Tomo 334 Décima Época Marzo-Abril 2015

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PUBLICACIÓN CREADA COMO
“DIARIO DE JURISPRUDENCIA” EN 1903,
Y CON LA PRESENTE DENOMINACIÓN
A PARTIR DE 1932
TOMO 334
DÉCIMA ÉPOCA
MARZO-ABRIL 2015
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Anales de Jurisprudencia, Leyes y Códigos Tematizados, Colecciones
Doctrina y Clásicos del Derecho, y demás obra editorial en la:
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DE JURISPRUDENCIA Y BOLETÍN JUDICIAL
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AJ ANALES DE JURISPRUDENCIA, año 81, tomo 334, marzo-abril,
2015, es una publicación bimestral editada por el Tribunal Superior
de Justicia del Distrito Federal. Niños Héroes No. 132, Col. Doctores,
Delegación Cuauhtémoc, C.P. 06720, México, D.F., Tel. 5134-1441, www.
poderjudicialdf.gob.mx, [email protected].
mx. Editor responsable: Raciel Garrido Maldonado. Reservas de Derechos al Uso Exclusivo No. 04-2010-073014561200-102; ISSN: 2007-1701;
Licitud de Título y Contenido No. 14982, otorgado por la Comisión
Calificadora de Publicaciones y Revistas Ilustradas de la Secretaría de
Gobernación. Impresa en Drokerz Impresiones de México, S.A. de C.V.,
calle el Venado número 104, colonia Los Olivos, Delegación Tláhuac,
México, Distrito Federal. Este número se terminó de imprimir en mayo
de 2015, con un tiraje de 600 ejemplares.
Colaboradores:
• Gustavo Frías Esquivel • Joel Oswaldo Vega Viazcán
• Sergio Casillas Macedo
Diseño y formato de interiores:
• Ricardo Montañez Pérez
Portada:
• Sandra Juárez Galeote
Queda estrictamente prohibida la reproducción total o parcial de los contenidos e imágenes
de la publicación sin previa autorización del Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal.
Mgdo. Dr. Edgar Elías Azar
Presidente del Tribunal Superior de Justicia y
del Consejo de la Judicatura del Distrito Federal
Lic. Raciel Garrido Maldonado
Director General de Anales de Jurisprudencia y Boletín Judicial
Director de Anales de Jurisprudencia y Publicaciones
Lic. José Castillo Larrañaga
Fundador
Materia Civil
Primera Sala Civil
Magistrados
Martha Lucía Elizondo Télles, Alicia Pérez de la
Fuente y José Luis Castillo Lavín
Ponente
Mgda. Alicia Pérez de la Fuente
Recursos de apelación interpuesto por la demandada y la tercera llamada a juicio, contra de la sentencia definitiva dictada en el juicio
extinción de dominio.
SUMARIOS: ACCIÓN DE EXTINCIÓN DE DOMINIO. CONCEPTO Y NATURALEZA JURÍDICA. La extinción de dominio es la pérdida de los derechos
de propiedad de los bienes mencionados en el artículo 5o. de la Ley de la materia, sin contraprestación ni compensación alguna para el afectado, cuando
se acredite el hecho ilícito en los casos de delincuencia organizada, secuestro,
robo de vehículos y trata de personas, y el afectado no logre probar la procedencia lícita de dichos bienes, su actuación de buena fe, ni que estaba impedido para conocer su utilización ilícita. Por otra parte, la acción de extinción de
dominio es autónoma, distinta e independiente de cualquiera otra de naturaleza penal que se haya iniciado simultáneamente, de la cual emane o en la que
tuviera origen; es jurisdiccional, de carácter real y de contenido patrimonial;
Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal
creada por la Asamblea Legislativa del Distrito Federal con el propósito de hacer frente a la delincuencia organizada, para brindar seguridad pública y justicia, como dos de los bienes más preciados con los que deben contar los habitantes de la ciudad de México. De lo anterior resulta que para la procedencia
de esta acción no es necesario acreditar conforme al Derecho penal la existencia de un delito ni los elementos del tipo, ni menos aún, que se haya cometido
en el domicilio sujeto al procedimiento de extinción de dominio. Por tanto, en
términos de lo que establece el artículo 281 del código de procedimientos civiles, de aplicación supletoria a la Ley de Extinción de Dominio para el Distrito
Federal, a la parte actora le corresponde probar los hechos constitutivos de su
acción, y al afectado y al tercero llamado a juicio, sus excepciones y defensas.
ACCIÓN DE EXTINCIÓN DE DOMINIO. EL PLAZO LEGAL PARA PRESENTAR
LA DEMANDA, DE VEINTICUATRO HORAS, A QUE SE REFIERE LA LEY DE LA
MATERIA, NO IMPLICA QUE SE ESTÉ ANTE LA PRESENCIA DE UN REQUISITO
DE PROCEDIBILIDAD. Si bien es verdad que conforme al artículo 32 de la Ley de
Extinción de Dominio, en el caso de que el agente del Ministerio Público acuerde
ejercer la acción, la presentará ante el juez, dentro de las veinticuatro horas siguientes,
también lo es que este término no implica que se esté ante la presencia de un requi-
sito de procedibilidad para el ejercicio de la acción de extinción de dominio. Resulta
claro, por el contrario, que dicho término se establece como un mínimo y no como un
máximo para ejercer la acción, y no puede considerarse como una condición a la que
se encuentre sujeta la acción de extinción de dominio, y que ello tenga como consecuencia su improcedencia.
México, Distrito Federal, veintisiete de octubre del dos mil once.
Vistos los autos de los tocas ***/2011/05 y ***/2011/06, para resolver los recursos de apelación interpuestos por la C. MARÍA EUGENIA,
en su carácter de tercera llamada a juicio, así como por la demandada ALMA GUILLERMINA, respectivamente, en contra de la sentencia
definitiva de fecha cinco de agosto del dos mil once, dictada por el C.
Materia Civil
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Juez Segundo de lo Civil en el Distrito Federal, en el juicio extinción
de dominio, seguido por GOBIERNO DEL DISTRITO FEDERAL, en
contra de ALMA GUILLERMINA, por su propio derecho, expediente
***/2010; y
RESULTANDO:
1. La sentencia definitiva concluyó con los siguientes puntos resolutivos:
Primero. La vía especial intentada por la parte actora GOBIERNO DEL DIS-
TRITO FEDERAL, conforme a lo dispuesto en los artículos 1o. y 39 y siguientes
de la Ley de Extinción de Dominio para el Distrito Federal, fue la adecuada, quien
acreditó todos y cada uno de los elementos para la procedencia de la acción de ex-
tinción de dominio; la parte afectada, ALMA GUILLERMINA y MIGUEL ÁNGEL,
no acreditaron las manifestaciones que efectuaron al dar contestación a la deman-
da instaurada en su contra ni las excepciones y defensas que opusieron; la tercera
llamada a juicio, MARÍA EUGENIA, no acreditó las manifestaciones que efectuó
al dar contestación a la demanda instaurada en su contra ni las excepciones y de-
fensas que opuso; y la víctima u ofendida, ANA ELENA, se constituyó en rebeldía.
Segundo. Se declara la extinción de dominio respecto del bien inmueble ubicado
en: la calle …, número …, colonia …, delegación Gustavo A. Madero, código postal
…, en México, Distrito Federal, identificado de acuerdo con el folio real número …
como la casa número …, de la calle …, colonia …, delegación Gustavo A. Madero,
en México, Distrito Federal, sin contraprestación ni compensación alguna para los
afectados ALMA GUILLERMINA y MIGUEL ÁNGEL, así como para la tercera
llamada a juicio MARÍA EUGENIA, bien que se aplicará a favor del Gobierno del
Distrito Federal y será destinado al bienestar social, en la inteligencia de que la
extinción de dominio decretada en la presente resolución surtirá plenos efectos
en relación a cualquier acreedor prendario o hipotecario del inmueble y frente a
cualquier otro acreedor con garantía prevista por la Ley, con excepción de aquellas
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Materia Civil
Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal
garantías constituidas ante una institución del sistema financiero legalmente
reconocida de acuerdo a la legislación vigente, en estricto apego a lo establecido en
el artículo 50 de la Ley de Extinción de Dominio para el Distrito Federal.
Tercero. No ha lugar a declarar reparación de daño alguna a favor de la víctima
u ofendida ANA ELENA, por los motivos expuestos en el considerando cuarto de
la presente resolución.
Cuarto. Notifíquese.
2. Inconforme la C. MARÍA EUGENIA, en su carácter de tercera llamada a juicio, asimismo la demandada ALMA GUILLERMINA, por
su propio derecho, respectivamente, con la resolución antes transcrita,
interpusieron recurso de apelación, el que les fue admitido en ambos
efectos, y habiéndose tramitado ante esta Sala, se citó por último a las
partes para oír sentencia de acuerdo a los siguientes
CONSIDERANDOS:
I. La C. MARÍA EUGENIA, en su carácter de tercera llamada a
juicio, asimismo la demandada ALMA GUILLERMINA, por su propio derecho, expresaron como agravios los contenidos en los escritos presentados el día veinticinco del mes de agosto del dos mil
once, respectivamente, mismos que se tienen aquí por reproducidos
literalmente en obvio de repeticiones, atento a lo dispuesto por el
artículo 82 del Código de Procedimientos Civiles para el Distrito
Federal.
II. Los agravios que expresan la C. MARÍA EUGENIA, en su carácter
de tercera llamada a juicio, así como la demandada ALMA GUILLERMINA, por su propio derecho, respectivamente, se resuelven en una
sola sentencia, toda vez que por economía procesal, concisión de los
fallos y con las reglas de la lógica y la experiencia, jurídicamente deben
substanciarse en un procedimiento unitario, compuesto de una secuenMateria Civil
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cia ordenada de actos, para concluir normalmente con una sentencia, en
la cual estudien y resuelvan todas las cuestiones planteadas por el recurrente único o los distintos recurrentes. Robustece lo anterior, la tesis de
jurisprudencia número 38, emitida por el Cuarto Tribunal Colegiado en
Materia Civil del Primer Circuito en el Distrito Federal, publicada en la
Gaceta número 39 del Semanario Judicial de la Federación, correspondiente al mes de marzo de 1991, consultable en la página 159, bajo el rubro:
“Apelaciones distintas contra una resolución. Deben de seguirse en una
sola sentencia”.
III. Pasando al estudio y resolución de los agravios hechos valer
por la tercera llamada a juicio, MARÍA EUGENIA, relativo al toca
***/2011/05, se resuelve de la siguiente manera:
Los agravios primero, segundo, tercero y sexto que vierte el apelante, por tener una estrecha relación entre sí, se estudian en su conjunto,
atendiendo a lo sostenido en el siguiente criterio:
Sexta Época
Instancia: Tercera Sala
Fuente: Semanario Judicial de la Federación
Tomo: CI, Cuarta Parte
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Agravios en la apelación, estudio conjunto de los. No existe disposición legal
que imponga al tribunal de apelación hacer por separado el estudio de cada uno
de los agravios expresados y, así, basta con que resuelva sobre las cuestiones en
ellos. En todo caso, si deja de cumplir con esto último, la omisión causa perjuicio
al apelante, único facultado para hacer valer ese motivo de inconformidad, en el
juicio de amparo.
Amparo directo 476/64. José María Ramos Ábrego. 17 de noviembre de 1965.
Unanimidad de 4 votos. Ponente: Mariano Ramírez Vázquez.
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Materia Civil
Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal
Volumen XVI. Cuarta Parte. Pág. 40. Amparo directo 4883/57. Andapol Gabino
Herrera. 1o. de octubre de 1958. Unanimidad de 4 votos. Ponente: Rafael Matos
Escobedo.
Volumen XXXII, Cuarta Parte. Pág. 23. Amparo directo 5144. Aura Victoria
Calles. 25 de febrero de 1960. Mayoría de 3 votos. Ponente: José López Lira.
Disidente: José Castro Estrada.
Volumen C, Cuarta Parte. Pág. 11. Amparo directo 6721/62. Óscar Sánchez y
Coag. 13 de octubre de 1965. 5 votos. Ponente: José Castro Estrada.
Los mismos resultan infundados, en virtud de que como se desprende de los autos y del toca de apelación que en originales se tienen a la
vista, a los cuales se les conceden pleno valor probatorio en términos
de lo que establecen los artículos 327, fracción VIII y 403 del Código de
Procedimientos Civiles para el Distrito Federal, se advierte que, medularmente la inconforme aduce en los mencionados agravios una falta
de legitimación y personalidad del Gobierno del Distrito Federal para
promover como parte actora en el procedimiento de extinción de dominio, pues señala que de conformidad con el artículo 27 de la Ley de
Extinción de Dominio únicamente son parte en dicho procedimiento el
afectado, la víctima, el ofendido, el tercero y el Agente del Ministerio
Público, sin que en ningún momento se establezca que el Gobierno del
Distrito Federal pueda ser parte en dicho procedimiento, pues nunca se
le confiere la facultad para ejercitar tal acción y menos aún para hacerla
valer en juicio, ya que la única autoridad que a juicio de la inconforme
cuenta con el derecho para ejercitar la acción lo es el Ministerio Público
Especializado en el procedimiento de extinción de dominio y que por
tal razón la vía en que se ejercita la acción no es la adecuada por lo que
considera se debe revocar la sentencia; asimismo, señala que el artículo
32 de la Ley de Extinción de Dominio el término en que debe de ser presentada la demanda de tal forma que establece que el siete de julio del
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dos mil diez, la Comisión Técnica Consultiva para el Ejercicio de la Acción de Extinción de Dominio de la Procuraduría General de Justicia del
Distrito Federal, resolvió procedente ejercitar la acción de extinción de
dominio no fue sino hasta el doce de julio del año dos mil diez, es decir,
después de haber trascurrido más de tres días del dictado del acuerdo
mediante el cual se determinó procedente el ejercicio de la acción que se
presentó la demanda, por lo que considera la inconforme que es evidente que no se cumplió con el requisito de procedibilidad establecido en la
Ley, lo que a su juicio, al no cumplirse con el requisito de procedibilidad
establecido en el artículo 32 de la Ley de Extinción de Dominio, es decir,
al no ejercitarse la acción dentro de las veinticuatro horas que establece
el numeral antes citado, en su concepto, debe revocarse la sentencia.
Argumentos que, como se dijo anteriormente, resultan infundados
para provocar la modificación o revocación de la resolución impugnada, habida cuenta que la vía en que se ejercitó la acción efectivamente es
la adecuada en términos de lo preceptuado por la propia Ley de Extinción de Dominio, cuanto más que el auto del doce de julio del año dos
mil diez, mediante el cual se admite la demanda en la vía especial y en
ejercicio de la acción de extinción de dominio, se encuentra firme como
consta a fojas noventa y seis a la cien de los autos principales. Ahora
bien, cabe hacer la distinción que una cosa es la vía en que se ejercita la
acción y otra la legitimación y personalidad de quien ejercita la acción;
en efecto, la vía en que se ejercita la acción es la manera de proceder
en un juicio siguiendo determinados trámites, de tal suerte que es el
modo de proceder en los diversos juicios; en tanto que la legitimación
es un presupuesto del procedimiento que se refiere a la capacidad para
comparecer al juicio y para lo cual se requiere que el compareciente esté
en pleno ejercicio de sus derechos civiles, o a la representación de quien
comparece a nombre de otro, lo que se denomina legitimación procesal;
en tanto que la legitimación ad causam se traduce en la titularidad del
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derecho, en tanto que la personalidad son las facultades que tienen los
representantes legales o convencionales de las partes que comparecen a
un juicio; así, tenemos que la legitimación de la parte actora, Gobierno
del Distrito Federal, dimana de lo preceptuado en el artículo 22 y 122 de
la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, así como el
artículo 4o., párrafo cuarto, de la Ley de Extinción de Dominio para el
Distrito Federal reglamentaria del artículo 22 constitucional en donde
claramente establece a la letra lo siguiente: “…Los bienes sobre los que
se declare la extinción de dominio se aplicarán a favor del Gobierno del
Distrito Federal y serán destinados al bienestar social mediante acuerdo
del Jefe de Gobierno que se publique en la Gaceta Oficial del Distrito
Federal. Cuando se trate de bienes fungibles se destinarán por porcentajes iguales a la procuración de justicia y la seguridad pública…”, de
ahí que, en términos de lo que establece el artículo 1o. del código de
procedimientos civiles, de aplicación supletoria a la Ley de Extinción
de Dominio, el cual establece:
Art. 1o. Sólo puede iniciar un procedimiento judicial o intervenir en él quien
tenga interés en que la autoridad judicial declare o constituya un derecho o
imponga una condena y quien tenga el interés contrario.
Podrán promover los interesados por sí o por sus Representantes o
Apoderados, el Ministerio Público y aquellos cuya intervención esté
autorizada por la Ley en casos especiales.
De tal suerte que el Gobierno del Distrito Federal en términos del
artículo 4o., párrafo cuarto, de la Ley de Extinción de Dominio tiene el
interés en que se imponga una condena y se declare la extinción de dominio del bien inmueble sujeto a este procedimiento a su favor, de ahí
que se encuentre debidamente legitimado para ejercitar dicha acción, y
en cuanto a la personalidad de quienes comparecen en su representaMateria Civil
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ción, esta se encuentra debidamente acreditada en términos de la copia
certificada del acuerdo A/005/09 emitido por el Procurador General de
Justicia del Distrito Federal, doctor Miguel Ángel Mancera Espinosa, así
como con la copia fotostática certificada del nombramiento expedido
por el C. Procurador General de Justicia del Distrito Federal, en el que
se designa a la C. Licenciada Laura Gachuz Fuentes como agente del
Ministerio Público Especializado en el procedimiento de extinción de
dominio, así como con la copia fotostática certificada de la constancia
de acreditación del curso de Especialización en Materia de Extinción de
Dominio, suscrito por el C. Procurador General de Justicia del Distrito
Federal y por el director del Instituto de Formación Profesional de la
Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal, los cuales obran
en autos y gozan de pleno valor probatorio en términos de lo que establecen los artículos 327 y 403 del Código de Procedimientos Civiles para
el Distrito Federal de aplicación supletoria a la Ley de Extinción de Dominio. De ahí que resulte infundado lo argumentado por la inconforme.
En otro aspecto, es de señalar que si bien es verdad el artículo 32 de
la Ley de Extinción de Dominio, que a la letra establece:
Art. 32. En caso de que el Agente del Ministerio Público acuerde ejercitar la
acción, la presentará ante el Juez, dentro de las veinticuatro horas siguientes, que
deberá contener cuando menos:
I. El Juez ante quien se promueve;
II. Los nombres y domicilios del afectado, tercero, víctima o testigos, en caso de
contar con esos datos;
III. La identificación de los bienes sobre los que se ejercita la acción;
IV. Los razonamientos y pruebas con los que se acredite la existencia de alguno
de los eventos típicos de los mencionados en el artículo 4o. de la Ley y que los
bienes sobre los que ejercita la acción indiciariamente son de los mencionados en el
artículo 5o. de este ordenamiento;
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V. Las pruebas que ofrezca, conducentes para acreditar la existencia de alguno
de los hechos ilícitos de los señalados en el artículo 4o. de la Ley y que los bienes
sobre los que ejercita la acción son de los mencionados en el artículo 5o. de este
ordenamiento;
VI. Los fundamentos de derecho;
VII. La solicitud, en su caso, de medidas cautelares sobre los bienes materia de
la acción;
VIII. La solicitud de notificar al afectado, tercero, víctima u ofendido,
determinados e indeterminados;
IX. La petición para que se declare en la sentencia correspondiente la extinción
de dominio de los bienes; y
X. Las demás que considere necesarias para el cumplimiento del objeto de esta
ley.
De la trascripción anterior, queda de manifiesto que si bien dicho
precepto establece que en el caso de que el agente del Ministerio Público acuerde ejercitar la acción, la presentará ante el Juez, dentro de
las veinticuatro horas siguientes, no menos es verdad que este término no implica de ninguna forma que se esté ante la presencia de un
requisito de procedibilidad para el ejercicio de la acción de extinción
de dominio, pues resulta claro que dicho término se establece como
un mínimo más y no como un máximo para ejercitar la acción de extinción de dominio; tampoco puede considerarse como una condición
a que se encuentre sujeta la acción de extinción de dominio que traiga
como consecuencia la improcedencia de la acción como lo pretende la
apelante.
Por cuanto hace al agravio en que refiere que a pesar que dentro del
cuerpo de los considerandos, se reconoce expresamente que tiene el carácter de afectada por ser copropietaria del bien inmueble sujeto al procedimiento de extinción de dominio, derivada de la sociedad conyugal
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que la une a MIGUEL ÁNGEL, copropietario del bien, al finalizar el
dictado de la misma se le considera como tercera; tal inconformidad deviene en inoperante porque el hecho de que en los considerandos se le
considere afectada y, posteriormente tercera, no trae como consecuencia la modificación o revocación de la sentencia impugnada.
Los agravios cuarto y quinto, por tener una estrecha relación entre sí, se
estudian en su conjunto, atendiendo a lo sostenido en el siguiente criterio:
Sexta Época
Instancia: Tercera Sala
Fuente: Semanario Judicial de la Federación
Tomo: CI, Cuarta Parte
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Agravios en la apelación, estudio conjunto de los. No existe disposición legal
que imponga al tribunal de apelación hacer por separado el estudio de cada uno
de los agravios expresados y, así, basta con que resuelva sobre las cuestiones en
ellos. En todo caso, si deja de cumplir con esto último, la omisión causa perjuicio
al apelante, único facultado para hacer valer ese motivo de inconformidad, en el
juicio de amparo.
Amparo directo 476/64. José María Ramos Ábrego. 17 de noviembre de 1965.
Unanimidad de 4 votos. Ponente: Mariano Ramírez Vázquez.
Volumen XVI. Cuarta Parte. Pág. 40. Amparo directo 4883/57. Andapol Gabino
Herrera. 1o. de octubre de 1958. Unanimidad de 4 votos. Ponente: Rafael Matos
Escobedo.
Volumen XXXII, Cuarta Parte. Pág. 23. Amparo directo 5144. Aura Victoria
Calles. 25 de febrero de 1960. Mayoría de 3 votos. Ponente: José López Lira.
Disidente: José Castro Estrada.
Volumen C, Cuarta Parte. Pág. 11. Amparo directo 6721/62. Óscar Sánchez y
Coag. 13 de octubre de 1965. 5 votos. Ponente: José Castro Estrada.
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Los mismos resultan infundados para provocar la revocación o modificación de la resolución impugnada, en virtud de que como se desprende de los autos y del toca de apelación que, en originales se tienen a
la vista, a los cuales se les conceden pleno valor probatorio en términos
de lo que establecen los artículos 327, fracción VIII y 403 del Código
de Procedimientos Civiles para el Distrito Federal, se advierte que, de
manera medular la inconforme apelante manifiesta que la parte actora
jamás acreditó durante la secuela procesal que se haya cometido alguno
de los ilícitos a que hace referencia el artículo 4o. de la Ley de Extinción
de Dominio y menos aún probó que el bien inmueble ubicado en calle
…, número …, colonia …, delegación …, código postal …, en México,
Distrito Federal, se hubiera cometido el mismo ya que señala que las
actuaciones llevadas a cabo ante el agente del Ministerio Público constituyen sólo indicios y por tanto en su concepto no son suficientes para
determinar ni siquiera la existencia de un hecho ilícito, y menos aún que
el mismo hubiese tenido lugar en el inmueble de su propiedad, y reitera
que las copias certificadas de la averiguación previa presentadas por la
actora no cuentan con valor probatorio pleno, sino solamente tienen el
valor de un indicio, amén de que lo acontecido durante dicha averiguación previa, al no ser vinculante con el procedimiento de extinción de
dominio, ocasiona que dicha documental no sea prueba suficiente para
acreditar los elementos de extinción de dominio ejercitada, pues de conformidad con los numerales 4o. y 39 de la Ley de Extinción de Dominio
se debe acreditar de forma autónoma lo sucedido en la materia penal,
que se cometió un delito y que éste tuvo lugar en el inmueble sobre el
cual versa el procedimiento de extinción de dominio.
Argumentos que resultan infundados, como quedó asentado en
renglones anteriores, tomando en consideración que la extinción de
dominio es la pérdida de los derechos de propiedad de los bienes
mencionados en el artículo 5o. de la propia Ley, sin contraprestación
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ni compensación alguna para el afectado, cuando se acredite el hecho
ilícito en los casos de delincuencia organizada, secuestro, robo de vehículos
y trata de personas, y el afectado no logre probar la procedencia lícita de
dichos bienes y su actuación de buena fe, así como que estaba impedido
para conocer su utilización ilícita y si bien es cierto se establece que la
acción de extinción de dominio es autónoma, distinta e independiente
de cualquiera otra de naturaleza penal que se haya iniciado simultáneamente de la que se haya desprendido, o en la que tuviera origen, lo
anterior de ninguna manera implica que se deba demostrar plenamente
que se hayan reunido los elementos del cuerpo del delito, pues es claro
que no se está ante la presencia de una situación de carácter penal para
encuadrar plenamente la conducta al tipo penal, sino que se está ante
el ejercicio de la acción de extinción de dominio con independencia de
cualquier otra situación de naturaleza penal, de ahí que no se tenga
porque acreditar plenamente la existencia de un delito y menos aún que
ese delito se haya cometido en el domicilio sujeto al procedimiento de
extinción de dominio desde un aspecto penal, por tanto, en términos de
lo que establece el artículo 281 del código de procedimientos civiles de
aplicación a la Ley de Extinción de Dominio para el Distrito Federal a la
parte actora le corresponde probar los hechos constitutivos de su acción,
al afectado y a la tercera llamada a juicio sus excepciones y defensas, de
tal suerte que al ejercitarse la acción de extinción de dominio la parte actora, entre otras documentales anexó la documental pública consistente
en la copia certificada de fecha catorce de abril del año dos mil diez por
el C. Agente del Ministerio Público, licenciado Víctor Manuel Medina
Flores, en la cual se contiene la averiguación previa número FBJ/BJ-5/
T1/00000/10-03, denunciante o querellante: ANA ELENA; en agravio
de la sociedad; indiciado: MIGUEL ÁNGEL, por el delito de secuestro
agravado, constante de mil setenta y ocho fojas útiles, documental pública que si bien es una actuación de carácter penal no puede pasarse
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por alto su valor probatorio indiciario en el presente procedimiento, al
constar en la misma hechos, circunstancias y elementos que hacen procedente la acción de extinción de dominio, lo anterior tiene sustento legal en lo preceptuado por los artículos 4o. y 5o., fracción I, 19 y 20 de la
Ley de Extinción de Dominio para el Distrito Federal, y adminiculadas
con el restante material probatorio, las que son valoradas en términos
de lo que establece el artículo 402 del código de procedimientos civiles
de aplicación supletoria a la Ley de Extinción de Dominio, quedando
por demás claro que el bien inmueble sobre el cual se ejercita la acción
de extinción de dominio fue objeto producto del delito, sin que sea óbice a lo anterior el que aún no se haya dictado la sentencia que determine
la responsabilidad penal, pero existen elementos suficientes para determinar que el hecho ilícito sucedió, habiéndose acreditado plenamente
con las copias certificadas de la averiguación previa antes mencionada
la existencia del hecho ilícito por el cual se ejercitó la acción, siendo estos de los señalados en el artículo 4o. de la Ley en comento, probándose
también que son de los bienes señalados en el artículo 5o. de la Ley ya
señalada, y el afectado no probó en términos del artículo 281 del código
procesal civil de aplicación supletoria a la Ley de Extinción de Dominio la procedencia lícita del bien sujeto al procedimiento de extinción
de dominio, así como su actuación de buena fe y que estaba impedido
para conocer su utilización ilícita; bajo este contexto no es óbice que las
copias certificadas de la averiguación previa sean actuaciones de carácter penal, pues como se dijo anteriormente, si bien existen criterios que
señalan que las actuaciones penales en juicios civiles únicamente tienen
el carácter indiciario no menos cierto es que en el presente asunto se
trata del ejercicio de una acción de extinción de dominio que es de naturaleza jurisdiccional, de carácter real y de contenido patrimonial por lo
que sí es viable otorgarle valor probatorio a dicha documental, cuanto
más que contrariamente a lo que argumenta la inconforme con las prueMateria Civil
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bas confesionales ofrecidas por la actora quedan corroborados los elementos para la procedencia de la acción de extinción de dominio, pues
corroboran que ALMA GUILLERMINA, MIGUEL ÁNGEL y MARÍA
EUGENIA son copropietarios del bien inmueble sujeto al procedimiento de extinción de dominio, que son ellos los que adquirieron mediante
compraventa el inmueble sujeto a extinción de dominio, así como que
faltaron por lo que respecta a ALMA GUILLERMINA, MARÍA EUGENIA, ambas de apellidos …, al deber del cuidado y vigilancia del uso
que se le estaba dando al inmueble ya citado, y contrariamente a lo que
señala la apelante sí beneficia al oferente de la prueba, sí forma parte de
la litis y sí corroboran los elementos para la procedencia de la acción de
extinción de dominio; sin que sea óbice a lo anterior que al momento
de absolver las posiciones no hayan manifestado ser autores o tener
conocimiento de algún delito que se estuviera llevando a cabo por algún conocido o bien dentro del inmueble sujeto al procedimiento de
extinción de dominio, pruebas confesionales que, a contrario de lo que
señala la inconforme, sí benefician al oferente de la prueba al gozar de
valor probatorio y adminicularse con la documental pública consistente
en las copias de la averiguación previa referida en renglones anteriores.
Ahora bien, por lo que hace a los testigos ANA ELENA y MARIO
ISRAEL, si bien es cierto al deponer hacen referencia a actos y lugares
distintos, lo que resulta obvio si se toma en consideración que vivieron
situaciones diferentes, de ahí que no sea factible que fueran acordes y
contestes en cuanto a actos y lugares, puesto que mientras una fue víctima de la privación de la libertad, como es el caso de la C. ANA ELENA,
el C. MARIO ISRAEL fue la persona a la cual le fue solicitado dinero, de
ahí que resulte lógico que al tener vivencias diferentes hagan referencia
al desahogar la prueba testimonial a su cargo a actos y lugares distintos.
Ahora, en cuanto al argumento de la inconforme de que el testigo
MARIO ISRAEL, al haber manifestado tener interés en el juicio, no de21
Materia Civil
Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal
bió considerarse su testimonio, es de señalar que dada la naturaleza de
la acción ejercitada que, como ya se dijo es jurisdiccional, de carácter
real y de contenido patrimonial, dicha Ley fue creada por la Asamblea
Legislativa del Distrito Federal con el propósito de crear un frente común ante la delincuencia organizada, para brindar seguridad pública y
justicia, como dos de los bienes más preciados con los que deben contar
todos los que vivimos en la ciudad de México, de tal suerte que si el
testigo ya referido manifiesta que tiene interés el mismo es referente a
salvaguardar la seguridad pública y la justicia como bienes más preciados con los que deben contar todos los ciudadanos, dada la naturaleza
del ejercicio de la acción de extinción de dominio.
Por lo que hace al argumento de que la prueba testimonial a cargo
de los CC. JAIME, TRINIDAD, CLAUDIA NOEMÍ e IRLANDA, no
fue desahogada como prueba testimonial sino como ratificación de declaración, lo que a juicio de la inconforme constituye una irregularidad
procesal sancionada por la Ley y específicamente por el artículo 220 de
la Ley Orgánica del Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal,
es de señalar que tal situación ya fue resuelta por este órgano jurisdiccional al pronunciar sentencia en los autos del toca ***/2011/03 en
donde se resolvió el recurso de apelación interpuesto por la C. MARÍA
EUGENIA, en contra del auto dictado en audiencia de fecha ocho de
junio del dos mil once, dictado por la C. Juez Segundo de lo Civil del
Distrito Federal, en el juicio de extinción de dominio promovido por
el GOBIERNO DEL DISTRITO FEDERAL en contra de ALMA GUILLERMINA.
Argumenta la inconforme que le causa agravio la declaración realizada en la sentencia definitiva en donde se establece que no acreditó
ninguna de las excepciones y defensas opuestas en su escrito de contestación a la demanda; al efecto, es de señalar que tal argumento resulta
infundado en virtud de que el artículo 41 de la Ley de Extinción de DoMateria Civil
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minio en concordancia con el artículo 281 del código procesal civil a la
Ley de Extinción de Dominio, impone al afectado el deber de acreditar:
1. La no existencia de un hecho ilícito.
2. La procedencia lícita de los bienes sobre los que se ejercitó la acción, su actuación de buena fe, así como que estaba impedido para conocer la utilización de dichos bienes; y
3. Que los bienes no se encuentran en ninguno de los supuestos previstos en el artículo 5o. de la Ley de Extinción de Dominio.
Situaciones las anteriores que no fueron acreditadas por la inconforme puesto que como ya quedó establecido en renglones anteriores, las
copias certificadas de la averiguación previa, las pruebas confesionales, las testimoniales y la de ratificación de contenido y firma ofrecidas
por la parte actora, las cuales fueron valoradas en términos de lo que
establece el artículo 402 del Código de Procedimientos Civiles de aplicación supletoria a la Ley de Extinción de Dominio arrojan elementos
suficientes para tener por acreditada la acción de extinción de dominio
ejercitada por la parte actora y, por el contrario, la afectada, hoy apelante, no acreditó que no se haya cometido un hecho ilícito y que el bien
sobre el cual versa el procedimiento de extinción de dominio nunca fue
instrumento, objeto, producto de un delito, que haya sido utilizado o
destinado a ocultar o mezclar bienes producto de un delito; que esté
siendo utilizado para la comisión de un delito, o bien que sea producto
de la delincuencia organizada, ya que el hecho de contraer matrimonio
con MIGUEL ÁNGEL bajo el régimen de sociedad conyugal de ninguna manera implica que el origen de su derecho de propiedad sea lícito,
puesto que como si bien es verdad exhibió el acta de matrimonio mediante la cual se acredita que contrajo el mismo con MIGUEL ÁNGEL
y que fue bajo el régimen de sociedad conyugal, no acreditó que el bien
sujeto al régimen de sociedad conyugal fuera de procedencia lícita; y
no basta con señalar que nunca tuvo conocimiento de que se hubiere
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Materia Civil
Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal
cometido algún ilícito en el inmueble sujeto a extinción de dominio,
puesto que es de explorado derecho conocido que en términos de lo
que establece el artículo 281 del código procesal civil de aplicación supletoria a la Ley de Extinción de Dominio, le corresponde la carga de
la prueba de los hechos constitutivos de sus excepciones, sin que sea
motivo suficiente el argumentar que se encontraba separada de su cónyuge desde hace más de tres años, sin que le beneficie en forma alguna
las posiciones que le fueron formuladas por la parte actora marcadas
con los números ocho y nueve, pues de las mismas no se advierte que
se haya probado plenamente que desconocía que se hubiese cometido algún ilícito en el inmueble sujeto a extinción de dominio, siendo
inexacto que al formularle la parte actora las posiciones ocho y nueve
quede plenamente acreditado que estaba impedida para conocer, en su
caso, si en el inmueble sujeto a extinción de dominio se estaban o no
cometiendo hechos ilícitos.
IV. Pasando al estudio y resolución de los agravios hechos valer por la parte demandada ALMA GUILLERMINA, por su propio
derecho, relativo al toca ***/2011/06, se resuelve de la siguiente
manera:
Los agravios primero y segundo que vierte el apelante, por tener una
estrecha relación entre sí, se estudian en su conjunto, atendiendo a lo
sostenido en el siguiente criterio:
Sexta Época
Instancia: Tercera Sala
Fuente: Semanario Judicial de la Federación
Tomo: CI, Cuarta Parte
Página: 17
Agravios en la apelación, estudio conjunto de los. No existe disposición legal
que imponga al tribunal de apelación hacer por separado el estudio de cada uno
Materia Civil
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de los agravios expresados y, así, basta con que resuelva sobre las cuestiones en
ellos. En todo caso, si deja de cumplir con esto último, la omisión causa perjuicio
al apelante, único facultado para hacer valer ese motivo de inconformidad, en el
juicio de amparo.
Amparo directo 476/64. José María Ramos Ábrego. 17 de noviembre de 1965.
Unanimidad de 4 votos. Ponente: Mariano Ramírez Vázquez.
Volumen XVI. Cuarta Parte. Pág. 40. Amparo directo 4883/57. Andapol Gabino
Herrera. 1o. de octubre de 1958. Unanimidad de 4 votos. Ponente: Rafael Matos
Escobedo.
Volumen XXXII. Cuarta Parte. Pág. 23. Amparo directo 5144. Aura Victoria
Calles. 25 de febrero de 1960. Mayoría de 3 votos. Ponente: José López Lira.
Disidente: José Castro Estrada.
Volumen C, Cuarta Parte. Pág. 11. Amparo directo 6721/62. Óscar Sánchez y
Coag. 13 de octubre de 1965. 5 votos. Ponente: José Castro Estrada.
Los mismos resultan infundados para provocar la revocación o modificación de la resolución impugnada, en virtud de que como se desprende de los autos y del toca de apelación que en originales se tienen
a la vista, a los cuales se les concede pleno valor probatorio en términos
de lo que establecen los artículos 327, fracción VIII y 403 del Código de
Procedimientos Civiles para el Distrito Federal, se advierte que, medularmente la apelante señala que se viola en su perjuicio lo dispuesto
en los artículos 81, 278 y 279 del código de procedimientos civiles, así
como los artículos 25, fracción I y 41, fracción II de la Ley de Extinción
de Dominio al considerar que no fueron tomados en cuenta al dictarse
la sentencia que se recurre y señalando que se declararon infundadas
las excepciones y defensas hechas valer sin tomar en cuenta las pruebas
ofrecidas, y que no se consideró por el a quo la instrumental de actuaciones y la presuncional legal y humana, de las que se desprende que
de las actuaciones llevadas a cabo tanto en la averiguación previa como
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Materia Civil
Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal
de la testimonial ofrecida por la parte actora, se desprende que ninguna
de las personas involucradas en el procedimiento penal la reconocen, ni
mucho menos reconocen, ni conocen el inmueble materia del presente
juicio y que los testigos presentados por la parte actora son de los llamados de oídas y, finalmente, señala que al dictarse la sentencia definitiva
se valoren todas y cada una de las pruebas ofrecidas por la apelante.
Los argumentos anteriores resultan en parte inoperantes y en otra
infundados para provocar la revocación o modificación de la sentencia
impugnada, en virtud de que no basta señalar en forma genérica que
no fueron valoradas sus pruebas, sino se hace necesario señalar qué
pruebas no fueron valoradas y cuáles serían sus alcances para el caso de
que las mismas fueran valoradas; al efecto, se hace aplicable el siguiente
criterio que a la letra establece:
Novena Época
Instancia: Segundo Tribunal Colegiado del Sexto Circuito
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
Tomo: V, junio de 1997
Tesis: VI.2o.93 K
Página: 714
Agravios
en la revisión.
Son
inoperantes cuando se alega falta de valoración
de pruebas, si se omite precisar su alcance probatorio.
Cuando en la revisión los
agravios se hacen consistir en la falta de valoración de pruebas, debe precisarse su
alcance probatorio, ya que sólo en esas condiciones podrá analizarse si las mismas
tienen trascendencia en el fallo reclamado, por lo que los agravios que no reúnan
esos requisitos devienen inoperantes por su notoria insuficiencia.
Segundo Tribunal Colegiado del Sexto Circuito.
Amparo en revisión 128/97. José Constantino Alejandro Soriano Troncoso. 9 de
abril de 1997. Unanimidad de votos. Ponente: Carlos Loranca Muñoz. Secretaria:
Hilda Tame Flores.
Materia Civil
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Amparo en revisión 150/97. Juan Carlos Irigoyen Castillo. 2 de abril de 1997.
Unanimidad de votos. Ponente: Antonio Meza Alarcón. Secretario: Enrique Baigts
Muñoz.
Y lo infundado radica en el hecho de que señala que no tenía conocimiento alguno de las actividades ilícitas del copropietario MIGUEL
ÁNGEL, ya que indica que intentó ante el Juzgado Décimo Tercero de
lo Civil un juicio ordinario civil de liquidación de copropiedad del inmueble sujeto al procedimiento de extinción de dominio, manifestando
que obtuvo sentencia favorable que causó ejecutoria y que declaró disuelta la copropiedad y se ordenó la venta del inmueble materia de la
controversia; al respecto, es de señalar que si bien es verdad consta que
se llevó a cabo el juicio que refiere, no menos cierto es que del desahogo
de la prueba confesional a su cargo, en la audiencia llevada a cabo el
ocho de junio del año en curso, al dar contestación a la posición décimo
quinta en donde se le cuestionó que dijera “si es cierto como lo es que se
abstuvo de ejecutar la resolución dictada con fecha cuatro de noviembre del año dos mil nueve por el Juez Décimo Tercero de lo Civil”, a la
que contestó que sí y aclaró que no tenía dinero para las publicaciones,
y al dar contestación a la posición quinta en donde se le cuestiona en
qué forma cubrió la parte del precio que le correspondía pagar como
compradora del inmueble sujeto a extinción de dominio, habiendo contestando que no y aclaró que sacó del banco, pidió prestado y su mamá
tiene una tienda de abarrotes y que de ahí obtuvo un poco de dinero,
conlleva a considerar que si la compraventa del inmueble sujeta a extinción de dominio tuvo un precio de cuatrocientos ochenta y cinco mil
setecientos pesos, el cual fue cubierto de contado, no se acreditó de manera alguna en qué forma se obtuvieron los recursos lícitos para adquirir el inmueble sujeto a extinción de dominio, obligación que le impone
tanto el artículo 281 del código procesal civil de aplicación supletoria a
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Materia Civil
Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal
la Ley de Extinción de Dominio, como el artículo 25 de la Ley de Extinción de Dominio, que a la letra establece:
Art. 25. Durante el procedimiento el Juez garantizará y protegerá que los
afectados puedan probar:
I. La procedencia lícita de dichos bienes, su actuación de buena fe, así como que
estaba impedido para conocer su utilización ilícita;
II. Que los bienes materia del procedimiento no son de los señalados en el
artículo 5o. de esta ley; y
III. Que respecto de los bienes sobre los que se ejercitó la acción se ha emitido
una sentencia firme favorable dentro de un procedimiento de extinción de dominio
por identidad respecto a los sujetos.
También garantizará que los terceros ofrezcan pruebas conducentes para que
se reconozcan sus derechos sobre los bienes materia de la acción; y las víctimas u
ofendidos únicamente en lo relativo a la reparación del daño, cuando comparezcan
para tales efectos.
De tal suerte que no existe prueba alguna en actuaciones mediante
las cuales quede fehacientemente acreditada la procedencia lícita del
bien inmueble sujeto al procedimiento, así como que estaba impedida
para conocer su utilización ilícita; y por lo que respecta al agravio que
vierte sobre la falta de valoración de la prueba instrumental de actuaciones y presuncional legal y humana es de señalar que tal argumento
deviene en infundado tomando en consideración que no vierte razonamiento alguno tendiente a combatir la forma y términos en que fueron
valoradas dichas probanzas por el a quo, y el hecho de que en la prueba
testimonial ofrecida por la parte actora ninguna de las personas involucradas en el procedimiento penal la hayan reconocido y no conozcan el
bien inmueble sujeto al procedimiento de extinción de dominio en forma alguna trae como consecuencia la modificación o revocación de la
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sentencia impugnada, puesto que como quedó establecido en renglones
anteriores, con las pruebas aportadas por la parte actora y consistentes
en las copias certificadas de la averiguación previa ya referida en renglones anteriores, las pruebas confesionales, testimoniales y de reconocimiento de contenido y firma, así como las diversas documentales mediante las cuales se acredita de manera fehaciente la identidad del bien
inmueble sujeto al procedimiento de extinción de dominio; probanzas
que fueron valoradas por el a quo en términos de lo que establece el
artículo 402 del código de procedimientos civiles de aplicación supletoria a la Ley de Extinción de Dominio para el Distrito Federal, queda
de manifiesto que han sido debidamente acreditados los elementos de
la acción de extinción de dominio cumpliéndose de esta forma con lo
preceptuado en el artículo 281 del código de procedimientos civiles de
aplicación supletoria a la Ley de Extinción de Dominio para el Distrito
Federal que es precisamente el que a la parte actora corresponde probar
los hechos constitutivos en que funde su demanda y a la parte demandada aquellos en que funde sus excepciones y defensas.
Finalmente, en cuanto a la violación de las garantías individuales
que refiere es de señalar que no compete a este Órgano Colegiado considerar si existe o no violación a dichas garantías, pues es de explorado
derecho conocido que el estudio de las violaciones a garantías individuales corresponde a los tribunales federales; al efecto, se hace aplicable el siguiente criterio que establece:
Artículos 14 y 16 constitucionales, violación a los. Su análisis, es de la competencia
exclusiva de los tribunales federales, a través del juicio de amparo.
El artículo 103,
fracción I, de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, establece
que: “Artículo 103. Los tribunales de la Federación resolverán toda controversia
que se suscite: I. Por leyes o actos de la autoridad que violen las garantías
individuales.”, de donde se advierte que dichos tribunales son los competentes
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Materia Civil
Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal
para determinar, si existe violación a los diversos numerales 14 y 16 de nuestra
Ley Fundamental, por medio del juicio de amparo, toda vez que la autoridad
responsable, sólo está facultada para revisar el proceder del inferior a través de
los agravios que ante ella sean planteados en relación con las disposiciones que
se afirme, fueron desacatadas; pero de ninguna manera está en la posibilidad de
analizar y decidir sobre las infracciones que se cometan, al Pacto Federal.
Sexto Tribunal Colegiado en Materia Civil del Primer Circuito.
Amparo directo 6056/95. Gloria Hernández de Lira y otros. 9 de noviembre de
1995. Unanimidad de votos. Ponente: Enrique R. García Vasco. Secretario: Alfredo
Flores Rodríguez.
De conformidad a lo establecido en los artículos 103 y 107, fracción
I, de la Ley de Amparo, los tribunales federales son los competentes
para determinar si existe violación a los diversos numerales 14 y 16 de
nuestra Ley Fundamental, por medio del juicio de amparo, toda vez que
esta Sala sólo está facultada para revisar el proceder del inferior a través
de los agravios que ante ella sean planteados en relación con las disposiciones que se afirme, fueron desacatadas; pero de ninguna manera
está en la posibilidad de analizar y decidir sobre las infracciones que se
cometan al Pacto Federal.
En consecuencia, por todos y cada uno de los razonamientos anteriores,
se estima procedente confirmar en sus términos la sentencia definitiva apelada, ya que no se observa de manera alguna violación a las consideraciones y a los preceptos legales que invocó la apelante y que estimó violados.
III. Siendo coincidentes los resolutivos de esta resolución con los de
la sentencia de primera instancia, con fundamento en el artículo 140,
fracción IV del Código de Procedimientos Civiles para el Distrito Federal, deberá condenarse al apelante a pagar las costas procesales causadas en ambas instancias.
Por lo expuesto y fundado, se
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Dirección de Anales de Jurisprudencia y Publicaciones
RESUELVE:
PRIMERO. Se declaran infundados los agravios hechos valer por la
tercera llamada a juicio MARÍA EUGENIA, relativo al toca ***/2011/05;
y habiendo resultado inoperantes e infundados los agravios vertidos
por la demandada ALMA GUILLERMINA, relativo al toca ***/2011/06;
en consecuencia, se confirma la sentencia definitiva impugnada, cuyos
puntos resolutivos han sido transcritos en el resultando primero de esta
resolución.
SEGUNDO. Se condena al apelante a pagar las costas procesales causadas en ambas instancias.
TERCERO. Notifíquese, y con testimonio de esta resolución y de sus
notificaciones, gírese oficio al juzgado de origen, y en su oportunidad,
archívese el toca como asunto concluido; asimismo, agréguese copia
certificada de esta resolución al toca número ***/2011/06, para los efectos legales a que haya lugar.
Así, lo resolvió y firma la H. Primera Sala Civil del Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal, por unanimidad de votos de sus
integrantes, señores magistrados licenciados Alicia Pérez de la Fuente,
José Luis Castillo Lavín y Martha Lucía Elizondo Télles, siendo ponente
la primera de los nombrados, ante el C. Secretario de Acuerdos, quien
autoriza y da fe.
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Materia Civil
Juzgado Décimo Primero de lo
Civil de Proceso Oral
Juez
Minerva Tania Martínez Cisneros
Sentencia definitiva dictada en juicio oral civil, pago de honorarios,
derivados de la prestación de servicios profesionales.
SUMARIO: PRESTACIÓN DE SERVICIOS PROFESIONALES. A FIN DE
TENER DERECHO AL COBRO DE LOS HONORARIOS, DEBE EXHIBIRSE PRUEBA IDÓNEA Y DIRECTA QUE DEMUESTRE ESTAR AUTORIZADO A EJERCER LA PROFESIÓN RESPECTIVA. Cuando se ejercita la
acción de pago de honorarios derivada de un contrato de servicios profesionales, es requisito indispensable de conformidad con el artículo 281
del Código de Procedimientos Civiles para el Distrito Federal, que el actor acredite a través de prueba idónea y directa que está autorizado para
ejercer la profesión respectiva, en el presente caso, de licenciado en Contaduría Pública y para ello, deberá exhibir la cédula profesional respectiva, por ser el documento público y oficial mediante el cual se comprueba
de manera fehaciente que la persona a cuyo favor fue expedida cumplió
con los requisitos legales requeridos para el ejercicio de esta profesión,
pues con dicha documental pública está justificando su derecho al cobro de ese concepto y, además, se da la oportunidad al demandado para
Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal
que, en su caso, impugne el mismo, lo que es acorde a las reglas que rigen
la carga de la prueba en materia civil y con ello se salvaguarda el principio de igualdad procesal de las partes; lo anterior, conforme a lo dispuesto en los artículos 5o. constitucional, párrafo segundo, en relación
con los numerales 2606 y 2608 del Código Civil para el Distrito Federal.
México, Distrito Federal, catorce de enero de dos mil quince.
Vistos, para resolver en definitiva los autos del juicio oral civil, promovido por EVODIO en contra de G. DE C., S. A. de C. V., expediente
número 000/2014.
RESULTANDO:
1. Mediante escrito presentado ante la Oficialía de Partes Común
Civil, Cuantía Menor, Oralidad, Familiar y Sección Salas del Tribunal
Superior de Justicia del Distrito Federal el día veintinueve de septiembre de dos mil catorce, turnado a este juzgado el día hábil siguiente,
EVODIO, por su propio derecho compareció a demandar de G. DE C.,
S. A. de C. V., en la vía oral mercantil, el cumplimientos de las siguientes
prestaciones:
1. El pago como suerte principal de la cantidad de $52,800.00 (cincuenta y dos
mil ochocientos pesos 00/100 M. N.) por concepto de servicios contables y de
asesoría contable e impuesto al valor agregado incluido, otorgados a su favor, por
parte del suscrito, y amparados por las facturas números 2470 por la cantidad de
$9,280.00 (nueve mil doscientos ochenta pesos 00/100 M. N.); 2482 de $9,280.00
(nueve mil doscientos ochenta pesos 00/100 M. N.); 2493 de $9,280.00 (nueve mil
doscientos ochenta pesos 00/100 M. N.); 2502 $9,280.00 (nueve mil doscientos
ochenta pesos 00/100 M. N.); 2523 $9,280.00 (nueve mil doscientos ochenta pesos
00/100 M. N.), todas estas facturas en su totalidad, y un saldo por la cantidad de
$6,400.00 (seis mil cuatrocientos pesos 00/100 M. N.). De la factura número 2457,
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que sumadas todas ellas dan la suerte principal que he señalado de $52,800.00
(cincuenta y dos mil ochocientos pesos 00/100 M. N.) y reclamo su pago en este
juicio. Facturas expedidas por el suscrito, por los servicios contables otorgados por
los meses de julio, agosto, septiembre, octubre, noviembre y diciembre del año dos
mil diez, a favor de la demandada.
2. El pago del interés a razón de tió (sic) legal, sobre el monto del adeudo que se
reclama de las facturas antes precisadas, emitidas por el suscrito y entregadas en
su original fiscal a la demandada y sólo suscritas en su acuse de recibo mediante
firma en copia, por dependiente o representante de la demandada, y desde la fecha
de vencimiento, en que incurrió en mora la demandada y hasta el cumplimiento
que se haga del adeudo.
3. El pago de los gastos y costas de juicio, por haber dado causa la demandada
a la interposición y trámite de esta instancia.
2. Mediante proveído de dos de octubre de dos mil catorce, se admitió la demanda en la vía oral civil, toda vez que el acto jurídico que
deriva de los documentos base de la acción, no tiene una naturaleza
mercantil sino civil.
3. Mediante diligencia de fecha diez de octubre del año próximo pasado, se emplazó a juicio a G. DE C., S.A. de C.V., quien dio contestación
mediante escrito presentado ante la Oficialía de Partes Común el día
veintitrés de octubre del año anterior y turnado a este juzgado al día
hábil siguiente, negando acción y derecho a su contraria, oponiendo las
excepciones y defensas que a su interés convino.
4. Con fecha dieciocho de noviembre de dos mil catorce, tuvo verificativo la Audiencia Preliminar, en la que se realizó la depuración del
procedimiento, así como las etapas que establece el artículo 1000 del
Código de Procedimientos Civiles para el Distrito Federal, en donde las
partes acordaron como hecho no controvertido el número II del escrito
de demanda, en su totalidad.
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Materia Civil
Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal
5. Con fecha catorce de enero del presente año, se celebró la Audiencia de Juicio, a que refiere el artículo 1006 del Código de Procedimientos
Civiles para el Distrito Federal, en la que se desahogaron las pruebas
que fueron legalmente admitidas, concediéndoseles el uso de la palabra
a cada una de las partes para que formularan sus alegatos, hecho que
fue, se declaró el presente asunto visto y se dictó la sentencia definitiva
que en Derecho corresponde, bajo los siguientes
CONSIDERANDOS:
I. La suscrita es competente para conocer y decidir el presente juicio
en virtud de la jurisdicción concurrente de conformidad con lo prescrito
por el artículo 104, fracción II, constitucional, así como 71 Bis de la Ley
Orgánica del Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal.
II. La presente resolución se dicta con estricto apego a Derecho, conforme a los artículos 14 y 17 de la Constitución, atendiendo a los principios que rigen a los procesos orales, siendo estos: oralidad, publicidad,
igualdad, inmediación, contradicción, continuidad y concentración, de
conformidad con el artículo 971 del Código de Procedimientos Civiles
para el Distrito Federal.
III. En cuanto a la vía intentada, la oral civil es la procedente de conformidad con lo que establece el artículo 969 del código procesal civil,
ya que toda contienda que no tenga señalada tramitación especial en las
leyes mercantiles, como en el caso que nos ocupa, debe tramitarse en la
presente vía, en consecuencia, es de reiterarse la procedencia de la vía
oral civil.
IV. Entrando al estudio de la acción, se advierte que la ejercitada por
el actor se encuentra contemplada en el capítulo II, denominado “De la
Prestación de Servicios Profesionales”, artículos 2606 y 2608 del Código
Civil para el Distrito Federal que disponen:
Materia Civil
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Dirección de Anales de Jurisprudencia y Publicaciones
Artículo 2606. El que presta y el que recibe los servicios profesionales, pueden
fijar, de común acuerdo, retribución debida por ellos...
Artículo 2608. Los que sin tener el título correspondiente ejerzan profesiones
para cuyo ejercicio la ley exija título, además de incurrir en las penas respectivas,
no tendrán derecho de cobrar retribución por los servicios profesionales que hayan
prestado.
De dichos preceptos se desprenden que los elementos de la presente
acción son los siguientes:
1. El acreditamiento de ser Licenciado (en el presente caso en contaduría pública).
2. La celebración del contrato de prestación de servicios profesionales;
3. La prestación efectiva del servicio (causa del servicio).
Elementos que deben ser necesariamente justificados por la parte accionante, facultándose al juzgador el estudio aun de oficio de la improcedencia de la acción por falta de uno de ellos, tal y como lo dispone
la jurisprudencia emitida por la otrora Tercera Sala, correspondiente a
la sexta época, consultable en el Apéndice de 1995, tomo IV, Parte SCJN,
tesis 6, página 6, que a la letra dice:
Acción. Estudio oficioso de su improcedencia. La improcedencia de la acción, por
falta de uno de sus requisitos esenciales, puede ser estimada por el juzgador, aun
de oficio, por ser de orden público el cumplimiento de las condiciones requeridas
para la procedencia de dicha acción.
En ese orden de ideas, esta juzgadora determina que la parte accionante no justificó con prueba idónea y directa el primero de los elementos de la acción, consistente en el acreditamiento de ser Licenciado
en contaduría pública, mismo que por cuestión de orden y método se
procede a estudiar.
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Materia Civil
Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal
En efecto, la parte actora para acreditar tener derecho a reclamar las
prestaciones de su escrito inicial de demanda, exhibió junto con su escrito
de demanda en términos del artículo 982 en relación con el 95 del Código de
Procedimientos Civiles para el Distrito Federal, los siguientes documentos:
Copias simples de las facturas:
A. 2457, expedida el 25 de julio de 2010, por la cantidad $9,280.00, por
servicios contables del mes de julio de 2010.
B. 2470, expedida el 25 de agosto de 2010, por la cantidad $9,280.00,
por servicios contables del mes de agosto de 2010.
C. 2482, expedida el 25 de septiembre de 2010, por la cantidad
$9,280.00 (nueve mil doscientos ochenta pesos 00/100 M. N.), por servicios contables del mes de septiembre de dos mil diez.
D. 2493, expedida el 25 de octubre de 2010, por la cantidad $9,280.00
(nueve mil doscientos ochenta pesos 00/100 M. N.), por servicios contables del mes de octubre de dos mil diez.
E. 2502, expedida el 25 de noviembre de 2010, por la cantidad
$9,280.00 (nueve mil doscientos ochenta pesos 00/100 M. N.), por servicios contables del mes de noviembre de dos mil diez.
F. 2523, expedida el 25 de diciembre de 2010, por la cantidad $9,280.00
(nueve mil doscientos ochenta pesos 00/100 M. N.), por servicios contables del mes de diciembre de dos mil diez.
Facturas que fueron objetadas en cuanto a su alcance y valor probatorio por la demandada.
Asimismo, rindió las siguientes documentales:
● El dictamen realizado por la contadora María Teresa Garibay Zamora, del estado de cuenta de G. DE C., S.A. de C. V.
● Copias simples de las facturas números 2396, 2416, 2433 y 2444, valiosas por $9,280.00 (nueve mil doscientos ochenta pesos 00/100 M. N.),
cada una, por servicios contables de los meses de marzo, abril, mayo y
junio de dos mil diez.
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● Copia simple del acuse de la declaración anual, y las hojas de balan-
ce contable de cada mes, del ejercicio contable del año dos mil diez, de
la empresa demandada.
● Copia simple de la cédula profesional número 0000000, expedida a
favor de Sandra R. E.
● Original de la factura 002, expedida por la contadora pública Sandra R. E.
● Certificado expedido por la Escuela Bancaria y Comercial.
De dicho cúmulo probatorio, no se puede tener por justificada la calidad de Licenciado en Contaduría Pública del actor, pues los documentos precisados en líneas arriba, fueron encaminados a justificar el encargo y prestación de servicios a favor de la demandada, pero de ninguna
manera justifican el elemento respectivo a la calidad de Licenciado en
Contaduría Pública.
En efecto, hay que tener en cuenta que cuando se ejercita la acción de
pago de honorarios derivada de un contrato de servicios profesionales,
es requisito indispensable de conformidad con el artículo 281 del Código de Procedimientos Civiles para el Distrito Federal, que el actor acredite a través de prueba idónea y directa que está autorizada para ejercer
la profesión respectiva, en el presente caso, de Licenciado en Contaduría Pública y para ello, deberá exhibir la cédula profesional respectiva,
por ser el documento público y oficial mediante el cual se comprueba
de manera fehaciente que la persona a cuyo favor fue expedida cumplió
con los requisitos legales requeridos para el ejercicio de esta profesión,
pues con dicha documental pública está justificando su derecho al cobro de ese concepto y, además, se da la oportunidad al demandado para
que en su caso, impugne el mismo, lo que es acorde a las reglas que
rigen la carga de la prueba en materia civil y con ello se salvaguarda el
principio de igualdad procesal de las partes.
39
Materia Civil
Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal
En efecto, dadas las características propias de la acción intentada
(pago de honorarios por prestación de servicios profesionales), se involucra la necesidad de probar fehacientemente la calidad de profesionista, pues se requiere tener, en este caso, título de Contador Público para poder cobrar honorarios, conforme lo establece el artículo
2608 del Código Civil del Distrito Federal, y el diverso artículo transitorio segundo de la Ley Reglamentaria del Artículo 5o. constitucional, relativo al Ejercicio de las Profesiones en el Distrito Federal, que
establece:
“Artículos transitorios... Segundo. En tanto se expidan las leyes a
que se refiere el artículo 2o. reformado, las profesiones que en sus diversas
ramas necesitan título para su ejercicio son las siguientes: [...] Contador...”
Aunado a que tampoco a través de presunciones se puede establecer
la calidad de profesional de una persona; es decir, que no puede llegarse a la conclusión de que alguien por el solo hecho de efectuar algunos
trámites contables, cuente con título de licenciado en contaduría, sino
que es indispensable la prueba directa de esta circunstancia.
Lo anterior implica necesariamente que un elemento esencial de
la acción de pago, con base en un contrato de prestación de servicios
profesionales, lo constituye el que la parte actora cuenta con la cédula
profesional para ejercer la profesión respectiva, lo cual debe hacerse a
través de prueba idónea y directa, como lo es la cédula profesional respectiva o, en su caso, la cédula de pasante vigente.
Lo anterior, se justifica bajo las directrices del principio de certeza
y seguridad jurídica, por lo cual el juzgador debe contar con todos los
datos o medios de prueba necesarios que le permitan arribar a un conocimiento cierto de los hechos que prueban la acción intentada; y siendo
que el contar con título profesional, esto es, tener la calidad de Contador
Público y estar legalmente autorizado para el ejercicio de la profesión,
es decir, tener la cédula profesional respectiva, constituye un elemento
Materia Civil
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de la misma, éste debe probarse de manera fehaciente, a través de prueba directa e idónea y no a base de presunciones.
Esto es así, toda vez que en el párrafo segundo del artículo 5o. de la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, expresamente
dispone que la Ley de cada Estado determinará cuáles son las profesiones que necesitan título para su ejercicio y las condiciones que deben
llenarse para obtenerlo.
Sin que la exigencia anterior pueda considerarse como una carga excesiva e inequitativa para la parte actor en esa clase de juicios, en virtud
de que la naturaleza propia de la profesión entraña ciertas obligaciones
para poder ejercerla legalmente, como lo es el hecho de contar con la
cédula profesional que lo acredite como Contador Público, aunado a
que el documento de referencia constituye una herramienta básica y de
uso diario para los contadores, por lo que no es un requisito exorbitante
que requiera de un esfuerzo extraordinario para el actor, pues es parte
de su actuar dentro de su profesión.
Teniendo aplicación a todo lo anteriormente expuesto la siguiente
jurisprudencia por contradicción de tesis, aplicada analógicamente a la
profesión de contador público:
Época: Novena Época
Registro: 178733
Instancia: Primera Sala
Tipo Tesis: Jurisprudencia
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
Localización: Tomo XXI, abril de 2005
Materia(s): Civil
Tesis: 1a/J. 16/2005
Pág. 290
[J]; 9a. Época; la. Sala; S.J.F. y su Gaceta; Tomo XXI, abril de 2005; Pág. 290
41
Materia Civil
Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal
Honorarios. La
acción de pago derivada de un contrato de prestación de
servicios profesionales, requiere para su procedencia que el actor exhiba la cédula
profesional que acredite su calidad de licenciado en derecho.
La acción de pago
de honorarios derivada del contrato de prestación de servicios profesionales tiene
como elemento esencial que la parte actora esté autorizada para ejercer la profesión
de licenciado en derecho, por lo que para su procedencia es necesario que el actor
acredite fehacientemente, y no apoyado en presunciones, que tiene tal calidad
a través de prueba directa e idónea como lo es la exhibición de la documental
pública consistente en la cédula profesional, lo cual se justifica bajo las directrices
del principio de certeza y seguridad jurídica, ya que el juzgador debe contar
con todos los elementos necesarios que le permitan arribar a un conocimiento
cierto de los hechos que prueban la acción intentada. Esto es así, toda vez que el
párrafo segundo del artículo 5o. de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos expresamente dispone que la ley de cada Estado determinará cuáles son
las profesiones que necesitan título para su ejercicio, así como las condiciones para
obtenerlo, sin que tal exigencia pueda considerarse como una carga excesiva para el
actor, en virtud de que para poder ejercer legalmente la profesión es indispensable
contar con la referida documental. Primera Sala. Contradicción de tesis 85/2004-PS.
No es óbice a lo anterior, las copias certificadas exhibidas por el actor
de la carta de pasante y certificado de la Escuela Bancaria y Comercial, a
nombre de EVODIO, pues lo cierto es que resultan ineficaces para acreditar el ejercicio de la profesión de Licenciado en Contaduría Pública, ya
que la carta de pasante fue expedida el veintidós de abril de mil novecientos ochenta y seis, y de acuerdo a lo previsto por el artículo 30 de Ley
Reglamentaria del Artículo 5o. constitucional, relativo al Ejercicio de las
Profesiones en el Distrito Federal, dichas cartas tienen una vigencia no
mayor de tres años, por tanto, si consideramos que los servicios profesionales fueron prestados en el año dos mil diez, es de concluirse que el
actor no acredita haber tenido autorización para prestar dichos servicios.
