La inmigración española en el sector carbonífero belga

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Migraciones y Exilios, 7-2006, 99-114
La inmigración española en
el sector carbonífero belga
Ismael Rodríguez Barrio
RESUMEN:
La llegada masiva de inmigrantes españoles a la industria carbonífera belga empieza tras la firma del convenio entre España y Bélgica, el 28 de noviembre de 1956, y
concluye a mediados de los años sesenta. Antes de dicha fecha, la presencia de inmigrantes españoles en Bélgica es anecdótica. Al margen del convenio, que prevé la puesta en marcha de un sistema de reclutamiento por contingente, se desarrolla una inmigración independiente de los acuerdos diplomáticos. Los inmigrantes son originarios,
principalmente, de Andalucía, Madrid y Asturias. Las regiones agrarias como Extremadura, Castilla y León, Castilla La Mancha aportan, también, una gran proporción de
mano de obra a las minas belgas, pero en una cuantía mas baja.
Palabras clave: Minas de carbón, Bélgica, mineros, emigración española.
ABSTRACT:
The massive arrival of Spanish immigrants in the Belgium coal industry started after the ratification of the convention between Belgium and Spain, on November the 28
the 1957 in Brussels, and stopped in the middle of the 60’S (1965). Before 1957, the
presence of Spanish immigrants was minimal. Indepently from the convention, which
established a recruiting system by contingent, an immigration of sightseeing was developing. Immigrants mostly come from Andalusia, Madrid and the Asturias. Agricultural
areas, like Extremadura, Castilla and Leon, Castilla-La-Mancha, also brought great
amount manpower to Belgian coal, but in lessen proportion.
Key words: Coalmines, Belgium, miners, spanish emigrants.
100
Ismael Rodríguez Barrio
La historia de la inmigración española en Bélgica presenta todavía numerosas
incógnitas. Los estudios sobre el tema son aún limitados, siendo su principal impulsora la profesora de la Universidad Libre de Bruselas y presidenta del Centro de Estudios para la Historia de la Inmigración en Bélgica, Anne Morelli. Morelli, en efecto,
ha sido la animadora de diversos trabajos universitarios sobre la inmigración en Bélgica. El primero de ellos fue un artículo realizado por Maria-José Sánchez. Aunque
estaba centrado en la organización política de la izquierda española en Bélgica, ofrece
informaciones básicas sobre la inmigración española en el país de Jacques Brel1. El
segundo estudio se centra en la prensa republicana en Bélgica y su autor es Abad
González2. Independientemente de esos estudios, existen trabajos que recogen testimonios de emigrantes españoles que han vivido en Bélgica3.
El presente artículo, a su vez, es una versión resumida de un análisis más amplio, dirigido también por Anne Morelli, sobre la historia de la inmigración española
en el sector del carbón4. Las fuentes utilizadas para su realización son principalmente
dos fondos de archivo: el fondo documental de la Federación Carbonífera de Bélgica
(FÉDÉCHAR) y los datos del Fondo Nacional de Pensiones de los Obreros Mineros (FNROM). La FÉDÉCHAR es un organismo que reúne a la totalidad de las
empresas del sector. Constituye una sociedad cooperativa con existencia jurídica
propia pero que mantiene la independencia económica y jurídica de cada empresa
minera. Nacida el 17 de marzo de 1909, la FÉDÉCHAR era responsable del reclutamiento de la mano de obra extrajera para las minas belgas, además del transporte y
de las formalidades administrativas. Sus archivos ofrecen una amplia información
sobre las operaciones de reclutamiento de inmigrantes españoles. Los archivos de la
FÉDÉCHAR no contienen, lógicamente, información sobre los españoles que
hayan llegado a Bélgica de un modo alternativo a la vía de reclutamiento oficial. Los
archivos están disponibles en el Archivo General del Reinado en las provincias, ubicado en la ciudad flamenca de Hasselt (Limburgo).
Por su parte, la documentación del Fondo Nacional de Pensión de los Obreros Mineros (FNROM) permite la elaboración de series estadísticas5. Como bien indica su
nombre, el FNROM es un organismo público que tenía a su cargo la gestión de las futuras pensiones de los trabajadores del sector de la mina y de las canteras. Sus archivos se
encuentra en el Instituto de Historia Obrera y Económica, situado en la cuidad valona de Seraing, provincia de Lieja6. Hay tres tipos de documentos especialmente interesantes:
————
1 SANCHEZ, M. José: “Les Espagnols en Belgique au XXe siècle”, en MORELLI, Anne (ed.): Histoire des étrangers et de l’immigration en Belgique de la préhistoire à nos jours, Couleurs Livres, Charleroi: 2004, pp.
279-296 (2ª ed.).
2 ABAD GONZALEZ, F.: La presse de l’immigration espagnole en Belgique: Reflet d’une communauté (19311979), ULB, Bruselas: 1994 (memoria de investigación inédita).
3 Por ejemplo, CUSTERS R.: Viajes Félix, Bruxelles, Régards Croisés, Bruselas: 2000, que contiene
varias entrevistas a inmigrantes españoles y fueron echas par el autor. Véase además BRAECKMAN C.:
Les étrangers en Belgique, les Éditions Ouvrières, Bruselas. 1973.
4 RODRIGUEZ BARRIO, I.: Les ouvriers mineurs espagnols dans les charbonnages belges: Etude d’une réalité
contrastée, ULB, Bruselas: 2005 (memoria de investigación inédita).
5 Para una descripción completa de los archivos del FNROM, ver GILLEN, Jean Jacques:
“L’histoire de l’immigration à travers les archives du Fonds National de Retraite des Ouvriers Mineurs”.
