Modelo de Tuckman en un equipo de fútbol profesional

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Modelo de Tuckman en un equipo de fútbol profesional
Si aplicáramos el modelo propuesto por este autor a un equipo de fútbol profesional
podríamos encontrar muchas situaciones que cotidianamente ocurren, que corresponde a cada
una de las fases descritas anteriormente.
•
Fase de Formación
Durante la pretemporada, sobretodo si el equipo la realiza en un lugar fuera de su
hábitat normal, se produce la integración de los nuevos miembros por parte de los
"líderes naturales" que generalmente corresponden a los jugadores con más años en el
equipo o eventualmente a los "más experimentados".
Si el plantel se ha renovado en su mayoría (jugadores nuevos traídos de otros equipos
o muchos jugadores jóvenes ascendidos al plantel profesional) esta etapa durará mucho
más antes de que aparezca la segunda fase.
Hay algunas ideas en cuanto a los objetivos de trabajo y en miras hacia la
competencia. El capitán de equipo (generalmente el líder formal) comienza a quedar en
evidencia, estableciendo y guiando numerosas actividades entre los cuales destacan
ciertos rituales para los nuevos integrantes (como cortarse a ras el pelo, realizando
bromas o algunos shows, etc.)
El entrenador -otro líder formal- debe establecer límites claros (y transitorios hasta
que el propio grupo los establezca) en cuanto a los horarios, forma de trabajo y normas
mínimas de convivencia.
Se producen escasas relaciones sociales "fuera de la cancha", debido generalmente al
exceso de cargas de entrenamiento (tres veces al día) y también porque es el período de
"conocimiento" entre ellos.
Después de un corto tiempo, cuando se establecen algunos vínculos sociales y se
observa la toma de rol por parte de los líderes, se supera esta etapa, habitualmente sin
retorno.
•
Fase de Confrontación
En esta etapa el suceso más relevante al interior de un equipo de fútbol, es la lucha
de sus miembros por alcanzar una determinada posición, lo que implica ganarse un
puesto como titular en el plantel. Si el entrenador ha tenido poca o ambigua
comunicación con sus jugadores, puede agravar la fase de conflicto, ya que, los
deportistas no tendrán claro que se le pide a cada uno de ellos dentro y fuera de la
cancha. Por ello se recomienda, en esta etapa, "invertir" en entrevistar individualmente a
cada uno de los que conforman el colectivo.
Además en esta época llamada también "la etapa de la adolescencia" del grupo, se
conforman ciertas rivalidades sobretodo por aquellos deportistas que van quedando
aislados y sin jugar. Más aún cuando algunos de los jugadores que se sentían con el
derecho tácito de ser titulares, no lo son.
Tanto los jugadores reservas como los que ni siquiera van citados (sobretodo si se van
repitiendo constantemente) van conformando un sub grupo al interior del plantel que
dependiendo de liderazgo ejercido por el entrenador, puede dar origen en una
disconformidad. En este sentido normalmente hay una máxima en el fútbol que plantea:
"un buen entrenador es aquel que además de todas sus virtudes técnicas y tácticas,
mantiene a sus jugadores que no juegan, tranquilos".
Por ello si es que los resultados no se van dando de acuerdo a lo planificado, se
comienza a cuestionar al entrenador, lo que conlleva inseguridad y poca credibilidad en
lo que se está haciendo.
Es importante entender que no es posible generar crecimiento sin conflicto, ya que,
las dificultades son inherentes al desarrollo. Lo esencial es poder vislumbrar los focos de
conflicto por medio de una mirada integral y generalizada para poder encontrar las
soluciones adecuadas a lo que se está experimentando.
•
Fase de Normalización
Acá ya se ha conformado plenamente un equipo titular base, que sólo por diversas
circunstancias, puede sufrir pequeñas modificaciones aunque no sustantivas. Muchas
veces en esta fase se establece una identidad de equipo que le permite ser reconocido
frente a otros, como por ejemplo, "ser imbatibles como local", "ser un equipo defensivo",
"ganar los partidos en el último minuto", "con un buen ordenamiento táctico", etc. esto le
permitirá adicionalmente diferenciarse del resto de los equipos.
