Documento 8008

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La bulimia es un trastorno mental que se caracteriza por presentar episodios de "atracones " seguidos de
auto−purgación (lo cual significa ingerir compulsiva y desmesuradamente grandes cantidades de comida en
un lapso muy corto, seguido de variados intentos de deshacerse de las calorias), con la finalidad de
auto−castigarse por aquello de lo cual de forma arbitraria se culpan. Casi siempre, las conductas tendentes a
evitar el aumento de peso, suelen ser tales como:
• El ayuno.
• El ejercicio físico excesivo y de forma compulsiva.
• Utilización de medicamentos laxantes y/o diuréticos.
• Vómitos provocados.
La persona que padece bulimia tiene un intenso temor a engordar, junto a una falta de control sobre su
alimentación y sentimientos de culpabilidad y autodesprecio.
Los síntomas de la bulilmia tienen una relación directa con la auto imagen que perciben de ellos mismos,
como se ven o como se sienten acerca de situaciones particulares que crean angustia y ansiedad. Estos
episodios surgen igualmente, para evitar o dejar salir sentimientos de rabia, decepción o depresión. El estrés,
la ansieda o incluso la infelicidad, pueden ser las claves detonantes que precipitan estos episodios.
Las mujeres y hombres con bulimia, son generalmente conscientes de que sus hábitos alimenticios no son
normales. Fascinados por el efímero placer que les produce la comida, se hacen acreedores de revistas y libros
de cocina que contienen recetas y disfrutan con las discuciones sobre temas relacionados con dietas
extraordinarias. En ocasiones, los bulímicos pueden presentar cuadros de anorexia nerviosa entre periódos de
atracones y purgaciones, lo cual representa un peligro adicional.
Recurridos episodios en los que se ingieren grandes cantidades de comida rapidamente, les precede un agudo
sentimiento de culpa seguidos de purgaciones, con ausencia total de control sobre los hábitos alimenticios,
regularmente acompañados por el abuso de pastillas (laxantes, diuréticos y para dietas), de planes de ejercicio
y dietas rigurosas y una permanente preocupación por el cuerpo y sus dimensiones. Todos estos preceptos,
pueden ser síntomas de alerta, que indiquen que alguién probablemente sufre de bulimia nerviosa.
Al igual que la anorexia nerviosa, es más frecuente en la mujer que en el varón, en una proporción de 10 a 1,
presentándose alrededor de los 20 años y muy especialmente tras haber padecido una anorexia nerviosa o
haber hecho regímenes de adelgazamiento.
Es importante destacar que la bulimia no es una manía ni un mal comportamiento; es una enfermedad
psiquiátrica. Su descripción se recoge en la Clasificación Internacional de Enfermedades de la Organización
Mundial de la Salud, como "Transtornos de la Conducta Alimentaria" y en la Clasificación de los Trastornos
Mentales de la Asociación Psiquiátrica de los Estados Unidos.
En la mayoría de los casos, la bulimia comienza tras haber realizado dietas de adelgazamiento excesivas o sin
control médico o en el curso de una anorexia nerviosa (se sabe que un 50% aproximadamente de los casos de
anorexia evolucionan hacia el padecimiento de una bulimia).
En ambos casos, la excesiva restricción alimenticia conduce al deseo imperioso y patológico de ingerir
grandes cantidades de comida. Frecuentemente, existe el antecendente de obesidad y hábito de comer en
exceso, y padecimiento de trastornos de personalidad, de ansiedad, conductas impulsivas/compulsivas o
depresiones.
La bulimia es más frecuente que la anorexia nerviosa. Los estudios sobre su frecuencia en la población juvenil
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femenina varían, indicando que entre 3 y 10 chicas de cada 100 la padecen.
Síntomas de bulimia
Es importante tomar en cuenta, que la bulimia se manifiesta en diferentes formas y puede presentar signos
diversos. Las formas de purgación varían igualmente de persona a persona. Algunas víctimas, después de
sufrir atracones, hacen ejercicio compulsivo como jogging o aeróbicos, con el fin de quemar las calorías
ingeridas. Otros se auto−inducen al vómito, toman laxantes o ayunan los días siguientes al episodio. No es
extraño que hombres y mujeres con bulimia, utilicen pastillas para quitar el apetito con el fin de controlar su
ansiedad y evitar el atracón, o que igualmente, utilicen diuréticos para perder peso. (Cuyo efecto es falso, pues
la utilización de estos medios, realmente producen una sensación momentánea de perder peso, pero el cuerpo
al rehidratarse vuelve a su estado normal, desapareciendo así, la sensación producida).
Quienes sufren de bulimia nerviosa, probablemente comprará y guardará comida para los atracones
posteriores de forma secreta, sufriendo grandes fluctuaciones en su peso.
Cuando podamos intuir cualquier posible síntoma de bulimia, es fundamental ser observador, pues estos
síntomas pueden ser muy sutiles, ya que las mujeres con este trastorno lo practican en secreto. Es importante
vigilar la despensa y llevar un buen control (de forma sutil, si la persona que sufre de bulimia está realmente
enferma y se dá cuenta de ello, podría tomar medidas para ocultar aún más su enfermedad) de los alimentos
calóricos, como pueden ser las golosinas, galletas, pastelitos, bizcochos...
Si usted sospecha que puede estar enferma, es la hora de hablar (no regañar) con el/ella e intentar averigüar la
verdad. Si admite sufir ataques de bulimia, llévelo a un médico especializado.
