TRIBUNAL DE APELACIONES EN LO PENAL DE SEGUNDO TURNO LA FISCAL LETRADO NACIONAL EN LO PENAL DE PRIMER TURNO en autos caratulados: “M. F., P. J. – UN DELITO DE RETRIBUCION O PROMESA DE RETRIBUCION A PERSONAS MENORES DE EDAD O INCAPACES PARA QE EJECUTEN ACTOS SEXUALES EROTICOS DE CUALQUIER TIPO”, IUE XXX, a los Señores Ministros DICE: Que por el presente interpone recurso de CASACION contra la Sentencia Interlocutoria Nº 156 del 04 de junio de 2014 dictada por ese Tribunal, que le fuera notificada el 06/06/2014, en mérito a los siguientes fundamentos: I- ANALISIS DE FORMA 1- Se trata la impugnada de una Sentencia interlocutoria de Segunda Instancia, que resuelve respecto del recurrente P.J.M.F., “…la clausura y archivo de estas actuaciones a su respecto…”. Es decir que como establece el texto legal pone fin a la acción penal o hace imposible su continuación (art. 269 inc. 1 del Código de Proceso Penal).2- La misma fue notificada a esta parte, el día 06 de junio de 2014 (fs. 363), compareciendo dentro del plazo para interponer la recursiva, que es de quince días conforme establece el marco 1 jurídico (arts. 87 y 271 inc. 1 del Código de Proceso Penal y arts. 93 a 95 del Código General del Proceso).3- Se señala como causal de casación la infracción de la ley en el fondo (error in iudicando), errores que determinaran la parte dispositiva de la sentencia impugnada (arts. 269 inc. 1, 270 inc. 1 y 3 y 272 num. 2º del Código de Proceso Penal).4- Se señalan como normas de derecho infringidas o erróneamente aplicadas los arts. 1 y 125 del Código de Proceso Penal; art. 22 del Código Penal y el art. 4 de la Ley Nº 17.815, lo que paralelamente contraviene el tenor de los arts. 12 y 18 de la Constitución Nacional.Ello sin perjuicio de otros principios y derechos que emanan de la estructura y naturaleza del proceso penal.- II – ANALISIS DE FONDO 1- La Sentencia resistida centra su fundamento legal, en dos puntos cardinales que son: A- Que la prueba de “…cargo es tan frágil que en el plenario mal puede esperarse corroborarla…”.B- Que “…existe una duda razonable sobre el punto vinculado a la edad de la víctima, lo que impone en todo caso aplicar el principio “in dubio pro reo”…”, por lo que considera en la causa “…la aplicación estricta del error de hecho…” (art. 22 del Código Penal).- 2 Lo que determina la resolución que revoca “…parcialmente la Sentencia Interlocutoria de primera instancia en cuanto dispuso el enjuiciamiento y prisión de P.J.M.F. y, en su mérito, decretase la clausura y archivo de estas actuaciones a su respecto…” (fs. 350).Sin embargo, a criterio de este Ministerio, se ha efectuado por el Tribunal una interpretación absolutamente literal y descontextualizada del artículado, lo que conduce a conclusiones reñidas con normas constitucionales y legales en juego y por ende a un quiebre de las ritualidades y principios que rigen las formalidades y garantías en juicio.2- Es así que debe establecerse que en obrados asistimos a un SUMARIO que da inicio con el AUTO de PROCESAMIENTO, y los requisitos legales establecidos como NECESARIOS para dictarlo, son claros y específicos, tal como dispone el artículo 125 del Código de Proceso Penal.Ellos no son otros que: A- Conste la existencia de un hecho presumiblemente delictivo.B- Que existan “elementos de convicción suficientes para juzgar que el imputado tuvo participación en el delito”.Así que son esos y solo esos, los elementos de hecho por imperio del derecho, que debió valorar el Tribunal, porque lo que se apelaba era un Sentencia Interlocutoria (Auto de Procesamiento) y no una Sentencia Definitiva; de manera que no registra NUNCA amparo 3 legal, hacer una proyección futura del proceso y de la prueba, adelantando que no puede esperarse “corroborarla” en el plenario.Como señala reiteradamente la Doctrina y Jurisprudencia, en esta etapa procesal no resulta pertinente alegar sobre la prueba, y su análisis solo se circunscribe a la constatación del hecho delictivo y la participación que en ella cupo al imputado, transcribiendo por resultar ilustrativo algunos párrafos de Sentencias que estudiaron el tema: “…La Sala a sostenido reiteradamente, que las alegaciones sobre la prueba no corresponden en esta etapa del proceso. En el subcaso se ha constatado la comisión de un hecho con apariencia delictiva y la existencia de fuertes elementos de convicción de que C.L. tuvo participación en el mismo. Por tanto, la confirmación del auto de procesamiento se torna incuestionable en esta etapa del proceso…”.