FACULTAD DE HUMANIDADES ESCUELA PROFESIONAL DE DERECHO TESIS EL DERECHO A NO AUTOINCRIMINARSE EN LOS PROCESOS PENALES EN EL DISTRITO JUDICIAL DE LIMA SUR PARA OBTENER EL TÍTULO PROFESIONAL DE ABOGADO AUTOR: Bch. Miguel Ángel, Caccha Bustos Lima – Febrero 2016 1 DEDICATORIA A nuestro creador Dios por guiarme y trasmitirme toda la fuerza espiritual y no dejarme declinar en mis peores momentos para alcanzar esta meta. A mis padres: Luis y Talia por darme la vida, su amor, sus deseos más puros y apoyo incondicional. A mi hermana: por sus deseos y motivación para salir adelante A mi Novia Pamela, por la paciencia y su apoyo incondicional. A mis amigos: que me dieron su apoyo en los buenos y malos momentos. 2 AGRADECIMIENTO 1. Mi gratitud y reconocimiento, a nuestro profesor de tesis “Hugo González”, quien representó para nosotros una persona que nos brindó todo su apoyo para la realización del presente trabajo. Con afecto y estima personal. 2. Le doy las gracias a mi maestro “José Antonio Beraún Barrantes” de quién aprendí como desenvolverme en esta difícil carrera del Derecho; con sus enseñanzas, consejos y experiencias aprendí a querer más esta carrera, por eso hoy, mañana y siempre le estaré infinitamente agradecido. “Gracias a todos”. 3 RESUMEN El presente trabajo de investigación titulado “EL DERECHO A NO AUTOINCRIMINARSE EN LOS PROCESOS PENALES EN EL DISTRITO JUDICIAL DE LIMA SUR”, que tiene como objetivo principal; determinar de qué manera el derecho a no autoincriminarse se garantiza en los procesos penales en los juzgados y salas especializadas adscritas al distrito judicial de Lima Sur entre los años 2011-2014. El tipo de investigación es básica, teórica o dogmática; el diseño es descriptivo simple ya que solo se recolectó información en el campo de estudio. Para ello se utilizó como instrumentos de investigación; cuestionarios y guía de análisis de documentos. La muestra estuvo constituida por diez jueces penales, veinte fiscales provinciales penales y cincuenta policías del distrito judicial de Lima Sur. Se concluyó que el derecho/garantía a no autoincriminarse en el proceso penal peruano en el distrito judicial de Lima Sur entre los años 2011-2014, no es garantizado por todos los operadores jurídicos a la luz del proceso penal peruano. Palabras clave: La no autoincriminación, derecho de defensa, presunción de inocencia, dignidad de la persona, Poder Judicial, Ministerio Público, Policía Nacional del Perú. 4 ABSTRACT This research paper entitled "The right not to incriminate IN CRIMINAL PROCEEDINGS IN THE JUDICIAL DISTRICT OF LIMA SUR", whose main objective; determine how the right not to incriminate oneself is guaranteed in criminal proceedings in courts and specialized courts attached to the judicial district of Lima South between the years 2011-2014. The research is basic, theoretical or dogmatic; the design is simple as only descriptive information was collected in the field of study. For this was used as research tools; questionnaires and document analysis guide. The sample consisted of ten criminal judges, prosecutors and twenty fifty provincial criminal police for the judicial district in southern Lima. It was concluded that the right / guarantee against self-incrimination in the Peruvian criminal proceedings in the judicial district of Lima South between the years 2011-2014, is not guaranteed by all legal in light of the Peruvian criminal process operators. Keywords: self-incrimination, right to defense, presumption of innocence, dignity, Judiciary, Public Ministry, National Police of Peru. 5 INTRODUCCIÓN Si la historia de la penas es una historia de horrores, la historia de los juicios es una historia de errores” Luigi Ferrajoli La investigación titulada: “EL DERECHO A NO AUTOINCRIMINARSE EN LOS PROCESOS PENALES EN EL DISTRITO JUDICIAL DE LIMA SUR”, tiene como problema principal: ¿El derecho a no autoincriminarse se garantiza en los procesos penales en los juzgados y salas especializadas adscritas al distrito judicial de Lima Sur entre los años 2011-2014? Se ha planteado el siguiente objetivo: Determinar de qué manera el derecho a no autoincriminarse se garantiza en los procesos penales en los juzgados y salas especializadas adscritas al distrito judicial de Lima Sur entre los años 2011-2014. Como hipótesis se han planteado: El derecho a no autoincriminarse se garantiza en los procesos penales en los juzgados especializados adscritos al distrito judicial de Lima Sur entre los años 2011-2014, conforme el derecho fundamental de la dignidad de los investigados, imputados y procesados. El derecho a no autoincriminarse se respeta en la etapa de investigación policial, en el distrito judicial de lima sur entre los años 2011-2014, a la luz de los derechos a guardar silencio y el derecho a la libertad de declaración. El derecho a no autoincriminarse se respeta en la etapa de investigación preliminar e instrucción, por los fiscales y jueces especializados del distrito judicial de lima sur entre los años 2011-2014, considerando que no se le puede obligar al investigado e imputado a rendir su manifestación, ni hacer preguntas ambiguas, capciosas o sugestivas. El derecho a no autoincriminarse se respeta en la etapa de juicio oral por los jueces penales del distrito judicial de Lima Sur entre los años 2011-2014, respetando sus derechos fundamentales al momento de interrogar al procesado. 6 En relación con el derecho/garantía a no autoincriminarse podemos decir que es una de las manifestaciones del derecho de defensa y de la presunción de inocencia. El incumplimiento por parte del Estado (Poder Judicial, Ministerio Público y Policía Nacional) en no respetar esta garantía constitucional merma los derechos/garantías que tiene el investigado, imputado y procesado al momento de enfrentar un juicio penal, ya sea en un proceso penal ordinario/sumario (Código de Procedimientos Penales 1940) o en un proceso común (a la luz del Nuevo Código Procesal Penal 2004). Los derechos que tiene el investigado, imputado y procesado dentro de un proceso penal, coadyuvan con una adecuada administración de justicia, ya que al no respetar una garantía como la no autoincriminación se estaría afectando el debido proceso con el que debe ser juzgado y procesado. Vale decir que un estado constitucional de derecho, los operadores jurídicos que imparten, administran y coadyuvan a la justicia deben tener bien en claro que cuando el imputado guarda silencio, o se contradice en sus declaraciones no es indicio de culpabilidad, sino está ejerciendo su derecho/garantía a no autoincriminarse. El contenido de la presente tesis se desarrolla en 5 capítulos: Capítulo I: Contiene planteamiento del problema; formulación del problema; los objetivos, la justificación y las limitaciones. Capítulo II: El marco teórico, los antecedentes y los términos básicos. Se enfatiza en los temas referente al derecho a no autoincriminarse en el proceso penal peruano; asimismo la revisión de fuentes de información. Capítulo III : La metodología, consta del tipo y diseño de la investigación, los instrumentos de recolección de datos, con la confiabilidad y validez. Asimismo la población y muestra y las hipótesis. Capítulo IV: Contiene los resultados de la investigación y la discusión. 7 En el Capítulo V: Se expone la discusión de los resultados, que nos permitirán demostrar o rechazar la hipótesis general y las específicas, de la investigación. Finalmente, concluimos que el derecho/garantía a no autoincriminarse en el proceso penal peruano es un derecho implícito de carácter constitucional que se deprende del derecho de defensa y de la presunción de inocencia, así como el debido proceso. 8 ÍNDICE Dedicatoria ii Agradecimiento iii Resumen iv Abstract v Introducción vi Índice ix I. PROBLEMA DE INVESTIGACIÓN 1.1. Planteamiento del problema 12 1.2. Formulación del problema 17 1.2.1. Problema general 17 1.2.2. Problema específico 17 Objetivos 17 1.3.1. Objetivo general 17 1.3.2. Objetivo específicos 17 Justificación de la investigación 18 1.4.1. Justificación teórica 18 1.4.2. Justificación metodológica 19 1.4.3. Justificación práctica 19 1.4.4. Justificación legal 19 Limitaciones de la investigación 19 1.3. 1.4. 1.5. II. MARCOTEÓRICO 2.1. Marco teórico 22 2.2. Bases teóricas 30 2.2.1. Definiciones doctrinarias sobre derecho a la No Autoincriminación 30 2.2.2. Derecho a guardar silencio 33 2.2.3. Presunción de Inocencia 34 2.2.4. Teorías relevantes 36 9 2.2.5. La no autoincriminación en los sistemas procesales 38 2.2.6. La no autoincriminación y finalidad de la pena 40 2.2.7. Regulación Legal 42 2.2.8. Legislación Comparada 43 2.2.9. Jurisprudencia 43 2.3. Términos Básicos 47 III. METODOLOGÍA DE LA INVESTIGACIÓN 3.1. Tipo y diseño de estudio 51 3.1.1. Tipo de investigación 51 3.1.2. Diseño de estudio 52 3.2. Población y muestra 53 3.3. Hipótesis 54 3.3.1. Hipótesis general 54 3.3.2. Hipótesis especificas 55 3.4. Variables - Operacionalización 55 3.5. Método de investigación 57 3.6. Técnicas e instrumentos de investigación 57 3.6.1. Técnicas de recolección de datos 58 3.6.2. Instrumento de recolección de datos 60 IV. RESULTADOS Y DISCUSIÓN DE RESULTADOS 4.1. Resultados 64 4.2. Discusión 71 V. CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES VI. 5.1. Conclusiones 77 5.2. Recomendaciones 79 REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS 82 VII. ANEXOS 85 10 CAPÍTULO I PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA 11 I. PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA 1.1. Realidad del problema El derecho/garantía a no autoincriminarse se encuentra debidamente reconocido en los tratados internacionales que nuestro país ha suscrito, tales como el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (artículo 14.3, literal g) y la Convención Americana de Derechos Humanos (artículo 8.2, literal g), Estatuto de la Corte Penal Internacional (artículo 55.1, literal a) y artículo 55.2, literal b), Protocolo Adicional I a los Convenios de Ginebra (artículo 75.4, literal f), por citar los más relevantes. De allí que el Tribunal Constitucional Europeo de Derechos Humanos (en adelante TEDH), en la sentencia del 17 de diciembre de 1996, caso Saunders vs. Reino Unido, reconozca su carácter de principios internacionales arraigados a la idea de fair trial. Nos encontramos ante un derecho concreto del genérico derecho de defensa, que se encontraba expresamente reconocido en la Constitución Política del Perú de 1979, en su artículo 2, inciso 20, literal K, sin embargo no fue reconocida expresamente en la Constitución de 1993, que limita en su artículo 2, inciso 24, literal H, el contenido del derecho a la no autoincriminación a la prohibición de violencia física o moral. El derecho/garantía a no autoincriminarse tiene un definición acorde con la doctrina catalogada según Bacigalupo (2005) como un derecho fundamental/garantía, que una persona tiene de no colaborar con su propia condena o de decidir si desea, voluntariamente, introducir alguna información en el proceso penal. Esto tiene que ver con el desplazamiento de la carga de la prueba que la asume quien acusa, lo que genera que el inculpado no tenga la obligación de declarar o de aportar elementos que lo llevan a su propia autoincriminación o, por último, a aceptar su propia responsabilidad. 12 A pesar de ello y de encontrarse positivizado tanto a nivel constitucional y en la legislación procesal, existe en la práctica cotidiana un desconocimiento del contenido de este derecho. Estos acontecimientos han sido puestos en relieve con lo ocurrido en nuestro país que se develó con la red de corrupción fuji-montesinista y la difusión por los medios de comunicación, tanto de los juicios por estos casos como por el trabajo de las comisiones investigadoras del Congreso de la República. En estos casos emblemáticos como se les ha considerado se ha cuestionado el silencio de alguno de los investigados o su renuencia a colaborar con las investigaciones. Silencio que si bien puede ser éticamente reprochable por la naturaleza de la acusación, es permitido jurídicamente. La garantía de la no autoincriminación está intrínsecamente relacionada con la dignidad de la persona, según Eguiguren (2002, pág. 239) “El ciudadano tiene el derecho a defenderse en el proceso penal, su defensa puede consistir en no proporcionar colaboración alguna con la justicia, guardando silencio (total o parcial) o incluso mintiendo”. Este razonamiento, por cierto, es consistente con la sistemática del artículo IX del Título Preliminar del CPP que alude al derecho de defensa. En el llano y en el quehacer de cada día los tribunales, es común observar que muchos jueces sustentan sus resoluciones condenatorias con frases como “teniendo en cuenta, además que el procesado estuvo renuente a colaborar con la justicia a pesar de ser debidamente exhortado” (Poder judicial, Expediente. N° 3043, año 2011), lo que evidencia un pleno desconocimiento a la existencia del derecho a la no autoincriminación. 13 Estudiosos del tema como San Martín. (2007, pág. 589) señalan que: El contenido del derecho/garantía a no autoincriminarse, así como de la posibilidad de elección de aquello, que: (…) a su vez el derecho a no declarar contra sí mismo y a confesarse culpable implica dos notas esenciales i) libertad para declarar, tanto en la decisión de hacerlo cuanto en su contenido, y ii) ausencia de consecuencias procesales en caso de que mienta, la mentira del imputado no puede ser tomada como delito ni como infracción procesal, lo cual dimana de la consideración de que el silencio y las declaraciones del imputado han de ser asumidas fundamentalmente como un medio idóneo de defensa. Se colige que el derecho/garantía a no autoincriminarse en sus dos notas esenciales, implica en la primera que todo investigado o imputado es tiene la plena libertad para ejercer su derecho a declarar sin presiones físicas, sicológicas y morales, en el segundo contexto al momento de declarar si miente o entra en contradicciones debe quedar claro que no incurre en infracción, sino que es un modo de ejercer su derecho a la defensa. Albin, E. (S/A, pág. 19) considera que: “El derecho a la no autoincriminación constituye un elemento identificador de la posición del imputado dentro del proceso penal y esta, a su vez, permite, deducir informaciones importantes sobre la idea del Estado que respalda un procedimiento”. 14 Se infiere que el derecho/garantía a no autoincriminarse es un derecho fundamental en la cual el imputado o procesado debe ser informado que se le debe respetar estos derecho, a la luz de un debido proceso o procedimiento. Campos y Salas, (2011, pág. 191) afirman: “La lucha por el reconocimiento del procesado como sujeto procesal permitió la abolición del tormento en las constituciones y en la práctica judicial, comenzándose a reconocer principios procesales cada vez más constitucionalizados; es este escenario el que permite establecer la garantía de la no autoincriminación”. Se deduce que el derecho/garantía a no autoincriminarse, surge cuando se produce la abolición y la extinción de la tortura, flagelos y castigos que se cometían contra un acusado en juicio, y que no se respetaba este derecho pues se le obligaba a que reconociera el presunto delito, sin llegarse a conocer si es culpable o inocente. La aparición del derecho a la no autoincriminación es la consecuencia de la abolición de todas las instituciones de corte inhumano en el proceso penal como los métodos de forzamiento de tortura. Al respecto Cubas (2009, pág. 51.) establece que el derecho a la no autoincriminación es un principio procesal penal contemporáneo, que a partir de la progresiva abolición de todas las instituciones o métodos de interrogar que de algún modo podrían coaccionar al declarante, hacen que exista un movimiento más humanizado en el proceso penal, que como herramienta para el control social propio del poder punitivo del Estado, debe estar en completa armonía con el pleno respeto del principio de la dignidad humana y la libertad de las personas. En la historia reciente la legislación procesal, la misma ley ordenaba valorar los atestados policiales, realizados en dependencias 15 en donde no se emplean mecanismos procesales tendientes a garantizar el ejercicio de este derecho. Por ello el derecho a la no autoincriminación entendida como el derecho que tiene el procesado de introducir en el proceso la información que el considera conveniente, puede enfocarse en tres dimensiones: el primero de ellos es la negativa a confesar, y acogerse, por tanto, a guardar silencio; un segundo panorama, es si el imputado puede brindar una declaración falsa o contradecirse con alguna declaración antes brindada y un tercer panorama es la aceptación de responsabilidad. En tal sentido cabe agregar que este derecho/garantía se ha visto poco desarrollado en nuestro país. En la actualidad, muchos jueces consideran aún vigente el art. 127°, de Código de Procedimientos Penales que señala “el juez le manifestará que su silencio puede ser tomado como indicio de culpabilidad” regulación que es concordante con el sistema inquisitivo, recordando que esta figura juega un papel importante en la historia, puesto que parte de la presunción de culpabilidad y que ha sido derogada tácitamente por la Constitución Política del Perú, que establece la presunción de inocencia. En nuestro país numerosas sentencias judiciales se sustentan en declaraciones bajo exhortación o en la presunción de culpabilidad del silencio del procesado, por lo cual a nuestro entender devienen en inconstitucionales al violentar el derecho no autoincriminación de los procesados. 16 1.2. Formulación del problema 1.2.1. Problema principal ¿El derecho a no autoincriminarse se garantiza en los procesos penales en los juzgados y salas especializadas adscritas al distrito judicial de Lima Sur entre los años 2011-2014? 1.2.2. Problemas específicos a) ¿El derecho a no autoincriminarse se respeta en la etapa de investigación policial, en el Distrito Judicial de Lima Sur entre los años 2011-2014? b) ¿El derecho a no autoincriminarse se respeta en la etapa de investigación preliminar e instrucción, por los fiscales y jueces especializados del Distrito Judicial de Lima Sur entre los años 2011-2014? c) ¿El derecho a no autoincriminarse se respeta en la etapa de juicio oral por los jueces penales del Distrito Judicial de Lima Sur entre los años 2011-2014? 1.3. Objetivos 1.3.1. Objetivo general Determinar de qué manera el derecho a no autoincriminarse se garantiza en los procesos penales en los juzgados y salas especializadas adscritas al Distrito Judicial de Lima Sur entre los años 2011-2014 1.3.2. Objetivos específicos a) Analizar si el derecho a no autoincriminarse se respeta en la etapa de investigación policial, en el Distrito Judicial de Lima Sur entre los años 2011-2014 17 b) Analizar si el derecho a no autoincriminarse se respeta, en la etapa de investigación preliminar e instrucción, por los fiscales y jueces especializados del Distrito Judicial de Lima Sur entre los años 2011-2014 c) Analizar si el derecho a no autoincriminarse se respeta en la etapa de juicio oral por los jueces penales del Distrito Judicial de Lima Sur entre los años 2011-2014 1.4. Justificación Para un mejor estudio nos adecuamos a lo dispuesto por Méndez (1995, pág. 92) quien expresa que: “La justificación de una investigación puede ser de carácter teórico, practico o, metodológico”. Asimismo Córdova Isaac (2013, pág. 40) añade una justificación legal. 1.4.1. Justificación teórica: El estudio del derecho comparado sobre la materia investigada permite tener una visión más global de la aplicación de la no autoincriminación, y en base a ello hemos tratado de establecer los criterios que imperan en los operadores jurídicos a efectos de saber si respetan la incidencia del derecho/garantía a no autoincriminarse. Es así que la justificación jurídica de nuestro trabajo de investigación “El derecho a no autoincriminarse en los procesos penales en el Distrito Judicial de Lima Sur”, se encuentra respaldada en nuestra preocupación por conocer y saber en qué medida se vienen respetando y aplicando adecuadamente el derecho/garantía a no autoincriminarse en el Distrito Judicial de Lima Sur durante los años 2011-2014, con un análisis desde la perspectiva teórica. 18 1.4.2. Justificación metodológica: El presente trabajo de investigación se ha utilizado instrumentos como cuestionarios, y guía de análisis de documento para analizar el derecho/garantía a no autoincriminarse en los procesos penales que se realizan en el distrito judicial de Lima Sur. 1.4.3. Justificación práctica: En los últimos años la vulneración a los derechos humanos ha crecido significativamente en nuestro país, como consecuencia del desconocimiento que tienen los operadores jurídicos, en referencia a la aplicación de la no autoincriminación, como un derecho/garantía, en todo proceso penal, debido a esta problemática surgen nuevas propuestas de aplicación y exigibilidad para su cumplimiento, como una respuesta a la solución de dicha problemática, donde los beneficiados directos son las personas a quienes se les está siguiendo una investigación de carácter penal, ya que con una adecuada aplicación de los derechos humanos en un proceso penal, no se vulneran a los mismos. 1.4.4. Justificación legal: En cuanto a la justificación legal responde a fines de cumplir con las normas (Constitución Política del Perú de 1979, y 1993, Código Procesal penal de 2004; así como la jurisprudencia en materia penal) y dispositivos vigentes, valorar a los derechos que la ley le designa, lo que se percibe es que no hay una industria nacional interesada en aplicar el derecho/garantía a no autoincriminarse en los procesos penales. 