Brood en Rozen: 1 (1998), pp. 37-38.
6 En la Avenida Montesquieu, 17. Seraing. Belgica.
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a) Los cartons-comptes o expedientes personales que recogen la trayectoria laboral
completa del minero desde su primer empleo dentro de la mina hasta el final
de su carrera profesional. Los documentos contienen el nombre, las fechas y
los nombres de las minas donde el minero ejerció su trabajo. Desgraciadamente, estos expedientes no están accesibles para el caso de los emigrantes
españoles, por razones técnicas7.
b) Los registros del personal de las minas, que recogen, año tras año, los nombres de todo el personal obrero de cada pozo.
c) Las fichas de afiliación al FNROM, que entregaban las empresas a los trabajadores y que debía ser completada por el ayuntamiento de la localidad donde se encuentra domiciliado el minero.
El presente artículo se centra en el periodo 1957-1965, coincidiendo con la llegada masiva de españoles a las minas belgas. Así en las páginas siguientes, ofreceré
una presentación de las modalidades de alistamiento de las autoridades belgas y españolas, además del resultado de un análisis estadístico. Estos datos aportarán respuestas a varias preguntas: ¿La trayectoria de los emigrantes mineros españoles en
Bélgica es diferente o similar al de los emigrantes de otras comunidades que han
trabajado en las minas belgas? ¿Si existen diferencias, cuáles son? ¿Qué lugar ocupa la
inmigración minera en el marco de la inmigración española en Bélgica? ¿Quiénes
son, de dónde proceden y dónde se instalan?
LOS ESPAÑOLES EN BÉLGICA.
Desde la independencia del país en 1830 hasta el final de la Primera Guerra
Mundial, Bélgica fue una tierra de emigración. Los emigrantes belgas estaban localizados principalmente en el norte de Francia y en los Estados Unidos8. Los mayores
movimientos de población dentro de Bélgica se registraron al final del siglo XIX,
cuando la región de Flandes sufrió una hambruna, como consecuencia de una crisis
de la patata. Los flamencos se trasladaron a vivir a una Valonia próspera gracias a la
fuerza de su industria. Antes de 1914, la inmigración hacia Bélgica era escasa y provenía de los países vecinos9.
Después de la Gran Guerra, Bélgica se convertirá en un país receptor de inmigrantes. La nueva inmigración tiene sus orígenes más allá de los países vecinos y es
más pobre10. En su estudio sobre la inmigración española a Bélgica, Maria-José Sánchez sitúa la llegada de los españoles en Bélgica en tres fases temporales distintas. La
————
7 El Instituto ha guardado, por falta de espacio, las fichas de los obreros nacidos antes de 1919.
Esto significa que es poco probable que haya inmigrantes españoles, porque sabemos que su edad
máxima era de cuarenta años y la mayoría llegaron después de 1957.
8 Ver THIELEMANS, M. R.: “L’émigration des wallons au Wisconsin” y PETILLON, Chantal:
“Roubaix, «une colonie belge»”, en VV.AA.: Les émigrants belges, EVO-Histoire, Bruselas: 1998, pp. 133149 y 59-79.
9 Ver GUBIN, E.: Etude approfondie d’histoire politique de la Belgique contemporaine, PUB, Bruselas:
2004, p. 36.
10 Ibid.
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primera fase migratoria corresponde al primer tercio del siglo XX. En este periodo
llega un número escaso de inmigrantes españoles a Bélgica (1218 personas en 1935).
Son mayoritariamente comerciantes catalanes así como refugiados políticos perseguidos por la dictadura de Primo de Rivera. La segunda fase corresponde al exilio
republicano y a la llegada de los niños de la guerra. El número de republicanos refugiados y afincados en Bélgica están por debajo de los 800 y el número de niños llegados
asciende a los 3000. La tercera fase se inicia en 1945 y termina en 1973. Coincide con
la llegada de los emigrantes a las minas y a la industria11. En lo que toca estrictamente
al sector de las minas, esta tercera fase se puede dividir en tres periodos: 1945-1956;
1956-1965 y 1965-1973. Desde 1945 a 1956, los trabajadores españoles en la mina
son pocos —en 1955, el número de españoles en Bélgica no llega a los 280012— y
son principalmente refugiados políticos huyendo del régimen de Franco. Entre 1956
a 1965, tiene lugar el reclutamiento oficial para las minas. En 1962, los permisos de
trabajo se otorgan no sólo para las minas, sino también para otros sectores diferentes
como las canteras, la metalurgia o el trabajo domestico13. En 1965, se detiene el reclutamiento oficial de mineros por la crisis económica que provoca el cierre de varios
pozos y el aumento del desempleo. En 1973, el gobierno prohíbe dar nuevos permisos de trabajo a extranjeros no europeos y la mayoría de las minas de carbón cierran14.
EL SECTOR CARBONÍFERO BELGA Y EL CONVENIO HISPANOBELGA DE EMIGRACIÓN
El sector de la hulla gozó de una especial relevancia en la historia de la economía belga. Bélgica fue, después de Inglaterra, el primer país del mundo donde empezó la revolución industrial. Durante el siglo XIX se desarrolló de manera notable la
industria metalúrgica y la minería15. Tras la Segunda Guerra Mundial, en 1945, la
industria belga, muy afectada por la guerra, tiene que doblar sus capacidades de producción para la reconstrucción de las infraestructuras destruidas. En ese contexto,
nace la bataille du charbon (la batalla del carbón). Se busca aumentar la productividad y
la producción de la industria carbonífera. El carbón resulta imprescindible para levantar el país, y constituye el principal proveedor de energía necesaria para la economía nacional16.