Materia Civil
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Ahora bien, por lo que hace al argumento de la parte actora, respecto
a que la prestación de servicios profesionales fue brindada por conducto de dependientes de él, en específico por la contadora pública Sandra
R. E., el mismo no fue acreditado, pues aun y cuando exhibió copia
simple de la cédula profesional a nombre de la contadora de referencia,
lo cierto es que al tratarse de una copia simple no produce convicción
en la suscrita para concluir que la prestación de servicios fue otorgada
a través de ella y a nombre del actor, máxime que no se encuentra adminiculada con alguna otra prueba. A mayor abundamiento, de que las
facturas base de la acción fueron expedidas con el nombre de EVODIO.
Las copias simples de las facturas números 2396, 2416, 2433 y 2444, valiosas por $9,280.00, por servicios contables de los meses de marzo, abril,
mayo y junio de dos mil diez, no benefician a los intereses del actor, pues
se refieren a servicios que no son materia de la controversia en estudio.
Por lo que hace al dictamen realizado por la contadora María Teresa
Garibay Zamora, del estado de cuenta de “G. DE C., S.A. de C.V., tampoco beneficia al actor, toda vez que se trata de un documento unilateral que en nada puede afectar a la demandada.
En consecuencia, la acción ejercida por el actor no puede prosperar al
no justificarse uno de los elementos de la acción intentada, no siéndole
favorables tampoco las pruebas presuncional en su doble aspecto, ni la
instrumental de actuaciones; por lo que, resulta innecesario el estudio
de los demás elementos, dado que el resultado final será el mismo o sea
absolver, sirviendo de apoyo la siguiente jurisprudencia:
Sexta Época
Instancia: Tercera Sala
Fuente: Apéndice de 1995
Tomo: Tomo IV, Parte SCJN
Tesis: 7
Página: 6
43
Materia Civil
Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal
Acción. Falta de prueba de la. Dado que la ley ordena que el actor debe probar
los hechos constitutivos de su acción, es indudable que, cuando no los prueba, su
acción no puede prosperar, independientemente de que la parte demandada haya
o no opuesto excepciones y defensas.
En ese orden de ideas, se dejan de estudiar las excepciones y defensas
opuestas por la demandada, toda vez que al no haberse acreditado la
acción, resultaría ocioso estudiar dichas excepciones, en virtud de que
éstas se caracterizan como el medio de defensa que se opone a la vida
jurídica o a las incidencias de la acción, y si ésta no se justifica, por ende
no se materializan sus efectos. Lo anterior se robustece con el criterio
emitido por la Autoridad Federal, bajo el rubro denominado:
Excepciones. Resulta ocioso examinarlas, si no se acreditó la acción. No habiendo
acreditado el actor la acción que ejercitó, se debe absolver al demandado de las
prestaciones reclamadas, de donde resulta que es ocioso estudiar las excepciones
que este último haya opuesto, en virtud de que éstas se caracterizan como el medio
de defensa que se opone a la vida jurídica o a las incidencias de la citada acción, y
si ésta no se justifica, y por ende no se materializan sus efectos, la oposición que se
haya hecho valer en su contra ya para dilatarla o para destruirla, es de innecesario
análisis al dejar de existir la materia a controvertir.
V. Al no encuadrar el presente asunto en ninguna de las hipótesis
previstas en el artículo 140 del Código de Procedimientos Civiles para
el Distrito Federal, no se hace especial condena en costas. No pasa
inadvertido para la suscrita lo estipulado por la fracción V, del artículo en
cita, que prevé que siempre será condenado en costas: “...El que intente
acciones que resulten improcedentes por falta de uno de los requisitos
de procedibilidad de la misma, o haga valer excepciones notoriamente
improcedentes...”, pues lo cierto es que en el presente asunto se cumplió
Materia Civil
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con todos y cada uno de los requisitos de procedibilidad, tan es así que
se entró al estudio del fondo de la acción, por tanto, la citada hipótesis
no encuadra dentro del presente asunto.
VI. Toda vez que contra la presente resolución no procede recurso
ordinario alguno, conforme lo prevé el artículo 969 en relación con el
426, fracción VI, del Código de Procedimientos Civiles para el Distrito
Federal, la presente resolución causa ejecutoria por Ministerio de Ley.
Por lo expuesto y fundado, así como ajustando los puntos resolutivos
a las consideraciones vertidas, es de resolverse y se
RESUELVE:
PRIMERO. Ha sido procedente la vía intentada, en donde el actor
EVODIO no acreditó plenamente los elementos de su acción, siendo
innecesario el estudio de las excepciones y defensas interpuestas por la
demandada G. DE C., S.A. de C. V., en consecuencia:
SEGUNDO. Se absuelve a la demandada de todas y cada una de las
prestaciones que le fueron reclamadas por el actor.
TERCERO. No se hace especial condena en costas.
CUARTO. La presente sentencia causa ejecutoria por Ministerio de
Ley, conforme lo establece el artículo 426 del Código de Procedimientos
Civiles para el Distrito Federal.
QUINTO. La presente resolución se tiene por notificada a las partes
en esta audiencia, sin necesidad de formalidad alguna a quienes estén
presentes o debieron haber estado, atentos a lo previsto por el artículo
990 del Código de Procedimientos Civiles para el Distrito Federal.
Así, definitivamente juzgando, lo resolvió y firma la C. Juez Décimo
Primero de lo Civil de Proceso Oral, maestra Minerva Tania Martínez
Cisneros, ante el Secretario de Acuerdos “C”, licenciado David Roberto
Mercado Rojas, quien autoriza y da fe.
45
Materia Civil
Materia Mercantil
Juzgado Vigésimo de lo Civil de Cuantía Menor
Juez
María Teresa Rincón Anaya
Sentencia definitiva dictada en juicio ejecutivo mercantil.
SUMARIO: PAGARÉ, COBRO DE INTERESES SUPERIOR A LAS TASAS
FIJADAS POR LAS INSTITUCIONES DE CRÉDITO. ELEMENTOS DE LA
REVISIÓN OFICIOSA FUNDADA EN LA OBLIGACIÓN DE VIGILAR LA
APLICACIÓN DEL CONTROL DE CONVENCIONALIDAD. Para precisar
si se actualiza o no el fenómeno usurario de cobro de intereses, deben tomarse en cuenta las particularidades del caso, así como las circunstancias económicas que puedan influir en el asunto; luego, si la pretensión se funda en
un pagaré en el que se estableció un monto de pago, fecha de vencimiento,
además de un pago de interés moratorio, es necesario tomar en cuenta para
la condena de intereses, los diversos reportes con tablas de interés bancario,
publicadas por el Banco de México en su portal de Internet. Dicho órgano de
gobierno presenta los indicadores básicos sobre tasas de interés y comisiones en el mercado de las tarjetas de crédito, ponderándose aquellos datos que
abarcan la tasa efectiva promedio estimada en el año en que se suscribió el
pagaré exhibido como base de la acción, así como el CAT (Costo Anual Total).
Este último es un indicador del costo total del financiamiento aplicable a todo
tipo de crédito, con el cual es posible comparar el costo financiero entre créditos, que incluye el monto del crédito, intereses ordinarios, impuesto al valor
Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal
agregado, comisiones, gastos, primas de seguros requeridas, amortizaciones
de principal, descuentos, bonificaciones pactadas en el contrato, y cualquier
otro cargo que deba pagar el cliente al momento de contratar el crédito y durante su vigencia, incluyendo la diferencia entre el precio al contado de un
bien y su precio a crédito, lo cual se expresa como el porcentaje anual, según
lo establece el Banco de México. Lo anterior, con la finalidad de advertir si
la variación del índice inflacionario durante la vigencia del crédito y la tasa
mensual promedio resultan mucho menores a los intereses convenidos, y en
caso de evidenciarse una desproporción en el pacto de intereses y las tasas
de interés anualizadas vigentes en el sistema financiero mexicano, es posible determinar prudencialmente al momento de dictar el fallo definitivo, la
reducción de la tasa de interés, cuando su resultado sea notoriamente excesivo, ello a fin de respetar, proteger y garantizar los derechos humanos de
las partes que se encuentran contenidos en nuestra Constitución Política, así
como en los tratados internacionales de los que el Estado mexicano es parte.
México, Distrito Federal, tres de octubre del año dos mil catorce.
Vistos. Para resolver en definitiva los autos del juicio ejecutivo mercantil, seguido por RAÚL, en contra de MARÍA DE LOS ÁNGELES, en
el expediente ***/2014; y
RESULTANDO:
1. Que por escrito presentado ante la Oficialía de Partes Común de
los Juzgados de lo Civil de Cuantía Menor del Tribunal Superior de
Justicia del Distrito Federal, con fecha catorce de mayo del año dos mil
catorce, compareció, por su propio derecho, en términos del endoso en
propiedad que obra al reverso del pagaré exhibido como base de acción, el C. RAÚL a demandar de MARÍA DE LOS ÁNGELES, el pago
de las siguientes prestaciones:
Materia Mercantil
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A) El pago de la cantidad de $3,000.00 (tres mil pesos 00/100 M. N., por con-
cepto de suerte principal del documento que se presenta como base de la acción al
presente juicio (sic);
B) El pago de los intereses moratorios generados, más los que se sigan generan-
do hasta el pago total del adeudo a razón del 10% (diez por ciento) mensual;
El pago de los gastos y costas que este juicio origine (sic).
Fundándose para tal efecto en las consideraciones de hecho y de derecho contenidas en el cuerpo de su demanda, las cuales se tienen por
reproducidas en todas y cada una de sus partes, como si a la letra se insertaran, en obvio de repeticiones innecesarias y para todos los efectos
legales a que haya lugar.
2. Admitida a trámite la demanda interpuesta, por auto de fecha
dieciséis de mayo del año dos mil catorce (fojas 3 a 6), se ordenó emplazar a la parte demandada, requiriéndole el pago de todas y cada
una de las prestaciones reclamadas, tal y como se desprende de la
diligencia de fecha ocho de julio del año dos mil catorce (fojas 10 y 11),
en la que se emplazó a juicio a la parte demandada, no realizando el
pago de las prestaciones reclamadas, por lo que, practicada la diligencia conforme a lo que disponen los artículos 1392 a 1396 del Código de
Comercio, y habiendo sido debidamente emplazada la parte demandada, no realizó el pago de la cantidad adeudada, dando contestación
a la demanda incoada en su contra, mediante escrito presentado ante
la oficialía de partes de este juzgado, con fecha seis de agosto del año
dos mil catorce (fojas 16 a 20), escrito que se tiene por reproducido
como si a la letra se encontrara inserto en obvio de repeticiones innecesarias.
3. Contestada la demanda, se dio vista a la parte actora con las excepciones opuestas, y una vez admitidas y desahogadas las pruebas en
la audiencia respectiva, cerrada la instrucción y agotado el período de
51
Materia Mercantil
Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal
alegatos, se citó a las partes para oír sentencia definitiva, la cual se dicta
al tenor de los siguientes
CONSIDERANDOS:
I. Que este juzgado es competente para resolver sobre la presente
controversia con fundamento en lo establecido en los artículos 104 de la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, 75, 1090, 1092,
1094 y 1104 del Código de Comercio, así como el 71 de la Ley Orgánica
del Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal.
II. Que la vía ejecutiva mercantil intentada por la parte actora, en virtud de que se basa en un título ejecutivo mercantil de los denominados
“pagaré”, que reúne los requisitos que dispone el artículo 170 de la Ley
General de Títulos y Operaciones de Crédito y con base en este numeral y en lo dispuesto por el artículo 167 de la misma ley, así como en lo
dispuesto por el artículo 1391 del Código de Comercio, ha resultado
procedente.
III. Que atendiendo a que las partes deben asumir la carga
probatoria de los hechos constitutivos de sus pretensiones y que el
artículo 1194 del Código de Comercio, de conformidad con lo anterior,
establece que el actor está obligado a probar su acción y el reo sus
excepciones, la suscrita debe señalar, que en el presente asunto resulta
procedente la acción ejecutiva mercantil ejercitada por la parte actora,
ya que como se señaló con anterioridad, la misma se funda en un
documento de los denominados “pagaré”, que anexa a su escrito
inicial de demanda y que de conformidad con lo dispuesto por el
artículo 1391, fracción IV, del Código de Comercio, que determina que
los títulos de crédito como el pagaré tienen el carácter de ejecutivos,
es decir, traen aparejada ejecución, por lo que constituyen una prueba
preconstituida de la acción ejercitada en el juicio, lo que jurídicamente
significa que el documento ejecutivo exhibido por la parte actora es
Materia Mercantil
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un elemento demostrativo en sí mismo, por lo que dicho documento a
criterio de la suscrita hace prueba plena en términos del artículo 1296
del Código de Comercio, en consecuencia, debemos entender que el
documento base exhibido por la parte actora, probó plenamente su
acción, correspondiéndole entonces a la parte demandada desvirtuar
la presunción legal que existe a favor de su contrario, en términos del
artículo 1196 del Código de Comercio, lo que sucedió parcialmente
en la especie, ya que la parte demandada en juicio, al momento
de dar contestación a la demanda incoada en su contra opuso, de
entre otras excepciones, la excepción de pago, exhibiendo billete de
depósito número V00000, expedido por el Banco del Ahorro Nacional
y Servicios Financiero, S.N.C., por la cantidad de tres mil pesos con
cero centavos, cantidad que la parte demandada pretendía aplicar al
pago de la suerte principal; sin embargo, la parte actora en juicio, al
momento de desahogar la vista que se le dio con las excepciones y
defensas opuestas por su contraparte, manifestó que dicha cantidad
debía aplicarse al pago de los intereses moratorios, por tal razón, es de
tomar en consideración, que el artículo 364 del Código de Comercio
establece que las entregas a cuenta, cuando no resulte expresa su
aplicación, se imputarán, en primer término, al pago de intereses por
orden de vencimientos, y después al del capital; en consecuencia, ante
dicha situación, el pago exhibido por la parte demandada en juicio
debe considerarse en primer lugar a cuenta de intereses por orden de
vencimiento y en caso de existir remanente a cuenta de capital; ahora
bien, es de tomar en consideración, que si bien es cierto, que luego de
una intelección al segundo párrafo del artículo 174 de la Ley General
de Títulos y Operaciones de Crédito, que dispone que los intereses
moratorios se computarán al tipo estipulado para ellos, a falta de esa
estipulación, al tipo de rédito fijado en el documento, y en defecto de
ambos, al tipo legal; en relación con lo dispuesto por el artículo 362
53
Materia Mercantil
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del Código de Comercio, donde se establece que los deudores que
demoren en el pago de sus deudas deberán satisfacer, desde el día
siguiente al del vencimiento, el interés pactado para este caso, o en su
defecto el seis por ciento anual; y el artículo 78 del Código de Comercio,
que dispone que en las convenciones mercantiles cada uno se obliga
en la manera y términos que aparezca que quiso obligarse, sin que la
validez del acto comercial dependa de la observancia de formalidades
o requisitos determinados; se puede advertir, que nuestra legislación
permite a las partes la libre convención de intereses en un pagaré,
esto es, no fija límite para el pacto de los mismos en caso de mora en
un título de crédito, pues las partes se obligan en los términos que
quisieron obligarse, permitiendo el pacto de cualquier tipo de interés
sin limitación alguna; y que del texto que conforma el pagaré base
de acción, también se advierte que las partes convinieron un interés
moratorio del diez por ciento mensual; lo cierto resulta también, que
el contenido normativo de los preceptos antes mencionados, debe
interpretarse acorde con las normas constitucionales y las normas
de derechos humanos de fuente internacional de los que el Estado
mexicano sea parte, esto es, para el caso que nos ocupa, en el sentido
de que la permisión de acordar intereses no es ilimitada, sino que
tiene como límite que una parte no obtenga en provecho propio y
de modo abusivo sobre la propiedad de la otra, un interés excesivo
derivado de un préstamo, ya que, de acuerdo con el actual artículo 1o.
constitucional, que señala, entre otras cosas, lo siguiente:
En los Estados Unidos Mexicanos todas las personas gozarán de los derechos
humanos reconocidos en esta Constitución y en los tratados internacionales de los
que el Estado mexicano sea parte, así como de las garantías para su protección,
cuyo ejercicio no podrá restringirse ni suspenderse, salvo en los casos y bajo las
condiciones que esta Constitución establece.
Materia Mercantil
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La normas relativas a los derechos humanos se interpretarán de conformidad
con esta Constitución y con los tratados internacionales de la materia favoreciendo
en todo tiempo a las personas la protección más amplía.
Todas las autoridades, en el ámbito de sus competencias, tienen la obligación de
promover, respetar, proteger y garantizar los derechos humanos de conformidad
con los principios de universalidad, interdependencia, indivisibilidad y
progresividad. En consecuencia, el Estado deberá prevenir, investigar, sancionar
y reparar las violaciones a los derechos humanos, en los términos que establezca
la ley.
Se puede llegar a colegir, que todas las autoridades del país, incluyendo en este caso a la suscrita, se encuentran obligadas a respetar,
proteger y garantizar no solo los derechos humanos que derivan de
la Constitución, sino también aquellos que se encuentren contenidos
en los tratados internacionales de los que el Estado mexicano sea parte, lo que conlleva a considerar que en materia de derechos humanos
existe control difuso y, por lo tanto, la obligación de aplicar en materia de derechos humanos, tanto la Constitución, como los tratados
internacionales de los que el Estado mexicano sea parte, generando
la obligación de la suscrita, en su carácter de juzgadora, de vigilar la
correcta aplicación de dichos derechos humanos en los casos sometidos a su consideración, utilizando, en caso de haber contradicción en
la ley, la interpretación más favorable, lo que se conoce como principio pro persona; la suscrita apoya su criterio en el siguiente criterio
aislado emitido por la Suprema Corte de Justicia de la Nación: décima época, Registro: 160589, Instancia: Pleno, tesis aislada, Fuente:
Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, libro III, diciembre de
2011, tomo 1, Materia(s): constitucional, Tesis: P. LXVII/2011(9a.), Página: 535:
55
Materia Mercantil
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Control de convencionalidad ex officio en un modelo de control difuso de cons-
titucionalidad. De conformidad con lo previsto en el artículo 1o. de la Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos, todas las autoridades del país, dentro
del ámbito de sus competencias, se encuentran obligadas a velar no sólo por los de-
rechos humanos contenidos en la Constitución Federal, sino también por aquellos
contenidos en los instrumentos internacionales celebrados por el Estado Mexicano,
adoptando la interpretación más favorable al derecho humano de que se trate, lo
que se conoce en la doctrina como principio pro persona. Estos mandatos conteni-
dos en el artículo 1o. constitucional, reformado mediante Decreto publicado en el
Diario Oficial de la Federación de 10 de junio de 2011, deben interpretarse junto con
lo establecido por el diverso 133 para determinar el marco dentro del que debe
realizarse el control de convencionalidad ex officio en materia de derechos huma-
nos a cargo del Poder Judicial, el que deberá adecuarse al modelo de control de
constitucionalidad existente en nuestro país. Es en la función jurisdiccional, como
está indicado en la última parte del artículo 133 en relación con el artículo 1o. constitucionales, en donde los jueces están obligados a preferir los derechos humanos
contenidos en la Constitución y en los tratados internacionales, aun a pesar de las
disposiciones en contrario que se encuentren en cualquier norma inferior. Si bien
los jueces no pueden hacer una declaración general sobre la invalidez o expulsar
del orden jurídico las normas que consideren contrarias a los derechos humanos
contenidos en la Constitución y en los tratados (como sí sucede en las vías de control directas establecidas expresamente en los artículos 103, 105 y 107 de la Constitución), sí están obligados a dejar de aplicar las normas inferiores dando preferencia a las contenidas en la Constitución y en los tratados en la materia.
Por tal razón, habrá que tomar en consideración que los Estados Unidos Mexicanos firmaron la Convención Americana de Derechos Humanos, lo que obliga a la suscrita a realizar un análisis del contenido del
artículo 21 de la Convención Americana de Derechos Humanos, el cual
dispone como sigue:
Materia Mercantil
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Artículo 21. Derecho a la propiedad privada
1. Toda persona tiene derecho al uso y goce de sus bienes. La ley puede
subordinar tal uso y goce al interés social.
2. Ninguna persona puede ser privada de sus bienes, excepto mediante el pago
de indemnización justa, por razones de utilidad pública o de interés social y en los
casos y según las formas establecidas por la ley.
3. Tanto la usura como cualquier forma de explotación del hombre por el
hombre, deben ser prohibidas por la ley.
Ordenamiento del cual se puede advertir que la Convención Americana de Derechos Humanos, que fue firmada por el gobierno mexicano, efectivamente prohíbe, de manera expresa, la usura como forma
de explotación del hombre por el hombre, como fenómeno contrario al
derecho humano de propiedad, que ocurre cuando una persona obtiene
en provecho propio y de modo abusivo sobre la propiedad de otra, un
interés excesivo derivado de un préstamo; en ese sentido, a juicio de
la suscrita, se presenta una contradicción normativa en el caso de intereses derivados de un préstamo por la suscripción de un pagaré, pues
por un lado, si bien es cierto, que tanto el Código de Comercio, como la
Ley General de Títulos y Operaciones de Crédito, no imponen límites a
quienes suscriben un pagaré en el pacto de intereses, al señalar que las
partes se obligan en la manera y términos que aparezca que quisieron
obligarse, permitiendo el pacto de cualquier tipo de interés sin limitación alguna, estando al contenido del documento mismo, también cierto resulta, que tal como se señaló en líneas previas, la Convención Americana de Derechos Humanos en comento, prohíbe en forma expresa
la usura, como fenómeno contrario al derecho humano de propiedad,
que ocurre cuando una persona obtiene en provecho propio y de modo
abusivo sobre la propiedad de otra, un interés excesivo derivado de un
préstamo; por tanto, atendiendo que el artículo 1o. constitucional esta57
Materia Mercantil
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blece el control de convencionalidad de los derechos humanos contenidos en los tratados internacionales firmados por el gobierno mexicano;
que el artículo en comento amplía el catálogo de derechos humanos no
solo a los contenidos en la Constitución sino a los tratados internacionales aprobados por el Estado mexicano; que los jueces están obligados
a preferir los derechos humanos contenidos en la Constitución y en los
tratados internacionales, aun a pesar de las disposiciones en contrario
que se encuentren en cualquier norma inferior; que en el caso de la usura, la Convención Americana sobre Derechos Humanos la prohíbe por
considerar que se trata de una forma de explotación del hombre sobre
el hombre; en consecuencia, resulta indudable para la suscrita, que en
aplicación del principio pro homine o pro persona, debe priorizar la norma más favorable al demandado, siendo en este caso el artículo 21 de la
Convención Americana de los Derechos Humanos, pues debe considerarse que, el contenido normativo que prevé que en el pagaré el rédito y
los intereses que deban cubrirse se pactarán por las partes, y sólo ante la
falta de tal pacto, operará el tipo legal, debe interpretarse conforme con
la norma que prohíbe la usura como forma de explotación del hombre
por el hombre, esto es, en el sentido de que la permisión de acordar intereses tiene como límite que una parte no obtenga en provecho propio
y de modo abusivo sobre la propiedad de la otra, un interés excesivo
derivado de un préstamo. Sirve de apoyo la siguiente jurisprudencia
que resulta obligatoria para la suscrita en términos del artículo 217 de
la Ley de Amparo, misma que se puede ver bajo el siguiente registro:
Tesis: 1a./J. 46/2014 (10a.), Gaceta del Semanario Judicial de la Federación,
décima época, 2006794, Primera Sala, libro 7, junio de 2014, tomo I, página 400, jurisprudencia (constitucional, civil):
Pagaré. El artículo 174, párrafo segundo, de la Ley General de Títulos y Operaciones de
Crédito, permite a las partes la libre convención de intereses con la li-
Materia Mercantil
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mitante de que los mismos no sean usurarios. Interpretación conforme con la Constitución [abandono de la jurisprudencia 1a./J.
132/2012 (10a.) y de la tesis aislada
1a. CCLXIV/2012 (10a.)]. Una nueva reflexión sobre el tema del interés usurario
en la suscripción de un pagaré, conduce a esta Sala a apartarse de los criterios
sostenidos en las tesis 1a./J. 132/2012 (10a.), así como 1a. CCLXIV/2012 (10a.),
en virtud de que en su elaboración se equiparó el interés usurario con el interés
lesivo, lo que provocó que se estimara que los requisitos procesales y sustantivos
que rigen para hacer valer la lesión como vicio del consentimiento, se aplicaran
también para que pudiera operar la norma constitucional consistente en que la
ley debe prohibir la usura como forma de explotación del hombre por el hombre;
cuando esta última se encuentra inmersa en la gama de derechos humanos res-
pecto de los cuales el artículo 1o. constitucional ordena que todas las autoridades,
en el ámbito de sus competencias, tienen la obligación de promover, respetar,
proteger y garantizar. Así, resulta que el artículo 21, apartado 3, de la Convención
Americana sobre Derechos Humanos, prevé la usura como una forma de explo-
tación del hombre por el hombre, como fenómeno contrario al derecho humano
de propiedad, lo que se considera que ocurre cuando una persona obtiene en provecho propio y de modo abusivo sobre la propiedad de otra, un interés excesivo
derivado de un préstamo; pero además, dispone que la ley debe prohibir la usura.
Por lo anterior, esta Primera Sala estima que el artículo 174, párrafo segundo, de
la Ley General de Títulos y Operaciones de Crédito, que prevé que en el pagaré el
rédito y los intereses que deban cubrirse se pactaran por las partes, y sólo ante la
falta de tal pacto, operará el tipo legal, permite una interpretación conforme con
la Constitución General y, por ende, ese contenido normativo debe interpretarse
en el sentido de que la permisión de acordar intereses tiene como límite que una
parte no obtenga en provecho propio y de modo abusivo sobre la propiedad de
la otra, un interés excesivo derivado de un préstamo; destacando que la adecuación constitucional del precepto legal indicado, no sólo permite que los gobernados conserven la facultad de fijar los réditos e intereses que no sean usurarios al
suscribir pagarés, sino que además, confiere al juzgador la facultad para que, al
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Materia Mercantil
Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal
ocuparse de analizar la litis sobre el reclamo de intereses pactados en un pagaré y
al determinar la condena conducente (en su caso), aplique de oficio el artículo 174
indicado acorde con el contenido constitucionalmente válido de ese precepto y a
la luz de las condiciones particulares y elementos de convicción con que se cuente
en cada caso, a fin de que el citado artículo no pueda servir de fundamento para
dictar una condena al pago de intereses mediante la cual una parte obtenga en
provecho propio y de modo abusivo sobre la propiedad de su contrario un interés
excesivo derivado de un préstamo. Así, para el caso de que el interés pactado en
el pagaré, genere convicción en el juzgador de que es notoriamente excesivo y
usurario acorde con las circunstancias particulares del caso y las constancias de
actuaciones, aquél debe proceder de oficio a inhibir esa condición usuraria apar-
tándose del contenido del interés pactado, para fijar la condena respectiva sobre
una tasa de interés reducida prudencialmente que no resulte excesiva, mediante
la apreciación de oficio y de forma razonada y motivada de las mismas circunstancias particulares del caso y de las constancias de actuaciones que válidamente
tenga a la vista el juzgador al momento de resolver.
Asimismo, resulta que al realizar el análisis sobre el reclamo de los
intereses pactados en un pagaré, la suscrita puede, de oficio, con base
en el artículo 174 de la Ley General de Títulos y Operaciones de Crédito, estudiar y determinar a la luz de las circunstancias particulares
del caso y las constancias de autos, sin dejar de advertir los factores
externos, si efectivamente los intereses moratorios establecidos por las
partes resultan usurarios y por tal razón violatorios de los derechos
humanos, pudiendo apartarse del contenido del interés pactado, para
fijar la condena respectiva sobre una tasa de interés reducida prudencialmente que no resulte excesiva, a fin de preservar que no ocurra el
fenómeno usurario; sirve de apoyo la siguiente jurisprudencia que resulta obligatoria para la suscrita en términos del artículo 217 de la Ley
de Amparo, misma que se puede ver bajo el siguiente registro: Tesis:
Materia Mercantil
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1a./J. 47/2014 (10a.), Gaceta del Semanario Judicial de la Federación, décima época, 2006795, Primera Sala, libro 7, junio de 2014, tomo I, página
402, jurisprudencia (constitucional, civil):
Pagaré. Si el juzgador advierte que la tasa de intereses pactada con base en el
artículo 174, párrafo segundo, de la Ley General de Títulos y Operaciones de Crédito es notoriamente usuraria puede, de oficio, reducirla prudencialmente.
El párrafo
segundo del citado precepto permite una interpretación conforme con la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, al prever que en el pagaré el rédito
y los intereses que deban cubrirse se pactarán por las partes, y sólo ante la falta de
tal pacto, operará el tipo legal; pues ese contenido normativo debe interpretarse
en el sentido de que la permisión de acordar intereses no es ilimitada, sino que
tiene como límite que una parte no obtenga en provecho propio y de modo abu-
sivo sobre la propiedad de la otra, un interés excesivo derivado de un préstamo.
Así, el juzgador que resuelve la litis sobre el reclamo de intereses pactados en un
pagaré, para determinar la condena conducente (en su caso), debe aplicar de oficio
el referido artículo 174, acorde con el contenido constitucionalmente válido de ese
precepto y a la luz de las condiciones particulares y los elementos de convicción
con que se cuente en cada caso, para que dicho numeral no pueda servir de fundamento para dictar una condena al pago de intereses usurarios, por lo que si el
juzgador adquiere convicción de oficio de que el pacto de intereses es notoriamen-
te usurario acorde con las circunstancias particulares del caso y las constancias
de actuaciones, entonces debe proceder, también de oficio, a inhibir esa condición
usuraria apartándose del contenido del interés pactado, para fijar la condena res-
pectiva sobre una tasa de interés reducida prudencialmente para que no resulte
excesiva, mediante la apreciación razonada, fundada y motivada, y con base en
las circunstancias particulares del caso y de las constancias de actuaciones que vá-
lidamente tenga a la vista al momento de resolver. Ahora bien, cabe destacar que
constituyen parámetros guía para evaluar objetivamente el carácter notoriamente
excesivo de una tasa de interés –si de las constancias de actuaciones se aprecian los
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Materia Mercantil
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elementos de convicción respectivos– los siguientes: a) el tipo de relación existente
entre las partes; b) la calidad de los sujetos que intervienen en la suscripción del
pagaré y si la actividad del acreedor se encuentra regulada; c) el destino o finali-
dad del crédito; d) el monto del crédito; e) el plazo del crédito; f) la existencia de
garantías para el pago del crédito; g) las tasas de interés de las instituciones banca-
rias para operaciones similares a las que se analizan, cuya apreciación únicamente
constituye un parámetro de referencia; h) la variación del índice inflacionario nacional durante la vida real del adeudo; i) las condiciones del mercado; y, j) otras
cuestiones que generen convicción en el juzgador. Lo anterior, sobre la base de que
tales circunstancias puede apreciarlas el juzgador (solamente si de las constancias
de actuaciones obra válidamente prueba de ellos) para aumentar o disminuir lo
estricto de la calificación de una tasa como notoriamente excesiva; análisis que,
además, debe complementarse con la evaluación del elemento subjetivo a partir
de la apreciación sobre la existencia o no, de alguna situación de vulnerabilidad o
desventaja del deudor en relación con el acreedor.
En ese sentido, es de tomar en consideración, que de conformidad
con lo anteriormente señalado, para apreciar si en el caso que nos ocupa, se actualiza o no el fenómeno usurario, la suscrita, empleando el
arbitrio judicial, puede tomar en cuenta las circunstancias particulares
del caso, así como las constancias de actuaciones, sin dejar de advertir
los factores externos y las circunstancias económicas que puedan influir
en el asunto, en tal razón, debemos considerar, por un lado, que de
constancias de autos que integran el asunto que nos ocupa, se puede
advertir que, la parte actora en juicio reclama de su contraparte, en la
vía ejecutiva mercantil, el pago de cierta cantidad de dinero, más los
accesorios legales, fundando su pretensión en un pagaré, el cual se rige
por el principio de literalidad contenido en el artículo 5o. de la Ley General de Títulos y Operaciones de Crédito, y de acuerdo al texto que
los conforma, se puede advertir que el mismo se suscribió entre parMateria Mercantil
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Dirección de Anales de Jurisprudencia y Publicaciones
ticulares el día trece de septiembre del año dos mil trece, en el que se
estableció como monto del mismo la cantidad de tres mil pesos con
cero centavos, conviniendo como fecha de vencimiento el día trece de
octubre del año dos mil trece, esto es, se estableció un mes como plazo
para el pago del mismo, conviniendo, además, el pago de un interés
moratorio a razón del diez por ciento mensual, el cual equivaldría al
ciento veinte por ciento anual; por otro lado, debemos considerar también, que de la literalidad del documento en comento, no se desprende
que se hubiera convenido sobre alguna garantía para el pago del crédito; del mismo modo, no se advierte el destino a la finalidad del crédito,
asimismo, tampoco se puede advertir la actividad de quien otorgó el
crédito; por tanto, en base a las circunstancias antes señaladas, la suscrita puede advertir que, en el caso que nos ocupa, el tipo de relación
que se advierte de la suscripción del pagaré base de acción, deriva del
préstamo entre particulares, de la cantidad que ampara el título de crédito base de acción, en el cual se convino que el pago debía realizarse en
un plazo de un mes, estableciendo un interés moratorio a razón del diez
por ciento mensual, mismo que resulta equivalente al ciento veinte por
ciento anual; en tal razón, atendiendo a las circunstancias antes señaladas, habrá que tomar en consideración, que de las operaciones similares
a las que se analizan, los factores externos, las circunstancias económicas y las condiciones existentes en el mercado, encontramos que, el
Banco de México, en su portal de Internet, que se puede ver bajo la
siguiente dirección http://www.banxico.org.mx/sistema.financiero/
publicaciones/reporte-de-tasas-de-interes-efectivas-de-tarjetas publica
diversos reportes con las tablas de interés bancario, respecto a los indicadores básicos de tarjeta de crédito, donde dicho Órgano de Gobierno
presenta los indicadores básicos sobre tasas de interés y comisiones de
mercado de tarjetas de crédito, con el objeto de proporcionar al público en general y a los analistas financieros elementos para comparar y
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Materia Mercantil
Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal
dar seguimiento al costo de dicho servicio, el cual resulta ser un hecho
notorio, por ser del conocimiento público en el medio social donde ocurrió o donde se tramita el procedimiento, y que puede ser invocado por
la suscrita, en términos del artículo 88 del Código Federal de Procedimientos Civiles, de aplicación supletoria al Código de Comercio, en
términos del artículo 1054 de la legislación en comento; sirve de apoyo
la siguiente jurisprudencia que resulta obligatoria para la suscrita en
términos del artículo 217 de la Ley de Amparo, misma que se puede
ver bajo el siguiente registro: Tesis: P./J. 74/2006, Semanario Judicial de
la Federación, novena época, 174899, Pleno, tomo XXIII, junio de 2006,
página 963, jurisprudencia (común):
Hechos
notorios.
Conceptos
general y jurídico.
Conforme al artículo 88 del
Código Federal de Procedimientos Civiles los tribunales pueden invocar hechos
notorios aunque no hayan sido alegados ni probados por las partes. Por hechos
notorios deben entenderse, en general, aquellos que por el conocimiento humano se consideran ciertos e indiscutibles, ya sea que pertenezcan a la historia, a la
ciencia, a la naturaleza, a las vicisitudes de la vida pública actual o a circunstancias
comúnmente conocidas en un determinado lugar, de modo que toda persona de
ese medio esté en condiciones de saberlo; y desde el punto de vista jurídico, hecho
notorio es cualquier acontecimiento de dominio público conocido por todos o casi
todos los miembros de un círculo social en el momento en que va a pronunciarse
la decisión judicial, respecto del cual no hay duda ni discusión; de manera que al
ser notorio la ley exime de su prueba, por ser del conocimiento público en el medio
social donde ocurrió o donde se tramita el procedimiento.
Y la siguiente, que también resulta obligatoria en términos del artículo
217 de la Ley de Amparo: Tesis: XX.2o. J/24, Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, novena época, 168124, Tribunales Colegiados de Circuito, tomo XXIX, enero de 2009, página 2470, jurisprudencia (común):
Materia Mercantil
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Hecho notorio. Lo constituyen los datos que aparecen en las páginas electróni-
cas oficiales que los órganos de gobierno utilizan para poner a disposición del público, entre otros servicios, la descripción de sus plazas, el directorio de sus empleados
o el estado que guardan sus expedientes y, por ello, es válido que se invoquen de
oficio para resolver un asunto en particular. Los datos que aparecen en las páginas
electrónicas oficiales que los órganos de gobierno utilizan para poner a disposición
del público, entre otros servicios, la descripción de sus plazas, el directorio de sus
empleados o el estado que guardan sus expedientes, constituyen un hecho notorio
que puede invocarse por los tribunales, en términos del artículo 88 del Código
Federal de Procedimientos Civiles, de aplicación supletoria a la Ley de Amparo;
porque la información generada o comunicada por esa vía forma parte del sistema
mundial de diseminación y obtención de datos denominada “internet”, del cual
puede obtenerse, por ejemplo, el nombre de un servidor público, el organigrama
de una institución, así como el sentido de sus resoluciones; de ahí que sea válido
que los órganos jurisdiccionales invoquen de oficio lo publicado en ese medio para
resolver un asunto en particular.
En ese sentido, debemos considerar que, del reporte antes señalado,
que contiene datos al mes de febrero del año dos mil catorce, y que abarca el año en que se suscribió el pagaré exhibido como base de acción,
se puede advertir que, en el cuadro número diez, que se puede ver en
la página número quince, referente a las tarjetas de crédito “Clásicas”
o equivalentes, con un límite de crédito de hasta cuatro mil quinientos
pesos, para los créditos equivalentes a tres mil pesos, otorgados por diversas instituciones de crédito, la tasa efectiva promedio ponderada fluctuó
entre treinta y uno punto dos por ciento, treinta y seis punto dos por
ciento, cuarenta y uno punto seis por ciento, cuarenta y cuatro punto
siete por ciento, y cuarenta y dos punto siete por ciento, asimismo, podemos advertir que el CAT (Costo Anual Total), que es un indicador
del costo total de financiamiento aplicable a todo tipo de crédito con
65
Materia Mercantil
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el cual es posible comparar el costo financiero entre créditos aunque
sean de plazos o periodicidades distintas e incluso de productos diferentes, que incluye el monto del crédito, intereses ordinarios, impuesto
al valor agregado, comisiones, gastos, primas de seguros requeridas,
amortizaciones de principal, descuentos y bonificaciones pactadas en el
contrato, y cualquier otro cargo que deba pagar el cliente al momento
de contratar el crédito y durante su vigencia, incluyendo la diferencia
entre el precio al contado de un bien y su precio a crédito; y que se
expresa como porcentaje anual, según lo establece el Banco de México,
en su portal de Internet, que se puede consultar bajo la siguiente dirección: http://www.banxico.org.mx/ayuda/temas-mas-consultados/
cat--costo-anual-total-.html, fluctuó dentro de algunas instituciones de
crédito, en cuarenta y uno punto seis por ciento, cuarenta y dos punto
ocho por ciento, cincuenta y siete punto ocho por ciento, cincuenta y
cinco punto dos por ciento, y cincuenta y ocho punto seis por ciento;
ahora bien, de acuerdo al índice inflacionario nacional, que se puede
ver bajo la siguiente dirección: http://www.inegi.org.mx/sistemas/
indiceprecios/CalculadoraInflacion.aspx y que refiere al aumento sostenido y generalizado de los precios de los bienes y servicios de una
economía a lo largo del tiempo, se puede advertir que la variación del
índice inflacionario durante la vigencia del crédito, que va desde el mes
de septiembre del año dos mil trece hasta el mes de agosto del año dos
mil catorce, se estableció en tres punto setenta y seis por ciento, y la
tasa mensual promedio de inflación en cero punto treinta y cuatro por
ciento, las cuales resultan mucho menor al pacto de los intereses convenidos; en consecuencia, la suscrita encuentra que el interés estipulado
en el pagaré exhibido como base de acción, a razón del diez por ciento
mensual, equivalente al ciento veinte por ciento anual, sí resulta ser
notoriamente excesivo, ya que, de acuerdo a los parámetros antes señalados, el interés pactado en el título de crédito exhibido como base de
Materia Mercantil
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acción, excede, considerablemente, las tasas que manejan en el mercado
las diferentes instituciones que otorgan algún tipo de crédito, así como
el costo anual total generado por dicho producto, y el índice inflacionario antes señalado, lo que denota que hay una desproporción en el pacto de intereses, ya que supera las tasas de interés anualizadas existentes
en el mercado por las diversas instituciones de crédito, lo que implica,
que evidentemente dicho interés es notoriamente más alto al utilizado
en el sistema financiero mexicano, por las instituciones que tiene como
actividad ordinaria el préstamo de dinero; por tanto, toda vez que la
permisión de acordar intereses tiene como límite que no se obtenga un
interés excesivo derivado de un préstamo; que en el caso que nos ocupa, la única causa que se puede advertir de las constancias de autos que
tienen pleno valor probatorio en términos del artículo 1294 del Código
de Comercio, es el préstamo de una persona física a otra persona física,
de la cantidad que amparan el título de crédito exhibido como base de
acción; que la actividad de las partes no se encuentra regulada; que las
instituciones de crédito que tienen como actividad principal el préstamo de dinero, se regulan conforme a las disposiciones de la Ley de
Banco de México, en relación con la Ley de Instituciones de Crédito y la
Ley General de Títulos y Operaciones de Crédito, para quienes resultan
irrestrictas las disposiciones contenidas en las legislaciones citadas; que
de actuaciones no se desprende que quien otorgó el crédito se encuentre
regulada como una institución financiera dedicada al servicio de banca
y crédito, por lo que, a juicio de la suscrita resulta que para una persona
que no tiene como actividad ordinaria el préstamo de dinero, también
resultan irrestrictas las disposiciones contenidas en los ordenamientos
señalados, y por tanto, es excesiva cualquier tasa de interés que resulte
superior a las existentes y utilizadas en el mercado, por las instituciones financieras; en consecuencia, es claro que el interés estipulado en el
pagaré exhibido como base de acción sí resulta ser notoriamente exce67
Materia Mercantil
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sivo, por tanto, el pacto de intereses de carácter usurario, a juicio de la
suscrita, no puede producir obligación alguna en el deudor, por lo que,
desde luego, no se encuentra obligado a cubrir los intereses convencionales pactados en el pagaré base de acción; sin embargo, es de tomar
en consideración, que en el caso que nos ocupa, las partes estuvieron
de acuerdo en que se cobraran intereses moratorios en el pagaré, ya
que, además es una característica de las relaciones mercantiles el poder
obtener una ganancia sobre el dinero, por tanto, a juicio de la suscrita,
si bien no es aplicable el interés convenido en el pagaré exhibido como
base de acción, sí debe existir el pago de un interés que se encuentre
permitido dentro de la normatividad aplicable al caso concreto, y que se
ajuste a las condiciones generales del mercado; en tal razón, a fin de que
no ocurra el fenómeno usurario, esto es, que una parte obtenga en provecho propio y de modo abusivo sobre la propiedad de otro, un interés
excesivo derivado de un préstamo y que resulte notoriamente excesiva
la tasa de interés, en relación a las circunstancias particulares que en el
caso sirvieron como parámetros para tener por evidenciado el carácter
usurario del interés pactado por las partes en juicio, y que para el caso
de apartarse del interés convenido, la tasa de interés puede ser reducida
prudencialmente a fin de que no resulte notoriamente excesiva, habrá
que considerar que de entre los porcentajes antes mencionados, encontramos que la tasa media de interés equivale al cuarenta y uno punto
cuarenta y seis por ciento anual, equivalente al tres punto cuarenta y
cinco por ciento mensual, por tanto, dado que dicha tasa de interés no
resulta notoriamente excesiva en relación a los parámetros antes señalados, la suscrita, a fin de respetar, proteger y garantizar los derechos
humanos de las partes que se encuentran contenidos en nuestra Constitución Política, como en los tratados internacionales de los que el Estado mexicano es parte, adecuándose al contenido constitucionalmente
válido, y adoptando la interpretación más favorable al derecho humano
Materia Mercantil
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Dirección de Anales de Jurisprudencia y Publicaciones
de propiedad, encuentra procedente condenar a la parte demandada al
pago del interés moratorio a razón del cuarenta y uno punto cuarenta
y seis por ciento anual, equivalente al tres punto cuarenta y cinco por
ciento mensual, sobre la suerte principal.
Ahora bien, siguiendo con ese orden de ideas, para poder determinar
si el pago realizado por la parte demandada debe considerarse en primer lugar a cuenta de intereses moratorios por orden de vencimiento
y en caso de existir remanente a cuenta de capital, resulta necesario
determinar el interés moratorio que se había causado hasta la fecha del
pago, en tal razón, debemos considerar que de acuerdo con el artículo
362 del Código de Comercio, los intereses moratorios se causan desde el
día siguiente a la fecha de vencimiento del documento; por tanto, toda
vez que los títulos de crédito se rigen por el principio de literalidad que
se encuentra contenido en el artículo 5o. de la Ley General de Títulos y
Operaciones de Crédito, que implica que el universo de obligaciones y
derechos creado con la expedición de un título, no puede ni debe tener
otra interpretación que la realizada respecto de lo que esté contenido
de manera escrita en el documento; y que en el pagaré exhibido como
base de acción se estableció como fecha de vencimiento el trece de octubre del año dos mil trece, en consecuencia, se tiene que los intereses
moratorios comienzan a causarse a partir del catorce del octubre de dos
mil trece, por lo que, hasta el catorce de agosto del año dos mil catorce,
transcurrieron un total de diez meses, un día, de mora; ahora bien, al
aplicar el cuarenta y uno punto cuarenta y seis por ciento, a la cantidad
de tres mil pesos con cero centavos, obtenemos un interés moratorio
anual de un mil doscientos cuarenta y tres pesos con ochenta centavos.
Siguiendo con ese orden de ideas, a fin de obtener el interés moratorio mensual, debemos dividir entre doce el interés anual, lo que nos
da la cantidad de ciento tres pesos con sesenta y cinco centavos, suma
que al ser multiplicada por diez meses de mora, nos da la cantidad
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Materia Mercantil
Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal
de un mil treinta y seis pesos con cincuenta centavos; en ese mismo
orden de ideas, debemos señalar que, para obtener el interés diario,
debemos dividir entre treinta el interés mensual, lo que nos arroja
la cantidad de tres pesos con cuarenta y cinco centavos; finalmente,
al sumar los últimos dos resultados, obtenemos un total de un mil
treinta y nueve pesos con noventa y cinco centavos, por concepto de
intereses moratorios causados desde el catorce de octubre de dos mil
trece hasta el catorce de agosto del año dos mil catorce, sin embargo,
al aplicar la cantidad de tres mil pesos con cero centavos, al pago de
los mismos, tenemos que dichos intereses moratorios se encuentran
totalmente cubiertos, existiendo un sobrante igual a la cantidad de
un mil novecientos sesenta pesos con cero cinco centavos, cantidad
que al ser aplicada a la suerte principal, nos arroja un total de un mil
treinta y nueve pesos con noventa y cinco centavos, por concepto de
capital adeudado; por tanto, toda vez que la parte demandada adeuda una cantidad cierta, líquida y exigible, en consecuencia, se deberá
condenar a la parte demandada a pagar a la parte actora o a quien sus
derechos represente, la cantidad de $1,039.95 (un mil treinta y nueve pesos 95/100 M.N.), por concepto de suerte principal adeudada
al veintidós de diciembre del año dos mil diez, lo que deberá hacer
dentro del término de cinco días, contados a partir de que la presente
resolución sea legalmente ejecutable, apercibida que en caso contrario, se procederá al trance y remate de los bienes embargados y con su
producto se hará pago a la parte actora en juicio.
IV. No resulta del todo óbice para lo anterior, el que la parte demandada haya opuesto de su parte la excepción de pago, ya que, tal como
se estableció en el considerando inmediato anterior, la misma resultó
parcialmente procedente. Por lo que hace a la excepción de sine actione
agis, es de tomar en consideración, que la misma no resulta propiamente
una excepción, sino consiste en revertir la carga probatoria a su contraMateria Mercantil
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Dirección de Anales de Jurisprudencia y Publicaciones
ria, y en el caso que nos ocupa, la parte actora en juicio cumplió con
su carga probatoria, ya que exhibió como documento base de acción,
un título de crédito de los denominados pagaré, que resulta ser una
prueba preconstituida a su favor, por lo que, en este caso correspondía a la parte demandada desvirtuar la presunción legal que obra a
favor de su contraria, en términos de lo establecido en el artículo 1196
de Código de Comercio, lo que sucedió parcialmente en la especie tal
como quedó asentado en el considerando anterior. Por lo que hace a las
excepciones personales que se advierten de los hechos que conforman
el escrito de contestación de demanda, que la enjuiciada hace consistir
en que el documento no lo suscribió a favor de la persona que le demanda, ni a quien le endosó el pagaré, alegando que fue al señor JUAN
JOSÉ; y que le hizo entrega de la cantidad de tres mil pesos con cero
centavos, al señor de nombre ANACLETO, quien se lo iba a entregar
al señor JOSÉ, quien es la persona a la que le firmó en blanco el pagaré
base de acción, resulta pertinente señalar que si bien es cierto, que las
mismas resultarían ser de las personales que tendría el demandado en
contra del beneficiario original, también resulta cierto que del análisis
al endoso en propiedad que obra al reverso del pagaré exhibido como
base de acción, realizado por el beneficiario original, a favor de RAÚL,
ciertamente se puede advertir, que dicho endoso fue realizado con fecha doce de abril del año dos mil catorce, esto es, posteriormente a la
fecha de vencimiento del título, por tanto, toda vez que el artículo 37
de la Ley General de Títulos y Operaciones de Crédito, dispone que el
endoso posterior al vencimiento de un título de crédito surte efectos de
sesión ordinaria; que en términos de lo previsto por el artículo 27 de
la legislación citada, dicha circunstancia tiene el efecto de subrogar al
adquirente en todos los derechos que el título le confiere y lo sujeta a
todas las excepciones personales que el obligado habría podido oponer
al autor de la transmisión antes de ésta; en consecuencia, en el caso que
71
Materia Mercantil
Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal
nos ocupa, resultan oponibles las excepciones en estudio; sin embargo, es de tomar en consideración que las mismas resultan infundadas,
ya que, de acuerdo con lo dispuesto en el artículo 1194 del Código de
Comercio, el que afirma se encuentra obligado a probar, por lo que, el
actor debe probar su acción y el demandado sus excepciones, sin embargo, durante la secuela procesal, la parte demandada se abstuvo de
ofrecer elemento de prueba suficientemente eficiente a fin de acreditar
su aseveración, por lo que, al no haber cumplido con la carga probatoria
impuesta por el artículo 1194 previamente citado, se reitera infundada
la excepción en estudio.
V. Por cuanto hace al interés moratorio reclamado por la parte actora
en juicio, es de tomar en consideración, que tal como se estableció en el
considerando tercero anterior, el interés moratorio convenido por las
partes a razón del diez por ciento mensual, equivalente al ciento veinte
por ciento anual, resulta ser notoriamente excesivo, por lo que, la parte
demandada no se encuentra obligada a cubrir los intereses convencionales; sin embargo, dado que las partes estuvieron de acuerdo en que
se cobraran intereses moratorios que, además, es una característica de
las relaciones mercantiles el poder obtener una ganancia sobre el dinero y que, en el considerando tercero de la presente resolución, se determinó que de entre los porcentajes antes mencionados, la tasa media
de interés equivale al cuarenta y uno punto cuarenta y seis por ciento
anual, equivalente al tres punto cuarenta y cinco por ciento mensual,
no resulta notoriamente excesiva en relación a los parámetros antes señalados, en consecuencia, la suscrita encuentra procedente condenar a
la parte demandada, al pago del interés moratorio a razón del cuarenta
y uno punto cuarenta y seis por ciento anual, equivalente al tres punto
cuarenta y cinco por ciento mensual, sobre la suerte principal, causado
a partir del quince de agosto del año dos mil catorce, y hasta el momento de realizar el pago total del capital, esto de conformidad a lo estableMateria Mercantil
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Dirección de Anales de Jurisprudencia y Publicaciones
cido en el artículo 362 del Código de Comercio, así como los artículos
5o. y 174, párrafo segundo, de la Ley General de Títulos y Operaciones
de Crédito, cantidad que será liquidada y cuantificada en ejecución de
sentencia, según lo dispone el artículo 1348 del Código de Comercio.
VI. Por encontrarse el presente asunto dentro de los supuestos previstos en la fracción III del artículo 1084 del Código de Comercio, se
condena a la parte demandada al pago de los gastos y costas generados
por el presente juicio, por lo que los mismos deberán ser cuantificados
en ejecución de sentencia, de conformidad a lo dispuesto por el artículo
1348 del Código de Comercio.
Por lo anteriormente fundado y motivado, con apoyo en los artículos
1321 y 1322 del Código de Comercio, es de resolverse y se
RESUELVE:
PRIMERO. Ha sido procedente el juicio ejecutivo mercantil intentado por la actora, en donde la misma acreditó parcialmente los hechos
constitutivos de sus pretensiones y la demandada acreditó parcialmente sus excepciones, en consecuencia;
SEGUNDO. Se condena a la parte demandada MARÍA DE LOS ÁNGELES, a pagar a la parte actora o a quien sus derechos represente la
cantidad de $1,039.95 (un mil treinta y nueve pesos 95/100 M. N.), por
concepto de suerte principal, lo que deberá hacer dentro del término de
cinco días, contados a partir de que la presente resolución sea legalmente ejecutable, apercibida que en caso contrario, se ordenará el trance y
remate de los bienes embargados y con su producto se hará pago a la
parte actora, en términos de lo establecido en el considerando tercero
de esta resolución.
TERCERO. Se condena a la parte demandada a pagar a la parte actora o a quien sus derechos represente, el interés moratorio a razón del
cuarenta y uno punto cuarenta y seis por ciento anual, equivalente al
73
Materia Mercantil
Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal
tres punto cuarenta y cinco por ciento mensual, sobre la suerte principal, contado a partir del quince de octubre de dos mil catorce, y hasta
la solución total del adeudo, de conformidad a lo establecido en los
considerandos tercero y quinto de la presente resolución.
CUARTO. Se condena a la parte demandada al pago de los gastos
y costas causados por el presente juicio, en términos del considerando
sexto de esta resolución.
QUINTO. Notifíquese y cúmplase.
Así, definitivamente juzgando lo resolvió y firma la C. Juez Vigésimo de lo Civil de Cuantía Menor, licenciada María Teresa Rincón Anaya, ante la C. Secretaria de Acuerdos, licenciada Carmen Rocío Castillo
Hernández, con quien actúa, autoriza y da fe.
Materia Mercantil
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Materia Familiar
Tercera Sala Familiar
Magistrados
Adriana Canales Pérez, Manuel Díaz infante y José
Cruz Estrada
Ponente
Mgda. Adriana Canales Pérez
Recurso de apelación interpuesto por su propio derecho, en calidad
de actora incidental, en contra de la sentencia interlocutoria del incidente de aprobación de convenio y contrapropuesta de convenio,
derivado del juicio divorcio sin causa.
SUMARIO: SOCIEDAD CONYUGAL, LIQUIDACIÓN DE. LAS REGALÍAS QUE SE OBTIENEN DE LA COMERCIALIZACIÓN DE UNA OBRA
LITERARIA SÍ SON SUSCEPTIBLES DE EMBARGO Y, POR TANTO, DE
FORMAR PARTE DE UNA SOCIEDAD CONYUGAL. Las regalías que se obtienen de la comercialización de una obra literaria sí son susceptibles de embargo y, por tanto, de formar parte de una sociedad conyugal, conforme a lo
dispuesto por los artículos 26 bis y 41 de la Ley Federal de Derechos de Autor
en relación con los numerales 182 Bis, 182 Ter y 182 Quáter del Código Civil
para el Distrito Federal, ya que coforme al numeral citado en primer término,
constituyen un incentivo económico de carácter irrenunciable, garantizado
y previsto por el Estado en favor del autor de la obra o su causahabiente, que
Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal
está compuesto de un determinado porcentaje a cargo de quien comunica o
transmite públicamente la obra por cualquier medio, en tanto que el segundo de los preceptos de la Ley Federal señala que los frutos y productos que
se deriven del ejercicio de un derecho patrimonial, sí son embargables; luego
entonces, las regalías no pertenecen exclusivamente al autor de la obra, por
lo que sí forman parte de la sociedad conyugal establecida por los consortes.
México, Distrito Federal, treinta y uno de enero de dos mil catorce.
Vistos los autos del toca número **/2014, para resolver el recurso de
apelación interpuesto por TANIA, por su propio derecho, en su calidad
de actora incidental, en contra de la sentencia interlocutoria de fecha
dieciocho de octubre de dos mil trece, dictada por el C. Juez Primero
de lo Familiar en el Distrito Federal, maestro Teófilo Abdo Kuri, en el
incidente de aprobación de convenio y contrapropuesta de convenio,
derivado del juicio divorcio sin causa, promovido por TANIA, en contra de FRANCISCO, expediente ***/2011; y
RESULTANDO:
1. La sentencia interlocutoria, materia del presente recurso de apelación, en sus puntos resolutivos, es del tenor literal siguiente:
Primero. Ha sido procedente la vía incidental; en consecuencia.
Segundo. Sin lugar a liquidar la sociedad conyugal habida entre las partes, en virtud de no existir bienes afectos a la misma.
Tercero. Se dejan sin efecto las medidas provisionales decretadas durante la tramitación del presente asunto.
Cuarto. Una vez que la presente resolución cause estado, se ordena girar
atento oficio al C. Representante legal de la institución de crédito denominada Banco Nacional de México, S.A. “BANAMEX”, para que se sirva
descongelar las cuentas bancarias a nombre del señor FRANCISCO.
Materia Familiar
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Quinto. Guárdese en el legajo de sentencias de este juzgado, copia autorizada de la presente resolución.
Sexto. Notifíquese.
2. Inconforme con dicha resolución, TANIA, en su calidad de actora incidental, interpuso en su contra recurso de apelación, y expresó
su inconformidad ante el Juez de Primera Instancia, quien admitió el
recurso de tramitación inmediata en el efecto devolutivo y remitió las
constancias necesarias junto con el escrito de agravios y su contestación, a esta Sala, quien confirmó la calificación de grado hecha valer por
el juzgador, y turnó el toca a esta ponencia para dictar la resolución que
hoy se pronuncia; y
CONSIDERANDO:
I. Los agravios expuestos por la apelante corren agregados a fojas
once a veinticuatro del presente toca, mismos que se tienen aquí por
reproducidos íntegramente, como si se insertasen a la letra en obvio de
innecesarias repeticiones.
II. La apelante en sus agravios señala, esencialmente:
Que se viola en su perjuicio lo dispuesto en el artículo 81 del Código de Pro-
cedimientos Civiles para el Distrito Federal, porque la resolución que se combate
resulta a todas luces obscura, imprecisa e incongruente con la demanda y contes-
tación y demás pretensiones deducidas oportunamente en el juicio, absteniéndose
de resolver sobre todo lo que las partes pidieron.
Que también se violó el principio de exhaustividad de las resoluciones, ya que
el juez se abstuvo de entrar al estudio de la acción a la luz de las pruebas ofrecidas,
con franca violación a los artículos 402, 403, 327, fracción VIII, del Código de Procedimientos Civiles para el Distrito Federal y, en consecuencia, realizó una inexacta
apreciación de los elementos constitutivos de la acción al abstenerse de entrar al
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Materia Familiar
Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal
estudio de las pruebas ofrecidas por la apelante, ya que jamás solicitó al juez que
determinara el alcance y transmisibilidad de la obra del demandado incidentista,
sino los frutos provenientes de la misma citando incluso el juzgador la Ley Federal
de los Derechos de Autor, y es el caso que dicha ley establece en su artículo 41 lo
siguiente: “Artículo 41. Los derechos patrimoniales no son embargables ni pig-
norables aunque pueden ser objeto de embargo o prenda los frutos y productos
que se deriven de su ejercicio” y del contrato de edición por obra con el señor
FRANCISCO se desprende que fue celebrado en fecha 7 siete de julio del año dos
mil diez, esto es, durante la vigencia del matrimonio, pues las partes contrajeron
nupcias el día veintinueve de octubre de dos mil nueve, y según consta en autos,
el demandado precisa en su contestación de la demanda principal, así como en
sus generales en la audiencia de fecha 26 de septiembre del año dos mil trece, que
su ocupación y negocio principal es como escritor, por lo cual percibe un ingreso,
siendo éste su modo de vida.
De ahí que, la comercialización de la obra genera activos a la sociedad conyu-
gal. Empero, el juez concluyó que la obra escrita denominada TN, cuyo autor es el
demandado FRANCISCO, no forma parte de la sociedad conyugal, porque dicha
obra literaria genera derechos a favor del autor que la Ley Federal de Derechos de
Autor, considera unidos a su persona, perpetuos, inalienables, imprescriptibles,
irrenunciables y sólo transmisibles por disposición testamentaria; en mérito de lo
anterior, únicamente dicha obra intelectual pertenece al señor FRANCISCO, así
como sus frutos y productos.
Que respecto a las cuentas bancarias, el demandado manifestó que las mismas
fueron aperturadas durante la vigencia del matrimonio, pero que los recursos
depositados en ellas son bienes y derechos que le corresponden por concepto de
aprovechamiento y venta de bienes propios anteriores al matrimonio, dicho que el
demandado no acreditó fehacientemente con documento idóneo.
Que el juzgador le causa agravio a la apelante, toda vez que no le solicitó al juez
que determinara el alcance y transmisibilidad de la obra del demandado inciden-
tista, sino los frutos provenientes de la misma, como lo establece el artículo 41 de la
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Ley Federal de Derechos de Autor, ya que éstos representan haberes de la sociedad
conyugal, específicamente los activos que genera la comercialización de la obra,
aunado a que el contrato de edición por obra, que celebró el demandado incidentista y la editorial Planeta, lo hizo durante la vigencia del matrimonio.
Los motivos de inconformidad hechos valer por la recurrente resultan en parte infundados y en parte fundados y suficientes para modificar en su parte conducente la sentencia interlocutoria recurrida.
Son infundados en tanto que resultó correcto que el juzgador analizara si la obra TN cuyo autor es el señor FRANCISCO, así como los
frutos generados por la misma formaban parte de la sociedad conyugal, ya que contrario a lo que aduce la inconforme, tanto el alcance y la
transmisibilidad de la obra antes referida, así como los frutos derivados
de la misma formaron parte de la litis del incidente que nos ocupa.
Lo anterior se afirma, ya que de las constancias que se tienen a la vista,
las cuales tienen pleno valor probatorio en términos de lo dispuesto por
el artículo 327, fracción VIII, del Código de Procedimientos Civiles para
el Distrito Federal, se advierte que tanto en la propuesta de convenio presentada por la recurrente el día nueve de marzo de dos mil once, junto
con el escrito de solicitud de divorcio, así como en el escrito presentado
el día cinco de septiembre de dos mil doce, que obra a foja 43 del cuaderno de constancias del incidente que nos ocupa, en el que la recurrente
expuso su postura respecto del convenio de divorcio presentado en el
juicio principal, la señora TANIA inventarió como parte de la sociedad
conyugal la obra escrita por su contrario denominada TN, y solicitó tanto
el pago del 50% de las regalías que genera dicha obra, como el pago de
derechos de autor que se le efectúan a su contrario, por lo que es claro
que en la sentencia interlocutoria del incidente que nos ocupa el juez del
conocimiento sí tenía que pronunciarse, como lo hizo, sobre el alcance y
transmisibilidad de la obra TN, que como lo refirió el juzgador, no forma
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Materia Familiar
Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal
parte de la sociedad conyugal, toda vez que la obra intelectual genera
derechos a favor del autor, que se consideran unidos a su persona, perpetuos, inalienables, imprescriptibles, irrenunciables y sólo transmisibles
por disposición testamentaria; de ahí que se estime que no se transgredió
en perjuicio de la recurrente el contenido del artículo 81 del Código de
Procedimientos Civiles para el Distrito Federal.
Por otro lado, lo fundado de los motivos de inconformidad que se
analizan, radica en que las regalías que se obtienen de la comercialización de una obra literaria sí son susceptibles de embargo, y, por tanto,
de formar parte de una sociedad conyugal, como lo refiere la inconforme, ya que éstas constituyen un derecho económico o patrimonial, que
permite al autor o al titular derivado, obtener recompensas económicas
por la utilización de la obra por terceros, ya que conforme a lo dispuesto por el artículo 26 bis de la Ley Federal de Derechos de Autor, las
regalías constituyen un incentivo económico de carácter irrenunciable,
garantizado y previsto por el Estado en favor del autor de la obra o su
causahabiente, que está constituido por un determinado porcentaje a
cargo de quien comunica o transmite públicamente la obra por cualquier medio; y el artículo 41 de la Ley Federal de Derechos de Autor,
establece que los frutos y productos que se deriven del ejercicio de un
derecho patrimonial, sí son embargables, por lo que se colige que contrario a lo que aduce el juzgador, las regalías no pertenecen exclusivamente al autor de la obra, que en este caso es el apelado.
