Centro de Documentación Judicial Id Cendoj: Órgano: Sede: Sección: Nº de Recurso: Nº de Resolución: Procedimiento: Ponente: Tipo de Resolución: 28079370102010100402 Audiencia Provincial Madrid 10 338/2010 425/2010 Recurso de apelación MARIA ISABEL FERNANDEZ DEL PRADO Sentencia AUD.PROVINCIAL SECCION N. 10 MADRID SENTENCIA: 00425/2010 AUDIENCIA PROVINCIAL DE MADRID Sección 10 1280A C/ FERRAZ 41 Tfno.: 914933847-48-918-16 Fax: 914933916 N.I.G. 28000 1 7005506 /2010 Rollo: RECURSO DE APELACION 338 /2010 Autos: PROCEDIMIENTO ORDINARIO 334 /2007 Órgano Procedencia: JDO. PRIMERA INSTANCIA N. 58 de MADRID De: ASON,INMOBILIARIA DE ARRIENDOS,S.L. Procurador: CAYETANA DE ZULUETA LUCHSINGER Contra: PICADILLO ALCARREÑO, S.L. Procurador: SUSANA SANCHEZ GARCIA Ponente: ILMA. SRA. Mª ISABEL FERNÁNDEZ DEL PRADO SENTENCIA Ilmos. Sres. Magistrados: D. ÁNGEL VICENTE ILLESCAS RUS DªMª ISABEL FERNÁNDEZ DEL PRADO DªMª JOSEFA RUIZ MARÍN 1 Centro de Documentación Judicial En MADRID , a trece de octubre de dos mil diez . La Sección Décima de la Audiencia Provincial de Madrid, compuesta por los Señores Magistrados expresados al margen, ha visto en grado de apelación los autos nº 334/07, procedentes del Juzgado de 1ª Instancia nº 58 de MADRID, seguidos entre partes, de una, como apelante ASON INMOBILIARIA DE ARRIENDOS S.L., representado por el Procurador Dª. Cayetana de Zulueta Luchsinger y defendido por los Letrados D. Alfonso Iglesia y D. Jorge Hernández, y de otra como apelado, PICADILLO ALCARREÑO S.L., representado por la Procuradora Dª. Susana Sánchez García y defendido por el Letrado D. Javier Víllora García, seguidos por el trámite de juicio ordinario. VISTO, siendo Magistrada Ponente la Ilma. Sra. Dª. Mª ISABEL FERNÁNDEZ DEL PRADO. I.- ANTECEDENTES DE HECHO La Sala acepta y da por reproducidos los antecedentes de hecho de la resolución recurrida. PRIMERO.- Por el Juzgado de Primera Instancia nº 58 de Madrid, en fecha 18 de septiembre de 2009, se dictó sentencia , cuya parte dispositiva es del tenor literal siguiente: FALLO: "Que estimando parcialmente el escrito inicial de demanda presentado por la Procuradora de los Tribunales doña Leticia Calderón Galán en nombre y representación de PICADILLO ALCARREÑO, S.L., debo condenar y condeno a ASON INMOBILIARIAS DE ARRIENDOS, S.L. al pago de 13.687,63 #, Todo ello sin hacer expresa imposición de costas, abonando cada parte las costas causadas a su instancia y las comunes por mitad." SEGUNDO.- Contra la anterior resolución se interpuso recurso de apelación por la parte demandada. Admitido el recurso de apelación en ambos efectos, se dio traslado del mismo a la parte apelada. Elevándose los autos ante esta Sección, para resolver el recurso. TERCERO.- Por providencia de esta Sección, de fecha 29 de junio de 2010, se acordó que no era necesaria la celebración de vista pública, quedando en turno de señalamiento para la correspondiente deliberación, votación y fallo, turno que se ha cumplido el día 5 de octubre de 2010. CUARTO.- En la tramitación del presente procedimiento han sido observadas en ambas instancias las prescripciones legales. II.- FUNDAMENTOS DE DERECHO PRIMERO.- En fecha 12 de febrero de 2.005, el edificio "Windsor", propiedad de "Ason Inmobiliaria de Arriendos, S.L.", sito en la Avenida de Raimundo Fernández-Villaverde nº 65 de Madrid, sufrió un incendio, que generó la declaración de ruina del inmueble y el establecimiento de un perímetro de seguridad alrededor de la zona, ante el peligro de derrumbe. En la referida fecha, "Picadillo Alcarreño, S.L." explotaba la actividad de bar en el local sito en la plaza Gómez Moreno s/n, bajo la denominación de "Cervecería Pan y Pica", quedando comprendido dentro del perímetro de seguridad, que se mantuvo desde el día 12 de febrero hasta el 20 de julio de 2.005, circunstancia que impidió a "Picadillo Alcarreño, S.L." la explotación de su negocio. A consecuencia de ello, se instruyeron diligencias previas por el Juzgado de Instrucción nº 28 de Madrid, habiendo sido dictado auto de sobreseimiento en fecha 31 de enero de 2.006 , que fue confirmado por la Audiencia Provincial. Tras la firmeza de dicha resolución, "Picadillo Alcarreño, S.L." formuló la demanda iniciadora de este procedimiento, interesando la condena de "Ason Inmobiliaria de Arriendos, S.L." a satisfacer la cantidad de 45.226,95 # en que valora los daños y perjuicios derivados de haber permanecido su local cerrado a lo largo del tiempo en que se mantuvo el perímetro de seguridad. La sentencia de instancia estima parcialmente la demanda, habiendo sido interpuesto recurso de apelación, que es objeto de la presente resolución. SEGUNDO.