Asunción, 1 junio de 2011 Señor Dr. Oscar González Daher

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Asunción, 1 junio de 2011
Señor
Dr. Oscar González Daher
Presidente de la Honorable Cámara de Senadores
Presente
De mi mayor consideración:
Me dirijo a Usted con el objeto de presentar un
proyecto de ley que modifica los artículos 27 y 29 de la Ley Nº 1286/98 “CÓDIGO
PROCESAL PENAL” y 1865, 1871, se incorporan en el artículo 1841 (bis) y se derogan
los artículos 1866,1867, 1868 y 1869 de la Ley Nº 1183/85 “CÓDIGO CIVIL”,
adjuntándose la exposición de motivos del proyecto y la parte normativa del mismo.
Por razones de probidad intelectual debo dejar
constancia que el conocido penalista Dr. Enrique Konawetter es el principal redactor de
este proyecto de ley que estoy presentando, y que de ser aprobado contribuirá
positivamente a superar las dudas y contradicciones que existen en nuestro ámbito
jurídico en lo concerniente a la acción civil con relación al hecho punible.
Sin otro particular le saludo atentamente.
Miguel Abdón Saguier
Senador de la Nación
Asunción, 26 de Mayo de 2011.
PROYECTO DE LEY QUE MODIFICA LOS ARTÍCULOS 27 Y 29 DE LA LEY Nº
1286/98 “CÓDIGO PROCESAL PENAL” Y 1865, 1871, SE INCORPORA EL
ARTÍCULO 1841 (BIS) Y SE DEROGAN LOS ARTÍCULOS 1866, 1867, 1868 Y
1869 DE LA LEY Nº 1183/85 “CÓDIGO CIVIL”
EXPOSICIÓN DE MOTIVOS:
PROBLEMAS CONCERNIENTES A LA ACCIÓN CIVIL CON RELACIÓN AL
HECHO PUNIBLE:
Hasta la sanción de la Ley No. 1286/98 “Código Procesal Penal”, el ejercicio de la acción
civil emergente del delito presentaba una serie de confusiones acerca de su promoción,
principalmente en el ámbito civil, dado que las modificaciones en las legislaciones
vinculadas con el instituto del resarcimiento del daño emergente de un hecho ilícito
generaron una discusión sobre la base del conflicto entre ley general y ley especial,
primero, y, después, entre ley anterior y ley posterior, después.
A modo de ilustrar esta dificultad con las reglas de hermenéutica, el Código de
Procedimientos Penales de 1890 establecía la autonomía del ejercicio de la acción
indemnizatoria derivada de un delito en sede penal y civil respectivamente, mientras que el
Código Penal de 1914 si bien no derogó lo dispuesto en el Código de Procedimientos
Penales de 1890 de manera expresa, por aplicación de la ley posterior que deroga a la
anterior cuando se regula similar materia en sentido directo o indirecto, establecía que el
ejercicio debía iniciarse en el ámbito civil y comercial, por lo que con este cuerpo legal de
fecha posterior al Código de Procedimientos Penales de 1890 se “eliminó” el ejercicio de
la acción civil emergente del delito ante el mismo juez del ámbito penal que dictó la
sentencia condenatoria.
Desde la vigencia del Código Penal de 1914 la discusión se limitó sobre la excesiva
demora de la justicia penal para eventualmente condenar al acusado, dado que recién
cuando la sentencia condenatoria se encontraba firme y ejecutoriada, se habilita al
damnificado a reclamar el resarcimiento civil emergente del delito por el cual fue
condenado el demandado, claro está, en el ámbito penal.
A esto debe añadirse un problema que hasta el presente subsiste: el plazo de prescripción
para el ejercicio de la acción civil emergente de un acto ilícito, por lo general, es exiguo
frente a la duración de los procesos penales, pudiendo llegarse al absurdo de que la víctima
obtenga una sentencia condenatoria contra el imputado por el delito, pero para llegar a
dicha coyuntura precisó de un lapso promedio de cinco años, aspecto que generaba que la
acción resarcitoria por el delito resultaba estéril por exceder el plazo de prescripción.
Es decir, se obtenía la base objetiva del resarcimiento en el ámbito civil sobra las base de la
acreditación de un ilícito penal, pero la demora-a veces terriblemente excesiva-provocaba
la extinción del reclamo resarcitorio por el transcurso del tiempo.