En esa tesitura, este Cuerpo Colegiado, con plenitud de jurisdicción
y en desagravio de la apelante, procede a analizar si en el caso concreto,
las regalías generadas por la comercialización de la obra TN forman o
no parte de la sociedad conyugal, lo cual se hace al tenor de los siguientes razonamientos:
Los artículos 182 Bis, 182 Ter, y 182 Quáter del Código Civil para el
Distrito Federal, establecen lo siguiente:
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Artículo 182 Bis. Cuando habiendo contraído matrimonio bajo el régimen de
sociedad conyugal, falten las capitulaciones matrimoniales o haya omisión o imprecisión en ellas, se aplicará, en lo conducente, lo dispuesto por este Capítulo.
Artículo 182 Ter. Mientras no se pruebe, en los términos establecidos por este
Código, que los bienes y utilidades obtenidos por alguno de los cónyuges perte-
necen sólo a uno de ellos, se presume que forman parte de la sociedad conyugal.
Artículo 182 Quáter. Salvo pacto en contrario, que conste en las capitulaciones
matrimoniales, los bienes y utilidades a que se refiere el artículo anterior, corres-
ponden por partes iguales a ambos cónyuges.
De dichos preceptos se tiene que en los matrimonios contraídos bajo
el régimen de sociedad conyugal, se presume que los bienes adquiridos
por los cónyuges forman parte de dicha sociedad mientras no se pruebe
que los bienes pertenezcan sólo a uno de ellos, y que cuando falten las
capitulaciones matrimoniales o hubiere omisión en ellas, se aplicarán
las reglas del propio Código.
En el caso concreto, tenemos que las partes omitieron exhibir las capitulaciones matrimoniales, por lo que la liquidación de la sociedad
conyugal se debe efectuar conforme a las reglas generales previstas en
el código sustantivo civil; en ese sentido, tenemos que al no haber quedado acreditado en autos que el producto del trabajo de los cónyuges
sea propio de cada uno de ellos, se entiende que el mismo forma parte
de la sociedad conyugal, y las regalías que se generaron durante el matrimonio por la comercialización de la obra TN, se consideran producto
del trabajo del apelado, ya que conforme a lo dispuesto por el artículo
26 bis de la Ley Federal del Derecho de Autor, constituyen una remuneración por el incentivo de su trabajo, como también lo ha reconocido la
autoridad federal en la jurisprudencia que a continuación se transcribe:
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Materia Familiar
Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal
Derecho
a percibir regalías por la comunicación o transmisión pública de una
obra, contenido en el artículo 26 bis de la ley federal del derecho de autor. Su concepto.
Existen dos tipos de derechos dentro de la materia autoral: los morales, que
permiten al autor realizar ciertas acciones para conservar el vínculo personal con
su obra, y los de contenido económico o patrimoniales (lato sensu), que permiten al
autor o al titular derivado obtener recompensas económicas por la utilización de la
obra por terceros; asimismo, estos últimos pueden clasificarse en dos subtipos: 1)
derechos de explotación o patrimoniales (en estricto sentido), y 2) otros derechos,
dentro de los que se encuentran los de simple remuneración, como el de regalías,
previsto en el artículo 26 bis de la Ley Federal del Derecho de Autor, el cual constituye un incentivo económico de carácter irrenunciable, garantizado y previsto por
el Estado en favor del autor de la obra o su causahabiente, que está constituido por
un determinado porcentaje a cargo de quien comunica o transmite públicamente
la obra por cualquier medio, de lo cual deriva que tal derecho sea distinto de las re-
galías mencionadas en los artículos 8o. y 9o. del Reglamento de la Ley Federal del
Derecho de Autor, que se refieren, por ejemplo, a contraprestaciones contractuales
que el adquirente del derecho de explotación paga al autor como parte del importe
de la transmisión de dicho derecho estipulado en el contrato respectivo.
Jurisprudencia. Novena Época. Pleno. Fuente: Semanario Judicial de la Federación
y su Gaceta, Tomo XXVI, diciembre de 2007, Tesis: P./J. 102/2007. Pág. 6. Registro:
170786.
En ese sentido, tenemos que las partes contrajeron matrimonio civil
bajo el régimen de sociedad conyugal el día veintinueve de octubre de
dos mil nueve, como se advierte del acta del registro civil que obra en
autos, y la recurrente acreditó con el informe rendido por la directora de
derechos de autor de editorial Planeta Mexicana, S. A. de C. V., visible
a foja 112 del cuaderno de constancias del juicio principal, que la citada
editorial celebró un contrato de edición por la obra TN con el autor
FRANCISCO, el día siete de julio de dos mil diez, y que en el contrato
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antes referido se estipuló que el autor recibirá un 10% de regalías sobre
el precio de venta al público por cada ejemplar vendido. Informe en el
que se señaló textualmente lo siguiente:
2. Le informo que editorial Planeta Mexicana, S.A. de C.V., tiene celebrado un
contrato de edición por la obra a que se refiere su señoría, TN, con el autor Francis-
co, de fecha 7 de julio de 2010, en el cual se estipula que recibirá un 10% de regalías
sobre el precio de venta al público por cada ejemplar vendido.
3. Se le dio un anticipo al autor, a cuenta de regalías, por $40,000.00 (cuarenta
mil pesos 00/100 M. N.), cantidad depositada el 21 de octubre de 2010.
4. El libro salió al mercado en el mes de septiembre de 2010 con un tiraje de
10,000 ejemplares, con un precio de venta al público de $198.00 (ciento noventa y
ocho pesos 00/100 M. N.) y conforme al contrato los ejemplares liquidables son
9,420 ejemplares.
5. A continuación le informo de las liquidaciones efectuadas:
Periodo
Ej. Vendidos
PVP
Importe
Regalías
2º semestre 2010
928
$198.00
$183,744.00
$18,374.40
El importe de los $18,374.40 (dieciocho mil trescientos setenta y cuatro pesos
40/100 M.N.) amortiza el importe pagado, quedando un saldo de $21,625.60 (veintiún mil seiscientos veinticinco pesos 60/100 M.N.) a favor de mi representada.
1er. semestre 2011
8,942
$198.00
$1´681,416.00
$168,141.60
Al importe de los $168,141.60 (ciento sesenta y ocho mil ciento cuarenta y un pe-
sos 60/100 M. N.) se le disminuye el saldo pendiente de amortizar por $21,625.60
(veintiún mil seiscientos veinticinco pesos 60/100 M. N.), quedando un saldo a
favor del autor por la cantidad de $146,516.00 (ciento cuarenta y seis mil quinientos
dieciséis pesos 00/100 M. N.) la cual no se le ha pagado por no presentar la documentación necesaria para tramitar el pago.
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A la fecha de hoy, se han realizado las siguientes reimpresiones:
1ª reimpresión
Diciembre 2010
3ª reimpresión
Julio de 2011
2ª reimpresión
Marzo de 2011
2,000 ejemplares
Liquidables 1,900
3,000 ejemplares
Liquidables 2,880
8,000 ejemplares
Liquidables 7,660
3,000 ejemplares
Liquidables 2,880
La liquidación correspondiente al segundo semestre de 2011 tiene fecha
límite de entrega hasta el 29 de febrero de 2012.
Conforme a su petición se emite la información para los fines legales
correspondientes…
Por lo que es claro que las regalías que se generaron durante la
vigencia del matrimonio y que no habían sido entregadas al autor de
la obra a la fecha en que se rindió el informe que se ha transcrito, esto
es, las regalías correspondientes al primer semestre de dos mil once,
por la cantidad de $146,516.00 (ciento cuarenta y seis mil quinientos
dieciséis pesos 00/100 M.N.), así como las que se generaron del primero de julio al quince de noviembre de dos mil once, fecha en que se
declaró disuelta la sociedad conyugal, sí deben liquidarse al 50% para
cada uno de los cónyuges como parte de la sociedad conyugal, ya
que se consideran producto del trabajo del apelado y como a la fecha
de la disolución de la sociedad conyugal no se le habían entregado
dichas cantidades al señor FRANCISCO, puede estimarse que dichas
cantidades fueron ahorradas por el apelado y que la recurrente fue
quien contribuyó durante ese tiempo para el sostenimiento del hogar,
ya que ella misma reconoció en su propuesta de convenio que no necesitaba alimentos porque tenía ingresos propios; además de que el
ahora apelado no acreditó con las pruebas ofrecidas de su parte que
durante el primer semestre de dos mil once, así como del primero de
julio al quince de noviembre de dos mil once, hubiere contribuido al
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sostenimiento del hogar, ya que la prueba confesional desahogada a
cargo de su contraria en nada le beneficia ya que no se formuló ninguna posición encaminada a acreditar dicha situación, y las testimoniales ofrecidas a cargo de BENJAMÍN, LUIS GUILLERMO, VÍCTOR
y JOSÉ LUIS tampoco le benefician, ya que no se formuló ninguna
pregunta encaminada a acreditar lo anterior.
Cabe señalar que la cantidad de $40,000.00 (cuarenta mil pesos
00/100 M. N.) que se le otorgó al señor FRANCISCO el día veintiuno
de octubre de dos mil diez, por concepto de anticipo de las regalías de
la obra TN, que se amortizaron con las regalías que se generaron durante el segundo semestre del año dos mil diez, así como de la cantidad
que se generó por concepto de regalías del primer semestre de dos mil
once, y a la que hace referencia el informe remitido por la directora
de derechos de autor de editorial Planeta Mexicana, S.A. de C.V., no
pueden considerarse como un activo dentro de la sociedad conyugal
ya que las mismas fueron entregadas al autor de la obra el día veintiuno de octubre de dos mil diez, durante la vigencia del matrimonio, y
no quedó demostrado que dicha cantidad hubiere sido ahorrada, por
lo que se presume que la cantidad antes referida fue utilizada para el
sostenimiento del hogar y para cubrir las necesidades vitales del ahora
apelado, ya que los alimentos son de urgente necesidad y de consumo
inmediato, por lo que se concluye que la cantidad arriba señalada fue
utilizada en beneficio de la sociedad conyugal.
Por otro lado, también asiste la razón a la inconforme al señalar que
el dinero que hay en las cuentas bancarias del demandado y que se
inventariaron en la propuesta de convenio de divorcio, forman parte
de la sociedad conyugal, ya que de las constancias de autos se advierte que el apelado, en audiencia de fecha veintiséis de septiembre
de dos mil trece, reconoció al desahogar la confesional a su cargo,
específicamente las posiciones marcadas con los números 8 y 9, que
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Materia Familiar
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dichas cuentas se aperturaron durante la vigencia del matrimonio, y
del informe presentado por el Banco Nacional de México, S.A., el día
veintisiete de abril de dos mil once, se advierte que a la fecha de su
presentación el contrato pagaré número 89*****022, contaba con un
saldo de $80,357.09 (ochenta mil trescientos cincuenta y siete pesos
09/100 M.N.) y que el contrato cuenta perfiles número 91*****85, contaba con un saldo de $72,214.36 (setenta y dos mil doscientos catorce
pesos 36/100 M.N.), cuentas que fueron congeladas como se advierte
del auto de fecha diez de agosto de dos mil once, y toda vez que la
sociedad conyugal se conforma por todos los activos y pasivos que se
hubieren adquirido durante la vigencia del matrimonio, y que en el
caso concreto, el señor FRANCISCO no acreditó las manifestaciones
vertidas dentro de su escrito de contestación a la solicitud de divorcio, en el sentido de que los bienes depositados en las cuentas antes
referidas fueran recursos obtenidos con anterioridad al matrimonio,
ya que la prueba confesional desahogada a cargo de la señora TANIA
en nada le beneficia, porque únicamente se calificó de legal la posición marcada con el número 15 que va encaminada a demostrar que
durante el tiempo en que el apelado escribió su obra TN, la apelante era reportera del periódico “La Prensa”, responsable de cubrir la
campaña de Rafael Acosta Ángeles; las testimoniales de BENJAMÍN,
LUIS GUILLERMO, VÍCTOR y JOSÉ LUIS tampoco van encaminadas
a acreditar lo antes señalado, como se observa de la audiencia de fecha veintiséis de septiembre de dos mil trece; las documentales tanto
públicas como privadas, exhibidas por el demandado marcadas con
los números 4 y 5 únicamente van encaminadas a acreditar su estado
de salud, específicamente que tiene inflamación de próstata; y el informe rendido por la Dirección General de Recursos Humanos de la
Asamblea Legislativa del Gobierno del Distrito Federal, se ofreció a
efecto de acreditar las posibilidades económicas de su contraria.
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Consecuentemente, el 50% (cincuenta por ciento) de los montos que
tenían las cuentas bancarias del apelante a la fecha en que se disolvió el
vínculo matrimonial deben ser liquidadas a favor de la recurrente.
Por las razones expuestas con anterioridad, y ante lo parcialmente
fundado y suficiente de los motivos de inconformidad que se analizan,
resulta procedente modificar en su parte conducente la sentencia interlocutoria recurrida, para el efecto de señalar que el 50% (cincuenta
por ciento) de las regalías que se generaron durante el primer semestre
de dos mil once, por la cantidad de $146,516.00 (ciento cuarenta y seis
mil quinientos dieciséis pesos 00/100 M.N.), así como el 50% (cincuenta
por ciento) de las que se generaron del primero de julio al quince de
noviembre de dos mil once, fecha en que se declaró disuelta la sociedad conyugal, y cantidad que deberá ser cuantificada en ejecución de
sentencia, y el 50% (cincuenta por ciento) de las cantidades de dinero que había en las cuentas pagaré número 89*****022 con un saldo de
$80,357.09 (ochenta mil trescientos cincuenta y siete pesos 09/100 M.N.)
y cuenta perfiles número 91*****85 con un saldo de $72,214.36 (setenta
y dos mil doscientos catorce pesos 36/100 M.N.), sí deben liquidarse al
50% (cincuenta por ciento) para cada uno de los cónyuges como parte
de la sociedad conyugal, modificación que deberá quedar en los términos del segundo resolutivo de este fallo.
III. Al no estar el presente caso dentro de alguno de los supuestos
establecidos en el artículo 140 del Código de Procedimientos Civiles
para el Distrito Federal, no se hace especial condena en costas por la
tramitación de la presente instancia.
Por lo expuesto y fundado, se
RESUELVE:
PRIMERO. Son parcialmente fundados y suficientes los motivos de
inconformidad expuestos por la apelante. En consecuencia:
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Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal
SEGUNDO. Se modifica en su parte conducente la sentencia interlocutoria, materia del presente recurso de apelación, la cual deberá quedar de la siguiente manera:
Primero. Ha sido procedente la vía incidental en la que la señora TANIA acredi-
tó parcialmente su pretensión, en consecuencia,
Segundo. Se declara parcialmente procedente la liquidación de la sociedad con-
yugal, la cual se efectúa respecto de los siguientes bienes: a) El 50% (cincuenta por
ciento) de las regalías que se generaron durante el primer semestre de dos mil
once, de la obra TN cuyo autor es el señor FRANCISCO, porcentaje que equivale
a la cantidad de $73,258.00 (setenta y tres mil doscientos cincuenta y ocho pesos
00/100 M.N.); b) El 50% (cincuenta por ciento) de las regalías que se generaron
entre el primero de julio y el quince de noviembre de dos mil once, fecha en que se
declaró disuelta la sociedad conyugal, de la obra TN, cuyo autor es el señor FRANCISCO, cantidad que habrá de cuantificarse en ejecución de sentencia, dado que
en autos no obra el monto exacto que se generó por concepto de regalías en dicho
periodo; c) El 50% (cincuenta por ciento) de la cantidad de dinero existente en la
cuenta pagaré número 89*****022, aperturada en Banco Nacional de México, S.A.,
porcentaje que equivale a la cantidad de $40,178.54 (cuarenta mil ciento setenta y
ocho pesos 54/100 M.N.); y d) El 50% (cincuenta por ciento) de la cantidad de dinero existente en la cuenta perfiles número 91*****85, aperturada en Banco Nacional
de México, S.A., porcentaje que equivale a la cantidad de $36,107.18 (treinta y seis
mil ciento siete pesos 18/100 M.N.).
Tercero. A efecto de dar cumplimiento al inciso a) del resolutivo segundo de
este fallo, se ordena poner a disposición de la señora TANIA el billete de depósito
número V000105, por la cantidad de $73,258.00 (setenta y tres mil doscientos cincuenta y ocho pesos 00/100 M.N.) exhibido por la directora de derechos de autor
de la editorial Planeta Mexicana, S.A. de C.V., previo recibo que se entregue a favor
de “EDITORIAL PLANETA MEXICANA, S.A. de C.V.”.
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Dirección de Anales de Jurisprudencia y Publicaciones
Cuarto. A efecto de dar cumplimiento al inciso b) del resolutivo segundo de este
fallo, en ejecución de sentencia, requiérase mediante oficio a la directora de dere-
chos de autor de la editorial Planeta Mexicana S.A. de C.V., para que en el término
de cinco días informe cuál fue el monto que se generó por concepto de regalías de la
obra TN, durante el periodo comprendido entre el primero de julio y el quince de
noviembre de dos mil once, fecha en que se declaró disuelta la sociedad conyugal,
en virtud de que el billete de depósito que exhibió corresponde al segundo semestre de dos mil once, es decir, comprende un periodo mayor al establecido, apercibido que de no hacerlo se le impondrá una medida de apremio consistente en una
multa por la cantidad de $5,000.00 (cinco mil pesos 00/100 M.N.) por desacato a
un mandato judicial, con fundamento en lo dispuesto en el artículo 73 del Código
de Procedimientos Civiles para el Distrito Federal.
Quinto. Gírese oficio al representante legal del Banco Nacional de México, S.A.,
a efecto de que una vez que cause ejecutoria la presente resolución se sirva descongelar la cuenta pagaré número 89*****022, y la cuenta perfiles número 91*****85,
cuyo titular es el señor FRANCISCO; asimismo, para que en el término de cinco
días contados a partir de que cause ejecutoria esta resolución, consigne ante el
juzgado del conocimiento billetes de depósito por las cantidades referidas en los
incisos c) y d) del resolutivo anterior, a efecto de que las mismas sean puestas a
disposición de la señora TANIA previo recibo que obre en autos, apercibido que de
no hacerlo se le impondrá una medida de apremio consistente en una multa por
la cantidad de $5,000.00 (cinco mil pesos 00/100 M.N.) por desacato a un mandato
judicial, con fundamento en lo dispuesto en el artículo 73 del Código de Procedimientos Civiles para el Distrito Federal.
Sexto. Se dejan sin efecto las medidas provisionales decretadas durante la tra-
mitación del presente asunto.
Séptimo. No se hace especial condena en costas.
Octavo. Guárdese en el legajo de sentencias de este juzgado, copia autorizada
de la presente resolución.
Noveno. Notifíquese.
91
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Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal
TERCERO. No ha lugar a hacer especial condena en costas en esta
instancia.
CUARTO. Notifíquese y remítase testimonio debidamente autorizado de la presente resolución al juzgado de origen y, en su oportunidad,
archívese el presente toca como asunto concluido.
Así, por unanimidad de votos, lo resolvieron y firman los CC. Magistrados integrantes de la Tercera Sala Familiar del H. Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal, en términos de lo dispuesto por el
artículo 45 de la Ley Orgánica de este Tribunal, ante el C. Secretario de
Acuerdos, quien autoriza y da fe.
Materia Familiar
92
Juzgado Primero de Proceso Oral Familiar
Juez
Sergio Fidel Flores Muñoz
Sentencia definitiva dictada en el juicio oral familiar, de rectificación
de acta.
SUMARIO: RECTIFICACIÓN DE ACTA. PROCEDENCIA DE LA ENMIENDA DEL NOMBRE Y APELLIDOS BAJO EL ESQUEMA DE PROTECCIÓN
DE DERECHOS HUMANOS. A la luz del nuevo paradigma de protección
de los derechos humanos establecido en el artículo 1o. de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y con base en el principio pro persona –el cual obliga a la autoridad a realizar una interpretación de la norma
en la forma que resulte más favorable y más extensiva de sus derechos–, se
debe estimar que la fracción II del artículo 135 del Código Civil y los alcances
del derecho al nombre deben interpretarse en el sentido de que es posible
enmendar este dato esencial, determinante de la personalidad de un ser humano, para adecuarlo a la realidad, social y jurídica, en la que una persona
se desenvuelve no sólo por su uso constante, sino para que exista una concordancia en las diferentes dimensiones que integran esa realidad, como puede
ser la social, familiar o psicológica, pues el derecho al nombre está íntimamente vinculado al derecho a la identidad, así como al derecho a la integridad personal en sus partes psíquica y moral. Las anteriores son prerrogativas contempladas tanto en el artículo 29 de nuestra Carta Magna, como en
Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal
los numerales 5 y 18 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos,
“Pacto de San José de Costa Rica”, de la que México es parte; máxime que
el nombre no es propiamente elegido por la persona que lo ha de ostentar
sino que depende de la voluntad de quienes la registran, en el caso del nombre propio, y sirve para distinguir a los integrantes de una misma familia.
Por otra parte, los apellidos hacen referencia a la familia a la que pertenecen.
México, Distrito Federal, veintinueve de abril de dos mil quince.
Vistos, para resolver en definitiva los autos del juicio oral familiar de
rectificación de acta, promovido por G. M. B. en contra del DIRECTOR
DEL REGISTRO CIVIL DEL DISTRITO FEDERAL, expediente número
117/2014; y
CONSIDERANDO:
Vía, Competencia, Personalidad y Legitimación. Con el atestado de
nacimiento exhibido por la actora B. G. M. y la copia certificada del
nombramiento del DIRECTOR DEL REGISTRO CIVIL DEL DISTRITO
FEDERAL que se anexó a la contestación de demanda, documentos públicos de pleno valor probatorio atentos a lo dispuesto en los artículos
327 y 403 del Código de Procedimientos Civiles, se justificaron los presupuestos procesales –esto es, las condiciones para que se pueda integrar
y desenvolver la relación jurídica procesal–, ello de conformidad con los
numerales 143, 156 fracción IV y 159 en relación con los preceptos 24 y
1019 todos del código procesal en cita, así como artículo 63 Bis de la Ley
Orgánica del Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal.
Hechos materia de la solicitud. En esencia, B. G. M. alega que le ocasiona problemas psicológicos llevar el apellido G. porque viene de una
persona que no mostró interés en ella, que la familia M., fue quien la
acogió y la rescató del abandono paterno por lo que desea llevar ese
apellido.
Materia Familiar
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Dirección de Anales de Jurisprudencia y Publicaciones
Por su parte, el DIRECTOR DEL REGISTRO CIVIL DEL DISTRITO
FEDERAL manifestó su oposición con la acción intentada, dejando la
carga de la prueba a la actora.
Derecho aplicable. De conformidad con el artículo 135, fracción II,
del Código Civil para el Distrito Federal, un atestado del Registro Civil
puede ser rectificado cuando se solicite modificar un nombre u otro dato
esencial que afecte el estado civil, la filiación, la nacionalidad, el sexo y
la identidad de la persona y si bien dicho precepto es omiso en prescribir las causas por las cuales puede solicitarse la enmienda, así como los
requisitos de procedencia en cada uno de los casos, tales elementos han
sido establecidos en la jurisprudencia a través de numerosas tesis.
En ese orden, la rectificación del nombre u otro dato esencial puede
solicitarse sea: a) porque existió error al momento de hacer la anotación
respectiva, supuesto que debe demostrarse con elementos probatorios
que sean anteriores al error alegado; b) o bien, porque es necesario ajustar el atestado del Registro Civil a la verdadera realidad social y jurídica
del promovente, en cuyo caso, de acuerdo con los criterios interpretativos imperantes, debe demostrarse en juicio el uso constante del nombre
o dato que se pretende asentar, en diversos actos tanto públicos como
privados y durante diferentes periodos de vida, de modo que no se
trate de un simple capricho, sino por el contrario, se evidencie una verdadera necesidad de hacer la modificación, con la finalidad de que no
exista duda sobre la identidad de la persona.
No obstante lo anterior, a la luz del nuevo paradigma de protección
de los derechos humanos establecido en el artículo 1o. de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y con base en el principio pro persona, el cual obliga a esta autoridad a realizar una interpretación de la norma en la forma que resulte más favorable a la persona
y más extensiva de sus derechos, el suscrito estima que la fracción
II del artículo 135 y los alcances del derecho al nombre deben inter95
Materia Familiar
Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal
pretarse en el sentido de que es posible enmendar este dato esencial,
determinante de la personalidad de un ser humano, para adecuarlo
a la realidad, social y jurídica, en la que una persona se desenvuelve
no sólo por un uso constante, sino para que exista una concordancia
en las diferentes dimensiones que integran esa realidad como puede
ser la social, familiar o psicológica, pues el derecho al nombre está
íntimamente vinculado al derecho a la identidad, así como al derecho
a la integridad personal en sus partes psíquica y moral, prerrogativas
contempladas tanto en el artículo 29 de nuestra Carta Magna como
en los numerales 5 y 18 de la Convención Americana sobre Derechos
Humanos, “Pacto de San José de Costa Rica”, de la que México es parte; máxime que el nombre no es propiamente elegido por la persona
que lo ha de ostentar sino que depende de la voluntad de quienes la
registran en el caso del nombre propio –y que sirve para distinguir a
los integrantes de una misma familia– así como de las disposiciones
legales, como ocurre en el caso de los apellidos, los cuales hacen referencia a las familia a la que pertenecen.
Sirva de apoyo a lo anterior, el criterio interpretativo siguiente:
Derecho
humano al nombre.
Es
un elemento determinante de la identidad.
El
derecho humano al nombre a que se refiere el artículo 29 de la Constitución Política
de los Estados Unidos Mexicanos, tiene como fin fijar la identidad de una persona
en las relaciones sociales y ante el Estado, de suerte que la hace distinguible en el
entorno, es decir, es una derivación integral del derecho a la expresión de la individuali-
dad, por cuanto es un signo distintivo del individuo ante los demás, con el cual se identifica
y lo reconocen como distinto. Por tanto, si la identificación cumple con la función de
ser el nexo social de la identidad, siendo uno de sus elementos determinantes el
nombre, éste, al ser un derecho humano así reconocido es, además, inalienable e
imprescriptible, con independencia de la manera en que se establezca en las legislaciones particulares de cada Estado.
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Dirección de Anales de Jurisprudencia y Publicaciones
Décima Época, Primera Sala, Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, libro
VI, marzo de 2012, t. 1, tesis 1a. XXXII/2012 (10a.), registro 2000343.
Ahora bien, el hecho de que se considere la posibilidad de modificar el nombre para la sola adecuación de la realidad social y jurídica
de un individuo, en forma alguna puede implicar, en concepto del que
juzga, la posibilidad de establecer o modificar la filiación biológica o
jurídica –para eso existe una acción y juicio autónomo–, ni tampoco que
deba concederse en todos los casos, pues no puede dejarse de lado la
función identificadora del nombre, que es la de dar certeza y seguridad
jurídica en los actos que realizan las personas, y por ende, siempre ha
de verificarse que no se actúe de mala fe, no se atente contra la moral,
ni se defraude o se cause perjuicio a terceros. En soporte de lo anterior,
se cita la tesis jurisprudencial siguiente, cuyos criterios interpretativos
resultan aplicables:
Derecho
humano al nombre.
La
rectificación de los apellidos de una persona
no conlleva, en sí misma, la afectación de la filiación, si deja incólume el resto de
los datos que permitan conocerla (legislación del
Estado de Chiapas). La Primera
Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación ha sostenido el criterio de que el
derecho humano al nombre implica la prerrogativa de modificar tanto el nombre
propio como los apellidos, aspecto que puede estar regulado en la ley para evitar
que conlleve un cambio en el estado civil o la filiación, implique un actuar de mala
fe, se contraríe la moral o se busque defraudar a terceros. En concordancia con lo
anterior, el artículo 102, fracción III, del Código Civil para el Estado de Chiapas, al
establecer el derecho a rectificar el nombre, por enmienda “sin que esto implique
el reconocimiento de algún derecho sobre parentesco”, no establece más limitante
que la afectación de la filiación de la persona. Así, tal dispositivo no prohíbe, en
forma absoluta, la rectificación del nombre o los apellidos de una persona, sino que
la condiciona a que no altere su filiación. De esta forma, si la petición de modificación
97
Materia Familiar
Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal
de alguno de los apellidos asentados en el acta de nacimiento del interesado deja incólume
el resto de los datos que permiten conocer su filiación, como serían el nombre del padre,
la madre o los abuelos, no existe impedimento para la procedencia de la rectificación,
máxime cuando ésta pretenda adecuar la identificación jurídica a la realidad social
de la persona.
Décima Época, Tribunales Colegiados de Circuito, Semanario Judicial de la Fede-
ración y su Gaceta, libro XXIII, agosto de 2013, t. 3, pág. 1640, tesis XXVII.1o. (VIII
Región) 13 C (10a.), registro número 2004216.
Análisis de la procedencia de la acción. Del estudio, análisis y revisión de actuaciones, se desprende que la acción en estudio debe ser
analizada bajo la óptica de la hipótesis de rectificación de acta por adecuación a la realidad, no porque de la impetrante haya venido usando
el nombre que reclama a lo largo de su vida, sino por la falta de identificación de la actora con el apellido paterno G. y el sentido de pertenencia
al grupo familiar M. en razón de que fue ese grupo quien la acogió y la
rescató del abandono de su padre.
En ese orden, de acuerdo al artículo 281 del Código de Procedimientos Civiles para el Distrito Federal, correspondía a la demandante la carga de demostrar esa falta de identificación, por un lado, y
el sentido de pertenencia a un grupo familiar, por el otro, como circunstancias determinantes de su realidad actual que desde luego se
reflejan en el desarrollo de su personalidad y de su identidad y que se
expresan a través del uso del nombre, justificando así la modificación,
pues tal como lo determinó la Primera Sala de la Suprema Corte de
Justicia de la Nación en el amparo en revisión 259/2013, un apellido permite vincular a las personas como miembros de un determinado grupo familiar –ello con independencia de la filiación biológica
o jurídica y de las consecuencias legales que de éstas emanen– y “…
constituye un puente de unión con las obras, hechos y acciones de los
Materia Familiar
98
Dirección de Anales de Jurisprudencia y Publicaciones
demás integrantes del grupo familiar, sean éstas dignas de reconocimiento o de vergüenza…”
Carga procesal que a juicio del que resuelve, se encuentra plenamente satisfecha con la prueba pericial en materia de psicología desahogada en la contienda que se resuelve, a cargo de la perito María
Fernanda Villamil Aguilar, en cuyo dictamen recibido en este juzgado
el día ocho (8) de abril de dos mil quince (2015), concluyó, en lo conducente, que:
…La representación de su figura paterna o lo que se llama padre psicológico,
está establecida en el abuelo y lo percibe con una importante rigidez y poder. Es
una persona de suma importancia en su vida afectiva y su autoestima la depende
ampliamente del reconocimiento de dicha figura. Respecto del padre biológico ma-
nifiesta un abierto rechazo hacia dicha persona y a su vez se siente rechazada por
este (sic)…
… La C. G. M. B. tiene conflictos de importancia no resueltos con su padre bioló-
gico… conflicto que se asocia con la vinculación afectiva y el sentido de identidad y valía,
así como en su autoestima y autoeficacia… el cambio de nombre puede resultar
un aspecto favorable para la identidad y sentido de pertenencia de la C. G. M. B....
…existe daño psicológico… ha sido a consecuencia de de (sic) la alteración de
sus vínculos y relaciones de afecto primarias con el padre y la madre…”
Prueba a la que se le otorga pleno valor demostrativo al ser valorada
conforme a las reglas de la sana crítica, la lógica y la experiencia de
conformidad con los artículos 344 y 402 del Código de Procedimientos Civiles para el Distrito Federal, pues de su revisión se advierten
los métodos, pruebas, explicaciones y razonamientos pertinentes que
llevaron a la perito a emitir su conclusión y que generan en el suscrito
total convicción respecto a la credibilidad técnica del dictamen y por
ende, es válido concluir que la actora B. G. M. no está identificada con
99
Materia Familiar
Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal
su padre biológico y esa falta de identificación genera en ella conflictos
con relación a su identidad por el sentido de pertenencia desarrollado
con el grupo familiar M. máxime que ninguna de las partes objetó el
dictamen pericial que se analiza y que el peritaje fue rendido por un
especialista designado por un órgano auxiliar de la administración de
justicia perteneciente a este Tribunal Superior de Justicia del Distrito
Federal, es decir, por el Instituto de Ciencias Forenses, para cuyo ingreso se requiere, de conformidad con el artículo 112 de la Ley Orgánica
del Tribunal Superior de Justicia, entre otros requisitos, poseer título
profesional registrado ante las autoridades competentes, en los casos
en que el ejercicio de la especialidad así lo exija y acreditar antecedentes
científicos, laborales, docentes o profesionales que demuestren idoneidad en la materia, de modo que al momento no existe duda respecto a
la idoneidad, certificación y credibilidad de dicho perito. En apoyo a lo
anterior, se citan los criterios de jurisprudencia siguientes:
Peritos. El juez goza de la más amplia libertad para calificar el valor probatorio
de los dictámenes emitidos por aquéllos. El titular del órgano jurisdiccional es quien
tiene a su cargo la valoración de todas y cada una de las pruebas que obran en autos y por ende goza de la más amplia libertad para calificar la fuerza probatoria de
los dictámenes periciales y puede concederles el valor de prueba plena o negarles
eficacia probatoria, por considerar que están en desacuerdo con una interpretación
lógica o porque existan en autos otros elementos de convicción que unidos entre
sí conduzcan al juzgador a desestimar las opiniones emitidas en los dictámenes
periciales.
Registro No. 193509, Localización: Novena Época, Instancia: Tribunales Cole-
giados de Circuito, Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta X, agosto
de 1999, Página: 780, Tesis: I.8o.C.28 K.
Prueba
pericial.
Para
su eficacia probatoria no es indispensable que el perito
acompañe al dictamen la serie de exámenes o estudios respectivos.
Materia Familiar
100
La prueba pe-
Dirección de Anales de Jurisprudencia y Publicaciones
ricial tiene por objeto ilustrar al Juez cuando a fin de dilucidar los hechos con-
trovertidos se requiera de conocimientos especializados sobre una ciencia, arte,
industria u oficio, los cuales, por su naturaleza, escapen a dicho juzgador; de ahí
que el dictamen que al efecto se rinda será el medio a través del cual se proporcionarán al órgano jurisdiccional los elementos para establecer si la cuestión de-
batida o planteada en el litigio quedó o no acreditada, toda vez que es la opinión
del experto, quien a través de sus deducciones técnicas o de una declaración de
ciencia con base en el análisis de otras pruebas, proporciona al juzgador los cono-
cimientos especializados de que carece, necesarios para verificar los hechos, y le
informa sobre las reglas técnicas que existen al respecto. Es decir, el perito es un
órgano de prueba que no debe ser confundido con el objeto o la materia de ésta.
El objeto de la prueba, o sea, aquello que debe ser materia de la actividad probatoria, se constituye en el proceso por los hechos sobre los cuales verse el debate,
mientras que el perito es la persona por cuya actividad se adquiere precisamente
el conocimiento en relación con tales hechos. En ese sentido, no es indispensable
para que un dictamen sea susceptible de engendrar convicción, que el perito ex-
hiba materialmente los documentos justificativos de los estudios o análisis en que
se haya apoyado para emitir su opinión, pues no son el perito ni su juicio de valor
lo que constituye en el proceso el objeto o materia de la prueba; por el contrario,
el perito es la persona u órgano de prueba por cuya actividad se obtienen en el
procedimiento los conocimientos para determinar si el hecho controvertido por
las partes, materia de la prueba, está o no demostrado, siendo por ello incorrecto
condicionar la eficacia de un dictamen a que pruebe el perito que realizó la serie
de exámenes o estudios que afirme le llevaron a emitirlo, pues sería tanto como
pedir al testigo que además de exponer la razón de su dicho demostrase, a tra-
vés de otros medios de convicción, que efectivamente tenía conocimiento de los
hechos sobre los que depuso. Basta, pues, con que el perito mencione que llevó
a cabo los análisis que de acuerdo a la ciencia o técnica de que se trate consideró
necesarios, y así se desprenda de los fundamentos del dictamen o de la explicación que haga, para que se estime que los realizó; ello con independencia, desde
101
Materia Familiar
Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal
luego, de la apreciación que haga el juzgador sobre la fuerza de convicción de
tales fundamentos, que le conduzca a aceptarlos o rechazarlos.
Registro No. 160504, Localización: Décima Época, Instancia: Tribunales Cole-
giados de Circuito, Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta Libro III,
diciembre de 2011, Página: 3844, Tesis: I.8o.C.305 C (9a.).
A mayor abundamiento, se cuenta con la declaración de la actora,
quien señaló, en esencia, que no le gusta tener el apellido de una persona que no vio por ella, que la familia materna es quien la ha apoyado,
que ha acudido con diversos psicólogos y que le ha afectado emocionalmente; que no quiere tener el apellido de una persona que no la ha
apoyado en lo absoluto; que ella siente pertenecer a su abuelo, a su madre, quienes la han apoyado, que no se ha ostentado formalmente con
el apellido M. que sólo en aspectos informales como whatsapp pero no
oficiales; manifestaciones que son acordes entre sí y con lo señalado en
el escrito inicial, así como con lo expuesto en el peritaje antes valorado.
Medios de convicción que al ser valorados en lo individual y en su
conjunto en términos de los artículos 402 y 403 del Código de Procedimientos Civiles Distrital, adquieren pleno valor y eficacia probatorios
para justificar la necesidad de modificar el nombre de la actora B. G.
M. –para quedar con los apellidos M. M.– y así ajustar su atestado de
nacimiento como documento de identificación, a la realidad en la que
se desenvuelve, pues de ese modo se protegen, garantizan y actualizan
sus derechos a la identidad e integridad personal, así como al adecuado
desarrollo de su personalidad, sin que del estudio, análisis, revisión y
valoración de las constancias de autos que informan esta decisión judicial se desprenda elemento o indicio alguno que nos haga suponer que
se pretende modificar la filiación, ya que los datos relativos al progenitor quedarán incólumes, ni que se actúe de mala fe, se atente contra la
moral, o se pretenda defraudar o causar perjuicio a tercero, pues quedaMateria Familiar
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Dirección de Anales de Jurisprudencia y Publicaciones
rán subsistentes las situaciones jurídicas creadas y a salvo los derechos
de terceros.
Más aún, tal como o determinó la Primera Sala de la Suprema Corte
de Justicia en el amparo en revisión arriba referido, si adecuar el nombre de una persona a su realidad, lejos de atentar contra la seguridad
jurídica que propugna el principio de inmutabilidad del nombre, es
acorde con ella y a través de esa acción se busca dar una definición a
la individualización de la persona, entonces, debe concederse la rectificación. En consecuencia, resulta procedente la rectificación del acta de
nacimiento de B. G. M., por enmienda, para ajustar dicho atestado a la
realidad social y familiar con la que se identifica y se desarrolla la personalidad de la accionante. En apoyo a lo anterior, se cita el precedente
judicial siguiente:
Derecho a la identidad personal. El conocimiento del origen biológico de la per-
sona tiene trascendencia psicológica y jurídica para el individuo.
La identidad per-
sonal se construye a través de múltiples factores psíquicos y sociales; así, la imagen
propia de la persona se determina, en buena medida, por el conocimiento de sus
orígenes biológicos, los cuales son de gran trascendencia tanto desde el punto de
vista psicológico como jurídico. Por un lado, conocer las circunstancias relacionadas con el propio origen y con la identidad de los padres biológicos contribuye
al adecuado desarrollo de la personalidad y, por otro, en cuanto a lo jurídico, la
importancia de conocer el propio origen está ligada a las consecuencias legales que
dicha información puede generar.
Décima Época, Primera Sala, Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Libro
VI, marzo de 2012, t. 1, p. 273, tesis 1a. XLV/2012 (10a.), registro 2000340.
Por otro lado, con relación a su petición consistente en que se asiente
que la escritura correcta de su nombre, pues es con una letra H, después
de la letra “T”, es decir, B., el suscrito estima procedente la aclaración
103
Materia Familiar
Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal
solicitada por la actora, pues no obstante que la promovente se abstuvo
de ofrecer medio de prueba alguno en el momento procesal oportuno
y de acuerdo a las formalidades del procedimiento oral familiar para
acreditar una escritura correcta o incorrecta del nombre, se estima que
la información relativa a nombres propios de ciudades y/o países, es
de dominio público y por ende constituyen hechos notorios que pueden ser invocados por las partes sin necesidad de prueba; luego, si el
nombre de diversas ciudades es B., es decir, con una letra H después
de la letra “T”, como lo indica la actora, según se advierte de diversos sitios en Internet (medio de comunicación que ha sido considerado
por los tribunales federales como un sistema mundial de diseminación
y obtención de información en diversos ámbitos, de carácter oficial o
extraoficial); en consecuencia, ha de llevarse a cabo la aclaración correspondiente, ello cumplimiento a las obligaciones prescritas para esta
autoridad en el artículo 1o. de la Constitución Política de los Estados
Unidos Mexicanos, pues no debe olvidarse que en el caso concreto se
dilucidan cuestiones que inciden directamente en la protección y garantía de un derecho humano, al nombre, con referencia a los derechos de
identidad y desarrollo de la personalidad de la promovente.
En esa tesitura, deberá ordenarse al DIRECTOR DEL REGISTRO CIVIL DEL DISTRITO FEDERAL, que practique una anotación marginal
en el acta de nacimiento de B. G. M. con datos de registro: entidad …,
delegación …, juzgado …, acta …, año …, clase …, mediante la cual se
haga constar que el nombre que se autoriza, por uso de la registrada, es
el de B. M. M., sin que lo anterior implique la alteración de su filiación o
de las situaciones jurídicas creadas, quedando a salvo los derechos que
pudieran tener terceros.
Por lo expuesto y fundado, con apoyo en los artículos 79, fracción VI,
80, 81, 82, 87, 91 y 1057 del Código de Procedimientos Civiles para el
Distrito Federal, se
Materia Familiar
104
Dirección de Anales de Jurisprudencia y Publicaciones
RESUELVE:
PRIMERO. Fue procedente la vía elegida para este juicio, en el que
la actora B. G. M. acreditó los elementos constitutivos de su acción. En
consecuencia:
SEGUNDO. Se ordena al DIRECTOR DEL REGISTRO CIVIL DEL
DISTRITO FEDERAL que practique una anotación marginal en el acta
de nacimiento de B. G. M. con datos de registro: entidad …, delegación
…, juzgado …, acta …, año …, clase …, mediante la cual se haga constar que el nombre que se autoriza, por uso de la registrada, es el de B.
M. M., sin que lo anterior implique la alteración de su filiación o de las
situaciones jurídicas creadas, quedando a salvo los derechos que pudieran tener terceros.
TERCERO. Una vez que cause ejecutoria la presente resolución, gírese atento oficio al DIRECTOR DEL REGISTRO CIVIL DEL DISTRITO
FEDERAL para que dé cumplimiento a lo dispuesto por el artículo 138
del Código Civil para el Distrito Federal.
CUARTO. Con apoyo en lo dispuesto en el artículo 30 del Reglamento del Sistema Institucional de Archivos del Tribunal Superior de Justicia del Distrito federal, agréguese al legajo de sentencias de este órgano
jurisdiccional copia con firma autógrafa de este fallo.
QUINTO. Notifíquese.
Así, definitivamente juzgando, lo resolvió y firma el Juez Primero de
Proceso Oral Familiar en el Distrito Federal en unión de la Secretaria
Judicial “A”.
105
Materia Familiar
Juzgado Sexto de Proceso Oral
Familiar
Juez
Blanca Estela del Rosario Zamudio Valdés
Sentencia definitiva dictada en juicio de proceso oral en materia familiar, especial de levantamiento de acta por reasignación para la concordancia sexo-genérica.
SUMARIO: ACTA DE NACIMIENTO POR REASIGNACIÓN SEXO-GENÉRICA. AL ESTAR COMPROBADO EN JUICIO LA CALIDAD DE TRANSGÉNERO, EL ÓRGANO JUDICIAL DEBE DECRETAR EL LEVANTAMIENTO
DE UNA NUEVA ACTA PARA AJUSTARLA A LA REALIDAD SOCIAL. El
sexo, el género y la identidad de género son características que conforman
algunos de los aspectos más esenciales de la vida de una persona; entendiendo por sexo las características biológicas (genéticas, hormonales, anatómicas y
fisiológicas) a partir de las cuales las personas son clasificadas como hombre o
mujer; en cambio, el género se refiere a las características que social y culturalmente se consideran identificadas como “masculinas” y “femeninas”; y, por
identidad de género, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos establece que ésta debe entenderse como la identificación que tiene una persona de
sí misma y cuando no existe una convicción de identificarse dentro de la categorización masculino-femenino estamos ante la presencia de un “trans”. Por
Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal
otro lado, el papel del órgano jurisdiccional, a raíz de las reformas realizadas
a la Carta Magna en el año 2011, se circunscribe en promover, respetar, proteger y garantizar los derechos humanos de conformidad con los principios de
universalidad, interdependencia, indivisibilidad y progresividad, incluso se
extiende a la obligación de combatir la discriminación por motivos de orientación sexual e identidad de género. Ante ese panorama, si de actuaciones constan diversas documentales, dictámenes periciales y demás medios probatorios
con los que se acredita fehacientemente que el actor es una persona transgénero, pues ha vivido en forma permanente y de manera voluntaria en el rol
que corresponde al otro género, distinto del que le fue asignado al momento
de su nacimiento, existiendo así una discordancia sexo-genérica, se hace evidente la necesidad de ajustar su realidad social. Por ello deberá declararse
procedente la acción y ordenar el levantamiento de una nueva acta de nacimiento, en términos de lo dispuesto en los artículos 1o. y 4o. constitucionales,
en relación con el precepto 135 Bis del Código Civil para el Distrito Federal.
México, Distrito Federal, trece de febrero del año de dos mil quince.
Vistos, para resolver en forma definitiva los autos del juicio de proceso oral en materia familiar, especial de levantamiento de acta por reasignación para la concordancia sexo-genérica, promovido por ROSINA
CLAUDIA y VÍCTOR MANUEL, solicitada al C. DIRECTOR GENERAL
DEL REGISTRO CIVIL DEL DISTRITO FEDERAL, y con vista respectiva
a la Procuraduría de Justicia del Distrito Federal por conducto de la C.
Agente del Ministerio Público de la adscripción, expediente 0000/2015; y
Celebrada que fue la audiencia de juicio en la Sala Sexta de Proceso
Oral en Materia Familiar el día trece de febrero del año en curso, la
suscrita, atendiendo al debido proceso y acceso a la justicia, procedió a
dictar sentencia definitiva conforme a lo establecido por el artículo 1057
del Código de Procedimientos Civiles para el Distrito Federal, la cual se
pronunció atento a los siguientes
Materia Familiar
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Dirección de Anales de Jurisprudencia y Publicaciones
CONSIDERANDOS:
I. Que este juzgado es competente para conocer de este juicio, conforme lo disponen los artículos 63 Bis de la Ley Orgánica del Tribunal
Superior de Justicia del Distrito Federal; 143, 156 fracción IV, 159, 498 y
1019 del Código de Procedimientos Civiles para el Distrito Federal, por
lo que se radicó ante este juzgado, como procedimiento oral familiar
especial de levantamiento de acta para la concordancia sexo-genérica
en base a lo dispuesto por el artículo 901 del código procesal en cita y
444, fracción V, del Código Civil para el Distrito Federal.
II. La legitimación existente entre las partes quedó demostrada, así
como la filiación de éstos con su menor hijo, cuyo nacimiento fue registrado al tenor de lo que se desprende del atestado del Registro Civil que
se acompaña al escrito inicial de demanda, el … de enero de …, bajo los
siguientes datos: Entidad …, Delegación …, Juzgado …, Acta …, Año
…., Clase …, lo que se encuentra debidamente acreditado en autos con
la copia certificada del atestado referido, al cual se le otorga pleno valor
probatorio en términos de los artículos 403 y 327, fracción IV, del Código de Procedimientos Civiles para el Distrito Federal en relación con los
artículos 39 y 50 del Código Civil para el Distrito Federal.
III. De las constancias de autos, las cuales tienen valor probatorio
pleno, con fundamento en el artículo 327, fracción VIII, del Código de
Procedimientos Civiles, se desprende que en escrito datado del veintisiete de enero del dos mil quince, los CC. ROSINA CLAUDIA y VÍCTOR
MANUEL, demandaron del C. DIRECTOR GENERAL DEL REGISTRO
CIVIL DEL DISTRITO FEDERAL el levantamiento de una nueva acta de
nacimiento por reasignación de concordancia sexo-genérica a favor de su
hijo ÁNGEL ANDRÉ, con el género masculino en lugar del que tiene actualmente que es KARLA ANDREA con el género femenino. A ese escrito
le recayó acuerdo del tres de febrero del año en curso en el que se proveyó sobre su admisión en los términos que se contienen en el mismo.
109
Materia Familiar
Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal
En fecha cinco de febrero de dos mil quince, la C. Agente del Ministerio Público adscrita a este juzgado, licenciada Gudelia Pérez Díaz
desahogó la vista ordenada en proveído del tres de febrero del dos mil
quince (foja 52).
IV. En este orden de ideas, en la Audiencia de Juicio, el abogado Enrique Ulises, autorizado por la parte actora como patrono y responsable
en términos del cuarto párrafo del artículo 112 del Código de Procedimientos Civiles para el Distrito Federal, realizó alegatos de apertura y
cierre, y dada la inasistencia del director general del Registro Civil del
Distrito Federal, se tuvo por perdido su derecho a formular alegatos de
apertura y cierre.
Y de actuaciones consta que el director general del Registro Civil del
Distrito Federal manifestó su conformidad en continuar la secuela procesal correspondiente.
V. El sexo, el género y la identidad de género son características que
conforman algunos de los aspectos más esenciales de la vida de una
persona, entendiendo por sexo las características biológicas (genéticas,
hormonales, anatómicas y fisiológicas) a partir de las cuales las personas
son clasificadas como hombre o mujer; en cambio el género, se refiere a
las características que social y culturalmente se consideran identificadas
como “masculinas” y “femeninas”; y por identidad de género, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos establece que ésta debe
entenderse como la identificación que tiene una persona de sí misma y
cuando no existe una convicción de identificarse dentro de la categorización masculino-femenino estamos ante la presencia de un “trans”, de
ahí que el papel del órgano jurisdiccional sea la protección de los derechos de las personas que se vean vulneradas en sus derechos por tales
motivos y debe velar por la protección del mandato constitucional en
materia de derechos humanos y como lo prevé nuestra Carta Magna en
su artículo cuarto, en lo que aquí interesa, establece lo siguiente:
Materia Familiar
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Dirección de Anales de Jurisprudencia y Publicaciones
Artículo 4o.
El varón y la mujer son iguales ante la ley. Esta protegerá la organización y el
desarrollo de la familia.
(…)
Toda persona tiene derecho a decidir de manera libre, responsable e informada
sobre el número y el espaciamiento de sus hijos.
(…)
(…)
Toda persona tiene derecho a un medio ambiente sano para su desarrollo y
bienestar. El Estado garantizará el respeto a este derecho. El daño y deterioro am-
biental generará responsabilidad para quien lo provoque en términos de lo dispuesto por la ley.
(…)
Toda persona tiene derecho a la identidad y a ser registrado de manera inme-
diata a su nacimiento. El Estado garantizará el cumplimiento de estos derechos. La
autoridad competente expedirá gratuitamente la primera copia certificada del acta
de registro de nacimiento.
(…)
En todas las decisiones y actuaciones del Estado se velará y cumplirá con el
principio del interés superior de la niñez, garantizando de manera plena sus dere-
chos. Los niños y las niñas tienen derecho a la satisfacción de sus necesidades de
alimentación, salud, educación y sano esparcimiento para su desarrollo integral.
Este principio deberá guiar el diseño, ejecución, seguimiento y evaluación de las
políticas públicas dirigidas a la niñez.
Los ascendientes, tutores y custodios tienen la obligación de preservar y exigir
el cumplimiento de estos derechos y principios.
El Estado otorgará facilidades a los particulares para que coadyuven al cumpli-
miento de los derechos de la niñez.
(…)
(…)
111
Materia Familiar
Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal
Las autoridades tienen la obligación de combatir la discriminación
por motivos de orientación sexual e identidad de género, a fin de hacer
respetar el derecho de todas las personas para gozar de todos los derechos fundamentales de la Constitución y en el presente caso el órgano
jurisdiccional tiene que velar por el respeto a los derechos del menor
ÁNGEL ANDRÉ por encontrarse en una situación de vulnerabilidad,
de ahí que todas las decisiones y actuaciones del Estado deben velar y
cumplir con el principio de interés superior de la niñez ya que tienen
derecho a la satisfacción de sus necesidades de alimentación, educación, salud y sano esparcimiento y a vivir en familia, como se establece
en la Convención de los Derechos de los Niños.
En ese tenor, de actuaciones constan diversas documentales, las que
previo análisis que de forma exhaustiva se realizó de los mismos, es de
resaltar el dictamen pericial exhibido por el médico tratante, doctora
Mayra Aidee Pérez Ambriz (foja 17), licenciada médico cirujana, especialista en sexología educativa, maestra en sexología clínica, y responsable del tratamiento del menor ÁNGEL ANDRÉ desde el dos de junio
del año dos mil catorce, del que consta: “… Se encuentra en reasignación hormonal a base de Leuprolide, un análogo de GnRH desde el 06 de
junio del 2014, medicamento a través de cual se frena la aparición de
caracteres sexuales secundarios y testosterona desde el 17 de julio del
2012 para dar inicio a la aparición de los caracteres sexuales secundarios masculinos… Confirmo que se trata de la condición conocida como
transexualidad primaria a través de la discordancia entre la identidad de
género y el sexo, que refiere al interrogarle acerca de los criterios y elementos mencionados anteriormente… (sic)”; y, del dictamen pericial
exhibido por el médico tratante, doctora Alejandra Álvarez González
(foja 24), licenciada en psicología, especialista y maestra en medicina
conductual, y responsable del tratamiento del menor ÁNGEL ANDRÉ,
se resalta que: “…André presenta una discordancia de género, se enMateria Familiar
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Dirección de Anales de Jurisprudencia y Publicaciones
cuentra en tratamiento médico y seguimiento psiquiátrico en conjunto
para atender necesidades emocionales de Ángel. Continúa tratamiento
psicológico para atender contención emocional, relaciones interpersonales, inclusión escolar y procedimiento médico asociado al diagnóstico de transexualidad primaria. No presenta alteraciones psicológicas
y se encuentra ubicado en tiempo, espacio y persona. Actualmente se
desenvuelve adecuadamente de acuerdo al género masculino, presentando disminución importante de signos de ansiedad… (sic)”; y del dictamen pericial exhibido por el médico tratante, doctor Eduardo Vinicio
Ramos Cuevas (foja 27), médico cirujano, especialidad psicoterapeuta
y sexólogo clínico, y responsable del tratamiento del menor ÁNGEL
ANDRÉ, del cual se aprecia que: “…Ángel André (como pide se le llame) menciona que desde su infancia se ha identificado más como lo
que respecta al género masculino y por lo tanto, se considera y se siente hombre… este dictamen tiene como objetivo el dictaminar su condición de transexualidad masculina y testificar lo que ha trabajado con
su médico sexólogo tratante desde hace tiempo. Su apariencia física es
masculina y sus actitudes y movimientos, así como sus pensamientos
son completamente de un hombre. Ubicado en persona, tiempo y espacio… Desde junio a la fecha, cuenta sólo con tratamiento hormonal a
base de testosterona (Andriol) con la finalidad de que presente caracteres sexuales correspondientes a su género masculino… Ángel André se
encuentra en perfectas condiciones psicológicas y físicas, y es candidato
para llevar a cabo su procedimiento de reasignación legal, con el cual su
identidad de género masculina concordará con su documento legal…
(sic)”; finalmente, de la documental que obra a foja 23 de actuaciones,
expedido por la doctora Beatriz Cerda de la O, médico cirujano, especialidad psiquiatría, se resalta el resumen clínico de la paciente KARLA
ANDREA del que se aprecia: “…La paciente cumple criterios del DSMIV TR (Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales,
113
Materia Familiar
Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal
IV)…”; medios probatorios con los que se acreditó fehacientemente, en
el caso concreto, que el menor ÁNGEL ANDRE es una persona transgénero, pues la misma ha vivido de forma permanente y de manera
voluntaria en el rol que corresponde al otro género, el cual es distinto
al que le fue asignado al momento de su nacimiento, existiendo así una
discordancia sexo-genérica, lo que en el presente caso existe, de ahí la
evidente y urgente necesidad de ajustar la realidad social de ÁNGEL
ANDRÉ, por lo que una vez culminadas las fases procesales determinadas para el presente asunto, y dado el conocimiento especial de los
médicos que suscribieron los dictámenes aludidos, atendiendo a su leal
y real saber y entender, los cuales dieron respuestas a todas y cada una
de las preguntas hechas por la suscrita y la representación social; los
peritos ratificaron su dictamen reconociendo como suyas las firmas que
utilizan en todos los actos públicos y privados de su vida; una vez que
la suscrita tuvo por visto los autos para dictar la resolución correspondiente, se hizo uso de la facultad que se encuentra contemplada en el
artículo primero constitucional en relación a las reformas realizadas a
dicho ordenamiento jurídico en el año del dos mil once, en donde todas
las autoridades tanto administrativas como judiciales tienen la obligación de actuar en beneficio de las personas que acuden ante ellas, en
especial ante este órgano jurisdiccional a solicitar un procedimiento con
la finalidad de que se le protejan sus derechos fundamentales, por lo
que atendiendo al caso en concreto en donde se trata de una persona
que por no tener documentos que la identifiquen con la apariencia del
género de mujer y con la principal finalidad de evitar actos que puedan
considerarse como de discriminación, como lo refiere el artículo primero
constitucional que en este momento se transcribe:
En los Estados Unidos Mexicanos todas las personas gozarán de los derechos
humanos reconocidos en esta Constitución y en los tratados internacionales de los
Materia Familiar
114
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que el Estado Mexicano sea parte, así como de las garantías para su protección,
cuyo ejercicio no podrá restringirse ni suspenderse, salvo en los casos y bajo las
condiciones que esta Constitución establece.
Las normas relativas a los derechos humanos se interpretarán de conformidad
con esta Constitución y con los tratados internacionales de la materia favoreciendo
en todo tiempo a las personas la protección más amplia.
Está prohibida la esclavitud en los Estados Unidos Mexicanos. Los esclavos del
extranjero que entren al territorio nacional alcanzarán, por este solo hecho, su libertad y la protección de las leyes.
Queda prohibida toda discriminación motivada por origen étnico o nacional, el
género, la edad, las discapacidades, la condición social, las condiciones de salud,
la religión, las opiniones, las preferencias sexuales, el estado civil o cualquier otra
que atente contra la dignidad humana y tenga por objeto anular o menoscabar los
derechos y libertades de las personas.
Atento a la responsabilidad de la suscrita en el sentido de promover,
respetar, proteger y garantizar los derechos humanos de conformidad
con los principios de universalidad, interdependencia, indivisibilidad
y progresividad del menor ÁNGEL ANDRÉ, y al haber escuchado de
viva voz la necesidad esencial y fundamental de los promoventes y de
su menor hijo en el sentido de que se le reconozca su identidad de género, así como del resultado de la plática sostenida con el citado menor
donde expresó todos los actos de discriminación de que ha sido objeto;
y que la suscrita, atendiendo al deber constitucional que ha quedado
plasmado en líneas anteriores, de actuar como jueza proteccionista de
los derechos fundamentales plasmados en la Constitución Política de
los Estados Unidos Mexicanos, entre los que se encuentra el presupuesto constitucional de libre desarrollo de la personalidad, partiendo del
presupuesto de que la expresión de orientación sexual y la identidad
de género resultan protegidas por el libre desarrollo de la personalidad,
115
Materia Familiar
Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal
siendo la libertad uno de los grandes fundamentos de nuestra Carta
Magna y de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, derivado de
la dignidad humana, está el libre desarrollo de la personalidad, el derecho que tiene toda persona para elegir en forma libre y autónoma,
cómo vivir su vida, tal y como se encuentra contemplado en el Protocolo de Actuación para quienes Imparten Justicia en casos que Involucren
la Orientación Sexual o la Identidad de Género, por lo que se declara
procedente la acción intentada, por lo que se solicita del C. Director
general del Registro Civil del Distrito Federal levantar una nueva acta
de nacimiento por reasignación de concordancia sexo-genérica, a favor
de ÁNGEL ANDRÉ, asentando en el renglón género: masculino; previa
anotación correspondiente al acta de nacimiento primigenia, esta última quedando reservada de la cual no se publicará ni expedirá constancia alguna salvo mandamiento judicial o petición ministerial con fundamento en el artículo 498 Bis 7 del Código de Procedimientos Civiles
para el Distrito Federal; así como enviar dicha información, en calidad
de reservada, a la Secretaría de Gobernación, Secretaría de Educación
Pública, Secretaría de Relaciones Exteriores, al actual Instituto Nacional
Electoral, Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal y Procuraduría General de la República, para los efectos legales procedentes.
Lo anterior se robustece con los siguientes criterios del Poder Judicial
de la Federación:
Época: Novena Época, Registro: 165825, Instancia: Pleno, Tipo de Tesis: Aislada,
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Tomo XXX, diciembre de 2009,
Tesis: P. LXX/2009, Página: 6.
Derecho a la salud. Tratándose de la reasignación del sexo de una persona tran-
sexual, es necesaria la expedición de nuevos documentos de identidad, a fin de lograr
el estado de bienestar general pleno que aquel derecho implica. Considerando el de-
recho a la salud como la obtención de un determinado bienestar general, integrado
Materia Familiar
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por el estado físico, mental, emocional y social de la persona, se advierte que los
tratamientos psicológicos, hormonales e incluso quirúrgicos a que se hubiere sometido una persona transexual para lograr la reasignación del sexo que vive como
propio, no resultan suficientes para alcanzar ese estado de bienestar integral, si no
se le permite también, mediante las vías legales correspondientes, adecuar su sexo
legal con el que realmente se identifica y vive como propio, con la consiguiente
expedición de nuevos documentos de identidad, dado que se le obligaría a mostrar
un documento con datos que revelarían su condición de transexual, sin el pleno
reconocimiento de la persona que realmente es, generando una situación tortuosa
en su vida cotidiana, lo que indudablemente afecta determinantemente su estado
emocional o mental y, de ahí, su derecho a una salud integral.
Amparo directo 6/2008. 6 de enero de 2009. Once votos. Ponente: Sergio A.
Valls Hernández. Secretaria: Laura García Velasco.
El Tribunal Pleno, el diecinueve de octubre en curso, aprobó, con el número
LXX/2009, la tesis aislada que antecede. México, Distrito Federal, a diecinueve de
octubre de dos mil nueve.
Época: Novena Época, Registro: 165698, Instancia: Pleno, Tipo de Tesis: Aislada
(Civil), Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Tomo XXX, diciembre
de 2009, Tesis: P. LXIX/2009, Página: 17.
Reasignación
sexual.
Es
una decisión que forma parte de los derechos al libre
desarrollo de la personalidad. Partiendo de que el derecho al libre desarrollo de la
personalidad implica necesariamente el reconocimiento a los derechos a la iden-
tidad personal, sexual y de género, pues a partir de éstos el individuo se proyecta
frente a sí mismo y dentro de una sociedad, se concluye que la reasignación sexual
que decida una persona transexual para adecuar su estado psicosocial a su físico y
de ahí, vivir en el sexo con el que se identifica plenamente y ser reconocido como
tal por los demás, constituye una decisión que forma parte del libre desarrollo de la
personalidad, en tanto es una expresión de la individualidad de la persona, respec-
to de su percepción sexual y de género ante sí mismo, que influye decisivamente
en su proyecto de vida y en todas sus relaciones dentro de la sociedad.
117
Materia Familiar
Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal
Amparo directo 6/2008. 6 de enero de 2009. Once votos. Ponente: Sergio A.
Valls Hernández. Secretaria: Laura García Velasco.
El Tribunal Pleno, el diecinueve de octubre en curso, aprobó, con el número
LXIX/2009, la tesis aislada que antecede. México, Distrito Federal, a diecinueve de
octubre de dos mil nueve.
Época: Novena Época, Registro: 165697, Instancia: Pleno, Tipo de Tesis: Aislada
(Civil), Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Tomo XXX, diciembre
de 2009, Tesis: P. LXXIII/2009, Página: 17.
Reasignación sexual. La expedición de una nueva acta de nacimiento por ese moti-
vo, no se traduce en la inexistencia de los hechos o actos acontecidos bajo la identidad anterior ni en la extinción de los derechos y obligaciones del interesado.