1.5. Limitaciones Se han tenido las siguientes: 19 1.5.1. Limitación temporal La planificación del tiempo se hizo en forma oportuna para la realización del trabajo de investigación. 1.5.2. Limitación bibliográfica No ha existido abundante bibliografía sobre: “El derecho a no autoincriminarse en los procesos penales en el Distrito Judicial de Lima Sur”, asimismo carencia de referentes teóricos que debilita las bases teóricos científicas de esta investigación. 20 CAPÍTULO II MARCO TEÓRICO 21 2. MARCO TEÓRICO Uno de los componentes o elementos básicos de cualquier investigación es el marco teórico, debido a que su función es precisar y organizar las ideas y conceptos de tal manera que los mismos puedan ser manejados, aplicados y convertidos en acciones concretas. Según Hernández. (2007, pág. 22), define el marco teórico como “El análisis y exposición de las teorías, los enfoques, las investigaciones y los antecedentes en general que se consideran válido para el correcto encuadre del estudio”. Por consiguiente el marco teórico es la descripción de los elementos teóricos planteados por uno o por diferentes autores que permite al investigador fundamentar su proceso de conocimiento. De allí que este, no es más que el conjunto de bases que sustentan una investigación, lo que a fin de cuentas permitirá al lector una mejor comprensión del problema abordado. En este sentido, Santaella (2008, pág. 26) considera que: “El marco teórico es la exposición resumida, concisa y pertinente del conocimiento científico y de hechos empíricamente acumulados acerca de nuestro objeto de estudio”. En tal sentido se colige que en todo proceso de investigación, un elemento que sustenta o fija el camino a seguir en todo trabajo de investigación es el marco teórico, ya que en base a este se inicia, continúan y extraen la teoría que permiten respaldar la tesis. Este paso implica analizar y exponer aquellas teorías, enfoques teóricos, investigaciones y antecedentes en general que se consideran válidos para un correcto encuadre del estudio. La elaboración o construcción del marco teórico no es solo hacer una revisión o reseña de lo que se ha hecho antes con título semejantes, sino de 22 insertarse de manera real y profunda en la actividad científica con el fin de encontrar el sentido de la investigación que se quiere hacer. La investigación teórica, previa a toda experimentación ubica al investigador dentro de este proceso y le sugiere cuales son las preguntas que todavía no tienen una respuesta comprobada y que son objeto de estudio. El marco teórico no solamente abarca la revisión de conceptos y/o teorías que apoyan una investigación. 2.1. Antecedentes del problema Constituyen los recursos ya realizados anteriormente, relacionados con el problema a investigar, los cuales le van a servir de apoyo y sustento para su desarrollo. Según Tamayo. (2006, pág. 73), indica: “En los antecedentes se trata de hacer una síntesis conceptual de las investigaciones o trabajos realizados sobre el problema formulado con el fin de determinar el enfoque metodológico de la investigación”. Entre los trabajos previos de identificación que sirvieron de base al mismo se encuentran los siguientes antecedentes: 2.1.1. Internacionales Se presentan a continuación tesis sobre estudios realizados por algunos autores que están relacionados con la investigación en el ámbito internacional. Salazar (2013), en su trabajo de investigación centrada: “En la sentencia de la Corte IDH de fecha 1999 (Caso Castillo Petruzzi vs Perú)” sustentada en la Facultad de Derecho en la Universidad Nacional Autónoma de México, tiene como objetivo dar a conocer que: “La Corte IDH consideró probado que las víctimas fueron 23 exhortadas a decir la verdad. Sin embargo, determinó que no se había demostrado que “esa exhortación implicara la amenaza de pena u otra consecuencia jurídica adversa para el caso de que el exhortado faltara a la verdad”. Tampoco consideró que existiera prueba de que se les hubiese “requerido rendir juramento o formular promesa de decir la verdad, lo cual contraría el principio de libertad de aquellas para declarar o abstenerse de hacerlo”. Por estos motivos la Corte resolvió que no había sido violado el derecho consagrado en el artículo 8.3, de la Convención”. Riveros (2008) sustentó la investigación titulada “El derecho a guardar silencio: Visión comparada y caso colombiano” sustentada en la Facultad de Ciencias Jurídicas de la Pontificia Universidad Javeriana de Colombia. Tuvo como objetivo realizar una descripción del derecho a guardar silencio bajo la normatividad internacional tanto en materia de derecho penal internacional como de aquel que corresponde a derechos fundamentales. Concluyó: Las garantías constitucionales que integran el derecho de defensa material, entre ellas la de ser oído o guardar silencio, así como la no autoincriminación, son garantías históricamente obtenidas, constitucionalismo moderno reconocidas por y tratados por los el internacionales que reconocen los derechos humanos, los cuales hacen parte del bloque de constitucionalidad en virtud de lo dispuesto por el artículo 93 del Estatuto Fundamental, garantías que no pueden ser soslayadas so pretexto de introducir uno u otro sistema jurídicopenal, independientemente del modelo del que se tomen (pág. 141). 24 2.1.2. Nacionales Galván (2013) realizó una investigación referente a “Al Derecho a la No Autoincriminación” en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, en la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas. Concluyó que: El derecho a declarar y el derecho a la no autoincriminación se fundamenta en la dignidad de la persona, al ser reconocido como sujeto del proceso. Es un derecho específico que se desprende del derecho de defensa y la presunción de inocencia, comprende el derecho a ser oído, es decir de incorporar libremente al proceso la información que se estime conveniente y el derecho a guardar silencio, esto es que su negativa a declarar no será tomado como un indicio de culpabilidad. (pág. 98). El derecho a no autoincriminarse se circunscribe al ingreso de información al proceso por parte del inculpado, ya sea a través de una manifestación oral o escrita; además es preciso que de su ejercicio no se derive perjuicio alguno; para ello es preciso que del silencio del acusado no pueda derivarse nada: no es indicio de nada. Debe poder afirmarse que el silencio del acusado no puede ser interpretado. Campos (2011) realizó una investigación referente a “La Garantía de la No Autoincriminación en el Código Procesal Penal de 2004” en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, en la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas. Concluyendo que con la irrupción del pensamiento liberal en el proceso penal reformado del siglo XIX se abrió paso a la idea de que el imputado debía ser reconocido como un sujeto procesal dotado de derechos 25 autónomos en el proceso, y que podía hacer valer sus facultades, derechos y garantías constitucionales y legales desde el momento mismo en que se le atribuía participación en un hecho punible. Esta posición provenía de la consideración estricta del principio de presunción de inocencia o de no culpabilidad que superaba aquella concepción inquisitiva que tendía a ver al imputado como un objeto del procedimiento y de la investigación judicial, o sea, como una fuente de información destinada a la averiguación de la verdad material, generando todo tipo de excesos y abusos en contra del imputado (entre ellos, la tortura) pues se consideraba a la confesión como la “reina de las pruebas” y se trataba de llegar a ella de cualquier manera. La posibilidad de que un imputado pueda guardar silencio respecto de los hechos que fundan los cargos que han sido presentados en su contra y que lo podrían conducir a una privación de sus derechos tiene su origen en la Inglaterra del siglo XVII, época en la cual existía un órgano de represión gubernamental denominado Cámara Estrellada o Star Chamber, que tenía por objeto resolver los delitos de sedición; este órgano exigía al imputado tomar juramento respecto de lo que iba a declarar, es decir, buscaba solucionar sus casos por medio de la confesión manifestada bajo juramento. Cuando el interrogado se negaba a prestar el juramento exigido, o bien cuando decidía no declarar, el tribunal ordenaba medidas de apremio en su contra, como la aplicación de azotes, con la finalidad de “prevenir” que nuevos imputados adopten la misma actitud; luego de varios años desarrollándose este tipo de prácticas, se llegó a la determinación de que obligar a un hombre a responder bajo juramento su culpa o inocencia, era una violación de sus libertades individuales, esta sería la razón por la que el derecho inglés acoge la denominada garantía de la no autoincriminación, que comprendía la posibilidad 26 de que el imputado de un delito no pueda ser obligado a declarar en su contra. Esta garantía también fue considerada en la Quinta Enmienda de la Constitución de los Estados Unidos de Norteamérica en el siglo XIX. El derecho a no autoincriminarse y el derecho a no declarar, en la actualidad, tienen reconocimiento en múltiples instrumentos de derecho internacional público como el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (artículo 14.3, literal g) o la Convención Americana de Derechos Humanos (artículo 8.2, literal g). Pérez (2008) realizó una investigación referente al “Derecho a la no autoincriminación y sus expresiones en el derecho procesal penal” en la Universidad San Martín de Porres. Facultad de Derecho. Concluyó que: “La no autoincriminación constituye un Derecho humano, que permite que el imputado no pueda ser obligado a declarar contra sí mismo ni a declararse culpable” (pág. 4). El inculpado, protegido por la cláusula de no autoincriminación, conserva la facultad de no responder, sin que pueda emplearse ningún medio coactivo ni intimidatorio contra este y sin que quepa extraer ningún elemento positivo de prueba de su silencio. El imputado es un sujeto del proceso, y como tal, debe ser tratado de conformidad con el principio acusatorio. La declaración del imputado no puede considerarse como fuente de prueba en sentido incriminatorio, sino como expresión del derecho de defenderse; en otras palabras, el irrestricto respeto por el sistema garantista, implica que la declaración del imputado no pueda utilizarse en su contra; sus propios dichos deben de ser valorados de acuerdo a su posición adversarial, como un medio de defensa, cuestión distinta es que el imputado haciendo uso de su mejor derecho decida confesar su culpabilidad. 27 El derecho a la no autoincriminación deriva del respeto a la dignidad de la persona, que constituye una parte esencial del proceso en un Estado de Derecho; se configura como una de las manifestaciones del derecho de defensa, y en particular, es el deber que impone la norma de no emplear ciertas formas de coerción para privar al imputado de su libertad de decisión como informante o transmisor de conocimientos en su propio caso; reside, por último, en evitar que una declaración coactada del imputado pueda ser valorada como elemento de cargo en su contra. Si resultara externo y coactivo el estímulo que consiguiera afectar y forzar la declaración del imputado, este adolecerá de nulidad absoluta. Puede decirse que el derecho a no autoincriminarse tiene como fundamento el derecho natural que toda persona posee de intentar ocultar sus faltas, pues no podría exigírsele al ciudadano que vulnere su propia esfera jurídica a través de la declaración en su contra. Quispe (2004) realizó una investigación referente a “El Derecho a declarar y la garantía de la no autoincriminación” quien sustentó en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Facultad de Derecho y Ciencias Políticas. El objetivo de la Investigación fue identificar y describir los problemas que se suscitan en el proceso penal peruano por el desconocimiento y la no aplicación de este derecho que le asiste a todo imputado en un proceso penal, como manifestación del derecho de defensa y la presunción de inocencia. Concluyó que la no autoincriminación implica el derecho a no declarar contra sí mismo y a no confesarse culpable o simplemente el "derecho a la no autoincriminación" se presenta además como expresión del derecho de defensa: el imputado como sujeto del proceso tiene el derecho a defenderse y hacerse oír. El interrogatorio del procesado, es uno de los momentos procesales importantes, donde el imputado se enfrenta 28 a la administración de justicia y todo lo que quiera o no quiera declarar debe ser tomado como un acto de autodefensa. La no autoincriminación es una modalidad de autodefensa pasiva, es decir: …la que se ejerce precisamente con la inactividad del sujeto sobre el que recae o puede recaer una imputación, quien, en consecuencia, puede optar por defenderse en el proceso en la forma que estime más conveniente para sus intereses, sin que en ningún caso pueda ser forzado o inducido, bajo constricción o compulsión alguna a declarar contra sí mismo o a confesarse culpable (pág. 56). La prohibición de cualquier acto que perturbe o vicie esa voluntad de declarar o de no hacerlo y las salvaguardas necesarias para cautelar esta libertad es lo que se conoce como la garantía y/o derecho a la no autoincriminación. Visto así: Romero (2009, pág. 32) sostiene que: La finalidad de dicho principio es la de excluir la posibilidad de obligar al imputado de cooperar activamente en la formación de la convicción sobre sí mismo y la forma de conseguirlo es mediante la prohibición de utilizar en el proceso cualquier declaración del imputado que haya sido conseguido mediante la violación del principio del cual nos ocupamos. Una mirada analítica nos obliga además enmarcar el derecho a la no incriminación dentro de la libertad a declarar del ciudadano. Esta libertad tiene dos expresiones, una negativa y otra positiva, esto es, la libertad de declarar y de no hacerlo. Este último es lo que se conoce como el derecho a guardar silencio. 29 2.2. Bases teórico - científicas Las bases teóricas permiten ampliar la descripción e integración de todas aquellas teorías que logran un mejor desarrollo investigativo y las relaciones mutuas que puedan existir, es decir, la unión entre el problema y el marco teórico en donde se logran precisar los elementos y la forma en que son manejados, alcanzando así los resultados. Según la Universidad Nacional Abierta. (2007, pág. 139) considera a las bases teóricas como “el conjunto de proporciones teóricas interrelacionada que fundamentan y explican aspectos significativos del tema o problema en estudio y lo sitúan dentro de un área específica o determinada del conocimiento”. En este sentido Hernández, Fernández y Baptista (2008. pág. 48), expresan que las bases teóricas “se refieren a los basamentos teóricos de contenido, teorías, concepciones, filosofías, adoptadas en una investigación y que sirven de fundamentos a la investigación”. 2.2.1. Definiciones doctrinarias sobre el derecho a la no autoincriminación Para iniciar con esta investigación es necesario considerar ciertos conceptos y términos relacionados a la línea de estudio con el fin de conceptualizar sobre la infracción de normas de derecho de autor, a través de diversos documentos y estudios anteriores, los cuales han servido de bases para entender un poco más la materia. A continuación algunos autores dan su definición sobre qué significa para ellos la garantía de la no autoincriminación en el proceso penal peruano, en sus fases del proceso: Kirsch, (s/a, pág. 253) considera lo siguiente: 30 “El derecho a no autoincriminarse tiene como fundamento el derecho natural que toda persona posee de intentar ocultar sus propias faltas; no puede exigirse al ciudadano, por ende, que vulnera su propia esfera jurídica a través de la declaración en su contra”. El autor hace una diferencia sobre qué derechos protege tanto la no autoincriminación, como el derecho de defensa; si bien este último se encuentra consagrado en la Constitución y se desprende de la dignidad de la persona. Asimismo Binder (1985, pág. 461) expresa que: “La no autoincriminación es una expresión del derecho a la defensa en juicio”. Consideramos que el derecho a no autoincriminarse protege la dignidad de la persona, partiendo de la premisa de que toda persona no puede recibir tratos inhumanos o degradantes. Al respecto Bacigalupo (2006, pág., 145) refiere que la no autoincriminación es el derecho del imputado a “negar toda colaboración con la acusación, sin sufrir como consecuencia de ello ninguna consecuencia negativa, derivada del respeto a la dignidad de las persona, que constituye una parte esencial de un Estado de Derecho”. Según, Cubas (2009, pág. 51) “considera que la aparición del derecho a la no autoincriminación es la consecuencia de la abolición de todas las instituciones de corte inhumano en el proceso penal como los métodos de forzamiento de tortura”. Es un principio procesal penal contemporáneo, que a partir de la progresiva abolición de todas las instituciones o métodos de interrogar que de algún modo podían coaccionar al declarante, hacen que existan un movimiento más humanizado en el proceso 31 penal, que como herramienta para el control social propio del poder punitivo del Estado, debe estar en completa armonía con el pleno respeto del principio de la dignidad humana y la libertad de las personas”. Garberí (2009, pág. 285) sostiene que: La garantía de la no autoincriminación se ubica entre los derechos de defensa y presunción de inocencia, que le sirven de barómetro. Como corolario del derecho de defensa tenemos el derecho a no declarar contra uno mismo y a guardar silencio sin que esto pueda ser interpretado en su contra. El autor reconoce una doble dimensión de la presunción de inocencia: por un lado, es una regla de juicio en la actividad probatoria; y por el otro, es una regla del tratamiento del imputado. La inadmisibilidad de la prueba y la consecuente nulidad de la valoración para destruir la presunción de inocencia se da si ha sido obtenida mediante la vulneración de derecho fundamentales, como por ejemplo, la confesión del imputado arrancada por tortura o sin previa ilustración de sus derechos a no declarar contra sí mismo ni a confesarse culpable. Albin, (s/a, pág. 20) considera que: El derecho a no autoincriminarse, no implica que el imputado no tenga la obligación de comparecer al órgano de administración de justicia. El imputado debe necesariamente concurrir ante la autoridad jurisdiccional y ya frente al mismo, ejercitar su derecho de guardar silencio, no autoincriminarse o mentir. 32 Finalmente, San Martín, C. (2008, pág. 111), concluye que: La no autoincriminación constituye un derecho humano que permite que el imputado no pueda ser obligado a declarar contra sí mismo ni a declararse culpable en un proceso seguido en su contra. El inculpado, protegido por la cláusula de la no autoincriminación, conserva la facultad de no responder, sin que pueda emplearse ningún medio coactivo ni intimidatorio en su contra y ni que quepa extraer ningún elemento positivo de prueba de silencio. El imputado es considerado un sujeto del proceso, y como tal, debe ser tratado de conformidad con el principio acusatorio. 2.2.2. Derecho a guardar silencio Expresión del derecho a la no autoincriminación, por el cual el silencio del inculpado no puede ser tenido como indicio de culpabilidad. El silencio del inculpado no es susceptible de ser valorado por el juzgador. Romero (1997) señala que: el silencio constituye una posible estrategia defensiva del imputado o de quien pueda serlo; que en función de las circunstancias propias del caso, puede justificarse que se extraigan consecuencias negativas del silencio objetivas cuando, al respecto existiendo cabe pruebas incriminatorias esperar del imputado una explicación. En relación al derecho a guardar silencio Reyna (s/a, pág. 444) advierte que: “Puede ser ejercido de modo absoluto (no se declara) o parcial (negativa a declarar respecto a determinado aspecto) y es de carácter disponible, de modo tal que si luego de producida la negativa, el imputado desea declarar, podrá hacerlo sin ninguna restricción”. 33 El derecho a guardar silencio es una importante manifestación del derecho a no autoincriminarse, por lo que necesariamente se le debe informar al imputado, antes de su declaración, que goza de este derecho, a fin de que pueda ejercerlo cuando lo considere necesario, de conformidad con el artículo 87.2 del NCPP. 2.2.3. Presunción de inocencia Es una garantía genérica prevista en nuestra Constitución como un derecho fundamental a la libertad. Se constituye en una presunción iuris tamtum por la cual nadie puede ser considerado como culpable si es que no existe una condena penal que así lo declare. Es un concepto a partir del cual se construye todo un modelo garantista de justicia penal. La necesidad de erradicar la práctica de la tortura, utilizada a fin de obtener la confesión de los inculpados, no solo en épocas nefastas en la historia del derecho, sino incluso modernamente, constituyó la causa de la implantación de la garantía de la no autoincriminación. Las investigaciones sobre este tema no pueden desdeñar la historia del derecho penal. Por ello un primer antecedente inmediato que hemos encontrado respecto a este tema es el debate sobre la calidad del inculpado como objeto o sujeto del proceso y su posterior reconocimiento como sujeto del proceso. Luego de ello el establecimiento de las garantías procesales implantadas a nivel constitucional y su reconocimiento como derecho, permite el desarrollo doctrinario sobre el derecho a no declarar sobre sí mismo ni a declararse culpable. 