MES DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS “Aprended de mí que soy manso y humilde de corazón, y hallaréis descanso para vuestras almas” (Mt 11,29) “…Propaguen cuanto puedan la devoción al Sagrado Corazón de Jesús” (El alma de Santa Vicenta María, pg 56)… Estas palabras, recogidas con cariño y fidelidad por las que rodeaban el lecho donde, por minutos, iba extinguiéndose la vida física de Santa Vicenta María, resuenan en nuestros corazones hoy, víspera del comienzo del mes de junio, que la liturgia dedica a reavivar la devoción al Sagrado Corazón de Jesús. Nuestra Santa recomendaba un culto especial al Sagrado Corazón durante todo el mes de junio… “Ella misma parece que compuso una práctica para fomentar entre sus discípulas la reparación al Corazón de Cristo, durante todo el mes. De cinco en cinco días se renovaba el motivo de la reparación: la impiedad y la indiferencia de los cristianos; las blasfemias; el abuso de los sacramentos; las faltas contra los votos religiosos; especialmente las faltas de observancia contra las reglas o contra la unión y caridad fraterna. Para reparar cada uno de estos pecados, sugería algunas prácticas piadosas, como por ejemplo, acerca del último punto, mirar en todas las Hermanas la imagen de Dios, evitar cualquier menoscabo en la fama de una Hermana, la afabilidad sin parcialidades, agradecer la corrección fraterna, comulgar para pedir la perfecta unión entre otras” (Ecos de una Vida, La devoción de Santa Vicenta María al Corazón de Jesús, Luis González S.J. pg 34). Su devoción al Corazón de Jesús es expresión de la centralidad de Jesucristo en su vida, y del amor entrañable que la une a su Corazón. Nos basta recordar cómo “aconsejaba a sus Hijas que, para santificar la Cuaresma, buscasen especialmente durante este tiempo «su morada» en las llagas de Cristo. Ella explicaba, brevemente, las gracias que deben obtener al permanecer escondidas en cada una de las llagas. Ahora nos interesa resaltar lo que aconseja, para el jueves de cada semana en que se han de esconder en la llaga del Costado de Cristo: «Entrarás como en un horno encendido de amor». El efecto de este contacto con el amor vivo de Jesucristo será que desaparezca como paja «todo amor propio» y «amar lo que ama Dios», lo cual se debe mostrar, especialmente, en «el amor que tengas a tus hermanas». Pero el efecto de este contacto debe ser más profundo: «Vivo ya no yo, más que Jesús viva en mí y yo viva en su amor». Así se conformarán «tu intención y tu deseo» con «los movimientos del Corazón Divino». De estos textos parece deducirse que para Vicenta María la devoción al Corazón de Jesús consistía en dejarse penetrar íntimamente de los sentimientos del Corazón de Jesucristo” (ib. pg 38). Ofrecemos, para cada día del mes, una breve reflexión, partiendo de la Palabra de Dios… sugiriendo tener presente cada día, antes de la breve oración, la petición de la Segunda Semana de Ejercicios: “conocimiento interno del Señor, que por mí se ha hecho hombre, para que más le ame y le siga”… [104] Día 1. "…y en principio estaba el Verbo" (Jn 1,1-14) Señor Jesús... Señor de todo el universo... Señor que estabas con el Padre... Tu presencia está viva en todo... "en principio" en lo no creado todavía... tu CORAZÓN latía en el del Padre por el amor hecho persona en el Espíritu... Señor Jesús estabas en el principio y eras Dios... y vivías en vida eterna... y el latir de tu vida que brotaba de tu corazón animaba la vida de la Trinidad y recibía aliento de la Vida de la Trinidad... Señor Jesús, Verbo de Dios, afianza en nosotras la experiencia de tu Vida la que es alimentada por tu corazón divino, la que Dios Padre te comunica... la que alimentaría la creación... Haz que ante este misterio que nos atrevemos a balbucear, nosotras vivamos en actitud de adoración y agradecimiento. Verbo de Dios, confiamos en el poder y amor de TU CORAZÓN DIVINO. Día 2. "Por El todo fue hecho" (Jn.1,1-14) Señor Jesús, Verbo de Dios, que dejas tu huella en todo lo creado, que derrochas tu amor en esta huella, porque Dios crea por amor y todo existe porque es fruto de amor. Tú has dejado también en nosotras tu huella, mejor aún, las sigues dejando... Ayúdanos a descubrirla... Es la huella de tu Corazón lleno de amor por el hombre, ya en el momento de la creación... Señor Jesús, somos conscientes de la infinitud de este misterio que nos sobrepasa... Pero sentimos, creemos que esto es algo así... Sentimos que en la huella que Dios deja en nosotras están tus huellas, las huellas de tu Corazón... Pero