La
expedición de una nueva acta de nacimiento en la que conste el cambio de nombre
y sexo de una persona transexual, no se traduce en la desaparición de su historia,
por lo que todos aquellos actos que hubiere realizado bajo su identidad anterior y
que traían aparejados efectos jurídicos, siguen produciéndolos y le son exigibles,
salvo en los casos en que la propia legislación determine la extinción o modifica-
ción de los mismos; de ahí que, necesariamente, la expedición de la nueva acta de
nacimiento tratándose de reasignación sexual, conlleve la anotación marginal en
su acta primigenia y la constancia en los correspondientes asientos registrales, así
como que la reserva de estos datos tenga excepciones; correspondiendo, en cada
caso concreto, a las autoridades competentes resolver las posibles controversias o
conflictos que, posteriormente al cambio registral, pudieran llegar a presentarse.
Amparo directo 6/2008. 6 de enero de 2009. Once votos. Ponente: Sergio A.
Valls Hernández. Secretaria: Laura García Velasco.
El Tribunal Pleno, el diecinueve de octubre en curso, aprobó, con el número
LXXIII/2009, la tesis aislada que antecede. México, Distrito Federal, a diecinueve
de octubre de dos mil nueve.
En tal orden de ideas y tomando en consideración que el abogado
responsable de la parte actora Enrique Ulises, así como la C. Agente del
Materia Familiar
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Ministerio Público adscrita a este Juzgado, manifestaron su consentimiento expreso y conformidad con la resolución dictada en Audiencia
de Juicio, la misma causa ejecutoria en términos del artículo 427, fracción I, del Código de Procedimientos Civiles para el Distrito Federal, en
consecuencia, se ordena a la Unidad de Gestión Administrativa elaborar de forma inmediata el oficio correspondiente, debiendo acompañar
a la misma los anexos necesarios a fin de dar cumplimiento a la anotación marginal antes ordenada, de conformidad con los artículos 63
Sextus, Séptimus y Octavus de la Ley Orgánica del Tribunal Superior
de Justicia del Distrito Federal.
Por lo expuesto y con fundamento además en los artículos 135 Bis
del Código Civil para el Distrito Federal, así como los artículos 80, 81,
82, 83, 87, 90, 91, 498 a 498 Bis 8 y 1057 del Código de Procedimientos
Civiles para el Distrito Federal, esta juzgadora estima que es de resolverse y se
RESUELVE:
PRIMERO. Ha sido procedente la vía elegida por la parte actora,
quien acreditó su acción, previa la vista que se ordenó al C. Director
general del Registro Civil del Distrito Federal, así como a la C. Agente
del Ministerio Público adscrita a este H. Juzgado.
SEGUNDO. Se ordena a la Unidad de Gestión Administrativa proceda a elaborar en forma inmediata el oficio al C. Director general del
Registro Civil de esta entidad, a fin de levantar una nueva acta de nacimiento por reasignación de concordancia sexo-genérica, a favor de ÁNGEL ANDRÉ, asentando en el renglón género: masculino; previa anotación correspondiente al acta de nacimiento primigenia, esta última
quedando reservada de la cual no se publicará ni expedirá constancia
alguna salvo mandamiento judicial o petición ministerial con fundamento en el artículo 498 Bis 7 del Código de Procedimientos Civiles
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Materia Familiar
Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal
para el Distrito Federal; así como enviar dicha información, en calidad
de reservada, a la Secretaría de Gobernación, Secretaría de Educación
Pública, Secretaría de Relaciones Exteriores, al actual Instituto Nacional
Electoral, Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal y Procuraduría General de la República, para los efectos legales procedentes.
TERCERO. La anterior reasignación y con fundamento en el artículo
135 Bis, en su último párrafo, del Código Civil para el Distrito Federal,
no extingue sus derechos y obligaciones contraídos con anterioridad a
la nueva identidad de la persona.
CUARTO. Asimismo, y en cumplimiento al Reglamento del Sistema
Institucional de Archivos del Tribunal Superior de Justicia y del Consejo
de la Judicatura del Distrito Federal, el cual fue publicado en fecha doce
de junio del año dos mil nueve y entró en vigor el día quince del mismo
mes y año, se hace del conocimiento de las partes lo dispuesto por el
artículo 28 del citado reglamento, el cual a la letra dice: “Artículo 28.
En asuntos nuevos, el juzgador en el auto admisorio que se sirva dictar
en el expediente, hará del conocimiento de las partes que, una vez
que concluya el asunto, se procederá a la destrucción del mismo, en el
término que señala en el tercer párrafo de este artículo. En asuntos en
trámite, una vez concluido el juicio, el juzgador proveerá lo conducente
para hacer saber a las partes que el expediente será destruido en el
término que se señala en el tercer párrafo del presente artículo. Las partes
interesadas que hayan presentado pruebas, muestras y documentos en
los juicios ya concluidos y se ordene su destrucción deberán acudir al
juzgado en el que se radicó el juicio a solicitar la devolución de sus
documentos, dentro del término de seis meses contados a partir de la
respectiva notificación.”. Por lo que se les previene para que recojan
los documentos exhibidos como base de su acción a la brevedad
posible, previa copia certificada que de los mismos obren en autos, en
la inteligencia que una vez que quede firme la resolución dictada, el
Materia Familiar
120
Dirección de Anales de Jurisprudencia y Publicaciones
expediente, al ser un asunto concluido se remitirá al archivo judicial
para su resguardo.
QUINTO. Para dar cumplimiento al artículo 30 del Reglamento del
Sistema Institucional de Archivos del Tribunal Superior de Justicia y
del Consejo de la Judicatura del Distrito Federal, certifíquese copia de
la presente resolución y glósese al legajo respectivo.
SEXTO. Notifíquese.
Así, definitivamente juzgando lo resolvió y firma la Jueza Sexto de
Proceso Oral en Materia Familiar del Distrito Federal, doctora en Derecho, Blanca Estela del Rosario Zamudio Valdés, ante la Secretaria Judicial “B”, licenciada Verónica Ivonne Jiménez Romero, con quien actúa,
autoriza y da fe.
121
Materia Familiar
Materia Penal
Sexta Sala Penal
Ponente unitaria
Mgda. Martha Patricia Tarinda Azuara
Recurso de denegada apelación en contra del auto por el que negó la
admisión del recurso de apelación interpuesto por el representante
de la coadyuvancia, en contra de la sentencia interlocutoria en la que
se declaró procedente la libertad por desvanecimiento de datos en el
delito de fraude procesal y decretó el sobreseimiento de la causa.
SUMARIOS: LIBERTAD POR DESVANECIMIENTO DE DATOS. LA IMPUGNACIÓN CONDICIONADA DE LOS LEGÍTIMOS REPRESENTANTES
DEL OFENDIDO VULNERA DERECHOS HUMANOS (INAPLICACIÓN
DEL ARTÍCULO 417, FRACCIÓN III, DEL CÓDIGO DE PROCEDIMIENTOS
PENALES). Conforme a lo dispuesto en el artículo 25 de la Convención Americana de Derechos Humanos, según el cual, “toda persona que vea afectados
sus derechos o intereses legales vinculados con un proceso penal por parte
de la autoridad, tiene derecho a la existencia y accesibilidad a un medio de
impugnación que permita dirimir su planteamiento de inconformidad”, así
como la parte II, Artículo 2, número 3, incisos a, b y c, del Pacto Internacional de los Derechos Civiles y Políticos que dispone que “toda persona cuyos
derechos o libertades reconocidos en ese Pacto hayan sido violados, podrán
interponer un recurso efectivo, aun cuando tal violación hubiera sido cometida por personas que actuaban en ejercicio de sus funciones oficiales”. Por
Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal
tanto, al no contemplar la legislación procesal ordinaria para el Distrito Federal algún medio de impugnación que permita a la víctima u ofendido de un
delito, resistir o combatir la eventual ilegalidad de una resolución donde se
determine la libertad por desvanecimiento de datos, sino que por el contrario,
existe la limitatante prevista en el precepto 417 del Código de Procedimientos
Penales que dispone: “Tienen derecho a apelar: III. El ofendido o sus legítimos
representantes, cuando aquél o éstos coadyuven en la acción reparadora, y sólo en
lo relativo a ésta”, se vulneran los derechos humanos de la víctima.
LIBERTAD POR DESVANECIMIENTO DE DATOS. PROCEDENCIA
DEL RECURSO DE APELACIÓN INTERPUESTO POR LA VÍCTIMA, A
TRAVÉS DE SU REPRESENTANTE, COADYUVANTE DEL MINISTERIO
PÚBLICO. La intervención activa de la víctima tiene como finalidad que el
procedimiento penal culmine con una sentencia condenatoria, incluyendo
la reparación del daño considerada una pena pública. De esta manera, para
que surja es necesario que previamente se acredite la pretensión punitiva
del proceso penal, es decir, la existencia del delito y la responsabilidad
penal, de ahí que, aquella víctima, quien se constituyó como coadyuvante
por conducto de su representante, puede interponer recurso de apelación en
contra de la sentencia interlocutoria donde se declare procedente la libertad
por desvanecimiento de datos del inculpado por la comisión del delito
imputado, ya que si bien es cierto tal acto no vulnera en forma directa la
reparación del daño, sí implica que, de facto, esa reparación no ocurra en
la práctica, pues no se debe perder de vista que la interlocutoria emitida en
términos del artículo 547, fracción I, del Código de Procedimientos Penales
para el Distrito Federal, y al haberse decretado el sobreseimiento de la causa,
en conformidad al numeral 667 del mismo ordenamiento legal, surte efectos
de una sentencia absolutoria con valor de cosa juzgada, lo que trae como
consecuencia que se haga nugatorio el derecho fundamental de la víctima a
la reparación de este concepto.
Materia Penal
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Dirección de Anales de Jurisprudencia y Publicaciones
RECURSO DE APELACIÓN POR AFECTACIÓN A LOS DERECHOS FUNDAMENTALES. SU PROCEDENCIA TRATÁNDOSE DE LAS VÍCTIMAS U
OFENDIDOS. La Ley General de Víctimas publicada en el Diario Oficial de la
Federación el 9 de enero de 2013, tuvo como objeto crear un conjunto amplio
de medidas en beneficio de las víctimas, que posibiliten el goce efectivo de
sus derechos, entre ellos el acceso a la justicia, estableciendo y coordinando los mecanismos y medidas necesarias para promover, respetar, proteger,
garantizar y permitir el ejercicio efectivo de sus derechos, vinculando a todas las autoridades en el ámbito de sus distintas competencias para que
cumplan con sus obligaciones. De este modo, se les reconoce el derecho a la
justicia mediante la interposición de los recursos en contra de las decisiones
que afecten sus intereses y el ejercicio de sus derechos, entre ellos coadyuvar con el Ministerio Público e intervenir en el juicio como parte plena, es
decir, haciendo valer sus derechos, los cuales no podrán ser menores a los
del inculpado, en términos de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos, artículos 1o., 17 y 20, así como los tratados internacionales de
derechos humanos, artículo 25 de la Convención Americana de Derechos
Humanos, y parte II, Artículo 2, número 3, incisos a, b y c, del Pacto Internacional de los Derechos Civiles y Políticos.
México, Distrito Federal, 2 dos de julio de 2013 dos mil trece.
Vistos para resolver en forma unitaria, los autos del toca penal número DA3U-***/2013, en lo relativo al recurso de denegada apelación
interpuesto por el licenciado RAFAEL, en calidad de representante de
la coadyuvancia, en contra del auto de fecha 4 cuatro de junio de 2013
dos mil trece, dictado por el C. Juez Vigésimo Cuarto Penal del Distrito Federal, en la causa penal número ***/2012, mediante el que declaró no procedente admitir el recurso interpuesto por el representante
de la coadyuvancia, en contra del auto de fecha 29 veintinueve de
mayo de 2013 dos mil trece, en el que se declaró procedente la libertad
127
Materia Penal
Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal
por desvanecimiento de datos de NORMAN ENRIQUE, por el delito
de FRAUDE PROCESAL, y decretó el sobreseimiento de la causa.
RESULTANDO:
1. El Juez Vigésimo Cuarto Penal del Distrito Federal, con fecha 4
cuatro de junio de 2013 dos mil trece, dictó auto en la causa ***/2012,
donde determinó lo siguiente:
Auto. México, Distrito Federal, 4 cuatro de junio de 2013 dos mil trece.
Vista la razón que antecede, con fundamento en el artículo 232 del Código de
Procedimientos Penales para el Distrito Federal, se ordena agregar a los autos los
escritos presentados por el agente del Ministerio Público adscrito y el represen-
tante de la coadyuvancia, mediante los cuales interponen recurso de apelación en
contra de la sentencia interlocutoria, del 29 veintinueve de mayo de 2013 dos mil
trece, en la que se resolvió: “Primero. Al encontrarse desvanecidos por prueba ple-
na los datos que sirvieron de base para decretar a NORMAN ENRIQUE, su formal
procesamiento por el delito de FRAUDE PROCESAL, en agravio de la correcta
administración de justicia, resulta procedente su libertad por desvanecimiento de
datos planteada por el procesado de mérito y, por lo tanto, se ordena su inmediata
libertad única y exclusivamente por lo que a la presente causa se refiere; siendo
procedente decretar el sobreseimiento del proceso”; en consecuencia, con fundamento en los artículos 414, 415, 416, 417, fracción I, 418 fracción II, 421, 422, 549 y
demás relativos y aplicables del Código de Procedimientos Penales para el Distrito
Federal, se admite en efecto devolutivo, únicamente al Ministerio Público el recurso
de apelación, al haber sido interpuesto en tiempo y forma, por lo que envíese la
presente causa penal por conducto de la Oficialía de Partes Común, a efecto de que
se designe a la Sala que conocerá del recurso de apelación interpuesto; sin que sea
procedente admitir el recurso de referencia al representante de la coadyuvancia, en
virtud de que el mismo sólo puede ser admitido tratándose de la acción reparadora, en términos de lo establecido en el artículo 417, fracción III, del Código de Pro-
Materia Penal
128
Dirección de Anales de Jurisprudencia y Publicaciones
cedimientos Penales para el Distrito Federal. En relación a las copias que solicita
el representante de la coadyuvancia, con fundamento en el artículo 23 del Código
de Procedimientos Penales para el Distrito Federal, se ordena su expedición previo
pago ante alguna de las instituciones bancarias autorizadas, para tal efecto y razón
de recibidas que obre en autos, lo anterior en términos del artículo 37 del Código
de Procedimientos Penales para el Distrito Federal. Notifíquese.
2o. Inconforme con dicha resolución, mediante escrito presentado
ante el juzgado el 7 siete de junio de 2013 dos mil trece, el licenciado
RAFAEL, en calidad de representante común de la coadyuvancia, interpuso recurso de denegada apelación, al cual el juez dio trámite mediante proveído de 10 diez de junio de 2013 dos mil trece.
3o. El 17 diecisiete de junio de 2013 dos mil trece, se recibió en esta
Sexta Sala Penal el certificado derivado de la causa ***/2012, integrándose el toca de apelación número DA3U-***/2013 y por auto de la misma fecha, se ordenó poner a la vista del recurrente el certificado, para
que en su caso manifestara si faltan actuaciones sobre las que tenga que
alegar, mismo que fue notificado al representante de la coadyuvancia
el 20 veinte de junio de 2013 dos mil trece y al Ministerio Público el
21 veintiuno del mismo mes y año. Por escrito exhibido el 20 veinte
de junio de 2013 dos mil trece, el licenciado RAFAEL, en calidad de
representante de la coadyuvancia, presentó sus alegatos, en tanto que
el Ministerio Público por escrito exhibido el 24 veinticuatro del mismo
mes y año, solicitó “se entre al estudio del asunto y se dejen a salvo los
derechos del representante de la coadyuvancia mediante los cuales interponen recurso de apelación en contra de la sentencia interlocutoria
de 4 de junio de 2013, con fundamento en el artículo 542 del Código de
Procedimientos Penales para el Distrito Federal, dado que el recurso
de apelación interpuesto por el Ministerio Público en contra del mismo auto, fue admitido en efecto devolutivo”, y por auto dictado por
129
Materia Penal
Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal
esta revisora el 24 veinticuatro de junio de 2013 dos mil trece, se citó
para sentencia que deberá pronunciarse dentro de 3 tres días de hecha
la última notificación del citado auto, mismo que fue notificado al representante de la coadyuvancia el 24 veinticuatro de junio de 2013 dos
mil trece y al Ministerio Público el 28 veintiocho del mismo mes y año,
por lo que se turnan los autos a Ponencia 3 tres de esta Sexta Sala Penal
del Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal, para resolver de
forma unitaria, con fundamento en el artículo 44, fracción I y última
parte del párrafo penúltimo, de la Ley Orgánica del Tribunal Superior
de Justicia del Distrito Federal.
CONSIDERANDO:
I. El presente recurso tiene el objeto y alcance legal previsto en el artículo
442 del Código de Procedimientos Penales para el Distrito Federal.
II. Efectuado en lo conducente el análisis al certificado y a las constancias procesales a que alude el numeral 437 del Código de Procedimientos Penales para el Distrito Federal, remitidos por el ciudadano
Juez Vigésimo Cuarto Penal del Distrito Federal (fojas 1 a 82), en que
se contiene, entre otras diligencias, la resolución impugnada y el escrito de promoción mediante el que se interpone denegada apelación, así
como analizados los alegatos del representante de la coadyuvancia, se
determina que los argumentos del citado representante son fundados y
operantes, porque el recurso de apelación que interpuso contra la sentencia interlocutoria de 29 veintinueve de mayo de 2013 dos mil trece,
es admisible. En efecto, mediante sentencia interlocutoria de 29 veintinueve de mayo de 2013 dos mil trece, el Juez Vigésimo Cuarto Penal del
Distrito Federal, determinó:
Primero. Al encontrarse desvanecidos por prueba plena los datos que sirvie-
ron de base para decretar a NORMAN ENRIQUE, su formal procesamiento por el
Materia Penal
130
Dirección de Anales de Jurisprudencia y Publicaciones
delito de FRAUDE PROCESAL, en agravio de la correcta administración de justi-
cia, resulta procedente su libertad por desvanecimiento de datos planteada por el
procesado de mérito y, por lo tanto, se ordena su inmediata libertad única y exclusivamente por lo que a la presente causa se refiere; siendo procedente decretar el
sobreseimiento.
En contra de la anterior determinación, el licenciado RAFAEL, en calidad de representante de la coadyuvancia, interpuso recurso de apelación; recurso del que se declaró no era procedente su admisión a través
de auto de fecha 4 cuatro de junio de 2013 dos mil trece, dictado por el
mismo juzgador, en la causa penal número ***/2012, bajo el argumento
de que el recurso sólo puede ser admitido tratándose de la acción reparadora, en términos de lo establecido en el artículo 417, fracción III, del
Código de Procedimientos Penales para el Distrito Federal.
En sus alegatos el representante de la coadyuvancia expresa fundamentalmente que tal determinación viola los derechos fundamentales
de la menor JONE, ya que los hechos materia de la presente causa derivan del expediente número ***/2009, tramitado ante el Juzgado Séptimo de lo Familiar del Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal,
donde está en controversia la pensión alimenticia de la menor, que se
vulnera el interés superior del niño, que de acuerdo a las reformas a
la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y diversos
criterios establecidos por la Suprema Corte de Justicia de la Nación,
los ofendidos sí están legitimados para promover recurso de apelación,
dado que la resolución tiene el carácter de definitiva; que ha sido superado el criterio de que la víctima o el ofendido únicamente es la persona
que tiene, en expectativa, el derecho a la reparación del daño.
Ahora bien, para estar en aptitud este órgano de revisión de resolver
apropiadamente el tópico sometido a consideración, resulta necesario
analizar los numerales 415 y 417 del Código de Procedimientos Penales,
131
Materia Penal
Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal
que determinan de manera específica que la segunda instancia se abrirá
a petición de parte legítima y que tendrán derecho a apelar el ofendido
o sus legítimos representantes, cuando coadyuven en la acción reparadora y sólo en lo relativo a ella. En efecto, estatuyen:
Artículo 415. La segunda instancia solamente se abrirá a petición de parte legí-
tima, para resolver sobre los agravios que deberá expresar el apelante al interponer
el recurso o en la vista…
Artículo 417. Tendrán derecho de apelar:
I. El Ministerio Público;
II. El acusado y su defensor;
III. El ofendido o sus legítimos representantes, cuando aquel o éstos coadyuven
en la acción reparadora y sólo en lo relativo a ésta.
Por otra parte, el artículo 418 del mismo ordenamiento legal vigente
para el Distrito Federal, enuncia las resoluciones que pueden ser apeladas:
Artículo 418. Son apelables:
I. Las sentencias definitivas, incluyendo aquellas que se pronuncian en los pro-
cesos sumarios;
II. Los autos que se pronuncien sobre cuestiones de jurisdicción o competen-
cia; los que mandan suspender o continuar la instrucción; el de ratificación de la
detención; el de formal prisión o de sujeción a proceso o el que los niegue; el que
conceda o niegue la libertad;
III. Los que resuelvan las excepciones fundadas en alguna de las causas que ex-
tinguen la acción penal; los que declaran no haber delito que perseguir; los que concedan o nieguen la acumulación o los que decreten la separación de los procesos;
IV. Los autos en los que se niegue la orden de aprehensión o de comparecencia,
solo por el Ministerio Público; y
Materia Penal
132
Dirección de Anales de Jurisprudencia y Publicaciones
V. Todas aquellas resoluciones en que este Código conceda expresamente el re-
curso.
En este mismo contexto, la naturaleza del recurso de denegada apelación conforme a lo establecido en el título cuarto, capítulo IV del Código de Procedimientos Penales para el Distrito Federal, es precisamente que el Tribunal de Apelación, con base en las disposiciones legales y
las constancias que integran el testimonio, analice la procedencia o no
de la apelación que se haya interpuesto y de la que precisamente el Juez
natural se haya pronunciado negando su procedencia.
Ahora bien, de conformidad al artículo 1o., párrafos primero, segundo y tercero, de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, que disponen:
En los Estados Unidos Mexicanos todas las personas gozarán de los derechos
humanos reconocidos en esta Constitución y en los tratados internacionales de los
que el Estado Mexicano sea parte, así como de las garantías para su protección,
cuyo ejercicio no podrá restringirse ni suspenderse, salvo en los casos y bajo las
condiciones que esta Constitución establece.
Las normas relativas a los derechos humanos se interpretarán de conformidad
con esta Constitución y con los tratados internacionales de la materia favoreciendo
en todo tiempo a las personas la protección más amplia.
Todas las autoridades, en el ámbito de sus competencias, tienen la obligación de
promover, respetar, proteger y garantizar los derechos humanos de conformidad
con los principios de universalidad, interdependencia, indivisibilidad y progresividad. En consecuencia, el Estado deberá prevenir, investigar, sancionar y reparar
las violaciones a los derechos humanos, en los términos que establezca la ley.
Donde se desprende que los órganos jurisdiccionales se encuentran
legalmente vinculados a ejercer el control de convencionalidad, lo cual
133
Materia Penal
Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal
implica la obligación de velar no solo por los derechos humanos contenidos en los instrumentos internacionales firmados por el Estado
mexicano, sino también por los establecidos en la Constitución Federal, debiendo protegerse, entre otros, los derechos y libertades de acceso a la justicia y tutela jurisdiccional, en relación con los numerales 14
y 17 de la Constitución General de la República, y para llevar a cabo
esa tutela jurisdiccional que se ha definido como el derecho de toda
persona para acceder de manera expedita a tribunales independientes e imparciales para plantear sus pretensiones o defenderse de ellas,
con el objeto que mediante la substanciación de un proceso donde se
respeten las formalidades se emita la resolución que decida la cuestión
planteada y, en su caso, se ejecuten las decisiones; por ello, es evidente
que cuando las autoridades jurisdiccionales adviertan tal circunstancia, deben analizarla preponderantemente, en ejercicio del control de
convencionalidad, con la finalidad de proteger y garantizar los derechos humanos, aun cuando no exista concepto de violación o agravio,
en atención a la excepción al principio de estricto derecho, en razón de
que al tener los derechos de la víctima y del ofendido la misma categoría e importancia que los que se otorgan al inculpado, deben tener, sin
distinción, igual protección, suplencia con la que se da preferencia a lo
previsto en los instrumentos internacionales, que disponen que todas
las personas son iguales ante la ley y tiene, sin distinción, el mismo
derecho a la protección cumpliendo así con lo previsto en el artículo
1o. constitucional.
Así, el reconocimiento de derechos humanos por la Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos significa no sólo observar el
comportamiento que satisface la pretensión en que se hacen consistir,
sino que también trae consigo la obligación del legislador de establecer
el medio eficaz que garantice su defensa, y en ese sentido, cuando la
Constitución prevé en el artículo 20, Apartado B, fracción II, en su texto
Materia Penal
134
Dirección de Anales de Jurisprudencia y Publicaciones
anterior a la reforma de 18 de junio de 2008, el derecho de la víctima u
ofendido a que se le reciban todas las pruebas, ello implica que crea la
obligación de establecer el medio idóneo para hacerlo efectivo para que
se tenga acceso a la justicia.
Lo anterior es congruente con el Decreto publicado en el Diario Oficial
de la Federación el 9 de enero de 2013, por el que se expide la Ley General
de Víctimas, que entró en vigor treinta días después de su publicación,
que en su artículo 1o., en su párrafo primero dispone: “Artículo 1. La
presente Ley general es de orden público, de interés social y observancia en todo el territorio nacional, en términos de lo dispuesto por los
artículos 1o., párrafo tercero, 17, y 20 de la Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos, Tratados Internacionales celebrados y ratificados por el Estado mexicano, y otras leyes en materia de víctimas”,
esto es, que tal Ley General es de orden público y de observancia en
todo el territorio nacional, en términos de lo dispuesto en los artículos
1o. y 17 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos,
tan es así que en sus artículos transitorios segundo y séptimo se dispone que: “se derogan todas las disposiciones legales que se opongan a la
presente Ley”… “En un plazo de 180 días naturales los Congresos Locales deberán armonizar todos los ordenamientos locales relacionados
con la presente Ley”, por tanto, la Ley General de Víctimas resulta aplicable al caso concreto, en razón de que tutela con mayor amplitud los
derechos de las víctimas u ofendidos del delito, la cual en sus artículos
7o., fracciones VII y XXIX, 12 y 14 disponen:
Artículo 1. La presente Ley general es de orden público, de interés social y
observancia en todo el territorio nacional, en términos de lo dispuesto por los
artículos 1o., párrafo tercero, 17, y 20 de la Constitución Política de los Estados
Unidos Mexicanos, Tratados Internacionales celebrados y ratificados por el Estado
Mexicano, y otras leyes en materia de víctimas.
135
Materia Penal
Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal
VII. A la verdad, a la justicia y a la reparación integral a través de recursos y
procedimientos accesibles, apropiados, suficientes, rápidos y eficaces;
XXIX. Derecho a ejercer los recursos legales en contra de las decisiones que afec-
ten sus intereses y el ejercicio de sus derechos.
Artículo 12. Las víctimas gozarán de los siguientes derechos:
III. A coadyuvar con el Ministerio Público; a que se les reciban todos los datos o
elementos de prueba con los que cuenten, tanto en la investigación como en el pro-
ceso, a que se desahoguen las diligencias correspondientes, y a intervenir en el juicio
como partes plenas ejerciendo durante el mismo sus derechos los cuales en ningún
caso podrán ser menores a los del imputado. Asimismo, tendrán derecho a que se
les otorguen todas las facilidades para la presentación de denuncias o querellas;
XII. A que se les notifique toda resolución que pueda afectar sus derechos y a
impugnar dicha resolución, y
Artículo 14. Las víctimas tienen derecho a intervenir en el proceso penal y de-
berán ser reconocidas como sujetos procesales en el mismo, en los términos de la
Constitución y de los Tratados Internacionales de derechos humanos, pero si no se
apersonaran en el mismo, serán representadas por un Asesor Jurídico o en su caso
por el Ministerio Público, y serán notificadas personalmente de todos los actos y
resoluciones que pongan fin al proceso, de los recursos interpuestos ya sean ordi-
narios o extraordinarios, así como de las modificaciones en las medidas cautelares
que se hayan adoptado por la existencia de un riesgo para su seguridad, vida o
integridad física o modificaciones a la sentencia.
Ley que se sustenta en los artículos 17 y 20 constitucionales, cuyo
objeto es establecer un conjunto amplio de medidas, en beneficio de las
víctimas, que posibiliten el goce efectivo de sus derechos, entre ellos
el acceso a la justicia, estableciendo y coordinando los mecanismos y
medidas necesarias para promover, respetar, proteger, garantizar y permitir el ejercicio efectivo de sus derechos, vinculando a todas las autoridades en el ámbito de sus distintas competencias para que cumplan con
Materia Penal
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Dirección de Anales de Jurisprudencia y Publicaciones
sus obligaciones; siendo así, que se le reconoce el derecho a la justicia
a través de ejercer los recursos en contra de las decisiones que afecten
sus intereses y el ejercicio de sus derechos, entre ellos coadyuvar con el
Ministerio Público e intervenir en el juicio como parte plena, ejerciendo
sus derechos los cuales no podrán ser menores a los del inculpado, en
términos de la Constitución y los tratados internacionales de derechos
humanos.
En ese orden de ideas, y considerando que el interés jurídico es una
noción amplia, que no debe restringirse injustificadamente en detrimento del derecho de acceso a la administración de justicia, pues basta,
como en el caso, que la parte apelante (representante de la coadyuvancia) se inconforme con la sentencia interlocutoria, para que se actualice
el interés jurídico necesario que hace procedente el recurso de apelación
por afectación a los derechos fundamentales, y para hacer efectivo los
derechos de las víctimas, es necesario resaltar el párrafo segundo, del
artículo 17 constitucional que dispone: “Toda persona tiene derecho a
que se le administre justicia por tribunales que estarán expeditos para
impartirla en los plazos y términos que fijen las leyes, emitiendo sus
resoluciones de manera pronta, completa e imparcial. Su servicio será
gratuito, quedando, en consecuencia, prohibidas las costas judiciales”
y numeral 20, apartado B, fracción: “II. Coadyuvar con el Ministerio
Público; a que se le reciban todos los datos o elementos de prueba con
los que cuente, tanto en la investigación como en el proceso, y a que
se desahoguen las diligencias correspondientes”, así como el artículo
25, numeral 1 de la Convención Americana de Derechos Humanos que
establece: “Toda persona tiene derecho a un recurso sencillo y rápido o
a cualquier otro recurso efectivo ante los jueces o tribunales competentes, que la ampare contra actos que violen sus derechos fundamentales
reconocidos por la Constitución, la ley o la presente Convención, aun
cuando tal violación sea cometida por personas que actúen en ejercicio
137
Materia Penal
Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal
de sus funciones oficiales”, así como la parte II, Artículo 2, número 3, incisos a, b y c, del Pacto Internacional de los Derechos Civiles y Políticos
que dispone lo siguiente:
3. Cada uno de los Estados Partes en el presente Pacto se comprometen a garan-
tizar que: a) Toda persona cuyos derechos o libertades reconocidos en el presente
Pacto hayan sido violados podrán interponer un recurso efectivo, aun cuando tal
violación hubiera sido cometida por personas que actuaban en ejercicio de sus fun-
ciones oficiales; b) La autoridad competente, judicial, administrativa o legislativa,
o cualquiera otra autoridad competente prevista por el sistema legal del Estado,
decidirá sobre los derechos de toda persona que interponga tal recurso, y a desarrollar las posibilidades de recurso judicial; c) Las autoridades competentes cum-
plirán toda decisión en que se hayan estimado procedente el recurso;
Constitución Política e instrumentos internacionales de los que deriva el derecho de acceso a la justicia, que es el derecho público subjetivo que toda persona tiene, dentro de los plazos y términos que fijen
las leyes, para acceder de manera expedita a tribunales independientes
e imparciales a plantear una pretensión o defenderse de ella; resultan
aplicables las siguientes tesis que dicen:
Derecho de acceso a la justicia. Sus etapas. De los artículos 14, 17 y 20, apartados
B y C, de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y 8 de la Con-
vención Americana sobre Derechos Humanos, deriva el derecho de acceso efectivo
a la justicia, el cual comprende, en adición a determinados factores socioeconómi-
cos y políticos, el derecho a una tutela jurisdiccional efectiva y los mecanismos de
tutela no jurisdiccional que también deben ser efectivos y estar fundamentados
constitucional y legalmente. Ahora bien, como se señaló en la jurisprudencia 1a./J.
42/2007, de rubro: “Garantía a la tutela jurisdiccional prevista en el artículo 17 de
la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. Sus alcances.”, esta Pri-
Materia Penal
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Dirección de Anales de Jurisprudencia y Publicaciones
mera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación definió el acceso a la tutela
jurisdiccional como el derecho público subjetivo que toda persona tiene, dentro
de los plazos y términos que fijen las leyes, para acceder de manera expedita a
tribunales independientes e imparciales, a plantear una pretensión o a defenderse
de ella, con el fin de que, a través de un proceso en el que se respeten ciertas for-
malidades, se decida sobre la pretensión o la defensa y, en su caso, se ejecute esa
decisión; de ahí que este derecho comprenda tres etapas, a las que corresponden
tres derechos: (i) una previa al juicio, a la que le corresponde el derecho de acceso
a la jurisdicción, que parte del derecho de acción como una especie del de petición
dirigido a las autoridades jurisdiccionales y que motiva un pronunciamiento por
su parte; (ii) una judicial, que va desde el inicio del procedimiento hasta la última
actuación y a la que corresponden las garantías del debido proceso; y, (iii) una
posterior al juicio, identificada con la eficacia de las resoluciones emitidas. Los de-
rechos antes mencionados alcanzan no solamente a los procedimientos ventilados
ante jueces y tribunales del Poder Judicial, sino también a todos aquellos seguidos
ante autoridades que, al pronunciarse sobre la determinación de derechos y obligaciones, realicen funciones materialmente jurisdiccionales.
Primera Sala
Amparo en revisión 352/2012. 10 de octubre de 2012. Cinco votos. Ponente:
Arturo Zaldívar Lelo de Larrea. Secretario: Mario Gerardo Avante Juárez.
Nota: La tesis de jurisprudencia 1a./J. 42/2007 citada, aparece publicada en el
Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Época, Tomo XXV, abril de
2007, página 124.
Acceso
a la justicia.
Los
órganos jurisdiccionales deben evitar, en todo mo-
mento, prácticas que tiendan a denegar o limitar ese derecho.
A fin de satisfacer
efectivamente el derecho fundamental de acceso a la justicia, debe acudirse al
artículo 25 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos, el cual prescribe la obligación por parte del Estado, de conceder a toda persona bajo su
jurisdicción, un recurso judicial efectivo contra actos violatorios de derechos,
los cuales pueden estar reconocidos tanto en la legislación interna, como en la
139
Materia Penal
Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal
propia convención. Asimismo, en la interpretación que se ha hecho de este numeral por parte de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, ha sido cri-
terio sostenido que, para la satisfacción de dicha prerrogativa, no basta con la
existencia formal de un recurso, sino que éste debe ser efectivo; es decir, capaz
de producir resultados o respuestas y tener plena eficacia restitutoria ante la
violación de derechos alegada; en otras palabras, la obligación a cargo del Estado
no se agota con la existencia legal de un recurso, pues éste debe ser idóneo para
impugnar la violación y brindar la posibilidad real, no ilusoria, de interponer un
recurso sencillo y rápido que permita alcanzar, en su caso, la protección judicial
requerida. En estas condiciones, la existencia de esta garantía constituye uno
de los pilares básicos, no sólo de la Convención Americana citada, sino de todo
Estado de derecho. Por tanto, los órganos jurisdiccionales deben evitar, en todo
momento, prácticas que tiendan a denegar o limitar el referido derecho de acceso
a la justicia.
Cuarto Tribunal Colegiado en Materia Administrativa del Primer Circuito
Amparo directo 505/2009. Rosalinda González Hernández. 21 de enero de
2010. Unanimidad de votos. Ponente: Patricio González-Loyola Pérez. Secretario:
Víctor Octavio Luna Escobedo.
Amparo directo 315/2010. Comercializadora de Productos Institucionales, S.A.
de C.V. 7 de octubre de 2010. Unanimidad de votos. Ponente: Jesús Antonio Nazar
Sevilla. Secretaria: Indira Martínez Fernández.
Amparo directo 386/2011. Hilario Gamero Herrera. 25 de agosto de 2011. Una-
nimidad de votos. Ponente: Patricio González-Loyola Pérez. Secretaria: Dulce María Nieto Roa.
Amparo en revisión (improcedencia) 331/2011. Josefina Peralta Albavera. 29 de
septiembre de 2011. Unanimidad de votos. Ponente: Jean Claude Tron Petit. Secretaria: Alma Flores Rodríguez.
Amparo directo 391/2012. José Alberto Montoya Gutiérrez. 23 de agosto de
2012. Unanimidad de votos. Ponente: Jesús Antonio Nazar Sevilla. Secretaria: Angela Alvarado Morales.
Materia Penal
140
Dirección de Anales de Jurisprudencia y Publicaciones
Nota: Por instrucciones del Tribunal Colegiado de Circuito, la tesis que aparece
publicada en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Décima Época, Libro
XV, tomo 2, diciembre de 2012, página 1053, se publica nuevamente con la clave o
número de identificación correcto.
Derecho de acceso a la impartición de justicia. Su aplicación respecto de los de-
más principios que rigen la función jurisdiccional.
Si bien los artículos 1o. y 17 de la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, así como el diverso 25 de la
Convención Americana sobre Derechos Humanos, reconocen el derecho de acceso
a la impartición de justicia –acceso a una tutela judicial efectiva–, lo cierto es que
tal circunstancia no tiene el alcance de soslayar los presupuestos procesales necesarios para la procedencia de las vías jurisdiccionales que los gobernados tengan
a su alcance, pues tal proceder equivaldría a que los Tribunales dejaran de aplicar
los demás principios constitucionales y legales que rigen su función jurisdiccional,
provocando con ello un estado de incertidumbre en los destinatarios de esa función, ya que se desconocería la forma de proceder de tales órganos, además de que
se trastocarían las condiciones de igualdad procesal de los justiciables.
Segunda Sala
Amparo directo en revisión 1131/2012. Anastacio Zaragoza Rojas y otro. 5 de
septiembre de 2012. Unanimidad de cuatro votos. Ausente: Sergio A. Valls Hernández. Ponente: Sergio Salvador Aguirre Anguiano. Secretario: Juan José Ruiz
Carreón.
Si bien es cierto que la institución de la suplencia de la queja, no es
una base legal para concluir que quien es parte en el juicio deje de interponer oportunamente el recurso de apelación procedente contra la resolución, de acuerdo a los preceptos legales aplicables, ya que el principio
de congruencia que rige la segunda instancia y dispositivo que implica
la necesidad de que la impugnación que realice la parte que resiente el
perjuicio o agravio, supone que debe haber recursos porque la suplencia
es respecto a los agravios, lo cual solo se puede dar si se interpuso el re141
Materia Penal
Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal
curso. Sin embargo, no debe dejar de considerarse que el representante
de la coadyuvancia sí expresó alegatos en contra de la decisión del juez
de origen, y si éste no los hubiere expresado, es obligación del juzgador
suplir la deficiencia de la queja en aras de los derechos humanos de la
víctima. Resulta aplicable la siguiente tesis que dice:
Suplencia de la queja deficiente en el amparo en materia penal. Procede en cual-
quiera de sus instancias, cuando el inculpado y la víctima del delito concurren en el
juicio con el carácter de quejoso o tercero perjudicado.
El artículo 76 Bis, fracción
II, de la Ley de Amparo establece que en materia penal procede la suplencia de la
queja cuando se trate del reo; sin embargo, la Primera Sala de la Suprema Corte
de Justicia de la Nación, al resolver la contradicción de tesis 163/2012, en sesión
de veintiocho de noviembre de dos mil doce, interpretó que conforme a los derechos humanos consagrados en los artículos 1o. y 20, apartado B, de la Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos, el espíritu bajo el cual surgió aquella
disposición legal quedó rebasado con el nuevo marco constitucional, por lo que
concluyó que dicha suplencia también es aplicable a la víctima del delito. De ahí
que esta medida proceda en cualquiera de las instancias del juicio de amparo en
materia penal, cuando el inculpado y la víctima del delito concurran en el juicio
con el carácter de quejoso o tercero perjudicado, por lo que será necesario que el
juzgador así lo advierta y efectúe el estudio del caso considerando que existen
dos sujetos de derecho que gozan de ese mismo beneficio, y previa ponderación
de sus respectivos derechos subjetivos públicos, resuelva como en derecho corresponda, abandonando las formalidades y tecnicismos contrarios a la administra-
ción de justicia, pues la finalidad primordial de la suplencia de la queja es atender
a la verdad legal y juzgar, con pleno conocimiento, la controversia acerca de la
constitucionalidad del acto reclamado, para garantizar el acceso real y efectivo a
la Justicia Federal; de modo tal que cuando se impugne algún acto dimanado de
proceso penal, con independencia de quién accione el amparo, sea el inculpado o
la víctima, el juzgador resuelva la litis atendiendo a los elementales fines de la jus-
Materia Penal
142
Dirección de Anales de Jurisprudencia y Publicaciones
ticia distributiva, confiriendo un trato igual a los iguales que permita velar por la
constitucionalidad de los actos emitidos por los órganos del Estado que afectan la
libertad y los derechos de las víctimas, pues sería un contrasentido sostener que la
suplencia de la queja sólo se aplique al sujeto que directamente acuda al amparo o
al recurso de que se trate, ya que se correría el riesgo de perjudicar a la contraparte,
pese a ser también beneficiaria de ese principio procesal. Por tanto, lo procedente
es examinar los actos resolviendo conforme a la verdad jurídica, al margen de si el
quejoso o recurrente es el reo o la víctima.
Cuarto Tribunal Colegiado en Materias Penal y de Trabajo del Séptimo Circuito.
Amparo en revisión 323/2012. 31 de enero de 2013. Unanimidad de votos. Po-
nente: Jorge Sebastián Martínez García. Secretario: Juan Manuel Jiménez Jiménez.
Por otra parte, de la causa instruida contra NORMAN ENRIQUE, se
advierte que los hechos que se le atribuyen derivan de un asunto del orden familiar, por encontrarse en controversia la pensión alimenticia de
su menor hija JONE, y que como correctamente lo resalta la defensa en
su escrito de alegatos, considerando que nuestro país es parte firmante de la Convención sobre los Derechos del Niño, adoptada en Nueva
York, Estados Unidos de América, en mil novecientos ochenta y nueve,
en vigor desde mil novecientos noventa y ratificada por el Estado mexicano el veintiuno de septiembre del mismo año, el cual en su artículo 3,
número 2, dispone: “Los Estados Partes se comprometen a asegurar al
niño la protección y el cuidado que sean necesarios para su bienestar,
teniendo en cuenta los derechos y deberes de sus padres, tutores u otras
personas responsables de él ante la ley y, con ese fin, tomarán todas las
medidas legislativas y administrativas adecuadas”. Asimismo, la Convención Americana sobre los Derechos Humanos o Pacto de San José
de Costa Rica, en su artículo 19, establece: “Derechos del niño. Todo niño
tiene derecho a las medidas de protección que su condición de menor
requiere por parte de su familia, de la sociedad y del Estado”, y en ese
143
Materia Penal
Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal
sentido, la Corte Interamericana de Derechos Humanos ha establecido
en orden a tal concepto de interés superior del niño, que se funda “en
la dignidad misma del ser humano, en las características propias de los
niños, y en la necesidad de propiciar el desarrollo de éstos, con pleno
aprovechamiento de sus potencialidades”, y del artículo 1o. constitucional, se desprende que: “en los Estados Unidos Mexicanos todas las
personas gozarán de los derechos humanos reconocidos en la Constitución y en los tratados internacionales de los que el Estado mexicano sea
parte”; de lo que se desprende que los tribunales deben velar que en
los asuntos que se discutan y estén inmiscuidos derechos de menores,
se atienda a preservar el interés superior del niño, así como el diverso
numeral 4o. de la Constitución Política referida, en sus párrafos octavo,
noveno y décimo, se establece:
En todas las decisiones y actuaciones del Estado se velará y cumplirá con el
principio del interés superior de la niñez, garantizando de manera plena sus dere-
chos. Los niños y las niñas tienen derecho a la satisfacción de sus necesidades de
alimentación, salud, educación y sano esparcimiento para su desarrollo integral.
Este principio deberá guiar el diseño, ejecución, seguimiento y evaluación de las
políticas públicas dirigidas a la niñez. Los ascendientes, tutores y custodios tienen
la obligación de preservar y exigir el cumplimiento de estos derechos y principios.
El Estado otorgará facilidades a los particulares para que coadyuven al cumplimiento de los derechos de la niñez.
Congruente con lo anterior, obra la tesis emitida por la Primera Sala
de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, que es del tenor siguiente:
Interés superior del niño. Es un principio de rango constitucional implícito en la
regulación de los derechos de los menores previstos en el artículo 4o. constitucional.
De acuerdo a una interpretación teleológica, el interés superior del niño es
Materia Penal
144
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principio de rango constitucional, toda vez que en el dictamen de la reforma constitucional que dio lugar al actual texto del artículo 4o., se reconoce expresamente
que uno de los objetivos del órgano reformador de la Constitución era adecuar el
marco normativo interno a los compromisos internacionales contraídos por nuestro país en materia de protección de los derechos del niño. En este sentido, el interés superior del niño es uno de los principios rectores más importantes del marco
internacional de los derechos del niño. En el ámbito interno, el legislador ordinario
también ha entendido que el interés superior es un principio que está implícito en
la regulación constitucional de los derechos del niño, ya que es reconocido expresa-
mente en la Ley para la Protección de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes
como un principio rector de los derechos del niño.
Primera Sala
Amparo directo en revisión 1187/2010. 1o. de septiembre de 2010. Cinco votos.
Ponente: Arturo Zaldívar Lelo de Larrea. Secretarios: Ana María Ibarra Olguín y
Javier Mijangos y González.
Así, ha quedado de manifiesto que tanto en los tratados internacionales mencionados y en nuestra Constitución Política, se prevé como
un derecho fundamental de toda persona el derecho de acceso a la justicia, entre ellos, de la víctima del delito, dado que se integró en la Constitución un catálogo de derechos que puede exigir que se le respeten
por la autoridad que conoce del procedimiento, de los que destaca la
constitución de la coadyuvancia con el Ministerio Público, que le permite exigir que se le reciban todos los datos o elementos de prueba con
que cuente (en averiguación previa y en el proceso) que no están limitados a la demostración de la reparación del daño; es decir, que también
comprenden el acreditamiento de los presupuestos para que la condena
a la reparación del daño se actualice, estos son el delito y la responsabilidad penal del inculpado; también cuenta con el derecho de que se
desahoguen las diligencias que solicite y en caso de negativa recibir
145
Materia Penal
Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal
una respuesta fundada y motivada, contra la que tendrá la posibilidad
de hacer valer los medios de impugnación pertinentes. Ahora bien, la
intervención que la víctima tiene activamente, tiene como finalidad que
el procedimiento penal culmine con una sentencia condenatoria, pues
la reparación del daño es una pena pública, de manera que para que
surja es necesario que previamente se acredite la pretensión punitiva
del proceso penal, es decir, la existencia del delito y la responsabilidad
penal, de ahí que éste órgano de revisión estime que la víctima, quien se
constituyó como coayuvante por conducto de su representante, puede
interponer recurso de apelación en contra de la sentencia interlocutoria
donde se declaró procedente la libertad por desvanecimiento de datos
del inculpado NORMAN ENRIQUE, por el delito de FRAUDE PROCESAL, porque si bien es cierto tal acto no afecta en forma directa la reparación del daño, sí implica que de facto, tal reparación no ocurra por
afectar la pretensión reparatoria, pues no se debe perder de vista que
la sentencia interlocutoria referida, se decretó en términos del artículo
547, fracción I, del Código de Procedimientos Penales para el Distrito Federal, y se decretó el sobreseimiento de la causa, que de conformidad al numeral 667 del mismo ordenamiento legal, surte efectos de
una sentencia absolutoria con valor de cosa juzgada, lo cual trae como
consecuencia que se haga nugatorio el derecho fundamental de la víctima, máxime que la nueva Ley de Amparo en el artículo 173, dispone
que se considerarán violadas las leyes del procedimiento, en su fracción
XIX: “Al dictarse una sentencia absolutoria o un auto que se refiera a la
libertad del imputado no se hayan respetado, entre otros, los siguientes derechos de la víctima u ofendido del delito: b) a coadyuvar con el
Ministerio Público, a que se le reciban todos los datos o elementos de
prueba con los que cuente tanto en la investigación como en el proceso
y a que se le permita intervenir en el juicio;” siendo que en el caso la
resolución impugnada por el representante de la coadyuvancia, ordenó
Materia Penal
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Dirección de Anales de Jurisprudencia y Publicaciones
la libertad por desvanecimiento de datos del inculpado y decretó el sobreseimiento de la causa, el cual tiene efectos definitivos.
No se inadvierte que la acción penal tradicional tiene el carácter de
principal y de interés público, de ahí que su titular es el Ministerio Público como representante de la sociedad. En cambio, la reparación del
daño, aun cuando constitucionalmente en la actualidad se considera
también de carácter público, su naturaleza en la vía penal sigue siendo
la de una acción no principal, sino accesoria, es decir, que depende de la
procedencia, existencia y eficacia de la acción penal principal, de la que
como resultado de su ejercicio debe establecerse plenamente la existencia de un delito y de la responsabilidad de un sujeto a quien se reproche
legalmente la culpabilidad en su comisión. Se trata así de una relación
condicionada, ya que en la vía penal no puede prosperar la acción accesoria si no cuenta con el presupuesto de subsistencia legal, del ejercicio
de la acción principal.
En consecuencia, a fin de lograr un equilibrio procesal que debe regir
para las partes en conflicto, inculpado y víctima, cuyos derechos fundamentales no se oponen entre sí, sino que por el contrario, el respeto
de ambos constituye la vigencia del orden constitucional y de los principios ahí consagrados, sin que obste que potencialmente el imputado
y su defensa hubieren hasta este momento logrado superar conforme a
las reglas del debido proceso la acción penal intentada por el Ministerio
Público, pues el que se reconozca a la víctima u ofendido la posibilidad
de interponer el recurso de apelación, tiene como objetivo el respeto
pleno al derecho de acceso a la justicia, sin poner en entredicho los derechos del inculpado en tanto busca salvaguardar el equilibrio entre las
partes y propicia una más completa vigencia del orden constitucional.
También no se soslaya, que a la víctima no se le reconoce el carácter
de parte dentro del procedimiento penal, pero ello nada tiene que ver
con los derechos que en calidad de víctima tiene, porque hasta la fecha
147
Materia Penal
Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal
se mantiene el papel del Estado, como monopolizador de la acción penal, porque a éste corresponde la acción persecutoria, sin que ello se
sustituya con los nuevos derechos adquiridos de las víctimas. Así, tampoco puede considerarse como argumento que justifique la falta de legitimación de la víctima u ofendido, para interponer en el caso el recurso
de apelación, la subordinación que, en cuanto a la acción penal –acción
principal–, existe con el Ministerio Público, pues si bien para este órgano del Estado existe imposibilidad legal para impugnar ante la justicia
ordinaria del Distrito Federal, lo cierto es que ello es consecuencia del
diseño de nuestro sistema de justicia local; sin embargo, tal circunstancia no tiene porqué repercutir en detrimento de la víctima u ofendido,
pues en su calidad de gobernado y, en consecuencia, titular de derechos
fundamentales, tiene derechos propios que defender, los cuales el Constituyente ha entronado en el mismo nivel que los del inculpado.
Por otra parte, la determinación de que el recurso de apelación sí es
admisible, no implica de modo alguno dejar en estado de indefensión al
inculpado, ante una eventual revocación del auto recurrido, pues cuenta con otros medios legales para impugnarla.
Por tanto, este órgano de revisión concluye que el auto donde de
declaró procedente la libertad por desvanecimiento de datos del inculpado NORMAN ENRIQUE, por el delito de FRAUDE PROCESAL, es
recurrible en apelación por parte del representante de la coadyuvancia,
toda vez que representa los intereses de la víctima, porque en esa resolución se decretó el sobreseimiento de la causa, el cual tiene efectos
de una sentencia absolutoria con valor de cosa juzgada, la cual afecta
los derechos fundamentales de la víctima, mismos que se encuentran
previstos en el artículo 20 constitucional, y a través de ese recurso, se
hace efectivo el derecho de acceso a la justicia previsto en el artículo 17
constitucional, en tanto que permite que la víctima por conducto de
su representante impugne la resolución de la cual depende el derecho
Materia Penal
148
Dirección de Anales de Jurisprudencia y Publicaciones
fundamental de la reparación del daño, favoreciendo sus derechos al
permitírsele reclamar la correcta aplicación de la ley y acceder a los mecanismos de tutela de sus derechos.
Determinación que en un marco de control de convencionalidad,
debe indicarse se ajusta a lo dispuesto en el artículo 25 de la Convención Americana de Derechos Humanos, según el cual, toda persona
que vea afectados sus derechos o intereses legales vinculados con un
proceso penal por parte de la autoridad, tiene derecho a la existencia y
accesibilidad a un medio de impugnación que permita dirimir su planteamiento de inconformidad, así como la parte II, Artículo 2, número 3,
incisos a, b y c, del Pacto Internacional de los Derechos Civiles y Políticos que dispone que toda persona cuyos derechos o libertades reconocidos en el presente Pacto hayan sido violados podrán interponer un
recurso efectivo, aun cuando tal violación hubiera sido cometida por
personas que actuaban en ejercicio de sus funciones oficiales; de ahí
que al no existir en la legislación procesal ordinaria aplicable algún medio de impugnación que permita a la víctima u ofendido de un delito,
resistir o combatir la eventual ilegalidad del dictado de una resolución
donde se determina la libertad por desvanecimiento de datos, sino por
el contrario, existe la limitativa prevista en el artículo 417, del Código
de Procedimientos Penales para el Distrito Federal que dispone “Tienen
derecho a apelar: III. El ofendido o sus legítimos representantes, cuando
aquél o éstos coadyuven en la acción reparadora, y sólo en lo relativo a
ésta”, en el cual el juzgador sustentó la determinación de no admitir el
recurso de apelación interpuesto por el representante de la coadyuvancia, en el caso específico vulnera los derechos humanos de la víctima
JONE, por lo que este órgano de revisión considera no es aplicable al
caso concreto, dado que restringe los derechos de la víctima. Tienen
aplicación las siguientes tesis que son del tenor siguiente:
149
Materia Penal
Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal
Víctima u ofendido. Tiene derecho a impugnar las decisiones que afecten los presu-
puestos de la reparación del daño.
El artículo 20 constitucional otorga a la víctima u
ofendido el derecho a la reparación del daño. De este derecho, en conexión con los
derechos fundamentales al debido proceso y al acceso a la justicia, se deriva a su
vez el derecho de la víctima u ofendido a tener acceso a los medios de impugnación
ordinarios que le permitan inconformarse con cualquier decisión relacionada con
los presupuestos lógicos de la reparación del daño en materia penal, tales como la
comprobación de la existencia del delito y la responsabilidad penal del inculpado.
Amparo en revisión 502/2010. 24 de noviembre de 2010. Unanimidad de cuatro
votos. Ponente: Arturo Zaldívar Lelo de Larrea. Secretario: Arturo Bárcena Zubieta.” (Novena Época. Núm. Registro IUS: 161717. Instancia: Primera Sala. Tesis aislada. Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Tomo XXXIII, junio de
2011, materias: Constitucional y penal, tesis 1a. XC/2011, página 179).
Víctima u ofendido del delito. Tiene el derecho de aportar pruebas tanto en la
averiguación previa como en el proceso penal (interpretación del artículo
tado
20, apar-
B, fracción II, de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos).
El reconocimiento de derechos subjetivos por la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, significa no sólo observar el comportamiento que satisface
la pretensión en que se hacen consistir, sino que también trae consigo la obligación
del legislador de establecer el medio eficaz que garantice su defensa. En ese sentido, cuando la Constitución prevé en el artículo 20, apartado B, fracción II, en su
texto anterior a la reforma publicada en el Diario Oficial de la Federación el 18 de
junio de 2008, el derecho de la víctima u ofendido a que se le reciban todas las pruebas, ello implica que crea la obligación de establecer el medio idóneo para hacerlo
efectivo, sin que pueda estimarse que lo es exclusivamente el juicio de garantías,
pues dicho derecho tiene determinado constitucionalmente el momento de ejer-
cerse y respetarse, esto es, en la averiguación previa y en el proceso penal, acorde
con el espíritu del proceso de reformas al indicado precepto constitucional del año
2000, consistente en ampliar los derechos de la víctima u ofendido para reconocerle
los derechos de parte procesal.
Materia Penal
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Dirección de Anales de Jurisprudencia y Publicaciones
Amparo en revisión 407/2009. 2 de septiembre de 2009. Unanimidad de cuatro
votos. Ausente: Sergio A. Valls Hernández. Ponente: Juan N. Silva Meza. Secretaria: Eugenia Tania C. Herrera-Moro Ramírez.
Amparo en revisión 151/2010. 26 de mayo de 2010. Cinco votos. Ponente: Juan
N. Silva Meza. Secretaria: Eugenia Tania C. Herrera-Moro Ramírez.” (Novena
Época. Núm. Registro IUS: 161422. Instancia: Primera Sala. Tesis aislada. Fuente:
Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Tomo XXXIV, julio de 2011, Materia:
Constitucional, tesis 1a. CVII/2011, página 313).
Víctima u ofendido. Cuando se impugne una decisión relacionada con el derecho
constitucional a ofrecer pruebas, tiene derecho a interponer recurso de apelación a
pesar de que los códigos procesales penales no contemplen esta posibilidad. El artícu-
lo 20 constitucional (en su texto anterior a la reforma publicada en el Diario Oficial
de la Federación el 18 de junio de 2008) otorga a la víctima u ofendido el derecho
a aportar pruebas. Cuando este derecho se ejerce en el marco del proceso penal,
los derechos fundamentales al debido proceso y al acceso a la justicia exigen que
la víctima u ofendido cuente con un recurso ordinario que les permita inconformarse con las decisiones que afecten ese derecho. Los códigos de procedimientos
penales que no contemplen expresamente la posibilidad de apelar en estos casos
deben interpretarse de conformidad con la Constitución, de manera que la víctima
u ofendido pueda defender su derecho a aportar pruebas en el marco del proceso
penal a través del recurso de apelación.
Amparo en revisión 502/2010. 24 de noviembre de 2010. Unanimidad de cua-
tro votos. Ponente: Arturo Zaldívar Lelo de Larrea. Secretario: Arturo Bárcena Zubieta.” (Novena Época. Núm. Registro IUS: 161720. Instancia: Primera Sala. Tesis
aislada. Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Tomo XXXIII, junio
de 2011. Materias: Constitucional y penal, tesis 1a. LXXXVIII/2011, página 178).
(Novena Época. Núm. registro IUS: 161423. Instancia: Primera Sala. Tesis aisla-
da. Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Tomo XXXIV, julio de 2011.
Materia: Penal, tesis 1a. CVIII/2011, página 312).
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Materia Penal
Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal
Por lo tanto, se concluye que el auto por el cual se negó la admisión
del recurso de apelación interpuesto por el licenciado RAFAEL, en calidad de representante de la coadyuvancia, en contra de la sentencia
interlocutoria de fecha 29 veintinueve de mayo de 2013 dos mil trece, en
el que se declaró procedente la libertad por desvanecimiento de datos
de NORMAN ENRIQUE, por el delito de FRAUDE PROCESAL, y decretó el sobreseimiento de la causa, es apelable; así las cosas, es fundado
el recurso de denegada apelación que hace valer el licenciado RAFAEL,
en calidad de representante de la coadyuvancia. En consecuencia, el
juzgador deberá de admitir el multicitado recurso en el efecto devolutivo, así como efectuar el trámite correspondiente para la substanciación
del mismo, enviando para tal efecto el expediente de la causa a esta
Sexta Sala Penal del Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal
con el oficio correspondiente dentro del plazo de 5 cinco días contados
a partir de que le sea notificada la presente resolución, con fundamento
en el artículo 442 en relación con el 422, párrafo segundo, del Código de
Procedimientos Penales para el Distrito Federal.
Por lo expuesto y con fundamento en el quinto párrafo del artículo
122 constitucional, 44 de la Ley Orgánica del Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal, además de los artículos 435, 437, 440 y 441 del
Código de Procedimientos Penales, se
RESUELVE:
PRIMERO. Se declara admisible el recurso de apelación interpuesto
por el licenciado RAFAEL, en calidad de representante de la coadyuvancia, en contra de la sentencia interlocutoria de fecha 29 veintinueve
de mayo de 2013 dos mil trece, por lo que el juez deberá admitirlo en
el efecto devolutivo y efectuar el trámite correspondiente para la substanciación del mismo, remitiendo para tal efecto el expediente respectivo a esta Sexta Sala Penal del Tribunal Superior de Justicia del Distrito
Materia Penal
152
Dirección de Anales de Jurisprudencia y Publicaciones
Federal dentro del plazo de 5 cinco días contados a partir de que le sea
notificada la presente resolución.
SEGUNDO. Notifíquese; remítase copia debidamente autorizada de
la presente resolución al juzgado de origen y, en su oportunidad, archívese el presente toca como asunto concluido.
Así, unitariamente, con fundamento en el artículo 44 de la Ley Orgánica del Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal, lo resolvió y
firma la magistrada integrante de la Sexta Sala Penal del Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal, licenciada Martha Patricia Tarinda
Azuara, por ante la Secretaria de Acuerdos, maestra en Derecho, Yasmín Ramírez Cortés, quien autoriza, firma y da fe.
153
Materia Penal
Materia Justicia
para Adolescentes
Primera Sala Especializada en Justicia para
Adolescentes
Ponente Unitaria
Mgda. Sara Patricia Orea Ochoa
Recurso de denegada apelación interpuesto por los ofendidos, en
contra del auto en el que se negó la admisión del recurso de apelación intentado contra la resolución en la que la Juez Cuarto de Proceso Oral, en funciones de ejecución, declaró prescrita la condena a la
reparación del daño, iniciado por la conducta tipificada como delito
de robo agravado (al haberse cometido en contra de transeúnte, con
violencia física, moral y en pandilla).
SUMARIOS: INTÉRPRETE, DESIGNACIÓN DE. ES UN DERECHO INALIENABLE DE LAS VÍCTIMAS QUE NO HABLEN CASTELLANO, PARA
ACCEDER PLENAMENTE A LA JURISDICCIÓN DEL ESTADO. El Constituyente permanente consagró a nivel constitucional, como un derecho inalienable de las víctimas, el acceder plenamente a la jurisdiccional del Estado, tal y
como lo señala el apartado B de la fracción VIII del artículo 2o. constitucional,
donde se prioriza su derecho a ser asistidas por intérpretes y defensores que
tengan conocimiento de su lengua y cultura, obligación que la ley secundaria, concretamente el código procesal penal, supletorio de la Ley de Justicia
para Adolescentes, también recoge; incluso el diverso numeral 186 de la citada
regulación expresamente prohíbe que un testigo sea intérprete. Por ende, si
Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal
la juez constató que los agraviados son indígenas, que no hablan castellano,
debió proveer a los ofendidos de intérprete, a fin de comunicarse a través
de su lengua y entender las implicaciones jurídicas del proceso en el que se
encuentran involucrados para garantizar su derecho a la justicia, al considerarse al intérprete como un puente de comunicación oral, atendiendo a lo que
previene el derecho interno y la normativa internacional, en el artículo 12 del
Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo. Con esto se hace
eficaz el derecho de las víctimas a la reparación del daño.
REPARACIÓN DEL DAÑO, PRESCRIPCIÓN DE LA. EL AUTO QUE DECLARA EXTINTA LA POTESTAD PARA EJECUTARLA SÍ ES APELABLE EN
EL SISTEMA DE JUSTICIA PARA ADOLESCENTES. Sin desconocer que el
artículo 93 de la ley de la materia no prevé expresamente recurso contra la extinción de la potestad para ejecutar la reparación del daño, también lo es que
esta omisión conlleva a la aplicación supletoria del código procesal penal, en
este caso del artículo 418, fracción III, en relación al 94, fracción IX, del código
punitivo, aplicabilidad que efectivamente procede, de acuerdo a lo previsto en
los artículos 13 y 92 de la Ley que rige la materia de adolescentes y, en concreto, respecto al medio de impugnación que nos ocupa, pues ello no controvierte
los principios que sustentan el Sistema Especializado en Materia de Justicia
Juvenil, debiendo recordar que la finalidad de la supletoriedad, como lo ha
establecido la Corte es, precisamente, colmar lagunas legislativas, sin llegar al
extremo de implementar derechos o instituciones no regulados en la ley que
ha de suplirse. Por tanto, contrario a lo que sostiene la juzgadora, la materia
del recurso que plantean los ofendidos sí es apelable.
México, Distrito Federal, de 20 de junio de 2014 dos mil catorce.
Fallo que pronuncia de forma unitaria la magistrada Sara Patricia
Orea Ochoa, integrante de la Primera Sala de Justicia para Adolescentes
en el Distrito Federal, en el toca DA1U-***/2014, formado con motivo
del recurso de denegada apelación interpuesto por los ofendidos MAMateria Justicia para Adolescentes
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Dirección de Anales de Jurisprudencia y Publicaciones
RÍA NIEVES, SANTIAGO y VIRGINIA, en contra del auto de fecha 3
tres de junio de 2014 dos mil catorce, en el que se le negó la admisión
del recurso de apelación intentado contra la resolución en la que la Juez
Cuarto de Proceso Oral, en funciones de ejecución, declaró prescrita la
condena a la reparación del daño, emitido el 27 veintisiete de mayo del
2014 dos mil catorce, en la causa ***/2012, seguida en contra de IRVING
o IRVING ADRIÁN por la conducta tipificada como delito de ROBO
AGRAVADO (al haberse cometido en contra de transeúnte, con violencia física, moral y en pandilla).