34 En el derecho comparado el desarrollo de la no autoincriminación encuentra una de sus fuentes principales en el Due Process law inglés, ya que en Estados Unidos donde se establece el contenido de esta garantía con el establecimiento de la “Miranda Rule” y los mecanismos de salvaguarda de este derecho/garantía. En Estados Unidos, el Tribunal Supremo (1791) estableció que el uso que hiciera cualquiera de sus Estados miembros de una confesión que suponga cualquier tipo de coacción supone una negación del Due Process of law, y por lo tanto es inadmisible. Esta es la primera línea directriz para la admisión de la confesión. Por lo demás y respecto a que se siguen produciendo condenas penales con violación a este derecho a la no autoincriminación es menester resaltar los informes publicados por las instituciones que velan por los derechos humanos, sobre cifras de tortura. La utilización de actos de prueba o de investigación se origina en violación autoincriminación del deviene derecho/garantía en prueba de ilícita o la no “prueba prohibida”, es decir que no puede ser incorporada al proceso, tema que se encuentra ampliamente desarrollado por los procesalistas modernos. Sin embargo, en lo que respecta a nuestro país al no existir las salvaguardas positivas necesarias de cautela a este derecho, las declaraciones obtenidas violentando el derecho a la no autoincriminación son incorporadas al proceso, asumiéndose como lícitas. 35 2.2.4. Teorías relevantes Las principales teorías en el presente trabajo de investigación consiste en: a. Perspectiva del análisis constitucional del Derecho a la no autoincriminación en el proceso penal. b. Perspectiva de la garantía de la no autoincriminación en el proceso penal. La primera teoría está representada por BINDER (1993), mientras que la segunda está representada BACIGALUPO (2003). Ahora para consolidar ambas teorías se ha realizado la triangulación formulada por Denzin en 1970: 36 Proposiciones teóricas: 1.- Constitucional (Binder) 2.- Penal Clásica (Bacigalupo) Interpretaciones: 1.- Se basa en un sistema de análisis constitucional para ayudar al imputado, inculpado o procesado al momento que se inicia el proceso penal. (Binder, 2003) 2.- Se basa en asegurar que se cumplan las garantías procesales penales, como del derecho al debido proceso, derecho de defensa, presunción de inocencia, etc. (Bacigalupo, 2000) Relaciones empíricas: Uso de normas (leyes), ejemplos, lógica y hermenéutica para convencer. Contraste: Se defiende a la misma persona (en el proceso penal) pero con métodos distintos. (Binder y Bacigalupo) Selección de las mejores propuestas: Responden a la realidad, a la edad contemporánea, a la luz de la Constitución Política Buscan garantizar los derechos del imputado en el desarrollo de un proceso penal. Reformulación de las teorías: La suma de la teoría constitucional y Clásica resulta en un método ecléctico de protección a la persona (imputada en un proceso penal) ya que a lo largo del desarrollo del mismo no se respetan sus derechos constitucionales y no se aplican las garantías que ofrece un proceso penal a la luz de las normas constitucionales. 37 2.2.5. El Derecho a No Autoincriminarse en los Sistemas Procesales 2.2.5.1. En el Sistema Procesal Acusatorio Históricamente el sistema acusatorio fue el primero en aparecer teniendo prevalencia hasta el siglo XIII, que luego sería sustituido por el sistema inquisitivo, y que su esencia responde a la índole de los juicios, esto es a una discusión entre dos partes opuestas, que fuera resuelta por un juez. Este sistema prevaleció fundamentalmente en Grecia, Roma y el derecho germánico. Ahora bien su relación con el derecho a no autoincriminarse tiene cierta relevancia ya que en aquel sistema acusatorio antiguo de alguna manera se respetaban los derechos y garantías que tiene una persona cuando se le perseguí por la presunta comisión del delito, es decir que el acusado gozaba del derecho a la no autoincriminación, y que siendo parte del juicio podría ejercer su defensa material, sin castigos morales ni físicos, por parte de los adversarios, por lo que está claro que en éste sistema acusatorio antiguo el derecho/garantía a no autoincriminarse fue respetado por parte de las autoridades y actores en el un proceso penal. Por ello una de las características fundamentales del sistema acusatorio antiguo fue la oralidad, la publicidad y la concentración en el debate; así como la libertad personal del acusado fue respetada hasta el instante en que dicte sentencia. 2.2.5.2. En el Sistema Procesal Inquisitivo Este sistema surge con los regímenes monárquicos, es decir con la llegada de la monarquía a Roma, hay un cambio radical en la estructura del proceso penal, en la que la soberanía pasó del pueblo al emperador trayendo consigo la aparición de los funcionarios encargados de la persecución del delito que ejercen la acción penal a nombre del emperador. Durante el siglo XIII, hasta el siglo XVIII, lo que prevaleció en toda Europa fue el sistema inquisitivo. Para Cubas (2009) refiriéndose al sistema inquisitivo, señala que es el proceso en el cual las funciones de acusación y de enjuiciamiento se 38 encuentran reunidas en una sola persona, frente a la cual el individuo está en una posición de inferioridad. En este sistema el papel protagónico lo tuvieron los jueces y la forma como se habían recortado las posibilidades de defensa. En aquellos tiempos se institucionalizó la violencia en su forma más cruenta, la tortura como el mecanismo más eficaz para lograr la confesión, que caracterizó a la prueba en este sistema. En cuanto a su relación con el derecho/garantía a no autoincriminarse está claro que nunca lo respetaron ni lo aplicaron cuando se sometía a una persona a juicio, ya que el acusador buscaba llegar a la verdad a cualquier precio, mellando y menoscabando la dignidad y la libertad del acusado. En torno a las características que dio éste sistema es que durante el curso del proceso, el acusado era segregado de la sociedad, la prueba en cuanto a su ubicación, recepción y valoración es facultad exclusiva del Juez, no había etapa contradictoria durante el juicio, la instrucción del proceso es escrita y secreta. 2.2.5.3. En el Sistema Procesal Mixto Históricamente el sistema procesal mixto, surge a partir del movimiento revolucionario que se dio en el siglo XVIII, y que recoge del sistema inquisitivo la exclusividad de la persecución del delito por parte del Estado, es decir poder legitimado del Estado para actuar contra los que delinquen; por otra parte recoge del sistema acusatorio antiguo la oralidad, publicidad y el juicio oral, en torno a un debate entre las partes, acusador, acusado y juez. Respecto a la vinculación con el derecho a no autoincriminarse se sitúa en un término medio, ya que si bien se le reconoce al acusado facultades derechos y garantías, los mismo no son respetados ni aplicados a la luz de un sistema procesal penal contemporáneo, por tanto rescatamos algunas características de éste sistema las cuales son que la persecución penal está a cargo del Ministerio Público, el imputado goza de derechos y garantías, el estado tiene la carga de la prueba mientras al imputado se le considera inocente. 39 2.2.6. El derecho a no autoincriminarse y la finalidad de la Pena Para Peña Cabrera existen tres teorías acerca de la finalidad de la pena y tenemos las siguientes: 2.2.6.1. Teoría de la Retribución Absoluta En ésta teoría los exponentes son Kant y Hegel. Según ella, la pena no cumple ninguna función social, pues es una institución independiente de su esfera social; es decir, agota toda virtualidad en la generación de un mal al delincuente, de modo tal que el Estado, en representación de la sociedad, toma venganza por la afectación de algún bien jurídico relevante, aplicando un mal de similar gravedad a la relevancia del bien en el ordenamiento jurídico. Se trata de la concreción punitiva del antiguo principio del Talión: “ojo por ojo, diente por diente”. Esta teoría no sólo carece de todo sustento científico, sino que es la negación absoluta del principio derecho a la dignidad, reconocido en el artículo 1º de nuestra Constitución Política, conforme al cual: “La defensa de la persona humana y el respeto por su dignidad son el fin supremo de la sociedad y el Estado”. 2.2.6.2. Teoría de la Prevención Especial Por otra parte, la teoría de la prevención especial o también denominada teoría de la retribución relativa, centra la finalidad de la pena en los beneficios que ella debe generar en el penado o, cuando menos, en aquellos que tengan la voluntad de ser resocializados. De esta manera, la finalidad de la pena puede ser dividida en dos fases: a) en el momento de su aplicación misma, teniendo como propósito inmediato disuadir al delincuente de la comisión de ilícitos penales en el futuro, desde que internaliza la grave limitación de la libertad personal que significa su aplicación; y, b) en el momento de su ejecución, la cual debe encontrarse orientada a la rehabilitación, reeducación y posterior reinserción del individuo a la sociedad. Esta finalidad encuentra una referencia explícita en el inciso 22 del artículo 139º de la Constitución: 40 Son principios y derechos de la función jurisdiccional: “El principio de que el régimen penitenciario tiene por objeto la reeducación, rehabilitación y reincorporación del penado a la sociedad.” 2.2.6.2.1. Teoría de la Prevención General La teoría de la prevención general circunscribe su análisis, antes que en el penado, en el colectivo, de forma tal que considera que la pena tiene por finalidad influir en la sociedad a través de la efectividad de la amenaza penal y su posterior ejecución en aquellos que, mediante una conducta antijurídica, atentan contra valores e intereses de significativa importancia en el ordenamiento jurídico y que, por tal motivo, son objeto de protección por el Derecho Penal. Hoy se reconoce una vertiente negativa y otra positiva a la teoría de la prevención general. La primera establece como finalidad sustancial de la pena el efecto intimidatorio que genera la amenaza de su imposición en aquellos individuos con alguna tendencia hacia la comisión del ilícito. Sin embargo, es discutible sustentar la tesis conforme a la cual todo individuo proclive a la criminalidad genere el grado de reflexión suficiente para convertirlo en objeto del efecto intimidatorio. En algunos supuestos, dicho efecto es resultado, antes que de la gravedad de la pena preestablecida, del grado de riesgo de ser descubierto, durante o después de la comisión del delito. Ahora bien en relación al derecho/garantía a no autoincriminarse y su relación con la finalidad de la pena, en el marco de un derecho procesal contemporáneo, vale decir que ambas instituciones juegan un rol importante en el desarrollo del proceso penal, y luego de la conclusión de la misma, ya que para evitar futuras nulidades y apelaciones, los operadores jurídicos deberían emplear los derechos y garantías que le asiste a un imputado al momento que comienza la persecución penal. Asimismo debería existir un trabajo conjunto en materia penitenciaria para que se cumpla con la finalidad de la pena como resocializar y reintegrar al penado a la sociedad. 41 2.2.7. Regulación Legal Se podría decir que este derecho y garantía tiene aplicación universal, al encontrarse regulado en diversos tratados internacionales de carácter supranacional y de aplicación entre los países signatarios como el nuestro, tales como: - La Convención Americana sobre los Derechos Humanos, en sus artículos 1° y 8°-2., literal g). - El Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, en sus artículos 2-2, y 14-3., literal g). - La Convención sobre los Derechos del Niño en el artículo 40 -2., literal a). - El Convenio de Ginebra III, consagra la prohibición a la autoincriminación en su artículo 99. - El Protocolo I, adicional a los Convenios de Ginebra de 12 de agosto de 1949, en el artículo 75 -4. Literal f) trae expresamente señalada la prohibición de la autoincriminación. Si bien existe todo este listado de Tratados internacionales, este derecho se encuentra reconocido además en diferentes textos constitucionales de modo expreso o de modo delegado, como es el caso de nuestra Constitución, e íntimamente relacionado con el derecho a la presunción de inocencia, de ese modo ha sido invocado por los tribunales internacionales. El Tribunal Europeo de Derechos Humanos ha recordado en su Sentencia del 17 diciembre 1996, (caso Saunders contra el Reino Unido, parágrafo 68), en la Sentencia del 25 febrero 1993, (caso Funke contra Francia, parágrafo 44) en la Sentencia del 08 febrero 1996, (caso John Murray contra el Reino Unido, parágrafo 45), que el derecho al silencio y el derecho a no autoincriminarse, que no se encuentran expresamente mencionados en el art. 6 del Convenio Europeo de Derechos Humanos, residen en el corazón mismo del derecho a un proceso equitativo y se enlaza estrechamente con el derecho a la presunción de inocencia. 42 2.2.8. Legislación comparada En relación a la garantía a la no autoincriminación, consagrado en las normas legales y constitucionales de otros países, hago un breve citado de las mismas, en las cuales esta garantía se encuentra protegida en todos los países latinoamericanos. ARGENTINA Constitución Argentina de 1994 (art. 18) que regula la garantía a la no autoincriminación. BOLIVIA BRASIL ESTADOS UNIDOS Constitución Boliviana (art. 18). Constitución Brasileña (art.5, numeral 3, y numeral 62). Constitución Colombiana (art. 33), consagra la garantía a la no autoincriminación. Legislación Procesal Costarricense (art. 278 CPP). Código de Procedimiento Penales (art. 161). Código Procesal Penal (art. 385). Constitución Ecuatoriana (art. 77, numeral 7, literal C), sobre la garantía a la no autoincriminación. Constitución de los Estados Unidos (En la V enmienda, conocida como la enmienda Miranda) MÉXICO Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos (art. 20, apartado A, fracción II). COLOMBIA COSTA RICA CUBA CHILE ECUADOR PARAGUAY URUGUAY VENEZUELA Constitución Paraguaya de 1992, art. 12, inciso 1, que consagra el derecho a la no autoincriminación. Constitución Uruguaya de 1997 (art. 20). Constitución de la República Bolivariana de Venezuela de 1999 (art. 46). 2.2.9. Jurisprudencia 2.2.8.1. Jurisprudencia sobre el derecho/garantía a no autoincriminarse en un proceso penal peruano, a la luz del código de procedimientos penales de 1940. 43 Delito contra el patrimonio: Hurto en grado de tentativa Sala superior en lo EXP. Nº 3043-2011 penal de lima sur Acusado: Agraviado: MARINO JESÚS GONZÁLES RIVERA Rayón Industrial Sociedad Anónima Se encuadra dentro de los presupuestos del tipo penal previsto en el Art. 185, del Código Penal. Se le incrimina al acusado intentar sustraer un interruptor telefónico, introduciéndolo debajo de un camión cisterna, aprovechando que no se encontraban sus ocupantes, y que se efectuaba la descarga del combustible, por lo que el personal de seguridad al percatarse lo detienen. Falla: Confirmando la sentencia de primer grado, ABSUELVEN al procesado Marino Jesús Gonzáles Rivera acusado como autor del delito contra el patrimonio – Hurto en grado de tentativa. Que, el imputado goza de una presunción juris tantum; por tanto en el proceso ha de realizarse una actividad necesaria y suficiente para convertir la acusación en verdad probada, por lo que las pruebas para ser tales deben haberse actuado con escrupuloso respeto a las normas tuteladoras de los derechos fundamentales pues de lo contrario son de valoración prohibida. Que, bajo estas consideraciones la manifestación obtenida en sede policial carece de todo valor probatorio para efectos de argumentar una responsabilidad penal del procesado Gonzáles en los hechos materia del proceso, toda vez que dicha declaración ha sido obtenida violando las garantías genéricas del debido proceso, específicamente la garantía de no autoincriminación reconocida por el artículo octavo parágrafo segundo literal “g” (Derecho a no ser obligado a declarar contra sí mismo ni a declararse culpable) de la Convención Americana sobre los Derechos Humanos. Comentario.- Se infiere de la presente sentencia que el colegiado, ha interpretado de manera correcta y adecuada el derecho/garantía a no autoincriminarse en 44 un proceso penal, puesto que como manda las normas supranacionales y nacionales las torturas, los tratos crueles e inhumanos a los procesados está proscrito de la normativa, por ende se respeto y garantizó el derecho a no autoincriminarse del procesado al absolverlo de todos los cargos. 2.2.8.2 Jurisprudencia del Tribunal Constitucional Peruano sobre el derecho/garantía a no autoincriminarse Demanda de Hábeas Corpus a favor de Jhon Richard Quispe contra los jueces de la CSJ de Tacna, solicitando que se declaren nulas las sentencias que lo condenan, que se realice un nuevo juicio oral, alegando la vulneración de su derecho/garantía a la no autoincriminación Tribunal Constitucional del EXP. Nº 3021-2013Perú PHC/TC Demandante: Demandados: Sostiene que, el 3 de octubre del 2011, se inició juicio oral en su contra y que en su desarrollo al efectuar su declaración, el representante del Ministerio Público le hizo "preguntas sugeridas o inducidas, las que fueron objetadas por su defensa conforme a lo previsto por el artículo 376° del Código Procesal Penal; sin embargo, el órgano jurisdiccional permitió las preguntas cuestionadas. Agrega que por haber el favorecido guardado silencio durante el juicio oral ante una pregunta que le venía haciendo el Ministerio Público (incidencia de la que se dejó constancia en autos), el órgano jurisdiccional hizo Henry Dante Alfaro Luna abogado de don Jhon Richard Quispe Quispe Jueces superiores de la CSJ de Tacna Se encuadra dentro de los presupuestos del tipo procesal penal previsto en el Artículo 376.3, literal d, sobre Declaración del acusado.3. Si el acusado acepta ser interrogado, el examen se sujetará a las siguientes reglas: d) No son admisibles preguntas repetidas sobre aquello que el acusado ya hubiere 45 mención de que el guardar silencio lo merituaría el tribunal en su oportunidad, por lo que, a partir de ese acto, se vio obligado a contestar afirmativamente el resto de preguntas realizadas, lo cual ha dado lugar a una sentencia condenatoria. declarado, salvo la evidente necesidad de una respuesta aclaratoria. Tampoco están permitidas preguntas capciosas, impertinentes y las que contengan respuestas sugeridas. Han resuelto: Declarar INFUNDADA la demanda, en lo que se refiere a la afectación del derecho a la no autoincriminación. El TC aprecia que, de los actuados del proceso penal que se cuestiona y cuya copia se acompaña al expediente constitucional, no se observa que el demandante haya sido inducido a declarar contra sí mismo durante el curso de los interrogatorios a los que fue sometido. En todo caso, debe dejarse en claro que de ninguna manera está permitido o se hace legítimo que el juzgador condicione o induzca a error al procesado en el sentido de que su silencio podrá ser tomado como referente incriminatorio alguno, habida cuenta que el declarante como cualquier otro procesado tiene todo el derecho de permanecer en silencio si así lo decide, correspondiendo a su abogado patrocinante el orientarlo de forma adecuada en el ejercicio de sus derechos. Por lo demás, el TC advierte que, en la sentencia condenatoria y en su confirmatoria (fojas 4 y 20), no se merituó la declaración del favorecido en juicio, sino que, más bien, se tomaron en cuenta otros medios probatorios válidos e independientes que fueron valorados en conjunto y que llevaron al órgano jurisdiccional a adoptar la decisión contenida en la sentencia condenatoria. Tales medios probatorios fueron las declaraciones de las agraviadas (quienes ejercían la prostitución en el inmueble materia de intervención); las declaraciones de testigos, entre estos la declaración de una fiscal adjunta que participó en la intervención; el contrato del inmueble donde se cometió el delito; el reporte de llamadas de los teléfonos celulares pertenecientes a los acusados; unas cartas por las cuales se solicitó la publicación de avisos en un diario para la prestación de los servicios materia de imputación y condena; ejemplares de dicho diario; entre otros instrumentos y pruebas; así como las convenciones 46 probatorias, conforme se advierte de las referidas resoluciones judiciales, lo que en modo alguno NO conlleva a la invalidación de las sentencias condenatorias, el juicio oral ni la realización de un nuevo proceso penal. Por lo expuesto, el TC declaró que en el presente caso no se violó el derecho a la no autoincriminación. Comentario.- En la presente causa tanto la justicia ordinaria (Poder Judicial) como la justicia constitucional (TC) no han tomado en cuenta que el procesado ha sido inducido a contestar afirmativamente las preguntas que le hacía el Ministerio Público, y que bajo la premisa del colegiado que hizo mención que de no contestar las preguntas sería evaluada en su oportunidad; esto condujo a que el procesado rompiera con su derecho a guardar silencio (como manifestación a su derecho a no autoincriminarse) y contestará las preguntas ambiguas, capciosas y sugestivas que le hiciera tanto el Ministerio Público, como el colegiado que veían la litis, en tal sentido en el presente caso no se ha respetado ni garantizado el derecho/garantía a la no autoincriminación en el proceso penal, por parte de los fiscales y jueces, dictando un fallo condenatorio contra el procesado. 