- El primer motivo de apelación gira en torno a la causa petendi, alegando la recurrente que "la parte demandante imputó a ASON única y exclusivamente un supuesto comportamiento negligente: no encontrarse el edificio adecuado en su integridad a la normativa contra incendios por no estar protegidos contra el fuego, pretendidamente, todos los pilares metálicos de las fachadas". Sobre la causa petendi la jurisprudencia se ha pronunciado ampliamente, como muestra la sentencia 2 Centro de Documentación Judicial del Tribunal Supremo de 22 de diciembre de 2.009 , señalando que: "Como declaran las SSTS de 21 de julio de 2.000 , 17 de diciembre de 2.003 , 6 de mayo de 2.004 , 31 de marzo de 2.005 , 17 de enero de 2.006 , 5 de abril de 2.006 , 23 de mayo de 2.006 y 18 de junio de 2.006 , entre otras muchas, la incongruencia, como vicio interno de la sentencia, existe cuando se concede más de lo pedido por el actor o menos de lo aceptado por el demandado; cuando no se resuelve sobre alguna de las pretensiones oportunamente deducidas en el proceso; cuando se aprecian excepciones no opuestas por parte de la demandada, salvo cuando pueden estimarse de oficio; o finalmente, cuando se altera por el tribunal la causa petendi [causa de pedir] como fundamento jurídico-fáctico de las peticiones deducidas en el proceso, generando la consiguiente indefensión para la otra parte", añadiendo que "Sin embargo, como declara la STS de 8 de marzo de 2.006 , no es exigible el rigor formal de una correspondencia exacta con las peticiones de las demandas, proyectadas en sus suplicos, sino que la sentencia, adecuadamente cohonestada con la exposición fáctica y la fundamentación jurídica, ponga de relieve que se resuelve sobre lo que en definitiva se reclama, al margen de consideraciones abstractas sobre la naturaleza o estructura de la pretensión deducida". Sin duda, la sentencia que altera la causa petendi incurre claramente en incongruencia, sobre este punto el Tribunal Supremo, en sentencia de 26 de marzo de 2.010 , se pronuncia en los siguientes términos: "El deber de congruencia se resume en la necesaria correlación que ha de existir entre los pedimentos de las partes oportuna y convenientemente deducidos y el fallo de la sentencia, teniendo en cuenta el petitum y la causa de pedir o hechos en que se fundamenta la pretensión deducida. La congruencia, que es requisito ineludible de la función judicial forma parte de la tutela judicial efectiva a que se refiere el artículo 24 de la Constitución, y consiste en la adecuación entre los pronunciamientos jurídicos y lo que se pidió al juez, incluida la razón de ser de esa petición, pero no implica un "paralelismo servil del razonamiento que sirve de fundamento a la sentencia con las alegaciones o argumentaciones de las partes", sino que el Juez decide todas las cuestiones, siempre que en ambos casos la respuesta judicial sea nítida y categórica, pues, en definitiva, la congruencia se refiere a la adecuación entre los preceptos alegados por las partes y las normas cuya aplicación considere procedente el órgano judicial. La delimitación de la cuestión litigiosa viene determinada por la demanda y por las demás pretensiones deducidas oportunamente en el pleito" ( STC 41/1.989 de 16 de febrero ), y la congruencia es compatible con la utilización por el órgano judicial del principio tradicional del cambio de punto de vista jurídico expresado en el aforismo iura novit curia, aunque no legitime en ningún caso para variar sustancialmente la causa petendi ( STS 3 de abril de 2.009 y las que en ella se citan)". Como hemos indicado con anterioridad, la alteración de la causa petendi quiebra la tutela judicial efectiva, generando indefensión a una