En una persona bulímica, pueden observarse varios de los siguientes síntomas (o todos):
• Alteraciones del comportamiento: Suele darse en jóvenes de alrededor de 20 años, con frecuencia tras
haber padecido una anorexia nerviosa, aunque no necesariamente. En ocasiones han sido
anteriormente algo obesas o han hecho regímenes de adelgazamiento. La enfermedad suele pasar
desapercibida durante mucho tiempo, ya que la persona enferma trata de ocultarla por todos los
medios a su alcance. La persona enferma toma considerables cantidades de comida, especialmente
dulces, rápidamente o en forma de "atracón", generalmente a escondidas o cuando está a solas, por la
noche. La comida se toma de la propia casa o se compra, pudiendo llegar a gastar en ella
considerables cantidades de dinero. Tras los episodios de voracidad suele vomitar a escondidas o
ayunar durante uno o dos días, o hacer excesivo ejercicio físico, o tomar laxantes o diuréticos para
evitar el aumento de peso.
• Signos y síntomas físicos y psíquicos: Sensación de debilidad, mareos (por hipotensión arterial), dolor
de cabeza, hinchazón de la cara (por aumento de tamaño de las glándulas salivales y parótidas),
erosión del esmalte dental (por los vómitos), caída del cabello, irregularidades menstruales,
frecuentemente padecen depresiones (50% de los casos), conductas compulsivas, trastornos de
ansiedad, baja autoestima y otras alteraciones psíquicas.
Curso
La bulimia generalmente empieza en la adolescencia o en la vida adulta temprana y es mucho más común en
las mujeres que en los hombres. El curso puede ser crónico o intermitente durante muchos años. Generalmente
los atascamientos se alternan con períodos de comer normales o con períodos de comer normales y
purgaciones. En los casos graves, puede haber alternaciones de atascamientos y purgaciones sin períodos de
comer normales.
Tratamiento
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El tratamiento de bulimia generalmente consiste de la psicoterapia individual, de grupo y/o familiar, y la
orientación nutricional. Según el estado de salud física del paciente, habrá mayor o menor control del comer y
del ambiente total de la persona. Cuando el atascamiento y la purgación han conducido a un peligro físico
extremo, la hospitalización médica o psiquiátrica se requiere y todo comer y toda función eliminatoria se
controlan y son vigilados cuidadosamente a cada momento. Conforme se pongan bajo control los síntomas y
el peso suba y se estabilize, el control regresa gradual y lentamente al paciente. A todos los niveles de
cuidado, el tratamiento generalmente incluye altos niveles de estructura y un plan de tratamiento conductual
basado en el peso del paciente. La psicoterapia de largo plazo y un chequeo médico a continuación con un
internista generalmente son necesarios.
Automanejo
Para posibilitar una recuperación completa, una persona con bulimia debe:
• Participar activamente en el plan de tratamiento.
• Completar el programa de hospitalización cuando sea necesario.
• Mantener el peso independientemente dentro de 5 libras del peso proyectado asignado.
• Funcionar independientemente en las actividades cotidianas.
• Asistir regularmente a la psicoterapia individual, de grupo y/o familiar.
• Visitar a su internista regularmente para proteger su salud física.
• Demostrar aptitudes eficaces de hacer frente a las cosas.
• Pedir la asistencia cuando sea necesario.
• Ser honesto(a) con su terapeuta e internista. No retener información.
Confrontando la recaída
Cuando signos de la recaída aparecen, el paciente siempre debe contactar al internista y al terapeuta de
inmediato. Los signos de la recaída pueden incluir un aumento o una disminución de peso de 5 libras o más
fuera del intervalo proyectado; un aumento en cualquier comportamiento adictivo (alimentos, ejercicio,
drogas, alcohol); reducción del apetito o de la capacidad para comer; el reacontecimiento de atascarse, purgar
o vomitar; el uso de las pastillas de dieta o de diuréticos; o un aumento o una disminución marcada en el
reposo.
¿Qué consecuencias puede tener una bulimia?
La bulimia es una enfermedad grave que puede producir serias complicaciones médicas:
• Alteraciones digestivas: colon irritable, megacolon, reflujo gastrointestinal, hernia hiatal, perforación
esofágica, dilatación y rotura gástrica, pancreatitis.
• Alteraciones metabólicas: descenso de glucosa, cloro, calcio y potasio en sangre. Deshidratación.
• Alteraciones cardíacas: prolapso de la válvula mitral y arritmia, con riesgo de muerte.
• Otras alteraciones pueden ser del tipo genitales, óseas y renales.
La mortalidad es superior a la de la anorexia, falleciendo por complicaciones médicas derivadas de los
"atracones", vómitos y uso de laxantes, o por suicidio.
Algunas causas que perpetúan a Bulimia Nerviosa
Las respuestas físicas al atascamiento o dietas restrictivas pueden ser parcialmente responsables de este ciclo
insidioso y perpetuo. Algunos expertos creen que el metabolismo se adapta al ciclo bulímico de atascamiento
y purgación mediante la desaceleración, aumentando de ese modo el riesgo de subir de peso y perpetuando el
proceso. El proceso de vomitar y el uso de los laxantes puede estimular la producción de opioids naturales,
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narcóticos en el cerebro que causan una adicción al ciclo bulímico.
Otros investigadores creen que las personas con bulimia tienen una cantidad baja de serotonina, un producto
químico en el cerebro que reduce la depresión y el estrés. El comer dulces aumenta la serotonina, de ese modo
provocan una dependencia psicológica en el aspecto atascador de bulimia.
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