2.3. Términos básicos 2.3.1 La no autoincriminación.El derecho a “no ser obligado a declarar contra sí mismo ni a declararse culpable” es una manifestación de los derechos constitucionales de defensa y de la presunción de inocencia. Es el derecho del inculpado de introducir al proceso la información que considere conveniente. Dicho derecho tiene dos expresiones: el derecho a declarar y el derecho a no hacerlo. 2.3.2 Derecho a guardar silencio.Expresión del derecho a la no autoincriminación, por el cual el silencio del inculpado no puede ser tenido como indicio de culpabilidad. El silencio de inculpado no es susceptible de ser valorado por el juzgador. El silencio es neutro, es decir, no es la afirmación ni la negación de lo que se preguntó; esto no significa que el juzgador esté impedido a indagar el motivo por el cual el imputado calla, ya que esto podría revelar algo, por 47 ejemplo: que la persona prefiere no entrar a discutir el asunto en el escenario en que se plantea porque no lo considera apropiado, o que prefiere preparar su defensa de mejor manera, o que considera que la imputación en si misma no lo daña y prefiere no validarla haciéndose cargo de ella, o porque recibe amenazas de otras personas vinculadas a la comisión del ilícito penal, etc. El hecho de que el imputado guarde silencio frente algunas preguntas de algún agente estatal destinadas a esclarecer los hechos o su participación en estos, es en sí mismo poco significativo, porque existen muchas explicaciones posibles de esa conducta. 2.3.3 Garantías constitucionales del proceso.Producto de las lucha de los ciudadanos a fin de protegerse de fuerza pública del Estado y de sus desbordes, se constituyen en verdaderos límites a este poder y por eso tienen rango constitucional y ese es su grado. Son a la vez principios orientadores de la actividad legislativa de un Estado en materia de justicia. 2.3.4 Presunción de inocencia.Es una garantía genérica prevista en nuestra Constitución como un derecho fundamental a la libertad. Se constituye en una presunción iuris tamtum por la cual nadie puede ser considerado como culpable si es que no existe una condena penal que así lo declare. Es un concepto a partir del cual se construye todo un modelo garantista de justicia penal. 2.3.5 Derecho constitucional a la defensa.La “defensa” en un sentido lato, se entiende como aquel derecho, reconocido constitucionalmente, que tiene toda persona, de solicitar ante un órgano de justicia, una solución justa ante un determinado litigio. Aquí se presenta el problema del individuo a quien supuestamente se le ha lesionado un derecho, por lo que deberá recurrir a la justicia para efectuar su reclamo, conforme a una garantía constitucional que va avalar dicha 48 reclamación. En un sentido más estricto y específicamente dentro de la esfera penal, debemos decir que mediante la “defensa”, las partes deberán estar en la posibilidad tanto en el plano jurídico como en el fáctico de ser convocadas para ser escuchadas, y colocarse frente al Sistema en una formal contradicción con “igualdad de armas” siendo pues como lo señala Maier (s/a), “Una garantía frente al Poder del Estado y representa una limitación del poder estatal” 49 CAPÍTULO III METODOLOGÍA 50 3.1. Tipo y diseño de investigación 3.1.1. Tipo de investigación La investigación es un proceso que mediante la aplicación del método científico procura obtener información. La investigación científica es la búsqueda de conocimientos o de soluciones a problemas de carácter científico; el método científico indica el camino que se ha de transitar en esa indagación y las técnicas precisan la manera de recorrerlo. De allí entonces que la Investigación puede ser clasificada por diversos criterios, según: el propósito o finalidad perseguida. Teniendo en cuenta la finalidad que persigue, la investigación se pueden clasificar en pura y aplicada (Oyague y Sevilla, 2002, pág. 93). Con lo que diremos que el tipo de investigación que se ha utilizado está basado en la investigación pura o también denominada básica, teórica, dogmática, la finalidad de dicha investigación radica en formular nuevas teorías o modificar las existentes, mediante el descubrimiento de principios, es decir se caracteriza porque parte de un marco teórico y permanece en el; asimismo incrementa los conocimientos científicos o filosóficos, pero sin contrastarlos con ningún aspecto práctico. Por otro lado, según otros autores para definir sobre qué tipo de investigación se utilizará basan en el aspecto de profundidad u objetivo en el cual se clasifica en exploratoria, descriptiva, correlacional, explicativa y experimental (Oyague y Sevilla, 2002, pág. 185). Hernández, Fernández y Baptista (2003, pág. 113) establecen estos cuatro tipos de investigación, basándose en la estrategia de investigación que se emplea, ya que el diseño, los datos que se recolectan, 51 la manera de obtenerlos, el muestreo y otros componentes del proceso de investigación son distintos. El tipo de investigación que se recoge en la presente es una investigación de carácter descriptivo, ya que vamos a poner énfasis en el problema que tiene el estado peruano cuando administran justicia, desconociendo garantías constitucionales como lo es “El derecho a no autoincriminarse en los procesos penales en el distrito judicial de Lima Sur entre los años 2011-2014”. 3.1.2. Diseño de investigación Latorre (1996, pág. 54) considera: Que el diseño describe con detalle qué se debe hacer y cómo realizarlo, plasma las actividades, incluye los grupos de sujetos, las variables implicadas. Tiene gran valor clarificador y especificador de las ideas y tareas que hay que realizar. El diseño da respuesta a las preguntas de investigación. En las investigaciones cuantitativas, los diseños se presentan en forma de esquemas gráficos. Marroquín (2012) quien cita a Sánchez-Reyes sostiene que: “El diseño es un valioso instrumento que orienta y guía al investigador en un conjunto de pautas a seguir, en un estudio o experimento; es de carácter flexible, no un recetario rígido”. Se ha utilizado el diseño descriptivo simple, puesto que en un Estado Constitucional desconociendo y no de aplicar Derecho, el no podemos derecho/garantía de seguir la no autoincriminación en el proceso penal peruano, ya sea en un proceso ordinario o sumario; o en su defecto en el proceso común en aplicación con el NCPP de 2004, ya que toda práctica de tortura 52 e inducción de auto inculparse debe quedar proscrita en todos los ordenamientos jurídicos del mundo. 3.2. Población y muestra 3.2.1. Población Está conformada por jueces, fiscales y policías, de sexo masculino. Jueces Penales Titulares Fiscales Provinciales Penales Policías de DIVINCRI Tabla 1 DISTRIBUCIÓN DE JUECES PENALES TITULARES, FISCALES PROVINCIALES PENALES, ABOGADOS PENALISTAS Y POLICÍAS DE LA DIVINCRI DE LIMA SUR POBLACION Corte Superior de Justicia de Lima Sur Jueces Penales Titulares Fiscales Provinciales Penales Policías de Lima Sur 20 x Nº TOTAL x 80 x x 60 x x 120 200 Fuente: Elaboración: Dirección de Estadística – Radio del Sur 3.2.2. Muestra La muestra, es una pequeña porción representativa y adecuada de la población, a partir de la cual el investigador va a obtener datos que son puntos de partida de las generalizaciones. Para elegir la muestra en la presente investigación se utilizó el muestreo no probabilístico. La muestra estuvo constituida por un total de 80 operadores jurídicos (Jueces Penales, Fiscales Provinciales Penales, Policías 53 DIVINCRI del radio Urbano de Lima Sur) de sexo masculino, instalados en las dependencias del Distrito Judicial de Lima Sur conforme se detalla en el siguiente cuadro: o Jueces Penales Titulares 10 personas o Fiscales Provinciales Penales 20 personas o Policías de DIVINCRI de V.E.S 50 personas Tabla 2 DISTRIBUCIÓN DE JUECES PENALES TITULARES, FISCALES PROVINCIALES PENALES, Y POLICÍAS DEL DISTRITO JUDICIAL DE LIMA SUR POBLACIÓN CORTE SUPERIOR DE JUSTICIA DE LIMA SUR Jueces Penales Fiscales Penales Policías de Lima Sur 3.3. 10 x x 20 x x x 50 Nº TOTAL 30 80 Hipótesis 3.3.1. Hipótesis general.- El derecho a no autoincriminarse no se garantiza en los procesos penales en los juzgados y salas especializadas adscritas al distrito judicial de Lima Sur entre los años 2011-2014, conforme el derecho fundamental de la dignidad de los investigados, imputados y procesados. 54 3.3.2. Hipótesis específicas a) El derecho a no autoincriminarse no se respeta en la etapa de investigación policial, en el Distrito Judicial de Lima Sur entre los años 2011-2014, a la luz de los derechos a guardar silencio y el derecho a la libertad de declaración. b) El derecho a no autoincriminarse no se respeta en la etapa de investigación preliminar e instrucción, por los fiscales y jueces especializados del Distrito Judicial de Lima Sur entre los años 2011-2014, considerando que no se le puede obligar al investigado e imputado a rendir su manifestación, ni hacer preguntas ambiguas, capciosas o sugestivas. c) El derecho a no autoincriminarse no se respeta en la etapa de juicio oral por los jueces penales del Distrito Judicial de Lima Sur entre los años 2011-2014, respetando sus derechos fundamentales al momento de interrogar al procesado. 3.4. VARIABLES - OPERACIONALIZACIÓN Entendemos por variable cualquier característica o cualidad de la realidad que es susceptible de asumir diferentes valores, es decir, que puede variar, aunque para un objeto determinado que se considere puede tener un valor fijo. Sabino (1980, pág. 68) establece: “Entendemos por variable cualquier característica o cualidad de la realidad que es susceptible de asumir diferentes valores, es decir, que puede variar, aunque para un objeto determinado que se considere puede tener un valor fijo”. Se deduce que la variable es un elemento fundamental que juega un rol importante dentro de la elaboración de un trabajo de investigación. 55 Según (Arias, pág. 61) la operacionalización “es aquel proceso mediante el cual se transforma la variable de conceptos abstractos a términos concretos, observables y medibles, es decir, dimensiones e indicadores” En tal sentido se infiere que la operacionalización como proceso metodológico permite que se puedan descomponer las variables que componen el problema de investigación, partiendo desde lo más general a lo más específico. Según (Morales, pág. 31): “cuando por su amplitud o complejidad resulta difícil medir una variable, se recurre a descomponerla en sub aspectos o indicadores cuantificables”. En tal sentido como se ha podido observar tanto la variable, como el procedimiento de operacionalización, constituyen elementos fundamentales para realizar un adecuado desarrollo en la busca de un sólido trabajo de investigación. Tabla 3 Operacionalización de variables para la presente investigación VARIABLES DIMENSIONES Etapa de investigación policial INDICADORES La realización del atestado o parte policial Control judicial y de las partes Colaboración del Ministerio público en la actividad ITEM Considera Ud. que la DIVINCRI de Villa El Salvador, respeta la garantía de la no autoincriminación en las investigaciones policiales al momento de expedir el atestado o parte policial Con respecto a la etapa instructiva, Considera Ud. que se está vulnerando la garantía de la no autoincriminación y derechos fundamentales al no tener la Policía control judicial y de las partes Considera Ud. que la labor del Ministerio Público se restringe en la etapa instructiva a la luz del 56 investigadora. Variable X = El derecho/garantía a no autoincriminarse Etapa de investigación preliminar Juzgados y salas penales en etapa de instrucción y juicio oral 3.5. Recomendaciones, pedidos y sugerencias del ministerio público Realización investigaciones paralelas La Instrucción Realización de la audiencia La audiencia pública La publicidad de Código de Procedimientos Penales de 1940. Respecto a las funciones del Ministerio Público, Ud. está de acuerdo a que solo hagan recomendaciones, pedidos y sugerencias al momento de la actividad investigadora. En el supuesto de que el Ministerio Público realice investigaciones por cuenta propia y en forma paralela vulneraría la garantía de la no autoincriminación en el proceso penal peruano. Considera Ud. que la instrucción es la etapa más importante del proceso penal peruano, según algunos doctrinarios. Considera Ud. que la instrucción es la etapa más importante del proceso penal peruano, según algunos doctrinarios. Respecto a la audiencia en la etapa de juicio oral, ¿Considera Ud. que es el acto procesal más importante del proceso penal peruano? Considera Ud. que la audiencia pública garantiza el derecho a la no autoincriminación del imputado en el proceso penal peruano. Considera Ud. que el principio de publicidad es importante en el proceso penal peruano. Método de investigación Se ha utilizado el analítico deductivo ya que parte de los principios o teorías y luego se contrastó con los resultados. 3.6. Técnicas e instrumentos de investigación Para realizar un trabajo de investigación requerimos técnicas e instrumentos que nos va a permitir arribar a resultados y con ello demostrar las hipótesis que son respuestas supuestas que requieren ser comprobadas 57 y por ende cumplir con nuestros objetivos, empleando para ello método deductivo, inductivo y analítico. 3.6.1. Técnicas de recolección de datos Las técnicas son procedimientos sistematizados, operativos que sirven para la solución de problemas prácticos. Las técnicas deben ser seleccionadas teniendo en cuenta lo que se investiga, por qué, para qué y cómo se investiga. Las técnicas pueden ser: La encuesta y el análisis de documentos. En tal sentido para nuestras investigaciones hemos utilizados las siguientes técnicas: a) Cuestionario.Se valoró por medio del cuestionario a jueces, fiscales, y policías del distrito judicial de lima sur durante los años 2011-2014 Según Tamayo y Tamayo (2008, pág. 24), el cuestionario “es aquella que permite dar respuestas a problemas en términos descriptivos como de relación de variables, tras la recogida sistemática de información según un diseño previamente establecido que asegure el rigor de la información obtenida”. Bajo esta premisa nos permite colegir que el cuestionario es un proceso interrogativo que tiene como finalidad conocer lo que opina la gente sobre una situación o problema que lo involucra, ya que la única manera de saberlo es preguntando, a ello se suma que se ha encuestado a las personas que están involucradas en el presente trabajo de investigación (Operadores jurídicos jueces, fiscales y policías). 58 b) Análisis de documentos.El análisis de información (documentos) parte desde la simple recopilación y lectura de textos hasta la interpretación. Es decir, el análisis es una actividad intelectual que logra el arte o la virtud de perfeccionar capacidades profesionales por parte del analista; todo esto gracias al empleo de métodos y procedimientos de investigación, ya sean cuantitativos o cualitativos que le permiten separar lo principal de lo accesorio y lo trascendental de lo pasajero o superfluo. Por lo cual inferimos que el análisis de información forma parte del proceso de adquisición y apropiación de los conocimientos latentes acumulados en distintas fuentes de información. El análisis busca identificar la información “útil'', es decir, aquella que interesa al usuario, a partir de una gran cantidad de datos. Un breve resumen de los instrumentos de investigación nos presenta Caballero (2000). TECNICA INSTRUMENTO VENTAJAS DESVENTAJAS ENCUESTA Cuestionario Aplicable a gran número de informantes sobre gran números de datos Poca profundidad. ANÁLISIS DE DOCUMENTOS Guía de análisis de documentos Permite profundizar los aspectos interesantes. OBSERVACION DE CAMPO Guía de Contacto directo del observación de investigador con la campo realidad. Fuente: Elaborada por el autor - Solo aplicable a un pequeño número. -Difícil - Aplicación limitada a aspectos fijos o repetitivos. 59 3.6.2. Los instrumentos de recolección de datos: Una vez que se ha definido el marco teórico, es necesario que por medio de la medición se ponga a prueba las variables que ha desarrollado en la estructuración del mismo. Dentro de este contexto, Hurtado (2000, pág. 164), señala “que la selección de los instrumentos de investigación implica determinar por cuáles medios o procedimientos el investigador obtendrá la información necesaria para alcanzar los objetivos de la investigación”. Córdova (2013, pág. 106) mencionó: "La calidad de una investigación depende de gran medida de la calidad de los instrumentos de acopia de datos utilizados. En tal sentido, el investigador debe procurar disponer de instrumentos válidos y confiables”. Los instrumentos son medios auxiliares para recoger y registrar los datos obtenidos a través de las técnicas y pueden ser: Técnicas de encuesta y Análisis de Documentos. En esta línea de ideas, Grau, G. (2006, pág. 118) define los instrumentos de investigación como “las herramientas utilizadas por el investigador en la recopilación de los datos, los cuales son seleccionados conforme a las necesidades de la investigación, en función de la muestra elegida, y se aplican tanto para hacer acopio de los antecedentes como para la observación del fenómeno”. Por consiguiente, los instrumentos de investigación que se ha de trabajar en la presente investigación han sido: - Cuestionario - Guía de análisis de análisis de documento 60 Cuestionario.El cuestionario es una técnica de recogida de datos mediante la aplicación de preguntas a una muestra de individuos. A través del cuestionario se pueden conocer las opiniones, las actitudes y los comportamientos de los juristas. En un cuestionario se realizan una serie de preguntas sobre uno o varios temas a una muestra de personas seleccionadas siguiendo una serie de reglas científicas que hacen que esa muestra sea, en su conjunto, representativa de la población general de la que procede. Se elaboró 20 preguntas (abiertas y cerradas) relacionadas con la no autoincriminación que se aplicaron 20 operadores jurídicos entre jueces penales titulares, fiscales provinciales titulares y policías, todos ellos laboran en el Distrito Judicial de Lima Sur. Guía de análisis de documento.Ha sido empleado para la analizar las categorías y sub categorías de las resoluciones judiciales expedidas por la Corte Superior de Lima Sur (Poder Judicial) y Tribunal Constitucional. El análisis documental es la operación que consiste en seleccionar las ideas informativamente relevantes de un documento a fin de expresar su contenido sin ambigüedades para recuperar la información en él contenida. 61 Validez Juez 1 Juez 2 Juez 3 Juez4 Juez 5 Sumatoria Valor (V) 2 2 1 2 2 9 0.9 2 2 2 2 1 2 2 2 2 1 9 9 0.9 0.9 2 2 1 2 2 9 0.9 0.9 Respecto a la validez, del cuestionario sobre las preguntas han arrojado un 0.9, un promedio muy aceptable. 62 CAPÍTULO IV RESULTADOS Y DISCUSIÓN 63 4.1. Resultados de investigación De acuerdo al proceso de investigación se va a plasmar los resultados empleando una escala nominal. Para ello se destinó cuestionario tanto a los jueces penales, fiscales provinciales penales, y policías, teniendo la siguiente interpretación de cuadros y gráficos: El instrumento se aplicó a 80 profesionales; siendo estos pertenecientes al sistema de Justicia Nacional, tales como Jueces y Fiscales Penales, y Policías de la DIRINCRI, los cuales laboran en el sistema de administración de justicia en el radio urbano de Lima Sur. Con ello su pudo apreciar los distintos criterios de los funcionarios que administran y colaboran con la justicia nacional peruana. En tal sentido el objetivo fundamental de la presente investigación es identificar el derecho/garantía de la no autoincriminación en el proceso penal peruano en el distrito judicial de lima sur, para lo cual presentamos a continuación los resultados los cuales están con sus respectivas tablas y cuadros estadísticos dados de manera objetiva. Todo ello en función a las hipótesis planteadas, respondiendo a ella con los niveles de probabilidades. Es decir el resultado de la contrastación de hipótesis todo ello nos van a permitir demostrar dicha hipótesis o en todo caso serán rechazadas. 64 Gráfico 1: El derecho/garantía a no autoincriminarse no se garantiza en los procesos penales en los juzgados y salas especializadas adscritas al Distrito Judicial de Lima Sur entre los años 2011-2014, a pesar de ser considerado un derecho fundamental de la dignidad de los procesados. 15% 5% 20% Si Muy adecuada 60% Poco adecuada No Fuente: Elaborado por el autor Respecto a la consulta elaborada que se le formuló a los jueces y jueces superiores penales, fiscales provinciales penales y policías adscritos al radio urbano de Lima Sur, en cuanto a los procesos penales sumarios y ordinarios a la luz del Código de Procedimientos Penales de 1940, y al proceso común con el NCPP de 2004, que en el día a día se desarrollan durante un proceso penal, si respetan el derecho/garantía a no autoincriminarse, alcanza a un 15%, la encuesta corrobora que la aplicación de la no autoincriminación en las distintas etapas del proceso penal peruano no es respetada por algunos operadores jurídicos de Lima Sur, en juzgados y salas, fiscalías/fiscalías superiores y comisarías, lo que significa que no se puede confiar al momento de los interrogatorios, declaraciones instructivas y manifestaciones policiales. 