Y todavía más, debemos anexar otro problema imprevisto a la luz las normativas en
cuestión consistente en las reglas de especialidad, en el sentido que si el reclamo del
damnificado o víctima se ciñe a una pretensión favorablemente acogida por un juez o
tribunal del ámbito penal, una vez firme la sentencia condenatoria, inexorablemente debía
efectuarse el reclamo en sede civil y comercial frente a un magistrado que desconocía, en
absoluto, las vicisitudes del sufrimiento del afectado, aparte de reiniciar el debate integral y
desconocer, cada uno, por razón de competencia material, la disciplina penal por parte del
magistrado civil y viceversa, implicando, en suma una verdadera revictimización de la
víctima, lo que repercute negativamente en el sentimiento de la gente ya que desalienta el
derecho que tiene la víctima a ser resarcida por le hecho punible que le agravió, quizás
hasta con daños inconmensurables y deletéreos que escapan obviamente al tecnicismo de
quien juzga una causa ya analizada en sede penal y/o civil, esta vez, por otro magistrado
con una visión diferente al mismo conflicto.
La confusión sobre los alcances de los procedimientos emergentes de la responsabilidad
civil con motivo de un delito (hecho punible es la expresión técnica actual), se profundizó
con la vigencia del Código Civil del año 1985 que ratifica el régimen de la acción civil y su
vinculación con la acción penal (artículos 1865 y siguientes), con criterio autonómico, tal
como lo expresa el mentado precepto cuando reza:
“LA ACCIÓN CIVIL PARA EL RESARCIMIENTO DAÑO CAUSADO POR UN ACTO ILÍCITO PODRÁ
EJERCERSE INDEPENDIENTEMENTE DE LA ACCIÓN PENAL.
SI ESTA HUBIERE PRECEDIDO, O FUERE INTENTADA PENDIENTE AQUELLA, NO SE DICTARÁ
SENTENCIA EN EL JUICIO CIVIL MIENTRAS NO FUERE PRONUNCIADA EN LO CRIMINAL, SALVO EN
LOS SIGUIENTES CASOS:
A) SI EL ENCAUSADO HUBIERE FALLECIDO ANTES DE DICTARSE EL FALLO PENAL, LA ACCIÓN
CIVIL PODRÁ SER INICIADA O CONTINUADA CONTRA SUS HEREDEROS;
B) SI EL PROCESO PENAL ESTUVIESE PARALIZADO POR AUSENCIA O ENFERMEDAD MENTAL DEL
ENCAUSADO. PUEDE TAMBIÉN PROMOVERSE O PROSEGUIRSE LA ACCIÓN CIVIL CONTRA LOS
SUCESORES UNIVERSALES DE LOS AUTORES Y COPARTÍCIPES DEL DELITO, CONFORME A LO
DISPUESTO SOBRE LA ACEPTACIÓN DE LA HERENCIA CON BENEFICIO DE INVENTARIO.
LA ACCIÓN CIVIL PUEDE SER EJERCIDA POR LA VÍCTIMA O POR SUS HEREDEROS FORZOSOS”.
En el año 2000 se pone en vigencia el Código Procesal Penal que por aplicación del
axioma latino “LEX POSTERIOR PRIODEM DEROGAT” (LA LEY POSTERIOR
DEROGA A LA ANTERIOR-SIEMPRE UTILIZADO EL CONTENIDO RECTOR DE
QUE TRATEN DE LA MISMA MATERIA , FIGURA O INSTITUCIÓN-), permite colegir
que la realidad jurídica sobre el régimen de la acción civil emergente del delito (como lo
postula el artículo 1865 y siguientes del Código Civil de 1985), se debe sujetar a las reglas
específicas del procedimiento penal que se erige así en el punto de partida para la discusión
sobre la pertinencia o impertinencia de un resarcimiento civil derivado ilícito encuadrado
penalmente.
Merece trascripción los siguientes preceptos del Código Procesal Penal:
“ARTÍCULO 27. ACCIÓN CIVIL. LA ACCIÓN CIVIL PARA LA REPARACIÓN O
INDEMNIZACIÓN DE LOS DAÑOS Y PERJUICIOS CAUSADOS POR EL HECHO PUNIBLE,
SÓLO PODRÁ SER EJERCIDA POR EL PERJUDICADO O SUS HEREDEROS, EN LOS LÍMITES
DE LA CUOTA HEREDITARIA, O POR LOS REPRESENTANTES LEGALES O MANDATARIOS
DE ELLOS, CONTRA EL AUTOR Y LOS PARTÍCIPES DEL HECHO PUNIBLE”.