de las partes; a este respecto, el Alto Tribunal, en sentencia de 29 de marzo de 2.010 , considera "que se rebasa el principio "iura novit curia" [el tribunal conoce el Derecho] no sólo cuando por aplicación de normas o razonamientos no invocados se altera la causa de pedir, sino también cuando, sin modificar la causa de pedir se utilizan argumentos tan ajenos a la cuestión debatida que pueden provocar indefensión", citando la sentencia de 3 de mayo de 1.999 , que se remite, a su vez, a sentencias de 8 de julio de 1.993 , 24 de octubre y 2 de diciembre de 1.994 . En el supuesto que nos ocupa, la demanda se refiere a la declaración del ruina, contenida en la resolución del Ayuntamiento de Madrid de fecha 17 de febrero de 2.005 (al folio 5 de los autos), según la cual "En el edificio se han llevado a cabo obras de acondicionamiento y de adaptación a la normativa contra incendios, las cuales se encontraban sin concluir, de hecho se da la circunstancia de que parte de los pilares metálicos de las fachadas se encontraban protegidos contra el fuego y otros no, con lo que el comportamiento ha sido desigual", a raíz de lo cual, la parte actora considera que "el edificio no se encontraba adecuado en su integridad a la normativa contra incendios vigentes en el momento de producirse el siniestro, lo que provocó que algunos de los pilares del edificio no se encontraran debidamente protegidos, y lo que hizo que determinados pilares quedaran afectados gravemente". Con posterioridad, trae a colación el artículo 1.092 C.Civil (folio 18 ), refiriéndose, en principio, al "hecho objetivo, cual es el incendio acaecido", precisando que este hecho podría haberse evitado si se hubieran adoptado por la propiedad del edificio las medidas de seguridad y contra incendios necesarias para ello", añadiendo que "Se ha producido por tanto una omisión ilícita de responsabilidad" (folio 20), para finalizar puntualizando que "En cuanto a la culpabilidad del demandado en esta especialidad, es evidente que éste no había realizado las reparaciones necesarias para prever un incendio de las características que se dieron" (folio 26). En definitiva, observamos que la demanda funda la responsabilidad de la demandada en la inobservancia de las medidas contra incendios, que considera como el origen de la responsabilidad extracontractual exigida en el presente procedimiento. La sentencia de instancia se pronuncia sobre dicha cuestión en su fundamento V, al combatir la oposición de la demandada en los siguientes términos: "en cuanto a que la actora habría fundado su pretensión de declaración de responsabilidad de la propietaria en el (único) hecho de que los pilaretes 3 Centro de Documentación Judicial metálicos no se encontraban adecuadamente en su integridad a la normativa contra incendios vigente", concluye que "carece de fundamento restringir de semejante modo las bases de la demanda; ésta se fundamenta en lo previsto en el artículo 1.902 del Código Civil y de su redacción no cabe entenderla fundada única y exclusivamente en esa sola omisión". Pues bien, aún cuando la demanda se refiere, de forma genérica, al artículo 1.902 C.Civil , es necesario que la misma determine el supuesto del que parte para la aplicación de dicho precepto, esto es, ante la producción de un incendio en el inmueble propiedad de la demandada y la producción de determinados perjuicios a la actora, ha de concretarse cuál ha sido la acción u omisión concreta de la demandada, origen de la responsabilidad exigida, que la demanda puntualiza claramente en el fundamento de derecho VIII, apartado A) (folio 18), antes citado, tratándose de la inobservancia de las "medidas de seguridad y contra incendios necesarias"; por tanto, ese debería ser el objeto de análisis y debate de la sentencia de instancia, limitándose al estudio de dicha cuestión, no entrando en otros temas ajenos al objeto litigioso. A pesar de ello, la sentencia recurrida se adentra en planteamientos contenidos en la contestación, exculpatorios de "Ason Inmobiliaria de Arriendos, S.L.", que no han sido expuestos, ni siquiera mencionados, en la demanda, utilizando dichas alegaciones en sentido inverso, esto es, para inculpar