65 Gráfico 2: Se infiere que los policías adscritos al distrito judicial de Lima Sur, no respetan el derecho/garantía a no autoincriminarse, puesto que desconocen que el investigado tiene el derecho a guardar silencio, a la libertad de declaración e incluso el derecho a mentir, al momento de rendir su manifestación policial. 5% 15% 80% Si No en blanco Fuente: Elaborado por el autor Respecto a la consulta realizada a los policías adscritos al distrito judicial de lima sur, el 80% de los policías afirman que desconocen y por ende no respetan el derecho/garantía a no autoincriminarse del investigado, y que a la luz de éste derecho/garantía los mismos puedan guardar silencio, tener libertad al momento de declarar e incluso mentir cuando rindan sus manifestaciones policiales; por otro lado solo un 15% de los policías conoce el derecho/garantía, más no lo respeta. 66 Gráfico 3: Se colige que los fiscales provinciales penales y jueces penales no respetan el derecho/garantía a no autoincriminarse, puesto que obligan al investigado e imputado a rendir su declaración instructiva en la etapa de investigación preliminar e instrucción. 2% 2% 20% Si 48% Mucho Poco 28% Nada en blanco Fuente: Elaborado por el autor Respecto a la consulta a los fiscales provinciales penales y jueces penales del Distrito Judicial de Lima Sur, el 48% de éstos afirman que el derecho/garantía a no autoincriminarse no tiene los alcances de un derecho fundamental del cual gozan los investigados e imputados y que ello no es óbice para que el investigado e imputado rinda su declaración, en la etapa de investigación preliminar e instrucción. 67 Gráfico 4: Se infiere que los jueces y jueces superiores penales adscritos al distrito judicial de lima sur, no respetan el derecho/garantía a no autoincriminarse, ya que al momento de interrogar al procesado en la etapa de juicio oral no se le informa que goza de derechos fundamentales, como el derecho/garantía a la no autoincriminación. 12% 26% Si 6% 56% Mucho Poco Nada Fuente: Elaborado por el autor Respecto a la consulta a los operadores jurídicos (jueces penales) adscritos al Distrito Judicial de Lima Sur, el 56% de los magistrados afirman que el derecho/garantía a no autoincriminarse, no es considerada como un derecho fundamental dentro de un proceso penal en la etapa de juicio oral, y por ende el procesado no puede acogerse al derecho a guardar silencio, ya que constituiría el delito de desobediencia a la autoridad, mientras que solo el 12% afirma que si lo respeta puesto que la dignidad del procesado juega un papel importante dentro del proceso penal. 68 MATRIZ DE ANÁLISIS DE CONTENIDO Según la definición clásica de Berelson (1971, citado por Hernández, Fernández y Baptista, 2003, pág. 412), sostiene que "el análisis de contenido es una técnica para estudiar y analizar la comunicación de una manera objetiva, sistemática y cuantitativa". Según Sierra Bravo (ob. cit.), el objeto del análisis de contenido, es el contenido expreso de la comunicación, en el texto de que se trate. Sin embargo, el análisis no pretende quedarse con el contenido manifiesto, sino "… inferir de él consecuencias relevantes de naturaleza psicológica, sociológica, política, histórica, etc. Sobre el origen, destino y aspecto de los mensajes" (pág. 288). También, Krippendorff (1980, citado en Hernández, Fernández y Baptista, 2003, pág. 412), relaciona el análisis con el significado de los datos dentro de un contexto, cuando lo define como "una técnica de investigación para hacer inferencias válidas y confiables de datos respecto a su contexto. El autor Hernández, Fernández y Baptista (2003).El análisis de contenido se efectúa por medio de la codificación, que es "el proceso en virtud del cual las características relevantes del contenido de un mensaje se transforman a unidades que permitan su descripción y análisis precisos" (pág. 413). 69 UNIDAD DE ANÁLISIS Exp. N° 28172007-PHC/TC Exp. N° 30212013/PHC/TC CATEGORÍAS SUBCATEGORÍAS Derecho fundamental a la dignidad de las personas Derecho a no autoincimirnarse, o incriminar al cónyuge o parientes Prohibición de la coacción física Prohibición de la coacción moral Derecho a mantenerse silente Derecho a mentir Derecho a la libertad de declaración Derecho a un debido proceso Derecho a la defensa Derecho a la presunción de inocencia Decisión sobre su propia declaración La no autoincriminación como autodefensa pasiva Obligación de informar sobre los beneficios de este derecho Prohibición de exigir juramento o promesa de honor Derecho a conocer los cargos por los que se investiga Derecho Humano Derecho de defensa Exp. N° 10642011-PJ-LIMA SUR Exp. N° 10451999-PJHUÁNUCO Derecho/Garantía a la no autoincriminación 70 4.2. Discusión de resultados A continuación se discuten los resultados obtenidos contrastados por las teorías, normas y jurisprudencia. Rojas, M. (1992, pág. 24.) sostiene que: "La discusión es el lugar donde se interpreta, aclara, justifica y relaciona los resultados y las conclusiones (...). Señalar las aplicaciones prácticas y teóricas de los resultados obtenidos, así como las limitaciones implícitas". Day, R. (1996, pág. 44-45) afirma que: "La finalidad principal de la discusión es mostrar las relaciones existentes entre los hechos observados (...) y lo más que uno podrá hacer será arrojar un poco de luz sobre la parcela de la verdad". En la hipótesis general se ha planteado: El derecho a no autoincriminarse se garantiza en los procesos penales en los juzgados y salas especializadas adscritos al distrito judicial de Lima Sur entre los años 2011-2014, conforme el derecho fundamental de la dignidad de los investigados, imputados y procesados. Galván (2013) realizó una investigación referente a “Al Derecho a la No Autoincriminación” en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, en la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas. Concluyó que: El derecho a declarar y el derecho a la no autoincriminación se fundamenta en la dignidad de la persona, al ser reconocido como sujeto del proceso. En nuestro estudio que hemos realizado, nos indica que los operadores jurídicos como jueces y jueces superiores 71 penales, fiscales provinciales/superiores penales y policías de Lima Sur, que respetan el derecho/garantía a la no autoincriminación, alcanza a un 15%, la encuesta corrobora que el respeto de la no autoincriminación en las distintas etapas del proceso penal peruano no es garantizada por los operadores jurídicos de Lima Sur, en juzgados, fiscalías, comisarías e incluso salas penales y fiscalías superiores, lo que significa que no se puede confiar en los interrogatorios, declaraciones instructivas y manifestaciones policiales, que se realizan en un proceso penal peruano. Esto se demuestra con los resultados, ya que el 60% de los operadores jurídicos consideran que no se respeta el derecho/garantía de la no autoincriminación en el proceso penal peruano; asimismo, en el ámbito legal no se encuentra reconocido expresamente. Esto se concatena con los estudios realizados por Pérez (2013) quien considera que en muchos casos no se garantiza este derecho en tal aspecto o proceso. Por tanto podemos señalar que mientras se siga desconociendo la garantía de la no autoincriminación, y en consecuencia no sea respetada dentro del proceso penal peruano, ya sea con el código de procedimientos penales de 1940, o con el NCPP de 2004, los derechos fundamentales del investigado, imputado y procesado no estarán garantizados. Asimismo el Tribunal Constitucional en su STC N° 30212013-PHC/TC, ha considerado que la no autoincriminación es un derecho que garantiza a toda persona a no ser obligada a descubrirse contra sí misma, a no ser obligada a declarar contra sí misma o lo que es lo mismo, no ser obligada a acusarse a sí misma. 72 En cuanto a las hipótesis específicas: Primera.- El derecho a no autoincriminarse no se respeta en la etapa de investigación policial, en el distrito judicial de Lima Sur entre los años 2011-2014, a la luz de los derechos a guardar silencio y el derecho a la libertad de declaración. El artículo IX del título preliminar del Código Procesal Penal, reconoce diversos derechos y garantías a favor del investigado y del imputado, los cuales tienen operatividad plena desde el momento mismo en que surge el riesgo de que el ciudadano pueda ser sometido a investigación de naturaleza penal. En ese sentido a la consulta realizada a los policías que laboran dentro del radio urbano de Lima Sur, el 80% de los policías afirman que desconocen el derecho/garantía a la no autoincriminación del investigado, y por ende no lo respetan, ello a pesar de que a la luz de este derecho/garantía pueden guardar silencio, tener libertad para declarar e incluso mentir al momento de rendir su manifestación, mientras solo un 15% lo conoce más no lo respetan. Esto se demuestra con los resultados obtenidos a través de los operadores jurídicos (policías) quienes consideran que no cumplen con respetar la garantía de la no autoincriminación en el proceso penal peruano; en la etapa de investigación preliminar y por ende no se garantiza su derecho a guardar silencio y/o como a la libertad de declaración e incluso a mentir, asimismo, en el ámbito constitucional no está reconocido expresamente. Esto de conformidad con los estudios realizados por Campos (2011) quien considera que en muchos casos no se aplica adecuadamente tal aspecto, y en concordancia con los 73 atestados y partes policiales recabados en donde se demuestra la vulneración a este derecho/garantía. Por tanto se infiere que el derecho/garantía a la no autoincriminación del investigado representa que se lleve a cabo un debido proceso, respetando los derechos y garantías que las normas procesales y constitucionales le atribuyen al sujeto pasible de investigación penal, a la luz de la investigación preliminar o investigación preparatoria. Segundo.- El derecho a no autoincriminarse no se respeta en la etapa de investigación preliminar e instrucción, por los fiscales y jueces especializados del distrito judicial de Lima Sur entre los años 2011-2014, considerando que no se le puede obligar al investigado e imputado a rendir su manifestación, ni hacer preguntas ambiguas, capciosas o sugestivas. La prohibición de preguntas ambiguas, capciosas o sugestivas se encuentra referida al modo de formulación de las preguntas frente a las cuales, la persona va rendir su declaración. Esta proscripción se fundamenta en que el interrogatorio en el modelo garantista, es el principal medio de defensa que tiene el imputado o procesado, en las investigaciones que se le sigue. En relación a la consulta a los fiscales y jueces penales del distrito Judicial de Lima Sur, el 48% de estos afirman que el derecho/garantía a la no autoincriminación no es un derecho fundamental del cual gozan los investigados y que ello no es obstáculo para que el denunciado manifieste o rinda su declaración, en la etapa de instrucción. Esto se demuestra con los resultados, ya que solo el 2% de los operadores jurídicos (fiscales y jueces penales) 74 consideran que cumplen con respetar la garantía de la no autoincriminación en el proceso penal peruano; en la etapa de instrucción al momento de tomarle la declaración al imputado, asimismo, en el ámbito legal no está reconocida expresamente. Esto se concatena con los estudios realizados por Salazar (2013) quien considera que en muchos casos no se respeta el derecho/garantía a la no autoincriminación al momento que se le exhorta al investigado o imputado a rendir su declaración. Por tanto se colige que el derecho/garantía a la no autoincriminación en su etapa de investigación preliminar e instructiva no es respetada por el titular de la acción penal, así como por el juez instructor, ello de conformidad con las formalizaciones de denuncias y auto apertorio de instrucción que se le siguen a los sujetos pasibles de investigación. Tercero.- El derecho a no autoincriminarse no se respeta en la etapa de juicio oral por los jueces penales del distrito judicial de Lima Sur entre los años 2011-2014, respetando sus derechos fundamentales al momento de interrogar al procesado. Puede decirse que el derecho a no autoincriminarse tiene como fundamento el derecho natural que toda persona posee de intentar ocultar su propias faltas o delitos, no puede exigirse al ciudadano por ende que vulnere su propia esfera jurídica a través de una declaración en su contra. Respecto a la consulta a los operadores jurídicos (jueces y jueces superiores penales) del distrito judicial de Lima Sur, el 56% de los magistrados afirman que el derecho/garantía a la no autoincriminación, no es considerada como un derecho fundamental dentro de un proceso penal en la etapa de juicio 75 oral, por ende en la mayoría de casos no se le informa al procesado que puede acogerse al derecho a guardar silencio, mientras que solo el 12% afirma que si respete este derecho, puesto que la dignidad del procesado juega un papel importante, y de no respetarla afectaría un debido proceso. Esto se demuestra con los resultados, ya que el 6% de los operadores jurídicos (jueces y jueces superiores penales) consideran que si cumplen con respetar la garantía de la no autoincriminación en el proceso penal peruano; asimismo, en el ámbito legal argumentan que no está reconocido expresamente. Esto se concatena con los estudios realizados por Reyna (2013) quien considera que en muchos casos no se aplica adecuadamente tal aspecto, a pesar de encontrarse en la etapa de juicio oral, o en la etapa de juzgamiento, bajo la premisa de que dichas audiencias tienen carácter de públicas, ello de concordancia con las resoluciones expedidas por la Corte Superior de Justicia de Lima Sur. Por tanto se deduce que el derecho/garantía a la no autoincriminación, no es reconocido, ni respetado como un derecho fundamental que garantiza un debido proceso penal en contra del procesado. Finalmente concluimos que el derecho/garantía a no autoincriminarse no es reconocido por los distintos operadores jurídicos que son los encargados de administrar o impartir justicia, en un supuesto moderno estado constitucional de derecho, lo que acarrea que día a día los investigados, imputados y procesados vean vulnerados sus derechos fundamentales que como tal se le deben otorgar a la luz de un procesal penal peruano moderno. 76 CONCLUSIONES Primera.- El derecho/garantía a no autoincriminarse es un derecho fundamental que en el marco de un proceso penal peruano en el Distrito Judicial de Lima Sur, sea con el Código de Procedimientos Penales de 1940 o a la luz del NCPP de 2004, lamentablemente no es conocido por la mayoría de los operadores jurídicos que administran e imparten justicia, o que en su defecto teniendo conocimiento de aquella garantía simplemente no la respetan en el proceso penal peruano. Segundo.- El derecho/garantía a no autoincriminarse a pesar de ser un derecho reconocido por la constitución política del Perú, no es respetado por los policías que laboran dentro del radio urbano del Distrito Judicial de Lima Sur, en la fase de investigación preliminar con el CPP de 1940 y en la etapa de Investigación Preparatoria con el NCCP de 2004. Tercero.- El derecho/garantía a no autoincriminarse no se aplica adecuadamente en la etapa de investigación preliminar e instrucción, puesto que muchos fiscales y jueces penales de Lima Sur, no respetan este derecho que se encuentra consagrado en normas nacionales y de carácter supranacional, tales como tratados y convenios internacionales. Cuarto.- El derecho/garantía a la no autoincriminación no se aplica en la etapa de juicio oral, puesto que los jueces y jueces superiores penales no informan los derechos que tiene el procesado al momento de ser interrogados, y por ende se estaría vulnerando las garantías que ofrece un proceso penal moderno a la luz de un estado constitucional de derecho. Quinto.- El derecho/garantía a no autoincriminarse, recogido por el artículo IX del título preliminar del Código Procesal Penal, es un derecho fundamental que se encuentra íntimamente relacionado al derecho de defensa y derecho al debido proceso, establecido en el artículo 139 77 (numerales 14 y 3. Respectivamente) de nuestra Constitución Política. Este derecho no protege, únicamente, la posibilidad de guardar silencio del imputado o procesado, sino que su protección alcanza a la declaración del investigado y a la elección del contenido de dicha declaración, la cual no necesariamente debe encontrarse sujeto a la “verdad”. Ello es así en cuanto, a diferencia de otros sistemas procesales penales, como el norteamericano, por ejemplo el imputado no tiene la condición de testigo dentro del proceso penal y, en consecuencia, no tiene deberes de veracidad y colaboración con la administración de justicia, de ahí que como muestra de ello el Código Procesal Penal, a diferencia del tratamiento del antiguo Código de Procedimientos Penales, no contemple, si quiera, la posibilidad de exhortar al imputado a decir a la verdad. Sexto.- El derecho a no autoincriminarse prohíbe que se ejerza violencia o tortura contra las personas a fin de obtener una declaración, aunado a ello se ha demostrado que las autoridades policiales aún siguen recurriendo a métodos a fin de obtener una confesión, ello debido a la desinformación sobre éste derecho, la ausencia de un abogado defensor y a la falta de obligación de informar que las personas a las que se le sigue una investigación penal gozan de éste derecho. Sétimo.- El derecho a no autoincriminarse se extiende a otras divisiones del derecho, no solo abarca el derecho penal sino que también está presente en todo procedimiento que implique una sanción, como el procedimiento administrativo sancionador o ante las comisiones investigadores del Congreso de la República. Octavo.- Finalmente vale decir que la decisión del imputado de guardar silencio o declarar, y dentro de ésta última de declarar falsamente o brinda falsa justificación no solo se encuentra enmarcado dentro del ejercicio de su derecho a no autoincriminarse, sino también dentro del ejercicio derecho de defensa, y consecuentemente del debido proceso. 78 RECOMENDACIONES Las recomendaciones que planteamos serán en base al derecho/garantía de la no autoincriminación que tienen los imputados en el proceso penal peruano. 1. Se necesita adoptar medidas en cuanto a la Institución de la Policía Nacional del Perú, y de sus operadores policiales que llevan a cabo diversas diligencias en cuanto son las investigaciones policiales, en el marco de un proceso penal moderno, es decir que los agentes policiales conozcan que dentro de un proceso penal existen garantías de cortes constitucionales que les asiste a los investigados como es la no autoincriminación, y que las confesiones del investigado a través de las torturas o castigos crueles e inhumanos por parte de la autoridad se encuentran proscritas de plano. En tal sentido estas recomendaciones van dirigidas al Señor José Luis Pérez Guadalupe, en su condición de Ministro del Interior (MININTER) y al Jefe de Inspectoría General del Sector Interior de la Policía Nacional del Perú, General PNP Miguel Alfredo Basilio Grossman, quiénes deben a través de los órganos encargados deberán supervisar de manera permanente, la labor que realizan los policías del Perú, llevando a cabo las investigaciones de distintos delitos que se suscitan a diario en todo el país, y que dentro de aquella investigación los oficiales respeten los derechos y garantías que le asiste a todo investigado en un proceso penal. 2. Asimismo se necesita hacer un trabajo en conjunto entre los poderes y organismos que administraran e imparten justicia, corroborando o verificando que a las personas que son sometidas a un largo y tedioso proceso penal, se les respete y garantice sus derechos fundamentales, tales como el derecho/garantía a la no autoincriminación, tales como la obligación que tienen los fiscales y policías de informar sobre el derecho a 79 guardar silencio que es un presupuesto indispensable para cautelar la no autoincriminación, por lo que debería existir una normativa. Por ello las recomendaciones van dirigidas al Fiscal de la Nación y al Jefe de las Fiscalías Supremas de Control Interno del Ministerio Público, en cuanto a la supervisión de las resoluciones fiscales que se emiten a diario en el Distrito Fiscal de Lima Sur, puesto que en la estructura de las mismas se observa que la mayoría de los fiscales provinciales penales y superiores penales emiten formalización de denuncias y dictámenes acusatorios sin respetar el derecho/garantía a no autoincriminarse. 3. Por otro lado en nuestro País, al no existir las salvaguardas positivas necesarias para cautelar y proteger este derecho/garantía, las declaraciones obtenidas durante el proceso violentando este derecho/garantía son actualmente incorporadas al proceso penal peruano, asumiéndose como lícitas, cuando en realidad constituyen prueba prohibida por lo urge su reglamentación a fin de evitar que se sigan produciendo sentencias condenatorias que violenten este derecho/garantía a la no autoincriminación, y porque no incluirlo de manera clara, expresa y precisa en la carta magna del Perú. Vale decir que estas recomendaciones van dirigidas al Presidente del Poder Judicial y a la jefa de OCMA para que cumplan con hacer una exhaustiva revisión de las resoluciones en materia penal que expiden los magistrados, tales como los auto apertorio de instrucción y las sentencias condenatorias, ya que las mismas se emiten vulnerando el derecho/garantía a la no autoincriminación de los procesados. 