“ARTÍCULO 29. EJERCICIO. LA ACCIÓN CIVIL PODRÁ SER EJERCIDA EN EL
PROCEDIMIENTO PENAL, CONFORME A LAS REGLAS ESTABLECIDAS POR ESTE CÓDIGO,
O INTENTARSE ANTE LOS TRIBUNALES CIVILES, PERO NO SE PODRÁ PROMOVER
SIMULTÁNEAMENTE EN AMBAS JURISDICCIONES”.
De esta manera, se puede concluir que actualmente persisten las confusiones respecto al
modo de proceder en este nivel, y, por ende, se mantienen vigentes los problemas
operativos con relación a las reglas de la prescripción de la acción civil y de la acción civil
emergente del delito en el ámbito penal.
CIRCUNSTANCIAS OBJETIVAS QUE FUNDAMENTAN LA PROPUESTA DE REFORMA:
Corresponde efectuar aquí una aclaración que podría resultar beneficiosa para una mejor
reglamentación del ejercicio de la acción civil con relación a la acción penal, propuesta que
se formula expresamente a tenor de los argumentos expuestos precedentemente.
La independencia de la acción civil para la reparación de los daños y perjuicios causados
por el hecho punible (anteriormente denominada “acción civil emergente del delito”),
exige las siguientes comprensiones conceptuales que eviten distorsiones prácticas:
1. La acción civil emergente de un ilícito penal, ciñéndose estrictamente al Código
Civil, permitiría su ejercicio simultáneo, pero conforme a lo trascrito en el artículo
29 del Código Procesal Penal dicha posibilidad es nula ya que expresamente lo
prohíbe.
2. Esta última postura legal es la que tendría que prevalecer por aplicación del
principio de LEY POSTERIOR (derogatoria de la anterior por erigirse en materia
idénticamente reglada en ambos cuerpos jurídicos).
3. La independencia de la acción civil que sólo prohíbe la simultaneidad, perjudica a
la víctima ya que el cómputo de su ejercicio con respecto a hechos ilícitos (no
selecciona el ámbito de legislaciones aplicables, cobrando virtualidad el axioma
“cuando la ley no distingue, el intérprete no debe distinguir”) en lo civil y
comercial es de dos años, mientras que un proceso penal puede exceder los cuatro
años (artículo 136 del CPP), por lo que por un simple cotejo aritmético, es evidente
que si se ejerce luego de dos años del hecho generador del resarcimiento, la
pretensión en la jurisdicción civil prescribe, quedando incólume sólo la acción civil
emergente del hecho punible en sede penal a través de un procedimiento especial
previsto en los artículos 439 al 448 respectivamente), ya que si bien prescribe a los
dos años el cómputo se efectúa desde la fecha en que la sentencia condenatoria
quede firme y ejecutoriada, o sea, cuando concluya el proceso penal con una
sentencia condenatoria.
4. La prohibición de la simultaneidad de su ejercicio constituye un avance, ya que
como se explicó precisamente es imposible por los tiempos totalmente diferentes
que habilitarían su ejercicio. El Código Procesal Penal lo que hace es reconocer la
autonomía de las acciones en distintos ámbitos (civil o penal) pero con un mismo
objeto: el resarcimiento de daños y perjuicios causados por el hecho punible.
5. Sin embargo, en la práctica ocurre que partiendo de hipótesis propiamente penales
(presupuestos de conductas punibles) se prescinde del ejercicio de la acción penal y
directamente se plantea la acción civil sobre las condiciones previstas en los
artículos 1834 y 1835 del Código Civil y por aplicación del artículo 1865 no
impiden su ejercicio, sino tan sólo difieren el dictado de una sentencia en lo civil, a
las resultas del dictado de idéntico pronunciamiento en el ámbito penal.
6. Si a esto sumamos el problema derivado de las diferencias de plazos para que opere
la prescripción, se tiene que la acción civil de daños y perjuicios causados por el
hecho punible casi siempre se promueve con prescindencia del dictado de una
sentencia condenatoria en lo penal que es la figura que habilita a la víctima para
reclamar resarcimiento por el hecho ilícito.
En consecuencia, lo que corresponde es ajustar las disposiciones legales vigentes en un
cuerpo valido que impida el usufructo de la acción civil emergente de un hecho punible
como mecanismo previo y automático, resultando en un doble esfuerzo, cuando se sabe
que la base fáctica y causal del resarcimiento sólo será oponible cuando exista
sentencia condenatoria firme y ejecutoriada.