Aumentar la producción de carbón suponía un gran reto, dados los numerosos
problemas que sacudían al sector. La tecnología era anticuada. Asimismo, la fuerte
demanda de combustible después de la guerra no generaba beneficios a las minas porque el gobierno mantenía los precios a un nivel demasiado bajo. Las minas debían
————
11
SANCHEZ, M. José: “Les Espagnols en Belgique…” cit. p. 279.
INSTITUT NATIONAL de STATÍSTIQUES: Recensement de la population au 31/12/1955, Ministerio de
Asuntos Económicos, Bruselas: 1955, tomo t. IV (población según nacionalidad).
13 MARTENS, A: Les immigrés. Flux et reflux d’une main d’œuvre d’appoint. La politique belge de
l’immigration de 1945 à 1970, Éditions Ouvrières, Lovaina: 1976, p. 117.
14 Ibid.
15 BAUDHUIN, F.: Histoire économique de la Belgique 1945-1956, Bruyland, Bruselas: 1958, p. 257.
16 Ibídem. p. 258.
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afrontar además la competencia que representaba el petróleo17. Las exigencias de la
competitividad hicieron que se dejasen a un lado las inversiones para mejorar las condiciones de seguridad en el trabajo. La consecuencia fue la ampliación de un fenómeno
que ya existía antes de la guerra: la huida de los trabajadores belgas de las minas. Los
obreros, afectados por la guerra, ya no quieren trabajar en malas condiciones18.
En este contexto y para hacer frente a la penuria de mano de obra, el gobierno
belga firmó un acuerdo con el gobierno Italiano en 1946. El acuerdo preveía la llegada masiva de inmigrantes italianos para trabajar en las minas belgas19. Las muertes y
los accidentes de mineros italianos en los pozos van a deteriorar progresivamente las
relaciones entre ambos países20. Por ello el gobierno belga emprenderá negociaciones
con el gobierno español. La tragedia del pozo de Marcinelle, el 8 de agosto de 1956,
que provocó la muerte de 262 mineros entre ellos 132 italianos, hizo que el gobierno
de Roma prohibiera el reclutamiento de trabajadores italianos para Bélgica. Este
último evento dio un empuje definitivo a la firma de un convenio para el traslado de
trabajadores desde España a Bélgica que tuvo lugar en Bruselas el 28 de noviembre
de 1956. Bélgica firmará posteriormente otros acuerdos similares con Grecia en 1959
y Marruecos en 196421.
EL RECLUTAMIENTO INSTITUCIONAL (1957-1965)
De manera oficial, el alistamiento comenzó en 1957 y se acabó en 1965, cuando
la situación de la economía belga empeoraba, produciéndose el cierre de minas y el
aumento del desempleo. La forma de reclutamiento se encuentra concretamente
definida en los textos firmados entre los dos países en 195622. Los negociadores belgas optaron por une lógica liberal: la supeditación de la llegada de inmigrantes españoles a las posibilidades del mercado interior belga y a las ofertas de empleo formuladas por las compañías mineras. El reclutamiento de trabajadores estaba organizado
por la FÉDÉCHAR, el ministerio belga del Empleo y el ministerio de Trabajo español23. El convenio no menciona el Instituto Español de Emigración (IEE), creado
por ley aquél mismo año, aunque cabe destacar el importante papel jugado por dicha
institución en el marco del alistamiento oficial.
La FÉDÉCHAR trasmitía las ofertas de empleo al IEE y al ministerio español
competente (Trabajo). Las autoridades españolas redactaban una lista de candidatos
que enviaba a la FÉDECHAR. A continuación la FÉDÉCHAR enviaba reclutadores
a España, con la autorización de las autoridades españolas24. La selección de trabaja-
————
17
Ibídem. p. 258.
VANDEPUTTE, R.: Economische geschiedenis van Belgie 1944-1984, Lannoo, Tielt: 1985, p. 24.
19 Información facilitada por Anne Morelli.
20 MARTENS, A: Les immigrés. Flux et reflux d’une main..., cit., p. 112.
21 TILOT, V.: Le recours à la main d’œuvre étrangère dans les charbonnages de Belgique (1920-1959), ULB,
Bruselas: 1974, p. 4 (memoria de investigación inédita).
22 MINISTÈRE D’AFFAIRES ÉTRANGERS: Arreglo de procedimientos para la inmigración de trabajadores a
las minas belgas, Archivo de Ministère d’Affaires Étrangers, expediente 6134.
23 Ibídem, arts. I al IX.
24 Ibídem, art. III.
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dores se producía en las provincias25. Los candidatos tenían que tener entre 18 y 35
años26. Los aspirantes se sometían a un examen médico que igualmente se practicaba
en las capitales de provincia. Si el candidato era considerado apto para el trabajo de
minero, recibía un contrato laboral. El ministerio de Trabajo belga enviaba los visados a sus consulados en Madrid, Barcelona y Bilbao para aquellos trabajadores españoles que hubieran firmado un contrato. La obtención de los visados, no obstante,
estaba condicionada a la posesión de un certificado de penales, que mostrase que no
existían cuentas judiciales pendientes.