4. Exhortar al Presidente del Consejo Directivo de la AMAG y a los miembros que la conforman, capacitar y formar a los magistrados del distrito fiscal y judicial de lima sur, en torno al desarrollo del proceso penal, 80 y que conozcan a fondo el derecho/garantía a no autoincriminarse que tiene el investigado cuando el Estado lo persigue por la comisión de un delito, ello a la luz del sistema constitucional de convencionalidad consagrado en la cuarta disposición final y transitoria de la Constitución Política del Perú, puesto que como sabemos nuestro País ha ratificado diversos convenios y tratados internacionales como la Declaración Universal de Derechos Humanos. Puesto que en la distintas resoluciones judiciales y fiscales expedidas por los magistrados que radican ene l radio urbano de lima, se observa que éstos no respetan ni aplican el derecho/garantía a no autoincriminarse que tiene el investigado, imputado y procesado en el desarrollo de un proceso penal. 5. Finalmente ponemos a conocimiento al Presidente del Consejo Nacional de la Magistratura y a los miembros que la conforman, ser más exigentes al momento de la evaluación y ratificación que se les hace a los magistrados del poder judicial y del Ministerio Público del Radio Urbano de Lima Sur, ya que ante la creación de éste nuevo distrito fiscal y judicial de Lima Sur, la mayoría de los magistrados por la premura del tiempo y a veces por el desconocimiento, no respetan ni aplican derechos y garantías fundamentales que se deben dar a la luz de un proceso penal contemporáneo, tales como el derecho de defensa, presunción de inocencia y debido proceso, ý en concreto el derecho/garantía a no autoincriminarse que en diversas etapas del proceso penal se observa que ha sido vulnerado. Es por ello que invocamos tener mayor énfasis al momento de evaluar y ratificar a los magistrados que imparte y administran justicia, ya que estas omisiones afectan el desarrollo del proceso y en muchos casos vulnerando la dignidad y la libertad de las personas. 81 REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS Bacigalupo, E. (2005) El debido proceso penal, Buenos Aires. Bazalar, S; Carrera, E; Espinoza, C; Espinoza, C y Flores, M. (2008) en su tesis “El principio de Inocencia en el nuevo código procesal penal” sustentada en la USMP, para obtener el grado de Doctor en Derecho, Lima. Berruezo, R. (2011) Autoincriminación en el derecho penal tributario, publicado en la revista digital jurídica del Centro de Investigación Interdisciplinaria en Derecho Penal Económico, Lima. Binder, A. (1993) Introducción al Derecho Procesal Penal, Buenos Aires. Campos, L. (2011) Garantía de la “No Autoincriminación” en el código procesal penal 2004, Lima: Suplemento de Análisis Legal de El Peruano “JURÍDICA” N° 375. Cubas, V. (2009) El nuevo proceso penal peruano, teoría y práctica de su implementación, Lima: Palestra editores. Eguiguren, F. (2002) “El derecho fundamental a no autoincriminarse y su aplicación ante comisiones investigadoras del congreso”, Lima: Ara Editores. Luna, R. (2002) en su tesis “El derecho a la no autoinculpación en el ordenamiento tributario español” sustentada en la Universidad Complutense de Madrid para obtener el grado de Doctor, Madrid. Miranda, M. (2012) “La Prueba en el Proceso Penal Acusatorio”, Lima, Jurista Editores. 82 Muñoz, F. (23, enero, 2009) De las prohibiciones probatorias del derecho procesal del enemigo, Madrid: revista digital jurídica “revista penal”. Neyra, J. (2010) “Manual del Nuevo Proceso Penal y Litigación Oral”, Lima. Peña Cabrera, A. (2006) “Exégesis del Nuevo Código Procesal Penal”, Lima. Pérez, J. (2013).Principios fundamentales del nuevo proceso penal. El derecho a la no autoincriminación. Lima: Gaceta Jurídica. Pico, G. (1997) “Las Garantías Constitucionales del Proceso”, Barcelona. Quispe, F. (2002) en su tesis “El derecho a la no incriminación y su aplicación en el Perú” sustentada en la UNMSM para obtener el grado de Magíster en Ciencias Penales, Lima. Reyna, L y Ruiz, C.(2013) Principios fundamentales del nuevo proceso penal. La libertad de declaración y el derecho a no autoincriminarse. Lima, Gaceta Jurídica. Romero, A. (2009) “El interrogatorio del Imputado y la Prueba de Confesión”, Madrid. Rosas, J. (2008) Análisis de la validez y eficacia probatoria de las grabaciones obtenidas a través de “trampas de escuchas”, México: revista digital jurídica, Boletín mexicano de derecho comparado. Salazar, B. (2013) en su tesis La configuración jurisprudencial de los derechos fundamentales. El caso del derecho a la “no autoincriminación”, sustentada en la UNAM para obtener el grado de Licenciada en Derecho, México. 83 San Martín, C. (2007) “Persecución del Delito Tributario y Derecho al Silencio y a la no Autoincriminación”. En: Modernas Tendencias de Dogmática Penal y Política Criminal, Libro Homenaje al Dr. Juan Bustos Ramírez, Lima. Suárez, F, Garzón, M y Aguilar, H. (2009) en su tesis “Análisis jurídico del derecho del imputado a la no autoincriminación y su comparación al art. 81 del código de procedimiento penal”, sustentada en la Universidad de Machala para obtener el grado de abogado de los juzgados y tribunales de la república de Ecuador, Guayaquil. Taboada, G. (2008) “La confesión en el Código Procesal Penal de 2004”, Lima, Gaceta Jurídica. 84 ANEXOS 85 ANEXOS Jurisprudencia Nacional e Internacional 1.- Jurisprudencia del Tribunal Constitucional Español. SUMILLA: Se señala los alcances del derecho a la no autoincriminación a raíz de la cuestión de inconstitucionalidad planteada contra el art. 380 del C.P. que tipifica como delito, la omisión del conductor a someterse a las pruebas de alcoholemia cuando es requerido por los agentes de Seguridad. Nº 197/1998, del 21-12-1996, Fecha BOE 04-01-98.Pte.: Ruiz Vadillo, Enrique FUNDAMENTOS DE DERECHO PRIMERO.- La presente cuestión de inconstitucionalidad tiene por objeto el enjuiciamiento del art. 380 C.P. desde la perspectiva de los arts. 1,1, 9,3, 17,3, 24,2, 25,2 y 53 CE. El nuevo tipo penal establece que "El conductor que, requerido por el agente de la autoridad, se negare a someterse a las pruebas legalmente establecidas para la comprobación de los hechos descritos en el artículo anterior, será castigado como autor de un delito de desobediencia grave, previsto en el art. 556 de este Código (265)". El Juzgado de lo Penal número. 1, de Palma de Mallorca considera que este precepto contraría el principio de proporcionalidad de las penas y su orientación hacia la reeducación y reinserción social, y lesiona los derechos a no declarar contra uno mismo y a no confesarse culpable. El Fiscal General del Estado apoya en lo esencial el planteamiento del auto de 86 cuestionamiento, si bien con una doble limitación: su objeto se reduce al ámbito típico referido a las pruebas de alcoholemia, único relevante para la decisión judicial que la suscita; sólo aprecia la contradicción constitucional planteada desde el contenido de los arts. 24,2 (derecho a no declarar contra sí mismo y a no confesarse culpable, y derecho de defensa) y 25,1 CE (que sería el que acogería el principio de proporcionalidad de las penas). El Abogado del Estado, por su parte, considera que el fondo de la cuestión no es estimable. Los únicos defectos que en realidad serian atribuibles al precepto cuestionado, y no a los que regulan las pruebas a las que éste se refiere, son rechazables a la luz de la consolidada jurisprudencia de este Tribunal relativa a que las pruebas de detección discutidas no constituyen una declaración en el sentido de los correlativos derechos del art. 24,2; CE y a la luz del canon de análisis de proporcionalidad perfilad o recientemente en la STC 55/ 1996. SEGUNDO.- Antes de entrar en el análisis del fondo de la cuestión planteada, debemos precisar su objeto ya que, como queda dicho, el Fiscal pretende limitar su alcance únicamente a lo atinente a las pruebas de la alcoholemia. Basa su alegato en la irrelevancia parcial del artículo cuestionado y con ello la irrelevancia parcial de su validezpara el sentido de la resolución que debe dictar. Entiende que, como lo que se le imputa al denunciado en el procedimiento de origen es su "negativa a someterse a las pruebas de alcoholemia. Basa su alegato en la irrelevancia del artículo cuestionado y con ello la irrelevancia parcial de su validez para el sentido de la resolución que debe dictar. Entiende que, como se le imputa al denunciado en el procedimiento de su origen es “su negativa a someterse a la prueba de alcoholemia”, 87 habría que limitar el juicio de constitucionalidad a esta "posibilidad comisiva", a este "supuesto de delito de desobediencia", dejando al margen, en aras a la preservación del sentido y la naturaleza de la cuestión de inconstitucionalidad, el análisis del art. 380 C.P. en lo relativo a la negativa a las pruebas de detección de la conducción bajo la influencia de drogas tóxicas, estupefacientes o sustancias psicotrópicas. Tiene razón la Fiscalía cuando acentúa la trascendencia del requisito de relevancia para la preservación de la correcta utilización del cauce de la cuestión de inconstitucionalidad. Sin embargo, al determinar el objeto de este tipo de proceso constitucional debe tenerse presente que, aunque la cuestión de inconstitucionalidad deba plantearse ineludiblemente con ocasión de la aplicación de un precepto legal concreto a un caso determinado, el objeto de control es el precepto considerado en abstracto; aunque, para distinguir la cuestión del recurso de inconstitucionalidad en algunas sentencias de este Tribunal se haya calificado la primera como proceso de control concreto, con esta expresión se ha querido destacar que es un proceso que tan sólo puede plantearse con ocasión de la aplicación del precepto cuestionado a un caso concreto y siempre que de su validez dependa el fallo suspendido en el proceso judicial; sin embargo , una vez promovida la cuestión, el objeto y el tipo de control es en lo sustancial idéntico al del recurso de inconstitucionalidad ya que en los dos casos se trata de contrastar en abstracto el precepto legal con las normas que integran el llamado bloque de la constitucionalidad. TERCERO.- El fondo de la cuestión suscita dos problemas principales, a saber: la conformidad del art. 380 CP con los derechos a no declarar, a no confesarse culpable y, más en general, con el 88 derecho a la defensa y a la presunción de inocencia contemplados en los arts. 17 y 24,2 CE y, en segundo lugar, la proporcionalidad de la pena ex art. 25,1 CE en relación con los arts. 1,1, 9,3 CE y, en especial, con el art. 17 del Texto constitucional. El órgano cuestionante sugiere también otra perspectiva de evaluación constitucional de la norma penal referida: la de la orientación de las penas privativas de libertad hacia la reeducación y reinserción social a la que se refieren los arts. 25,2, y 53,1 C.E. Concretamente sostiene que la pena de privación de libertad prevista en el art. 380 CP "está orientada, exclusivamente, a una finalidad de prevención general", con lo que se desconoce el mandato contenido de los preceptos citad os en la Constitución. No obstante, como ya adelantábamos y como destaca el Aboga do del Estado, los argumentos esgrimidos para sustentar la infracción del art. 25,2CE y la del art. 53 CE, de improcedente e infundada invocación carecen de poder de convicción. En efecto, no se entiende por que esta concreta pena privativa de libertad, descrita abstractamente en el artículo como es lo habitual, no está o no estará orientada en su ejecución a los fines de reeducación y resocialización social. Asimismo, debe recordarse que este Tribunal ha reitera do que las finalidades del art. 25,2 CE no tienen un carácter prioritario sobre otras de prevención general u otras el de prevención especial; es más, resulta discutible presupuesto de que la propia imposición de la sanción no despliega ninguna función resocializad ora (SSTC 19/ 398B, 150/ 3991, 55/1996). Por otra parte, si lo que quiere decirse al alegar la vulneración del art. 25,2 CE es que los autores del delito contemplado en el art. 380 CP no requieren socialización, debe precisarse que esta afirmación 89 comporta en última instancia la negación del carácter lesivo del comporta miento típico, que no implicaría ningún atentado a la sociedad, así como la consideración de que la re- socialización en cualquiera de sus grados sólo viene indicada con respecto a ciertos delitos. Ninguna de estas afirmaciones y premisas será cogida. CUARTO.- El primero de los núcleos de la presente cuestión de inconstitucionalidad se refiere, pues, a la conformidad del nuevo tipo penal con el derecho del detenido a no declarar y con los derechos de todos a no declarar contra sí mismos y a no confesarse culpables. El escrito de la Fiscalía, por su parte, añade la perspectiva del derecho de defensa. Esta duda de constitucionalidad ha sido ya, en su esencia, expresamente abordada y resuelta por este Tribunal. La STC 103/ 1985 afirmaba que "el deber de someterse al control de alcoholemia no puede considerarse contrario al derecho a no declarar, y no declarar contra sí mismo y a no confesarse culpable, pues no se obliga al detectado a emitir una declaración que exteriorice un contenido, admitiendo su culpabilidad, sino a tolerar que se le haga objeto de una especial modalidad de pericia, exigiéndole una colaboración no equiparable a la declaración comprendida en el ámbito de los derechos proclamados en los arts. 17,3 y 24,2 CE" (f. j. 3º también, STC 76/ 1990, f. j. 10º; AATC 837/ 1988, f. J. 2º; y221/ 1990, f. j.2º). Contemporáneamente, la STC 107/ 1985 añadía que la realización de una prueba de alcoholemia no entraña exigencia alguna de declaración autoincriminatoria del afectado, y sí sólo la verificación de una pericia técnica de resultado incierto y que no exorbita, en sí, las funciones propias de quienes tienen como deber la preservación de la seguridad del tránsito y, en su caso, en mérito de lo dispuesto en 90 el art. 492,1 LECr., la detención de quien intentare cometer un delito o lo estuviere cometiendo. En estos términos, la verificación de la prueba que se considera sometimiento, no ilegítimo supone, para el afectado, un desde la perspectiva constitucional, a las normas de policía, sometimiento al que incluso, puede verse obligado sin la previa existencia de indicios de infracción, en el curso de controles preventivos realizad os por los encarga dos de velar por la regularidad y seguridad del transito" (f. j. 3º; también, SSTC 22/ 1988, f. j. 1º, y 252/ 1994, f. j.4º). Esta doctrina ha sido recordada en otras ocasiones con éstas u otras palabras. Así, la STC 195/ 1987 afirmaba rotundamente que en la determinación del grado de alcohol en sangre a través del correspondiente test de alcoholemia no es contraria a las garantías constitucionales (f.j.2º); el ATC 61/ 1983 establecía que sin perjuicio, naturalmente, del derecho del ciudadano a rehusar la sujeción a tal prueba y de soportar las consecuencias que del rechazo se puedan derivar (f.j.2º) y la STC 252/ 1984 reiteraba la caracterización de la prueba de alcoholemia como “una pericia técnica en que la participación del detenido con declaraciones autoinculpadoras está ausente” (f. j. 4º). Más recientemente, la STC 197/ 1995 volvía a negar la catalogación de dicha prueba como declaración (f. j.8º). QUINTO.- Debemos ahora reiterar esta doctrina, con ocasión de la resolución de la presente cuestión y de las nuevas dudas de corrección jurídica que al respecto ha levanta do el art. 380 CP. La resurrección de esta incertidumbre, por cierto, carece de apoyo en la norma cuestionada, que no sólo no establece pruebas de detección de alcohol o drogas en los conductores, como apuntábamos antes, sino que tampoco impone ex novo su obligatoriedad: se limita a 91 aumentar el rigor de las consecuencias de su incumplimiento y a elevarlas del ámbito administrativo al penal. Como ya anunciábamos, la reconsideración que ahora se nos pide, ni siquiera ampliando las perspectivas del enjuicia- miento a otros aspectos del propio art. 24, puede dar pie a un cambio de criterio jurisprudencial. Recientemente recordaba el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (S 17 diciembre 1996, caso Saunders contra el Reino Unido, parágrafo 68; previamente en la S 25 febrero 1993, caso Funke contra Francia, parágrafo 44, y en la S 8 febrero 1996, caso John Murray contra el Reino Unido, parágrafo 45), el derecho al silencio y el derecho a no autoincriminarse, no expresamente mencionad os en el art. 6 del Convenio, residen en el corazón mismo del derecho a un proceso equitativo y enlazan estrechamente con el derecho a la presunción de inocencia. Nuestra Constitución si menciona específicamente los derechos "a no declarar contra sí mismo y a no confesarse culpables, estrechamente relacionad os, en efecto, con el derecho de defensa y con el derecho a la presunción de inocencia, de los que constituye una manifestación concreta. Así, por una parte, el silencio constituye una posible estrategia defensiva del imputado o de quien pueda serlo, o puede garantizar la futura elección de dicha estrategia. Como explicábamos "in extenso" en la STC 197/ 1995, mientras que en el viejo proceso penal inquisitivo "regido por el sistema de prueba tasada, el imputado era considerado como objeto en el proceso penal, buscándose con su declaración, incluso mediante el empleo del tormento, la confesión de los cargo s que se le imputaban, en el proceso penal acusatorio el imputado ya no es objeto del proceso penal, sino sujeto del mismo, esto es, parte procesal y de tal modo que su declaración, a la vez que medio de prueba o acto de investigación, es y ha de ser 92 asumida esencialmente como una manifestación o un medio idóneo de defensa. En cuanto tal, ha de reconocérsele la necesaria liberta d en las declaraciones que ofrezca y emita, tanto en lo relativo a su decisión de proporcionar la misma declaración, como en lo referido al contenido de sus manifestaciones. Así pues, los derechos a no declarar contra sí mismo y a garantías o no confesarse culpable (...) son derechos instrumentales del genérico derecho de defensa, al que prestan cobertura en su manifestación pasiva, esto es, la que se ejerce precisamente con la inactividad del sujeto sobre el que recae o puede recaer una imputación, quien, en consecuencia, puede optar por defenderse en el proceso en la forma que estime más conveniente para sus intereses , sin que en ningún caso pueda ser forzado o inducido, bajo constricción o compulsión alguna a declarar contra si mismo o a confesarse culpables (f. j. 6º). Por otra parte, los derechos alegados en la presente cuestión entroncan también con una de las manifestaciones del derecho a la presunción de inocencia: la que sitúa en la acusación la carga de la prueba; esta carga no se puede trocar tácticamente haciendo recaer en el imputado la obligación de aportar elementos de prueba que supongan una autoincriminación. En palabras también de la STC 197/ 1995, "el ejercicio del "iuspuniendi" del Estado en sus diversas manifestaciones está sometido al juego de la prueba de cargo o incriminatoria de la conducta reprochada y un procedimiento en el que la persona a la que se le imputa aquélla pueda ejercer su derecho de defensa". (f.j.7º). SEXTO.- A la luz de lo anterior tiene pleno sentido la diversidad de perspectivas que desde el propio seno del art. 24,2 CE, y partiendo de un origen y un fundamento dogmático común, aplican al precepto cuestionado el órgano judicial cuestionante y el Fiscal General. La de 93 los derechos a la no declaración y a la no confesión es, desde cierto punto de vista, más restringida, pues puede considerarse que comprende únicamente la interdicción de la compulsión del testimonio contra uno mismo, mayor amplitud tiene la prohibición de compulsión a la aportación de elementos de prueba que tengan o puedan tener en el futuro valor incriminatorio contra el así compelido, derivada del derecho de defensa y del derecho a la presunción de inocencia. Esta amplitud, sin embargo, debe so- meterse a un doble tamiz en el complejo equilibrio de garantías e intereses que se concitan en el procedimiento sancionador: las garantías frente a la autoincriminación se refieren en este contexto solamente a las contribuciones del imputado o de quien pueda razonablemente terminar siéndolo y solamente a las contribuciones que tienen un contenido directamente incriminatorio. Así, en primer lugar, tal garantía no alcanza sin embargo a integrar en el derecho a la presunción de inocencia la facultad de sustraerse a las diligencias de prevención, de indagación o de prueba que proponga la acusación o que puedan disponer las autoridades judiciales o administrativas. La configuración genérica de un derecho a no soportar ninguna diligencia de este tipo dejaría inermes a los poderes públicos en el desempeño de sus legítimas funciones de protección de la libertad y la convivencia dañaría el valor de la justicia y las garantías de una tutela judicial efectiva, y cuestionaría genéricamente la legitimidad de diligencias tales como la "identificación y reconocimiento de un imputado, la entrada y registro en un domicilio, o las intervenciones telefónicas o de correspondencia. En esta línea, en relación con una diligencia de reconocimiento médico de una imputada, tuvimos ya ocasión de precisar que su ejecución "podría ser compelida mediante la advertencia de las consecuencias sancionad oras que pueden 94 seguirse de su negativa o de la valoración que de ésta quepa hacer en relación con los indicios ya existentes" (STC 37/ 3989, f. j. 8º). Los mismos efectos de desequilibrio procesal, en detrimento del valor de la justicia, y de entorpecimiento de las legítimas funciones de la Administración, en perjuicio del interés publico, podría tener la extensión de la facultad de no contribución a cualquier actividad o diligencia con independencia de su contenido o de su carácter, o la dejación de la calificación de los mismos como directamente incriminatorios a la persona a la que se solicita la contribución. En sum a, como indican el prefijo y el sustantivo que expresan la garantía de autoincriminación, la misma se refiere únicamente a las contribuciones de contenido directamente incriminatorio. SEPTIMO.