“…La Sala por unanimidad, ira a confirmar la decisión de enjuiciamiento impugnada. En principio y como se ha señalado en múltiples ocasiones, para el progreso de un proceso penal, solo es necesario que se constate un hecho con apariencia delictiva y que existan elementos de juicio, para determinar que el indagado fue su protagonista principal. Es lo que señala el art. 125 del C. de Proceso Penal y aceptan unánimemente doctrina y jurisprudencia vernácula…” (Revista de Derecho Penal Nº 19 Casos 420 y 422).- 4 Por tanto pues, la interpretación futurista del proceso, está determinada por una errónea aplicación del artículo 125 del Código de Proceso Penal, lo que conlleva a infringir o desconocer normas de la Constitución Nacional como son los artículos 12 y 18, es decir que son las leyes las que fijan el orden y las formalidades de los juicios, así como normas legales procesales genéricas como es el artículo 1 del Código de Proceso Penal, que establece que el proceso penal se rige por las disposiciones de este Código.Todos la normativa citada desde la concepción general a la particular, refieren a las formalidades de los juicios, que derivan en los derechos y garantías para las partes del mismo.3- A la luz del razonamiento procesal realizado en el numeral antecedente, vamos a posicionarnos en el tipo penal y los elementos de prueba que relevo y sustento la Sentencia de Segunda Instancia.Dice la misma “…Esta fuera de discusión que el mantener relaciones sexuales con una menor de edad o incapaz mediante promesa de retribución en dinero o en especie encarta el delito que fuera imputado en autos…” (fs. 347).A lo que este Ministerio se permite agregar, que el tipo penal no realiza una referencia específica a “relaciones sexuales”, sino que esta es una conclusión simplista del texto. Precisamente la norma refiere a un concepto de vulneración de derechos mucho más 5 amplio, que define así “…ejecute actos sexuales o eróticos de cualquier tipo…” (art. 4º de la Ley 17.815). Es decir que establecer si opero o no la consumación de una relación sexual (que el imputado admite que existió), tampoco se constituye en un elemento neurálgico de la imputación, porque precisamente el tipo penal no lo requiere.Así las cosas se valoraran los elementos que el tipo penal requiere: A- Es necesario partir de la probada existencia por parte de P.J.M. de la compra previa de “obsequios” a la adolescente T., que se trató de pasajes desde Cerro Largo a Maldonado, prendas de vestir, calzado, celular e incluso alimentos “…se le ocurrió ir al Super, compro un carro lleno de cosas, que pago el…” (fs. 212), todo ello edulcorado con pasajes por restaurantes y alojamiento en una casa de Maldonado en la zona de La Barra. A lo que se añade la posterior remisión de importantes sumas de dinero, que tenían como destinataria la joven, pero que eran cursados los giros a nombre de terceras personas, entre ellas el coimputado de autos Rivero.B- En segundo lugar no puede menos que rechazarse enfáticamente la afirmación que realiza el Tribunal a fs. 347, en referencia a que “…No hay otra prueba del relacionamiento sexual más allá de la versión del encausado…”.- 6 Estamos ante un tipo penal que se rodea de elementos externos que pueden conocer los terceros, pero que la consumación misma generalmente opera en un reducto de privacidad, y requerir una prueba “directa” de ello es con los debidos respetos un “absurdo”.El imputado admite que opero el relacionamiento sexual, pero ello no es la única probanza que sustenta la imputación, sino que operan una confluyente y univoca cadena de indicios que refuerzan su confesión: a- hechos previos de conocimiento de S.F., que como declara la adolescente T. le había dicho a su hermano “…que si conocía a alguien que tuviera plata para estar con ella, para mantener relaciones por plata…” (fs. 212); b- es así que la propia F. es quien le dice al imputado sobre la existencia de (T) y que quería conocerlo; c- el motivo del “viaje” realizado desde Cerro Largo a Maldonado por S.F. y la adolescentes (T), era el relacionamiento sexual con M; d- Ya en Maldonado, en la noche luego de un día en compañía del imputado, cuando arriban a la Barra, como precisa F. “…yo me fui a acostar y ella se fue con él. Yo entendí que mantuvieron relaciones sexuales…” (fs. 213); e- hechos posteriores de conocimiento de la testigo M. F. R. quien preciso “…El