en lugar de exculpar a la parte demandada, haciendo gravitar su responsabilidad sobre circunstancias que en ningún momento han sido traídas a colación por la actora. Así, en el fundamento de derecho VI, descarta la exención de responsabilidad ante la circunstancia del arrendamiento del inmueble, indicando que "Ason poseía los espacios comunes del edificio y asumía la responsabilidad de su vigilancia y seguridad"; la sentencia continua en la misma tónica en el fundamento VII, al pronunciarse en los siguientes términos: "No puede compartirse lo defendido en la contestación relativo a que la explotación que hacía la demandada de su inmueble, de las dimensiones y características de las del edificio "Windsor", no constituía una actividad de riesgo", añadiendo que "su explotación económica a través de arrendamientos, dedicada por entero a oficinas, implicaba indudablemente asunción de riesgos"; incluso, la sentencia va más allá, atribuyendo a la demandada una culpa "in eligendo" o "in vigilando", en el fundamento VIII, al considerar que Ason "No puede pretender blindar su responsabilidad frente a terceros por el mero hecho de contratar un servicio que cubra la seguridad, vigilancia y control de incendio con una empresa cualificada. Ha de recordarse que la responsabilidad por un hecho ajeno que regula el artículo 1.093 del Código Civil , en lo que se refiere al empresario, se funda en la culpa "in eligendo" o "in vigilando". Finalmente, en el fundamento IX, se llega a la conclusión de que "Ason Inmobiliaria de Arriendos, S.L." debe responder de los posibles daños y perjuicios que hubiese causado a la demandante al quedar acreditado el hecho material del incendio, el que como consecuencia del mismo fuese preciso trazar un perímetro de seguridad durante varias semanas ante el riesgo de que los restos de la edificio se derrumbase o/y que esto afectó al establecimiento que explotaba "PICADILLO ALCARREÑO, S.L.", al resultar imposible que la clientela accediese a su local. Todo ello, sin que conste la causa", fundando la condena en la teoría del riesgo. A la vista de todo ello, reiteramos que la sentencia aborda cuestiones que no han sido planteadas en la demanda, llegando a apoyar la condena de la demandada en determinadas omisiones y circunstancias atribuidas a "Ason", que no han sido esgrimidas por la actora, consiguiendo con ello la alteración de la causa petendi, con la consiguiente incongruencia de la sentencia (artículo 218.1 L.E .Civ.), ocasionando la indefensión de la parte demandada. En consecuencia, procede la estimación de dicho motivo de apelación y la revocación de la sentencia de instancia. TERCERO.- El segundo motivo de apelación parte de que el inmueble que sufrió el incendio se encontraba arrendado a un tercero, considerando que ello impide la condena de la propietaria, salvo que se pruebe la concurrencia de un comportamiento negligente en este último. A este respecto, la Sala Primera del Tribunal Supremo, se ha pronunciado reiteradamente en la línea apuntada por la parte recurrente, así la sentencia de 30 de mayo de 2.008 , citando la dictada el 24 de octubre de 2.006 , se expresa en los siguientes términos: "El artículo 1.563 del Código Civil , en cuanto responsabiliza al arrendatario del deterioro o pérdida que tuviera la cosa arrendada, a no ser que pruebe haberse ocasionado sin culpa suya, viene a establecer una presunción "iuris tantum" de culpabilidad que opera contra el arrendatario, e impone a éste la obligación de probar que actuó con toda la diligencia exigible para evitar la producción del evento dañoso ( Sentencias de esta Sala de 7 de junio de 1.988 y de 9 de noviembre de 1.993 )", añadiendo que dicho precepto "establece una responsabilidad extraordinaria del arrendatario de conservación de la cosa arrendada hasta el punto de que, en el caso de existir tal contrato de locación; el principio general de carga de la prueba en la responsabilidad por culpa se invierte, debiendo ser el demandado el que pruebe que actuó con diligencia. Dicha responsabilidad se deriva del hecho mismo de la posesión". 