- Aplicando lo que antecede en los dos fundamentos anteriores a la presente cuestión de inconstitucionalidad, hemos de reiterar, en primer lugar, que las pruebas para la comprobación de la conducción bajo la influencia del alcohol o de drogas tóxicas, estupefacientes o sustancias psicotrópicas, y, entre ellas, las de espiración de aire a través de un alcoholímetro, no constituyen en rigor una declaración o testimonio por lo que no pueden suponer vulneración alguna de los derechos a no declarar , a no declarar contra uno mismo y a no confesarse culpable. Tampoco menoscaban "per se" el derecho a la presunción de inocencia por inversión de la carga material de la prueba. Las pruebas de detección discutidas, ya consistan en la espiración de aire, ya en la extracción de sangre, en el análisis de orina o en un examen médico, no constituyen actuaciones encaminadas a obtener del sujeto el reconocimiento de determinados hechos o su interpretación o valoración de los mismos, sino simples pericias de resultado incierto que, con independencia de que su mecánica con95 creta no requiera sólo un comporta miento exclusivamente pasivo, no pueden catalogarse como obligaciones de autoincriminarse, es decir, como aportaciones o contribuciones del sujeto que sostengan o puedan sostener directamente, en el sentido antes d icho, su propia imputación penal o administrativa, ya que, según se dijo en la STC 76/ 1990 respecto de la obligación de exhibir o aportar determinados documentos contables, con ello quien se ve sometido a esas pruebas "no está haciendo una declaración de voluntad ni emite una declaración que exteriorice un contenido admitiendo su culpabilidad. En el mismo sentido se pronuncia la STC 197/ 1995 en relación con la obligación del titular de un vehículo de identificar al conductor presuntamente responsable de una infracción. De ahí que no exista el derecho a no someterse a estas pruebas y sí, por contra, la obligación de soportarlas. Esta obligación nace, en efecto, no sólo de la evidente legitimidad genérica de este tipo de actuaciones de los poderes públicos como actuaciones de indagación de la policía judicial para la detección de la comisión de delitos, sino también de una justificación análoga de las mismas cuando corresponden a la función de supervisión de la Administración de que las actividades peligrosas lícitas se desarrollen en el marco de riesgo permitido por el ordenamiento. Desde la óptica del ciudadano y como contrapartida de la propia permisión del riesgo circulatorio, ésta se traduce en un correlativo deber de soportar estas actuaciones de indagación y control, y de colaborar con su práctica, dentro naturalmente del espacio ya reseñado que demarcan sus garantías procedimentales esenciales. En efecto, la conducción de vehículos a motor es una actividad que puede poner en grave peligro la vida y la integridad física de mu chas personas, hasta llegar a convertirse en la actualidad en la primera 96 causa de mortalidad en un segmento de edad de la población española; de ahí que, como sucede con otras mu chas actividades potencialmente peligrosas, resulte plenamente justificable que los poderes públicos, que deben velar en primerísimo lugar por la vida de los ciudadanos, supediten el ejercicio de esta actividad al cumplimiento de severos requisitos, sometan a quienes quieran desarrollarla a controles preventivos llevados a cabo por parte de las Administraciones Públicas y se anude a su incumplimiento sanciones acordes con la gravedad de los bienes que se pretende proteger. La obligación de someterse a las pruebas de detección de alcohol u otras sustancias estupefacientes, a pesar de las dudas que pudiera suscitar el tenor litera l del art. 380 CP, tiene como objetivo, pues, el de comprobar si los conductores cumplen las normas de policía establecidas para garantizar la seguridad del tráfico. Dicho sometimiento no sólo supone una autoincriminación en relación con un delito contra la seguridad en el tráfico, por lo ya expuesto, sino que constituye hoy en el nuevo Código penal el mandato típico de un delito específico de desobediencia, respecto del cual, a su vez, frente a lo que sugiere el Fiscal, carece de sentido plantear la negativa al sometimiento a las pruebas no como delito per se, sino como un acto de autoincriminación. El criterio expuesto converge en lo esencial con el de la resolución (73) 7 del Comité de Ministros del Consejo de Europa, de 22 marzo 1973, que indica que "nadie podrá negarse o sustraerse a una prueba del aliento, a que se le tome una muestra de sangre o a someterse a un reconocimiento médico. Las legislaciones nacionales serán las responsables de velar por la aplicación de este principio (punto II, 2 c). Es también acorde con el que sustenta al res- pecto el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (S 17 diciembre 1996, caso 97 Saunders contra el Reino Unido, parágrafo 69) y la Co- misión Europea de Derechos Humanos (asuntos 968/ 61 y 8.239/1978). OCTAVO.- El segundo interrogante fundamental que desde la Constitución se dirige al art. 380 CP se refiere a la relación de proporcionalidad entre el desvalor del comporta miento que tipifica y la pena de prisión de 6 meses a 1 año que se le asigna. El desequilibrio resultante constituiría, a juicio del órgano judicial cuestionante y del Fiscal, una infracción de los arts. 1,1, 9,3 y 25,1 CE: así lo demostraría tanto la suficiencia protectora de la seguridad viaria de medidas alternativas de índole procesal o administrativa, como la comparación de la conducta típica sancionada con merece la conducta a cuya detección se dirigen las pruebas requeridas (arresto de 8 a 12 fines de semana multa de 3 a 8 meses, y privación del derecho a conducir vehículos de motor y ciclo motores por tiempo superior a 1 e inferior a 4 años). El planteamiento constitucional del problema indica- do por el Fiscal es el adecuado. Como afirmaba la STC 55/ 1996, "el principio de proporcionalidad no constituye en nuestro ordena- miento constitucional un canon de constitucionalidad autónomo cuya alegación pueda producirse de forma aislada respecto de otros preceptos constitucionales. Es, si quiere decirse así, un principio que cabe inferir de determinados preceptos constitucionales y, como tal, opera esencialmente como un criterio de interpretación que permite enjuiciar las posibles vulneraciones de concretas normas constitucionales (...). El ámbito en el que normalmente y de forma mu y particular resulta aplicable (...) es el de los derechos fundamentales (f. j. 3º). En el presente caso lo que en realidad se plantea es el trata miento desproporcionad o de la liberta d personal en cuanto contenido de una sanción, lo que nos lleva naturalmente 98 de la mano del art. 17 CE al art. 25, CE (STC 55/ 1996, f. j. 3º "in fine"). NOVENO.- Cualquier tacha de desproporción en esta sede y, en general, en jurisdicción de declaración de inconstitucionalidad debe partir inexcusablemente "del recuerdo de la potestad exclusiva del legislador para configurar los bienes penalmente protegidos, los comportamientos penalmente reprensibles, el tipo y la cuantía de las sanciones penales, y la proporción entre las conductas que pretende evitar y las penas con las que intenta conseguirlo". En el ejercicio de dicha potestad "el legislador goza, dentro de los límites establecidos en la Constitución, de un amplio margen de liberta d que deriva de su posición constitucional y, en última instancia, de su específica legitimidad democrática (...). De ahí que, en concreto, la relación de proporción que deba guardar un comporta miento penalmente típico con la sanción que se le asigna será el fruto de un complejo juicio de oportunidad que no supone una mera ejecución o aplicación de la Constitución, y para el que "ha de atender no sólo al fin esencial y directo de protección al que responde la norma, sino también a otros fines legítimos que puede perseguir con la pena y a las diversas formas en que la misma opera y que podrían catalogarse como sus funciones o fines inmediatos a las diversas formas en conminación abstracta de la pena y que la su aplicación influyen en el comporta miento de los destinatarios de la norma intimidación, eliminación de la venganza privada, consolidación de las convicciones éticas generales, refuerzo del sentimiento de fidelidad al ordenamiento, resocialización, etc.- y que se clasifican doctrinalmente bajo las denominaciones de prevención general y de prevención especial. Estos efectos de la pena dependen a su vez de factores tales como la gravedad del comportamiento que se pretende 99 disuadir, las posibilidades fácticas de su detección y sanción, y las percepciones sociales relativas a la adecuación entre delito y pena" (STC 55/ 1996, f. j. 6º). "La reflexión anterior anticipa ya los límites que en esta materia tiene la jurisdicción de este Tribunal frente al legislador (...). Lejos (...) de proceder a la evaluación de su conveniencia, de sus efectos, de su calidad o perfectibilidad, o de su relación con otras alternativas posibles, hemos de reparar únicamente cuando así se nos demande, en su encuadramiento constitucional. De ahí que una hipotética solución desestimatoria ante una norma penal cuestionada no afirme nada mas ni nada menos que su sujeción a la Constitución, sin implicar, por lo tanto, en absoluto, ningún otro tipo de valoración positiva en torno a la misma" (f. j. 6º). En sum a, no se trata ahora de evaluar la eficacia o la bondad del art. 380 ni de calibrar el grado de desvalor de su comporta miento típico o el de severidad de su sanción. Sólo nos compete enjuiciar si en esta intervención legislativa se han respetado los límites externos que el principio de proporcionalidad impone desde la Constitución al trata miento de la libertad personal. DECIMO.- Antes de enjuiciar la alegada desproporción de la sanción desde la perspectiva suscitad a por el órgano cuestionante, conviene precisar, como "prius" lógico de este enjuiciamiento, los bienes o intereses que la norma cuestionada pretende proteger. Esta primera aproximación al problema de proporcionalidad suscitado podría incluso conducir ya a su resolución desestimatoria "si el sacrificio de la libertad que impone la norma persigue la preservación de constitucionalmente bienes o intereses, no proscritos, sino ya, sólo, por también, supuesto, socialmente irrelevantes (STC 111/ 1993, f. j. 9º)" (STC 55/ 1996, f. j.7º). 100 Como se desprende de la rúbrica del capítulo en el que se inscribe "delitos contra la seguridad del tráfico", de la caracterización como "conductor" de su sujeto activo y de la naturaleza de la conducta que las pruebas a las que se refiere trata de verificar conducción de un vehículo a motor no cabe duda de que la de protección de la seguridad en el tráfico rodado forma parte de las finalidades esenciales del art. 380 CP. La propia expresión de esta finalidad inmediata lleva a la constatación de otra mediata: el riesgo que se trata de evitar la seguridad que se trata de protegerlo es fundamentalmente para "la vida o la integridad de las personas" (art. 381), bienes que se integra n así en el ámbito de protección de la norma. Una segunda inferencia de la finalidad de la norma cuestionada tiene su origen en la catalogación expresa del tipo como de desobediencia grave, previsto en el art. 556 CP. La punición de la desobediencia trata, por una parte, de proteger el "orden público", tal como indica el título en el que se ubica el delito. Dicho orden público se entiende en la doctrina y en la jurisprudencia del Tribunal Supremo bien como orden jurídico, bien como paz social, o como clima de tranquilidad en la esfera no íntima o privada de los ciudadanos, o como coexistencia social, pacífica y adecuada de las relaciones interindividuales. Si bien este primer aspecto del objeto de protección puede verse como una mera abstracción del ya definid o como seguridad del tráfico, que sería el orden y el sector concreto de lo público que se trata de asegurar, debe destacarse una segunda finalidad protectora propia del tipo penal de desobediencia, cual es la constituida por la dignidad y las condiciones de ejercicio de la legítima función pública también llamado principio de autoridad -, aspecto este de protección que acentúa el Aboga do del Estado en el presente proceso. 101 La constatación anterior de las finalidades de la norma cuestionada, corrobora da por el debate parlamentario habido en la tramitación de la disposición, demuestra la razonabilidad de la medida y no tiene mayor es ambiciones de precisión que las que sirven al análisis de la alegación de posible desproporción de la pena del art. 380 CP. A partir de dicha conclusión no requiere mayor fundamentación, por su obviedad, la afirmación del carácter socialmente relevante de los bienes protegidos. La indiscutible trascendencia del mismo debe, sin duda, tenerse muy presente al enjuiciar la proporcionalidad de las penas previstas. Por lo de- más, que la norma no persigue dichas finalidades legítimas a través de la punición del ejercicio de derechos fundamentales, y en concreto del derecho de defensa, del derecho del detenido a no declarar, del derecho a no declarar contra uno mismo y a no confesarse culpable, y del derecho a la presunción de inocencia, es algo que ya hemos argumentado y concluido en el fundamento anterior. UNDÉCIMO.- El órgano judicial cuestionante no pone en duda la idoneidad cualitativa de la sanción de prisión de 6 meses a 1 año para procurar el sometimiento de los conductores a las pruebas de detección y para contribuir así a la consecución de los demás fines mediatos de la norma. Si alega, en cambio, la desproporción de la sanción dada la existencia de otras medidas menos gravosas. Respecto del canon para determinar la proporcionalidad de un precepto basado en el argumento de "la existencia o no de medidas alternativas menos gravosas pero de la misma eficacia que la analizada", ya hemos dicho que el control de este Tribunal Constitucional "tiene un alcance y una intensidad mu y limitadas" so pena de arrogar se un papel de legislador imaginario que no le corresponde y de verse abocado a realizar las correspondientes consideraciones políticas, económicas y de oportunidad que le son 102 institucionalmente ajenas y para las que no esté orgánicamente concebido, pues, "sólo si a la luz del razonamiento lógico, de datos empíricos no controvertidos y del conjunto de sanciones que el mismo legislador ha estimado necesarias para alcanzar fines de protección análogos, resulta evidente la manifiesta suficiencia de un medio alternativo menos restrictivo de derechos para la consecución igualmente eficaz de las finalidades deseadas por el legislador, podría procederse a la expulsión de la norma del ordenamiento (SSTC 55/ 1996, f. j.8º). Las medidas alternativas han de ser, pues, palmaria- mente de menor intensidad coactiva y de una funcionalidad manifiestamente similar a la que se critique por desproporcionad a. Las que alega el Mº Fiscal que reúnen dichas características son la in- movilización del vehículo del conductor que se niega al sometimiento de la prueba de detección de alcohol o drogas, las sanciones administrativas preexistentes a la nueva pena, y la imposición de dichas pruebas por los Juzgados de Instrucción en el marco del ordenamiento procesal penal. Pues bien, desde los estrictos límites a los que debe ceñirse nuestro enjuiciamiento, debe afirmarse que las medidas alternativas aducidas o no son palmariamente menos gravosas para los ciudadanos no lo son, por ejemplo, las medidas de compulsión judicial directa previstas en nuestro ordenamiento- o no tienen de forma manifiesta una similar eficacia -no la tienen la inmovilización del vehículo ni las sanciones administrativas, cuya menor gr a- vedad impide a este Tribunal concluir que vayan a causar similares efectos. Ninguna de las propuestas resulta pues convincente para afirmarla manifiesta falta de necesidad de la pena del art. 380 CP. 103 DUODÉCIMO.- La posible tacha de desproporción en la que más abundan el auto de planteamiento y el informe del Fiscal es la que se derivaría de la comparación directa entre el desvalor del comportamiento tipificado y la cuantía de la sanción. Sostendrían la afirmación de un tal desequilibrio inconstitucional los siguientes argumentos: el cotejo de la sanción del art. 380 CP (que por remisión al art. 556 CP es de 6 meses a 1 año de prisión) con la más leve del que le precede ("arresto de 8 a 12 fines de semana o multa de 3 a 8 meses y, en cualquier caso, privación del derecho a conducir vehículos a motor y ciclomotores , respectivamente, por tiempo superior a 1 y hasta 4 años"), que castiga un comportamiento, el de conducción bajo la influencia de las drogas o del alcohol, a cuya detección se dirige instrumentalmente el comportamiento que impone el precepto cuestionado; la comparación de la gravedad de los comportamientos que se catalogaban jurisprudencialmente como de desobediencia grave con el ahora conceptuado como tal; la impunidad de la negativa del imputado a someterse a pericias de indagación en relación con cualquier otro tipo de deli- tos, incluidos los más graves; y la intención típica del sujeto activo del delito de velar por su defensa o por su dignidad, lo que disminuiría el desvalor de su conducta. En aplicación de las ideas fundamentales relativas al principio de proporcionalidad como criterio de enjuiciamiento del trata miento de derechos fundamentales, hemos de reiterar que la relación final que guarde la magnitud de los beneficios obtenidos por la norma penal y la magnitud de la pena es el fruto de un complejo análisis político criminal y técnico que sólo al legislador corresponde y que, por ende, en ningún caso se reduce a una exacta proporción entre el desvalor de la sanción y el desvalor del comportamiento prohibido, según un hipotético baremo preciso y pre- fijad o. La relación valorativa entre precepto y sanción sólo será indicio de una vulneración del derecho fundamental que la sanción limita cuando atente contra "el valor 104 fundamental de la justicia propio de un Estado de Derecho y de una actividad pública no arbitraria y respetuosa con la dignidad de la persona (SSTC 66/ 1985, f. j. 1º; 65/ 1986, f. j. 2º; 160/ 1987, f. j. 6º b; 111/ 1993, f. j. 9º; 50/ 1995,fj. 7º)" (STC 55/ 1996, f. j. 9º); es decir, cuando concurra un desequilibrio patente y excesivo o irrazonable entre la sanción y la finalidad de las normas a "partir de las pautas axiológicas constitucionalmente indiscutibles y de su concreción en la propia actividad legislativa" (STC S5/ 1996, f. j. 9º). Sólo este criterio de proporcionalidad es el que corresponde aplicar a este Tribunal para la evaluación de si se ha producido un sacrificio excesivo del derecho fundamental que la pena restringe. A ese contenido mínimo de proporcionalidad se constriñe, pues nuestro juicio, por lo que, como hemos reitera do, no comporta ninguna evaluación añadida de calidad o de conveniencia de la norma cuestionada. DÉCIMO TERCERO.