RESULTANDO:
1. El 24 veinticuatro de junio de 2011 dos mil once, el Juez Tercero
de Proceso Escrito en Materia de Justicia para Adolescentes emitió sentencia definitiva en la causa **/2011, en la que declaró al adolescente
IRVING o IRVING ADRIÁN, plenamente responsable de la conducta
tipificada como delito de ROBO AGRAVADO, cometido en agravio de
ISRAEL; por lo que le impuso medida de tratamiento en internamiento
en centro especializado por un tiempo de 11 once meses 1 un día, concediéndose dos medidas alternas simultáneas al internamiento consistentes en: a) Libertad asistida, y b) La obligación de asistir a una institución
educativa, causando estado el 4 cuatro de julio de 2011 dos mil once.
2. La vigilancia y sustanciación de la ejecución de la sentencia correspondió a la Juez Cuarto de Proceso Oral en Justicia para Adolescentes,
licenciada Mónica Jasso Hernández, quien el 4 cuatro de julio del 2011
ordenó la externación del adolescente IRVING o IRVING ADRIÁN, tras
acogerse a las medidas alternas que le fueron concedidas, apercibiéndolo que en caso de incumplimiento se revocarían las mismas de conformidad al artículo 89 de la Ley de Justicia para Adolescentes; de igual
manera se informó a su representante legal ARTURO, las obligaciones
que contraen y las consecuencias en caso de incumplimiento.
159
Materia Justicia para Adolescentes
Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal
3. Bajo esos lineamientos, la Dirección de Tratamiento para Adolescentes, por conducto de la Comunidad Externa, remitió a la juzgadora
el Programa Personalizado de Ejecución de la Medida, indicando que
el inicio del programa sería el 6 seis de julio de 2011 y su terminación el
21 de marzo del 2012.
4. En fecha 2 dos de mayo de 2012 dos mil doce, la directora de la
Comunidad Externa, mediante oficio SG/SsSP/DGTPA/****/2012,
informó a la juez de ejecución que el adolescente IRVING o IRVING
ADRIÁN no había dado cumplimiento a las medidas que le fueron impuestas, registrando una sola asistencia; asimismo, informó que una
vez hecho el cómputo respectivo el tiempo que le faltaba por cumplir
de la medida impuesta era de 8 ocho meses 14 días (foja 356).
5. Ante ello el Ministerio Público solicitó a la a quo la comparecencia
del adolescente y en cuyas diligencias se dio cuenta a la juez de que el
adolescente se encontraba interno en la comunidad para adolescentes
a disposición de la Juez Octavo de Proceso Escrito para Adolescentes
(foja 362); información que fue confirmada a través del oficio 1423, de
fecha 1 uno de junio de 2012 (foja 371), en el que se indicó que el adolescente estaba sujeto a proceso con restricción de su libertad por el delito
de ROBO AGRAVADO (en contra de transeúnte, violencia física, moral
y en pandilla) y próximo a dictarse sentencia.
6. Así entonces, el 4 cuatro de junio de 2012 dos mil doce, la Juez
Octavo de Proceso Escrito dictó sentencia en la causa ***/2011, en la
que declaró a IRVING o IRVING ADRIÁN plenamente responsable de
la comisión de la conducta tipificada como delito de ROBO AGRAVADO (al haberse cometido en contra de transeúnte, con violencia física,
moral y en pandilla) en agravio de MARÍA NIEVES, SANTIAGO y
VIRGINIA; por lo que le impuso medida de tratamiento en internamiento en centro especializado por un tiempo de 1 un año 7 siete meses 15 días; sin que fuera procedente la aplicación de medidas alternas
Materia Justicia para Adolescentes
160
Dirección de Anales de Jurisprudencia y Publicaciones
al internamiento; asimismo, se condenó al adolescente al pago de la
reparación del daño, debiendo pagar a los ofendidos la suma total de
$161,813.00 (ciento sesenta y un mil ochocientos trece pesos 00/100);
absolviendo respecto de la reparación del daño moral y perjuicios ocasionados. Determinación que fue notificada en esa misma fecha tanto
a las partes como a los ofendidos, destacando que por lo que hace a
la agraviada MARÍA NIEVES, estaba asistida de su perito traductor,
Francisco Zacarías Álvarez, quien de acuerdo a las constancias no habla castellano, al ser de origen oaxaqueño y hablar “lengua Triqui”, al
igual que los dos restantes agraviados, empero entienden un poco más
el castellano.
7. Resolución contra la que el Defensor Público y el Ministerio Público, interpusieron recurso de apelación, el que fue resuelto por ejecutoria
de fecha 4 cuatro de 2012 dos mil doce, emitida por la Primera Sala de
Justicia para Adolescentes dentro del toca ***/2012, en la que se determinó confirmar la sentencia antes descrita.
8. Ante ello, la Juez Octavo emitió el auto de fecha 5 cinco de julio de
2012 dos mil doce, en donde declaró ejecutoriada la sentencia; asimismo, ordenó que el adolescente quedará a disposición de la Dirección
General de Tratamiento para Adolescentes, y a su vez al juez de proceso
oral en funciones de ejecución que le correspondía conocer de la vigilancia en el cumplimiento de la sentencia, y en consecuencia declinó la
competencia a favor del juez de ejecución; lo que ordenó fuera notificado de manera personal, no obstante sólo aparece cédula de notificación
sin diligenciar (fojas 92 a 93).
9. Bajo esos términos correspondió a la Juez Cuarto de Proceso Oral,
en Materia de Justicia para Adolescentes, la vigilancia y substanciación
de la ejecución, quien luego de aceptar la competencia ordenó la presentación del adolescente para hacer de su conocimiento que la juzgadora
en mención se encargaría de la ejecución de la causa; asimismo, advirtió
161
Materia Justicia para Adolescentes
Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal
que no constaba notificación a los ofendidos respecto de la sentencia de
segunda instancia; de ahí que solicitara a la juez de instrucción su realización; así entonces, el 16 de julio del 2012, se recibió el oficio número
2032, en el que la Juez Octavo giró las respectivas cédulas de notificación a los ofendidos y en la que aparece recibida por EUGENIO (hijo)
(foja 508-512).
10. Por otra parte, al contar el adolescente con dos sentencias que
han causado ejecutoria, y que en la primera le fueron concedidas medidas alternas simultáneas al internamiento, el Ministerio Público solicitó
la revocación de las mismas y se diera lugar al internamiento, lo que
fue consensado por la Defensa, quien además solicitó la unificación del
cómputo de las medidas.
11. A razón de ello, la juzgadora, por auto de fecha 18 dieciocho de
julio del 2012 dos mil doce, revocó al adolescente IRVING o IRVING
ADRIÁN las medidas de libertad asistida y la obligación de asistir a
una institución educativa, debiendo cumplir la de mayor gravedad; asimismo, ordenó la unificación del cómputo de las medidas impuestas al
adolescente, y, por ello ordenó a la autoridad administrativa, se enviara
el programa personalizado de ejecución en la que se tomara en cuenta
la temporalidad que surgiera de la suma matemática del cómputo de
las medidas impuestas de los Juzgados Tercero y Octavo, y asimismo,
se indicara la fecha de inicio y conclusión del mismo; finalmente, señaló
que los informes de avance respecto del cumplimiento de la medida
tendrían que realizarse cada dos meses; determinación que no fue recurrida por ninguna de las partes (fojas 700 a 702 y 704).
12. Paralelo a ello, el 2 dos de agosto, se suspendió la ejecución de la
medida en virtud de que el adolescente interpuso juicio de garantías
en contra de la resolución emitida por la Primera Sala de Justicia para
Adolescentes, cuya autoridad en fecha 7 siete de noviembre del 2012
dos mil doce dio cumplimiento a la ejecutoria de amparo emitida por
Materia Justicia para Adolescentes
162
Dirección de Anales de Jurisprudencia y Publicaciones
el Segundo Tribunal Colegiado en Materia Penal del Primer Circuito
derivado del D.P.***/2012 en donde se modificó el punto resolutivo primero, especificando únicamente que dado que el enjuiciado ya había
cumplido la mayoría de edad y, por ende, debería compurgar la sanción
del internamiento separado de los demás internos, quedando firme en
el resto de sus aspectos (relativos a la sanción y reparación del daño)
según consta a fojas 541 a 566 vta.
13. En fecha 3 tres de diciembre del 2012 dos mil doce, la subdirectora jurídica de la Dirección General de Tratamiento para Adolescentes
remitió a la Juez Cuarto Oral en funciones de ejecución el programa
personalizado de ejecución de la medida del adolescente IRVING o
IRVING ADRIÁN, quien señaló que una vez realizados los cómputos
correspondientes de las medidas de internamiento que le fueron impuestas, así como la bonificación del tiempo de detención preventiva de
ambas causas, determinó que el tiempo que le restaba por cumplir era
de 1 un año 5 cinco meses 11 once días, el cual comenzaría a partir del 8
ocho de noviembre del 2012 dos mil doce; culminaría el 19 diecinueve
de abril del 2014 dos mil catorce (fojas 712 a 719).
14. El 7 siete de junio de 2013, se envió a la juez el primer informe de
desarrollo y avance de la medida impuesta (foja 733 a 737); en tanto que
el 20 de diciembre del 2013, se recibió el segundo informe de supervisión y seguimiento (foja 741 a 746).
15. El 7 siete de abril de 2014 dos mil catorce, la juez ordenó informar
al director de la Comunidad de Tratamiento Especializado para Adolescentes, que el cese de la medida de tratamiento en internamiento a
la que estaba sujeto el adolescente IRVING o IRVING ADRIÁN, sería
el 19 diecinueve de abril del año en curso, y en consecuencia, debería
procederse a la externación del mismo, así como al envío del informe
de conclusión de la medida, y en caso de haber algún impedimento lo
informara a la brevedad.
163
Materia Justicia para Adolescentes
Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal
16. En fecha 11 once de abril del 2014 dos mil catorce, la juzgadora decretó “la definitiva libertad” de IRVING o IRVING ADRIÁN con
efectos a partir del 19 de abril del 2014 dos mil catorce.
17. Por auto de fecha 27 de mayo de 2014, la juez declaró extinta la
potestad para ejecutar la reparación del daño a la cual fue condenado
el adolescente.
18. Inconforme con lo anterior, el Ministerio Público interpuso el recurso de revocación, verificándose la audiencia verbal el 30 treinta de
mayo de 2014 dos mil catorce, en la que comparecieron los ofendidos
MARÍA NIEVES, SANTIAGO y VIRGINIA, así como el adolescente y
el testigo EUGENIO, y tras escuchar a las partes, la juez determinó improcedente conceder la revocación del auto impugnado.
19. Por otra parte, los ofendidos interpusieron recurso de apelación
en contra del auto de fecha 27 veintisiete de mayo del 2014, que declara
prescrita la potestad de ejecutar la reparación del daño, haciendo del
conocimiento a la juez que son de origen oaxaqueño y hablan “lengua
triqui”.
20. Recurso que no fue admitido por la a quo, según consta en el auto
de fecha 3 tres de junio del 2014 (foja 803).
21. Ante ello, el 5 cinco de junio de 2014 dos mil catorce, los ofendidos
MARÍA NIEVES, SANTIAGO, y éste, además, en representación de
VIRGINIA, interpusieron recurso de denegada apelación el que se tuvo
por interpuesto el 6 seis del mismo mes y año, ordenando en consecuencia
remitir el certificado que marca la ley y las constancias correspondientes a
esta Autoridad Revisora, para la substanciación del recurso interpuesto.
22. Así, recibido el testimonio respectivo por esta Sala y habiendo
llevado a cabo el trámite que establece el numeral 440 del código de
procedimientos penales, se puso a la vista de las partes las constancias
procesales, las que consideraron que no era necesario engrosar ninguna
otra constancia.
Materia Justicia para Adolescentes
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Dirección de Anales de Jurisprudencia y Publicaciones
23. Con estos antecedentes, en fecha 17 diecisiete de junio de la presente anualidad, se dio la última notificación en cuanto al recurso que
nos ocupa, al adolescente, por lo que se turnaron los autos a la que
suscribe magistrada Sara Patricia Orea Ochoa, para que de forma unitaria emita la resolución respectiva dentro del término que establece el
artículo 441 del código de procedimientos penales, supletorio de la Ley
de Justicia para Adolescentes en su artículo 13, lo que también obedece
a lo estipulado en el párrafo segundo del artículo 44 de la Ley Orgánica
del Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal.
CONSIDERANDO:
I. El recurso de denegada apelación tiene como finalidad que se declare si procede o no la apelación en contra de determinada resolución,
en tal virtud procederá siempre y cuando se hubiere negado aquel medio de impugnación; por lo cual, ante el contraste entre la pretensión de
los promoventes y la negativa de la juzgadora, la parte afectada tiene
como vía de derecho, la interposición del recurso de denegada apelación, a efecto de que el Tribunal de Alzada resuelva sobre la procedencia
o no de la admisión del recurso ordinario que se pretende, tal y como
lo establecen los numerales 435 a 442 del código adjetivo de la materia.
II. Precisado lo anterior, este tribunal unipersonal de revisión determina
que la decisión de la juez de no admitir el recurso planteado por los
agraviados es incorrecto, ello en virtud de las siguientes consideraciones:
En principio, este órgano de decisión advierte, que la resolución que
motiva la original inconformidad de los agraviados, lo constituye el
auto que declara extinta la potestad de ejecutar la reparación del daño,
pues, en concepto de la juzgadora se actualiza a favor del adolescente la prescripción; aspecto del que medió oposición expresa por parte
de MARÍA NIEVES, SANTIAGO y VIRGINIA, al interponer el recurso
que es la base del análisis que ahora nos ocupa.
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Materia Justicia para Adolescentes
Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal
Ahora bien, la a quo negó el recurso de apelación por tres razones:
a) Que MARÍA NIEVES y SANTIAGO no señalaban, según su apreciación, bajo qué calidad comparecían en representación de VIRGINIA.
b) Que los promoventes no fundamentaban legalmente el recurso
planteado; y
c) Que, finalmente, a su entender el artículo 93, así como el 418 del
código de procedimientos penales de aplicación supletoria a la Ley de
la materia, no contemplaban tal hipótesis como materia de apelación.
Argumentos que, a su juicio, eran bastantes para no considerar procedente la interposición del recurso, más aún cuando el Ministerio Público interpuso el recurso de revocación y en cuya audiencia se escuchó
a los agraviados, por lo que, dice, quedó garantizado su derecho a inconformarse con la resolución.
Previo a dar contestación a las razones equívocas de la licenciada
Mónica Jasso Hernández, es menester retrotraernos a los autos para advertir que las víctimas del delito de ROBO AGRAVADO por el que fue
condenado el adolescente IRVING o IRVING ADRIÁN por sentencia
firme, son miembros de la comunidad indígena Triki, originarios del
estado de Oaxaca, lo que no sólo se evidencia en autos, sino que la juez
tuvo conocimiento directo en la audiencia citada en fecha 30 de mayo
del 2014, donde se observa que uno de los pasivos del evento, SANTIAGO, manifestó que su esposa MARÍA NIEVES no habla castellano y
que se comunica con ella a través de la lengua mixteca; de igual forma
el testigo e hijo de los agraviados EUGENIO, destacó que él hablaba “el
español” pero no entendía algunas palabras que se utilizaban; datos
que motivaban un actuar jurisdiccional distinto al que la a quo llevó
a cabo, al advertir no sólo la falta de comprensión del castellano sino
el evidente desconocimiento de la codificación penal y la dificultad de
comprender el lenguaje técnico por parte de las víctimas, pues la juzgadora debió ponderar entre la fundamentación jurídica, que a decir de
Materia Justicia para Adolescentes
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Dirección de Anales de Jurisprudencia y Publicaciones
ésta era incorrecta y el acceso pleno a la justicia, para hacer efectivo el
derecho al recurso en el que se pueda hacer eficaz el derecho a las víctimas a la reparación del daño.
En efecto, en principio la juzgadora debió solicitar la presencia de un
intérprete; sin embargo, se advierte un actuar desafortunado, donde no
sólo evidencia el desconocimiento de los protocolos de actuación para
los que imparten justicia en los que se involucren derechos de personas
indígenas, que incluso la Suprema Corte de Justicia de la Nación ha
impulsado al editar las herramientas necesarias para un mejor quehacer
jurisdiccional; no obstante ello, la juzgadora, que como parte del Poder
Judicial, está obligada a conocerlos, para con ello mejorar el acceso pleno a la justicia para este sector de la población, que como se señala en
tales instrumentos y en la propia Constitución, la experiencia concreta
ha demostrado un trato desigual e inequitativo a lo largo de la historia, de ahí que el Constituyente permanente, en aras de resarcir tales
deficiencias consagró a nivel constitucional, como un derecho inalienable, el acceder plenamente a la jurisdiccional del Estado, tal y como lo
señala el apartado B de la fracción VIII del artículo 2o. constitucional,
donde se prioriza su derecho a ser asistidos por intérpretes y defensores
que tengan conocimiento de su lengua y cultura, pero no sólo ello, la a
quo olvida o desconoce que la ley secundaria, concretamente el código
procesal penal, que es supletorio de la Ley de Justicia para Adolescentes, también recoge la obligación de hacerse llegar de un intérprete, en
tanto que el diverso numeral 186 de la citada regulación expresamente
prohíbe que un testigo sea intérprete; por ende, si la juez constató que
los agraviados son indígenas, incluso llevó a cabo la certificación respectiva de que MARÍA NIEVES no habla castellano, no podía ordenar
que SANTIAGO fuese traductor; escenario que refleja deficiencias en la
labor jurisdiccional de la a quo, pues al no proveer a los ofendidos de intérprete, que es su derecho a fin de comunicarse a través de su lengua y
167
Materia Justicia para Adolescentes
Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal
entender las implicaciones jurídicas del proceso en el que se encuentran
involucrados, no garantizó su derecho a la justicia, pues se hace del conocimiento de la instructora que el intérprete constituye un puente de
comunicación oral, atendiendo a lo que previene el derecho intrínseco
y la normatividad internacional, esto en el artículo 12 del Convenio 169
de la Organización Internacional del Trabajo.
Por otra parte, arguye la juzgadora que los pasivos no fundamentaron el recurso planteado, perdiendo de vista que al tratarse de miembros
de una comunidad indígena, las decisiones que adopte el órgano jurisdiccional están sujetas a un control racional, cuya solución no implica
la creación de una excepción que elimine el conflicto o la declaratoria
de invalidez de una regla, sino que se debe jerarquizar los principios
que entran en colisión (en este caso, los derechos de la víctima a la reparación del daño y la obligación de éstos de fundamentar legalmente
sus pretensiones, uno de los cuales debe de ceder frente al otro, lo que
no significa que uno de estos principios sea inválido ni que el principio desplazado constituya una excepción; en supuestos como el que se
analiza un principio precede a otro, razón por la cual se afirma que en
supuestos concretos como el que nos ocupa, los principios tienen diferente peso y el conflicto ha de resolverse según la dimensión de peso y
no según la dimensión de validez, debiendo tener en cuenta coherencia y argumentación la actividad jurisdiccional, bajo interpretaciones
más allá del contenido de la norma y su producción procesal, eligiendo
significados que sean compatibles con el marco constitucional bajo el
principio de garantizar los derechos fundamentales y en la medida que
se logré será mayor la legitimad del quehacer jurisdiccional frente a la
sociedad; y en este sentido la juez perdió de vista que el derecho que se
involucra en el presente caso, lo es la reparación del daño a las víctimas.
A los anteriores yerros se suma la inexplicable e inexcusable decisión de la juzgadora de declarar inapelable la prescripción de la reMateria Justicia para Adolescentes
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Dirección de Anales de Jurisprudencia y Publicaciones
paración del daño, porque sin desconocer que el artículo 93 de la ley
de la materia expresamente no prevé recurso para la extinción de la
potestad para ejecutar la reparación del daño, también lo es que esta
omisión conlleva a la aplicación supletoria del código procesal penal,
en este caso al artículo 418, fracción III, en relación al 94 fracción IX del
código punitivo, aplicabilidad que efectivamente procede, de acuerdo
a lo previsto en el artículo 13 y 92 de la Ley que rige la materia de adolescentes y concretamente respecto al medio de impugnación que nos
ocupa, pues ello no controvierte los principios que sustentan el Sistema Especializado en Materia de Justicia Juvenil, debiendo recordar
que la finalidad de la supletoriedad, como lo ha establecido la Corte
es precisamente colmar lagunas legislativas, sin llegar al extremo de
implementar derechos o instituciones no regulados en la ley que ha de
suplirse, por lo tanto, contrario a lo que sostiene la juzgadora, la materia del recurso que plantean los ofendidos sí es apelable.
Finalmente, con relación a que VIRGINIA no rubricó el escrito y que
a juicio de la juzgadora desconocía en qué calidad lo hizo SANTIAGO,
de la promoción en cita se desprende el parentesco y calidad en la que
actuaron al interponer el recurso planteado y que de acuerdo al artículo
94, fracción V, de la ley especializada de la materia, tienen derecho a
interponer el recurso ordinario, lo que vuelve a demostrar su falta de
conocimiento y sensibilidad con este sector de la población.
En consecuencia, se le hace una enérgica llamada de atención a la Juez
Cuarto de Proceso Oral, licenciada Mónica Jasso Hernández, en términos del presente fallo, ello de conformidad a lo dispuesto en el diverso
numeral 433 del código procesal penal, sin dejar de soslayar que incumplió con lo establecido en los artículos 10, 13, 16, 17 del Código de
Ética del Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal, para que en
lo subsecuente ajuste su actuación jurisdiccional a los estándares internacionales y locales, y así coadyuvar con el Estado en la aplicación de
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Materia Justicia para Adolescentes
Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal
mecanismos que tiendan al real ejercicio de los derechos de este grupo
de la población; por ende, se ordena enviar copia de la presente resolución al Consejo de la Judicatura del Distrito Federal, para los efectos a
que haya lugar.
En virtud de lo anterior, es procedente el recurso de apelación interpuesto por los ofendidos MARÍA NIEVES, SANTIAGO y VIRGINIA en
contra del auto de fecha 27 veintisiete de mayo del 2014 dos mil catorce, en el que declara extinta la potestad para ejecutar la reparación del
daño, al haber operado a favor del adolescente la prescripción.
Por ende, con fundamento en los artículos 435 a 442 del Código de
Procedimientos Penales del Distrito Federal, en supletoriedad de la Ley
de Justicia para Adolescentes, en unión a los preceptos legales invocados en el presente fallo, se determina, como ya se dijo, fundado el
recurso de denegada apelación intentado por los ofendidos y, por ello,
es de resolver y se
RESUELVE:
PRIMERO. Se declara fundada la denegada apelación interpuesta
por los agraviados MARÍA NIEVES, SANTIAGO y VIRGINIA, y en
consecuencia, es admisible el recurso de apelación intentado en contra
de la resolución de fecha 27 veintisiete de mayo del 2014 dos mil catorce, que declaró extinta la potestad de ejecutar la reparación del daño, al
haber operado a favor del adolescente la prescripción.
SEGUNDO. Se le hace una enérgica llamada de atención a la Juez
Cuarto de Proceso Oral, licenciada Mónica Jasso Hernández, en términos del presente fallo, ello de conformidad a lo dispuesto en el diverso
numeral 433 del código procesal penal, sin dejar de soslayar que incumplió con lo establecido en los artículos 10, 13, 16, 17 del Código de
Ética del Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal, para que en
lo subsecuente ajuste su actuación jurisdiccional a los estándares interMateria Justicia para Adolescentes
170
Dirección de Anales de Jurisprudencia y Publicaciones
nacionales y locales, y así coadyuve con el Estado en la aplicación de
mecanismos que tiendan al real ejercicio de los derechos de este sector
de la población.
TERCERO. Se ordena enviar copia del presente fallo al Consejo de la
Judicatura para los efectos que haya lugar.
CUARTO. Notifíquese, con fundamento en lo dispuesto en el artículo
578 del Código de Procedimientos Penales, envíese copia del presente
fallo al juzgado de origen para su conocimiento; y, en su oportunidad,
archívese el toca como asunto totalmente concluido.
Así, lo resolvió y firma de forma unitaria la magistrada Sara Patricia
Orea Ochoa, integrante de la Primera Sala de Justicia para Adolescentes
en el Distrito Federal; ante el Secretario de Acuerdos, Esteban Arrona
Trejo, con quien actúa y da fe.
171
Materia Justicia para Adolescentes
Primera Sala Especializada en Justicia para
Adolescentes
Ponente Unitaria
Mgda. Lic. Cruz Lilia Romero Ramírez
Recurso de apelación interpuesto por la defensa oficial del adolescente, en contra del auto dictado dentro de la audiencia intermedia,
en su fase oral, por el que se determinó la exclusión de medios de
prueba en la causa seguida por la conducta tipificada como delito de
violencia familiar.
SUMARIO: MINORÍA DE EDAD DEL ADOLESCENTE. EN EL SISTEMA
PENAL ACUSATORIO JUVENIL, NO ES SUSCEPTIBLE DE ACUERDOS
PROBATORIOS. En el sistema integral de justicia juvenil, la edad del adolescente no puede, ni debe ser objeto de acuerdos probatorios; en primer lugar,
porque se trata de una cuestión de carácter público y de observancia general, al ser un presupuesto procesal que la juzgadora debe verificar incluso
de manera oficiosa, ya que no resulta potestativo determinar la minoría de
edad del adolescente, puesto que de ahí derivará la competencia o incompetencia de la autoridad judicial; por otro lado, resultaría inadecuado permitir
que las partes motu proprio discutieran y se pusieran de acuerdo respecto de
la edad del adolescente, con base únicamente en documentales ofertadas
por ellos.
Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal
México, Distrito Federal, 05 cinco de febrero de 2015 dos mil quince.
Vistos, para resolver el toca U-**/2015, relativo al recurso de apelación interpuesto por la defensa oficial del adolescente JORGE, en contra del auto dictado dentro de la audiencia intermedia, en su fase oral,
de fecha 14 catorce de enero de 2015 dos mil quince, por la entonces
Juez Quinto de Proceso Oral de Justicia para Adolescentes en el Distrito Federal, en funciones de control, licenciada Leticia Rocha Licea
(actualmente Juez Segundo de Justicia para Adolescentes del Proceso
Penal Acusatorio), en el que determinó la exclusión de medios de prueba ofertados por la defensa oficial del adolescente referido, en la causa
número ***/2014-C, seguida por la conducta tipificada como delito de
VIOLENCIA FAMILIAR; y
RESULTANDOS:
1. El auto dictado dentro de la audiencia intermedia, en su fase oral,
de fecha 14 catorce de enero de 2015 dos mil quince, por la entonces
Juez Quinto de Proceso Oral de Justicia para Adolescentes en el Distrito
Federal, en funciones de control, licenciada Leticia Rocha Licea (actualmente Juez Segundo de Justicia para Adolescentes del Proceso Penal
Acusatorio), materia de inconformidad fue dictado, en síntesis, en el
siguiente sentido:
Respecto del medio de prueba consistente en la documental pública, copia certi-
ficada del acta de nacimiento del adolescente JORGE, no es admisible, toda vez que
la defensa no la ofreció materialmente ante este órgano jurisdiccional, pues al no
estar anexado al escrito de contestación de la acusación, no teníamos conocimiento
de esta circunstancia, no obstante de que pudiera existir en un expediente anterior
y toda vez que no la exhibe como tal en esta audiencia ni tampoco materialmente
la presenta para su admisión, entonces se desecha este medio de prueba.
Materia Justicia para Adolescentes
174
Dirección de Anales de Jurisprudencia y Publicaciones
Bajo los mismos términos, respecto a los medios de prueba que son ofertados
como documentos para refrescar memoria y evidenciar contradicción, no son admisibles las documentales que la defensa señaló como copia certificada del expediente ***/2014-C, expedidas por la Secretaria de Acuerdos del día 02 dos de enero
de 2015 dos mil quince, en relación con las actuaciones verificadas en el juzgado los
días 18 dieciocho, 23 veintitrés y 30 treinta de diciembre del 2014 dos mil catorce y
02 dos de enero del 2015 dos mil quince, ya que el objeto de la prueba que señaló
la defensa fue “para refrescar memoria y evidenciar contradicciones”, además, en
específico, que su incorporación debía ser por lectura, respecto de manifestaciones
que realizaron ADELINA y ADRIANA, ambas de apellidos …, sin embargo, como
se reiteró, éstas han sido admitidas como medios de prueba en esta audiencia para
comparecer en su carácter de víctima y testigo, por lo que podrán estar en condiciones de realizar su interrogatorio y contrainterrogatorio correspondiente y, en
su caso, incorporar la información necesaria al juez de juicio oral, para estar en
condiciones de realizar la valoración respectiva…
2. Inconforme con el sentido de la resolución anterior, la defensora
oficial del adolescente JORGE interpuso en su contra el recurso de apelación (fojas 14 a 18, tomo II), el cual le fue admitido en ambos efectos
por auto de fecha 20 veinte de enero de 2015 dos mil quince (fojas 19 a
21, tomo II).
3. Recibidos los autos originales del proceso en esta Sala, constantes
de dos tomos, así como un disco compacto, se formó el presente toca,
el cual se resolverá de forma “unitaria”, y por razón del turno le corresponde a la ciudadana magistrada licenciada Cruz Lilia Romero Ramírez, para que substancie y decida el recurso a que se contrae el presente
toca en funciones de magistrada “unitaria”.
4. Por su parte, el agente del Ministerio Público de la adscripción a
la Sala, en escrito presentado el 27 veintisiete de enero del año en curso
(foja 08 del toca) solicitó se confirme el auto emitido en audiencia inter175
Materia Justicia para Adolescentes
Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal
media (fase oral), específicamente por la exclusión de medios de prueba, de fecha 14 catorce de enero de 2015 dos mil quince, por encontrarse
apegada a la ley y a las constancias procesales.
5. Con motivo de lo anterior, la defensora de oficio de la adscripción
a la Sala, en escrito presentado el 28 veintiocho de enero de 2015 dos
mil quince (fojas 10 a 12 del toca), formuló agravios en los que culminó
solicitando se revoque el fallo motivo de inconformidad y se determine
la admisión de las pruebas aludidas, con base en el principio de contradicción, al no haberse pronunciado la representación social al respecto,
con el fin de aportar datos que conlleven a establecer la verdad histórica
de los hechos.
6. Por último, el 28 veintiocho de enero de 2015 dos mil quince se
celebró en esta Sala la audiencia de vista (fojas 17 a 20 del toca), ante la
magistrada licenciada Cruz Lilia Romero Ramírez, por tratarse de una
cuestión de resolución unitaria, quedando listo el toca para dictar la
ejecutoria respectiva; y
CONSIDERANDOS:
I. Esta Alzada es competente para conocer y resolver el presente
asunto, de conformidad con lo establecido por el artículo 44 Bis, fracción I, de la Ley Orgánica del Tribunal Superior de Justicia del Distrito
Federal, y el auto materia de inconformidad habrá de estudiarse en forma unitaria, atento a lo dispuesto por el citado precepto legal, que establece qué asuntos se deben resolver de manera colegiada, estableciendo
las hipótesis respectivas de manera limitada, y por exclusión, en todos
los demás casos, se debe resolver de manera unitaria, como acontece en
el presente caso.
II. Asimismo, al resolver esta Alzada se sujetará a lo previsto en los
artículos 3o., 8o., 10 y 13, de la Ley de Justicia para Adolescentes para
el Distrito Federal, en armonía con sus principios rectores, así como con
Materia Justicia para Adolescentes
176
Dirección de Anales de Jurisprudencia y Publicaciones
la normatividad internacional aplicable en la materia, como lo son los
lineamientos que establece el artículo 40, inciso a), fracción II, de la Convención sobre los Derechos del Niño, así como los principios generales
adoptados en el punto 7 de las Reglas Mínimas de las Naciones Unidas
para la Administración de Justicia de Menores (Reglas de Beijing), en
la forma que mejor garantice los derechos fundamentales y específicos
contenidos en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, en los tratados internacionales suscritos y ratificados por el Estado
mexicano y en las leyes de aplicación penal para el Distrito Federal, de
manera que el procedimiento pueda ser entendido sin intermediarios
por el justiciable, que por su calidad de persona en desarrollo, carece
de conocimientos técnicos, por lo que es menester que conozca en un
lenguaje claro, los contenidos y alcances del acto de autoridad, para de
esta manera cumplir con una de las finalidades primordiales del Sistema de Justicia para Adolescentes, que es promover la importancia del
desarrollo de sus capacidades y de su sentido de responsabilidad frente
a la sociedad, siempre velando por el respeto a sus derechos humanos
y las libertades fundamentales de sí mismo, finalidad que sólo se logra
cuando la determinación es comprensible para el justiciable.
Ahora bien, resulta importante resaltar que la tramitación del proceso oral y escrito, sustancialmente difieren, lo cual incluso se advierte del
contenido de los artículos 31 y 32 de la Ley de Justicia para Adolescentes para el Distrito Federal vigente y adicionalmente se conoce que las
características propias del juicio acusatorio se consagran en principios
procesales específicos, tales como la concentración de actuaciones, contradicción, continuidad e inmediación procesal, entre otros, lo anterior
de conformidad a lo establecido en el artículo 10, fracciones X, XI, XII y
XIII de la Ley de Justicia para Adolescentes para el Distrito Federal. Por
lo que el medio de impugnación difiere entre ambos tipos de enjuiciamiento, pues mientras en el sistema escrito, en el recurso de apelación
177
Materia Justicia para Adolescentes
Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal
la Sala asume las mismas facultades que el juez de instancia, tratándose del sistema acusatorio, el Tribunal de segundo grado tiene como
finalidad revisar los errores jurídicos que la parte recurrente atribuye al
juez de proceso, de quien reclama una correcta aplicación de las leyes
sustantiva o adjetiva y su inconformidad se encamina a que el fallo se
anule o se emita una nueva decisión con o sin reenvío a nuevo juicio; en
síntesis, el medio de impugnación para este tipo de procesamiento, es
un instituto jurídico-procesal, que tiene como fin garantizar el adecuado proceder de los jueces, no sólo sustancial en la actividad formal del
juez, en el juicio previo exigido por la norma, sino asegurar el respeto
a las garantías individuales de igualdad ante la ley, así como al respeto
al equilibrio procesal y, en consecuencia, reestablecer el orden social;
por ende, el presente fallo se ajustará a los principios y reglas que dan
sustento al proceso oral.
III. Como una cuestión previa, es importante hacer referencia que el
auto materia de impugnación, así como el auto de apertura a juicio oral
fueron dictados por la entonces Juez Quinto de Proceso Oral de Justicia
para Adolescentes en el Distrito Federal, en funciones de juez de control, licenciada Leticia Rocha Licea; sin embargo, con fecha 16 dieciséis
de enero de 2015 dos mil quince, se publicó en el Boletín Judicial del Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal, el acuerdo 65-54/2014,
emitido por el Pleno del Consejo de la Judicatura del Distrito Federal,
en sesión celebrada el 08 ocho de diciembre de 2014 dos mil catorce, en
el que se establece que con motivo de la implementación del Sistema
Procesal Penal Acusatorio, en cumplimiento a la declaratoria de incorporación de dicho sistema y del Código Nacional de Procedimientos
Penales, al orden jurídico del Distrito Federal, se determinó la transformación del Juzgado Quinto de Proceso Oral para Adolescentes a Juzgado Segundo de Sistema Procesal Penal de Justicia para Adolescentes
del Distrito Federal, cuya competencia, a partir de las 00:00 cero horas
Materia Justicia para Adolescentes
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Dirección de Anales de Jurisprudencia y Publicaciones
del dieciséis de enero de 2015 dos mil quince, se circunscribe al conocimiento de los delitos culposos y aquellos que se persiguen de querella o
acto equivalente de parte ofendida, así como los actos de investigación
que requieran autorización previa del juez de control, inherente a estos
delitos, así como la continuación de tramitación de los expedientes y asuntos
que se encontraban en proceso de desahogo hasta antes del 16 dieciséis de enero
de 2015 dos mil quince, hasta su total conclusión; por tanto, al encontrarnos
ante este último supuesto, la legislación aplicable será la Ley de Justicia para Adolescentes para el Distrito Federal y, de conformidad con el
artículo 13 de dicho ordenamiento, se aplicarán de manera supletoria
el Código Penal para el Distrito Federal, el Código de Procedimientos
Penales para el Distrito Federal y las leyes especializadas de la materia,
para los efectos sustantivos y procesales.
IV. Establecido lo anterior, esta Alzada advierte que del material que
remitió la a quo consistente en dos tomos, y un disco compacto en el
que contiene la filmación de la audiencia intermedia, se aprecia que se
dio cumplimiento a los principios que rigen el proceso oral; ello es así,
en virtud de que se advierte que estando presentes las partes, la juez
procedió al desarrollo de la audiencia de manera oral, dando cumplimiento con ello al principio de inmediación procesal y de oralidad; asimismo, aun cuando la Ley de la materia establece limitantes al prever
la confidencialidad y privacidad de la identidad del adolescente, ello
no significa que exista falta de publicidad, pues se observó la presencia del representante social, la defensa, el adolescente de mérito y su
representante legal, aunado a ello se observa que todas las actuaciones
y determinaciones de la juzgadora las efectuó de manera pública, es
decir, las hizo del conocimiento y en presencia de las partes, con ello
dio cumplimiento al principio de publicidad; de igual manera, al estar presentes las partes para manifestar lo que a su derecho conviniera
existió igualdad, actualizándose también el principio de contradicción;
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Materia Justicia para Adolescentes
Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal
además, se observa que el desarrollo de la fase oral de la etapa intermedia se verificó en una misma audiencia, sin que el debate fuese interrumpido, excepto por una falla técnica que fue corregida de inmediato
y que nunca alteró o interrumpió la videograbación y el audio de la
audiencia, además de que la juez la reanudó de inmediato, verificando
que todas las partes permanecieron en la sala de audiencia, por ende,
existió concentración y continuidad.
Asimismo, después de analizar la resolución materia de impugnación, en la que se advierte que la juzgadora de primer grado, determinó
la no admisión de pruebas que ofreció la defensa del adolescente JORGE, arguyó en lo toral que respecto del medio de prueba consistente
en la documental pública relativa a la copia certificada del acta de nacimiento del adolescente JORGE, ésta resultaba inadmisible, ya que la
defensa no la ofreció materialmente, ni tampoco la anexó al escrito de
contestación de la acusación, y que por ello no se tuvo conocimiento
de dicha circunstancia. En el mismo orden de ideas, refirió que no eran
admisibles las documentales consistentes en la copia certificada de las
actuaciones verificadas en el juzgado los días 18 dieciocho, 23 veintitrés
y 30 treinta de diciembre del 2014 dos mil catorce, así como 02 dos de
enero del 2015 dos mil quince, en la causa ***/2014-C, ya que, dijo, el
objeto de la prueba que señaló la defensa fue para refrescar memoria y
evidenciar contradicciones, además, en específico, que su incorporación
debía ser por lectura, respecto de las manifestaciones que realizaron
ADELINA y ADRIANA, ambas de apellidos …, y al respecto reiteró
que el testimonio de las antes aludidas había sido admitido como medio de prueba y, por tanto, debían comparecer ante el juez de juicio
oral y las partes estarían en condiciones de realizar su interrogatorio y
contrainterrogatorio respectivo y, en su caso, incorporar la información
necesaria al juez de juicio oral, para estar en condiciones de realizar la
valoración respectiva.
Materia Justicia para Adolescentes
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Dirección de Anales de Jurisprudencia y Publicaciones
Al respecto, esta Alzada determina que son parcialmente fundados, pero suficientes, los agravios expresados por la defensora oficial
del adolescente JORGE, respecto de la no admisión de la documental
pública consistente en la copia certificada del acta de nacimiento del
antes mencionado; sin embargo, por lo que hace al desechamiento de
las copias certificadas de las actuaciones verificadas en el juzgado los
días 18 dieciocho, 23 veintitrés y 30 treinta de diciembre del 2014 dos
mil catorce, así como 02 dos de enero del 2015 dos mil quince, en la
causa ***/2014-C, los mismos resultan inoperantes e infundados por las
siguientes razones:
En primer lugar, y por lo que hace a la documental pública consistente en el acta de nacimiento del adolescente JORGE, de constancias se
desprende que el Ministerio Público al presentar su escrito de acusación
ofertó como medio de prueba la documental pública marcada con el
número 2 de su escrito, consistente en la copia certificada del acta de
nacimiento del adolescente JORGE, la cual obra a foja 557 del tomo I de
autos y en la audiencia intermedia aclaró (13:46 horas) que la forma de
reproducción ante el juez oral debía ser por lectura, en lo relativo a los
datos generales, como son: número de folio, el nombre del registrado,
los datos del registrado, de los padres y de los abuelos, y precisó que el
objeto de la prueba era para establecer la calidad de los sujetos exigida
por el tipo; por su parte, la defensa oficial del adolescente al presentar
su escrito de contestación de la acusación, con fecha 16 dieciséis de diciembre de 2014 dos mil catorce (fojas 575 a 582, tomo I), enunció como
medio de prueba, marcado con el número 6, la documental pública consistente en la copia certificada del acta de nacimiento del adolescente
JORGE, estableciendo que el objeto de dicha probanza era para acreditar su minoría de edad al momento de los hechos por los que se le acusó, así como que el mismo no tiene parentesco alguno con la ofendida
en el presente asunto; petición que fue reiterada al celebrarse la audien181
Materia Justicia para Adolescentes
Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal
cia intermedia ante la juez del conocimiento (tal y como se aprecia en el
video remitido a esta Alzada), refiriendo que ésta debía ser incorporada
por lectura, en los rubros referentes a los datos del registrado, de los
padres y de los abuelos, sin que el Ministerio Público hubiera objetado
dicho ofrecimiento; no obstante lo anterior, cabe decir que el motivo de
controversia entre las partes, únicamente en cuanto a la documental
pública en comento (como se aprecia en el video cuando el reloj marca
las 13:36 trece horas con treinta y seis minutos) versa sobre la documental pública que los contendientes pretenden llevar ante el juez de juicio
oral a efecto de acreditar sus posturas, alegando la defensa que aquella
que exhibió el representante social, no es una copia certificada, sino un
extracto del acta, expedida con firma electrónica y que no tiene todo el
contenido del acta que la defensa pretende se le admita (y que obra a
foja 334, tomo I), la cual mostró a la juez de control y a su contraparte,
pues la tenía consigo al celebrarse la audiencia y refirió que el Ministerio Público ya la había tenido en sus manos y contaba con copia simple
de dicha documental, sin que la representación social desmintiera tal
circunstancia; ahora bien, en primer lugar debemos decir que, de acuerdo a las reglas que rigen el Sistema Acusatorio, las partes deben enterar
a su contraparte de todos y cada uno de los documentos con que cuenten en sus respectivos registros, máxime si pretenden ofertarlos como
medios de prueba, lo anterior a efecto de respetar el principio de contradicción contemplado en el artículo 20, párrafo inicial, de la Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos, lo cual, como se aprecia en
la videograbación de la audiencia intermedia aconteció, pues si bien es
cierto la defensa no anexó a su escrito de contestación de la acusación la
documental pública consistente en el acta de nacimiento del adolescente JORGE (que pretende llevar a juicio oral y que, insistimos, obra a foja
334, tomo I de autos), también lo es que, en el escrito de contestación de
la acusación la enunció como medio de prueba, marcado con el número
Materia Justicia para Adolescentes
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Dirección de Anales de Jurisprudencia y Publicaciones
6, y su existencia quedó de manifiesto al mostrarla en la audiencia intermedia, donde incluso el Ministerio Público aceptó, tácitamente, tener
conocimiento de ella e incluso contar con copia simple de la misma. A
mayor abundamiento, no debe confundirse la prueba documental (ya
sea pública o privada), que por su especial naturaleza, al ser admitida,
presupone su desahogo en la etapa de juicio, pues todo documento admitido como tal presupone su desahogo, por tanto, una vez admitidas
las aludidas documentales, no pueden ser objeto de exclusión, pues
ello implicaría ir más allá de lo que se considera razonable, al restaurar
prácticamente una posibilidad a favor de una de las partes que ya estaba precluida. Luego, si en la audiencia de preparación la defensa ofreció
documentales que obran físicamente desde etapas anteriores del proceso, ello no quiere decir que se tengan que volver a presentar físicamente
en cada etapa en la que se refieran o mencionen, sobre todo por su carácter documental y especial naturaleza, ya que sería absurdo suponer
una “duplicidad” o proliferación física del mismo documento, lo que
además sería contrario al carácter de originalidad que debe ser exigible
a tal medio de prueba, máxime si la documental pública consistente en
el acta de nacimiento del adolescente sirvió, en primer término, para
satisfacer el presupuesto procesal referente a la competencia del Juez
Especializado en Justicia para Adolescentes y, en segundo lugar, para
dictar una Resolución Inicial, enfatizando que desde la etapa de investigación el Ministerio Público tuvo conocimiento de dicho documento,
pues ante dicha institución social fue presentado y la juez de control la
utilizó para verificar su competencia, aunado a que el juez de juicio oral
quien, en su momento, tratándose de documentos preexistentes admitidos como tales por el juez de control, independientemente de la etapa,
debe tomar las medidas pertinentes para asegurarse de tener a la vista
aquello sobre lo que inexcusablemente debe ocuparse y valorar, por ser
parte del material probatorio legalmente incorporado y ofrecido por la
183
Materia Justicia para Adolescentes
Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal
parte interesada; así las cosas, el hecho de que la defensa anunciara el
medio de prueba, primero en su escrito de contestación de la acusación
y haya reiterado su petición de manera oral, ante la juez de control, sin
que el Ministerio Público, a quien le corresponde manifestar su inconformidad con la actuación de su contraparte, hubiera objetado dicho
ofrecimiento, por tanto, resulta pertinente modificar el auto dictado
dentro de la audiencia intermedia, en su fase oral, de fecha 14 catorce
de enero de 2015 dos mil quince, por la entonces Juez Quinto de Proceso
Oral de Justicia para Adolescentes en el Distrito Federal, en funciones
de control, licenciada Leticia Rocha Licea (actualmente Juez Segundo
de Justicia para Adolescentes del Proceso Penal Acusatorio), en el que
desechó la documental pública consistente en la copia certificada del
acta de nacimiento del adolescente JORGE (y que obra a foja 334, tomo
I de las actuaciones remitidas a esta Alzada); en consecuencia, se deja
sin efecto el auto de apertura a juicio oral de fecha 14 catorce de enero
de 2015 dos mil quince, dictado por la juez antes referida y se instruye a
la a quo, a efecto de que dicte uno nuevo, en el que admita a favor de la
defensa, la documental pública antes mencionada.
No pasa inadvertido para la que resuelve, que la defensora de oficio
alegó que la documental ofertada por el Ministerio Público no podía ser
considerada como copia certificada por no contar con los datos completos y estar firmada electrónicamente, lo cual resulta erróneo, toda vez
que el artículo 13, fracción VII, del Reglamento del Registro Civil del
Distrito Federal, faculta al titular del Registro Civil, en su carácter de
Juez Central a: “…Expedir las copias certificadas de las actas del estado
civil de las personas que lo soliciten o constancias parciales que contengan
extractos de las actas registradas. Las copias o extractos podrán certificarse
por medio de firma autógrafa o electrónica conforme al procedimiento que
establezca el titular de acuerdo a los avances tecnológicos…”; además,
el artículo 48, del Código Civil para el Distrito Federal establece que:
Materia Justicia para Adolescentes
184
Dirección de Anales de Jurisprudencia y Publicaciones
“Toda persona puede pedir testimonios completos o en extracto de las actas
del registro civil; así como de los apuntes y documentos con ellas relacionadas y los jueces y registradores estarán obligados a darlos. La certificación de los testimonios de las actas del registro civil podrán autenticarse con
firma autógrafa o electrónica. Por firma electrónica se entenderá la firma,
clave, código o cualquier otra forma de autenticar por medios electrónicos, la autorización del funcionario competente según el sistema que
instrumente el titular del registro civil conforme a lo que disponga el reglamento respectivo. Las copias certificadas y las certificaciones emitidas por
los servidores públicos facultados para ello y que sean autenticadas a través de
firma electrónica, tendrán el mismo valor jurídico y probatorio que las suscritas
en forma autógrafa…”; tampoco escapa a esta resolutora el hecho de que,
los datos del acta de nacimiento del adolescente JORGE, que solicitó la
defensa fueran reproducidos por lectura en la audiencia de juicio oral,
en los rubros referentes a los datos del registrado, de los padres y de los
abuelos de éste, perfectamente se pueden obtener del extracto del acta
de nacimiento del adolescente JORGE, admitida al Ministerio Público,
pues resultan idénticos a los que se desprenden del acta ofertada por la
defensa, ya que el extracto de dicho documento, insistimos, fue expedido de manera legal, por el titular del Registro Civil en su carácter de
Juez Central, no obstante lo anterior, y toda vez que se desconoce hasta
este momento, el empleo que la defensa pueda darle a la documental
que insistió se le admitiera, a efecto de no alterar la teoría del caso que
llegase a plantear, se debe admitir dicha documental.
Ahora bien, respecto de la determinación de la juez, en el sentido de
desechar las documentales públicas, consistentes en las copias certificadas del expediente ***/2014-C, relativas a las actuaciones verificadas
en el juzgado instructor los días 18 dieciocho, 23 veintitrés y 30 treinta
de diciembre de 2014 dos mil catorce y 02 dos de enero de 2015 dos
mil quince, esta resolutora confirma dicha determinación; en primer lu185
Materia Justicia para Adolescentes
Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal
gar, porque fueron ofrecidas y admitidas las testimoniales a cargo de
ADRIANA y ADELINA, ambas de apellidos …, y éstas deben comparecer ante el juez de juicio oral y serán las partes las que de acuerdo
a las técnicas de litigación extraigan la información de los sujetos de
prueba a través del interrogatorio y contrainterrogatorio, resultando un
acontecimiento futuro de realización incierta el que dichas testigos olviden aspectos que se les lleguen a cuestionar, o bien que incurran en
contradicción, que en caso de que llegara a ocurrir, también de acuerdo
a las técnicas de litigación, las partes pueden recurrir a registros previos
de intervenciones de los sujetos de prueba, a efecto de sortear dichas
cuestiones; así las cosas, la forma en que la defensa oferta sus medios
de prueba, consistentes en las copias certificadas aludidas, el objeto de
las mismas y la forma en que pretende sean reproducidas, resultan contrarias e incompatibles con las testimoniales de las personas referidas,
pues admitirlas como documentales que se van a reproducir por lectura, obligaría al órgano jurisdiccional leer su contenido íntegramente,
por tanto resultarían incompatibles con el objeto anunciado por la defensa, ya que al ser reproducidas oralmente no se evidenciaría ninguna
contradicción ni podría refrescarse la memoria de las personas que presencien su desahogo; sin que la asista la razón a la defensa oficial, que
representó al adolescente en la audiencia intermedia, cuando en vía de
agravio expone que en caso de no admitírsele dichos medios de prueba
se dejaría en estado de indefensión al adolescente JORGE, ya que alega
que, en dichas copias certificadas, no sólo se documenta la negativa de
la ofendida, sino actuaciones realizadas por el juez de control que conoció en su momento y acuerdos tomados por éste; debiendo decirle a
la licenciada Martha Elena Sanjuán Badillo, que su agravio resulta inoperante e infundado, toda vez que la defensa, con base en el principio
de contradicción, podrá cuestionar a los órganos de prueba y estará en
aptitud de incorporar la información que éstos viertan ante el juez de
Materia Justicia para Adolescentes
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Dirección de Anales de Jurisprudencia y Publicaciones
juicio oral y la defensa podrá, si así lo considera conveniente y con base
en las técnicas de litigio, hacer uso de los registros previos que ofertó
y que se le desestimaron; por otro lado, también resultan inoperantes e
infundados los agravios que la defensora de oficio adscrita a esta Sala
hace consistir en que la juzgadora, con base en el principio de contradicción, “…debe permitir que se alleguen al expediente todos los datos
que sean necesarios para el esclarecimiento de los hechos…”, considerando además que, “por el solo principio de contradicción, las pruebas
ofertadas por la defensa deben admitirse y desahogarse en juicio…”;
al respecto es de decirle a la defensora que, contrario a su óptica, la determinación de la a quo en el sentido de desechar las copias certificadas
enunciadas, no le irroga agravio alguno al adolescente, toda vez que
su derecho a una defensa adecuada y a que se le respete el principio de
contradicción se encuentra garantizado, pues de manera alguna se le
impide a su defensa hacer uso de los registros previos; sin embargo, la
forma en que pretendió la defensa introducirlos, resulta inadecuada y
será la profesionista encargada de patrocinarlo, la que determine la forma más eficaz de asegurar sus derechos, además de que el principio de
contradicción a que hace referencia, de manera alguna obliga al órgano
jurisdiccional a admitir todos aquellos medios de prueba que anuncien
las partes, pues afirmar lo contrario sería desestimar la etapa intermedia del Sistema Acusatorio, que es donde se discuten y se depuran los
medios de prueba que han de llegar a juicio oral, o caer en el absurdo
de tener que admitir pruebas consideradas ilícitas, tan sólo por el principio de contradicción, en consecuencia, se confirma esta parte del auto
dictado dentro de la audiencia intermedia, en su fase oral, de fecha 14
catorce de enero de 2015 dos mil quince, por la entonces Juez Quinto
de Proceso Oral de Justicia para Adolescentes en el Distrito Federal, en
funciones de control, licenciada Leticia Rocha Licea (actualmente Juez
Segundo de Justicia para Adolescentes del Proceso Penal Acusatorio),
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Materia Justicia para Adolescentes
Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal
en el que determinó desechar las documentales públicas, consistentes
en las copias certificadas del expediente ***/2014-C, relativas a las actuaciones verificadas en el juzgado instructor los días 18 dieciocho, 23
veintitrés y 30 treinta de diciembre de 2014 dos mil catorce y 02 dos de
enero de 2015 dos mil quince ofertadas por la defensa.
No pasa inadvertido tampoco el hecho de que las partes pretendieron
establecer como acuerdo probatorio, la minoría de edad del adolescente
y la juez de origen determinó que no podía aprobar dicho acuerdo, toda
vez que observó: “…que la prueba con base en la cual el Ministerio Público sustenta el supuesto acuerdo de edad del acusado, dicha documental fue objetado por la defensa, esta última, quien proporcionó datos de
un acta original de nacimiento del adolescente distinta a aquella primeramente señalada por el órgano técnico, por lo que al no contarse con los
elementos suficientes para su aprobación no se admite el acuerdo probatorio propuesto”; determinación que aun y cuando no aceptó el acuerdo probatorio propuesto, resulta apartado de la legalidad, en virtud de
que la edad del adolescente no puede, ni debe, ser sujeto de acuerdos
probatorios; en primer lugar, porque se trata de una cuestión de carácter público y observancia general, al ser un presupuesto procesal que la
juzgadora debe verificar incluso de manera oficiosa, ya que no resulta
potestativo determinar la minoría de edad del adolescente, puesto que
de ahí derivará la competencia o incompetencia de la autoridad judicial;
por otro lado, resultaría inadecuado permitir que las partes motu proprio
discutieran y se pusieran de acuerdo respecto de la edad del adolescente,
con base únicamente en documentales ofertadas por ellos.
Por todo lo anterior, y con base en los razonamientos esgrimidos en
apartados anteriores, lo procedente es modificar el auto dictado dentro
de la audiencia intermedia, en su fase oral, de fecha 14 catorce de enero
de 2015 dos mil quince, por la entonces Juez Quinto de Proceso Oral
de Justicia para Adolescentes en el Distrito Federal, en funciones de
Materia Justicia para Adolescentes
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Dirección de Anales de Jurisprudencia y Publicaciones
control, licenciada Leticia Rocha Licea (actualmente Juez Segundo de
Justicia para Adolescentes del Proceso Penal Acusatorio), única y exclusivamente en lo referente al desechamiento de la documental pública
consistente en la copia certificada del acta de nacimiento del adolescente JORGE (y que obra a foja 334, tomo I, de las actuaciones remitidas a
esta Alzada); y lo procedente es dejar sin efecto el auto de apertura a juicio oral de fecha 14 catorce de enero de 2015 dos mil quince, dictado por
la juez antes referida, además de instruir a la a quo, a efecto de que dicte
uno nuevo, en el que reiterando las cuestiones que no fueron materia
de inconformidad, admita a favor de la defensa oficial del adolescente,
la documental pública antes mencionada.
Consecuentemente, al haber resultado parcialmente fundados los
agravios de la defensa oficial, por las razones expresadas en el cuerpo
de la presente resolución, se modifica el auto dictado dentro de la audiencia intermedia, en su fase oral, de fecha 14 catorce de enero de 2015
dos mil quince, única y exclusivamente en lo referente al desechamiento de la documental pública consistente en la copia certificada del acta
de nacimiento del adolescente JORGE; y se deja sin efecto el auto de
apertura a juicio oral de fecha 14 catorce de enero de 2015 dos mil quince, y se instruye a la a quo, a efecto de que dicte uno nuevo, siguiendo
los lineamientos marcados en la presente resolución.
En mérito de lo expuesto y con fundamento en los artículos 92, 95 y
97 de la Ley de Justicia para Adolescentes para el Distrito Federal y 44
Bis de la Ley Orgánica del Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal, habiéndose estudiado la legalidad de la resolución impugnada,
es de resolverse, y se
RESUELVE:
PRIMERO. Al haber resultado parcialmente fundados los agravios de
la defensa oficial del adolescente JORGE, se modifica el auto dictado en
189
Materia Justicia para Adolescentes
Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal
la causa ***/2014-C, dentro de la audiencia intermedia, en su fase oral,
de fecha 14 catorce de enero de 2015 dos mil quince, por la entonces
Juez Quinto de Proceso Oral de Justicia para Adolescentes en el Distrito
Federal, en funciones de control, licenciada Leticia Rocha Licea (actualmente Juez Segundo de Justicia para Adolescentes del Proceso Penal
Acusatorio), única y exclusivamente en lo referente al desechamiento
de la documental pública consistente en la copia certificada del acta de
nacimiento del adolescente antes referido; en consecuencia, se deja sin
efecto el auto de apertura a juicio oral de fecha 14 catorce de enero de
2015 dos mil quince, dictado por la juez antes referida, por lo tanto, la a
quo deberá dictar uno nuevo, en el que reiterando las cuestiones que no
fueron materia de inconformidad, admita a favor de la defensa oficial
del adolescente, la documental pública antes mencionada.
SEGUNDO. Notifíquese a las partes la presente resolución en términos del artículo 97, fracción V, de la Ley de Justicia para Adolescentes
para el Distrito Federal, y hecho lo anterior remítase copia certificada al
juzgado correspondiente, y, en su oportunidad, archívese el toca como
asunto totalmente concluido.
Así, lo resolvió y firma la ciudadana magistrada integrante de la Primera Sala Penal (sic) del H. Tribunal Superior de Justicia del Distrito
Federal, licenciada Cruz Lilia Romero Ramírez, en funciones de magistrada unitaria, ante la C. Secretaria de Acuerdos de la Sala, licenciada
Patricia Silva Chávez, quien autoriza y da fe.
Materia Justicia para Adolescentes
190
Juzgado Quinto de Proceso Oral de Justicia para
Adolescentes
Juez
Leticia Rocha Licea
Solicitud de suspensión condicional del procedimiento, realizada por
el defensor de oficio dentro de la causa aperturada por la comisión de
la conducta tipificada como delito contra la salud, en su modalidad de
narcomenudeo (hipótesis de posesión simple).
SUMARIOS: SUSPENSIÓN CONDICIONAL DEL PROCESO A PRUEBA
EN EL SISTEMA INTEGRAL DE JUSTICIA PARA ADOLESCENTES. TIENE COMO OBJETO EVITAR LA JUDICIALIZACIÓN INNECESARIA EN
CUMPLIMIENTO AL DERECHO A UNA ADMINISTRACIÓN DE JUSTICIA
PRONTA Y EXPEDITA QUE CONTRIBUYA A LOS FINES DE LA REINSERCIÓN SOCIAL. Las bases del sistema integral de justicia para adolescentes, sustentado en la doctrina de protección integral, incorporado al Estado
mexicano a través de la reforma de diciembre de 2005, al artículo 18 de la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, tiene como sustento
el paradigma adoptado por la Convención sobre los Derechos del Niño, conforme al cual se considera a los jóvenes de entre 12 y 18 años de edad, como
responsables y sujetos de plenos derechos, por lo que al ser incorporados al
Derecho penal modalizado, debe garantizarse el cumplimiento de derechos
fundamentales reconocidos constitucionalmente a cualquier persona sujeta
Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal
a un proceso penal, pero, además, aquellos derechos específicos reconocidos
por la normativa local e internacional atendiendo a su calidad de personas
en desarrollo. En este sentido, en junio de 2008, el sistema de justicia penal y
seguridad pública, se transformó con motivo de la reforma constitucional a
diversos preceptos, bajo el cual se pretende transitar de un procedimiento de
corte inquisitivo mixto a uno acusatorio adversarial, lo que indudablemente
también trasciende a la justicia juvenil, al haber sido considerada previamente
parte de la justicia penal, aunque como se dijo con el matiz de ser modalizada.
Así, se advierte como característica del sistema acusatorio la utilización prioritaria de salidas alternas o soluciones anticipadas al juicio, como medios para
la descongestión del propio sistema –como son los mecanismos alternativos
de solución de controversias o mecanismos de aceleración–, los cuales tienen
por objeto evitar la judicialización innecesaria de aquellos asuntos que son de
transcendencia mínima y que podrían concluirse a través de otras formas de
solución, por ejemplo, la suspensión condicional del proceso a prueba. De esa
manera se da prioridad a otros asuntos que por su trascendencia jurídica y
social deben ser del conocimiento del tribunal, en cumplimiento al derecho a
una administración de justicia pronta y expedita que contribuya a los fines de
la reinserción social.
SUSPENSIÓN CONDICIONAL DEL PROCESO A PRUEBA. REQUISITOS
FORMALES. A efecto de determinar los requisitos formales de la suspensión
condicional del proceso, como forma de solución anticipada, y ante la ausencia
de disposición en la legislación especializada, el operador judicial debe hacer
uso de la doctrina como principio general, en tanto que a través del derecho
comparado puede realizar un análisis de estas figuras jurídicas, al constituir
un nuevo esquema de la justicia penal. Así, se establecen de manera uniforme
–adaptados a la justicia para adolescentes, atendiendo su carácter modalizado
y a sus características propias– como requisitos formales, los siguientes: a. La
conducta no esté considerada como grave; b. El adolescente admita el hecho
de manera libre, voluntaria y sin ningún tipo de coacción o violencia; c. ExisMateria Justicia para Adolescentes
192
Dirección de Anales de Jurisprudencia y Publicaciones
tan datos en la investigación que permitan corroborar que el hecho atribuido
es verosímil. d. No tenga o haya tenido otro proceso suspendido; e. No haya
sido condenado por otra conducta tipificada como delito doloso; y f. Se pague
la reparación del daño o se garantice a satisfacción de la víctima u ofendido o
se apruebe un plan de reparación.
México, Distrito Federal, 14 catorce de julio de 2014 dos mil catorce.
Visto para resolver la solicitud de suspensión condicional del procedimiento, realizada por el defensor de oficio, dentro de la causa
***/2014-C, aperturada en contra del adolescente SAMUEL, por la comisión de la conducta tipificada como delito de contra la salud en su
modalidad de narcomenudeo (hipótesis de posesión simple), de quien
sus generales se omiten para salvaguardar su identidad y evitar su estigmatización social, quien se encuentra en libertad.
RESULTANDO:
Primero. Mediante averiguación previa FGAM/GAM-2/T1/***/1403, el ministerio público ejerció acción de remisión sin detenido en
contra del adolescente SAMUEL, como probable responsable en la comisión de la conducta tipificada como delito de contra la salud en su
modalidad de narcomenudeo (hipótesis de posesión simple), solicitando el libramiento de la orden de comparecencia.
Segundo. En 30 treinta de mayo de 2014 dos mil catorce, esta autoridad libró la orden de comparecencia solicitada, la que fue cumplimentada en 18 dieciocho de junio del año en curso, misma fecha en que se
llevó a cabo la audiencia inicial, en la que el citado adolescente rindió su
declaración inicial y en esa fecha se resolvió su situación jurídica, emitiéndose resolución inicial en la que se determinó sujetar a SAMUEL a
proceso sin restricción de su libertad, por la comisión de la conducta
de contra la salud en su modalidad de narcomenudeo (hipótesis de po193
Materia Justicia para Adolescentes
Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal
sesión simple del narcótico denominado cannabis sativa, comúnmente
conocida como marihuana). Así, como se aperturó la etapa intermedia
(fase escrita, concediendo al ministerio público el término de 10 diez
días para realizar su acusación).
Tercero. En 27 veintisiete de junio del presente año, el ministerio público presentó escrito en el que formuló acusación en contra de SAMUEL,
por la comisión de la conducta por la que se le sujetó a proceso; en tanto
que la defensa solicitó se programara la fecha para la fase oral.