4 Centro de Documentación Judicial En el mismo sentido se pronuncia la sentencia de 25 de septiembre de 2.009 , señalando que "es unánime la jurisprudencia de esta Sala en considerar que el arrendatario es quien debe responder de los daños causados por el incendio ocasionado en la nave que tiene arrendada", remitiéndose a otra resolución previa de 4 de marzo de 2.004, según la cual "Para que el arrendatario quede liberado de responsabilidad debe probar que en el incendio no hubo por su parte culpa ni negligencia alguna o al menos que se habían tomado las medidas de cuidado, vigilancia o previsión necesarias ( S. 29 enero 1.996 ). La exigencia de probar la falta de culpa para quedar exonerado -y ello comprende a los incendios ( SS. 9 noviembre 1.993 , 29 enero 1.996 , 13 de junio 1.998 , 12 febrero 2.001 , entre otras)-, constituye doctrina jurisprudencial pacífica"; se remite a la sentencia de 25 de septiembre de 2.000 que apunta "que con la pérdida o deterioro se da cumplimiento a la obligación de guarda y custodia de la cosa, y para que quede libre de esa responsabilidad contractual se exige al arrendatario que acredite que se perdió o deterioró sin culpa", habiéndose pronunciado en el mismo sentido las sentencias de 3 de febrero de 2.005 , 18 de julio de 2.006 , 30 de mayo de 2.008 y 4 de junio de 2.009 ; la sentencia atribuye finalmente la responsabilidad al arrendatario "que tenía la posesión de la nave arrendada y, en consecuencia, el control de la misma y la responsabilidad por los daños que se pudieran ocasionar a consecuencia de la actividad desarrollada en ella, a no ser que hubiese probado que fueron extraños los causantes del incendio, cosa que no ha ocurrido, por lo que acaecido el incendio durante la vigencia del contrato le corresponde la responsabilidad ante el perjudicado". En definitiva, la jurisprudencia atribuye al arrendatario el cuidado y conservación del inmueble objeto de arrendamiento, obligaciones derivadas de la posesión del inmueble, debiendo el arrendatario acreditar la observancia de la diligencia debida. Si bien, en el supuesto que nos ocupa, el arrendatario o arrendatarios de la finca que sufrió el incendio no han sido traídos a este procedimiento, por tanto, no puede entrar a valorarse su posible responsabilidad en el incendio que aquí nos ocupa. Por otra parte, no cabe fundar, sin más, la exculpación de la propietaria en la doctrina jurisprudencial apuntada, debiendo analizar los factores y circunstancias del presente supuesto para concluir con la condena o absolución de la propietaria, que en este caso es la única demandada. CUARTO.- El tercer motivo de apelación se encuentra estrechamente relacionado con el primero, alegando la recurrente que las "bases fácticas en que la sentencia de primera instancia funda la condena no fueron alegadas por el demandante", remitiéndonos a lo dicho al respecto en el fundamento de derecho segundo; además, la recurrente alega que dichas bases fácticas "no permiten fundar tal condena", cuestión que será abordada a continuación. Inicialmente, hemos de tener en cuenta que la sentencia dictada por el Juzgado "a quo" estima parcialmente la demanda, considerando que la demandada incurre en responsabilidad extracontractual, partiendo del artículo 1.902 del C.Civil , según el cual "El que por acción u omisión causa daño a otro, interviniendo culpa o negligencia, está obligado a reparar el daño causado"; sobre este precepto, la Sala Primera del Tribunal Supremo, en sentencia de 10 de diciembre de 2.008 , determina "que toda obligación derivada de un acto ilícito, según constante y pacífica doctrina jurisprudencial, exige ineludiblemente los siguientes requisitos: a) una acción y omisión ilícita; b) la realidad y constatación de un daño causado; c) la culpabilidad, que en ciertos casos deriva del aserto de que si hubo daño ha habido culpa; d) un nexo causal entre el primero y el segundo requisito", doctrina recogida anteriormente en sentencias de 24 de diciembre de 1.992 , 7 de abril de 1.995 , 20 de mayo de 1.998 , 25 de octubre de 2.001 y 11 de julio de 2.002 ). Ahora bien, no podemos obviar que la jurisprudencia ha desarrollado la teoría de la responsabilidad por riesgo o cuasiobjetiva, que parte de una consideración puramente material de