EL TEXTO ARGUMENTATIVO. (1) ARGUMENTACIÓN Y SITUACIÓN COMUNICATIVA. En la sociedad existen temas muy variados sobre los que las personas adoptan puntos de vista (tesis) contrapuestos. Los textos que los abordan se llaman argumentativos y su ámbito es muy amplio. Desde una conversación en la que se pretende convencer a un amigo (relaciones interpersonales), hasta artículos, editoriales, cartas al director o de opinión, anuncios (medios de comunicación social), un juicio (ámbito institucional), planteamientos de nuevas teorías, descubrimientos científicos (mundo académico), ensayos… En definitiva, la argumentación forma parte de nuestra vida cotidiana. Los textos argumentativos con frecuencia presentan fragmentos expositivos (y también a menudo descriptivos o narrativos). Además los textos argumentativos pueden presentar la forma de monólogo o de diálogo (como, por ejemplo, en los debates). DISCURSO INFORMATIVO Y DISCURSO ARGUMENTATIVO: Utilizamos un discurso informativo cuando empleamos el lenguaje para describir, tanto el mundo externo como el interno. Cuando además de afirmar o negar algo exponemos las razones a favor o en contra que nos llevan a ello, hablamos de discurso argumentativo, cuya finalidad es convencer o persuadir al receptor. La persuasión apunta a los sentimientos y se da cuando se utilizan argumentos o técnicas emocionales. Si apelamos a la razón empleando argumentos racionales e información objetiva estamos argumentando. TEXTO DE OPINIÓN-TEXTO ARGUMENTATIVO. Justificar o defender una opinión personal consiste en enunciar nuestra opinión con un punto de vista subjetivo y exponer las causas por las cuales opinamos de ese modo. Incluso no es necesario que intervenga el interlocutor ni intentamos convencerle, pues se trata de temas relacionados con nuestro gusto o interés. A este terreno pertenecen quien escribe acerca de ideas o hechos que son opinables. La argumentación objetiva se produce cuando tomamos posición frente a un tema adoptando una perspectiva objetiva utilizando argumentos para probar o demostrar por qué se ha llegado a una conclusión. Es decir, se argumenta sobre hechos y no sobre opiniones. (Véase el apartado “Recursos lingüísticos de la argumentación”.). TIPOS DE ARGUMENTACIÓN Cualquier texto argumentativo puede orientarse en una de estas tres direcciones: Confirmación o de defensa, (argumentación positiva o prueba), cuando emisor aporta razones y argumentos para probar la veracidad o bondad de una idea (El consumo de tabaco es perjudicial porque ocasiona graves daños a la salud.). Refutación o ataque (argumentación negativa), si el emisor intenta, mediante razones y argumentos, probar la falsedad de una idea o lo inadecuado de un razonamiento (Las drogas no deben legalizarse porque entonces habría muchos más jóvenes adictos, con el consiguiente perjuicio personal y social). Discusión o deliberación: centrada en sopesar pros y contras. Todos los temas que preocupan a la sociedad tienen su “cara” y su “cruz”; de ahí surge la polémica, que genera la argumentación. Así, por ejemplo, en el tema de “la legalización de las drogas” habrás escuchado argumentos a favor (aprobación) y argumentos en contra (refutación). ELENTOS ESTRUCTURALES DEL TEXTO ARGUMENTATIVO Tema u objeto de la argumentación (¿de qué trata?), tesis (idea que se defiende), argumentos (¿por qué y cómo se defiende esa tesis) y conclusión. ESTRUCTURA DEL CONTENIDO U ORGANIZACIÓN EN PARTES DEL TEXTO ARGUMENTATIVO. El autor es libre de organizar el texto argumentativo como crea más adecuado para conseguir su propósito comunicativo, pues no existe un único orden canónico válido. La mejor manera es aquella que resulta más eficaz para convencer a los interlocutores en una situación concreta. Sin embargo, en general, se suele distinguir en ellos tres apartados: la exposición de la tesis, el bloque argumentativo y la conclusión, aunque también se utiliza con frecuencia una estructura muy corriente de la retórica clásica: una introducción, que generalmente busca atraer la atención del lector, captar su interés o ponerlo del lado del emisor; una tesis; una argumentación y una conclusión. a) La exposición de la tesis. Se llama tesis a la idea o postura, verdadera o falsa, en torno a la cual se reflexiona porque se pretende probar, defender, atacar o refutar, mediante argumentos. Por ejemplo, si se discute sobre si es mejor viajar en invierno que en verano, una de las posibles posturas es la siguiente: Tiene más ventajas viajar en invierno que en verano. Esa sería la tesis que habría que demostrar. La tesis puede aparecer en distintos posiciones dentro del texto, incluso en algunos está implícita (no se verbaliza literalmente, sino que el lector tiene que deducirla). b) El bloque argumentativo. Los argumentos, implícitos o explícitos, están constituidos por el conjunto de razones o pruebas pertinentes que se utilizan en la defensa o ataque de la tesis, y suelen implicar contraargumentos, destinados a anular o a