El día de la salida, el obrero tenia que tomar el tren en la estación más cercana a
su domicilio. Los viajes en autobús y en tren eran organizados por el servicio belga
de la mano de obra profesional (SMP), dependiente de la FÉDÉCHAR27. Los candidatos eran reunidos en Irún, Port Bou y Cerbère, para ser conducidos hasta Paris en
tren28. En la capital francesa, los obreros recibían cupones o billetes de tren para
poder viajar hasta Bélgica29. En la frontera francobelga eran recibidos por la FÉDÉCHAR que les guiaba hasta los correspondientes lugares de trabajos. El primer convoy con dirección a las minas belgas partió de Madrid el 25 de marzo de 1957 y llego
un día después a Charleroi30. A la finalización del contrato, el obrero no estaba autorizado a quedarse en Bélgica, a menos que fuese contratado en los quince días siguientes en el mismo o en otro pozo como minero de fondo. El minero debía trabajar cinco años de manera ininterrumpida para la obtención de un permiso estable de
trabajo31.
Al contrario de lo que ocurría en Italia y Grecia, el reclutamiento en España era
tremendamente descentralizado y complejo. Las revisiones medicas en las capitales
provinciales hacia imposible el envío de un médico belga a cada una de ellas para
llevarlas a cabo. La FÉDÉCHAR firmó, entonces, un acuerdo en 1957 con un grupo
de médicos españoles que disponían de materiales modernos y que respetaban las
exigencias del Instituto belga de Higiene, situado en Hasselt32.
Un total de 7.273 Españoles llegaron a Bélgica entre 1957 y 1965 dentro del
marco del convenio bilateral, aunque solamente 6.900 trabajaron realmente, tal y
como indica el Cuadro 1.
————
25 FÉDÉCHAR: [circular a las empresas mineras], 7 marzo 1956. Fondo Fédéchar, expediente
138/325. Archivo General del Reinado en las Provincias. Hasselt (AGR Hasselt).
26 MINISTÈRE D’AFFAIRES ÉTRANGERS: loc. cit., art. III.
27 FÉDÉCHAR: Organización, repartición y descripción de los roles del servicio de mano de obra y de formación
profesional (SMP). Fondo Fédéchar, expediente 276/358. AGR Hasselt.
28 Esta información proviene de un documento de 1962 y no estamos, lógicamente, en condiciones de afirmar si también era el caso en 1957.
29 SMP: [carta a la agencia Wasteels],16 febrero 1962. Fondo Fédéchar, expediente 5/7. AGR
Hasselt.
30 SMP: [carta al director general de la Oficina Nacional de Desempleo belga], 21 marzo 1957.
Fondo Fédéchar, expediente 129/2. AGR Hasselt.
31 MINISTÈRE D’AFFAIRES ÉTRANGERS: loc. cit. art. VI.
32 FÉDÉCHAR [circular a las empresas carboníferas], 7 marzo 1956, loc. cit.
La inmigración española en el sector carbonífero belga
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CUADRO 1. Españoles llegados a Bélgica por vía oficial
Año
1956
1957
1958
1962
1963
1964
1965
Total
Llegadas Incapacitados Negativas Admitidos
165
3472
168
1915
950
524
79
7273
2
103
12
79
36
26
8
266
1
9
4
42
35
11
5
107
162
3360
152
1794
879
487
66
6900
Admitidos
(% anuales sobre el total)
2,35%
48,7%
2,20%
26%
12,74%
7,06%
0’96%
100%
Fuente: FÉDÉCHAR
Los años 1957 y 1962 representan el 75 por ciento del reclutamiento oficial. Ello
contrasta con los años 1959, 1960 y 1961 cuando las operaciones de reclutamiento se
suspendieron, debido a la crisis del sector carbonífero belga que ya se intuía en 1957.
En efecto, pues al final de ese mismo año, los stocks de carbón aumentaron de manera muy notable, lo que provocaría un alza del desempleo en el sector. El estado
belga tomará entonces medidas como la reducción de la producción carbonífera y el
bloqueo de la contratación de mineros extranjeros, por la vía de negar nuevos permisos de trabajo a ciudadanos de otros países33.
El Cuadro 2 recoge la distribución de mineros españoles que llegaban cada año en
las distintas cuencas belgas. El análisis del cuadro revela la preponderancia de la cuenca
de Charleroi sobre las otras regiones mineras a la hora de examinar la concentración
laboral de los mineros españoles asistidos. La región de Charleroi está seguida de cerca
por la cuenca flamenca de la Campina (26,4 por ciento). A su vez, Lieja es la tercera
cuenca minera más importante, mientras que las cuencas del Centro y de Mons cuentan con mucho menos inmigrantes españoles asistidos o desplazados por la vía legal.
CUADRO 2. Distribución de los españoles contratados en las cuencas mineras.
Año
1956
1957
1958
1962
1963
1964
1965
Total
100%
Campina
39
635
7
566
353
208
18
1826
26%
Centro
18
461
10
5
41
18
523
8%
Cuencas
Charleroi
67
981
60
545
243
117
24
2037
29,52%
Lieja
23
615
15
585
142
101
6
1485
21%
Fuente: FÉDÉCHAR
————
33
MARTENS, A.: Les immigrés: Flux et reflux d’une main d’œuvre..., cit., p. 105.
Mons
15
668
59
96
96
43
18
995
14,4%
106
Ismael Rodríguez Barrio
En suma, el Cuadro 2 indica claramente que la población emigrante minera española, de carácter asistido fue contratada principalmente en tres cuencas: Charleroi,
La Campina y Lieja. Dentro de cada cuenca minera, las principales empresas que
reclutaron españoles fueron las siguientes: La Cockeril-Ougrée- Zwartberg, situada
en Campina, 551 mineros españoles; la Monceau-Fontaine, radicada en Lieja, 429;
André Dumont, en Campinas, 405; Limbourg-Meuse, también de Campinas, 357;
Winterslag, en Campina igualmente, 26934.