Además el grupo ha creado una regulación interna consensuada con respecto a los
normas de convivencia. En general estas normas tienden a mejorar la armonía al interior
del grupo, pero una segunda lectura tiene que ver con homogeneizar y tratar
igualitariamente a todos los miembros del grupo, independientemente el rol o la función
que realice cada uno. Así se establecen multas en dinero por llegar atrasado a los
entrenamientos, por conversar por celular durante las concentraciones o incluso por
hacerse expulsar.
Otro elemento que indica que el grupo está focalizado en el trabajo son los temas de
las conversaciones que están relacionados fuertemente con el trabajo futbolístico, o con
los progresos y en las situaciones que, en conjunto, deben resolver. Se ha adquirido en
esta etapa una capacidad de autocrítica y una gran habilidad para resolver las
dificultades que se generan.
Si los resultados no acompañan y el entrenador es fuertemente cuestionado tanto
interna como externamente, es probable que se vuelva a la etapa anterior de conflicto y
en definitiva el equipo circule entre estas fases sin llegar a la siguiente fase de ejecución.
Pero si a partir de este "cuestionamiento" surge consenso y claridad, el grupo puede
volcarse hacia su verdadera ejecución.
En esta etapa es recomendable también en el caso de planteles profesionales sentarse
a discutir con los directivos el tema siempre tan controversial de los premios y primas.
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Fase de Desempeño
Pocas veces se observa a un colectivo deportivo en esta etapa, ya que, ubicarse bajo
esta etapa implica estar absolutamente compenetrado en el trabajo y en los objetivos
propuestos. Casi no se observan sub grupos ya que hay una férrea cohesión y sinergia.
Esta inmersión de todos en las metas, se observa cuando, por ejemplo, jugadores
reservas ingresan a la titularidad y no se ve afectado el rendimiento, ya que, todos lo
miembros comparten la forma de jugar y se comprometen para que se cumpla. En este
sentido los roles y los lugares que ocupan cada uno están absolutamente establecidos y
aceptados.
Frente a la prensa el grupo se une y eventualmente asumen una defensa frente al
"ataque" a alguno de sus miembros.
Han encontrado la fórmula adecuada para resolver sus dificultades internas,
comúnmente juntándose a conversar en el camarín, sin la presencia incluso, del cuerpo
técnico, debido a que han desarrollado plena autonomía.
El capitán de equipo es aceptado por los jugadores aún cuando pueden coexistir otros
tipos de líderes al interior del equipo, pero con claridad y delimitación del rol.
•
Fase de Disolución
Un grupo deportivo generalmente sufre modificaciones al finalizar una temporada,
pero esto no implica encontrarse en esta fase, porque situarse en la Disolución implica
cumplir los objetivos: "clasificar a la siguiente fase", "quedar entre los primeros lugares"
o definitivamente "salir campeón".
Hay equipos que por la importancia del logro obtenido, han logrado llegar a esta fase,
como por ejemplo el equipo chileno de Colo Colo, campeón de Copa Libertadores en
1991. Cada cierto tiempo los integrantes de dicho equipo se juntan para celebrar y
conversar, lo que demuestra que los lazos que se generaron fueron estables en el tiempo
y el reconocimiento que obtuvieron de los hinchas y de la prensa los hizo crear este
fuerte vínculo de pertenencia y satisfacción por el importante logro conseguido.
En otros casos la Disolución es impulsada por factores externos al grupo, como
pueden ser las crisis económicas de los clubes, por la llegada de un nuevo entrenador o
por la salida de muchos jugadores en busca de mejoras en lo deportivo y económico.
Pero la clave para definir si se ha llegado a esta fase tiene que ver con los resultados
logrados y el establecimiento de relaciones entre los miembros más allá del término
deportivo y funcional del equipo.
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