La independencia de la acción civil de la penal con respecto al mismo objeto, en
realidad, es producto de los procedimientos, pero la íntima correlación para el éxito o
no del reclamo indemnizatorio se sujeta al resultado penal, y esto no es una
especulación sino una realidad jurídica de la lectura de los artículos 1868 y 1869 del
Código Civil.
Y nótese como el artículo 1871 al referirse a las cuestiones prejudiciales establece una
disposición cuya aplicación genera distorsiones graves con relación al principio de
legalidad, cuando dice: “…LA SENTENCIA CIVIL SOBRE EL HECHO NO INFLUIRÁ EN EL JUICIO
CRIMINAL, NI IMPEDIRÁ NINGUNA ACCIÓN PENAL POSTERIOR INTENTADA SOBRE EL MISMO HECHO, O
SOBRE OTRO QUE CON ÉL TENGA RELACIÓN. CUALQUIERA SEA LA SENTENCIA SOBRE LA ACCIÓN
CRIMINAL, EL FALLO ANTERIOR PRONUNCIADO EN EL JUICIO CIVIL PASADO EN AUTORIDAD DE COSA
JUZGADA, CONSERVARÁ TODOS SUS EFECTOS”.
La última parte resulta un contrasentido: quiere decir que si el afectado planteó
primeramente la acción civil y obtuvo una sentencia favorable en dicho ámbito, y,
posteriormente, el condenado en lo civil logra revertir la existencia del hecho punible
(siendo absuelto o sobreseído) en el ámbito penal, esta decisión no repercutirá en la
sentencia civil que versa sobre el mismo objeto, cual es, la existencia o no de hechos
punible y la atribución de responsabilidad al inculpado, ocurriría una suerte de
enriquecimiento sin causa, por el solo hecho de mantener “técnicamente” la autonomía
e independencia de la acción civil emergente del hecho punible con relación al ámbito
penal, con lo que se consagraría que se castiga civilmente y se absuelva penalmente al
obligado a resarcir, cuando la base del resarcimiento constituye un hecho ilícito
estrictamente ajustable a la normativa penal.
Valga este ejemplo para usar las reglas del sentido común y apoyándonos en una
estimativa jurídica coherente con el principio de legalidad y razonabilidad de los actos de
autoridad, propios de de un modelo republicano y democrático, para propugnar, como
alternativa valida, el ajuste de las normas vigentes sobre dicho tópico a fin de obtener una
racional interpretación sistémica, y, fundamentalmente, evitar la distorsión de las
herramientas indemnizatorias para fines inconfesables con la aquiescencia de quienes,
coyunturalmente, se beneficiarían de semejantes distorsión.
Las normas que se modifican por la voluntad personal y no por el progreso racional
pueden recibir cualquier denominación, pero nunca la de normas jurídicas.
Va se suyo que se quiere recuperar el sentido de legitimidad de las normas en este nivel y
es la motivación sustancial para presentar este proyecto con firme convicción de
reencauzar el proceder que por tergiversaciones antojadizas y por la confusa redacción de
sus textos que obviamente repercuten en pronunciamientos escandalosos.
DOCTOR MIGUEL ABDÓN SAGUIER
SENADOR NACIONAL
LEY Nº______
POR LA CUAL SE MODIFICAN LOS ARTÍCULOS 27 Y 29 DE LA LEY No.
1286/98 “CÓDIGO PROCESAL PENAL”, 1865, 1871, SE INCORPORAN EN EL
ARTÍCULO 1841 (BIS) Y SE DEROGAN LOS ARTÍCULOS 1866,1867, 1868 Y
1869 DE LA LEY Nº 1183/85 “CÓDIGO CIVIL”:
ARTÍCULO 1:
Modifíquense los artículos 27 y 29 de la Ley No. 1286/98, los
artículos 1865, 1871 y se incorpora el artículo 1841 (bis) del Código
Civil y se derogan varias disposiciones de ambos cuerpos legales. Los
preceptos modificados y el agregado por la presente ley, quedan
redactados de la siguiente manera:
ARTÍCULO 27. ACCIÓN CIVIL. LA ACCIÓN CIVIL PARA LA REPARACIÓN O INDEMNIZACIÓN DE LOS
DAÑOS Y PERJUICIOS CAUSADOS POR EL HECHO PUNIBLE, SÓLO PODRÁ SER EJERCIDA POR LA
VÍCTIMA EN LOS TÉRMINOS DEL ARTÍCULO 67 DEL CÓDIGO PROCESAL PENAL O SUS HEREDEROS, EN
LOS LÍMITES DELA CUOTA HEREDITARIA, O POR LOS REPRESENTANTES LEGALES O MANDATARIOS
DE ELLOS, CONTRA EL CONDENADO O AL QUE SE LE APLICÓ UNA MEDIDA DE MEJORAMIENTO POR
IMPUNIDAD.