Cuarto. El 14 catorce de junio del año en curso, se aperturó la audiencia programada, en la que las partes procesales realizaron la solicitud
de hacer uso de la salida alternativa de suspensión del proceso a prueba, argumentando las razones por las cuales resultaba procedente, así
como las condiciones que debían cumplirse para su procedencia.
CONSIDERANDO:
PRIMERO. Para resolver el presente asunto es competente un Juez
en Justicia para Adolescentes, adscrito al Tribunal Superior de Justicia
del Distrito Federal, en términos del párrafo cuarto del artículo 18 constitucional, fracción V, del artículo 2o. de la Ley de Justicia para Adolescentes del Distrito Federal, relacionado con la fracción I del artículo
54 de la Ley Orgánica del Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal, sobre la base de que el sujeto de nombre SAMUEL, en contra de
quien se ejerció acción de remisión es adolescente, definido como tal
por la fracción I del artículo 2o. del ordenamiento invocado, en primer
término, por contar con la edad de 17 diecisiete años (–en la fecha de
acontecido el evento delictivo–), circunstancia acreditada con la copia
certificada del acta de nacimiento ..., con fecha de nacimiento ..., expedida por el Juez de la oficina central del Registro Civil, Lic. Hegel Cortés Miranda; documental que al haber sido expedida por funcionario
público en ejercicio de sus funciones, tiene el carácter de pública en
Materia Justicia para Adolescentes
194
Dirección de Anales de Jurisprudencia y Publicaciones
términos de la fracción II, del artículo 327 del Código de Procedimientos Civiles, y al no haber sido redargüida de falsedad, pese a constar en
el expediente, adquiere valor probatorio pleno en términos del artículo
250 del Código de Procedimientos Penales para el Distrito Federal; por
lo tanto, es eficaz para acreditar que se trata de persona mayor de doce
y menor de dieciocho años, de donde se concluye que debe ser sujeto al
sistema integral de justicia para adolescentes, al haberse acreditado el
parámetro de edad exigible, conforme al numeral 2o., párrafo tercero,
de la Ley de Justicia. Es aplicable el criterio de la autoridad federal que
a la letra establece:
Sistema integral de justicia para adolescentes. Alcance de la garantía del debido
proceso, conforme al artículo
18 de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos. Tratándose de la justicia de menores y en función de los derechos gené-
ricos y específicos que se les reconocen en la reforma y adición al artículo 18 de la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, la garantía de debido proce-
so, si bien aplica en términos generales como sucede en los procedimientos penales
seguidos contra adultos, posee algunas modalidades que es preciso atender por el
legislador al regular los procedimientos correspondientes, así como por quienes operen en el sistema. Así, la indicada garantía adquiere alcance y contenido propios, de
modo que deben establecerse derechos y condiciones procesales específicos para los
adolescentes, contenidos en una regulación adjetiva dedicada a regular los procedimientos seguidos contra ellos frente a la realización de conductas delictuosas, que
puede preverse en las leyes de justicia para adolescentes o en los Códigos de Procedimientos Penales de las entidades federativas, aunque sin llegar al extremo de proscribir de manera absoluta que, en esos cuerpos normativos, se acuda a la supletoriedad,
siempre y cuando ésta se circunscriba a regular los aspectos adjetivos que no necesa-
riamente deben ser moralizados. Esto es, para satisfacer la exigencia constitucional, el
legislador deberá emitir las normas instrumentales propias de este sistema integral,
atendiendo a los requisitos exigidos por la indicada norma constitucional, cuyo pro-
195
Materia Justicia para Adolescentes
Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal
pósito es que el proceso sea distinto del de los adultos, en razón de las condiciones
concretas propias de los menores de edad, esto es, tomando en cuenta su calidad de
personas en desarrollo, destacando como uno de los elementos más importante, el
reconocimiento del derecho a la defensa gratuita y adecuada desde el momento en
que son detenidos y hasta que finaliza la medida. Por ello, resulta de gran importan-
cia poner énfasis en que la necesidad de instrumentar un debido proceso legal, en lo
relativo a la justicia de menores, es uno de los principales avances que se significan
en la reforma constitucional, lo que se debe fundamentalmente a que, en gran medida, los vicios del sistema tutelar anterior se originaban en la carencia de la referida
garantía constitucional, debida en parte a la concepción de los menores como sujetos
necesitados de una protección tutelar, en virtud de la cual se les excluía del marco
jurídico de protección de los derechos de todos los adultos sujetos a un proceso penal.
Acción de inconstitucionalidad 37/2006. Comisión Estatal de Derechos Huma-
nos de San Luis Potosí. 22 de noviembre de 2007. Unanimidad de diez votos. Ausente y Ponente: Mariano Azuela Güitrón; en su ausencia se hizo cargo del asunto
Sergio A. Valls Hernández. Secretarios: José Antonio Abel Aguilar Sánchez, Rosalía Argumosa López, Jaime Flores Cruz, Miriam Flores Aguilar, María Amparo
Hernández Chong Cuy, Miguel Enrique Sánchez Frías y Laura García Velasco. El
Tribunal Pleno, el dieciocho de agosto en curso, aprobó con el número 76/2008, la
tesis jurisprudencial. Noventa Época, Instancia: Pleno, Fuente: Semanario Judicial de
la Federación y su Gaceta, Tomo: XXVIII, septiembre de 2008, Tesis: P./J. 76/2008, Página: 612, No. Registro: 168,780, Jurisprudencia, Materia (s): Constitucional, Penal.
SEGUNDO. Ahora bien, como una cuestión previa, es necesario realizar algunas consideraciones y analizar la naturaleza jurídica de la suspensión condicional del procedimiento como salida alterna al proceso
instaurado al adolescente SAMUEL por la conducta tipificada como
delito de contra la salud, en su modalidad de narcomenudeo (hipótesis
de posesión simple del estupefaciente cannabis sativa, conocida comúnmente como marihuana).
Materia Justicia para Adolescentes
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Dirección de Anales de Jurisprudencia y Publicaciones
Las bases del sistema integral de justicia para adolescentes, sustentado en la doctrina de protección integral, incorporado al Estado mexicano a través de la reforma de diciembre de 2005, al artículo 18 de la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, tiene como sustento el paradigma adoptado por la Convención sobre los Derechos del
Niño, bajo el cual se considera a los jóvenes de entre 12 doce y 18 años
de edad, sujetos de plenos derechos y responsables, por lo que al ser incorporados al derecho penal modalizado, debe garantizarse el cumplimiento de derechos fundamentales reconocidos constitucionalmente a
cualquier persona sujeta a un proceso penal, pero, además, aquellos derechos específicos reconocidos por la normatividad local e internacional atendiendo a su calidad de personas en desarrollo. En este sentido,
vemos que en junio de 2008 dos mil ocho, el sistema de justicia penal y
seguridad pública, se transformó con motivo de la reforma constitucional a diversos preceptos, bajo el cual se pretende transitar de un procedimiento de corte inquisitivo mixto a uno acusatorio adversarial, lo que
indudablemente también trasciende a la justicia juvenil, al haber sido
considerado previamente parte de la justicia penal, aunque como se
dijo con el matiz de ser modalizado atendiendo a las personas que son
sujetos a dicho sistema, de manera que al advertirse como característica
de dicho sistema acusatorio la utilización prioritaria de salidas alternas
o soluciones anticipadas al juicio, como mecanismos de descongestión
del propio sistema –como son los mecanismos alternativos de solución
de controversias o mecanismos de aceleración— con el objeto de evitar
la judicialización innecesaria de aquellos asuntos que son de transcendencia mínima y que podrían concluirse a través de otras formas de
solución, a efecto de priorizar el conocimiento de asuntos que por su
trascendencia jurídica y social deben ser resueltos por el tribunal.
Es así que, en el artículo 17 de la Constitución Política de los Estados
Unidos Mexicanos, se establece la base constitucional para la aplicación
197
Materia Justicia para Adolescentes
Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal
de mecanismos alternativos de solución de controversia, que se inserta
bajo una tendencia mundial de disminuir la participación del Estado
en la vida de los particulares y reconocer los recursos de los individuos
para solucionar por sí mismos sus conflictos, que entre otras cuestiones, pretende garantizar el principio de mínima intervención o derecho
penal de ultima ratio, y que fuera retomado para la justicia para adolescentes en el artículo 40 de la legislación especializada, en donde se
contemplan dichos mecanismos alternativos como formas de solución
anticipada para evitar la judicialización de los jóvenes en conflicto con
la ley penal, así como en la fracción V del artículo 10 de la citada Ley
de Justicia para Adolescentes, que establece como principio rector de la
justicia juvenil el de mínima intervención, consideraciones que fueron
retomadas de la Convención sobre los Derechos del Niños y las Reglas
de la Naciones Unidas para la Administración de Justicia de Menores,
normatividad internacional que constituye base del sistema de adolescentes, en donde se contempla la necesidad de adoptar dichas formas
de solución en aras de evitar la judicialización de los jóvenes.
Ahora bien, a pesar de resultar prioritario adoptar dichos mecanismos alternativos como parte de la estructura del propio sistema juvenil,
también resulta cierto, que en el caso concreto, atendiendo a la naturaleza de la conducta tipificada como delito de narcomenudeo en su modalidad de posesión del estupefaciente denominado cannabis, comúnmente conocido como marihuana, por el que se sujetó a proceso sin
restricción de la libertad al citado adolescente SAMUEL, se tiene que el
bien jurídico tutelado está identificado con la salud pública, de manera
que no resulta disponible y, en consecuencia, a pesar de que el ministerio público se constituye en representante de la sociedad, en términos
del artículo 21 de la citada Carta Magna, esta función se encuentra limitada para intervenir en un encuentro con el adolescente bajo matices de
algunos de los mecanismos alternativos de solución de controversias,
Materia Justicia para Adolescentes
198
Dirección de Anales de Jurisprudencia y Publicaciones
como podría ser la mediación que de manera expresa señala la ley de
adolescentes, en tanto que no se lograrían los fines de tales medidas
alternativas, las cuales tienen por objeto que tanto víctima como victimario logren reincorporarse a la sociedad, a través del reconocimiento
de este último sobre la responsabilidad del daño causado a la primera,
de ahí que uno de los principios que caracteriza a dichos mecanismos
alternativos esté identificado con el de la voluntariedad, pues sólo así
podría generarse dicho encuentro y lograr su objetivo, con lo que se
supone la individualización de la víctima, que en el caso que se analiza
no ocurre, ya que la sociedad en la que recayó el actuar del adolescente,
se trata de un ente abstracto, al englobar a todos los individuos que
integran el territorio mexicano, que materialmente imposibilita el pronunciamiento de cada uno de éstos.
Lo anterior, además de constituir la salud pública un derecho fundamental que requiere de protección, ya que atendiendo a cuestiones de
política criminal, es dicho delito por el que se sujetó a proceso, el que
ha afectado seriamente la salud de los gobernados, circunstancia que ha
trascendido para generar hasta el terreno legislativo en el ámbito federal, vínculos eficaces y eficientes para que aquellas personas involucradas en el consumo de estupefacientes o psicotrópicos, puedan accesar
a través de la prevención y tratamiento de la fármacodependencia a
instituciones públicas que les provean las herramientas necesarias para
superar tal adicción, como se establece en el artículo 191, fracciones I a
III de la Ley General de Salud, circunstancia que evidentemente en este
sistema juvenil, es de observancia general, ya que más allá de dar preponderancia a la descongestión del sistema judicial, deber garantizarse
los fines del sistema relativos a la reintegración social y familiar de los
jóvenes en conflicto con la norma penal, así como dotarles de elementos
necesarios que los ayuden a superar la farmacodependencia o proporcionarles información continua acerca del riesgo que constituye a su
199
Materia Justicia para Adolescentes
Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal
salud el consumo a sí mismos o a los demás, con lo que se logrará que
no sea de manera ficticia la experiencia de legalidad que se transmita,
sino un efectivo derecho de acceso a una vida libre de consumo de sustancias tóxicas y de prevención especial, con lo cual se garantizarían los
fines de la justicia juvenil.
Por todo lo anterior, no resulta aplicable la adopción de algún mecanismo alternativo de solución de controversias (mediación o conciliación), atendiendo a la naturaleza de la conducta que se atribuye al
adolescente, sin que esto implique imposibilidad de optar por alguna
otra forma de solución anticipada que sea compatible con dicha conducta con el que se garantice no sólo los principios del sistema de mínima intervención y desjudicialización, sino que además se cumpla de
manera eficaz con los fines del propio sistema de lograr la reinserción
social y familiar del citado adolescente SAMUEL, así como el sano desarrollo de su personalidad, teniendo la obligación de todas las autoridades adoptar las medidas necesarias que logren tales objetivos con
base en el principio de interés superior del adolescente y el derecho a
la salud como un derecho humano que debe salvaguardarse, sobre la
base del artículo 1o. de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos.
Así, vemos que la figura que se propone en el caso concreto, relativo a la “suspensión condicional de proceso a prueba”, constituye una
solución idónea para atender el caso específico; esto es así, porque no
obstante dentro de la legislación para adolescentes únicamente se contemplan mecanismos alternativos de solución de controversias, la interpretación de la norma debe ser sistemática y conforme a la normatividad internacional y de derechos humanos, en la medida que resulte
más proteccionista de los derechos de los jóvenes, y así atender no sólo
a las leyes secundarias, sino aplicar entre otras, las disposiciones de la
Constitución, en donde vemos que se modificaron diversas disposicioMateria Justicia para Adolescentes
200
Dirección de Anales de Jurisprudencia y Publicaciones
nes con el propósito de transformar el sistema de justicia penal y de
seguridad pública, bajo un esquema de corte acusatorio –que indudablemente se extiende a la justicia para adolescentes–, por resultar más
garantista de los derechos humanos.
Luego entonces, en la necesidad de transitar al sistema acusatorio,1
como parte de lo que se conoce como la revolución del sistema de justicia penal, se contempla la posibilidad de incorporar formas de solución
anticipada que tiendan a cumplir con las exigencias de los ciudadanos
al derecho a una administración de justicia pronta y expedita, así como
generar alternativas que eviten la descongestión del propio sistema,
pero al mismo tiempo contribuya a los fines de reinserción social.
Luego entonces, vemos que dicha forma de solución se materializó
expresamente en los artículos 18, párrafo sexto, de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, en relación al artículo 40 de la
1 Necesidad que se expresó en el Diagnóstico sobre la situación de los Derechos Humanos
en México en 2003, emitida por la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas.
Así como del criterio de la autoridad federal bajo el rubro: “Sistema integral de Justicia para
Adolescentes. Sus notas esenciales y marco normativo. El sistema de justicia juvenil establecido
con motivo de la reforma y adición al artículo 18 de la Constitución Política de los Estados
Unidos Mexicanos, el cual es aplicable a quienes tengan entre 12 años cumplidos y menos de
18 años de edad, en lo relativo a la comisión de conductas delictuosas, según sean definidas en
las leyes penales, se distingue por las siguientes notas esenciales: 1) se basa en una concepción
del adolescente como sujeto de responsabilidad; 2) el adolescente goza a plenitud de derechos
y garantías que le asisten, al estar sujeto a proceso por conductas delictuosas (el sistema es
garantista); 3) el sistema es de naturaleza penal, aunque especial o modalizada, en razón del
sujeto activo de las conductas ilícitas; y, 4) en lo que atañe al aspecto jurisdiccional procedimental,
es de corte preponderantemente acusatorio. Por otra parte, este sistema especializado de justicia
encuentra sustento constitucional en los numerales 4o. y 18 de la Carta Magna, pues el primero
de ellos prevé los postulados de protección integral de derechos fundamentales, mientras
que el segundo establece, propiamente, las bases del sistema de justicia para adolescentes, a
nivel federal, estatal y del Distrito Federal. Además, el indicado modelo también se sustenta
en la doctrina de la protección integral de la infancia, postulada por la Organización de las
Naciones Unidas y formalmente acogida por México con la ratificación de la Convención
sobre los Derechos del Niño”. Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta. P/J.68/2008,
Novena Época, XXVIII, septiembre de 2008, Jurisprudencia. Acción de inconstitucionalidad
37/2006. Comisión Estatal de Derechos Humanos de San Luis Potosí. 22 de noviembre de
2007. Unanimidad de diez votos. Ausente y Ponente: Mariano Azuela Güitrón; en su ausencia
se hizo cargo del asunto Sergio A. Valls Hernández. Secretarios: José Antonio Abel Aguilar
Sánchez, Rosalía Argumosa López, Jaime Flores Cruz, Miriam Flores Aguilar, María Amparo
Hernández Chong Cuy, Miguel Enrique Sánchez Frías y Laura García Velasco. El Tribunal
Pleno, el dieciocho de agosto en curso, aprobó, con el número 68/2008, la tesis jurisprudencial
que antecede. México, Distrito Federal, a dieciocho de agosto de dos mil ocho.
201
Materia Justicia para Adolescentes
Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal
legislación especializada, en donde se alude de manera expresa la posibilidad de aplicar dichas formas de solución; en este sentido, considerando los principios de la justicia juvenil de interés superior del adolescente, de mínima intervención, flexibilidad y transversalidad, previstos
en las fracciones I, V, VI y VIII del artículo 10 de la Ley de Justicia para
Adolescentes para el Distrito Federal, es factible atender a la solicitud
de las partes de aplicar en el caso específico como forma de solución
anticipada la suspensión condicional del procedimiento..2
Ahora bien, para efecto de determinar los requisitos formales para
su aplicación, ante la ausencia de disposición en la legislación especializada, debemos hacer uso de la doctrina como principio general, en
tanto que a través del derecho comparado podemos realizar un análisis
de estas figuras jurídicas, al constituir un nuevo esquema de la justicia
penal. Así, vemos que se establece de manera uniforme –adaptados a la
justicia para adolescentes, atendiendo al carácter modalizado y por sus
características propias– como requisitos:
Requisitos formales:
a. La conducta no esté considerada como grave.
b. El adolescente admita el hecho de manera libre, voluntaria y sin
ningún tipo de coacción o violencia.
c. Existan datos en la investigación que permitan corroborar que el
hecho atribuido es verosímil.
d. No tenga o haya tenido otro proceso suspendido.
2 La naturaleza jurídica de dicha figura, consistente en que se trata de un “…mecanismo
procesal que permite a los fiscales del ministerio público, con el acuerdo del imputado y con la
aprobación del juez de garantía, dar término anticipado al procedimiento cuando se cumplen
ciertos requisitos previstos en la ley y se satisfacen determinadas condiciones fijadas por
el juez, que permiten suponer que el imputado no volverá a ser imputado de un delito. Al
respecto, María Inés Horvitz, establece que: “…Esta institución constituye una manifestación
de la tendencia comparada a buscar soluciones alternativas a las tradicionales del sistema
penal, que presenta ventajas prácticas para todas las partes involucradas en el proceso penal”.
Horvitz, Lennon, María Inés y otro, Derecho procesal penal chileno, t. I, Editorial Jurídica de
Chile, p. 552.
Materia Justicia para Adolescentes
202
Dirección de Anales de Jurisprudencia y Publicaciones
e. No haya sido condenado por otra conducta tipificada como delito
doloso.
f. Se pague la reparación del daño o se garantice a satisfacción de la
víctima u ofendido o se apruebe un plan de reparación.
En el caso concreto, la conducta por la que se sujetó a proceso sin restricción de su libertad a SAMUEL, de contra la salud en su modalidad
de narcomenudeo (hipótesis de posesión simple), no está considerada
como grave, en términos del artículo 30 de la Ley de Justicia para Adolescentes para el Distrito Federal.
En cuanto al segundo requisito, advertimos que el adolescente admitió el hecho atribuido por el Ministerio Público, consistente en la detentación de 9.6 nueve punto seis gramos de la sustancia cannabis sativa
(marihuana), que dicha aceptación la hizo de manera libre, voluntaria,
sin ningún tipo de coacción ni violencia, enterado de los alcances de la
aceptación, como es la renuncia a tener un juicio, a ofertar medios de
prueba, a debatir la acusación.
Respecto al tercer requisito, vemos que los datos de investigación
recabados por el Ministerio Público resultan suficientes para establecer
la veracidad de la acusación realizada al adolescente, específicamente
el testimonio de los elementos de seguridad pública Rubén Silva Reyes
y Ramón Méndez Toro, por su calidad de elementos de seguridad pública, quienes substancialmente expusieron que el día ..., aproximadamente las 13:05 trece horas con cinco minutos, al circular por la calles de
…, colonia …, una persona del sexo femenino, quien no proporcionó su
nombre y quien nos informa metros adelante sobre la calle de ..., frente
a la preparatoria ..., se encontraba un sujeto del sexo masculino y que
vestía playera de color negra y pantalón de mezclilla azul claro, se encontraba afuera de la preparatoria con marihuana, por lo que al acudir a
la preparatoria aprecian a un sujeto que coincidía con las características
señalada por la femenina, a quien se le indicó que le sería practicada
203
Materia Justicia para Adolescentes
Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal
una revisión preventiva para evitar que trajera algún objeto peligroso o
una arma de fuego y se le indicó que mostrara sus pertenencias, sacando de la bolsa delantera izquierda de su pantalón una bolsa de celofán
transparente que contenía vegetal verde seco con las características de
la marihuana, hecho que se confirma con el dictamen de química realizado por los peritos IBQ … y QFB …
En cuanto al requisito cuarto no se advierte que el citado adolescente
tenga otro proceso suspendido, cabe señalar que no existe información
de que haya sido condenado por conducta delictuosa dolosa diversa.
En cuanto al quinto requisito, relativo a la reparación del daño, por la
naturaleza de la conducta que se le atribuye a SAMUEL, es de resultado
formal, que no es posible cuantificar.
Condiciones:
1o. La prohibición de consumir ningún tipo de droga, estupefacientes o psicotrópicos, en cualquier lugar público o privado, a efecto de
evitar que continúe con el consumo principalmente de cannabis, conocida comúnmente como marihuana.
2o. Continuar asistiendo al Centro de Integración Juvenil, a efecto de
que reciba ayuda para lograr inhibir el consumo de sustancias psicoactivas.
3o. Continuar con sus estudios en la preparatoria …, bajo la precisión que deberá presentar ante la Comunidad Externa de Atención para
Adolescentes, la constancia de que se encuentra asistiendo, así como el
avance que éste presente.
4o. Permanecer en el domicilio proporcionado en la presente diligencia (se omite por confidencialidad), durante todo el tiempo que se
decrete la suspensión, quedando a cargo de la madre del adolescente
informar sobre cualquier cambio.
Materia Justicia para Adolescentes
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5o. Permanecer bajo la custodia de su señora madre …, quedando a
cargo de la madre del adolescente verificar el cumplimiento de los compromisos del adolescente, que deberá informar de manera inmediata
cualquier circunstancia que incida en el incumplimiento a los compromisos realizados por el adolescente. Se apercibe a … que para el caso
de ser omisa en dichas obligaciones, se le impondrá una medida de
apremio establecida en el artículo 33, fracciones I, II y III, del Código
de Procedimientos Penales para el Distrito Federal en el domicilio proporcionado en la presente diligencia (se omite por confidencialidad),
durante todo el tiempo que se decrete la suspensión.
6o. Al advertirse que el adolescente decidió de manera voluntaria
y libre, enterado de la naturaleza de dicha forma de solución y de sus
consecuencias, estando asistido por su defensa técnica y sus representantes legales, aceptar dicha forma de solución, con fundamento en los
artículos 10, fracciones I, III y V de la Ley de Justicia para Adolescentes
del Distrito Federal, en base al artículo 1o. de la Constitución Política
de los Estados Unidos Mexicanos y 17.4 de las Reglas Mínimas de las
Naciones Unidas para la Administración de Justicia de Menores (Reglas
de Beijing), se aprueba la solicitud de las partes, de concluir el procedimiento aperturado en contra de SAMUEL a través de la suspensión
condicional del procedimiento, como forma de solución anticipada,
bajo las condiciones que deberá cumplir el adolescente durante la temporalidad de 4 cuatro meses (que comenzarán a contarse a partir del 14
catorce de junio de 2014 dos mil catorce). En la inteligencia de que para
el caso de incumplimiento, se revocará la suspensión y se reanudará
el procedimiento judicial, quedando sometidos bajo la vigilancia de la
Comunidad Externa de Atención para Adolescentes.
TERCERO. Se hace del conocimiento la prohibición de divulgar cualquier dato del adolescente y su familia que tienda a su identificación
205
Materia Justicia para Adolescentes
Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal
pública, en términos del numeral 11, fracción VII, 22 de la Ley de Justicia para Adolescentes para el Distrito Federal y 8 de la Reglas Mínimas
de las Naciones Unidas para la Administración de Justicia de Menores
(Reglas de Beijing).
CUARTO. Notifíquese la presente resolución a las partes. Se ordena
realizar las anotaciones correspondientes en el Libro de Gobierno.
Por lo antes expuesto, es de resolver, y se
RESUELVE:
PRIMERO. Se admite la suspensión condicional del proceso a prueba, dentro de la causa ***/2014-C, aperturada en contra del adolescente
SAMUEL, por la conducta tipificada como delito contra la salud en su
modalidad de narcomenudeo (hipótesis de posesión simple del narcótico denominado cannabis, conocida comúnmente como marihuana), bajo
las condiciones establecidas en el considerando tercero de esta resolución.
SEGUNDO. Se ordena la suspensión del proceso, en consecuencia
de los plazos para la prescripción de las medidas a aplicar, así como los
plazos procesales.
TERCERO. En la inteligencia de que para el caso de incumplimiento,
se revocará la suspensión y se reanudará el procedimiento judicial.
CUARTO. Queda prohibido divulgar cualquier dato del adolescente
y su familia que tienda a su identificación pública.
QUINTO. Notifíquese la presente resolución a las partes, envíense
los oficios correspondientes y háganse las anotaciones en el Libro de
Gobierno.
Así, lo proveyó y firma la licenciada Leticia Rocha Licea, Juez Quinto
de Proceso Oral de Justicia para Adolescentes para el Distrito Federal
–en funciones de control–, ante la ciudadana Secretaria de Acuerdos,
licenciada América Pérez Cruz, con quien actúa, autoriza y da fe.
Materia Justicia para Adolescentes
206
Estudios Jurídicos
LA MEDIACIÓN Y LA ORALIDAD EN LA
JUSTICIA FAMILIAR
Víctor Manuel Navarrete Villarreal*
Sumario: Introducción. I. La oralidad llegó, por fin, a la justicia familiar. II.
Pensamientos que se siguen en el litigio y en la mediación: a) Pensamiento adversarial; b) Pensamiento vertical y pensamiento paralelo; c) Pensamiento lateral.
III. A manera de conclusión.
“Los límites de mi lenguaje son los límites de mi mundo.”
Ludwig Wittgenstein
INTRODUCCIÓN
En la actualidad estamos atravesando por un parteaguas en la vida
jurídica del país. En la reforma constitucional que entró en vigor en
* Licenciado en Derecho, con mención honorífica por la Universidad Nacional Autónoma
de México; maestro en Derecho por la Universidad de Harvard, Estados Unidos de América;
en Relaciones Internacionales por la Universidad de Cambridge, Inglaterra; en Gestión y
Resolución de Conflictos: Mediación, por la Universidad de Barcelona, y Diplomado en
Arbitraje Comercial Internacional por la Escuela Libre de Derecho y la Cámara Internacional
de Comercio. Se ha desempeñado como servidor público en el Consejo de la Judicatura del
Distrito Federal, donde fungió como secretario auxiliar de su Presidente; fue secretario del
Agente del Ministerio Público en la Unidad Especializada en Delincuencia Organizada de
la Procuraduría General de la República; también colaboró en la Coordinación de Asesores
del Procurador General de la República. Actualmente es director de Mediación Familiar
del Centro de Justicia Alternativa del Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal. Ha
publicado diversos artículos en materia de derecho internacional y de mecanismos alternativos
de solución de controversias. Participó, a título personal y como experto internacional, en
el escrito de Amici Curiae, en apoyo a la Comisión Federal Electoral, en el caso: McConnell y
otros vs. Comisión Federal Electoral, ante la Suprema Corte de Justicia de los Estados Unidos
de América. Es miembro fundador del Colegio Nacional de Mediadores Certificados, S.C.;
asociado del Consejo Mexicano de Asuntos Internacionales (COMEXI) y secretario de la Rama
Mexicana de la International Law Association.
Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal
junio de 2008 se sentaron las bases para que en los procesos judiciales
en México, imperen los principios de inmediación, publicidad, contradicción, concentración y continuidad, todo ello dentro de un sistema en
donde predomine lo adversarial, lo acusatorio y la oralidad.
Es claro que el sentido de la reforma estaba dirigido a crear un nuevo
sistema de justicia penal y de seguridad pública. Sin embargo, la tendencia en el país es que este nuevo sistema judicial, fundado sobre todo
en la oralidad, se replique en el ámbito federal y local, así como en todas
las materias en que sea posible.
El Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal ha ido incorporando poco a poco el mandato constitucional para que los llamados
“juicios orales” se conviertan en realidad.
Desde el dictamen de las Comisiones Unidas de Puntos Constitucionales y de Justicia, con proyecto de decreto que reforma, adiciona y
deroga diversas disposiciones de la Constitución Política de los Estados
Unidos Mexicanos, signado el 10 de diciembre de 2007, por los diputados federales que las conformaban, ya se esgrimían buenos argumentos
para que el sistema judicial se apegara a los principios rectores de un
verdadero debido proceso legal:
Destaca como un principio básico que el trabajo judicial se haga bajo la mirada
de todos los ciudadanos y, en particular, de los usuarios del sistema de justicia,
pues un sistema de juicios orales, en el que las pruebas se rinden bajo la mirada
del público y en el que el juez escucha a las partes, es más confiable que un sistema
opaco y escrito, como el que tenemos actualmente.1
En el mismo documento, se postula que la oralidad es una herramienta esencial para la consecución de los principios del debido
1 Dictamen de las Comisiones Unidas de Puntos Constitucionales y de Justicia, con Proyecto
de Decreto que Reforma, Adiciona y Deroga diversas Disposiciones de la Constitución Política
de los Estados Unidos Mexicanos. Cámara de Diputados. Palacio Legislativo de San Lázaro.
Diciembre 10 de 2007.
Estudios Jurídicos
210
Dirección de Anales de Jurisprudencia y Publicaciones
proceso, pues a través de ella se logrará la construcción de un sistema de justicia mucho más eficaz en la resolución de los conflictos
sociales.
Por otro lado, vale destacar que los diputados hacen una aclaración
de lo más pertinente, al afirmar que aun cuando la oralidad no constituye un principio procesal, es el elemento que posibilita la existencia y
permanencia de los principios de publicidad, continuidad, concentración, contradicción e inmediación.
Al respecto, el dictamen señala que no es posible concebir un proceso público si las actuaciones se llevan a cabo por escrito; por ello, es
menester que tanto los juzgadores como el público se enteren al mismo
tiempo de todo lo actuado en las audiencias.
En este punto, la publicidad y la transparencia van de la mano y solamente, a través de la oralidad, se puede lograr este binomio.
De igual manera, la continuidad en el desarrollo de las audiencias y
la concentración en el desahogo de pruebas, son principios que se cumplen a cabalidad si las actuaciones se desarrollan oralmente. Por otro
lado, un proceso verdaderamente contradictorio únicamente es dable
con la oralidad, pues sin ella, los interrogatorios no pueden llevarse a
cabo de forma verdaderamente ágil.
La oralidad implica, también, un cambio fundamental en la práctica
forense: abandonar la cultura del expediente y fomentar el desarrollo
de una fundada en la audiencia.
La metodología de audiencias, propia de este nuevo proceso, implica que las
decisiones judiciales, sobre todo si afectan derechos, se adopten siempre frente a
las partes, una vez que se les ha dado la oportunidad de contradecir la prueba y de
ser escuchadas. Así pues, la oralidad no es una característica únicamente del juicio,
sino de todo el proceso en general…2
2 Ibidem.
211
Estudios Jurídicos
Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal
Las bondades de la oralidad son evidentes: fomenta la transparencia
y desincentiva prácticas corruptas; hace que la impartición de justicia
sea realmente pronta y expedita y exige que los operadores jurídicos
del foro estén mejor preparados en materia de Derecho ya que, con este
método, tienen que hacer su mejor esfuerzo para argumentar correctamente, sin recurrir a la presentación de escritos largos, farragosos que
sólo contribuyen al ejercicio de un litigio “chicanero”.
Estamos ciertos de que existen más ventajas en la oralidad. También
nos queda claro que, si bien los procedimientos judiciales orales traerán
enormes beneficios, no están exentos de algunos retos y dificultades
que habrán de superarse.
Entre ellos, destaca el reto que implica poner en práctica el principio
de la inmediación, el cual, en pocas palabras, significa que el juez siempre esté presente en todas y cada una de las audiencias.
El juez dirigirá el proceso frente a las partes, sus abogados y el público, en tiempo real. Con ello, se acaba la vieja práctica de “presidir
dos audiencias al mismo tiempo”. Lo anterior no constituye una crítica malsana, sino refleja lo que en la práctica sucede: los secretarios de
acuerdos llevan las audiencias aun cuando siempre estén supervisados
por el titular del juzgado.
En un sencillo ejercicio aritmético, al entrar en vigor los juicios orales
en todas las materias, la carga de trabajo de los jueces se incrementará
sensiblemente, lo que nos lleva a plantearnos dos opciones: o se aumenta el número de juzgados, o el procedimiento judicial habrá de contar
necesariamente con salidas alternas al juicio.
La primera opción no es la más apetecible, puesto que la demanda
por los servicios de impartición de justicia es sumamente elástica. Esta
afirmación se apoya en un estudio llevado a cabo por el Instituto Tecnológico Autónomo de México y el Tribunal Superior de Justicia del
Distrito Federal, en el cual se afirma:
Estudios Jurídicos
212
Dirección de Anales de Jurisprudencia y Publicaciones
…la utilidad marginal obtenida de la creación de más tribunales es decreciente,
porque la demanda por justicia es elástica. En otras palabras, la creación de más
tribunales provoca en el corto plazo una nueva saturación porque la gente percibe
una mayor oportunidad de acceso: ‘al disminuir el tiempo de espera se estimula
inevitablemente la congestión’.3
La segunda, la instrumentación de salidas alternas, requiere de un
nuevo diseño procedimental, tanto en lo normativo como en lo institucional. Para lograr un buen funcionamiento de las salidas alternas,
es menester reestructurar todo el procedimiento, sin alterar el debido
proceso legal.
La finalidad principal de las salidas alternas es lograr que los asuntos
que ingresan al procedimiento judicial no tengan que recorrer todas las
etapas de éste, para concluir satisfactoriamente. La idea es que la mayoría de los casos sean resueltos antes de recorrer todo el camino que
culmina en la sentencia. Sin salidas alternas la oralidad estaría condenada al fracaso.
La mediación constituye una salida alterna que coadyuvará a reducir sensiblemente la carga de trabajo de los juzgados, dentro del nuevo
esquema de justicia oral.
I. LA ORALIDAD LLEGÓ, POR FIN, A LA JUSTICIA FAMILIAR
Magistrados y jueces familiares del H. Tribunal Superior de Justicia
del Distrito Federal han trabajado desde hace más de dos años en el
diseño e instrumentación de los juicios orales en esta ciudad. En febrero
del año 2014, este grupo de juzgadores invitaron al Centro de Justicia
Alternativa para que colaborara en la capacitación de los secretarios
judiciales, funcionarios que ahora están encargados, entre otros aspectos, de ofrecer al justiciable un espacio para alcanzar un arreglo amiga3 Orozco Wistano L. y José Roldán Xopa (Coord.), “Estudio sobre justicia alternativa en
el Distrito Federal”, en Revista Este País, número 138, septiembre de 2002, México, D. F., p. 8.
213
Estudios Jurídicos
Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal
ble dentro del juicio. Mis compañeros y un servidor, trabajamos en este
proyecto desde marzo y hasta julio, y logramos coadyuvar en la capacitación de aproximadamente 60 secretarios de juzgado, entre judiciales
y auxiliares.
Nuestra participación no solamente consistió en dotar de herramientas a los secretarios del juzgado para que funjan como facilitadores en
la resolución de controversias, sino para comunicarse de mejor manera
con las partes y, por supuesto, para brindar un servicio público mucho
más humano, alejado de la cultura del expediente.
En la materia familiar, los juicios orales se comenzaron a operar el 11
de agosto del año 2014 y la primera sentencia de este tipo de juicios se
dictó el 4 de septiembre de esa anualidad. El asunto que se ventilaba
versó sobre la adopción nacional de un menor de edad y fue todo un
éxito.
La reforma al código de procedimientos civiles que da origen a los
juicios orales familiares prevé que siempre se alentará a las partes para
que lleguen a un acuerdo que ponga fin al procedimiento. El momento
procesal ideal para ello es, sin duda, la Junta Anticipada, pero esto no
es impedimento para que en cualquier otra etapa, las partes logren conciliar sus intereses, incluso durante la Audiencia de Juicio ante el juez,
antes de que éste dicte sentencia.
En mi opinión, el hecho de que la ley ofrezca un espacio a las partes
para lograr una solución negociada a su conflictiva y que los secretarios
de juzgado ya hayan sido entrenados como facilitadores de acuerdos
entre las partes, ya constituye un gran avance. Sin embargo, me parece
que no es suficiente, y enseguida intentaré explicar por qué se requiere,
en algunos casos, que al justiciable se le brinde un espacio distinto al
jurisdiccional para solucionar sus diferencias; es decir, que la mediación
se constituye en una verdadera salida alterna.
Estudios Jurídicos
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Dirección de Anales de Jurisprudencia y Publicaciones
II. PENSAMIENTOS QUE SE SIGUEN EN EL LITIGIO Y EN LA
MEDIACIÓN
Es fundamental señalar que la mediación como salida alterna al juicio es también un procedimiento oral, al igual que los nuevos juicios de
los que puede llegar a formar parte, pero debemos ser muy precisos en
el sentido de que se trata de otro tipo de oralidad.
En primer lugar, conviene retomar la idea de que el lenguaje oral
que emplea la mediación es un lenguaje natural y cotidiano. Por lenguaje natural entendemos no sólo aquel que admite grandes márgenes
de ambigüedad y vaguedad, como el que emplea el propio Derecho –a
diferencia del lenguaje de la Física o la Música, que son lenguajes formales–; sino que es un lenguaje que se aprende por el simple hecho de
socializar en los primeros años de vida.
Salvo en casos excepcionales de enfermedad, abandono o discapacidad, todos los seres humanos aprendimos a hablar (lenguaje oral)
porque nos relacionamos a temprana edad con otros seres humanos
parlantes mayores que nosotros. Nuestra disposición genética para desarrollar esta habilidad es anterior, más profunda y arraigada que la que
tenemos, por ejemplo, para resolver un problema de cálculo diferencial.
Simplemente, tomemos en consideración la edad promedio en la que
un individuo aprende a hablar, y fijémosla en dos años. Ahora, comparémosla con la edad a la que se aprende a escribir: cinco o seis años. Por
último, veamos a qué edad en promedio, y conforme a la mayoría de los
sistemas educativos del mundo, se aprende un conocimiento especializado como el Derecho: entre 21 y 26 años, según el país de que se trate.4
En principio, cualquier persona que posea cierta madurez emocional e
intelectual y que sepa hablar puede participar, de manera exitosa, en un
4 Por ejemplo, una persona que desee estudiar Derecho en los Estados Unidos de América
sólo es admitida a esta carrera si ya ha concluido sus primeros estudios universitarios
correspondientes al College. Por esta razón los egresados de Derecho tienen una edad promedio
de 26 años.
215
Estudios Jurídicos
Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal
proceso de mediación, toda vez que empleará el lenguaje que aprendió
desde muy corta edad y el diálogo que sostendrá con la persona con la
cual tiene algún conflicto estará basado en intereses y necesidades humanos: lo que requiere es conducción del diálogo para descubrir estos intereses y necesidades, no necesita de un abogado que hable por ella. No es
necesaria la traducción de un lenguaje natural básico a uno especializado.
Esto nos lleva a otro punto que tiene que ver no únicamente con el
habla (lenguaje oral) cotidiana, que es el de la mediación, sino con otra
característica del lenguaje, o, más bien dicho, el pensamiento que se
sigue en el litigio y en la mediación.
a) Pensamiento adversarial
En el primero, se emplea un lenguaje que Edward De Bono denomina “discusión tradicional” (traditional argument) o “pensamiento adversarial”.
En el pensamiento adversarial, las partes asumen posiciones diferentes y contradictorias y ambas se atacan entre sí. Cada una de las partes
intenta probar que a la otra no le asiste la razón.
El pensamiento adversarial adolece de todo elemento constructivo o
creativo. Está diseñado para descubrir la “verdad”, pero no para crear
algo realmente nuevo.
Puesto en términos hegelianos y en el contexto de un procedimiento
judicial, se puede afirmar que este tipo de pensamiento y, por ende, de
lenguaje consiste en un diálogo en el cual una parte presenta una tesis
(demanda), la otra, una antítesis (contestación a la demanda) y el juzgador realiza la síntesis a través de su sentencia.
De acuerdo con De Bono, el debate tradicional fue perfeccionado por
tres grandes pensadores griegos: Sócrates, Platón y Aristóteles, hace
más de dos mil cuatrocientos años.5
5 Edward De Bono, Father of Lateral Thinking: http://www.edwdebono.com/parallel.htm.
Estudios Jurídicos
216
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b) Pensamiento vertical y pensamiento paralelo
Asimismo, el autor nos señala que existe otro tipo de pensamiento,
al cual estamos muy acostumbrados en el juicio: el llamado pensamiento
vertical y que básicamente se encarga de probar y desarrollar patrones
conceptuales y de comportamiento.
Esta es la lógica que predomina en los juicios. Por el contrario, en la
mediación no se usa este tipo de argumentación, sino aquel que el propio autor en cita denomina pensamiento paralelo.
A través de este enfoque, ambas partes se encuentran pensando
en paralelo en la misma dirección; se trata de un pensamiento colaborativo y coordinado. Es posible cambiar de dirección con el objeto
de analizar la situación en su conjunto y ampliar el panorama de la
misma.
En todo momento cada uno de los involucrados se encuentra
pensando en paralelo con los demás. No tiene que existir acuerdo
en las declaraciones, pensamientos o percepciones de cada uno de
los participantes, al menos no en todos los puntos que se estén
tratando.
El curso de la conversación se puede cambiar (labor del mediador),
con el objeto de crear un nuevo discurso a partir de los pensamientos
paralelos. En otras palabras, en la mediación no hay adversarios a los
que hay que vencer; sino personas que tienen percepciones diferentes de la realidad y que comparten un problema. Al centrar la atención en el problema, cada una de las partes va aportando opciones de
solución y el mediador, a través de ciertas herramientas, ayuda a las
partes a cambiar su propio discurso para que ambas se centren en sus
intereses, que son mucho más amplios que sus posiciones, y lleguen
a soluciones que sean satisfactorias para ambas.
217
Estudios Jurídicos
Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal
c) Pensamiento lateral
La mediación utiliza también lo que Edward De Bono bautizó con el
nombre de pensamiento lateral. El autor nos señala que:
La finalidad del pensamiento es recolectar información para darle el mejor uso
posible. Dada la manera en que la mente trabaja para crear patrones conceptuales
fijos, no es posible darle el mejor uso a la nueva información a menos que contemos
con determinados medios que nos permitan reestructurar viejos patrones y
ponerlos al día. Nuestros métodos tradicionales de pensamiento nos enseñan cómo
refinar dichos patrones y establecer su validez. Pero siempre estaremos por debajo
del uso óptimo de la información disponible a menos que sepamos cómo crear
nuevos patrones y escapar de la dominancia de los viejos. Al pensamiento vertical
le atañe probar o desarrollar patrones conceptuales. Al pensamiento lateral le atañe
reestructurar dichos patrones (introspección) y propiciar el surgimiento de otros
nuevos (creatividad). El pensamiento lateral y el vertical son complementarios. Se
requiere habilidad en ambos; sin embargo, el énfasis en la educación se ha dado
exclusivamente a través del pensamiento vertical. La necesidad de desarrollar el
pensamiento lateral surge de las limitaciones del comportamiento de la mente
como sistema de memoria que se maximiza a sí mismo.6
A diferencia del pensamiento vertical y adversarial, el pensamiento lateral implica dejar de insistir en la misma estrategia para resolver
un conflicto, una vez que se ha comprobado que no funciona. No por
mucho insistir en una estrategia, se logrará solucionar un problema. Parafraseando al gran físico y matemático, Albert Einstein: “si se buscan
resultados distintos, no hay que hacer siempre lo mismo.”
Para De Bono, cuando empleamos la lógica tradicional, partimos de
ciertas premisas que ya están dadas de antemano, tal como sucede en un
6 De Bono, Edward, Lateral Thinking. A Textbook of Creativity, http://ebookbrowse.com/
edward-de-bono-lateral-thinking-pdf-d88465889, p. 9.
Estudios Jurídicos
218
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juego de ajedrez, las piezas ya están ahí. El autor se pregunta: “¿Qué son
esas piezas?” En la mayoría de las situaciones de la vida real, las piezas
no están dadas de antemano, simplemente asumimos que lo están. Tendemos a asumir determinadas percepciones, conceptos y límites.
Al pensamiento lateral no le interesa jugar con las piezas o premisas
existentes, sino que pretende cambiar las piezas mismas, centrándose
en el componente perceptual del pensamiento, en el que organizamos
el mundo exterior en piezas que sí podemos manejar y procesar adecuadamente.
La mediación intenta emplear el lenguaje oral y cotidiano para lograr
que las partes se escuchen y reconozcan que tienen percepciones distintas respecto de los problemas que les aquejan.
No se trata de averiguar quién tiene la razón, pues todos los participantes tienen la razón, su razón. El pensamiento lateral se emplea
en este mecanismo alternativo de solución de controversias, cuando el
mediador reencuadra las percepciones de cada mediado respecto de
alguna situación en particular, y cuando realiza preguntas que, en apariencia, nada tienen que ver con las posiciones presentadas; es decir,
el facilitador “obliga” a que las partes piensen lateralmente y vayan
cambiando sus percepciones del conflicto. Al ir cambiando las percepciones, los va acercando a que descubran sus intereses y necesidades,
dejando de lado las piezas “existentes de antemano” (sus posiciones).
También promueve el pensamiento creativo tan característico del
pensamiento lateral, al incitar a las partes a que realicen una lluvia de
ideas para aportar opciones de solución. De alguna manera el mediador
es un “provocador” que, estratégicamente, genera confusión en las partes para que éstas abandonen los viejos patrones aprendidos.
Existe una razón más para que en la mediación se emplee un lenguaje distinto al jurídico y que se caracteriza por ser oral y cotidiano y
basado tanto en el pensamiento paralelo como el lateral.
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Estudios Jurídicos
Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal
En su estupendo y breve artículo intitulado Wittgenstein y mediación,7
el doctor Luis Miguel Díaz discurre acerca de la imposibilidad que presenta el Derecho para cambiar la realidad, toda vez que el juego del lenguaje jurídico da significado a la conducta humana y al mundo fáctico
en general, pero “no causa cambio directo en el universo, lo que cambia
el mundo es la conducta humana y los fenómenos naturales.”
Tendemos a emplear el lenguaje jurídico para cambiar una realidad
en donde se sobreponen diversos juegos de lenguaje, donde las palabras adquieren diferentes significados pues son usadas, con frecuencia,
simultáneamente en distintos contextos, lo cual produce confusión e
impide una visión holística de los conflictos y, por tanto, su resolución
–o mejor dicho su gestión–.
El doctor Díaz señala:
Los sistemas de derecho de los países actuales mantienen el dogma de que
para resolver disputas legales entre las partes involucradas, otros humanos
imparciales facultados por la ley (entidades políticas, autoridades administrativas,
jueces, árbitros, etc.) deben solucionar la disputa. Sin embargo este enfoque de
resolución de conflictos presupone dos premisas epistemológicas falsas: a) Que
existe un universo objetivo, el cual puede ser conocido por ésos quienes deciden, y
b) Esos que deciden son imparciales (humanos sin padres, sin país, sin amigos, sin
emociones, sin pensamientos, sin deseos, sin anhelos, etc.).8
Coincidimos con las críticas del autor, pero además, existen otras
razones para afirmar que el lenguaje jurídico no puede abarcar toda la
realidad, como lo habrían soñado los civilistas franceses del siglo XIX.
El Derecho es un conjunto de reglas que son útiles para ordenar la
convivencia social, pero el simple intento de acomodar toda la reali7 Díaz, Luis Miguel, “Wittgenstein y mediación”, en http://www.mediate.com/mobile/
article.cfm?id=344.
8 Ibidem.
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dad para que fluya a lo largo de estos estrechos cauces –llamadas normas– es un verdadero absurdo; constituiría una distorsión monstruosa de la vida humana: en la norma jurídica no caben las emociones,
las pasiones, la ambigüedad tan característica del lenguaje y comportamiento humanos, y tantos otros elementos propios de la existencia
de las personas.
Todos estos elementos pertenecen a juegos de lenguaje distintos
y son indiferentes al Derecho, pero no a la realidad, no al conflicto.
Por eso el Derecho se queda corto frente al drama del desencuentro
humano.
Este punto se puede resumir en el absurdo e ingenioso dicho popular
que se aduce entre algunos miembros de la comunidad jurídica mexicana: “Lo que no consta en el expediente, no existe”.
Y sin embargo, si las normas admitieran un intercambio de juegos
lingüísticos en donde encontraran cabida todos estos factores metajurídicos, el Derecho perdería una de sus grandes fortalezas que, a su vez,
constituye su gran debilidad: la naturaleza general de sus normas. Pero
este punto sería objeto de otra discusión.
Vale resaltar que el mediador, a diferencia de otros operadores del
sistema de justicia, no es una autoridad, sino un facilitador de la comunicación y de las negociaciones entre particulares y cuyos esfuerzos se
encaminan a que estos últimos lleguen por sí mismos a acuerdos que les
sean mutuamente satisfactorios y legales.
Para lograr que la negociación fluya, es menester que el tercero neutral ponga en práctica ciertas técnicas y estrategias que conduzcan a las
partes a reconocer sus propios intereses y necesidades, y no sus posiciones como en el caso del litigio.
Si la materia a negociar son intereses, entonces diversas posiciones, y
no sólo una, pueden satisfacer las necesidades de cada parte. Un acuerdo construido, de esta manera, tiene mayores probabilidades de ser
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cumplido que una sanción impuesta, porque surge de la más auténtica
y profunda voluntad de las partes.
En otras palabras, los procesos como la mediación permiten que
convivan distintos juegos del lenguaje, ya que si surge la confusión en
cuanto a los significados en la comunicación, las propias partes pueden
superarla con la ayuda del facilitador, quien les ayuda a contextualizar
y resignificar lo dicho.
III. A MANERA DE CONCLUSIÓN
Se puede afirmar que la mediación es un procedimiento oral que
emplea el lenguaje cotidiano, no especializado, en el que predomina el
uso del pensamiento lateral y paralelo y en el cual es posible que se sobrepongan diversos juegos del lenguaje, sin crear situaciones caóticas,
generando así nuevas oportunidades a los mediados para que transformen sus relaciones y solucionen sus diferencias.
La pregunta obligada es la siguiente: ¿Cómo pueden convivir, en el
iter judicial, dos lenguajes tan divergentes? La oralidad en el juicio emplea el pensamiento vertical, adversarial y un código de normas sustantivas y adjetivas que solamente admite un sólo juego del lenguaje:
el jurídico.
La respuesta no es sencilla, pero para lograr que se complementen se tiene que realizar una suerte de traducción de un lenguaje al
otro.
En la forma en que están legislados los juicios orales en materia familiar la traducción es extremadamente difícil. Se requiere una reforma
al código de procedimientos civiles para que el justiciable encuentre un
espacio de diálogo más íntimo y más largo: es imperativo que la mediación
constituya una verdadera salida alterna al juicio. Es difícil realizar el cambio
de una forma de pensamiento a otra, en poco más de una hora, tiempo
que dura la Junta Anticipada.
Estudios Jurídicos
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Sin embargo, es factible realizar esta traducción si se cuenta con
otros tiempos y espacios. A guisa de ejemplo podemos imaginar que
un asunto que se ventila en juicio es remitido a mediación. En este procedimiento alternativo se empleará el lenguaje ya descrito. Asumamos
que se resuelve el conflicto. Queda una tarea pendiente e indispensable
para que lo solucionado en mediación tenga valor jurídico: el mediador
tendrá que convertir todo lo expresado por los mediados a un lenguaje
escrito, jurídico y aun cuando se abandone el lenguaje adversarial, pues
las partes ya han arribado a un acuerdo, tendrá que redactar el convenio en términos del lenguaje vertical; es decir, tendrá que regresar a
patrones conceptuales fijos y consolidarlos.
Debe haber un regreso al pensamiento estructurado, analítico, lógico
y secuencial. Cualquiera diría: ¿qué se gana entonces con la mediación?
A nuestro juicio, mucho. Los mediados han aprendido a manejar sus
problemas jurídicos y no jurídicos de otra manera, más creativa, ampliando los límites de su mundo pues han ampliado los límites de su
lenguaje.
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EL ENEMIGO EN EL DERECHO PENAL
FUNCIONALISTA A LA LUZ DEL ANÁLISIS DEL
SISTEMA-MUNDO CAPITALISTA NEOLIBERAL
Lizbeth Xóchitl Padilla Sanabria*
Sumario: Nota introductoria. I. Elementos básicos del funcionalismo normativo
penal. II. El enemigo en el derecho penal funcionalista. III. El enemigo en el
derecho penal como elemento básico de la hegemonía de las políticas económicas
en el sistema-mundo capitalista-neoliberal. IV. Conclusión. V. Bibliografía.
NOTA INTRODUCTORIA
Durante mi estancia en la Universidad de Sevilla tuve la oportunidad
de aprender e intercambiar ideas con grandes pensadores del Derecho
penal del enemigo, entre ellos, los profesores Günter Jakobs, Miguel
Polaino Navarrete y Miguel Polaino-Orts.
Lo más fructífero del aprendizaje recibido fue, sin duda, delimitar las
bases epistemológicas de la corriente normativa llamada funcionalismo
penal, mediante la cual dichos estudiosos argumentan al Derecho penal
del enemigo.
* Doctora en Derecho por la UNAM. Posdoctora en la Benemérita Universidad Autónoma
de Puebla. Miembro del Sistema Nacional de Investigadores. Profesora de la Maestría en
Política Criminal de la Universidad Nacional Autónoma de México en las facultades de
Estudios Superiores Aragón y Acatlán. Asesora del Sistema Universidad Abierta y Educación
a Distancia, FES Acatlán. Ponente en el Diplomado en Derechos Humanos y Sistema Penal y
en el Diplomado en Seguridad Pública impartidos en la misma Institución. Profesora en la
maestría en Victimología del Instituto Nacional de Ciencias Penales.
Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal
Sin embargo, me percaté que el funcionalismo penal del cual ellos
hablan no tiene la misma dinámica sistémica en los países desarrollados
que en aquellos que no lo son y, por ende, los resultados en la aplicación de este Derecho tiene diferentes resultados. Trataré de argumentar
esta aseveración desde la dinámica sistémica basada en el modo de producción económico que rige a ambos, siempre desde la perspectiva del
sistema-mundo de Imannuel Wallerstein.
Mientras que para estos tres grandes autores, el Derecho penal del
enemigo es en sí mismo el garantismo penal,1 en los países en vías de
desarrollo considero que su función primordial es controlar la competencia económica a través de la aplicación de la norma de este tipo de
Derecho penal.
Me parece que el tratamiento, la aplicación y los resultados sociales
del Derecho penal del enemigo no es el mismo desde una perspectiva
sistémica en un Estado fuerte de bienestar social, como aún lo es el español y el alemán, que en un Estado económicamente débil a merced
del neoliberalismo como en el que estamos viviendo en México. También considero que de acuerdo a la dinámica sistémica es como se va
comportando el Derecho penal, con el fin de equilibrar y cumplir el fin
último sistémico de acuerdo al pensamiento de Wallerstein: “La acumulación incesante de capital”. El autor nos indica que aquellos que no
cumplan con ello serán castigados y de hecho excluidos, al contrario,
para aquellos que lo hagan serán premiados.2
1 A saber, el Dr. Polaino Orts nos indica: “Por ello, el Derecho penal del enemigo en sentido
funcionalista –o el Derecho penal funcionalista en general– no pretende más Derecho penal ni
propugnan sanciones injustas, lo contrario: pretende que el Derecho penal sea –para decirlo
con la feliz expresión de Daniel Pastor– un cortafuegos del poder punitivo y pretende que
sólo se apliquen normas drásticas pero proporcionales a unos pocos delincuentes (a aquellos
que realmente desestabilicen la Sociedad) como único medio para salvaguardar los derechos
fundamentales de los ciudadanos que se hallan amenazados por tales delincuentes. Esa
salvaguarda constituye, en buena lógica, el verdadero garantismo penal, mucho más real que
el garantismo ideal al uso”. Polaino-Orts, Miguel, El derecho penal del enemigo, ante el estado de
derecho, México, Flores Editor y Distribuidor, 2013, pp. 420-421.
2 Wallerstein, Immanuel, Análisis de sistemas-mundo. Una introducción, México, Siglo
veintiuno editores, 2010, pp. 40-41, paráfrasis.
Estudios Jurídicos
226
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Bajo esa lógica, es importante entender el funcionalismo penal jakobsiano, así como la conceptualización del enemigo en el pensamiento de
los tres autores antes mencionados y, por supuesto, analizarlo desde el
“sistema-mundo capitalista-neoliberal”.3
I. ELEMENTOS BÁSICOS DEL FUNCIONALISMO NORMATIVO
PENAL
a. El funcionalismo
Los profesores Günter Jakobs, Miguel Polaino Navarrete y Miguel
Polaino-Orts, basan su análisis del Derecho penal en el funcionalismo
en algunos aspectos epistemológicos de Niklas Luhman y de Hegel.
Este sistema encuentra influjos importantes en la filosofía idealista
dialéctica de Hegel y en la teoría de los sistemas sociales de Niklas Luhmann, pero no se limita a una importación al ámbito del Derecho penal de dichos postulados filosóficos y sociológicos, sino que enriquece
extraordinariamente la dogmática penal con sugerentes aportaciones
personales.4
Este funcionalismo busca como fin último concretar al interior del
sistema estructuras que sirvan a éste para cumplimentar su último fin,
es decir, la estabilidad sistémica, en la cual se entiende al sistema social
como el resultado de expresiones de sentido que lo ayuda a autorreproducirse. El Dr. Polaino-Orts indica al respecto:
3 El sistema-mundo capitalista-neoliberal lo conceptualizamos como aquel en el que se
encuentran incluidos-excluidos todos los individuos, grupos sociales, instituciones, prácticas
sociales, comunicaciones, ideologías y normas que protegen al sistema económico y que
forman parte de la dinámica constituida por el libre mercado. Su fin último es la acumulación
incesante de capital.
4 Jakobs, Günter, El lado comunicativo y el lado silencioso del derecho penal. Expectativas
normativas, intervención delictiva, derecho penal del enemigo, Sevilla, edición de Miguel PolainoOrts, 2014, p. 18.
227
Estudios Jurídicos
Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal
Dicha corriente concibe la Sociedad (que, en tanto sistema social global, se
integra de diversos sistemas parciales: Derecho, Economía, Religión, Política,
Ciencia, Arte, etc.) como un sistema autorreferente y autopoiético que se compone
de manifestaciones o expresiones de sentido, conocidas sintéticamente como
comunicaciones. La comunicación es el mecanismo propio de autorreproducción
de los sistemas sociales, la operación autopoiética mediante el cual el sistema social
se crea (autocrea) y se recrea a sí mismo. Ésta se reproduce siempre entre personas,
que de esa forma se delimitan de los individuos, cuyo locus vivendi es el ambiente,
el entorno.5
Entonces, desde la perspectiva del funcionalismo, la importancia de
las comunicaciones que dentro del sistema social se desarrollan radica
en que las mismas deben direccionarse al cumplimiento del fin social.
El Dr. Miguel Polaino-Orts citando a Niklas Luhmann refiere de la
siguiente forma al funcionalismo:
En sentido estricto, funcionalismo se refiere como apunta Luhmann a las
doctrinas que resaltan “las prestaciones que, desde el punto de vista de su
aportación (resultan necesarias) para el mantenimiento de un sistema social”.
Desde este punto de vista tales elementos o prestaciones cumplen en sí un cometido
estabilizador del sistema, y en tal sentido resultan funcionales para el mismo.6
El mismo autor nos indica que para el profesor Jakobs el funcionalismo es “Aquella teoría según la cual el derecho penal está orientado
a garantizar la identidad normativa, la constitución y la Sociedad. Esa
Sociedad se integra por personas, que se caracterizan por emitir comunicaciones, esto es expresiones de sentido comunicativamente relevantes”.7
5 Polaino-Orts, op. cit., nota 1, p. 99.
6 Jakobs, Günter, op. cit., nota 4, pp. 34-35.
7 Ibidem, p. 35.
Estudios Jurídicos
228
Dirección de Anales de Jurisprudencia y Publicaciones
b. El rol social
Siguiendo esta epistemología, el profesor Miguel Polaino Navarrete
nos dice que el punto de partida para analizar al funcionalismo penal
es la teoría de los roles sociales, siendo el cumplimiento del rol social la
parte más importante de una buena convivencia social y, por ende, del
bienestar común:
Los seres humanos se encuentran en el mundo social en función de portadores
de un rol. El rol es el papel que cada uno desempeña en la Sociedad. Del mismo
modo que en el teatro cada actor desempeña un rol, en la vida («el gran teatro del
mundo», según Calderón de la Barca) también corresponde a cada ciudadano el
ejercicio de un determinado rol: taxista, magistrado, panadero, bombero, padre de
familia, conductor de autobuses, obrero de la construcción, etc.8
Polaino-Orts nos indica que la funcionalidad de cumplir el rol social
estriba en que de esa forma los sujetos sociales quedan incluidos en el
sistema, pues en caso contrario, se advierte que los mismos no están
desempeñando el papel que el mismo derecho les atribuye y, por tanto,
no contribuyen al desarrollo de la dinámica sistémica.
Los seres humanos se encuentran en el mundo social en función
de portadores de un rol. Éste se define, a su vez, por un contenido
variable en el que se integran derechos y deberes. La orientación en
función de ese rol define al sujeto como persona. En tal sentido, se
afirma que las personas quedan integradas en el sistema, dentro del
cual desempeñan una función que coadyuva al mantenimiento en la
estructura social. La pertinencia de la persona a la estructura social
viene determinada porque, por lo general, las personas se orientan en
el cumplimiento de su rol, esto es, forman parte de la sociedad, del
8 Polaino Navarrete, Miguel, Lecciones de derecho penal. Parte general, España, Tecnos, 2013,
p. 84.
229
Estudios Jurídicos
Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal
sistema social, cumpliendo las expectativas –de cada sujeto– se espera
en la sociedad.9
Con base en el rol social, tenemos que para Jakobs el funcionalismo
normativo tiene como base fundamental la expectativa social de acuerdo con el cumplimiento de una norma jurídica que tiene su génesis en
la sociedad:
La norma es, en efecto, expresión de un sentido comunicativamente relevante:
la norma expresa, pues, una tesis: “no matar”, “no violar”, “no defraudar a la
Hacienda Pública”, etc. Dicha tesis no se concibe en el funcionalismo de manera
imperativa, sino en forma de expectativa social, esto es: una expectativa con la que
la Sociedad se identifica. Desde ese punto de vista, la norma es el compendio de
expectativas sociales institucionalizadas de manera oficial mediante un cuidadoso
proceso de selección normativa.10
Entonces, el rol social es el comportamiento que de acuerdo a la norma jurídica debe tener un sujeto con respecto al papel social que le corresponde con base en una expectativa social.
c. La expectativa normativa y la imputación penal objetiva
Por su parte, el profesor Polaino Navarrete nos indica con respecto
a la expectativa normativa que “Ejercer el rol significa cumplir la expectativa social y respetar la norma. Por el contrario, apartarse del rol
significa defraudar a la expectativa social, esto es: infringir la norma”.11
Entonces para estos estudiosos del Derecho, la esencia del bienestar
común en la sociedad es precisamente cumplir la norma a través de un
rol que es asignado por el sistema social de acuerdo a las necesidades y
expectativas sociales. En ese orden de ideas, Jakobs nos dice:
9 Polaino-Orts, Miguel, op. cit., nota 1, pp. 99-100.
10 Jakobs, Günter, op. cit., nota 4, pp. 37-38.
11 Polaino Navarrete, Miguel, op. cit., nota 8, p. 87.
Estudios Jurídicos
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La expectativa normativa representa el elemento aglutinador de la esencia de
los derechos fundamentales de los ciudadanos y de la sociedad. La norma no tiene
como contenido un bien jurídico (elemento, en sí, contradictorios: el bien es un
elemento ontológico, natural, prejurídico) sino una expectativa social, esto es: la
esperanza institucionalizada de que la relación jurídica entre un titular (persona)
y un derecho (derecho a la vida) no va a ser alterada de manera arbitraria. De ese
modo, por ejemplo, el Derecho penal no reacciona frente a una conducta en tanto
que destruye un bien, sino en tanto que quebranta la norma, es decir: no porque
acaba con algo ontológico, sino porque aniquila un derecho.12
Cuando dichas expectativas normativas son incumplidas o violadas,
el sistema a través de comunicaciones materializadas en expresiones de
sentido, crea estructuras que permiten su reafirmación y autorreproducción con el fin de que éste equilibre su dinámica.
