Prot. MG 57/15 Queridas hermanas, No puedo dejar pasar la Fiesta

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Piccole Suore Missionarie della Carità
(Don Orione)
Casa generale
Via Monte Acero, 5 – 00141 Roma
www.suoredonorione.org
¡Alegrémonos en el Señor!
¡Alegrémonos hoy y siempre!
Prot. MG 57/15
Queridas hermanas,
No puedo dejar pasar la Fiesta de San Luis Orione de este año 2015, sin dirigirles una
palabra, un saludo, un aliento... Se acerca la celebración de nuestro Centenario, y éste es ya
un motivo de alegría particular que nos impulsa hoy, 16 de mayo, a agradecer y alabar al
Señor por el don inefable que ha dado a la Iglesia, en la persona de nuestro Santo Fundador,
por el don que ha sido su vida, su obra, pero sobre todo, su santidad.
Acabo de llegar a Roma, después de haber compartido una semana con las hermanas de
la Comunidad de Ribeira Grande, en la Isla de Santo Antão, en Cabo Verde. Luego de un
fatigoso y probado viaje, llegué a Cabo Verde, donde fui acogida con lágrimas de alegría por la
comunidad. Una pequeña comunidad de tres hermanas, que me han hecho tocar con mano
cómo el espíritu, el carisma y la santidad de Don Orione son vivos y actuales.
La palabra y el sentimiento que ha caracterizado este viaje a Cabo Verde, no puede ser
otra que “alegría”. Esa alegría que se confunde con la alabanza, con la acción de gracias, con
la esperanza que vienen del Señor, de Su presencia y de Su amor operante y operativo.
Durante mi estadía en la misión caboverdiana, se inauguró el “Centro Don Orione” que
ofrecerá un servicio de promoción y de pastoral a niños y jóvenes, y he participado, además, a
la gran fiesta de nuestro Centenario de fundación, con la Misa solemne en la Parroquia,
celebrada por el Obispo de Mindelo, Mons. Ildo Fortes, con la presencia de tantísimos fieles,
entusiastas y afectuosos, agradecidos a Dios por la presencia de las “Irmãs orionitas” en aquella
tierra bella y acogedora.1.
Ha sido edificante y consolador encontrar una comunidad que da testimonio, de manera
serena y generosa, del espíritu de nuestra Congregación. He gozado contemplando el sentido
de pertenencia, el espíritu filial, el entusiasmo apostólico, la colaboración y la unidad de estas
hermanas que, en su pequeñez, logran involucrar a niños, jóvenes y adultos, y a hacer presente
y vivo a Don Orione en medio del pueblo, con tanto amor.
¡Su alegría es contagiosa y entusiasmante! Regresé, despedida también por sus lágrimas,
pero llena de esperanza, de fe, de confianza en el Señor, y con la certeza aún mayor de la fuerza
y fecundidad de nuestro carisma de PHMC. Regresé sintiendo en el corazón la alegría del “¡es
posible!”
La Fiesta de nuestro amado Fundador San Luis Orione nos invita a renovar esta
esperanza y esta certeza: “¡es posible!”. Sí, hermanas queridas, es posible hoy vivir en
plenitud, en felicidad y entusiasmo, nuestra vocación orionina; es posible hoy hacer presente
y vivo a Don Orione, su santidad de vida, su ardor apostólico, su pasión por Dios y por la
humanidad! ¡Es posible! Pero, ciertamente, es posible sólo “con nosotras”, con nuestro “sí”
renovado, con nuestra entrega y dedicación renovadas! La santidad de Don Orione, que hoy
recordamos en su fiesta, “es posible”, basta que esté viva en nosotras, a través de nosotras, y
por nosotras. ¡Esta es nuestra alegría!
El Papa Francisco nos está invitando constantemente a dar testimonio de nuestra
vocación cristiana y consagrada, siendo una presencia gozosa en medio a los hermanos y
hermanas de hoy.
1
Pueden encontrar más información acerca de este evento y algunas fotos en nuestra página web: www.suoredonorione.org.
1
“La alegría del Evangelio llena el corazón y la vida entera de los que se encuentran con
Jesús. Quienes se dejan salvar por El son liberados del pecado, de la tristeza, del vacío interior,
del aislamiento. Con Jesucristo siempre nace y renace la alegría”2. Son las primeras palabras
de la Exhortación apostólica Evangelii gaudium.