todo nos sobrepasa, nos hace sentir lejos de algo tan difícilmente comprensible para la mente humana... Señor Jesús, creemos y acogemos el misterio de tu Corazón divino que deja su rastro en la creación, en nosotras... Señor Jesús, Verbo de Dios CONFIAMOS en el amor creador que alienta tu Corazón, expresión del amor del Padre y del Espíritu. Día 3. "Y el Verbo se hizo carne y acampó entre nosotros" (Jn.1,1-14) Señor Jesús, en la plenitud de los tiempos, tu bajaste a la humanidad, te encarnaste, entraste en la carne, la que Dios creó y que llevaba tu huella... Pero tú la hiciste tuya... Tu Corazón divino empezó a latir en el mundo como corazón humano, sin perder tu divinidad... Ante este misterio insondable no cabe más que la adoración, el asombro y el agradecimiento... Tú estás entre nosotros... los latidos de tu Corazón humano se perciben en el mundo... Es increíble pero... debe ser así... Nosotras lo sentimos así... en el ruido ensordecedor de los coches, de los golpes de martillo en las construcciones del chillido de las máquinas trituradoras de cemento, TÚ, SEÑOR JESÚS, VIVES, porque donde hay un hombre estás TÚ, VERBO ENCARNADO del Padre, DIOS CON NOSOTROS... Señor Jesús, deja que en el silencio de nuestros corazones percibamos tu presencia, los latidos de un Corazón que ama hasta entregarse por nosotras... porque es TU CORAZÓN que sostiene alimenta e impulsa el amor... Corazón de Jesús ¡en Ti CONFIAMOS... para aprender a escuchar TU AMOR! Día 4. "Y los suyos no le recibieron" (Jn 1,1-14) Señor Jesús, los tuyos... los que tenían tu huella en su ser, no te recibieron... sin embargo ellos siguieron recibiendo de Ti una creación continua por amor... TU CORAZÓN, lleno de amor, el mismo amor del Padre que sigue creando con el soplo del Espíritu, sigue dando amor y los hombres no lo saben... y ¿acaso nosotras lo recibimos? Y no solo cuando te damos la espalda en el pecado sino cuando no creemos en ese amor que TU nos tienes personalmente... Señor Jesús, nosotras deseamos acoger el amor de TU CORAZÓN, acoger el amor que tu manifiestas eligiéndonos... y responder con amor al AMOR de TU CORAZÓN... Sagrado Corazón de Jesús, confiamos en Ti... Confiamos en que Tú nos hagas capaces de dejarnos amar por Ti, de recibirte en nuestra vida, de acogerte... María préstanos tu corazón para acoger el amor que Tu Hijo nos tiene... y así vivir nuestra entrega a Él con radicalidad. Día 5. "a los que le recibieron les dio el poder de ser hijos de Dios" (Jn 1,1-14) Señor Jesús, Tú has hecho hijos de Dios a quienes te recibieron... Nosotras creemos en Ti, Señor Jesús, y nos atrevemos a decir que te hemos recibido, que creemos en tu “ser Hijo de Dios”, que por tu entrega nos has hecho hijas de Dios... Pero, Señor, ¿hasta cuando nuestra fe será tan tibia o tan de cabeza para no experimentar lo que realmente significa este “ser hija de Dios en Ti?” Significa tener la misma sangre, la misma herencia, ser de "tu familia"... Esto debería llevarnos a mirarte para identificarnos contigo, para beber de las riquezas de tu corazón... Señor Jesús, Tu por tu amor has entregado tu vida por nosotras... El amor de tu Corazón se ha derramado en aquellos por los que te has entregado... Sagrado Corazón de Jesús, confiamos en Ti... Confiamos en que TU nos lleves a experimentar lo que de tuyo hay en nosotras... lo que Tu dejas en nuestra vida de tuyo al hacernos hijas de Dios... Confiamos, Corazón Santo, amable, bueno, en tu amor... confiamos que nosotras lo lleguemos a experimentar, lleguemos a experimentar sus frutos y a sentirnos INSERTAS en Ti... Día 6. Y el Verbo se hizo PAN… “Yo soy el Pan de Vida” (Jn 6,48) Señor Jesús, te hiciste carne anonadándote en el seno de la mujer más BELLA, obra maestra de Dios... te hiciste pan anonadándote en la materia... Cosa más sorprendente aún... para que nosotras no estuviéramos físicamente solas... Porque tu ser pan hace que nosotras podamos tocarte en nosotras, ser tocadas por ti... sentir latir tu Corazón de carne, el Corazón del Verbo crucificado-resucitado, en nosotras... Porque en la Eucaristía está tu misterio entero... y en ella podemos percibir tú vivir real... Corazón de Jesús en Ti confiamos... ayúdanos a entrar en este misterio, dejarnos tocar y empaparnos de él. Señor Jesús, gracias por hacerte PAN por nosotros Gracias por romper tu vida en el PAN por nosotros Gracias por habernos amado así Gracias porque nos amas con tu Corazón humano-divino Gracias porque tu Corazón late en nosotros, en el mundo…allí donde hay una sola persona, allí tu corazón late…