LA INMIGRACIÓN NO ASISTIDA O TURISTA Y LOS REFUGIADOS POLÍTICOS
Si la contratación en las minas de inmigrantes españoles llegados a Bélgica como
turistas o como refugiados políticos, es decir de manera diferente a la vía legalmente
instituida, parece evidente y demostrada, su importancia en términos cuantitativos es
imposible de medir. No existe ninguna estadística que lo haya calculado. Las únicas
cifras que disponemos recogen el número total de españoles en Bélgica. El problema
existe para todas las categorías de oficios y también para el conjunto de la inmigración española en Europa35.
En las empresas carboníferas, la falta de mano de obra era tal que éstas no dudaban en recurrir a métodos ajenos a los estipulados en el acuerdo bilateral de emigración36. Las regularizaciones directas o sobre el terreno eran así muy recurrentes. La concesión de permisos de trabajo dependía del patrón, que era el único con derecho a
introducir una demanda de empleo al ministerio de Trabajo. En este contexto, el
inmigrante llegado con pasaporte de turista estaba algunas veces obligado a trabajar
sin papeles, esperando su regularización37.
A pesar de que no se puede cuantificar, una serie de estudios y testimonios de
antiguos mineros españoles ofrecen datos importantes que permiten conocer mejor
lo que fue la inmigración turista38. Dado que esta cuestión no ha sido todavía objeto
de encuestas de gran escala, las informaciones descritas aquí, provienen de un número limitado de entrevistas que pueden, pese a eso, ser consideradas como fiables por
su verosimilitud y por su similitud con relación a los testimonios de otros extranjeros
inmigrados. Según estos testimonios, el recién llegado recibía ayuda de las personas
que le había ayudado a venir. Los bares españoles se convertían en verdaderos centros
consulares. Constituían el primer servicio de información de los nuevos inmigrantes. Los
bares españoles eran además capaces de gestionar las primeras y más perentorias
necesidades, como el alojamiento. Los cafés y las asociaciones españolas también
————
34 “Número de inmigrantes españoles contratados por las minas belgas”, Dossier «resumen España».
Fondo Fédéchar, expediente 408/470. AGR Hasselt.
35 Para mas información ver BERROCAL, L.: Marché de travail et mouvement migratoires, Éditions de
l’Université de Bruxelles, Bruselas: 1983.
36 Para poder entrar en Bélgica era necesario estar en posesión de un permiso de trabajo (ver
MARTENS, A: Les immigrés: Flux et reflux d’une main d’œuvre..., cit.).
37 URBURUAGA, M. E.: Syndicats et immigrations: discours et pratiques. Hier et aujourd’hui, Lieja, Centre
de Formation Sociale, Lieja: 1981, pp. 15-16.
38 CUSTERS, R: «Viajes Felix», Regards Croisés, Bruselas: 2000 y GONZÁLEZ, A: L’immigration espagnole en Belgique, KUL, s.l.: 1979 (memoria de investigación inédita).
La inmigración española en el sector carbonífero belga
107
insertaban al inmigrante en el mercado del trabajo. Así durante los años cincuenta les
dirigían mayoritariamente hacia las minas, que ofrecían en esa época las posibilidades
de empleo más amplias39.
ORIGEN REGIONAL Y PROVINCIAL DE LOS MINEROS ESPAÑOLES DE BÉLGICA
Para determinar el origen regional de los mineros españoles hemos recurrido a
una muestra de las fichas de demanda de afiliación al FNROM. A su llagada a la mina, el obrero era afiliado por su empresa al FNROM, para que quedara censado con
vistas a su futura pensión. La ficha debía ser completada en el ayuntamiento belga
donde residía el minero. El documento lleva el nombre del minero, la fecha y lugar
de nacimiento, así como el nombre de la empresa empleadora. Pero no todas estaban
completadas de forma correcta. Muchas de ellas no recogían el nombre del pozo
donde trabajan. Las fichas están todas clasificadas por orden alfabético, sin distinción de nacionalidad. La muestra que hemos utilizado, compuesta por 500 personas
elegidas al azar, nos permite disponer de tres tipos de datos: a) el origen geográfico
de los mineros, tanto regional —según las actuales comunidades autónomas— como
provincial; b) su domicilio en Bélgica, atendiendo a las cuencas mineras, lo que permitirá establecer una comparación con los datos de FÉDÉCHAR referidos a mineros asistidos; c) el cruce de los dos datos anteriores, así como el resultado de la correlación de los datos.
CUADRO 3. Origen de los mineros en función de las comunidades autónomas.
Comunidades Autónomas de origen, porcentaje y número, por orden de importancia
1. Andalucía 35.20% (176)
2. Madrid 17.60% (88)
3. Asturias13.60% (68)
4. Murcia 8.40% (42)
5. Castilla-León 5.20% (26)
6. Castilla-la-Mancha 2.80% (14)
7. Islas Canarias 2.80% (14)
8. Extremadura 2.80% (14)
9. País-Vasco 2.80% (14)
10. Galicia 2.40% (12)
11. C. Valenciana 2.20% (11)
12. Cataluña 1.40% (7)
13. Melilla 0.60% (3)
14. Ceuta 0.60% (3)
15. Cantabria 0.40% (2)
16. Navarra 0.40% (2)
17. Aragón 0.40% (2)
18. La Rioja 0.20% (1)
Elaboración propia, a partir de los datos del FNROM
La comunidad andaluza es la más importante, seguida de los madrileños, como
puede observarse en el Cuadro 3. Asturias es la tercera región exportadora de mano de
obra hacia las minas belgas seguida de Murcia y de Castilla-León. Extremadura, Castilla-La-Mancha, Canarias y País Vasco tienen un peso equivalente en la muestra (2,8
por ciento). Las cuatro primeras comunidades autónomas representan ellas solas el
74,8 por ciento de los mineros. Las siguientes cinco regiones por orden de importancia totalizan juntas un 16,4 por ciento de los trabajadores. El resto de las regiones
————
39 BRUXELLES NOUS APPARTIENT (BNA): Entrevista n°0039.-FR, 14 novembre 1999 (realizada por
Raf CUSTERS). Agradezco a Raf CUSTERS que me haya dejado consultar sus entrevistas con inmigrantes.