Para dicho autor la imputación penal estriba en:
La desviación respecto a esa expectativa que compete al portador de un rol o,
más escuetamente como la desviación de un rol. La imputación, en tanto reverso del
ejercicio correcto del rol, consiste en la defraudación imputable de las expectativas
sociales. Apartarse del rol es el fundamento de la imputación penal: no otra cosa es
apartarse del rol que hacerse culpable, esto es, penalmente imputable.13
Para el doctor Polaino-Orts, el quebrantamiento del rol es precisamente el elemento que permite la imputación objetiva:
Si, como vimos anteriormente, el ejercicio del rol se identificaba con el
cumplimiento de la norma, es lógico concluir que el quebrantamiento del rol es
la llave que abre la puerta de par en par a la imputación penal sobre la base de la
infracción de una norma jurídica. La explicación es muy clara. El sujeto que gestiona
12 Jakobs, Günter, op. cit., nota 4, pp. 38-39.
13 Polaino Navarrete, Miguel, op. cit., nota 8, p. 87.
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su ámbito de organización creando una disimetría entre su comportamiento real y
el comportamiento que de él, en función de su rol social, se esperaba socialmente,
no sólo infringe su rol y quebranta la norma, sino que defrauda expectativas
socialmente institucionalizadas, de manera que corre el riesgo de que le reprochen
jurídicamente su proceder.
Desde ese punto de vista, puede definirse muy sencillamente la imputación
penal como la desviación respecto de aquella expectativa que compete al portador de un
rol o, más escuetamente: como la desviación de un rol. En este sentido, la imputación
es, precisamente, el reverso del ejercicio correcto del rol, de manera que debe su
existencia precisamente por el hecho del sujeto que se desvía y no adecua su
conducta al rol que se espera que desempeñe en la Sociedad. La imputación
objetiva es, pues, en esencia una defraudación imputable de las expectativas sociales,
correlativamente con la concepción de la norma como modo de orientación de
conductas y como fundamento estabilizador de expectativas sociales.14
También para Jakobs, la violación de esa expectativa social convertida en norma jurídica, trae como consecuencia la imputación objetiva
del delito:
El delito (o, en general la conducta) no es un mero suceso exterior, algo
ontológico, sino la expresión de un sentido. Con su conducta el delincuente habla de
una determinada manera, expresa un sentido, comunica algo: en concreto, comunica
que el sentido de la norma a él no le compete, y –por ello– propone algo alternativo:
el sentido del delito se opone comunicativamente al sentido de la norma. La norma
expresa “no matar” y el delincuente expresa un mundo donde sí sea permitido
matar, etc.15
14 Polaino-Orts, Miguel y José Antonio Caro Jhon, Derecho penal funcionalista. Aspectos
fundamentales, México, Flores editor y distribuidor, 2009, pp. 73-74.
15 Jakobs, Günter, op. cit., nota 4, p. 38.
Estudios Jurídicos
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Incluso para dicho autor, la aplicación de la pena es una comunicación sistémica normativa fundamental para el equilibrio sistémico,
pues de ésta dependerá que la norma jurídica sea una estructura que
permita el control y la autopoietización sistémica.
Jakobs considera que la secuencia de tres significados sociales –el significado de la norma, el del hecho delictivo y el de la pena– no agota,
sin embargo, todo el ámbito del Derecho, sino que este tiene también
otros ámbitos o partes “mudas” o “silenciosas”. Estos lados silenciosos
del delito y de la pena se observa, según Jakobs, en el Derecho penal del
enemigo, donde propiamente no existe comunicación sino ejercicio de
coacción jurídica legítima.16
De hecho el Dr. Polaino-Orts nos indica que la esencia de la imputación penal objetiva es el quebrantamiento del rol social:
De la exposición anterior se extraen dos principios generales, que podemos
resumir de la siguiente manera: de un lado, el ejercicio del rol es, para el titular
del mismo, una garantía; mientras que el quebrantamiento del rol, esto es, la
desviación del rol, constituye precisamente la esencia de la imputación penal.17
Cuando un sujeto quebranta su rol, no se comporta simplemente como alguien
que gestiona incorrectamente su ámbito de organización, sino como algo más:
como un mal ciudadano o como un ciudadano insolidario que sienta las bases
para que los demás ciudadanos lo consideren como alguien que, conforme a los
parámetros normales, se aparta de la personalidad en derecho.18
Para dichos autores la imputación penal objetiva es un concepto relativamente fácil de explicar, en virtud de que la misma nace desde que
el sujeto infringe la expectativa social normativa, toda vez que depende de este cumplimiento para que este último sea incluido socialmen16 Ibidem, pp. 39-40.
17 Polaino-Orts, Miguel y José Antonio Caro John, op. cit., nota 14, pp. 73-74.
18 Ibidem, p. 76.
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Estudios Jurídicos
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te como persona. De hecho, la imputación objetiva es la expresión de
sentido comunicacional que permite el equilibrio sistémico social, pues
ésta es la que refuerza el cumplimiento de la norma.
Persona es, como queda dicho, quien por regla general cumple la
norma y, por ello, quien por regla general permite que los demás se
vean amparados por el efecto protector que la norma les provee. El
cumplimiento de la norma por parte de un sujeto no es algo que afecte
únicamente a él, sino que afecta a todo el mundo: precisamente porque
la norma posibilita el contacto interactivo entre los ciudadanos y, de esa
forma también, la norma posibilita el desenvolvimiento de ese mundo
social.19
Entonces, la expectativa normativa penal y el delito son comunicaciones, es decir, expresiones de sentido, que aunque contrarias, permiten el reforzamiento de la estructura social.
Es así que, cuando existen expresiones de sentido contrarias, éstas
deben ser contrarrestadas por otras de igual funcionalidad sistémica,
en el caso del ilícito penal, la comunicación contraria es “la pena, la cual
también es una expresión de sentido, en concreto, del significado de
que, a pesar de que el delito quebrantó la norma, la norma sigue siendo
vigente”.20
Con base en todo lo argumentado, tenemos que los elementos más
importantes para los estudiosos del funcionalismo penal, son los siguientes:
1. Rol social
2. Expectativa social normativa
3. Imputación objetiva
4. La pena
19 Polaino-Orts, Miguel, Funcionalismo penal y autodeterminación personal, México, Flores
Editor y Distribuidor, 2013, p. 65.
20 Idem.
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Es menester indicar también, que esta epistemología penal difiere
del positivismo penal mexicano en cuanto a que no existe bien jurídico
protegido, sino más bien, lo importante para ellos es el cumplimiento
de la norma jurídica en tanto es expresión de sentido social, y son precisamente los sujetos sociales, quienes a través de un consenso-disenso
crean las normas penales existentes; es decir, de acuerdo a nuestros autores, el Derecho es el espejo de la sociedad, pues las normas son producto de ella.
II. EL ENEMIGO EN EL DERECHO PENAL FUNCIONALISTA
a. La persona desde el funcionalismo penal
Los funcionalistas parten de la idea de que el sujeto es persona y,
por tanto ciudadano, desde una perspectiva eminentemente jurídica; es
decir, de acuerdo al cumplimiento de las expectativas sociales como garantes del respeto hacia una sociedad que considera a su ordenamiento
jurídico justo y necesario para el bienestar social.
El funcionalismo jurídico-penal parte también de comunes presupuestos sociales. Jakobs, su más firme representante, lo define como
“aquella teoría según la cual el derecho penal está orientado a garantizar la identidad normativa, la constitución y la sociedad”. Esta postura se aleja, en sus planteamientos, tanto de la conciencia individual
(que había sido el punto de partida de la filosofía tradicional hasta el
momento, enraizada en Descartes y desarrollada desde Hobbes hasta
Kant) como de la tradicional concepción europea del Estado, iniciado
por Aristóteles. En el centro de su pensamiento, sitúa Jakobs –en cambio– la distinción entre “persona” e “individuo”, que es una forma de
observación de la sociedad. La noción de persona es normativa, relativa, funcional, además de construida normativamente, esto es, privada
de sus ataduras ontológicas, naturalísticas o prejurídicas. La persona es
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definida como centro de imputación, y lo es además en función de su
haz de derechos y deberes en la sociedad: de ese modo, el Derecho ha
de defender a la persona como un producto de la cultura, y no al ser
humano (sujeto de carne y hueso) como producto de la naturaleza.21
Entonces, la importancia sistémica que tienen las personas radica en
cuanto a su funcionalidad en la medida en la que cumplen su rol jurídico, por tanto, por el simple hecho de serlo son susceptibles de ser
merecedoras a una imputación penal objetiva.
Es decir, la persona será la materialización objetiva de los derechos
y deberes de las expectativas sociales, todo lo demás que anteceda ontológicamente al sujeto no es óbice de considerarlo importante para el
Derecho penal. Bajo esta perspectiva, Polaino-Orts indica:
La persona viene desempeñando un rol en el mundo social y el rol es elemento
complejo que reúne un aspecto formal o externo (algo así como la identificación
externa de rol) y un aspecto material o interno (que es un conjunto de derechos y
deberes). Objeto de imputación es la desviación de un rol. Y en el seno del rol se
incorporan, como digo, derechos y deberes, y lógicamente nada obsta, sino todo lo
contrario, que determinados conocimientos se vean revestidos de la condición de
deber. Esos conocimientos normativizados que pierden su condición subjetiva y
se revisten como deber estandarizado u objetivado son también, claro está, objeto
idóneo de imputación si debiendo cumplirse se infringen.22
En este sentido, el conocimiento sólo interesa si es deber y el deber
forma parte del rol de la persona: conocimiento, deber, rol y persona
son la misma cosa, y –por ello– el conocimiento es inescindible de la
persona, y la imputación requiere necesariamente tener en cuenta el
21 Polaino-Orts, Miguel, op. cit., nota 1, pp. 105-106.
22 Miró Llinares, Fernando y Miguel Polaino-Orts, Imputación y valoración en derecho penal.
Un debate moderno entre los conceptos funcionalista y kantiano de imputación, México, Flores Editor
y Distribuidor, 2013, p. 69.
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conocimiento (es decir, el deber) para poder realizar la imputación (infracción del deber).23
También existen otras expresiones de sentido contrarias, es decir, comunicaciones que fortalecen el concepto de “persona” que los funcionalistas acuñan, tal es el concepto de “peligrosidad”. Jakobs nos indica
al respecto:
La vigorosa sentencia según la cual al menos hoy todos deben ser tratados
como personas en Derecho, por lo tanto, como ya sabe suponer en este punto,
necesita de una adición: siempre que aquellos “todos” cumplan a su vez con sus
deberes, o, en el caso contrario, siempre que se los tenga controlados, es decir, que
no puedan resultar peligrosos. Ahora bien, si hacen estragos, hay que combatirlos,
y si existe la posibilidad de que los hicieran, hay que tomar medidas preventivas.24
Es decir, de acuerdo a esta epistemología, el sujeto debe aportar lo
que la sociedad materializa a través del espectro normativo, pues en
caso contrario, éste distaría mucho de ser funcional a sus objetivos, y
por tanto, lo excluye privándolo de sus derechos y deberes que “las
personas” tienen por el simple hecho de cumplir su rol y conducirse
sistémicamente.
Es por ello que los funcionalistas describen y analizan al “enemigo”
desde la defraudación del rol social y la peligrosidad que éste implica
para la sociedad. Por tal motivo, la crítica del Derecho penal del enemigo debe hacerse desde la misma perspectiva funcional y sistémica, pues
de lo contrario, como bien lo dice Polaino-Orts:
Un estudio dedicado al análisis del Derecho penal del enemigo exige, como
cabe suponer, una profundización precisa en el significado del concepto más
23 Ibidem, p. 71.
24 Jakobs, Günter et al., El derecho penal del enemigo en el contexto del funcionalismo, México,
Flores Editor y Distribuidor, 2008, p. 11.
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Estudios Jurídicos
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llamativo y más central en esa formulación: el enemigo. Se trata, a no dudarlo,
de una terminología gráfica, no exenta de cierta capacidad provocativa. De
hecho, el fenómeno del Derecho penal del enemigo ha sido objeto de no pocas
descalificaciones basadas, primordialmente, en prejuicios morales o políticos (pero
no científicos), relativos al término “enemigo”.25
Es por ello, que resulta de vital importancia entender al “enemigo”
desde la perspectiva de la epistemología funcionalista.
b. El enemigo en el Derecho penal funcionalista
1. El riesgo: el lado silencioso del Derecho penal
El sistema social, con el fin de equilibrase y mantenerse, busca a través de la funcionalidad de sus estructuras sistémicas controlar de diversos modos las contingencias que lo amenacen.
En ese sentido, mientras el sistema menos alcance tenga para dicho
control, el riesgo entrópico cada vez es más peligroso para él. Por esta
razón, éste crea normas que le permiten anticiparse a esas expresiones
de sentido. En ese tenor, nos dice Ulrich Beck que:
Riesgo es el enfoque moderno de la previsión y control de las consecuencias
futuras de la acción humana, las diversas consecuencias no deseadas de la
modernización radicalizada. Es un intento (institucionalizado) de colonizar el
futuro, un mapa cognitivo. Toda sociedad, por supuesto, ha experimentado
peligros. Pero el régimen de riesgo es una función de un orden nuevo: no es
nacional, sino global.26
25 Polaino-Orts, Miguel, op. cit., nota 1, p. 91.
26 Beck, Ulrich, La sociedad del riesgo global, Madrid, Siglo XXI de España Editores, 2002,
p. 5.
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Es decir, si los riesgos tienen mayor espectro social e incluso globalizados, el espectro del Derecho se extenderá más y su aplicación significaría la criminalización en estadios previos cada vez mayores.
Al respecto, la Dra. Martínez Álvarez nos dice: “Nuestra sociedad
es una sociedad de riesgos, algunos de ellos son permitidos, otros ni
son permitidos ni pueden ser aceptados”.27 Los riesgos más peligrosos
para el sistema son aquellos que salen de su alcance de control y que,
precisamente por ello, le pudieran causar una inestabilidad grave en su
dinámica.
Es ahí donde Jakobs indica que el Derecho penal no se constriñe únicamente a las expresiones de sentido o comunicaciones sistémicas, sino
que también existen elementos que el sistema no ve, ni escucha, y por
tanto, es necesario que se anticipe a la futura realización de comunicaciones que, dada su fuerza antisistémica, pudieran desequilibrar fuertemente al sistema hasta eliminarlo.
Bastida Freixedo resume gráficamente la concepción de Jakobs diciendo que:
…con el enemigo no cabe comunicación porque ha dado muestras de lo que
podría llamar afasia jurídica: no sólo no respeta las reglas semánticas (esto tampoco
lo hace el delincuente ordinario) sino que tampoco lo hace con las sintácticas. En
suma, produce ruido, no enunciados susceptibles ni tan siquiera de corrección.
Por seguir utilizando este símil lingüístico, el ciudadano que delinque habla mal
nuestra lengua y, en consecuencia, el derecho intenta enseñarle su uso correcto
reafirmando la validez del patrón ortográfico que usa la mayoría: El enemigo, en
cambio, habla otro idioma y, además, da muestras de no querer aprender el nuestro.
Por eso, al enemigo, como dice Jakobs, no se le comunica nada, simplemente se le
combate.28
27 Martínez Álvarez, Isabel Claudia, El derecho penal del enemigo, México, Porrúa, 2009, p. 4.
28 Jakobs, Günter, op. cit., nota 4, pp. 39-40.
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Por eso para el sistema es importante controlar el riesgo que representa el enemigo, ya que en ocasiones no lo conoce y ni siquiera sabe
dónde está; en ese sentido, Jakobs pugna por la criminalización en un
estado previo a la propia conducta.
En primer lugar, ha de mencionarse la anticipación de la punibilidad
–ahora vinculante en virtud de una decisión marco europea, pero que
ya antes era habitual–, ante todo la punición de la constitución de una
asociación criminal o incluso terrorista, es decir, la punición de un comportamiento que se produce mucho antes de la comisión de un delito
de lesión.29
Es decir, al enemigo se le pretende criminalizar mucho antes de que
cometa la conducta ilícita, dada la gravedad que la misma representaría
para la sociedad en caso de que sucediera; esto para los funcionalistas
significa una garantía de seguridad para los miembros del sistema social.
2. El concepto de “enemigo”
Me parece que para los funcionalistas el enemigo es aquel que no tiene
la mínima expresión de sentido para garantizar sistémicamente el cumplimiento de las expectativas normativas que permiten a las personas
convivir en sociedad, y en cambio, resulta peligroso para la estabilidad
de la dinámica social. Jakobs indica lo siguiente:
Con el nombre de “enemigo” se designa a quien “no sólo de manera incidental
en su actitud, en su forma de vida o mediante su incorporación en una organización
se ha apartado en todo caso, probablemente de manera duradera y, en ese sentido,
no garantiza la mínima seguridad cognitiva del comportamiento personal,
demostrando este déficit mediante su conducta propia”.30
29 Jakobs, Günter et al., op. cit., nota 24, pp. 30-31.
30 Jakobs, Günter, op. cit., nota 4, pp. 91-92.
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Siguiendo a Jakobs podemos indicar que el “enemigo” se aparta de
la normatividad sistémica al grado de que su retorno de convivencia social es imposible; precisamente en ello radica su peligrosidad, pues es o
se puede convertir en una comunicación que desestima todo elemento
de seguridad social: “El enemigo del Derecho penal del enemigo es un
delincuente de aquellos que cabe suponer que son permanentemente
peligrosos, un inimicus”.31
Bajo esa perspectiva, el ciudadano se distingue del enemigo, en la
medida de que el primero cognitivamente garantiza la seguridad hacia los demás como personas cumpliendo la expectativa normativa;
en cambio el segundo, se aleja completamente, y quizá de forma permanente, de ese cumplimiento poniendo en peligro la seguridad de
los ciudadanos. Miguel Polaino-Orts, citando a Francisco Ferreira de
Abreu, nos dice:
En ese sentido, el tránsito de individuo a enemigo es fácilmente comprensible:
ser ciudadano (persona en Derecho) exige un caldo de cultivo de seguridad;
cuando reina plena inseguridad (temor) no se puede ser ciudadano (completo),
o –por mejor decir– los enemigos impiden que los ciudadanos sean personas en
Derecho (sujetos que disfrutan sus derechos y ejercen sus obligaciones dentro de
parámetros de normalidad). O en otras palabras: ciudadano es aquel que respeta la
norma, se respeta a sí mismo y permite que los demás sean ciudadanos (personas
en Derecho); en cambio, enemigo es quien, con su comportamiento, impide que
los demás sean personas en Derecho al impedir que puedan orientarse por la
norma jurídica, que de esa forma pierde su eficacia y su normal vigencia. Por ello,
el derecho penal del enemigo se dirige al restablecimiento de unas condiciones
sociales aceptables.32
31 Jakobs, Günter et al., op. cit., nota 24, p. 29.
32 Jakobs, Günter, op. cit., nota 4, p. 109.
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Entonces, el “enemigo” es el que contraría a la norma jurídica; sin
embargo, la violación a la expectativa normativa debe ser de una gravedad inconmensurable, de tal forma que la expresión comunicativa
resultado de dicha violación cause un temor sin precedentes a los ciudadanos y desestabilice gravemente al sistema social. Bajo esa tesitura,
el “enemigo” debe ser eliminado de la sociedad, pues es tan peligroso
que su despersonalización social pudiera implicar violencia extrema
para aquellos que sí cumplen las normas.
Lo que sucede es que una personalidad real, que dirija la orientación,
no pueda alcanzarse mediante meros postulados, sino que, al contrario,
quien deba ser persona debe “participar”, y significa que debe hacer su
parte, esto es, garantizar suficiente fidelidad al ordenamiento jurídico.
Por consiguiente, la proposición debe ser completada: todo aquel que
prometa de modo más o menos confiable fidelidad al ordenamiento jurídico tiene derecho a ser tratado como persona en Derecho. Quien no
presente esta promesa de modo creíble será tendencialmente heteroadministrado; se le priva de derechos.33
Ante la peligrosidad del enemigo, para los funcionalistas, desde la
perspectiva normativa, se le debe aplicar un Derecho penal distinto al
que se le aplica al ciudadano, es decir, un Derecho penal de excepción,
de riesgo o de eliminación social.
Polaino-Orts describe al enemigo de la siguiente forma:
Enemigo es quien, incluso manteniendo intactas sus capacidades
intelectiva y volitiva, y disponiendo de todas las posibilidades de adecuar su
comportamiento a la norma, decide motu proprio autoexcluirse del sistema,
rechazando las normas dirigidas a personas razonables y competentes, y
despersonalizándose a sí mismo mediante la manifestación de una amenaza
en forma de inseguridad cognitiva, que –precisamente por poner en peligro
33 Jakobs, Günter et al., op. cit., nota 24, pp. 25-26.
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los pilares de la estructura social y el desarrollo integral del resto de los
ciudadanos (personas de derecho)– ha de ser combatida por el ordenamiento
jurídico de forma especialmente drástica, con una reacción asegurativa más
eficaz. Esta reacción se circunscribe a garantizar y restablecer el mínimo
de respeto para la convivencia social: el comportamiento como persona en
Derecho, el respeto de las demás personas –y en consecuencia– la garantía de
seguridad cognitiva de los ciudadanos en la norma.34
Podríamos considerar al “enemigo” como un “desviado social”,
aquel sujeto que no tiene la capacidad de convivir socialmente, causando peligros graves a las demás personas, de tal forma que, dada la
amenaza que representa, no es prudente su reinserción social.
3. Tratamiento jurídico-penal para el “enemigo”
Ante la extrema peligrosidad de un sujeto antisocial como el “enemigo” que describen los funcionalistas, el tratamiento jurídico penal que
se aplica es de excepción, es decir, un Derecho penal que sea excluyente
de aquel que se aplica a la ciudadanía, un Derecho penal para no personas: El Derecho penal del enemigo.
Una de las características básicas que Jakobs describe con respecto a la aplicación del Derecho penal del enemigo es el adelantamiento
de la punibilidad, la imputación anticipada o la criminalización en
prospectiva de aquel que representa un riesgo de peligrosidad social.
Desde el punto de vista práctico, el elemento que estará en primer
plano es el aseguramiento frente al autor, bien mediante una custodia
de seguridad identificada como tal, bien mediante una pena que garantice el aseguramiento, es decir, una pena privativa de libertad correspondientemente extensa. Esto último –junto con la pura intimida34 Polaino-Orts, Miguel, Derecho penal del enemigo: desmitificación de un concepto, Grijley,
Perú, 2006, p. 102.
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ción– es una de las razones de las elevadas penas que se prevén para la
fundación de una asociación terrorista; estas penas no son susceptibles
de ser explicadas en función de aquello que haya tenido lugar –se ha
afectado a la seguridad pública, pero no se ha iniciado hasta el momento lesión alguna– sino sólo a través del peligro existente.35
Es decir, para el Derecho penal del enemigo es menester criminalizar
al sujeto con penas considerablemente altas aunque la conducta no se haya materializado, basta con que ésta sea susceptible de concretarse. Otras características de la aplicación jurídico-penal del Derecho penal del enemigo es la reclusión de los “enemigos” en centros especiales de alejamiento,
así como también mantenerlos incomunicados y, una de las más importantes, la inobservancia de sus derechos fundamentales.
Las diversas modalidades de las –genéricamente denominadas– medidas
o penas de alejamiento consisten en aislar o encapsular físicamente el foco de
peligro, y admiten clasificarse en dos grupos: a) alejamiento personal (integrado por
la prohibición de comunicación con la víctima, familiares u otras personas) y b)
alejamiento espacial (en el que cabe incluir las prohibiciones de residir o acudir a
determinados lugares, así como la prohibición de acercamiento a las víctimas u otras
personas). Ambas modalidades tienen por objeto asegurar, de manera inmediata y
efectiva, un espacio de libertad para las víctimas, para la separación fáctica entre ellas
y el autor; y así mismo, de manera mediata, asegurar una convivencia segura en la
Sociedad en su conjunto.
Se trata como salta a la vista, de medidas contundentes que suponen una
restricción física y legal de derechos fundamentales: en tanto fruto del poder
coactivo estatal, estas medidas limitan algunos de los ámbitos más importantes
de la personalidad del sujeto como lo son la libertad de movimientos o la libertad
de determinación en plurales facetas de su personalidad (por ejemplo, elección
del lugar del domicilio o de trabajo, libertad de relaciones con los demás, libertad
35 Jakobs, Günter et al., op. cit., nota 24, pp. 34.
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de expresión, etc.). La restricción de derechos fundamentales es tal que se llega
al extremo de prohibir al acusado que se acerque a “cualquier lugar” que sea
“frecuentado” por la víctima o familiares, poniéndose de manifiesto la dimensión
fáctica de la peligrosidad, de que habla Silva Sánchez. La función que cumple la
restricción física de derechos es el aseguramiento (y, con ello, la posibilitación) de
la estructura normativa de la sociedad.36
Salta a la vista que los funcionalistas pretenden la protección social a
través de la exclusión de los que ellos consideran los peligrosos sociales,
es decir, los “enemigos”, a través de la aplicación de normas jurídicas
con características de excepción, es decir, sólo aplicables a ellos.
De hecho, la presunción de inocencia y los derechos humanos son elementos que no existen dentro de la información comunicativa para el “enemigo”,
puesto que las medidas de exclusión vistas con antelación se aplican
antes de ser probada su responsabilidad penal; además estos elementos
jurídicos sólo pueden ser observados para las personas que cumplen las
expectativas normativas.
En las medidas de combate del maltratador familiar, o –en general– de
los delincuentes peligrosos, muchas veces se hace primar la necesidad de
aseguramiento cognitivo sobre la propia presunción de inocencia del sujeto contra
el que se dirigen, en tanto que se imponen contra el maltratador penal convicto
o incluso meramente presunto, porque en los supuestos de órdenes o medidas
cautelares de alejamiento el sujeto no ha sido sometido a juicio, y –por tanto– las
mismas se imponen cuando no ha quedado probada aún su responsabilidad.37
Jakobs nos dice que al “enemigo” no se le pueden aplicar ni observar determinadas garantías, ni aún con base en los derechos humanos
actuales, pues éste con sus acciones muestra odio hacia las personas:
36 Polaino-Orts, Miguel, op. cit., nota 1, pp. 342-344.
37 Ibidem, p. 344.
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Aunque se deje fuera de consideración el carácter absoluto del mandato de la
razón –pues lo cierto es que la historia ha necesitado milenios para desarrollar
los llamados Derechos Humanos–, subsiste una afirmación potente: todos
deben ser tratados, al menos en la época actual, como personas de derecho.
Hace poco tiempo, en el marco de una discusión pública, formulé la opinión
de que esta proposición es, con mucho, demasiado abstracta, pues también
resulta decisivo –entre otros factores– el comportamiento del sujeto; frente
a ello, un colega formuló indignado la objeción de que ello no es así, y que
incluso Hitler, si aún hubiera que ocuparse de él, habría de ser tratado como
persona en Derecho. Probablemente, aquel colega ni siquiera se dio cuenta de
que su objeción sigue siendo abstracta: ¿cuál es esa situación en la que hay que
ocuparse del dictador que desprecia lo humano? ¿Después del restablecimiento
de una situación conforme a derecho, en cuanto prisionero sin posibilidades
actuales de influencia? Bien, entonces nos podremos permitir la juricidad y
llevar a cabo un proceso que sea reconocido por todos como equitativo. ¿O
se trata del Hitler hasta 1945? En tal caso no creo que nadie ponga en duda la
legitimidad del homicidio de aquel tirano mediante un atentado, y matar a un
tirano de ese modo nada tiene que ver con tratarlo como persona en Derecho;
se lo elimina en cuanto a enemigo.38
Lo que Jakobs está indicando es que cuando un sujeto no cumple la
expectativa normativa dada por la sociedad, este no es en absoluto digno de aplicársele las garantías jurídicas contenidas en un ordenamiento
legal.
Finalmente, quiero hacer alusión a un concepto mediante el cual los
funcionalistas argumentan la legitimidad científica del Derecho penal
del enemigo: “El deber de solidaridad mínima”. El profesor Polaino
Navarrete nos indica al respecto:
38 Jakobs, Günter et al., op. cit., nota 24, pp. 10-11.
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Naturaleza del deber (deber de solidaridad mínima): el deber jurídico que se
infringe en la omisión pura o propia es un deber de solidaridad mínima, esto es,
un deber positivo que conmina a toda persona a realizar una conducta positiva de
auxilio, salvamento o colaboración en una situación de necesidad o desgracia. El
deber de solidaridad se diferencia –en tanto deber positivo– del deber negativo,
cuyo contenido consiste en no dañar a los demás. En la solidaridad mínima no
basta con no causar daño, sino que se exige hacer alguna conducta expresa de
salvamento o de colaboración en beneficio de un tercero o de la colectividad. Con
ello el deber de solidaridad persigue la maximización de los bienes, mientras
que el deber negativo se encamina a garantizar el máximo de libertad, o lo que
es lo mismo, el deber negativo (¡no lesiones a nadie!) preserva la autonomía de
la persona, mientras que el deber de solidaridad obliga a la realización de una
prestación positiva en favor de terceros o de la comunidad.39
Es decir, que los funcionalistas consideran que los sujetos sociales,
para ser incluidos en la sociedad como personas, deben cumplir con
los requerimientos mínimos normativos traducidos en el concepto del
deber de solidaridad mínima del que nos habla el profesor Polaino Navarrete, pues en caso contrario, no calificarían para formar parte del
sistema, sino al contrario, el paliativo de “enemigo” los etiqueta de tal
forma que estarían condenados a su autoexclusión.
III. EL ENEMIGO EN EL DERECHO PENAL COMO ELEMENTO
BÁSICO DE LA HEGEMONÍA DE LAS POLÍTICAS ECONÓMICAS
EN EL SISTEMA-MUNDO CAPITALISTA NEOLIBERAL
Considero que el desarrollo del Derecho penal del enemigo desde la
perspectiva funcional tiene excelentes intenciones, pues busca en todo momento garantizar el bienestar común de la sociedad y la seguridad para
todos los sujetos sociales; sin embargo, creo que todo tipo de derecho debe
39 Polaino Navarrete, Miguel, op. cit., nota 8, pp. 64-65.
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ser analizado desde una perspectiva compleja40 y sistémica,41 de tal suerte
que el análisis del Derecho penal no está limitado únicamente a él mismo,
sino que también es importante observar otros elementos que por supuesto
contribuyen en su creación y aplicación, tales como la economía y la política. Sin dejar de un lado que el derecho es cibernético42 de acuerdo a la
información que hace posible la dinámica de la complejidad social.
Michel Foucault también nos indica que el Derecho debe analizarse
desde una perspectiva compleja:
El derecho no es ni la verdad, ni la justificación del poder. Es un instrumento
a la vez parcial y complejo. La forma de la ley y los efectos de prohibición que
ella conlleva deben ser situados entre otros muchos mecanismos no jurídicos.
Así el sistema penal no debe ser analizado pura y simplemente como un aparato
de prohibición y de represión de una clase sobre otra, ni tampoco como una
justificación que encubre las violencias sin ley de la clase dominante; permite una
gestión política y económica a través de la diferencia entre legalidad e ilegalismo.43
40 ¿Qué es la complejidad? A primera vista la complejidad es un tejido (complexus: lo
que está tejido en conjunto) de constituyentes heterogéneos inseparablemente asociados:
presenta la paradoja de lo uno y lo múltiple. Al mirar con más atención, la complejidad es,
efectivamente, el tejido de eventos, acciones, interacciones, retroacciones, determinaciones,
azares, que constituyen nuestro mundo fenoménico. Morín, Édgar, Introducción al pensamiento
complejo, España, Gedisa, 2007, p. 32.
41 El sistemismo tiene, en principio, los mismos aspectos fecundos que la cibernética (ésta,
refiriéndose al concepto de máquina, conserva en su abstracción algo de su origen concreto y
empírico). La virtud sistémica es: a) Haber puesto en el centro de la teoría, con la noción de
sistema, no una unidad elemental discreta, sino una unidad compleja, un “todo” que no se
reduce a la “suma” de sus partes constitutivas; b) Haber concebido la noción de sistema, no
como una noción real, ni como una noción puramente formal, sino como una noción ambigua
o fantasma; c) Situarse en un nivel transdisciplinario que permite concebir, al mismo tiempo,
tanto la unidad como la diferenciación de las ciencias, no solamente según la naturaleza
material de su objeto, sino también según los tipos y las complejidades de los fenómenos
de asociación/organización. En este último sentido, el campo de la teoría de sistemas es, no
solamente más amplio que el de la cibernética, sino de una amplitud que se extiende a todo lo
cognoscible. Ibidem, p. 42.
42 “Esta palabra deriva del término griego kibernetes (‘timonel’) y Wiener definió la
cibernética como la ciencia del control y comunicación en el animal y en la máquina”. En este
sentido el derecho penal seguirá las pautas de la dinámica sistémica para su aplicación, no
puede alejarse de ellas (adenda en subrayado de la autora). Capra, Fritjof, La trama de la vida.
Una nueva perspectiva de los sistemas vivos, 4a. ed., España, Anagrama, 1998, p. 70.
43 Foucault, Michel, Microfísica del poder, 2a. ed., España, Edissa, 1979, p. 170.
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Lo que nos dice Foucault es que puede ser pertinente analizar al Derecho penal desde sus causas y hasta la finalidad de su aplicación; es
poco conveniente estudiarlo como un sistema cerrado, sin observar el
entorno que lo produce y los efectos que el ejercicio del poder causa
sobre éste.
En tal sentido, nos ocuparemos del análisis de este Derecho penal
del enemigo desde la epistemología neomarxista y sistémica de Immanuel Wallerstein: el análisis del sistema-mundo moderno, con el fin de
vislumbrar cómo han sido utilizadas las categorías epistemológicas y
el discurso del Derecho penal del enemigo en el sistema-mundo capitalista-neoliberal,44 y en el cual el fin último lo constituye la acumulación
incesante de capital.
Para Wallerstein, el sistema-mundo moderno es:
El mundo en el que vivimos, el sistema mundo moderno, tuvo sus orígenes
en el siglo XVI. Este sistema-mundo estaba entonces localizado en sólo una parte
del globo, principalmente en partes de Europa y América. Con el tiempo, se
expandió hasta abarcar todo el mundo. Es y ha sido siempre una economía-mundo.
Es y ha sido siempre una economía-mundo capitalista. Deberíamos comenzar por
explicar lo que estos dos términos, economía-mundo y capitalismo, denotan.
Será más sencillo entonces apreciar los contornos históricos del sistema-mundo
moderno, sus orígenes, su geografía, su desarrollo temporal y su crisis estructural
contemporánea.
Lo que queremos significar con economía-mundo (la économie-monde de
Braudel) es una gran zona geográfica dentro de la cual existe una división del
trabajo y por lo tanto un intercambio significativo de bienes básicos o esenciales así
como un flujo de capital y trabajo. Una característica definitoria de una economíamundo es que no está limitada por una estructura política unitaria. Por el contrario,
44 Padilla Sanabria, Lizbeth Xóchitl, La criminalización-control del enemigo en el México
neoliberal: La ley antilavado, México, Flores Editor y Distribuidor, 2014, p. X, nota al pie de
página.
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hay muchas unidades políticas dentro de una economía-mundo, tenuemente
vinculadas entre sí en nuestro sistema-mundo moderno dentro de un sistema
interestatal. Y una economía mundo comprende muchas culturas y grupos (que
practican múltiples religiones, hablan múltiples idiomas y son diferentes en sus
comportamientos cotidianos). Esto no significa que no hayan desarrollado algunos
patrones culturales comunes, lo que llamaremos una geocultura. Significa que ni
la homogeneidad política ni la cultural debe ser esperable o encontrada en una
economía mundo. Lo que unifica con más fuerza la estructura es la división del
trabajo constituida dentro de ésta.
Nos encontramos en un sistema capitalista, sólo cuando el sistema da prioridad a
la acumulación incesante de capital. Frente al uso de tal definición, sólo el sistema-
mundo moderno ha sido un sistema capitalista. La acumulación incesante es
un concepto relativamente simple: significa que las personas y las compañías
acumulan capital a fin de acumular más capital, un proceso continuo e incesante.
Si decimos que un sistema “da prioridad” a tal acumulación incesante, significa
que existen mecanismos estructurales mediante los cuales quienes actúan con
alguna otra motivación son, de alguna manera, castigados, y son eliminados
eventualmente de la escena social, mientras que quienes actúan con la motivación
apropiada son recompensados y, de tener éxito, enriquecidos.45
Lo que Immanuel Wallerstein nos está diciendo es que todas las comunicaciones existentes en un sistema social van dirigidas a la acumulación incesante de capital; sin embargo, la competencia económica es
una estructura sistémica y me parece que el Derecho la tiene que proteger, toda vez que la misma también se dirige a la acumulación incesante
de capital. Entonces los constructos ideológicos jurídicos protegen la
dinámica capitalista del sistema. Lo anterior lo podemos observar en la
siguiente lámina:
45 Wallerstein, Immanuel, op. cit., nota 2, pp. 40-41.
Estudios Jurídicos
250
Por ello, me parece que el Derecho penal del enemigo propuesto por
los funcionalistas, puede lograr los fines sociales que consideran en estados fuertes, es decir, en aquellas naciones en donde el Estado aún
sea el rector de la economía y los sujetos sociales sean imprescindibles
para su función. Sin embargo, considero que la dinámica económica del
sistema ya no funciona de esa manera, actualmente muchas sociedades
del mundo nos encontramos en el auge del neoliberalismo y otras están
revirando del Estado de bienestar social hacia él: creo que la Unión Europea está pasando por esa transición.
García Amador es muy gráfico en las aseveraciones que hace con respecto al neoliberalismo y los Estados Nación:
251
Estudios Jurídicos
Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal
En un mundo sometido a la dictadura de los mercados, donde el verdadero
poder efectivo no reside en el pueblo, ni siquiera en las naciones, sino en
corporaciones privadas globales, ¿qué soberanía, qué autoridad le queda a los
Estados? Los políticos ya no gobiernan, sólo administran, son meros gestores al
servicio de las grandes corporaciones, que por otra parte, son quienes financian sus
campañas electorales. Las “democracias” han dejado de serlo. Mientras los Estados
adelgazan, las corporaciones engordan. La facturación de algunas corporaciones es
infinitamente superior a los presupuestos anuales de muchos gobiernos medianos y
grandes, incluso supera el Producto Interior Bruto de muchos países. Por volumen
de negocios (ingresos versus IPC), Nestlé es más grande que Nigeria, Unilever es
más grande que Pakistán, Volkswagen es más grande que Nueva Zelanda, BP es
más grande que Venezuela, IBM es más grande que Egipto, General Electric es más
grande que Filipinas, Ford es más grande que Portugal, Exxon es más grande que
Grecia, Shell es más grande que Arabia Saudí, General Motors es más grande que
Dinamarca.
Vacías de contenido, de competencia efectivas, las Naciones Estado son cáscaras
huecas, cadáveres, un emergente poder privado global ha decretado su caducidad
y tenderán progresivamente a desaparecer.46
Siguiendo a este autor, podemos indicar que las pautas sistémicas
del Derecho penal no son las mismas en una dinámica en donde lo más
importante es el capital y no así el individuo. Entonces las expectativas
normativas cambian, ahora ya no es el bienestar común lo más importante, sino la protección del capital mismo a costa de lo que sea, y por
ende, el Derecho penal del enemigo direccionará su aplicación a la salvaguarda, el equilibrio y la autorreproducción de ese capital.
Bajo esa lógica, el sistema del derecho se direcciona hacia los fines
sistémicos, y es ahí en donde el Derecho penal del enemigo se aplica
de diversa forma en sociedades con el modo de producción neoliberal
46 Martos García, Amador, Neoliberalismo asesino: El control mental hacia un nuevo orden
mundial, España, Bubok Publishing, S.L., 2012, p. 73.
Estudios Jurídicos
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Dirección de Anales de Jurisprudencia y Publicaciones
y en las cuales los sujetos son importantes en la medida en que ayudan
a la acumulación de capital, que en sociedades cuya importancia de
equilibrio sistémico radica en los sujetos sociales por el simple hecho
de ser individuos.
De esta forma, el Derecho penal del enemigo está direccionado a
eliminar a todos aquellos sujetos que no cumplan con la expectativa
normativa creada por el sistema-mundo capitalista-neoliberal, cuyos
principales ejes son: La privatización, el recorte al gasto público y la no
intervención económica del Estado.
Estos tres elementos son fundamentales para la dinámica del neoliberalismo, pues a través de la inversión privada en áreas económicas
estratégicas, las ganancias se dirigen hacia los particulares y ya no hacia
el primero; lo que trae como consecuencia que el Estado sea incapaz de
cumplir económicamente con los compromisos y necesidades sociales;
por lo tanto, el recorte al gasto público se traduce en el encarecimiento
de los servicios privados que antes eran públicos y, por supuesto, en el
empobrecimiento de aquellos que los tienen que pagar, pero en el enriquecimiento de los privatizadores.
La dinámica social responde a diversos elementos estructurales, los
cuales se concatenan entre sí para que el sistema se autorreproduzca.
Sin embargo, consideramos que uno de los elementos más importantes
que nos pueden ayudar a explicarlo es la “globalización”, concepto que
ha servido como estandarte para que la mayoría de los países del mundo sigan una política económica.
Amador Martos García menciona: “La globalización económica ha
sido, está siendo, catastrófica para la mayoría de las economías nacionales y para la biodiversidad, y nos conduce irremediablemente al colapso social, económico y ecológico generalizado”.47
47 Ibidem, p. 74.
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Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal
Por su parte, Lipovetsky nos indica que el mundo en el que vivimos
está unificado; sin embargo, esa unificación responde a ciertos elementos de globalización:
La época en que vivimos está caracterizada por una poderosa e irresistible
tendencia y unificación del mundo. En Francia se denomina mundialización y en
otras partes globalización. Esta dinámica coincide con la conjunción de fenómenos
económicos (liberalización de mercados de un capitalismo planetario), innovaciones
tecnológicas (nuevas tecnologías de la información y la comunicación) y cambios
radicales de la situación geopolítica (hundimiento del imperio soviético). Aunque
esta unificación del mundo no es un fenómeno en absoluto reciente (estamos en
una segunda globalización) ni una realidad completa, no es menos cierto que
representa un cambio general y profundo tanto en la organización como en la
percepción de nuestro mundo.48
Lo anterior implica que el sistema jurídico invariablemente sigue
ciertas pautas estructurales sistémicas, y en el mundo en el que nos
encontramos, éstas son globalizadas; es decir, no nos encontramos en
sociedades diversas, sino en una compleja y las normas jurídicas la regulan en su conjunto.
Ello no implica que la funcionalidad sistémica de las normas jurídicas vaya encaminada al bienestar social tomando como punto de partida al individuo, pues de acuerdo a su última finalidad tiene como eje
rector la cultura del mercado, y esto indica que la protección jurídica
del sujeto existirá en la medida en que éste contribuye a la hegemonía
económica global. Lipovetsky es muy claro en este sentido:
La cultura-mundo designa el momento en que el capitalismo se ha extendido
por todo el mundo, en que el mercado se ha planetarizado, en que todas las
48 Lipovetsky, Gilles, El occidente globalizado. Un debate en la cultura planetaria, España,
Anagrama, 2011, p. 13.
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naciones han tomado el camino de las privatizaciones y las desreglamentaciones
económico-financieras. El capitalismo, que «apareció en la civilización occidental
y únicamente en ella» (Max Webber) se ha universalizado. En todas partes reina
ya el sistema del capitalismo globalizado y financierizado. Un hipercapitalismo
desbocado cuyo precio estamos pagando cruelmente. Como es lógico, la crisis
mundial que atravesamos y que ha vuelto a dar al Estado un papel económico
de primer orden comportará nuevas medidas reguladoras, hasta el extremo
de que algunos han anunciado una inevitable ruptura con el paradigma del
«turbocapitalismo» desmesurado y caótico.49
Entonces, el Derecho penal del enemigo, siguiendo las expectativas
normativas sistémicas con base en la lógica del libre mercado, criminalizará y eliminará a todos aquellos que sean peligrosos o cuyas conductas
determinen indiciariamente que pueden desestabilizar al sistema económico. Sin embargo, Wallerstein argumenta porqué el mercado no es
tan libre como el discurso lo indica:
Una de las razones por las que un mercado totalmente libre no es una realidad
cotidiana, si es que alguna vez fuera a existir, es que volvería imposible la
acumulación incesante de capital. Esto puede parecer una paradoja, porque es
cierto que el capitalismo no puede funcionar sin mercados, y también es cierto que
los capitalistas dicen con regularidad que están a favor del libre mercado. Pero los
capitalistas, necesitan de hecho, mercados no completamente libres, sino mercados
parcialmente libres. La razón es obvia. Supongamos que existiera un mercado
mundial en el que todos los factores de producción fueran completamente libres,
como nuestros libros de texto los definen habitualmente; esto es, uno en donde
los factores fluyeran sin restricciones, en donde hubiera un mayor número de
compradores y un enorme número de vendedores, y en el cual existiera una
perfecta información (esto es, que todos los vendedores y todos los compradores
49 Ibidem, pp. 22-23.
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Estudios Jurídicos
Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal
supieran el estado exacto de todos los costos de producción). En un mercado de tal
perfección sería siempre posible para los compradores regatear con los vendedores
hasta un nivel de ganancia absolutamente minúsculo (digamos de un solo centavo),
y este bajo nivel de ganancia haría del juego capitalista algo sin el más mínimo
interés para los productores, removiendo el sustrato social básico de tal sistema.50
Entonces el ejercicio del poder en la dinámica económica sistémica
no corresponde a todos, es decir, sólo algunos tendrán la información
necesaria y los medios ideológicos para explotarla y hacer frente a
cualquier competencia económica; por lo tanto, desde la perspectiva
compleja, el sistema jurídico debe proteger dichos intereses. En este
sentido, Wallerstein habla de la fórmula del monopolio: “Lo que los
vendedores prefieren siempre es un monopolio, porque entonces pueden crear un amplio margen relativo entre los costos de producción
y los precios de venta, y por lo tanto obtener grandes porcentajes de
ganancia”.51
Lo anterior no es sencillo como se apunta, pues el monopolio del
mercado trae como consecuencia el aglutinamiento del capital en unos
cuantos, y por ende, el ejercicio del poder desde la perspectiva económica. Me parece que ésta es la causa del debilitamiento del Estado y de
las privatizaciones constantes; así como de la problemática social que se
ha venido desarrollando sobre todo en los países de tercer mundo. Beck
nos dice al respecto:
La globalización implica el debilitamiento de las estructuras estatales, de la
autonomía y del poder del Estado. Esto tiene un resultado paradójico. Por un lado
son precisamente los colapsos del Estado lo que han producido la mayoría de los
conflictos humanos realmente graves ocurridos en los años noventa sea en Somalia,
África Oriental, Yugoslavia, Albania o la Antigua Unión Soviética; por otro lado,
50 Wallerstein, Immanuel, op. cit., nota 2, p. 43.
51 Idem.
Estudios Jurídicos
256
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la idea de una “responsabilidad global” implica como mínimo la posibilidad de
un nuevo humanismo militar occidental: imponer los derechos humanos en todo
el mundo.52
Inclusive, el neoliberalismo es tan depredador, que ideológicamente
conmina a los sujetos sociales a desear una vida que para muchos no es
posible o fácil de alcanzar, pues el consumismo se ha convertido en una
forma de existencia e inclusión social.
La civilización del bienestar consumista ha sido la gran enterradora
histórica de la ideología gloriosa del deber. En el curso de la segunda
mitad del siglo, la lógica del consumo de masas ha disuelto el universo
de las homilías moralizadoras, ha erradicado los imperativos rigoristas
y engendrado una cultura en la que la felicidad predomina sobre el
mandato moral, los placeres sobre la prohibición, la seducción sobre
la obligación. A través de la publicidad, del crédito, la inflación de los
objetos y los ocios, el capitalismo de las necesidades ha renunciado a la
santificación de los ideales en beneficio de los placeres renovados y de
los sueños de la felicidad privada.53
También Bauman es muy sugerente al respecto:
En tanto compradores, hemos sido arrastrados por gerentes de marketing y
guionistas publicitarios a realizar el papel de sujetos, una ficción vivida como
si fuera verdad. Una actuación interpretada “como vida real”, pero en la cual el
paso del tiempo desplaza a la vida real hasta hacerla desaparecer sin la menor
posibilidad de reaparición. Y así, a medida que esas necesidades de la vida
que alguna vez sólo se obtenían con esfuerzo y sin el lujo de la intermediación
de las redes comerciales se fueron convirtiendo en productos (la privatización
del suministro de agua, por ejemplo, que conduce sin desvíos a la góndola del
52 Beck, Ulrich, op. cit., nota 26, p. 21.
53 Lipovetsky, Gilles, El crepúsculo del deber. La ética indolora de los nuevos tiempos democráticos,
3a. ed., España, Anagrama, 2011, p. 50.
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Estudios Jurídicos
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agua envasada en el súper mercado), también los cimientos del “fetichismo de
la subjetividad” se fueron ensanchando y asentando. Se podría completar la
versión popular revisada del cogito cartesiano, “Compro, luego existo…”, “Como
sujeto”, podríamos y deberíamos agregar. Y a medida que el tiempo que se pasa
comprando en los comercios crece (en persona o mentalmente, de cuerpo real o
virtual), las oportunidades de que aumente aún más se multiplican.54
Inclusive la construcción del sujeto a través del ejercicio del poder
se da desde una perspectiva consumista, es así como también la moda
es de vital importancia, dice Lipovetsky, para que el sujeto sea incluido
socialmente a través del consumo:
La moda es un sistema original de regulación y de presión sociales. Sus
cambios presentan un carácter apremiante, se acompaña del «deber» de adopción
y de asimilación, se impone más o menos obligatoriamente a un medio social
determinado; tal es el «despotismo» de la moda tan frecuentemente denunciado
a través de los siglos.55
En un mundo económicamente globalizado de corte neoliberal, en el
cual las oportunidades adquisitivas son mínimas y además obliga a los
sujetos a un consumismo desmedido como parte de la inclusión social,
el bienestar colectivo puede distar mucho de lo mencionado por los funcionalistas. En cambio, el estado debilitado no es capaz de hacer frente
económicamente al discurso prometido por los derechos humanos, ni
a las necesidades básicas de alimentación, por ello, los individuos son
obligados a cumplir un status de supervivencia infrahumana, o también,
a desarrollarse en grupos alternos que son susceptibles de peligrosidad
para aquellos que sí cumplen el rol encomendado por el neoliberalismo.
54 Bauman, Zygmunt, Vida de consumo, México, Fondo de Cultura Económica, 2012, p. 32.
55 Lipovetsky, Gilles, El imperio de lo efímero. La moda y su destino en las sociedades modernas,
4a. ed., España, Anagrama, 2010, p. 42.
Estudios Jurídicos
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Dirección de Anales de Jurisprudencia y Publicaciones
Por tal motivo, los sujetos sociales son capaces de realizar conductas
delictivas para sentirse incluidos en la dinámica sistémica, y al no haber oportunidades de crecimiento y empleos formales, la delincuencia e
informalidad crece dentro de la sociedad. La problemática, consecuencia de esto, es que la acumulación incesante de capital producto de actividades delictivas, puede ser sumamente rentable, rebasar el capital
lícito y empoderarse como ejercicio del poder en forma de corrupción
e impunidad.
Es así como el Derecho penal del enemigo y los derechos humanos
son dos de los ejes rectores del éxito del libre mercado. Sin embargo, el
costo social es sumamente alto, pues las normas jurídicas se convierten
en protectoras de la privatización del capital.
El Derecho penal del enemigo en países donde el Estado está debilitado económicamente por las constantes privatizaciones y los recortes
al gasto público puede convertirse en un Derecho penal represor y de
eliminación, al servicio de quienes monopolizan la acumulación incesante de capital, así como los medios de producción. Bajo esa lógica, la
expectativa normativa de bienestar social que indican los funcionalistas, se convierte en expectativa de corrupción e impunidad, y es en ese
sentido que los criminalizados serán aquellos que luchen en contra de
estas dos últimas.
IV. CONCLUSIÓN
El Derecho penal del enemigo desde la perspectiva funcionalista
puede ser aplicado como garantismo penal en sociedades en las que
el Estado tenga como función principal regir la economía y proteger a
los sujetos sociales como elementos fundamentales para el desarrollo
del modo de producción, porque las expectativas normativas estarán
direccionadas a la protección de este último, pues es el elemento fundamental para la acumulación incesante de capital.
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Estudios Jurídicos
Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal
No obstante, en sociedades económicamente globalizadas de corte neoliberal (privatización, recorte al gasto público y desestatización) en las que el Estado es debilitado económicamente por las
constantes privatizaciones, el Derecho penal del enemigo se convierte en el instrumento ideal para mantener la competencia económica criminalizando en prospectiva a todos aquellos que realicen,
o sean susceptibles de realizar, conductas que afecten la dinámica
neoliberal de la acumulación incesante de capital; en este sentido,
las expectativas normativas se constriñen a la corrupción e impunidad.
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261
Estudios Jurídicos
EL PROTOCOLO DE LA SUPREMA CORTE
EN EL DIÁLOGO CON NIÑAS, NIÑOS Y
ADOLESCENTES. ENTRE LA CONTRARIEDAD
Y LA REVICTIMIZACIÓN
Lázaro Tenorio Godínez*
El respeto a los derechos humanos implica
evitar la revictimización, cuando la reposición del procedimiento por violación procesal,
atentaría contra el propio interés superior de
la infancia.
Sumario: I. Consideraciones generales. II. Contenido del Protocolo de la Suprema
Corte de Justicia de la Nación. Entre la seguridad y la certeza jurídicas. III. Criterios
contradictorios de la autoridad federal, sin resolver. IV. Cuestionamientos adicionales
sobre la aplicabilidad del Protocolo. V. Conclusiones.
I. CONSIDERACIONES GENERALES
En esta etapa de transición hacia la observancia, aplicación y difusión de los derechos humanos en el Estado mexicano, que con mayor
fuerza se ha venido fortaleciendo a raíz de las reformas constitucio* Doctor en derecho por la UNAM, magistrado en el Tribunal Superior de Justicia del
Distrito Federal, juez de la Red Internacional de la Haya, profesor de Derecho procesal civil
y familiar por oposición en la UNAM, miembro del Sistema Nacional de Investigadores,
presidente del Colegio Nacional de Investigaciones Jurídicas, A. C., director de la Revista Foro
Jurídico.
Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal
nales del 10 de junio del 2011, resulta de suma trascendencia emitir
algunas reflexiones en torno a uno de los temas de mayor impacto
social, directamente relacionado con las familias mexicanas, que es
el relativo a la aplicación del Protocolo de actuación para quienes
imparten justicia en casos que afectan a niñas, niños y adolescentes,
publicado en su segunda edición, en el mes de marzo del 2012, por
la Suprema Corte de Justicia de la Nación, concretamente por cuanto
se refiere al diálogo personal que sostienen los juzgadores, con las y
los infantes y adolescentes, durante los juicios sometidos a su consideración, sin pasar por alto que los mismos razonamientos son útiles para analizar otro tipo de pruebas como la pericial en psicología,
donde se exigen tecnicismos, que definitivamente, en la mayoría de
los casos no se están cumpliendo, y las reposiciones no se han hecho
esperar, muchas veces en perjuicio de la infancia, y contrariando los
principios que animan la nueva tendencia hacia una auténtica tutela
judicial.
En efecto, por una parte la autoridad federal, en sendas tesis aisladas, ha venido sosteniendo la observancia obligatoria del citado Protocolo, con el ánimo de proteger los derechos humanos de la infancia
y adolescencia, a través de diversas exigencias formales, que en su
opinión, deben ser satisfechas, antes, durante y después de sostener
un diálogo con dicho sector, considerado socialmente vulnerable. Sin
embargo, resulta que los ordenamientos jurídicos secundarios son
omisos en contemplar dichos requisitos y en gran parte de los estados
de la República mexicana, no suelen contar con el conocimiento, la
infraestructura, la tecnología suficiente y la respectiva información y
diligencia en el manejo de los instrumentos para hacerlo correctamente, lo cual implica el riesgo de incurrir en alguna violación procesal
que pudiera generar, a juicio de la autoridad, ya sea local, en segunda
instancia, o federal en el juicio de amparo, entre otras consecuencias,
Estudios Jurídicos
264
Dirección de Anales de Jurisprudencia y Publicaciones
la reposición del procedimiento, como en realidad está aconteciendo
en la práctica forense cotidiana.
Por otra parte, la autoridad federal también ha sostenido en tesis aisladas, el criterio de que el citado Protocolo de actuación para quienes
imparten justicia en los casos de referencia, no puede ser el fundamento
legal, ni vinculante de una sentencia de amparo, pues de manera alguna tiene el alcance de ser una norma que pueda ser materia de interpretación por el órgano federal, en virtud de que el Protocolo sólo constituye una guía de prácticas orientadas a garantizar el acceso a la justicia,
fundadas en el respeto a los derechos humanos de la infancia, es decir,
su función se limita a enlistar y explicar las normas que podrían llegar
a ser aplicables en un proceso jurisdiccional.
La realidad jurídica, de acuerdo a la experiencia práctica, es que el
Protocolo de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, está siendo
aplicado a ultranza tanto por las autoridades federales como locales,
con el objeto de reponer los procedimientos, cuando no se llevó a cabo
el diálogo respectivo con las formalidades que el mismo contempla.
Dicha actitud nos permite formular las siguientes interrogantes: ¿El
Protocolo de la Suprema Corte sobre al diálogo con la infancia y la
adolescencia está siendo bien aplicado por los juzgadores federales
y locales? ¿Se presume per se, que por el simple hecho de no haberse
cumplido con dichas formalidades, se está causando un perjuicio a los
menores de edad, incluso cuando ninguna de las partes lo está haciendo valer? ¿La reposición procesal en sí, no podría causar un perjuicio
a los destinatarios, ante el hecho de tener que declarar nuevamente
en cortos espacios de tiempo, contrariando el propio Protocolo de la
Corte? ¿Cualquier violación procesal amerita la reposición del procedimiento o es necesario que trascienda a las defensas de los quejosos?
¿Trasciende cuando el diálogo contiene la esencia de los hechos que
habrán de ser materia de resolución, sin que se advierta riesgo por
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Estudios Jurídicos
Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal
presión, temor u otra eventualidad que dañe o ponga en tela de duda
la fluidez y contenido del mismo? ¿Muchas disposiciones del Protocolo que provienen de manuales y directrices en materia penal, para
víctimas y testigos de delitos, también deben ser aplicables en asuntos
de naturaleza civil y familiar?
Estas y más interrogantes podríamos formular sobre la temática; sin
embargo, en este opúsculo sólo haremos referencia a lo más elemental, esperando que el contenido sea beneficio para generar mayor reflexión, especialmente entre los juzgadores, y logremos más asertividad
en nuestras resoluciones, con el objeto de cumplir cabalmente con lo
dispuesto por la Convención Americana sobre Derechos Humanos, que
en su artículo 25, exige la observancia de instancias y recursos sencillos,
rápidos y efectivos.
La idea central, de acuerdo a la temática que abordaremos, es evitar
la revictimización, por violaciones que en realidad no trascienden a las
defensas de los recurrentes y quejosos, anteponiendo siempre el interés
superior de la infancia; postura personal que finalmente habrá de ser
materia de reflexión y decisión, una vez más, por parte de la máxima
autoridad judicial de país, al resolver la posible contradicción de tesis
sobre la observancia del protocolo referido.
II. CONTENIDO DEL PROTOCOLO DE LA SUPREMA CORTE
DE JUSTICIA DE LA NACIÓN. ENTRE LA SEGURIDAD
Y LA CERTEZA JURÍDICA
Resulta preocupante, que hoy en día, un alto número de amparos sean concedidos, incluso en ejercicio de la suplencia de la queja,
debido a la falta de diálogo de los juzgadores locales con las y los
menores de edad, o bien, cuando este se llevó a cabo en forma contraria a los requisitos previstos por el Protocolo de la Suprema Corte
de Justicia de la Nación, lo que al parecer podría traducirse en la
Estudios Jurídicos
266
Dirección de Anales de Jurisprudencia y Publicaciones
aplicación rigurosa y excesiva del derecho, que a ningún fin práctico
satisfactorio conduce, sobre todo si del diálogo respectivo se advierte
que la comunicación fue libre y espontánea, y se le brindó la protección psicoemocional en las sesiones donde éste fue oído por el juez
en privado sin la presencia de los progenitores, o bien, cuando no
se vislumbran elementos que puedan cuestionar dichos argumentos
de convicción, como sería, por ejemplo, de una transcripción literal,
el hecho de formular preguntas indicativas, tendenciosas o hirientes para las y los infantes, o bien, esgrimir argumentos amenazantes
para obtener una verdad inducida, verbigracia: “si no dices la verdad
te mando a un internado de la Procuraduría, o no vuelves a ver jamás
a tus padres…”
En una y otra hipótesis, es decir, tanto si se llevó o no a cabo el diálogo como si éste fue impreciso, de acuerdo al Protocolo, antes de conceder el amparo y protección de la justicia de la Unión, y por ende,
ordenar la reposición del procedimiento, la autoridad revisora debería
analizar el posible agravio irreparable para los infantes, lo cual habrá
de ponderar mediante el análisis detallado de todo el material probatorio que obra en autos, máxime cuando existen sendas tesis que no le
otorgan valor pleno a la voluntad plasmada en dicha diligencia, entre
ellas tenemos la tesis visible en el Semanario Judicial de la Federación y su
Gaceta, novena época, tomo XXXIII, materia civil, febrero de 2011, cuyo
contenido literal es el siguiente:
Guarda y custodia. Escuchar al menor en juicio, no es un factor determinante
al momento de resolver.
El derecho de los menores a ser escuchados, se otorga
para que, oyendo su opinión, el juzgador pueda conocer sobre su personalidad,
necesidades, inclinaciones o dificultades, a la luz de las pruebas existentes; de
tal forma que se pueda resolver lo más benéfico para ellos, en una edad en que,
aunque pueden formarse un criterio, no siempre sus decisiones presentan un juicio
267
Estudios Jurídicos
Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal
cabal de lo que más les conviene en relación con su guarda y custodia. Luego, aun
cuando el menor externe sus opiniones y preferencias ante el Juez, ello debe ser
ponderado según las circunstancias del caso, con el fin de que se decida lo que más
conviene para su sano desarrollo, en cuanto a señalar en cuál progenitor debe recaer
su guarda y custodia, pues precisamente por su edad, debe verificarse en forma
especial, que la preferencia de los menores no esté viciada ni sea subjetiva, como
ocurre cuando alguno de los padres ofrezca menores restricciones y exigencias de
convivencia y acepte vivir con el padre más permisivo y menos controlador de sus
actividades. En consecuencia, la preferencia del menor no puede ser determinante
para resolverse sobre su guarda y custodia, ya que para ello se deben atender a las
diversas circunstancias que rodean el caso, en concatenación con todo lo alegado
y probado en autos, ya que de no ser así, se llegaría al extremo de que el menor
decidiera sobre su guarda y custodia, lo cual le corresponde determinar al Juez.
Respecto a las formalidades cuestionadas, la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, siguiendo el Protocolo de la Corte, ha sentado la tesis aislada consultable en el Semanario Judicial de la
Federación y su Gaceta, de fecha marzo de 2013, tesis 1a. LXXIX/2013
(10a.), cuyo contenido literal es el siguiente:
Derecho
de
los
menores
de
edad
a
participar
jurisdiccionales que afecten su esfera jurídica.
en
los
procedimientos
Lineamientos para su ejercicio. Las
niñas y los niños, como titulares de derechos humanos, ejercen sus derechos
progresivamente, a medida que desarrollan un mayor nivel de autonomía, lo
que se denomina “adquisición progresiva de la autonomía de los niños”, lo
cual conlleva que actúen durante su primera infancia por conducto de otras
personas –idealmente, de sus familiares–. Así, el derecho de las niñas y los niños
a participar en procedimientos jurisdiccionales que puedan afectar su esfera
jurídica se ejerce, también, progresivamente, sin que su ejercicio dependa de una
edad que pueda predeterminarse en una regla fija, incluso de índole legal, ni
Estudios Jurídicos
268
Dirección de Anales de Jurisprudencia y Publicaciones
aplicarse en forma generalizada a todos los menores de edad, sino que el grado
de autonomía debe analizarse en cada caso. Ahora bien, la participación de los
niños en procedimientos jurisdiccionales reviste una doble finalidad, pues, al
reconocerlos como sujetos de derecho, logra el efectivo ejercicio de sus derechos
y, a la vez, se permite que el juzgador se allegue de todos los elementos que
necesite para forjar su convicción respecto de un determinado asunto, lo que
resulta fundamental para una debida tutela del interés superior de la infancia.