C. me dijo que el de Maldonado andaba con T…decía que la llevaba a Maldonado para acostarse con este…” (fs. 152).C- En tercer lugar procede analizar uno de los requisitos objetivos del tipo penal, que es cimiento de la estructura jurídica, es decir el 7 “sujeto pasivo”, que no es otro que la persona menor de edad o incapaz. Pues bien la victima T, contaba al momento de los hechos (que se sitúan en mayo de 2013) con quince (15) años de edad, extremo que acredita la fotocopia de cedula de identidad de la misma que surge incorporada a fs. 146.Esa es la realidad objetiva probada, sobre la que no opera duda, persona que el Legislador entendió que carecía de capacidad para prestar un consentimiento valido, y por ende era objeto de protección legal penal, con la norma en estudio.En este punto es necesario establecer que la adolescente es solo eso, “sujeto pasivo” o “victima” como se la quiera denominar, y se comparte íntegramente la afirmación del Tribunal “…la situación de la joven T. es realmente desgraciada…”. Estamos ante la presencia de un ser indefenso, con una estructura familiar desarticulada, agobiada por sus necesidades materiales, que para cubrir las necesidades básicas del ser humano (alimentación y abrigo), a instancia de los adultos que la rodean, transita el camino de vender más que su cuerpo, en realidad su propia dignidad. Nótese que la joven no opta por obtener como “ventaja” proporcionada por el imputado, artículos de vanidad (joyas o perfumes), sino prendas elementales de vestir y fundamentalmente alimentos; con que “poco” compro su cuerpo, le basto llevarla al supermercado y la joven se sintió reconfortada con la adquisición de un “carro” 8 repleto.Estas víctimas no logran salir del proceso sin ayuda exterior, como señala la doctrina sobre el punto, “…La pobreza en si, por lo tanto, no es determinante de la violencia sexual. Sin embargo, no podemos perder de vista que la situación precaria y de privación sustancial ligada a la pobreza, genera un proceso acumulativo de vulnerabilidad personal y social, en razón de otras situaciones propias como el alcoholismo, la frustración social, la promiscuidad, etc. En el análisis de esta situación tal vez no sea suficiente implementar servicios de denuncias y notificación para responsabilizar a los culpables. Claro está que la punición del abusador debe ser considerada también como una estrategia e instrumento del proceso de recuperación. Pero en el caso del abuso intrafamiliar es necesario romper con los elementos, los factores en los que se gestan las vulnerabilidades y que están basados en las relaciones de dominación y poder (sobre todo del adulto con relación al niño o de una persona mayor con relación a una más joven)…” (Violencia Sexual contra Niños, Niñas y Adolescentes – Para cada Niño un futuro – Publicación de B.I.C.E. pag. 54).Entonces como se puede requerir por parte de los operadores del derecho, que la prueba provenga singularmente del aporte de la joven; quien en la instancia lógicamente se revelara contra el sistema, ya que en su visión distorsionada producto de su ausencia 9 de capacidad para prestar el consentimiento, ve a M. y al resto del entorno adulto, no como sujetos activos del delito, sino como su “proveedores”.4- Capítulo aparte merece el estudio de la afirmación formulada en la Consulta del Dr. Milton Cairoli y que El Tribunal comparte y hace suyas transcribiéndolas a fs. 349, “…La relación sexual por dinero nunca fue negada por Moya, lo que sucedió es que el en su conocimiento interno, la mantuvo con alguien que no era menor, lo que aún no es delito en nuestro país…”; lo que lleva a concluir (a la luz del análisis de la prueba), que el agente incurrió en un Error de Hecho, y por ende resultaría amparado en la eximente de pena del art. 22 del Código Penal.En primer lugar y sobre el punto, es necesario posicionarnos en los hechos probados: A- El imputado es una persona adulta (de 75 años de edad), que ha viajado, es empresario y hombre de negocios, y como corolario con estudios terciarios ya que refiere su condición de Profesor de Antropología. De manera que nos posicionamos ante un ciudadano que registra una fluida interacción con los seres humanos y que por la “experiencia” que otorgan los años, debe necesariamente evidenciar un conocimiento directo. A ello se añade su profesorado, que le otorga un plus de idoneidad sobre el tema que nos interesa. En efecto como se define la antropología es