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representan el 8,8 por ciento de los picadores. Las Islas Baleares no se encuentran
representadas en la muestra.
CUADRO 4. Origen provincial de los mineros españoles (por orden de importancia)
1 Madrid 17,9%
2 Oviedo 13,37%
3 Sevilla 10,6%
4 Murcia 8,20%
5 Córdoba 6,07%
6 Cádiz 5,16%
7 Almería 5,16%
8 Jaén 3,03%
9 Granada 3,03%
10 Gr. Canaria 2,73
11 Vizcaya 2,43%
12 Salamanca 2,12%
13 Málaga 2,12%
14 Cáceres 1,82%
15 Valencia 1,51%
16 Lugo 1.51%
17 Badajoz 1,21%
18 Huelva 1,21%
19 Valladolid 1,21%
20 Barcelona 1,21%
21 C. Real 0,91%
22 Albacete 0,91%
23 León 0,91%
24 Melilla 0,91%
25 Soria 0,91%
26 Cuenca 0,91%
27 Alicante 0,60%
28 Ceuta 0,60%
29 Logroño 0,30%
30 Huesca 0,30%
31 Tenerife 0,30%
32 Lérida 0,30%
33 Alava 0,30%
34 La Coruña 0,30%
35 Orense 0,30%
36 Ávila 0,30%
37 Santander 0,30%
38 Palencia 0,30%
Elaboración propia, a partir de los datos del FNROM
En cuanto al origen provincial se refiere, Madrid y Oviedo son las provincias de
mayor procedencia de los mineros, teniendo en cuenta que ambas coinciden con
sendas comunidades autónomas en la actualidad. Seis de las ocho provincias andaluzas se sitúan entre las diez primeras, siendo Sevilla la más importante (situada por
detrás de Madrid y Oviedo). Murcia se halla en cuarto lugar, por detrás de Sevilla
precisamente. Entre las nueve primeras provincias totalizan casi el 56 por ciento de
los inmigrantes mineros españoles de Bélgica. Detrás de ellas se hallan Vizcaya y
Gran Canaria. En Castilla y León, la provincia de Salamanca es la más exportadora de
la región. Las otras provincias castellanas proporcionan trabajadores de manera
equivalente. Esto se puede apreciar de manera más contundente en Castilla-LaMancha, donde Cuenca, Albacete y Cuidad Real tienen un peso equivalente en la
muestra, tal y como puede observarse en el Cuadro 4.
La explicación de este origen regional y provincial se sitúa en el marco general
de los flujos migratorios de la época. En primer lugar las migraciones internas, resultado de la expulsión de mano de obra agrícola excedente desde las zonas rurales
(Andalucía, Extremadura, ambas Castillas, Galicia, Aragón y Canarias) hacia las zonas urbanas e industriales (Madrid, Barcelona, Bilbao o Asturias). Esta expulsión
responde a la modernización de la agricultura y a la política agraria de los años cincuenta y sesenta del siglo XX40. Una variante de este primer flujo consistió en una
emigración directa desde el campo hacia el extranjero.
El segundo flujo es consecuencia del primero. Los grandes centros urbanos e
industriales no tenían la capacidad de absorber al conjunto de los excedentes de población de origen rural. Ello provocaría una superpoblación en los grandes centros
urbanos de acogida (Madrid, Bilbao, Barcelona, Zaragoza, Sevilla, Asturias, etcétera),
además de une falta de viviendas (sobre todo, en el caso de Madrid). A ello se añadí-
————
40
192-195.
ZAMORA JOVER, J. M. (dir): Historia de España-Menéndez Pidal, Espasa Calpe, Madrid: 2004, pp.
La inmigración española en el sector carbonífero belga
109
an las dificultades de la economía española para traducir el crecimiento económico
de los años cincuenta y sobre todo de los sesenta en la generación de empleos suficientes como para tender hacia el pleno empleo. En ese contexto, la emigración
hacia el exterior representaba para muchos la única salida41.
LUGAR DE RESIDENCIA EN BÉLGICA.
El Gráfico 1 muestra el lugar de residencia de los mineros españoles en Bélgica,
en función de las cuencas mineras y ha sido elaborado a partir de la muestra que
hemos tomado de las fichas del FNROM, que ya hemos mencionado.
GRÁFICO 1. Lugar de residencia de los mineros españoles, por cuencas
Elaboración propia, a partir de FNROM
Como puede observarse, las cuencas de Lieja y Charleroi son las que más cuentan con mineros españoles, mientras que la cuenca de Campina se sitúa en la tercera
posición —aunque es la cuidad de Genk la que acoge el número más importante de
españoles. Bruselas, que no posee explotaciones mineras, acoge sin embargo a una
pequeña comunidad de mineros españoles.
Si comparamos estos datos con los del reclutamiento oficial, que son con los
que contaba FÉDÉCHAR y que han sido recogidos más arriba en el Cuadro 2, observaremos que en la muestra del FNROM Lieja es la cuenca que cuenta con la población minera española más importante. Sin embargo, los datos del reclutamiento oficial,
de FÉDÉCHAR, sugieren que es Charleroi la cuenca más importante, en función del
número de mineros españoles allí residentes. La diferencia podría explicarse, de no
mediar errores estadísticos, por una mayor presencia de inmigrantes con pasaporte de
————
41
BROEDER, A.: Histoire économique de l’Espagne contemporaine, Economica, París: 1998, p. 301.