refutar los argumentos del adversario. La mejor manera de organizarlos, una vez más, es aquella que resulta más eficaz. No obstante, en muchos casos, los argumentos suelen adoptar dos formas básicas en su disposición: argumentos en cadena (si de un argumento se deduce lógicamente el siguiente, hasta llegar a la conclusión final) y argumentos por adición (las ideas no se subordinan unas a otras por su contenido, sino que se llega a la demostración de la tesis por la suma de los diferentes argumentos). Los razonamientos o argumentos deben estar fundados sólidamente con hechos, ejemplos representativos, datos, estadísticas, testimonios fidedignos, citas... El bloque argumentativo para defender la tesis anterior, podría contener las siguientes ideas: a) En invierno viaja menos gente. b) Las aglomeraciones que se producen en verano hacen que el servicio sea peor. c) En invierno, los precios son más bajos, hay mejores ofertas para viajar y se pueden hacer más actividades por el mismo dinero. d) En verano hay dificultad para encontrar plazas hoteleras. e) Los desplazamientos por carretera son en verano más lentos y conllevan mayores riesgos. Como puede observarse, todo el bloque argumentativo responde en este caso a la siguiente pregunta: ¿Por qué tiene más ventajas Viajar en invierno que en verano? c) La conclusión. Es una síntesis de todo lo argumentado, cuyo objeto no es otro que dejar fijada y "rematada" la postura o la idea que se defiende. Como la introducción, puede cumplir varias funciones: recordar la tesis defendida. En ella se utilizan conectores específicos (para concluir, en definitiva, por todo lo dicho…) PROCEDIMIENTOS O METODOS ARGUMENTATIVOS: INDUCTIVO Y DEDUCTIVO. El procedimiento deductivo o analítico va de lo general (la tesis) a lo concreto (los argumentos). El inductivo o sintetizante, por el contrario, va de lo particular (argumentos) a lo general (tesis). CLASIFICACIÓN DE LOS ARGUMENTOS Según su función: Argumentos de apoyo a la tesis propia, concesiones o ideas de la tesis contraria que se admiten provisionalmente, refutaciones o argumentos con los que se rebate total o parcialmente la tesis contraria y contraargumentos, que invalidan los argumentos contrarios a la tesis o las concesiones que el propio autor ha admitido previamente. Según su contenido: Se basa en los tópicos, normalmente formados por parejas: a) El argumento pragmático (=práctico): útil/perjudicial. Dentro del "argumento de utilidad" entra todo lo que resulta conveniente, beneficioso, provechoso, necesario, eficaz (para el individuo o la sociedad) frente a lo perjudicial, lo inútil, lo peligroso. Con este argumento se manejan las ventajas e inconvenientes de las cosas. Este argumento se aplica a la salud, el bienestar económico, a los intereses... Ej. No comas chicle con azúcar porque te estropeará los dientes. (Se utiliza el argumento pragmático de que algo - el chicle- es perjudicial para la salud de la persona -estropea los dientes.). b) El argumento ético: moral/inmoral. Por moral entendemos aquello que está bien según nuestros principios, es decir, según nuestra conciencia. Por ejemplo, hacer el bien, no causar el daño. Dentro del "argumento ético" entra todo lo correspondiente a nuestras convicciones morales (religiosas o no). Ej. No está bien vender bebidas alcohólicas a menores de dieciséis años. Hay cosas que son moralmente indiferentes, por ejemplo "comer chicle", pues nada tiene que ver con la moral. c) Justo/injusto. Por justo hay que entender que hay que tratar igual a quienes tienen el mismo derecho. (Lo que es injusto es, además, inmoral.) Ej. Le prohibió a su hija que saliese con ese joven porque era negro. d) El argumento estético: bello/feo. Es bello lo que procede de una impresión visual agradable. El "argumento estético". El argumento estético puede aplicarse a seres, a objetos naturales o a obras de arte de cualquier tipo. Lo estético depende de la sensibilidad de cada cual y de los "modelos" de cada época y cultura. Ej. Ese Tapies me parece muy feo. e) El argumento hedonista: agradable/desagradable. Es agradable lo que nos produce una sensación de placer, tanto físico como espiritual. (Puede ser beneficioso o perjudicial.) Ej. Hace calor: vamos a bañarnos. ¡Rasca, mamá! No tiene suavizante. f) existente/inexistente. Es un argumento de máximo peso, pues si algo existe no hay más que decir ya que es un hecho y no una opinión o una creencia. Ej. No te he echado azúcar en la leche porque se me ha terminado. g) Posible/imposible. El que algo sea imposible es un argumento de peso para probar que no es verdad. Ej. Es imposible que el sol se ponga a bailar realmente en el cielo porque eso contradice todas las leyes de la astronomía. Debe de tratarse de una alucinación colectiva. / No puedes coger el tren de las siete, porque son las nueve menos cinco y estamos a diez kilómetros de la estación. A veces, no es que sea imposible pero sí fácil/difícil. Ej. Por favor, retrasa el examen, que no podemos