la relación causal, de tal forma que el perjudicado tan sólo tiene que acreditar el origen del daño, derivando hacia el causante del mismo la carga de probar que el resultado dañoso no es consecuencia de su actuación sino de otros elementos ajenos, teniendo como consecuencia la inversión de la carga de la prueba, habiéndose pronunciado en este sentido el Tribunal Supremo en sentencias de 13 de diciembre de 1.990 , 5 de diciembre de 1.991 , 20 de enero , 11 de febrero , 25 de febrero , 8 de abril y 22 de septiembre de 1.992 , 10 de marzo , 9 de julio de 1.994 , 8 de octubre de 1.996 , 25 de enero de 2.007 y 16 de diciembre de 2.008, entre otras. No obstante, la Sala Primera considera que "la jurisprudencia no ha llegado al extremo de erigir el riesgo como criterio de la responsabilidad con fundamento en el artículo 1.902 del Código Civil ( SSTS 6 de septiembre de 2.005 , 17 de junio de 2.003 , 10 de diciembre de 2.002 , 6 de abril de 2.000 y, entre las más recientes, 10 de junio y 11 de septiembre de 2.006 ). Es procedente prescindir de una supuesta objetivación de la responsabilidad civil que no se adecua a los principios que informan su regulación positiva. La jurisprudencia no ha aceptado una inversión de la carga de la prueba, que en realidad envuelve una aplicación del principio de la proximidad o facilidad probatoria o una inducción basada en la evidencia, más que en supuestos de riesgos extraordinarios, daño desproporcionado o falta de colaboración del causante del daño" ( sentencia de 22 de febrero de 2.007 ). En la misma línea se pronuncia una sentencia 5 Centro de Documentación Judicial posterior de fecha 16 de febrero de 2.009, indicando que "La denominada "teoría del riesgo", según la cual, quien obtiene los beneficios de una actividad, debería asumir los perjuicios necesarios para obtener dicho beneficio (cuius cómoda eius incommoda). El Alto Tribunal ha venido aplicando la orientación anterior en los supuestos específicos de incendio, así en sentencia de 28 de mayo de 2.008 , entiende que "se obtiene por vía de inferencia, y a partir de los datos fácticos resultantes de los diversos informes elaborados con motivo del siniestro, aportados a los autos, una conclusión sobre el foco del incendio, esto es, acerca de la causalidad material del siniestro, y a partir de ella, deduce la causalidad jurídica, realizando una valoración que permite imputar objetivamente el resultado dañoso producido a la conducta del demandado, a través de un mecanismo de imputación objetiva"; y en sentencia de 4 de junio de 2.009 se pronuncia en los siguientes términos: "En los casos de incendio, la jurisprudencia salva las dificultades de prueba de su causa, basando la imputación objetiva en la generación de un peligro jurídicamente desaprobado y en el control que se ejerce sobre las cosas que lo generan. De modo que admite un grado de razonable probabilidad cualificada, distinto de la certeza absoluta, en la reconstrucción procesal de la relación causal ( sentencias de 30 de noviembre de 2.001 ; 29 de abril de 2.002 ; 15 de febrero de 2.008)". Si bien, la Sala Primera no es partidaria de la imputación de responsabilidad por el mero riesgo, dejando bien clara su postura en la sentencia dictada en fecha 25 de septiembre de 2.009 , "declarando que el riesgo por sí solo, al margen de cualquier otro factor, no es fuente única de responsabilidad establecida en los artículos 1.902 y 1.903 " y "que la aplicación de la doctrina del riesgo en el ámbito de la responsabilidad civil exige que el daño derive de una actividad peligrosa que implique un riesgo considerablemente anormal. Este criterio ha sido mantenido uniformemente por la doctrina de esta Sala en diversas sentencias (Ver STSS de 4-3-2.009 , 23-7-2.008 , 22-2-2.007 , 6-6-2.007 y 17-10-2.001 , que niegan que el riesgo sea fuente única de responsabilidad)"; incluso va más allá, determinando que "para que nazca la obligación de responder, es necesario que pueda imputarse a alguien el daño causado, en lo que se ha denominado causalidad objetiva, que según la jurisprudencia de esta sala, consiste en la causalidad jurídica necesaria para que el demandado deba responder". A la