Ismael Rodríguez Barrio
110
turista en Lieja. Por lo que se refiere a las otras cuencas, las proporciones son similares.
Las regiones mineras de Campina, Lieja, y Charleroi totalizan en ambos casos un resultado muy similar (77,5 por ciento y 80,4 por ciento, respectivamente).
Cruzando los datos sobre el origen regional de los mineros españoles —tomando
las actuales comunidades autónomas— y los referidos a las cuencas de residencia en
Bélgica hemos construido el Cuadro 5
CUADRO 5. Cuencas carboníferas de residencia de los mineros españoles en
función de las regiones de origen (números absolutos)
Andalucía
Madrid
Asturias
Murcia
Cast-Leon
Cast-La Mancha
Canarias
Extremadura
País Vasco
Galicia
Valencia
Cataluña
Melilla
Ceuta
Cantabria
Navarra
Aragón
Rioja
Limburgo
Lieja
Centro
Mons
40
20
17
14
7
2
3
1
4
2
2
2
—
—
—
—
1
—
52
22
30
14
8
4
—
6
5
5
2
1
1
—
—
1
—
—
10
7
2
—
2
3
4
—
1
2
—
1
—
2
—
—
—
—
13
25
2
3
4
2
—
2
—
—
5
1
—
1
—
—
—
—
Charleroi Bruselas* Namur
59
15
8
11
5
3
7
5
4
3
2
—
2
—
2
1
1
1
1
—
8
—
—
—
—
—
—
—
—
—
—
—
—
—
—
—
2
—
1
—
—
1
—
—
—
—
—
—
—
—
—
—
—
—
Total
177
88
68
42
26
14
14
14
14
12
11
7
3
3
2
2
2
1
*Se trata en este caso, de la región de Bruselas
Elaboración propia a partir de FNROM
Como podrá observarse, en la Campina los andaluces son los más numerosos,
seguidos de los madrileños y de los asturianos. En la cuenca del Centro, los andaluces son también los mejor representados, seguidos de los madrileños y de los canarios. En la región de Mons, los madrileños son mayoritarios, seguidos de los andaluces y de los castellanoleoneses. En la cuenca de Charleroi, la presencia andaluza es
aplastante (representan el 45,04 por ciento) en comparación con los madrileños,
asturianos y murcianos. En Lieja, los andaluces son una vez más los más numerosos,
seguidos de los asturianos y madrileños
Nos interesa saber, por otra parte, la concentración de los mineros de cada comunidad autónoma española en las diferentes cuencas carboníferas belgas, Para ello
hemos elaborado el Cuadro 6, que recoge solamente las nueve comunidades autónomas más importantes, dado que el resto cuentan con efectivos muy reducidos en
la muestra.
La inmigración española en el sector carbonífero belga
111
CUADRO 6. Concentración de los mineros españoles en las diferentes cuencas, en
función de la región de origen (porcentajes)
Andalucía
Madrid
Asturias
Murcia
Cast-León
Cast-La Mancha
Canarias
Extremadura
País Vasco
Limburgo
22,73
22,73
25
33,3
26
14,02
21,04
7,14
28,57
Lieja
28,89
23,86
44,12
33,33
30,77
21,43
42,86
35,71
Centro
6,25
7,95
2,94
7,69
21,43
28,5
Mons
7,39
28,41
2,94
7,14
15,38
14,29
14,29
7,14
Charleroi
33,52
17,05
11,76
26,19
19,23
21,43
50
35,71
28,57
Elaboración propia, a partir de FNROM
El análisis del cuadro revela algunos fenómenos significativos. Así, destaca la
concentración de asturianos en la región minera de Lieja (44,12 por ciento) y en menor medida en Limburgo (25 por ciento). A su vez, los andaluces se distribuyen sobre todo en tres cuencas: Charleroi (un tercio de ellos), Lieja y Limburgo, por ese
orden. Por lo que respecta a los madrileños, la mayor concentración se produce en
Mons (28’41 por ciento), contando con una presencia notable en Limburgo y Lieja.
Canarios y extremeños se hallan fuertemente concentrados, tal y como ocurría en el
caso de los asturianos. Así, la mitad de los canarios se sitúa en la cuenca de Charleroi
y el 42,86 por ciento de los extremeños se concentra en la cuenca de Lieja.
TIEMPO MEDIO DE DURACIÓN DEL TRABAJO EN LA MINA.
Un último aspecto que vamos a abordar es el tiempo de estancia de los inmigrantes españoles en las minas belgas. Para ello hemos utilizado como fuente de información el registro que recoge el nombre del personal obrero de cada mina y que
se presenta en forma de un gran cuaderno. Los registros recogen año tras año los
nombres del personal ocupado en la mina. Los nombres están acompañados de la
fecha de entrada en la mina, además de la fecha de salida (únicamente si el trabajador
se va de la mina en el año correspondiente al del registro). Los mineros están clasificados por orden de fecha de nacimiento sin que se mencione la nacionalidad de origen, de modo que para nuestros propósitos hubo que tomar en cuenta todos los
nombres españoles. Desgraciadamente, la muestra está limitada a la cuenca minera
de Lieja porque los registros de las minas del resto del país no fueron conservados.
La muestra cubre los años de 1957 a 1965, comprende 546 mineros elegidas al azar y
se limita a medir el tiempo que permanecieron en la mina. Ignoramos si las personas
recogidas en la muestra vienen directamente de España. Sin embargo, las fechas de
los registros, además de las cifras de la inmigración carbonífera española, nos inclinan a pensar que los trabajadores de la muestra cumplieron su primer contrato42.