la ciencia que se 10 encarga de estudiar la realidad del ser humano a través de un enfoque holístico (en el que todo determina el comportamiento de las partes). La denominación es de origen griego y proviene de “anthropos” (hombre o humano) y “logos” (conocimiento). Es decir que la ciencia analiza al hombre, en su contexto cultural y social, incluyendo el análisis su origen, desarrollo y cambios de conductas con el paso del tiempo.B- La victima es una adolescente (de 15 años), que no tiene cubierta sus necesidades elementales, cuyas relaciones no han sobrepujado el mundo en el que esta inserta, quien apenas registra aprobación del ciclo escolar. Por lo que sus posibilidades reales de conocimiento del mundo exterior y desarrollo son menguadas.Así posicionados con la descripción del sujeto activo y el sujeto pasivo, cuando la joven llega a Maldonado y M. la ve, percibe inmediatamente lo que cualquiera (y más un hombre con la preparación del mencionado) percibiría, y es que se trataba de una menor de edad. Sobre la adolescente además de la foto que resulta de la fotocopia de su cedula de identidad, en esta etapa se cuenta con la descripción física aportada por M., “…delgada, menuda… mediana estatura: un metro cincuenta o un metro sesenta…”, todo lo que le indico inmediatamente que se encontraba ante una menor de edad “…Lo que a mí me sorprendió fue que me pareció demasiado joven…” (fs. 186).- 11 Decir que porque la adolescente verbalizó que era mayor, ello se constituye en una causa eximente, significa una alteración de todo el ordenamiento probatorio, desplazando el eje de la responsabilidad, posicionando a la víctima en el rol de “mendaz embaucadora” y al imputado en una suerte de “incauto engañado”, extremo que no logra sustentarse si opera el análisis de la prueba conforme a la sana critica.No se tiene en cuenta que: a- la simple observación primaria le indico al imputado que estaba frente a una menor de edad; b- ello resultaba claro no solo de la estructura corporal “menuda” (para usar las palabras de M.), sino de su rostro (ver fs. 146); c- no nos posicionamos en una adolescente en el pretil de la mayoría de edad, sino ante una jovencita de apenas 15 años de edad recientemente cumplidos al momento de los hechos; d- no se trató de una persona con la que opera un encuentro sexual fugaz e intempestivo, sino de alguien con quien compartió a lo largo de todo un día distinta actividades de esparcimiento (shoping, compras, comidas, traslados, etc.), lo que permitió sin lugar a dudas, conocer los intereses, vocabulario y actitudes de la joven, que realmente son indicadores externos antagónicos, que distinguen claramente un adulto de un adolescente; y e- para reforzar toda esta cadena de elementos, que prueban el conocimiento de la condición de menor de edad de T., el imputado realizaba las remisiones de dinero por 12 agencias de pago (Red Pagos y Abitab) a nombre de terceros, conocedor de que la menor por su edad no se podía constituir en destinataria de los mismos.En otras palabras, magros serían los avances en la imputación de responsabilidades penales, si frente a una argumentación de simple desconocimiento por parte del indagado, se consideraran en forma literal sus argumentos y se lo ampara en la eximente legal.Como señala el Ministro Dr. Daniel Tapie en su voto discorde a la Sentencia impugnada, “…El indagado cometió un hecho típico (descrito en el tipo penal), antijurídico y culpable. El caso que nos ocupa no sería antijurídico y culpable si existiera una causa de inculpabilidad, conforme lo editado el artículo 22 del Código Penal…”, pero concluye, en fundamentación que se comparte íntegramente, que la probanza incorporada descarta que en obrados registre amparo la causal exculpatoria, “…el prevenido no incurrió en un falso juicio sobre el elemento esencial del delito de marras, es decir cuál era la edad de la víctima…”.5- Como se adelantó, se estima que la prueba incorporada a la causa a la luz de la regla de la sana crítica, y en el estado procesal de las actuaciones (inicio del Sumario), NO permite aplicar en autos el artículo 22 del Código Penal.Destacando por otra parte que constituye jurisprudencia constante, diferir la eventual consideración de causas de 13 justificación, que son asimiladas por su alcance procesal a las causas de eximente penal, para la etapa del plenario, que es el momento en que estará completa la prueba que se incorpore a la causa.Se transcribirá