vista de la doctrina jurisprudencial expuesta, consideramos que el hecho de que se haya producido un incendio en el edificio propiedad de la "Ason", que ha obligado a establecer un perímetro de seguridad, circunstancia que ha perjudicado a la actora, no conlleva directamente la imputación a la propietaria de responsabilidad extracontractual (artículo 1.902 C.Civil ), siendo necesario acreditar una acción u omisión imputable a la demandada en la que se pueda apreciar culpa o negligencia o bien el desarrollo de una actividad de riesgo. La sentencia de instancia imputa la responsabilidad del incendio a "Ason", abordando distintas cuestiones, algunas de las cuales no han sido objeto de demanda, como ya hemos señalado en el fundamento de derecho segundo de la presente resolución, abordaremos ahora cada una de dichas cuestiones, de forma pormenorizada, a la luz de la orientación jurisprudencial que acabamos de exponer. Comenzando por la pretensión formulada por la actora, reflejada en la resolución de declaración de ruina, al considerar que "parte de los pilares metálicos de las fachadas se encontraban protegidos contra el fuego y otros no", circunstancia que no es analizada pormenorizadamente por la sentencia de instancia, limitándose a apuntar que la oposición esgrimida por la demandada sobre este punto ha de rechazarse" y no precisamente, según indica, "por cuestiones relativas a tal probanza sino porque carece de fundamente restringir de semejante modo las bases de la demanda; ésta, se fundamenta en lo previsto en el artículo 1902 del Código Civil y de su redacción no cabe entenderla fundada única y exclusivamente en esa sola omisión" (fundamento de derecho V); sin que finalmente admita o descarte este hecho como generador de la responsabilidad que se imputa a "Ason". Llegados a este punto, en base a las pruebas obrantes en autos, y partiendo especialmente del contenido del auto dictado en fecha 31 de enero de 2.006 por el Juzgado de Instrucción nº 28 de Madrid , acordando el sobreseimiento de las diligencias previas, confirmado mediante auto de la Audiencia Provincial de fecha 10 de diciembre de 2.007, no contamos con elementos probatorios que revelen que los pilares metálicos del edificio no se encontraban adaptados a la normativa contra incendios; es más, a este respecto, el referido auto, remitiéndose al informe pericial elaborado por la Policía Científica, tras analizar las posibles causas de la propagación rápida del incendio, no citando entre ellas la falta del protección contra el fuego de algunos pilares metálicos, precisa que "En lo que se refiere a la propiedad del edificio "Windsor señalar que el mismo se encontraba en obras en el momento de producirse el siniestro, no desprendiéndose de lo actuado que exista motivo para inferir relación causal entre aquéllas y el siniestro". En consecuencia, no cabe fundar la responsabilidad de "Ason" en dicha causa, al haber quedado totalmente desvirtuada. En el fundamento VI de la sentencia se declara la responsabilidad de la demandada por entender que al ser poseedora de espacios comunes del edificio, estaba obligada a su vigilancia y seguridad, no habiendo adoptado medidas suficientes para conseguir su advertencia y evitar su propagación. Para analizar esta cuestión, hemos de acudir, de nuevo, al auto dictado por el Juzgado de Instrucción, antes citado, y 6 Centro de Documentación Judicial concretamente a su fundamento de derecho primero, el cual señala que el incendio se originó en la planta 21, donde uno de los vigilantes "se apercibió, al mirar por el cristal de la puerta, que en el interior de uno de los despachos, había humo y fuego, en concreto, bajo una ventana vio una llama de unos 50 cm. de altura que partía del suelo", esto nos lleva a la conclusión de que el fuego no se inicia en los espacios comunes del edificio, cuya posesión ostentaba "Ason", sino en uno de los despachos cuya posesión correspondía, el día de los hechos, a un tercero ajeno a este procedimiento. Con respecto a la vigilancia del edificio por parte de la demandada, queda descartada su falta de diligencia, a la vista de lo expuesto en el último párrafo de la página 22 del repetido