————
42 Esa hipótesis se confirma sabiendo que el comienzo de la gran inmigración española corresponde a esos años (ver BERROCAL, L: Marché du travail et mouvements… cit.).
Ismael Rodríguez Barrio
112
En función de la observación, hemos definido seis categorías temporales: mineros
que hayan trabajado menos de un mes; entre 1 y 3 meses; entre 3 y 6 meses; entre 6 y
9 meses; entre 9 y 12 meses; 12 meses y más. Todas ellas aparecen en el Cuadro 7
CUADRO 7. Tiempo de estancia de los españoles en la cuenca carbonífera de Lieja
Categoría
Número
Porcentaje
menos de de 1 a 3 de 3 a 6 de 6 a 9 de 9 a 12 12 meses
TOTAL
1 mes
meses
meses
meses
meses
y más
102
97
62
32
20
233
546
18,68%
17,77%
11,36%
5,86%
3,66%
42,67%
100
Elaboración propia
Como puede verse, la mayoría de los inmigrantes mineros españoles trabajaron
en la cuenca minera de Lieja menos de un año. Casi el 47 por ciento de ellos estuvieron menos de seis meses en la mina. Cerca del 19 por ciento de los mineros españoles en Bélgica salieron de la empresa sin haber cumplido un mes de contrato. Por
otra parte, la edad media de los mineros españoles de la región de Lieja era de 30
años aproximadamente. Se trata de una edad muy similar a las registradas en el censo
de la inmigración griega y marroquí en Bélgica.
La explicación de la escasa permanencia en la mina puede ser múltiple. En primer lugar, debemos contemplar las malas condiciones de trabajo y las dificultades de
adaptación al trabajo de la mina. En efecto, pues una gran parte de los inmigrantes
son originarios de Madrid y de las regiones agrícolas españolas, por lo que no estaban preparados para el trabajo minero de fondo. Además España no poseía minas de
un nivel de explotación tan profundo como Bélgica. Sin embargo, también puede
explicarse en función de lo que denominaremos como estrategia a corto plazo. Según
dicha estrategia, el objetivo de los mineros consistía en trabajar de manera temporal
en Bélgica, con el fin de acumular un pequeño capital. Después de pocos meses de
trabajo, el minero volvería a España. Otra hipótesis que debemos barajar es que algunos mineros hayan aprovechado la penuria de mano de obra en otros sectores de
actividad como el siderúrgico o el de la construcción para cambiar de profesión y
abandonar el duro trabajo de la mina43.
HACIA UNAS PRIMERAS CONCLUSIONES: LA INMIGRACIÓN MINERA COMO
DETONANTE DE LA PRESENCIA MASIVA DE ESPAÑOLES EN BÉLGICA.
A lo largo de estas líneas hemos podido comprobar algunas características del
trabajador minero español de Bélgica. Son, en general, andaluces, madrileños o asturianos. Viven en la misma localidad donde está situado su lugar de trabajo, es decir
en las regiones mineras. La mayoría de ellos trabajan menos de un año en la mina. La
proximidad geográfica de las minas de carbón contribuyó a unas fuertes concentra-
————
43 A partir de 1962, cuando los permisos de trabajo fueron extendidos para otros sectores además del minero (ver MARTENS, A:, Les immigrés: Flux et reflux d’une main d’œuvre…, p. 111).
La inmigración española en el sector carbonífero belga
113
ciones de mineros españoles en centros urbanos, favoreciendo así el desarrollo de
una vida cultural.
Por otra parte, los datos presentados en este artículo confirman la idea según la
cual las diferentes comunidades mineras extranjeras han seguido una trayectoria
similar en Bélgica. Así los estudios sobra la inmigración carbonífera griega, italiana o
turca ofrecen muchos aspectos parecidos. Los acuerdos entre Bélgica y países terceros para el reclutamiento de mineros son similares en lo que respecta a las fórmulas
de reclutamiento y a la organización de la vida cotidiana. La especificidad de la comunidad minera española en Bélgica se basa en la cronología de su llegada, en su
importancia demográfica y en el contexto político. De este modo y al contrario de lo
que ocurre con la inmigración italiana, el periodo de llegada de los españoles a las
minas belgas es más corto y más tardío que en el caso de los italianos (que transcurre
entre 1945 y 1957). El numero de españoles que trabajaron en las minas belgas fue
mucho menor que el de los italianos. La inmigración española se desarrolla en el
contexto político específico de la dictadura franquista, si bien está motivada por la
búsqueda de un nivel de vida mejor, tal y como sucede en el caso de la inmigración
italiana y de otros inmigrantes mineros.
Si la presencia española en Bélgica está contrastada por los datos del Instituto de
Estadística belga (INS) antes de 1957, resulta sin embargo anecdótica hasta esa fecha. Será después de la firma del acuerdo de 1956, cuando la presencia española en
Bélgica conozca un aumento sin precedentes. La inmigración minera española representa, por lo tanto, el punto de partida de la presencia masiva de españoles en Bélgica. En el presente artículo hemos tratado de arrojar alguna luz sobre la inmigración
española a la minería del carbón belga, aportando datos sobre los orígenes de los
mineros, su edad media, sus lugares de asentamiento en Bélgica o los sistemas de
reclutamiento. Pero quedan todavía muchos aspectos por dilucidar, tales como el
papel de la mujer, las condiciones de vida, las organizaciones culturales o el peso de
la política en las relaciones entre los mineros, entre otros.
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