un párrafo de Sentencia que estudia el tema, en una referencia a la legítima defensa, pero cuyos conceptos resultan aplicables en obrados, ante el paralelismo de estructura procesal entre lo dispuesto por los articulos 22 y 26 del Código Penal: “…lo dicho por la Sala en innumerables fallos, con actual y anteriores integraciones acerca de que, la consideración sobre la legitima defensa, si esta no se da claramente, debe resignar a la etapa de conocimiento, aun cuando se encuentre en juego la libertad del sujeto “Para que proceda la clausura de una indagatoria presumarial por homicidio (o revocación del auto de procesamiento) es menester que la eximente justificativa…se configure de manera palmaria, irrefragable, con la misma flagrancia que el homicidio mismo…” (Revista de Derecho Penal Nº 17 caso 241).La eximente argumentada por la Defensa, era controvertida por los Magistrados de Primera Instancia del caso, razonamiento que este Ministerio comparte, ya que la prueba incorporada no permite válidamente su conjugación; por lo que no logra comprenderse como el Tribunal (apenas por mayoría, pero no en resolución unánime) la amparo, en esta etapa procesal.- 14 Si la jurisprudencia privilegia un tipo penal como el Homicidio por sobre la eximente, es claro que con más razón debe privilegiar al tipo de obrados; porque el elemento base que reposa en los tipos penales para considerar su “entidad”, es en primer lugar los guarismos punitivos, y precisamente el artículo 4 de la Ley 17.815 registra el mismo máximo y un mínimo superior, con respecto al Homicidio.6- Como ya se fundamentó en forma antecedente, a la luz de los elementos de obrados en la Sentencia se aplicó erróneamente el artículo 22 del Código Penal, extremo que se argumentó ampliamente en la Consulta del Dr. Milton Cairoli Martínez, que la Defensa particular incorporo como soporte con los recursos instaurados (fs. 256 a 273).No procede reiterar toda la argumentación realizada, por lo que solo nos detendremos en el numeral IV de la Consulta, que se desarrolla bajo el título “A modo de Reflexiones Finales”. Es claro que estamos ante un trabajo realizado por un Catedrático avezado y doctrino brillante, pero que por sobre todo es una persona inteligente, por lo que tácitamente admite que sus argumentos jurídicos pueden no ser compartidos, por lo que está perfilando una segunda estrategia procesal para respaldar la absolución del imputado, y ello es la denominada “política criminal”.Esta es una construcción doctrinaria, que en breves palabras 15 significa que ante la prueba de responsabilidad, por un hecho penalmente relevante, se valida que por tratarse de una agresión nimia a los bienes jurídicos tutelados, el Estado depone de ejercer su pretensión punitiva.Realmente considerar la posibilidad de ello en estos obrados y en este tipo penal, es un extremo que con las debidas disculpas al Catedrático, esta humilde representante de la fiscalía, no podrá amparar jamás en el ejercicio de su función.Ello sería lo mismo que admitir que el “dinero” puede comprar la libertad y la integridad de una “menor de edad”, que es llevada por el imputado, que ve facilitada su labor por una vida de la víctima signada de necesidades, a someterse a “ejecutar actos sexuales o eróticos”.7- Por ultimo solo procede decir que los tipos penales como el imputado en auto, generalmente no se desarrollan en compartimentos aislados, sino que constituyen un tramo más, de la “red” que se teje en su entorno y para lograr aclarar los hechos en un contexto amplio y ajustarlos a derecho, es necesario considerar a todos los eventuales participes. La presente recién nace a la vida procesal, pero ya en la requisitoria el Ministerio Publico solicito múltiples soportes complementarios, lo mismo hizo la Defensa de M. y dispuso en tal sentido la Sede en el Auto de Procesamientos.Por lo expuesto, y en mérito a los fundamentos referidos, y lo 16 dispuesto en el arts. 269 y siguientes del Código de Proceso Penal, este Ministerio a los Sres. Ministros SOLICITA: Se tenga por interpuesto en tiempo y forma el recurso de CASACION contra la Sentencia Nº 156 de 04 de junio de 2014, y eleve los autos para su consideración por la Suprema Corte de Justicia, a quien se impetra desde ya proceda a casar la sentencia interlocutoria impugnada, disponiendo en su mérito la prosecución de la causa respecto de P.J.M.F, según el estado de la misma.(A.U.) Montevideo, 16 de junio de 2014.- 17