datos particulares o situacionales
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que refuerzan tal identificación.
De todos modos la Defensa podrá convocar, durante el
plenario o incluso antes de que finalice la instrucción, a los reconocientes a los fines de
efectuar los contra exámenes que estime pertinentes.
En función de ello los agravios se rechazan.
Finalmente y en lo que respecta al cuarto y último agravio –
los apelantes discrepan con la calificación legal del hecho atribuido a su pupilo, para lo
cual recuerdan que ello ocurrió luego de que Gallo dijera que la persona que reconocía
era el que había efectuado un disparo- entiendo que debe correr igual suerte que los
anteriores.
A la estimación precedente arribo tras considerar que la
atribución de cargos no resulta única, pudiendo ser modificada la misma –tanto en sus
aspectos objetivos, subjetivos como normativos- en cualquier momento de la instrucción,
a la vez que la calificante en cuestión puede serle atribuida a todos los participantes en el
robo, atento la coautoría funcional que revela liminarmente la comisión del mismo.
Por lo expuesto y sin perjuicio de los ajustes tipológicos que
puedan efectuarse a futuro y los planteos que en tal sentido puedan introducir los Sres.
Defensores, se rechazan los agravios.
Por todo lo anteriormente argumentado propongo al
Acuerdo la confirmación del decisorio recurrido, correspondiendo que el a quo practique
las medidas probatorias antes indicadas.
En definitiva, leídas que han sido las partes, la Cámara de
Apelación en lo Penal
RESUELVE: I) Confirmar el auto de procesamiento objeto de
apelación. II) Instar al a quo a que practique las medidas y diligencias indicadas en los
considerandos.
Insértese, hágase saber y bajen.
FDO. DRES. TOMÁS GABRIEL ORSO – FERNANDO VIDAL – HECTOR MATIAS LOPEZ (ART. 26
LOPJ).
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