auto, precisando que "En lo concerniente a la actuación de las personas encargadas de la vigilancia de la seguridad del edificio Windsor no aparece que no se atuviera a los parámetros normales de exigibilidad a tenor de la situación que se produjo", entendiendo que "El tiempo de reacción, tras la activación de la alarma, se califica de adecuado", basta con examinar la secuencia de los hechos y la rapidez con que actuaron los vigilantes para descartar la "culpa in vigilando" o "in eligendo" a las que alude la sentencia recurrida al final del fundamento de derecho VIII. Por todo ello, ha de estimarse el motivo de apelación aquí analizado. QUINTO.- Finalmente, el recurso de apelación combate los pronunciamientos de la sentencia objeto de recurso, alegando que el arrendamiento del inmueble, objeto de autos, no constituye ninguna actividad de riesgo, generadora por sí misma de la responsabilidad de la demandada. El fundamento de derecho VII de la sentencia entiende que la explotación que hacía la demandada de su inmueble, "explotación económica a través de arrendamientos, dedicado por entero a oficinas, implicaba indudablemente asumir riesgos", basándose en la teoría del riesgo y la objetivación total de la culpa, para concluir, en el fundamento posterior, que "Ason" ha de responder de los posibles daños y perjuicios que hubiese causado a la demandada. Este planteamiento nos obliga a remitirnos al fundamento de derecho precedente, considerando, a tenor de la doctrina jurisprudencial expuesta, que la actividad arrendaticia no conlleva un riesgo extraordinario para ser considerado "por sí solo, al margen de cualquier otro factor" como fuente única de responsabilidad extracontractual ( STS 25 de septiembre de 2.009 , antes citada), a pesar de la acumulación de papeles, debido a la existencia de oficinas en el edificio, circunstancia, entre otras, que pudo contribuir a la propagación y magnitud del fuego, como indica el auto de sobreseimiento al referirse a "la combustibilidad de los materiales existentes en un edificio de las características del citado, tales como abundancia de papeles y archivos"; si bien, en ningún caso, puede ser considerada como causa determinante de la responsabilidad de la propietaria, so pena de contradecir la doctrina sentada por el Tribunal Supremo. En definitiva, ha de apreciarse el motivo de apelación planteado sobre este extremo. SEXTO.- Ante la estimación de los motivos de apelación abordados en los fundamentos precedentes, no procede entrar en la valoración de los supuestos perjuicios sufridos por la actora a consecuencia del incendio. SÉPTIMO.- En virtud de lo preceptuado en los artículos 394 y 398 L.E.Civ ., se impondrán a la parte actora las costas procesales causadas en primera instancia, no efectuándose pronunciamiento sobre las costas originadas en esta instancia. Vistos los preceptos citados y demás de general y pertinente aplicación. III.- F A L L A M O S La Sala, estimando el recurso de apelación interpuesto por la Procuradora Dª. Cayetana Zulueta Luchisinger, en representación de Ason Inmobiliaria de Arriendos S.L., contra la sentencia dictada en fecha 18 de septiembre de 2.009 por el Juzgado de 1ª Instancia nº 58 de Madrid , en autos de procedimiento ordinario nº 334/2007, acuerda revocar dicha resolución en los siguientes términos: 1.- Se desestima la demanda interpuesta por la Procuradora Dª. Susana Sánchez García, en representación de Picadillo Alcarreño S.L., como actora, contra Ason Inmobiliaria de Arriendos S.L., como demandada; absolviendo a la parte demandada de los pedimentos contenidos en la demanda. 2.- Con expresa imposición a la parte actora de las costas procesales causadas en primera instancia. 7 Centro de Documentación Judicial No efectuándose pronunciamiento con respecto a las costas procesales originadas en esta instancia. Así por esta nuestra sentencia, de la que se unirá certificación literal al Rollo de Sala Nº 338/10, lo pronunciamos, mandamos y firmamos. PUBLICACIÓN.- Firmada la anterior resolución es entregada en esta Secretaría para su notificación, dándose publicidad en legal forma, y se expide certificación literal de la misma para su unión al rollo. 8