En este sentido, los lineamientos que deben observarse para la participación
de niñas y niños dentro de cualquier procedimiento jurisdiccional que pueda
afectar su esfera jurídica son: (1) para la admisión de la prueba debe considerarse
que: (a) la edad biológica de los niños no es el criterio determinante para
llegar a una decisión respecto a su participación dentro de un procedimiento
jurisdiccional, sino su madurez, es decir, su capacidad de comprender el asunto
sus consecuencias y de formarse un juicio o criterio propio; (b) debe evitarse
la práctica desconsiderada del ejercicio de este derecho; y, (c) debe evitarse
entrevistar a los niños en más ocasiones de las necesarias; (2) para preparar la
entrevista en la que participaran, se requiere que sean informados en un lenguaje
accesible y amigable sobre el procedimiento y su derecho a participar, y que se
garantice que su participación es voluntaria; (3) para el desahogo de la prueba, la
declaración o testimonio del niño debe llevarse a cabo en una diligencia seguida
en forma de entrevista o conversación, la cual debe cumplir con los siguientes
requisitos:(a) es conveniente que previamente a la entrevista el juzgador se reúna
con un especialista en temas de niñez, ya sea psiquiatra o psicólogo, para aclarar
los términos de lo que se pretende conversar con el niño, para que a éste le
resulte más sencillo de comprender y continuar la conversación; (b) la entrevista
debe desarrollarse, en la medida de lo posible, en un lugar que no represente
un ambiente hostil para los intereses del niño, esto es, donde pueda sentirse
respetado y seguro para expresar libremente sus opiniones; (c) además de estar
presentes el juzgador o funcionario que tome la decisión, durante la diligencia
deben comparecer el especialista en temas de niñez que se haya reunido con el
269
Estudios Jurídicos
Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal
juzgador y, siempre que el niño lo solicite o se estime conveniente para proteger
su superior interés, una persona de su confianza, siempre que ello no genere
un conflicto de intereses; (d) en la medida de lo posible, debe registrarse la
declaración o testimonio de las niñas y niños íntegramente, ya sea mediante
la transcripción de toda la diligencia o con los medios tecnológicos al alcance
del juzgado o tribunal que permitan el registro del audio; (4) los niños deben
intervenir directamente en las entrevistas, sin que ello implique que no puedan
tener representación durante el juicio, la cual recaerá en quienes legalmente
estén llamados a ejercerla, salvo que se genere un conflicto de intereses, en
cuyo caso debe analizarse la necesidad de nombrar un tutor interino; y (5) debe
consultarse a los niños sobre la confidencialidad de sus declaraciones, aunque la
decisión final sea del juzgador, para evitarles algún conflicto que pueda afectar
su salud mental o, en general, su bienestar. Finalmente, es importante enfatizar
que en cada una de estas medidas siempre debe tenerse en cuenta el interés
superior de la infancia por lo que no debe adoptarse alguna determinación que
implique perjuicio para los niños, más allá de los efectos normales inherentes a
su participación dentro del procedimiento jurisdiccional.
Otro criterio más para ejemplificar la rigurosidad de las formalidades exigidas, es el emitido por el Primer Tribunal Colegiado en Materias Administrativa y Civil, del Décimo Noveno Circuito, en la tesis
aislada XIX.1o.A.C.5 C, del mes de septiembre de 2013, décima época,
que regula la participación de los menores de edad en los procesos
judiciales, aduciendo que debe ser preparado previamente mediante
actos especiales que preserven su salud psicoemocional, así como su
identidad, agregando, entre otros aspectos, “en el auto que requiera
de cualquier modo la participación personal de un niño en el proceso
judicial, debe definirse, previamente, el lugar específico en que aguardará
mientras no se desahogue la diligencia a que haya sido invitado, el cual no
podrá ser un pasillo de tránsito común de personas, sala o recinto abierto al
Estudios Jurídicos
270
Dirección de Anales de Jurisprudencia y Publicaciones
acceso público, a fin de evitar la revelación de su fisonomía e identidad,
ni someterlo a un esfuerzo físico (como permanecer parado el lapso
de espera). Aunado a lo anterior, es necesario que tales lineamientos y
condiciones consten en el mismo auto en que se invite a un menor de
edad a acudir ante el Juez, a fin de tener certeza de que se adoptarán
por decreto judicial tales medidas y, además, para estar en posibilidad
de verificar si las que considera aplicables, efectivamente son todas
las necesarias y conducentes”.
Pues bien, según podemos advertir, el diálogo con las y los menores de edad, hoy por hoy, está inmerso en un enorme abanico de
formalidades, a tal extremo que difícilmente algún juzgador de lo
familiar podría quedar exento de vulnerar alguna de ellas, baste
mencionar el criterio precedente, donde en toda la República mexicana sería muy excepcional que algún menor de edad no estuviera
esperando en algún pasillo de tránsito común, sala o recinto abierto de acceso público, a fin de evitar la revelación de su fisonomía
e identidad, esto podría observarse tal vez en materia penal, donde creemos que dicha disposición tiene su origen y esencia, y dependiendo de las instalaciones, pero en materia civil-familiar, sería
prácticamente imposible, y sin embargo, se reitera, salvo la mejor
opinión de las y los amables lectores, y de la propia autoridad federal en cita, el agravio causado no precisamente sería irreparable al
extremo de reponer la diligencia de diálogo, pero sí con el riesgo de
ser revictimizados; lo mismo acontece, entre otras hipótesis, con el
llamamiento novedoso de un perito especialista en temas de niñez,
cuando no los hubiera en determinada entidad o la posibilidad de
estar acompañado en la audiencia, siendo que el Código Civil para
el Distrito Federal, por citar un ejemplo, en su artículo 417, ordena
que el diálogo sea llevado sin la presencia de los progenitores. En
opinión personal, ante la contrariedad o duda, debe privilegiarse la
271
Estudios Jurídicos
Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal
certeza jurídica por encima de la seguridad jurídica, si el objetivo
principal es velar por una auténtica tutela judicial, en aras de preservar siempre y ante todo el interés superior de la infancia, sin que
sea óbice distinguir los alcances de su aplicación, dependiendo la
materia respectiva, ya sea penal, civil, familiar u otra, con matices
muy diversos de gravedad, y acaso más el carácter de compareciente que asumirá el o la menor de edad, pues no será igual declarar
como víctima o testigo sobre una violación u homicidio, respectivamente, que sobre un régimen de convivencia con sus progenitores,
en uno y otro caso, las medidas de resguardo podrían ser diferentes,
lo mismo que las consecuencias de su omisión o falta de diligencia,
de acuerdo a lo asentado.
El estado de indefensión, derivado de un agravio personal y directo, como requisito para la procedencia del juicio de amparo, encuentra
sustento en la tesis jurisprudencial XXVII.1o.(VIII Región) J/4 (10a.),
consultable en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, abril de
2013, con el siguiente contenido:
Interés
jurídico o interés legítimo para efectos de la procedencia del juicio
de amparo.
Requisitos
fracción
constitucional de
I,
para acreditarlo a partir de la reforma al artículo
6
de junio de
107,
2011. Del artículo 107, fracción I, de
la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, en su texto vigente
a partir de la entrada en vigor de la reforma publicada en el Diario Oficial de la
Federación de 6 de junio de 2011, se advierte que el juicio de amparo se seguirá
siempre a instancia de parte agraviada, teniendo tal carácter quien aduce ser
titular de un derecho o de un interés legítimo. Luego, a partir de la indicada
reforma, como requisito de procedencia del amparo se requiere que: a) El quejoso
acredite tener interés jurídico o interés legítimo y, b) Ese interés se vea agraviado.
Así, tratándose del interés jurídico, el agravio debe ser personal y directo; en
cambio, para el legítimo no se requieren dichas exigencias, pues la afectación
Estudios Jurídicos
272
Dirección de Anales de Jurisprudencia y Publicaciones
a la esfera jurídica puede ser directa o en virtud de la especial situación del
gobernado frente al orden jurídico (indirecta) y, además, provenir de un interés
individual o colectivo. Lo anterior, salvo los actos o resoluciones provenientes
de tribunales judiciales, administrativos o del trabajo, en los que continúa
exigiéndose que el quejoso acredite ser titular de un derecho subjetivo (interés
jurídico) que se afecte de manera personal y directa.
III. CRITERIOS CONTRADICTORIOS DE LA AUTORIDAD
FEDERAL, SIN RESOLVER
Debido al enorme impacto mediático que han tenido los protocolos de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, sin que el que
nos ocupa haya sido la excepción, en principio la autoridad federal
sentó muchos precedentes sobre la obligatoriedad de su observación; sin embargo, con el devenir del tiempo, y seguramente ante la
advertencia de muchos casos de excepción en la aplicación práctica,
dichos criterios se han venido modificando, quedando pendiente
por resolver alguna posible contradicción de tesis en dicha temática.
En efecto, en relación al carácter vinculante, y por ende obligatorio
del Protocolo de la Corte, relativo a niñas, niños y adolescentes, tenemos la tesis aislada, consultable en el Semanario Judicial de la Federación
y su Gaceta, libro XVIII, marzo de 2013, materia(s) constitucional, civil,
tesis VII.2o.C.36 C (10a.), que a la letra dice:
Derechos humanos. El Protocolo de actuación para quienes imparten justicia en
casos que afecten a niñas, niños y adolescentes, elaborado por la
de Justicia de la
Suprema Corte
Nación, es vinculante, al reflejar los compromisos firmados por el
Estado Mexicano en aquella materia. Dicho instrumento se considera vinculante,
toda vez que refleja los compromisos firmados por el Estado Mexicano en materia
de derechos humanos, en relación con el trato que se debe dispensar a los menores
273
Estudios Jurídicos
Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal
que se enfrentan a un proceso judicial de cualquier índole, por ello, cuando
éstos tengan que testificar o declarar ante un Juez o en un juicio en donde estén
inmiscuidas su guarda y custodia, deberán aplicarse, en lo conducente, las reglas
contenidas en el capítulo III en sus numerales del uno al siete del protocolo en cita.
Ahora bien, por cuanto hace al carácter no vinculante, y por ende
potestativo en su aplicación, entre los criterios de la autoridad federal, aparece la tesis aislada 1a. CCLXIII/2014 (10a.), de la Primera Sala,
consultable en la Gaceta del Semanario Judicial de la Federación, del mes
de julio de 2014, tomo I, materia(s) constitucional, que se reproduce a
continuación:
Protocolo de actuación para quienes imparten justicia en casos que involucren
niñas, niños y adolescentes emitido por la Suprema
Corte de Justicia de la Nación.
No es vinculante y por tanto no tiene valor normativo para fundar una decisión
jurisdiccional, pero constituye una herramienta para quienes ejercen dicha función.
Diversos organismos internacionales, como el Fondo de las Naciones Unidas para
la Infancia (UNICEF) y el Consejo Económico y Social de las Naciones Unidas,
han emitido diversas directrices sobre la justicia en asuntos concernientes a
niños, dirigidas especialmente a casos en los que los niños han sido víctimas o
testigos de delitos, las cuales tienen por objeto reducir o evitar, en la medida de
lo posible, la victimización secundaria. Algunas de esas recomendaciones han
sido acogidas por esta Suprema Corte de Justicia de la Nación en el Protocolo de
Actuación para quienes imparten justicia en casos que involucren Niñas, Niños
y Adolescentes, señalando al respecto que sobre las pruebas periciales existen
algunas directrices relacionadas con su registro, repetición y valoración que
deben considerarse. Así, aunque ese protocolo no es vinculante y por tanto no
tiene valor normativo para fundar una decisión jurisdiccional, sí constituye una
herramienta para los juzgadores, pues a la luz de los compromisos adquiridos
por el Estado Mexicano en materia de derechos humanos, que se refieren a niñas,
Estudios Jurídicos
274
Dirección de Anales de Jurisprudencia y Publicaciones
niños y adolescentes, establece prácticas para el acceso a la justicia, fundadas en
el respeto a los derechos de ese grupo vulnerable, lo cual es trascendente, pues
no se puede negar que la forma de realizar las entrevistas al menor puede ser
crucial para obtener una respuesta que sea más apegada a la realidad; que deben
evitarse las preguntas cerradas y repetirse las preguntas lo menos posible, para
impedir que se vicien las respuestas. Asimismo, en los casos en los que haya
indicios de maltrato infantil, violencia familiar, incluso abuso sexual o conflictos
emocionales derivados de divorcios conflictivos, los lineamientos citados
persiguen una doble finalidad: a) obtener un testimonio de calidad y conocer
con un mayor grado de certeza lo que piensa o siente el menor; y, b) evitar, en la
medida de lo posible, revictimizarlo.
Esperamos que muy pronto se disipe dicha incógnita, para evitar
innumerables amparos que se están concediendo en forma contradictoria propiciando la confusión de los peticionarios, y, en general, del
foro jurídico, pero sobre todo, que la impartición de justicia no cumpla con el imperativo contemplado en el artículo 17 constitucional,
que ordena resolver los diferendos de manera pronta, completa e imparcial.
IV. CUESTIONAMIENTOS ADICIONALES SOBRE LA
APLICABILIDAD DEL PROTOCOLO
Los argumentos antes vertidos, no son producto de la casualidad o
la improvisación, sino resultado de la actividad judicial que día a día
observamos en los casos concretos sometidos a nuestro conocimiento,
y cuyas resoluciones no dejan de sorprendernos debido a los estragos
que causan en las familias mexicanas, toda vez que un procedimiento
que podría durar meses, debido a dichas prácticas irregulares, en mi
opinión, además dilatorias, llegan a durar años, ya que un número importante de reposiciones son ordenadas a partir de la primera instancia,
275
Estudios Jurídicos
Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal
es decir, en vez de durar tres o cuatro instancias para efectos prácticos,
suelen ser hasta ocho, esto sucede cuando se resuelve alguna situación
mediante sentencia interlocutoria, que a la vez admite recurso de apelación, amparo indirecto y recurso de revisión en al amparo, que se duplican por la reposición.
En otro orden de ideas, pero en el mismo afán depurativo, hemos
podido advertir innumerables actitudes de los juzgadores de diversas
instancias, que con buenas intenciones, sin duda, terminan por lesionar
gravemente a los miembros de la familia, alargando innecesariamente
los procesos, y por ende, haciendo nugatoria la justicia.
En efecto, resulta frecuente que colegas magistrados de la República mexicana, y desde luego autoridades federales, tan pronto advierten que el juez primario no cumplió con alguno de los requisitos
del Protocolo, por mínimo que sea, ordenan la reposición del procedimiento, así sucede, cuando incluso, si el menor contaba con menos
de dos años de edad, y no estuviera acreditada la incapacidad para
declarar, por profesionales especializados y pruebas objetivas; si el
juez no sostuvo una interacción previa a la audiencia para establecer
un ambiente de confianza; si no dictó resolución para hacerle saber
al asistente de menores la posibilidad de que éste, a su vez, pudiera
solicitar hasta dos entrevistas previas a la escucha de la o el menor de
edad; si el diálogo no fue grabado y se omitió la transcripción literal,
entre otras muchas hipótesis relacionadas con el tema de aplicabilidad, y sin embargo, se repite, habría que analizar detenidamente si
estas omisiones causaron o no un verdadero agravio irreparable a los
infantes, más aún cuando nadie hace valer motivo de inconformidad,
como solía suceder, por lo general, antes de la publicación de dicho
instrumento federal.
Otra actitud muy respetable, pero que no comparto, es la práctica
constante de reponer los procedimientos cuando de constancias de auEstudios Jurídicos
276
Dirección de Anales de Jurisprudencia y Publicaciones
tos, algunos colegas advierten que el diálogo o estudios psicológicos ordenados y desahogados por el juez de origen, fueron practicados hace
más de seis meses, contados desde que el asunto llegó a la Sala, en cuyo
caso consideran que los mismos ya no tienen validez, aplicando contrario sensu, el criterio de que no puede dialogarse o practicar estudios
sucesivos dentro de dicho periodo para evitar la revictimización. Luego
entonces, estiman, que pasados seis meses, pueden y deben repetir la
diligencia para mejor proveer, que no es otra cosa que dilatar, pasando
por alto tres aspectos fundamentales: a) el diálogo o estudio respectivo
se ajusta más a la temporalidad de los hechos materia de la litis; b) nadie
se está inconformando con su contenido, y c) genera un gran desgaste
en las partes y dilatación en la impartición de justicia. De ahí el dicho
de que muchas veces el camino del infierno está empedrado de buenas
intenciones.
V. CONCLUSIONES
Primera. El protocolo de actuación para quienes imparten justicia en
casos que afecten a niñas, niños y adolescentes, emitido y publicado por
la Suprema Corte de Justicia de la Nación, contiene conceptos, principios y reglas de actuación generales, que para efectos prácticos se traducen en formalidades hasta cierto punto rigurosas de cumplir, ya que
por una parte los códigos sustantivos y procesales no las contemplan,
y por el contrario se llegan a contravenir, como sucede con la determinación legal de que la o el menor sea escuchado sin presencia de los
progenitores, cuando el protocolo sí lo permite; por otra parte, si bien
es cierto, dicho Protocolo pretendió recoger lo establecido en el ordenamiento jurídico interno, así como lo reconocido en el amplio catálogo
de instrumentos y documentos expedidos por el Derecho internacional
de los derechos humanos, también lo es, que se realizó una fusión generalizada, que en opinión personal, no aplicaría con el mismo rigor y
277
Estudios Jurídicos
Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal
alcance jurídico para todos los procesos judiciales, independientemente
de la materia.
Segunda. En consecuencia, los juzgadores tanto locales como federales, deberán ser muy analíticos para valorar la aplicación de dicho
Protocolo, atendiendo especialmente al método de interpretación
sistemático, aplicando la ley al caso concreto controvertido, dependiendo de la materia respectiva, máxime cuando el propio Protocolo
fue elaborado recogiendo directrices de diversa índole, como lo son,
entre otras: “Directrices sobre la justicia en asuntos concernientes a
los niños víctimas y testigos de delitos”, “Manual sobre la justicia en
asuntos concernientes a los niños víctimas y testigos de delitos para
uso de profesionales y encargados de la formulación de políticas”,
“Directrices de las Naciones Unidas para la Prevención de la Delincuencia Juvenil (Directrices de Riad). Aspectos que difieren sustancialmente en otras materias como la familiar, donde las y los menores de
edad, incluso, no pueden comparecer como testigos, según tesis de
jurisprudencia vigente.
Tercero. Existen criterios discrepantes por parte de la autoridad federal, en cuanto al carácter obligatorio o no de la aplicación del Protocolo,
que ameritan su pronto esclarecimiento para definir los alcances y limitaciones para los justiciables, en aras de preservar el estado de Derecho,
atendiendo al interés superior de la infancia.
Cuarto. Las autoridades revisoras, locales y federales, deben ser muy
escrupulosas al revisar las posibles violaciones procesales que se susciten en la aplicación del citado Protocolo, en relación con la normatividad
secundaria, la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y
los convenios internacionales, para definir si las omisiones o imperfecciones procesales, causan o no estado de indefensión en los quejosos
o recurrentes, y acaso más, si la posible reposición del procedimiento
no contraviene el propio Protocolo revictimizando a las niñas, niños y
Estudios Jurídicos
278
Dirección de Anales de Jurisprudencia y Publicaciones
adolescentes, de tal forma que les pueda causar daño psicológico como
consecuencia de las declaraciones reiteradas, rememorar los hechos en
un ambiente muy formal y distante, que no permita su comprensión y
tranquilidad de ellos, interrogatorios repetidos, demoras prolongadas o
innecesarias, la declaración frente a la persona acusada y otros requerimientos legales que pueden ser intimidantes y causar repercusiones a
largo plazo en su desenvolvimiento.
279
Estudios Jurídicos
Índice del Tomo 334
MATERIA CIVIL
–A–
ACCIÓN DE EXTINCIÓN DE DOMINIO. CONCEPTO Y NATURALEZA JURÍDICA. La extinción de dominio es la pérdida de los derechos de propiedad de los
bienes mencionados en el artículo 5o. de la Ley de la materia, sin contraprestación
ni compensación alguna para el afectado, cuando se acredite el hecho ilícito en los
casos de delincuencia organizada, secuestro, robo de vehículos y trata de personas,
y el afectado no logre probar la procedencia lícita de dichos bienes, su actuación de
buena fe, ni que estaba impedido para conocer su utilización ilícita. Por otra parte,
la acción de extinción de dominio es autónoma, distinta e independiente de cualquiera otra de naturaleza penal que se haya iniciado simultáneamente, de la cual
emane o en la que tuviera origen; es jurisdiccional, de carácter real y de contenido
patrimonial; creada por la Asamblea Legislativa del Distrito Federal con el propósito de hacer frente a la delincuencia organizada, para brindar seguridad pública
y justicia, como dos de los bienes más preciados con los que deben contar los habitantes de la ciudad de México. De lo anterior resulta que para la procedencia de
esta acción no es necesario acreditar conforme al Derecho penal la existencia de un
delito ni los elementos del tipo, ni menos aún, que se haya cometido en el domicilio
sujeto al procedimiento de extinción de dominio. Por tanto, en términos de lo que
establece el artículo 281 del código de procedimientos civiles, de aplicación supletoria a la Ley de Extinción de Dominio para el Distrito Federal, a la parte actora le
corresponde probar los hechos constitutivos de su acción, y al afectado y al tercero
llamado
a juicio, sus
y defensas.
excepciones
7
ACCIÓN DE EXTINCIÓN DE DOMINIO. EL PLAZO LEGAL PARA PRESENTAR LA DEMANDA, DE VEINTICUATRO HORAS, A QUE SE REFIERE LA
LEY DE LA MATERIA, NO IMPLICA QUE SE ESTÉ ANTE LA PRESENCIA
DE UN REQUISITO DE PROCEDIBILIDAD. Si bien es verdad que conforme al
artículo 32 de la Ley de Extinción de Dominio, en el caso de que el agente del
281
Índice
Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal
Ministerio Público acuerde ejercer la acción, la presentará ante el juez, dentro
de las veinticuatro horas siguientes, también lo es que este término no implica
que se esté ante la presencia de un requisito de procedibilidad para el ejercicio
de la acción de extinción de dominio. Resulta claro, por el contrario, que dicho
término se establece como un mínimo y no como un máximo para ejercer la
acción, y no puede considerarse como una condición a la que se encuentre sujeta la acción de extinción de dominio, y que ello tenga como consecuencia su
improcedencia.
8
–P–
PRESTACIÓN DE SERVICIOS PROFESIONALES. A FIN DE TENER DERECHO
AL COBRO DE LOS HONORARIOS, DEBE EXHIBIRSE PRUEBA IDÓNEA Y DIRECTA QUE DEMUESTRE ESTAR AUTORIZADO A EJERCER LA PROFESIÓN
RESPECTIVA. Cuando se ejercita la acción de pago de honorarios derivada de un
contrato de servicios profesionales, es requisito indispensable de conformidad con
el artículo 281 del Código de Procedimientos Civiles para el Distrito Federal, que
el actor acredite a través de prueba idónea y directa que está autorizado para ejercer
la profesión respectiva, en el presente caso, de licenciado en Contaduría Pública
y para ello, deberá exhibir la cédula profesional respectiva, por ser el documento
público y oficial mediante el cual se comprueba de manera fehaciente que la persona a cuyo favor fue expedida cumplió con los requisitos legales requeridos para
el ejercicio de esta profesión, pues con dicha documental pública está justificando
su derecho al cobro de ese concepto y, además, se da la oportunidad al demandado
para que, en su caso, impugne el mismo, lo que es acorde a las reglas que rigen
la carga de la prueba en materia civil y con ello se salvaguarda el principio de
igualdad procesal de las partes; lo anterior, conforme a lo dispuesto en los artículos
5o. constitucional, párrafo segundo, en relación con los numerales 2606 y 2608 del
para el Distrito
Código Civil
Federal.
33
Índice
282
Dirección de Anales de Jurisprudencia y Publicaciones
MATERIA MERCANTIL
–P–
PAGARÉ, COBRO DE INTERESES SUPERIOR A LAS TASAS FIJADAS POR LAS
INSTITUCIONES DE CRÉDITO. ELEMENTOS DE LA REVISIÓN OFICIOSA
FUNDADA EN LA OBLIGACIÓN DE VIGILAR LA APLICACIÓN DEL CONTROL DE CONVENCIONALIDAD. Para precisar si se actualiza o no el fenómeno
usurario de cobro de intereses, deben tomarse en cuenta las particularidades del
caso, así como las circunstancias económicas que puedan influir en el asunto; luego, si la pretensión se funda en un pagaré en el que se estableció un monto de pago,
fecha de vencimiento, además de un pago de interés moratorio, es necesario tomar
en cuenta para la condena de intereses, los diversos reportes con tablas de interés
bancario, publicadas por el Banco de México en su portal de Internet. Dicho órgano
de gobierno presenta los indicadores básicos sobre tasas de interés y comisiones en
el mercado de las tarjetas de crédito, ponderándose aquellos datos que abarcan la
tasa efectiva promedio estimada en el año en que se suscribió el pagaré exhibido
como base de la acción, así como el CAT (Costo Anual Total). Este último es un
indicador del costo total del financiamiento aplicable a todo tipo de crédito, con
el cual es posible comparar el costo financiero entre créditos, que incluye el monto
del crédito, intereses ordinarios, impuesto al valor agregado, comisiones, gastos,
primas de seguros requeridas, amortizaciones de principal, descuentos, bonificaciones pactadas en el contrato, y cualquier otro cargo que deba pagar el cliente
al momento de contratar el crédito y durante su vigencia, incluyendo la diferencia entre el precio al contado de un bien y su precio a crédito, lo cual se expresa
como el porcentaje anual, según lo establece el Banco de México. Lo anterior, con
la finalidad de advertir si la variación del índice inflacionario durante la vigencia
del crédito y la tasa mensual promedio resultan mucho menores a los intereses
convenidos, y en caso de evidenciarse una desproporción en el pacto de intereses
y las tasas de interés anualizadas vigentes en el sistema financiero mexicano, es
posible determinar prudencialmente al momento de dictar el fallo definitivo, la
reducción de la tasa de interés, cuando su resultado sea notoriamente excesivo, ello
a fin de respetar, proteger y garantizar los derechos humanos de las partes que se
encuentran contenidos en nuestra Constitución Política, así como en los tratados
internacionales
de los que el Estado mexicano es parte.
49
283
Índice
Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal
MATERIA FAMILIAR
–A–
ACTA DE NACIMIENTO POR REASIGNACIÓN SEXO-GENÉRICA. AL ESTAR
COMPROBADO EN JUICIO LA CALIDAD DE TRANSGÉNERO, EL ÓRGANO
JUDICIAL DEBE DECRETAR EL LEVANTAMIENTO DE UNA NUEVA ACTA
PARA AJUSTARLA A LA REALIDAD SOCIAL. El sexo, el género y la identidad de
género son características que conforman algunos de los aspectos más esenciales
de la vida de una persona; entendiendo por sexo las características biológicas (genéticas, hormonales, anatómicas y fisiológicas) a partir de las cuales las personas
son clasificadas como hombre o mujer; en cambio, el género se refiere a las características que social y culturalmente se consideran identificadas como “masculinas”
y “femeninas”; y, por identidad de género, la Comisión Interamericana de Derechos
Humanos establece que ésta debe entenderse como la identificación que tiene una
persona de sí misma y cuando no existe una convicción de identificarse dentro
de la categorización masculino-femenino estamos ante la presencia de un “trans”.
Por otro lado, el papel del órgano jurisdiccional, a raíz de las reformas realizadas
a la Carta Magna en el año 2011, se circunscribe en promover, respetar, proteger
y garantizar los derechos humanos de conformidad con los principios de universalidad, interdependencia, indivisibilidad y progresividad, incluso se extiende a
la obligación de combatir la discriminación por motivos de orientación sexual e
identidad de género. Ante ese panorama, si de actuaciones constan diversas documentales, dictámenes periciales y demás medios probatorios con los que se acredita fehacientemente que el actor es una persona transgénero, pues ha vivido en
forma permanente y de manera voluntaria en el rol que corresponde al otro género,
distinto del que le fue asignado al momento de su nacimiento, existiendo así una
discordancia sexo-genérica, se hace evidente la necesidad de ajustar su realidad
social. Por ello deberá declararse procedente la acción y ordenar el levantamiento
de una nueva acta de nacimiento, en términos de lo dispuesto en los artículos 1o.
y 4o. constitucionales, en relación con el precepto 135 Bis del Código Civil para el
Distrito
Federal.
107
Índice
284
Dirección de Anales de Jurisprudencia y Publicaciones
–R–
RECTIFICACIÓN DE ACTA. PROCEDENCIA DE LA ENMIENDA DEL NOMBRE Y APELLIDOS BAJO EL ESQUEMA DE PROTECCIÓN DE DERECHOS HUMANOS. A la luz del nuevo paradigma de protección de los derechos humanos
establecido en el artículo 1o. de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos y con base en el principio pro persona –el cual obliga a la autoridad
a realizar una interpretación de la norma en la forma que resulte más favorable
y más extensiva de sus derechos–, se debe estimar que la fracción II del artículo
135 del Código Civil y los alcances del derecho al nombre deben interpretarse
en el sentido de que es posible enmendar este dato esencial, determinante de la
personalidad de un ser humano, para adecuarlo a la realidad, social y jurídica,
en la que una persona se desenvuelve no sólo por su uso constante, sino para
que exista una concordancia en las diferentes dimensiones que integran esa realidad, como puede ser la social, familiar o psicológica, pues el derecho al nombre
está íntimamente vinculado al derecho a la identidad, así como al derecho a la
integridad personal en sus partes psíquica y moral. Las anteriores son prerrogativas contempladas tanto en el artículo 29 de nuestra Carta Magna, como en los
numerales 5 y 18 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos, “Pacto
de San José de Costa Rica”, de la que México es parte; máxime que el nombre no
es propiamente elegido por la persona que lo ha de ostentar sino que depende
de la voluntad de quienes la registran, en el caso del nombre propio, y sirve para
distinguir a los integrantes de una misma familia. Por otra parte, los apellidos
hacen
referencia
a la familia
a la que pertenecen.
93
–S–
SOCIEDAD CONYUGAL, LIQUIDACIÓN DE. LAS REGALÍAS QUE SE OBTIENEN DE LA COMERCIALIZACIÓN DE UNA OBRA LITERARIA SÍ SON SUSCEPTIBLES DE EMBARGO Y, POR TANTO, DE FORMAR PARTE DE UNA SOCIEDAD CONYUGAL. Las regalías que se obtienen de la comercialización de una
obra literaria sí son susceptibles de embargo y, por tanto, de formar parte de una
sociedad conyugal, conforme a lo dispuesto por los artículos 26 bis y 41 de la Ley
Federal de Derechos de Autor en relación con los numerales 182 Bis, 182 Ter y 182
Quáter del Código Civil para el Distrito Federal, ya que coforme al numeral citado
285
Índice
Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal
en primer término, constituyen un incentivo económico de carácter irrenunciable,
garantizado y previsto por el Estado en favor del autor de la obra o su causahabiente, que está compuesto de un determinado porcentaje a cargo de quien comunica
o transmite públicamente la obra por cualquier medio, en tanto que el segundo de
los preceptos de la Ley Federal señala que los frutos y productos que se deriven del
ejercicio de un derecho patrimonial, sí son embargables; luego entonces, las regalías no pertenecen exclusivamente al autor de la obra, por lo que sí forman parte de
establecida
por los consortes.
la sociedad
conyugal
77
MATERIA PENAL
–L–
LIBERTAD POR DESVANECIMIENTO DE DATOS. LA IMPUGNACIÓN CONDICIONADA DE LOS LEGÍTIMOS REPRESENTANTES DEL OFENDIDO VULNERA DERECHOS HUMANOS (INAPLICACIÓN DEL ARTÍCULO 417, FRACCIÓN
III, DEL CÓDIGO DE PROCEDIMIENTOS PENALES). Conforme a lo dispuesto en
el artículo 25 de la Convención Americana de Derechos Humanos, según el cual,
“toda persona que vea afectados sus derechos o intereses legales vinculados con
un proceso penal por parte de la autoridad, tiene derecho a la existencia y accesibilidad a un medio de impugnación que permita dirimir su planteamiento de
inconformidad”, así como la parte II, Artículo 2, número 3, incisos a, b y c, del Pacto
Internacional de los Derechos Civiles y Políticos que dispone que “toda persona
cuyos derechos o libertades reconocidos en ese Pacto hayan sido violados, podrán
interponer un recurso efectivo, aun cuando tal violación hubiera sido cometida
por personas que actuaban en ejercicio de sus funciones oficiales”. Por tanto, al no
contemplar la legislación procesal ordinaria para el Distrito Federal algún medio
de impugnación que permita a la víctima u ofendido de un delito, resistir o combatir la eventual ilegalidad de una resolución donde se determine la libertad por
desvanecimiento de datos, sino que por el contrario, existe la limitatante prevista
en el precepto 417 del Código de Procedimientos Penales que dispone: “Tienen
derecho a apelar: III. El ofendido o sus legítimos representantes, cuando aquél o éstos
coadyuven en la acción reparadora, y sólo en lo relativo a ésta”, se vulneran los derede la víctima.
chos humanos
125
Índice
286
Dirección de Anales de Jurisprudencia y Publicaciones
LIBERTAD POR DESVANECIMIENTO DE DATOS. PROCEDENCIA DEL RECURSO DE APELACIÓN INTERPUESTO POR LA VÍCTIMA, A TRAVÉS DE
SU REPRESENTANTE, COADYUVANTE DEL MINISTERIO PÚBLICO. La intervención activa de la víctima tiene como finalidad que el procedimiento penal culmine con una sentencia condenatoria, incluyendo la reparación del daño
considerada una pena pública. De esta manera, para que surja es necesario que
previamente se acredite la pretensión punitiva del proceso penal, es decir, la
existencia del delito y la responsabilidad penal, de ahí que, aquella víctima,
quien se constituyó como coadyuvante por conducto de su representante, puede
interponer recurso de apelación en contra de la sentencia interlocutoria donde
se declare procedente la libertad por desvanecimiento de datos del inculpado
por la comisión del delito imputado, ya que si bien es cierto tal acto no vulnera
en forma directa la reparación del daño, sí implica que, de facto, esa reparación
no ocurra en la práctica, pues no se debe perder de vista que la interlocutoria
emitida en términos del artículo 547, fracción I, del Código de Procedimientos
Penales para el Distrito Federal, y al haberse decretado el sobreseimiento de
la causa, en conformidad al numeral 667 del mismo ordenamiento legal, surte
efectos de una sentencia absolutoria con valor de cosa juzgada, lo que trae como
consecuencia que se haga nugatorio el derecho fundamental de la víctima a la
reparación
de este concepto.
126
–R–
RECURSO DE APELACIÓN POR AFECTACIÓN A LOS DERECHOS FUNDAMENTALES. SU PROCEDENCIA TRATÁNDOSE DE LAS VÍCTIMAS U OFENDIDOS. La Ley General de Víctimas publicada en el Diario Oficial de la Federación el 9 de
enero de 2013, tuvo como objeto crear un conjunto amplio de medidas en beneficio
de las víctimas, que posibiliten el goce efectivo de sus derechos, entre ellos el acceso
a la justicia, estableciendo y coordinando los mecanismos y medidas necesarias para
promover, respetar, proteger, garantizar y permitir el ejercicio efectivo de sus derechos, vinculando a todas las autoridades en el ámbito de sus distintas competencias
para que cumplan con sus obligaciones. De este modo, se les reconoce el derecho a
la justicia mediante la interposición de los recursos en contra de las decisiones que
afecten sus intereses y el ejercicio de sus derechos, entre ellos coadyuvar con el Mi-
287
Índice
Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal
nisterio Público e intervenir en el juicio como parte plena, es decir, haciendo valer
sus derechos, los cuales no podrán ser menores a los del inculpado, en términos de
la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, artículos 1o., 17 y 20, así
como los tratados internacionales de derechos humanos, artículo 25 de la Convención Americana de Derechos Humanos, y parte II, Artículo 2, número 3, incisos a, b y
c,
de los Derechos Civiles y Políticos.
del Pacto
Internacional
127
MATERIA JUSTICIA PARA ADOLESCENTES
–I–
INTÉRPRETE, DESIGNACIÓN DE. ES UN DERECHO INALIENABLE DE LAS
VÍCTIMAS QUE NO HABLEN CASTELLANO, PARA ACCEDER PLENAMENTE A LA JURISDICCIÓN DEL ESTADO. El Constituyente permanente consagró
a nivel constitucional, como un derecho inalienable de las víctimas, el acceder
plenamente a la jurisdiccional del Estado, tal y como lo señala el apartado B de
la fracción VIII del artículo 2o. constitucional, donde se prioriza su derecho a ser
asistidas por intérpretes y defensores que tengan conocimiento de su lengua y
cultura, obligación que la ley secundaria, concretamente el código procesal penal,
supletorio de la Ley de Justicia para Adolescentes, también recoge; incluso el diverso numeral 186 de la citada regulación expresamente prohíbe que un testigo
sea intérprete. Por ende, si la juez constató que los agraviados son indígenas, que
no hablan castellano, debió proveer a los ofendidos de intérprete, a fin de comunicarse a través de su lengua y entender las implicaciones jurídicas del proceso
en el que se encuentran involucrados para garantizar su derecho a la justicia, al
considerarse al intérprete como un puente de comunicación oral, atendiendo a
lo que previene el derecho interno y la normativa internacional, en el artículo 12
del Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo. Con esto se hace eficaz
el derecho
de
a la reparación del daño.
las víctimas
157
–M–
MINORÍA DE EDAD DEL ADOLESCENTE. EN EL SISTEMA PENAL ACUSATORIO JUVENIL, NO ES SUSCEPTIBLE DE ACUERDOS PROBATORIOS. En el sistema integral de justicia juvenil, la edad del adolescente no puede, ni debe ser
Índice
288
objeto de acuerdos probatorios; en primer lugar, porque se trata de una cuestión
de carácter público y de observancia general, al ser un presupuesto procesal que
la juzgadora debe verificar incluso de manera oficiosa, ya que no resulta potestativo determinar la minoría de edad del adolescente, puesto que de ahí derivará la
competencia o incompetencia de la autoridad judicial; por otro lado, resultaría inadecuado permitir que las partes motu proprio discutieran y se pusieran de acuerdo
respecto de la edad del adolescente, con base únicamente en documentales ofertadas
por ellos.
173
–R–
REPARACIÓN DEL DAÑO, PRESCRIPCIÓN DE LA. EL AUTO QUE DECLARA
EXTINTA LA POTESTAD PARA EJECUTARLA SÍ ES APELABLE EN EL SISTEMA
DE JUSTICIA PARA ADOLESCENTES. Sin desconocer que el artículo 93 de la ley
de la materia no prevé expresamente recurso contra la extinción de la potestad para
ejecutar la reparación del daño, también lo es que esta omisión conlleva a la aplicación supletoria del código procesal penal, en este caso del artículo 418, fracción III,
en relación al 94, fracción IX, del código punitivo, aplicabilidad que efectivamente
procede, de acuerdo a lo previsto en los artículos 13 y 92 de la Ley que rige la materia de adolescentes y, en concreto, respecto al medio de impugnación que nos ocupa, pues ello no controvierte los principios que sustentan el Sistema Especializado
en Materia de Justicia Juvenil, debiendo recordar que la finalidad de la supletoriedad, como lo ha establecido la Corte es, precisamente, colmar lagunas legislativas,
sin llegar al extremo de implementar derechos o instituciones no regulados en la
ley que ha de suplirse. Por tanto, contrario a lo que sostiene la juzgadora, la materia
del
recurso
los ofendidos sí es apelable.
que plantean
158
–S–
SUSPENSIÓN CONDICIONAL DEL PROCESO A PRUEBA EN EL SISTEMA INTEGRAL DE JUSTICIA PARA ADOLESCENTES. TIENE COMO OBJETO EVITAR LA
JUDICIALIZACIÓN INNECESARIA EN CUMPLIMIENTO AL DERECHO A UNA
ADMINISTRACIÓN DE JUSTICIA PRONTA Y EXPEDITA QUE CONTRIBUYA A
LOS FINES DE LA REINSERCIÓN SOCIAL. Las bases del sistema integral de justi289
Índice
Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal
cia para adolescentes, sustentado en la doctrina de protección integral, incorporado
al Estado mexicano a través de la reforma de diciembre de 2005, al artículo 18 de la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, tiene como sustento el paradigma adoptado por la Convención sobre los Derechos del Niño, conforme al cual se
considera a los jóvenes de entre 12 y 18 años de edad, como responsables y sujetos
de plenos derechos, por lo que al ser incorporados al Derecho penal modalizado,
debe garantizarse el cumplimiento de derechos fundamentales reconocidos constitucionalmente a cualquier persona sujeta a un proceso penal, pero, además, aquellos
derechos específicos reconocidos por la normativa local e internacional atendiendo
a su calidad de personas en desarrollo. En este sentido, en junio de 2008, el sistema
de justicia penal y seguridad pública, se transformó con motivo de la reforma constitucional a diversos preceptos, bajo el cual se pretende transitar de un procedimiento de corte inquisitivo mixto a uno acusatorio adversarial, lo que indudablemente
también trasciende a la justicia juvenil, al haber sido considerada previamente parte
de la justicia penal, aunque como se dijo con el matiz de ser modalizada. Así, se advierte como característica del sistema acusatorio la utilización prioritaria de salidas
alternas o soluciones anticipadas al juicio, como medios para la descongestión del
propio sistema –como son los mecanismos alternativos de solución de controversias
o mecanismos de aceleración–, los cuales tienen por objeto evitar la judicialización
innecesaria de aquellos asuntos que son de transcendencia mínima y que podrían
concluirse a través de otras formas de solución, por ejemplo, la suspensión condicional del proceso a prueba. De esa manera se da prioridad a otros asuntos que por su
trascendencia jurídica y social deben ser del conocimiento del tribunal, en cumplimiento al derecho a una administración de justicia pronta y expedita que contribuya
social.
a los fines de la reinserción
191
SUSPENSIÓN CONDICIONAL DEL PROCESO A PRUEBA. REQUISITOS FORMALES. A efecto de determinar los requisitos formales de la suspensión condicional del
proceso, como forma de solución anticipada, y ante la ausencia de disposición en la
legislación especializada, el operador judicial debe hacer uso de la doctrina como
principio general, en tanto que a través del derecho comparado puede realizar un
análisis de estas figuras jurídicas, al constituir un nuevo esquema de la justicia penal.
Así, se establecen de manera uniforme –adaptados a la justicia para adolescentes,
atendiendo su carácter modalizado y a sus características propias– como requisitos
Índice
290
Dirección de Anales de Jurisprudencia y Publicaciones
formales, los siguientes: a. La conducta no esté considerada como grave; b. El adolescente admita el hecho de manera libre, voluntaria y sin ningún tipo de coacción o
violencia; c. Existan datos en la investigación que permitan corroborar que el hecho
atribuido es verosímil. d. No tenga o haya tenido otro proceso suspendido; e. No haya
sido condenado por otra conducta tipificada como delito doloso; y f. Se pague la reparación del daño o se garantice a satisfacción de la víctima u ofendido o se apruebe
un plan de
reparación.
192
ESTUDIOS JURÍDICOS
La mediación y la oralidad en la justicia familiar
Navarrete
Villarreal
Víctor Manuel
209
El enemigo en el Derecho penal funcionalista
a la luz del análisis del Sistema-mundo
capitalista neoliberal
Padilla
Lizbeth Xóchitl
Sanabria
225
El protocolo de la Suprema Corte en el diálogo con niñas,
niños y adolescentes. Entre la contrariedad y la revictimización
Godínez
Lázaro Tenorio
263
291
Índice
Dirección de Anales de Jurisprudencia y Publicaciones
Índice de Sumarios
PRIMERA SALA CIVIL
Materia Civil
Acción de extinción de dominio. Concepto y naturaleza jurídica. La extinción de
dominio es la pérdida de los derechos de propiedad de los bienes mencionados
en el artículo 5o. De la ley de la materia, sin contraprestación ni compensación
alguna para el afectado, cuando se acredite el hecho ilícito en los casos de delincuencia organizada, secuestro, robo de vehículos y trata de personas, y el afectado
no logre probar la procedencia lícita de dichos bienes, su actuación de buena fe, ni
que estaba impedido para conocer su utilización ilícita. Por otra parte, la acción
de extinción de dominio es autónoma, distinta e independiente de cualquiera otra
de naturaleza penal que se haya iniciado simultáneamente, de la cual emane o
en la que tuviera origen; es jurisdiccional, de carácter real y de contenido patrimonial; creada por la asamblea legislativa del distrito federal con el propósito de
hacer frente a la delincuencia organizada, para brindar seguridad pública y justicia,
como dos de los bienes más preciados con los que deben contar los habitantes de
la ciudad de méxico. De lo anterior resulta que para la procedencia de esta acción
no es necesario acreditar conforme al derecho penal la existencia de un delito ni los
elementos del tipo, ni menos aún, que se haya cometido en el domicilio sujeto al
procedimiento de extinción de dominio. Por tanto, en términos de lo que establece
el artículo 281 del código de procedimientos civiles, de aplicación supletoria a la
ley de extinción de dominio para el distrito federal, a la parte actora le corresponde
probar los hechos constitutivos de su acción, y al afectado y al tercero llamado a
juicio, sus excepciones
7
y defensas.
Acción de extinción de dominio. El plazo legal para presentar la demanda, de
veinticuatro horas, a que se refiere la ley de la materia, no implica que se esté
ante la presencia de un requisito de procedibilidad. Si bien es verdad que conforme al artículo 32 de la ley de extinción de dominio, en el caso de que el agente
del ministerio público acuerde ejercer la acción, la presentará ante el juez, dentro
293
Índice
Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal
de las veinticuatro horas siguientes, también lo es que este término no implica
que se esté ante la presencia de un requisito de procedibilidad para el ejercicio
de la acción de extinción de dominio. Resulta claro, por el contrario, que dicho
término se establece como un mínimo y no como un máximo para ejercer la
acción, y no puede considerarse como una condición a la que se encuentre sujeta la acción de extinción de dominio, y que ello tenga como consecuencia su
improcedencia.
8
JUZGADO DÉCIMO PRIMERO DE LO CIVIL DE PROCESO ORAL
Materia Civil
Prestación de servicios profesionales. A fin de tener derecho al cobro de los honorarios, debe exhibirse prueba idónea y directa que demuestre estar autorizado a
ejercer la profesión respectiva. Cuando se ejercita la acción de pago de honorarios
derivada de un contrato de servicios profesionales, es requisito indispensable de
conformidad con el artículo 281 del código de procedimientos civiles para el distrito federal, que el actor acredite a través de prueba idónea y directa que está autorizado para ejercer la profesión respectiva, en el presente caso, de licenciado en
contaduría pública y para ello, deberá exhibir la cédula profesional respectiva, por
ser el documento público y oficial mediante el cual se comprueba de manera fehaciente que la persona a cuyo favor fue expedida cumplió con los requisitos legales
requeridos para el ejercicio de esta profesión, pues con dicha documental pública
está justificando su derecho al cobro de ese concepto y, además, se da la oportunidad al demandado para que, en su caso, impugne el mismo, lo que es acorde a las
reglas que rigen la carga de la prueba en materia civil y con ello se salvaguarda el
principio de igualdad procesal de las partes; lo anterior, conforme a lo dispuesto
en los artículos 5o. Constitucional, párrafo segundo, en relación con los numerales
2606
y 2608
civil para el distrito federal.
del código
33
Índice
294
Dirección de Anales de Jurisprudencia y Publicaciones
JUZGADO VIGÉSIMO DE LO CIVIL DE CUANTÍA MENOR
Materia Mercantil
Pagaré, cobro de intereses superior a las tasas fijadas por las instituciones de crédito. Elementos de la revisión oficiosa fundada en la obligación de vigilar la aplicación del control de convencionalidad. Para precisar si se actualiza o no el fenómeno usurario de cobro de intereses, deben tomarse en cuenta las particularidades
del caso, así como las circunstancias económicas que puedan influir en el asunto;
luego, si la pretensión se funda en un pagaré en el que se estableció un monto de
pago, fecha de vencimiento, además de un pago de interés moratorio, es necesario
tomar en cuenta para la condena de intereses, los diversos reportes con tablas de
interés bancario, publicadas por el banco de méxico en su portal de internet. Dicho
órgano de gobierno presenta los indicadores básicos sobre tasas de interés y comisiones en el mercado de las tarjetas de crédito, ponderándose aquellos datos que
abarcan la tasa efectiva promedio estimada en el año en que se suscribió el pagaré
exhibido como base de la acción, así como el cat (costo anual total). Este último
es un indicador del costo total del financiamiento aplicable a todo tipo de crédito,
con el cual es posible comparar el costo financiero entre créditos, que incluye el
monto del crédito, intereses ordinarios, impuesto al valor agregado, comisiones,
gastos, primas de seguros requeridas, amortizaciones de principal, descuentos,
bonificaciones pactadas en el contrato, y cualquier otro cargo que deba pagar el
cliente al momento de contratar el crédito y durante su vigencia, incluyendo la
diferencia entre el precio al contado de un bien y su precio a crédito, lo cual se
expresa como el porcentaje anual, según lo establece el banco de méxico. Lo anterior, con la finalidad de advertir si la variación del índice inflacionario durante
la vigencia del crédito y la tasa mensual promedio resultan mucho menores a los
intereses convenidos, y en caso de evidenciarse una desproporción en el pacto
de intereses y las tasas de interés anualizadas vigentes en el sistema financiero
mexicano, es posible determinar prudencialmente al momento de dictar el fallo
definitivo, la reducción de la tasa de interés, cuando su resultado sea notoriamente
excesivo, ello a fin de respetar, proteger y garantizar los derechos humanos de las
partes que se encuentran contenidos en nuestra constitución política, así como en
internacionales
los tratados
de los que el estado mexicano es parte.
49
295
Índice
TERCERA SALA FAMILIAR
Sociedad conyugal, liquidación de. Las regalías que se obtienen de la comercialización de una obra literaria sí son susceptibles de embargo y, por tanto, de formar
parte de una sociedad conyugal. Las regalías que se obtienen de la comercialización de una obra literaria sí son susceptibles de embargo y, por tanto, de formar
parte de una sociedad conyugal, conforme a lo dispuesto por los artículos 26 bis
y 41 de la ley federal de derechos de autor en relación con los numerales 182 bis,
182 ter y 182 quáter del código civil para el distrito federal, ya que coforme al numeral citado en primer término, constituyen un incentivo económico de carácter
irrenunciable, garantizado y previsto por el estado en favor del autor de la obra
o su causahabiente, que está compuesto de un determinado porcentaje a cargo de
quien comunica o transmite públicamente la obra por cualquier medio, en tanto
que el segundo de los preceptos de la ley federal señala que los frutos y productos
que se deriven del ejercicio de un derecho patrimonial, sí son embargables; luego
entonces, las regalías no pertenecen exclusivamente al autor de la obra, por lo que
sí
conyugal establecida por los consortes.
forman parte de la sociedad
77
JUZGADO PRIMERO DE PROCESO ORAL FAMILIAR
Rectificación de acta. Procedencia de la enmienda del nombre y apellidos bajo el
esquema de protección de derechos humanos. A la luz del nuevo paradigma de
protección de los derechos humanos establecido en el artículo 1o. De la constitución política de los estados unidos mexicanos y con base en el principio pro persona
–el cual obliga a la autoridad a realizar una interpretación de la norma en la forma
que resulte más favorable y más extensiva de sus derechos–, se debe estimar que
la fracción ii del artículo 135 del código civil y los alcances del derecho al nombre
deben interpretarse en el sentido de que es posible enmendar este dato esencial,
determinante de la personalidad de un ser humano, para adecuarlo a la realidad,
social y jurídica, en la que una persona se desenvuelve no sólo por su uso constante, sino para que exista una concordancia en las diferentes dimensiones que
integran esa realidad, como puede ser la social, familiar o psicológica, pues el derecho al nombre está íntimamente vinculado al derecho a la identidad, así como al
Índice
296
Dirección de Anales de Jurisprudencia y Publicaciones
derecho a la integridad personal en sus partes psíquica y moral. Las anteriores son
prerrogativas contempladas tanto en el artículo 29 de nuestra carta magna, como
en los numerales 5 y 18 de la convención americana sobre derechos humanos, “pacto de san josé de costa rica”, de la que méxico es parte; máxime que el nombre no
es propiamente elegido por la persona que lo ha de ostentar sino que depende de
la voluntad de quienes la registran, en el caso del nombre propio, y sirve para distinguir a los integrantes de una misma familia. Por otra parte, los apellidos hacen
referencia
a la que
a la familia
pertenecen.
93
JUZGADO SEXTO DE PROCESO ORAL FAMILIAR
Acta de nacimiento por reasignación sexo-genérica. Al estar comprobado en juicio
la calidad de transgénero, el órgano judicial debe decretar el levantamiento de una
nueva acta para ajustarla a la realidad social. El sexo, el género y la identidad de
género son características que conforman algunos de los aspectos más esenciales de
la vida de una persona; entendiendo por sexo las características biológicas (genéticas, hormonales, anatómicas y fisiológicas) a partir de las cuales las personas son
clasificadas como hombre o mujer; en cambio, el género se refiere a las características
que social y culturalmente se consideran identificadas como “masculinas” y “femeninas”; y, por identidad de género, la comisión interamericana de derechos humanos
establece que ésta debe entenderse como la identificación que tiene una persona de
sí misma y cuando no existe una convicción de identificarse dentro de la categorización masculino-femenino estamos ante la presencia de un “trans”. Por otro lado, el
papel del órgano jurisdiccional, a raíz de las reformas realizadas a la carta magna en
el año 2011, se circunscribe en promover, respetar, proteger y garantizar los derechos
humanos de conformidad con los principios de universalidad, interdependencia,
indivisibilidad y progresividad, incluso se extiende a la obligación de combatir la
discriminación por motivos de orientación sexual e identidad de género. Ante ese
panorama, si de actuaciones constan diversas documentales, dictámenes periciales
y demás medios probatorios con los que se acredita fehacientemente que el actor
es una persona transgénero, pues ha vivido en forma permanente y de manera voluntaria en el rol que corresponde al otro género, distinto del que le fue asignado al
momento de su nacimiento, existiendo así una discordancia sexo-genérica, se hace
297
Índice
Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal
evidente la necesidad de ajustar su realidad social. Por ello deberá declararse procedente la acción y ordenar el levantamiento de una nueva acta de nacimiento, en
términos de lo dispuesto en los artículos 1o. Y 4o. Constitucionales, en relación con el
precepto 135 bis del
código civil para el distrito federal.
107
SEXTA SALA PENAL
Libertad por desvanecimiento de datos. La impugnación condicionada de los legítimos representantes del ofendido vulnera derechos humanos (inaplicación del
artículo 417, fracción iii, del código de procedimientos penales). Conforme a lo dispuesto en el artículo 25 de la convención americana de derechos humanos, según el
cual, “toda persona que vea afectados sus derechos o intereses legales vinculados
con un proceso penal por parte de la autoridad, tiene derecho a la existencia y accesibilidad a un medio de impugnación que permita dirimir su planteamiento de
inconformidad”, así como la parte ii, artículo 2, número 3, incisos a, b y c, del pacto
internacional de los derechos civiles y políticos que dispone que “toda persona
cuyos derechos o libertades reconocidos en ese pacto hayan sido violados, podrán
interponer un recurso efectivo, aun cuando tal violación hubiera sido cometida
por personas que actuaban en ejercicio de sus funciones oficiales”. Por tanto, al no
contemplar la legislación procesal ordinaria para el distrito federal algún medio de
impugnación que permita a la víctima u ofendido de un delito, resistir o combatir
la eventual ilegalidad de una resolución donde se determine la libertad por desvanecimiento de datos, sino que por el contrario, existe la limitatante prevista en el
precepto 417 del código de procedimientos penales que dispone: “tienen derecho a
apelar: iii. El ofendido o sus legítimos representantes, cuando aquél o éstos coadyuven
en la acción reparadora, y sólo en lo relativo a ésta”, se vulneran los derechos humanos de la víctima. 125
Libertad por desvanecimiento de datos. Procedencia del recurso de apelación interpuesto por la víctima, a través de su representante, coadyuvante del ministerio
público. La intervención activa de la víctima tiene como finalidad que el procediÍndice
298
Dirección de Anales de Jurisprudencia y Publicaciones
miento penal culmine con una sentencia condenatoria, incluyendo la reparación del
daño considerada una pena pública. De esta manera, para que surja es necesario
que previamente se acredite la pretensión punitiva del proceso penal, es decir, la
existencia del delito y la responsabilidad penal, de ahí que, aquella víctima, quien
se constituyó como coadyuvante por conducto de su representante, puede interponer recurso de apelación en contra de la sentencia interlocutoria donde se declare
procedente la libertad por desvanecimiento de datos del inculpado por la comisión
del delito imputado, ya que si bien es cierto tal acto no vulnera en forma directa la
reparación del daño, sí implica que, de facto, esa reparación no ocurra en la práctica,
pues no se debe perder de vista que la interlocutoria emitida en términos del artículo 547, fracción i, del código de procedimientos penales para el distrito federal, y
al haberse decretado el sobreseimiento de la causa, en conformidad al numeral 667
del mismo ordenamiento legal, surte efectos de una sentencia absolutoria con valor
de cosa juzgada, lo que trae como consecuencia que se haga nugatorio el derecho
fundamental
de la víctima a la reparación de este concepto.
126
Recurso de apelación por afectación a los derechos fundamentales. Su procedencia tratándose de las víctimas u ofendidos. La ley general de víctimas publicada en el diario
oficial de la federación el 9 de enero de 2013, tuvo como objeto crear un conjunto amplio
de medidas en beneficio de las víctimas, que posibiliten el goce efectivo de sus derechos, entre ellos el acceso a la justicia, estableciendo y coordinando los mecanismos y
medidas necesarias para promover, respetar, proteger, garantizar y permitir el ejercicio
efectivo de sus derechos, vinculando a todas las autoridades en el ámbito de sus distintas competencias para que cumplan con sus obligaciones. De este modo, se les reconoce el derecho a la justicia mediante la interposición de los recursos en contra de las
decisiones que afecten sus intereses y el ejercicio de sus derechos, entre ellos coadyuvar
con el ministerio público e intervenir en el juicio como parte plena, es decir, haciendo
valer sus derechos, los cuales no podrán ser menores a los del inculpado, en términos
de la constitución política de los estados unidos mexicanos, artículos 1o., 17 Y 20, así
como los tratados internacionales de derechos humanos, artículo 25 de la convención
americana de derechos humanos, y parte ii, artículo 2, número 3, incisos a, b y c, del
civiles y políticos.
pacto internacional
de los derechos
127
299
Índice
Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal
PRIMERA SALA ESPECIALIZADA EN JUSTICIA PARA ADOLESCENTES
Intérprete, designación de. Es un derecho inalienable de las víctimas que no hablen
castellano, para acceder plenamente a la jurisdicción del estado. El constituyente
permanente consagró a nivel constitucional, como un derecho inalienable de las
víctimas, el acceder plenamente a la jurisdiccional del estado, tal y como lo señala
el apartado b de la fracción viii del artículo 2o. Constitucional, donde se prioriza
su derecho a ser asistidas por intérpretes y defensores que tengan conocimiento
de su lengua y cultura, obligación que la ley secundaria, concretamente el código
procesal penal, supletorio de la ley de justicia para adolescentes, también recoge;
incluso el diverso numeral 186 de la citada regulación expresamente prohíbe que
un testigo sea intérprete. Por ende, si la juez constató que los agraviados son indígenas, que no hablan castellano, debió proveer a los ofendidos de intérprete, a
fin de comunicarse a través de su lengua y entender las implicaciones jurídicas
del proceso en el que se encuentran involucrados para garantizar su derecho a
la justicia, al considerarse al intérprete como un puente de comunicación oral,
atendiendo a lo que previene el derecho interno y la normativa internacional, en el
artículo 12 del convenio 169 de la organización internacional del trabajo. Con esto
el derecho
de las víctimas a la reparación del daño.
se hace eficaz
157
Minoría de edad del adolescente. En el sistema penal acusatorio juvenil, no es susceptible de acuerdos probatorios. En el sistema integral de justicia juvenil, la edad
del adolescente no puede, ni debe ser objeto de acuerdos probatorios; en primer
lugar, porque se trata de una cuestión de carácter público y de observancia general,
al ser un presupuesto procesal que la juzgadora debe verificar incluso de manera
oficiosa, ya que no resulta potestativo determinar la minoría de edad del adolescente, puesto que de ahí derivará la competencia o incompetencia de la autoridad
judicial; por otro lado, resultaría inadecuado permitir que las partes motu proprio
discutieran y se pusieran de acuerdo respecto de la edad del adolescente, con base
únicamente
en documentales
ofertadas por ellos.
173
.
Índice
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Dirección de Anales de Jurisprudencia y Publicaciones
Reparación del daño, prescripción de la. El auto que declara extinta la potestad
para ejecutarla sí es apelable en el sistema de justicia para adolescentes. Sin desconocer que el artículo 93 de la ley de la materia no prevé expresamente recurso
contra la extinción de la potestad para ejecutar la reparación del daño, también lo
es que esta omisión conlleva a la aplicación supletoria del código procesal penal, en
este caso del artículo 418, fracción iii, en relación al 94, fracción ix, del código punitivo, aplicabilidad que efectivamente procede, de acuerdo a lo previsto en los artículos 13 y 92 de la ley que rige la materia de adolescentes y, en concreto, respecto al
medio de impugnación que nos ocupa, pues ello no controvierte los principios que
sustentan el sistema especializado en materia de justicia juvenil, debiendo recordar
que la finalidad de la supletoriedad, como lo ha establecido la corte es, precisamente, colmar lagunas legislativas, sin llegar al extremo de implementar derechos
o instituciones no regulados en la ley que ha de suplirse. Por tanto, contrario a lo
que sostiene la juzgadora, la materia del recurso que plantean los ofendidos sí es
apelable.
158
JUZGADO QUINTO DE PROCESO ORAL DE JUSTICIA PARA
ADOLESCENTES
Suspensión condicional del proceso a prueba en el sistema integral de justicia para
adolescentes. Tiene como objeto evitar la judicialización innecesaria en cumplimiento al derecho a una administración de justicia pronta y expedita que contribuya a los fines de la reinserción social. Las bases del sistema integral de justicia
para adolescentes, sustentado en la doctrina de protección integral, incorporado
al estado mexicano a través de la reforma de diciembre de 2005, al artículo 18 de
la constitución política de los estados unidos mexicanos, tiene como sustento el
paradigma adoptado por la convención sobre los derechos del niño, conforme al
cual se considera a los jóvenes de entre 12 y 18 años de edad, como responsables y
sujetos de plenos derechos, por lo que al ser incorporados al derecho penal modalizado, debe garantizarse el cumplimiento de derechos fundamentales reconocidos
constitucionalmente a cualquier persona sujeta a un proceso penal, pero, además,
aquellos derechos específicos reconocidos por la normativa local e internacional
atendiendo a su calidad de personas en desarrollo. En este sentido, en junio de
301
Índice
Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal
2008, el sistema de justicia penal y seguridad pública, se transformó con motivo de
la reforma constitucional a diversos preceptos, bajo el cual se pretende transitar de
un procedimiento de corte inquisitivo mixto a uno acusatorio adversarial, lo que
indudablemente también trasciende a la justicia juvenil, al haber sido considerada
previamente parte de la justicia penal, aunque como se dijo con el matiz de ser modalizada. Así, se advierte como característica del sistema acusatorio la utilización
prioritaria de salidas alternas o soluciones anticipadas al juicio, como medios para
la descongestión del propio sistema –como son los mecanismos alternativos de solución de controversias o mecanismos de aceleración–, los cuales tienen por objeto
evitar la judicialización innecesaria de aquellos asuntos que son de transcendencia
mínima y que podrían concluirse a través de otras formas de solución, por ejemplo,
la suspensión condicional del proceso a prueba. De esa manera se da prioridad a
otros asuntos que por su trascendencia jurídica y social deben ser del conocimiento
del tribunal, en cumplimiento al derecho a una administración de justicia pronta y
a los
expedita que contribuya
fines de la reinserción social.
191
Suspensión condicional del proceso a prueba. Requisitos formales. A efecto de determinar los requisitos formales de la suspensión condicional del proceso, como
forma de solución anticipada, y ante la ausencia de disposición en la legislación
especializada, el operador judicial debe hacer uso de la doctrina como principio
general, en tanto que a través del derecho comparado puede realizar un análisis
de estas figuras jurídicas, al constituir un nuevo esquema de la justicia penal. Así,
se establecen de manera uniforme –adaptados a la justicia para adolescentes, atendiendo su carácter modalizado y a sus características propias– como requisitos formales, los siguientes: a. La conducta no esté considerada como grave; b. El adolescente admita el hecho de manera libre, voluntaria y sin ningún tipo de coacción o
violencia; c. Existan datos en la investigación que permitan corroborar que el hecho
atribuido es verosímil. D. No tenga o haya tenido otro proceso suspendido; e. No
haya sido condenado por otra conducta tipificada como delito doloso; y f. Se pague
la reparación del daño o se garantice a satisfacción de la víctima u ofendido o se
apruebe un
plan de
reparación.
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Índice General
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Materia Civil............................................................................................................................5
Materia Mercantil..................................................................................................................47
Materia Familiar.....................................................................................................................75
Materia Penal.........................................................................................................................123
Materia Justicia para Adolescentes..................................................................................155
Estudios Jurídicos...............................................................................................................207
Índice del Tomo 334............................................................................................................281
Índice de Sumarios.............................................................................................................293
303
Índice
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