La “alegría” es, por lo tanto, nuestra nota distintiva… no puede existir una “orionina”
triste: de lo contrario habría que preocuparse! La alegría de Jesús, de su caridad y
misericordia, de su salvación, es el distintivo de nuestra identidad como hijas de San Luis
Orione. Esta “alegría” es ya en sí misma, un instrumento de evangelización; la “sonrisa”, que
es expresión de la alegría y de la serenidad del corazón, es un medio eficaz para testimoniar la
fe. El Papa habló de la “revolución de la ternura”, quiero agregar que existe una “revolución de
la alegría”, la “revolución de la sonrisa”.
Nosotras, PHMC, celebrando la Fiesta de San Luis Orione en este año del Centenario,
queremos ser portadoras de esa alegría que a menudo falta en nuestro mundo, alegría que,
algunas veces, se confunde con el estruendo del mundo, de la banal diversión o de la sola y
vacía “carcajada”, o con el fugaz bienestar del poseer, del suceso y del placer… Nosotras somos
testigos de la alegría verdadera y perenne que Jesús promete a los que permanecen con El:
“vuestro corazón se alegrará y nadie podrá quitarles esa alegría” (Jn 16,22-23). Seguramente
resuenan ya en nuestro corazón las palabras de Don Orione: “La perfecta alegría no puede
estar sino en la perfecta dedicación de sí mismo a Dios y a los hombres, a todos los hombres, a
los más miserables como a los más físicamente, moralmente deformes, a los lejanos, a los más
culpables, a los más contrarios”3.
Don Orione ha sido maestro y testimonio de esta alegría, de la alegría del Evangelio, y la
transmitió y pidió siempre a sus religiosos y religiosas, a los jóvenes y a los laicos, podríamos
decir, hasta su último respiro; alegría incluso en las dificultades, en las contradicciones, en
los sufrimientos; alegría invencible, porque Jesús ha vencido toda tristeza y todo mal. La
santidad a la cual somos hoy nuevamente invitadas a encarnar, está revestida de “alegría”,
porque está revestida de “Jesús”. Este es el secreto de una comunidad, como la que encontré
en Cabo Verde, que quiere y decide vivir tras los pasos de Jesús, tras los pasos de Don Orione!
Quisiera concluir este augurio con las palabras de Don Orione, que hoy son un estímulo
para nosotras, y que nos llegan con más fuerza en este año dedicado a la Vida consagrada:
“Tenemos tanto para hacer con los jóvenes y con el pueblo, - ¿cómo los llevaremos a Dios
si no estamos un poco alegres? Alegres in Domino, se entiende! Tenemos clérigos, personal,
sacerdotes, ermitaños – si somos taciturnos, siempre pensativos, vamos a ser pesados para
ellos, no les haremos amar la Casa, la Congregación: nosotros no somos trapenses, nosotros
somos los gozosos de la Caridad: nosotros somos los santos de la alegría. ¡Ay de nosotros si
tendremos siempre una modo de hacer y una cara de cuaresma! No, no, quiero estar alegre y
bailar in Domino también en cuaresma! Si estamos tristes, ¿cómo seremos la felicidad de quien
está con nosotros? Nosotros tenemos que irradiar alegría, la alegría de Dios, la felicidad de Dios:
hacer sentir que servir y amar a Dios es vida, es calor, es ardor, es vivir siempre alegremente –
y que sólo los siervos de Dios sienten la paz gozosa y el bien y la alegría santa de la vida.
Ninguna capa de plomo, ni sobre nosotros ni sobre quien está con nosotros! ¡Canten! ¡Toquen!
¡Alégrense in Domino!: llenen la Casa de suave festosidad. Servite Domino in laetitia! «Escrúpulos
y melancolía lejos de mi Casa», decía San Felipe. Yo quiero bailar, cantar, tocar también de
muerto”4.
¡Queridísimas hermanas! Buena fiesta de nuestro querido Fundador San Luis Orione y
buena preparación a la celebración del Centenario que ya está a las puertas! Las abrazo en el
Señor. ¡Ave María y adelante! ¡Siempre con alegria!
Superiora general
Roma, Casa general, 16 de mayo 2015.
2
Papa Francisco, Evangelii gaiudium, n. 1.
Don Orione, Scritti 63,227.
4
Don Orione, carta a P. Montagna, desde Victoria, 9 noviembre 1934; Scritti 21, 179.
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