ARTÍCULO 29. EJERCICIO. LA ACCIÓN PARA LA REPARACIÓN O INDEMNIZACIÓN DE LOS DAÑOS Y
PERJUICIOS CAUSADOS POR EL HECHO PUNIBLE, PODRÁ SER EJERCIDA EN EL PROCEDIMIENTO
PENAL, CONFORME A LAS REGLAS ESTABLECIDAS POR ESTE CÓDIGO, O, INTENTARSE ANTE LOS
TRIBUNALES
CIVILES,
PERO
NO
SE
PODRÁ
PROMOVER
SIMULTÁNEAMENTE
EN
AMBAS
JURISDICCIONES. LA ACCIÓN PARA LA REPARACIÓN O INDEMNIZACIÓN DE LOS DAÑOS Y PERJUICIOS
CAUSADOS POR EL HECHO PUNIBLE SÓLO SE PODRÁ EJERCER UNA VEZ QUE LA SENTENCIA
CONDENATORIA O QUE APLIQUE UNA MEDIDA DE MEJORAMIENTO POR INIMPUTABILIDAD SE
ENCUENTRE FIRME.
EN LOS CASOS PREVISTOS EN LOS ARTÍCULOS 20,21 Y 25 NUMERAL 10º DEL CÓDIGO PROCESAL
PENAL, LA VÍCTIMA PODRÁ EJERCER LA ACCIÓN EN EL PLAZO DE SEIS MESES CONTADOS
DESDE QUE LA RESOLUCIÓN QUE ADMITE LA APLICACIÓN DEL CRITERIO DE OPORTUNIDAD,
CONCEDE LA SUSPENSIÓN CONDICIONAL DEL PROCEDIMIENTO U HOMOLOGA LOS ACUERDOS
REPARATORIOS, HAYA QUEDADO FIRME.
ARTÍCULO 1847 (BIS). SE APLICARÁN LOS ARTÍCULOS 1833 AL 1841 SÓLO CUANDO SE
REFIERE A CONDUCTAS ILÍCITAS SANCIONADAS PENALMENTE Y SIEMPRE QUE LA SENTENCIA
CONDENATORIA SE ENCUENTRE FIRME
ARTÍCULO 1865. LA ACCIÓN CIVIL PARA LA REPARACIÓN O INDEMNIZACIÓN SE LOS DAÑOS Y
PERJUICIOS CAUSADOS POR EL HECHO PUNIBLE NO SE PODRÁ EJERCER SIMULTÁNEAMENTE
CON LA ACCIÓN PENAL.
A ESTOS EFECTOS, SÓLO PODRÁ EJERCERSE UNA VEZ QUE SE HAYA DICTADO SENTENCIA
CONDENATORIA O QUE ORDENE LA APLICACIÓN DE UNA MEDIDA DE MEJORAMIENTO POR
INIMPUTABILIDAD.
LA ACCIÓN CIVIL SÓLO PUEDE SER EJERCIDA POR LA VÍCTIMA O POR SUS HEREDEROS
FORZOSOS.
ARTÍCULO 1871. SALVO LO DISPUESTO EN EL ARTÍCULO ANTERIOR, EN EL ARTÍCULO 1865,
O EN OTROS CASOS QUE SEAN EXCEPTUADOS EXPRESAMENTE, LA SENTENCIA CIVIL
SOBRE EL HECHO NO INFLUIRÁ EN EL JUICIO CRIMINAL, NI IMPEDIRÁ NINGUNA ACCIÓN
PENAL POSTERIOR SOBRE EL MISMO HECHO, O SOBRE OTRO QUE CON ÉL TENGA
RELACIÓN.
ARTÍCULO 2. DEROGACIÓN.
OBSERVACIÓN:
Derogase los artículos 1866, 1867, 1868
y 1869 del Código Civil a los efectos
previstos
en
las
disposiciones
precedentemente reguladas, así como
todas las disposiciones contrarias a la
presente ley
LOS SUBRAYADOS REPRESENTAN LOS TEXTOS
AGREGADOS EN EL PRESENTE PROYECTO.
DOCTOR MIGUEL ABDÓN SAGUIER
Senador Nacional
MODIFICADOS
Y
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