- A la vista de los importantes bienes e intereses protegidos que resumíamos en el f. j. 10º y a pesar de la indudable severidad sancionad ora que en sí supone la imposición de una pena privativa de liberta d, no constatamos un "desequilibrio patente y excesivo o irrazonable" entre el desvalor de la conducta y la sanción que nos conduzca a afirmar que se ha producido una lesión de la libertad desde la perspectiva de los arts. 17,1 y 25,1CE. Ninguno de los argumentos comparativos que se aporta n en oposición a esta conclusión posee capacidad de convicción para modificarla: a) Como señala el Aboga do del Estado, la comparación con el art. 379 CP, en primer lugar, ignorar la entrada en juego en el art. 380 CP de un nuevo bien jurídico, el propio de los delitos de desobediencia, que no queda comprendido o consumido, cuando menos no totalmente, en la protección de la seguridad del trafico que procura la interdicción de la conducción bajo la 105 influencia del alcohol o de las drogas del art. 379CP. No es ésta la única objeción que debe oponerse a la comparación propuesta. De una parte, debe advertirse que no siempre el legislador considera en el Código penal vigente de menor gravedad o merecedores de menor sanción los comportamientos de incidencia mas lejana en el bien finalmente protegido que los que lo afectan de una manera más inmediata. El peligro abstracto o remoto puede merecer un castigo mayor que el próximo; y esto es, a juicio del legislador, lo que sucede en este caso, en el que, de no atajarse el peligro abstracto se incrementaría de modo incalculable el número de casos en que se produciría el peligro próximo. Por otra parte, debe resaltarse que la conducción bajo la influencia de las drogas o del alcohol no sólo constituye un comporta miento delictivo autónomo, sino también una forma de comporta miento imprudente que puede lesionar la vida y la integridad física de las personas. La obligación de someterse a las pruebas referidas en el art. 38, no pretende únicamente la detección y evitación de una conducta peligrosa, sino que se dirige instrumentalmente también a la detección y evitación de la comisión de homicidios y lesiones imprudentes. b) La comparación con el delito genérico de desobediencia grave parte de una interpretación no irrazonable pero discutible del mismo en torno a la injerencia de cierto s elementos subjetivos de los que carecería supuestamente el comporta miento que describe el art. 380 CP, que sería así más leve. Se dice así que es propio del delito de desobediencia el ánimo del sujeto activo de socavar, desprestigiar o menospreciar el principio de autoridad, y que esa intención, en cambio, estaría ausente en el siempre conductor que se niega a las pruebas de 106 detección de la influencia del alcohol o de drogas, o bien, en cualquier caso, que no sería relevante, pues el nuevo tipo del art. 380 CP no la exigiría. Debemos recordar, en relación con ello, que no corresponde a este Tribunal, sino a los órganos judiciales y significativos y definitivamente al Tribunal Supremo, indicar como han de interpretarse los preceptos penales. Es la contemplación abstracta del precepto penal cuestionado, de la opción legislativa en si, la que corresponde a esta jurisdicción de declaración de inconstitucionalidad; por ello no parece de recibo los argumentos basados en un determinado entendimiento de las normas cotejadas: presupone discutiblemente la existencia de cierto ánimo peculiar de desprestigio de la autoridad en el delito genérico de desobediencia y parece negar, también discutiblemente, su existencia fáctica en la conducta tipificada en el art. 380 CP o su exigencia normativa en el enunciad o normativo de éste. En este ámbito de comparación el delito de desobediencia grave se ha intentado también sustentar la desproporción en el plano objetivo de los tipos comparados: en que en la desobediencia específica del art. 380 CP falta de la gravedad propia de la desobediencia del art. 566 CP, con lo que se establecería una pena igual para comportamientos de gravedad notablemente desigual. Sin embargo , tampoco este argumento parece convincente para sostener el reproche de inconstitucionalidad, pues, con independencia del juicio que al respecto pudieran venir realizando algunos órganos judiciales y con independencia también de cualquier otra consideración de política criminal, no puede calificarse en absoluto de irrazonable el que el legislador haya decidido catalogar como grave un determinado tipo de desobediencia en virtud de que se produce en un ámbito socialmente tan trascendente como es el de la seguridad del tráfico 107 en relación con la conducción bajo la influencia de las drogas o del alcohol. La orden cuya desobediencia se sanciona tiende a proteger, en última instancia, bienes tan trascendentales como la vida y la integridad física de las personas. c) Cuando se afirma, en tercer lugar, la impunidad de otras conductas de resistencia al sometimiento a diligencias de indagación, se está volviendo a introducir como elemento de compa- ración, no otra opción legislativa, que es lo único procedente en este ámbito de análisis de proporcionalidad de las normas, sino un modo altamente discutible de entender y aplicar el delito genérico de desobediencia grave, que excluiría genéricamente de su ámbito la oposición de un imputado por cualquier otro delito a ser objeto de pericias de indagación o de reconocimiento. Por lo demás, ninguna relevancia tiene en materia de proporcionalidad lo que también se sugiere como agravio comparativo: la especificación típica de este tipo de desobediencia frente a otras que también se producirían en el ámbito procesal o pre-procesal. En definitiva, el hecho de que el legislador penal especifique un tipo concreto de desobediencia grave no puede derivarse, sin más, ninguna tacha de desproporción. d) La última de las líneas argumentales que podrían apuntar a un posible desequilibrio directo entre precepto y sanción es la que sostiene la levedad del comporta miento incriminado en virtud del ánimo del sujeto activo de proteger su integridad física o sus intereses en un futuro procedimiento. Pero, como hemos visto, esta intención subjetiva no tiene el respaldo objetivo del ejercicio de los correspondientes derechos procesales o a la intimidad o a la integridad física, sea porque 108 directamente no entran en juego en el tipo de pruebas cuya denegación se sanciona, sea porque deban ceder frente a otros derechos o intereses preponderantes. El que, por lo demás, sin esa cobertura objetiva, puedan pervivir dichos elementos subjetivos, constituye un dato que en función del origen del ánimo o de su intensidad o de otro tipo de circunstancias toma ya en cuenta la legislación penal en sus preceptos generales para la precisión del grado de injusto del hecho y del grado de culpabilidad, y con ello para atemperar o incluso para negar la pena. Dicho en otros términos: aun admitiendo su discutible inherencia al comportamiento, las intenciones subjetivas alegadas no comporta n una automática y significativa reducción del desvalor del comportamiento; cuando lo hagan según los criterios generales del Código Penal, generarían la correspondiente reducción de la sanción. e) Una última objeción de desproporción de la sanción del art. 380 repararía en la posible levedad de la desobediencia en los supuestos en los que el sujeto activo no ha sido advertido de las consecuencias penales de su negativa a someterse a las pruebas de detección de una conducción en condiciones inadecuadas. Basta señalar al respecto que en el ordenamiento jurídico y, singularmente, en el Código penal existen instrumentos más que suficientes para valorar las consecuencias que pudieran derivarse de tal circunstancia. En suma, hemos de negar que la gravedad de la sanción del art. 380 CP suponga, por su desproporción con los fines de esta norma o con el desvelar del comporta miento que tipifica, una lesión del derecho a la libertad. Dicha sanción no supone, desde la perspectiva constitucional que nos es propia, un sacrificio inútil, innecesario o excesivo de la libertad. 109 FALLO: En atención a todo lo expuesto, el Tribunal Constitucional por la autoridad que le confiere la Constitución de la Nación Española, ha decidido: Desestimar la presente cuestión de inconstitucionalidad. Dada en Madrid, 2 octubre del 2000. José Gabaldón López, Presidente en funciones.- Fernando García Mony GonzálezRegueral.- Vicente Gimeno Sendra.- Rafael de Mendizábal Allende.- Julio Diego González Camp os.- Pedro Cruz Villalón.- Carlesy Cabrera.- Tomas S. Vives Antón.- Pablo García Manzano, Magistrados. 110 2.- JURISPRUDENCIA NACIONAL: 2.1. SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL EXP. N.° 00897-2010-PHC/TC/ APURÍMAC WENCESLAO ZENÓN ESPINOZA LÓPEZ RESOLUCIÓN DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL Lima, 25 de mayo de 2010 VISTO El recurso de agravio constitucional interpuesto por don Hitler Espinoza López, a favor de don Wenceslao Zenón Espinoza López, contra la resolución de la Sala Penal Transitoria de la Provincia de Abancay de la Corte Superior de Justicia de Apurímac, de fojas 50, su fecha 23 de febrero de 2010, que declaró improcedente la demanda de autos; y, ATENDIENDO A 1. Que, con fecha 3 de febrero de 2010, el recurrente interpone demanda de hábeas corpus contra los vocales integrantes de la Sala Mixta de la Provincia de Abancay de la Corte Superior de Justicia de Apurímac, señores Alarcón Altamirano, Olmos Huallpa y Mendoza Marín, con el objeto de que se declare la nulidad de la Resolución de fecha 2 de febrero de 2010, que resuelve condenar al favorecido a cinco años de pena privativa de la libertad por el delito de violación sexual (Expediente N.° 036-2009. 111 Refiere que debe reponerse los hechos al estado anterior de la cuestionada sentencia condenatoria toda vez que viola los derechos a la libertad personal, al debido proceso y de defensa, entre otros. Al respecto señala que los deudos de la agraviada, tomando la justicia en sus manos, mediante amenaza de victimar al beneficiario lo condujeron ante el Fiscal Provincial Penal de Aymaraes, acreditándose ello del expediente del que se pude advertir que no existe la correspondiente intervención policial. Afirma que, el favorecido, una vez puesto a disposición judicial sin la intervención de la Policía Nacional, fue obligado a autoinculparse. Es en este contexto que el actor solicitó la nulidad del acto procesal de la declaración instructiva, sin embargo los emplazados procedieron a emitir la sentencia condenatoria sin antes resolver el indicado pedido de nulidad. 2. Que la Constitución establece expresamente en el artículo 200º, inciso 1, que el hábeas corpus procede cuando se vulnera o amenaza la libertad individual o los derechos constitucionales conexos a ella. De otro lado el Código Procesal Constitucional establece en su artículo 4° que el proceso constitucional de hábeas corpus procede cuando una resolución judicial firme vulnera en forma manifiesta la libertad personal y la tutela procesal efectiva; por lo tanto no procede cuando dentro del proceso penal que dio origen a la resolución que se cuestiona no se han agotado los recursos que otorga la ley para impugnarla, o cuando, habiéndola apelado, esté pendiente de pronunciamiento judicial. 3. Que el derecho a no autoincriminarse constituye derecho interno y ostenta fuerza normativa directa, conforme lo establecen los artículos 1° y 55° de la Constitución, en tanto derecho de la persona humana que se encuentra reconocido de manera expresa en el ordinal g) del artículo 8º de la Convención Americana de Derechos Humanos, que como parte de las "Garantías Judiciales" mínimas que tiene toda persona procesada, reconoce el derecho a no ser obligado a declarar contra sí mismo ni a declararse culpable. Al respecto, se debe señalar que a través del hábeas corpus es susceptible de controlarse todo acto u omisión de actos de 112 cumplimiento obligatorio que incidan de manera negativa y directa en el derecho a la libertad individual, y del cual, a su vez, se denuncia su agravio constitucional; v.gr. del pronunciamiento judicial que, vulnerando el derecho a no autoincriminarse, restringe el derecho a la libertad individual. 4. Que, no obstante, pese a que el derecho a no autoincriminarse se tutela a través del hábeas corpus, en el presente caso en concreto corresponde que la demanda sea rechazada, por falta de firmeza de la resolución judicial cuya nulidad se pretende. En efecto, de los actuados y demás instrumentales que corren en los autos, no se acredita que la resolución judicial cuestionada cumpla con el requisito de firmeza exigido en los procesos de la libertad, esto es que se haya agotado los recursos que otorga la ley para impugnar la resolución judicial que agravaría los derechos reclamados, habilitando así su examen constitucional [Cfr. STC 4107-2004HC/TC, caso Leonel Richie Villar de la Cruz]; lo que resulta corroborado del Informe N.° 003-2010-S-SMA-CSJAP/PJ, de fecha 4 de febrero de 2010, que señala que el favorecido, en el acto de lectura de sentencia, interpuso recurso de nulidad (fojas 8 y 10). Por consiguiente, la reclamación de la demanda resulta prematura en sede constitucional. Por estas consideraciones, el Tribunal Constitucional, con la autoridad que le confiere la Constitución Política del Perú RESUELVE Declarar IMPROCEDENTE la demanda de hábeas corpus de autos. Publíquese y notifíquese. SS. MESÍA RAMÍREZ CALLE HAYEN ETO CRUZ 113 2.2. SENTENCIAS DEL PODER JUDCIAL a) SUMILLA: Las declaraciones obtenidas violando las garantías genéricas del debido proceso, específicamente la garantía de la no autoincriminación, carecen de todo valor probatorio. Expediente: Nº3043 - 11 SS. Pimentel Calle / Rafael Yana/ Cairo Cari Villa María del Triunfo, primero de marzo de dos mil catorce.VISTOS: Interviniendo como Vocal Ponente el Doctor Pimentel Calle; por los fundamentos de la recurrida y de conformidad con lo dictaminado por el Señor Fiscal Superior en su dictamen de fojas ciento noventa y ocho, y CONSIDERANDO: Además, Primero: Que, se les atribuye a los procesados que el día veinticinco de enero de dos mil once intentaron sacar de la empresa agraviada Rayón Industrial Sociedad Anónima un interruptor telefónico, introduciéndolo debajo de un camión cisterna en circunstancias en que sus ocupantes no se encontraban en el mismo, aprovechando que se efectuaba la descarga del combustible a la planta de fuerza de la indicada empresa, hecho del cual se percató el personal de seguridad de dicha empresa; Segundo: Que, los imputados gozan de una presunción juristantum; por tanto en el proceso ha de realizarse una actividad necesaria y suficiente para convertirla acusación en verdad probada, por lo que las pruebas para ser tales deben haberse actuado con escrupuloso respeto a las normas tuteladoras de los derechos fundamentales pues de lo contrario son de valoración prohibida; Tercero: Que, bajo estas consideraciones la manifestación obtenida en sede policial carece de todo valor probatorio para efectos de argumentar una 114 responsabilidad penal del procesado Gonzáles en los hechos materia del proceso, toda vez que dicha declaración ha sido obtenida violando las garantías genéricas del debido proceso, específicamente la garantía de no autoincriminación reconocida por el artículo octavo parágrafo segundo literal “g” (Derecho a no ser obligado a declarar contra sí mismo ni a declarar se culpable) de la Convención Americana sobre los Derechos Humanos; Cuarto: Que, siendo esto así y no existiendo pruebas legalmente producidas en el proceso que acrediten la participación del procesado en la comisión del acto delictuoso; CONFIRMARON la sentencia de fojas ciento ochenta y ocho su fecha veintiséis de noviembre de dos mil trece, que falla ABSOLVIENDO a Marino Jesús Gonzáles Rivera del Delito de Hurto en grado de tentativa en agravio de Rayón Industrial Sociedad Anónima y RESERVA el proceso contra Raúl Almonte Mercado hasta que sea habido, y con lo demás que contiene; Notificándose y los devolvieron. 115 b) SUMILLA.- Al probarse la existencia de maltratos con el examen médico practicado al detenido, quien había ingresado sano a la entidad policial para su investigación. Expediente Nº 1064-2011- Villa María Sala Especializada en lo Penal, Sentencia Resolución Nº30 Lima Sur, Villa María del Triunfo, veintitrés de mayo de dos mil trece. VISTOS: Interviniendo como Vocal ponente el doctor SS. / Rafael Yana; por los fundamentos de la recurrida; y, CONSIDERANDO: Además; Primero.- Que el Hábeas Corpus tradicional tutela la libertad física o ambulatoria, en cambio el fundamento de lo que se conoce en doctrina constitucional como Hábeas Corpus conectivo procede pública que contra impliquen actos u agravación omisiones ilegítima de de autoridad la forma y condiciones en que se cumple la privación de la libertad, el fin de este Hábeas Corpus no es procurar la libertad del detenido sino enmendar la forma o el modo en que se cumple la detención, si ellos son vejatorios: Segundo.- Que, el inciso 3) del Artículo 12 de la Ley Nº 23506, establece que se vulnera o amenaza la libertad individual cuando la persona es violentada para obtener declaraciones; que este, es uno de los componentes de la libertad y seguridad personal que se encuentran previstos en la letra h) inciso 24) del Artículo 2 de la Constitución Política del Estado; Tercero.- Que, el Juez de Hábeas Corpus ha constatado in situ y mediante el médico legista en la diligencia de verificación que el beneficiario de la presente acción ingresó a las instalaciones de la DIVINCRI de Villa María del triunfo en buen estado físico, siendo que posteriormente el médico legista al revisar al detenido determinó haber sufrido las lesiones descritas en dicha acta; Cuarto.- Que, en consecuencia habiéndose acreditado el acto 116 lesivo, es procedente amparar la presente acción de garantía, por estas consideraciones: CONFIRMARON la sentencia de fojas veinticinco, su fecha declara FUNDADA veintitrés de mayo de dos mil trece, que en parte la acción de Hábeas Corpus interpuesta por Rosario Angela Samaniego Orellana a favor de su hermano Fernando Alfonso Samaniego Orellana en contra de los miembros policiales de la DIVINCRI de Villa María del Triunfo, y los que resulten responsables de las lesiones causadas durante las investigaciones a cargo del Mayor PNP Jorge Benjamín Fernández Falcón, por Atentado contra la Libertad Individual, maltratos a fin de obtener declaraciones y dispone se remitan copias certificadas de lo actuado a la Fiscalía Provincial Penal de Turno, para que se pronuncie conforme a sus atribuciones; e INFUNDADA en lo demás que contiene; estando a que la presente resolución sienta precedente de la observancia obligatoria; MANDARON que consentida o ejecutoriada que sea se publique en el Diario oficial El Peruano por el término de la ley; y los devolvieron. SS. SS. Pimentel Calle / Rafael Yana/ Cairo Cari 117 c) SUMILLA.- Debe restarse valor probatorio a las declaraciones policiales prestadas por quienes fueron previamente objeto de agresión física; además, la sola imputación no corroborada con pruebas idóneas no sirve para emitir Sentencia Condenatoria y que se encuentran exentos de responsabilidad penal quienes realiza actos de colaboración mediando la amenaza de sufrir un mal grave e inminente en contra de su integridad física. Expediente Nº 1045-99-Huanuco Sala Penal “C” Lima, veintiséis de julio del años dos mil VISTOS; de conformidad con lo dictaminado por el señor fiscal; y por los fundamentos de la resolución materia de grado: declararon NO HABER NULIDAD en la sentencia recurrida de fojas ciento cincuenta y cuatro, su fecha dieciocho de noviembre de mil novecientos noventa y nueve, que absuelve a Luis Esteban Pérez Rojas de la acusación fiscal por el delito de terrorismo en agravio del estado; con lo demás que contiene; y los devolvieron. SS. Saponara Milligan; Fernández Urday; Bacigalupo Hurtado; Paredes Lozano; Rojas Tazza. Instrucción Nº99-0046-121006-JP Expediente Nº1798-T Corte Superior de Justicia de Huánuco Pasco. 118 Dictamen Nº114Señor Presidente de la Sala Penal de la Corte Suprema de Justicia de la República: Vienen estos autos por Recurso de Nulidad concedido al Procurador Público, contra la sentencia de fojas 154/ 155, su fecha 18 de noviembre de 1999, que Falla: ABSOLVIENDO a Luis Esteban Pérez Rojas de la acusación Fiscal formulada en su contra por el delito Contra la Tranquilidad Pública – Terrorismo, en agravio del Estado. De la revisión de los actuados se tiene que, el encausado en su instructiva de fojas 52/ 54 y en el interrogatorio del juicio oral a fojas 148 y siguientes ha sido coherente y uniforme en señalar que fue obligado por miembros de la organización terrorista Sendero Luminoso a aceptar el cargo de mando militar bajo amenaza de muerte y de ser despojado de sus tierras; que, por otro lado el inculpado afirmando haber tenido la participación en acciones subversivas, refiriendo además que si enterró el arma de fuego (inoperativa y en mal estado de conservación de acuerdo a la pericia balística forense que corre a fojas 106/107) y los paneles solares de la citada agrupación sediciosa fue para evitarse problemas con efectivos policiales, a quienes informó sobre su ubicación (a fojas 32) luego de que fuera intervenido; que, el procesado niega el contenido de su manifestación en la Base Contra Subversiva Nº 313 – Los Laureles a fojas 20/ 22, en razón de haber sido maltrata do físicamente tanto en el ejército como en la policía nacional, versión que es respaldada por el contenido de los certificados médicos obrantes a fojas 30 y fojas 34 que, solamente existe en contra del encausado la sindicación genérica de Euder Rengifo Gonzales que policialmente se hiciera a fs. 23/ 27; que, no existe actas de registros personal y domiciliario que determinen que se le haya encontrado al inculpado especies u objetos que lo vincule con la referida organización terrorista, no registrando además antecedentes penales como se aprecia a fojas 85. Por lo expuesto y considerando además que, no aparecen elementos suficientes que acrediten en forma indubitable la participación del inculpado en los hechos sub-materia; y teniéndose en cuenta que, para imponer una condena en este tipo de ilícito penal que por su naturaleza se sanciona con penas severas, es necesario tener plena convicción sobre la responsabilidad del autor en el hecho criminoso, considerando además que la Jurisprudencia ha señalado que debe restarse valor probatorio a las declaraciones policiales prestadas por quienes fueron previamente objeto de agresión física, que la sola imputación no corrobora da con pruebas idóneas no sirve para emitir Sentencia Condenatoria y que se encuentran exentos de responsabilidad penal quienes realizan actos de colaboración mediando la amenaza de sufrir un mal grave e inminente en contra de su integridad física; y que en todo caso lo actuado en la secuela del proceso nos conducen a la duda sobre el accionar del Procesado, lo cual le favorece de acuerdo al Principio del Indubio Pro Reo, contemplado en el Artículo 319, Inciso once de la Constitución Política, siendo por ello de aplicación a lo dispuesto en el Artículo 284, del Código de Procedimientos Penales; razones por las cuales esta Fiscalía Suprema considera que su absolución se encuentra arreglada a ley, y en uso de sus facultades conferidas por el inciso 3) del Artículo 83, del Decreto Legislativo Nº 052- Ley orgánica del Ministerio Público propone a la Sala se declare NO HABER NULIDAD en la sentencia recurrida a fojas 154/155. Lima, 10 de marzo de1999 Romeo Edgardo Vargas Romero, Fiscal Supremo, Cuarta Fiscalía Suprema Penal.